Download de MAMAen VENEZUELA - Sociedad Anticancerosa de Venezuela
Document related concepts
Transcript
FUVEICAM FUNDACIÓN VENEZOLANA DE EDUCACIÓN E INVESTIGACIÓN CONTRA EL CÁNCER DE MAMA INVES ` para el CÁNCER GUIA de MAMA en VENEZUELA C a r a c a s , 2 0 1 5 GUÍA PARA EL CÁNCER DE MAMA EN VENEZUELA CARACAS, VENEZUELA, 2015 Hecho el depósito de Ley DEPÓSITO LEGAL: Ifi8320156103140 ISBN: 978-980-7773-00-3 RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. NI LA TOTALIDAD NI PARTE DE ESTA PUBLICACIÓN PUEDEN REPRODUCIRSE, REGISTRARSE O TRANSMITIRSE, POR UN SISTEMA DE RECUPERACIÓN DE INFORMACIÓN, EN NINGUNA FORMA NI POR NINGÚN MEDIO, SEA ELECTRÓNICO, MECÁNICO, FOTOQUÍMICO, MAGNÉTICO O ELECTROÓPTICO, POR FOTOCOPIA, GRABACIÓN O CUALQUIER OTRO, SIN PERMISO DEL EDITOR. NOTA Las recomendaciones de la presente guía no agotan el espectro de posibilidades diagnósticas y terapéuticas en el manejo del cáncer de mama, tampoco constituyen indicaciones de obligado cumplimiento. En ningún caso sustituyen el juicio médico cuyo curso de acción está determinado por la condición del paciente, las limitaciones de los recursos disponibles o los avances en el conocimiento o la tecnología con posterioridad a la publicación de la presente guía. La complejidad del ser humano hace imposible predecir con certeza la respuesta individual al tratamiento. Por lo tanto, se debe reconocer que la adhesión a estas directrices no asegurará siempre un resultado exitoso. Todo lo que se espera es que el profesional siga un curso de acción razonado sobre la base de la evidencia actual, los recursos disponibles en el país y las necesidades del paciente, para así poder proporcionar el cuidado médico más efectivo y seguro, lo que constituye el propósito de la GUÍA PARA EL CÁNCER DE MAMA EN VENEZUELA. Dra. María Eugenia Aponte-Rueda, PhD Cirujano Mastólogo. Unidad de Patología Mamaria Hospital Universitario de Caracas. COLABORADORES: EPIDEMIOLOGÍA Dr. Luis G. Capote Negrin Cirujano Oncólogo y Epidemiólogo. Coordinador del Registro Central de Cáncer. Programa de Oncología. MPPS. Venezuela. Prof. Irene García Mosquera, PhD Coordinadora de los Postgrados en Estadística. Universidad Simón Bolívar (USB), Caracas. Centro de Estadística y Software Matemático (CESMa/USB), Caracas. Desiree Villalta. Centro de Estadística y Software Matemático (CESMa/USB), Caracas. RADIOLOGÍA Dra. Adriana Alvins Vásquez Médico Radiológo-Mastología. Diagnoimagen Centro Caracas. Dra. María Isabel de Abreu Médico Radiólogo especialista en Mastología. Diagnoimagen Centro Caracas. MEDICINA NUCLEAR Dra. Aisa Manzo Porras Médico Nuclear. Médico Adjunto Sección de Medicina Nuclear, Coordinadora de la Sección de PET-CT. Cátedra de Radioterapia y Medicina Nuclear Hospital Universitario de Caracas. Jefe de Servicio de Medicina Nuclear Centro Médico Docente La Trinidad, Caracas. ANATOMÍA PATOLÓGICA Dr. Gino Bianchi Médico Anatomopatólogo, especialista en Patología Mamaria. Profesor Agregado de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela. Patólogo Clínica Santa Sofía, Caracas. Dr. Julio Ibarra Jefe del Servicio de Patología en Orange Coast Memorial Medical Center, California, USA. Director del Servicio de Patología del MemorialCare Breast Center, en Orange Coast Memorial Medical Center, California, USA. Profesor de Patología de la Universidad de California en Irvine, California, USA. CIRUGÍA Dr. Álvaro Gómez Cirujano Oncólogo, Mastólogo. Presidente de la Sociedad Venezolana de Oncología. Jefe Servicio de Patología Mamaria Servicios Oncológicos IVSS Hospital Oncológico Padre Machado, Caracas. Dr. Gerardo Hernández Muñoz Cirujano Oncólogo, Mastólogo. Director de la Unidad de Mastología del Centro Clínico de Maternidad Leopoldo Aguerrevere, Caracas. Dr. Ezio Novais Dias Cirujano Mastólogo. Coordinador del Departamento de Mastología del Hospital San Rafael, Salvador, Bahía, Brasil. Director Médico del Instituto de Mastología de Bahía, Brasil. CIRUGÍA PLASTICA Y RECONSTRUCTIVA Dra. Marcela Molina P. Cirujano Plástico y Reconstructivo. Médico Adjunto del Servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva del Hospital Universitario de Caracas. RADIOTERAPIA ONCOLÓGICA Dra. Ivonne Medina Médico Especialista en Radioterapia y Medicina Nuclear. Servicio de Radioterapia del Centro Médico Caracas. Dra. Thais Morella Rebolledo, Msc. Médico Radioterapeuta Oncólogo. Profesora Asociada de la Facultad de Medicina dela Universidad Central de Venezuela. Jefe de la Cátedra/Servicio de Radioterapia y Medicina Nuclear Hospital Universitario de Caracas. Coordinadora del Curso de Ampliación en Patología Mamaria-Hospital Universitario de Caracas. ONCOLOGÍA MÉDICA Dr. Javier Cortés, PhD Oncólogo Médico. Director del Programa de Cáncer de Mama del Hospital Universitario Vall d´Hebron, Barcelona, España. Dra. María Teresa Coutinho. Oncólogo Médico. Fundación BADAN. Dr. Jesús Matías Velásquez Oncólogo Médico. Instituto de Hemato-Oncología de la Universidad Central de Venezuela. Dr. Sunil Daryanani, MSc. Oncología Médica. Hospital de Clínicas Caracas, Caracas, Venezuela. CUIDADOS PALIATIVOS Dra. Patricia Bonilla. (AUTOR) Médico Anestesiólogo especialista en Medicina Paliativa y Medicina del Dolor. Jefe de Servicio de Cuidado Paliativo del Instituto Oncológico Dr. Luis Razetti, Caracas. Directora del Postgrado de Medicina Paliativa. Ex-Presidente de la Sociedad Venezolana de Medicina Paliativa. AVOCACÍA María Pérez Rancel, PhD. Profesora Titular Facultad de Medicina, Universidad Central de Venezuela. REVISORES BIBLIOGRÁFICOS Dra. Daniela Gonsalves Pieretti Fundación Venezolana para la Educación e Investigación contra el Cáncer de Mama (FUVEICAM). Rony Maksoud Sleiman, Msc Fundación Venezolana para la Educación e Investigación contra el Cáncer de Mama (FUVEICAM). Daniel Rodríguez-Zamero. Fundación Venezolana para la Educación e Investigación contra el Cáncer de Mama (FUVEICAM). FUVEICAM FUNDACIÓN VENEZOLANA DE EDUCACIÓN E INVESTIGACIÓN CONTRA EL CÁNCER DE MAMA INVES ` para el CÁNCER GUIA de MAMA en VENEZUELA Caracas, 2015 ` PREAMBULO L as guías para el cáncer de mama, en los países con alto nivel de recursos, se han desarrollado con el fin de promover el acceso equitativo y de calidad al diagnóstico y tratamiento de aquellas mujeres que padecen esta enfermedad. En el caso de los países de bajo y mediano ingreso, como Venezuela, su aplicación puede tener un costo prohibitivo o no estar disponible, lo que hace indudable la necesidad de generar directrices propias, basadas en la evidencia científica, que cumplan con estándares internacionales y sean aplicables de manera racional a los recursos existentes en el país. La Organización Mundial de la Salud, en 2013, avala el Plan de Acción para las Enfermedades No Comunicables.1 Este plan establece que dentro de las prioridades iniciales de los Programas Nacionales de Control del Cáncer, particularmente de los países en desarrollo, deben estar la elaboración, implementación y monitoreo de normas basadas en la evidencia, que sean costo-efectivas. Por ello, la Guía para el Cáncer de Mama en Venezuela surge como una iniciativa para el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes afectados con cáncer de mama, a través de la planificación, desarrollo, diseminación e implementación de un instrumento basado en la evidencia y en la práctica clínica venezolana. La presente guía consiste en una revisión sistemática exhaustiva de la evidencia científica en cáncer de mama; la evaluación crítica y resumen de dicha evidencia, con la posterior recopilación y síntesis de las sugerencias acordadas por el consenso de los revisores internos y externos, lo cual da como resultado la redacción del documento final. Este proceso se dividió en las siguientes fases: FASE 1: Planificación del proyecto: • Elaboración de las pautas de realización del documento. • Definición de los temas. • Determinación de las preguntas de investigación • Delimitación del objetivo de investigación. FASE 2: Revisión sistemática de la bibliografía. Identificación y revisión de las guías existentes. Colección y evaluación. FASE 3: Síntesis de la evidencia. Clasificación de acuerdo con los niveles de evidencia según Sackett (Versión 1: Revisión de la bibliografía). FASE 4: Envío a los revisores para proporcionar su retroalimentación. Fecha tope de revisión: diciembre 2014. FASE 5: Recopilación y análisis de las recomendaciones basadas en las observaciones de los revisores, enmarcados en la normativa nacional y la disponibilidad de recursos. FASE 6: Envío del borrador de recomendaciones a los revisores (Versión 2: Guía preliminar) para proporcionar su retroalimentación (Versión 3: Guía final). FASE 7: Redacción del documento final. REFERENCIA 1. World Health Organization 2013-2020. Global Action for the Prevention and Control of Noncommunicable Diseases. Geneva, Switzerland: WHO; 2013: 1-103. GUÍA PARA EL CÁNCER DE MAMA EN VENEZUELA PRÓLOGO E s para mí una grata tarea la de aceptar la amable invitación de la Dra. María Eugenia Aponte-Rueda de prologar las “Guías para el Cáncer de Mama en Venezuela”, desarrolladas por la Dirección de Educación de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela y de la Fundación Venezolana para la Educación e Investigación contra el Cáncer de Mama (FUVEICAM). A fin de optimizar la calidad de la atención medica es que se recomienda el desarrollo de Guías, Recomendaciones o Normativas en la práctica clínica. Usualmente estas pueden ser producidas por entidades académicas o científicas del ámbito privado como así también por organismos gubernamentales. Es importante diferenciar lo que son las guías o recomendaciones propuestas por sociedades científicas de lo que se debe entender por guías sobre una patología determinada para un país. Las primeras son realizadas por médicos, siguiendo la evidencia científica y proponiendo los procedimientos diagnósticos o terapéuticos que son considerados óptimos en una enfermedad determinada. Es una herramienta para promover la buena práctica clínica. En cambio, cuando son recomendaciones a aplicar por todos los participantes del equipo de salud a nivel país, tienen una estructura, evaluación, metodología y desarrollo diferentes. Deben considerar la organización del sistema de salud, considerar los recursos existentes, tener objetivos definidos, y podrán según el caso, contar con la participación de economistas de la salud, terceros pagadores, organizaciones de pacientes, abogados y otros representantes gubernamentales y de la sociedad civil. Este tipo de guía nacional es una estrategia de política pública para proveer la mejor atención posible, a toda la población, minimizando las brechas al acceso a la salud y proveyendo un plan estratégico adaptado a los recursos existentes y al sistema de salud de un país dado. Debe favorecer, mejorar y promover el mejor acceso en condiciones igualitarias y evitando no solo la falta o limitación de asistencia médica adecuada sino también los excesos diagnósticos y terapéuticos. La problemática actual de muchos países, tanto ricos como pobres no es solamente la carencia de asistencia sino también la existencia de prácticas de sobre diagnostico y sobre tratamiento que en muchas ocasiones coexisten simultáneamente en el mismo país. GUÍA PARA EL CÁNCER DE MAMA EN VENEZUELA En el caso del cáncer estas guías deben integrar una estrategia general dentro de un Plan Nacional de Cáncer, herramienta básica para la lucha contra el cáncer a nivel mundial. Este esfuerzo de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela y de la Fundación Venezolana para la Educación e Investigación contra el Cáncer de Mama (FUVEICAM) bajo el inagotable entusiasmo, capacidad y dedicación de la Dra. María Eugenia Aponte-Rueda deben ser estimulados y apoyados sin retaceos. Son también un ejemplo a seguir en otros países hermanos de nuestra América Latina. Dr. Eduardo Cazap Presidente de la Sociedad Latinoamericana y del Caribe de Oncología Médica (SLACOM) Ex Presidente de la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) Miembro del Consejo Ejecutivo del Instituto Nacional del Cáncer de Argentina (INC). CONTENIDO I. EL CÁNCER DE MAMA EN VENEZUELA. TENDENCIAS Y SITUACIÓN ACTUAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . II. EVALUACIÓN POR IMÁGENES DE LA MAMA Y DE LA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . AXILA . . . . A. MAMOGRAFÍA . . . . B. ULTRASONIDO MAMARIO (US) C. RESONANCIA MAGNÉTICA DE MAMAS (RMM) . . . . D. ESTUDIOS DE EXTENSIÓN III. ANATOMÍA PATOLÓGICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 . . . . . . . . . . . . . . 30 . . . . . . . . . . . . . . 31 . . . . . . . . . . . . . . 31 . . . . . . . . . . . . . . 32 . . . . . . . . . . . . . . 33 . . . . . . . . . . . . . . 34 . . . . . . . . . . . . . . 36 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 • ENFOQUE TERAPÉUTICO LOCORREGIONAL . . . . . . . . . . . . . . . . . • MÁRGENES Y OTROS FACTORES DE RECIDIVA . . . . . . . . . . . . . . . . • TRATAMIENTO DE LA AXILA-BIOPSIA DEL GANGLIO CENTINELA (BCG) • CARCINOMA DUCTAL IN SITU Y TERAPIA SISTÉMICA . . . . . . . . . . . . V. CARCINOMA INVASOR 10 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 • BIOPSIA PERCUTÁNEA CONTRA BIOPSIA QUIRÚRGICA . . . . . . . . . . . . . • TIPOS DE BIOPSIA PERCUTÁNEA . . . . . . . . . . . • BIOPSIA DE ADENOPATÍAS AXILARES . . . . . . . . . . . • REPORTE DE LA BIOPSIA • REPORTE DE LA BIOPSIA POSNEOADYUVANCIA . . . . . . . • TIPOS INTRÍNSECOS DE CÁNCER DE MAMA. DEFINICIÓN . INMUNOHISTOQUÍMICA Y MOLECULAR • FIRMAS GENÉTICAS . . . . . . . . . . . IV. CARCINOMA IN SITU 1 . . . . . . 43 . . . . . . 45 . . . . . . 46 . . . . . . 46 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 • ENFOQUE TERAPÉUTICO LOCORREGIONAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . A. CIRUGÍA PRESERVADORA MÁS RADIOTERAPIA . . . . . . . . . . . . . . . B. CIRUGÍA PRESERVADORA SIN RADIOTERAPIA . . . . . . . . . . . . . . . . C. CIRUGÍA PRESERVADORA. ASPECTOS TÉCNICOS: . . . . . . . . . . . . . . • CIRUGÍA DE LAS LESIONES NO PALPABLES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • CIRUGÍA ONCOPLÁSTICA D. MASTECTOMÍA. INDICACIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . E. TRATAMIENTO DE LA AXILA - BIOPSIA DEL GANGLIO CENTINELA (BGC) . . . . 50 . . . . 50 . . . . 51 . . . . 53 . . . . 53 . . . . 54 . . . . 54 . . . . 55 VI. RECONSTRUCCION MAMARIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • RECONSTRUCCIÓN INMEDIATA CONTRA RECONSTRUCCIÓN TARDÍA • TIPOS DE RECONSTRUCCIÓN: IMPLANTES O TEJIDOS AUTÓLOGOS . • RADIOTERAPIA Y RECONSTRUCCIÓN MAMARIA . . . . . . . . . . . . . • RETRASO DEL TRATAMIENTO ADYUVANTE . . . . . . . . . . . . . . . . . • MASTECTOMÍA PRESERVADORA DE PIEL O PEZÓN . . . . . . . . . . . . 63 . . . . . . 63 . . . . . . 64 . . . . . . 64 . . . . . . 64 . . . . . . 