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APARATO REPRODUCTOR MASCULINO
En la especie humana, el hombre produce los gametos masculinos o
espermatozoides. Estas células trasmiten al nuevo ser la información genética
aportada por el padre.
Las estructuras más importantes del sistema reproductor masculino son los testículos,
el epidídimo, los conductos deferentes, la uretra, las vesículas seminales, la
próstata y el pene.
Testículos
Son dos órganos cuya función es la producción de espermatozoides. Se encuentran
suspendidos en un saco externo formado por la piel, denominado escroto. La función
del escroto es mantener a los testículos en un medio más frío que el del interior de la
cavidad abdominal. Para que los espermatozoides se produzcan normalmente se
requiere de una temperatura 30°C menor que la temperatura corporal (37°C).
En el interior de los testículos existen unos 250 lóbulos o compartimentos, que
contienen unos delgados tubos muy enrollados y apretados llamados túbulos
seminíferos. Cada túbulo seminífero tiene un diámetro extremadamente pequeño y
mide aproximadamente unos 80 centímetros de longitud. Son las estructuras
específicas en que se producen los espermatozoides dentro del testículo.
Funcionamiento de los testículos. En el interior de los testículos y más exactamente
en los túbulos seminíferos, se produce la hormona testosterona. (Ver: Hormonas
sexuales) Esta hormona determina las denominadas características sexuales
secundarias, y que son:
Crecimiento de la estructura del esqueleto. Es común observar en los varones,
alrededor de los 12 años, un aumento importante de su estatura. Esto se debe al
crecimiento de los huesos por el aumento del tejido óseo que provocan la acción de la
hormona del crecimiento o somatotrofina y la testosterona. Se produce también un
ensanchamiento de los hombros que dan la apariencia de un cuerpo más robusto que el
de la mujer.
Los huesos del cráneo también crecen y provocan el crecimiento de la nariz, de la
mandíbula y de la frente; la cara, en su conjunto, se ve más alargada en comparación
con la redondeada que tenía el niño.
Desarrollo de la musculatura. El varón experimenta un aumento importante de su
volumen corporal, debido al desarrollo de los músculos, más notorio en la zona pectoral
y abdominal, en los bíceps y en las piernas.
Cambios en el tono de la voz. La voz cambia de un tono agudo a otro más grave, por
la maduración de la laringe y de las cuerdas vocales. En este período de cambio, es
frecuente que aparezcan los conocidos "gallitos", porque el tono de la voz sube y baja
involuntariamente mientras se está hablando. El desarrollo de la laringe es más notorio
en los hombres porque se produce además un abultamiento en la zona delantera del
cuello, que da origen a la llamada, comúnmente, "manzana de Adán", tan característica
en los varones.
Cambios en la piel y en la distribución del vello.La piel del adolescente varón va
engrosando, aumenta la actividad de las glándulas sebáceas y, como consecuencia,
aparecen las llamadas "espinillas" y el característico acné juvenil. Estas erupciones
desaparecerán cuando el cuerpo se adapte a los cambios hormonales, originados por
una mayor producción de testosterona. Aparece también abundante vellosidad en zonas
del cuerpo del varón donde antes no existía: el vello facial (bigote y barba) que da la
oportunidad de comenzar a afeitarse; vello en el resto del cuerpo, especialmente en las
piernas, región pectoral y, más abundante, en las axilas y en la zona púbica.
La extirpación de los testículos en la pubertad hace que no se desarrollen ninguna de las
características sexuales secundarias en el varón (Eunucoidismo), ya que se extrae la
fuente de testosterona del individuo, además no existe la producción de espermios por
lo que el individuo queda infértil.
Regulación hormonal. El funcionamiento de los testículos está controlado por una
glándula cuyo nombre es adenohipófisis. Esta glándula ubicada en la base del
cerebro, produce dos hormonas: la hormona folículo estimulante (HFE), que regula
la producción de espermatozoides y la hormona luteinizante (HL) que controla la
producción de la testosterona.
La producción de espermatozoides en el hombre está regulada por la acción de
hormonas, que se mantiene constante desde la pubertad hasta la edad adulta.
Epidídimo
Es el órgano conformado por un tubo enrollado cuya longitud aproximada es de 7
centímetros. Se encuentra unido a los testículos por detrás de ellos y su función es
almacenar temporalmente los espermatozoides producidos en los tubos seminíferos para
permitirles que adquieran movilidad. Este proceso se conoce con el nombre de
capacitación, y requiere que los espermatozoides permanezcan 18 horas en el
epidídimo, para completarse sólo cuando éstos ingresan al sistema reproductor
femenino, donde puede ocurrir la fecundación del óvulo.
Conductos deferentes
Éstos son la prolongación del tubo contenido en el epidídimo. Su función es almacenar
los gametos masculinos y transportarlos desde el testículo hasta otra porción tubular
denominada uretra.
Uretra
Es un conducto que transporta los espermatozoides desde los conductos deferentes
hasta el pene, para permitir su excreción.
La uretra es también el conducto por el que se elimina la orina.
Vesículas seminales
Son dos glándulas que vierten a los conductos deferentes el semen, líquido viscoso en
el que flotan los espermatozoides. El semen contiene agua y nutrientes como la
fructosa, un tipo de azúcar que sirve de fuente energética para posibilitar el
movimiento de los espermatozoides en su camino hacia el óvulo femenino.
Próstata
Se denomina así a una glándula que segrega sustancias específicas, las cuales, al
mezclarse con el semen producido por las vesículas seminales, favorece la supervivencia
de los espermatozoides una vez que ingresan al sistema reproductor femenino y ocurre
la fecundación del óvulo.
Pene
El pene es el órgano copulador por el cual los espermatozoides son depositados en la
vagina. Está formado por un tejido esponjoso que al llenarse de sangre se separa del
cuerpo en un proceso denominado erección. El pene erecto tiene la posibilidad
reproductiva de introducir los espermatozoides del varón dentro del sistema reproductor
femenino, función que se realiza durante el acto sexual o cópula.
En la capacidad de introducir espermas no tiene ninguna influencia el tamaño del pene.
