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CEREBRO, MENTE Y CULTURA
Dr. Vicente Calatayud Maldonado
INTRODUCCIÓN.
Cuando fui invitado a participar en este curso, homenaje a Dn. Santiago Ramón y
Cajal, dentro del ciclo Ciencia y Religión elegí un tema, que tiene diferentes
respuestas según el interlocutor a quien se le plantea. Sentí, por una parte, cierto
temor junto a la responsabilidad que acababa de aceptar. Por otro lado inquietud y
deseo de dar forma científico-humanista, a más de 40 años dedicado al ejercicio
de la Neurocirugía, donde he tenido la oportunidad de vivir experiencias directas,
que me permitieron plantear, observar y meditar sobre el cerebro, deslizándonos
con la máxima precaución entre las bases neurofisiológicas de Cajal y los
postulados de Eccles. Postulados, que olvidamos con demasiada facilidad y
frecuencia, en fases de nuestra vida, que consideramos “de plena euforia
profesional”.
Evolución histórica.
Es un hecho constatado, la extraordinaria complejidad funcional y estructural del
sistema nervioso, justificándose con esta complejidad las dificultades que han
entrañado su estudio y el camino que todavía nos queda por recorrer en el
conocimiento de tan maravilloso órgano. Hace mas de 2000 años, Hipócrates
(470-377 a C), que inicio su magisterio en la isla de Cos, desafió a los filósofos de
su tiempo, con lo que él denomina “hipótesis no probadas “, afirmando que el
estudio y la observación de la naturaleza y del hombre mostrarían el camino hacia
la verdad.
En su juramento, reconoce lo moral y lo espiritual, así como lo físico y lo material.
En una de sus magistrales lecciones a médicos de la época indica: “El hombre
debería saber, que es del cerebro y solamente de él, de donde parten nuestras
alegrías, placeres, risas y lagrimas. Por medio de el pensamos, vemos, y oímos
distinguimos lo feo de lo hermoso, lo malo de lo bueno, lo grato de lo ingrato...
Para la conciencia el cerebro es el mensajero”. Y añade: “El cerebro es él
interprete de la conciencia”.
Cuando finalmente el hombre llega a comprender que el cerebro era el órgano
director, sé habían olvidado ya hacia mucho tiempo las palabras de Hipócrates. El
hombre creyó que el cerebro actuaba, como un misterioso conjunto, enviando y
recibiendo mensajes del espíritu, según las enseñanzas de Galeno (131-201 (d.C).
El comportamiento, se genera en el cerebro y se manifiesta mediante la actividad
de elementos musculares, glandulares, así como de las emociones, los recuerdos
y el conocimiento.
Los primeros fisiólogos y patólogos sentaron los rudimentos funcionales
observando las consecuencias demostrables tras la irritación o lesión de las
distintas partes del encéfalo. Posteriormente los microscopistas, con sus líquidos
1
endurecedores, colorantes y micrótomos, describieron células y fibras, siguieron
las conexiones entre ellas en un trabajo que todavía continua en la actualidad para
completar el conocimiento de los circuitos neuronales existentes entre mas de diez
billones de neuronas extendidas en tres dimensiones.
Los neuroquimicos llegaron después y sus estudios están notablemente
ampliados hacia el futuro, intentando descubrir el trafico neuronal de sustancias
químicas en estado basal y activo. La neurofisiología analítica, implicada en los
mecanismos de acción, ha nacido en este siglo y esta en una fase de comienzo,
pero con crecimiento exponencial. En la actualidad únicamente se vislumbra la
forma en que el órgano asiento de nuestra mente, de nuestra personalidad, rige
los fines matices del comportamiento.
La experimentación clínica y de laboratorio ha conseguido definir las relaciones
cuantitativas que existen entre cantidad, tipo y multiplicidad de la información
aferente y la velocidad, precisión y complejidad de las acciones. Atención,
percepción, ideación, razón y actuación, han sido revestidos de significados
precisos y operacionales. La acción integrativa del sistema nervioso y el
enfrentamiento con situaciones ajenas y antagónicas, han sido cuidadosamente
examinada a nivel del lenguaje y de la lógica, de la misma manera que hasta
ahora se habían estudiado los reflejos espinales.
Los grandes computadores y el desarrollo de las matemáticas de relación son
útiles para la construcción de modelos, de la misma forma que el estudio del
comportamiento nervioso ha servido para comprender las computadoras. La
programación y almacenamiento, así como los mecanismos de decisión del
cerebro y de la computadora, no tienen quizá mucho en común; pero los principios
de la teoría de la información, topología y teoría de probabilidades son validos en
ambos terrenos.
