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ÍNDICE DE MATERIA
1
INTRODUCCIÓN…………………………………………………...................1
1.1.
Objetivos generales:…………...……………...……………………………….2
1.2.
Objetivos específicos:………...………………………………………………..2
2
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA………………………...…………...................3
2.1.
Descripción general de la especie Rumohra adiantiformis:…………..……3
2.1.1. Taxonomía y origen……………………………………………………...……..3
2.1.2. Descripción morfológica……………………………………………..…….......3
2.1.3. Propagación……………………………………………………………......…...5
2.2.
Requerimientos ambientales para Rumohra adiantiformis:…………....…..7
2.2.1. Temperatura……………………………………………………………………..7
2.2.2. Luminosidad……………………………………………………………………..7
2.2.3. Suelo……………………………………………………………………..….......8
2.2.4. Acidez del suelo………………………………………………………..............8
2.2.5. Salinidad……………………………………………………………………...….8
2.3.
Requerimientos nutricionales de Rumohra adiantiformis:………………….8
2.4.
Descripción general del cultivo de Asparagus myriocladus:….................10
2.4.1. Taxonomía y origen……………………………………………………...……12
2.4.2. Descripción morfológica………………………...………………………..…..12
2.4.3. Propagación…………………………………...………………............….…..12
2.5.
Requerimientos ambientales para Asparagus myriocladus:………...……13
2.5.1. Temperatura…………………...…………………………………..…………..13
2.5.2. Humedad…………………………...………………………….……………….13
2.5.3. Luminosidad……………………….………………………….…………….…14
2.5.4. Suelo………………………………………...…………………….……………14
2.6.
Manejos específicos para Asparagus myriocladus:…………………….....14
2.7.
Requerimientos nutricionales de Asparagus myriocladus:…...…..……....15
3
MATERIALES Y MÉTODOS…………………...……………………....……16
3.1.
Lugar del experimento:……...………………………………..…..................16
3.2.
Características de la plantación:………………...………...………………...17
3.3.
Diseño experimental:…………...………………...……………………..…....21
3.3.1. Modelo matemático………..……………………………………...……...…..21
3.3.2. Prueba estadística………….………...........………………………………....21
3.4.
Metodología de aplicación:….………….....……………………...…….…...22
3.4.1. Tratamientos.……………...………………..………………………………....22
3.4.2. Cosechas………………………………………...………………………...…..23
3.5.
Metodología de medición:………………………...……………….……..…..24
3.5.1. Evaluaciones……………………...…………………………..………….……25
4
PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS……...………....…29
4.1.
Evaluación del comportamiento de las plantas de Rumohra
adiantiformis, bajo los distintos tratamientos aplicados:…..….......…...…29
4.1.1. Evaluación del número promedio de frondas cosechadas
por planta, bajo los distintos tratamientos………………….......................29
4.1.2. Evaluación del peso promedio de frondas cosechadas por
planta, bajo los distintos tratamientos………………………..……..………31
4.1.3. Evaluación del largo promedio de frondas cosechadas por
planta, bajo los distintos tratamientos…………………………..................33
4.1.4. Evaluación del largo promedio del estípite de las frondas
cosechadas por planta, bajo los distintos tratamientos……………..........35
4.2.
Evaluación del comportamiento de las plantas de Asparagus
myriocladus, bajo los distintos tratamientos aplicados:…………….……..37
4.2.1. Evaluación del número promedio de frondas cosechadas
por planta, bajo los distintos tratamientos…………………….…….……...37
4.2.2. Evaluación del peso promedio de frondas cosechadas por
planta, bajo los distintos tratamientos……………………..………......…...39
4.2.3. Evaluación del largo promedio de frondas cosechadas por
planta, bajo los distintos tratamientos...……………..…………….…..…...40
4.2.4. Evaluación del largo promedio del estípite de las frondas
cosechadas por planta, bajo los distintos tratamientos…………………...42
4.2.5
Existencia de micorrizas vesículo-arbuscular (VAM) en
Rumohra adiantiformis y Asparagus myriocladus……………..…….…….44
4.2.6
Aplicación de las micorrizas vesículo-arbuscular (VAM)
en la agricultura……………………………………..…………………………46
5
CONCLUSIONES…...……………………………………………..………….47
6
RESUMEN……………………...………………………………………..…….48
7
ABSTRACT…………………...……………..……………………………..….49
8
LITERATURA CITADA………………………………………………….……50
1.
INTRODUCCIÓN
En Chile se observa un creciente incremento en la demanda del consumo de flores,
debido a que se encuentra fuertemente influenciada por el nivel de ingresos de la
población. De los productos de la floricultura que manifiestamente se incorporan con
fuerza al mercado se destacan los ramos hechos. La construcción de estos ramos
(o bouquetes) trae aparejada la necesidad de producción de especies de follaje y
acompañamientos, siendo éste un fenómeno mundial. Para el año 2005, entre enero
y mayo, el departamento de Estadísticas de Comercio Exterior de PROCHILE, ha
calculado un incremento en la exportación de follaje, hojas y ramas de 53% en
relación a igual período del año 2004 (Anexo 1).
Nacionalmente, el follaje utilizado es obtenido principalmente a través de
recolección de material nativo, práctica insustentable y ambientalmente peligrosa
(ORMEÑO, 2003) ya que además del daño potencial al ecosistema y a la diversidad
genética, se obtiene un producto que no cumple con los requisitos de
homogeneidad y cantidad (FIA, 2005) como para establecer un negocio de largo
plazo.
Por ello se advierte una tendencia importante a incorporar este tipo de productos al
proceso productivo. La producción comercial asegura la sustentabilidad de las
especies y logra obtener la calidad deseada permanentemente en el tiempo (FIA,
2005). Además, se puede incorporar nuevas especies y con ello incrementar el
abanico de ofertas en el mercado.
El follaje se presenta en una amplia gama de colores y tonalidades los que van
variando dependiendo de las especies, la época y las partes de la planta a utilizar.
Se puede encontrar desde los más comunes verdes hasta los rojos, pasando por
naranjos, amarillos y grises (MAREE, 2002).
2
Esta investigación corresponde al tercer año de cultivo de las especies Rumohra
adiantiformis y Asparagus myriocladus. En el primer año se evaluó el efecto de
distintos niveles de sombreamiento en la producción; al año siguiente, dado que
había deficiencias en la calidad de las frondas, se ensayó con diversas dosis de
fertilizantes. Sin embargo, sólo hubo efecto de la fertilización en el cultivo de verano
(PONCE, 2005), por lo tanto, se ha planeado una nueva temporada de ensayo en
que se evaluará tres formas de fertilización incorporando dos niveles de raleo de
brotes en el cultivo.
La hipótesis plantea que la producción en cantidad y calidad de frondas, es
dependiente de las aplicaciones de nitrógeno y/o fósforo, en conjunto con el raleo
ejercido.
1.1. Objetivos generales:
Evaluar el efecto de déficit de nitrógeno y fósforo en plantas completas y raleadas al
50% de brotes, en el crecimiento y desarrollo de frondas en Rumohra adiantiformis y
Asparagus myriocladus en su tercer año de producción bajo sombra.
1.2. Objetivos específicos:
•
Evaluar en Rumohra adiantiformis y Asparagus myriocladus la aplicación de
tres fórmulas de fertilización N-P-K más hierro (40-12-20; 40-0-20; 0-12-20)
sobre:
- Producción de frondas por planta en número, peso, y largo promedio.
- Efecto del largo del estípite y relación largo de la fronda tamaño del estípite.
•
Evaluar el efecto del raleo del 50% de los brotes, sobre la producción en
cantidad, calidad y en las proporciones de tamaño fronda estípite.
•
Evaluar la interacción entre los factores.
