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Difusión de la ciencia
Una mirada de cerca a la marihuana. Cannabis Training University / Wikimedia Commons.
Aspectos ordinarios del
consumo de cannabis
Ordinary aspects of cannabis usage
Mtro. José Eduardo Santiago*
Mtra. Manuela Castellanos Pérez**
D. en C. Víctor Vega Villa***
D. en C. Alfredo Briones Aranda***
Resumen
l siguiente trabajo tiene la finalidad de revisar
de manera general el estado actual del
consumo de cannabis y sus implicaciones
para la salud física y mental. Las estadísticas
indican que la marihuana es una de las drogas
más consumidas a nivel mundial. Actualmente se
estima que existen entre 119 y 224 millones de
consumidores en el mundo. En los últimos años
E
se ha intensificado el debate sobre los efectos
nocivos de la marihuana en el organismo; sin
embargo, la opinión científica es controversial.
A pesar de ser menos nociva que otras drogas,
ésta produce diversas alteraciones cognitivas
que pueden ser peligrosas cuando se consume
en etapas críticas del desarrollo cerebral. En la
población joven existe un alto consumo, lo cual
representa un riesgo potencial para padecer
trastornos psiquiátricos y neurológicos en la vida
adulta. En esta revisión se analiza los diferentes
usos que se ha dado a la marihuana desde su
descubrimiento, se revisa también el sistema de
receptores a los cuales se une la sustancia al
*Aspirante al Doctorado en Investigación en Medicina por IPN.
**Aspirante al Doctorado en Ciencias para la Salud por la Unach.
***Profesor e investigador de la Facultad de Medicina Humana de la Unach.
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Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014. Difusión de la ciencia
introducirse al organismo, así como los efectos
neuropsicológicos y adversos derivados de su
consumo.
La resina tiene la función de facilitar la fecundación
y proteger, tanto del sol como de los insectos, a las
semillas (Kuhn)3.
Palabras clave: Cannabis, deterioro cognitivo,
adicción, Delta-9-tetrahidrocannabinol.
La planta del cannabis es conocida desde hace
milenios y su origen se registra en Asia Central.
Algunos autores datan su uso desde hace 6000
años, aunque no existe acuerdo en fechar el
origen de su consumo4. Su utilización ha pasado
desde el manejo de sus fibras para la confección
de tejidos y cuerdas, a su aprovechamiento como
aditivo alimentario en el uso de su aceite y semillas
como nutriente. También se ha empleado con el
fin de sanar diversas enfermedades y con fines
religiosos5, por sus propiedades psicoactivas.
Summary
The present review considers non-medical Cannabis
consumption and its implications for physical and
mental health. This topic is particularly relevant in
light of the widespread use of marijuana, estimated
to be consumed by 119 to 224 million people
worldwide, and the recent demand for legalization.
Scientific opinion is divided on the possible harmful
effects of Cannabis on the organism. Although
less harmful than other drugs (e.g., cocaine, crack
and heroin), marijuana produces diverse cognitive
alterations that could lead to grave consequences
if consumed during critical stages of cerebral
development. This is particularly worrisome given
the high level of consumption among young people.
We conclude that the use of Cannabis during
adolescence represents a potential risk factor for
psychiatric and neurological disorders in later adult
life. Hence, we herein analyze the different uses
given to marijuana, as well as its neuropsychological
effects and receptor pathways in the organism.
Keywords: Cannabis, cognitive deterioration,
addiction, Delta-9-tetrahydrocannabinol.
Antecedentes
El cannabis es una planta que históricamente
se conoce por sus propiedades psicoactivas,
analgésicas y antieméticas. El primero en
denominar Cannabis sativa a esta planta fue
el médico sueco Carl Von Linné en 1753. Esta
denominación proveniente del griego kannabis,
deriva a su vez del sumerio y surge de las
montañas del Himalaya de donde proviene
esta planta y llega hasta la antigua Europa para
difundirse hacia la India, Medio Oriente, y mucho
después a las Américas1.
