Download Mercado laboral, desempleo y recesión económica en Colombia.

Document related concepts

Desempleo en España wikipedia , lookup

Desempleo wikipedia , lookup

Desempleo friccional wikipedia , lookup

Flexiguridad wikipedia , lookup

Desempleo en Estados Unidos wikipedia , lookup

Transcript
MERCADO LABORAL Y COYUNTURA ECONOMICA: UNA MIRADA
A LA EVOLUCION DURANTE LA DECADA DE LOS NOVENTA
Jaime Tenjo G.
Director Departamento de Economía
Pontifica Universidad Javeriana
La década de los noventa fue un período de profundas transformaciones en
la economía colombiana. Durante dicho período se aprobó una nueva constitución,
se hicieron reformas importantes en la legislación laboral, se liberalizó el comercio
exterior, se facilitó la inversión extranjera, especialmente en el sector financiero,
etc. Todos estos cambios produjeron un entorno muy diferente al que los agentes
económicos estuvieron acostumbrados por más de 50 años.
El objeto del presente escrito no es el estudio de la posible relación que
pueda existir entre las numerosas reformas de los noventa y la recesión
económica. Es algo mucho más modesto. Acá nos vamos a limitar simplemente a
presentar algunos de las características más interesantes de la evolución de los
mercados laborales durante la década de los noventa, haciendo énfasis en las
posibles implicaciones sociales que dicha evolución ha podido tener.
CRECIMIENTO ECONOMICO, EMPLEO Y DESEMPLEO
Tal vez lo más notable de la evolución del mercado de trabajo en la década
de los noventa es el incremento de las tasas de desempleo a niveles del 20%
(récord histórico) acompañados por tasas de crecimiento económico negativas. La
1
información disponible para las cuatro ciudades principales1 sobre el desempleo
se presenta en el gráfico # 1. Según dicho gráfico las tasas de desempleo
alcanzaron uno de sus niveles más bajos en el tercer trimestre de 1994 (7.4%) y a
partir de ese momento empezaron a crecer casi de manera continua hasta
alcanzar los niveles mencionados en 1999-2000.
Como se sabe, al mismo tiempo que subió el desempleo la economía
perdió dinamismo y entró en una de las recesiones más profundas de la historia
documentada. Parecería lógico suponer que el crecimiento del desempleo y la
desaceleración de la economía están íntimamente relacionadas, y seguramente lo
están. Sin embargo, una ligera mirada a la evolución histórica de las tasas de
crecimiento y de las tasas de desempleo desde finales de los años 70 muestra
que la década de los noventa muestra características diferentes a las de los años
anteriores. Veamos esto con mas detalle.
Como se puede ver en el gráfico # 2, a principios de los 80 el país atravesó
una
etapa
de
bajo
crecimiento
económico.
En
esa
oportunidad
el
desaceleramiento comenzó a finales de los setenta (el pico inmediatamente
anterior en la tasa de crecimiento se observó en 1978) y duró hasta 1983. sin
embargo la tasa de desempleo no comenzó a aumentar sino con un retraso de
tres o cuatro años. De manera similar, la recuperación se inició al rededor del año
84 y la tasa de desempleo no comenzó a bajar sino al rededor del 87. Este
comportamiento contrasta con lo sucedido en la recesión de finales de los
noventa: la tasa de desempleo comenzó a subir casi en el mismo momento en que
1
La información para siete ciudades tiene interrupciones. Sin embargo, la evolución de las tasas
de desempleo para las siete ciudades es muy igual a la de las cuatro ciudades.
2
la tasa de crecimiento de la economía comenzó a caer. No se presentó el retraso
de tres años que se observó en los ochenta. Este cambio en el comportamiento
del mercado laboral puede ser el resultado de los cambios en la legislación laboral
(ley 50 de 1990 y ley 100 de 1993), cuyos efectos flexibilizadores posiblemente se
ven reflejados en una más inmediata reacción del mercado laboral a los choques
de tipo macroeconómico2. Ciertamente este es un punto que requiere mas estudio.