3
2.
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
2.1. Descripción general de la especie Rumohra adiantiformis:
Desde hace unos años el Helecho Cuero, Rumohra adiantiformis, tiene una gran
presencia en el mercado de verdes ornamentales para complemento floral. Su
producción se ve limitada dada la escasez de los ecosistemas en los que se puede
desarrollar y adaptar con cierta facilidad (GONZÁLEZ, BAÑÓN y FERNÁNDEZ,
1998).
2.1.1. Taxonomía y origen
Pertenece a la familia Polypodiaceae, género Rumohra, especie adiantiformis y
procede de zonas tropicales, cálidas (ATEHORTÚA, LÓPEZ y PIZANO de
MÁRQUEZ, 1999).
2.1.2. Descripción morfológica
El Helecho Cuero tiene hojas brillantes, de intenso color verde, cuyo pecíolo crece
recto y firme tomando el nombre de estípite. Tiene buena vida en poscosecha y es
cada vez más utilizado en arreglos florales, ramos y otras decoraciones (STAMPS,
1992; ATEHORTÚA, LÓPEZ y PIZANO de MÁRQUEZ, 1999).
Las hojas de los helechos reciben el nombre de frondas, éstas presentan divisiones
primarias conocidas como pinnas y secundarias llamadas pínnulas (Figura 1)
(ATEHORTÚA, LÓPEZ y PIZANO de MÁRQUEZ, 1999).
4
FIGURA 1. Partes de una fronda de Rumohra adiantiformis.
5
Según HENLEY, TIJA y LOADHOLTZ (1985), el Helecho Cuero posee un sistema
radicular pequeño, no desarrollado extensamente, por lo que presenta un reducido
horizonte explorador, lo que explica que los requerimientos de suelo de esta especie
sean más bien exigentes en lo que a texturas se refiere. Ésta deberá ser muy suelta
para favorecer el desarrollo de la parte aérea de la planta, siendo los suelos
arenosos los que reúnen esta característica.
2.1.3. Propagación
Debido a que se trata de una especie de helecho, el mecanismo reproductivo es en
base a esporas. Éstas se forman en el envés de las hojas y se reúnen en grupos,
originando estructuras denominadas soros (Figura 2) (ATEHORTÚA, LÓPEZ y
PIZANO de MÁRQUEZ, 1999).
6
FIGURA 2. Soros en el envés de una fronda de Rumohra adiantiformis.
7
La propagación vegetativa es la forma más utilizada a nivel comercial. Esta técnica
consiste en la división de rizomas de plantas adultas, asegurando así la obtención
de características deseables en las plantas hijas (ATEHORTÚA, LÓPEZ y PIZANO
de MÁRQUEZ, 1999). La multiplicación puede realizarse durante todo el año,
teniendo mejores resultados en primavera (GONZÁLEZ, BAÑÓN y FERNÁNDEZ,
1998).
2.2. Requerimientos ambientales para Rumohra adiantiformis:
2.2.1. Temperatura
Naturalmente se desarrolla mejor en climas templados y cálidos, siendo el rango
óptimo de temperatura entre 13°C y 30°C. A menor temperatura el crecimiento se
hace lento, pero no presenta deterioro en su calidad, mientras que en climas que
sobrepasen los 30°C, el desarrollo es rápido pero la calidad de la fronda disminuye,
con respecto a la duración en florero (ATEHORTÚA, LÓPEZ y PIZANO de
MÁRQUEZ, 1999).
2.2.2. Luminosidad
En la naturaleza se encuentra en ambientes sombreados requiriendo una intensidad
lumínica en el rango óptimo de 32.000 a 54.000 lux, sin ser expuesta directamente
al sol, ya que en ese caso se induce una coloración verde clara y una consistencia
frágil en hojas y estípites, ambas características indeseables desde el punto de vista
comercial (CONOVER y LOADHOLTZ, 1978).
Para entregar dichas condiciones en cultivos comerciales es necesaria la utilización
de protecciones que difundan u obstaculicen la radiación solar, utilizando
comúnmente mallas de polipropileno (NELL, BARRETT y STAMPS, 1994).
ORMEÑO (2003) propone el uso de malla ruschel 60% de sombra, color verde.
8
2.2.3. Suelo
Requiere suelos de alto contenido de materia orgánica, sobre el 4%, muy bien
drenados y aireados, con buena capacidad de retención de agua. Es recomendado
el uso de una mezcla de tierra de hojas o turba, musgo y arena de río, que se
incorporan al suelo para mejorar su estructura y composición, lo que finalmente
ayuda en la conservación de humedad que la especie requiere (ATEHORTÚA,
LÓPEZ y PIZANO DE MÁRQUEZ, 1999).
2.2.4. Acidez del suelo
En cuanto al pH del suelo, se debe mantener en un rango de 5,5 a 6,0. Si éste se
alcalinizara, se deben aportar compuestos de carácter ácido, como por ejemplo
tierra ácida de acículas de pino o algún fertilizante, que lo volviera a situar dentro del
rango apropiado (HENLEY, TIJA y LOADHOLTZ 1985).
2.2.5. Salinidad
Con respecto a la salinidad STAMPS (1995) postula que esta planta es muy
sensible a ella, considerándose aceptables valores de 0,6 g de sales totales por litro
de agua. Para enmendar el aumento de los contenidos salinos, se pueden efectuar
lavados periódicos con agua desprovista de fertilizantes.
2.3. Requerimientos nutricionales de Rumohra adiantiformis:
La fertilización nitrogenada estará relacionada con la etapa de crecimiento que la
planta está atravesando. Al mismo tiempo, al ser muy sensible a distintas clorosis,
se hace necesario un buen control de los aportes de micronutrientes. Por ejemplo,
una aplicación de calcio en forma de yeso agrícola, es recomendada antes de
9
establecer la plantación y repetirla cada vez que se realice una cosecha importante
de frondas (GONZÁLEZ, BAÑÓN y FERNÁNDEZ, 1998).
Una aplicación de nutrientes equilibrada, puede ser el correspondiente a fórmulas
del tipo 2-1-2 o 4-1-4. Ello dependerá no sólo de las características de suelo y del
sistema radicular, sino que también de otros factores como la temperatura y la
luminosidad que se interrelacionan con los aportes de fertilizantes y los posteriores
resultados productivos (CONOVER y LOADHOLTZ, 1978).
Así, HENLEY, TIJA y LOADHOLTZ (1985) presentan que en invierno, con la baja de
la temperatura ambiente, las exigencias nutritivas de la planta disminuyen. También
se ha constatado que cuando la intensidad luminosa es mayor, la demanda de
nutrientes aumenta proporcionalmente, lo que se desprende del Cuadro 1.
CUADRO 1. Variación de la fertilización en función de la iluminación en las distintas
épocas del año.
LUMINOSIDAD
NUTRIENTES
(kg/ha/mes)
19.370 a 32.280 lux
32.280 a 53.800 lux
Nitrógeno (N)
10 -14
40 -56
Fósforo (P2O5)
4,2 -7
17 -28
Potasio (K2O)
10 -14
40 -56
Fuente: ATEHORTÚA, LOPEZ y PIZANO de MARQUEZ (1999).
La fertilización inicial, deberá ser complementada con un aporte mensual de
soluciones nutritivas con microelementos, especialmente hierro, manganeso, zinc,
cobre y boro (GONZÁLEZ, BAÑÓN y FERNÁNDEZ, 1998).
Así mismo, CONOVER y LOADHOLTZ (1978) indican que la deficiencia de los
micronutrientes hierro y manganeso influye en el número de frondas producidas por
10
planta, si es que estos elementos no se incluyen en la fertilización de un cultivo en
producción.
