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RESTAURACIÓN ECOLÓGICA PARTICIPATIVA DOCUMENTO TÉCNICO DE SOPORTE Por: Germán Camargo Ponce de León PARTE II. MARCO METODOLÓGICO 1. LINEAMIENTOS PARA EL PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA O LA NECESIDAD El punto más importante de todo proyecto de restauración ecológica es la determinación de los objetivos. Para cada escenario de restauración existe una gama de posibles enfoques, estrategias y técnicas, cada uno de los cuales puede diferir en costos, tiempos y beneficios. Es de la mayor trascendencia, establecer con toda claridad y consenso qué se espera del proceso y qué se espera del estado final: - Qué bienes y servicios se espera obtener de la restauración. Quién va asumir las cargas generadas por las decisiones y quién va a captar los beneficios ofrecidos por la restauración. Qué espacio se va a dar a la conservación de los procesos y estructuras naturales (rehabilitación) y cuál a otras necesidades de uso, ocupación y movilidad de las personas (recuperación). Los interesados deben poner sobre la mesa sus visiones y sus expectativas, del tipo que éstas sean: - Paisajísticas: cómo se imaginan que se verá a pequeña y gran escala. Técnicas: cómo se prevé la intervención, qué medios se van a utilizar y qué molestias puede generar. Ambientales: cómo se imaginan que va a transformarse el ecosistema en cada etapa de la restauración. Financieras: cuánto se imaginan que va a costar, a rentar y cómo se va a financiar. Temporales: cuánto se imaginan que va a durar la intervención y la obtención de los beneficios esperados. Jurídicas: qué cambios en derechos y obligaciones puede generar el proceso. Un problema mal planteado o una necesidad mal justificada son los peores puntos de partida para un proyecto de restauración ecológica. Procesos así se convierten con toda facilidad en soluciones en busca de problemas. Finalmente, los problemas imaginarios escapan al campo de la Ecología de la Restauración y se tratan mejor por otros especialistas. 1 Visión romántica de la restauración Es poco frecuente que alguien haya escuchado sobre restauración ecológica. Las pocas veces que esto ocurre, suele suceder que las personas tienen una idea un poco caricaturesca sobre el tema. Se concibe entonces la restauración como un proceso bastante rígido y determinístico: unas recetas fijas llevan a un proceso con etapas ciertas hasta el restablecimiento exacto de un paisaje del pasado (Jurassic Park). Este es un punto de partida muy equivocado e inconveniente para un proceso de restauración. La Naturaleza no tiene necesidades ni preferencias, sólo estructuras y dinámicas. Las personas tenemos necesidades y preferencias. La restauración es un proceso de toma de decisiones de principio a fin y debe plantearse y conducirse respetando y aprovechando las formas y dinámicas naturales, al mismo tiempo que se orienta la sucesión a armonizar las necesidades de conservación con las de uso y ocupación (ambas planteadas por humanos), bien sea en áreas distintas y suficientemente extensas (modelo de compartimento) o conciliadas en distintas formas y matices sobre la misma área a restaurar (modelo de compartimento). Sin embargo se tiende a partir de asumir consciente o inconscientemente que existe un deber ser de la Naturaleza, el cual se ubica en un pasado ideal y que la restauración es una especie de acto de contrición y enmienda que pretende borrar las equivocaciones humanas y devolvernos a una feliz armonía con la madre tierra. Dejando de lado la discusión sobre si la historia humana es sólo un dechado de despropósitos, los planteamientos románticos regresionistas difícilmente pueden funcionar porque: - La restauración se basa en la sucesión ecológica y ésta no es proceso determinístico, sino un caso típico de sistemas complejos autoorganizativos (caóticos) que parten y pasan por situaciones, a veces, muy impredecibles (estocásticas). Esto hace que la restauración no esté tan cerca de la visión lineal de la ciencia newtoniana: a + b = c. Aquí las influencias sutiles en cualquier instante pueden ser amplificadas por las retroalimentaciones en el ecosistema, dando lugar a desarrollos mucho más creativos. - En consecuencia, aunque existen patrones generales repetitivos que son los que se emplean en restauración, las etapas y los estados finales prácticamente no se repiten jamás, al menos no en sucesiones naturales. Si ocurre en las inducidas sería un gran azar o algo más o menos forzado. - Según el caso, los tensionantes del pasado (con efectos de alteración persistente) o presentes (tensionantes crónicos) pueden haber generado condiciones ambientales muy diferenciadas. No sólo diferentes de las del ecosistema primario del pasado, sino, también, de las condiciones ambientales de las seres primitivas. En la medida en que dicho cambio sea profundo y persistente, unas etapas y estados finales fieles al pasado llegarían a ser más artificiales que una plantación de pinos, tanto como plantar un manglar en una montaña. - Los “ecosistemas pasados” de referencia suelen corresponder (aunque no se haga explícito) a algún momento entre las postrimerías del Pleistoceno y el Holoceno 2 temprano; un período idealizado en el cual el paisaje físico era muy similar al actual (continentes, montañas y cuerpos de agua estaban más o menos donde hoy se ven) pero no había llegado aún esa criatura terrible, destructiva y depredadora que es el Homo sapiens o éste se hallaba aún en un estado tal de gracia, pureza y candor, que lo libraba de manzanas, serpientes y malas compañías, de modo que todos éramos algo así como venerables guardianes de la Naturaleza inalterada. Aparte de que no se ha encontrado evidencia arqueológica alguna de ningún período en que nuestra huella ecológica halla sido tan sutil, está, además, la cuestión de los cambios seculares: del Holoceno temprano a acá, han ocurrido muchos cambios ambientales por dinámicas ajenas a la alteración y la regeneración y a la proliferación y la perversión industrial de nuestra especie, tales como cambios climáticos y geológicos lo bastante fuertes como para que ni los ecosistemas ni sus sucesiones puedan ser lo que fueron. Si a esto se suma el cambio acumulado por la humanidad (ej: efecto invernadero, destrucción de suelos cuaternarios), resulta mejor mirar pa’lante: Woodstock no vuelve (y se intenta todo el tiempo); el Pleistoceno tampoco. Es mejor pasar los acetatos de Oscar Golden a CDs y dejar que las sucesiones actuales sean lo que han de ser. - El potencial biótico también puede haber sufrido cambios profundos: poblaciones ausentes, flujos genéticos interrumpidos o alterados, nuevas poblaciones introducidas intencional o accidentalmente, etc. Si cambia el tablero (oferta ambiental) y cambian los jugadores (potencial biótico), cambia el juego de la sucesión. En distintos escenarios podrán encontrarse ejemplos más o menos extensos y frecuentes de sucesiones primitivas (ej: la sere de regeneración de pequeños claros recientes en una matriz forestal extensa; sucesiones rupestres en sitios más o menos aislados) junto a sucesiones más alteradas (ej: priseres arvenses sobre viejos paisajes agrícolas, o ruderales en terrenos bastante perturbados por excavación y construcción de vías y otras estructuras). - Las nuevas condiciones ambientales presentes incluyen, con frecuencia, personas que, probablemente, no habían fijado aún su domicilio en este ecosistema allá por el Pleistoceno o el Holoceno temprano. Si además se tiene la mala fortuna de contar con una sociedad que porfía en alguna medida aparente de democracia, entonces el Profesor Jurassic tendrá que acordar las condiciones de los tratamientos, las etapas y los estados meta, con las necesidades de uso y habitación de los actuales pobladores. - Como colofón, la Naturaleza es bastante elástica y creativa por sí misma, de modo que una posición rígida sobre cómo debería ser o cambiar no tiene fundamento. René Dubos (19) ejemplifica la relación ideal entre el ser humano y la Naturaleza con la descripción de cómo un esquimal talla un trozo de marfil; no lo talla en forma de colmillo de morsa; tampoco le impone su idea de velero de tres mástiles; más bien va mirando, acariciando y tallando hasta encontrar la figura que emerge de su necesidad, de sus apreciaciones estéticas, de las vetas y la forma del material, hasta que una inspiración, una foca, un caribú van brotando suave y “naturalmente”. Un buen restaurador tiene mucho de artesano: entabla un diálogo creativo con la Naturaleza, sabe, siente, observa, propone, se deja influenciar por la sucesión que tiene entre manos y le imprime también las necesidades de percepción y vivencia del hombre. 3 Visión realista de la restauración Bajo una óptica más realista (no compartida por ciertos expertos ni por algunos aficionados que la tildan de cínica), la restauración ecológica se convierte más en una ingeniería de ecosistemas a la medida y menos en una máquina del tiempo. Los alcances de la restauración para un proyecto dado resultan de relacionar: - Qué se puede: potencial de restauración. - Qué se quiere: demandas de los actores involucrados. - Cuánto se sabe: conocimiento disponible sobre el ecosistema a manejar y sobre restauración. - Con qué se cuenta: otros recursos, v.gr. logísticos, financieros, humanos. - Para cuándo se quiere: tiempo disponible. A no ser que ya se cuente con la información suficiente, todo proyecto de restauración comienza con el estudio de la sucesión ecológica tal y como ésta opera en el área en cuestión. Según la ponderación del interés científico dentro del proyecto, dicho estudio puede ser más o menos detallado. La Evaluación Rápida del Potencial de Restauración Ecológica (ERPRE), es un método que permite establecer las bases mínimas suficientes para iniciar un proceso de restauración ecológica. Sin embargo, debe tenerse siempre presente que todo proceso de restauración implica un diálogo creativo constante con la biota y la gea del lugar, que exige una aproximación investigativa, experimental, bien fundada en las bases científicas de la sucesión ecológica y en la observación constante y sensible de la Naturaleza en desarrollo. La Evaluación Rápida del Potencial de Restauración Ecológica (ERPRE) parte del planteamiento de las siguientes preguntas: - Cuáles son los distintos ambientes presentes en la cuenca a restaurar y cómo se ordenan en gradientes espaciales (ecoclinas). - Cuál es la historia de perturbación y el régimen presente de tensionantes que explican el origen y permanencia de los estados alterados de los ecosistemas. - Cómo funciona la regeneración natural (estructura, función y composición por etapas y sere) en cada uno de los ambientes diferenciados. - Cuáles son los factores que restringen (tensionantes y limitantes) y favorecen la restauración (oferta ambiental y potencial biótico). - Cuáles son las condiciones y actores claves en la comunidad local para dinamizar el proceso de restauración (potencial sociodinámico). 4 - Cuáles serían los objetivos de la restauración a ser acordados con los actores interesados y a qué atributos del ecosistema apuntan (qué es lo que hay que reparar). - Cuáles son las prioridades y estrategias para la restauración, en función de las condiciones locales y los objetivos acordados. A las cuales responde mediante las siguientes actividades: 1. 2. 3. - 4. - Análisis de ecoclinas: Identificación de factores ambientales diferenciadores: relieve, precipitaciones, inundaciones, pendientes, litología-suelos, fuegos extensos. Ubicación de las áreas homogéneas dentro del gradiente regional de: temperatura, concentración de nutrientes (partículas finas & materia orgánica), humedad (edáfica & atmosférica). Mapeo de áreas homogéneas para los factores ambientales diferenciadores. Historia de perturbación: Reconstrucción de la historia de poblamiento (causas, actores, cronología, zonas) Descripción de prácticas pasadas y presentes de manejo del suelo, de la vegetación y de la fauna. Identificación de los posibles impactos de las prácticas sobre la oferta ambiental y el potencial biótico. Identificación de efectos persistentes. Análisis del régimen de tensionantes Identificación de los sistemas de alteridad presentes (ej: fundo colono, minifundio, finca ganadera, fundo coquero, etc.). Descripción de prácticas y efectos típicos de cada sistema de alteridad. Identificación de factores que condicionan el establecimiento y la permanencia de cada sistema de alteridad. Localización de los sistemas de alteridad, sus estructuras y prácticas en las áreas homogéneas. Descripción de seres: Identificación de tipos fisonómicos dentro de cada área homogénea. Descripción florística y estructural de las asociaciones presentes por tipo fisonómico por área homogénea: dominantes, patrón horizontal, estratificación, bordes. Bioindicación de factores limitantes en cada área homogénea. Bioindicación de tensionantes crónicos en cada área homogénea. 5 5. 6. 