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LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR DESARROLLO FISICO Y SALUD noviembre 4 2015 TERESA NEBY BOLOM TON TABLA DE ALIMENTOS DE UN NIÑO DIAS DE LA SEMANA DIA 1 DIA 2 ALIMENTOS TOTAL DE CALORIAS Torta de jamón 330 kcal Jugo de durazno 134 kcal yogurt 61kCa galletas 145 kcal manzana 60 kcal jugo de naranja 112 kcal DIA 4 huevos con jamón 138 kcal DIA 5 flan 145 kcal DIA 3 yogurt TABLA DE ALIMENTOS 61kCa ALIMENTOS DIA 1 DASAYUNO: TOTAL DE CALORIAS 350 kcal QUESADILLAS TÉ 1 kcal PAN 265 kcal COMIDA: 212 kcal POLLO TORTILLAS 23 kcal JUGO DE LIMON 29 kcal CENA: 236 kcal AVENA CON LECHE PAN TOSTADO CON MERMELADA ALIMENTACIÓN DE UN NIÑO 193 kcal Algunos niños llevan una alimentación saludable porque en su desayuno llevan frutas, licuados de fruta ,quesadillas y otros alimentos preparados en casa, sin embargo muchos de ellos en la mayoría de las ocasiones llevan comida con mucha grasa, productos enlatados como yogurt, jugos, galletas, tortas, e incluso llevan dulces. CONCLUSIÓN COMO DOCENTE Como todos sabemos la alimentación es fundamental para la vida porque además de satisfacer la necesidad de comer también los alimentos nos aportan energía que necesitamos para realizar nuestras actividades diarias. Por lo tanto siempre hay que tener en cuenta que debemos tener una buena alimentación para tener una buena salud. En el caso de los niños los padres son los responsables de la alimentación de sus hijos ya que ellos se encargan de darle ya sea buena o mala alimentación. Tanto en los niños como en los jóvenes se debe tratar de llevar una dieta adecuada para su desarrollo y para que ayude en su crecimiento. y dentro de esta dieta se deben considerar cada uno de los nutrientes que el cuerpo necesita para su buen funcionamiento. CARBOHIDRATOS Los carbohidratos (también llamados “hidratos de carbono”) son uno de los tres tipos de macronutrientes presentes en nuestra alimentación (los otros dos son las grasas y las proteínas). Existen en multitud de formas y se encuentran principalmente en los alimentos tipo almidón, como el pan, la pasta alimenticia y el arroz, así como en algunas bebidas, como los zumos de frutas y las bebidas endulzadas con azúcares. Los carbohidratos constituyen la fuente energética más importante del organismo y resultan imprescindibles para una alimentación variada y equilibrada. Todos los carbohidratos están formados por unidades estructurales de azúcares, que se pueden clasificar según el número de unidades de azúcar que se combinen en una molécula. La glucosa, la fructosa y la galactosa son ejemplos destacados de los azúcares constituidos por una sola unidad (de azúcar); dicho tipo de azúcares se conocen también como “monosacáridos”. A los azúcares constituidos por dos unidades se le denomina “disacáridos”; los disacáridos más ampliamente conocidos son la sacarosa (“azúcar de mesa”) y la lactosa (el azúcar de la leche). La tabla siguiente muestra los principales tipos de carbohidratos alimenticios. Los carbohidratos en el cuerpo La función principal de los carbohidratos es proporcionar energía, aunque también desempeñan una función importante para la estructura y el funcionamiento de las células, tejidos y órganos; además, sirven para formar las estructuras carbohidratadas de la superficie de las células. Hay diversas clases de moléculas carbohidratadas en el cuerpo: proteoglicanos, glicoproteínas (también llamadas “glicoproteínas”), y glucolípidos (también llamados “glicolípidos”). CLASIFICACIÓN DE LOS CARBOHIDRATOS ALIMENTICIOS y ejemplos correspondientes CLASE EJEMPLOS Monosacáridos Glucosa, fructosa, galactosa Disacáridos Sacarosa, lactosa, maltosa Isomaltol, maltitol, sorbitol, xilitol, Polioles eritritol Fructooligosacáridos, Oligosacáridos maltooligosacáridos Polisacáridos tipo almidón Amilosa, amilopectina, maltodextrinas Polisacáridos no semejantes al almidón Celulosa, pectinas, hemicelulosas, (fibra alimenticia) gomas, inulina Azúcares La glucosa y la fructosa son monosacáridos y se pueden encontrar en las frutas, las bayas, las verduras, la miel y los siropes de glucosa-fructosa. El azúcar común o de mesa, es decir, la sacarosa, es un disacárido compuesto por glucosa y fructosa y está presente en la naturaleza en alimentos tales como la remolacha azucarera, la caña de azúcar y las frutas. La lactosa, que es un disacárido compuesto de glucosa y galactosa, es el principal azúcar de la leche y de los productos lácteos; por su parte, la maltosa, que es un disacárido compuesto sólo de glucosa (dos moléculas de glucosa), está presente en la malta y en los siropes (extractos líquidos) derivados del almidón. Tanto el azúcar de mesa (sacarosa) y los siropes de glucosa-fructosa contienen glucosa y fructosa, bien en estado libre (siropes de glucosa-fructosa) o en forma de disacárido (sacarosa). Los polioles se denominan alcoholes de azúcar. Hay polioles naturales, pero la mayoría se fabrican mediante la transformación de azúcares. El poliol utilizado con mayor frecuencia es el sorbitol; por su parte, el xilitol se usa frecuentemente en las gomas de mascar y en los caramelos. El isomaltol es otro poliol, que se usa en repostería/confitería y se obtiene a partir de la sacarosa. Los polioles son dulces y se pueden utilizar en los alimentos (añadiéndolos a los mismos) de forma similar a lo que se hace con los azúcares, aunque dichos polioles pueden tener un efecto laxante si se ingieren en cantidades excesivas. Oligosacáridos La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a los oligosacáridos como carbohidratos formados por 3-9 unidades de azúcares (monosacáridos), aunque en otras definiciones se habla de cadenas de azúcares ligeramente más largas. Los fructo oligosacáridos contienen un total de hasta 9 unidades de fructosa y se producen con fines comerciales mediante la hidrólisis (descomposición enzimática) parcial de la inulina. La rafinosa y la estaquiosa están presentes, si bien en cantidades pequeñas, en determinadas legumbres, cereales y verduras, así como en la miel. Polisacáridos Se necesitan más de 10 unidades de azúcar y a veces hasta miles de unidades para formar los polisacáridos. El almidón es la principal reserva de energía de las hortalizas de raíz y los cereales. Está formado por largas cadenas de glucosa en forma de gránulos, cuyo tamaño y forma varían según el vegetal del que forma parte. El equivalente de los almidones en los animales y en los seres humanos es el llamado “glucógeno” (ver sección 3.1). Los polisacáridos sin almidón son los principales componentes de la fibra