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Estructuralismo La Antropología Francesa de Durkheim y Lévi-Strauss. 7.1. EL ESTRUCTURALISMO Ferdinand de Saussure (1857-1913), lingüista suizo, considerado el fundador de la lingüística moderna. Nacido en Ginebra, Suiza, durante un año asistió a clases de ciencias en la Universidad de Ginebra antes de cursar estudios de lingüística en la Universidad de Leipzig (Alemania) en el año 1876. Siendo todavía estudiante publicó el importante tratado Mémoire sur le système primitif des voyelles dans les langues indo-européennes (Memoria sobre el sistema primitivo de las vocales en las lenguas indoeuropeas, 1879). Después de obtener su doctorado con su tesis De l’emploi du génitif absolu en sanskrit (El empleo del genitivo absoluto en sánscrito, 1881), se trasladó a París, ciudad en la que impartió clases de gramática comparada en la Escuela de Altos Estudios hasta el año 1891. Posteriormente fue profesor de sánscrito y de lenguas indoeuropeas en la Universidad de Ginebra. En 1907 fue nombrado catedrático de lingüística general. Su Cours de linguistique générale (Curso de lingüística general), reconstrucción de sus teorías, es la recopilación de sus clases y otros materiales que sus discípulos Bally y Séchehaye recogieron y publicaron en 1916 como obra póstuma de su maestro. Por esta obra a Saussure se le denomina ‘padre del estructuralismo’, ya que determina las consecuencias del enfoque estructuralista en el estudio del lenguaje. Fundamentó la semiótica gracias a una serie de oposiciones teóricas, la primera y fundamental entre langue (lengua), “serie de signos coexistentes en una época dada al servicio de los hablantes”, y parole (habla), el uso individual y concreto de esa serie de signos; es decir, el sistema abstracto frente a las realizaciones concretas. También distinguió entre la dimensión sintagmática y la paradigmática, entre el estudio sincrónico (estudio de la lengua en su aspecto estructural) y el diacrónico (estudio de su evolución), y definió signo lingüístico como combinación del signifiant (significante), imagen acústica, y del signifié (significado), su concepto. Su trabajo, que ha sido fundamental en la evolución de la lingüística durante la primera mitad del siglo XX, ha influido también en otras ciencias, como la antropología, la historia y la crítica literaria. El estructuralismo es un movimiento europeo en el área de la humanidades que emergió en Francia a mediados de la década de 1950 y en el que el lenguaje desempeña una función clave. El estructuralismo tiene sus raíces en la lingüística de Ferdinand de Saussure, cuya principal propuesta es que “el lenguaje no es ni una forma ni una sustancia”. Su nacimiento real tuvo lugar en 1955, cuando el filósofo Claude Lévi-Strauss (influido por Saussure pero también por los antropólogos y lingüistas estadounidenses y los formalistas rusos) publicó en el Journal of American Folklore un artículo titulado El estudio estructural del mito: Un mito, donde afirmaba que el mito “como el resto del lenguaje, está formado por unidades constituyentes” que deben ser identificadas, aisladas y relacionadas con una amplia red de significados. Así pues, los fenómenos culturales pueden considerarse como producto de un sistema de significación que se define sólo en relación con otros elementos dentro del sistema, como si fuera el propio sistema quien dictase los significados. Todo código de significación es arbitrario, pero resulta imposible aprehender la realidad sin un código. El estructuralismo se propone identificar y definir las reglas y limitaciones en el seno de las cuales, y en virtud de las cuales, el significado es generado y comunicado. Este método, que se define como inmanente porque no mira en el exterior para explicar los fenómenos culturales, elimina la búsqueda de autenticidad allí donde, por ejemplo, se encuentran diferentes versiones de un mito: el análisis estructural toma en consideración todas las variantes halladas en el estudio de un fenómeno determinado. Otra función del método es la de interpretar el funcionamiento de la mente, tanto en las culturas primitivas como en las culturas científicas, como un todo estructuralmente idéntico: la teoría kantiana de los procesos de pensamiento queda así demostrada a posteriori por la investigación antropológica. El estructuralismo se ha aplicado a la sociología, la crítica literaria y la filosofía, revelándose extraordinariamente útil en el estudio de la narrativa. Algunos precursores del estructuralismo fueron: Edward Sapir, Leonard Bloomfield, Louis Trolle Hjelmslev, Northrop Frye. 7.1.1. CONCEPTOS. Estructura, conjunto de elementos lingüísticos relacionados entre sí mediante un sistema ordenado de reglas. En lingüística estructura es sinónimo de construcción. El estudio de la lengua se realiza aislando unidades de distintos niveles para analizarlas y relacionarlas con todo el conjunto; por eso, se señalan en ella los planos o niveles: fónico, morfológico, sintáctico y léxico. Noam