Download Aspectos ordinarios del consumo de cannabis
Document related concepts
Transcript
Difusión de la ciencia Una mirada de cerca a la marihuana. Cannabis Training University / Wikimedia Commons. Aspectos ordinarios del consumo de cannabis Ordinary aspects of cannabis usage Mtro. José Eduardo Santiago* Mtra. Manuela Castellanos Pérez** D. en C. Víctor Vega Villa*** D. en C. Alfredo Briones Aranda*** Resumen l siguiente trabajo tiene la finalidad de revisar de manera general el estado actual del consumo de cannabis y sus implicaciones para la salud física y mental. Las estadísticas indican que la marihuana es una de las drogas más consumidas a nivel mundial. Actualmente se estima que existen entre 119 y 224 millones de consumidores en el mundo. En los últimos años E se ha intensificado el debate sobre los efectos nocivos de la marihuana en el organismo; sin embargo, la opinión científica es controversial. A pesar de ser menos nociva que otras drogas, ésta produce diversas alteraciones cognitivas que pueden ser peligrosas cuando se consume en etapas críticas del desarrollo cerebral. En la población joven existe un alto consumo, lo cual representa un riesgo potencial para padecer trastornos psiquiátricos y neurológicos en la vida adulta. En esta revisión se analiza los diferentes usos que se ha dado a la marihuana desde su descubrimiento, se revisa también el sistema de receptores a los cuales se une la sustancia al *Aspirante al Doctorado en Investigación en Medicina por IPN. **Aspirante al Doctorado en Ciencias para la Salud por la Unach. ***Profesor e investigador de la Facultad de Medicina Humana de la Unach. 66 www.salud.chiapas.gob.mx Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014. Difusión de la ciencia introducirse al organismo, así como los efectos neuropsicológicos y adversos derivados de su consumo. La resina tiene la función de facilitar la fecundación y proteger, tanto del sol como de los insectos, a las semillas (Kuhn)3. Palabras clave: Cannabis, deterioro cognitivo, adicción, Delta-9-tetrahidrocannabinol. La planta del cannabis es conocida desde hace milenios y su origen se registra en Asia Central. Algunos autores datan su uso desde hace 6000 años, aunque no existe acuerdo en fechar el origen de su consumo4. Su utilización ha pasado desde el manejo de sus fibras para la confección de tejidos y cuerdas, a su aprovechamiento como aditivo alimentario en el uso de su aceite y semillas como nutriente. También se ha empleado con el fin de sanar diversas enfermedades y con fines religiosos5, por sus propiedades psicoactivas. Summary The present review considers non-medical Cannabis consumption and its implications for physical and mental health. This topic is particularly relevant in light of the widespread use of marijuana, estimated to be consumed by 119 to 224 million people worldwide, and the recent demand for legalization. Scientific opinion is divided on the possible harmful effects of Cannabis on the organism. Although less harmful than other drugs (e.g., cocaine, crack and heroin), marijuana produces diverse cognitive alterations that could lead to grave consequences if consumed during critical stages of cerebral development. This is particularly worrisome given the high level of consumption among young people. We conclude that the use of Cannabis during adolescence represents a potential risk factor for psychiatric and neurological disorders in later adult life. Hence, we herein analyze the different uses given to marijuana, as well as its neuropsychological effects and receptor pathways in the organism. Keywords: Cannabis, cognitive deterioration, addiction, Delta-9-tetrahydrocannabinol. Antecedentes El cannabis es una planta que históricamente se conoce por sus propiedades psicoactivas, analgésicas y antieméticas. El primero en denominar Cannabis sativa a esta planta fue el médico sueco Carl Von Linné en 1753. Esta denominación proveniente del griego kannabis, deriva a su vez del sumerio y surge de las montañas del Himalaya de donde proviene esta planta y llega hasta la antigua Europa para difundirse hacia la India, Medio Oriente, y mucho después a las Américas1. Las principales sustancias psicoactivas denominadas canabinoides