alimenticia. Comprenden: celulosa, hemicelulosa, inulina, pectinas y gomas. La celulosa es el componente principal de las paredes celulares vegetales y está formada por miles de unidades de glucosa. Los distintos componentes de la fibra alimenticia tienen diferentes propiedades y estructuras físicas. Una característica distintiva de la fibra alimenticia es que no puede ser digerida por los seres humanos. Sin embargo, algunos tipos de fibra pueden ser metabolizados por las bacterias intestinales, dando lugar a compuestos que las células intestinales humanas sí que pueden utilizar para la producción de energía. En cualquier caso, por no poder ser digerida por los seres humanos, la fibra tiene un menor contenido energético medio que la mayoría de los demás carbohidratos (ver sección 3.1). Fuente y almacenamiento de energía Los almidones y los azúcares son las principales fuentes de energía y aportan 4 kilocalorías (17 kilojulios) por gramo. Los polioles proporcionan 2,4 kilocalorías (10 kilojulios), y la fibra alimenticia, 2 kilocalorías (8 kilojulios) por gramo, respectivamente. Nota importante: el poliol eritritol no es metabolizado en absoluto por el cuerpo y, por eso, proporciona cero calorías. En el intestino delgado, los monosacáridos son absorbidos y de allí pasan al torrente sanguíneo, desde donde son transportados hasta los lugares en los que son utilizados. Los disacáridos son descompuestos en azúcares simples por las enzimas digestivas. El cuerpo también necesita la ayuda de las enzimas digestivas para romper las largas cadenas de almidones y descomponerlas en los azúcares por los que están formadas, que pasan posteriormente a la sangre. El cuerpo humano utiliza los carbohidratos en forma de glucosa. La glucosa también se puede transformar en glucógeno, un polisacárido similar al almidón, que es almacenado en el hígado y en los músculos como fuente de energía de la que el cuerpo puede disponer fácilmente. El cerebro y los eritrocitos (“glóbulos rojos”) necesitan la glucosa, ya que no pueden emplear otra cosa como fuente de energía: ni grasas, ni proteínas, ni ninguna otra forma de energía. Por este motivo se debe mantener constantemente el nivel de glucosa en sangre en un nivel óptimo. Para cubrir las necesidades energéticas del cerebro se necesitan aproximadamente 130 gr de glucosa al día. La glucosa puede proceder directamente de los carbohidratos ingeridos con la dieta, de los depósitos de glucógeno o de la conversión de determinados aminoácidos derivados de la degradación de las proteínas. Varias hormonas, entre ellas la insulina, trabajan rápidamente para regular el flujo de glucosa que entra y sale de la sangre y mantenerla a un nivel estable. VITAMINAS Las vitaminas son sustancias orgánicas, de naturaleza y composición variada. Imprescindibles en los procesos metabólicos que tienen lugar en la nutrición de los seres vivos. No aportan energía, ya que no se utilizan como combustible, pero sin ellas el organismo no es capaz de aprovechar los elementos constructivos y energéticos suministrados por la alimentación. Normalmente se utilizan en el interior de las células como antecesoras de las coenzimas, a partir de las cuales se elaboran los miles de enzimas que regulan las reacciones químicas de las que viven las células. Su efecto consiste en ayudar a convertir los alimentos en energía. La ingestión de cantidades extras de vitaminas no eleva la capacidad física, salvo en el caso de existir un déficit vitamínico (debido, por ejemplo, a un régimen de comidas desequilibrado y a la fatiga). Entonces se puede mejorar dicha capacidad ingiriendo cantidades extras de vitaminas. Las necesidades vitamínicas varían según las especies, con la edad y con la actividad. Las vitaminas son sustancias inorgánicas que están presentes en los alimentos y nos resultan absolutamente imprescindibles para la vida. Con las vitaminas se puede y debe usar el término 'esencial', que quiere decir que son necesarias para nuestro organismo, y es que, cada una de las 13 vitaminas tienen una función específica en el correcto funcionamiento del cuerpo, siendo por ello indispensables dentro de la alimentación de cualquier individuo. Su carencia en el organismo de cualquier persona puede desencadenar problemas de salud. Por ello, debemos tomarlas obligatoriamente del exterior, ya que nosotros mismos no somos capaces de sintetizarlas a partir de reacciones químicas. Esta regla tiene excepciones, como veremos más adelante, ya que el organismo es capaz de sintetizar cierta cantidad de algunas vitaminas. En la actualidad hay descubiertas y descritas 13 vitaminas. Esto no quiere decir que sean las definitivas. Es posible que, en algún momento, un grupo de científicos descubra otra, a pesar de que desde 1948 no se ha descrito ninguna. Todas ellas tienen, como mínimo, dos denominaciones, por un lado poseen un nombre con dígitos (letras y números) y por otro también se las conoce con una denominación extendida, que puede referirse a su forma química o alguna de sus funciones. Por ejemplo: ácido ascórbico es lo mismo que vitamina C. Ningún alimento posee todas las vitaminas necesarias para el correcto funcionamiento del cuerpo y tampoco hay ningún alimento que no posea ninguna. Hay vitaminas que están más extendidas que otras en la naturaleza y se encuentran presentes en muchos alimentos y otras que se concentran en un grupo más reducido de alimentos. ¿Para qué sirven las vitaminas? Cada uno de estos componentes posee funciones concretas y específicas, que son irremplazables. Por este motivo, si se produce un desajuste en sus niveles (hipo o hipervitaminosis) o existe una ausencia de las mismas (avitaminosis) el organismo no trabaja bien y se producirán alteraciones. La mayoría de las vitaminas funcionan, entre otras cosas, como cofactores o co-enzimas de reacciones químicas. Es decir, son elementos imprescindibles para que esa transformación, minúscula pero constante, tenga lugar en nuestros órganos. Por ejemplo, sin vitaminas no se puede obtener energía a partir de los alimentos o no funciona bien el sistema defensivo frente a infecciones o las conexiones neuronales de nuestro sistema nervioso se ven alteradas. Las vitaminas no aportan energía al organismo, es decir, son nutrientes acalóricos. Por este motivo, en una dieta hipocalórica o adelgazante, no hay que reducir el aporte vitamínico. ¿Qué cantidad de vitaminas hay que tomar? Cada una de ellas posee una recomendación de consumo específica que suele ser bastante pequeña y está ajustada a características y situaciones como sexo, edad, embarazo o lactancia. Sin embargo, y a