Las principales sustancias psicoactivas denominadas
canabinoides están presentes en toda la planta,
incluso en las hojas y flores; sin embargo, se
concentran mayormente en la resina (también llamada
hachís) producida por las glándulas de la base de la
fina capa de vellosidades de la hoja y en las brácteas
de la cabeza de la flor, de la planta hembra2. Existen
plantas de cannabis masculinas y femeninas. Para
poder producir semillas la planta femenina debe
ser fertilizada por el polen de la planta masculina.
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A lo largo del tiempo su consumo se había
mantenido en un perfil relativamente bajo. Este
panorama cambió a partir de los años sesenta;
época en la que los estudios epidemiológicos
revelaron que el consumo de marihuana con
fines recreativos estaba muy extendido y que se
había convertido en un grave problema social y
de salud pública, en especial entre adolescentes
y adultos jóvenes6.
Los orígenes del consumo de cannabis
Las propiedades medicinales del cannabis fueron
conocidas y utilizadas en la China hace más de
4000 años. Se tiene conocimiento de la relación
existente entre la medicina y el Cannabis sativa
en la cultura China, gracias a la mención que
de ella se hace en dos tratados de medicina
de aquella época7, uno de ellos es el libro de
medicina “Nei Ching”, atribuido al emperador
Huang Ti (2600 a.C.); en él se recogen algunas
recetas para el alivio de ciertas enfermedades
entre cuyos ingredientes se incluía el cannabis,
siendo la primera referencia documentada sobre
las aplicaciones médicas de la planta8.
En la India, los arios (2000 a.C.), tribu proveniente
de Ankara, utilizaban el cannabis en los ritos
religiosos. La planta es nombrada en los Vedas
sagrados, textos que forman la base del sistema
de escritura del hinduismo, sobre todo en el cuarto
veda, el Atharva Veda8, donde se le describe
como una hierba sagrada y aparece relacionada
con el dios Shiva, del que se dice “que trajo la
planta para el uso y la alegría de su pueblo”7.
Uno de los iniciadores del estudio científico sobre
el cannabis, en 1839, fue un cirujano irlandés
llamado O’Shaughnessy7 quién había conocido
sus propiedades durante su estancia en la India.
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Difusión de la ciencia Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014.
Este cirujano recomendaba la marihuana para
el tratamiento de diversas enfermedades como
el reumatismo, asma, espasmos y convulsiones
musculares, además de que le atribuía, entre
otras, propiedades para aliviar el dolor con
resultados positivos7. Las cantidades del extracto
de cannabis utilizadas por O’Shaughnessy
no eran lo suficientemente fuertes como para
producir los efectos psicoactivos, por lo que sus
estudios extendieron su utilización en la medicina
y la farmacología facilitando su divulgación en
diversos países europeos y en Estados Unidos7.
Por cuanto a los efectos psicotrópicos, fue
Jacques-Joseph Moreau (1804-1884), médico
francés del hospital psiquiátrico de La Bicêtre,
en París, quien realizó una descripción pormenorizada en su publicación “Du haschich et de
l’aliénation mental”, la cual estaba basada en
la auto observación y la de sus colaboradores
al consumir diferentes dosis de un preparado
de cannabis que el propio Moreau elaboraba,
denominado “dawanesc”5.
En la obra de Moreau se describen ocho síntomas
comunes en la intoxicación por cannabis y las
enfermedades mentales de la época: euforia,
excitación intelectual con disociación de las
ideas, distorsión de la percepción del espacio
y del tiempo, hipersensibilidad auditiva, ideas
fijas y convicciones delirantes, inestabilidad de las emociones, impulsos irresistibles,
ilusiones y alucinaciones5. Félix-Alexis Roubaud
(1820-1878), sucesor de Moreau, escribió sobre
sus experiencias sometido voluntariamente para
verificar el efecto de la Cannabis sativa y exploró
la posibilidad de utilizarla para el tratamiento
de la impotencia. Dicho estudio se presenta en
su “Tratado de la impotencia y de la esterilidad
en el hombre y la mujer incluyendo los medios
recomendados para remediarlas”1.