El comportamiento depende con seguridad de la estructura, y la estructura del
comportamiento. En el sistema nervioso central, aquellas acciones moleculares
que condujeron irreversiblemente a macromoléculas y componentes celulares
similares, produjeron las ultra estructuras de las células: membranas y partículas
que controlan los comportamientos físico-químicos básicos de las neuronas. Las
experiencias individuales, modificadoras del sistema nervioso y de la personalidad,
dan lugar a nuevos aspectos estructurales en los grupos y organizaciones, que a
su vez determinan su comportamiento colectivo.
Todos estos mecanismos, matizan nuestra personalidad, definida desde la
antigüedad por Cicerón como “La mascara con que el sujeto se presenta ante los
otros”. Según avanzamos en el estudio del cerebro, se modifica este concepto, así
Valentine la define como “la suma de disposiciones habituales en el individuo”.
Watson como “la suma de actividades que se descubre con la observación”.
Marcuse como “la convergencia de todas las tendencias culturales de la mente”.
Esta relación cerebro personalidad y cultura imbrica una serie de procesos
neurofisiológicos relacionados con actitudes y condiciones sociales, fuentes
2
principales de la cultura. La evolución cultural en el hombre esta en relación con el
perfeccionamiento del cerebro.
BASES NEUROFISIOLOGICAS
Origen de las neuronas.
El primer y fundamental paso de las conexiones del sistema nervioso, es la
generación de neuronas. Las neuronas se localizan en la corteza cerebral, y
núcleos encefálicos y medulares fundamentalmente. La estructura neuronal se
desarrolla en tres etapas básicas: Proliferación celular, migración celular y
diferenciación celular.
Origen de las conexiones.
A medida que las neuronas se diferencian, extienden axones que deben
encontrar sus objetivos apropiados. Este mecanismo de formación de conexiones
o vías, se produce en las siguientes fases:
a.- Selección de la vía.
b.- Selección del objetivo.
C.-Selección del domicilio.
Los mecanismos de selección y formación de la vía,
son suficientes para
establecer un orden considerable, ya en el cerebro fetal. Con todo, la tarea de
establecer conexiones en el sistema nervioso todavía no ha terminado. Tiene lugar
un período prolongado del desarrollo, desde el nacimiento hasta la adolescencia,
en la cual estas conexiones se perfeccionan.
Muerte celular.
Durante la formación de la vía se eliminan poblaciones enteras de neuronas, un
proceso conocido como muerte celular que se produce de forma natural. Después
que los axones han alcanzado sus objetivos y se ha iniciado la formación de las
sinapsis, se produce una disminución progresiva del número de axones y
neuronas presinapticos. La muerte celular revela la competencia de factores
troficos, nutrientes que conservan la vida, suministrados en cantidades limitadas
por las células diana.
A pesar de que estos modernos hallazgos, han puesto en duda los conceptos más
antiguos, todavía no existe consenso sobre como aparecen las diferentes áreas
corticales durante el desarrollo. En las revistas científicas, cada mes aparece una
obra dramática con neurocientíficos protagonistas a ambos lados de la frontera.
Cuando decimos que el sistema nervioso contiene entidades funcionales y
morfológicas independientes llamadas neuronas, decimos mucho más de lo que
parece a primera vista. Al contrario de lo que ocurre con la mayoría de los otros
tejidos, los componentes del Sistema nervioso no son partes intercambiables o
equivalentes. Cada neurona es única y su singularidad reside en su posición
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especifica dentro del sistema nervioso. Esta posición viene dada por sus
peculiares conexiones con otras neuronas.
Cerebro y Mente
Wilder Penfield y B. Libet, fueron algunos de los neurocirujanos que se
arriesgaron a explorar los “Misterios de la Mente”, basándose en las experiencias
vividas con sus pacientes. Desde entonces, las circunstancias técnicas y
tecnológicas han cambiado sustancialmente, en lo que al tratamiento de
enfermedades neurológicas se refiere.
También han sido sustanciales y yo diría que extraordinarios los conocimientos
sobre el funcionalismo del cerebro. No obstante, y recién terminada la Década del
Cerebro, los principios básicos en los que se centraron los conocimientos de la
dinámica cerebral, se mantienen con la misma actualidad que entonces. Mora
(1999), afirma que “El funcionamiento del cerebro del hombre es todavía el
problema (¿o misterio?) Ultimo por resolver”.