pesar de necesitar mínimas cantidades vitamínicas, si no mantenemos una alimentación completa y muy variada tomando de todos los grupos de alimentos, desarrollar carencias con algunas vitaminas no es tan infrecuente. Además de todo esto, algunas vitaminas son muy sensibles a las condiciones ambientales y pueden inactivarse dejando de ser útiles. La incidencia directa de la luz solar, el calor o incluso la propia solubilidad de algunas, hace que se puedan degradar antes o durante su ingesta. Requerimientos especiales de vitaminas Existen diferentes etapas en la vida como la infancia, el embarazo o la lactancia, donde nuestro cuerpo requiere un incremento de estas vitaminas, este suplemento deberá ser prescrito por un médico, ya que como decíamos, su ingesta abusiva (hipervitaminosis) también puede ser perjudicial para la salud. El consumo de alcohol, tabaco o diferentes drogas pueden generar un elevado gasto vitamínico, lo que conviene tener en cuenta a la hora de elaborar la dieta diaria PROTEÍNAS Las proteínas son los materiales que desempeñan un mayor numero de funciones en las células de todos los seres vivos. Por un lado, forman parte de la estructura básica de los tejidos (músculos, tendones, piel, uñas, etc.) y, por otro, desempeñan funciones metabólicas y reguladoras (asimilación de nutrientes, transporte de oxígeno y de grasas en la sangre, inactivación de materiales tóxicos o peligrosos, etc.). También son los elementos que definen la identidad de cada ser vivo, ya que son la base de la estructura del código genético (ADN) y de los sistemas de reconocimiento de organismos extraños en el sistema inmunitario. Son macromoléculas orgánicas, constituidas básicamente por carbono (C), hidrógeno (H), oxígeno (O) y nitrógeno (N); aunque pueden contener también azufre (S) y fósforo (P) y, en menor proporción, hierro (Fe), cobre (Cu), magnesio (Mg), yodo (I), etc... Estos elementos químicos se agrupan para formar unidades estructurales llamados AMINOÁCIDOS, a los cuales podríamos considerar como los "ladrillos de los edificios moleculares proteicos". Se clasifican, de forma general, en Holoproteinas y Heteroproteinas según estén formadas respectivamente sólo por aminoácidos o bien por aminoácidos más otras moléculas o elementos adicionales no aminoacídicos. LOS AMINOÁCIDOS. Son sustancias cristalinas, casi siempre de sabor dulce. Los aminoácidos se caracterizan por poseer un grupo carboxilo (-COOH) y un grupo amino (-NH2). Los aminoácidos son las unidades elementales constitutivas de las moléculas denominadas Proteínas. Son pues, y en un muy elemental símil, los "ladrillos" con los cuales el organismo reconstituye permanentemente sus proteínas específicas consumidas por la sola acción de vivir. Los alimentos que ingerimos nos proveen proteínas. Pero tales proteínas no se absorben normalmente en tal constitución sino que, luego de su desdoblamiento ("hidrólisis" o rotura), causado por el proceso de digestión, atraviesan la pared intestinal en forma de aminoácidos y cadenas cortas de péptidos. Esas sustancias se incorporan inicialmente al torrente sanguíneo y, desde allí, son distribuidas hacia los tejidos que las necesitan para formar las proteínas, consumidas durante el ciclo vital. Se sabe que de los 20 aminoácidos proteicos conocidos, 8 resultan indispensables (o esenciales) para la vida humana y 2 resultan "semiindispensables". Son estos 10 aminoácidos los que requieren ser incorporados al organismo en su cotidiana alimentación y, con más razón, en los momentos en que el organismo más los necesita: en la disfunción o enfermedad. Los aminoácidos esenciales más problemáticos son el triptófano, la lisina y la metionina. Es típica su carencia en poblaciones en las que los cereales o los tubérculos constituyen la base de la alimentación. Los déficit de aminoácidos esenciales afectan mucho más a los niños que a los adultos. Hay que destacar que, si falta uno solo de ellos (aminoácido esenciales) no será posible sintetizar ninguna de las proteínas en la que sea requerido dicho aminoácido. Esto puede dar lugar a diferentes tipos de desnutrición, según cual sea el aminoácido limitante ESTRUCTURA DE LAS PROTEÍNAS La organización de una proteína viene definida por cuatro niveles estructurales denominados: estructura primaria, estructura secundaria, estructura terciaria y estructura cuaternaria. Cada una de estas estructuras informa de la disposición de la anterior en el espacio. Estructura primaria La estructura primaria es la secuencia de aminoácidos de la proteína. Nos indica qué aminoácidos componen la cadena polipeptídica y el orden en que dichos aminoácidos se encuentran. La función de una proteína depende de su secuencia y de la forma que ésta adopte. Estructura Secundaria. La estructura secundaria es la disposición de la secuencia de aminoácidos en el espacio. Los aminoácidos, a medida que van siendo enlazados durante la síntesis de proteínas y gracias a la capacidad de giro de sus enlaces, adquieren una disposición espacial estable, la estructura secundaria. Existen dos tipos de estructura secundaria: La a(alfa)-hélice La conformación beta esta estructura se forma al enrollarse helicoidalmente sobre sí misma la estructura primaria. Se debe a la formación de enlaces de hidrógeno entre el -C=O de un aminoácido y el -NH- del cuarto aminoácido que le sigue. Las proteínas son macromoléculas compuestas por carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. La mayoría también contienen azufre y fósforo. Las mismas están formadas por la unión de varios aminoácidos, unidos mediante enlaces peptídicos. El orden y disposición de los aminoácidos en una proteína depende del código genético, ADN, de la persona. Las proteínas constituyen alrededor del 50% del peso seco de los tejidos y no existe proceso biológico alguno que no dependa de la participación de este tipo de sustancias. Funciones de las proteínas Las funciones principales de las proteínas en el organismo son: Ser esenciales para el crecimiento. Las grasas y carbohidratos no las pueden sustituir, por no contener nitrógeno. Proporcionan los aminoácidos esenciales fundamentales para la síntesis tisular. Son materia prima para la formación de los jugos digestivos, hormonas, proteínas plasmáticas, hemoglobina, vitaminas y enzimas. Funcionan como amortiguadores, ayudando a mantener la reacción de diversos medios como el plasma. Actúan como catalizadores biológicos acelerando la velocidad de las reacciones químicas del metabolismo. Son las enzimas. Actúan como transporte de gases como oxígeno y dióxido de carbono en sangre. (hemoglobina). Actúan