Download Tratamiento de la fiebre en los niños

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
EN ESTENUMERO ...
RedacMn: CADIME
Escuela Andaluza de Salud Publica.
1 • Utilización de Medicamentos
Tratamiento de la fiebre en los niños
~fn~9~~r~61i'3~.GF:~~N~ariÍJ4
La aparición defiebre en los niños es
11110 de los motivos más comunes de
consulta médica . Es importante conocer qué tratamiento aplicar, cuándo
y a qué dosis.
2 • Farmaconotas
Paracetamol: profilaxis en vacunación de niños
Aunque algunas vacunas infantiles pueden originarfiebre como efecto adverso, la administración preventiva de un antipirético, como el paracetamol, no
siempre está justificada.
ID
Utilización de Medicamentos
Tratamiento de
la fiebre en los niños
e
La fiebre es una elevación de la temperatura corporal
(por encima de 37" C) que puede tener una etiología
diversa, aunque las causas más comunes en niños son
las infecciones virales agudas, principalmente de vías
respiratorias superiores. Existe controversia en cuanto
a la instauración de un tratamiento antipirético. si bien
la mayoría de los autores lo recomiendan cuando la
temperatura supere los 39" C para aliviar el malestar,
la irritabilidad, la anorexia y minimizar la aparición de
convulsiones. Las medidas físicas para disminuir la fiebre no son siempre aconsejables; y en cuanto a los tratamientosfarmacológicos hay que establecer el de elección y sus alternativas, en función de la seguridad y el
comportamiento[armacocinético de los antipiréticos en
pacientes pediátricos.
La fiebre es una elevación de la temperatura corporal que
está mediada por un aumento del punto de referencia
hipotalámico que regula el calor. En los niños, es una de
las razones más comunes por la que los padres acuden a
la consulta médica (1-3)
El centro termoregulador hipotalámico mantiene la
temperatura corporal equilibrando las señales procedentes de receptores nerviosos periféricos del frío y del calor.
La producción de calor (aumento del metabolismo celular,
actividad muscular, escalofríos) y la conservación de calor
(vasoconstricción) mantienen un equilibrio con las pérdidas de calor (sudoración, vasodilatación y pérdidas obligadas por radiación, convección, conducción y evaporación),
La temperatura corpora l puede estar disminuida varios
grados, por perradas cortos de tiempo, sin lesión celular
grave, mientras que una elevación marcada y prolongada
conduce a la muerte celular (1-4) .
Muchos agentes (bacterias, virus, complejos inmunes, citoquinas, etc.) pueden estimular la producción de
pirógenos endógenos, que al parecer son los mediadores
de la respuesta febril; aunque no se conoce exactamente
el mecanismo por el cua l elevan la temperatura .
Clínicamente se considera f iebre cualqu ier temperatura
por encima del valor normal. La media normal correspon de a una temperatura medida oral de 3rC (variación de
36-38°C). Las temperaturas rectales son aproximadamen-
te 0.5°C más altas, y las axilares 10 .5 °C más bajas, que las orales.
Adicionalmente la temperatura corporal presenta fluctuaciones de unos
0.5 °C (más frecuentes en niños que
en adultos), siendo más elevada al inicio de la tarde (37.5°C) y más baja al
amanecer (36.5°C) (1-3,5).
Es importante determinar el ori gen de la fiebre, siempre que sea
posible, ya que es preferible tratar la
causa antes que el síntoma. Las causas más comunes de fiebre en niños
son las infecciones virales agudas,
principalmente de vías respiratorias
superiores (1 ,2,5); siendo menos
comunes otras causas como infeccio nes bacterianas, deshidratac ión,
enfermedades malignas, lesiones del
sistema nervioso central, inmunizaciones, radiación y medicamentos . En los
niños menores de 3 meses la fiebre
puede tener una causa más grave
debido a la inmadurez de su sistema
inmunitario (1) , debiéndose en un
70% de los casos a una infección bacteriana, que en un 10 -15% de los
niños es grave, y en un 5% de los
pacientes cursa con bacteriemia (3).