Respecto a este punto, no existe ninguna encuesta científica ni estudio que indique
algún tamaño como promedio ni menos como ideal, habiendo algunos de pocos
centímetros hasta otros de quince o dieciséis. No existe tampoco ninguna correlación
entre el tamaño del pene en estado de flaccidez y su estado de erección. Esto significa
que un pene pequeño puede alcanzar, proporcionalmente, mayor longitud que otro de
más tamaño
APARATO REPRODUCTOR FEMENINO
La información genética que trasmite la madre a su
hijo está contenida en el gameto femenino u
óvulo. La producción de esta célula reproductiva
pone en funcionamiento una serie de órganos
sexuales que conforman el sistema reproductor
femenino.
Los órganos sexuales se clasifican en internos y
externos:
Los órganos internos están constituidos por:
Ovarios
Son dos órganos del tamaño de una almendra que se ubican en la cavidad abdominal de
la mujer. Su función es producir un óvulo cada 28 días aproximadamente. Están
situados dentro del cuerpo, en la región de la pelvis, uno a cada lado del útero.
Los ovarios producen y liberan unas hormonas denominadas estrógenos y progesterona.
Los estrógenos, producidos desde la pubertad, determinan cambios tales como:
hombros angostos, voz aguda, caderas anchas, etc. Estos cambios son las
características sexuales secundarias de la mujer.
La progesterona, hormona que tiene como función aumentar la cantidad de vasos
sanguíneos del endometrio uterino. Cuando se libera el óvulo, una vez que ha sido
fecundado, las paredes del útero están capacitadas para recibirlo y alojarlo durante su
proceso de posterior desarrollo.
Trompas de Falopio
Forman un arco cerca del ovario son pequeños tubos que entran en el útero (uno
derecho y otro izquierdo). Son dos conductos que se originan cerca de cada ovario y que
se extienden hasta el útero. La función de las trompas, también llamadas oviductos, es
conducir el óvulo desde el ovario hasta el útero. La fecundación ocurre en las trompas
de Falopio.
Útero
Es un órgano musculoso y hueco del tamaño y forma de una pera invertida, y está
ubicado en la parte inferior del vientre.
Lo conforman tres capas: una interna o endometrio, que cada mes se enriquece con una
cantidad extra de vasos sanguíneos necesarios para la nutrición del nuevo ser; otra
intermedia formada por músculos lisos; y la capa externa constituida por tejido elástico.
El útero o matriz, es una cavidad que tiene cinco centímetros de longitud.
Es muscular, tiene un enorme poder de crecimiento y de contracción, pues es capaz de
sacar un feto al exterior, en el momento del parto.
Vagina
Es un tubo muscular elástico que comunica el útero con el exterior. Se ubica en la pelvis
menor, entre la uretra y el recto. Termina en un orificio alrededor del cual hay unos
repliegues de la piel llamados labios mayores. Es un conducto que une a la vulva
externa con los órganos sexuales internos. Estos se encuentran dentro de la cabida
abdominal que esta situada entre los huesos de la cadera (pelvis).
Los órganos externos están formados por:
Vulva
La vulva se puede observar al separar los muslos
de la mujer. Esta rodeada de dos dobleces de
piel: uno exterior, los labios mayores y uno
exterior los labios menores. En la mujer púber
los labios mayores tienen pelos. Clítoris
Pequeño órgano parecido al pene. Está provisto
de terminaciones nerviosas y puede entrar en
erección.
Meato
Sistema reproductor femenino
Himen
Por debajo del clítoris se encuentra el meato
urinario, que es el orificio de la porción final de
las vías urinaria. Es el lugar donde se emite la
orina al exterior.
Por la abertura de la vagina, y situado entre la entrada de ésta y el vestíbulo de ella, se
encuentra en la mujer virgen una membrana no perforada llamada himen. El himen es
una delgada membrana que se extiende por la abertura de la vagina.
Esta membrana tiene una o más abertura por las cuales sale el flujo menstrual y la
tradición dice que en el momento de la primera penetración del órgano masculino, dicha
membrana se rompe, haciendo que sangre un poco, por lo tanto era considerado una
prueba de virginidad.
Actualmente se sabe que no necesariamente esta membrana se rompe en la primera
relación sexual ya que puede haber membranas más elásticas que otras y además
puede ser rota por otras circunstancias: utilización de tampones del diámetro no
adecuado a los orificios del himen, etc.
Ciclo menstrual femenino
En el sistema reproductor femenino ocurren una serie de cambios que se repiten
aproximadamente cada 28 días. Las modificaciones que experimentan el útero y los
ovarios constituyen el ciclo menstrual femenino.
En este ciclo de producción del gameto femenino y las hormonas sexuales femeninas
se distinguen dos fases: la maduración del óvulo y secreción de estrógenos, y la
ovulación y secreción de progesterona.
1. Maduración del óvulo y secreción de estrógenos
Esta fase comprende la primera mitad del ciclo, es decir dura 14 días aproximadamente.
Los acontecimientos que ocurren en esta fase determinan que madure un óvulo en uno
de los dos ovarios, el cual será liberado aproximadamente el día 14. Este óvulo está
rodeado por células que lo nutren y protegen formando un folículo.
Paralelamente, el ovario produce y segrega estrógenos, que comenzarán a engrosar el
endometrio del útero. Las paredes del útero tendrán así la capacidad de recibir al óvulo
para su posterior desarrollo, en el caso de que sea fecundado.
La maduración del gameto femenino y la producción de estrógenos en los ovarios está
regulada por la hormona folículo estimulante, que se origina en la adenohipófisis.
2. Ovulación y secreción de progesterona
El día 14, aproximadamente, el gameto femenino u óvulo está en condiciones de ser
liberado desde el ovario.
OVULACIÓN es el proceso de liberación del óvulo maduro desde el ovario.
Luego de la ovulación, el folículo se transforma en una estructura del ovario llamada
cuerpo lúteo, que comenzará a producir la hormona progesterona, la cual continuará
los cambios iniciados por los estrógenos en el endometrio uterino.
El óvulo liberado ingresa a una de las trompas de Falopio para dirigirse hacia el útero. Si
el óvulo es fecundado, se formará el cigoto, que se implantará en el endometrio uterino
y comenzará su desarrollo. De lo contrario, el endometrio, con todos los vasos
sanguíneos que han aumentado en cantidad y tamaño, se desintegrará produciéndose la
menstruación.
MENSTRUACIÓN es el flujo sanguíneo liberado al exterior a través de la vagina y
que contiene restos del endometrio, vasos sanguíneos y el óvulo no fecundado.
La menstruación es un proceso natural durante el cual la mujer debe procurar realizar
todas sus actividades habituales. Suele durar de tres a cinco días. El primer día de la
menstruación es el primer día del ciclo menstrual femenino.
