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TEMA 14: PERFIL Y FUNCIONES DEL EDUCADOR SOCIAL.
1. Marco conceptual del perfil del educador social
El ámbito profesional del educador social queda definido no sólo por las funciones que
históricamente han sido de su competencia, sino también por aquellas que en respuesta a las
necesidades sociales le han sido paulatinamente atribuidas.
El campo de trabajo del educador social está condicionado por su propia historia, pero hoy nadie
cuestiona que su espacio de intervención sea la realidad sociocomunitaria, sin que ello suponga
renunciar al tratamiento individual. Actualmente vivimos el auge de este campo profesional.
1.1. ELEMENTOS ESPECÍFICOS:
Según Petrus Rotger, “lo específico del perfil profesional del educador social es el carácter
pedagógico de su intervención, orientada ésta desde una perspectiva crítica y transformadora de la
sociedad” sea cual fuere el enfoque desde el cual contemplemos la actividad del educador social,
ésta viene determinada por dos ejes: a) el ámbito social de su trabajo, y b) el carácter educativo de
su intervención.
Esta profesión debe tener un doble fundamento: el teórico y el práctico, entendido como dos
dimensiones de una única realidad.
“la acción educativa en el ámbito social precisa de continuos análisis teórico-prácticos de cómo es y
cómo debe ser la realidad, pero nunca concebir la teoría y la práctica a manera de autonomía,
como es habitual en determinados discursos o escritos”.
1.2. DIVERSIDAD DE ENFOQUES DE LA EDUCACIÓN SOCIAL:
Petrus constata la importancia que tiene “definir la educación social como el marco conceptual del
educador social”. Desde la perspectiva teórica se afirma que “la única vía de acceso válida para
conocer lo que hoy entendemos por educación social es, por un lado, el análisis de la realidad
existente, y por otro, la reflexión sistemática de lo que esa realidad es y debe ser”.
Según Petrus los principales enfoques que de la educación social percibimos en nuestro contexto
cultural son:
Como socialización: Sería el proceso de transformación del individuo biológico en individuo social,
a través de la transmisión y aprendizaje de la cultura de la sociedad. La educación social sería un
aprendizaje social a través de la enculturación o aculturación. En el contacto con los grupos
primarios se produciría el aprendizaje afectivo, con grupos más generales y menos afectivos,
interiorización de los valores, socialización secundaria y la socialización terciaria denominada
también resocialización, reeducación social, educación correccional, etc.
Es el proceso de intervención educativa mediante el cual el individuo deja sus conductas
antisociales, asociales o disociales y se reincorpora a la sociedad.
Acción profesional cualificada: En la sociedad postmoderna surgen problemas en relación con la
normal y anormal adaptación social. La educación social será una acción consciente, reflexiva y
planificada, fundamentada en la técnica y la metodología para incidir positivamente en un sistema
social por medios adecuados y destinados al cambio.
Acción cerca de la inadaptación: La educación social trata de resolver problemas de convivencia,
desarrollar y promover la calidad de vida de todos los ciudadanos y aplicar estrategias de
“prevención de causas” de los desequilibrios sociales.
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Adquisición de competencias sociales: Es la acción que conduce al logro de virtudes o
capacidades sociales que un grupo o sociedad considera correctas para alcanzar el éxito social.
Requiere pertenencia y actuación en un grupo, supone que la persona es valorada y digna de ser
tenida en cuenta y que tiene la oportunidad de contribuir al desarrollo del grupo. La competencia
social exige dos condiciones: que el sujeto satisfaga las expectativas sociales que sobre él
recaigan y que sea consciente de su progreso personal como ser humano, lo cual supone un grado
de satisfacción en su actuación.
Didáctica de lo social: La educación social es un conjunto de estrategias e intervenciones
sociocomunitarias en el medio social-marginal o no. Es un enfoque praxiológico.
Como formación política del ciudadano: La educación política forma parte de la educación en su
sentido más amplio, por lo que está fuertemente ligada a la educación social. La política es la ciencia
que nos dice lo que hay que regularizar aquí y ahora para poder disponer de un modelo de
convivencia.
Como control social: Todo proceso educativo va en paralelo a una cierta acción de control mediante el
cual las tendencias desviadas pueden ser previstas o contrarrestadas, lográndose así el deseado
equilibrio adaptativo. Las sociedades más avanzadas utilizan un conjunto de procedimientos para que
todos sus miembros observen las normas de conducta consensuadas y catalogadas como necesarias
para conseguir el orden social.
Como trabajo social: Es un trabajo social, programada y realizado, entendido desde la perspectiva
educativa y no meramente asistencial. Es una actividad más comprometida con el cambio de la
realidad social injusta y con una mayor incidencia sobre las causas que generan esas desigualdades.