están presentes en toda la planta, incluso en las hojas y flores; sin embargo, se concentran mayormente en la resina (también llamada hachís) producida por las glándulas de la base de la fina capa de vellosidades de la hoja y en las brácteas de la cabeza de la flor, de la planta hembra2. Existen plantas de cannabis masculinas y femeninas. Para poder producir semillas la planta femenina debe ser fertilizada por el polen de la planta masculina. www.salud.chiapas.gob.mx A lo largo del tiempo su consumo se había mantenido en un perfil relativamente bajo. Este panorama cambió a partir de los años sesenta; época en la que los estudios epidemiológicos revelaron que el consumo de marihuana con fines recreativos estaba muy extendido y que se había convertido en un grave problema social y de salud pública, en especial entre adolescentes y adultos jóvenes6. Los orígenes del consumo de cannabis Las propiedades medicinales del cannabis fueron conocidas y utilizadas en la China hace más de 4000 años. Se tiene conocimiento de la relación existente entre la medicina y el Cannabis sativa en la cultura China, gracias a la mención que de ella se hace en dos tratados de medicina de aquella época7, uno de ellos es el libro de medicina “Nei Ching”, atribuido al emperador Huang Ti (2600 a.C.); en él se recogen algunas recetas para el alivio de ciertas enfermedades entre cuyos ingredientes se incluía el cannabis, siendo la primera referencia documentada sobre las aplicaciones médicas de la planta8. En la India, los arios (2000 a.C.), tribu proveniente de Ankara, utilizaban el cannabis en los ritos religiosos. La planta es nombrada en los Vedas sagrados, textos que forman la base del sistema de escritura del hinduismo, sobre todo en el cuarto veda, el Atharva Veda8, donde se le describe como una hierba sagrada y aparece relacionada con el dios Shiva, del que se dice “que trajo la planta para el uso y la alegría de su pueblo”7. Uno de los iniciadores del estudio científico sobre el cannabis, en 1839, fue un cirujano irlandés llamado O’Shaughnessy7 quién había conocido sus propiedades durante su estancia en la India. 67 Difusión de la ciencia Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014. Este cirujano recomendaba la marihuana para el tratamiento de diversas enfermedades como el reumatismo, asma, espasmos y convulsiones musculares, además de que le atribuía, entre otras, propiedades para aliviar el dolor con resultados positivos7. Las cantidades del extracto de cannabis utilizadas por O’Shaughnessy no eran lo suficientemente fuertes como para producir los efectos psicoactivos, por lo que sus estudios extendieron su utilización en la medicina y la farmacología facilitando su divulgación en diversos países europeos y en Estados Unidos7. Por cuanto a los efectos psicotrópicos, fue Jacques-Joseph Moreau (1804-1884), médico francés del hospital psiquiátrico de La Bicêtre, en París, quien realizó una descripción pormenorizada en su publicación “Du haschich et de l’aliénation mental”, la cual estaba basada en la auto observación y la de sus colaboradores al consumir diferentes dosis de un preparado de cannabis que el propio Moreau elaboraba, denominado “dawanesc”5. En la obra de Moreau se describen ocho síntomas comunes en la intoxicación por cannabis y las enfermedades mentales de la época: euforia, excitación intelectual con disociación de las ideas, distorsión de la percepción del espacio y del tiempo, hipersensibilidad auditiva, ideas fijas y convicciones delirantes, inestabilidad de las emociones, impulsos irresistibles, ilusiones y alucinaciones5. Félix-Alexis Roubaud (1820-1878), sucesor de Moreau, escribió sobre sus experiencias sometido voluntariamente para verificar el efecto de la Cannabis sativa y exploró la posibilidad de utilizarla para el tratamiento de la impotencia. Dicho estudio se presenta en su “Tratado de la impotencia y de la esterilidad en el hombre y la mujer incluyendo los medios recomendados para remediarlas”1. Consumo En 2010 un reporte de la Organización Mundial de la Salud se estimó en 150 millones el número de consumidores de cannabis, es decir, 2.5% de la población mundial9. Según el informe mundial sobre las drogas, elaborado en 2012 por la Oficina Contra la Droga y el Delito, de las Naciones Unidas, el cannabis es la sustancia ilícita de mayor consumo mundial; existen entre 119 y 224 millones de consumidores de cannabis en todo el mundo y el consumo se mantiene estable10. Prevalencia de consumo de cannabis en 2010 Fuente: United Nations Office on Drugs and Crime. Informe mundial sobre las drogas (2012). 