CARACTERÍSTICAS SEXUALES SECUNDARIAS DE LA MUJER.
La acción hormonal provoca algunos cambios notorios en el cuerpo de la mujer joven.
Estos son:
Transformación de la estructura del esqueleto. En la niña, los cambios comienzan
unos dos años antes que en el hombre, es decir, alrededor de los 11 años. En ella se
produce un aumento importante de la estatura, debido al crecimiento de los huesos y un
ensanchamiento de las caderas. Esta última transformación es importante para la
función reproductora, pues estos huesos sostendrán al feto dentro del vientre materno.
Junto con la nueva contextura de las caderas y de la pelvis se forma la cintura, que le
otorga finura a la silueta femenina.
Desarrollo de las glándulas mamarias. El desarrollo de las glándulas mamarias o
mamas se debe a la acción de los estrógenos. Están formadas por tejido adiposo, y por
otro tejido especializado en la producción de leche, la cual se forma con las sustancias
nutritivas de la dieta alimenticia, junto con el efecto de una hormona llamada prolactina
que se activa después del parto.
Un conjunto de músculos presentes en el tórax son los encargados de sostener el peso
de las mamas con el fin de mantenerlas en su lugar. Es recomendable realizar ciertas
rutinas de ejercicios para vigorizar estos músculos.
Cambios en la piel y en la distribución del vello. Como en el varón, la acción de
las hormonas sexuales provoca cambios en la textura de la piel de la mujer. Ésta se
vuelve más lisa y aparecen las molestas "espinillas" por el aumento en la actividad
de las glándulas sebáceas. Las alteraciones cutáneas desaparecen con el tiempo.
Además, aparecen vellos, principalmente en la zona púbica y axilar.
Los responsables del proceso de la fecundación en humanos son dos: el gameto maduro de tipo
femenino (célula huevo, ovocito u óvulo) y el gameto maduro de tipo masculino
(espermatozoide).
Cada uno de ellos es producido por las respectivas gónadas (ovario y testículos) a través de un
complejo proceso, la gametogénesis.
La gametogénesis implica la reducción de 46 a 23 del número de cromosomas, a través de dos
sucesivas divisiones nucleares (meiosis I y II), de modo que cada gameto lleva en sí sólo la mitad
del patrimonio genético de las células humanas (estado aploide).
El espermatozoide encierra en su “cabeza” enzimas que pueden romper las barreras protectoras
del óvulo u ovocito, para provocar la fecundación.
El óvulo u ovocito es la célula más grande del organismo humano
(diámetro aproximado de 0,16 mm). A diferencia del
espermatozoide, en la ovulación el óvulo no ha completado aún la
segunda parte de la división reductora de sus propios
cromosomas (meiosis II) que quedan “bloqueados” en metafase
II hasta el momento de la eventual fusión con el gameto masculino
(espermatozoide o célula sexual masculina).
Óvulo acosado por los
espermatozoides
CICLO OVÁRICO
Días fértiles de la mujer
La menstruación es parte del ciclo ovárico normal en una
mujer sana en edad fértil. Como la manifestación más clara
del ciclo ovárico es la menstruación, fácilmente podemos
hablar de ciclo menstrual como sinónimo.
El ciclo menstrual dura unos 28 días, aunque se considera
normal también entre los 21 y los 35.
El ciclo empieza el primer día del sangrado (de lo que
entendemos por la regla) y finaliza el día anterior a la
siguiente regla. Para determinar cuántos días dura tu ciclo
menstrual tienes que contar desde el primer día de regla
hasta el día anterior al siguiente periodo.
¿Por qué se produce?
Los ovarios son las glándulas que producen los óvulos o
células con capacidad para la reproducción. En cada ciclo menstrual, uno de los ovarios libera un
óvulo (esto es lo que se conoce como ovulación).
La ovulación ocurre por lo general 14 días antes del periodo menstrual o regla. En mujeres con un
ciclo regular de 28 días, la ovulación ocurre el día 14. Sin embargo, estos cálculos son difíciles de
aplicar en mujeres con un ciclo menstrual irregular, es decir, el intervalo promedio entre periodos no
es constante sino variable.
Cabe mencionar que en casos muy raros, algunas mujeres pueden ovular durante cualquier día del
ciclo, aun durante la menstruación.
El óvulo desciende por las trompas de Falopio hasta llegar al útero. Durante este trayecto, el óvulo
puede ser fertilizado si se encuentra con un espermatozoide (célula reproductora masculina hallada
en el esperma o semen) dando origen a un huevo o cigoto que se queda alojado en el revestimiento
del útero (endometrio).
Fecundación del óvulo
Espermatozoide perfora la "corona radiata"
Para que se produzca la fecundación humana es necesario perforar la “corona radiata” que envuelve
al ovocito secundario (óvulo que se desplaza a las trompas de Falopio).
Par cumplir esta finalidad, numerosos espermatozoides liberan pequeñas cantidades de enzimas que
ayudan a dispersar esas células foliculares (las que forman la corona radiata).
Después, un espermatozoide se adhiere al gameto femenino y lo penetra, determinando en la
membrana celular de éste un rápido cambio eléctrico, seguido de un cambio químico más lento, lo
que impide la entrada de otros espermatozoides. Por lo tanto, la fecundación se produce con un solo
espermio. (Ver: Reproducción sexuada en mamíferos).
Menstruación
Si el óvulo no es fertilizado saldrá despedido, junto con el endometrio, fuera del cuerpo a través de la
vagina. Esto es lo que se conoce como menstruación o regla.
Una mujer puede quedar embarazada si tiene relaciones hasta 5 días antes de la ovulación. Esto se
debe a que los espermatozoides pueden vivir en el cuerpo de la mujer por 3 a 5 días y esperar hasta
el día de la ovulación para fertilizar el óvulo.
Entonces, el periodo fértil de la mujer comprende el día de la ovulación, y entre 3-5 días antes y 1-2
después de la ovulación (el óvulo tiene un tiempo de vida de aproximadamente 24 a 48 horas).
Si tenemos la seguridad de
conocer el periodo fértil de la
mujer, entonces es improbable
que ocurra un embarazo
cuando se tienen relaciones
fuera del periodo fértil o
periodo de ovulación.
Hormonas
La regulación del ciclo
menstrual depende
principalmente del hipotálamo,
la hipófisis y los ovarios.