65 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 VII. RADIOTERAPIA PARA EL CARCINOMA INVASOR DE LA MAMA A. RADIOTERAPIA POSCIRUGÍA PRESERVADORA . . . . . . . . . . . . • DOSIS Y FRACCIONAMIENTO • HIPOFRACCIONAMIENTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . • RADIOTERAPIA PARCIAL ACELERADA • RADIOTERAPIA INTRAOPERATORIA (IORT) . . . . . . . B. RADIOTERAPIA POSMASTECTOMÍA . . . . . . . . . C. RADIOTERAPIA DE LAS CADENAS GANGLIONARES . . . . . . . . . • RADIOTERAPIA DE LA AXILA • RADIOTERAPIA DE LA CADENA MAMARIA INTERNA . D. RADIOTERAPIA EN PACIENTES INOPERABLES . . . . . . . . . . . . . E. RADIOTERAPIA PALIATIVA . . . . . . . . . . . . . . . . 69 . . . . . . . . . . . . . . . . 70 . . . . . . . . . . . . . . . . 71 . . . . . . . . . . . . . . . . 71 . . . . . . . . . . . . . . . . 72 . . . . . . . . . . . . . . . . 73 . . . . . . . . . . . . . . . . 74 . . . . . . . . . . . . . . . . 74 . . . . . . . . . . . . . . . . 76 . . . . . . . . . . . . . . . . 76 . . . . . . . . . . . . . . . . 77 VIII. TRATAMIENTO SISTÉMICO NEOADYUVANTE Y ADYUVANTE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • TRATAMIENTO SISTÉMICO NEOADYUVANTE . . . • TERAPIA CITOTÓXICA . . . • TERAPIA ANTI-HER2 . . . • TERAPIA ENDOCRINA • TRATAMIENTO SISTÉMICO ADYUVANTE . . . . . . • TERAPIA CITOTÓXICA . . . • TERAPIA ANTI-HER2 . . . • TERAPIA ENDOCRINA 83 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 IX. CÁNCER DE MAMA METÁSTASICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 . . . . . . . . . . . . . . . • DIAGNÓSTICO. ESTADIFICACIÓN • DIAGNÓSTICO PATOLÓGICO: BIOPSIA DE LAS METÁSTASIS . . . • TRATAMIENTO SISTÉMICO DE LA ENFERMEDAD METÁSTASICA . . . . . . . . . . . . . . . • TERAPIA ENDOCRINA . . . . . . . . . . 101 . . . . . . . . . . 101 . . . . . . . . . . 102 . . . . . . . . . . 103 • TERAPIA ANTI-HER2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • TERAPIA CITOTÓXICA • AGENTES MODIFICADORES DEL HUESO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • TERAPIA ANTIANGIOGÉNICA • TRATAMIENTO DE LA RECIDIVA LOCORREGIONAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . • TRATAMIENTO QUIRÚRGICO PRIMARIO DE LAS PACIENTES CON CÁNCER DE MAMA METASTÁSICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD METASTÁSICA LOCALIZADA . . . . . . . . X. CUIDADOS PALIATIVOS EN CÁNCER DE MAMA . 104 . 106 . 106 . 107 . 107 . 108 . 119 . . . . . . . 116 GUÍA PARA EL CÁNCER DE MAMA EN VENEZUELA I. EL CÁNCER DE MAMA EN VENEZUELA TENDENCIAS Y SITUACIÓN ACTUAL E l cáncer de mama es la neoplasia más común entre las mujeres en el mundo, tanto en los países de ingresos altos como en los países de ingresos medianos y bajos. Corresponde a casi un 25 % de los cánceres diagnosticados en mujeres para 2012, es decir, 1.7 millones de nuevos casos.1 De los casi 3.5 millones de mujeres que mueren por cáncer anualmente, 522 000 mueren por cáncer de mama, es la primera causa de mortalidad a nivel mundial en mujeres y la causa más frecuente de mortalidad por cáncer en mujeres en los países de ingresos bajos y medios, con 324 000 muertes, lo que representa el 14.3 % del total de casos.2 El cáncer de mama se ha convertido en un problema urgente de salud pública para los países en vías de desarrollo, sin que Venezuela escape de esta realidad: 1 de cada 5 muertes en mujeres corresponde a cáncer y 1 de cada 5 muertes corresponde a cáncer de mama. Incidencia En Venezuela, el cáncer de mama es la principal causa de incidencia por cáncer en mujeres (Figura 1), corresponde al 16.38 % del total de nuevos casos de cáncer en mujeres para 2010. En el período de 1990-2010 se produjeron 58 093 casos, solo 558 casos en hombres (1 %). La incidencia de cáncer de mama aumentó de 1560 casos en 1990 a 4 073 casos en 2010, con un incremento anual de casi 5 %. La tasa de incidencia de cáncer de mama aumentó de 23.53 por cada 100 000 mujeres a 29.68 por cada 100 000 mujeres (Figura 2). La tasa ajustada por edad para mujeres de todas las edades ha ido aumentando, desde 1990 hasta 2010, de manera continua con un cambio de incremento promedio anual de 1.24 %, en contraste con el 3.1 % de incremento de la tasa de incidencia en los países de ingresos medios y bajos.3 La tasa ajustada por edad en Venezuela es alrededor de 30 por 100 000 en contraste con la tasa ajustada por edad para Latinoamérica y el Caribe, que es de 47.2 por 100 000, lo que ubica a Venezuela como un país de incidencia intermedia.2 La incidencia para mujeres entre 20 a 34 años ha mostrado estabilidad en el tiempo; sin embargo, a partir de los 35 años hasta los 60 se evidencia un crecimiento en las curvas, el ascenso es más pronunciado en el grupo etario de 50 a 55 años. A partir de esta edad se aprecia un comportamiento bifásico, caracterizado por un descenso de la incidencia entre los 60 a 69 años, luego un ascenso entre 70 y 74 años, para terminar descendiendo en los casos de mayores de 75 años (Figura 3). En Venezuela, el 41.37 % del total de nuevos casos de cáncer de mama ocurre en mujeres en edad reproductiva (15 1 GUÍA PARA EL CÁNCER DE MAMA EN VENEZUELA a 49 años). El grupo más significativamente afectado es el de 40 a 59 años (57.45 %). El grupo de mujeres menores de 40 años corresponde al 13.11 % y para las mayores de 60 años es 29.44 %. De los 23 estados del país, la región norte-costera, con mayor densidad poblacional, reporta mayor número de nuevos casos. Los estados periféricos a la capital del país (Distrito Capital), Aragua, Carabobo, Miranda y Vargas, se ubican por encima del promedio nacional, al igual que el estado insular Nueva Esparta (Figura 4). Para 2014 la estimación puntual del número de nuevos casos será 4 880 y el intervalo de confianza al 95 % presenta un valor inferior de 4 835 casos y uno superior de 4 925 (Figura 5). En cuanto a la tasa de incidencia, el valor puntual estimado por el modelo para 2014 es 32.40 por cada 100 000 mujeres; esta tasa puede oscilar en el intervalo (32.1, 32.7) a un nivel de confianza de 95 % (Figura 6). Mortalidad Entre 1990 y 2010 en Venezuela se produjeron 23 847 muertes, 215 muertes de hombres (1 %). En total representa 1 de cada 6 muertes por cáncer en mujeres, esto lo ubica como la principal causa de mortalidad en el país, correspondiendo alrededor del 16.53 % del total de las muertes por cáncer en mujeres en Venezuela (Tabla 1). La tasa de mortalidad estandarizada por edad para Latinoamérica y el Caribe es de 13 por 100 0002 y la venezolana, de 12.51 por 100 000. La tasa estandarizada por edad en Venezuela ha ido en aumento, cerca de un cuarto desde 1990 hasta 2010, con un incremento porcentual de 25.10 % (Figura 7). El porcentaje de muertes en mujeres menores de 40 años corresponde al 8.25 % y en el grupo de mayor de 60 años es de 45.25 %; el principal grupo etáreo se encuentra entre 40 a 59 años, correspondiendo al 46.5 %. El aumento de la mortalidad ha sido mayor para las mujeres de más de 75 años, evidenciándose un aumento en todas las tasas a excepción del grupos entre 20 a 25 años y de 30 a 39 años (Figura 8). Tal y como ocurre con la incidencia, la mortalidad en el país reporta un mayor número de casos en la región norte-costera, los estados periféricos a la capital del país (Distrito Capital), Aragua, Carabobo, Miranda y Vargas, se ubican por encima del promedio nacional, al igual que el estado insular Nueva Esparta (Figura 9). 2 GUÍA PARA EL CÁNCER DE MAMA EN VENEZUELA Para 2014 se estima que el número de muertes por cáncer de mama en mujeres será 2 071 y el intervalo de confianza al 95 % será (2 014, 2 128). Se estima que la tasa ajustada por edad sea de 13.75 por cada 100 000 mujeres y el intervalo de confianza para este pronóstico indica que la tasa puede oscilar entre 13.37 a 14.13, con un nivel de confianza de 95 % (Figura 5). AGRADECIMIENTO: El realización y ejecución del estudio estadístico del presente capítulo fue auspiciada por NOLVER. REFERENCIAS 1. Jemal A, Vineis P, Bray F, Torre L, Forman D (Eds). The Cancer Atlas. Second Ed. Atlanta, GA: American Cancer Society; 2014. 2. GLOBOCAN 2012: Estimated Cancer Incidence, Mortality and Prevalence Worldwide in 2012 [en línea]: Lyon, Francia: International Agency for Research on Cancer. Disponible en http// globocan.iarc.fr [consultado el 10 Dic 2014]. 3. Forouzanfar MH, Foreman KJ, Delossantos AM et al. Breast and cervical cancer in 187 countries between 1980 and 2010: a systematic analysis. Lancet 2011;378:1461-1484. 3 ` GRAFICO FIGURA 1. TENDENCIA EN LA INCIDENCIA DE LAS PRINCIPALES LOCALIZACIONES DE CÁNCER. TASAS ESTANDARIZADAS. MUJERES. VENEZUELA 1990-2010 Fuente: MPPS Registro Central de Cáncer, Venezuela 2014 FIGURA 2. TASAS DE INCIDENCIA Y MORTALIDAD PARA LAS CINCO PRIMERAS LOCALIZACIONES DE CÁNCER EN MUJERES VENEZOLANAS Fuente: MPPS Registro Central de Cáncer, Venezuela 2014 ` GRAFICO FIGURA 3. TENDENCIA DE LAS TASAS DE INCIDENCIA DE CÁNCER DE MAMA POR EDAD. VENEZUELA 1990-2010 Fuente: MPPS Registro Central de Cáncer, Venezuela 2014 FIGURA 4. TASAS PROMEDIO DE INCIDENCIA CÁNCER DE MAMA POR ENTIDAD FEDERAL. MUJERES. VENEZUELA 2000-2010 Fuente: MPPS Registro Central de Cáncer, Venezuela 2014 ` GRAFICO FIGURA 5. CASOS Y MUERTES ESTIMADAS DE CÁNCER DE MAMA. MUJERES. VENEZUELA 2011-2014 Fuente: MPPS Registro Central de Cáncer, Venezuela 2014 FIGURA 6. MAPAS DE TASAS DE INCIDENCIA ESTIMADA DE CÁNCER DE MAMA EN MUJERES. VENEZUELA 2010-2014 Fuente: MPPS Registro Central de Cáncer, Venezuela 2014 ` GRAFICO Fuente: MPPS Registro Central de Cáncer, Venezuela 2014 FIGURA 7. TENDENCIA DE LA MORTALIDAD DE LAS PRINCIPALES LOCALIZACIONES DE CÁNCER. TASAS ESTANDARIZADAS. MUJERES. VENEZUELA 1990-2010 Fuente: MPPS Registro Central de Cáncer, Venezuela 2014 ` GRAFICO FIGURA 7. TENDENCIA DE LA MORTALIDAD DE LAS PRINCIPALES LOCALIZACIONES DE CÁNCER. TASAS ESTANDARIZADAS. MUJERES. VENEZUELA 1990-2010 Fuente: MPPS Registro Central de Cáncer, Venezuela 2014 FIGURA 9. TASAS PROMEDIO DE MORTALIDAD CÁNCER DE MAMA POR ENTIDAD FEDERAL. MUJERES. VENEZUELA 2000-2010 Fuente: MPPS Registro Central de Cáncer, Venezuela 2014 ` GRAFICO FIGURA 10. MAPAS DE TASAS DE MORTALIDAD ESTIMADA DE CÁNCER DE MAMA EN MUJERES. VENEZUELA 2011-2014 2010 2014 Fuente: MPPS Registro Central de Cáncer, Venezuela 2014 II. EVALUACIÓN POR IMÁGENES DE LA MAMA Y DE LA AXILA A. MAMOGRAFÍA MAMOGRAFÍA COMO MÉTODO DE PESQUISA Siete ensayos clínicos llevados a cabo en Norteamérica y en Europa (en orden cronológico: Health Insurance Plan o estudio HIP (Nueva York, 1963);1 estudio de Malmö (Malmö, Suecia, 1976);2 estudio de dos condados (Kopparberg, 1977 y Östergotland, Suecia, 1978);3 estudio de Edimburgo (Edimburgo, Escocia, 1978);4 estudio de Estocolmo (Estocolmo, Suecia 1981);5 estudio de Gotemburgo (Göteborg, Suecia, 1982)6 y el UK age trial)7 así como varias revisiones sistemáticas y metaanálisis, han reportado la utilidad de la tamización organizada con mamografía en la reducción del riesgo relativo a morir por cáncer de mama8-11 (Tabla 1). La reducción de la mortalidad ha sido alrededor del 20 % al 30 %5 y hasta la fecha únicamente el estudio canadiense no ha demostrado reducción en la mortalidad.12 TABLA 1. REDUCCIÓN DE MORTALIDAD POR CÁNCER DE MAMA REVISIÓN FUERZA DE TRABAJO DE LOS ESTADOS UNIDOS, 2009 (US TASK FORCE)8 MUJERES ENTRE 50-59 AÑOS MUJERES ENTRE 60-69 AÑOS REVISIÓN COCHRANE, 20119 METAANÁLISIS DE 9 ESTUDIOS CLÍNICOS RANDOMIZADOS PANEL BRITÁNICO INDEPENDIENTE, 2012 (INDEPENDENT UK PANEL)10 METAANANÁLISIS DE 12 AÑOS EUROCARE, 201211 ESTUDIOS DE MORTALIDAD/INCIDENCIA CASOS –CONTROL IC RR 95 % REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD (%) 0.86 (0.75-0.99) 0.68 (0.54-0.87) 14 32 0.81 (0.74-0.87) 15 0.80 (0.73-0.89) 20 0.62 (0.56-0.69) 0.52 (0.42-0.65) 38 48 A pesar de la similitud en las estimaciones del riesgo relativo y en el porcentaje de reducción de la mortalidad, la reducción absoluta difiere ampliamente entre las revisiones,8-11 ya que las estimaciones del beneficio absoluto se basan en situaciones incomparables, al utilizar diferentes grupos etáreos, períodos de detección y de seguimiento así como al incluir el número de mujeres invitadas para el cribado y no el número de mujeres en realidad sometidas a este. Al estandarizar todas las estimaciones de las revisiones anteriormente citadas a un escenario común, es decir, la misma exposición a la detección, una población objetivo similar y la misma duración del seguimiento, la magnitud de la diferencia entre los estudios se redujo de 20 veces aproximadamente cuatro veces, con estimaciones ajustadas de una vida salvada por 64 de 257 mujeres sometidas al cribado mamográfico, en lugar del original una vida salvada por 111 de 2000 mujeres invitadas/cribadas.13 Los efectos adversos del cribado mamográfico, como las tasas de falsos positivos, el sobrediagnóstico y el sobretratamiento, han sido objetos de continuo debate, controversia y recomendaciones conflictivas.14 Con respecto al aumento de los hallazgos falsos positivos, el rellamado durante el cribado (10 % de las pacientes)15 resulta, en la mayoría de los casos, de realizar proyecciones mamográficas adicionales o ultrasonido mamario, y solo en un pequeño porcentaje de casos es necesaria la biopsia para el diagnóstico,16 sin que esto produzca daño psicológico en la paciente o disminuya su voluntad de participar en futuros cribados, según el estudio de Tosteson y colaboradores.17 Con respecto al sobrediagnóstico, todo cáncer detectado es histológicamente maligno, por lo cual, estrictamente hablando, no habría sobrediagnóstico, lo que sí se desconoce es su capacidad de progresar o no, de tal manera que todos son tratados por igual y se estima un 10 % de sobretratamiento.8,18 En Venezuela no se ha realizado ningún ensayo clínico sobre el uso de la mamografía como método de cribado y no hay datos disponibles sobre las mujeres que se someten al estudio a través del sistema público o del sistema privado de salud; aunque están cifras son inferiores a la cobertura del 70 % recomendado por la Organización Mundial de la Salud19 y no existe una normativa para el control de calidad de la prueba. Además, hasta el momento no existe evidencia nacional, regional o local de que una estrategia diferente de la mamografía sea efectiva o eficaz mediante su aplicación aislada como método de tamización en la reducción de la mortalidad por cáncer de mama. Tampoco hay evidencia de una estrategia de tamización organizada para cáncer de mama que satisfaga todas las exigencias y requerimientos de un programa aplicable a la realidad venezolana, por lo que se recomienda el diseño y desarrollo de áreas demostrativas de un programa piloto de tamización organizada en aquellas zonas geográficas con mayor carga de la enfermedad (región norte-costera). POBLACIÓN A LA QUE DEBE IR DIRIGIDA LA PESQUISA Uno de los principales puntos de controversia en el cribado mamográfico es la edad de inicio de los programas de tamización y si se debe recomendar a mujeres menores de 50 años. Se