7. Identificación de perturbaciones iniciales y posteriores sobre la sucesión en cada área homogénea. Ordenación de seres típicas. Identificación de posibles etapas faltantes. Identificación de posibles elementos faltantes en las etapas presentes. Evaluación de especies dinamogenéticas Identificación de especies dinamogenéticas. Clasificación, por ecotipos, de las poblaciones vegetales dinamogenéticas. Documentación de los atributos vitales de las dinamogenéticas. Delimitación del rango ambiental (ecofisiológico) de cada dinamogenética en las ecoclinas. Delimitación del rango sucesional de cada dinamogenética en las seres. Evaluación de la oferta ambiental Identificación y calificación de factores limitantes en cada área homogénea. Identificación de factores o posiciones de mitigación de los limitantes en cada área homogénea. Evaluación de la telescopización en cada área homogénea. Evaluación del potencial biótico - Localización y calificación del potencial biótico autóctono. Localización y calificación del potencial biótico alóctono. Evaluación de conectividad. Evaluación de favorabilidad. 8. Evaluación y zonificación del potencial de restauración 9. - Mapeo de alteración (intensidad, focos, tendencias espaciales). Mapeo de potencial (Estado + Restricciones = Tendencia). Mapeo de focos y franjas de alto potencial de restauración y sus posibles conexiones. Evaluación del potencial sociodinámico Inventario de experiencias, conocimientos y destrezas aplicables a la restauración. Identificación de factores sociales, económicos y culturales de predisposición a la restauración (negativa o positiva). Caracterización de las estructuras espaciales y temporales de los sistemas de alteridad con que la restauración debe armonizarse. Identificación de necesidades sentidas que la restauración puede ayudar a responder. Identificación de puntos de apoyo en las normas locales de ordenamiento territorial. 6 - Identificación de puntos de sinergia en proyectos de otras instituciones y de organizaciones locales de base. 10. Definición y ponderación de los objetivos de la restauración - Traducción recíproca del diagnóstico (información de los puntos anteriores) y de las prioridades para la restauración. Identificación colectiva de las condiciones y elementos de un paisaje deseable (propuestas). Visualización colectiva de un paisaje de compromiso (donde las propuestas diferentes se combinan, se mejoran o se concilian). Negociación de espacio y tiempo para objetivos institucionales y comunitarios. Identificación de fuentes, contrapartidas y garantías. Definición de alcances y flujogramas (programación por requisitos-pasos en vez de tiempos-resultados). Formalización de compromisos. 11. Definición de prioridades y estrategias para la restauración - Definición del flujograma de restauración para cada área homogénea: orden de mitigación de limitantes, control de tensionantes e introducción de material. Definición de estrategias de compartimento (terrenos asignados a la rehabilitación): cómo, dónde, con quién. Definición de estrategias de compromiso (microordenamiento para corredores y estribones en espacios de uso, mejoramiento de prácticas de manejo): cómo, dónde, con quién. Definición de acciones de control de tensionantes. Definición de acciones de mejoramiento de suelos. Definición de acciones de conservación de aguas. Definición de acciones de manejo de vegetación. Definición de acciones de otras estrategias. 12. Evaluación de la logística para la restauración - Disponibilidad y condiciones de tierra para viverismo, parcelas demostrativas y tratamientos de restauración. Fuentes y costos de adquisición, transporte o producción de material vegetal. Evaluación de la oferta técnica y de mano de obra local e institucional y las necesidades de capacitación. Disponibilidad de maquinaria y herramientas. Fuentes y costos de adquisición, transporte o producción de materia orgánica o abono. Evaluación de las condiciones de mantenimiento y monitoreo de los tratamientos una vez establecidos. Y recoge los resultados en los siguientes productos: a. Diagnóstico del Potencial de Restauración Ecológica: resultados de los puntos 1 al 8. 7 b. Evaluación del Potencial Sociodinámico: resultados del punto 9. c. Ante-proyecto de Restauración: resultados de los puntos 11 y 12. 8 2. LINEAMIENTOS PARA LA FORMULACIÓN Y EJECUCIÓN DEL PROYECTO 2.1. Estrategia general Esta estrategia general, puede describirse en los siguientes términos: Planificación y diseño elásticos: hay que precisar los objetivos y acciones sin cerrarse a lo que el ecosistema puede inesperadamente ofrecer. Cualquier desarrollo del ecosistema debe ser detectado y aprovechado en ajustes al diseño y la planificación. Controlar los tensionantes: siempre priorizar el control de los tensionantes antes que la introducción de materiales u organismos. No es muy viable la modificación de un estado alterado cuando la causa de la alteración sigue operando crónicamente. Mitigación estratégica de los limitantes: toda vez que sea posible será preferible trabajar con especies adaptadas a la oferta ambiental actual. Sin embargo, la mitigación de factores limitantes puede ser viable si se aplica a los puntos y franjas que se quieren inducir y se acompaña con las especies que pueden captar ágilmente dichas mejoras. Definir una red espacial de restauración: comenzar los tratamientos en los puntos y franjas con mayor potencial de restauración, formando focos y corredores de actividad biológica y trabajando en dirección a conectarlos y ampliarlos hasta atravesar y acordonar los espacios de uso (alteración persistente) y contener y estrangular los focos con mayores restricciones (áreas difíciles a restaurar). Adaptar la gente a la Naturaleza y adecuar la Naturaleza a la gente: si bien, copiar los patrones naturales es útil a la restauración, la Naturaleza es bastante plástica. También lo es la cultura, hasta cierto punto. La restauración crea paisajes en cierta medida “nuevos”. Es conveniente ajustar los diseños a los patrones de uso, movilidad y percepción de las personas que habitarán, producirán y circularán en medio de ellos. Al mismo tiempo es necesario educar a las personas para que su forma de usar, moverse y percibir se adapten en alguna medida a las necesidades de la restauración. Estos requisitos se hacen más importantes en la medida en que aumenta el nivel de compromiso de la restauración con el uso (recuperación). El planteamiento abarca, también, los ajustes complementarios entre el diseño de la restauración y el ordenamiento del suelo a distintas escalas: predio, cuenca o división político-administrativa. Priorizar éxitos vistosos antes que necesidades difíciles: no embestir molinos de viento; es mejor resistirse a la tentación de empezar por restaurar las áreas más evidentemente degradadas. Esto puede llevar a desperdiciar recursos y perder la fe propia y ajena en la restauración. Toda situación, por difícil que parezca tiene 9 algún punto bueno; por ahí hay que comenzar y rodear los peores puntos procurando evitar que se expandan. Es mejor triunfar poco y de a pocos que fracasar de una vez, sobre todo cuando se requiere mantener el apoyo del prójimo. Introducción en el ambiente y momento correctos: introducir las especies vegetales en el orden sucesional y en la posición ambiental que les corresponde, induciendo y acelerando la sucesión natural. Interesarse en el paisaje para hacer un paisaje interesante: asegurar la heterogeneidad espacial, tanto de la base física como de la biota, con el fin de aumentar la biodiversidad de cada etapa y las posibilidades de seres alternativas (no poner todos los huevos en la misma canasta). Un modo es aprovechar todos los accidentes topográficos de modo creativo, ajustando el diseño para sacar partido de la oferta ambiental diferencial que éstos aportan. La diferencia entre un diseño creativo y uno aleatorio (tiro de escopeta) es que el primero está leyendo el terreno. Por supuesto, en la medida en que se disponga de poco conocimiento sobre el ecosistema y el terreno, los aportes creativos del ecosistema mismo cobran mayor importancia. Dejar espacios para que pasen cosas: no tratar de diseñarlo o controlarlo todo. Hay que dejar espacio y tiempo para que ocurran cosas y se introduzcan nuevos elementos en el desarrollo espontáneo del sistema. Es conveniente que la Naturaleza también aporte desde su creatividad caótica. Siempre que no se trate de perturbaciones masivas, la mayoría de los accidentes pueden ser aprovechados. Experimentación prudente y moderada: es mucho lo que se puede desarrollar y aprender por medio de la experimentación en un campo tan nuevo como la restauración. Sin embargo, una experimentación constante se convierte en improvisación y en una fuente permanente de perturbaciones para el ecosistema que está intentando desarrollarse en unas condiciones determinadas, mientras alguien las cambia todo el tiempo. Un naturalismo con criterio: el patrón básico para planificar y diseñar una restauración se encontrará, casi siempre, en la Naturaleza. Sin embargo, hay que ser prudentes en cuanto a qué preconceptos u observaciones se están empleando para figurar ese “patrón natural”. Una idea muy estereotipada o sobresimplificada de la sucesión local puede llevar a pasar por alto la diversidad de formas como el ecosistema regenera en distintas condiciones ambientales. El error más fácil es tratar de reconstruir una sere primitiva, tal y como sucedía antes de que se estableciera el régimen de perturbación más reciente, y copiarla para inducir la regeneración en un ambiente totalmente distinto por efecto o permanencia de las alteraciones. La sucesión no es una tendencia romántica de la Naturaleza a un ideal de pasado; es el desarrollo del ecosistema en las condiciones que encuentra en cada lugar y en cada momento. En principio se intenta recomponer un modelo natural, ajustado a la nueva dinámica humana del ecosistema. Si el ecosistema eventualmente restaurado difiere del 10 primitivo o de la vegetación señalada inicialmente como potencial, pero tiene todos los atributos buscados (estabilidad, servicios ambientales, belleza, diversidad, etc.), vale. 2.2. La Zonificación de Manejo con la perspectiva de la restauración La consideración de la conservación como el compuesto de tres grandes campos de acción: preservación, restauración y uso sostenible, tiene, necesariamente una incidencia significativa sobre el modo como se define la zonificación de manejo, esto es, el tratamiento asignado a cada porción del área protegida según sus condiciones. Bajo la perspectiva de la restauración, el territorio a ordenar y manejar puede ser representado como un mosaico cambiante de zonas en distintos grados de alteración y regeneración, tal y como se refleja en una ecuación de conversión de tierras, como la siguiente: Áreas alteradas = Áreas naturales convertidas a usos rurales (deterioradas) + Áreas ocupadas por estructuras artificiales + Áreas convertidas a otros ecosistemas + Áreas degradadas – Áreas en restauración Donde cada término está expresado sobre una unidad de tiempo de medición (ej: áreas alteradas/año) La lógica de la ecuación implica que la conversión antrópica de áreas naturales, consiste en la transformación de las mismas en cuatro tipos de espacios: - Las convertidas a agroecosistemas de distintos tipos, lo que implica un deterioro de la diversidad y funcionalidad del ecosistema natural original y su capacidad de automantenerse y regenerarse. En términos del ecosistema original, puede decirse que la sucesión está detenida (no regenera en 50 años o menos) en un plazo durante el cual no se contará con los bienes y servicios que el mismo generaba. - Las convertidas a coberturas artificiales: urbanización, infraestructura, industria. La ecuación asume que tales conversiones son más o menos definitivas en el sentido de que la regeneración natural a quedado suspendida y dichas áreas son más demandantes que proveedoras de servicios ambientales. - Las convertidas a otros ecosistemas: que básicamente comprenden las áreas de ecosistemas acuáticos o inundables convertidos en terrestres o viceversa, debido a la intervención humana, en las cuales se establecen condiciones de estructura, función y composición correspondientes a un ecosistema terrestre, acuático o inundable natural o en regeneración activa. - Las degradadas, en las cuales no sólo se ha suspendido la regeneración natural (lo cual implica deterioro) sino que, además, se han destruido las condiciones que 11 permitirían el aprovechamiento económico sostenible o la habitación segura del ser humano (degradación). En la ecuación se restan del total de alteradas, para un determinado lapso de tiempo, las áreas (deterioradas o degradadas) en proceso de restauración, bien se trate de recuperación para el uso y la habitación o de rehabilitación como áreas naturales a preservar. La ecuación establece el equilibrio o tendencia de la conversión de tierras y es indicativa de la sostenibilidad de la transformación general del territorio, bajo las siguientes premisas: 1) Las áreas naturales remanentes deben estar en equilibrio cuantitativo (superficie) y espacial (distribución) en relación con el acumulado de áreas alteradas. Dicho equilibrio varía según los ecosistemas y demandas ambientales de cada región y cuenca. 