El fin del mundo ha sido vaticinado en múltiples ocasiones a lo largo de la historia.
Desde los tiempos de Bacon de Verulam, de los filósofos perfeccionistas del Siglo
XVIII y de la fe en el progreso del XIX, el mejoramiento humano gracias a la
ciencia y a la tecnología se aseguro su progreso. Aun antes, Platón, creyó que sé
podría encontrar solución a los problemas humanos y afirmaba: “si los filósofos
reinaran y los reyes se trocaran en filósofos”.
Un descubrimiento desalentador en nuestra década, ha sido la demostración de
que no siempre la razón conduce exactamente a la solución de los problemas
humanos y que, en general, influye escasamente en el curso sangriento de la
historia del hombre. Cabe preguntar: ¿ha aumentado el progreso tecnológico la
felicidad humana? ¿Es deseable una sociedad regida científicamente?
Sabemos que en la persona humana, existe una dinámica evolutiva endógena, en
la cual los rasgos endógenos, influyen en el temperamento y estos a su vez en la
mente, en la afectividad y en la praxis.
En 1988, Su Santidad escribe una carta al director del Observatore Romano, en el
centenario de Newton, indicando la necesidad de un entendimiento y una
colaboración entre Filosofía, Teología, Biología y Ciencias Naturales, indicando
en su ultimo párrafo: “Estáis llamados aprender los unos de los otros, a renovar el
contexto en el que se hace la ciencia y a nutrir la inculturación que requiere una
teología viva. Cada una de ambas partes tenéis todo que ganar de esta
interacción, y la comunidad humana a la que ambas servimos tiene derecho a
exigírnoslo.”
Nunca jamás a lo largo y ancho de la historia de la Ciencia, se ha manifestado
tanto interés en el conocimiento del cerebro, su función y sus relaciones con la
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mente y con el comportamiento humano. Durante muchos años, ha unido a
neuroanatomistas, neurólogos clínicos, neurocirujanos y psiquiatras, a los que se
sumaron intelectuales procedentes de otras disciplinas como las Matemáticas,
Física, Química, Electrónica e Informática, dando nuevos conceptos e ideas a las
investigaciones de las neurociencias. Últimamente se unieron Genética e
Inmunologia entre otras, aportando importantes aspectos para un mejor
conocimiento de nuestro principal órgano.
Aproximadamente durante más de doscientos años, la ciencia llamada racional, ha
limpiado progresivamente y de forma bastante eficaz y concienzuda, aunque
todavía no suficiente, al mundo civilizado de superstición y magia. Primero se
trato de reducir el universo mecánico a una formula comprensible. Después
Einstein y su tiempo, introdujeron los conceptos de antimateria, de tiempo relativo
y del mundo no real. Recientemente, los avances de las diferentes ramas de la
ciencia están contribuyendo a componer una imagen del hombre tan sorprendente
como la de Ciencia Ficción.
En lo que parece ser que todo el mundo coincide es el potencial creativo del
cerebro humano. Es ahora cuando empiezan a converger de nuevo las Ciencias y
las Humanidades y además de forma bastante inesperada. Los investigadores
sobre el cerebro, para describir las maravillas que han conseguido, citan a Buda y
William Blake. Los místicos y los poetas, hasta no hace mucho tiempo, temerosos
de los aspectos deshumanizados de la ciencia, se apoyan ahora en los informes
de laboratorio para poder verificar lo que hasta no hace mucho tiempo se
considerara como conocimiento intuitivo.
La mente y su proceso creativo, constituye un tema de investigación intentando
explorar las conexiones que pudieran establecerse con el mundo físico. Mis
convicciones personales y las de quien guiaba mis investigaciones, me permitieron
dialogar también desde una perspectiva psico-espiritual sobre el potencial
humano.
No me acuerdo, ni he podido encontrar la cita, pienso que puede ser de Penfield,
o quizá del propio Eccles: “Del mismo modo que no se puede dejar la política
exclusivamente en manos de los políticos, no es adecuado que la ciencia sea
propiedad exclusiva de los investigadores profesionales”. En estos momentos el
cientificismo es dogma de fe. Tiene su propia liturgia, sus sacerdotes, sus credos
arcanos, y por supuesto, sus propios herejes; y son los herejes los que a menudo
resultan ser los descubridores mas aceptados. Algunas veces los resultados de
las investigaciones son tan interesantes que se han denominado “mitociencia”,
conocimientos que desgraciadamente, sin base, penetran en la ciencia o cultura
popular. Una vez que semejantes hallazgos han sido aceptados por aclamación
popular se convierten en piedra angular para otras posibilidades aun más pseudo
científicas que las anteriores.