argumenta que la reducción relativa de la mortalidad por cáncer de mama para este grupo de edad es menor si se compara con las mujeres de más de 50 años, así como también es menor la eficacia debido a la densidad de la mama en mujeres jóvenes.20,21 Una de las razones para la limitada sensibilidad de la mama densa es el ¨ruido estructural¨, creado por la superposición del tejido mamario normal, lo cual hace que al radiólogo le resulte más difícil apreciar una imagen sugestiva de cáncer, ya que esta puede quedar oculta por el tejido mamario normal. Algunos estudios publicados demuestran que la sensibilidad de la mamografía en mamas extremadamente densas es de 30 % comparada con el 80 % en mamas con poco tejido denso,22 sabiendo que el promedio de sensibilidad general de la mamografía es de aproximadamente 70 %.23 Sin embargo, en la actualidad, la madurez del seguimiento de los ensayos aleatorios indica una inequívoca reducción de la mortalidad de 17 % a 26 % por cáncer de mama en mujeres entre 40 y 49 años.7,24,25 El uso creciente de la mamografía digital ha mejorado significativamente la sensibilidad en mamas densas;23 además, las opciones imagenológicas complementarias (tomosíntesis, entre otras) han ido en aumento,26-32 por lo que no hay ninguna razón en particular para excluir a este grupo de un programa de cribado. La guía de práctica clínica de la Asociación Norteamericana de Cáncer33 y la del Colegio Americano de Radiología34 recomiendan el examen con mamografía a partir de los 40 años de edad. En cuanto a la fecha de culminación de la tamización, ambas asociaciones, además de la Sociedad Americana de Geriatría, recomiendan que la mujer siga siendo tamizada con mamografía si posee un buen estado de salud, con adecuada expectativa de vida y puede ser candidata a tratamiento,33-35 pero hasta la fecha no existen estudios de cribado mamográfico en mujeres mayores de 75 años.36 Con respecto a la periodicidad del examen también hay discrepancia. En ausencia de información, la preponderancia de la evidencia sugiere que en la mayoría de los países se ofrece un programa de pesquisa de cáncer de mama con la realización de mamografías cada dos años en mujeres entre 50 a 65 años, y anual para mujeres menores de 49 años,37 ya que el tiempo de progresión medio desde la pesquisa sin lesión detectable a la progresión con cáncer es menor en mujeres jóvenes.3,7 La evidencia científica anteriormente expuesta se debe tomar en cuenta como uno de los requerimientos para ofrecer la mamografía como método de pesquisa, pero además se debe considerar la tasa de incidencia por edad, la longevidad y los recursos disponibles en el país,37 para determinar tanto la edad del inicio como la edad hasta la cual se debe ofrecer el tamizaje así como también la periodicidad. En Venezuela, país de ingreso alto según el Banco Mundial,38 se recomienda la mamografía anual a partir de los 35 años sin fecha de culminación, sobre la base de la incidencia, ya que el 48.08 % de los casos de cáncer de mama ocurre en mujeres menores de 49 años,39 en un país que además posee una estructura poblacional joven (la edad promedio de la mujer es 29 años),40 pero hasta ahora no se ha evaluado en ningún estudio el costo-efectividad de la pesquisa en cada grupo etáreo. INDICACIONES DE LA MAMOGRAFÍA DE PESQUISA RECOMENDACIONES Se recomienda implementar en el territorio nacional, a través de los diferentes niveles de atención, una estrategia organizada de detección precoz, basada en la educación, la concientización y el combate de los prejuicios sobre el cuidado de las mamas. La estrategia se debe acompañar de la pesquisa organizada o de oportunidad mediante mamografía y examen clínico, diseñada de la siguiente manera: 1. Anualmente en mujeres asintomáticas mayores de 35 años sin factores de riesgo. No debe establecerse un límite superior de edad, por lo que la mamografía se debe considerar durante tanto tiempo como la mujer se encuentre en buena condición física. 2. Anualmente en mujeres menores de 35 años con factores de riesgo: • Mujeres con mutación BRCA comprobada, comenzando a los 25 años. • Mujeres sin mutación comprobada pero con familiar de primer grado con mutación BRCA, comenzando a los 25 años. En Venezuela, las pruebas genéticas de BRCA o de otras mutaciones que predisponen al cáncer de mama no se encuentran disponibles ampliamente (no se realizan en el país) y tienen un costo prohibitivo para la mayor parte de la población. Por tanto, se consideran factores asociados con la historia familiar que incrementan la posibilidad de mutación BRCA, dentro de los que se incluyen: diagnóstico de cáncer de mama antes de los 50 años, cáncer de mama bilateral, presencia de cáncer de mama en uno o más familiares masculinos, múltiples casos de cáncer de mama en la familia y uno o más miembros de la familia con dos tipos primarios de cáncer relacionados con BRCA.41 • Mujeres con historia de radioterapia en el tórax, recibida entre los 10 y 30 años, comenzando ocho años después de la radioterapia, pero no antes de los 25 años. • Mujeres con diagnóstico anatomopatólogico de neoplasia lobular, hiperplasia ductal atípica, carcinoma ductal in situ, carcinoma ductal infiltrante o cáncer de ovario, a partir del momento del diagnóstico, independientemente de la edad. Esta recomendación se debe complementar con un oportuno sistema de referencia para la confirmación diagnóstica (mamografía diagnóstica, ecografía diagnóstica y biopsias) así como un sistema estandarizado de registro, por lo que se recomienda utilizar la clasificación BIRADS en el reporte. En este sistema la lesión se clasifica de una a seis categorías y se proveen guías de acción a ser tomadas.42 El uso de equipos de una calidad inferior a la óptima por parte de profesionales no formados ni especializados adecuadamente invalida los beneficios principales del cribado, lo cual da lugar a unos servicios de mamografía de escasa rentabilidad y eficacia; por tanto, opinamos que es preciso adoptar medidas positivas encaminadas a acabar con esta práctica. La mamografía debe ser realizada por un técnico con entrenamiento certificado y la lectura debe estar a cargo de un especialista en imágenes, certificado con entrenamiento en mamografía. La planificación de un programa nacional debe ir más allá de cubrir la necesidad de unidades de mamografía, se necesita diseñar un instrumento de auditoría de las mismas y del personal, así como el desarrollo de un organigrama diagnóstico y terapéutico que permita la atención adecuada y oportuna de la paciente. REFERENCIAS 1. Shapiro S. Periodic screening for breast cancer: The HIP randomized controlled trial. Health insurance plan. J Natl Cancer Ins Monogr 1997; 22:27-30. 2. Andersson I, Janzon L. Reduced breast cancer mortality in women under age 50: updated results from the Malmo Mammographic Screening Program. J Natl Cancer Inst Monogr. 1997;(22):63-7. 3. Tabar L, Vitak B, Chen HH, Duffy SW, Yen MF, Chiang CF, et al. The Swedish two/county trial twenty years later. Updated mortality results and new insights from long/term followup. Radiol Clin North Am 2000; 38(4):625-651. 4. Alexander FE, Anderson TJ, Brown HK, Forrest AP, Hepburn W, Kirkpatrick AE, et al. 14 years follow up from the Edinburgh randomized trial of breast cancer screening. Lancet 1999; 353(9168):19038. 5. Frisell J, Lidbrink E, Hellstrom L. Follow after 11 years- update of mortality results in the Stockholm mammographic screening trial. Breast Cancer Res Treat 1997; 45 (3):263-70. 6. Bjurstam N, Bjorneld L, Warwick J, Sala E, Duffy SW, Nystrom L, et al. The Gothenburg Breast Screening Trial. Cancer 2003;97(10):2387-96. 7. Johns LE, Moss SM. Randomized controlled trial of mammographic screening from age 40 (“Age Trial”): patterns of screening attendance. J Med Screen 2010; 17: 37-43 8. Nelson H, Tyne.K, Naik A, Bougatsos C, Chan B, Humphrey L. Screening for breast cancer: an update for the U.S. Preventive Services Task Force. Ann Intern Med 2009; 151:727-737. 9. Gotsche PC, Olsen O. Is screening for breast cancer with mammography justifiable? Database Syst Rev 2011 Jan 19(1): CD001877.Review 10. Independent UK Panel on Breast Cancer Screening. The benefits and harms of breast cancer screening: an independent review. Lancet 2012; 380(1778):1786 11. Broeders M, Moss S, Nyström L, Njor S, Jonsson H, Paap E, Massat N, Duffy S, Lynge E, Paci E; EUROSCREEN Working Group. The impact of mammographic screening on breast cancer mortality in Europe: a review of observational studies. J Med Screen 2012;19 Suppl 1:14-25. 12. Miller AB, Wall C, Baines CJ et al. Twenty five year follow-up for breast cancer incidence and mortality of the Canadian National Breast Screening Study: Randomised Screening Trial.BMJ 2014; 348:366-376. 13. Duffy SW, Chen TH, Smith RA, Yen AM, Tabar L. Real and artificial controversies in breast cancer screening. Breast Cancer Manage 2013; 2(6):519–528. 14. Biller-Andorno N, Jüni P. Abolishing mammography screening programs? A view from the Swiss Medical Board. N Engl J Med 2014;370:1965-1967. 15. Rosenberg RD, Yankaskas BC, Abraham LA, et al. Performance benchmarks for screening mammography. Radiology 2006;241:55-66. 16. Welch HG, Passow HJ. Quantifying the benefits and harms of screening mammography. JAMA Intern Med 2014;174:448-454. 17. Tosteson Ana, Fryback DG, Hammond CS, et al. Consequences of false-positive screening mammograms. JAMA Inter Med 2014;174:954-961. 18. Puliti D, Duffy SW, Miccinesi G, et al. Overdiagnosis in mammographic screening for breast cancer in Europe: A literature review. J Med Screen 2012;19 (suppl 1):42-56. 19. IARC Working Group on the Evaluation of Cancer-Preventive Strategies. IARC Handbooks of Cancer Prevention: Breast Cancer Screening. Lyon: International Agency for Research on Cancer. 2002. 20. Holland R, Mravunac M, Hendriks JHCL, Bekker, BV. So-called Interval Cancers of the Breast. Cancer 1982; 49:2527-2533. 21. Kerlikowske K. Screening mammography in women less than age 50 years. Curr Opin Obstet Gynecol 2012; 24:38–43. 22. Mandelson MT, Oestreicher N, Porter PL, et al. Breast density as a predictor of mammographic detection: comparison of interval- and screen-detected cancers. J Natl Cancer Inst 2000;92:1081-7. 23. Pisano ED. Diagnostic performance of digital versus film mammography for breast-cancer screening. N Engl J Med 2006;355:1773-83. 24. Smith RA, Duffy SW, Gabe R, Tabar L, Yen AM, Chen TH. The randomized trials of breastcancer screening: what have we learned? Radiol Clin North Am 2004; 42:793–806. 25. Hellquist BN, Duffy SW, Abdsaleh S et al. Effectiveness of population-based service screening with mammography for women ages 40 – 49 years: evaluation of the Swedish Mammography Screening in Young Women (SCRY) cohort. Cancer 2011; 117:714-722. 26. Berg WA, Zhang Z, Lehrer D et al. Detection of breast cancer with addition of annual screening ultrasound or a single screening MRI to mammography in women with elevated breast cancer risk. JAMA 2012; 307:1394–1404. 27. Lander MR, Tabar L. Automated 3-D breast ultrasound as a promising adjunctive screening tool for examining dense breast tissue. Semin Roentgenol 2011; 46:302–308. 28. Gennaro G, Toledano A, di Maggio C, et al. Digital breast tomosynthesis versus digital mammography: a clinical performance study. Eur Radiol 2010;20(7):1545–1553. 29. Andersson I, Ikeda DM, Zackrisson S, et al. Breast tomosynthesis and digital mammography: a comparison of breast cancer visibility and BIRADS classification in a population of cancers with subtle mammographic findings. Eur Radiol 2008;18(12):2817–2825. 30. Teertstra HJ, Loo CE, van den Bosch MAAJ, et al. Breast tomosynthesis in clinical practice: initial results. Eur Radiol 2010;20(1):16–24. 31. Hakim CM, Chough DM, Ganott MA, Sumkin JH, Zuley ML, Gur D. Digital breast tomosynthesis in the diagnostic environment: A subjective side-byside review. AJR Am J Roentgenol 2010;195(2):172–176. 32. Alakhras M, Bourne R, Rickard M, Ng KH, Pietrzyk M, Brennan PC. Digital tomosynthesis: a new future for breast imaging? Clin Radiol 2013;68(5):e225-36. 33. American Cancer Society. American Cancer Society Guidelines for the early detection of cancer.http://www.cancer.org/healthy/findcancerearly/cancerscreeningguidelines/american-cancer-society-guidelines-for-the-early-detection-of-cancer. Acceso octubre 5, 2013. 34. American College of Radiology. ACR Practice Guideline for the Performance of Screening and Diagnostic Mammography. Revisión 2013. Resolución 11. 35. American Geriatric Society Clinical Practice Committee. Breast cancer Screening in older women. J Am Geriatric Soc 2000;48(7):842-844. 36. Schonberg MA, Hamel MB, Davis RB, Griggs MC, Wee CC, Fagerlin A, Marcantonio ER. Development and evaluation of a decision aid on Mammography Screening for Women 75 years and older. JAMA Inter Med 2013; doi: 10.1001/jamainternmed.2013.13639. 37. Yip CH, Smith R, Anderson BO, Miller A, Thomas DB, Ang ES, Caffarella RS, Corbex M, Kreps GL, McTiernan A. Guideline Implementation for Breast Healthcare in Low- and Middle-Income Countries. Cancer 2008;113(8):s2244-2256. 38. The World Bank. The World Bank Group 2014. Disponible en http://data.worldbank.org/ country/venezuela-rb 39. Boletín Rosa. Sociedad Anticancerosa de Venezuela. 2013. 40. Censo 2011. Resultados Básicos 09/08/2012. Instituto Nacional de Estadística. Caracas, Venezuela. Disponible en http//www.ine.gov.ve/documentos/Demografía/CensodePoblacionyVivienda/pdf/ResultadosBasicosCenso2011.pdf [consultado 27 de Oct 2013] 41. US Preventive Services Task Forces. Risk Assessment, Genetic Counseling and genetic testing for BRCA-related Cancer in Women: U.S. Preventive Services task Force Recommendation Statement. Ann Intern Med 2014;160:271-281. II. EVALUACIÓN POR IMÁGENES DE LA MAMA Y DE LA AXILA B. ULTRASONIDO MAMARIO (US) INDICACIONES DEL ULTRASONIDO RECOMENDACIONES 1. Método de pesquisa mamaria: no se han reportado estudios clínicos o revisión sistemática del uso del ultrasonido mamario como método único de pesquisa mamaria. Los argumentos contra el uso del ultrasonido como modalidad única de cribado mamario son su reproducibilidad, la alta tasa de falsos positivos, bajo valor predictivo positivo para la biopsia, la incapacidad para detectar la mayoría de los casos de carcinoma ductal in situ, la dependencia del operador y la falta de control de calidad.1-5 2. Método complementario de lesiones evidenciadas por mamografía o resonancia magnética de mamas (RMM).6-8 3. Método de complemento de la mamografía para mamas densas.1,9 Según una revisión sistemática de la bibliografíaa publicada en 2009,10 el ultrasonido mamario alcanza una tasa de detección de 2.8 a 4.6 cánceres por 1000 mujeres pesquisadas con mamas tipo 2 a 4 de acuerdo con la clasificación del Colegio Americano de Radiólogos. De igual manera, el ultrasonido puede utilizarse como complemento de la mamografía en mujeres de alto riesgo con mamas densas (protocolo 6666 de la Red Imagenológica del Colegio Americano de Radiología-ACRIN-),11 en las que no es posible realizar resonancia de mamas.12,13 4. Evaluación y caracterización de masas palpables y otros signos mamarios relacionados. Evaluación de la mama en pacientes menores de 35 años, mujeres embarazadas o lactantes. 