Ciclo ovárico o ciclo menstrual
En todo este ciclo (ovulación,
pre y postovulación, regla)
están implicadas una serie de
hormonas. (Ver: Hormonas
sexuales)
El Hipotálamo: es parte del Sistema Nervioso Central. Produce una hormona (GnRH) que es capaz
de estimular la liberación de las hormonas hipofisiarias para que secreten las hormonas
gonadotrofinas FSH y LH.
La Hipófisis: es una glándula ubicada en la base del cerebro que libera las hormonas hipofisiarias
gonadotróficas. Estas son la hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH).
Ambas ejercen su acción en los ovarios.
- Hormona foliculoestimulante (FSH): segregada por la hipófisis. La FSH estimula la maduración
del óvulo en el ovario (que a su vez se encuentra envuelto en una capa de tejido llamada folículo) y
en el hombre regula la maduración de los espermatozoides.
Hormona luteinizante (LH): producida en la hipófisis, regula la ovulación e induce el desarrollo del
cuerpo lúteo en la mujer y la maduración del folículo (capa que envuelve al óvulo). Con esta
hormona, el óvulo se libera del ovario e inicia su descenso por las trompas de Falopio hasta el útero.
En el hombre estimula la producción de testosterona.
Los Ovarios: son los encargados de producir el gameto femenino y de secretar las hormonas
sexuales femeninas estrógeno y progesterona.
- Estrógenos: hormonas producidas por los ovarios, que estimulan al útero para que construya un
fino revestimiento o forro (endometrio) para poder alojar al óvulo fecundado e iniciar así el
embarazo. Sin el endometrio, el óvulo fecundado no quedaría alojado en el útero y no podría crecer.
Los estrógenos se producen durante la fase de maduración del óvulo (cuando aún está dentro del
ovario).
- Progesteronas: tras la ovulación estas hormonas hacen que el revestimiento del útero crezca más
(con el objeto de alojar al óvulo fecundado). Si el óvulo no es fertilizado, descienden los niveles de
progesterona, lo que provoca la descamación o desprendimiento del endometrio (menstruación).
- Prostaglandinas: estas hormonas incrementan las contracciones del útero para ayudarle a
expulsar el óvulo no fecundado y el endometrio con la menstruación.
Síntomas en cada fase
Cuando las mujeres empiezan a familiarizarse con la regla aprenden a distinguir, aunque sea
vagamente, los signos de cada fase del ciclo menstrual.
Estos son algunos de los síntomas más frecuentes atendiendo a la fase en la que se encuentre el
ciclo menstrual:
- Fase de preovulación (días posteriores a la regla)
• Sensación de plenitud, de energías& renovadas y fuerza
• Te sientes capaz de hacer cualquier cosa
- Fase de ovulación (unas dos semanas después de la regla)
• Dolor punzante en un lado de la parte baja del vientre
• Aumento de la secreción vaginal (flujo)
- Fase de postovulación (unos días antes de la regla) Es la fase más prolija en cambios físicos y
también psíquicos, hasta el punto que algunas mujeres pueden sufrir el Síndrome Premenstrual. Los
síntomas más comunes en la postovulación son un sentimiento de tristeza y melancolía, falta de
concentración, hinchazón en el bajo vientre y aumento de la grasa en piel y cabellos.
- Menstruación o sangrado
La hemorragia es la característica principal de esta fase, que puede durar entre 3 y 7 días. La
cantidad de flujo perdido varía dependiendo de cada mujer (de 9 a 350 g), aunque la media de
sangrado perdido es de unos 70-80 g, lo que equivale al volumen de una taza de té. El 90 por ciento
se expulsa durante los primeros 3 días de regla. Otros síntomas propios de la menstruación son:
• Dolores en el bajo vientre (parecidos a los retortijones)
• Dolor de espalda y piernas
• Mareos
• Náuseas y vómitos
• Diarrea
Síndrome premenstrual
No todas las mujeres sufren el síndrome premenstrual, aunque tengan molestias los días previos a la
regla. Para que se considere un síndrome, tienen que ser molestias concretas además de la
sensación de tristeza y de tensión propias de este periodo premenstrual. Síntomas físicos:
• Tensión mamaria
• Hinchazón (cara, abdomen, dedos)
• Dolor de cabeza (migrañas)
• Cambio de apetito (antojo de dulces)
• Acné o urticaria
• Estreñimiento o diarrea
• Palpitaciones
• Cambios en el interés sexual
• Cambios en el sueño
• Rigidez muscular
• Dolor de espalda
• Asma
• Rinitis
Cambios psicológicos:
• Depresión
• Sentimiento de tristeza, melancolía
• Cansancio y fatiga
• Tensión o intranquilidad
• Ansiedad
• Irritabilidad y agresividad
• Dificultad de concentración
Si sufres alguno de estos síntomas durante los días previos a la menstruación (unas dos semanas
antes) y desaparecen con la hemorragia o poco después, entonces sufres el síndrome premenstrual.
Es más frecuente entre las mujeres treintañeras y las que ya tienen hijos, aunque no se sabe bien
por qué aparece.
En los casos más acusados del síndrome, puede ser necesario recibir un tratamiento médico. Para
otras mujeres pueden ser útiles los siguientes remedios. Ante cualquier duda, consulta con tu
médico.
- Alimentación: procura hacer una dieta sana, rica en verduras y frutas. Reduce el consumo de sal
para evitar el hinchazón y come un poco más de azúcar de lo habitual, pues puede ayudarte a
regular tu nivel de glucosa si te sientes falta de energía. No favorecen las altas dosis de cafeína o el
alcohol, al afectar ambos a la circulación sanguínea.
- Ejercicio: practica de forma regular ejercicio, además de servir para mejorar tu condición física
general, puede ayudar a suavizar los síntomas.
- Relajación: evita en lo que puedas situaciones estresantes. Aprende métodos de relajación, como
el yoga, la meditación, ejercicios de respiración y practícalos si los necesitas. También ayuda leer un
buen libro o dar un paseo.
Menstruaciones dolorosas
Un tercio de las mujeres sufre dismenorrea o reglas muy dolorosas. El dolor es parecido al de un
retortijón, pero más intenso y puede llegar a acompañarse de náuseas, vómitos o mareos. Consulta
con tu médico si sufres este tipo de reglas dolorosas, para que determine qué tratamiento es el más
adecuado en tu caso.
