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Derecho Romano
Profesor: Lic. Charly Manuel Juárez Rebolledo
LA MONARQUÍA ROMANA
LA SOCIEDAD: La sociedad se integraba con una clase alta o nobleza, que estaba constituida por los
patricios, que detentaban todos los privilegios; y una clase baja, la plebe, compuesta por los extranjeros y
vecinos, que carecían de derechos y no tenían ninguna participación en el gobierno. Los plebeyos podían
incorporarse a una familia de patricios, en calidad de protegidos o clientes, con lo cual lograban mayor
seguridad. Patricios y clientes reunidos, formaban lo que se llamaba la gens.
Además se encontraban los esclavos, que eran los prisioneros de guerra y los plebeyos deudores, a los cuales
no se los consideraba como personas sino como cosas. Los que lograban su liberación mediante un pago, se
convertían en clientes.
Dentro de la organización social, la familia ocupaba un lugar sobresaliente y constituía la institución más
sólida del estado. Estaba integrada por todos los que rendían culto al mismo antepasado, es decir, no sólo, el
padre, la madre y los hijos, sino también los clientes y los esclavos.
De acuerdo con el principio de la patria potestad, el padre ejercía la máxima autoridad sobre la familia, no
obstante lo cual, la mujer gozaba de consideración y respeto, aunque no participaba de la vida política.
El matrimonio tenía carácter religioso y era indisoluble, lo que aseguraba la solidez de la sociedad romana.
Con la corrupción de las costumbres durante la republica se introdujo el divorcio, que contribuyó a la
decadencia y la disolución de la sociedad.
Las Clases Sociales en Roma Monárquica:
Patricios: Formaban la aristocracia romana, el sector dirigente y privilegiado. Los únicos considerados como
“ciudadanos romanos, con derecho a votar, ocupar los cargos políticos y religiosos. Además eran el sector
más rico, dueño de las grandes extensiones de tierra.
Se consideraban descendientes de los fundadores de Roma y estaban organizados en un consolidado sistema
familiar. Las familias patricias se agrupaban en gens: integradas por los descendientes de un mismo genio,
semidios, al que veneraban. Las gens se agrupaban de a diez y formaban una curia, congregación religiosa
de las familias. Con el tiempo, las curias se convirtieron en instituciones políticas, las votaciones se
realizaban por medio de ellas (cada familia votaba dentro de la curia a la que pertenecía). El nombre de
patricios deriva de patris (padre), y alude a los jefes de las gens.
Clientes: Eran personas que no pertenecían a ninguna gens, extranjeros o refugiados pobres, que se ponían
balo la protección de un patricio. Este les brindaba ayuda económica, los defendía ante la lusticia y les
permitía participar de las ceremonias religiosas. A cambio, el cliente lo acompañaba en la guerra y lo
ayudaba en algunos trabajos, o en todo lo que se le solicitase. Las familias patricias se enorgullecían de tener
clientela importante o numerosa.
Plebeyos: A medida que la ciudad romana crecía, apareció un elemento social nuevo: la plebe. La integraban
los extranjeros, los refugiados y los clientes que se habían enemistado con sus patronos. Se los consideraba
hombres libres, pero no ciudadanos, por lo tanto se hallaban excluidos de la vida política y también religiosa
(no participaban del culto oficial). Antes de las reformas de Servio Tulio, tampoco podían integrar el ejército.
Les estaba prohibido contraer matrimonio con los integrantes del patriciado.
Esclavos: Se encontraban en la escala inferior de la sociedad. Se dedicaban a las tareas serviles y no tenían
ningún derecho. En los primeros tiempos de Roma formaban un grupo poco numeroso, que se fue
incrementando con el desarrollo de las conquistas y la expansión romana.
EL GOBIERNO: El gobierno solamente podía ser ejercido por los patricios, (imagen:
patricio romano) que eran los descendientes de los fundadores o padres de la ciudad.
Los patricios constituían una aristocracia, integrada por un grupo reducido de familias,
cuyos jefes formaban parte del Senado, que era la institución más importante de Roma.
Era presidido por el rey y a su muerte ejercía transitoriamente el poder hasta que elegía
a su sucesor.
Además, existía la Asamblea del Pueblo o Comicios por curias, que era convocada por
el rey para reunirse al pie del Capitolio. Allí se concentraban las treinta curias que
agrupaban a los patricios y clientes de una misma zona.
