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Capítulo 10 PANUVEÍTIS CONCEPTO DE PANUVEÍTIS ENFERMEDAD DE BEHÇET SARCOIDOSIS SÍNDROME DE VOGT-KOYANAGI-HARADA OFTALMÍA SIMPÁTICA Alfredo Adán Civera CONCEPTO DE PANUVEÍTIS Se entiende por panuveítis aquella forma de uveítis en la que coexiste inflamación del segmento anterior en forma de uveítis anterior y la afectación de la úvea posterior o la retina en forma de coroiditis o vasculitis retiniana. Las panuveítis se pueden dividir en dos grandes grupos: las de origen no infeccioso y las de origen infeccioso. Dado que las uveítis posteriores infecciosas son analizadas en otro capítulo de esta monografía, a continuación describiremos las características clínicas más comunes y el abordaje diagnóstico de las panuveítis no infecciosas. Un punto clave aplicable a todo el estudio etiológico de las uveítis es que el abordaje diagnóstico debe basarse siempre inicialmente en el aspecto clínico de las lesiones oculares, así como en los datos de la historia clínica sistémica que presente el paciente. ENFERMEDAD DE BEHÇET La enfermedad de Behçet se caracteriza clásicamente por la existencia de inflamación intraocular recurrente asociada a ulceraciones orales y genitales. Pueden también presentarse otros hallazgos clínicos asociados como los dermatológicos, la vasculitis del sistema nervioso, los articulares o los gastrointestinales. co sino que lo hace con brotes de inflamación aguda de repetición que suelen durar 2-3 semanas. La uveítis anterior suele ser aguda de tipo no granulomatoso y aunque clásicamente se le ha asociado la presencia de hipopion de forma patognomónica, su frecuencia es reducida y transitoria (fig. 10.1). Es importante remarcar que en otros procesos puede también presentarse un hipopion, como es el caso de las uveítis anteriores asociadas al HLA-B27 o la espondilitis anquilosante. El hipopion únicamente va a constituir en estos casos un signo de severidad de la uveítis. La enfermedad retiniana marca el aspecto distintivo de la inflamación puesto que aparecen áreas de vasculitis retiniana en forma de periflebitis, junto a infiltrados retinianos blanquecinos similares a los que se asocian a las infecciones intraoculares de origen viral (figs. 10.2a y 10.2b). El déficit visual estará en relación a la localización en la mácula de estos infiltrados, siendo la fisiopatología de las lesiones la vasculitis oclusiva focal. Es también frecuente que existan células en la cavidad vítrea. Los infiltrados retinianos con el tratamiento pueden dejar cicatrices coriorretinianas o en ocasiones incluso no dejar lesión residual. En los casos con enfermedad crónica y refractaria al tratamiento es frecuente que se desarrolle una Características clínicas de la enfermedad ocular La afectación ocular en la enfermedad de Behçet es muy frecuente ya que aparece entre el 8090% de los pacientes siendo la que mayor morbilidad causa, por lo que el oftalmólogo juega un papel importante en su diagnóstico y tratamiento. La enfermedad ocular se localiza preferentemente en el segmento posterior y por lo general es bilateral. La inflamación no adopta un patrón cróni- Fig. 10.1: Uveítis anterior con hipopion en forma de inicio de enfermedad de Behçet. 190 10. Panuveítis Fig. 10.2 (a,b): Infiltrados retinianos paravasculares y en la vecindad de la mácula con celularidad en vítreo en un paciente con enfermedad de Behçet. enfermedad vaso-oclusiva retiniana difusa, con atrofia retiniana y del nervio óptico y déficit severo de la agudeza visual. Con menos frecuencia puede aparecer isquemia periférica y neovascularización retiniana (fig. 10.3), incluso con neovasos en el iris. Actitud diagnóstica El diagnóstico de enfermedad de Behçet es clínico ya que no disponemos de ningún parámetro biológico específico. El diagnóstico debe sospecharse en un paciente joven con una vasculitis retiniana bilateral. Conviene tener en cuenta que durante la fase aguda la enfermedad puede confundirse con un cuadro infeccioso de tipo viral o toxoplásmico. Fig. 10.3: Neovasos retinianos secundarios a vasculitis isquemizante en la enfermedad de Behçet. Se han descrito varias clasificaciones para establecer unos criterios diagnósticos de la enfermedad