Algunos estudios indican que la dismenorrea puede estar relacionada con un exceso de producción de
prostaglandinas. Estas hormonas que acentúan las contracciones de los músculos uterinos podrían
explicar el dolor intenso.
¿Tiene tratamiento?
En los casos de dolor muy fuerte, es preciso que consultes con tu médico, porque puedes requerir
algún tipo de tratamiento hormonal. Esto es especialmente importante si no acostumbras a tener
reglas dolorosas y de repente aparecen. En estos casos, la causa puede ser alguna alteración en el
endometrio, fibromas o por una enfermedad inflamatoria pélvica.
Algunas mujeres encuentran cierto alivio dándose un baño caliente y relajante o con un masaje
relajante en el abdomen, en cuanto aparecen las primeras señales de dolor.
Menstruaciones irregulares
No son muchas las mujeres que tienen un periodo “de libro”, es decir, de 28 días. De hecho, muchas
tienen ciclos menstruales de más o menos días, por lo que se considera normal la oscilación entre los
21 y los 35.
Cuando el ciclo supera las seis semanas de duración ya se considera irregular, aunque no es
preocupante en los primeros años de la menstruación, porque pasa algún tiempo hasta que los ciclos
se regulan.
Estos ciclos inusualmente largos pueden ser oligomenorreas (un número excesivamente bajo de
reglas al año) o bien amenorreas (ausencia de regla).
Las oligomenorreas pueden deberse a algún trastorno de tipo hormonal o simplemente obedecer al
propio ciclo natural. Para descartar posibles enfermedades que lo causen es necesario acudir al
ginecólogo, que realizará los análisis y exámenes pertinentes.
La razón más habitual de amenorrea, si siempre has tenido un periodo regular, es el embarazo. Pero
también se relaciona con los cambios en la dieta, un exceso de actividad física o estrés muy acusado.
Por eso debes acudir al ginecólogo para que estudie cuál es la causa en tu caso.
Reglas muy abundantes
Algunas mujeres sufren periodos o reglas muy abundantes. Un sangrado excesivo no tiene que
significar que algo vaya mal, a veces se produce cuando se ha dejado de tomar la píldora
anticonceptiva o tras un parto o en mujeres próximas a la menopausia.
Si la regla abundante aparece de forma repentina y sin razones obvias, es motivo de consulta al
médico. Además, si junto con la menstruación excesiva te sientes especialmente cansada, puede que
estés sufriendo anemia. En estos casos, acude al ginecólogo.
Mitos y verdades
No debes bañarte, ducharte y lavarte el pelo durante la regla
Falso. Cuando estás menstruando es más importante que nunca mantener la higiene y sentirte limpia
y fresca.
Si te quedas muy delgada, dejas de menstruar
Verdadero. Una fuerte pérdida de peso puede paralizar tus periodos. Si esto ocurriera consulta a tu
médico.
Si tengo la regla, no puedo regar las plantas ni hacer mayonesa
Falso. La menstruación no tiene por qué afectar a las actividades cotidianas, a menos que tus
síntomas te impidan llevar una vida normal durante esos días.
No puedes usar tampón con la primera regla
Falso. El támpax puede emplearse como protector higiénico desde la primera regla hasta la última.
Los tampones no afectan la virginidad
Verdadero. Si se entiende por virginidad la existencia de un himen intacto, los estudios realizados
confirman que el tampón no afecta al diámetro del himen.
En los últimos días de la menstruación no tienes que cambiarte de tampón con la misma frecuencia
que al principio de la regla
Falso. Existen distintos tampones dependiendo de su capacidad de absorción. Para seleccionar el
adecuado según el día de regla en que te encuentres, tienes que tener en cuenta que hay que
cambiar el tampón más o menos cada 5 horas. Si lo cambias antes de 4 horas es que precisas otro
de mayor absorción. Nunca pases más de 8 horas con el mismo támpax.
FECUNDACIÓN Y CONCEPCIÓN
Para entrar en materia, repitamos los conceptos:
Los “protagonistas” del proceso de la fecundación son dos:
el gameto maduro femenino (célula huevo, ovocito u óvulo)
y el gameto masculino (espermatozoide).
Espermatozoide
humano:
Cada uno de ellos es producido en sus respectivas gónadas
(ovario y testículo) a través de un complejo proceso llamado
gametogénesis.
1 cabeza;
El espermatozoide encierra en su “cabeza”, sobre el núcleo
haploide, una vejiga, llamada acrosoma, que es capaz de
liberar su contenido de enzimas para traspasar las barreras
protectivas (corona radiata, cúmulo ooforo, y sobre todo la
zona pelúcida) de la célula huevo u óvulo. Se trata de una
auténtica «explosión bioquímica».
3, trecho
intermedio (con
vaina
mitocondrial);
El ovocito u óvulo es la célula más grande del organismo
humano (diámetro aproximado de 0,16 mm), que ha
acumulado en su propio citoplasma grandes cantidades de
ribosomas, mRNA, tRNA, proteínas, glicógeno y lípidos,
que utilizará si es fertilizado.
Al exterior de la membrana plasmática el ovocito está revestido
de un espeso estrato de glicoproteínas, la zona pelúcida, y
rodeado por las células foliculares.
2 cuello;
4, parte
principal;
5, parte
terminal;
A, acrosoma;
B, región
postacrosomial
de la cabeza
A diferencia del espermatozoide, en la ovulación no ha completado aún la segunda parte de la
división reductora de sus propios cromosomas (meiosis II) que quedan “bloqueados” en
metafase II hasta el momento de la eventual fusión con el gameto masculino.
Cuando se produce una cópula (unión sexual), producto de la eyaculación (depósito de semen)
numerosas decenas de millones de espermatozoides son normalmente depositados en la vagina.
Pero sólo algunos centenares de ellos logran alcanzar el lugar fisiológico de la fecundación,
que es la porción en forma de ampolla de las trompas de Falopio, donde los espera, si ha ocurrido la
ovulación, el gameto femenino.
Comienza así una “competencia”: los espermatozoides luchan
desesperadamente por alcanzar al ovocito (óvulo) y sobrepasar sus
defensas (corona radiata y zona pelúcida).
El último episodio de esta competencia lo protagonizan la célula huevo
(óvulo) y los poquísimos espermatozoides (usualmente no más de 1 - 3)
que han logrado penetrar en el espacio perivitelino, en contacto
directo con la membrana celular. Uno solo de ellos tendrá normalmente
acceso al citoplasma, fundiendo su propia membrana con la del ovocito.