Chomsky, en Aspectos de la teoría de la sintaxis, distingue entre lo que se piensa, estructura profunda de la oración, y lo que se dice, estructura superficial. La estructura profunda y la superficial pueden ser idénticas, pero a veces una estructura profunda puede presentar varias estructuras superficiales. Señala que todas las lenguas coinciden en su estructura profunda, es decir, tienen una “gramática universal” pero difieren en su estructura superficial, la manera de expresar la estructura profunda, acorde con el sistema propio de cada una de ellas. Estructura social, conjunto de formas en que grupos e individuos se organizan y relacionan entre sí y con los distintos ámbitos de una sociedad. En sociología, la estructura es un instrumento para analizar la realidad social. El concepto de estructura tiene una larga evolución. Ya se utilizaba en el siglo XVII en el campo de la historia natural para hacer referencia a las relaciones entre las partes de un todo. El término se usaba en anatomía, pero en el siglo XIX se trasladó a la sociología como consecuencia del empleo de ciertos términos orgánicos por los pensadores de la época (Auguste Comte, Karl Marx y Herbert Spencer). El teórico social inglés Herbert Spencer estableció el paralelismo entre la organización y evolución de los organismos biológicos, y la organización y evolución de las sociedades. La sociedad, considerada como un “organismo vivo”, podía ser dividida en partes ordenadas y diferenciadas. Para Spencer, la estructura social sería la “trama de posiciones e interrelaciones mutuas mediante las cuales se puede explicar la interdependencia de las partes que componen la sociedad”. El sociólogo estadounidense Talcott Parsons elaboró su teoría del sistema y organización social en términos de estructura y función: la estructura, según Parsons, comprende los elementos del sistema relativamente constantes y estables, que serían: los roles (padre, maestro, etc.), las colectividades (familia, partido político, fábrica, etc.), las normas (los modelos) y los valores. Véase Funcionalismo. Sin embargo, fueron A. R. Radcliffe-Brown y Claude Lévi-Strauss los representantes de dos concepciones diferentes y enfrentadas sobre esta teoría: Radcliffe-Brown comparó la sociedad a un mecanismo en funcionamiento cuyas partes pueden ser descritas y representadas por los propios participantes (modelo conceptual). Lévi-Strauss, opuesto a la concepción de Spencer y Radcliffe, consideró la estructura como algo “latente” en la realidad pero a modo de un “orden oculto”, es decir, que sus partes sólo pueden ser interpretadas y explicadas (modelo teórico). Función social, en su sentido más estricto, papel que desempeñan los individuos o grupos en el seno de una sociedad. En toda colectividad existe la división de funciones entre personas o grupos, de modo que cada cual realice una contribución específica al conjunto de la sociedad. El término función tiene distintos significados: puede ser utilizado en el sentido de estatus, profesión, cargo o empleo, designando el conjunto de deberes y responsabilidades de una persona; es también la relación que existe entre dos o varios elementos, teniendo en cuenta que todo cambio que se introduzca en uno de ellos provocará modificaciones en los demás. En la teoría funcionalista (véase Funcionalismo), a la que está ligada, función es la contribución que aporta un elemento al conjunto del que forma parte. El sociólogo estadounidense Talcott Parsons definió las funciones como “modos sistemáticamente ordenados de ajuste o adaptación del sistema social”, que provocan cambios en las estructuras sociales. Según Parsons, hay que distinguir cuatro funciones en el seno de un sistema social: estabilidad normativa (que implica un cierto orden en el cambio); integración (asegura la coordinación entre las partes del sistema para su funcionamiento); prosecución de objetivos (de las diferentes partes del sistema o de éste en su totalidad), y adaptación (del conjunto de los medios para alcanzar esos objetivos). Las estructuras sociales responden a una función determinada: las estructuras de socialización surgen por la necesidad de la estabilidad normativa, las estructuras del derecho y aparato judicial por la función de integración, las estructuras políticas por la prosecución de objetivos y las estructuras económicas por la adaptación. Gracias al análisis de las funciones y al funcionalismo se han podido estudiar las interrelaciones que se dan entre los elementos de la cultura y de la sociedad, además de las relaciones entre cada elemento y el conjunto sociocultural. Así, todo fenómeno social se estudia teniendo en cuenta su contexto más global. Al igual que la estructura social, la función es un instrumento útil para los teóricos sociales a la hora de analizar la realidad. Sistema social, en sociología, base implícita o explícita sobre la que se fundamentan las teorías que se refieren a los grupos cuyos miembros guardan alguna relación entre sí. Constituye, según algunos