Consumo
En 2010 un reporte de la Organización Mundial
de la Salud se estimó en 150 millones el número
de consumidores de cannabis, es decir, 2.5% de
la población mundial9. Según el informe mundial
sobre las drogas, elaborado en 2012 por la Oficina
Contra la Droga y el Delito, de las Naciones
Unidas, el cannabis es la sustancia ilícita de
mayor consumo mundial; existen entre 119 y 224
millones de consumidores de cannabis en todo el
mundo y el consumo se mantiene estable10.
Prevalencia de consumo de cannabis en 2010
Fuente: United Nations Office on Drugs and Crime. Informe mundial sobre las drogas (2012).
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Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014. Difusión de la ciencia
Los datos referentes a las incautaciones y
la erradicación del cannabis indican que la
producción de la hierba se extiende día con día,
aunque resulta complicado cuantificarla debido
a su pequeña escala de cultivo y producción.
Con respecto a la obtención mundial de resina
de cannabis en mayor escala (hachís), solo se
dispone de nuevos datos en relación con la de
Afganistán10.
En México los resultados de los estudios recientes
muestran incrementos significativos en el uso
de drogas ilegales, especialmente en el de la
marihuana. La Encuesta Nacional de Adicciones
(ena) realizada en 2008 señala un incremento
en el consumo “alguna vez” de drogas ilegales
y médicas en la población, en comparación
con 2002, y en donde los hombres son los que
reportan mayor consumo. La marihuana se
mantiene como la sustancia de preferencia de los
usuarios11.
La ena informó en 2011 que solo en la ciudad de
México la marihuana es la sustancia que presenta
el nivel de consumo más alto (61%). Los consumidores de esta sustancia inician antes de los 11
años; sin embargo, el grupo más afectado es el
de los 15 a 19 años (56.7%). La frecuencia de uso
es alta (20 días o más durante el último mes) en
4.8% de los casos. La vía de administración más
frecuente es por inhalación11.
La marihuana se mantuvo en 2012 como la droga
de mayor consumo, con una prevalencia del
1.2%, y con relación a 2008, no hubo incremento
estadísticamente significativo en la población
general pero sí en los hombres, en quienes el
consumo pasó de 1.7 a 2.2%11. La ena informó
también que la República Checa tiene la mayor
prevalencia (15.2%), y México (1%) sólo está por
arriba de Moldova (0.9%) lo que lo ubica como
parte de los países con menor prevalencia. Con
un porcentaje del 13.7% Estados Unidos tiene el
mayor consumo anual11.
Composición química del cannabis
La composición química de los alcaloides de
la marihuana es muy compleja ya que contiene
más de cuatrocientas sustancias, a las que se
añade un total de 66 cannabinoides, de los
cuales el Delta-9-tetrahidrocannabinol (thc) es el
psicoestimulante más abundante y poderoso6,
seguido del canabinol y el canabidiol12. En los
últimos treinta años el cultivo de la planta y las
técnicas de mezclado entre diferentes tipos de
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cannabinoides ha aumentado considerablemente la concentración de thc.
En los años sesenta y setenta, el contenido de
de un cigarrillo de marihuana era de 10 mg6.
Actualmente el cannabis producido mediante
técnicas especiales puede contener de 150 a 300
mg. de thc, razón por la cual el fumador actual de
marihuana tiene mayor riesgo de intoxicación que
el usuario de hace treinta o cuarenta años. Por lo
tanto los efectos de las dosis altas, sobre la salud de
los usuarios, deben analizarse meticulosamente6.
thc
Después de que el principio activo de la marihuana
(thc) llega al cerebro y se une a sus receptores
(cannabinoides), produce euforia seguida de
relajación, se perciben con mayor intensidad los
olores, los sabores y los sonidos y parece que
el tiempo pasa lentamente. Su consumo, al igual
que todas las drogas de abuso, tiene efectos
adversos. Sin embargo, la marihuana tiene un
uso potencial en medicina por sus propiedades
antieméticas y analgésicas13.
Mecanismo de acción (Sistema endocanabinoide)
Debido a los diversos efectos observados en
consumidores de marihuana, surgió la idea de
que en el organismo deberían existir estructuras
endógenas específicas a las cuales se une el
cannabis y produce sus efectos característicos2.