N ECESIDAD DEL TRATAMI ENTO
Existe cierta controversia sobre la
conveniencia de realizar im tratamiento antipirético. Como argumentos en
contra se cita que la fiebre es un
signo clínico importante para el diagnóstico y pronóstico, y que la administración de antipiréticos puede retrasar
la instauración de la terapia adecuada
y la evaluación de la correspondiente
respuesta terapéutica (1,3 ). Aunque
algunos autores consideran la fiebre
beneficiosa para el huésped, por disminuir la intensidad o la duración de
ciertas infecciones (1,2); según otros,
la respuesta a la infección no se ve
afectada por la fiebre; y la producción
de calor que la acompaña aumenta el
consumo de oxígeno, la producción
de dióxido de carbono y el gasto cardíaco, pudiendo exacerbar otras
enfermedades ya existentes (insuficienc ia card iaca y pulmonar) (1,3) .
Además se ha observado
que la administración de
antipiréticos en niños ni
prolonga la enfermedad
ni agrava su curso (2,5).
EDAD
Por el contrario, temperaturas superiores a los
0-3 meses
42 °C disminuyen las
4·11
meses
defensas del paciente
(1).
La mayoría de los
libros de texto recomiendan tratamiento antipirético en niños cuando la
temperatura excede los
39-39 .5°C; aunque, por
lo general, la fiebre por
debajo de los 41 °C es
bien tolerada y relativamente inof ensiva en la
mayoría de los pacientes.
6
7Jo/.7er A NDAl
Las razones aducidas son aliviar el
malestar, la irritabilidad y la anorexia,
así como evitar las potenciales secuelas producidas por la fiebre (golpe de
calor , daño cerebral) , y minimizar la
aparición de convulsiones ( 1,2,4,5).
Las convulsiones febriles, que
afectan al 4% de los niños de 6
meses a 5 años, so n tónico-clónicas
general izadas, duran menos de 15
minutos, y suelen ocurrir por encima
de los 39°C de fiebre. Su aparición
parece más ligada a la rapidez con
que aumenta la temperatura que a su
valor absoluto; y aunque en la mayoría de los casos no se detectan secuelas, existen riesgos asociados tales
como recurrencia (en 1/3 de los afectados), lesiones durante la convulsión
y desarrollo de epilepsia (1,4, 5).
Si bien no se ha demostrado la
util idad de los antipiréticos como profila xis de las convulsiones febriles
(1,6), la mayoría de los médicos son
partidarios de administrarlos, en niños
con historia previa de convulsiones
febriles o epilepsia, ante los primeros
signos de f iebre y durante las 48
horas siguientes (1). No se conoce el
índice de recurrencia en ausencia de
medidas antipiréticas (4). Por último,
el tratam iento antipirético también
estaría indicado en pacientes de alto
DOSIS DE ÁCIDO ACETll SAlICluco
EDAD
PESO (Kg)
0-23 meses
2,7 - 10,5
10,6 -15,9
16,0 - 21,4
21,5-26,8
26,9 - 32,3
32,4 - 43,2
2- 3 años
4- 5 años
6- 8 años
9·10 años
11 años
12-14 años
DOSIS"'mg
160
240
320
400
480
640
riesgo con enfermedades cardiopul manares crónicas, trastornos metabólicos, y enfermedades neurológicas
(3).