autores, el soporte científico que sustenta el estudio de los datos de una sociedad, ya que lo primero que es preciso definir es la naturaleza de los componentes de un grupo social y la relación que éstos mantienen, es decir, lo que tienen en común. Si se parte de que un sistema se constituye para obtener una finalidad específica, cuando se aplica a la actividad humana se comprende que ese sistema está compuesto por cuando menos dos personas que interactúan en un medio determinado y con un objetivo dado. A un nivel más amplio, la noción de sistema social es igualmente aplicable a grupos, sociedades, instituciones y colectividades en las que existen estructuras, actividades, opiniones o posturas interrelacionadas. Dentro de un sistema social es preciso tomar en consideración que existen fronteras o límites que favorecen el equilibrio o estabilidad internos y que entre sus componentes hay una actividad de intercambio que, como en la cibernética, implica la entrada, procesamiento y salida de la información. Émile Durkheim (1858-1917), teórico social francés y uno de los pioneros del desarrollo de la sociología moderna. Durkheim nació en Epinal (Francia) en el seno de una familia judía. Se graduó en la Ècole Normale Supérieure de París en 1882 y a continuación trabajó como profesor de derecho y filosofía. En 1887 comenzó a enseñar sociología, primero en la Universidad de Burdeos y después en la de París. Durkheim pensaba que los métodos científicos debían aplicarse al estudio de la sociedad, y creía que los grupos sociales presentaban características que iban más allá o eran diferentes a la suma de las características o conductas de los individuos. También estudió la base de la estabilidad social, es decir, los valores compartidos por una sociedad, como la moralidad y la religión. En su opinión, estos valores (que conformaban la conciencia colectiva) son los vínculos de cohesión que mantienen el orden social. La desaparición de estos valores conduce a una pérdida de estabilidad social o anomia (del griego anomia, 'sin ley') y a sentimientos de ansiedad e insatisfacción en los individuos. Explicó el fenómeno del suicidio como resultado de una falta de integración del individuo en la sociedad. Durkheim analizó esta correlación en su obra El suicidio: un estudio sociológico (1897). Para explicar sus teorías en sus escritos utilizó a menudo material antropológico, especialmente de sociedades aborígenes. 7.2. DURKHEIM Emile Durkheim llevó a la ciencia francesa a su emancipación del reduccionismo biológico, aunque su trabajo se vio mermado por la rigidez y el conservadurismo de los planes académicos franceses. La escuela «sociológica» de Durkheim se interesó desde un principio tanto por los datos de la etnografía primitiva como por los de la sociología euroamericana. Las escuelas francesa y americana se asemejan en que ambas se alejan del evolucionismo y ambas tienden a estimular los enfoques emic. Durkheim fue sufriendo un cambio, adoptando progresivamente una forma hegeliana de idealismo, que con Lévi-Strauss casi llega al racionalismo de Descartes. 7.2.1. INFLUENCIAS Durkheim presenta gran variedad de facetas, desde materialista hasta místico, y esto genera ambigüedad. Se le considera el heredero espiritual de Comte, cuyo positivismo se opone al idealismo hegeliano. De este modo se presenta a Durkheim como un positivista, pero poco a poco Durkheim fue dando más importancia a los factores morales y religiosos. También debía Durkheim a Saint-Simon por su idea de la relación entre ideología y cambio sociocultural. 7.2.2. SOLIDARIDAD SOCIAL CONTRA LUCHA DE CLASES. EL ESTADO. El concepto de solidaridad social por Saint-Simon, Comte y Durkheim se inserta en una línea ininterrumpida de teorías políticamente conservadoras. Por una parte, la ciencia social radical seguía las cláusulas de Marx para que la sociedad se disgregara, mientras que los conservadores (Spencer, Durkheim, Radcliffe-Brown, Malinowski) postulaban razones para mantener su cohesión. Durkheim deseaba construir una nueva ciencia de la sociedad y esto tenía sus raíces en su interés por la relación entre el individualismo y el socialismo. Para Durkheim, la solidaridad social es el acuerdo espontáneo de los intereses individuales, expresado en el contrato. Este acuerdo sería meramente económico sin la intervención de ninguna regulación (intercambio de productos resultado del trabajo sin que nada más intervenga). Durkheim se opuso a las expectativas de Marx y Spencer del triunfo del individuo sobre la sociedad, y su idea de que la desaparición del Estado equivalía a la desaparición del aparato político y sus nexos restrictivos, supraindividuales y socioculturales. Para Durkheim el desarrollo de la división del trabajo y solidaridad orgánica refuerza el vínculo entre individuo y grupo, pues va acompañada de una expansión del aparato legal y administrativo junto con las reglas morales y éticas. La división del trabajo afecta a las funciones sociales de las que depende la existencia de la