El primer paso importante para dilucidar la forma
a través de la cual los cannabinoides ejercen sus
efectos en el cerebro se produjo en 1964 cuando
se determinó la estructura del thc, principal
responsable de las propiedades psicoactivas de
los cannabinoides14.
Una vez conocida la estructura del thc, era
necesario identificar en qué zonas del cerebro
actuaba para producir sus efectos y cuáles eran
los mecanismos que los producían. En el caso de
los cannabinoides, esta segunda etapa comenzó
con la caracterización farmacológica de un
receptor cuya distribución cerebral podía explicar
las propiedades farmacológicas atribuidas a
los cannabinoides. El primer cannabinoide
identificado fue la anandamida, posteriormente
se identificaron dos cannabinoides más14.
El receptor cb1 (receptor cannabinoide tipo I)
también llamado receptor central se distribuye
principalmente en la región frontal de la corteza
cerebral, los ganglios basales, el cerebelo,
el sistema límbico, el hipotálamo, los nervios
periféricos, el corazón, el tejido vascular y los
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Difusión de la ciencia Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014.
testículos14. El receptor cb2 (receptor cannabinoide
tipo II) se conoce también como receptor periférico
y se ha encontrado en el bazo y en células del
sistema inmune. La localización presináptica del
receptor cb1 sugiere que los cannabinoides tienen
un papel importante como moduladores de la
liberación de neurotransmisores. Investigaciones
recientes señalan, que los endocanabinoides
tienen la función de neuromoduladores más que
de nuerotransmisores14. La marihuana también
bloquea los receptores de acetilcolina, lo que
puede generar respuestas amnésicas moderadas
(Howlett, Jonson, Melvin)3. Las reacciones de
euforia se asocian al incremento de la opiopeptina
generado por efecto del thc sobre los receptores
dopaminérgicos en el circuito de recompensa o
placer (Carroll)3.
dicho que este patrón explicaría la ausencia de
síndrome de abstinencia16.
Efectos neuropsicológicos
Los términos con los que se describen los efectos
del consumo recreativo de cannabis sobre el
sistema nervioso son: ligera euforia, relajación,
aumento de la sociabilidad, y potenciación de las
percepciones sensoriales y de la creatividad17.
Otros efectos habituales, no tan deseados o
buscados con su consumo son alteración de la
percepción del paso del tiempo, alucinaciones,
psicosis, despersonalización, fragmentación del
pensamiento y ansiedad. La mitad de los usuarios
habituales han tenido como mínimo un episodio
de ansiedad consecuente a su consumo, generalmente a dosis altas17.
Absorción y distribución
La cantidad de thc que se absorbe y la velocidad
de la absorción dependen de la vía de administración. Por inhalación de humo (en cigarrillos,
pipas de agua o vaporizadores), la absorción
es rápida y la cantidad absorbida depende de
la forma cómo se fume; puede variar entre 10 y
50% según la profundidad de las inspiraciones y
retención de humo en los pulmones (un 30% del
thc se pierde durante la combustión y entre 10 y
20% queda en la colilla, en el humo no inhalado
o se metaboliza en el pulmón). Los efectos se
inician en pocos segundos y son completos antes
de media hora15.
Por vía oral, la absorción del thc es lenta, irregular
y variable entre los individuos. Su biodisponibilidad puede variar entre 5 y 10%, debido a que
es destruido parcialmente por el jugo gástrico y
es sometido a metabolización hepática de primer
paso; los efectos se inician entre dos y tres horas
después de su ingesta y duran de tres a seis
horas15. Las concentraciones plasmáticas de thc
que se alcanzan después de la administración por
vía oral se pueden modificar con la presencia de
alimentos, sobre todo los lípidos, que aumentan
su absorción hasta un 90-95%15.
Cuando llega a la circulación sistémica el thc se
distribuye rápidamente por el organismo, primero
a los tejidos más irrigados (cerebro, riñón,
estómago, pulmones, hígado, corazón, bazo,
etc.) y posteriormente se acumula en el tejido
adiposo16; una vez en éste se libera lentamente
hacia la sangre, de forma que su eliminación
completa puede necesitar 30 días y pasar una
parte al sistema nervioso central (snc). Se ha
70
Foto: iStockphoto.