Los grandes descubrimientos, así como los grandes líderes, exigen de forma
periódica un realineamiento y renovación y en consecuencia una actualización,
5
por nuestra parte, del conocimiento de los mismos, ya que los datos se
amontonan, la crisis se intensifica y debemos responder o aceptar nuestra
culpabilidad o ignorancia en su posible errónea o deficiente interpretación. Las
investigaciones sobre los hemisferios cerebrales, se han convertido en una
pequeña industria, hay quien habla de “Diestros cerebrales” ( intuitivos, artísticos,
desorganizados) o “ zurdos cerebrales” ( lineales, analíticos, organizados.
El sentimiento de afecto se considera como algo primario, un pincel que utilizamos
para ilustrar nuestro conocimiento. Se habla de “Tonalidades de conocimiento”, de
un alfabeto de afectos innatos como el temor, la alegría, la ira, la excitación.
El inconsciente, se ha comprobado, no es un simple aspecto de la mente, sino un
fenómeno complejo con múltiples facetas.
La implantación de células en el cerebro, ha mejorado determinado tipo de
enfermedades neuronales.
La memoria todavía se mantiene como un fenómeno misterioso, algunos
especulan que tiene menos que ver con el almacenaje de datos y más con la
imaginación.
Ahora mas que nunca parece concluyente que la vida no es una maquina y el
cerebro su motor. Según descubrimos más datos sobre el cerebro, el misterio se
ensancha, se amplifica con más intensidad, como si nunca fuéramos a tocar
fondo.
El cerebro adulto, es la pieza más compleja del universo. Su conocimiento es
difícil y requiere tiempo y esfuerzo. J. Eccles dijo al respecto: “Esta empresa no
tendrá fin, al menos durante siglos”.
Antes Santiago Ramón y Cajal afirmaba: “El logro más trascendental del hombre
debería ser la conquista de su propio cerebro”.
TEORIAS SOBRE LA RELACION MENTE-CEREBRO.
La teoría monista, se basa en
los más puros conceptos neurológicos,
pretendiendo demostrar que a través de todas las conexiones y entradas que
tienen lugar en el encéfalo, interactuando entre sí, producen una vía eferente con
función- acción motora. Tiene como objeto poder demostrar el comportamiento
absoluto de un animal o del hombre, incluyendo su conducta verbal de una forma
materialista, dándole principal y único responsable de esta circunstancia al
cerebro. Si esta teoría puede ser aceptable para los animales también puede
aceptarse, en humanos, con grandes reservas, en casos de respuestas motoras
automáticas o estados subconscientes, aunque puedan ser complicados.
No niegan estas teorías materialistas, la existencia de la mente o conciencia, pero
la tratan como una consecuencia de la actividad cerebral, sin mayor repercusión
6
en el cerebro. La estructura cerebral funciona con independencia de cualquier
actividad mental.
Podemos distinguir algunas variantes fundamentales, de esta teoría:
1. - Materialismo radical, en donde se niega de forma radical, como su nombre
indica, la existencia de fenómenos mentales. No existe problema alguno en la
relación cerebro mente.
2. - Monismo neutral.
3. -Epifenomenalismo que defiende la teoría de los estados mentales existen pero
siempre en relación con acontecimientos físicos.
4. - Teoría de la identidad psiconeural, en la cual los estados mentales son la
característica interior de algunos elementos materiales, tales como, las neuronas
idénticas tienen una acción efectiva y suficiente para las respuestas mentales del
cerebro.
A estas teorías, que podemos considerar las más representativas, se van uniendo
con el tiempo y la evolución de los conocimientos, otras muchas tales como:
interaccionismo emergente (Sperry 1976 y 1977), fisicalismo (Smart 1963y 1978),
materialismo emergente (Bunge 1977).
Todas estas teorías y algunas mas basan la relación cerebro-mente en la ley
natural, pero esta argumentación cae por su propio peso, pues no existe en las
leyes de la física, química, biología o astrología ninguna referencia a los estados
de conciencia o mentales. No existe ningún apoyo lógico a la teoría de que todos
los estados de energía o materia albergan una cierta conciencia primordial,
incluso los átomos. Pero no solo no existe apoyo lógico, sino que en la física no
encontramos ningún teorema que pueda justificar esta situación.