sociedad. De este modo Durkheim expone la necesidad de una disciplina que se ocupe de las funciones sociales (distintas de las individuales), dejando ver una posición superorgánica antecesora de Kroeber. Esta posición rechaza el racismo, pues es uno de los requisitos para esta ciencia de las funciones sociales que los fenómenos socioculturales no se pueden entender como la expresión ni de los instintos psicobiológicos ni de la elección voluntaria y consciente individual (sociedades de la misma raza con muchas diferencias de organización social y viceversa). El rechazo de los factores psicológicos individuales parte de la suposición de Durkheim de que la causa de un hecho social ha de buscarse en los hechos sociales precedentes y no entre los estados de conciencia individual. Las representaciones, las emociones y las tendencias colectivas son causadas por las condiciones en que se encuentra el grupo social en su totalidad. 7.2.3. LOS HECHOS SOCIALES. Durkheim quedó impresionado por el poder coercitivo que las cosas sociales ejercían sobre la conducta individual. Esto indicaba que tales «cosas» debían tener existencia por sí mismas. Este estatus fenomenológico que Durkheim aporta a las “cosas sociales” resulta operativamente inaceptable. La ciencia social corre un grave riesgo si separa la realidad de las instituciones, pautas y fuerzas socioculturales de la observación de la conducta de los individuos concretos. Sin embargo nos mostramos de acuerdo con Durkheim en que las manifestaciones individuales de una entidad sociocultural no pueden considerarse «cosas sociales». Sin embargo el problema llega cuando afirma que la conducta individual es una reencarnación o reflejo de entidades sociales de existencia independiente. Este exceso metafísico de Durkheim diferencia entre los hábitos individuales (adquiridos por aprendizaje y que no reflejan fenómenos sociales, son internos) y los verdaderos hechos sociales que brotan de la conciencia exterior y colectiva. Esta conciencia colectiva es la que otorga realidad independencia a las cosas sociales. Durkheim se define a sí mismo como racionalista, pero esta realidad superorgánica que él postula está llena de imágenes y predilecciones mentalistas e idealistas. A pesar de todo ello fue acusado, paradójicamente, de ser materialista. 7.2.4. SOLIDARIDAD Y DIVISIÓN DEL TRABAJO. LA REVOLUCIÓN. Desde Adam Smith, la división del trabajo se explicaba con la idea de que una mayor especialización facilitaba medios más eficientes y más baratos para la producción de bienes económicos de los cuales dependía la subsistencia y el placer del hombre. Durkheim por su parte, niega que la división del trabajo vaya aparejada al aumento de la «felicidad». Para Durkheim, y basándose en afirmaciones de Darwin, la rivalidad aumenta entre especies o razas muy próximas (se persiguen mismos objetivos y necesidades). Entre los hombres la rivalidad crece en proporción directa con el crecimiento de la «condensación social». A medida que progresa la condensación, la cohesión mecánica propia de masas sociales pequeñas deja su sitio al principio orgánico, y la tendencia del organismo social a disgregarse o a consumirse en una fatal lucha interna queda contrarrestada por el desarrollo de la solidaridad orgánica. Así, la división del trabajo sirve para reducir la competencia, aumentar la heterogeneidad e incrementar la dependencia mutua, es decir, preservar la solidaridad social. Esta postura cuestiona que el hombre primitivo sienta el deseo de conseguir la abundancia material. Más bien este deseo es una consecuencia y no una causa de la división del trabajo (rechazo del determinismo económico). Tanto Marx como Durkheim asignaba un importante papel a la lucha de clases. Pero para Marx esta rivalidad no se resuelve con la división del trabajo sino con la guerra entre clases, aumentando la cohesión dentro de las clases, y aumentando el conflicto entre clases. La interpretación de Durkheim resulta lamentable pues prescinde de la causación tecnoeconómica (sólo se basa en la solidaridad social). La idea de Durkheim del proceso de «condensación social» está repleta de ambigüedades. Este proceso es el producto de un aumento de la densidad de población e implica que para estudiar las condiciones responsables de la división del trabajo es necesario dar una explicación de los cambios demográficos. Con el tiempo Durkheim abandonó un poco los procesos de condensación social y tendió cada vez a asumir como datos la variedad de sistemas tecnoeconómicos y tecnoecológicos, pero dando a la conciencia colectiva un papel cada vez más autónomo, llegando a afirmar el poder de las representaciones colectivas en términos idealistas comparables a los de Hegel. 