Una severa selección
Encuentro entre el
ovocito maduro
(después de la
ovulación) y los
espermatozoides, que
tratan de atravesar la
corona radiata
Los espermatozoides en competencia por la fecundación han sufrido ya
una “selección natural” muy severa a lo largo del trayecto desde la
cerviz a la ampolla de la trompa: más de 20 cm sembrados de no
pocos obstáculos y enemigos, que ponen a dura prueba su capacidad de
movimiento y de resistencia. Entre ellos está el viscoso mucus cervical,
que tiende a retenerlos y a soltarlos lentamente, y se encuentran los
granulocitos neutrófilos producidos por la pared del útero, que los
fagocitan destruyendo cerca del 90% de ellos.
Los espermatozoides “sobrevivientes”, que lograrán llegar a la entrada uterina de la trompa y
penetran en el istmo, deberán luego “nadar” contra la corriente a lo largo del conducto de la
trompa.... Sólo los mejores llegarán dentro de algunas horas o también después de 1-3 días a
encontrar el gameto femenino.
El comienzo de un nuevo individuo
La ciencia no discute que —tanto en la especie humana como en otras especies animales— cada
nuevo individuo se forma, naturalmente, por la unión de un espermatozoide con un ovocito (el
óvulo), como se ha descrito. Esta unión se llama fecundación.
Tanto el espermatozoide (gameto masculino) como el óvulo (gameto femenino) son células, ambas
están vivas en el momento de unirse, y siempre lo estuvieron, ya que se formaron a partir de otras
células vivas.
Al unirse dan origen a una célula única llamada cigoto, que también está viva. Si los gametos
(espermatozoide y óvulo) que se unieron eran humanos, el cigoto resultante también lo es.
A la luz de esta verdad, se puede decir que la vida humana solo continúa. Pero, ¿en qué momento se
puede decir que ya hay un nuevo individuo? La respuesta simple es que el nuevo individuo se
inicia cuando ocurre la fecundación.
La fecundación ocurre habitualmente, como vimos, en la trompa de Falopio, que es un tubo que
conecta el ovario con el útero. El cigoto resultante de la fecundación es una célula que tiene la
potencialidad de desarrollarse y llegar a ser un humano constituido por miles de millones de células,
del mismo modo que una semilla puede llegar a ser un árbol a través de un proceso de crecimiento y
desarrollo.
Aproximadamente tres a cuatro días después de la fecundación, si el
cigoto se ha desarrollado normalmente, está constituido por 8 a 10
células y pasa al útero donde continúa desarrollándose, inmerso en
el escaso fluido que llena la cavidad del útero. En este medio alcanza
el estado de desarrollo llamado mórula y posteriormente el estado de
blastocisto.
En esta etapa, el blastocisto consta de unas 200 células. La mayoría
de estas células están destinadas a formar la placenta y otros
órganos que más tarde se desechan. Un 7 a 10% de las células del
blastocisto están destinadas a formar el embrión.
En esta etapa, no hay signos evidentes de que el cuerpo materno
reconozca la presencia de un nuevo individuo y la mujer no tiene
manera alguna de reconocer que tiene uno en su útero.
Ovocito humano “asediado”
por numerosos
espermatozoides que
compiten para fertilizarlo
En el séptimo día de desarrollo, el blastocisto humano se anida o
implanta en la capa interna del útero, llamada endometrio. Para que esto ocurra es preciso que el
endometrio se haya hecho receptivo por la acción que ejercen sobre él las hormonas del ovario, el
estradiol y la progesterona. La implantación consiste en que el blastocisto se sumerge en este tejido
materno.
A partir de la implantación, el cuerpo materno reconoce que hay un nuevo individuo en desarrollo y
comienza a reaccionar a su presencia.
Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud considera que el embarazo, que es una condición
de la madre y no del nuevo individuo en desarrollo, comienza con la implantación. Dicha reacción del
cuerpo materno se debe, en parte, al hecho de que cuando ocurre la implantación las células que van
a dar origen a la placenta comienzan a secretar una hormona conocida
como gonadotrofina coriónica humana (HCG). Esta hormona pasa a la
sangre materna y actúa sobre el ovario para impedir que se produzca
la menstruación.
En este momento, hay que hacer algunas precisiones conceptuales:
Concepción, en su acepción original, genuina, de uso general no
manipulado, es y ha sido siempre equivalente de fecundación: la
concepción es la unión del espermatozoide y el óvulo, es el comienzo
del nuevo ser, marca el inicio del embarazo. Eso es lo que dicen la
mayoría de los diccionarios generales y lo que repiten la mayoría de los
diccionarios médicos.
Hoy en día, algunos intentan disociar concepción de fecundación e identificar concepción con
implantación terminada.
En el nuevo lenguaje, concepción ya no sería ni fecundación ni
Espermatozoides
comienzo del nuevo ser, sino el inicio del embarazo, pero marcado por
humanos observados con la culminación de la implantación del blastocisto en el endometrio.
el microscopio
electrónico
La fecundación, como dijimos, ocurre normalmente en las trompas de
Falopio, que es adonde se dirigen los espermas.
Si un óvulo (cuya vida es de 12 a 24 horas solamente) ha recorrido las trompas y llega al útero, sin
ser fecundado, se perderá ya que en ese momento el cuerpo lúteo ya está casi degenerado por el
avance en el ciclo menstrual y la producción de HL ha disminuido, con el consiguiente descenso en
progesterona y estrógenos, que son hormonas necesarias para la manutención del endometrio, que
habría albergado al óvulo si éste hubiese sido fecundado en las trompas.
Por lo tanto, no puede producirse fecundación en el útero.
FECUNDACIÓN Y DESARROLLO EMBRIONARIO
Recorrido del cigoto desde el oviducto hasta su implantación en el útero materno. Este
proceso dura aprox. 5 días.
La vida humana comienza en el momento exacto de la unión del óvulo y el espermatozoide; es decir,
con la fecundación. Cada gameto lleva en sí la capacidad intrínseca de la vida, y el ser que nacerá
está dotado de una mezcla singular de información genética y de experiencia intrauterina, que no se
volverá a repetir en ningún otro ser. Por esta razón, cada ser humano es único e irreemplazable, es
un participante del ininterrumpido proceso de vivir.
El cigoto, expresión unicelular de la persona humana, crece y se desarrolla para convertirse en un ser
completo, hombre o mujer, que nace y vive.