Entrando ahora al estudio de la década del 90 podemos observar dos subperíodos claramente definidos (cuadro # 1): el primer quinquenio, con tasas de
crecimiento anual promedio del PIB real de 4.6% (entre el 93 y el 95 la tasa estuvo
por encima del 5%), está lejos de los niveles de crecimiento alcanzados en los
años setenta. El segundo quinquenio fue todavía peor que el primero, con tasas
anuales promedio de crecimiento de 0.5%3. Si definimos el PIB urbano como el
acumulado de los sectores económicos exceptuando la agricultura, la silvicultura,
la pesa, la caza y la explotación minera, encontramos que las cifras
correspondientes fueron de 4.7% para el primer quinquenio y 0.85% para los tres
primeros años del segundo.
La evolución del empleo urbano ha seguido un patrón similar al de la
economía. Según las encuestas de hogares (7 ciudades y sus áreas
metropolitanas), en el primer quinquenio el empleo creció a una tasa anual
promedio de 5.42%, pero el segundo dicha tasa cayó al 0.56%. La tasa de
2
Esta no es la única hipótesis consistente con el comportamiento observado. Otra explicación
podría ser que el aumento de desempleo observado desde mediados del año 94 fue producido por
el ajuste ocasionado por la apertura económica y que la recesión no hizo otra cosa que reforzar un
proceso que ya se había iniciado.
3
Incluyendo el crecimiento de -5% estimado para 1999.
3
crecimiento del empleo en la primera parte de la década fue suficientemente alta
para absorber el crecimiento de la tasa de participación sin aumentos en el
desempleo4. Sin embargo, el pobrísimo desempeño de la segunda parte de la
década terminó generando niveles récord de desempleo (cerca al 20% de la
fuerza laboral en 1999). Como se puede ver, las tasas de desempleo que se
mantuvieron más o menos estables desde el principio de la década hasta el año
1996, iniciaron una tendencia ascendente a partir de dicho año, hasta llegar a los
niveles mencionados del 20% a finales de los años 1999.
EVOLUCION POR SECTORES ECONOMICOS
La generación de empleo – como era de esperarse – estuvo relacionada de
cerca con el desempeño de los sectores económicos5. En el primer quinquenio de
los años noventa los sectores que mostraron las tasas de crecimiento mas altas
fueron el sector de la construcción, el financiero y el de comercio (cuadro # 1). De
éstos, la construcción y el sector financiero también estuvieron entre los tres
mayores generadores de empleo tasas de 9.7% y 6.2% respectivamente, pero el
sector transporte superó al comercio en esta materia (7.8%). Entre los sectores
urbanos, el de menor crecimiento fue el de la industria manufacturera, sin
4
Esto se debe particularmente a las altas tasas de generación de empleo entre 1990 y 1991, que
algunos atribuyen al efecto de la aceleración de la actividad económica hacia finales de la década
anterior.
5
En general se observa una correlación importante entre el crecimiento de los sectores urbanos la
economía y el crecimiento correspondiente del empleo. El coeficiente de correlación entre las dos
variables para el período 1990-98 es de 0.633.
4
embargo, en términos de empleo dicho sector tuvo un dinamismo importante (con
una generación de empleo promedia anual de 5.8%).
La segunda parte de la década muestra una desaceleración importante en
las tasas de crecimiento. Es especialmente notable la caída en los sectores de la
industria manufacturera y la construcción (cuadro # 1), cuyas tasas de crecimiento
para el período fueron negativas (-0.94% y -0.14% anual respectivamente6). El
comercio que tuvo un crecimiento relativamente importante en el primer
quinquenio también presentó tasas de crecimiento negativas. En términos de
empleo el sector que más creció fue el de Electricidad, gas y agua, pero su
reducido tamaño hace que su impacto sobre el mercado laboral haya sido
minúsculo. El pobre desempeño de la construcción y la industria se reflejaron en
tasas negativas de crecimiento del empleo en dichos sectores (segunda parte del
cuadro # 1). Solo el sector de servicios (y en alguna medida el sector financiero)
hicieron una contribución positiva a la generación de empleo durante el
quinquenio. En este sentido se ha dicho que el mercado de trabajo se terciarizó.