de Behçet. Clásicamente existen una serie de criterios mayores y otros menores aunque en la actualidad se sigue la clasificación del International Study Group System (1990), que comprende la presencia de úlceras orales recurrentes junto a dos de los siguientes criterios: úlceras genitales, lesiones oculares, lesiones cutáneas o test de patergia positivo. La afectación sistémica de la enfermedad de Behçet no suele ser simultánea aunque las lesiones ulcerativas bucales y genitales son muy características. Las lesiones cutáneas incluyen lesiones foliculares similares al eritema nodoso siendo menos características la foliculitis y la hipersensibilidad cutánea. La afectación neurológica denominada neuro-Behçet es poco común pero conlleva graves secuelas, siendo la causa más frecuente de mortalidad; estas manifestaciones neurológicas comprenden meningoencefalitis, hipertensión endocraneana y parálisis de pares craneales. La afectación articular incluye generalmente artritis mientras que las oclusiones vasculares venosas y la patología gastrointestinal completan el resto de sintomatología. Diversos antígenos de histocompatibilidad se han relacionado en los últimos años con la enfermedad de Behçet. Entre los datos del tipaje HLA los más frecuentes en las formas oculares son el B5 y el B51, los cuales tienen una mayor prevalencia en el área Mediterránea y Japón. Por otra parte, diversos estudios han comprobado una mayor severidad de las lesiones oculares en los pacientes que presentan tales antígenos de histocompatibilidad. 10. Panuveítis SARCOIDOSIS La sarcoidosis es una enfermedad crónica, granulomatosa y multisistémica con un carácter infiltrativo que puede afectar a cualquier órgano del cuerpo humano. Las estructuras más frecuentemente infiltradas son el pulmón, los nódulos linfáticos pulmonares y la piel. Es importante establecer el diagnóstico de afectación uveal sarcoidótica en base a la cronicidad del cuadro y la posibilidad de coexistir con manifestaciones sistémicas de la enfermedad. Los estudios epidemiológicos de incidencia en estudios basados en alteraciones fundamentalmente radiológicas son muy variables debido a la diferencia en los criterios diagnósticos, pudiendo oscilar entre el 0,2 por 100.000 en nuestro país, al 64 por 100.000 en países como Suecia. En Estados Unidos hay una mayor incidencia en los individuos de raza negra. La mayoría de los casos se presentan entre los 20-40 años y un 10% lo hacen después de los 60. La afectación ocular se presenta entre un 3050% de los pacientes y en el global de las panuveítis, la sarcoidosis tiene una incidencia de un 20%. La enfermedad ocular tiene una frecuencia de presentación 4 veces superior en las mujeres. Con respecto al curso evolutivo existe una forma aguda y otra crónica. En los pacientes de edad avanzada la forma crónica es más frecuente mientras que en los jóvenes no hay estudios de prevalencia aunque predomina la aguda. La panuveítis aguda se presenta en las formas agudas y agresivas de sarcoidosis, generalmente en asociación al síndrome de Heerfordt-Waldestrom o fiebre úveoparotídea. La forma crónica tiene un curso insidioso durante meses o años siendo la tos seca o la disnea los únicos síntomas acompañantes, por lo que en la mayoría de las ocasiones puede pasar desapercibida. Patogénesis Aunque la causa de la sarcoidosis se desconoce, en estudios recientes se ha postulado una base inmunológica mediada por los linfocitos T. Los macrófagos iniciarían las respuesta en relación a un antígeno por determinar que podría ser un germen (entre ellos se ha involucrado a virus, organismos «nocardia-like», micoplasma y Propionibacterium acnes) y a agentes como el berilio. Posteriormente inducirían la secreción de citoquinas como la inter- 191 Tabla 10.1. Características clínicas de la panuveítis sarcoidótica • • • • • • Bilateralidad Uveítis anterior crónica granulomatosa Lesiones coroideas múltiples inferiores Edema macular quístico Células en cavidad vítrea Congestión del nervio óptico leuquina-1 que causaría la liberación de linfocitos T «helper», formándose granulomas no caseificantes que a nivel ocular infiltrarían la úvea anterior y la coroides. Los granulomas pueden desaparecer de forma