Con respecto al tipo de fertilizante nitrogenado a utilizar GONZÁLEZ, BAÑÓN y
FERNÁNDEZ (1998) emplearon urea y nitrato amónico y los resultados obtenidos
mostraron que no había diferencias en cuanto al peso fresco logrado por las frondas
en ambos casos.
2.4. Descripción general del cultivo de Asparagus myriocladus:
Tradicionalmente se han empleado algunas especies del género Asparagus como
complemento verde de la flor cortada. Otras de ellas se cultivan como plantas
ornamentales en maceta (INFOAGRO, 2004).
El Asparagus myriocladus es una de las especies más conocidas puesto que
produce las varas más vistosas y arbustivas (Figura 3), siendo altamente cotizadas
en el mercado (INFOAGRO, 2004).
El principal centro de producción de Asparagus myriocladus se encuentra
actualmente en Florida. También se registra una amplia producción en países
Centroamericanos como Costa Rica, Guatemala y República Dominicana que son
favorecidos ya que disponen de buen transporte hacia Europa, siendo los
principales mercados: Holanda, Alemania, Japón y en menor medida Suiza, Austria,
Suecia, Inglaterra, Finlandia e Italia (ATEHORTÚA, LÓPEZ y PIZANO de
MARQUEZ, 1999).
11
FIGURA 3. Ramo de Asparagus myriocladus.
12
2.4.1. Taxonomía y origen
El género Asparagus pertenece a la familia Liliaceae, y posee numerosas especies
nativas de Europa, Asia y África. Se desarrolla fundamentalmente en las regiones
templadas y subtropicales, siendo una planta herbácea, perenne, de características
trepadora y espinosa (INFOAGRO, 2004).
2.4.2. Descripción morfológica
Su valor decorativo se debe a la vistosidad del follaje, el que consiste en hojas
modificadas denominadas cladodios los que se posicionan solitariamente formando
las ramas llamadas frondas las que pueden alcanzar hasta 2 m de altura. Los tallos
que posee el Asparagus myriocladus son estriados y espinosos alcanzando hasta 1
cm de diámetro. Sus raíces son tuberosas con numerosos tubérculos translúcidos
de forma elipsoidal (INFOAGRO, 2004).
2.4.3. Propagación
Las flores del género Asparagus, son actinomorfas, unisexuales, hermafroditas o
polígamas, con pedicelos articulados y solitarias dispuestas en umbelas o racimos.
Éstas dan origen a una baya esférica, de 4,5 a 10 mm de diámetro, color rojo. De
estos frutos se obtendrán semillas esféricas o subesféricas de 4 -7 mm de diámetro
(INFOAGRO, 2004).
El método comúnmente utilizado es iniciar una nueva plantación con la división del
rizoma de la planta para acortar el período de entrada en producción, ya que éste es
uno de los mayores inconvenientes de este género, sobrepasando los dos años
(INFOAGRO, 2004).
13
2.5. Requerimientos ambientales para Asparagus myriocladus:
2.5.1. Temperatura
Las temperaturas óptimas de este cultivo son cercanas a los 20°C aunque puede
desarrollarse en un rango de 5°C - 30°C, destacando un crecimiento más lento a
medida que las temperaturas descienden (INFOAGRO, 2004).
En climas muy cálidos el cultivo evoluciona más rápidamente, pero entrega un
follaje de menor calidad. Es sensible cuando las temperaturas descienden del punto
de congelación, sufriendo daños severos en los cladodios (ATEHORTÚA, LÓPEZ y
PIZANO de MARQUEZ, 1999).
2.5.2. Humedad
Requiere ambientes húmedos para su adecuado crecimiento. Se ha estudiado que
porcentajes de humedad relativa entre 85 y 90% son óptimos para su desarrollo
(GONZÁLEZ, BAÑÓN y FERNÁNDEZ, 1998).
INFOAGRO (2004) menciona que un descenso brusco del nivel higrométrico
ambiental provoca alteraciones en la coloración de los cladodios.
También el exceso de humedad en el sustrato es perjudicial, restringiendo el
crecimiento radicular y favoreciendo la proliferación de agentes patógenos
(ATEHORTÚA, LÓPEZ y PIZANO de MÁRQUEZ, 1999).
14
2.5.3. Luminosidad
Asparagus se desarrolla mejor con poca luz. La intensidad óptima se sitúa entre
35.000 a 45.000 lux. Además STAMPS y ROCK (2000), indican que en cultivos de
dos años es frecuente la producción bajo malla que aporte 40% de sombra, la que
se establece a un metro de altura sobre las plantas. Así se obtiene mayor
uniformidad e intensidad de color (NELL, CONOVER, BARRETT y POOLE, 1985).
2.5.4. Suelo
Requiere suelos bien drenados y aireados, por lo que se hace necesaria una buena
preparación de suelo, evitando compactaciones que obstaculicen la distribución de
agua y un buen desarrollo radical (ATEHORTÚA, LÓPEZ y PIZANO de MÁRQUEZ,
1999).
Es muy importante la incorporación de materia orgánica para mantener el drenaje
del suelo y conservar el pH neutro, que es el apropiado para cultivar esta especie
(INFOAGRO, 2004).
2.6. Manejos específicos para Asparagus myriocladus:
Según ATEHORTÚA, LÓPEZ y PIZANO de MÁRQUEZ (1999) no requiere labores
culturales específicas de podas, pero es necesario mantener constantemente el
cultivo libre de malezas y retirar tallos secos y cortos. Se debe realizar pinzamientos
en los cultivares de elevado desarrollo y recolectar las varas que alcancen el metro
de altura (INFOAGRO, 2004).
Además, es fundamental una vez al año realizar aporcado con aplicación de
sustrato sobre los rizomas, ya que la esparraguera desarrolla nuevos brotes desde
la parte superior del rizoma, los que tienden a quedarse al descubierto,
15
promoviendo su endurecimiento y desecación, repercutiendo negativamente en la
brotación (GONZÁLEZ, BAÑÓN y FERNÁNDEZ, 1998).
Comercialmente el riego se realiza por aspersión aérea, en invierno tres veces por
semana y diariamente durante el resto del año (STAMPS y ROCK, 2000).
Respecto a la cosecha, un buen índice es el color del tallo, que debe ser café claro
y en perfecto estado fitosanitario. Los tallos florecidos o con presencia de semillas
deben ser desechados. Se deben hidratar las frondas cortadas, con una solución
que contenga bactericida (ATEHORTÚA, LÓPEZ y PIZANO de MÁRQUEZ, 1999).
2.7. Requerimientos nutricionales de Asparagus myriocladus:
La aplicación de fertilizantes no es común en la producción de esta especie ya que
lo que normalmente se practica es la incorporación de abonados orgánicos, en
forma de estiércol o turba. En caso de aplicarse fertilizantes minerales de fondo,
podría ser adecuada una formulación N-P-K igual a 2-1-2 (GONZÁLEZ, BAÑÓN y
FERNÁNDEZ, 1998).
Al comenzar el ciclo vegetativo aumentan las extracciones de fósforo y potasio en
comparación con el nitrógeno y especialmente en los períodos más fríos, donde una
formulación apropiada sería 1- 4- 4 (INFOAGRO, 2004).
En lo que respecta a los micronutrientes, se ha evaluado la aplicación de éstos, la
cual no afecta el peso promedio de tallos pero la producción y el número se vieron
afectadas positivamente con la aplicación de hierro (STAMPS y ROCK, 2000).
16
3.
MATERIALES Y MÉTODOS
3.1. Lugar del experimento:
El ensayo se llevó a cabo en la Estación Experimental La Palma perteneciente a la
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, ubicada en el sector de La Palma,
comuna de Quillota, V región, a longitud 710 oeste y latitud 320 50' sur. Se utilizó un
invernadero de soportes metálicos cubierto con polietileno de dos temporadas con
ventilación cenital lateral, de apertura a todo lo largo del invernadero.