Como paidocenosis: Sería una acción educadora de la sociedad. La educación social entendida como
instrumento para la socialización y correcta inserción social; debe entenderse también como un
recurso para mejorar la propia sociedad; está principalmente cerca de aquellos sectores de la
sociedad que presentan problemáticas específicas.
Como educación extraescolar: Abarcaría toda intervención educativa estrtucturada que no fuera
estrictamente escolar y que no formara parte del sistema educativo reglado, que tiene la institución
escolar como referente. La educación social ha de ser capaz de crear un ambiente de libertad según
la edad del educando y según el ámbito concreto en que ejerza su función. Se trata de una acción
pedagógica intencional y reglada, aunque sólo muy accidentalmente escolar.
Generadora de demandas sociales: La educación social tiene mucha relación con la vida cotidiana de
las personas marginadas pero también es competencia suya intervenir cerca del sujeto
“normalizado”. Así es como será posible que genere nuevas necesidades sociales y nuevas demandas
para evitar que surjan desequilibrios precisamente en detrimento de unos y en beneficio de otros. En
palabras de M. Marchioni diremos que “la educación social es una acción para la comunidad, en la
comunidad y con la comunidad”.
Como prevención de causas: Debe actuar sobre las causas que generan los desajustes sociales. Esta
intervención socioeducativa ha de realizarse desde los supuestos de la pedagogía y no de ciertas
estrategias políticas, principalmente cuando éstas no coinciden con los principios de una correcta
teoría de la educación social.
1.3. CONCEPTUALIZACIÓN INTEGRADORA
La síntesis descriptiva que hemos realizado de los principales enfoques de la educación social en la
actualidad nos ayuda a comprender la difícil precisión técnica y práctica del término.
La conceptualización tiende a variar según la ideología, la filosofía y la visión antropológica desde
la que se aborda su conocimiento científico.
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La mayoría de autores, entre ellos Petrus Rotger, tienden a establecer enfoques y definiciones de la
educación social desde una perspectiva abierta e integradora, ya que en su conceptualización
intervienen diversos factores como el contexto social, la concepción política, la cultura
predominante, la situación económica y la realidad educativa del momento.
Es necesario el conocimiento científico de esta realidad social polifacética cambiante para así poder
incidir de manera más racional sobre ella para mejorarla. La educación social es un ámbito
educativo que estará siempre en proceso de construcción. Su conocimiento científico ha de ser
congruente con las características de esta realidad socioeducativa.
2. La profesión del educador social
La definición, el perfil y las funciones del educador social han sido objeto de estudio a lo largo de la
última década. La Federación Estatal de Asociaciones Profesionales de Educadores Sociales
(FEAPES) presentó un documento base que sirviera para el análisis, reflexión y debate en el marco
del I Congreso Estatal del Educador Social “Presente y futuro en la Educación Social” celebrado en
Murcia en 1995. Parte de la idea de que la realidad social y profesional constituye la base del
desarrollo futuro de la profesión.
La aparición de la Diplomatura en Educación Social en 1991, ha constituido un nuevo modelo
profesional y académico. Ha sido un elemento muy importante para la configuración y perspectivas
de desarrollo de esta profesión. A ello a contribuido el movimiento asociativo de profesionales
anterior incluso al nacimiento de la Diplomatura.
2.1. ANTECEDENTES
La actividad existió mucho antes de que se produjera la formación del plan de estudios
universitarios, el cual viene a responder a la necesaria regularización en el ámbito formativo de una
realidad profesional que se configura desde la síntesis de varias figuras (educador especializado,
animador sociocultural, educador de adultos,...) que estaban atendiendo diversas demandas
planteadas por la sociedad (desarrollo comunitario, atención educativa a las problemáticas sociales,
desarrollo personal, etc.).
Dentro de esta realidad profesional, una parte muy importante, históricamente, se ha agrupado bajo
la identidad del educador especializado y precisamente desde ahí se configuró el movimiento
asociativo.
El I Congreso Estatal de Asociaciones Profesionales de Educadores Sociales planteó la definición,
perfil y funciones del educador social, teniendo en cuenta todos sus antecedentes profesionales y
para poder dar respuesta a las demandas sociales presentes y aquéllas que en el futuro vayan
apareciendo en sus ámbitos de intervención.
La historia de la figura del educador social va pareja a la historia y evolución de las sociedades en
las que aparece, según el encargo social que aquél recibe y los diferentes modos de entender la
sociedad y la educación.
Tradicionalmente, el movimiento profesional ha considerado el perfil de la figura profesional del
Educador Social se podía enmarcar en estos ejes fundamentales:
– Es un trabajador social.