2) La acumulación de áreas degradadas es indicativa de baja sostenibilidad del modelo de desarrollo en ejecución e implica la pérdida de territorio apto para el desarrollo de la sociedad en el futuro inmediato. Como señalan Brown & Lugo (19), la adición de área a las tierras degradadas (que salen del stock de ocupables-utilizables) implica un doble aumento en la alteración, pues a las áreas que deben ser transformadas para responder al aumento de la población y las demanda de recursos naturales, se suman las que se requieren para reemplazar las áreas perdidas por degradación. En consecuencia, señalan estos autores, desarrollo sostenible es aquél que no acumula áreas degradadas y que logra un equilibrio estacionario (entradas Vs. salidas) en donde la alteración es compensada por la restauración. En la siguiente gráfica se representa una progresión fisonómica típica de una sucesión forestal en un ambiente mésico (en ambientes perhúmedos comenzaríamos con árboles heliófilos) sobre la curva logística de desarrollo del ecosistema según Lugo (19), cuyas implicaciones fueron antes discutidas (Sección 2.1.4). 12 Sobre las ordenadas se ha representado la progresión sucesional, esto es, el avance en términos de las tendencias generales de la sucesión ecológica: aumento de la productividad bruta, la homeostasis, la biomasa, la diferenciación estructural, etc. Sobre las abcisas se ha representado el tiempo o los recursos invertidos, ya que en una sucesión natural el desarrollo del ecosistema es función del tiempo para una oferta ambiental dada, mientras que en una sucesión inducida (restauración) es función del tiempo y los insumos aplicados (subsidio al ecosistema en términos de protección, materiales, organismos, etc.). Puesto que la sucesión es generalmente lenta y vulnerable en sus primeras etapas (fase heterárquica o de crecimiento lineal), es en estas etapas y rodales donde la inversión en restauración presenta menor rendimiento y mayores riesgos. A no ser que el proyecto consista precisamente en restaurar del modo más completo posible estos focos de degradación, la estrategia más recomendable es la contención de los bordes para prevenir su expansión, seguida de la recuperación de las áreas degradadas para reincorporarlas al stock disponible para el uso y la ocupación sostenibles. Si se cuenta con zonas en otros estados menos severos de alteración, generalmente no resultará eficiente intentar una restauración más completa (rehabilitación ecológica) sobre los más degradados. Cerca del punto de inflexión de la curva (que en la gráfica coincide con la etapa arbustiva, lo cual no puede generalizarse) se tienen las etapas de transición a un desarrollo más acelerado (fase de transición o de crecimiento exponencial). En estas zonas, los rodales más alterados aún presentan una regeneración lenta (siendo frecuentes los subclímax que es necesario desestabilizar para inducir la sucesión). En tales condiciones, una planeación prudente podría apuntar a una rehabilitación limitada, con bosques secundarios y otras asociaciones subserales como estados meta. 13 En rodales más avanzados dentro de esta fase de transición, la regeneración es muy activa. En términos de conservación de la biodiversidad, estos son los fragmentos que es preciso conectar, ampliar y proteger como fuente de propágulos que sostiene la dispersión de una gran diversidad de especies. De hecho, estos estados intermedios – avanzados suelen tener la mayor diversidad dentro de la sucesión, debido a la combinación de poblaciones propias de los inicios de la sere (priserales) persistentes, otras de estados primarios o muy avanzados (tardiserales) que ya empiezan a colonizar y otras características de las etapas medias (mesoserales) o con un rango sucesional muy amplio (euriserales). La planificación puede contar con que una sucesión tan vigorosa puede ser llevada a una rehabilitación total del ecosistema primario. Por la misma razón, son también los rodales que permiten la reintroducción de especies vegetales propias de las formaciones primarias, por medio de un enriquecimiento de la sucesión. Este tipo de vegetación proporciona, además, altos rendimientos en términos de alimento para la fauna y deposición e integración de materia orgánica al suelo. Por eso, a la hora de tomar un ecosistema de referencia para la rehabilitación, son estos rodales los patrones más recomendables. Más incluso que los fragmentos de ecosistemas primarios (relictos). Más allá del siguiente punto de inflexión, la composición y la estructura se hacen cada vez más afines a las de los relictos (del mismo segmento ambiental en la ecoclina; la comparación con otros relictos sería necia) y el desarrollo del ecosistema se hace extremadamente lento (fase autárquica o de crecimiento asintótico). En este punto, invertir en una restauración activa no tiene rendimiento ni sentido. Todo lo que se necesita es proteger esta regeneración ya bastante consolidada, lo que representa una restauración pasiva. Finalmente, los rodales que se han conservado en condiciones aproximadamente primarias o han sido rehabilitados hasta tal estado, son los núcleos de conservación de cualquier zonificación, asignados a los tratamientos de preservación más estrictos. Como se ha dicho anteriormente (Patrones de alteración) la restauración tiene mayores impactos en los bordes entre franjas de alteración. A manera de ilustración supongamos que existen dos franjas contiguas una, A más alterada que la otra¸ B. 14 La restauración cobra gran importancia en el borde entre ambas franjas, de dos maneras: - La prioridad de aplicar técnicas de recuperación para prevenir, mitigar, corregir y compensar los impactos de las presiones de alteración, que son los que facilitan su expansión. - La prioridad de aprovechar y “estirar” el potencial biótico de la franja mejor conservada, impulsando su regeneración sobre las zonas contiguas al borde. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la lucha contra la alteración mediante acciones de restauración sobre los bordes cambiantes puede llevar en algunos casos a promover sucesiones vegetales desviadas. Pero este es un riesgo de todo proceso de restauración (incluso pasiva), tan frecuentemente detectado que ha llevado a muchos expertos a recomendar la aceptación de tales desviaciones (siempre que impliquen ganancias en términos de las tendencias generales de la sucesión) como parte de una planificación elástica de la restauración, aunque se alejen en alguna medida de los preconceptos del proyecto sobre la sucesión a promover y la composición y la fisonomía esperadas. 2.3. Priorización y estrategias según los tensionantes En correspondencia con el modelo de tensionantes, arriba citado, Brown & Lugo (1994) plantean 5 conjuntos de estrategias de restauración: 1. Basadas en la remoción o control de los tensionantes leves (frecuencia de quemas, sobrepastoreo, tasa de cosecha, erosión moderada). 2. Basadas en la adición de especies (plantas, animales o microorganismos) o materiales (fertilizantes, materia orgánica, agua). 3. Basadas en la regulación de la tasa de los procesos ecosistémicos, es decir, los flujos entre los compartimientos (ej : regular la composición y estructura del suelo para sincronizar liberación edáfica y captación vegetal de los nutrientes ). 15 4. Basadas en la remoción de los tensionantes severos. 5. Basadas en la regulación de las fuentes o entradas de energía. En la siguiente figura (tomada de los mismos autores) se representan las 5 estrategias básicas en relación con el modelo de tensionantes del ecosistema. Estrategias de restauración según tipos de tensionantes. Las estrategias 1-2 son menos costosas y complejas en comparación con las del grupo 3 ; las 4-5 son generalmente las más complejas y costosas. Este análisis implica un orden de prioridades en la intervención: En primer lugar, es preciso controlar o eliminar los tensionantes leves responsables de la transformación observada y de su mantenimiento (estrategias tipo 1). No es posible avanzar en una restauración si se mantiene la cobertura, intensidad y frecuencia de tensionantes tales como pastoreo, fuego, labranza, tala, entresaca, erosión superficial, etc. Muchas veces basta sólo mitigar dichos tensionantes para desencadenar la regeneración; en tales casos resulta evidente que el régimen de perturbaciones era el factor determinante que mantenía el equilibrio del estado alterado. Dado que se logre mitigar o eliminar los tensionantes, se justifica invertir en suplementar los compartimentos (estrategias tipo 2): revegetalización, refaunación, enmiendas al suelo, riego, etc. Generalmente, las estrategias tipo 3, de control de flujos (control de herbivoría, reciclaje forzado de la materia orgánica, regulación de liberación de nutrientes, etc.) 16 sólo se aplican como complemento de las de suplementación (acompañando la revegetalización, las enmiendas, etc.). No obstante, en algunos casos se justifica su aplicación aislada, cuando se detecta que bastan para superar algún limitante clave para la regeneración. Las estrategias de control de tensionantes severos (estrategias tipo 4) suelen incluir correcciones geotécnicas e hidráulicas o complejos tratamientos de fitorremediación para el control de salinización o contaminación persistente de aguas o suelos. A pesar de su costo o complejidad, el marco normativo, los considerandos sociales y los requisitos de la conservación pueden lleva a que esto sea lo primero que hay que hacer en determinadas situaciones. La otra alternativa es restaurar ecosistemas totalmente distintos a los anteriores, adaptados a los efectos de los tensionantes severos, como tratamiento de transición o quizás definitivo. Las estrategias tipo 5, de adición o manipulación de las fuentes de energía no siempre resultan obvias, pues se olvida fácilmente que una de las principales entradas de energía al ecosistema es el flujo del agua a través suyo, encargado de movilizar los nutrientes, muchos organismos y de impulsar el crecimiento. Estas estrategias suelen implicar, como las anteriores, proyectos considerables de ingeniería ambiental. El ejemplo más obvio son las manipulaciones hidráulicas (embalses, sistemas de riego) para forzar el aumento del balance hídrico de toda una región. Sin embargo, algunas son más sutiles, como las pequeñas pantallas de anjeo utilizadas en Chile para forzar la condensación de las nieblas bajas en las zonas secas costeras y subsidiar el crecimiento de la reforestación. En cualquier caso, estas estrategias tipo 5 son complementos de las anteriores y deben estar bien justificados por los limitantes específicos o efectos particulares de la alteración en un caso determinado. 2.4. Manejo del agua Manejar el agua es una forma drástica de manipular la oferta ambiental para inducir y acelerar la regeneración. La mayor parte de cómo, dónde y cuándo avanza la sucesión está determinado por la disponibilidad de agua. Aunque esto parece tan obvio como decir que el agua corre hacia abajo o que se seca con el sol, algunas implicaciones suelen pasar inadvertidas: - Sobre una pendiente el agua se acumula hacia abajo, hacia el pie de la ladera. Es frecuente observar cómo el material plantado se desarrolla cada vez más pobremente hacia la parte alta. Hay que tener en cuenta esto al distribuir las especies según sus necesidades hídricas y al decidir la densidad y patrón de plantación, que no pueden ser homogéneos de arriba hasta abajo. - Si bien un exceso hídrico puede producir anegamientos en pendientes suaves o erosión en pendientes mayores, la falta de agua definitivamente impide la restauración. Dependiendo de la textura y pendiente, el suelo debe ser mantenido con una humedad constante (cercana por debajo a su capacidad de campo), 17 siempre que resulte factible, para favorecer el desarrollo de los organismos del suelo y de las plantas. Parece obvio, pero muchos tratamientos geotécnicos se encargan de drenar por completo un área o evitarle toda entrada por escorrentía, con lo cual se convierten en eriales secos. Si se va a manipular la escorrentía, es preferible distribuirla en varios canales y depósitos, más que evacuarla con la mayor eficiencia hidráulica factible. - Cuando los ecosistemas a restaurar presentan, en su estructura, franjas naturales de inundación, el manejo hidráulico (si se contempla) debe tener en cuenta la periodicidad y la extensión de las crecientes según las condiciones originales del lugar o las que se pretende establecer, evitando (en lo posible) que se reduzcan las zonas inundables. - Someter un ecosistema naturalmente árido a un tratamiento de riego continuo no sólo destruye las condiciones para el restablecimiento de una comunidad biótica xerófila (si ello tiene algún valor en los objetivos del proyecto) sino que puede producir alteraciones mayores a las que se pretendía corregir, con la diferencia de que esta vez se invierte expresamente en lograrlo. - Todo cambio hidráulico o hidrológico en un lugar tendrá efectos aguas abajo. Es preciso procurar que dichos efectos ayuden a hacer la restauración más viable y más amigable para los vecinos. O al menos evitar que suceda lo contrario. Pocos tensionantes producen alteraciones tan drásticas como los cambios hidráulicos (taponamiento de los caños y manglares, canales de saca en los actívales, pérdida del régimen de inundación por causa de embalses, destrucción de suelos por riego inapropiado, etc.). Por ende, cuando un proyecto de restauración incorpore manejos hidráulicos más allá de la pequeña escala, debe aplicar al máximo el principio de precaución. 