3.2. Características de la plantación:
En agosto del año 2001, fueron establecidas las plantas de Rumohra adiantiformis y
Asparagus myriocladus en tres mesas de 12 m de largo por 0,5 m de ancho, las
plantas fueron dispuestas en dos hileras alternas a 0,3 m entre cada una. Se
empleó un sistema de riego por goteo con dos cintas de cuatro litros por metro lineal
por hora por mesa.
Cada mesa se separó en dos. La primera parte correspondió a Rumohra
adiantiformis y la segunda a Asparagus myriocladus, formando así dos bloques los
que se subdividieron en tres parcelas por mesa a las cuales se les asignó un
tratamiento al azar (Figura 4, Cuadro 2).
17
FIGURA 4. Establecimiento de las plantas de Rumohra adiantiformis en el
invernadero.
18
Asparagus myriocladus
Fert. 1
Fert. 3
Fert. 1
Fert. 2
Fert. 3
Fert. 2
Fert. 1
Fert. 2
Fert. 3
Rumohra adiantiformis
Fert. 1 con/R
Fert. 3 con/R
Fert. 1 con/R
Fert. 1 sin/R
Fert. 3 sin/R
Fert. 1 sin/R
Fert. 2 con/R
Fert. 3 con/R
Fert. 2 con/R
Fert. 2 sin/R
Fert. 3 sin/R
Fert. 2 sin/R
Fert. 1 con/R
Fert. 2 con/R
Fert. 3 con/R
Fert. 1 sin/R
Fert. 2 sin/R
Fert. 3 sin/R
CUADRO 2. Distribución de las parcelas con sus respectivos tratamientos, en el
invernadero.
19
También, como ensayo complementario, en septiembre 2004, se tomaron 12
plantas adultas de Rumohra adiantiformis, cuatro de cada tratamiento, las que
fueron plantadas en perlita, sustrato inerte, cada una en una maceta de 32 cm de
diámetro, con el fin de aislar el aporte del suelo en el cual se encuentra establecido
el cultivo, y su efecto en la absorción de los macronutrientes, y por ende, en la
producción y calidad de las frondas (Anexo 2).
Se tomaron las plantas formando cuatro grupos de tres macetas cada uno. A los
tres primeros grupos se les aplicó el tratamiento del cual provenían, al cuarto grupo
se le dejó sin ningún tratamiento de fertilizantes, sino que se le aplicó sólo agua
durante la totalidad del período (Figura 5). Los tratamientos fueron aplicados al
mismo tiempo que en las plantas establecidas en terreno.
De las plantas en maceta, sólo se evaluó el número de frondas por cada planta, ya
que la calidad de producción nunca alcanzó la necesaria para ser comercializada y,
por lo tanto, medida.
20
FIGURA 5. Distribución del tratamiento complementario, plantas en maceta.
21
3.3. Diseño experimental:
El diseño experimental que se usó corresponde a uno completamente aleatorio con
estructura factorial, que consta de dos factores; la fertilización, con tres niveles y el
raleo con dos. Se realizaron tres repeticiones, dando como resultado seis
tratamientos y 18 unidades experimentales que consisten en parcelas con cinco
plantas cada una.
3.3.1. Modelo matemático
Yij = µij + τ + ε ij
Yij
Valor observado en cada unidad experimental.
µ ij
Efecto de la media general sobre cada observación.
τ
Efecto del tratamiento sobre cada observación.
ε ij
Efecto
del
error
experimental
aleatorio
sobre
cada
observación.
3.3.2. Prueba estadística
Para verificar el efecto de los tratamientos se utilizó análisis de varianza, mediante
el software GYE versión 3.1 año 1991. Si existía efecto de alguno de los
tratamientos, se separarían las medias a través del Test de Tukey con 95 % de
confiabilidad.
22
3.4. Metodología de aplicación:
Las fertilizaciones fueron aplicadas quincenalmente a través de riego localizado con
regadera siguiendo la misma metodología de PONCE (2004). La que consistió en
utilizar un pequeño estanque de 20 litros lleno de agua al que se le agregaron los
fertilizantes en las dosis propuestas (Subtítulo 3.4.1), aplicándolos cuidadosamente
en las parcelas y macetas correspondientes.
Es importante destacar que para obtener una solución homogénea y evitar la
cristalización de los compuestos, la disolución de los productos químicos debe
realizarse previamente y de manera individual en un pequeño recipiente para luego
pasar a formar parte de la solución total.
El raleo se realizó cada seis semanas, ya que ORMEÑO (2003) determinó que ese
era el tiempo que demoraba una fronda desde su inicio de desarrollo a estar
completamente extendida y con color verde oscuro. Se hizo de manera manual, ya
que los primordios vegetativos son delgados y frágiles al tacto. A medida que
comenzaban las cosechas, esta labor se fue haciendo cada vez más espaciada, ya
que los primordios foliares eran los mínimos como para dejarlos desarrollar y
lograran formar una fronda de nivel comercial.
3.4.1. Tratamientos:
Fertilizaciones (N-P-K):
F1: 40-12-20 ⇒ 4,6 g/m2 de urea + 2,0 ml/m2 de ácido fosfórico 14,83M + 4,8 g/m2 de
nitrato de potasio + 0,05 ml/m2 de quelato de hierro.
F2: 40-0-20 ⇒ 2,8 g/m2 de urea + 4,5 g/m2 de nitrato de potasio + 0,05 ml/m2 de
quelato de hierro.
23
F3: 0-12-20 ⇒ 2,0 ml/m2 de ácido fosfórico14,83 M + 4,3 g/m2 de sulfato de potasio +
0,05 ml/m2 de quelato de hierro.
Raleo:
R1: con raleo
R2: sin raleo
Finalmente, los tratamientos se han determinado tomando cada uno de los niveles
de fertilización e interceptándolo con cada nivel de raleo, como muestra el Cuadro 3.
CUADRO 3. Tabla explicativa de los tratamientos a utilizar.
Tratamiento
Fertilización
Raleo
T1
F1
R1
T2
F1
R2
T3
F2
R1
T4
F2
R2
T5
F3
R1
T6
F3
R2
3.4.2. Cosechas
Se fueron cosechando las frondas que alcanzaron los índices de cosecha
postulados por ORMEÑO (2003) lo que finalmente arrojó una cantidad de cuatro
cosechas en total para el caso de las plantas establecidas en terreno, pudiendo así
hacer el mismo número de evaluaciones de los resultados obtenidos.
Las cosechas se realizaron temprano por la mañana o en la tarde, para así evitar la
deshidratación (ATEHORTÚA, LOPEZ, PIZANO de MÁRQUEZ, 1999). Las frondas
fueron cortadas con tijera y lo más próximo posible al rizoma, evitando heridas que
24
pudiesen ser posibles entradas a agentes patógenos (GONZÁLEZ, BAÑÓN y
FERNÁNDEZ, 1998).
3.5. Metodología de medición:
Se seleccionaron las tres plantas centrales de cada parcela para evitar el efecto
borde que pudiese existir. De cada una de estas plantas, se contabilizó el total de
las frondas que estaban listas para ser cosechadas. De este total se tomó una
muestra de 30 frondas para Rumohra adiantiformis y cinco para Asparagus
myriocladus a las que se les midieron los parámetros:, peso, largo de fronda y largo
de estípite o tallo, respectivamente.
Para obtener resultados más objetivos, se realizó un análisis foliar de Rumohra
adiantiformis para las tres fertilizaciones más un tratamiento complementario (en
maceta con perlita y riego sin aporte de fertilizantes), en el Laboratorio de Suelos y
Análisis Foliar de la Facultad de Agronomía de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso. Estos resultados fueron comparados con el Cuadro 4 que se presenta a
continuación.