– Es un profesional de la educación.
– Es una profesión de las que se denominan “de ayuda”.
– El marco conceptual de referencia es la pedagogía social.
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2.2. DEFINICIÓN PROFESIONAL DEL EDUCADOR SOCIAL
Tomando en cuenta la definición que se formula en las “Directrices Generales propias de los planes
de estudios conducentes a la obtención del título oficial de Diplomado en Educación Social”: “Las
enseñanzas conducentes a la obtención del título deberán orientarse a la formación de un educador
en los campos de la educación no formal, educación de adultos (incluidos los de la tercera edad),
inserción social de personas desadaptadas y minusválidas, así como en la acción socioeducativa”.
El movimiento asociativo ha considerado esa definición como referencia necesaria pero no
suficiente, y que debe ir articulándose una definición propia más acorde con la realidad profesional.
En el documento base denominado “Definición, perfil y funciones del educador social” (I Congreso
Estatal del educador social) se afirma lo siguiente:
“ El educador social es el profesional de la educación que, en el ámbito de la educación no formal,
trabaja en el diseño, gestión e intervención directa en los recursos y mediaciones tendentes al logro
de una adecuada socialización y/o plena integración social de los individuos. Su intervención se
puede situar tanto en el ámbito individual, grupal y/o comunitario”.
En el mismo documento, se afirma que, en muchas ocasiones, el educador social se configura como
“ un profesional de la educación, de atención directa, que trabaja en el marco de la vida cotidiana,
con el objetivo de potenciar el desarrollo de los recursos del sujeto y facilitar su circulación en un
entorno comunitario más amplio, de modo que logre su inserción social activa”.
Esta definición de carácter profesional, tiene un componente integrador y otro orientador, debe
complementarse con un análisis concreto de la realidad profesional, de la demanda social existente y
así se podrá perfilar mejor los retos concretos que se plantean a esta figura profesional.
2.3.ÁMBITOS DE INTERVENCIÓN: EVOLUCIÓN Y COMPLEJIDAD
Partimos de la idea de cierta confluencia entre los ámbitos de intervención del educador social con
los de las figuras profesionales preexistentes.
2.3.1. Aportaciones desde la educación especializada:
El educador especializado en un principio intervenía casi exclusivamente en el campo de la infancia
y juventud con problemas de inadaptación. Posteriormente se fue extendiendo este campo hacia
ámbitos de intervención normalizados y hacia otros grupos de población inadaptada.
En los últimos años, las transformaciones sociales y políticas han influido en la atención a los
sectores de la población sobre los que interviene el educador. Ha ido surgiendo la necesidad de
respuestas educativas ya sean de carácter preventivo, asistencial o de control. En el campo de las
minusvalías, el trabajo orientado no a la discriminación sino a la integración en ámbitos
normalizados; atención especializada a las drogodependencias; demanda de atención por parte de
colectivos numerosos (adultos mayores, mujer, salud mental); la inte rvención comunitaria
intentando implicar a la sociedad en el proceso de integración de dichos sujetos, y la creación y
dinamización de nuevos recursos normalizados.
El estado del bienestar y los avances pedagógicos están produciendo un cambio significativo
produciéndose el paso del asistencialismo y la beneficencia a la atención profesional que potencia la
autonomía, la prevención, el desarrollo comunitario y, en definitiva, hacia un enfoque educativo.
El educador especializado ha tenido que ir cambiando sus modelos y principios de actuación desde
el ámbito más marginal hacia la prevención, para evitar que se llegue a esas situaciones de
marginación y, finalmente realizar una prevención más global, entendiéndola como promoción
genérica del bienestar social.
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2.3.2 Aportaciones desde la animación sociocultural:
El animador sociocultural (ASC) es también otra figura profesional concurrente en la identidad de
educador social. La evolución del profesional de la ASC ha tenido un sentido inverso al del
educador especializado. Desde planteamientos y ámbitos claramente comunitarios, hasta
encontrarse con problemáticas más individuales, los ámbitos de la marginación e inadaptación
social, estas personas o grupos les planteaban nuevos retos para su modelo de intervención.
Dentro del contexto de la ASC existe otra figura que ha gozado de contrataciones profesionales en
el ámbito de las Administraciones públicas; el gestor cultural, profesional que realiza tareas de
gestión técnica, de recursos culturales y artísticos, y a los que los municipios les encomiendan la
gestión técnica de su política cultural y de participación social.
Pero no es conveniente incluirlos en el perfil y funciones propias del educador social. Es cierto que
los educadores sociales tienen que gestionar directamente recursos sociales y culturales, pero esa
función no debe ser la seña de identidad principal.