2.5. Manejo del suelo Manejar el suelo es una forma de manipular la oferta ambiental para inducir y acelerar la regeneración, que frecuentemente resulta imprescindible, en la medida en que en la mayoría de los casos la alteración a corregir involucra algún nivel de deterioro del suelo. Si dicho deterioro es extenso y profundo, las probabilidades de restablecer seres y estados finales similares a los primarios se reducen significativamente. El suelo es uno de los compartimentos más complejos y menos estudiados de los ecosistemas tropicales. Así mismo, suele ser la causa de mucho de lo que inexplicablemente funciona o no funciona en uno u otro caso de restauración. Si el proyecto es pequeño, hará falta mucha observación y sensibilidad para resolver los problemas planteados por el suelo. Si el proyecto es mayor, será difícil prescindir de un experto en suelos cuando dichos problemas se presenten (o se crea que se están presentando). 18 Intentar forzar un suelo limitante mediante enmiendas generales (ej: enmienda orgánica masiva) puede resultar en algunos casos, pero puede ser extremadamente más costoso que un estudio o asesoría puntual y también puede fallar del todo. Como principio general, es preciso tener presente que la pedogénesis es un proceso que avanza en dos direcciones a partir de la superficie inicial: hacia abajo, el suelo se profundiza por fractura y desintegración de la roca parental, liberando la matriz cristalina y los nutrientes minerales; hacia arriba, el suelo aumenta su espesor y se eleva con la deposición de materia orgánica, en especial aquella cuya descomposición es incompleta, lo que da lugar al humus, esencial para formar el complejo organomineral del suelo. Por tanto, en restauración es preciso asegurarse de: - Que la roca se rompa (en fracciones diversas). Esto no implica despedazar todo afloramiento rocoso y acabar con sus bellas sucesiones rupestres. - Que la materia orgánica se descomponga (en fracciones diversas) y se acumule. Tampoco se trata de generar composteras por hectáreas, sino suelo. - Que la roca desintegrada y la materia orgánica descompuesta se mezclen. En general, de esto se encargan el desarrollo de las raíces y el excavar de la fauna edáfica. En los casos en que los procesos y ritmos naturales no aseguran los resultados y tiempos necesarios para el proyecto, puede requerirse intervenir alguno de estos tres puntos. Con el aumento de espesor y de contenido orgánico en el suelo, se incrementan también el calor específico y la capacidad para regular el contenido de agua y nutrientes, así como para amortiguar deficiencias nutricionales y toxicidades. Por contrapartida, los suelos delgados o pobres en materia orgánica se anegan y se secan más fácilmente, se calientan y se enfrían con más frecuencia y tienden fácilmente a excesos químicos de pH y toxicidad. Algunas pautas claves para el manejo del suelo en restauración incluyen: - Hacer análisis de suelos de partida con el fin de tener línea base (para evaluar más adelante la recuperación del suelo) y para evitar darse cabezazos contra factores tóxicos o limitantes. - Tener en cuenta la litología. Ej: en Colombia son frecuentes los escenarios de restauración con rocas parentales pobres en fósforo, lo que obliga a pensar en estrategias de subsidio y enmienda. 19 - Hacer todo lo posible por retener y acumular humedad, materia orgánica y partículas finas. Cada pequeño obstáculo a la erosión y la escorrentía es clave para la acumulación y desarrollo del suelo y del ecosistema sobre él. - Para que el suelo se desarrolle es preciso mantenerlo HFP: húmedo (no seco ni anegado), fresco (libre de excesos de calor o frío) y protegido (cubierto del viento, la lluvia, la escorrentía y el pisoteo). - La disponibilidad de nutrientes no depende sólo de su concentración por área, también depende de la velocidad y cierre del ciclado dentro del ecosistema. Ej: las hormigas cortadoras aceleran la formación de suelos forestales al cosechar tempranamente el follaje joven (rico en nutrientes), picarlo, enterrarlo y descomponerlo (con ayuda de los hongos simbiontes de sus colonias); esto puede imitarse con la plantación de especies de alta producción de biomasa barata, cosecha, procesamiento - La aplicación de fertilizantes químicos sólo puede considerarse como estrategia para vencer limitantes iniciales o tratar deficiencias de oligoelementos (si se quiere llegar a un ecosistema no adaptado a dichas deficiencias). Su aplicación recurrente está, en general, contraindicada pues puede generar problemas más difíciles que los que pretende resolver: salinización, toxicidad, destrucción de la microflora del suelo y dependencia de la vegetación. - Cuando se vaya a hacer una enmienda de un nutriente específico, ésta debe acompañarse (mismo sitio y momento) con vegetación capaz y suficiente de captar dicho fertilizante a una tasa comparable con la de su liberación al suelo, de modo que los elementos químicos introducidos, rápidamente se incorporen a biomasa y necromasa vegetal, evitando acumulaciones tóxicas o pérdidas por lixiviación. Las graminoides (pastos, juncos, guaduas, bambúes) son sensacionales trampas de nutrientes, lo mismo que algunos cultivos y malezas de hoja ancha. Hay que prever que el vegetal-trampa no se convierta luego en una barrera para el establecimiento de las sucesoras programadas. - El procesamiento de la materia orgánica para retroalimentar el suelo puede hacerse por varios métodos según la disponibilidad de tiempo, mano de obra y volumen a tratar: picado, alimentación animal para producción de estiércol, compostaje de follaje o estiércol, lombricultura, enriquecimiento con nutrientes o con microorganismos, son algunos ejemplos de cómo consentir la microflora del suelo. - La forma de aplicar la materia orgánica es definitiva: debe mantenerse HFP evitando, ante todo, que sea fácilmente lavada o arrastrada; debe colocarse siguiendo el diseño de plantación para que las plantas incorporen ágilmente los nutrientes y abriguen en sus raíces a los microorganismos. - Cuando se trate de elevar el contenido de materia orgánica del suelo, es conveniente seguir una serie de enriquecimiento por etapas: desde materia orgánica de rápida descomposición y baja estructura, asociada a revegetalización con especies de ciclo rápido y rápida generación de cobertura y biomasa, pasando a enmiendas con materia orgánica de descomposición lenta y más rica en estructura, 20 asociada a introducción de especies vegetales de ciclo más lento y con estructuras más permanentes. - A la hora de mantener el suelo abrigado existen muchos medios: desde la poda alta de los forrajes (en vez de a ras del suelo) y los cultivos asociados con “malezas” o plantas leñosas cultivadas (agroforestería), hasta la protección con mulch, hojarasca, biomantos o geotextiles. - No se debe olvidar que la mejor vegetación para proteger el suelo son los tipos herbáceos altos (desde pastos altos hasta guaduas) y los arbustos. Los árboles brindan poca protección contra la erosión, pues la lluvia cae sobre sus copas y luego de éstas al suelo y si éste no cuenta con otra protección, se erosiona. Adicionalmente, debe tenerse cuidado extremo en la introducción de árboles o cualquier peso adicional (agua, muros, etc.) sobre pendientes con tendencia a solifluxión o cualquier otro tipo de deslizamiento. 2.6. Manejo de la vegetación El manejo de la vegetación no sólo abarca la revegetalización. También puede incluir la eliminación o poda con fines de liberación o el control activo de poblaciones vegetales invasivas. Sin embargo, la revegetalización suele ser el eje central de los proyectos de restauración ecológica, en la medida en que la vegetación es la matriz estructural y funcional de los ecosistemas terrestres y anfibios. Si se logra el establecimiento de poblaciones vegetales dinamogenéticas, esto proporciona las condiciones para la reintroducción natural o inducida de la flora y fauna asociadas, las cuales son, en extremo, dependientes de dicha matriz vegetal. Los ecosistemas terrestres se hallan en las posiciones altas de las cadenas de geoformas (catena geomórfica), desde donde el agua drena hacia las partes bajas, arrastrando con ella los nutrientes, las partículas finas del suelo y la materia orgánica producida por aquéllos. En la restauración de estos ecosistemas, se hacen todos los esfuerzos para evitar estas pérdidas y por lograr el crecimiento y acumulación de nutrientes, materia orgánica y vegetación. Por definición, la restauración en humedales (tratada más adelante) opera en sentido inverso. Dado que éstos se encuentran en las posiciones más bajas de las catenas geomórficas (al final de todas las pendientes) su tendencia natural es a la acumulación de nutrientes, materia orgánica y vegetación, lo cual tiende a acelerarse con las perturbaciones antrópicas, precipitando la conversión del humedal en ecosistema terrestre (terrificación). Las pautas de manejo bajo este apartado tratan de lo aplicable a ecosistemas terrestres, dejando para una sección específica, más adelante, lo relacionado con la restauración ecológica de los humedales. 21 Para empezar, vale la pena hacer una comparación entre el manejo de vegetación que se hace en la forestería convencional y el que conviene a un proyecto de restauración ecológica. Esto, sólo con el fin de evitar errores que fácil y frecuentemente ocurren cuando las prácticas forestales instituidas y corrientes se aplican a fines de restauración. Forestería convencional Revegetalización para restauración Las especies y los diseños responden principalmente a métodos de plantación productora. Las especies y diseños se escogen con base en la sucesión vegetal nativa. Aplica fórmulas y preestablecidos y rígidos. métodos Parte de unas pautas generales y adapta las fórmulas y diseños al contexto y al desarrollo de la restauración. Implica observación y tiene un componente permanente de investigación y experimentación. Emplea el material vegetal corrientemente disponible en viveros comerciales e institucionales. Emplea material disponible en viveros pero requiere trabajos de propagación con especies dinamogenéticas locales. Usualmente arranca por la “limpieza y preparación del terreno”, lo cual implica la destrucción de la sucesión local. Incorpora la regeneración local como base de partida de la restauración. A veces se hacen pequeños despejes o plateos para reducir la competencia inicial. Más adelante se sigue haciendo “limpieza” y liberación para asegurar un desarrollo libre de competencia de los árboles plantados. Las liberaciones son poco frecuentes. Se aplican cuando se trata de precipitar un reemplazamiento, facilitando el crecimiento de la sucesora a través y sobre el dosel de la precursora. La selección de especies y el diseño apuntan a obtener un crecimiento óptimo y homogéneo del material plantado. Para cada ambiente se seleccionan las especies y se define el diseño apuntando a garantizar la supervivencia, reproducción y propagación del material plantado. El patrón de plantación es regular (cuadro, tres bolillo, etc.) para El patrón de plantación es de agregados y cordones, con el fin 22 asegurar un desarrollo individual libre de competencia. Las interdistancias garantizan el adecuado desarrollo de las raíces y las copas, minimizando la competencia entre individuos. Toda área revegetalizada adicional depende de nuevas plantaciones. Se planta homogéneamente forma de bloques. de asegurar autosostenibles autopropagativos. núcleos y Las interdistancias responden tanto a la disponibilidad de recursos como a la intención de crear modificaciones ambientales en el punto tratado o el área adyacente (ej: un microclima). Las plantaciones se establecen de forma tal y con el fin expreso de que se reproduzcan y extiendan. en Plantación en red, siguiendo los puntos y franjas de mayor oferta ambiental, uniendo los puntos de mayor potencial de regeneración y rodeando (estrangulando) los puntos difíciles. El trazado de la plantación responde exactamente al diseño previsto. El trazado de la plantación, según el diseño previsto, puede sufrir ajustes en la operación, con el fin de acercar los puntos de plantación a micrositios más favorables detectados sobre el terreno. La cobertura a lograr está dada por la cantidad de material disponible dividido por la densidad por hectárea. La cobertura del tratamiento depende del patrón (densidad de la red). Con la misma cantidad de material se trata más área. El patrón es difícil de compatibilizar con otros usos del suelo. El patrón en red y elástico permite acoplar la restauración a la estructura espacial de los sistemas de alteridad locales. La plantación depende de mantenimiento silvicultural. un La plantación depende de las adaptaciones de las especies empleadas. Aparte del mantenimiento inicial, lo plantado requiere poco sostenimiento, salvo la protección frente a perturbaciones. Se hace una sola plantación, al principio del ciclo de Puede hacerse más de una plantación (plantación seral) 23 aprovechamiento forestal. imitando e induciendo las etapas sucesionales. Ofrece poco soporte al restablecimiento de flora y fauna asociadas y de la red trófica. Genera una matriz sobre la que regeneran fácilmente la composición y el funcionamiento del ecosistema nativo. El efecto sobre aguas y suelos suele ser contraproducente. Asegura la regeneración del suelo y el restablecimiento del balance hídrico. Tiende a homogéneos. paisajes Ofrece mayor elasticidad y