como defensa, los anticuerpos son proteínas de defensa natural contra infecciones o agentes extraños. Permiten el movimiento celular a través de la miosina y actina (proteínas contráctiles musculares). Resistencia. El colágeno es la principal proteína integrante de los tejidos de sostén. Energéticamente, las proteínas aportan al organismo 4 Kilocalorías de energía por cada gramo que se ingiere. Las proteínas están mayormente presentes en alimentos de origen animal: carnes, huevos, lechey en menor proporción en vegetales como la soja, legumbres, cereales y frutos secos. LAS GRASAS Las grasas, también llamadas lípidos, conjuntamente con los carbohidratos representan la mayor fuente de energía para el organismo. Bioquímicamente, las grasas son sustancias apolares y por ello son insolubles en agua. Esta a polaridad se debe a que sus moléculas tienen muchos átomos de carbono e hidrógeno unidos de modo covalente puro y por lo tanto no forman dipolos que interactúen con el agua. Podemos concluir que los lípidos son excelentes aislantes y separadores. Las grasas están formadas por ácidos grasos. En términos generales llamamos aceites a los triglicéridos de origen vegetal, y corresponden a derivados que contienen ácidos grasos insaturados predominantemente por lo que son líquidos a temperatura ambiente. (aceites vegetales de cocina, y en los pescados, ver cuadro) Para el caso de las grasas, estas están compuestas por triglicéridos de origen animal constituidos por ácidos grasos saturados, sólidos a temperatura ambiente. (manteca, grasa, piel de pollo, en general: en lácteos, carnes, chocolate, palta y coco). Las grasas cumplen varias funciones: Energeticamente, las grasas constituyen una verdadera reserva energética, ya que brindan 9 KCal (Kilocalorías) por gramo. Plásticamente, tienen una función dado que forman parte de todas las membranas celulares y de la vaina de mielina de los nervios, por lo que podemos decir que se encuentra en todos los órganos y tejidos. Aislante, actúan como excelente separador dada su apolaridad. Transportan proteínas liposolubles. Dan sabor y textura a los alimentos. Las ácidos grasos insaturados son importantes como protección contra la ateroesclerosis (vulgarmente arteriosclerosis) y contra el envejecimiento de la piel. Estos vienen dados en los aceites de girasol, maíz, soja, algodón y avena. Siempre que se somete al calor a estos aceites, ocurre el proceso conocido como hidrogenación, cambiando su configuración a aceite saturado, por lo que su exceso es nocivo para la salud. (generando la aparición de ateromas - ateroesclerosis). La ateroesclerosis consiste en la formación de placas de ateroma que tapan la luz de las arterias. MINERALES Los minerales son sustancias inorgánicas distribuidas ampliamente por la naturaleza y presentes también en los alimentos. Son componentes esenciales para el ser humano, ya que no somos capaces de sintetizarlos en nuestro organismo a partir de otros compuestos y debemos tomarlos del exterior a través de la alimentación, con el objetivo de que nuestro organismo funcione correctamente. Se encuentran en nuestro cuerpo formando parte de diversas estructuras como dientes, huesos, sangre, etcétera. Los minerales que se consideran esenciales en nutrición suman un total de 26. En este artículo vamos a detallar los que mayor necesidad de consumo tienen y los mejor conocidos: calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, hierro, cinc, yodo, cobre, manganeso y flúor. Además de estos, hay otros muchos como el cobalto o el estaño con importantes acciones en la maduración de los glóbulos rojos; el vanadio, que contribuye al metabolismo de las grasas; el níquel, relacionado con hormonas; o el silicio, necesario para el crecimiento y renovación de los huesos. ¿Para qué sirven los minerales? Como resumen general se podría decir que los minerales poseen una función reguladora. La mayor parte tienen relación con la obtención de energía a nivel celular, formando parte de reacciones químicas. Muchos contribuyen al metabolismo de los macronutrientes: hidratos de carbono, proteínas y grasas. Asimismo forman parte de muchas moléculas: vitaminas, aminoácidos, hormonas, células sanguíneas, etcétera. También es importante la acción estructural que aportan algunos de los minerales: calcio, fósforo, magnesio... Por el contrario, hay que remarcar que los minerales no tienen función energética, por lo que no aportan ninguna caloría TIPOS DE NUTRIENTES Los hidratos de carbono, las grasas, las proteínas, las vitaminas, los minerales y el agua proporcionan calor y energía, regulan los procesos corporales y aportan sustratos para el crecimiento del organismo. Cada nutriente tiene sus propias funciones, de forma que la alimentación debe ser completa. Lo ideal es combinar los alimentos para que una persona sana pueda comer de todo pero manteniendo un buen equilibrio. Es decir, no se trata de prohibir alimentos sino de comer sin abusar y de forma variada. Los hidratos de carbono Los hidratos de carbono son fuentes de energía inmediata, ya que constituyen el combustible del organismo. Además de formar parte de las membranas de las células y de tener funciones estructurales menores, la energía que proporcionan se utiliza durante los primeros minutos en que se realiza un esfuerzo, y después se empiezan a consumir grasas. Hay varios tipos de hidratos de carbono. El más rápido es la glucosa, que en pocos minutos pasa del aparato digestivo a la sangre, y de ahí a los músculos. Los hidratos de carbono suelen dividirse en dos categorías: simples y complejos. Los hidratos de carbono simples Son azúcares de mesa, miel y el azúcar de las frutas (glucosa y fructosa). En general, los hidratos de carbono simples, como el azúcar y la harina refinada, suministran demasiadas calorías en comparación con los nutrientes que aportan. Los hidratos de carbono complejos Son almidones, como los que se encuentran en cereales, verduras, frutas y legumbres. El proceso de digestión transforma todos los azúcares y almidones en un azúcar simple, la glucosa, que se libera al torrente sanguíneo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la glucosa que procede de almidones se digiere y absorbe más lentamente que la del azúcar, evitando el rápido aumento y descenso de la glucosa en la sangre que se produce al comer demasiados azúcares simples. Las grasas Los ácidos grasos son esenciales para el organismo: es necesario consumir dos o tres cucharadas de aceite al día, puesto que las grasas forman estructuras básicas de todas las células, proporcionan algo más del doble de