2.3.3. Aportaciones desde la educación de adultos:
Buena parte del colectivo dedicado a la educación de adultos se adscribían genéricamente más al
enfoque de la animación sociocultural que propiamente a la educación de adultos como específico.
Otra parte del colectivo han sido educadores de adultos, formados como profesores de EGB.
La práctica profesional muy pronto planteó a estos profesionales las limitaciones que el enfoque
escolar originaba.
2.3.4. Síntesis de ámbitos y campos de intervención:
La identificación de los ámbitos del educador social va desde lo individual a la complejidad que es
posible alcanzar dentro de diversas realidades sociales, que van emergiendo junto a su puesto:
– Individuo concreto.
– Grupo determinado que puede estar identificado dentro de : un espacio familiar; un espacio de
la educación formal, no formal e informal; en el barrio; en un centro laboral.. .etc.
– En función de lo cultural.
– En función de lo económico.
– En función de lo político.
– En función del sector de intervención especializada.
El educador social es un profesional clave que interviene para modificar determinadas conductas y
hábitos personales, que a su vez han de incidir en un cambio y transformación personal-social, a
través de estrategias socioeducativas. Se le concibe como un agente social, como un dinamizador de
grupos sociales a través de la acción educativa. Y su identidad está marcada por la intencionalidad
educativa de sus acciones.
Su campo de acción está delimitado por todos aquellos procesos educativos que comparten, como
mínimo, dos de los tres atributos siguientes:
a) Se dirigen prioritariamente al desarrollo de la sensibilidad de los sujetos.
b) Tienen como destinatarios privilegiados a individuos o colectivos en situación de déficits o de
conflicto social.
c) Tienen lugar en contextos o por medios educativos no formales.
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La función principal del educador es crear y diseñar planes, programas y proyectos donde la
intervención socioeducativa tenga una incidencia real y efectiva. Estas funciones y tareas emanan
directamente de las necesidades concretas para la normal convivencia democrática de los
ciudadanos.
Diversas nomenclaturas que corresponden a los campos de acción:
Educación especializada, Educación de adultos, Animación sociocultural, Formación ocupacional,
Drogodependencias, Servicios Sociales, Desarrollo comunitario, Inadaptación y marginación social,
Reinserción social, Minusvalías, Tercera Edad, Infancia y adolescencia, Medios de comunicación
social, Educación para el desarrollo, Agente de comunidades virtuales.
Todas estas denominaciones tienen como punto de partida el marco sociopolítico del que nace y se
desarrolla, y a la vez, llevan implícito los destinatarios a los que la intervención se dirige.
3. La identidad del educador social
Al tratar de caracterizar su identidad, se afirma que cuando se hace hincapié en lo social, la
identidad se encuentra en la socialización de grupos o personas con dificultad; y cuando se hace
hincapié en lo cultural, la identidad se encuentra en la participación en la comunidad.
La profesión de educador social está todavía no del todo definida ni bien definida en muchos
lugares de trabajo. La manera más eficaz para reforzar la identidad es ejercerla desde la acción
educativa rigurosa, incluso en los campos más nuevos.
Con respecto a la práctica profesional, el trabajo en equipo, el trabajo interdisciplinario con una
visión amplia ha de permitir a los educadores la atención educativa, la gestión de recursos humanos y
económicos, la planificación de los recursos y servicios, así como la función puente entre las
necesidades sociales y la responsabilidad pública.
4. Competencias de los educadores sociales a la luz de las directrices de la unión europea
La Asociación Internacional de Educadores Sociales (AIEJI), a través de su oficina europea, inició
en 2003 un proceso para elaborar un documento en el que constaran las competencias necesarias
para ejercer esta profesión, que hiciera posible que cualquier educador social pudiera ejercer como
tal en un país que no sea el suyo, sin necesidad de realizar medidas compensatorias.
En el I Simposio Europeo de Asociaciones Profesionales de Educadoras y Educadores Sociales
(Barcelona, 2003) las asociaciones participantes acordaron elaborar un borrador de propuesta para
una Plataforma Común de las Educadoras y Educadores Sociales.
En el II Simposio (2004), se presentó ya el texto que contiene el conjunto de criterios para las
cualificaciones profesionales que garanticen un nivel suficiente de competencia.
Las ideas fundamentales del documento son diversas:
La educación social es una acción intencional, un proceso de acciones socioeducativas, planificado y
orientado a la consecución de objetivos. La profesión se basa también en un conjunto de valores
éticos. Los métodos son multidimensionales. Su finalidad es la socialización y la ciudadanía plena
para todo el mundo.