5. Guía para la toma de biopsia y otros procedimientos intervencionistas. 6. Planificación del tratamiento de radioterapia. 7. Identificación y caracterización de adenopatías axilares, ya que constituye el método de mayor precisión (Tabla 1) y una guía para la toma de biopsia.14-19 En el metaanálisis de Houssami y colaboradores,15 de los 31 estudios revisados, proporcionaron datos de 2874 biopsia por punción guiadas por eco en 6 166 pacientes, con una sensibilidad del 79,6 % (intervalo de confianza del 95 % [IC]: 74,1-84,2), especificidad del 98,3 % (IC 95 %: 97,2-99,0), VPP del 97,1 % (IC 95 %: 95,2-98,3). La sensibilidad de la biopsia por punción aumentó con el incremento en la sensibilidad del ultrasonido y fue mayor en el caso de adenopatías con criterio de sospecha. Sensibilidad y especificidad de las imágenes en el estadiaje axilar SENSIBILIDAD ( %) ESPECIFICIDAD ( %) MAMOGRAFÍA 14 21 99.5 ULTRASONIDO AXILAR 15 79.6 98.3 RESONANCIA MAGNÉTICA 18 88 73 PET-CT 18,19 96 56 PET-CT: tomografía con emisión de positrones con tomografía computarizada TABLA 1. El ultrasonido se debe correlacionar con la clínica y la mamografía de la paciente. Si el ultrasonido se ha realizado previamente, es apropiado comparar con el estudio anterior. Las características ecosonográficas de las masas se deben categorizar de acuerdo con la clasificación BIRADS® ultrasonográfica20 (sistema de datos y reporte de imágenes de la mama, por sus siglas en inglés). REFERENCIAS 1. Kolb T, Lichy J, J.Newhouse J. Comparison of the performance of screening mammography, physical examination and breast US and evaluation of factors that influence them: an analysis of 27,825 patient evaluations. Radiology 2002;225:165-175. 2. Gordon PB. Ultrasound for breast cancer screening and staging. Radiol Clin North Am 2002; 40 (3):431-41. 3. Shyvan R, Sener SF, Anderson BO, Garrote LM, Hortobagyi GN, Ibarra Jr JA, et al. Guideline implementation for breast healthcare in low and middle income countries: diagnosis resources allocation. Cancer 2008;113(Suppl 8):2257-68. 4. Mendelson E, D’Orsi C, Sickles E, Warren Burhenne L. Breast cancer screening with imaging: Recommendations from the Society of Breast Imaging and the ACR on the use of mammography, breast MRI, breast ultrasound and other technologies for the detection of clinically occult cancer. J Am Coll Radiol 2010; 7:18-27. 5. Meier-Meitinger M, Häberle L, Fasching PA, et al. Assessment of breast cancer tumour size using six different methods. Eur Radiol 2011;21(6):1180-1187. 6. Berg W A, Blume J D, Cormack J B, et al. Combined Screening With Ultrasound and Mammography vs Mammography Alone in Women with Elevated Risk of Breast Cancer. JAMA 2008; 299(18): 2151-216. 7. Ohlinger R, Heyer H, Thomas A, Paepke S, Warm H, Klug U, Frese H, Schulz K, Schimming A, Schwesinger G, Kohler G, Wodny M, Kohlmann T, Grunwald S. Non-palpable breast lesions in asymptomatic women: diagnostic value of initial ultrasonography and comparison with mammography. Anticancer Res 2006;26:3943-3955. 8. Schaefer KW, Waldmann A, Katalinic A, Wefelnberg C, Heller M, Jonat W, Schreer I. Influence of additional ultrasound on cancer detection in a cohort study for quality assurance in breast diagnosis- analysis of 102,577 diagnostic procedures. Eur Radiol 2010;20:1085-1092. 9. Corsetti V, Houssami N, Ghirardi M, et al. Evidence of the effect of adjunct ultrasound screening in women with mammography-negative dense breasts: interval breast cancers at 1 year follow-up. Eur J Cancer 2011;47(7):1021-1026. 10. Nothacker M, Duda V, Hahn M, Warm M, Degenhardt F, Madjar H, Weinbrenner S, Albert U. Early detection of breast cancer: benefits and risks of supplemental breast ultrasound in asymptomatic women with mammographically dense tissue: A systematic review. BMC Cancer 2009;9:335-344. 11. Berg W, Mendelson EB, Merritt CRB et al. Detection of breast cancer with addition of annual screening ultrasound or a single screening MRI to mammography in women with elevated breast cancer risk. JAMA 2012,307:1394-1404. 12. Hooley RJ, Scoutt LM, Philpotts LE. Breast ultrasonography: state of the art. Radiology; 268(3):642-659. 13. Berg WA, Gutierrez L, NessAiver MS, et al. Diagnostic accuracy of mammography, clinical examination, US, and MR imaging in preoperative assessment of breast cancer. Radiology 2004;233(3):830-849. 14. Valente SA, Levine GM, Silverstein MJ, Rayhanabad JA, Weng-Grumley JG, Ji L, Holmes DR, Sposto R, Sener SF. Accuracy of predicting axillary lymph node positivity by physical examination, mammography, ultrasonography and magnetic resonance imaging. Ann Surg Oncol 2012;19:1825–1830. 15. Houssami N, Ciatto S, Turner RM, et al. Preoperative ultrasound-guided needle biopsy of axillary nodes in invasive breast cancer: meta-analysis of its accuracy and utility in staging the axilla. Ann Surg 2011;254:243–251. 16. Alvarez S, Anorbe E, Alcorta P, Lopez F, Alonso I, Cortes J. Role of sonography in the diagnosis of axillary lymph node metastases in breast cancer: a systematic review. AJR Am J Roentgenol 2006;186:1342-1348. 17. Cools-Lartigue J, Meterissian S. Accuracy of axillary ultrasound in the diagnosis of nodal metastasis in invasive breast cancer: a review. World J Surg 2012;36:46-54. 18. Cooper KL, Meng Y, Harnan S, Ward SE, Fitzgerald P, Papaioannou D, Wyld L, Ingram C, Wilkinson ID, Lorenz E. Positron emission tomography (PET) and magnetic resonance imaging (MRI) for the assessment of axillary lymph node metastases in early breast cancer: systematic review and economic evaluation. Health Technol Assess 2011;15(4):1-134. 19. Peare R, Staff RT, Heys SD. The use of FDG-PET in assessing axillary lymph node status in breast cancer: a systematic review and meta-analysis of the literature. Breast Cancer Res Treat 2010, 123:281-290. 20. Mendelson EB, Baum JK, Berg WA, Merritt CB, Rubin E. Breast Imaging Reporting and Data System BI-RADS: Ultrasound. En: D´Orsi CJ, Mendelson EB, Ikeda DM, et al, ed. Breast Imaging Reporting and Data System. 1st ed. Reston, VA: American College of Radiology; 2003. II. EVALUACIÓN POR IMÁGENES DE LA MAMA Y DE LA AXILA C. RESONANCIA MAGNÉTICA DE MAMAS (RMM) En Venezuela, el acceso a la resonancia magnética de mamas (RMM) está limitado a grandes centro urbanos, solo un centro en el país es público. Las máquinas requieren de especificaciones técnicas muy precisas y el procedimiento debe ser realizado por un equipo especializado, que incluye un radiólogo entrenado en la técnica y con experiencia en imágenes de la mama, por lo que el uso de la RMM debe cumplir con indicaciones precisas, resumidas a continuación. La RMM no puede suplantar a la mamografía en la pesquisa o el ultrasonido en el diagnóstico; de igual forma, no se debe emplear en lugar de la biopsia de una lesión clínica o imagenológicamente sospechosa. INDICACIONES DE LA RESONANCIA DE MAMAS RECOMENDACIONES 1. Método de pesquisa mamaria: • Pacientes con mutación probada en BRCA1, BRCA2, TP53 o PTEN, o no probada con historia familiar o riesgo personal mayor a 20 % o 25 % de acuerdo con los modelos de riesgo: la resonancia magnética se puede utilizar junto con la mamografía, para la pesquisa de pacientes de alto riesgo de 30 a 69 años.1-5 No existen estudios que demuestren que la mamografía de cribado reduce la mortalidad por cáncer de mama en mujeres de alto riesgo, siendo la sensibilidad de la RMM más del doble que la de la mamografía sola, oscila entre 71 % a 100 %.6-11 • Pacientes que hayan recibido tratamiento con radioterapia en tórax entre los 10 a 30 años (ejemplo, por enfermedad de Hodgkin). • Hay insuficiente evidencia para recomendar su uso de rutina en lesiones de riesgo, tales como: carcinoma lobular in situ (LCIS), hiperplasia ductal atípica o hiperplasia lobulillar atípica así como también en pacientes con mamas densas y en pacientes con historia personal de cáncer de mama, que incluye el carcinoma ductal in situ.1,4,5 • De igual manera, la resonancia magnética no se recomienda como método de pesquisa de la mama contralateral. Una revisión sistemática y un metaanálisis de 22 estudios reveló un valor predictivo positivo de 47.9 % y una sensibilidad de 0.92; sin embargo, no se pudo distinguir con confianza entre los hallazgos benignos y malignos, lo que conlleva a la realización de más estudios adicionales.12 2. Extensión de la enfermedad: • La resonancia de mamas (RMM) es el método diagnóstico con más sensibilidad para detectar focos adicionales de enfermedad con una sensibilidad del 92 % y una especificidad del 89 %, con una tasa de falso positivo de más del 40 %.13 En el metaanálisis de Houssami y colaboradores,14 de 19 estudios, de aquellas pacientes en las que encuentran enfermedad adicional la cirugía se extendió en el 11.3 % de los casos y la cirugía preservadora se convirtió a mastectomía en el 8.1 % de los casos. En aquellas pacientes en las que no se comprobó por histología enfermedad adicional (falso positivo), igualmente se extendió la cirugía en el 5.5 % de los casos y se convirtió la cirugía preservadora a mastectomía en el 1.1 % de los casos. Hasta la fecha, el metaanálisis de 201415 tampoco traduce la consecuencia clínica de detectar focos adicionales de enfermedad, ya que no se evidencia mejora en la recurrencia local y supervivencia global de las pacientes en las que se haya realizado resonancia magnética preoperatoria. Bleicher y colaboradores,16 en una revisión retrospectiva de 577 (130 de los cuales tenían RMM preoperatoria), no demostraron diferencia alguna al momento de evaluar la positividad de los márgenes, o en la tasa de conversión del tratamiento conservador a una posterior mastectomía, en el grupo al que no se le realizó resonancia magnética, por lo que no surge ningún beneficio claro en términos de una menor tasa de reexcisión o en una mayor tasa de éxito de la conservación de la mama, o una menor tasa de recurrencia local como resultado del uso rutinario de la RM de mama antes de la cirugía preservadora. Así, el estudio COMICE,17 estudio clínico aleatorizado en el que 816 pacientes fueron asignadas a RMM y 807 a no RMM, ha reportado que la adición de la RMM a la evaluación imagenológica preoperatoria de la paciente no está asociada con una reducción estadísticamente significativa de la tasa de reintervención, con 153 pacientes (19 %) de reintervención para las pacientes en el grupo de RMM contra 156 (19 %) en el grupo de no RMM (OR 0.96, IC 95 %: 0.75-1.24). • La RMM permite una mejor evaluación de la extensión del carcinoma ductal in situ y el carcinoma lobulillar infiltrante18 que los métodos convencionales. Así, Kropcho y colaboradores19 evaluaron prospectivamente pacientes con diagnóstico de carcinoma ductal in situ con y sin resonancia magnética. En este estudio, se encontró que la correlación entre el tamaño tumoral y el tamaño reportado por la RM es significativamente mayor que con otros métodos, pero no se encontró diferencia significativa entre los grupos de análisis en la incidencia de la afectación de los márgenes (30 % RMM contra 24,7 % no RMM). De igual manera, para estos casos su uso debe estar limitado a radiólogos entrenados y con experiencia en RMM.20 • La RMM puede ser útil para definir la relación del tumor a la fascia, así como su extensión a los músculos pectoral mayor, serrato anterior o músculos intercostales.21,22 • La RMM se puede utilizar para identificar y diferenciar la enfermedad residual en pacientes cuyo reporte anatomopatológico demuestra márgenes positivos, así como también recidiva de la cicatriz posquirúrgica o posradioterapia no determinada por otros métodos de imágenes.23,24 • Igualmente la RMM se puede utilizar antes, durante o después de la quimioterapia neoadyuvante para evaluar la respuesta al tratamiento (alta especificidad pero baja sensibilidad) y la extensión de la enfermedad residual.25-27Según los resultados del metaanálisis de Marinovich y colaboradores,27 la RMM tiene mayor precisión que la mamografía (p=0.02); solo una débil evidencia de mayor precisión que el examen físico (p=0.10) y ninguna diferencia al comparar su precisión con el ultrasonido (p=0.15). 3. Evaluación de hallazgos clínicos e imagenológicos • Debe considerarse en caso de adenopatía axilar histológicamente positiva para adenocarcinoma sin identificación al examen físico, mamografía o ultrasonido del tumor primario.28,29 • En caso de discordancia entre la clínica y los hallazgos de la mamografía y el ultrasonido mamario, la RMM se puede indicar para resolver el problema con una sensibilidad del 100 % y al compararse con la mamografía, mayor especificidad (91.7 % contra 80.7 %, p=0.029), mayor valor predictivo positivo (40 % contra 8.7 %, p=0.032) y mayor precisión (92.2 % contra 78.3 %, p=0.0052).30 REFERENCIAS 1. Saslow D, Boetes C, Burke W et al. American Cancer Society Guidelines for breast screening with MRI as an adjunct to mammography. CA Cancer J Clin 2007;57:75-89. 2. National Comprehensive Cancer Network. Breast Cancer Screening and Diagnosis: Practice Guidelines in Oncology, v1.2014. 3. National Institute for Health and Clinical Excellence. Familial breast cancer: classification and care of people at risk of familial breast cancer and management of breast cancer and related risks in people with a family history of breast cancer. Update: June 2013. URL: http://guidance. nice.org.uk/CG164. 4. Morris EA, et al. American College of Radiology. ACR Practice Guideline for the Performance of Contrast-Enhanced Magnetic Resonance Imaging (MRI) of the Breast (2013). 5. Alberta Breast Cancer. Magnetic Resonance Imaging for Breast Cancer Screening, Pre-operative Assessment, and Follow-Up. Clinical Practice Guideline BR-007. Update January 2012. 6. Warner E. The role of magnetic resonance imaging in screening women at high risk of breast cancer. Top Magn Reson Imaging 2008;19(3):163-9. 7. DeMartini W, Lehman C. A review of current evidence-based clinical applications for breast magnetic resonance imaging. Top Magn Reson Imaging 2008;19(3):143-150. 8. Sardanelli F, Podo F, Santoro F, et al. Multicenter surveillance of women at high genetic breast cancer risk using mammography, ultrasonography and contrast-enhanced magnetic resonance imaging (the High Breast Cancer Risk Italian 1 study): Final Results. Invest Radiol 2011;46:94-105. 9. Berrington de Gonzalez A, Berg CD, Visvanathan K et al. Estimated risk of radiation induced breast cancer from mammographic screening for young BRCA mutation carriers. J Natl Cancer Inst 2009;101:205-209. 