Últimamente, se han incorporado a estas teorías, aquellos grupos de
investigadores, que trabajan sobre computación. Con los ordenadores podemos
hacer lo que nos venga en gana, incluso trabajos que nuestras propias facultades
físicas no nos lo hubieran permitido, pero lo que esta claro, es que con los
ordenadores, nunca podremos ser amables, ni tiernos ni crueles. Otra cosa es que
se quieran explicar por los mecanismos cibernéticos, el funcionalismo de nuestra
Psique, pero siempre en el ordenador o en sus mecanismos, a parte de que
estaremos sometidos a los diseñadores, nunca podremos tener en ellos
emociones.
La evolución biológica nos demuestra como los estados mentales y la conciencia,
solo se pueden desarrollar al ser causalmente efectivos, de tal manera que
produzcan cambios en el funcionalismo cerebral y en consecuencia en el
comportamiento. Esta circunstancia solo es posible, si la maquinaria neural del
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cerebro esta abierta a influencias que provienen de los sucesos mentales, de
nuestras propias experiencias conscientes.
En mi experiencia, tras mi prolongada actividad como neurocirujano, me atrevería
a afirmar: De ninguna manera, la dinámica funcional de las estructuras neurales
cerebrales, pueden dar una explicación suficiente y convincente de la totalidad de
sus acciones, así como de la experiencia consciente del ser humano.
Al revisar la filosofía de los clásicos, encontramos que Platón ya describe un
proceso muy semejante al que posteriormente completaría Eccles. Las relaciones
cuerpo-mente las elabora teniendo en cuenta:
Mundo 1. - Objetos visibles.
Mundo 2. - Afecciones del Alma o estados del Alma.
Mundo 3. -Objetos inteligibles.
Describe además una interrelación reciproca entre los mundos 1-2 y 2-3, siempre
a través del mundo 1, el mundo de los objetos visibles. Como veremos, aunque sin
las bases neurofisiológicas actuales, ya se planteaba la existencia de un ser
superior, que aunque pasando por el mundo físico, controlaba y supervisaba todas
nuestras actividades psíquicas. La persona humana, para Platón esta constituida
por dos pilares fundamentales: núcleos o cubiertas y el obrar humano, que se
basa en tres puntos fundamentales: El deseo, el sentimiento y el conocimiento.
Súbitamente, podemos tener una sensación metafísica, procedente de la
conciencia de nuestra propia existencia. Generalmente interpretamos que somos
personas que sienten, piensan y actúan libremente hasta que nos planteamos:
¿Quién soy en realidad?, ¿Por qué no soy mi hermano? La cuestión de por que
somos propietarios de nuestro propio yo, es cosa que viene de antiguo.
La vida se apoya en la materia inorgánica, pero ofrece algo nuevo en forma de
más libertad, de la misma manera la psique se apoya en la vida, realizando en el
organismo dotado de psiquismo una forma aun más elevada de libertad que no
pueden tener los vegetales. Así los impulsos vitales, nuestros instintos, originados
en nuestras necesidades fisiológicas,
crean los afectos, los sentimientos
dinámicos, que a su vez, modulan los impulsos vitales. Estos sentimientos, dan
forma al espíritu, a la razón, que a su vez se encarga de forma reciproca de
modular los sentimientos, combinándolos según su relación.
Aquí comienza la discusión acerca del misterio de nuestra existencia: eso que
llamamos espíritu, alma, mente, razón o conciencia.
¿Qué nos hace sentir o pensar?
¿Cómo se puede formar desde la materia, que es nuestro cerebro un mundo
espiritual de sensaciones y emociones, de colores y olores, de alegrías y penas?
A partir del siglo XVII, la filosofía expresaba cada vez más claramente lo que hoy
muchos seguimos intuyendo: Cuerpo y Alma son dos cosas distintas, que se
influyen mutuamente.
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Nació así el dualismo, concepto defendido fundamentalmente por el filósofo
francés Descartes (1596- 1650. Para él, el cuerpo es una complicada maquinaria
que funciona según unas leyes dadas, y que además ocupa un lugar en el
espacio. En cambio el espíritu o alma, que Descartes llamo Razón, no ocupa lugar
y es libre de sentir y pensar lo que quiere. También puede influir sobre el cuerpo.