La educación social está basada en la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU y
presupone un entendimiento fundamental de la integridad y del valor de cualquier ser humano, sin
excepción alguna. La educación social es una profesión con gran dinámica, adaptabilidad y una
perspectiva integradora.
Las competencias de los educadores sociales pueden caracterizarse como una síntesis de
conocimientos, habilidades y actitudes.
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El educador social tiene que apoyar a la persona individual en su desarrollo para que ellas mismas
puedan resolver sus problemas individuales, o compartidos; potenciar la habilidad personal para decidir
por sí mismo, adaptarse y desarrollarse. El ideal es el de la persona con poderes, es decir, capaz de
entender y actuar dentro de la comunidad, a través de sus propias perspectivas, conocimientos y
habilidades.
Su herramienta principal es el proceso interpersonal, su cuerpo y su mente, lo que supone que deben
ser capaces de definir contenidos, relaciones, dinámicas y métodos.
La educación social es una profesión constituida por una combinación de conocimientos teóricos,
habilidades prácticas y compromiso; para poder trabajar en la integración de grupos marginados e
individuos, los educadores sociales están obligados a identificar y a oponerse a los mecanismos de
exclusión de la sociedad.
4.1. COMPETENCIAS PROFESIONALES DE LA ACCIÓN SOCIOEDUCATIVA:
Competencias---es el potencial de acción del educador con respecto a una tarea, situación o
contexto del trabajo socioeducativo, que abarca el conocimiento y las aptitudes intelectuales,
manuales y sociales, así como las actitudes y la motivación.
Competencias fundamentales---son las que indican diferentes niveles sobre como deberían poder
actuar, intervenir y reflexionar en diversos contextos de la práctica profesional, los educadores
sociales.
Competencias centrales—son aquéllas que proporcionan las herramientas metodológicas para el
trabajo.
4.2. COMPETENCIAS FUNDAMENTALES
4.2.1. Competencias para intervenir
El educador debe actuar directamente en la situación y dar respuesta a las necesidades de los
destinatarios, de una forma adecuada, y generalmente sin demasiado tiempo de reflexión. La acción
puede basarse en la intuición o en la comunicación no verbal, y también en conocimientos teóricos y
en la experiencia.
4.2.2. Competencias para evaluar
Debe saber planificar, organizar y reflexionar en relación con sus acciones e intervenciones futuras y
cualificar estas acciones incorporando sus conocimientos teóricos y prácticos y la reflexión sobre su
propia práctica; asimismo, debe saber evaluar la relación entre la intención, la acción y el resultado.
4.2.3. Competencias para reflexionar
Sobre los problemas de su ámbito profesional, el educador debe reflexionar junto a otros colegas o
profesionales y difundir sus reflexiones, cuando así proceda, también entre los profesionales y en el
sector público.
4.3. COMPETENCIAS CENTRALES
4.3.1. Competencias relacionales y personales
La relación entre el educador social y el destinatario es esencial en el trabajo socioeducativo.
Actualmente se da gran importancia al aspecto personal, a competencias personales tales como el
compromiso, la motivación, las actitudes y el espíritu.
Se requiere trabajar con rigor las relaciones con el usuario pero esta relación no es simétrica. El
educador debe ser capaz de relacionarse personal y profesionalmente con el usuario, mientras que el
usuario no está obligado a relacionarse con el educador. La relación podría convertirse en
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destructiva si no se gestiona correctamente.
Ello requiere un alto nivel de empatía, de conciencia, de reflexión ética, de ser capaz de separar las
relaciones profesionales de las relaciones privadas y de centrarse en las necesidades del usuario, así
como sentido de la responsabilidad y mucha perspicacia profesional.
4.3.2. Competencias sociales y comunicativas
Tienen que ver con la Administración, la gestión y el desarrollo del puesto de trabajo socioeducativo y
con su funcionamiento planificado y sistematizado.
El trabajo de la educación social en gran parte depende de la colaboración de las partes implicadas.
Los educadores sociales llevan a cabo su trabajo en equipos interdisciplinarios, multidisciplinarios o
en grupo, lo que implica ser capaces de colaborar y participar en trabajos en equipo, que incluye la
capacidad de actuar en ámbitos de los cuales puede haber disparidad de criterios. Ser capaces de
resolver y gestionar los conflictos.
En relación con los usuarios, los educadores deben poseer competencias de comunicación teóricas,
prácticas y metodológicas para poder intercambiar mensajes con ayuda de sus códigos sociales y su
lenguaje. Deben ser capaces de colaborar con las autoridades, la Administración y los familiares, y
de guiar y aconsejar, lo que incluye el conocimiento sobre el uso de técnicas para aconsejar.