10. Heijnsdijk EA, Warner E, Gilbert FJ, et al. Differences in natural history between breast cancers in BRCA1 and BRCA2 mutation carriers and effects of MRI screening-MRISC, MARIBS and Canadian studies combined. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev 2012; 21:1458-1468. 11. Chiarelli AM, Prummel MV, Muradali D, et al. Effectiveness of screening with annual magnetic resonance imaging and mammography: Results from the initial screen from the Ontario High Risk Breast Screening Program. J Clin Oncol 2014;32:2224-2230. 12. Brennan ME, Houssami N, Lord S, Macaskill P, Irwig L, Dixon JM, Warren RM, Ciatto S. Magnetic resonance imaging screening of the contralateral breast in women with newly diagnosed breast cancer: systematic review and meta-analysis of incremental cancer detection and impact on surgical management. J Clin Oncol 2009;27(33):5640-9. 13. Hillman BJ, Harms SE, Stevens G et al. Diagnostic Performance of a dedicated 1.5 T breast MR imaging system. Radiology 2012;265:51-58. 14. Houssami N, Ciatto S, Macaskill P, et al. Accuracy and surgical impact of magnetic resonance imaging in breast cancer staging: systematic review and metaanalysis in detection of multifocal and multicentric cancer. J Clin Oncol 2008; 26(19):3248-3258. 15. Houssami N, Turner R, Macaskill P, et al. An Individual person data meta-analysis of preoperative magnetic resonance imaging and breast cancer recurrence. J Clin Oncol 2014;32:392401. 16. Bleicher RJ, Ciocca RM, Egleston BL, et al. Association of routine pretreatment magnetic resonance imaging with time to surgery, mastectomy rate and margin status. J Am Coll Surg 2009;209(2):180-187. 17. Turnbull L, Brown s, Harvey I, et al. Comparative effectiveness of MRI in breast cancer (COMICE) trial: a randomized controlled trial. Lancet 2010; 375:563-571. 18. Sardanelli F, Boetes C, Borisch B, et al. Magnetic resonance imaging of the breast:recommendations from the EUSOMA working group. Eur J Cancer 2010; 46(8):1296-1316. 19. Kropcho LC, Steen ST, Chung AP. Preoperative breast MRI in the surgical treatment of ductal carcinoma in situ. Breast J 2012;18(2):151-156. 20. Menell JH, Morris EA, Dershaw DDm, et al. Determination of the presence and extent of pure carcinoma in situ by mammography and magnetic resonance imaging. Breast J 2005;11.382-390. 21. Morris EA, Schwartz LH, Drotman MB, et al. Evaluation of pectoralis major muscle in patients with posterior breast tumors on breast MR images: early experience. Radiology 2000;214:67-72. 22. Lee JM, Orel SG, Czerniecki BJ, Solin LJ, Schnall MD. MRI before reexcision surgery in patients with breast cancer.AJR 2004;182:473-480. 23. Gilles R, Guinebretière JM, Shapeero LG, et al. Assesment of breast cancer recurrence with contrast-enhanced subtraction MR imaging: preliminary results in 26 patients. Radiology 1993;188:473-478. 24. Lewis-Jones HG, Whitehouse GH, Leinster SJ. The role of magnetic resonance imaging in the assessment of local recurrent breast carcinoma. Clinical Radiol 1991;43:197-204. 25. Yuan Y, Chen XS, Liu SY, Shen KW. Accuracy of MRI in prediction of pathologic complete remission in breast cancer after preoperative therapy: a meta-analysis. AJR AM J Roentgenol 2010;195(1):260-8. 26. Hylton NM, Blume JD, Bernreuter WK, et al. Locally Advanced Breast Cancer: MR Imaging for Prediction of Response to Neoadjuvant Chemotherapy--Results from ACRIN 6657/I-SPY TRIAL. Radiology 2012;263:663-672. 27. Marinovich ML, Houssami N, Macaskill P, Sardanelli F, Irwig L, Mamounas EP, von Minckwitz G, Brennan ME, Ciatto S. Meta-analysis of magnetic resonance imaging in detecting residual breast cancer after neoadjuvant therapy. J Natl Cancer Inst 2013;105(5):321-33. 28. Buchanan CL, Morris EA, Dorn PL, Borgen PI, Van Zee KJ. Utility of breast magnetic resonance imaging in patients with occult primary breast cancer. Ann Surg Oncol 2005;12:1045-1053. 29. Olson JA, Jr., Morris EA, Van Zee KJ, Linehan DC, Borgen PI. Magnetic resonance imaging facilitates breast conservation for occult breast cancer. Ann Surg Oncol 2000;7:411-415. 30. Moy L, Elias K, Patel V, Lee J, Babb JS, Toth HK, Mercado CL. Is breast MRI helpful in the evaluation of inconclusive mammographic findings? AJR Am J Roentgenol 2009;193(4):986-93. II. EVALUACIÓN POR IMÁGENES DE LA MAMA Y DE LA AXILA D. ESTUDIOS DE EXTENSIÓN La necesidad de solicitar una batería de estudios de extensión debe hacerse de manera apropiada, basada en la evidencia y según la disponibilidad de recursos, ya que aumentan el costo para el paciente y el sistema de salud, demoran el tratamiento y en muchos casos es el propio paciente quien la exige o es la preferencia del médico hacia una evaluación más integral. GAMMAGRAMA ÓSEO La Red Nacional Integral de Cáncer (NCCN, 2014),1 la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, 2010)2,3 y el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (NICE, 2009)4,5 coinciden en que las pacientes en etapa temprana de cáncer de mama no necesitan la gammagrafía ósea. Las guías de ASCO6 recomiendan la no utilización de PET, TAC y gammagrafía ósea con radionúclidos en la estadificación del cáncer de mama temprano con bajo riesgo de metástasis. La gammagrafía ósea se recomienda para las pacientes con ganglios positivos o aquellas con enfermedad en estadio III o IV.1-6 Además, la gammagrafía ósea se sugiere para indicaciones específicas, tales como: fosfatasa alcalina elevada y dolor óseo localizado. Varios estudios clínicos demuestran el bajo rendimiento y la falta de utilidad del gammagrama óseo, como el estudio retrospectivo de Morris y colaboradores de 2009,7 el cual demuestra que la metástasis ósea no es común entre las pacientes con enfermedad en estadio temprano (42 de 266 pacientes, 15.8 %) y, por lo general, se presenta con síntomas, ya que menos del cinco por ciento de los casos son asintomáticas. Para las pacientes en estadios I-II con ganglios negativos, las tasas de detección de las metástasis óseas son muy bajas (0.2-1.09 %).8-11 Sin embargo, en pacientes con ganglios positivos o enfermedad en estadio III, las tasas de detección de metástasis óseas se han reportado hasta de un 16 %.11,12 ULTRASONIDO ABDOMINAL-TAC DE ABDOMEN En cuanto a la ecografía hepática, existe un consenso general de que esta imagen no es necesaria en pacientes con estadio temprano (estadio 0-I).1-5 Sin embargo, en la etapa III de la enfermedad, se recomienda la ecografía hepática2-5,13 (o TAC de abdomen o RMN de abdomen o pelvis) o cuando existan síntomas específicos (síntomas abdominales, elevación de las pruebas de función hepática y fosfatasa alcalina elevada). Las metástasis hepáticas se reportan en solo una pequeña proporción de los pacientes de cáncer de mama en general (<1 % a 9 %), la mayoría de los cuales se encuentra en estado avanzado de la enfermedad.7,9,12 RX DE TÓRAX-TAC DE TÓRAX La metástasis pulmonar no es común (0.6 % a 0.93 %) en las pacientes con estadio temprano.12 Por lo tanto, la radiografía de tórax no suele ser recomendable para pacientes con estadio 0-I de la enfermedad. Se recomienda la radiografía de tórax en los pacientes con ganglios positivos en estadio II o estadio III o si existe sospecha clínica de metástasis pulmonar por la presencia de síntomas respiratorios.2-5 La NCCN1 recomienda la radiografía de tórax en las pacientes con enfermedad en estadio III-IV, en el cáncer de mama inflamatorio o en pacientes con síntomas respiratorios. La tomografía computarizada (TC) se puede utilizar en lugar de la radiografía de tórax, aunque esta, debido a su costo, se considera el enfoque más razonable. La TAC de tórax es el método de elección para evaluar hallazgos de la Rx de tórax y para identificar nódulos adicionales en casos positivos.14 TAC O RM CEREBRAL La tomografía computarizada o RM del cerebro para pacientes con síntomas del SNC sugestivos de metástasis cerebrales.2-5 EXÁMENES DE LABORATORIO Los exámenes de laboratorio, tales como hematología completa, ALT, fostasa alcalina, bilirrubina total, albúmina, calcio y LDH se recomiendan típicamente para pacientes con cáncer de mama en estadio I-IV.2-5 Se pueden necesitar otras investigaciones dependiendo del tipo de tratamiento previsto. En el caso del tratamiento con antraciclinas, se ha demostrado que causa cardiomiopatía temprana y puede producir aparición tardía de disfunción ventricular después del tratamiento, lo cual puede conducir a daño miocárdico permanente y reserva funcional reducida.14 El trastuzumab también se ha asociado con cardiotoxicidad pero no en todas las pacientes que lo utilizan; por lo tanto, para la quimioterapia basada en antraciclinas o para la quimioterapia con trastuzumab (pacientes HER2 +), se recomienda el ecocardiograma como método de control de las pacientes antes de su inicio,15,16 o la ventriculografía radioisotópica (MUGA).17 Ambos estudios pueden detectar descensos objetivos en la función cardíaca en pacientes asintomáticos durante el curso de la quimioterapia.15-17 Con el ecocardiograma Doppler color se obtiene una mayor cantidad de información hemodinámica y cardíaca estructural con respecto a la ventriculografía radioisotópica o MUGA, incluye información sobre la función diastólica, cuya alteración puede predecir el desarrollo de Insuficiencia Cardíaca.18 Además, es un estudio no invasivo, de bajo costo, reproducible, que puede efectuarse en la cabecera del paciente y está disponible en nuestro país. El seguimiento periódico seriado de la función cardíaca por ecocardiografía con periódico seriado de la función cardíaca por ecocardiografía con el fin de determinar la posibilidad de adicionar o aumentar las dosis de antraciclinas es recomendado por la American Heart Association (AHA), el American College of Cardiology (ACC) y la American Society of Echocardiography (ASE).16 La adquisición de imágenes mediante ventriculografía radioisotópica aporta información sobre la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI), pero su uso es limitado debido a que se encuentra supeditado a instituciones que cuenten con servicio de medicina nuclear. La determinación de la FEVI mediante MUGA tiene la ventaja de tener menor variabilidad entre observadores que la ecocardiografía y puede ser superior en pacientes con ventana ultrasónica dificultosa (obesos, cirugía o radioterapia torácica previa). Sus inconvenientes son la exposición a radiación y que la información sobre la estructura cardíaca y la función diastólica es limitada.19 REFERENCIAS 1. National Comprehensive Cancer Network. Breast Cancer Screening and Diagnosis: Practice Guidelines in Oncology, v1.2014. 2. Cardoso F, Senkus-Konefka E, Fallowfield L, Costa A, Castiglione M, ESMO Guidelines Working Group. Locally recurrent or metastatic breast cancer: ESMO Clinical Practice Guidelines for diagnosis, treatment and follow-up. Ann Oncol 2010;21 Suppl 5:v15-9. 3. Aebi S, Davidson T, Gruber G, Castiglione M, ESMO Guidelines Working Group. Primary breast cancer: ESMO Clinical Practice Guidelines for diagnosis, treatment and follow-up. Ann Oncol 2010;21 Suppl 5:v9-14. 4. National Institute for Health and Clinical Excellence. Early and locally advanced breast cancer: Diagnosis and treatment (CG80). 2009; Disponible en: http://publications.nice.org.uk/ early-and-locally-advanced-breast-cancer-cg80/ 5. National Institute for Health and Clinical Excellence. Advanced Breast Cancer: Diagnosis and Treatment (CG81) 2009; Disponible en: http://guidance.nice.org.uk/CG81. 6. Schnipper LE, Smith TJ, Raghavan D, Blayney DW, Ganz PA, Mulvey TM, et al. American Society of Clinical Oncology Identifies Five Key Opportunities to Improve Care and Reduce Costs: The Top Five List for Oncology. J Clin Oncol 2012; 30(14):1715-24. 7. Morris PG, O’Connor M, O’Rafferty C, Sheikh R, Gray J, McDermott R, et al. The excessive cost of baseline diagnostic imaging in early breast cancer. Ir Med J 2009;102(5):149-152. 8. Barrett T, Bowden DJ, Greenberg DC, Brown CH, Wishart GC, Britton PD. Radiological staging in breast cancer: which asymptomatic patients to image and how. Br J Cancer 2009;101(9):1522-1528. 9. Kasem AR, Desai A, Daniell S, Sinha P. Bone scan and liver ultrasound scan in the preoperative staging for primary breast cancer. Breast J 2006;12(6):544-548. 10. Samant R, Ganguly P. Staging investigations in patients with breast cancer: the role of bone scans and liver imaging. Arch Surg 1999;134(5):551-3. 11. Koizumi M, Yoshimoto M, Kasumi F, Ogata E. What do Breast Cancer Patients Benefits from Staging Bone Scintigraphy? Jpn J Clin Oncol 2001;31(6):263-269. 12. Puglisi F, Follador A, Minisini AM, Cardellino GG, Russo S, Andretta C, et al. Baseline staging tests after a new diagnosis of breast cancer: further evidence of their limited indications. Ann Oncol 2005;16(2):263-266. 13. El Saghir NS, Eniu A, Carlson RW, Aziz Z, Vorobiof D, Hortobagyi GN; Breast Health Global Initiative Systemic Therapy Focus Group. Locally advanced breast cancer: treatment guideline implementation with particular attention to low- and middle-income countries. Cancer 2008;113(8 Suppl):2315-24. 14. Shan K, Lincoff AM, Young JB. Anthracycline-induced cardiotoxicity. Ann Intern Med. 1996;125(1):47-58 15. Sawaya H, Sebag IA, Plana JC, et al. Early Detection and Prediction of Cardiotoxicity in Chemotherapy-Treated Patients. Am J Cardiol 2011;107:1375-1380. 16. Cheitlin MD, Armstrong WF, Aurigemma GP, et al. ACC/AHA/ASE 2003 guideline update for the clinical application of echocardiography: summary article: a report of the American college of Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines (ACC/AHA/ASE Committee to Update the 1997 Guidelines for the Clinical Application of Echocardiography). Circulation 2003;108:1146-62. 17. Schwartz RG, Mckenzie WB, Alexander J, et al. Congestive Heart Failure and let ventricular dysfunction complicating doxorubicin therapy. Seven-year experience using serial radionuclide angiocardiography. Am J Med 1987;82:1109-18. 18. Tassan-Mangina S, Codorean D, Metivier M, et al. Tissue Doppler imaging and conventional echocardiography after anthracycline treatment in adults: early and late alterations of left ventricular function during a prospective study. Eur J Echocardiogr 2006;7:141-6. 