espontánea o evolucionar hacia formas agresivas, desconociéndose las variables que intervienen en esta diferente evolución. Manifestaciones clínicas oculares La uveítis sarcoidótica es bilateral en un 90% de los casos aunque en ocasiones puede ser unilateral o marcadamente asimétrica. El diagnóstico de la inflamación ocular puede permitir el diagnóstico sistémico de la enfermedad ya que en otras localizaciones, a pesar de haber lesión estructural, la clínica puede ser escasa. En la tabla 10.1 se muestran las características clínicas de la panuveítis sarcoidótica. En la panuveítis sarcoidótica deben diferenciarse el componente anterior y el posterior: Uveítis anterior La uveítis anterior es la manifestación más frecuente de los pacientes con sarcoidosis ocular y se presenta aproximadamente en dos tercios de los mismos. La mayoría tienen uveítis anteriores crónicas bilaterales con formas granulomatosas, precipitados gruesos en grasa de carnero y gran tendencia sinequiante (fig. 10.4). Los precipitados son acúmulos de células epitelioides que migran desde el cuerpo ciliar. No suele existir un gran número de células y/o proteínas en la cámara anterior. Pueden aparecer también nódulos en el iris tanto estromales como en el margen pupilar (fig. 10.5). Estas formas pueden afectar a pacientes entre los 40-60 años de edad y debido a su cronicidad pueden asociarse a catarata, glaucoma y queratopatía en banda secundaria a la hipercalcemia. 192 10. Panuveítis En un grupo más reducido de pacientes (15%) puede presentarse una uveítis anterior unilateral aguda, no granulomatosa, con precipitados finos, mayor número de células y proteínas en cámara anterior y menor tendencia a las sinequias. En los niños el tipo de uveítis anterior es similar al que aparece en la artritis crónica juvenil, por lo que hay que efectuar el diagnóstico diferencial entre las dos entidades. Afectación del segmento posterior Fig. 10.4: Precipitados queráticos granulomatosos en uveítis anterior sarcoidea. Fig. 10.5: Nódulos estromales iridianos en paciente con uveítis sarcoidea. Se evidencia asimismo catarata subcapsular posterior. La inflamación del vítreo, retina y coroides es menos frecuente que la inflamación del segmento anterior (25%), coexistiendo en la mayoría de las ocasiones con ésta. La afectación más frecuente es la coroiditis multifocal con lesiones coroideas de aspecto nodular similares a los nódulos de Dallen-Fuchs, de localización periférica, junto a una abundante celularidad en la cavidad vítrea. Es mucho más infrecuente su localización en el polo posterior. Los nódulos de Dallen-Fuchs consisten en pequeños granulomas coroideos que al cicatrizar dan lesiones pigmentadas, histológicamente no diferenciables de los que aparecen en el síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada o en la oftalmía simpática (fig. 10.6a y 10.6b). Es frecuente la existencia de edema macular quístico asociado, siendo éste la causa de disminución de agudeza visual junto a la existencia de opacidades en el vítreo. Para el estudio del edema macular es de gran ayuda la angiografía fluoresceínica. El nervio óptico suele mostrar congestión y edema y también se han descrito casos de infiltración del mismo. Fig. 10.6 (a,b): Lesiones de coroiditis multifocal inferior con células en el vítreo sugestivas de afectación ocular por sarcoidosis. 10. Panuveítis Otras lesiones coroideas más infrecuentes que pueden paracer en los pacientes con posible sarcoidosis son los granulomas. Se trata de lesiones solitarias, infiltrantes, que tienen una apariencia similar a una tumoración coroidea sin inflamación en la cavidad vítrea (fig. 10.7). Los granulomas suelen aparecer en sarcoidosis floridas con enfermedad pulmonar activa y responden al tratamiento sistémico con esteroides. La vasculitis más frecuente en la sarcoidosis es la periflebitis segmentaria, generalmente periférica y con menor frecuencia en el polo posterior (figs. 10.8a y 10.8b). Es importante considerar que este tipo de vasculitis se asocia con una mayor frecuencia a la afectación sarcoidótica del SNC. Clásicamente se ha descrito una vasculitis retiniana que afecta predominantemente a las venas con un aspecto morfológico que se ha denominado «candle wax dripping» (exudados en gotas de cera). Otra de las alteraciones que podemos encontrar en el segmento posterior es la vasculitis proliferativa secundaria a isquemia periférica, con posibilidad de desarrollar neovasos a nivel del nervio óptico o en el iris. Abordaje diagnóstico de la sarcoidosis ocular Un aspecto de orden práctico es que, en ocasiones, ante una uveítis presumiblemente sarcoidótica el diagnóstico sistémico se establece años después del primer brote ocular, mediante una reinvestigación de la enfermedad. El diagnóstico de sarcoidosis puede establecerse de forma presuntiva o definitiva. El diagnóstico 193 Fig. 10.7: Granuloma coroideo peripapilar único en paciente con sarcoidosis pulmonar. presuntivo se basa en la clínica y en determinadas exploraciones complementarias o tests de laboratorio, mientras que el diagnóstico de seguridad se establece cuando los hallazgos clínicos-radiológicos se confirman con dos biopsias en lugares diferentes del organismo que muestran granulomas no caseificantes. Dada la ausencia de pruebas específicas para el diagnóstico de sarcoidosis la primera etapa del abordaje consiste en la búsqueda de manifestaciones sistémicas de la enfermedad. La mayoría de pacientes con sarcoidosis presentan predominantemente síntomas respiratorios aunque en algunos casos aparecen también síntomas generalizados como fiebre, fatiga o pérdida de peso. Un 90% de los pacientes con sarcoidosis tienen anormalidades en la radiografía de tórax, que comprenden adenopatías hiliares, fibrosis intersticial o Fig. 10.8 (a,b): Periflebitis retiniana en paciente con sarcoidosis. Aspecto angiográfico con pérdida de colorante perivascular y edema macular. 194 10. Panuveítis Fig. 10.9: Granuloma no caseificante obtenido en biopsia de nodulo cutáneo. afectación parenquimatosa. En los casos de duda diagnóstica o de sospecha clínica por el cuadro ocular, y en los que la radiografía de tórax no es concluyente, el TAC torácico puede ser de gran ayuda ya que tiene una mayor sensibilidad y especificidad. El diagnóstico diferencial en estos casos debe incluir el linfoma mediastínico. La biopsia, como anteriormente se reseñó, es necesaria para el diagnóstico de confirmación. Las zonas más accesibles para la biopsia son la piel, la conjuntiva y la glándula lagrimal. En relación a la piel, la rentabilidad diagnóstica es alta cuando se trata de lesiones nodulares y no en casos de eritema nodoso, en los que la histología no es específica de la enfermedad. La biopsia conjuntival tiene un alto PAUTA DE ACTUACIÓN DIAGNÓSTICA EN LA SARCOIDOSIS Cuadro clínico de sarcoidosis (panuveítis + coroiditis multifocal periférica) Historia clínica + Exploración Hemograma ECA Rx. tórax Rx. tórax no concluyente Si alteración cutánea conjuntival o lagrimal TAC torácico BIOPSIA Normal pero cuadro clínico sugestivo Adenopatías hiliares GAMMAGRAFÍA GALIO (glándula lagrimal, parótidas, mediastino) BIOPSIA TRANSBRONQUIAL Si gammagrafia patológica BIOPSIA 10. Panuveítis índice de positividades si existen lesiones sugestivas, y en contrapartida, la biopsia a «ciegas» tiene una baja rentabilidad. La biopsia de la glándula lagrimal es útil en aquellos casos que presentan captación patológica por el galio radioactivo. La biopsia más utilizada es la transbronquial ya que es un método sensible y específico (80%); en ocasiones, aun en pacientes asintomáticos, pueden aparecer alteraciones histológicas de la enfermedad aunque se precisen varias tomas de muestra. El diagnóstico histológico se basa en la presencia de granulomas no caseificantes sin la presencia de gérmenes, principalmente hongos o micobacterias (fig. 10.9). Estos granulomas también pueden verse en beriliosis y neumonías por hipersensibilidad. Entre los tests de laboratorio el más utilizado es la determinación sérica del enzima convertidor de la angiotensina (ECA). El ECA se produce predominantemente a partir de los macrófagos pulmonares y del endotelio vascular. En la sarcoidosis los niveles de ECA van paralelos al volumen de granulomas activos sarcoidóticos, por lo que pueden utilizarse para monitorizar la respuesta al tratamiento, teniendo, por tanto, mayor valor pronóstico que diagnóstico. El ECA tiene