diversidad de formas y composiciones para el paisajismo. Introduce especies con poco acervo cultural asociado (transferencia de tecnología). Facilita la recuperación del acervo cultural asociado a la biodiversidad local (diálogo de saberes). Los resultados finales son bastante predecibles. Los resultados finales sólo son predecibles a grandes rasgos. Se usa para obtener madera y otros productos forestales. Puede ayudar a proteger o restablecer algunos factores ambientales. Se usa para restablecer ecosistemas y servicios ambientales. Puede incluir la obtención de productos forestales primarios y secundarios. producir Por lo demás, se parecen bastante. Sobre todo en la logística: extensionismo, viverismo, hoyado, vigilancia, etc. En el diseño de una revegetalización con fines de restauración existen básicamente tres aproximaciones: - Plantación seral: se planta en cada punto escogido una composición de especies dinamogenéticas correspondiente a la etapa que se quiere inducir. Una vez se ha consolidado la vegetación correspondiente a la etapa inducida, se hace la plantación de la siguiente etapa de la sere supuesta para dicho ambiente. - Composición inicial: se planta una combinación de especies correspondientes a la sucesión local, con diferentes ciclos de vida. Unas se desarrollan primero y sirven de “nodriza” para las de desarrollo más lento, las cuales, eventualmente, reemplazan a las primeras. - Mezcla aleatoria (tiro de escopeta): se aplica una mezcla de especies seleccionadas con mayor o menor precisión entre las aptas para las condiciones ambientales 24 generales del área. Es frecuente en estrategias de mezclas de semillas que se aplican por aspersión. Evidentemente, existen todas las combinaciones y transiciones pensables entre las tres estrategias básicas de revegetalización. En principio, entre más favorable es la oferta ambiental de un lugar, tanto la regeneración natural como la inducida (restauración) se pueden aproximar más al modelo de composición florística inicial, pues se depende menos de la facilitación, es decir, de cambios ambientales que permitan el establecimiento (ecesis) de las sucesoras. Por contrapartida, en ambientes más adversos, la estrategia debe acercarse más a la plantación seral, procurando diferenciar áreas y hasta micrositios, según la etapa que se quiera inducir y asegurándose de haber facilitado las condiciones previas para la viabilidad de cada fórmula florística a introducir. Aunque la estrategia de mezcla aleatoria puede parecer extraña, hay que recordar que en la medida en que una fórmula de revegetalización (seral o de composición inicial) parta de un conocimiento imperfecto de la sucesión local, sus resultados pueden ser muy los de un tiro de escopeta: no funciona todo lo plantado, ni funciona como se esperaba. Por otra parte, en ambientes muy favorables, las mezclas aleatorias tienen más probabilidades de prosperar. Sin embargo, una vez dichas mezclas se establecen, pueden ellas mismas dificultar la introducción de una vegetación más afín a las asociaciones naturales, en caso de que se pretendiera rehabilitarlas. La mezcla aleatoria es más frecuente en forma de siembra (con semillas aplicadas al terreno manualmente, con cañones aspersores o por avión, con mezclas de fijadores y/o fertilizantes) que en plantación, pues el costo del ensayo y error con material germinado y fomentado suele ser prohibitivo. 25 2.7. Corología, corredores conectividad biológicos y estrategias de Los aspectos corológicos de la vegetación, esto es, sus estrategias de reproducción y dispersión y el efecto de las mismas sobre la distribución de las comunidades y poblaciones vegetales, revisten la mayor importancia en el manejo de la regeneración natural. Si bien el tema es extenso, podrían resumirse aquí algunos elementos esenciales para el manejo. Las formas de dispersión de las plantas se clasifican normalmente en: Medios físicos: - Barocoria: frutos y semillas que simplemente caen y ruedan. El tamaño y forma de la semilla incide en el tipo de micrositio en el que tiende a detenerse y germinar. El ágave (Agave americana) es una especie vivípara cuyos embriones ruedan por las cuestas áridas que habita esta especie hasta detenerse en pequeñas grietas o terrazas donde enraízan. - Hidrocoria: frutos, semillas y esporas con adaptaciones para el arrastre o la flotación en la escorrentía superficial. En principio no existe una diferencia tajante entre las especies hidrócoras y las barócoras, pues la caída, rodamiento y el arrastre por agua pueden ser un solo fenómeno. El mangle rojo es una especie vivípara cuyos embriones son dispersados por las mareas y las corrientes marinas. - Anemocoria: frutos, semillas y esporas con tamaños y adaptaciones morfológicas que les permiten ser transportados por el viento. Algunos frutos como las sámaras (como los urapanes) giran en el aire y caen a distancias relativamente cortas. Las semillas con vilano (como el diente de león) pueden flotar en el viento a grandes distancias. Las esporas le pueden dar la vuelta al planeta e incluso es difícil evitar que se cuelen en los vuelos espaciales. Medios bióticos = Zoocoria, transporte de las semillas por animales. - Ectozoocoria: los propágulos se transportan adheridos a la piel de los animales: pelaje, plumaje, las patas de las aves acuáticas, la ropa de las personas, etc. - Endozoocoria: los propágulos son ingeridos, sufren cambios físico-químicos por digestión (que con frecuencia los activan o viabilizan) y son dispersados con las heces de los animales. Según el dispersor, esta estrategia abarca: ornitocoria (aves), quirocoria (murciélagos), mastozoocoria (mamíferos, sobre todo no voladores), ictiocoria (peces). 26 - Mirmecocoria: el transporte activo de algunas semillas por las hormigas es propio de especies con adaptaciones específicas como capas oleaginosas o arilos dulces (unas diminutas adherencias carnosas sobre la semilla). Para efectos de la restauración es importante tener en cuenta las siguientes pautas: En medios pobres en vegetación remanente, los medios físicos de dispersión predominan en la regeneración natural, en especial en las primeras etapas. La zoocoria varía en el gradiente altitudinal: - En la franja altoandina depende casi exclusivamente de las aves. En las zonas subandinas las aves siguen siendo muy importantes, pero los murciélagos y pequeños mamíferos (ardillas y agutíes) son esenciales para la dispersión de muchas otras. En las tierras bajas aumenta la importancia de grandes mamíferos como venados y tapires. En las zonas bajas inundables las migraciones de peces dispersores juegan un importante papel en la propagación de muchas especies de los bosques inundables. La mayor parte de las familias dominantes de las priseres vegetales son barócoras y anemócoras, entre las que sobresalen las Gramíneas y las Asteráceas. Si bien, algunas son típicamente quirócoras como alguas Solanáceas y Piperáceas. Entre la vegetación secundaria mesoseral, las principales familias son endozoócara. Muchas son ornitócoras con bayas sésiles o péndulas muy vistosas, muy dependientes de sus dispersores: Myrsináceas, Melastomatáceas (géneros con frutos en baya como Miconia y Clidemia), Moráceas, Myrtáceas, Flacourtiáceas, Burseráceas, Euphorbiáceas y Anonáceas. Otras son quirócoras más reconocidas como Piperáceas, algunas Solanáceas y Rubiáceas y la tribu Cecropiae de las Moráceas. Sin embargo, salvo algunos casos, la dispersión no es muy específica y aves y murciélagos compiten en la dispersión de la mayoría de los frutos carnosos, en amentos o con arilos. Los monos, los tucanes (Pisciformes) y loros (Psitaciformes) juegan un papel importante en la dispersión de frutos duros, como los de las palmas, junto a los grandes mamíferos (pecaríes, tapires y venados) y algunos peces. Los pequeños mamíferos, como las ardillas (Sciurus spp.) y los picures, agutíes o ñeques (Dasyprocta fuliginosa), juegan un importante papel en la dispersión de drupas y nueces, por su costumbre de enterrar frutos como reservas de alimento, a poca profundidad en el mantillo del suelo forestal, muchos de los cuales no encuentran de nuevo, con lo que se convierten en activos sembradores de estas especies. 27 El papel de las hormigas en la dispersión de muchas semillas pequeñas con aceites perfumados o con arilos es esencial para algunas especies vegetales (mirmecocoria). De hecho, las colonias de muchas especies de hormigas (en especial las grandes ciudadelas de las arrieras, bachacos o culonas, del género Atta) se convierten en focos de regeneración forestal por la concentración de nutrientes y semillas y la profundidad efectiva del suelo excavado y mullido. Los murciélagos dispersores dependen menos que las aves de la extensión y conectividad de las masas forestales, por lo que juegan un importante papel en las primeras etapas de la sucesión (especialmente en los cinturones subandino y basal) y en zonas extensamente desforestadas. Si no hay mucho que la fauna local pueda dispersar, resulta prioritario proveerlo, incluso si no son especies nativas. Algunos frutales introducidos resultan de gran utilidad para soportar y promover la fauna dispersora. Algunas de estas plantas incluso son dispersadas efectivamente y participan activamente en la regeneración de estas áreas tan desprovistas de otra vegetación (Ej: el pomarroso, Zyzigium jambos) La conectividad ecológica es un concepto complejo que incluye el tráfico de animales y de propágulos o unidades de dispersión de los vegetales (semillas, esporas1) entre distintos ecosistemas o puntos de un ecosistema así como las condiciones ambientales que favorecen o restringen el mismo. Los efectos más destacados de la conectividad ecológica en términos de conservación y restauración incluyen: Aumenta el areal efectivo de una especie, permitiéndole ocupar y usar distintas áreas y ambientes. Facilita las migraciones locales y regionales (las verticales son especialmente importantes en zonas montañosas o inundables). Refuerza la conservación de las poblaciones. Si una subpoblación local mengua en un área, ésta puede ser colonizada de nuevo por individuos o propágulos de otra subpoblación de otra área. Previene o mitiga la endogamia, permitiendo el intercambio reproductivo entre subpoblaciones distantes. Eleva el potencial biótico alóctono, acelerando y asegurando la regeneración. Aumenta la tasa de colonización de unas etapas sucesionales en otras. Unas pocas especies vegetales vivíparas se dispersan por medio de embriones completos como en Agaveamericana, cuyos embriones ruedan, y Rhizophora mangle, cuyos embriones, si no quedan clavados en el cieno al caer de las ramas, flotan y son arrastrados a grandes distancias. 1 28 Aumenta las probabilidades de telescopización en los agregados y acelera la expansión y agregación entre ellos. Eleva la resiliencia total del ecosistema. Funciona como una especie de “sistema inmune” del ecosistema frente a las perturbaciones. La mecánica por la cual la conectividad eleva la resiliencia total del ecosistema puede entenderse fácilmente por los patrones espaciales expuestos en la Sección 2.1.4. No pueden dejar de señalarse algunos inconvenientes que pueden presentarse con una mayor conectividad ecológica: - Aumenta la movilidad de la fauna a través de ambientes hostiles. Ej: desplazamiento y forrajeo de aves en zonas contaminadas con agrotóxicos; incursión de fauna silvestre en fincas y asentamientos; aumento de la frecuencia de cruce sobre vías y otras redes peligrosas. - Puede facilitar la dispersión de pestes y especies invasoras. Sin embargo, la mayoría de los casos de invasoras son especies que se dispersan bien a través de medios deteriorados con baja conectividad. - Puede ser percibida por algunas personas como un problema de seguridad, en tanto facilita el desplazamiento y las tácticas de grupos armados ilegales. Uno de los objetivos estratégicos en toda restauración es el aumento de la conectividad. Las estrategias varían según: - La escala espacial de la conectividad que se quiere promover. La disponibilidad de focos de dispersión y colonización. El nivel de fragmentación existente. La permeabilidad de la matriz al tráfico biológico. La naturaleza de los medios de dispersión. Las especies cuya movilidad se desea incrementar. A pesar de tales variaciones, las estrategias en general se plantean en términos de: Identificar o crear focos de dispersión: la composición de éstos debe abundar en especies aptas para la colonización de las áreas cuya restauración se quiere promover, es decir, especies dinamogenéticas del segmento ambiental (de la ecoclina) y de la etapa (de la sere) correspondientes al sitio diana. Identificar y adecuar focos de colonización (puntos receptores): partiendo de los puntos más favorables, la oferta ambiental debe ser aumentada y el régimen de tensionantes mitigado, para facilitar la ecesis de las poblaciones colonizadoras. Un aspecto importante es la heterogeneidad ambiental entre puntos y al interior de cada punto, con el fin de proveer suficientes sitios de germinación (plantas) o refugio (fauna). 