19. Skrypniuk JV, Bailey D, Cosgriff PS, et al. UK audit of left ventricular ejection fraction estimation from equilibrium ECG gated blood pool images. Nucl Med Commun 2005;26:205-15. III. ANATOMÍA PATOLÓGICA L a calidad de atención a la patología mamaria se relaciona con la correcta caracterización del diagnóstico patológico, elemento fundamental para la apropiada evolución del paciente con cáncer de mama. Para mejorar el diagnóstico patológico del cáncer se deben considerar los factores que afectan la calidad del laboratorio, entre los cuales se incluyen la disponibilidad de suministros de laboratorio, la dotación del equipo esencial, el personal capacitado, y la realización periódica de evaluaciones de control.1 Además, es necesario vigilar el adecuado procesamiento de las muestras (conservación y manipulación técnica del espécimen). Si el diagnóstico anatomopatológico no es acertado, el enfoque terapéutico resulta inadecuado, con la consecuente pérdida de recursos para la paciente y para el sistema de salud, por lo que el reconocimiento de esta realidad es esencial para el control del cáncer de mama.2-6 BIOPSIA PERCUTÁNEA CONTRA BIOPSIA QUIRÚRGICA El examen histológico de todas las lesiones sospechosas de mama debe llevarse a cabo antes de la operación, a través de biopsias con aguja percutánea, dirigidas o no por imágenes para justificar la cirugía definitiva de una sola sesión.7 Debido a su alta sensibilidad y especificidad, la biopsia percutánea debería ser actualmente una práctica habitual, lo cual elimina la necesidad de biopsia quirúrgica abierta con corte congelado. La biopsia con aguja proporciona una solución rentable y rápida, al proporcionar no solo un diagnóstico definitivo sino también información pronóstica y predictiva que permite la rápida discusión de las opciones de tratamiento.8 Sin embargo, la biopsia quirúrgica se debe reservar para aquellas situaciones en las cuales la biopsia asistida por vacío no está disponible o no se puede realizar por razones técnicas.9 TIPOS DE BIOPSIA PERCUTÁNEA La biopsia percutánea proporciona información sobre la invasión, el estado de los receptores hormonales, el grado y sobre otros marcadores inmunológicos y genéticos. La evidencia actual sugiere que, en primer lugar, la biopsia asistida por vacío realizada correctamente proporciona una mejor sensibilidad y especificidad que la biopsia con aguja de 14G de calibre en el caso de las microcalcificaciones, las distorsiones de la arquitectura y las lesiones papilares.10 En segundo lugar, la biopsia con aguja de calibre 14G ofrece una mejor sensibilidad y especificidad que la punción-aspiración con aguja fina (PAAF),11-13 pero la PAAF es un procedimiento costo-efectivo y de rápido diagnóstico.2,5,9 Si la quimio- terapia neoadyuvante está planificada, la biopsia con aguja gruesa es obligatoria para asegurar el diagnóstico de enfermedad invasiva y para evaluar biomarcadores. La elección del lugar de procesamiento de muestra se debe basar en la disponibilidad y el acceso del laboratorio, así como en la existencia de personal entrenado y el patólogo con experiencia.2,14 BIOPSIA DE ADENOPATÍAS AXILARES • Punción aspiración con aguja fina (PAAF): guiada por ultrasonido de los ganglios sospechosos, constituye un método simple y costo-efectivo para la estadificación de la axila.15 Si la PAAF es negativa, estas pacientes deben ir a biopsia del ganglio centinela. • Biopsia del ganglio centinela (GC): es el procedimiento quirúrgico estándar para la evaluación de la axila clínicamente negativa en pacientes con cáncer de mama.16-19 Según el Consenso Venezolano de Ganglio Centinela de 2010,20 el estudio anatomopatológico debe incluir: Estudio macroscópico: cada institución establece la norma de estudio del ganglio, bien sea biopsia peroperatoria o diagnóstico definitivo. En ambos casos, el manejo de la muestra es invariable. El cirujano debe proporcionar la información del tamaño tumoral, el diagnóstico y la variedad histológica. Cada ganglio centinela se debe medir y cortar en secciones no mayores de 2.0 mm, e identificar por separado. Estudio microscópico: biopsia peroperatoria, se puede realizar por frotis por aposición o raspronta (estudio citológico) o corte congelado (estudio histológico). Se debe examinar microscópicamente, citológica o histológicamente cada una de las secciones en las cuales se dividió él o los ganglios recibidos para estudiar. En caso de estudio citológico, debe realizarse la evaluación de cada una de las caras y de cada uno de los fragmentos en los cuales se seccionó él o los ganglios. Estudio definitivo: deben incluirse en parafina, para estudio histológico, todos los fragmentos en los cuales se ha dividido él o los ganglios que macroscópicamente no tengan evidencia de metástasis, coloreados con hematoxilina y eosina, lo que permite identificar virtualmente todas las macrometástasis (>2.0 mm) y una gran proporción de micrometástasis (>0.2 a 2.0 mm).21-23 Se ha debatido la importancia pronóstica de la enfermedad detectada en GC por inmunohistoquímica (IHQ) y los resultados de dos estudios (ACOSOG Z0010 y NSABP B-32),24,25 indican que las micrometástasis en el GC detectadas por IHQ son clínicamente insignificantes y se puede abandonar el uso rutinario, por lo que su utilización debe limitarse a discreción del patólogo.26 REPORTE DE LA BIOPSIA La evaluación anatomopatológica se inicia con la información clínica proporcionada por el cirujano y, en algunos casos, con colaboración del radiólogo, por lo que es esencial el trabajo en conjunto para poder alcanzar un diagnóstico certero (enfoque multidisciplinar). El patólogo debe proporcionar suficiente información en su reporte de biopsia para facilitar el correcto estadiaje utilizando los criterios actuales del sistema de la AJCC/UICC.27 Las características que deben incluirse en el informe de anatomía patológica para carcinoma invasivo son:28 1. ¿Cómo se recibió la muestra? (número de piezas, orientación) 2. Sitio (lateralidad y cuadrante) de la pieza quirúrgica y el tipo de procedimiento especificado por el cirujano. 3. El tamaño del tumor (en tres dimensiones si posible). 4. Tipo, de acuerdo con la clasificación de la Organización Mundial de la Salud, y grado histológico. 5. La presencia o ausencia de carcinoma ductal in situ coexistente o un componente intraductal extenso. 6. La presencia o ausencia de invasión linfovascular. 7. La presencia o ausencia macroscópica o microscópica de carcinoma (ya sea carcinoma invasivo o carcinoma ductal in situ) en los márgenes de resección, que incluyen la distancia de cada margen. Clásicamente se acepta que un margen es positivo si se corta a través del tumor o si existe presencia de carcinoma ductal in situ en la línea de resección. Aquellos márgenes en los que el tumor como mínimo ¨no toca la tinta¨ se consideran negativos, lo que hasta la fecha es la única definición de márgenes libres hecha a partir de un estudio prospectivo (NSABP B-06).29 8. Estado de los ganglios linfáticos: número de ganglios linfáticos que se encuentran en la muestra y número de ganglios afectados, el tamaño del mayor ganglio metástasico, el tamaño del mayor depósito tumoral y la presencia o ausencia de extensión extracapsular. 9. El reporte de inmunohistoquímica del tumor. Con el fin de asegurar la calidad de los resultados del estudio inmunohistoquímico en el país, en 2007 se desarrollaron las Recomendaciones para Venezuela del Grupo de Consenso de Inmunohistoquímica Pronóstica en Cáncer de Mama,30 que involucra el manejo, procesamiento y almacenamiento de las muestras, así como el establecimiento del rol del cirujano o radiólogo en su traslado y fijación. La expresión de receptores de estrógeno (RE) y progesterona (RP) debe realizarse en un porcentaje de núcleos que muestre positividad y debe expresarse como inmunorreactividad para esos núcleos, independientemente del grado de intensidad. El porcentaje de células que se requiere para considerar positivo a los receptores hormonales es de 1 % o más de acuerdo con las Guías de Recomendación de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) y del Colegio Americano de Patólogos;31 sin embargo, en Europa según las Guías de San Gallen es de 10 %.32 Para la demostración de HER2/neu debe considerarse solo la reacción de la membrana citoplasmática (0 negativo; 1+ aislada e incompleta reactividad en la membrana de más del 10 % de las células tumorales; 2+ligera a moderada reactividad que involucra solo parte de la circunferencia de la membrana de más del 10 % de las células tumorales o completa la circunferencia de la membrana en 10 % o menos de las células tumorales; 3+ marcada intensidad en la circunferencia completa de la membrana en 10 % o más de las células tumorales), en concordancia con la reciente Guía de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) y del Colegio Americano de Patólogos.33La amplificación del gen HER2 se puede determinar utilizando los métodos de hibridización in situ (FISH o CISH), lo cual reemplaza a la inmunohistoquímica solo en aquellos casos con reactividad moderada (2+).7 En Venezuela no contamos con laboratorios que realicen la técnica FISH, por lo que la muestra se debe enviar al exterior para su estudio. El estudio de inmunohistoquímica del tumor se debe realizar a toda paciente con carcinoma de mama, por lo que los esfuerzos deben ir encaminados a la ejecución rutinaria de esta práctica. El estudio costo-beneficio sugiere que proveer un servicio de patología óptimo se compensa con el ahorro en tratamientos excesivos o inefectivos, aplicados sobre la base de un diagnóstico patológico incompleto.2,14 En las publicaciones nacionales la tasa de RE+ es de alrededor del 60 %;34-36 de RP+, de 43.13 %,35 y de Her 2-neu, varía entre 11.3 %53 a 35,75 %,34 y 37.9 % en los localmente avanzados.37 REPORTE DE LA BIOPSIA POSNEOADYUVANCIA Se han reportado varios esquemas para la evaluación de la regresión del tumor. Actualmente no hay ninguna preferencia por un único esquema, ya que no existen datos comparativos de los sistemas que se han publicado. Entre los sistemas más utilizados están Miller-Payne (2003),38 Symmans (2007),39 Sataloff (1995)40 o Chevallier (1993)41 y el NSABP B-18.42 En general, todas las clasificaciones reconocen una categoría para la respuesta patológica completa (ausencia de carcinoma invasivo) y otra categoría para la respuesta patológica parcial o la no respuesta. El reporte de biopsia se debe realizar bajo las mismas consideraciones del apartado anterior (reporte de biopsia). El patólogo debe determinar el tamaño del tumor residual o lecho tumoral (en los casos de respuesta patológica completa), los márgenes en las seis direcciones del espécimen (en caso de tumor residual, dos dimensiones tomadas del área de mayor tamaño del componente invasor y el número de focos de invasión), el sistema de evaluación de la respuesta, grado, invasión linfovascular y la presencia y extensión del carcinoma in situ, además de repetir la determinación de los receptores para estrógenos, progesterona y Her-2/neu. El reporte de los ganglios debe incluir el número total, el número de ganglios positivos y la información del tamaño de las metástasis, así como el número de ganglios con cambios regresivos inducidos por la quimioterapia. El estadiaje de la categoría pT y pN debe llevar el prefijo “y”.43,44 De igual manera, el cirujano debe proporcionar la información en la solicitud de biopsia sobre el uso de terapia neoadyuvante (citotóxica o endocrina), así como la evaluación de la axila y el tamaño tumoral pretratamiento (con la estimación de la respuesta clínica) y la localización del tumor preneoadyuvancia, por lo que se recomienda el marcaje con clip del sitio de la lesión que permita la localización exacta del tumor o focos de tumor residual. Según el Consenso Venezolano, los criterios para expresar el porcentaje de respuesta serán los siguientes:45 • Progresión de la enfermedad: aumento del tamaño tumoral en más de un 20 % bajo tratamiento sistémico primario. • Enfermedad estable: el tumor mantiene el mismo tamaño, disminuyó menos del 50 % o ha aumentado hasta 20 %. • Respuesta parcial: el tumor disminuyó un 50 % o más. • Respuesta completa clínica: el tumor en mama y en axila desaparece por completo (por clínica y en imágenes). • Respuesta completa patológica: no hay evidencia de lesión residual en el estudio anatomopatológico de la pieza operatoria y de los ganglios linfáticos examinados. TIPOS INTRÍNSECOS DE CÁNCER DE MAMA. DEFINICIÓN INMUNOHISTOQUÍMICA Y MOLECULAR El cáncer de mama es una enfermedad heterogénea que muestra una marcada diversidad clínica y morfológica así como variabilidad en el pronóstico y en la respuesta a diferentes modalidades terapéuticas. El desarrollo de métodos de análisis moleculares se remonta a un cuarto de siglo, cuando la inmunohistoquímica (IHC) nos permitió clasificar los cánceres de mama en dos clases principales: receptor de estrógeno positivo (ER+) y receptor de estrógeno negativo (ER-). Una década más tarde, la hibridación in situ del ácido nucleico condujo a la identificación de dos nuevas categorías, en función de la amplificación o no del factor de crecimiento epidérmico humano receptor-2 (HER2). Hasta los momentos, el mayor progreso en esta área es el desarrollo de perfiles de expresión génica, que proporcionan la evaluación simultánea de múltiples genes. Perou y colaboradores46 fueron los primeros en ofrecer un sistema de clasificación basado en el análisis de la expresión génica, a lo que se sumaron posteriores estudios47-53 que permitieron identificar cuatro tipos intrínsecos de cáncer de mama: luminal, mama normal, los que sobreexpresan HER2 (HER2 positivo) y el basal, lo cual confirma que el cáncer de mama no es solo una enfermedad con características morfológicas variables sino un enfermedad con características moleculares distintivas cuyo comportamiento biológico intrínseco puede influenciar la historia natural y, en consecuencia, el manejo clínico. Actualmente no hay definición de marcadores ni de umbrales inmunohistoquímicos que estén aceptados y comprobados para la identificación de los subtipos moleculares; sin embargo, el uso de los marcadores inmunohistoquímicos puede ser útil en el contexto clínico, ya que permite un análisis económico, fácil y reproducible (ER / PR+ para luminal, HER2+ para HER2amplificado y triples negativos para el tipo basal). La identificación de los tumores luminal A o luminal B es un punto de controversia. Bhargava y colaboradores54 definen como tumores luminal A y luminal B aquellos tumores con receptores hormonales positivos, el elemento diferenciador entre ellos es la gran intensidad en la positividad del RE para los tumores luminal A. Cheang y colaboradores55 añadieron el índice de proliferación Ki67 de más de 13.25 % como una característica de los tumores luminal B. Según las recomendaciones del panel de expertos de San Gallen, de 2013,56 la distinción entre luminal A y luminal B, se debe hacer usando la combinación de RE, RP y Ki-67. El panel no acepta la distinción entre luminal A y luminal B hecha solo con el uso de RE y RP o con la sustitución del grado 3 por el Ki-67; además, puntualiza que aunque no se ha establecido un punto de corte o un valor de laboratorio específico para Ki-67, el Ki67 ≥ 20 % es claramente indicativo de un valor alto. Por lo tanto, la definición clínico-patológica sustituta para el subtipo luminal A corresponde a: 1.Positividad para receptores hormonales. En el caso del RP, el punto de corte para luminal A es ≥20 %.57 2.Negatividad para el receptor HER2. 