25
CUADRO 4. Contenidos minerales óptimos en una fronda madura de Rumohra
adiantiformis en el momento del corte.
ELEMENTOS CONTENIDO ADECUADO
Nitrógeno
2.0 – 3.0 %
Fósforo
0.2 – 0.5 %
Potasio
2.3 – 3.8 %
Calcio
0.3 – 0.8 %
Magnesio
0.2 – 0.4 %
Azufre
0,2 - 0,5 ppm
Boro
25 – 75 ppm
Cobre
10 – 30 ppm
Hierro
100 – 400 ppm
Manganeso
30 – 150 ppm
Zinc
25 – 150 ppm
Fuente: CONOVER y LOADHOLTZ (1978);
GONZÁLEZ, BAÑÓN y FERNÁNDEZ (1998).
3.5.1. Evaluaciones
1.- Número de frondas contadas al momento de cosechar cada planta; se usó como
índice de cosecha para Rumohra adiantiformis el grosor, la textura y el cambio de
color de verde claro a verde oscuro de las frondas (Figura 6).
Para Asparagus myriocladus se usó como índice de madurez frondas verde claro
y follaje de textura rígido al tacto, pues en este cultivo el follaje alcanza el color
óptimo de cosecha, pero su textura es suave, presentándose aún inmaduro para
ser cosechado, lo que influirá finalmente en su vida de poscosecha. También se
debe tomar en cuenta el color de los tallos, debiendo ser café claro ya que los
tallos morados son índice de que la fronda aún se encuentra inmadura (Figura 7).
26
FIGURA 6. Frondas de Rumohra adiantiformis madura en su punto para ser
cosechada (izquierda) versus una fronda inmadura a la que le falta
color (derecha).
27
FIGURA 7. Frondas de Asparagus myriocladus madura en su punto para ser
cosechada (izquierda) versus una fronda inmadura a la que le
falta color (derecha).
28
2- Peso de las frondas individuales por planta: se usó una balanza OHAUS modelo
CS-2000, en la que se pesaba una muestra de 30 frondas para Rumohra
adiantiformis y cinco para Asparagus myriocladus, determinando así el peso
promedio de cada fronda cosechada.
3- Largo de la fronda; medido con huincha milimetrada desde el punto de corte a la
pinna distal.
4- Largo del estípite o tallo; medido con huincha milimetrada desde el punto de corte
al nacimiento de la primera pinna.
29
4.
PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
4.1. Evaluación del comportamiento de las plantas de Rumohra adiantiformis,
bajo los distintos tratamientos aplicados:
Al analizar los resultados obtenidos entre noviembre 2004 a julio 2005, no se
observa efecto de los tratamientos sobre las variables. Los análisis se presentan a
continuación.
4.1.1. Evaluación del número promedio de frondas cosechadas por planta, bajo
los distintos tratamientos
Al evaluar el número promedio de frondas por planta durante el período de
medición, no hubo efecto de los tratamientos (Cuadro 5). A través del tiempo, se
observa una típica curva de desarrollo donde el crecimiento de verano es alto y
disminuye en otoño e invierno ya que las bajas temperaturas del período invernal
junto con la disminución lumínica de esta época, influyen sobre la producción en
cantidad. Esto coincide con investigaciones realizadas por STAMPS (1989) y
concuerda con los resultados obtenidos por (ORMEÑO, 2003).
MATHUR, STAMPS, y CONOVER (1983) estudiaron los efectos de la fertilización
nitrogenada en la producción (unidades de frondas por planta), el nivel de nitrógeno
no tuvo efecto alguno en el número de frondas producidas por plantas, lo que
concuerda con este ensayo, donde no hay efecto de la exclusión de este nutriente,
posiblemente porque la especie presenta una asociación mutualista con micorrizas
vesículo-arbuscular.
30
Al analizar la producción total (cosecha acumulada), se desprende que los
tratamientos no tuvieron diferencias entre sí, posiblemente por la gran variación
observada entre las distintas repeticiones.
CUADRO 5. Número promedio (unidades) de frondas cosechadas por planta en
Rumohra adiantiformis y cosecha acumulada durante el período de
evaluación*.
Cosecha
Número promedio (unidades)
Raleo
Fertilización
40-12- 20
40- 0- 20
0- 12- 20
Noviembre
Marzo
acumulada
Mayo
Julio
con
sin
con
sin
con
sin
con
sin
con
sin
37
38
49
59
33
26
14
9
133
133
63
52
51
46
32
28
16
10
162
137
59
42
59
45
45
31
13
8
177
126
* Andeva, NS: no significativo (α=0,05).
También GONZÁLEZ, RAMÍREZ-CASTRILLO y BERTSCH-HERNÁNDEZ (1998)
han analizado la absorción de nutrientes (Ca, Mg, K, P, Fe, Mn, Zn y B) en esta
especie y su influencia sobre la producción, sin llegar a determinar ninguna relación
evidente entre la absorción de macronutrientes y el incremento en número de
frondas cosechadas por planta. En cambio encuentran que es relevante el efecto
del hierro sobre la calidad de las frondas producidas durante el período de
evaluación de dicha experiencia.
El efecto de raleo de frondas sobre la producción no ha sido reportado en la
literatura revisada. Posiblemente, el no haber encontrado efecto, está relacionado
31
con la gran cantidad de brotes que forma cada planta y que podría plantear la baja
competencia nutricional entre estos crecimientos.
4.1.2. Evaluación del peso promedio de frondas cosechadas por planta, bajo los
distintos tratamientos
Al evaluar el peso promedio de frondas cosechadas durante el período de
evaluación y analizarlas para cada fecha a través de ANDEVA, no se ha encontrado
diferencias significativas, como lo muestra el Cuadro 6.
CUADRO 6. Peso promedio (g) de frondas cosechadas por planta en Rumohra
adiantiformis y cosecha acumulada durante el período de evaluación*.
Cosecha
Peso promedio por fronda (g)
acumulada
Raleo
Noviembre
Fertilización
40-12- 20
40- 0- 20
0- 12- 20
Marzo
Mayo
Julio
g /pl
con
sin
con
sin
con
sin
con
sin
con
sin
3,8
3,7
7
7,8
6,5
7,1
6,2
6,2
490,3
587,7
3,8
2,9
6,3
5,9
5,0
5,5
5,1
4,8
523,7
389,9
4,0
3,4
6,8
5,9
3,9
3,4
4,8
4,8
562,6
360,8
* Andeva, NS: no significativo (α=0,05).
Ensayos realizados por STAMPS (1989), confirman los resultados obtenidos, ya que
probó dos dosis de fertilizante nitrogenados (840 y 1640 k N/há/año) aplicados por
aspersión foliar sin encontrar diferencias en el momento de evaluar el peso fresco
de las frondas cosechadas.
El peso de las frondas, además de estar determinado por la cantidad de agua que
éstas poseen, está relacionado con el contenido de minerales que presentan,
32
(STAMPS, 1995). Sin embargo, al analizar los contenidos foliares de nutrientes, al
igual que el peso, no se detectan diferencias atribuibles a los tratamientos (Cuadro
7). Las plantas que se mantenían en forma paralela al ensayo, en perlita sin
aplicación de fertilizantes, muestran una mayor absorción en calcio, magnesio, boro,
hierro y manganeso que los ejemplares fertilizados. Es posible explicar dicho efecto
debido a que estas plantas no llegaron a producir frondas comerciales y por lo tanto
la cantidad de nutrientes fue distribuida en pocas y pequeñas estructuras. Otra
posible explicación podría involucrar las interacciones entre los distintos nutrientes
aportados (BAREA, AZCÓN, y AZCÓN-AGUILAR, 2002; JAKOBSEN et al., 2002;
SANDERS y TINKER, 1973).