68 www.salud.chiapas.gob.mx Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014. Difusión de la ciencia Los datos referentes a las incautaciones y la erradicación del cannabis indican que la producción de la hierba se extiende día con día, aunque resulta complicado cuantificarla debido a su pequeña escala de cultivo y producción. Con respecto a la obtención mundial de resina de cannabis en mayor escala (hachís), solo se dispone de nuevos datos en relación con la de Afganistán10. En México los resultados de los estudios recientes muestran incrementos significativos en el uso de drogas ilegales, especialmente en el de la marihuana. La Encuesta Nacional de Adicciones (ena) realizada en 2008 señala un incremento en el consumo “alguna vez” de drogas ilegales y médicas en la población, en comparación con 2002, y en donde los hombres son los que reportan mayor consumo. La marihuana se mantiene como la sustancia de preferencia de los usuarios11. La ena informó en 2011 que solo en la ciudad de México la marihuana es la sustancia que presenta el nivel de consumo más alto (61%). Los consumidores de esta sustancia inician antes de los 11 años; sin embargo, el grupo más afectado es el de los 15 a 19 años (56.7%). La frecuencia de uso es alta (20 días o más durante el último mes) en 4.8% de los casos. La vía de administración más frecuente es por inhalación11. La marihuana se mantuvo en 2012 como la droga de mayor consumo, con una prevalencia del 1.2%, y con relación a 2008, no hubo incremento estadísticamente significativo en la población general pero sí en los hombres, en quienes el consumo pasó de 1.7 a 2.2%11. La ena informó también que la República Checa tiene la mayor prevalencia (15.2%), y México (1%) sólo está por arriba de Moldova (0.9%) lo que lo ubica como parte de los países con menor prevalencia. Con un porcentaje del 13.7% Estados Unidos tiene el mayor consumo anual11. Composición química del cannabis La composición química de los alcaloides de la marihuana es muy compleja ya que contiene más de cuatrocientas sustancias, a las que se añade un total de 66 cannabinoides, de los cuales el Delta-9-tetrahidrocannabinol (thc) es el psicoestimulante más abundante y poderoso6, seguido del canabinol y el canabidiol12. En los últimos treinta años el cultivo de la planta y las técnicas de mezclado entre diferentes tipos de www.salud.chiapas.gob.mx cannabinoides ha aumentado considerablemente la concentración de thc. En los años sesenta y setenta, el contenido de de un cigarrillo de marihuana era de 10 mg6. Actualmente el cannabis producido mediante técnicas especiales puede contener de 150 a 300 mg. de thc, razón por la cual el fumador actual de marihuana tiene mayor riesgo de intoxicación que el usuario de hace treinta o cuarenta años. Por lo tanto los efectos de las dosis altas, sobre la salud de los usuarios, deben analizarse meticulosamente6. thc Después de que el principio activo de la marihuana (thc) llega al cerebro y se une a sus receptores (cannabinoides), produce euforia seguida de relajación, se perciben con mayor intensidad los olores, los sabores y los sonidos y parece que el tiempo pasa lentamente. Su consumo, al igual que todas las drogas de abuso, tiene efectos adversos. Sin embargo, la marihuana tiene un uso potencial en medicina por sus propiedades antieméticas y analgésicas13. Mecanismo de acción (Sistema endocanabinoide) Debido a los diversos efectos observados en consumidores de marihuana, surgió la idea de que en el organismo deberían existir estructuras endógenas específicas a las cuales se une el cannabis y produce sus efectos característicos2. El primer paso importante para dilucidar la forma a través de la cual los cannabinoides ejercen sus efectos en el cerebro se produjo en 1964 cuando se determinó la estructura del thc, principal responsable de las propiedades