GENERACION DE EMPLEO POR OCUPACIONES
El comportamiento de la generación de empleo afectó de manera diferente
las ocupaciones de la economía (cuadro # 2). Lo primero que salta a la vista es
que la mayoría de las ocupaciones presentan tasas de crecimientos muy
diferentes entre el primer y el segundo quinquenio. En concordancia con la
evolución de la economía en general el primer quinquenio fue de mucho mayor
6
Estas tasas son para el período 1995-98, pues no existen datos para 1999. Si dicho año se
incluyera, la situación sería todavía peor.
5
crecimiento en el empleo para todas las ocupaciones, excepto la de “otros”
(categoría que incluye trabajadores agrícolas, que por ser ésta una muestra
urbana no tiene mucha importancia en este estudio) y las ocupaciones no bien
definidas. Los trabajadores de los servicios tuvieron tasas de crecimiento del
empleo mas o menos constantes y para toda la década.
En segundo lugar, la información disponible indica que la generación de
empleo tuvo un sesgo que benefició a los profesionales y técnicos, es decir al
sector más calificado de la fuerza laboral. Este grupo de trabajadores tuvo las más
altas tasas de crecimiento para todo el período, aunque con un ligero
desaceleramiento en el segundo quinquenio. Este comportamiento se ha
explicado como uno de los efectos de la apertura económica, que generó un
cambio en la composición de la demanda laboral7.
Fuera de la ocupación de profesionales y técnicos, la de trabajadores de los
servicios es la que presenta la senda tasa de crecimiento más alta. Sin embargo
en este caso, la tasa de crecimiento es mayor para el período de crisis que para el
primer quinquenio, lo cual contrasta con el comportamiento de las demás
ocupaciones. Lo que lo anterior parece indicar es que la respuesta de los
trabajadores ante las dificultades consecución de empleo durante el período
recesivo de que comenzó al rededor del año 1996 fue la de moverse a las
ocupaciones del sector servicios y a otras no muy bien definidas (la ocupación de
7
Robbins (1998) argumenta que la apertura económica generó un cambio tecnológico
“aumentador de productividad”. La nueva tecnología se caracteriza por demandar relativamente
trabajo calificado que la anterior.
6
otros presenta la tasa de crecimiento del empleo más alta para el segundo
quinquenio).
Dicho planteamiento se confirma cuando se mira la información por posición
ocupacional en el cuadro # 2. Para la década como un todo, las posiciones
ocupacionales más dinámicas fueron las de trabajador por cuenta propia
(trabajadores independientes, que fundamentalmente generan su propio empleo) y
los ayudantes familiares sin remuneración. El trabajo asalariado privado tuvo una
tasa de crecimiento adecuada en el primer quinquenio, pero disminuyó (tasa de
crecimiento negativa) en el segundo. El trabajo asalariado en el sector oficial fue
muy poco dinámico. Un tipo de trabajo que aumentó mucho en el segundo
quinquenio fue el de servicio doméstico, un tipo de actividad predominantemente
femenina que probablemente creció como reacción a la falta de mejores empleos
en la economía. En la segunda parte del quinquenio las posiciones ocupacionales
de trabajador familiar y servicio doméstico fueron las que más crecieron.
El hecho de que los trabajadores familiares (sin remuneración), los
trabajadores del servicio doméstico (muchachas internas o de por días) y los
trabajadores independientes fueran los tipos de empleo que presentaron el mayor
dinamismo en la segunda parte de la década es un indicador de que la calidad del
empleo también disminuyó en ese período. Estos son los trabajadores que tienen
generalmente bajos ingresos, poco acceso a la seguridad social y que trabajan en
condiciones laborales poco reglamentadas o difíciles de vigilar (en efecto, los
trabajadores independientes fijan sus horas laborales y característicamente
7
trabajan más que los asalariados). Posiblemente una buena parte de estos
trabajadores pertenecen a lo que se conoce como sector informal.
QUIÉNES SON LOS DESEMPLEADOS?
Es importante ver quienes son los más afectados por el desempleo y en
especial por los cambios en su nivel. Este último punto es especialmente
importante porque permitirá inferir algunos de los efectos sociales generados por
la crisis económica de final de la década.