Cuando la razón quiere mover un brazo, se mueve. El problema del dualismo era
demostrar como funciona esta interacción. Descartes colocaba la sede de la razón
en la glándula pineal, desde donde esta enviaría sus mensajes al cuerpo. Esta
explicación suscitó enseguida la pregunta: ¿cómo puede algo que no pertenece al
mundo físico, el espíritu o la razón, movilizar energía física?
Dentro de las teorías dualistas o dualismo citaremos algunas:
1. - Paralelismo. En donde el cuerpo y el espíritu están sincronizados pero no
interactúan entre sí, emitida por Leibniz. Son dos sustancias distintas pero que no
se influyen, pero que funcionan en paralelo, gracias a que fueron sincronizadas
por Dios en el momento de la creación.
2. -Epifenomenalismo que defiende la teoría de los estados mentales existen pero
siempre en relación con acontecimientos físicos.
Nuestro filosofo Ortega y Gasset, se ocupo de estos aspectos y los denomino
Vitalidad, Alma y Espíritu. En los últimos años, como hemos visto el estudio de la
conducta humana y un mejor conocimiento de la neurobiología, con su creciente
conocimiento del cerebro humano, ha supuesto una interacción de todas estas
disciplinas, provocando desde los años 70 con la obtención del Premio Noble por
J. Eccles, una nueva etapa.
3. - El interaccionismo: El cuerpo y espíritu interactúan entre sí. Eccles denomina
“Teología natural”.
El problema cerebro-mente, lo plantea como las relaciones entre las actividades
del mecanismo neuronal cerebral y el amplísimo espectro de manifestaciones de
la conciencia.
Para desarrollar su teoría, J.Eccles, se basa en la descripción de los tres mundos
de Popper: Todo cuanto existe y es objeto de experiencia se ubica en alguno de
esos tres mundos:
Mundo 1. - Es el mundo de los objetos y estados físicos. Entidades físicas.
Mundo 2. -Es el mundo de los estados mentales, que incluye:
Estados de conciencia.
Disposiciones psicológicas.
Estados inconscientes.
Mundo.-3 (Popper). Contenidos de los pensamientos.
Productos de la mente humana. (Físicos, Teóricos)
Es el mundo de la cultura producida por el hombre.
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También propone la interacción entre estos mundos y su contenido.
Análisis y discusión. Criterios personales
Tarde o temprano las ciencias del cerebro han de chocar con un enigma, que
sigue estando tan lejos de su solución como hace mil años. Nadie sabe lo que es
la conciencia, la mente. Tampoco tenemos ninguna razón para que en los
próximos decenios sea aclarado tan extraordinario misterio por la iluminación
cegadora de algunos neurocientíficos. La contemplación de este problema nos
deja atónitos. Es cierto que existen hombres que estudian con intensidad el
cerebro humano buscando esa pista germinal que constituya el corazón de
nuestra autoconsciencia.
Sperry sugirió que la conciencia es un fenómeno emergente del cerebro y que
simultáneamente desempeña un papel causal en la determinación de la actividad
neurológica. Propuso un compromiso entre el materialismo y el mentalismo, con
una interacción mutua entre la mente y la materia en los dominios superiores de
una única jerarquía continua.
Existen evidencias claras y crecientes, de que algunos estados cerebrales se
correlacionan con ciertos fenómenos de la conciencia e inversamente los
fenómenos de la conciencia afectan a la actividad cerebral.
Los mensajes que provienen de las vías neurales van acompañados de una
transformación que no sabemos explicar, pero que se atribuye al proceso
perceptual. Asumimos que se produce una trasformación de energía
a
experiencias de sonido, color, aromas, hambre, sed, dolor y un sin numero de
otras sensaciones. Los mensajes neurales llegan al cerebro; sin embargo en el
proceso perceptivo abstraemos parte de estos datos, es decir, efectuamos una
selección. Esta actividad selectiva supone capacidad de atención y de abstracción.
Nos referimos a un principio activo que organiza los datos sensoriales para
mantener la unidad de la experiencia o conciencia. Eccles distingue la experiencia
consciente de la conciencia de si o autoconciencia. La unidad de la experiencia
consciente se manifiesta en forma “inmediata” y “privada”. Las cualidades
sensoriales de un objeto no se pueden explicar al que no comparte la misma
experiencia.
Según Mountcastle los mensajes que llegan al cerebro van formando
continuamente mapas neutrales dinámicos del mundo externo, de nuestra
situación y orientación en ese mundo.