CUADRO 7. Análisis foliar de plantas de Rumohra adiantiformis mes de julio 2005.
Elemento
Contenido
Contenido
Contenido
Contenido
Fertilización
Fertilización
Fertilización
adecuado
N- P- K
N- P- K
N- P- K
40- 12- 20
40- 0- 20
0- 12- 20
Contenido
Sin fert.
(perlita)
N (%)
2,0 – 3,0
2,0
2,3
1,8
1,1
P (%)
0,2 – 0,5
0,2
0,1
0,2
0,1
K (%)
2,3 – 3,8
1,9
2,31
2,0
0,5
Ca (%)
0,3 – 0,8
0,5
0,4
0,5
1,1
Mg (%)
0,2 – 0,4
0,3
0,3
0,3
0,4
B (ppm)
25–75
20,8
19,3
11,2
29,1
Cu (ppm)
10–30
6,8
6,8
6,8
5,8
Fe (ppm)
100-400
65,8
56
58,3
169,5
Mn(ppm)
30–150
18
13,8
13,3
54,8
Zn (ppm)
25–150
32,8
13,5
29,5
17,8
Fuente. Laboratorio de Suelos y Análisis Foliar de la Facultad de Agronomía, Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso.
33
4.1.3. Evaluación del largo promedio de frondas cosechadas por planta, bajo los
distintos tratamientos
Al realizar las evaluaciones del largo promedio de las frondas cosechadas en
Rumohra adiantiformis para cada fecha, bajo los distintos tratamientos y analizar los
datos estadísticamente, no se distinguen diferencias significativas en la tabla
ANDEVA (Figura 8). En la producción de otoño se pudo observar un incremento en
el largo de las frondas. Esto podría estar relacionado con manejos como el
sombreamiento de 60% con malla verde y la declinación natural de la luminosidad
en otoño, que podría haber provocado una cierta etiolación de los tejidos.
ORTEGA-MOYA (1994) en un ensayo de fertilización orgánica de Rumohra
adiantiformis analizó las respuestas de crecimiento y producción. El largo de fronda
no fue afectado por la fertilización empleada lo cual podría indicar efecto de
condiciones ambientales más que edáficas, en la expresión de dicha variable.
Por otra parte GONZÁLEZ, RAMÍREZ-CASTRILLO y BERTSCH-HERNÁNDEZ
(1998) tampoco observaron diferencias frente a la aplicación en distintas dosis de
macronutrientes. Estos autores determinaron un incremento notable en el largo de
las
frondas
cuando
principalmente; Fe y B.
las
plantas
han
recibido
micronutrientes
vía
foliar,
34
0
r
s/
0
-1
2
-2
-2
2
-1
0
-0
40
c/
0
0
-2
0
-2
r
r
s/
r
c/
s/
40
-0
-2
0
-1
2
40
40
-1
2
-2
0
c/
r
r
Largo promedio, cm
70
60
50
40
30
20
10
0
Tratamientos
Evaluación 1 (noviembre)
Evaluación 2 (marzo)
Evaluación 3 (mayo)
Evaluación 4 (julio)
FIGURA 8. Largo promedio de las frondas de Rumohra adiantiformis, obtenido a lo
largo del período de evaluación, bajo los distintos tratamientos.
35
4.1.4. Evaluación del largo promedio del estípite de las frondas cosechadas por
planta, bajo los distintos tratamientos
El largo promedio del estípite medido en las muestras de las frondas cosechadas de
cada tratamiento fue sometido a los análisis de varianza, sin mostrar diferencias
atribuibles a los tratamientos (Figura 9).
Al revisar la información disponible, no se encontró antecedentes que relacionen el
largo del estípite con algún tratamiento de fertilización, sin embargo, STAMPS y
JOHNSON (1984) probaron que el grosor del estípite disminuye al aumentar las
dosis de fertilizante nitrogenado.
Complementando lo recién postulado, STAMPS (1989) promueve la eliminación del
uso de altas dosis (840 a 1640 k N/ha/año) de fertilizantes para la especie.
r
s/
r
c/
-1
0
0
-1
2
2
-2
0
-2
0
-2
0
40
-0
-2
0
40
-0
-2
0
-1
2
40
s/
r
c/
r
s/
c/
-2
0
-1
2
40
r
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
r
Largo promedio, cm
36
Tratamie ntos
Evaluación 1 (noviembre)
Evaluación 2 (marzo)
Evaluación 3 (mayo)
Evaluación 4 (julio)
Figura 9. Largo promedio del estípite de las frondas de Rumohra adiantiformis,
obtenido a lo largo del período de evaluación, bajo los distintos
tratamientos.
37
4.2. Evaluación del comportamiento de las plantas de Asparagus myriocladus,
bajo los distintos tratamientos aplicados:
4.2.1. Evaluación del número promedio de frondas cosechadas por planta, bajo
los distintos tratamientos
Cuando se evaluó el número de frondas cosechadas por planta en Asparagus
myriocladus y se analizó estadísticamente, no se encontró diferencias significativas
entre los tratamientos como se muestra en la Figura 10. La curva de producción a
través del tiempo tiene la misma tendencia para todos los tratamientos con una
época de máxima producción en marzo y una caída en las frondas producidas en
invierno. Esta tendencia productiva fue descrita por (ORMEÑO, 2003 y PONCE,
2005).
Rumohra adiantiformis presentó la misma tendencia en el tiempo, por lo que se
podría afirmar que la producción de ambas especies está determinada por los
mismos factores: temperatura, humedad ambiental, intensidad lumínica, niveles de
aplicación de agua. En ambas, la fertilización fue un factor secundario de
producción.
Estos resultados concuerdan con lo propuesto por GARDNER y ROTH (1989)
quienes experimentaron distintas concentraciones de nitrógeno en Asparagus
durante tres períodos de producción, determinando que un aumento de fertilizante
nitrogenado no necesariamente incrementa el número de frondas producidas, sino
que estaría sujeto a los niveles de agua aplicados junto con el fertilizante
nitrogenado. Concluyen que cualquier reducción en producción de varas pudo ser
atribuida a falta de agua.
38
Número (unidades)
60
50
40
30
20
10
Ac
um
u la
da
io
jul
ay
o
m
ar
zo
m
no
vie
m
br
e
0
Ev aluacione s
40 -12 -20
40 -0 -20
0 -12 -20
Tendencia general
FIGURA 10. Número promedio y producción acumulada de frondas cosechadas por
planta de Asparagus myriocladus en las distintas evaluaciones, bajo los
tres tratamientos aplicados.
39
Cabe destacar que la disminución en la producción de frondas que ocurre en las
dos últimas cosechas, podría ser atribuida a la disminución de las temperaturas que
presenta la zona en las fechas de evaluación, esta información es corroborada por
ATEHORTÚA, LOPEZ y PIZANO DE MÁRQUEZ (1999) quienes indican que la
temperatura óptima de crecimiento se encuentra sobre los 13° C y coincide con lo
informado por (PONCE, 2005).
4.2.2. Evaluación del peso promedio de frondas cosechadas por planta, bajo los
distintos tratamientos
El Cuadro 8 muestra el peso promedio por fronda cosechada por planta para cada
evaluación y el acumulado durante el período de ensayo. No se encontró diferencias
significativas entre los distintos tratamientos, y también al analizar el peso
acumulado del período completo de evaluación. La mínima variabilidad de los
resultados, podría estar relacionada con un manejo específico que se practica en
Asparagus myriocladus, el que consiste en la eliminación de los tallos secos que
han quedado de cosechas anteriores, pues INFOAGRO (2005) afirma que dejar
aquellos tallos va en desmedro de la calidad de las frondas futuras. Esta labor fue
aplicada en todos los tratamientos.