calorías por gramo que los hidratos de carbono y las proteínas, y además suministran la forma más concentrada de energía de la dieta cuyo exceso se deposita en las células de grasa (o adipositos) del organismo. Las grasas transportan las vitaminas liposolubles A, D, E y K y proporcionan aislamiento y protección a los órganos y el esqueleto. Hay tres tipos de grasa: la saturada, la monoinsaturada y la poliinsaturada. Las grasas saturadas Son más proclives a pegarse a las paredes de las arterias y acumularse en los adipositos, favoreciendo la obesidad, y además son más difíciles de digerir. Este tipo de grasa se encuentra sobre todo en los productos de origen animal, como carnes, embutidos, huevos, mantequilla y productos lácteos, así como aceite de coco y de palma. Es la grasa que se mantiene sólida a temperatura ambiente y aumenta el colesterol malo. Las grasas monoinsaturadas Son buenas para la salud del organismo, ya que reducen el colesterol en la sangre y también el riesgo de padecer enfermedades coronarias (las que afectan a las arterias coronarias, que son las que suministran sangre al músculo cardíaco) y otras complicaciones vasculares, como el ictus cerebral o la aterosclerosis de las extremidades inferiores. Se encuentran en los frutos secos, el aguacate, el aceite de oliva y el pescado. Las grasas poliinsaturadas Son las que favorecen el colesterol bueno, las que mejor se transportan en la sangre sin pegarse a las arterias, además de ayudar a reducir la cantidad de colesterol en los vasos sanguíneos. Esta grasa abunda en los vegetales, los frutos secos, la soja, el marisco y el pescado azul, así como en los aceites de maíz y girasol, el sésamo, las verduras y las nueces. Las proteínas Las proteínas son la segunda sustancia más abundante del organismo. Tienen un papel importante en el desarrollo y la reparación de todos los tejidos. Las proteínas están compuestas de unas unidades llamadas aminoácidos. El cuerpo humano necesita aproximadamente 22 aminoácidos para formar proteínas. Nueve de ellos se llaman aminoácidos esenciales y deben tomarse del exterior. Las proteínas animales contienen todos los aminoácidos en cantidades adecuadas, por lo que se denominan proteínas completas. Gran cantidad de verduras, cereales, legumbres, frutos secos, semillas y otros alimentos ricos en hidratos de carbono complejos contienen proteínas, pero son incompletas y tienen que combinarse con otros alimentos para conseguir la dosis suficiente de todos los aminoácidos. Muchas combinaciones tradicionales de algunos alimentos proporcionan proteínas completas, como, por ejemplo, cereales y legumbres, legumbres y frutos secos, cereales y frutos secos, verduras con productos animales, así como patatas y productos lácteos. Las vitaminas Las vitaminas desarrollan funciones muy específicas en el organismo. Su función es catalizar las reacciones químicas. Algunos procesos químicos requieren la presencia de varias vitaminas simultáneamente. Éstas, en sí mismas, no proporcionan energía, ya que no aportan calorías, pero son imprescindibles para el metabolismo. Las vitaminas son solubles en agua o grasa. Las liposolubles A, D, E y K precisan grasa para pasar del tracto intestinal al torrente sanguíneo. Se almacenan fácilmente en el organismo y son tóxicas en dosis elevadas, sobre todo la A y la D. Las hidrosolubles C y complejo vitamínico B se eliminan fácilmente por la orina si se encuentran en exceso en el organismo. Como no se almacenan fácilmente en el cuerpo, conviene tomarlas a diario. Generalmente no son tóxicas, excepto en dosis muy elevadas. A continuación se especifican las funciones más importantes de cada vitamina y qué alimentos contienen más cantidad de cada una: Los minerales Son compuestos inorgánicos que se encuentran en la tierra, las rocas y el agua. Se precisan unos diecisiete minerales para el buen funcionamiento del organismo. Actúan como catalizadores en la regulación de las contracciones musculares y en la transmisión de impulsos nerviosos, y participan en la digestión y el metabolismo de los alimentos. Algunos minerales intervienen en la regulación del equilibrio interno de los líquidos y controlan el equilibrio ácido-básico de la sangre y los tejidos. Los minerales esenciales, presentes en el cuerpo en cantidades relativamente elevadas, son sodio, potasio, calcio, magnesio y fósforo. Los que aparecen en pequeñas cantidades son hierro, cobre, zinc, manganeso, cromo, selenio, vanadio y molibdeno. En la página anterior, se especifican las funciones más importantes de cada mineral y qué alimentos contienen más cantidad de cada uno de ellos. El agua El agua no es un nutriente en sentido estricto, pero se trata del elemento más importante para la vida y se debe tener muy en cuenta. El cuerpo humano está formado principalmente por agua (del 60 al 80 %, según la edad, aproximadamente). Ésta resulta esencial para el buen funcionamiento de los riñones e intestinos y elimina las sustancias de desecho. Es el sistema básico de transporte del organismo, regula todos los nutrientes, las hormonas, las células sanguíneas, los productos de desecho y el oxígeno. Con el paso de la edad, los mecanismos de control del equilibrio se vuelven menos eficaces. La mayoría de las personas necesita de seis a ocho vasos de agua al día (de 1,5 a 2 litros al día, como mínimo). También se puede obtener agua de los zumos, los refrescos y otras bebidas, las sopas y las verduras. El café y algunas bebidas tienen una función diurética que ayuda a eliminar líquidos y minerales del cuerpo. Se deben incluir en la dieta salvo en ciertos casos en los que se recomienda evitarlos. La fibra La fibra no es un nutriente, pero es muy importante incluirla en alguna de las ingestas diarias. Sirve principalmente para mantener una dieta equilibrada, retiene líquidos y proporciona la masa necesaria para transportar los desechos corporales. El intestino puede así funcionar con mayor regularidad. Esto es importante a medida que pasan los años, ya que dicho órgano pierde elasticidad y movilidad, por lo que aumenta la tendencia al estreñimiento. EN QUE SE DIFERENCIA UN NUTRIENTE DE OTRO Los nutrientes son sustancias contenidas en los alimentos, que son indispensables para la vida del organismo. Los alimentos nos aportan diferentes tipos de nutrientes: los hidratos de carbono o glúcidos las proteínas las grasas o lípidos las vitaminas los minerales el agua la fibra ¿Qué son los hidratos de carbono? Son nutrientes que se encuentran principalmente en los alimentos vegetales. Su función principal en el organismo es producir energía y actuar de