Es comúnmente sabido que las tasas de desempleo son más altas para los
jóvenes (menores de 30 años y especialmente menores de 20), para personas
con niveles educativos intermedios (secundaria o universidad incompleta).
También que dichas tasas son más altas para las mujeres que para los hombres y
para los solteros que para los casados. Las menores tasas de desempleo se
observan entre los mayores de 30 años, entre las personas con niveles educativos
muy altos (universitarios) o muy bajos (sin educación o solo primaria) y entre los
casados (o en unión libre). La información presentada en el cuadro # 3 confirma
todos estos puntos.
Esta estructura del desempleo plantea preguntas interesantes cuyas
respuestas se salen de los alcances de este escrito8. Lo que parece claro es que
8
Algunas personas han argumentado que los altos niveles de desempleo de los bachilleres se
deben a que la calidad de la educación que reciben es mala. Nuestro punto de vista es que aunque
puede ser cierto que la calidad educativa es deficiente, lo más lógico sería que tal problema se
manifestara en niveles salariales bajos, más que en desempleo abierto. El desempleo abierto
surgiría del hecho de que los bachilleres de “mala calidad” tuvieran salarios de reserva altos, lo que
los llevaría a desechar oportunidades de trabajo con baja remuneración. En otras palabras, los
bachilleres podrían usarse para remplazar personas con solo primaria, si aquellos estuvieran
dispuestos a trabajar por el salario que reciben éstos.
8
los grupos de personas que muestran las tasas de desempleo más altas son
aquellas que están en mejor capacidad de “financiar” su propio desempleo, es
decir, los que no son los principales aportantes de ingresos en la familia y que por
el contrario tienen acceso, a través de sus familias, a recursos económicos que les
permite sobrevivir. Así por ejemplo, los jóvenes, los bachilleres (y especialmente
los bachilleres jóvenes cuyas tasas están entre las más altas del país), lo mismo
que los solteros, son personas que posiblemente tienen acceso a algún tipo de
ingreso (la mayoría en forma de vivienda y alimentación) que les permite
mantenerse desempleados9. El hecho de poder “financiar” su propio desempleo
les permite organizar una búsqueda de empleo más sistemática, en la cual es
“rentable” para el desempleado rechazar ofertas laborales poco satisfactorias.
Este tipo de desempleo es generalmente conocido como desempleo
estructural, como desempleo de búsqueda, o desempleo cuasi-voluntario, porque
implica la decisión por parte del trabajador de no aceptar un trabajo “malo” y
esperar a conseguir uno mejor10. Además de dicho desempleo, hay otro tipo de
desempleo que posiblemente se asocia mas con las oportunidades del mercado
laboral y que posiblemente es más prevalente entre grupos de trabajadores con
menor posibilidad de “financiar” su desempleo, como los casados, los de 30 años
o más y los de bajo nivel de educación.
9
En países donde existen seguros de desempleo, como los países Europeos y Norteamericanos,
se ha encontrado que la “generosidad” de dichos seguros está relacionada estrechamente con la
magnitud del desempleo. En Colombia, donde no existen tales programas, el acceso a recursos a
través de la familia nuclear o extendida es un factor importante.
10
En beneficio de la brevedad no entramos a profundizar en la naturaleza y la dinámica de este
tipo de desempleo. Una exposición más formal se puede encontrar en Tenjo, J. y Ribero, R.
“Participación, Desempleo y Mercados Laborales en Colombia”. Archivos de Macroeconomía.
Departamento Nacional de Planeación. Documento # 81, Abril 1998.
9
Esta visión del problema del desempleo implica que en condiciones
cercanas al pleno empleo la gran mayoría de los abiertamente desempleados no
constituyen un problema social importante. Los pobres, los que no pueden
financiar su propio desempleo, posiblemente ajustan sus aspiraciones y sus
salarios de reserva a las posibilidades del mercado y terminan aceptando trabajos
con baja remuneración, o en el sector informal. De esta manera el problema de
pobreza se manifiesta como uno de subempleo mas que de desempleo.
Obviamente, en la medida en que la economía se aleja de la situación de pleno
empleo, el desempleo involuntario aumenta y la posibilidad de una relación entre
desempleo abierto y pobreza se hace más relevante.