CUADRO 8. Peso promedio (g) de frondas cosechadas por planta en Asparagus
myriocladus y cosecha acumulada durante el período de evaluación.
Evaluación
Evaluación
Evaluación
Evaluación
1
2
3
4
noviembre
marzo
mayo
julio
40- 12- 20
28
48
63
30
606
40- 0- 20
22
56
37
28
666
0- 12- 20
20
41
44
27
537
Tratamiento
* Andeva, NS: no significativo (α=0,05).
Peso total
acumulado
40
4.2.3. Evaluación del largo promedio de frondas cosechadas por planta, bajo los
distintos tratamientos
Al evaluar el largo de las frondas y analizarlos estadísticamente no se encontró
diferencias significativas (Figura 11).
Es importante destacar que el largo promedio medido en las frondas cosechadas,
se encuentra dentro del rango comercial, ya que GONZÁLEZ, BAÑÓN y
FERNÁNDEZ (1998), clasifican los Asparagus de corte de follaje fresco en tres
categorías de calidad: menos de 40 cm, 40 – 50 cm, más de 60 cm. En la presente
investigación todas las frondas estuvieron en el rango de 49 a 78 cm.
ju
lio
o
ay
m
ar
m
Evaluaciones
no
vi
em
zo
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
br
e
Largo promedio, cm
41
40 -12 -20
40 -0 -20
0 -12 -20
FIGURA 11. Largo promedio de las frondas de Asparagus myriocladus, obtenidos a
lo largo del período de evaluación, bajo los distintos tratamientos.
42
4.2.4. Evaluación del largo promedio del tallo de las frondas cosechadas por
planta, bajo los distintos tratamientos
Los resultados obtenidos del largo promedio del tallo de las frondas cosechadas en
las cuatro evaluaciones y bajo los distintos tratamientos aplicados, indican que no
existen diferencias significativas.
Al analizar la Figura 12 se observa un aumento en el largo del tallo para la tercera
cosecha realizada el mes de mayo, esta observación indica una tendencia ya que
no fue analizada estadísticamente. Ésta coincide con la eliminación de los tallos
secos de las cosechas anteriores que influye en la calidad de las frondas
cosechadas posteriormente (INFOAGRO, 2005).
Luego se observa que el largo del tallo promedio de las frondas evaluadas
disminuye de manera considerable en la cuarta cosecha de todos los tratamientos,
lo que se encuentra asociado a un descenso de temperatura importante ocurrido el
mes de julio 2005 (Anexo3).
Largo promedio, cm
43
25
20
15
10
5
0
v
no
b
i em
re
rzo
a
m
yo
ma
o
juli
Evaluaciones
40 -12 -20
40 -0 -20
0 -12 -20
Tendencia general
FIGURA 12. Largo promedio del tallo de las frondas de Asparagus myriocladus,
obtenidos en cada evaluación, bajo los distintos tratamientos.
44
Al hacer un análisis general de los resultados presentados, una posible causa se
debería a la presencia de micorrizas, éstas fueron reportadas para la especie
Rumohra adiantiformis por (BAREA, AZCÓN, AZCÓN-AGUILAR, 2002).
Al respecto STAMPS y JOHNSON (1984) probaron que plantas de Rumohra
adiantiformis
inoculadas
con
micorrizas
vesículo-arbuscular,
presentan
un
incremento del peso de las frondas, aumento en la producción y en el área
superficial del helecho. También indican disminución del grosor de los estípites de
las frondas para concluir que las plantas de Rumohra adiantiformis, una vez
establecidas en el terreno, si entran en asociación micorrícica, sus requerimientos
de fertilizantes son bajos.
4.3. Existencia de micorrizas vesículo-arbuscular (VAM) en Rumohra
adiantiformis y Asparagus myriocladus:
La mayoría de las plantas en los ecosistemas naturales forman asociaciones
mutualistas con microorganismos del suelo. Uno de los mejores ejemplos es el de la
simbiosis micorrícica entre plantas y hongos. El mutualismo supone una relación
beneficiosa para los dos organismos implicados y tanto el hongo como la planta se
ven favorecidos por la asociación. El hongo coloniza la raíz de la planta
proporcionándole nutrientes minerales y agua que extrae del suelo por medio de su
red externa de hifas, mientras que la planta suministra al hongo sustratos
energéticos y carbohidratos que elabora a través de la fotosíntesis (FERNÁNDEZ,
FONTENLA y MESSUTI, 1999).
Las micorrizas vesículo-arbuscular son las de mayor importancia y las que más
ampliamente se encuentran distribuidas en los variados ecosistemas (BROWN,
2002; CENTRO DE ESTUDIOS ECOLÓGICOS ARGENTINOS, 1999).
Técnicamente, las hifas del hongo crecen externamente desde la raíz de la planta
hacia el suelo, explorando un volumen inaccesible a las raíces. Con ello la planta
45
aumenta considerablemente su superficie de absorción de 100 a 1000 veces
(GARCIA-GIL, GICH y FUENTES-GARCIA, 2003) y por tanto incrementa la
absorción de nutrientes minerales del suelo y la cantidad de agua, que se traducen
en un mayor crecimiento y desarrollo de las plantas (JAKOBSEN et al., 2002;
SANDERS y TINKER, 1973).
Existen otros efectos producidos por VAM entre los que destacan un aumento de la
resistencia de la planta al estrés hídrico y a la salinidad, un aumento de la tolerancia
a determinados patógenos del suelo, incremento de la supervivencia al transplante y
de la fijación de nitrógeno en leguminosas (GERDEMANN 1964; SMITH, SMITH y
JAKOBSEN, 2003). Se ha demostrado que los hongos que forman VAM producen
además un efecto positivo sobre las características edáficas (QUILAMBO, 2003). El
papel de la simbiosis es fundamental en la captación de elementos minerales de
lenta difusión en el suelo, como los fosfatos solubles.
La absorción de nitrógeno y calcio también se ve favorecida con la existencia de
estas micorrizas (BAREA, AZCÓN y AZCÓN-AGUILAR, 2002). Otros elementos
como el potasio y el magnesio se encuentran en concentraciones más altas en
plantas micorrizadas. Por lo que respecta a los microelementos Zn, Cu y Bo, son
activamente absorbidos por las hifas del hongo y transportados hasta el hospedero
(GIANINAZZI-PEARSON y GIANINAZZI, 1989). Además, las plantas micorrizadas
acumulan más hierro en sus tejidos foliares (BAREA, AZCÓN y AZCÓN-AGUILAR,
2002).
También se ha descubierto que altera el nivel de sustancias reguladoras de
crecimiento en los tejidos de las plantas y su transporte de un tejido a otro (ALLEN,
1992).
46
4.4. Aplicación de las micorrizas vesículo-arbuscular (VAM) en la agricultura:
Se han realizado numerosos estudios en los que se demuestra que la inoculación
artificial con hongos VAM a especies de interés agrícola, incrementa la nutrición y el
crecimiento de la planta y le permite a su vez superar situaciones de estrés biótico y
abiótico (ROBLES, 1999; ARCOS, 1999).
Los beneficios económicos derivan a una mayor y más uniforme producción, mayor
rapidez de crecimiento y entrada en producción de las plantas, una mejor calidad de
cosecha y finalmente ahorro en fertilizantes, riego y productos fitosanitarios (VIVAS,
2003).
47
5.
CONCLUSIONES
Los tratamientos de fertilización efectuados durante el período de ensayo, no
presentaron respuestas significativas para ninguna de las variables medidas:
número, peso, largo de frondas, largo del estípite o tallo. En Rumohra adiantiformis
y Asparagus myriocladus, la fertilización no afecta la producción en cantidad ni
calidad.