reserva energética. Existen dos tipos de hidratos de carbono: Simples, entre los que se encuentran el azúcar y los alimentos que lo contienen (como los dulces, los caramelos y los refrescos). Complejos (contenidos en los cereales y sus derivados, las patatas y las legumbres). ¿Qué son las proteínas? Están formadas por cadenas de aminoácidos, que el organismo utiliza principalmente para construir y reparar tejidos. Se encuentran en alimentos de origen animal y también en menor proporción en los alimentos de origen vegetal. Se considera que las proteínas animales tienen más calidad que las vegetales puesto que contienen todos los aminoácidos esenciales en cantidades y proporciones requeridas por el hombre. La proteína de origen animal, es por tanto, de alto valor biológico (PAVB). La proteína de origen vegetal se puede diferenciar entre las de mediano valor biológico(PMVB) y las de bajo valor biológico (PBVB). Proteínas de AVB Proteínas de MVB Proteínas de BVB Carne Pescado Legumbres Huevo Cereales Leche y derivados Frutos secos Verduras Hortalizas y Tubérculos Frutas Clasificación de las proteínas ¿Qué son las grasas o lípidos? Son nutrientes que proporcionan principalmente energía al organismo, facilitan el transporte de algunas vitaminas y forman parte de algunas hormonas y de membranas celulares. Se encuentran tanto en alimentos vegetales como animales. Se clasifican en: Grasas saturadas: mayoritariamente están presentes en alimentos de origen animal como la carne y derivados, la leche y derivados enteros. También en pastelería, bollería y comidas precocinadas elaboradas con grasas de coco y de palma. Grasas insaturadas: se encuentran en el pescado azul, en los aceites de semillas y en los frutos secos. El agua es el principal componente de nuestro organismo. El cuerpo humano tiene un 75 % de agua al nacer y cerca del 60 % en la edad adulta. Alrededor del 60 % de este agua se encuentra en el interior de las células y el resto es la que circula en la sangre y baña los tejidos. En el agua de nuestro cuerpo tienen lugar las reacciones que nos permiten estar vivos, transporta el oxígeno y los nutrientes a nuestros tejidos y retira de nuestro cuerpo los productos de deshecho del metabolismo celular. Es muy importante consumir una cantidad suficiente de agua cada día para el correcto funcionamiento de los procesos de asimilación y, sobre todo, para los de eliminación de residuos del metabolismo celular. ¿Qué es la fibra? La fibra dietética es la parte comestible de las plantas o hidratos de carbono análogos resistente a la digestión y absorción en el intestino delgado, con fermentación completa o parcial en el colon y que promueve efectos beneficiosos fisiológicos. Tiene diversas funciones importantes: absorben el agua (hasta 5 veces su peso), aumentan el volumen de las heces, aceleran el tránsito intestinal, etc PORCIÓN DE CADA NO DE LOS NUTRIENTES QUE SON NECESARIOS PARA UNA BUENA ALIMENTACION Nuestro cuerpo necesita una serie de compuestos químicos para obtener la energía que necesita, para formar o reparar tejidos y para llevar a cabo los complicados procesos bioquímicos que suceden en nuestro interior. Para poder disponer de esos nutrientes, debemos obtenerlos de los alimentos que ingerimos. Los nutrientes no están simplificados en los alimentos, sino que el organismo debe descomponerlos para asimilarlos en forma de moléculas sencillas. Las cantidades que necesitamos de esos nutrientes son diferentes, como también lo son las cantidades que obtenemos de los distintos alimentos. Vamos a ver las características principales de esos nutrientes y las funciones que ejercen dentro del organismo, ya sea en forma de energía y alimento, para reparar los tejidos o para estimular la bioquímica. No te asustes por las palabras complejas, en realidad es bastante sencillo y sobre todo, fascinante. Las Proteínas Las proteínas son el principal componente del que están hechos nuestros tejidos y algunas de las principales moléculas reguladoras (enzimas, hormonas, etc). Es decir, nuestros cuerpos están compuestos fundamentalmente de proteínas. Las proteínas son macromoléculas muy complejas creadas a partir de la unión de otras moléculas más sencillas llamadas aminoácidos. Cuando ingerimos proteínas, nuestro organismo las descompone en aminoácidos que utiliza para crear sus propias proteínas (y con ellas los tejidos, las enzimas, las hormonas, etc.). Existen 20 aminoácidos, de los cuales podemos sintetizar 10 (aminoácidos no esenciales y aminoácidos semi-esenciales), pero los otros 10 restantes (llamados aminoácidos esenciales) debemos ingerirlos a través de los alimentos. El organismo toma los distintos aminoácidos que emplea de forma específica para diferentes funciones. Fundamentalmente, las proteínas sirven como material de construcción de moléculas encargadas de la defensa, el transporte o regulación de funciones, o de la reparación de tejidos. En cambio, las proteínas no se utilizan como fuente de energía. Aunque se trata de un material imprescindible para la vida, el exceso de proteínas puede generar graves problemas al organismo. De hecho, en nuestro mundo moderno existe un exceso proteínico en la alimentación que genera enfermedades de diversa índole, mientras que otras poblaciones sufren carencias extremas. La OMS recomienda una ingesta diaria de proteínas del 10-15%. Hidratos de Carbono Los hidratos de carbono, también llamados glúcidos (o azúcares) son la principal fuente de energía del organismo. Es decir, es el alimento con que se nutren nuestras células. Se trata de moléculas formadas por unidades de carbono, hidrógeno y oxígeno. Según la cantidad de unidades tienen distintos nombres: Monosacáridos: Cuando se trata de una sola unidad. Algunos carbohidratos monosacáridos son la fructosa (frutas), la glucosa (miel, frutas y algunas verduras), etc. Bisacáridos: Cuando se trata de dos unidades. La lactosa es un buen ejemplo (leche) o la sacarosa (azúcar). Polisacáridos: Son aquellos carbohidratos con cientos de unidades de carbono, hidrógeno y oxígeno, como por ejemplo el almidón o la celulosa. Estos tipos de carbohidratos los encontramos en los cereales y legumbres, principalmente, y en las verduras y vegetales. Los carbohidratos son descompuestos a través de enzimas digestivas específicas que se encargan de transportarlos hasta la sangre o hasta el hígado, donde se almacena en forma de glucógeno para ser lanzado al torrente sanguíneo cuando es preciso. El cerebro es el principal consumidor de glucosa y el índice glucémico (nivel de azúcar) que debemos tener en sangre es muy específico y