4.3.3. Competencias organizativas:
Tienen que ver con la Administración, la gestión y el desarrollo del puesto de trabajo
socioeducativo y con su funcionamiento planificado y sistematizado.
4.3.4. Competencias del sistema:
El trabajo socioeducativo es una labor social y se desarrolla junto con el sistema privado y el
público de los que forma parte y que establecen el marco de dicho trabajo. Los educadores sociales
deben ser capaces de crear diálogo y negociar decisiones con las autoridades.
4.3.5 Competencias de aprendizaje y desarrollo:
El educador social debe estar preparado para el cambio y poseer instrumentos de desarrollo que le
permitan mejorar sus competencias profesionales y la base teórica a través de la formación continua
y complementaria.
4.3.6. Competencias generadas por el ejercicio profesional:
Se refieren a la manera en que los educadores sociales deben efectuar y administrar su profesión.
a) Competencias teóricas y metodológicas:
El educador social tiene que ser capaz de incorporar elementos educativos, psicológicos,
sociológicos, antropológicos, adecuados a la generación de conocimientos a partir de la
reflexión sobre la experiencia profesional.
b) Competencias conductuales:
Hacen referencia a los métodos de autocomprensión, las normas, la ética y la moral de la
profesión, que “son esenciales para la profesionalidad del trabajo socioeducativo”.
c) Competencias culturales: Conocimientos sobre puntos de vista de diferentes culturas y
valores culturales.
d) Competencias creativas:
En forma de expresión, música, movimientos.
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5. Exigencia ética
El trabajo profesional de los educadores sociales “se basa en valores humanistas y democráticos.
Promueve la igualdad y el respeto, una atención a las necesidades. Privacidad, fomenta la autonomía
y la calidad de vida de los usuarios
La Plataforma Común ha fijado unos Objetivos y unos Principios de la Guía Ética, que constituyen
las bases prácticas de su código ético profesional, al cual los educadores sociales se adherirán, y al
principio de responsabilidad personal.
Desde los inicios de la profesión, la ética profesional era ya un tema de debate y preocupación para
el colectivo. A partir del III Congreso Estatal del Educador Social (XV Congreso Mundial de la
AIEJI) celebrado en Barcelona, donde se asientan las bases para la elaboración de un código
deontológico.
La Asociación Estatal de Educación Social (ASEDES) concretó el compromiso y con las
aportaciones de distintas comisiones de los colegios y asociaciones profesionales, fue aprobado en
Toledo, el 28 de febrero de 2004.
6. Ámbitos emergentes para el educador social
Según los cambios experimentados en el ámbito sociopolítico y educativo se ha elaborado el
siguiente triángulo:
Fig. 14.1 Diagrama: áreas emergentes de acción y protección de funciones
y tareas para el educador social
I. ÁREA MOTIVACIONAL
La resiliencia:
Es la capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose al futuro a pesar de
acontecimientos desestabilizadores, condiciones de vida difíciles y traumas. Es un fenómeno común
que surge a partir de funciones y procesos adaptativos normales del ser humano.
El desarrollo de las capacidades resilientes se da a edades tempranas de ahí la importancia de que
todo individuo esté inserto en contextos relacionales que le ofrezcan las siguientes experiencias:
– Experiencia de buenos tratos, que se sienta digno de ser estimado.
– Participar en procesos continuos de comunicación que le haya permitido conocer su realidad
familiar y social.
– Vivir experiencias de apoyo social y muestras afectivas.
– Haber participado en procesos sociales para luchar contra las injusticias.
– Haber aprovechado procesos educativos que potencien el respeto a los derechos humanos.
– Haber participado en movimientos sociales.
Los elementos constitutivos de la resiliencia consisten en la presencia de factores protectores que
surgen de la interacción de elementos tales como naturaleza -educación y persona situación/contexto. La resiliencia no está considerada como una capacidad fija, sino que puede
variar a través del tiempo y las circunstancias.
La resiliencia es un campo emergente de nuevas funciones para el educador social, cobra
importancia ya que demanda centrarnos en la observación, análisis y estudio para ver cómo se
vertebran los recursos personales y colectivos, más que fijarnos en las carencias de ambos.
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El enfoque metodológico de las redes sociales considera al individuo y al grupo en
interacción continua con el entorno.
El desarrollo y/o evolución de la red social varía según las variables socioeconómicas (como la
fuente de origen, nivel de educación, etc.) y las variables personales (tipo de empleo, estilo de vida,
etc.).
Las habilidades socio-afectivas nos llevan a formar capacidades para el conocimiento y
autoconocimiento personal. Han de ayudarnos a cultivar esas capacidades:
La autoestima, la creatividad y el buen humor junto con el desarrollo de estrategias de comunicación
en relación a la capacidad para:
- La negociación.