Algunas investigaciones recientes han reportado
que los consumidores de cannabis muestran
alteraciones importantes en la memoria y la
función ejecutiva. El uso de cannabis por parte
de los padres parece aumentar el riesgo de
generar episodios depresivos mayores durante
la adolescencia en hijos descendientes. Estudios
en animales y humanos sugieren que el cannabis
puede alterar la función cognitiva y generar
hiperactividad, menor capacidad de atención,
impulsividad y depresión. Los efectos neuropsicológicos reportados con mayor frecuencia por
consumo de cannabis incluyen: lentitud mental,
disminución de los tiempos de reacción y
aumento de los niveles de ansiedad18.
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Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014. Difusión de la ciencia
Otros estudios advierten que el uso crónico de los
productos de marihuana sintética está asociado
con una mayor probabilidad de presentar sintomatología psicótica19. El cannabis es comúnmente
utilizado por las personas con esquizofrenia y
puede causar paranoia en aproximadamente
40% de las personas que experimentan con
esta sustancia18. Los pacientes que padecen
esquizofrenia y consumen cannabis suelen
requerir un mayor número de hospitalizaciones
en comparación con aquellos que presentan
el mismo padecimiento pero no consumen la
sustancia20.
Foto: Thinkstock.
Hay una densidad elevada de receptores cb1
en los núcleos paraventricular y ventromedial
del hipotálamo, áreas cerebrales implicadas en
la regulación del apetito21. Se han identificado
receptores cb1 en el núcleo del tracto solitario en
el snc. Este núcleo, situado en el tronco cerebral,
se ha implicado en la regulación de la emesis.
Estudios recientes demuestran que los cannabinoides inhiben el vómito por acción sobre los
receptores cb1 situados en el tronco cerebral21.
El efecto analgésico es uno de los más caracteristicos del cannabis y de sus derivados. Está
mediado por receptores cannabinoides (cb1) en el
snc y (cb1 y cb2) en el sistema nervioso periférico
(snp). En la médula espinal el sistema cannabinoide interactúa con el sistema opioide en la
modulación de la percepción del dolor22. El cbd
(canabidol) ha mostrado efecto antiinflamatorio
y analgésico en modelos de inflamación aguda
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inducida por la administración de carragenina
en ratas. El mecanismo de acción sugerido
es la reducción de las concentraciones de
prostaglandina E2, la actividad de la ciclooxigenasa, de óxido nítrico y de radicales libres que
aparecen durante el proceso inflamatorio22.
Efectos adversos derivados del consumo de
cannabis
Los sujetos con dependencia a la marihuana
presentan un consumo compulsivo y en general
no desarrollan dependencia fisiológica, aunque
se ha observado tolerancia a muchos efectos de
cannabis en consumidores crónicos. También se
han advertido algunos síntomas de abstinencia,
pero sin importancia clínica. Los sujetos con
dependencia al cannabis consumen grandes
cantidades a lo largo del día durante meses o años
e invierten muchas horas para obtener y consumir
la sustancia, lo cual altera diversos ámbitos de
la vida del sujeto. Las personas dependientes
de cannabis pueden continuar con el uso de la
sustancia a pesar de los problemas de salud o
psicosociales derivados de su consumo23.
La manifestación clínica fundamental para
diagnosticar intoxicación por cannabis según
el dsm-iv-tr (Manual diagnóstico y estadístico
de los trastornos mentales) es la presencia de
alteraciones psicológicas clínicamente significativas que se producen poco tiempo después de
haber consumido la droga. Los rasgos clínicos
de la intoxicación señalados por el dsm-iv se
presentan como: sensación de bienestar seguida
de manifestaciones de euforia, risas inapropiadas,
grandiosidad, letargia, deterioro de la memoria
inmediata, dificultades para elaborar procesos
mentales complejos, deterioro de la capacidad de
juicio, percepciones sensoriales distorsionadas,
deterioro de la actividad motora y sensación de
que el tiempo transcurre lentamente23.
Puede aparecer ansiedad, disforia o retraimiento
social. Estas manifestaciones clínicas se acompañan
de dos o más signos que se presentan a las dos
horas del consumo de la droga: irritación conjuntival,
aumento del apetito, sequedad en la boca y
taquicardia23.