Según la información disponible (cuadro # 4), lo característico de la década
de los noventa ha sido que los grupos que acá hemos denominado como
candidatos a ser los que están en mejor posición para “financiar” su desempleo,
constituyen una parte importante de la masa total de desempleados. Por ejemplo,
los menores de 30 años fácilmente han representado dos terceras partes de los
desempleados, los solteros más de la mitad de los desempleados y los que se
definen como ‘hijos solteros del jefe del hogar’ más del 40% del total de
desempleados.
Ahora bien, tan importante como la estructura misma del desempleo son las
modificaciones observadas en dicha estructura durante el ciclo económico porque
dicha información nos da luces sobre los efectos del ciclo económico sobre el
mercado laboral. La evidencia de que disponemos a este respecto se presenta en
el cuadro # 4. Dicho cuadro nos muestra a participación de los diferentes grupos
10
dentro del desempleo total y a partir de tal información es posible inferir algunos
de los cambios más importantes ocurridos en el mercado laboral.
Se destaca el hecho de que el aumento observado en las tasas de
desempleo durante la segunda mitad de la década de los noventa afectó más a los
grupos que acá hemos definido como los menos capaces de “financiar” su propio
desempleo. Por ejemplo, se observa como el peso de los mayores de 30 años de
edad (personas que probablemente tienen obligaciones familiares) dentro del total
de desempleados subió, llegando a representar casi el 40% en el año 1999 (de
30% que era lo que representaba en 1996). Los solteros disminuyeron de manera
importante su peso dentro del total de desempleados (en 1999 fue la primera vez
que representaron menos de la mitad del desempleo), indicando que los casados,
divorciados, etc. lo aumentaron. Finalmente, los hijos solteros del jefe de familia
disminuyeron su peso a expensas de un importante incremento en el de los jefes
de hogar.
Estos grupos (jefes de familia, casados y mayores de 30 años) son
generalmente los grupos que generan la mayor parte de los ingresos familiares, o
por lo menos la parte más estable de estos ingresos. Al aumentar el desempleo de
estos grupos, los ingresos familiares probablemente se ven afectados de manera
importante. La evidencia de que el aumento de desempleo de los últimos años
afectó más a tales grupos es un indicio serio de que el incremento en el
desempleo del final de la década tuvo impacto importante en los niveles de
bienestar de las familias a través de su efecto sobre los ingresos familiares.
11
QUE PASO CON LOS SALARIOS?
Otro aspecto importante del mercado laboral tiene que ver con la evolución
de los salarios durante la década. La información disponible se refiere a los
ingresos por hora11 de los asalariados (en precios de Marzo de 1999) y sus tasas
de crecimiento (ver cuadros # 5 y # 6).
El ingreso por hora de los asalariados aumentó durante la década a una
tasa promedio anual de 2.9% y, lo que puede parecer paradójico, la tasa de
crecimiento fue mayor en el segundo quinquenio (período de creciente desempleo)
que en el primero. La explicación de esta aparente paradoja pone al descubierto
cambios importantes en el mercado laboral durante el período estudiado.
Primero, nótese que los que recibieron los mayores aumentos salariales
promedio fueron los trabajadores más calificados. Por ejemplo, los trabajadores
universidad completa, los asalariados empleados en el gobierno y los
profesionales, técnicos y directores obtuvieron aumentos salariales por encima del
promedio. Los menores incrementos estuvieron entre las personas con niveles
educativos medios y bajos y entre los comerciantes y vendedores y los operarios.
Esto indica que la relación de salarios de trabajadores calificados a no calificados
(o sea el salario relativo de los calificados) aumentó. Esto coincide con análisis
11
Los ingresos por hora se obtienen dividiendo el ingreso mensual total por las horas trabajadas.
En cierta medida hay un problema de comparabilidad entre trabajadores con altos y bajos salarios,
pues los primeros reciben salario integral (que incluye prestaciones) y los segundos no. Algunos
argumentan que los altos aumentos salariales que se observan al rededor de 1993 pueden reflejar
mas que cambios salariales reales al estar afectados por el ajuste que se hizo al pasar del viejo
sistema de contratación al sistema de salario integral.