29 Aumentar el tráfico de los medios de dispersión entre focos dispersores y receptores: dependiendo de la naturaleza de cada forma de dispersión, el tráfico biológico puede ser incrementado aumentando el atractivo de los focos receptores y los puntos intermedios (en el caso de aves y otras formas de zoocoria) o eliminando obstáculos físicos (como en el caso de la dispersión hidrócora o anemócora) Aumentar la permeabilidad de la matriz alterada al tráfico biológico entre el foco de dispersión y los sitios receptores: la estructura, composición y dinámica de la matriz del paisaje entre los focos puede ser más o menos favorable al flujo de los medios de dispersión. Por ello, es necesario intervenir en las formas de uso y ocupación en dicha matriz, promoviendo prácticas amables que mitiguen los tensionantes sobre focos y flujos. Los ejemplos a continuación pueden ilustrar los conceptos anteriores a distintas escalas: Corredores biológicos: son franjas con condiciones físicas y vegetacionales distintas a la matriz que atraviesan, las cuales proveen refugio y movilidad para la fauna dispersora. Estribones de dispersión: son parches que ofrecen hábitat (refugio, alimento, movilidad) a los dispersores. Se disponen a intervalos más o menos regulares, formando una especie de corredor biológico discontinuo a través de una matriz más pobre, facilitando que la fauna dispersora salta de un estribón a otro. Perchas vivas: son árboles cuya arquitectura (ramas abundantes, horizontales y delgadas facilitan el posado de las aves dispersoras). Las perchas vivas atraen a las aves con su oferta de sombra, percha, refugio (y ocasionalmente frutas para dispersar) en medio de un área poco atractiva. A la sombra de estas perchas se suelen acumular semillas viabilizadas por la digestión de las aves (a veces procedentes de rodales muy distantes), así como plántulas que pueden dejarse en el lugar para conformar un agregado en torno a la percha o transplantarse para otros tratamientos, en cuyo caso la percha sirve como vivero natural. Entre las especies más atractivas para estos trabajos están los arbolitos de las Myrsináceas, Piperáceas y Anonáceas, sobre todo las especies propias de bordes y agregados. Perchas muertas: una gama de artefactos pueden diseñarse para imitar las funciones de una percha viva: postes, comederos, bebederos, cercas de un solo hilo. El suelo bajo estos útiles puede ser labrado ligeramente para proveer mayor densidad de micrositios de germinación. El diseño de conectores ecológicos tiene dos escalas: - El diseño de los elementos tipo (o tipologías de conectores): con las características de forma, dimensión y composición de los mismos, a ser empleados como plantillas o guías para su replicación en el terreno. - El diseño del arreglo o red de conectores conforme a las características del terreno y la distribución de los focos fuente y receptores en el área. 30 Los siguientes lineamientos pueden ayudar en el diseño de una red de corredores ecológicos, a distintas escalas de manejo: La forma de los bordes en los corredores y estribones tiene distintos efectos, dependiendo de las condiciones de la matriz. Bordes más irregulares aumentan el perímetro del conector facilitando el efecto de borde de una matriz adversa hacia el interior. Frente a una matriz más favorable, las proyecciones y enbolsamientos en el borde del conector favorecen el efecto de borde sobre la matriz y la dispersión sobre la misma para efectos de regeneración y tráfico biológico. Combinar los corredores continuos, donde éstos sean factibles, con los estribones, en donde no sea posible la continuidad física. Compensar el espesor de los corredores, donde éstos deban hacerse delgados, con nodos más amplios, a intervalos más o menos regulares (estribones dentro de los corredores). 31 Trabajar la permeabilidad de la matriz al tiempo que la expansión de los elementos conectores (corredores y estribones). La conectividad no puede depender sólo de los segundos. Establecer una jerarquía de conectores: unos mayores marcando una estructura ecológica principal y otros menores más abundantes, conformando mallas más locales. Esto es superior a una red de corredores similares. La jerarquización de los conectores por tamaño/frecuencia es una adaptación de los patrones fractales de la regeneración natural a la restauración y ofrece ventajas en tres aspectos principales: - Jerarquía funcional: la diferencia funcional entre conectores mayores y menores no es sólo cuantitativa (más de lo mismo), sino también cualitativa. En otras palabras, la conectividad con elementos mayores es para unas especies y funciones ecológicas, mientras que los menores proveen conectividad para otras. - Jerarquía de localización: al disponer de distintas escalas de conectores, se pueden distribuir en distintos tipos de localización. Así, los mayores resultan adecuados para determinados contextos y los menores para otros, lo cual confiere mayor elasticidad y versatilidad al diseño e implementación de la red. - Jerarquía de gestión: cada jerarquía de conector implica una estrategia específica de gestión del suelo. Para conectores mayores, los cuales representan por sí 32 mismos áreas importantes, puede requerirse una estrategia adquisitiva o transacciones distintas a las necesarias para viabilizar los elementos menores, los cuales pueden ser conciliados con el microordenamiento del uso en cada predio, por medio de distintas fórmulas de compromiso (ej: cercas vivas, alamedas, rondas de quebradas y acequias, cintas y manchas). 2.8. El manejo paisajístico y la apreciación estética de la restauración La apreciación estética de la restauración reviste dos aspectos importantes: - Por una parte, tiene que ver con la percepción que el propio restaurador tiene de sus diseños y de las transformaciones que están ocurriendo. - Por otra, se relaciona con la percepción que otros tienen sobre la restauración en curso (que muchas veces ocurre en el dominio de dichas personas) y la facilidad para identificar y aceptar tratamientos y resultados con base en su apariencia. Bajo el primer aspecto es preciso recalcar que la apreciación estética del restaurador es de gran ayuda, en la medida en que ésta es un tipo de percepción integradora, que logra destacar los detalles y matices junto con la armonía del conjunto y extraer de ello una noción no verbal de lo conveniente y lo inminente. Por estas características, la apreciación estética puede ayudar a suplir muchos vacíos en formación ecológica, cuando la restauración es abordada por no especialistas. Sin embargo, el tipo de apreciación estética a que aquí se hace referencia es aquella basada en una prolongada compenetración con las formas y dinámicas del ecosistema en cuestión y una sensibilidad innata o cultivada hacia dichos fenómenos naturales. Si no es el caso, puede suceder, en cambio, que los patrones estéticos que condicionan la percepción del prospecto de restaurador correspondan a ambientes o ecosistemas muy distintos, lo que puede llevar a una interpretación errónea de los fenómenos observados y a un manejo forzado de las formas nativas. También se da el caso en que una sensibilidad estética poco dotada o cultivada puede determinar unos patrones de percepción y diseño bastante burdos y elementales que poco benefician a ni se benefician de las formas naturales locales. Así como una sensibilidad estética adecuada favorece al proyecto de restauración y viceversa, pocas cosas hay tan destructivas en restauración y cualquier otro manejo de los ecosistemas como el mal gusto. Bajo el segundo aspecto, hay que recordar que la restauración es un trabajo que usualmente se adelanta con recursos de otros, en terrenos de otros y para beneficio de otros. Por tanto, la respuesta de los diseños y ejecuciones a los patrones y expectativas estéticas de esas personas incide significativamente en la medida en que ellas pueden 33 identificar las acciones y resultados, disfrutar y proteger los beneficios y aceptar el proceso. La importancia del paisajismo en restauración crece en la medida en que los tratamientos deban coexistir con el uso, la movilidad y la ocupación humanas. No es un aspecto exclusivo de grupos urbanos o élites. Todo grupo humano tiene unos patrones de percepción y apreciación estética que le son característicos y que están íntimamente entramados en su visión y clasificación del mundo y de su propio lugar en él. Aunque no cabe aquí un ABC de paisajismo, los siguientes lineamientos pueden ser de ayuda al respecto. El paisajismo en restauración debe buscar opciones de compromiso entre los patrones estéticos corrientes y las formas los ecosistemas nativos, procurando acercar a las personas al reconocimiento y valoración de las formas naturales al tiempo que se adecuan éstas para facilitar su identificación y apreciación por las personas. Hay que tener en cuenta que los requisitos espaciales varían según los sistemas de alteridad y los usos. Unas son las condiciones en espacios agropecuarios y otras en espacios de turismo o recreación. No sólo la distribución y dimensiones deben responder a estos requisitos, sino que todo el diseño debe ayudar a la identificación de cómo se responde, es decir, cuál es el carácter y función de cada espacio. El diseño debe apuntar al enriquecimiento sensorial del paisaje, por medio de la combinación y secuencia de sensaciones físicas y evocaciones. Esto implica el aprovechamiento de los sonidos, olores, temperaturas, humedad, texturas, formas, colores, así como la manera de presentar estas sensaciones: anunciadas, sorpresivas, inmediatas, distantes, evidentes, sutiles, etc. Los diseños deben desarrollar una propuesta estética y un lenguaje visual propios. Esto significa que la repetición de determinados elementos, símbolos, contrastes y dimensiones en arreglos, ritmos y otros patrones reiterativos a distintas escalas, genera una identidad del área que es como un mensaje: aquí hay alguien que está haciendo algo de modo sistemático y consistente y ese algo contiene una propuesta de comunicación sobre unos espacios, símbolos y sensaciones. El lenguaje visual en el diseño puede apelar a distintos símbolos y patrones extraídos de la Naturaleza nativa o de las formas culturales locales. Estos elementos facilitan el reconocimiento del carácter y función de cada espacio, la relación de identidad y la apropiación social. Debe tenerse en cuenta que en la medida en que los patrones se hagan más complejos o se alejen de las formas culturales locales, su reconocimiento se dificulta para grupos cada vez más amplios de espectadores y usuarios. 34 La naturalidad de los diseños debe evitar caer en el “efecto primitivo”, es decir la falta de patrones y símbolos, lo cual genera una apariencia de “terreno inculto”, baldío o “abandonado” y facilita culturalmente la alteración de dichas áreas. Lo que no tiene una forma reconocible como humana, invita a ser ocupado y transformado. Existen muchas formas culturales que pueden ser empleadas en restauración, encajándolas en la red fractal que ésta requiere pero dando a pequeña escala, en cada sitio, el mensaje claro de que lo que allí está es creado y valorado por alguien. Dos ejemplos de aplicación muy notoria de este principio: - Corredores ecológicos con bordes fractales muy simples consistentes en una sucesión de figuras geométricas fácilmente identificables de diferentes tamaños en una secuencia con un orden fácilmente reconocible. Amplifica el efecto de borde, que es lo buscado en este caso, al tiempo que facilita la identificación del tratamiento y sus límites por los encargados del control y mantenimiento. - Un dragado de recuperación del vaso de un humedal con figuras geométricas y animales. Las figuras crean penínsulas y ensenadas de distintos tamaños, en beneficio de la heterogeneidad ambiental y la oferta de hábitat para las aves, al tiempo que facilita el reconocimiento de los límites para los encargados y para los visitantes. 2.9. Estrategia sociodinámica La restauración ecológica, siempre que se acomete sobre ecosistemas secundarios, perturbados por el hombre, requiere no sólo la reconstrucción de la estructura y función de los componentes físicos y bióticos del ecosistema, sino que involucra, necesariamente, la reconstrucción de la relación hombre - Naturaleza (alteridad) cuya crisis y ruptura se manifiestan en la degradación ambiental a corregir, pues, de fondo, lo que se ha degradado no es llanamente mineral u orgánico, sino el diálogo mismo entre el hombre y su entorno. En consecuencia, todo el proceso de “sanación ecosistémica” debe ser llevado adelante con la participación activa, consciente y constante del “paciente”, esto es, de la comunidad cuyo destino y calidad de vida están directamente ligados al estado de conservación - recuperación del entorno a intervenir. Un proyecto o programa de restauración está, pues, obviamente ligado al proceso sociodinámico, pues siempre que la degradación a corregir tenga un origen humano, su recuperación involucrará la intervención de procesos y relaciones físicos, bióticos, económicos, sociales y culturales, donde el proyecto mismo de restauración constituye una instancia para la reflexión histórica y ambiental, la toma de conciencia y la elaboración del protagonismo comunitario en la construcción de ambiente - futuro. 