- La resolución de conflictos.
- La mediación
- El asesoramiento, mentorización
- La facilitación.
La interculturalidad es una apuesta por el respeto a la pluralidad de nacionalidades y la
heterogeneidad de formas de vida.
II. ÁREA DE LIDERAZGO FACILITADOR
a) Organización y cultura del tercer sector
La estructura y cultura organizacional de la sociedad civil la constituye el tercer sector.
Existe un tercer sector de actividades económicas diferentes de las de los sectores privado-mercantil y
público-tradicionales, formando tres grandes componentes: las empresas cooperativas, las
organizaciones mutualistas y las asociaciones.
La idea del tercer sector se basa en la capacidad de emprender, formalizando un modelo empresarial
con finalidad social que se oponga al de asistencia y al de control social. El tejido social que
conforma este sector preserva y propaga las nociones de iniciativa, de voluntariado, de participación
y de pluralismo, defendiendo la igualdad de derechos y de oportunidades para todos, la necesidad de
satisfacer las carencias de los débiles y de trabajar en pro de la cooperación al desarrollo a favor de
los pueblos más desfavorecidos.
En suma, crear, capitalizar y defender una sociedad civil más solidaria.
El trabajo que ha de emprender el educador social está dirigido tanto a la persona aislada como a los
colectivos, para que se conviertan en miembros activos de la sociedad y asuman responsabilidades
con respecto a sí mismos y con respecto a la comunidad en la que viven.
El objetivo de las funciones del educador social en este campo es empoderar a las personas o grupos
para que tomen decisiones que influyan en el orden a ganar una autonomía laboral y que tengan un
rol activo en la toma de decisiones políticas que les atañen como ciudadanos. Y cómo hacer uso
responsable de los beneficios que el trabajo provee hacia la mejora de la calidad de vida personal y
comunitaria.
b) La Gestión de procesos
Procesos que tengan una incidencia real y efectiva basados en lo siguiente:
– Confianza en los actores sociales.
– Participación de todos los sectores sociales implicados en la realidad educativa.
– Diálogo para la igualdad de oportunidades.
– Solidaridad
– La optimización del aprendizaje.
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La gestión de procesos ha de basarse en conjugar estratégicamente procedimientos tanto
cualitativos como cuantitativos, para las siguientes funciones que el educador ha de desarrollar y
poner en práctica dentro del campo emergente de la educación permanente:
Áreas de: información, comunicación presencial, comunicación virtual, de orientación, de
motivación, de participación ciudadana, de toma de decisiones en grupo, de formación, de marketing
social.
c) Sistematización de experiencias
La sistematización es aquella interpretación crítica de una o varias experiencias que, a partir de su
ordenamiento y reconstrucción, descubre o explica la lógica del proceso vivido, los factores que han
intervenido en dicho proceso, cómo se han relacionado entre sí y por qué lo han hecho de ese modo.
La sistematización es un proceso de conocimiento, sin ser investigación en sentido estricto, es una
modalidad de ésta, que procura realizar una conceptualización a partir de las prácticas. Permite la
ubicación de las experiencias en un sistema de abstracción al cual denominamos teoría, es la
concepción explícita o la que subyace a toda práctica.
La sistematización facilita una recuperación ordenada de los procesos que se generan en la práctica.
Las características del proceso de sistematización son:
– Proceso de interlocución entre personas.
– Interesa tanto el proceso como el producto y la estrategia a seguir.
– Proceso abierto a las aportaciones y el desarrollo del grupo.
– Proceso que permite ver cómo se llevó a cabo la experiencia, descubriendo la lógica interna de
los elementos que la componen.
Hay dos requisitos básicos para la sistematización de experiencias:
– Requiere orden: registro ordenado de hechos, orden y reconstrucción del proceso vivido y orden
de los conocimientos desordenados que surgen en el transcurso de la experiencia.
– Requiere una memoria histórica: esfuerzo de recuperación de la memoria histórica, la recupera,
revisa críticamente las prácticas y permite entender las prácticas concretas como procesos
históricos y dinámicos.
Los supuestos básicos para llevar adelante la sistematización se basan en:
– Considerar a toda persona como sujeto de conocimiento.
– Convertir la propia experiencia en objeto de estudio.
– Implica reflexión sobre la práctica.
– Implica considerarla en un determinado contexto.
– Analiza procesos de desarrollo a través de espacios concretos.
– Prestar atención a la experiencia y a las interpretaciones de quienes participan en dicho proceso.
– Mantener un equilibrio entre aspectos teóricos y prácticos.