Pero más halla de esas imágenes la captación de los fenómenos externos esta
ligada a la experiencia. Cada imagen esta ligada a una formación experimentada,
genética o almacenada, que es privada y única. A los más altos niveles, de su
propia experiencia, cada uno construye desde dentro su propia visión personal”.
Estos conceptos parecen coincidir con los del filosofo Wittgenstein: “La
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experiencia personal, lejos de ser un producto de procesos físicos, químicos y
fisiológicos, parece mas bien constituir las bases mismas de todo lo que decimos,
con algún significado, acerca de esos procesos superiores.
La información sensorial es
pensamientos y en el lenguaje.
reconocida,
clasificada
y
reformulada
en
En cambio para Sperry, la experiencia consciente forma parte integral y activa del
proceso cerebral. Estima que es imposible buscar una explicación de los procesos
conscientes solo mediante datos bioquímicos y fisiológicos, que, si bien esos
datos son importantes para entender la actividad cerebral, no son suficientes para
explicar fenómenos como las sensaciones, las percepciones, las ideas, las
ilusiones y la sensibilidad en general. “Las propiedades de la conciencia son
diferentes y algo mas que la suma de los sucesos neurofisicoquimicos, de los
cuales, a su vez, son generadas. Esto es, la conciencia trasciende los detalles del
trafico del impulso nervioso en las mallas cerebrales de la misma manera que las
propiedades del organismo trascienden las propiedades de las células o que las
propiedades de las moléculas trascienden de sus componentes atómicos”.
Los procesos neurofisiológicos controlan los procesos mentales y viceversa, pero
los fenómenos conscientes tienen una mayor influencia, como si estuvieran
situados en la parte superior de la organización jerárquica. La hipótesis de Sperry
representa un compromiso entre algunos enfoques que identifican la actividad
mental con la nerviosa y los que establecen una neta distinción entre ambas
actividades.
En cambio la hipótesis de Eccles es claramente dualista. Señala una dicotomía
entre la experiencia personal perceptual, por un lado, y la codificación de los
módulos corticales por otro.
Según este autor, la mente autoconsciente, es una entidad independiente que esta
en continua actividad, obteniendo información, o más bien, leyendo en la multitud
de módulos que actúan en los niveles mas elevados del cerebro. Durante la
“lectura”, la mente autoconsciente selecciona información por medio de la
atención, integrando y dando una unidad a la experiencia.
La conjetura se basa, en parte, en experimentos con pacientes con lesiones
cerebrales en relación con su capacidad de comunicación verbal y no verbal. Se
ha notado que a los pacientes a los que se les ha seccionado el cuerpo calloso y
han salido de la intervención con los dos hemisferios separados, han sufrido muy
pocas alteraciones en sus facultades mentales. Como ya hemos dicho, la cirugía
ha dejado a esos pacientes con dos mentes separadas como si tuvieran dos
esferas distintas de conciencia. Esta duplicidad mental ha sido demostrada con
respecto a la percepción, cognición, aprendizaje y memoria. Entonces, según
Eccles, no es la maquinaria neural, la que provee la unidad de la experiencia
consciente, sino la mente autoconsciente. Eccles se refiere además al hecho de
que los mensajes sensoriales también resultan modificados por otros procesos,
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como las emociones, sentimientos y motivaciones. Asocia este hecho con el
hipotálamo y el sistema limbico que se proyectan a los lóbulos frontales
modificando y añadiendo un componente emotivo a la percepción consciente. Es
sabido, además, que el lóbulo prefrontal y el sistema limbico, ambos relacionados
con los estados emocionales, interactúan a través de vías que pasan por circuitos
sensoriales. La corteza prefrontal seria el área donde los procesos emotivos se
suman con la somatoestesia, la visión y la audición para así integrar la
experiencia consciente y para inducir la conducta.
Eccles distingue la experiencia consciente, que induce a la conducta, de la
conciencia de sí o mente autoconsciente. Esta es un principio activo que
mantiene la unidad de la experiencia. La autoconsciencia confiere esta unidad de
sí misma a todas las experiencias o acciones o, de otro modo, mantiene su propia
identidad en todas las experiencias y en las acciones.
Sintetizando todo ese juego de interacciones, Eccles afirma que la mente
autoconsciente ejerce una función superior de control y de interpretación sobre los
sucesos neurales, en virtud de una interpretación de doble vía entre los tres
mundos a los que pertenece el hombre: El mundo físico, la experiencia sensorial y
emocional y los estados de conciencia y en el tercero, la actividad intelectual y
cultural.