El nuevo ser vivo representado por el cigoto, experimenta ahora una serie de cambios que van a
culminar con el desarrollo de un individuo que cuenta con todos los órganos y sistemas necesarios
para desenvolverse en este mundo. Este nuevo habitante, desde que comienza siendo cigoto ya
posee almacenada en su ADN todas las características funcionales, físicas, conductuales, etc., que
expresará al interactuar con los demás seres humanos y su entorno. Por lo tanto, la persona humana
está presente en el cigoto.
La fecundación suele producirse en una de las trompas de Falopio. Desde ese lugar el nuevo ser vivo,
el cigoto, emprende un viaje que culmina en el útero materno. El útero ofrece las condiciones
necesarias para su desarrollo durante el período denominado embarazo.
Embarazo es el periodo que se extiende desde la fecundación del óvulo por el espermatozoide hasta
el momento del parto.
En la especie humana el período de gestación o embarazo, dura alrededor de 270 a 280 días, o sea,
entre 38 y 40 semanas. Durante este tiempo, el nuevo ser humano pasa por una serie de cambios
que se suceden en tres fases: segmentación, morfogénesis y diferenciación.
Primer mes de desarrollo embrionario
• segmentación es la etapa en que el cigoto, única célula, se divide numerosas veces para
originar primero dos células, luego cuatro, ocho, etc. Las células resultantes se denominan
blastómeros; son más pequeñas que el cigoto, y sin embargo ya poseen la misma información
genética que él.
• morfogénesis corresponde al proceso que dará origen a los futuros órganos del embrión.
Durante esta fase se producen divisiones y migraciones celulares, lo que determina la presencia de
tres capas de células: ectoderma, mesoderma y endoderma. Cada una de estas tres capas
celulares será el origen de los distintos órganos y sistemas del cuerpo humano.
• diferenciación corresponde al proceso que permite que las células de las tres capas celulares se
diferencien para generar los distintos órganos del embrión.
A pesar de que en esta etapa, el séptimo mes del embarazo, el nuevo ser vivo tendrá tejidos,
órganos y sistemas listos para funcionar, aún depende de la madre para obtener oxígeno y los
nutrientes indispensables para sobrevivir; esta función la cumplen los anexos embrionarios, que
están presentes en el desarrollo de la mayoría de los animales vertebrados.
Anexos embrionarios son las estructuras encargadas de proporcionar protección, humedad y
nutrientes al embrión durante su proceso de desarrollo.
Los anexos embrionarios son: el saco vitelino, el amnios, el alantoides y el corion.
•
Saco vitelino: almacena una sustancia llamada vitelo que sirve de nutriente al embrión.
• Amnios: es una membrana que posee líquido en su interior denominado líquido amniótico y que
rodea al embrión para protegerlo de golpes y de la desecación.
• Alantoides: se encarga de almacenar las sustancias de desecho del embrión y del intercambio
de gases.
• Corion: es la membrana más externa que rodea a todas las demás y cuya función es el
intercambio de gases, nutrientes y otras sustancias.
En la especie humana el saco vitelino y el alantoides disminuyen su nivel de importancia con relación
al desarrollo fetal; no así el amnios, que conserva sus funciones. El corion en tanto, dará origen a un
nuevo órgano: la placenta.
Placenta es el órgano que aporta los nutrientes y el oxígeno necesario para la supervivencia del
embrión y elimina los desechos producidos por él.
La placenta está formada por tejidos de la madre y del feto, ambos ricos en vasos sanguíneos. Sin
embargo, la sangre materna y la fetal nunca se mezclan directamente.
La comunicación fisiológica entre la madre y el feto se logra a través del cordón umbilical, que
permite al feto nadar libremente dentro del amnios.
El embarazo
El embarazo o período de gestación se divide en dos etapas. Durante la primera fase, que dura ocho
semanas, el nuevo ser recibe el nombre de embrión, y se desarrolla hasta alcanzar una morfología
claramente humana.
En la segunda etapa, que va desde la novena semana hasta que termina el embarazo, el nuevo ser
se denomina feto, desarrolla y diferencia órganos internos, crece y aumenta de peso en preparación
para el nacimiento. Al final del embarazo, el feto pesa alrededor de 3,5 kilos.
Primer trimestre
Es la clave del desarrollo humano. En la segunda semana de vida el
embrión alcanza una longitud aproximada de 1,5 milímetros, y empieza a
desarrollarse el eje mayor de su cuerpo.
En esta etapa del desarrollo embrionario, la mujer puede percibir un atraso,
respecto de la fecha en que espera la llegada de la menstruación. Aunque
no se puede decir con seguridad que se trate de un embarazo, es posible
que la desaparición de la menstruación sea la clave para intuir que se ha
concebido un hijo, si es que se han mantenido relaciones sexuales
previamente.
Al término de la tercera semana, el embrión tiene una longitud de 2,3
milímetros aproximadamente y se empiezan a formar la mayoría de sus
sistemas de órganos. El primero en desarrollarse es el sistema nervioso
central, es decir, la médula espinal y el encéfalo. Alrededor de los 20 días
de vida, el corazón que aún no tiene una forma definitiva, ya empieza a
vibrar y luego a latir.
Una vez que el corazón del embrión comienza a latir, tan sólo a dos
semanas y media después de la fecundación, no se detendrá hasta el final
de la vida del individuo, latiendo unas 100.000 veces por día en su etapa
adulta.
Primer trimestre del
embarazo
Posteriormente, la cabeza y el cuello van tomando su forma, y los ojos y los oídos inician su
desarrollo.
Alrededor de las cuatro semanas, el embrión mide 5 milímetros y su masa ha aumentado 7.000
veces desde su concepción (fecundación). A partir de esta etapa, comienza el desarrollo de
músculos, huesos y tejidos conjuntivos. Se inicia la formación de los brazos, piernas, rodillas, dedos
y las facciones del rostro.
Hacia el final de las ocho semanas la longitud del embrión alcanza unos 3 centímetros, los huesos de
sus brazos y piernas comienzan a endurecerse y adquieren una suave movilidad que la madre no
puede percibir aún. La mandíbula empieza a definir la forma y la condición que capacitará al embrión
para realizar sus primeros intentos de succión.
Al término del primer trimestre el embrión pasa a llamarse feto, mide unos 7 centímetros de largo y
su masa es de unos 20 gramos. Su cabeza toma una forma más redondeada y representa las dos
terceras partes del tamaño del cuerpo. Se desarrollan la mandíbula con 32 yemas dentales
permanentes, y los reflejos como el del sobresalto y el de succión. Además, se han formado todos
los sistemas orgánicos principales y comienza el desarrollo de los órganos reproductores externos.