psicoactivas de los cannabinoides14. Una vez conocida la estructura del thc, era necesario identificar en qué zonas del cerebro actuaba para producir sus efectos y cuáles eran los mecanismos que los producían. En el caso de los cannabinoides, esta segunda etapa comenzó con la caracterización farmacológica de un receptor cuya distribución cerebral podía explicar las propiedades farmacológicas atribuidas a los cannabinoides. El primer cannabinoide identificado fue la anandamida, posteriormente se identificaron dos cannabinoides más14. El receptor cb1 (receptor cannabinoide tipo I) también llamado receptor central se distribuye principalmente en la región frontal de la corteza cerebral, los ganglios basales, el cerebelo, el sistema límbico, el hipotálamo, los nervios periféricos, el corazón, el tejido vascular y los 69 Difusión de la ciencia Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014. testículos14. El receptor cb2 (receptor cannabinoide tipo II) se conoce también como receptor periférico y se ha encontrado en el bazo y en células del sistema inmune. La localización presináptica del receptor cb1 sugiere que los cannabinoides tienen un papel importante como moduladores de la liberación de neurotransmisores. Investigaciones recientes señalan, que los endocanabinoides tienen la función de neuromoduladores más que de nuerotransmisores14. La marihuana también bloquea los receptores de acetilcolina, lo que puede generar respuestas amnésicas moderadas (Howlett, Jonson, Melvin)3. Las reacciones de euforia se asocian al incremento de la opiopeptina generado por efecto del thc sobre los receptores dopaminérgicos en el circuito de recompensa o placer (Carroll)3. dicho que este patrón explicaría la ausencia de síndrome de abstinencia16. Efectos neuropsicológicos Los términos con los que se describen los efectos del consumo recreativo de cannabis sobre el sistema nervioso son: ligera euforia, relajación, aumento de la sociabilidad, y potenciación de las percepciones sensoriales y de la creatividad17. Otros efectos habituales, no tan deseados o buscados con su consumo son alteración de la percepción del paso del tiempo, alucinaciones, psicosis, despersonalización, fragmentación del pensamiento y ansiedad. La mitad de los usuarios habituales han tenido como mínimo un episodio de ansiedad consecuente a su consumo, generalmente a dosis altas17. Absorción y distribución La cantidad de thc que se absorbe y la velocidad de la absorción dependen de la vía de administración. Por inhalación de humo (en cigarrillos, pipas de agua o vaporizadores), la absorción es rápida y la cantidad absorbida depende de la forma cómo se fume; puede variar entre 10 y 50% según la profundidad de las inspiraciones y retención de humo en los pulmones (un 30% del thc se pierde durante la combustión y entre 10 y 20% queda en la colilla, en el humo no inhalado o se metaboliza en el pulmón). Los efectos se inician en pocos segundos y son completos antes de media hora15. Por vía oral, la absorción del thc es lenta, irregular y variable entre los individuos. Su biodisponibilidad puede variar entre 5 y 10%, debido a que es destruido parcialmente por el jugo gástrico y es sometido a metabolización hepática de primer paso; los efectos se inician entre dos y tres horas después de su ingesta y duran de tres a seis horas15. Las concentraciones plasmáticas de thc que se alcanzan después de la administración por vía oral se pueden modificar con la presencia de alimentos, sobre todo los lípidos, que aumentan su absorción hasta un 90-95%15. Cuando llega a la circulación sistémica el thc se distribuye rápidamente por el organismo, primero a los tejidos más irrigados (cerebro, riñón, estómago, pulmones, hígado, corazón, bazo, etc.) y posteriormente se acumula en el tejido adiposo16; una vez en éste se libera lentamente hacia la sangre, de forma que su eliminación completa puede necesitar 30 días y pasar una parte al sistema nervioso central (snc). Se ha 70 Foto: iStockphoto. Algunas investigaciones recientes han reportado que los consumidores de cannabis muestran alteraciones importantes en la memoria y la función ejecutiva. El uso de cannabis por parte de los padres parece aumentar el riesgo de generar