Con respecto al raleo, no se detectó efecto de su realización en producción de
frondas de Rumohra adiantiformis. Esta respuesta podría estar relacionada con la
gran cantidad de brotes que forma cada planta, lo que podría plantear la baja
competencia entre estos crecimientos.
Es importante destacar, que la calidad medida en cada una de las cosechas
realizadas, para ambas especies, se encontró dentro de los rangos de primera y
segunda, según las normativas exigidas por Holanda, el mayor importador de follaje
fresco (GONZÁLEZ, BAÑÓN, FERNÁNDEZ, 1998).
48
6.
RESUMEN
Debido a que el consumo de bouquetes de flores presenta un fuerte incremento en
la demanda, la necesidad de producción de especies de follaje y acompañamiento
floral comienza a ser creciente, siendo éste un fenómeno mundial.
En Chile, el material utilizado en follaje es obtenido a través de recolección, por ello,
es importante el desarrollo de cultivos comerciales y evitar así la perdida potencial
de las especies.
Los objetivos de este ensayo, fueron evaluar el efecto de déficit de nitrógeno y
fósforo en plantas completas y raleadas al 50% de brotes, en el crecimiento y
desarrollo de frondas en Rumohra adiantiformis y Asparagus myriocladus en su
tercer año de producción bajo sombra.
El ensayo se llevó a cabo en la Estación Experimental La Palma, Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso, ubicada en el sector de La Palma, comuna de
Quillota, V región. Las plantas fueron establecidas en agosto del año 2001.
Los tratamientos de este ensayo consistieron en aplicar tres niveles de fertilización y
dos de raleo. El diseño experimental utilizado fue completamente al azar con
estructura factorial con tres repeticiones. La unidad experimental correspondió a
parcelas de cinco plantas.
No se detectó efecto de los tratamientos en las variables evaluadas: número, peso y
largo de las frondas y largo del estípite o tallo.
Se realizó un ensayo paralelo con plantas en maceta con perlita, a la cual se le
aplicó sólo agua con el objetivo de aislar el aporte del suelo. No hubo resultados en
producción (cantidad, peso, largo de fronda y estípite). Un análisis foliar hecho para
todos los tratamientos en forma individual destacó en estas plantas una mayor
absorción en Ca, Mg, B, Fe y Mn que los ejemplares de Rumohra adiantiformis
fertilizados. Esto podría reafirmar la teoría de que las plantas han sido colonizadas
por micorrizas vesículo-arbuscular, las que en estado simbiótico con la planta,
aumentan la superficie de absorción, incrementando los nutrientes y la cantidad de
agua disponible para las plantas
Cabe destacar que la calidad obtenida para ambas especies, se encuentra dentro
de las normas exigidas por Holanda, el mayor importador de follaje fresco.
49
Effect of fertilization and frond-thinning on shade-grown Rumohra adiantiformis and
Asparagus myriocladus
7.
ABSTRACT
Due to the strong rise in demand for flower bouquets, the production requirements
for accompaniment and foliage species for flower arrangements are increasing
worldwide.
In Chile, the material used as foliage is obtained by collection from the wild, and for
this reason, the development of commercial crops is important in order to avoid
potential species loss.
The objective of this experiment was to evaluate the effect of a nitrogen and
phosphorous deficit using whole plants and 50% frond-thinned plants, on the growth
and development of fronds in Rumohra adiantiformis and Asparagus myriocladus in
their third year of production under shade.
The experiment was done at the La Palma Experimental Station, of the Pontifícia
Universidad Católica de Valparaíso, located in La Palma, Quillota, 5th region. The
plants were established in August, 2001.
The treatments consisted of three fertilizer application levels and two thinning levels.
The experimental design was completely randomized, with a factorial structure and
three repetitions. The experimental unit consisted of plots of five plants.
There were no significant treatment effects on the variables for: frond number, frond
weight and height, and stem length.
A parallel experiment was also done using pot plants in perlite, where only water
was applied in order to isolate the soil contribution. There were no results in
production (frond number, frond weight and height, and stem length). Leaf analyses
for all of the individual treatments showed that these plants had a higher absorption
of Ca, Mg, B, Fe and Mn than the fertilized individuals. This could support the theory
that these plants have been colonized by vesicular-arbuscular mycorrhizae, in a
symbiotic state with the plants, which could enlarge the absorption surface area, and
increase the quantity of nutrients and water available for the plants.
It is important to note that the quality obtained for both species was within the
required standards demanded by Holland, the largest importer of fresh foliage.
50
8.
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54
ANEXO 1. Estadísticas de Comercio Exterior, 2004 - 2005.
Estadísticas Chilenas de Exportación de 2005 (Dólares FOB)
Monto exportado el año 2005 por todas las empresas chilenas, del
producto 0604910000 Follaje, hojas, ramas y demás partes de
planta, para ramos o adornos frescos, hacia todos los países.
Meses
2005
Enero
5.262
Febrero
9.558
Marzo
10.987
Abril
43.638
Mayo
40.278
Junio
0
Julio
0
Agosto
0
Septiembre
0
Octubre
0
Noviembre
0
Diciembre
0
Total
109.724
Fuente. PROCHILE, 2005.
55
Estadísticas Chilenas de Exportación de 2004 (Dólares FOB)
Monto exportado el año 2004 por todas las empresas chilenas, del
producto 0604910000 Follaje, hojas, ramas y demás partes de planta,
para ramos o adornos frescos, hacia todos los países.
Meses
2004
Enero
5.224
Febrero
5.460
Marzo
8.134
Abril
12.670
Mayo
19.723
Junio
12.346
Julio
28.017
Agosto
93.880
Septiembre
48.168
Octubre
11.707
Noviembre
35.890
Diciembre
5.100
Total
Fuente. PROCHILE, 2005.
286.319
56
ANEXO 2. Análisis de suelo del sector utilizado para el cultivo de Rumohra
adiantiformis y Asparagus myriocladus, en los distintos tratamientos.
Año 2003 - 2004.
Año 2004
Tratamiento
Tratamiento
Tratamiento
N-P-K
N-P-K
N-P-K
40-12-20
40-0-20
0-12-20
10
42.28
14.09
22.15
5.57
P (ppm)
22.06
27.65
17.52
28.58
0.97
K (ppm)
104.29
127.49
97.18
109.3
1.17
CE (ds/cm)
1.41
1.62
0.85
1.44
0.6
pH
7.17
7.77
7.91
7.89
7.02
MO (%)
3.12
3.1
2.84
2.6
Nsd
Zn (ppm)
22
14.2
4.74
4.9
Nsd
Mn (ppm)
19.1
19.3
14.5
12.9
0.03
Fe (ppm)
41.1
26.1
22.6
22.05
0.03
Cu (ppm)
21.4
8.3
6.04
6.7
Nsd
Ca (ppm)
Nsd
Nsd
Nsd
Nsd
51.7
Bicarbonatos
Nsd
Nsd
Nsd
Nsd
202.6
H 2O
NUTRIENTES
2003
H 2O
8.1. N
(ppm)
(ppm)
Nsd: no se determinó.
Fuente. Laboratorio de Suelos y Análisis Foliar de la Facultad de Agronomía, Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso.
57
ANEXO 3. Temperaturas máximas y mínimas promedio mensual, obtenidas en el
período de medición.
ºC
30
25
20
15
10
5
no
v04
di
c0
en 4
e05
fe
b0
m 5
ar
-0
ab 5
r-0
m 5
ay
-0
5
ju
n05
ju
l-0
5
0
Maxima
meses
Fuente. Estación Experimental La Palma, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
minima