Entre las medidas físicas utilizadas para disminuir la fiebre, se aconseja retirar la ropa de abrigo, mantener un ambiente fresco (2 1-22°C) y
proporcionar una hidratación adecuada. Se estima que por cada grado por
encima de los 37 .2°C hay un incremento de pérdida de agua de 7 m/lKg
de peso, por cada 24 horas . Sin
embargo no se recomiendan otras
medidas, destinadas a mejorar la evaporación, como la aplicación tóp ica
con esponjas empapadas en agua
t ibia, baños de agua fría y uso de ventiladores . La aplicación de esponjas
húmedas baja la temperatura 0 .5°C
cada 30 minutos, y al cabo de 2 .5
horas reduce la temperatura 1.5°C en
el 65% de los pacientes, pero la temperatura vuelve a los niveles anteriores después de 30 minutos de la int errupción de la aplicación. Además
sólo alivia el malestar en un 33% de
lo s casos y en ocasiones .p ro d uce
escalof ríos. El agua f ría y el alcohol
también producen escalofríos y una
fuerte vasoconstrición, y el organismo
reacciona manteniendo la temperatu ra más alta (1-4,6) .
TRATAM IENTO FARMACOlOGICO DE
LA FIEBRE
Existen numerosos medicamentos antipiréticos, aunque no todos
son adecuados para uso pediátrico .
Tradicionalmente se han empleado el
ácido acetílsalicílico, el paracetamol (o
acetaminofeno) y más recientemente
el ibuprofeno en suspensión oral (1).
ACIDO ACETILSALlCILlCO (AAS).
Durante más de 70 años se ha empleado para reducir la fiebre en niños, sin
;"43,3
embargo actualmente su util ización
ha disminuido al ponerse de manifiesTabla 1. Tomada y modificada de 7 y 8.
to la existencia de una asoc iación
entre el uso de AAS en niños con una
(*) No exceder de 5 dosisen 24 horas.
enfermedad viral (en particular gripe o
(* *) No se recomienda en menoresde 12 meses;
varicela) y la aparición del síndrome
a criterio médico puede administrarse a razón de
10 mgtkg.
de Reye, que aún siendo de muy baja
incidencia es un cuadro
grave, caracterizado por
encefalopatía e infiltración
DOSIS DE PARACETAMOL
grasa de las vísceras (1,2).
La forma farmacéutiPESO (Kg) DOSIS[" (mg)
N° GOTAS ORALES
ca más empleada de este
(4 mg{gota) o mi (100 mg{ml)
medicamento son los com2,7· 5,0
10 gotas 6 0,4 mi
40
primidos, ya que por admi5,1 - 7,7
80
20 gotas 6 0,8 mi
nistración rectal se absorbe
7,8 - 10,5
120
12·23 meses
30 gotas 6 1,2 mi
menos y muy lentamente.
2-3 años
10,6·15,9
160
40 gotas O 1,6 mi
El AAS empieza a disminuir
la temperatura corporal
4-5 años
16,0 - 21,4
240
60 gotas Ó 2,4 mi
alrededor de una hora des6-8 años
21,5·26,8
320
80 gotas O 3,2 mi
pués de su administración
9-10 años
400
26,9 - 32.3
100 gotas O4 mi
oral, alcanzando la máxima
11 años
32,4 - 43.2
480
120 gotas Ó 4,8 mi
eficacia antipirética al cabo
12·14 años
<! 43,3
640
160 gotas 6 6,4 mi
de las tres horas. La temperatura com ienza a subir
Tabla 2. Tomada y modificada de 1, 8 Y 70.
de nuevo a las cuatro
(*) La dosis(oral o rectal) se puede repetir 4 ·5 veces al dia, sin exceder un total
horas, que es el intervalo
de S dosis cada 24 horas.
aceptado entre una dosis y
1995; 11 (2)
-
la siguient e. Aunque se venía dosifi cando a razón de 10-15 mg/Kg de
peso; actu almente se esti ma qu e la
dosis ópt ima para la anti piresis en
niños es de 10 mg/Kg de peso (ver
Tabla 1). Hay que ten er prec aución
con la administración de dosis repetidas en neonatos, ya que la metabolización y la eliminación es más lenta ,
pudiendo orig inar mayor t oxicid ad,
por lo que se desaconseja administr ar
AAS a menores de un año. La dosificación en menor es de dos años es
dif Icil ya que no existe una form ulación líquida adecuada (1 ,7-9).