episodios depresivos mayores durante la adolescencia en hijos descendientes. Estudios en animales y humanos sugieren que el cannabis puede alterar la función cognitiva y generar hiperactividad, menor capacidad de atención, impulsividad y depresión. Los efectos neuropsicológicos reportados con mayor frecuencia por consumo de cannabis incluyen: lentitud mental, disminución de los tiempos de reacción y aumento de los niveles de ansiedad18. www.salud.chiapas.gob.mx Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014. Difusión de la ciencia Otros estudios advierten que el uso crónico de los productos de marihuana sintética está asociado con una mayor probabilidad de presentar sintomatología psicótica19. El cannabis es comúnmente utilizado por las personas con esquizofrenia y puede causar paranoia en aproximadamente 40% de las personas que experimentan con esta sustancia18. Los pacientes que padecen esquizofrenia y consumen cannabis suelen requerir un mayor número de hospitalizaciones en comparación con aquellos que presentan el mismo padecimiento pero no consumen la sustancia20. Foto: Thinkstock. Hay una densidad elevada de receptores cb1 en los núcleos paraventricular y ventromedial del hipotálamo, áreas cerebrales implicadas en la regulación del apetito21. Se han identificado receptores cb1 en el núcleo del tracto solitario en el snc. Este núcleo, situado en el tronco cerebral, se ha implicado en la regulación de la emesis. Estudios recientes demuestran que los cannabinoides inhiben el vómito por acción sobre los receptores cb1 situados en el tronco cerebral21. El efecto analgésico es uno de los más caracteristicos del cannabis y de sus derivados. Está mediado por receptores cannabinoides (cb1) en el snc y (cb1 y cb2) en el sistema nervioso periférico (snp). En la médula espinal el sistema cannabinoide interactúa con el sistema opioide en la modulación de la percepción del dolor22. El cbd (canabidol) ha mostrado efecto antiinflamatorio y analgésico en modelos de inflamación aguda www.salud.chiapas.gob.mx inducida por la administración de carragenina en ratas. El mecanismo de acción sugerido es la reducción de las concentraciones de prostaglandina E2, la actividad de la ciclooxigenasa, de óxido nítrico y de radicales libres que aparecen durante el proceso inflamatorio22. Efectos adversos derivados del consumo de cannabis Los sujetos con dependencia a la marihuana presentan un consumo compulsivo y en general no desarrollan dependencia fisiológica, aunque se ha observado tolerancia a muchos efectos de cannabis en consumidores crónicos. También se han advertido algunos síntomas de abstinencia, pero sin importancia clínica. Los sujetos con dependencia al cannabis consumen grandes cantidades a lo largo del día durante meses o años e invierten muchas horas para obtener y consumir la sustancia, lo cual altera diversos ámbitos de la vida del sujeto. Las personas dependientes de cannabis pueden continuar con el uso de la sustancia a pesar de los problemas de salud o psicosociales derivados de su consumo23. La manifestación clínica fundamental para diagnosticar intoxicación por cannabis según el dsm-iv-tr (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) es la presencia de alteraciones psicológicas clínicamente significativas que se producen poco tiempo después de haber consumido la droga. Los rasgos clínicos de la intoxicación señalados por el dsm-iv se presentan como: sensación de bienestar seguida de manifestaciones de euforia, risas inapropiadas, grandiosidad, letargia, deterioro de la memoria inmediata, dificultades para elaborar procesos mentales complejos, deterioro de la capacidad de juicio, percepciones sensoriales distorsionadas, deterioro de la actividad motora y sensación de que el tiempo transcurre lentamente23. Puede aparecer ansiedad, disforia o retraimiento social. Estas manifestaciones clínicas se acompañan de dos o más signos que se presentan a las dos horas del consumo de la droga: irritación conjuntival, aumento del apetito, sequedad en la boca y taquicardia23. En el entorno psíquico, el consumo de cannabis puede desencadenar algunos efectos adversos como: ansiedad, depresión, ideas delirantes, alucinaciones y alteraciones en la