7.2.5. EL ORIGEN DE LAS EXPLICACIONES FUNCIONALISTAS. Para explicar el origen de la religión (tomamos esto como ejemplo), Durkheim considera como origen las causas siempre presentes de que dependen las formas más esenciales del pensamiento y de la práctica religiosa. Sus conclusiones es que todos los conceptos básicos asociados a la religión se originan de la experiencia recurrente colectiva (por la que los seres humanos sienten la fuerza y la majestad del grupo social). Estas categorías de la religión explican la fuerza de la conciencia colectiva (las ideas como espacio y tiempo se deben también a esta sincronía del alma humana). Debemos reprochar a Durkheim su ausencia de preocupación por explicar las variaciones específicas de los sistemas religiosos. Los estructuralistas franceses y británicos siguieron un patrón idéntico para explicar principios como la unidad del grupo de hermanos y otras leyes universales. 7.2.6. TRIUNFO DEL ESPÍRITU SOBRE LA MATERIA. En su fase final, Durkheim otorga poder autónomo a las representaciones colectivas para adoptar por sí mismas miles de formas específicas, son impredecibles e «inretrocedibles». Es decir, la sociedad puede construirse a sí misma según cualquier imagen que se le antoje adoptar. Por así decirlo, la conciencia colectiva se forma por la unión de todas las conciencias individuales, pero, una vez formada, sólo obedece a sus leyes propias, muchas veces con manifestaciones sin ninguna clase de propósito ni utilidad, tan sólo afirmarse a sí misma. Este triunfo del espíritu sobre la materia se afirma por la prioridad causal de la ideología: «casi todas las grandes instituciones sociales han nacido de la religión». La idea de la economía de Durkheim estaba contaminada por el sentido emic de las reglas y los ideales. Marcel Mauss (1872-1950), antropólogo y sociólogo francés, nacido en Épinal. Estudió en la Universidad de Burdeos y en la École Pratique des Hautes Études de París, donde más tarde sería profesor de religiones primitivas en 1901. Fue cofundador del Instituto de Etnología en 1925, y seis años después se le eligió para ocupar el sillón de sociología en el Colegio de Francia. Mauss fue una figura central en el círculo de L'Année Sociologique, revista fundada por su tío, Émile Durkheim, para propagar sus ideas y métodos sociológicos. A la muerte de su tío, asumió la dirección del grupo y la edición de la revista. Colaboró muy de cerca con otros miembros del grupo y aplicó las teorías y los métodos abstractos de Durkheim al campo antropológico, relacionando las concepciones culturales de un pueblo con su estructura social, en los ensayos: Ensayo sobre la naturaleza y función del sacrificio (1899) y Sobre algunas formas primitivas de clasificación (1901). Su obra más conocida, Ensayo sobre el don (1925), trata sobre las obligaciones que sustentan las formas de intercambio y el modo en que estos intercambios, que actúan como ‘hechos sociales totales’, ayudan a estructurar todos los aspectos clave de la sociedad en el proceso de fortalecimiento de los lazos sociales entre sus miembros. La influencia idealista de Hegel se aprecia en varios aspectos en Durkheim. Para Hegel la historia consiste en el espíritu del mundo que se abre paso hasta llegar a la conciencia de sí mismo. Durkheim reemplaza el espíritu del mundo por la conciencia colectiva. La influencia de Hegel también se aprecia a la hora de comparar diferentes culturas. Para Durkheim cada país tenía un alma que se mantenía aparte. Por todos estos supuestos, la antropología francesa está pagando un alto precio. 7.3. MARCEL MAUSS Mauss fue el más eminente seguidor de los colaboradores de Durkheim, fiel discípulo de éste. Mauss concedió a las explicaciones de amplios dominios de los fenómenos socioculturales a través de la identificación de las representaciones colectivas arquetípicas. Así, explicó los fenómenos sacrificiales por una idea colectiva de un dominio de lo sagrado. Explica la magia también por la creencia colectiva en una fuerza impersonal que da cuenta de la eficacia que se atribuye a la conducta mágica. Así mismo, la idea colectiva de reciprocidad explica fenómenos como el Polach y el Kula. Lévi-Strauss decía que Mauss tenía gran imaginación, sentido genial de la materia social y conocimientos ilimitados. Asimismo establecía semejanzas con éste y con Durkheim al reducir los fenómenos complejos a sus elementos subyacentes. De hecho, Lévi-Strauss recibió su mayor inspiración de este autor. Para Lévi-Strauss Mauss trata las manifestaciones del don como «hechos sociales totales» en los que «todos los tipos de instituciones, religiosas, legales, morales y económicas, encuentran expresión simultanea». Es para Lévi-Strauss una forma nueva y superior de análisis funcional, aproximándose a la psicología. Estos «hechos sociales», para Mauss, se entienden aprehendiéndolos totalmente, desde fuera, como una cosa que es parte integrante del conocimiento subjetivo. Por ser irremediablemente humanos, tenemos que «vivir» el hecho social como lo vive el nativo. En definitiva, Mauss se dio cuenta de que en el espíritu humano pueden existir estructuras internas profundas y ocultas, causalmente anteriores a las representaciones colectivas como hechos sociales objetivos (Nota: asociar esto a las aportaciones de Mauss), llegando al umbral del descubrimiento de la teleología del inconsciente del espíritu, que iba a servir de base a la obra de Lévi-Strauss. 