3.Ki-67 bajo, definido como un nivel menor a 14 %.58 Y para el subtipo luminal B: 1.HER2 negativo: positividad para el RE, HER2 negativo y al menos Ki-67 alto o RP negativo o bajo. 2.HER2 positivo: positividad para el RE, HER2 positivo y cualquier valor de Ki-67 o de RP. Los tumores Erb-B2 sobreexpresados son aquellos positivos para HER2 (no luminales) con receptores hormonales ausentes. Los tumores de tipo basal son RE y PR negativos, HER2 negativo, con intensa expresión de citoqueratinas 5, 6, 14 y 17, y la expresión de genes relacionados con la proliferación celular (Ki 67 elevado).59,60 Por el uso de IHC, esta clase también se ha llamado “triple negativo” para los que no expresan ER, PR o HER2, pero sin que esto signifique que todos los tumores triple negativos son basales, ya que coinciden en un 80 % de los casos.61 En Venezuela, dos estudios34,62 han reportado la clasificación de los subtipos moleculares de acuerdo con definiciones sustitutas y han reportado para los luminales un porcentaje que oscila entre 62.50 % a 69.20 %, entre 8.75 % a 18.99 % para los HER2+ y para los basales, entre 21.79 % a 28.75 %. FIRMAS GENÉTICAS Las firmas de genéticas permiten la orientación de la quimioterapia en el cáncer de mama mediante la identificación más precisa de pacientes que obtendrán el mayor beneficio con su aplicación, sobre la base del conocimiento de ciertas características biológicas del tumor, las cuales indican una mayor probabilidad de rápido crecimiento y de aparición de enfermedad a distancia. Hasta los momentos en Venezuela se utilizan dos firmas: el OncotypeDX® y el Mammaprint ® (Tabla 1). El MammaPrint® se basa en la tecnología de microarreglos, utiliza un perfil de expresión de 70 genes y es una prueba que permite estimar el riesgo de recurrencia a distancia en mujeres con diagnóstico de cáncer de mama precoz, de todas las edades, con tumor de 5 centímetros o menos, ganglios negativos o positivos (hasta tres ganglios positivos), con una puntuación pronóstica que clasifica a las pacientes de bajo y alto riesgo. Esta firma genética se validó en una serie de 295 pacientes con carcinoma primario de mama en estadio I y II, 151 con ganglios linfáticos negativos y 144 con ganglios linfáticos positivos, además demostró que el perfil de expresión genética en pacientes jóvenes fue un predictor más poderoso de los resultados clínicos de la enfermedad que los criterios clínico-patológicos.63 Estos resultados se validaron luego en un grupo de 307 pacientes.64 El Oncotype DX® es un ensayo de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa que cuantifica la expresión de 21 genes en mujeres con diagnóstico de cáncer de mama en estadio I o II, receptores de estrógeno positivos, ganglios negativos o positivos (hasta tres ganglios positivos). La prueba asigna un puntaje de recidiva (RS) de: bajo riesgo (RS <18), riesgo intermedio (18 ≤ RS ≤ 30) o riesgo alto (RS ≥31), valores probados en el estu- dios NSABP B1465,66 y NSABP B20.67 Ambos estudios demostraron que existe una asociación significativa entre el puntaje de recidiva y el riesgo de recidiva locorregional.68 Así mismo, el RS alto se ha asociado además a mayor probabilidad de alcanzar respuesta patológica completa después de la quimioterapia neoadyuvante, respecto a la no respuesta observada en los tumores de bajo RS.69 FIRMAS GENÉTICAS MAMMAPRINT® PROVEEDOR TIPO DE ENSAYO Agendia Análisis de 70 genes TIPO DE TEJIDO TÉCNICA LABORATORIO CENTRAL INDICACIÓN Y POBLACIÓN ESTUDIADA VALIDACIÓN CLÍNICA EVIDENCIA PROSPECTIVA-RETROSPECTIVA Fresco congelado Microarrays de ADN Sí Pronóstico N0-N1. Tu≤5cm Sí ESTUDIOS CLÍNICOS RASTER70,71 EN CURSO NIVEL DE EVIDENCIA MINDACT74 II ONCOTYPE® Genomic Health Puntuación de recurrencia con 21 genes Bloque de parafina PCR Sí Pronóstico St I-II, N0-1, RE+ Sí NSABP B1464,66NSABP B2067 SWOG 881472TransATAC73 TailoRX75, RxPONDER76 I TABLA 1. Las guías de ASCO fueron las primeras en incorporar los arreglos multigen como parte del Panel de Recomendaciones sobre el Uso de Marcadores Tumorales en Cáncer de Mama.77 En estas guías se recomienda solo el Oncotype DX® para pacientes con ganglios negativos, receptores hormonales positivos como prueba para predecir el riesgo de recidiva en pacientes tratadas con tamoxifeno y para identificar las pacientes que obtienen el mayor beneficio terapéutico del tamoxifeno adyuvante y no requieran quimioterapia adyuvante. La utilidad clínica de las otras pruebas y su aplicación apropiada se encuentra aún bajo investigación. Según el NCCN, en la version 3.2013, el uso de las pruebas genéticas debe reservarse a pacientes con receptores hormonales positivos, HER2 negativo, pT1-3 (>5 mm), N0 o N1 (<2 mm), en las que se puede considerar el uso de Oncotype DX®.78 Para el panel de expertos de San Gallen 2013,56 los arreglos multigen deben considerarse en pacientes receptores hormonales positivos, ganglios negativos y con un tamaño tumoral mayor a un centímetro, pero no en tumores mayores a 5 centímetros, en el carcinoma inflamatorio, en pacientes con más de cuatro ganglios linfáticos positivos o con muy baja expresión para receptores de estrógeno (5 %). Para las guías de ESMO, cualquiera de las pruebas genómicas se recomienda para la decisión del tratamiento de las pacientes con tumores grado 2, receptores hormonales positivos, HER2 negativo y ganglios linfáticos negativos, independientemente del tamaño tumoral.51 Aunque las firmas genéticas están disponibles en Venezuela, el costo de estas pruebas impide la generalización de su utilización; hasta los momentos el acceso es solo a través del pago de la misma por parte de la paciente. El uso de los sustitutos de los subtipos intrínsecos para el cáncer de mama representa una alternativa, aunque con limitada validación, por ello es necesario asegurar la calidad de los laboratorios de anatomía patológica en la interpretación de los estudios inmunohistoquímicos. REFERENCIAS 1. Goss PE, Lee BL, Badovinac-Crnjevic T, et al. La planificación del control del cáncer en América Latina y el Caribe. Lancet Oncology 2013;14: 1-52. 2. Masood S, Vass L, Ibarra JA Jr, et al. Breast Health Global Initiative Pathology Focus Group. Breast pathology guideline implementation in low- and middle-income countries. Cancer 2008; Suppl 8:2297-304. 3. Shyyan R, Masood S, Badwe RA, et al. Global Summit Diagnosis and Pathology Panel Breast cancer in limited-resource countries: diagnosis and pathology. Breast J 2006; Suppl 1:S27-37. 4. Anderson BO, Yip CH, Ramsey SD, et al. Breast cancer in limited-resource countries: health care systems and public policy. Global Summit Health Care Systems and Public Policy Panel. Breast J 2006; Suppl 1:S54-69. 5. Vargas HI, Anderson BO, Chopra R, et al. Diagnosis of breast cancer in countries with limited resources. Global Summit Diagnosis Panel. Breast J 2003;Suppl 2:S60-6. 6. Masood S. Worldwide Excellence in Breast Pathology Program.The expanding role of pathologists in the diagnosis and management of breast cancer: Worldwide Excellence in Breast Pathology Program.Breast J 2003; Suppl 2:S94-7. 7. Aebi S, Davidson T, Gruber G, et al. ESMO Guidelines Working Group. Primary breast cancer: ESMO Clinical Practice Guidelines for diagnosis, treatment and follow-up. Ann Oncol 2010;Suppl 5:v9-14. 8. Eberth JM, Xu Y, Smith GL et al. Surgeon Influence on Use of Needle Biopsy in Patients with Breast Cancer: A National Medicare Study. J Clin Oncol 2014;32:2206-2216. 9. Shyyan R, Sener SF, Anderson BO, et al. Breast Health Global Initiative Diagnosis Panel. Guideline implementation for breast healthcare in low- and middle-income countries: diagnosis resource allocation. Cancer 2008;Suppl 8:2257-68. 10. Wallis M, Tarvidon A, Helbich T, et al. Guidelines from the European Society of Breast Imaging for diagnostic interventional breast procedures. Eur Radiol 2007;17:581-588. 11. Liberman L. Centennial dissertation. Percutaneous image-guided core breast biopsy: state of the art at the millennium. AJR Am J Roentgenol 2000;174:1191–1199. 12. Britton P, McCann J. Needle biopsy in the NHS Breast Screening Programme. Breast 1999; 8:5–11. 13. Berg WA, Hurban RH, Kumar D, et al. Lessons from mammographic-histopathologic correlation of large core needle breast biopsy. Radiographics 1996; 16(5):1111–1130. 14. El Saghir NS, Adebamowo CA, Anderson BO, et al. Breast cancer management in low resource countries (LRCs): Consensus statement from the Breast Health Global Initiative. Breast 2011; Suppl 2:S3-S11. 15. Houssami N, Ciatto S, Turner RM, et al. Preoperative ultrasound-guided needle biopsy of axillary nodes in invasive breast cancer: meta-analysis of its accuracy and utility in staging the axilla. Ann Surg 2011;254(2):243-51. 16. Kim T, Giuliano AE, Lyman GH. Lymphatic mapping and sentinel lymph node biopsy in early-stage breast carcinoma: a metaanalysis. Cancer 2006;106:4-16. 17. Kell MR, Burke JP, Barry M, et al. Outcome of axillary staging in early breast cancer: a meta-analysis. Breast Cancer Res Treat 2010;120:441-447. 18. Wang Z, Wu LC, Chen JQ. Sentinel lymph node biopsy compared with axillary lymph node dissection in early breast cancer: a meta-analysis. Breast Cancer Res Treat 2011;129:675-689. 19. Pesek S, Ashikaga T, Krag LE, et al. The false-negative rate of sentinel node biopsy in patients with breast cancer: a meta-analysis. World J Surg 2012;36:2239-2251. 20. Hernández G, Contreras A, Betancourt L, et al. Ganglio centinela en carcinoma de Mama. Rev Venez Oncol 2010;22(2):133-141. 21. Turner RR. Histopathologic processing of the sentinel lymph node. Semin Breast Dis 2002;5:35–40. 22. Viale G, Bosari S, Mazzarol G, et al. Intraoperative examination of axillary sentinel lymph nodes in breast carcinoma patients. Cancer 1999;85(11):2433-8. 23. Weaver DL, Krag DN, Ashikaga T, et al. Pathologic analysis of sentinel and nonsentinel lymph nodes in breast carcinoma: a multicenter study. Cancer 2000;88(5):1099-107. 24. Giuliano AE, Hawes D, Ballman KV, et al.Association of occult metastases in sentinel lymph nodes and bone marrow with survival among women with early-stage invasive breast cancer. JAMA 2011;306(4):385-93. 25. Krag DN, Anderson SJ, Julian TB, et al. Sentinel-lymph-node resection compared with conventional axillary lymph-node dissection in clinically node-negative patients with breast cancer: overall survival findings from the NSABP B-32 randomised phase 3 trial. Lancet Oncol 2011;11(10):927-933. 26. Kaufmann M, Morrow M, von Minckwitz G, et al. Locorregional treatment of primary breast cancer: consensus recommendations from an International Expert Panel. Cancer 2010;116:1184-1191. 27. Edge SB, Byrd D.R, Compton C, et al. AJCC Cancer Staging Manual [ed 7]. New York, NY, Springer, 2010. 28. Henson DE, Oberman HA, Hutter RV. Practice protocol for the examination of specimens removed from patients with cancer of the breast: a publication of the Cancer Committee, College of American Pathologists. Members of the Cancer Committee, College of American Pathologists, and the Task Force for Protocols on the Examination of Specimens from Patients with Breast Cancer. Arch Pathol Lab Med 1997; 121:27–33. 29. Fisher B, Anderson S, Bryant J, et al. Twenty year follow up of a randomized trial comparing total mastectomy, lumpectomy and lumpectomy plus irradiation for the treatment of invasive breast cancer. N Engl J Med 2002;347(16):1233-1241. 30. Bianchi G, García J, Gómez M, et al. Recomendaciones para Venezuela del Grupo de Consenso de Inmunohistoquímica pronóstica en Cáncer de Mama. Rev Venez Oncol 2007;19(4):353355. 31. Hammond ME, Hayes DF, Dowsett M, et al. American Society of Clinical Oncology/College of American Pathologist Guideline Recommendations for Immunohistochemical Testing of Estrogen and Progesterone Receptors in Breast Cancer. JCO 2010;28(16):2784-2795. 32. Goldhirsch A, Wood WC, Gelber RD, et al. Progress and Promise: Highlights of the International Experts Consensus on the Primary Therapy of Early Breast Cancer 2007. 10th St Gallen Conference 2007. Ann Oncol 2007;18(7):1133-1144. 33. Wolff AC, Hammond ME, Hicks DG, et al. Recommendations for human epidermal growth factor receptor 2 testing in breast cancer: American Society of Clinical Oncology/College of American Pathologists clinical practice guideline update. J Clin Oncol 2013;31(31):3997-4013. 34. Rebolledo V, Ferri N, Reigosa A, et al. Perfil Inmunohistoquímico y la Caracterización Molecular del Carcinoma de Mama en una Población Venezolana. Rev Venez Oncol 2012;24(1):4251. 35. Bolívar E, Betancourt L, Godoy A, et al. Distribución fenotípica del carcinoma de mama en Venezuela. Rev Senol Patol Mamar 2013;26(4):129-133. 36. González C, Hernádez G, Paredes R, et al. Evaluar los Perfiles de Expresión Genética con la Prueba Mammaprint y Target Print con Inmunohistoquímica. Rev Venez Oncol 2014;26(1):2-8. 37. Morales L, Reigosa A, Caleiras E, et al. Expresión del HER2/neu en pacientes venezolanas con cáncer de mama localmente avanzado. Invest Clin 2008;49(1):69-78. 38. Ogston K, Miller I, Payne S, et al. A new histological grading system to assess response of breast cancers to primary chemotherapy: prognostic significance and survival. Breast 2003; 12: 320-327. 39. Symmans W, Peintinger F, Hatzis C, et al. Measurement of residual breast cancer burden to predict survival after neoadjuvant chemotherapy. J Clin Oncol 2007; 25: 4414-4422. 40. Sataloff D, Mason B, Prestipino AJ, et al. Pathologic response to induction chemotherapy in locally advanced carcinoma of the breast: a determinant of outcome. J Am Coll Surg 1995;180:297-304. 41. Chevalier B, Roche H, Olivier JP, et al. Inflammatory Breast Cancer: Pilot study of intensive induction chemotherapy (FEC-HD) results in a high histologic response rate. J Clin Oncol 1993;16:223-228. 42. Fisher B, Brown A, Mamounas E, Wieand S, et al. Effect of preoperative chemotherapy on local-regional disease in women with operable breast cancer: findings from National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project B-18. J Clin Oncol 1997;15(7):2483-93. 43. Kaufmann M, von Minckwitz G, Bear HD, et al. Recommendations from an international expert panel on the use of neoadjuvant (primary) systemic treatment of operable breast cancer: new perspectives 2006. Ann Oncol 2007;18(12):1927-34. 44. Sahoo S, Lester SC. Pathology of Breast Carcinoma after Neoadjuvant Chemotherapy. An Overview with Recommendations on Specimen Precessing and Reporting. Arch Pathol Lab Med 2009;133:633-642. 45. Hernández G, Maccarone B, Arcia F et al. Cáncer de Mama Estadios III y IV: Reunión de Consenso. Agosto 2006. Rev Venez Oncol 2007;19(3):264-273. 46. Perou CM, Sorlie T, Eisen MB, et al. Molecular portraits of human breast tumours. Nature 2000;406:747-52. 47. Sorlie T, Perou CM, Tibshirani R, et al. Gene expression patterns of breast carcinomas distinguish tumor subclasses with clinical implications. Proc Natl Acad Sci USA 2001;98:10869-74. 