memoria a corto plazo. También puede afectar la función motora produciendo alteraciones en el tiempo de 71 Difusión de la ciencia Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014. reacción y limitar la coordinación. Otros efectos comunes derivados del consumo de cannabis son: sedación, excitación, hipotermia, inmovilidad o catalepsia24. La principal preocupación respecto de las alteraciones cognitivas producidas por el consumo habitual de la droga gira en torno a la población joven. El consumo recurrente de cannabis en una etapa crucial para el desarrollo cerebral, como lo es la adolescencia, puede generar alteraciones cognitivas irreversibles25. En el ámbito de los trastornos afectivos, las investigaciones no han sido tan numerosas ni tan concluyentes. Las consecuencias más examinadas hasta ahora incluyen el trastorno afectivo del humor o bipolar, trastornos afectivos no especificados, depresión, ideación o intentos suicidas y manía25. El trastorno bipolar y de pánico, la fobia social, el trastorno de ansiedad generalizado, el obsesivo compulsivo, los trastornos de personalidad, y los trastornos adaptativos también han sido relacionados significativamente con el consumo de cannabis en consumidores crónicos25. Hasta finales de 2001, el estudio de la relación causal entre el cannabis y la psicosis se mantuvo sin respuesta, pero a partir de ese mismo año varios estudios efectuados en todo el mundo han reavivado el debate. Actualmente se realizan asociaciones entre el consumo como agente causal o como detonante previo a una predisposición a la psicosis26. La literatura científica vigente señala que el consumo de cannabis aumenta el riesgo de desarrollar trastornos psicóticos en personas vulnerables o predispuestas y puede afectar negativamente el curso de la psicosis crónica preexistente26. Aunque existe alguna evidencia de que el uso de cannabis podría aumentar el riesgo de psicosis o síntomas psicóticos en desarrollo, la naturaleza causal de esta asociación es menos clara26. Estudios realizados sugieren que el consumo de cannabis en edades tempranas está relacionado con la aparición de psicosis y síntomas psicóticos que no cesan después de la intoxicación. Sin embargo, resulta difícil excluir factores como la predisposición biológica, los factores ambientales y sociales26. Conclusiones El estudio de los efectos del cannabis desde el contexto psicológico, neurológico y social es fundamental debido al creciente porcentaje anual de consumidores. A pesar de que existen 72 investigaciones que sugieren efectos adversos, el cannabis puede ser una alternativa más para el tratamiento de ciertas patologías como: el alzheimer y la anorexia, o para amortiguar o quitar el dolor producido por algunas enfermedades, que no puede ser controlado por analgésicos. El efecto nocivo de la marihuana sobre el desarrollo cerebral de los consumidores jóvenes puede ser un argumento importante para prevenir su consumo en esta etapa. Otro argumento fuerte en contra del consumo de cannabis es el que señala que la marihuana es la “puerta de entrada hacia el consumo de otras drogas más toxicas”; sin embargo, la literatura científica aún no ha encontrado asociación consistente entre estas variables. El consumo de cannabis, además de representar un problema de salud pública, también afecta a la sociedad en su organización ya que al amparo de la clandestinidad surgen organizaciones delictivas dedicadas al tráfico de drogas, que cada vez están más preparadas para evadir la seguridad de las fronteras, lo que hace casi imposible su exterminio, razón que ha llevado a algunos países a discutir sobre la posibilidad de regularizar la posesión y consumo de la marihuana. Aunque su consumo puede no ser mortal y sus efectos adversos ser “menos perjudiciales” que el de otras drogas, su cultivo, transporte y comercialización, representan un problema social grave. En México, diariamente se presentan actos criminales relacionados con el narcotráfico. Referencias 1. Garrabé, J. (2010). El hakik, ¿remedio o veneno? (Spanish). Salud Mental, 33(5), 457-465. 2. Iversen, L. L. (2001). The Science of Marijuana (1era Ed). New York (NY): Oxford University Press; pp. 26, 5, 6,:172-4. 