Entre lo s i nco n venien t es del
AAS, como antipirético, está su perfil
toxicológic o, ya que puede provocar
alteraciones gastrointestinal es, de la
función plaquetaria y reaccion es de
hipersensibilidad . Puede producirse
intoxicación por sobredosis, deshidratación o disminución de la eliminación
( 1).
PARACETAMOl. Su utili zación
como antipirético en niños ha aumentado casi en la misma proporci ón en
que ha disminuido el empleo de AA S.
El efe cto antipiréti co, al igu al qu e
para el AA S, parece deber se a su
capacidad de disminuir la sín tesis
cerebral de prostag landina s; pero a
d iferencia de este último no es un
inhibidor eficaz a nivel periférico, por
lo que no posee prop iedades ant iinflamatorias (1).
La co ncent ració n pla smáti ca
máxima de paracetamol se alcanza a
lo s 30 -60 minuto s d espué s de la
administración de for mas líquidas orales. La absorción de los suposito rios
depende de la base util izada, pero por
lo general es menor que la obtenid a
con formulacione s orales, aunque son
de gran utilidad en casos de vómito s.
La vida media de eliminación en niños
es de 1.8 a 4 hora s, y de 2.8 a 4.7
horas en recién nacidos (1,4).
En términos de eficacia, no existen diferencias sign ifi cativas en t re
paracetamol y AAS, si bien la dura ción de la acción del para cetamol
parece ser más corta que la del AA S
en pacientes con más de 39 .9°C. La
dosis de paracetamol también es similar : 10 mg/Kg de peso cada cuatro
horas ó 20 mg/Kg cada seis horas
(1, 2, 8) . Otro s autore s recomi endan
10-15 mglKgcomo dosis de choque y
cuando se ha omit ido una dosis por la
noche, seg uid as de do sis de 7-12
mg/ Kg cada cuatro horas (9).
Para menores de 1 año, se aconseja segui r un esquema de dosific ación de 10 mg/Kg de peso/ dosis; y
para menores de 4-6 años se recomienda la ad min istra ción de go tas
orale s, que perm ite ajusta r la dosis
según el peso y la edad (ver Tabla 11)
(10).
El paracetamol po see meno s
efectos adversos que el AAS, y debido
a su seguridad puede emplearse en
niños muy pequeño s ( 1,9, 1 1).
DOSIS DE IBUPROFENO
EDAD
PESO (Kg)
ÓOSIS'" mg(mi)""
S 10,5
50 (2,5)
3-7 años
15,9 - 24,0
100 (5,0)
8-12 años
26,8 - 43.3
200 (l0,0)
<: 2
años
Tabla 3. Tomada y modificada de 7 yO.
(' ) La dos is se adrrunistrará cada 6 - 8 ho ras (4 ·3
veces al día), sin exceder los 40 mglkg al día.
(, ' ) Jarabe de 100 mglSml.
Raramente produce reaccio nes de
hipersen sibi lidad y anormalida des
hematológica s. En cuanto a la hepatotoxicidad, que es el efecto adverso
más grave del paracetamol, su incidencia en niños es mucho menor que
en adultos (2): tanto porque tienen
más glutation, que actúa como protector hepático, como por la diferente
metabolización en los niños, que da
lugar a metabolitos conjugados con
sulfato, menos tóxicos que 105 conjugados con glucurón ido que se forman
en adulto s. No obstante, la sobredosis
de paracetamo l en niños puede producir hepatotoxic idad grave (1,3,9).
IBUPROFENO. Aunque su eficacia
antipiré tica en niño s es co nocida
desde hace más de 20 años, la suspensión para uso pediátrico no estuvo
disponible hasta los 80. Al igual que
el AAS, t ambién t iene propiedades
antiinflamatorias (1,2).
