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LA ETNOGRAFIA Y SU PASAJE POR EL RELATIVISMO CULTURAL María Natalia Seco Collado RESUMEN El presente trabajo trata de la investigación etnográfica, desde Malinowski, principal exponente de la corriente funcionalista, y referente del método etnográfico. A continuación se hace una pequeña narración de como ha ido cambiando la etnografía de acuerdo a las distintas miradas. Se hace referencia al Relativismo Cultural (que considera que todas las culturas son iguales en valor, que no podemos juzgar a una cultura si no es en sus propios parámetros) y al Etnocentrismo (que mira desde su propia cultura, en la cual es la más importante), destacando la diferencia entre una y otra. Y finalmente se concluye brevemente hablando de los derechos humanos en donde el Relativismo Cultural cumple una función importante. LA ETNOGRAFIA EN SUS DISTINTAS FORMAS DE MIRAR El etnógrafo es un escritor, un creador de imágenes que nos transporta a caminos del conocimiento de otras formas de vida, por ejemplo, a otras formas de sentir, a mirar desde lo más profundo de determinado tema que nos pueda parecer cotidiano, o no; es un curioso que nos conduce a lo que está mas allá de lo evidente. Con la etnografía observamos al “otro”, y para que tenga resultado lo que observamos hay que ser paciente y aprender a mirar, sin olvidarnos de cómo mirábamos antes. El simple hecho de mirar alerta nuestra imaginación, teniendo en cuenta que el “otro” también mira y observa. Como referente principal en la etnografía y fundador de la corriente funcionalista, el polaco Bronislaw Malinowski, aportó valiosos fundamentos al trabajo de campo etnográfico. El empleo del diario de campo, el diario íntimo, en el cual se vuelcan todas las sensaciones, vivencias y opiniones que van sucediendo el día tras día. Malinowski propuso que en este diario se consignaran también los estados de ánimos del observador (Boivin, Rosato y Arribas, 1999). Como en cualquier estudio, investigación, las etnografías varían de acuerdo al punto de vista del etnógrafo, cada investigación, trabajo, es escrito desde una sola mirada diferente a otras, ya que existen distintas formas de mirar. Malinowski, como funcionalista, consideraba a todas las culturas como un cuerpo coherente en el que todo se relaciona, cada componente social se relaciona dentro de un sistema en el que cada uno cumple una función. Para él se debía recolectar y registrar todo aquello que la gente pensaba sobre sus propias acciones, sus creencias y sus ideas. Estos elementos se depositaban de manera separada teniendo registro del material tal cual lo obtenía de los informantes, y si podía ser registrado en su propio idioma, documentando su “mentalidad”, el punto de vista del “indígena”, su visión del mundo (Boivin, Rosato y Arribas, 1999). Existen dos condiciones para estudiar las culturas distintas a la nuestra, una es aquella por la cual el investigador debe tratar de no guiarse por sus propios preconceptos ni por los presupuestos de su sociedad sobre los “otros”, y en la segunda condición postulaba que las culturas son distintas a la occidental y diversas entre sí (Boivin, Rosato y Arribas, 1999). Estas condiciones y consecuencias se las designó con el nombre de Relativismo Cultural, que surgió como una postura ideológica frente al evolucionismo, y como consecuencia de la práctica misma del antropólogo en su trabajo de campo: conocer a las culturas dentro de su propia lógica (Boivin, Rosato y Arribas, 1999). La observación participante como la plantea Malinowski, además de permitir un acercamiento de primera mano a otras sociedades, también fue una herramienta fundamental para obtener un conocimiento concluido, detallado de todos los aspectos culturales de un pueblo. De esta manera se comenzó a relativizar el uso del método comparativo (Boivin, Rosato y Arribas, 1999). “El Relativismo Cultural fue un conjunto de pautas metodológicas que favorecían el interés dominante de la antropología por registrar la diversidad cultural” (MarcusFisher, 2000:44-45). Esta linea de pensamiento sostiene que los valores expresados en cualquier cultura han de entenderse y de juzgarse solamente de acuerdo con la forma en que los miembros de una cultura ven las cosas que dan vida a la misma (Lischetti, 1996:43). Para el relativismo cultural todas las culturas son iguales en valor, cada una es absoluta, cada una tiene sus propios valores, y ninguna es superior a la otra; cualquier concepción que se haga, mirando desde afuera, decae en el etnocentrismo; porque se observa y se analiza al mundo desde los parámetros de la cultura propia (nota 1). Mientras que el etnocentrismo consiste en rechazar las otras formas culturales y alejadas de otras más cercanas y con las cuales nos identificamos (Aguilares Portales, 2002). Se entiende por etnocentrista a aquel grupo que tiene la actitud de valorar positivamente sus propias realizaciones y particularidades frente a los otros, los diferentes (Aguijares Portales, 2002). En cuestiones humanas y sociales se reconocen tres formas básicas de relativismo: “a) Cognitivo: es todo sistema de pensamiento que afirma que no existen verdades universalmente válidas, ya que toda afirmación depende de condiciones o contextos de la persona o grupo que la afirma. Cuando se afirma que el conocimiento cierto es relativo a condiciones propias del sujeto (intereses personales, creencias previas, estado ánimo,...) entonces se suele hablar de Subjetivismo, y a veces recibe un tratamiento independiente. La gran corriente relativista es la posmodernidad. El relativismo tiene connotaciones teoréticas, pragmáticas y éticas, morales y culturales. El Relativismo cognitivo es el que centra sus argumentos en la incapacidad del conocimiento humano para establecer verdades universalmente válidas. Cada afirmación es dependiente (relativa) a un contexto o estructura que la condiciona. Estas estructuras que hacen relativa toda afirmación son: el lenguaje, la cultura, los paradigmas de un período histórico, las creencias religiosas, el género, raza o estatus social, y sobre todo la experiencia e historia de cada individuo” (Nota 2). “b) Moral y c) Cultural: El relativismo cultural llega a afectar seriamente la moral como usos y costumbres, magnificando el concepto: no hay una verdad absoluta y ésta depende de cada individuo en un espacio o tiempo concreto o intereses. Según estas posturas, cada afirmación moral depende de convenciones de las personas de esa cultura, y no puede ser cuestionada. Un nuevo principio incorporable al conocimiento científico es la relativización, no deseable como categoría o como marco, perfeccionando la percepción de las metodologías” (Nota 2). La cultura no puede ser usada para juzgar lo correcto y lo incorrecto; por ejemplo: “Abolir la esclavitud y dar derechos a los ciudadanos son cosas buenas, aún cuando fueran resistidas por muchas personas dentro de la sociedad” (Nota 3). Si bien el etnocentrismo y el Relativismo cultural son posturas opuestas, el etnocentrismo es una manera de referirse al llamado Relativismo Cultural. El hombre que aprecia su propio etnocentrismo es capaz de aceptar que su manera de ver la realidad no es la única. El relativismo Cultural es la aceptación de la diversidad humana, y es propio de este pensamiento no hablar de derechos humanos universales; es una necesidad respetar las diferencias culturales, aceptando que lo que para un grupo es derechos humanos para el otro no lo es de la misma forma. Los derechos humanos esta relacionado con lo que es la dignidad de cada grupo (Laura Wasman, 2008) (Nota 4). El relativismo cultural en los derechos humanos es útil y deseable pero con límites. “Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso. Debe tenerse en cuenta la importancia de las particularidades nacionales y regionales, así como de los diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos, pero los Estados tienen el deber, sean cuales fueren sus sistemas políticos, económicos y culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades fundamentales” (Declaración y Programa de Acción de Viena, párrafo 5, aprobado por la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, 25 de junio de 1993.) (Nota 4). Notas: 1 Programa consultado, septiembre 2009 (http://symploke.trujaman.org/index.php?title=Relativismo_cultural) tomado en: 2 Programa consultado, septiembre 2009 tomado en: (http://es.wikipedia.org/wiki/Relativismo). 3 Programa consultado, septiembre 2009 tomado en: (http://www.ministeriosprobe.org/docs/relativismo.html). 4 Programa consultado, septiembre 2009 tomado en: (http://www.abogados.com.ar/proteccion-internacional-de-los-derechos-humanos-yrelativismo-cultural/1615) BIBLIOGRAFIA MARCUS George y Michael FISCHER (2000): La antropología como critica cultural: Un momento experimental en las Ciencias Humanas (Páginas 41-79) Arrourtu Editores. Buenos Aires. (B.B.E) BOIVIN, M., A. ROSATO, V. ARRIBAS (1999): Capitulo 4. Observación participante. En: Constructores de Otredad. Una introducción a la Antropología Social y Cultural, (Páginas 143-155). Eudeba. Buenos Aires (B.B.E y B.EDA. Libro F110) RAFAEL Aguilera. Portales (2002): El problema del etnocentrismo en el debate antropológico entre Cliffor Geertz, Richar Rorty y Levis-Stross. Gazeta de Antropología nº 18 http://symploke.trujaman.org/index.php?title=Relativismo_cultural http://es.wikipedia.org/wiki/Relativismo http://www.ministeriosprobe.org/docs/relativismo.html http://www.abogados.com.ar/proteccion-internacional-de-los-derechos-humanos-yrelativismo-cultural/1615