3. Serrano, I. F. y Diez, M. D. (2010). Drogas y conducta: propiedades, efectos, usos médicos y riesgos potenciales de las drogas psicotrópicas: Puebla, Mex.: UDLAP; Universidad Veracruzana. 4. Merino, P. (2000). Vieja historia del cannabis y recientes prácticas preventivas en Europa. Adicciones, 12(2):275-280. 5. Lorenzo, P. y Leza, J. (2000). Utilidad terapéutica del Cannabis y derivados. Adicciones, 12(2): 149168. 6. Carranza, R. (2012). Los productos de Cannabis sativa: Situación actual y perspectivas en medicina. Salud Mental, 35(3):247-256. www.salud.chiapas.gob.mx Año II. Vol. 2, abril - junio de 2014. Difusión de la ciencia 7. Ramos, J. A. y Fernández, J. (2000). Cannabinoides: propiedades químicas y aspectos metabólicos. Adicciones, 12(2):41-58. 8. Escohotado, A. (1998). Historia de las drogas (7ª Ed). Madrid: Alianza. Tres volúmenes. 9. Rodríguez de Romo, A. (2012). Bosquejo histórico y uso social de la mariguana. (Spanish). Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM, 55(5), 48-54. 10. United Nations Office on Drugs and Crime. Informe mundial sobre las drogas, (2012). Recuperado el 19 de abril del 2013 de: http://www.unodc. org/documents/southerncone//Topics_drugs/ WDR/2012/WDR_2012_Spanish_web.pdf 11. Encuesta Nacional de Adicciones (2012). Reportes nacionales: Drogas. Recuperado el 19 de abril del 2013 de: http://portal.salud.gob.mx/sites/salud/ descargas/pdf/ENA_2011_DROGAS_ILICITAS_. pdf 12. Dewey, W. L. (1986).Cannabinoid Pharmacology. Pharmacol Rev; 38:151-78. 13. Contreras, A., Méndez D. M., Prieto G. B., Romano, A., Caynas, S. y Prospéro G. O. (2010). El cerebro, las drogas y los genes. Salud Mental, 535-542. 14. Toledo, I., Mejía, M. y Ramírez, D. (2009). Mecanismos moleculares de la adicción a la marihuana. Revista Colombiana de Psiquiatría, 38(1):126-142. 15. Lindgren, J. E., Ohlsson, A., Agurell, S., Hollister, L., Gillespie, H. (1981). Clinical effects and plasma levels of delta 9-tetrahydrocannabinol (delta 9-THC) in heavy and light users of cannabis. Psychopharmacology 1981; 74: 20812. 16. Williamson, E. M., Evans F. (2000). Cannabinoids in clinical practice. Drugs; 60: 1303-14. 17. Ashton, C. H. (1999). Adverse effects of cannabis and cannabinoids. Anaesth; 83:637-49. 18. Orr C., Morioka R., Behan B., Datwani S., Doucet M., Ivanovic J., Kelly C., Weierstall K., Watts R., Smyth B., Garavan H. Altered resting-state connectivity in adolescent cannabis users. Am. J. Drug Alcohol Abuse, 39(6):372-81. 19. Galvez-Buccollini, Proal A.C., Tomaselli V., Trachtenberg M., Coconcea C., Chun J., Manschreck T., Fleming J., Delisi E. (2012). Association between age at onset of psychosis and age at onset of cannabis use in non-affective psychosis. Schizophr Res (1-3):157-60 20. Van Dijk, D., Koeter, M.W., Hijman, R., Kahn, R.S., Van Den Brink W. (2012) Effect of cannabis use on the course of schizophrenia in male patients: a prospective cohort study. Schizophr Res. (13):50-7. 21. Pertwee, R. G., & Wickens, A. P. (1999). Enhancement by chlordiazepoxide of catalepsy induced in rats by intravenous or intrapallidal injections of enantiomeric cannabinoids. Neuropharmacology; 30:237-44. 22. Costa, B., Colleoni, M., Conti, S., Parolaro, D., Franke, C., & Trovato, A. (2004). Oral antiinflammatory activity of cannabidiol, a nonpsychoactive constituent of cannabis, in acute carrageenan-induced inflammation in the rat paw. Naunyn Schmiedebergs Arch Pharmacol. 23. Pichot, P. (1999). DSM-IV: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales/ coordinador general de las ediciones española, francesa e italiana Pierre Pichot; director de la edición española Juan J. Lopez-Ibor Alino; coordinador de la edición española Manuel Valdes Miyar; tr. Tomas de Flores i Formenti... [Et al.]. Barcelona: Masson, 1999. 24. Machorro, M. (2009). Actualidades clínicas del consumo de mariguana. Revista Mexicana De Neurociencia, 10(6):459-461. 25. Fernández, S. A., Fernandez, J. R., Secades, R. V., & García, P. P. (2011). Cannabis y Salud Mental. Actas Españolas de Psiquiatría, 39(3):180-190. 26. Ben Amar, M. & Potvin, S. (2007). Cannabis and psychosis: what is the link? Journal Of Psychoactive Drugs, 39(2):131-142. Cannabis sativa. Wikimedia Commons. www.salud.chiapas.gob.mx 73