En términos de eficacia, se han
comparado los efectos antipiréticos
del ibuprofeno (5 mg/Kg y 10 mglKg)
con los del paracetamol (10 mglKg),
siendo las dosis más elevadas de ibuprof eno las que reducen la temperatura en mayor grado y durante más
tiempo (1,11-13 ). La eficacia antipirética del paracetamol y del ibuprofeno
dependen de la dosis, y se consideran
equivalentes 15 mg/Kg cada 6 horas
de paracetamol a 10 mg/Kg cada 6
horas de ibuprofeno, si bien se necesitan estud ios adicion ales que justif iquen la uti liz ac ión a estas do sis
(1,2,1 1- 14). En cualquier caso ambos
medicamentos son igualmente eficaces para el tr atamiento de la fiebre, y
el mayor gr ado y d ur ación de la
acción obten ida con ibu prof eno no
supone necesariamente una ventaja
clínica (1,15).
Las dosis recomendadas de ibuprofeno actualmente son : de 5 mg/Kg
para fiebre inferior a 39.1°(, y de 10
mg/K g para f iebre qu e supera los
39.1°( cada 6-8 horas, dependiendo
de la edad del ni ño, aun q ue no se
aconseja uti lizarlo en menores de un
año o en niño s que pesen menos de 7
Kg (ver Tabla 111) (1,1 1,12). En niños
que pesen menos de 30 Kg, se ha
recomendado no sobrepasar la dosis
de 600 mg al día, salvo prescripción
facultativa (10).
Los efectos adversos del ibuprofeno a las dosis antip iréticas utilizadas
en niños son poco frecuentes, leves y
principalmente gastroint estinales (diarrea, vómito s, dolor abdo minal, rash,
agitación , nerviosismo e irritab ilidad)
(1,3,1 1). Sin embargo cuando se utili za en otras indicaciones se han descrit o reacciones de hipersens ib ilid ad,
ulceraciones gastrointestinales, alteraciones renales, plaquetarias, hepát icas, y meningitis asépt ica. En cuanto a
la sobredosificación, se ha observado
que los menor es de 5 años son más
susceptibles a desarrollar apnea, coma
y convulsiones. La ingestió n de más
de 400 mg/Kg de ibupro feno puede
originar toxicidad grave (1-3,12).
El ibup rof eno como antipiréti co
pediátrico se considera una alternativa
al parac etam ol, má s seg ura que el
AA S (1,11,13).No ob stante y al igual
qu e para todo s lo s analgési cos no
esteroideos no debe admini strarse a
pacientes con historia previa de ulcera
pépti ca, hipersensibilidad al AAS, y
asma (11). Tampoco se aconseja su
uso en pacientes con deshidratación o
con volum en plasmático disminuido,
ya que el ibuprofeno puede reducir el
flujo sanguíneo renal (13).
ASOOACIONES DE ANTIPIRÉTICOS
El uso conjunto de ant ipiréticos y
medi das f ísicas es má s ef icaz q ue
cualqu iera de los dos mét odos por
separa d o ( 1), aunq ue parece q ue
estas últim as con tri buyen en mu y
escasa proporción a la reducción de la
fiebre (4), y no siempre son aconsejables (6).
La administración concom itante
de AAS y paracetamol no influye en
cuanto al gr ado o proporc ión de
redu cción de la temperatura, pero
produ ce un ef ecto ant ipirético más
prolongado (1).
Aunqu e no se han rea lizado
estudios clínicos al respecto, parece
u na prá cti ca fre cuente alternar la
administración de AAS y paracetamol
cad a 2-4 hora s, lo que puede dar
lugar a problemas de to xicidad por
acumulación y por camb ios en la
metabolización . Por tanto no parece
una conducta just ificada, salvo en el
caso de que el niño no respond a a
dosis aprop iadas de agentes antipiréticos solos (1).
(ONCLUSION
El tr atamiento de la fiebre tiene
como obje tivo aliviar el malestar del
niño y prevenir la deshidratación. No
existe evidencia de que la utilización
de antipiréticos influya en la recurrencia de las convulsiones febriles, aunque se acon seja adm inis t rarlo s en
niño s con historia previa de convulsiones febriles o epilepsia, ante los primeros signos de fiebre y durante las
48 horas siguientes.