12
realizados por otros investigadores, quienes argumenta que la apertura comercial
generó un cambio tecnológico sesgado hacia la demanda por trabajo calificado12.
Segundo, comparando cuadros # 6 y # 2 se observa que las mismas
ocupaciones que presentaron los mayores crecimientos salariales fueron las que
presentaron también los mayores crecimientos del empleo: las ocupaciones de
profesionales y técnicos, de trabajadores de los servicios y los asalariados del
gobierno. Esto indica que probablemente los cambios salariales observados
fueron producidos por cambios en la demanda laboral relativa y no por cambios en
la oferta laboral. Los trabajadores con niveles de calificación altos se beneficiaron
no solo de mayores oportunidad de empleo sino de salarios mayores, mientras
que los de bajos niveles de calificación vieron sus salarios reducidos
(especialmente hacia finales de la década) y al mismo tiempo pocas
oportunidades de empleo. Esto posiblemente tuvo implicaciones importantes en
términos de la equidad en la distribución de ingreso y en los niveles de pobreza.
A MANERA DE CONCLUSION
El brevísimo análisis anterior permite obtener algunas conclusiones con
respecto a la evolución del mercado laboral en los noventa. Dichas conclusiones
se resumen en los siguientes puntos:
1.
La recesión de la segunda mitad de los años 90 sugiere que la reforma
laboral de principios de la década hizo el mercado laboral más sensible a
12
Véase, por ejemplo Robbins, Donald: “Liberación Comercial y Salarios: 1976-1994” en Sánchez,
Fabio (compilador) LA DISTRIBUCION DEL INGRESO EN COLOMBIA: TENDENCIAS
RECIENTES Y RETORS DE LA POLITICA PUBLICA. Tercer Mundo – Departamento Nacional de
Planeación 1998.
13
los
choques
macroeconómicos
y
su
respuesta
más
inmediata.
Posiblemente sin dicha reforma las tasas de desempleo que se observan en
la actualidad hubieran sido más bajas, pero al mismo tiempo, la
recuperación económica, cuando llegue, dinamizara más rápidamente la
generación de empleo de lo que se hubiera visto sin la mencionada
reforma.
2.
La década presenta dos mitades claramente definidas: primera de
crecimiento laboral aceptable (5.4% anual) y la segunda de crecimiento
pobre o de ningún crecimiento (0.8% anual). Este comportamiento sigue de
cerca el comportamiento de la economía misma.
3.
Los sectores económicos que presentaron una mayor tasa de generación
de empleo en fueron los sectores financiero, servicios y comercio. Por el
contrario, la industria manufacturera, sector que hasta la década de los 80
presentaba un dinamismo importante en términos de crecimiento
económico, tuvo un comportamiento muy pobre en los 90. Los problemas
de la industria fueron especialmente graves en la segunda parte de la
década, cuando su crecimiento anual promedio y su tasa de generación de
empleo fueron negativos.
4.
La construcción tal vez es el caso más ilustrativo de los problemas de la
economía, pues pasó de ser el sector más dinámico tanto en generación de
empleo como en crecimiento en el primer quinquenio, a ser el de peor
comportamiento en el segundo.
14
5.
Los trabajadores calificados vieron sus oportunidades laborales mejoradas
durante el período, con niveles de empleo y salariales crecientes. Solo en el
año 1999 dichos trabajadores tuvieron algunos problemas laborales de
relativa importancia. Por otro lado, los trabajadores no calificados perdieron
importancia en términos de la composición ocupacional y vieron sus
salarios relativos disminuidos en relación con los de los calificados.
6.
El incremento en el desempleo observado hacia finales de la década afectó
predominantemente a los trabajadores llamados “primarios”, es decir a
aquellos que posiblemente haces las contribuciones más importantes y más
estables a los ingresos familiares. Es muy posible que esto haya generado
problemas de pobreza dentro de sectores de la población que no los tenían
hasta a mediados de la década.
7.
Finalmente, hay una probabilidad alta de que la recesión de finales de la
década haya aumentado los niveles de pobreza urbana y empeorado la
distribución de ingreso.
15