35 Un aspecto esencial es la restauración cultural (o componente cultural de la restauración). La desaparición de los ecosistemas y especies nativas del paisaje, va acompañada de su desvanecimiento de la cultura en la misma región. Si el objeto natural no tiene una imagen en la cultura local, un concepto que la define y un valor que lo asocie positivamente a la praxis cotidiana, está condenado a desaparecer. La gente crea a su alrededor el paisaje que lleva en su interior, programado dentro de las ideas genéticas de su sistema de alteridad. Para restablecer un bosque o unas especies dentro de un ecosistema controlado por el hombre, debe primero restaurarse su conocimiento y valoración dentro de la cultura. La estrategia social se basa en la metodología de Investigación Sociodinámica, según la cual, el proceso de restauración se desarrolla bajo dos ejes : el eje técnico, que comprende los contenidos técnicos a considerar para abordar la restauración y el eje sociodinámico que desarrolla los considerandos sociales, económicos y culturales para viabilizar las propuestas técnicas de la restauración. Estos dos ejes funcionan retroalimentando la información y afinando los objetivos y metodologías de un proyecto de restauración dado. El esquema metodológico general es netamente dialogal y requiere por parte de los técnicos capacidad para traducir permanentemente planteamientos técnicos al lenguaje local y viceversa. Con este método se pasa por: 1. Un diagnóstico confiable, enriquecido con información técnica validada y ajustada por el saber local y una información técnica socializada en la comunidad, que permite, además, identificar las experiencias, destrezas y formas de organización locales. 2. Una identificación exacta, concertada y legítima de las necesidades a atender por medio de la restauración con expectativas claras y explícitas tanto de la parte técnica como de la comunidad participante. 3. Una formulación y diseños que incorporan visiones, saberes y destrezas tanto de los técnicos como de la comunidad local, lo cual fortalece a ambas partes y las prepara con una comprensión clara y completa de las actividades a adelantar y la distribución de las responsabilidades. 4. Una planeación concertada y transparente, clara en costos, tiempos y alcances. 5. Una implementación que sobre una base sólida de reglas de comunicación, cooperación y organización entre técnicos y comunidad. 6. Un seguimiento y evaluación bajo criterios técnicos y vernáculos que permite enriquecer y ajustar oportunamente los tratamientos. 36 3. LINEAMIENTOS PARA EL SEGUIMIENTO Y MONITOREO DE LA RESTAURACIÓN El seguimiento (a las acciones) y monitoreo (al ecosistema) de la restauración ecológica tiene tres fines principales: Evaluar los resultados e impactos de la restauración (qué se restaura y a quién afecta cómo). Detectar cambios en las dinámicas de alteración y regeneración. Hacer ajustes oportunos a las estrategias, tratamientos y diseños. Documentar el proceso para su divulgación y replicación. El hecho de que los procesos de restauración tienden a y deben ser elásticos y creativos, hace aún más importante el llevar una bitácora, en la cual se consignen: Metas iniciales Registros para los indicadores. Ajustes a tratamientos y diseños. Ajustes a metas. Observaciones de alteración y regeneración. Es difícil dar una idea suficiente de la importancia que el seguimiento y el monitoreo tienen para la restauración. Aun así, no es exagerado decir que es la actividad más importante de todo proyecto de restauración. En consecuencia, la planificación de un programa o proyecto de restauración debe incluir los recursos para el seguimiento y el monitoreo, en términos de: Personal y capacitación Materiales y equipos Logística Sistematización y archivo Tiempo Indicadores La diversidad de variables y técnicas de manejo que se aplican en restauración dificulta hacer una revisión comprensiva de todos los indicadores aplicables. Sin embargo, a continuación se presenta un listado, más ilustrativo que exhaustivo. En consecuencia con el marco conceptual expuesto, los indicadores para el seguimiento de la restauración pueden agruparse así: Tipo Estrategia Indicador Unidad Definición 37 RESPUESTA Control de tensionantes Extensión de mejores prácticas Cantidad de obras (hidráulicas o de control de erosión o control de fuego) Superficie cercada Personas capacitadas Suplementación Individuos plantados Superficie empradizada Superficie sembrada Has/año Incremento anual de la superficie manejada con prácticas que reducen los tensionantes m lineales Las obras m2 difieren en su 3 m medición: gaviones, trinchos, canales, banquetas, esterillas, cortafuegos, etc. Has Superficie encerrada y efectivamente protegida del ganado Personas Número de /año personas capacitadas en prácticas de reducción de tensionantes Individuos Número de individuos vegetales plantados por área por tiempo (se usa más con leñosas). Es preciso indicar área, intervalo y tipo de tratamiento (no es igual un enriquecimiento que una plantación homogénea). Has Superficie cubierta con vegetación de porte herbáceo Has Superficie cubierta con 38 aspersión de semillas Tasa de % año Porcentaje de supervivencia los individuos plantados o superficie empradizada que sobrevive al cabo de un año Superficie Has/año Superficie enmendada tratada con enmiendas químicas, biológicas, orgánicas, etc. Debe indicarse la naturaleza y concentración del tratamiento (volumen/Ha) Individuos Individuos Individuos de reintroducidos /año una especie animal determinada reintroducidos en un área dada, en un año Personas Personas Número de capacitadas /año personas capacitadas en prácticas de restauración activa Producción en Individuos Número de vivero /año individuos (dinamogenéticas vegetales de y económicas) especies dinamogenéticas o económicas producidos en un año Los indicadores de seguimiento, evaluados en relación con los de monitoreo (a continuación) permiten establecer mediciones de eficacia, eficiencia y costo-efectividad. Los indicadores para el monitoreo de la restauración pueden agruparse así: Categoría Tipo PRESIÓN Tensionante 3 Indicador Superficie Unidad Has/año Definición Reducción anual en 39 desforestada al año Tensionante 4 Superficie desvegetalizada al año Has/año Superficie agrícola per capita anual Has/habi tante Expansión agrícola anual Has/año Volumen de entresaca Volumen de entresaca específica m3/año Frecuencia media de fuego por hectárea Años/Ha Cobertura anual de quemas Fragmentación de las masas forestales Extensión de la erosión superficial severa Has/año m3 por especie/a ño Índice fractal Has la superficie cubierta por vegetación de porte forestal (cobertura continua con alturas superiores a 6m). Reducción anual en la superficie cubierta por vegetación de determinado tipo (ej: cualquier vegetación leñosa nativa) Cantidad de hectáreas que tienen uso agrícola en uno o más momentos del año, dividida por el número de habitantes Hectáreas desforestadas en un año, que reciben uso agrícola al menos una vez en el año siguiente. Cantidad de madera extraída anualmente Cantidad de madera extraída anualmente de cada especie de interés Promedio de tiempo entre incendios sobre una misma Hectárea para un intervalo multianual dado Superficie anual que se quema Tamaño, perímetros y distancia entre fragmentos forestales Hectáreas de sustrato mineral expuesto por erosión (no cuentan afloramientos rocosos naturales). Se mide mediante 40 Tensionante 5 Tensionante 2 Pérdida anual de suelo por erosión Ton/Ha/ año Consumo anual familiar de caza Kg/famili a/ año Intensidad de caza por especie Individuo s/ año Superficie afectada por minería a cielo abierto Has Disminución del área inundable Has/año Reducción de la Has/año superficie de cuerpos de agua Determinante Carga contaminante (DBO y DQO) mg O2/litro Salinidad del suelo Milimohs /cm3 Crecimiento poblacional anual Consumo de A.C.P.M. y gasolina Habitant es/ año Galones/ año grillas e intervalos de densidad. Peso del suelo arrastrado anualmente por la escorrentía, al final de una pendiente o salida de una cuenca, dividido por la superficie en hectáreas del área aportante Peso de la carne de cacería consumido por una familia promedio en un año Individuos abatidos anualmente (se consuman o no) por especie Superficie de canteras y otras minas a cielo abierto dentro de un área determinada Reducción del área cubierta por inundaciones por lo menos un día durante un año Reducción anual del área cubierta permanentemente cubierta por agua Carga de contaminantes oxidables o biodegradables por volumen de agua Concentración de cationes por volumen de suelo Diferencia entre la población del año y la del año anterior Galones de estos combustibles consumidos en un área determinada en 41 ESTADO Estructura Índice de tenencia Has/teni ente Porcentaje de titulación % Densidad vial Km/Ha Índice de conexión regional Nodos Cobertura forestal Has Altura promedio del dosel mts Distancia media entre copas mts Estratificación Número de estratos Biomasa (aérea) Ton/Ha Contenido de materia orgánica Kg/Ha Profundidad efectiva cm un año Superficie promedio en tenencia de una misma persona Porcentaje de hectáreas tituladas, del total de Has en tenencia Kilómetros de vías carreteables por unidad de superficie Número de pasos por centros locales principales (nodos) para la conexión al total de asentamientos de la red regional Superficie con cobertura forestal continua (dosel superior a 6m de altura) Distancia perpendicular del suelo a la línea promedio del dosel (no se cuentan copas emergentes) Distancia promedio entre las copas de las leñosas de un estrato determinado Número de estratos de vegetación diferenciados dentro de un rodal Masa de la vegetación por encima de la superficie del suelo, por hectárea Peso de la materia orgánica en el horizonte A por unidad de superficie Distancia perpendicular de la superficie del suelo a 42 Composición Dinámica Estress hídrico Días/año Biodiversidad alfa Ïndice de Shannon Biodiversidad betha Ïndice de Shannon Diversidad sucesional Ïndice de Shannon Balance sucesional Índice de balance sucesion al Conectividad Índice fractal Potencial de dispersión Semillas viables/ m2 la primera capa limitante para el enraizamiento (roca, duripán o la napa freática, según cual esté más arriba) Días al año en que la humedad del horizonte A cae por debajo del punto de marchitamiento permanente Número de especies y distribución de individuos en ellas Número de ambientes con una composición biótica diferenciada (variación de la betha) Se aplica el índice de Shannon con etapas sucesionales (en lugar de especies) y superficie (en lugar de abundancia) Promedio ponderado de superficies, en el que se asignan coeficientes más altos a los estados sucesionales más avanzados y se divide por la sumatoria de los coeficientes Distancia, perímetro y tamaño de los parches de regeneración de una determinada etapa en adelante (ej: rastrojo bajo y superiores) Número de semillas germinadas por m2 de suelo superficial, por tipo de dispersión (enemócora, 43 Potencial de regeneración Plántulas /m2 Tasa anual de reclutamiento % anual Abundancia relativa sin unidad ornitócora, etc.) Número de plántulas por unidad de superficie. Porcentaje de plántulas que sobreviven en un año Número de individuos de una especie de interés (ej: dinamizadora de una etapa próxima) presentes dividido por el total de individuos en un lugar Puede verse que algunos de los indicadores propuestos para el monitoreo de la dinámica, pueden resultar subjetivos, en la medida en que parten de una clasificación de la vegetación presente en etapas sucesionales, lo cual implica decisiones de diferenciación dentro de un continuum real así como la presunción de que unos determinados tipos de vegetación están relacionados con otros como etapas de una misma sere. Dadas estas limitaciones, tales indicadores difícilmente pueden emplearse para establecer comparaciones entre proyectos o locaciones distintos. Sin embargo, sí son útiles para el monitoreo dentro de un mismo proyecto, siempre que los criterios de clasificación sean claros y se mantengan. Aplicación de sensores remotos Dependiendo de la escala y recursos de un proyecto dado, las imágenes de sensores remotos (aéreas y satelitales) tendrán mayor o menor aplicabilidad en el monitoreo y evaluación de la restauración. Si se cuenta con este recurso, las siguientes orientaciones pueden ser útiles: Dada la escala de la mayor parte de los cambios sucesionales, las escalas mayores son las más útiles. Las aerofotografías a color a escala 1:10.000 son una gran herramienta; pero si no pueden obtenerse, las pancromáticas en escalas cercanas al 1:20.000 son bastante útiles. Las escalas cercanas a 1:40.000 y superiores tienen poca aplicación en el monitoreo de la restauración y sólo servirían para hacer algunas observaciones (casi especulaciones) a escala regional. Hay que tener en cuenta que si no se cuenta con personal diestro en la interpretación de vegetación y suelos sobre tales imágenes, su adquisición es inútil. 