también la limitación de que los niveles pueden ser normales en casos de enfermedad aislada o inactiva, lo cual es relativamente frecuente en pacientes con sarcoidosis crónica o en tratamiento con corticoides por vía sistémica. Por otra parte los niveles de ECA se modifican por la producción de células epitelioides, por lo que pueden aumentar en infecciones tales como la tuberculosis o la lepra, las cuales también originan uveítis anteriores granulomatosas y con las que se debe efectuar el diagnóstico diferencial. Hay una experiencia limitada en la determinación de niveles de ECA en humor acuoso o en el líquido cefalorraquídeo. Otras pruebas de laboratorio que pueden ser de ayuda diagnóstica, aunque no específicas, son la determinación del calcio sérico y en orina de 24 horas, puesto que estos pacientes tienen un metabolismo anormal del calcio. El inconveniente es que tanto la hipercalcemia como la hipercalciuria suelen aparecer en etapas avanzadas de la enfermedad. La gammagrafía con galio tiene valor en la sarcoidosis por la captación de galio radioactivo que se fija a los linfocitos T y B activados, así como a los macrófagos de los granulomas sarcoideos en los pulmones, glándulas lagrimales o parótidas. Cuando la gammagrafía es patológica suele haber capta- 195 ción de galio en el pulmón y mediastino junto a las glándulas lagrimales y parótidas (signo del oso panda). El problema de esta prueba es que no es específica de sarcoidosis puesto que en enfermedades como el linfoma también puede estar alterada. Finalmente, otros estudios diagnósticos como el lavado broncoalveolar, que muestra linfocitosis en los casos de sarcoidosis, el test de Kveim o la determinación de lisozima sérica, son poco utilizados. SÍNDROME DE VOGT-KOYANAGIHARADA El síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada es una panuveítis bilateral asociada con desprendimiento de retina exudativo y, en general, con patología meningoencefalítica. La sintomatología más frecuente (tabla 10.2) es la disminución bilateral de la agudeza visual por el desprendimiento de retina exudativo. Los pacientes suelen tener asociado un síndrome viral que se manifiesta con fiebre, cefaleas, malestar general y náuseas, y que por lo general antecede al cuadro ocular. Los signos neurológicos pueden incluir ataxia, confusión y síntomas focales sensitivo-motores; también pueden aparecer hipoacusia transitoria y acúfenos. Estos síntomas están en relación al proceso inflamatorio que afecta tanto a las meninges como al oído interno. Las alteraciones cutáneas aparecen en fases tardías de la enfermedad e incluyen poliosis, madarosis, vitíligo y alopecia. Signos clínicos En fase aguda la enfermedad se caracteriza por desprendimiento de retina exudativo con células en la cavidad vítrea que no suelen ser muy abundantes (figs. 10.10a y 10.10b). El desprendimiento de retina puede tener apariencia bullosa en casos no tratados inicialmente de forma agresiva (figs. 10.11a y 10.11b). La forma de presentación es bilateral aunTabla 10.2. Características clínicas del síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada • • • • • Desprendimiento exudativo bilateral Síndrome viral Síntomas neurológicos Hipoacusia y acúfenos Alteraciones cutáneas: TARDÍAS 196 10. Panuveítis Fig. 10.10 (a,b): Enfermedad de Vogt-Koyanagi-Harada.y desprendimientos serosos múltiples bilaterales. Congestión de nervio óptico. Fig. 10.11 (a,b): Desprendimiento exudativo masivo en un síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada .Nótese en el ojo derecho restos de triamcinolona intravítrea inyectada con anterioridad a visita inicial de la paciente. Fig. 10.12 (a,b): Lesiones de aspecto multifocal y de localización posterior en un síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada. que puede ocurrir un retraso de 1-2 semanas entre un ojo y otro. En casos menos agresivos las lesiones pueden ser focales, de coloración amarillenta y situadas nivel del epitelio pigmentado de la retina (figs. 10.12a y 10.12b). El disco óptico suele mostrar hiperemia. 