Las medidas físicas pueden resultar eficaces, aunque contribuyen en
;;,,/ 7..'f" AtlDA L
1995; 11 (2)
7
escasa proporoon en la reducción de
la fiebre, y no t odas son igualmente
aconsejables. Se recomienda retir ar la
ropa de abrigo, mantener un amb iente fresco e hidratar abundantemente
al niño.
Actual mente el paracet amol es
el antip irét ico de elección , debido a
su segurid ad . El ibuprofen o resulta
una alte rnati va valio sa en aquellos
niños que no responden , o que desarro llan reaccio nes de idiosincrasia o
hipe rsensibi lidad al para cetamol, a
pesar de la posible aparición de reacciones adversas graves. El AAS co nst ituye el ant ipir ético de ter cera elección, por la posibil idad, de que pueda
apare cer síndro me de Reye, de muy
baja incidencia pero grave e irrecuperable O
e
e,
t
Es bien conocido que
algunas de las inmunizaci o nes incluid as en el
calendario vacunal pued en
cau sar fiebre como efe cto adverso .
Aun que la utilización rutina ria prevent iva de paracetamol no siemp re está
justificada, se puede admini strar paracetamol oral para el tratamiento sintomático de las reacciones adversas
leves o moderadas (fiebre , dolor en el
sitio de la inyección, etc.) (Drug Ther
Bull 1990; 28:73-4 ).
El componente antigénico de la
tos ferina es el principal responsable
de la reacción febril por la inmunización DTP (difteria + tétanos + tos fer ina o pertussis), que se manifi esta a las
3-6 horas de la vacunación, en el
50% de los vacunados, y aumenta la
tempe rat ura en un 6% de los vacunados por encima de los 39°( . La aparición de fi ebre superior a los 40 .5°(,
durante las 48 horas siguientes a la
adm inistración de DTP, se considera
co mo u na precauc ión a tene r en
cuenta para las siguiente s dosis, pero
CONSEJO DE REDACCION
REDACTOR J!f! : José M ' Reealde Mannque.
REDACCION : An tonio Matas Hoces.
Redacci6n CADIME : Vic to ri a l im énez
Esp inela. Maria del M ar t.áinez Sánchez.
Antoruo Matas Hoces, María Teresa Nieto
Rodr iguez. Jo sé Ma ria Recalde Man riQue
SECRn.
8
casoM adrid: El Consejo, 1993.
8- Benit z WE er al. The Pediatr ic Orug
Handbook . 2nd ed. Chicago : Year
Book Medical Pub, 1988.
9- Orugs for Children. Copenhagen:
WHO; 1987:55- 6
10- Vademecum Internacional. 35'
ed. Madrid: MEOICOM, 1994.
11- lun ifen® Suspension -Ibuprofen
for febrile children . Orug Ther Bufl
1991; 2 9: 11·2.
12- Ibup rofen vs acetaminophen in
children. M ed Letc Orugs Ther 1989;
31:109-1 0.
13-Kau ff man RE er al. Antioy ret ic
efficacy of ibrup ro fen vs acetam inophen. Am 1 Ois Child 1992; 74 6.'622 -5.
74- Walson PO er al. Comparison of
multidose ibup rofen and acetaminophen therapy in febrile children. Am 1
Ois Child 1992; 146:626-32.
15- Cbooners I er al. Orugs for childhood tever (Ietcer). Lancet 1992;
339 '69-70.
Paracetamol: profilaxis en
vacunación de niños
~
Prog rama del Serv iáo Andaluz de
Salud dirigido por la Escuela
Andaluza de Salud Publica
BIBLIOGRAFíA
1- OrwaJ-Klein LA et al. An tipyretic
therapy in the tebrite child. Clin
Pharm 7992,11 .1005-21 .