delicado. Por eso lo más saludable es consumir preferiblemente azúcares compuestos de absorción lenta como vegetales, cereales integrales y legumbres. La fibra es un tipo de carbohidrato que nuestro cuerpo no puede digerir. Sin embargo, juega un importante papel en la flora intestinal y da consistencia a las heces favoreciendo el tránsito intestinal y evitando el estreñimiento. Las Grasas Las grasas (o lípidos) son diferentes tipos de sustancia que tienen como característica común que no pueden diluirse en agua. Su principal función dentro del organismo es servir como reserva energética, pero además forman parte de las membranas celulares, mantienen la temperatura corporal, protegen órganos vitales como el corazón,transportan vitaminas liposolules y ayudan en la síntesis de vitaminas y hormonas, entre otras funciones. Según las cadenas de átomos que las forman, se clasifican en: Grasas saturadas: Casi siempre provienen del reino animal y son sólidas a temperatura ambiente (por ejemplo, la manteca). No se oxidan tan rápidamente como las insaturadas, pero cuando se someten a temperaturas elevadas sufren cambios importantes. Tienen una compleja digestión y su metabolismo deja residuos tóxicos que acidifican el organismo. Grasas insaturadas: Provienen del reino vegetal y se mantienen líquidas a temperatura ambiente (aceites vegetales). Son los más saludables, sin embargo, se enrancian con facilidad y cuando son sometidos a altas temperaturas sufren alteraciones que los convierten en grasas saturadas. Grasas trans: Las grasas trans son grasas insaturadas (aceites) sometidas a un proceso de hidrogenación a través del cual se convierten en saturadas (margarina, por ejemplo) con el fin de proporcionar un sabor y una consistencia determinadas. Son las más peligrosas. Las grasas se componen de distintos tipos de ácidos grasos. El organismo puede generar todos los ácidos grasos que necesita menos el linoléico (Omega 6) y el linolénico (Omega 3), que deben provenir de la dieta y por eso se les llama ácidos grasos esenciales. Las Vitaminas Las vitaminas son nutrientes que el organismo necesita en cantidades muy pequeñas. No suponen una fuente de energía, pero las vitaminas son imprescindibles para realizar numerosas reacciones metabólicas y su carencia provoca enfermedades graves. Nuestro organismo no puede fabricarlas, de modo que el aprovisionamiento de vitaminas ha de provenir necesariamente de su ingesta a través de la dieta (salvo algunas excepciones). Existen 13 vitaminas que se agrupan en dos categorías: Hidrosolubles: Son la vitamina C y las del grupo B (B1, B2, B3, B5, B6, B8, B9 o ácido fólico, y B12). No se acumulan en el organismo, pues se eliminan fácilmente y, por lo tanto, hay que ingerirlas diariamente. La principal fuente de estas vitaminas son los vegetales y verduras. Liposolubles: Son las vitaminas A, D y E. Estas sí se acumulan en el organismo y eliminarlas no es tan sencillo. Se obtienen principalmente de los aceites de pescado y vegetales (primera presión en frío). No debemos olvidar que los vegetales y aceites que contienen estos preciados micronutrientes pierden rápidamente su cantidad y calidad dependiendo de algunos factores como el tiempo y modo de conservación, el agua, el calor, el modo de cocción, la sal, etc. Consulta cómo cocinar las verduras para mantener los nutrientes. Los Minerales Los minerales son la parte inorgánica de nuestro organismo. Todos ellos, al igual que las vitaminas, son imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestra fisiología, pero en cantidades muy pequeñas. Dependiendo de la cantidad que nuestro cuerpo necesita, los minerales se agrupan en dos categorías: Macro minerales: Los macro minerales son los que precisamos en mayor cantidad (aunque relativamente poca comparada con los macronutrientes como las proteínas, carbohidratos o grasas) y son: calcio, potasio, sodio, magnesio, azufre, fósforo y cloro. Oligoelementos: Los oligoelementos son los que precisamos en menos cantidad: hierro, zinc, yodo, flúor, cobalto, manganeso, etc… Las principales fuentes de minerales son las verduras, las semillas, las algas y los cereales y legumbres. Casi todos los minerales funcionan de manera antagónica y complementaria dentro del organismo, de manera que el exceso o defecto de uno de ellos puede afectar a la presencia de otros. Por eso es tan importante seguir una prescripción profesional a la hora de tomar suplementos de minerales. Por todo ello, cuando nuestra dieta se basa en el consumo de abundantes cereales, legumbres y todo tipo de verduras y vegetales y un consumo moderado de otros alimentos como pescado, semillas, frutos secos y algas, nos estamos asegurando de proporcionar al organismo todos los nutrientes imprescindibles en las cantidades más idóneas. Una vez vistos cuáles son los principales nutrientes que necesita nuestro organismo, te sugerimos que compruebes algunos conceptos básicos de higiene alimenticia, los principios para elaborar una dieta sana y equilibrada y algunas propuestas sanas de desayuno, comida y cena. Alimentación equilibrada y saludable Una alimentación equilibrada y adecuada es la que satisface las necesidades nutricionales de una persona, lo que supone un correcto aporte de energía y nutrientes para el buen funcionamiento del cuerpo humano. Es importante que la alimentación sea variada para cubrir los requerimientos nutricionales y que sea agradable al paladar para evitar la monotonía de los menús. ¿Qué son los requerimientos nutricionales? Son las cantidades de todos y cada uno de los nutrientes que necesitamos para lograr un estado nutricional correcto. La Organización Mundial de la Salud recomienda: 50-55% de hidratos de carbono 30-35% de lípidos o grasas 12-15% de proteínas Cantidades determinadas de fibra, vitaminas y minerales. Por ello, clasificamos a los alimentos en diferentes grupos, según el nutriente que se encuentre en mayor proporción. Grupo de alimentos Leche y derivados Carne, pescado y huevos Cereales y derivados Verduras y hortalizas Frutas Aceites y grasas Nutrientes principales Proteínas y calcio Proteínas Hidratos de carbono y fibra Fibra, vitaminas y minerales Azúcares, vitaminas, minerales y fibra. Lípidos Contenido de los principales nutrientes en los grupos de alimentos Para poder cubrir estas recomendaciones debemos consumir todos los grupos de alimentos en proporciones determinadas, y para ello, se diseñó la pirámide de alimentación saludable. ¿Qué es la pirámide alimentaria? La pirámide alimentaria (Figura 1) permite visualizar de un modo simple y práctico todos los grupos de alimentos y la