El interés que tiene la sistematización para el educador social se basa en los aprendizajes que son
internalizados por los propios ciudadanos. De ahí el interés por promover esta práctica que permite
tomar conciencia y generar conocimientos, acción y reflexión desde las experiencias relacionadas
con la cotidianeidad humana y democrática.
Estos aprendizajes nos sirven para compartir, difundir y reforzar:
– La experiencia a otras organizaciones y/o personas para que puedan aprovecharlas en un futuro.
– Su propósito es compartir y contrastar un aprendizaje.
– La identidad de la propia organización y el sentido de pertenencia a la misma.
III. ÁREA E-DEMOCRÁTICA
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a) Democracia electrónica:
Una ciudadanía cada vez más autónoma, instruida y reflexiva dentro de un mundo globalizado
hace uso de las nuevas tecnologías.
Las comunicaciones digitales se conciben como una herramienta práctica que otorga la sociedad
civil, como actores políticos, un protagonismo para recuperar y recrear un espacio dialógico y de
denuncias, de deliberación en relación con sus intereses y necesidades.
Habermas define la democracia como la forma política derivada de un libre proceso comunicativo
dirigido a lograr acuerdos consensuados en la toma de decisiones colectivas. Una comunidad ideal
de comunicación.
Esta comunidad ideal de comunicación virtual se caracteriza por:
a) Todos los integrantes pueden ejercer indistintamente como emisores o receptores.
b) Se produce una ilimitada cantidad y variedad de informaciones sin mayores restricciones que
las que se autoimpongan sus emisores.
c) Pueden darse formas de conexión colectivas en tiempo real, y, por tanto, la formación de
flujos discursivos.
Como todo nuevo proceso emergente, tiene sus riesgos y peligros para la misma democracia
participativa, deliberativa y de consenso. Hay que reflexionar sobre las nuevas formas en que el
poder toma fuerza, hablamos del poder que ejerce aquel grupo o persona que posee o domina las
fuentes de donde emana una determinada información que luego puede convertirse o ser
considerado conocimiento único e infalible, y como éste puede utilizarse para fines totalmente
ajenos a unas buenas prácticas de socialización y difusión.
La democracia deliberativa requiere de una intensa labor del educador social para guiar los procesos
de comunicación grupal.
b) Las nuevas tecnologías:
Nos permiten abrir un espacio emergente tanto para la formación electrónica (e-learning) como para
el trabajo electrónico o teletrabajo (e-working). Estas dos modalidades crean una concepción de
enseñanza y trabajo que modifican en gran parte costumbres, prácticas, usos del tiempo, espacios y
comportamientos en la interacción humana.
Es una oportunidad para colectivos como los jóvenes, mujeres, parados de larga duración y
discapacitados dispongan de un medio eficaz para realizarse.
c) La comunidad virtual:
Ofrece al educador social un espacio de aprendizaje, debate y reflexión colectivo descentralizado,
sin fronteras, de comunidades multiculturales e interdisciplinares.
Los ensayos y errores para constituir una comunidad mediante el uso efectivo de una combinación
de medios presenciales y virtuales, han permitido sistematizar la experiencia para conocer cuál es el
proceso idóneo y pertinente a seguir para la consecución de las mismas.
Salmon y Gilbert Benzon nos describen un modelo de cinco etapas:
1º Etapa: Acceso y motivación:
Objetivo= Reconocer la utilidad práctica y efectiva que una comunidad virtual de aprendizaje puede
proporcionar al grupo.
Función y tareas del educador como facilitador virtual= crear y mantener los espacios y procesos
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necesarios para lograr el objetivo de la comunidad.
2º Etapa: Socialización en línea:
Objetivo=establecer identidades virtuales y relaciones entre participantes.
Función y tareas del educador= Facilitar la creación de una visión compartida.
3º Etapa: Intercambio de información:
Objetivo=conseguir compartir la información relevante a las necesidades propias, de otros y de la
comunidad, y valorar la eficiencia y los beneficios del nuevo proceso.
Función y tareas del educador=facilita, modera y coordina.
4º Etapa: Construcción del conocimiento:
Objetivo=Lograr la construcción coparticipativa de nuevos conocimientos y realidades.
Función del educador=facilitar, monitorear y retroalimentar procesos sinérgicos interpersonales
para un efectivo trabajo en equipo virtual.
5º Etapa: Desarrollo:
Objetivo=Usar el proceso para lograr metas personales, integrar en proceso con otras formas de
aprendizaje y extender y multiplicar la comunidad, creando una red de redes. Los participantes han
de ser responsables de su propio aprendizaje, comenzando a cuestionar y mejorar el mismo proceso.
Función del educador = asesorar.
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