10. Panuveítis 197 Una vez que el desprendimiento de retina se resuelve con el tratamiento con corticoides por vía sistémica a altas dosis, se producen cambios pigmentarios en el fondo de ojo en forma de una despigmentación generalizada que se denomina «sunset glow» (sol poniente) junto a lesiones multifocales atróficas inferiores cerca del ecuador (fig. 10.13). El examen del segmento anterior suele mostrar células en cámara anterior y precipitados queráticos, aunque en las formas crónicas es frecuente el desarrollo de sinequias periféricas con glaucoma y catarata. En algunos casos puede aparecer cierre angular por edema del cuerpo ciliar. Estudios diagnósticos El diagnóstico de síndrome de Vogt-KoyanagiHarada se basará en el aspecto clínico de las lesiones descritas con anterioridad (tabla 10.3). La angiografía fluoresceínica es una exploración complementaria de gran ayuda diagnóstica porque aporta una serie de hallazgos típicos de la enfermedad: múltiples puntos de fuga a nivel del epitelio pigmentado de la retina con acúmulo del colorante en las zonas del desprendimiento exudativo (figs. 10.14a y 10.14b). La punción lumbar muestra pleocitosis a expensas de los linfocitos junto a niveles altos de proteínas. Dado que el diagnóstico es fundamentalmente clínico por el aspecto oftalmoscópico de las lesiones, la punción lumbar es en general innecesaria. La ecografía ocular puede ser útil en casos dudosos para comprobar si existe engrosamiento coroideo, aunque hay otras entidades que pueden mostrar este hallazgo junto a desprendimiento de Fig. 10.13: Despigmentación difusa del polo posterior en una paciente con síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada en fase de resolución. retina exudativo, como el síndrome de efusión uveal, la escleritis posterior o el carcinoma metastásico coroideo. OFTALMÍA SIMPÁTICA La oftalmía simpática es una enfermedad con unas características clínicas similares al síndrome Tabla 10.3. Pauta de actuación en el Síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada • Oftalmoscopía y examen del segmento anterior • Valoración sintomatología neurológica • Angiografía fluoresceínica Fig. 10.14 (a,b): Imagen angiográfica sugestiva de síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada con múltiples puntos de fuga que aumentan durante el angiograma. 198 10. Panuveítis lesión histológica típica es el nódulo de DallenFuchs a nivel coroideo, consistente en una infiltración linfocitaria y de células gigantes y epitelioides de forma focal. Pauta diagnóstica Fig. 10.15: Paciente con oftalmía simpática y lesiones multifocales coroideas. de Vogt-Koyanagi-Harada, con la diferencia que se presenta posteriormente a traumatismo perforante ocular o a cirugía intraocular. También puede acompañarse de patología neurológica y auditiva. Según diferentes series la incidencia después de trauma es de un 0,44% y posteriormente a cirugía de un 0,06%. Se han asociado a oftalmía simpática intervenciones quirúrgicas intraoculares como la vitrectomía pars plana, cirugía filtrante del glaucoma o incluso de catarata, así como después de tratamientos como la ciclofotocoagulación transescleral con láser Nd-YAG. Lo más frecuente estadísticamente es que la sintomatología se inicie 1 año después del traumatismo o el procedimiento quirúrgico en el ojo contralateral. Signos clínicos Los signos clínicos de la enfermedad, como anteriormente se reseñó, son muy similares a los del síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada. Oftalmoscópicamente podemos encontrar cuadros que van desde el desprendimiento de retina exudativo con marcada hiperemia del nervio óptico a las lesiones coroideas multifocales (fig. 10.15). Asimismo pueden desarrollarse neovasos coroideos a nivel macular. Para establecer un diagnóstico de certeza de oftalmía simpática debe de tenerse una comprobación histológica en el ojo simpatizante, lo cual no siempre es posible ya que no es un hecho comprobado que la enucleación tenga un efecto beneficioso sobre el curso clínico de la enfermedad. La • Antecedente de traumatismo perforante ocular o cirugía intraocular. • Desprendimiento exudativo en el ojo contralateral. • Lesiones coroideas múltiples. Ante duda diagnóstica y agudeza visual de no percepción de luz en el ojo simpatizante se realizará enucleación y estudio histológico. 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