7.3.1. EL DON. Mauss se propuso reducir todas las variedades existentes en el mundo de las prácticas relacionadas con el don a su forma elemental. Afirmó que todas estas prácticas son ejemplos de una forma arcaica de cambio en la que se da una circulación de los objetos junto a una circulación de las personas y los derechos. Todo esto es una expresión del principio de reciprocidad. La posición de Mauss supone una presión ideológica o mentalista, y sus explicaciones sólo son posibles gracias a algunas lagunas fundamentales y por arrancar la conducta económica de su contexto cultural y dinámico. 7.4. LÉVI-STRAUSS Lévi-Strauss, seguidor de Mauss, incurre en el error de no saber distinguir entre los motivos que impulsan a los individuos a comportarse de un modo determinado durante los procesos de producción, distribución y consumo y las razones sistemáticas, causales y funcionales de esa conducta. Así compara el frenesí consumista de las navidades americanas con los potlach Kwakiutl. Pero esta locura navideña tiene otra dimensión. Para Lévi-Strauss la vida social se entiende en términos de ciclos de reciprocidad que implicaban el intercambio de bienes, y esta reciprocidad puede conducirnos hasta la estructura mental subyacente. Nadie en las ciencias sociales francesas puede compararse a Lévi-Strauss en erudición bibliográfica, conocimiento directo de grupos tribales. 7.4.1. EL DON DE LAS MUJERES. La obra de Lévi-Strauss, Las estructuras elementales del parentesco, es la aplicación de la teoría del intercambio de Mauss, en concreto del bien más preciado de las sociedades, las mujeres, obedeciendo a la ley de la prohibición del incesto. Esta prohibición del incesto sirve para promover el intercambio recíproco de mujeres. A partir de aquí, el estudio del parentesco consiste esencialmente en el análisis y en la clasificación de los diversos sistemas de intercambio de mujeres. Claude Lévi-Strauss (1908- ), antropólogo francés y principal defensor del enfoque estructuralista en la antropología social. Nació en Bruselas, pero se educó en Francia, donde estudió filosofía y derecho en la Sorbona de París. En 1934 viaja a Brasil como profesor de sociología en la Universidad de São Paulo, donde realizó durante tres años trabajos de campo sobre las comunidades indígenas del Mato Grosso y la Amazonia. En 1942 se traslada a Estados Unidos como profesor visitante en la New School for Social Research de Nueva York; fue nombrado director asociado del Musée de l’Homme en París en 1949 y más tarde director de estudios en la Escuela Práctica de Altos Estudios de la Sorbona (1950-1974). En 1959 Lévi-Strauss trabajó como catedrático de antropología social en el Collège de France y dirigió al mismo tiempo el Laboratorio de Antropología Social. Miembro de la Academia Francesa, fue condecorado con la Legión de Honor. Lévi-Strauss goza de un lugar preeminente entre los investigadores que afirman que las diferentes culturas de los seres humanos, sus conductas, esquemas lingüísticos y mitos revelan la existencia de patrones comunes a toda la vida humana. Entre sus libros cabe citar: Estructuras elementales del parentesco (1949), su autobiografía Antropología estructural (1958), Tristes trópicos (1955) y El pensamiento salvaje (1962). En 1964 publica el primer volumen de Mitológicas, que comprende: Lo crudo y lo cocido (1964), De la miel a las cenizas (1966), El origen de las maneras en la mesa (1968) y El hombre desnudo (1971). 7.4.2. METODOLOGÍA DE LÉVI-STRAUSS. Las explicaciones de Lévi-Strauss ignoran o subvaloran la importancia del factor de la competencia entre grupos y de las ventajas de la exogamia para la subsistencia. Este error le incapacita para explicar las semejanzas y las diferencias culturales concretas, pero sí que le permite ignorar las relaciones entre estructura social, productividad, demografía y guerra en el logro de adaptaciones culturales. REDUCCIONISMO PSICOLÓGICO Por su parte Lévi-Strauss recurre a ciertas estructuras del espíritu humano, basadas en la dialéctica entre «yo y otros» para poder explicar las formas básicas de reciprocidad que se dan en las categoría del incesto, concluyendo que la reciprocidad es un componente básico de la búsqueda de seguridad psicológica por parte del niño. Esta perspectiva nos lleva irremediablemente al reduccionismo psicológico que no hace preguntarnos: si los fenómenos exogámicos son instintivos ¿por qué son tan diversos? Si la reciprocidad es inherente a la psique humana ¿Cómo se explican situaciones antiguas y contemporáneas de ricos que lo tienen todo y pobres que no tienen nada? CARTESIANISMO Lévi-Strauss se entrega al descubrimiento del sustrato mental del que la vida social es la encarnación material. Uno de los rasgos especiales de la tradición francesa es el racionalismo cartesiano, cuyos componentes más relevantes son las estructuras del pensamiento y no las del sentimiento. Los