frecuencia con la que los debemos consumir para cubrir los requerimientos nutricionales. Está dividida en alimentos de consumo diario y en alimentos de consumo ocasional. La base de la pirámide representa fundamentalmente a los alimentos ricos en hidratos de carbono (cereales, pasta, arroz, pan, harinas, patatas, etc.), y, por tanto, son de consumo diario. En el 2º escalón se sitúan las verduras y las frutas, que deben consumirse en gran cantidad. El aceite de oliva debe consumirse a diario por sus propiedades beneficiosas sobre la salud. En el 3º y 4º los lácteos y alimentos proteicos, respectivamente. En el ápice se encuentran los alimentos de consumo ocasional, entre ellos los embutidos y los dulces (alimentos complementarios). Por otro lado, se hace hincapié en: La práctica de actividad física diaria dentro de las posibilidades individuales. Beber agua abundantemente. LA IMPORTANCIA DE BEBER AGUA El agua es un componente esencial en nuestra existencia, representando el 60% del peso corporal de un adulto, por lo tanto, no podemos dejar de injerirla. de hecho, el agua es el principal solvente de los elementos que se absorben y forma más del 90% del jugo digestivo, la saliva, la bilis, y el jugo intestinal, lo que explica la gran relevancia que tiene este elemento en el funcionamiento de nuestro organismo. Principales funciones: Participa en el transporte de los nutrientes al interior de las células. Posibilita la eliminación de los desechos, al ser el medio en donde se encuentran disueltos los líquidos corporales, como la sangre, la saliva, la orina y las secreciones digestivas. Ayuda a dar forma a las células gracias a la presión que ejerce sobre ellas. Mantiene constante la temperatura corporal. sin embargo, y a pesar de lo trascendente que resulta su presencia en tu organismo, el cuerpo no tiene la capacidad de almacenar este vital elemento, por lo que es necesario reponer en forma constante el agua que pierdes día a día, a través del sudor, la respiración, la orina y las heces. por ello es recomendable tener el hábito de tomar agua con frecuencia, y no sólo cuando sentimos sed propiamente tal, pues ello es una alerta de que ya ha comenzado a producirse un cierto nivel de deshidratación en nuestro organismo. en un individuo promedio, se estima que el consumo requerido de agua es de alrededor de dos litros y medio al día, considerando la que está contenida en los alimentos como la fruta, sopa, leche o té (lo cual representa alrededor de un litro) y la que se ingiere como agua propiamente tal (que debería ser aproximadamente un litro y medio). sin embargo, es importante considerar que el requerimiento de agua varía según actividad física, estado de salud, entre otros. El agua y sus múltiples beneficios tanto el consumo de agua potable como mineral, reportan una serie de beneficios para el organismo, entre ellos: - ayuda en la prevención y tratamiento de la deshidratación por actividades deportivas y recreativas, la constipación o la fiebre. - actúa como factor de protección en el cáncer colorectal y enfermedades buco dentales, debido al flúor que contiene el agua potable. - favorece la prevención de las molestias ocasionadas por las vías aéreas, sobre todo por el desecamiento provocado por las bajas temperaturas ambientales. - mejora la fluidificación de las secreciones bronquiales. - estimula la producción de leche, en las madres que están amamantando. - previene los desórdenes electrolíticos en los ancianos. El agua es el principal e imprescindible componente del cuerpo humano. El cuerpo humano tiene un 75 % de agua al nacer y cerca del 60 % en la edad adulta. El cerebro es 75% agua, la sangre es un 92% agua, los huesos un 22% agua y los músculos un 75% agua. Beber la cantidad adecuada de agua es vital para su salud. Usted se sorprenderá de los beneficios del agua. ¿Por qué es tan importante beber agua? Evita que se sequen las membranas mucosas (ojos, boca, nariz, etc.). Regula la temperatura corporal. Es el principal componente del cuerpo humano. Más de 2/3 del cuerpo está compuesto por agua. Facilita el riego sanguíneo, la reproducción celular y el movimiento. Permite la absorción de los nutrientes esenciales y el aporte de energía. Mejora la función digestiva. Ayuda a la eficiente eliminación de toxinas y desechos de los órganos internos. 1. Perder peso: El agua le ayuda a perder peso puesto que reduce el hambre; es un efectivo supresor del apetito y ayuda al cuerpo a metabolizar la grasa acumulada. Además, el agua tiene cero calorías. Protege y lubrica las articulaciones. 2. Remedio natural para el dolor de cabeza: Ayuda a aliviar el dolor de cabeza y dolores de espalda causados por la deshidratación. Aunque hay muchas otras razones que contribuyen al dolor de cabeza, la deshidratación es muy común. 3. Piel más saludable: Podrá tener un aspecto más joven si la piel está bien hidratada. El agua ayuda a reponer los tejidos de la piel, la hidrata y aumenta su elasticidad, retrasando el proceso de envejecimiento. 4. Mejora de la productividad en el trabajo: El cerebro está compuesto principalmente de agua, por lo tanto beber agua ayuda a pensar mejor, estar más atento y más concentrado. 5. Mejor ejercicio: El agua regula la temperatura corporal, ayuda a sentirse con más energía al hacer ejercicio y sirve de combustible para el músculo. 6. Ayuda en la digestión y previene el estreñimiento, puesto que el agua incrementa la actividad metabólica. 7. Menos calambres y esguinces: Una hidratación adecuada ayuda a mantener lubricados los músculos y las articulaciones y mejora la resistencia de los ligamentos, por lo que hay menos probabilidad de tener calambres y esguinces. 8. Reduce el riesgo de cáncer. Beber la cantidad recomendable de agua hace que el hígado, los riñones, el sistema digestivo e inmunológico cumplan muy bien con sus funciones. Un consumo equilibrado de este líquido puede reducir el riesgo de cáncer de vejiga y de colon. 9. Alivia la fatiga: El agua es utilizada por el cuerpo para ayudar a eliminar las toxinas y productos de desecho del cuerpo. Si el cuerpo carece de agua, el corazón, por ejemplo, tiene que trabajar más para bombear la sangre oxigenada a todas las células, lo mismo para el resto de los órganos vitales, se agotan y por tanto tú también. 10. Buen estado de ánimo: Gracias a que su cuerpo se siente bien, su mente se siente feliz. 11. Menor probabilidad de ponerse enfermo: Beber la cantidad de agua adecuada ayuda a luchar contra la gripe y otras dolencias como las piedras del riñón y ataques al corazón. En otras palabras; mejora nuestro sistema inmunológico.