44 Aunque puede ser una oportunidad para que alguien descubra su talento natural (por que lo es) y se entrene. La leyenda que se emplee para la interpretación de las imágenes y la elaboración de la cartografía es de gran trascendencia. Las categorías empleadas deben: - Ser adecuadas a la escala de la información disponible. Es decir, que sea posible definir con comodidad y sin mucha imaginación a qué categoría pertenece un área determinada, con base en la información disponible y el nivel de detalle de la misma. - Ser objetivamente discernibles. Esto es, que asignar un área a una u otra categoría no depende de quién la aplica o de su estado fisiológico y emocional. - Tener un significado claro y explícito en términos de la dinámica sucesional y la estructura de los ecosistemas en manejo. - Ser lo bastante sensibles para diferenciar cambios ecosistémicos significativos en términos del proyecto en curso. - Ser fácil de homologar de manera unívoca y precisa con otras leyendas en uso. Si se pueden utilizar las mismas leyendas corrientes en el SINA o validadas por el IGAC, aún mejor. Sin embargo, se requeriría algún trabajo de traducción a significados de sucesión-restauración. La georreferenciación de la línea base y de los tratamientos y transformaciones ha de ser tan precisa y verificable como sea posible, ligándola a la información de sensores remotos mediante cartografía estándar. En el futuro sería difícil evaluar los resultados de la restauración si los datos no quedaron amarrados a un sistema de coordenadas y de cartas conocido y confiable. Si se usa un Sistema de Información Geográfica por computador, no debe olvidarse que: - El modelo entidad-relación debe partir de un modelo de las variables involucradas en la alteración y restauración del ecosistema y sus relaciones según estas se conciben como modelo-hipótesis del proyecto. - El sistema sólo servirá para apoyar el análisis estadístico y espacial de los datos del seguimiento y monitoreo y mejorar la producción y edición de reportes. Ningún juguete podrá reemplazar una comprensión profunda del ecosistema, la observación directa en campo ni la sensibilidad al desarrollo de la Naturaleza. Diseño experimental, evaluación y ajustes Los resultados del seguimiento y el monitoreo deben ser evaluados conforme a una serie de criterios preestablecidos (no esperar a tener los datos para sentarse a pensar qué pensar de ellos). 45 La restauración ecológica es un campo nuevo en la gestión ambiental en todo el planeta. Esto, sumado a la complejidad de los ecosistemas en todo el mundo y la diversidad de los mismos en el trópico, hacen necesario abordar todo proyecto de restauración desde un diseño experimental. De este modo que es posible evaluar los resultados, al tiempo que se construye conocimiento verificable sobre la dinámica de los ecosistemas y los métodos para su manejo. Los siguientes puntos pueden orientar el diseño experimental: Partir de una diferenciación clara de las condiciones ambientales de base: ambientes diferentes (ecoclina) y estados diferentes (historia de perturbación y estado sucesional de cada zona). Establecer diferentes combinaciones de tratamiento y condiciones ambientales de base. Establecer diferentes combinaciones de tratamientos. Dejar siempre parcelas de control (sin tratamiento) para cada condición ambiental presente. Dar suficiente extensión (en lo posible) a cada tratamiento (o combinación de tratamientos) para minimizar el efecto de borde entre unos y otros. Es difícil excluir del todo los tensionantes y perturbaciones, pero si se cuenta con suficiente extensión en cada tratamiento, puede documentarse la perturbación y tratarla como parte de un nuevo tratamiento para fines de monitoreo y evaluación. Los datos que se toman para los indicadores deberán estar siempre complementados con observaciones de campo tan abundantes y bien registradas como sea posible. Para la evaluación de los resultados del seguimiento y monitoreo, los siguientes puntos brindan una orientación: El análisis debe procurar filtrar las variables, priorizando las que se demuestren como más determinantes. Un robusto análisis no puede suplir la imprecisión o insuficiencia de datos. Los métodos de análisis informal pueden preceder a la aplicación de los más formales, para empezar con una idea general de la estructura de los datos. Debe existir una clara idea de la relación entre los indicadores de seguimiento (acciones de manejo) y las variables ambientales que el manejo modifica. En análisis de los indicadores de monitoreo debe centrarse en las variables meta, esto es, aquellas que la restauración pretende modificar. El análisis debe apuntar a la identificación y ponderación de las variables que actúan como determinantes del comportamiento de las variables meta, identificando qué cambios se deben al manejo y cuáles responden más probablemente a otras dinámicas y factores. La adecuada interpretación de los datos y de su análisis depende de: lo robusto de los datos, lo adecuado de su procesamiento y análisis, el dominio de la teoría y el conocimiento estrecho de los fenómenos naturales que se analizan, basado en una atenta, compenetrada y prolongada observación. 46 47 4. LINEAMIENTOS PARA LA APLICACIÓN DE LA RESTAURACIÓN ECOLÓGICA EN LOS PLANES DE MANEJO DEL SPNN La restauración ecológica, con todo y sus atractivos y beneficios, debe abordarse de manera responsable y prudente en el contexto de áreas protegidas tan valiosas como los Parques Nacionales Naturales. Las razones para aplicar el principio de precaución en cuanto a la restauración en el SPNN radican en que: - La restauración es un campo nuevo y por mucho que se avance en él, cada ecosistema nuevo en que se aplica es un comienzo con mucho por investigar y aprender. - La restauración es una intervención en los ecosistemas que puede modificar la estructura, composición y funcionamiento de los mismos, de diversas maneras intencionales o imprevistas y más o menos reversibles. - La restauración no puede resolver cualquier problema. La aplicación de la restauración ecológica en el manejo del SPNN debe, por tanto, tener presentes los siguientes lineamientos para prevenir efectos indeseados y aumentar los beneficios a obtener: Toda actividad de restauración debe estar claramente fundada en los valores y objetivos de conservación identificados en el Plan de Manejo. En el diagnóstico se deben identificar, localizar, delimitar y formular con toda precisión las necesidades de restauración. Si no se tiene claro qué es la restauración y qué papel puede jugar en determinadas situaciones de conservación, es mejor no ponerla de comodín: “todo lo que no sea conservación pura, pues será restauración”. La restauración, bien sea como rehabilitación ecológica o como recuperación ambiental, es un tratamiento transitorio. Por tanto, se debe especificar qué tratamiento corresponde al área, una vez se logren las metas de restauración y qué medidas se aplicarán para mantener los atributos restaurados. En particular en las zonas que se destinen al régimen de transición, la restauración debe planificarse y diseñarse, de modo que se garantice un efectivo cambio progresivo de la alteración actual hasta el nivel de conservación deseado, pasando por fórmulas de manejo y aprovechamiento que vayan elevando las funciones de regeneración y sostenimiento del ecosistema. 48 En la prospectiva se deben analizar de modo documentado y realista las tendencias y escenarios de alteración, así como el potencial de restauración en dichos escenarios. Es mejor ser prudente en las metas que generar expectativas difíciles de satisfacer. Hay que mantener una correspondencia prudente entre los recursos disponibles (incluyendo la experiencia en restauración) y el tamaño y complejidad de los problemas a enfrentar. Todo el material biológico a emplear dentro de un área protegida debe proceder de las mismas poblaciones del área. La reintroducción o suplementación de poblaciones vegetales o animales con individuos de otra procedencia debe tener en cuenta la aplicación esmerada de evaluaciones previas y medidas de control sobre los probables impactos sanitarios, genéticos y demográficos. La introducción de cualquier especie en un área protegida, cuyo comportamiento ecológico en ambientes similares no se conozca suficientemente, está, por principio, contraindicada. Si en algún caso se justificara con solvencia (incluyendo la demostración de que no existen alternativas a nivel de especies o tratamiento) deberá estar siempre precedida de una evaluación experimental cuidadosamente controlada de los posibles efectos, lo cual debe adelantarse fuera del área protegida. Toda obra que afecte la hidráulica de un terreno debe adelantarse con la mayor precaución y estudio suficiente, desde el diseño y la implementación hasta el seguimiento de su comportamiento en el terreno. En la medida en del tamaño y complejidad de las intervenciones los proyectos deben involucrar especialistas en las distintas áreas (revegetalización, obras civiles, trabajo social, etc.). La restauración en áreas protegidas no soporta improvisación. Todo tratamiento de restauración debe prever los efectos en áreas colindantes a la de aplicación y, en especial, en el marco de las cuencas hidrográficas. Todo tratamiento de restauración en un área protegida debe estar precedido de una evaluación de los posibles impactos o efectos colaterales, en términos de intensidad, extensión, duración, reversibilidad y tendencia de los mismos, teniendo en cuenta el encadenamiento de efectos sobre la sucesión ecológica y sobre la conservación de las especies críticas. No obstante lo anterior, el principio de precaución en restauración también debe ser aplicado con precaución. Cuando las amenazas sobre los valores de conservación o el nivel de deterioro exigen intervenir un ecosistema, la restauración debe adelantarse con firme resolución. 49 Siempre que se aborde la promoción y extensión de la restauración con otros actores locales o institucionales, las acciones deben priorizar resultados plenamente alcanzables y verificables, evitando desacreditar el tema de entrada. La introducción de la restauración ecológica en los Planes de Manejo del SPNN se hará de dos maneras: la primera, consistente en el apoyo a la revisión y ajuste de los temas relacionados dentro de los Planes; la segunda, el acompañamiento a la formulación e implementación de proyectos piloto de restauración. Está claro que resulta conveniente y necesario algún desarrollo normativo que respalde y oriente la restauración ecológica dentro del manejo del SPNN. Dicho desarrollo tendrá como base, esta experiencia introductoria con los Planes de Manejo. En cualquier caso, la implementación de las actividades de restauración que se incluyan en los Planes de Manejo, recibirán un acompañamiento especializado por parte del nivel central de la UAESPNN. No está de más advertir que en Colombia los nuevos conceptos, enfoques y métodos tienden a abordarse y desecharse con una frivolidad temeraria. Como es usual en las sociedades elitistas, todo el mundo quiere estar en la jugada. Suelen abordarse inicialmente con más entusiasmo que estudio, con lo cual se convierten en panaceas de moda. Con el tiempo se critican y descartan más de oídas que por experiencia propia y sin que medie una evaluación seria del modo cómo se aplicaron y sus resultados. Hoy todos repiten que eso es buenísimo y que cura desde el cáncer hasta la pecueca; mañana todos repiten que no sirvió, que qué fiasco, que malísimo, e igual tampoco saben de qué están hablando. Nada puede estar más lejos de este “vanguardismo plagiario” que la restauración ecológica. Ésta no es una moda ni un embeleco. Es un campo científico y técnico nuevo pero lo bastante consolidado para requerir años de estudio y de práctica. Por supuesto que admite entusiastas, aun cuando no sean especialistas, pero igual demanda de unos y de otros, sensibilidad y dedicación. 50 5. LINEAMIENTOS PARA LA APLICACIÓN DE LA RESTAURACIÓN ECOLÓGICA EN EL SINAP Como entidad a cargo de impulsar y orientar el desarrollo del SINAP, la UAESPNN está llamada a jugar un papel fundamental en la promoción y extensión de la restauración ecológica en el manejo de las numerosas y variadas áreas protegidas que conforman las redes regionales, departamentales y locales del sistema. Al respecto, cabe dar algunas orientaciones: Es del interés de la UAESPNN, la conformación de espacios interinstitucionales, interdisciplinarios y interculturales de investigación y capacitación sobre restauración ecológica, como parte de las herramientas para la conservación. Lo cual contará con el apoyo de la entidad a todos los niveles. En consecuencia, es muy conveniente involucrar a los socios e interlocutores claves de cada Parque y cada Dirección Territorial en la discusión y la capacitación sobre el tema, priorizando en todo momento la participación y la formación del personal de la Unidad. La promoción y extensión dirigida a personas y organizaciones externas a la Unidad implica una responsabilidad mayor de capacitación previa. Las iniciativas de extensión de la restauración ecológica en las diversas redes del SINAP deben incluirse previamente en los Planes de Manejo de los PNN o en la planeación estratégica de la Dirección Territorial respectiva, con el fin de que cuenten con el respaldo y el seguimiento adecuados desde el nivel central. Las iniciativas de restauración (a nivel de extensión, capacitación o ejecución) promovidas o apoyadas por la UAESPNN deben identificar, contactar y coordinar con las iniciativas a fines proyectadas o en curso por otras organizaciones y, muy especialmente, por las CARs. En la planificación armónica de los SIRAPs, SIDAPs y SILAPs, la Unidad procurará que se incluya lo relacionado con la conformación de redes de personas, iniciativas, áreas y tratamientos de restauración, apuntando a su refuerzo recíproco. 51