La autoridad suprema era ejercida por el rey que era, a la vez, jefe militar, sumo
sacerdote y juez supremo. Sin embargo, la monarquía era electiva y su poder estuvo
limitado por el Senado y La Asamblea del Pueblo
Organización Política:
La Realeza: El rey elegido por la Asamblea, duraba en su cargo de por vida. A su muerte el poder volvía al
estado. El Senado designaba a un rey interino, mientras se elegía un sucesor.
El Senado: lo integraban los jefes de la familias patricias. Sus funciones en esa época eran esencialmente
consultivas: asesor al rey en sus actividades.
La Asamblea o Comicios por Curias: Formada exclusivamente por los ciudadanos, sus funciones eran
variadas , desde las legislativas (votar leyes, declarar la guerra) y las judiciales hasta la elección de los reyes.
Cada familia votaba dentro de su curia.
LA ECONOMIA: La economía se basaba en la explotación de la tierra, por lo cual la mayoría de la población
era de campesinos. Las familias de mayor fortuna poseían grandes rebaños de bueyes y carneros.
Como medio de cambio se utilizó el ganado, pecus, en latín, de lo que derivó la palabra pecunia, que
significa dinero. En los primeros tiempos la economía estuvo limitada a estas manifestaciones porque la vida
de los romanos era primitiva y sencilla. Recién con el proceso de expansión y conquista, estas características
cambiaron para dar lugar al lujo y los placeres. Roma se convirtió entonces en un parásito del Imperio.
Roma contó con algunas riquezas minerales: las salinas en la desembocadura del Tiber y minas de oro y de
plata. Estos recursos ayudaron mucho para que desde su comienzos tuviera una actividad comercial
importante.
Los hombres de la ciudad se dedicaban a las artesanías, carpinteros, herreros, y algunos también abastecía
al pueblo de alimentos y útiles necesarios para la vida diaria, como carniceros, panaderos, tenderos.
Estatuilla del siglo VI a.C. indicando el origen campesino del pueblo romano. Hasta el comienzo de las guerras contra Cartago , no se emplearon
esclavos como fuerza de trabajo para la agricultura.
Un
taller
familia
donde
se
fabrican
vasos
ocupa un lugar central porque el precio dependía del peso.
En las tumbas era costumbre representar escenas de la
actividad que había ejercido el difunto.
Una
tienda
piezas de caza.
donde
se
despachan
frutas
y
metálicos,
Un carnicero despachando
la
balanza
LA RELIGION: La religión romana fue politeísta y resultó de la combinación de elementos de distinta
procedencia. En un principio, los latinos practicaron un culto doméstico,
cuyo sumo sacerdote era el padre de familia. En todas las casas ardía el
hogar o fuego sagrado y se veneraba a los menes, que eran los espíritus de
los antepasados; a los lares, que eran los espíritus protectores de la casa; y a
los penates, o genios del bien. A Vesta, (imagen) diosa del hogar, se le
dedicaba un culto especial. En su honor se fundó un colegio de
sacerdotisas, llamadas vestales, que mantenían en el altar de la diosa el
fuego sagrado. Las vestales debían permanecer vírgenes y si faltaban a su
compromiso eran enterradas vivas.
Con la dominación de los etruscos, se introdujeron nuevas creencias,
principalmente la adoración a la trinidad constituida por Júpiter, Juno y Minerva. También alcanzaron
popularidad la adivinación y los presagios.
El culto público estuvo a cargo de sacerdotes, subordinados al colegio de Pontífices, que presidía el pontífice
máximo, o sea el rey.
Posteriormente, cuando los romanos se vincularon a los griegos, adoptaron todos sus dioses, a quienes
cambiaron de nombre, de tal manera que Zeus fue Júpiter; Hera, Juno; Atenea, Minerva; Artemisa, Diana;
Afrodita, Venus; Démeter, Ceres; Hermes, Mercurio; Ares, Marte; Hefestos Vulcano; Poseidón, Neptuno;
Hestia Vesta; y Apolo, que no cambió de denominación
Lo que más llama la atención fue la relación contractual que los romanos establecieron con los dioses, a
quienes les ofrecían promesas a cambio de favores que, si no se cumplían , daban lugar al repudio y la
recurrencia a otros dioses.