sentimientos (y emociones) se reducen a símbolos de + y -. De este modo Lévi-Strauss no tiene en cuenta sentimientos sino que tiene más importancia la propensión de la mente humana a construir categorías lógicas basándose en contrastes binarios (se observan los hechos superficiales, se produce una negación oculta y luego se vislumbra una nueva realidad). EL MODELO LINGÜÍSTICO Nikolái Serguéiech Trubetzkoi (1890-1938), lingüista ruso, especialista en indoeuropeo, lengua que había estudiado en Rusia, y representante de la corriente lingüística conocida como funcionalismo. Nació en Moscú. En la revolución de 1917 emigró de su país hacia Viena. En 1928, junto a otros lingüistas como Roman Jakobson, cofundó y participó en los trabajos del Círculo de Praga (véase Lingüística: El Círculo de Praga). Profesor en la Universidad de Viena, se vio obligado a abandonar su puesto al ser arrestado por los nazis (véase Nacionalsocialismo) y murió poco tiempo después. Sus trabajos —muchos de ellos incompletos— supusieron una importante aportación al campo de la fonología, y sobre todo en la descripción del fonema como mínima unidad de distinción sin significante, definido de manera puramente diferencial y no psicológica. A Trubetzkoi se debe el primer intento de clasificación fonológica de las vocales; su proyecto era establecer un sistema comparable al de los elementos químicos de Mendeléiev. Su obra más importante, Principios de fonología (publicada a título póstumo en 1939 por el Círculo de Praga), supuso una importante contribución a la investigación moderna en fonología. Otros títulos de Trubetzkoi son: La fonología actual (1933), Introducción a las descripciones fonológicas (1935) y La neutralización de las oposiciones fonológicas (1936). El estructuralismo francés confluye con el desarrollo de un modelo etnosemántico en EEUU. La gran aportación vino de la escuela de Praga en mano de Trubetzkoi y Jakobson, al demostrar la naturaleza sistemática del conjunto de contrastes fonológicos empleados por cada lenguaje al construir su repertorio de sonidos significativos. El procedimiento de estos autores es elaborar una red o matriz de oposición, donde las agrupaciones binarias de diferencias de sonido ocupan su posición en un espacio multidimensional. Se trata de reducir los infinitos sonidos de cada lenguaje a un pequeño número de sistemas de contraste (descubrir la estructura profunda bajo las apariencias superficiales). Roman Osipovich Jakobson (1896-1983), uno de los más importantes lingüistas del siglo XX. Jakobson nació en Moscú pero se trasladó a Praga en 1920. Allí contribuyó a fundar el Círculo de Praga (véase Lingüística) en el año 1926, del que fue su vicepresidente. En 1939 se fue a Escandinavia bajo la amenaza nazi, y desde allí pasó a Estados Unidos en 1941. Empezó a dar clases en Nueva York, y desde 1949 dirigió una cátedra en la Universidad de Harvard, además de ser profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) desde 1957. Fue presidente de la Sociedad Lingüística Americana en 1956. En 1980 recibió el Premio Internacional de Filología y Lingüística, y en 1982 el Premio Hegel. Los trabajos de Jakobson han sido fundamentales en los estudios de crítica literaria desde un enfoque estrictamente lingüístico, que como consecuencia ha pasado a llamarse después Estilística lingüística. Su trabajo, muy conocido, enlaza, dentro de la fonología estructural, con la teoría de los rasgos distintivos, y de ella se dice con frecuencia que es su descubrimiento más importante. Según esta teoría, los rasgos distintivos, esto es, las unidades mínimas de las que consta cualquier segmento fónico, son los factores que hay que tener en cuenta a la hora de realizar el análisis fonológico, y muestran más datos sobre la forma en que están organizados los fonemas de una lengua cualquiera. Junto a esto, su contribución ha sido importantísima en el campo de la adquisición fonológica por parte de los niños, en el tratamiento de la afasia, y también en el estudio de la lengua eslavona. Sus libros más importantes son: Lenguaje infantil y afasia (1941) y Fundamentos del lenguaje (1956). Tiene además una obra ingente de artículos sobre diversos temas recogidos en cuatro volúmenes de Selected writings (I: Phonological Studies; II: Word and Languages; III: The Poetry of Grammar and the Grammar of Poetry; IV: Slavic Epic Studies) publicados entre 1962-1985, The Sound Shape of Language (1979). Lévi-Strauss trató de incorporar esta metodología a su estudio del parentesco, incorporando nuevos cambios de prioridad: 1 el estudio de los fenómenos conscientes debe dejar paso al estudio de la estructura inconsciente, 2 los términos o rasgos no deberán tratarse como entidades independientes sino que es su relación el verdadero objeto de estudio, 3 deben formularse leyes generales bajo la forma de relaciones invariantes necesarias o interculturalmente válidas. 