En el entorno psíquico, el consumo de cannabis
puede desencadenar algunos efectos adversos
como: ansiedad, depresión, ideas delirantes,
alucinaciones y alteraciones en la memoria a
corto plazo. También puede afectar la función
motora produciendo alteraciones en el tiempo de
71
Difusión de la ciencia Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014.
reacción y limitar la coordinación. Otros efectos
comunes derivados del consumo de cannabis
son: sedación, excitación, hipotermia, inmovilidad
o catalepsia24. La principal preocupación respecto
de las alteraciones cognitivas producidas por
el consumo habitual de la droga gira en torno
a la población joven. El consumo recurrente de
cannabis en una etapa crucial para el desarrollo
cerebral, como lo es la adolescencia, puede
generar alteraciones cognitivas irreversibles25.
En el ámbito de los trastornos afectivos, las
investigaciones no han sido tan numerosas ni tan
concluyentes. Las consecuencias más examinadas
hasta ahora incluyen el trastorno afectivo del humor
o bipolar, trastornos afectivos no especificados,
depresión, ideación o intentos suicidas y manía25.
El trastorno bipolar y de pánico, la fobia social, el
trastorno de ansiedad generalizado, el obsesivo
compulsivo, los trastornos de personalidad, y los
trastornos adaptativos también han sido relacionados significativamente con el consumo de
cannabis en consumidores crónicos25.
Hasta finales de 2001, el estudio de la relación
causal entre el cannabis y la psicosis se mantuvo
sin respuesta, pero a partir de ese mismo año
varios estudios efectuados en todo el mundo
han reavivado el debate. Actualmente se realizan
asociaciones entre el consumo como agente
causal o como detonante previo a una predisposición a la psicosis26. La literatura científica vigente
señala que el consumo de cannabis aumenta
el riesgo de desarrollar trastornos psicóticos en
personas vulnerables o predispuestas y puede
afectar negativamente el curso de la psicosis
crónica preexistente26.
Aunque existe alguna evidencia de que el uso de
cannabis podría aumentar el riesgo de psicosis o
síntomas psicóticos en desarrollo, la naturaleza
causal de esta asociación es menos clara26.
Estudios realizados sugieren que el consumo de
cannabis en edades tempranas está relacionado
con la aparición de psicosis y síntomas psicóticos
que no cesan después de la intoxicación. Sin
embargo, resulta difícil excluir factores como la
predisposición biológica, los factores ambientales
y sociales26.
Conclusiones
El estudio de los efectos del cannabis desde
el contexto psicológico, neurológico y social
es fundamental debido al creciente porcentaje
anual de consumidores. A pesar de que existen
72
investigaciones que sugieren efectos adversos,
el cannabis puede ser una alternativa más para
el tratamiento de ciertas patologías como: el
alzheimer y la anorexia, o para amortiguar o quitar
el dolor producido por algunas enfermedades,
que no puede ser controlado por analgésicos.
El efecto nocivo de la marihuana sobre el
desarrollo cerebral de los consumidores jóvenes
puede ser un argumento importante para prevenir
su consumo en esta etapa. Otro argumento fuerte
en contra del consumo de cannabis es el que
señala que la marihuana es la “puerta de entrada
hacia el consumo de otras drogas más toxicas”;
sin embargo, la literatura científica aún no ha
encontrado asociación consistente entre estas
variables.
El consumo de cannabis, además de representar
un problema de salud pública, también afecta a la
sociedad en su organización ya que al amparo de
la clandestinidad surgen organizaciones delictivas
dedicadas al tráfico de drogas, que cada vez
están más preparadas para evadir la seguridad
de las fronteras, lo que hace casi imposible su
exterminio, razón que ha llevado a algunos países
a discutir sobre la posibilidad de regularizar la
posesión y consumo de la marihuana.
Aunque su consumo puede no ser mortal y sus
efectos adversos ser “menos perjudiciales”
que el de otras drogas, su cultivo, transporte y
comercialización, representan un problema social
grave. En México, diariamente se presentan actos
criminales relacionados con el narcotráfico.
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