Las observaciones llevadas a cabo en una gran cantidad de pacientes con
lesiones cerebrales ha posibilitado intuir
algunas líneas generales del
funcionamiento cerebral durante el pensamiento.
El conocimiento del cerebro puede incrementar nuestras capacidades de
imaginación y percepción, de apreciación y de comprensión del significado de
nuestras vidas. El estudio de la organización del cerebro muestra que las
creencias, la fe y el arte creativo son características esenciales y universales de la
vida humana. La noción de que el ver o el escuchar consiste solamente en recibir
mensajes del exterior es un grave error. En este sentido, y defendiendo un
sistema trinitario para el hombre, que fue creado a imagen y semejanza de El, me
atrevería afirmar, naturalmente sin caer en graves defectos de interpretación, que
podemos considerar una trinidad neuro-mental-psíquica; La Mente, es el Padre de
todo, que se hizo carne entre nosotros, ; El cerebro, con el que podemos
comunicarnos unos con otros y relacionarnos en su nombre como seres humanos.
Todo ello influido por el espíritu, que se define como principio animado y vital; lo
que da vida al organismo físico en contraste con sus elementos materiales; el
soplo de vida. La psique.
Los seres humanos somos esencialmente espirituales, porque sentimos la
necesidad de preguntarnos cuestiones fundamentales o sustanciales: ¿ Porque
nací?, ¿Cuál es el significado de mi vida?, ¿Por qué tengo que seguir adelante
cuando me siento deprimido, cansado o frustrado?, ¿Qué hace que todo esto
valga la pena?. Deseamos algo a lo que podamos aspirar, algo que nos lleve mas
allá de nosotros mismos y del presente, algo que nos proporcione valor a nosotros
mismos y a lo que hacemos.
12
Hoy se ha introducido un nuevo término; inteligencia espiritual, que difiere de la
inteligencia emocional en su capacidad de trasformación. La inteligencia
emocional, me permite precisar en que situación me hallo y comportarme
adecuadamente. La inteligencia espiritual permite preguntarme si quiero estar en
esa situación determinada. Permite funcionar con los límites de mi situación,
permitiendo que yo mismo la guíe.
No cabe duda que como definió Cattell existe una motivación religiosa unificadora,
que permite estar en contacto con Dios o con algún principio que da sentido o
ayuda, que constituye una fuerza potencial de impulso en todas nuestras vidas
que permite encontrarle sentido y valor a todo lo que hacemos.
El cerebro, elaborando impresiones externas y combinándolas con unos procesos
inconscientes internos, enciende de alguna forma la luz misteriosa de la vivencia
personal, llamada también conciencia espíritu o alma. De momento lo único que
pueden intentar las neurociencias y los neurocientíficos, es tratar de definir los
procesos cerebrales que vienen acompañados por la compresión consciente del
individuo, de igual forma que se localizaron las áreas de la palabra o del cálculo.
Según Metzinger, la conciencia es una mera ilusión: La noción de un yo
aparentemente independiente, se debe a que los procesos cerebrales que
producen nuestras vivencias quedan ocultos a nuestra comprensión.
Afirmo también, que sus propias creencias estaban bien expresadas por su
colega Thorpe, quien vio la ciencia como una suprema actividad religiosa.
Thorpe mantenía la absoluta necesidad de creer en un mundo espiritual que ínter
penetra y sin embargo trasciende lo que vemos como mundo material”. El gran
físico Max Planck, vio la ciencia como una búsqueda de iluminación espiritual.
El cerebro organizado del hombre le ha permitido recibir y procesar información
hasta un grado sin precedentes, y en base a ello, manipular y controlar su
ambiente con gran capacidad. La estructurada comunicación entre los hombres, la
clasificación de la experiencia, la destilación de conceptos y su formalización en
lenguaje codificado, hizo posible la creación colectiva de herramientas y
maquinas, de fuentes de energía y de todo un rico ambiente sintético de cultura
en el que están inmersos todos los hombre de buena voluntad. Dn. Pío del Río
Hortega decía: “ El espíritu del investigador arde, sin consumirse, en una lámpara
de tres llamas: la policroma de la sensibilidad artística; la blanca y luminosa de la
inquietud por descubrir nuevas verdades; la azul, en fin, cuyo vértice se eleva muy
alto y busca la eternidad
A partir del estudio del cerebro aprendamos a vivir mejor y en paz, con nosotros
mismos y, con nuestros semejantes, antes de que sea demasiado tarde.
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BIBLIOGRAFIA
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