4 demostrar sistemas concretos en términos de casos específicos 7.4.3. EL PARENTESCO DE LÉVI-STRAUSS. Lévi-Strauss procede a una discusión de las semejanzas entre la búsqueda de las estructuras mentales subyacentes a los sistemas de parentesco y los progresos por la lingüística en esa misma dirección. Uno de los principales problemas del parentesco es la relación entre el hermano de la madre y el hijo de la hermana. La interpretación válida hasta ahora de Radcliffe-Brown era que la actitud de la madre es indulgente y el hermano se identifica con ella, mientras que la del padre es autoritaria y la hermana del padre se identifica con éste. El problema para Lévi-Strauss es que no basta reducirlo a dos relaciones sino que se deben tener en cuenta todas las relaciones entre todas las partes. Esta relación con el hermano de la madre se llama avunculado. Lévi-Strauss llamó a las relaciones libres, de confianza y familiaridad con el símbolo + mientras que las relaciones de hostilidad y antagonismo con el símbolo –, y formuló una ley general: «La relación entre el tío materno y el sobrino es a la relación entre el hermano y la hermana como la relación entre el padre y el hijo es a la relación entre el marido y la mujer. De este modo, si conocemos un par de esas relaciones, siempre es posible inferir el otro». Pero esta explicación de Lévi-Strauss no constituye una verdadera explicación, pues no nos dice por qué unos son matrilineales y avunculocales o por qué tienen clanes exógamos y no tienen secciones. Es decir, hace una descripción detallada pero no explica las causas de un determinado sistema de parentesco. Intentando llegar hasta ese punto, Lévi-Strauss sólo alcanza pequeños resultados. «El sistema de parentesco es un lenguaje, y una sociedad puede preferir otros modos de expresión y de acción». La posición de Lévi-Strauss de buscar la estructura subyacente es una posición válida sólo si se puede demostrar que existan expresiones concretas, materiales y directas o indirectas en las que la estructura subyacente adquiera alguna clase de materialidad. MODELOS ESTADÍSTICOS Y MECANICOS Para Nutini la principal aportación de Lévi-Strauss es su división de los modelos en mecánicos (donde los elementos y los fenómenos son de la misma escala) y en estadísticos (donde los elementos son de escala diferente). INTERCAMBIO RESTRINGIDO Y GENERALIZADO Un gran descubrimiento de Lévi-Strauss es que los sistemas de matrimonio pueden clasificarse en dos grupos: los que se producen por intercambio restringido de mujeres y los que se producen por intercambio generalizado. El intercambio restringido ocurre entre dos grupos y el generalizado en una cadena de grupos: A→B→C→D…, donde ABCD son diferentes linajes. Estos diferentes intercambios generan diferentes tipos de matrimonio entre primos cruzados. El intercambio generalizado se relaciona con el matrimonio asimétrico de primos cruzados, y resultan más modernos por conseguir un mayor grado de solidaridad social. Lévi-Strauss descubrió también que la variedad patrilineal del matrimonio asimétrico no es una imagen exacta de su versión matrilineal pues en aquélla se produce una inversión que hace que las generaciones sucesivas al ciclo ABC alterne con el ciclo CBA. Esto da lugar a un sistema menos solidario por lo que Lévi-Strauss afirma que es menos común esta versión patrilineal, pues también la versión matrilineal favorece una mejor integración en el grupo. Homans y Schneider criticaron la relación entre frecuencia de matrimonio y aumento de la solidaridad social. Para ellos hace falta una teoría que especifique cómo es que los intereses personales inmediatos de los actores humanos resultan mejor servidos adoptando una forma y no la otra. De este modo asocian la buena relación con el hermano de la madre como requisito para preferir a su hija, «allí donde un hombre encuentre amor en una generación, allí lo buscará la siguiente». De este modo, donde la regla de filiación sea matrilineal (madre severa y dominante), se dará el tipo opuesto de complejo sentimental. Así, aunque consideran que la solidaridad de Lévi-Strauss sigue actuando y siendo válida, su explicación da más respuestas y predice con total fiabilidad. Lévi-Strauss se defendió de esta crítica diciendo que las correlaciones de Homans y Schneider no prueban nada pues, estadísticamente, la filiación patrilineal y el matrimonio matrilateral se presentan con mucha más frecuencia que sus opuestos, de modo que la distribución azarosa de estos dos autores no explica que se dé más un caso que otro. Tras analizar una muestra de 564 sociedades, donde la preferencia de matrimonio patrilateral era muy escasa, Lévi-Strauss concluye que, aun concediendo que las reglas de matrimonio matrilateral y patrilateral están estadísticamente asociadas a las filiaciones patrilineal y matrilineal respectivamente, él puede dar una explicación a esto desde su teoría: ya que los sistemas matrilineales son más inestables que los patrilineales, no pueden mantener los largos ciclos de matrimonio matrilateral, mientras que los ciclos cortos de matrimonio patrilateral sí que podrían ser mantenidos.