2- L'en fan t fébriJe: que faire ? Pharma-Flash 1991; 18:25- 7.
3- Kliegman RM et al. Enfe rm edad es
infeccio sas. Consideracion es generales. Fiebre. EN: Behrman RE et al
(eds). Nelson. Tratado de Pediatria.
14' ed. Madrid: In teramericana
IMcGraw- Hifl; 1992:781-6.
4- Cooling the feverish child. Orug
Ther Bu1/ 199 1; 29 '7 1-2.
5- Managemene of child hood fever.
Lancet 1991; 33 8: 1049 -5 0.
6- Ioin t Working Group o f the Research Unit of the Royal Coflege of Physicians and the British Paediatric A ssociatio n. Guidelines for the manage mene of convulsi ons wi th fever. BMl
1991,303' 634-6.
7· Consej o General de Colegios Oficietes de Farmacéu ticos, editores.
Catálogo de Esp ecialides Farmacéuti-
no constituye una contraindica ción
absoluta para la vacunación (Bol Ter
Anda l 1994; 10:1-4).
Aun que se desconoce si el uso
profil áctico de antipi réticos, tra s la
inmuniza ción DTP, disminuye el riesgo
de convulsiones febriles, existen algunos estudios que sugieren qu e el
paracetamol puede disminuir la incidencia de fiebre postvacunal. Por ello,
se recomienda administrar paracetamol (15 mg/Kg) en el momento de la
imnunización, y después cada 4 horas
hasta pasadas 24 horas, especialmente en niños que han sufrido convulsiones en los 3 días siguientes a la dosis
previa, o que presentan antecedentes
personales o fam iliares de convu lsiones. Si la fiebre no cede al cabo de 24
horas habrá que invest igar la posibilidad de que se d eba a otras causas
(meningit is, ot it is) (American Society
Hosp ital Pharma ci sts (eds). AHFS .
Drug Information 94 . Bethe sda ;
1994 :2177-9).
Tras la inmunizació n con la vacuna SARUPA (sarampión + rubeola +
CONSEJO DE REOA(CI ON : Mariano Aguayo
Cane la. Vict o r Sa li var Galiana . Juan
Ram ón Castillo Ferrando . Javier Galiana
M art inez . Pab lo Gar cia l. óp ez, Raf ae l
Angel Gíl Rivas, Mar ia Isa bel Luc ena
Gon zález, M iguel Mar qués de Torres,
Fran c isco M artínez Rom ero , Ant onio
Peinado Alvarez, Julio Romero González,
Manuel de la Rosa Fraile, José Sánchez
Mor cillo.
Dls!~o GRAFlCO : Pablo Galleqo Córdob a.
IMPRESION: Co pa rtg ra f Grana-da .
li,,! lel' A NDAl 1995 ; 11 (2)
parotiditis) puede aparecer fiebre de
caracter moderado , al parecer producida principalmente por el antígeno
del sarampión . Sólo en un 5-15% de
los vacunados supera los 39.4°( , se
presenta a los 5-12 días de la vacunación y suele persistir durante 2-5 días.
El riesgo de que los niños con historia
familiar o per sona l de co nvulsiones
febriles sufran una recurrencia tras la
administración de la vacuna del
sarampión es muy bajo . De todas formas, los padres deben observar estrechamente la apar ic i ón de fieb re
du rante los 5-1 2 días después de la
inmunización, y si ésta se manifiesta
in iciar el t rata miento ap ropiado . La
profilax is con ant ipirét icos, antes de la
aparición de la fiebre y durante otro s
5-7 días adicionales, puede reducir el
riesgo de convulsiones febriles, pero
probablemente result e inef icaz si se
ad ministra después de que aparezca
la f iebre (A merican Soc iety Hospital
Pharmacists (e ds) . AHFS . Drug
Inf o rm at io n 94 . Bethesda ; 1994 :
22 13-4; 2217; 2235) O