A partir del tercer mes, la función de la placenta es la nutrición del feto, que se encuentra unido a
ella por el cordón umbilical. Hay intercambios de sustancias alimenticias y de desechos entre el feto
y la madre, y traspaso de anticuerpos que protegerán al bebé de contraer enfermedades una vez que
nazca. Por este vínculo, el cordón umbilical, el feto puede contagiarse de enfermedades infecciosas
que la madre puede tener: rubéola, tifus, sarampión y SIDA, entre otras.
Segundo trimestre
El crecimiento del feto, que ha sido sorprendentemente rápido,
continúa más lentamente. Las piernas y brazos alcanzan una
longitud proporcional al resto del cuerpo y su movimiento se
hace tan evidente que la madre puede percibirlo.
El feto de cuatro meses mide unos 18 centímetros y pesa
alrededor de 200 gramos.
A los cinco meses, su cuerpo se recubre de una pelusa llamada
lanugo, posee cabello y su corazón late vigorosamente a una
frecuencia promedio de unos 140 latidos por minuto.
El médico puede percibir la actividad del corazón al auscultar
con un estetoscopio desde el exterior.
El feto de seis meses mide unos 33 centímetros y pesca
alrededor de unos 670 gramos. Su piel es roja y arrugada y la
cara está ya completamente formada y expresiva.
Segundo trimestre del embarazo
Los reflejos se presentan más decididos y el feto es capaz de
responder a los estímulos del medio: se muestra sensible a los ruidos y puede responder con
“pataditas” ante los más intensos y fuertes que le molestan.
En el intestino permanece el meconio, masa verde y pastosa formada principalmente por células
muertas y bilis; éste se mantendrá en dicha cavidad hasta después de su nacimiento.
Los primeros meses del embarazo son los más críticos para el niño en desarrollo, ya que durante
este periodo se forman su cerebro, brazos, piernas y órganos internos. Es por esta razón que una
mujer embarazada debería tener especial cuidado antes de tomar ningún tipo de medicación si no es
aconsejada por un médico que conoce su estado. También debería evitar los rayos X y el consumo de
cigarrillo y alcohol.
Tercer trimestre
Durante el último trimestre del embarazo, el feto aumenta
notablemente de tamaño y de peso. Este período se caracteriza
por un evidente desarrollo del sistema nervioso y un considerable
aumento del número de células cerebrales. Es fundamental que
en esta etapa la madre tenga una alimentación rica en proteínas
para ayudar a que el desarrollo del cerebro infantil se complete
en buena forma.
Al séptimo mes de embarazo, el feto ha ocupado casi todo el
espacio disponible en el útero y muchos bebés en esta etapa se
acomodan tomando una posición invertida. Así, el movimiento de
pies y rodillas se torna más libre y puede percibiese desde el
exterior del vientre materno.
Si el nacimiento ocurre en este período, el bebé tiene un
excelente pronóstico de supervivencia, siempre que cuente con el
apoyo médico adecuado, y la posibilidad de mantener al bebé en
una incubadora hasta que éste sea capaz de regular por sí mismo
Tercer trimestre del embarazo
su temperatura corporal.
Al octavo mes, sólo falta que el bebé desarrolle ciertos tejidos pulmonares superficiales y una buena
capa de tejido adiposo aislante, con el fin de estar listo para nacer.
En esta etapa el bebé suele presentar hipo, que puede ser causado porque traga y bota por la boca
porciones de líquido amniótico.
En el último mes de embarazo, el bebé ya no tiene suficiente espacio en el útero por lo que sus
movimientos son de menor amplitud.
En esta etapa de término, desciende por la cavidad de la pelvis, fijando firmemente su cabeza a ella.
Mide entre 48 y 52 centímetros y pesa entre 2,7 y 4 kilos.
Parto
Etapas del parto
El parto es el momento de la salida del bebé al exterior a través de la vagina.
A veces las mujeres dan a luz antes de la fecha esperada, lo que da origen a un niño prematuro. Un
7% de los niños que nacen son prematuros, es decir, nacidos antes de las 37 semanas de embarazo.
Los niños que nacen unas pocas semanas antes suelen desarrollarse con normalidad. Los últimos
avances en el cuidado de niños prematuros permiten sobrevivir a muchas criaturas que nacen con 25
o 26 semanas de gestación.
Poco antes del parto se elimina el líquido amniótico por el vaciamiento de la cavidad amniótica.
El parto, comienza con contracciones irregulares del útero cada 20 o 30 minutos. A medida que
avanza el proceso, aumenta la frecuencia e intensidad de las contracciones.
La duración normal del parto para una madre que espera su primer hijo es de 13 a 14 horas, y unas
8 o 9 para una mujer que ha dado a luz antes. No obstante, existen grandes variaciones en cuanto a
la duración del parto.
Algunas mujeres prefieren algún tipo de anestesia para aliviar el dolor del parto. Sin embargo, el
parto natural cada vez es más frecuente debido en parte a que muchas mujeres saben que la
anestesia y la medicación que reciben pueden llegar rápidamente a través de la placenta al niño por
nacer.
Otra opción en el parto es la anestesia local, donde sólo se duermen aquellas partes del cuerpo de la
madre afectadas por el dolor del parto. Tales anestésicos incluyen el bloqueo de la parte inferior de la
espina dorsal y la inyección epidural, con la que se anestesia la región pélvica. La epidural no se debe
usar al principio de la dilatación porque prolonga peligrosamente el parto; después sólo se utiliza
para calmar el dolor de la expulsión (y quizás de la dilatación final).
Otra opción es la cesárea, que consiste en sacar al bebé del útero quirúrgicamente, pero no es una
alternativa para el dolor. Sirve para evitar algunas complicaciones del parto natural y sólo se realiza
si existe una razón médica específica.
Después del parto, se corta el cordón umbilical y se anuda. Al cicatrizar, deja como señal el ombligo.
El niño llora por primera vez al inhalar, comienza a respirar con regularidad, y de este modo inicia su
existencia independiente.
Después de nacer, y durante 6 meses aproximadamente, el bebé se alimenta principalmente de leche
materna, ya que ésta aporta los nutrientes necesarios para el desarrollo adecuado del recién nacido.