48. Sorlie T, Tibshirani R, Parker J, et al. Repeated observation of breast tumor subtypes in independent gene expression data sets. Proc Natl Acad Sci USA 2003;100:8418-23. 49. Hu Z, Fan C, Oh DS, et al. The molecular portraits of breast tumors are conserved across microarray platforms. BMC Genomics 2006; 7:96. 50. Parker JS, Mullins M, Cheang MC, et al. Supervised Risk Predictor of Breast Cancer based on Intrinsic Subtypes. J Clin Oncol 2009;27(8):1160-7. 51. Cardoso F, Kyriakides S, Penault-Llorca F, et al. Primary breast cancer: ESMO Clinical Practice Guidelines for diagnosis, treatment and follow-up. Ann Oncol 2013;24 Suppl 6:vi7-vi23. 52. Reis-Filho JS, Pusztai L. Gene expression profiling in breast cancer: classification, prognostication, and prediction. Lancet 2011; 378:1812-1823. 53. Carey L, Perou C, Livasy C, et al. Race, breast cancer subtypes, and survival in the Carolina breast cancer study. JAMA 2006;295(21):2492-2502. 54. Bhargava R, Striebel J, Beriwal S, et al. Prevalence, morphologic features and proliferation indices of breast carcinoma molecular classes using immunohistochemical surrogate markers. Int J Clin Exp Pathol 2009;2:444-55. 55. Cheang MC, Chia SK, Voduc D, et al. Ki67 Index, HER2 status, and prognosis of patients with luminal B breast cancer. J Natl Cancer Inst 2009;101:736-50. 56. Goldhirsch A, Winer EP, Coates AS, et al. Personalizing the treatment of women with early breast cancer: Highlights of the St Gallen International Expert Consensus on the Primary Therapy of Early Breast Cancer 2013. Annals of Oncology 2013;24(9):1–18. 57. Prat A, Cheang MC, Martin M, et al. Prognostic significance of progesterone receptor-positive tumor cells within immunohistochemically defined luminal A breast cancer. J Clin Oncol 2013; 31: 203–209. 58. Cheang MCU, Chia SK, Voduc D, et al. Ki67 index, HER2 status, and prognosis of patients with luminal B breast cancer. J Natl Cancer Inst 2009;101:736–750. 59. Nielsen TO, Hsu FD, Jensen K, et al. Immunohistochemical and clinical characterization of the basal-like subtype of invasive breast carcinoma. Clin Cancer Res 2004;10:5367-74. 60. Rakha EA, Reis-Filho JS, Ellis IO. Basal-like breast cancer: a critical review. J Clin Oncol 2008;26(15):2568-81. 61. Ronde JJ, Hannemann J, Halfwerk H, et al. Concordance of clinical and molecular subtyping in the context of preoperative chemotherapy response. Breast Cancer Res Treat 2010;119(1):119-26. 62. Uribe J, Hernández C, Menolascino F, et al. Clasificación Molecular del Cáncer de Mama y su Correlación Clínica. Rev Venez Oncol 2010;22(2):109-116. 63. Van de Vijver MJ, He YD, Van’t Veer LJ, et al. A gene-expression signature as a predictor of survival in breast cancer. N Engl J Med 2002; 347:1999–2009. 64. Buyse M, Loi S, Van’t Veer L, et al. Validation and clinical utility of a 70-gene prognostic signature for women with node-negative breast cancer. J Natl Cancer Inst 2006; 98:1183–1192. 65. Paik S, Shak S, Tang G, et al. A multigene assay to predict recurrence of tamoxifen-treated, node-negative breast cancer. N Engl J Med 2004; 351:2817–2826. 66. Paik S. Development and clinical utility of a 21-gene recurrence score prognostic assay in patients with early breast cancer treated with tamoxifen. Oncologist 2007;12: 631–635. 67. Paik S, Tang G, Shak S, et al. Gene expression and benefit of chemotherapy in women with node-negative, estrogen receptor-positive breast cancer. J Clin Oncol 2006;24:3726–3734. 68. Mamounas EP, Tang G, Fisher B, et al. Association between the 21-gene recurrence score assay and risk of locoregional recurrence in node-negative, estrogen receptor-positive breast cancer: results from NSABP B-14 and NSABPB-20. J Clin Oncol 2010;28:1677–1683. 69. Esserman LJ, Berry DA, Cheang MC, et al. Chemotherapy response and recurrence-free survival in neoadjuvant breast cancer depends on biomarker profiles: results from the I-SPY 1 TRIAL (CALGB 150007/150012; ACRIN 6657). Breast Cancer Res Treat. 2012;132(3):1049-62. 70. Drukker CA, Bueno-de-Mesquita JM, Retèl VP, et al. A prospective evaluation of a breast cancer prognosis signature in the observational RASTER study. Int J Cancer 2013;133(4):92936. 71. Drukker CA, van Tinteren H, Schmidt MK ,et al. Long-term impact of the 70-gene signature on breast cancer outcome. Breast Cancer Res Treat 2014;143(3):587-92. 72. Albain KS, Barlow WE, Shak S, et al. Prognostic and predictive value of the 21-gene recurrence score assay in postmenopausal women with node-positive, oestrogen receptor-positive breast cancer on chemotherapy: a retrospective analysis of a randomised trial. Lancet Oncol 2010;11:55–65. 73. Sgroi DC, Sestak I, Cuzick J, et al. Prediction of late distant recurrence in patients with oestrogen-receptor-positive breast cancer: a prospective comparison of the breast-cancer index (BCI) assay, 21-gene recurrence score, and IHC4 in the TransATAC study population. Lancet Oncol 2013;14(11):1067-76. 74. Rutgers E, Piccart-Gebhart MJ, Bogaerts J, et al. The EORTC 10041/BIG 03–04 MINDACT trial is feasible: results of the pilot phase. Eur J Cancer 2011; 47:2742–2749. 75. Sparano JA, Paik S. Development of the 21-gene assay and its application in clinical practice and clinical trials. J Clin Oncol 2008;26:721–728. 76. Gonzalez-Angulo AM, Barlow WE, Gralow J et al. SWOG S1007: A phase III, randomized clinical trial of standard adjuvant endocrine therapy with or without chemotherapy in patients with one to three positive nodes, hormone receptor (HR)-positive, and HER2-negative breast cancer with recurrence score (RS) of 25 or less. J Clin Oncol 2011;29(suppl; abstr TPS104). 77. Harris L, et al. American Society of Clinical Oncology 2007 update of recommendations for the use of tumor markers in breast cancer. J Clin Oncol 2007;25(33):5287-312. 78. NCCN Clinical Practice Guidelines in Oncology (NCCN guidelines). Breast Cancer. versión 3.2013. IV. CARCINOMA IN SITU ENFOQUE TERAPEUTICO LOCORREGIONAL H asta la fecha no hay estudios prospectivos aleatorizados que comparen el tratamiento del carcinoma in situ con mastectomía contra el tratamiento conservador de la mama. Los estudios de instituciones individuales, que incluyen pacientes con carcinoma in situ, emplean la mastectomía con una recidiva local o a distancia que oscila entre el 1 % al 2 %,1-6 por lo que la radioterapia posterior a la mastectomía como parte del tratamiento del carcinoma in situ se debe evaluar sobre la base de la individualización de riesgo (evaluación de la técnica utilizada, mutación BRCA, grado y extensión del tumor y la proximidad de la lesión al margen de resección).7 La mastectomía debe considerarse como una opción terapéutica cuando la enfermedad es multicéntrica o cuando se evidencia la presencia de múltiples focos de microcalcificaciones aparentemente malignas en toda la mama o en el caso de aquellas pacientes en las que persisten los márgenes positivos luego de la reexcisión.8 solo con cirugía preservadora. La reCuatro estudios prospectivos aleacidiva local ipsilateral de carcinoma torizados han analizado el valor de invasor y carcinoma no invasor a los la radioterapia posterior a la lum15 años de seguimiento del NSABP pectomía en pacientes con carcinoB-17 posterior a la cirugía preservama ductal in situ: el NSABP B-17,9-13 dora como único tratamiento es del el EORTC 10853,14 el estudio UK/ANZ 19.6 % y 15.4 % respectivamente, y DCIS y el RTOG 9804.15 El primero, después de la cirugía preservadora el NSABP protocolo B-17, en el que más radioterapia, de 10.7 % y 9 %.13 818 pacientes con carcinoma ductal in situ fueron sometidas a cirugía En el ensayo EORTC, 1010 pacientes preservadora de la mama y luego con un seguimiento de 15 años, casi distribuidas al azar a recibir radiouna de tres mujeres sin radioterapia terapia en dosis de 5000 cGy en 25 desarrolló recidiva local posterior fracciones durante cinco semanas o a la excisión local por carcinoma in a observación, la recidiva invasora situ. La tasa de supervivencia libre ipsilateral a más de 10 años dismide recidiva local fue de 82 % en el nuyó de 16.8 % sin radioterapia a grupo con radioterapia contra el 7.7 % con radioterapia, y la inciden69 % del grupo sin radioterapia, por cia de recidiva no invasora dismilo que la radioterapia reduce el riesnuyó en un 14.6 % sin radioterapia go en un factor de dos, aunque las a 8.0 % con radioterapia. No hubo mujeres que desarrollaron recidiva diferencia significativa en la superinvasora tuvieron peor supervivenvivencia global entre las pacientes cia, el pronóstico a largo plazo fue tratadas con cirugía preservadora y independiente del tratamiento adradioterapia y las pacientes tratadas ministrado.14 En el UK/ANZ DCIS, 1701 pacientes fueron distribuidas al azar, luego de la cirugía preservadora por carcinoma in situ, a radioterapia y tamoxifeno, tamoxifeno solo o ningún tratamiento adyuvante. Con un seguimiento de 12.7 años, la radioterapia reduce la incidencia de enfermedad invasiva y no invasiva ipsilateral sin tener efecto en la mama contralateral.15grupo con radioterapia contra el 69 % del grupo sin radioterapia, por lo que la radioterapia reduce el riesgo en un factor de dos, aunque las mujeres que desarrollaron recidiva invasora tuvieron peor supervivencia, el pronóstico a largo plazo fue independiente del tratamiento administrado.14 La última revisión sistémica de Cochrane16 confirma que la radioterapia añade un beneficio estadísticamente significativo al disminuir el riesgo de eventos en la mama ipsilateral (HR 0.49, IC 95 %: 0.41058 p<0.00001), en la recidiva de carcinoma in situ (HR 0.61, IC 95 %: 0.39-0.95; p=0.03) y en la recidiva de carcinoma invasor (HR 0.50; IC 95 %: 0.32-0.76, p=0.001). El análisis de recurrencia para carcinoma invasivo no alcanzó una diferencia significativa, con la conclusión por parte de los autores de que la radioterapia se debe administrar luego del tratamiento preservado en pacientes con carcinoma in situ. Además, la revisión no pudo identificar toxicidad a largo plazo con el uso de la radioterapia. Hasta la fecha no se ha logrado identificar un subgrupo de pacientes que no tengan beneficios con el uso de la radioterapia luego del tratamiento preservador en términos de control local de la enfermedad. En la última actualización del estudio RTOG 980417 se sugiere que la radioterapia es altamente beneficiosa hasta en pacientes con carcinoma ductal in situ con características pronósticas favorables. El estudio se llevó a cabo en 585 pacientes con tumores pequeños y asintomáticos que fueron sometidas a lumpectomía con adecuados márgenes de resección. Las pacientes fueron aleatorizadas a observación o radioterapia y el 62 % recibió tamoxifeno. La radioterapia se inició dentro de las 12 semanas posteriores a la cirugía y consistió en 42.5 a 50.4 GY sin refuerzo (boost). La tasa de recidiva reportada a los 5 años (invasivo o in situ) fue de 0.4 % para el brazo con radioterapia y de 3.2 % para el brazo sin radioterapia, con un 86 % de reducción del riesgo mediante el uso de radioterapia. En el brazo de radioterapia no hubo recidiva dentro del cuadrante del tumor primario, mientras que en el brazo de observación, los dos tercios de las recidivas ocurrieron en ese cuadrante. La recurrencia contralateral, la supervivencia libre de enfermedad y la supervivencia global fueron similares en ambos grupos. Los efectos adversos también se compararon y el grupo con radioterapia reportó un 0.7 % de toxicidad grado 3. El tratamiento de elección para la recidiva locorregional posterior a la lumpectomía más radioterapia es la mastectomía, especialmente por el hecho de que el 50 % de las recidivas son invasivas.18 La reexcisión lleva a una recurrencia del 30 % según los datos del NSAPB B17.11 Se recomienda la radioterapia si esta fue omitida con la primera lumpectomía. MÁRGENES Y OTROS FACTORES DE RECIDIVA El metaanálisis de Dunne y colaboradores26 evalúa el riesgo de recidiva en función de los márgenes. En este estudio se demuestra que los márgenes de más de 5 mm no tienen ventajas significativas en comparación con márgenes libres de al menos 2 mm, por lo que se debe ser muy cauto en el uso rutinario de largas resecciones o reexcisiones para lograr márgenes negativos a partir de una amplitud arbitraria.27 Según el estudio EORTC- 10853, la edad (mayor o menor de 40 años), el método de diagnóstico (mamografía o lesión palpable), el grado, la arquitectura (cribiforme y sólido con comedonecrosis) así como el tratamiento (tumorrectomía +/-radioterapia ) son factores pronósticos independientes de recidiva local y locorregional.14 En el metaanálisis de Wang, de 2011,28 se demostró que la comedonecrosis, la multifocalidad, los márgenes, el método de detección, la clasificación y el tamaño del tumor son factores predictivos independientes para la recidiva local. En cuanto a la edad, el Grupo Italiano de Radioterapia Oncológica29 realizó un estudio multiinstitucional de tratamiento conservador para el carcinoma in situ, con un seguimiento de más de 11 años, y demostró que la edad constituye un factor pronóstico estadísticamente significativo (p=0.0009); de igual manera, Alvarado y colaboradores30 encontraron que la tasa de recurrencia local en pacientes con carcinoma in situ era de 10.1 % en mujeres <40 comparada con 3.2 % en mujeres mayores (p=0.005). Se han publicado varios intentos por incorporar factores clínicos y patológicos dentro de un índice pronóstico que identifique cuáles pacientes se pueden manejar solo con tratamiento preservador, como el índice de Van Nuys, 24,25 que no se ha validado prospectivamente. El nuevo ensayo de expresión multigénica para carcinoma in situ (Oncotype), cuantifica el riesgo de recidiva local y la recidiva local invasiva para las mujeres con CDIS tratadas con tratamiento preservador. El sistema de puntuación divide a las pacientes en un grupo de alto riesgo, con un riesgo de 27% de recurrencia a los 10 años; un grupo de riesgo intermedio, con un riesgo de 24 %, y un grupo de bajo riesgo, con un riesgo de 12 %. Este sistema de puntuación para el carcinoma in situ se desarrolló y validó basado en parte en la evidencia de que la expresión cuantitativa de 21 genes (Oncotype Dx) permite la predicción de recurrencia.26 En el caso del carcinoma ductal in situ, se calcularon a partir de los siete genes relacionados con el cáncer y cinco genes de referencia. Para validar la puntuación de DCIS, los investigadores analizaron la relación entre la puntuación de DCIS y el riesgo de desarrollar cáncer de mama ipsilateral (eventos definidos como recurrencia local del carcinoma ductal in situ o carcinoma invasor), entre las mujeres que fueron tratados con resección quirúrgica pero sin radiación en el estudio Eastern Cooperative Oncology Group (ECOG) E5194.27 Las pacientes elegibles tenían CDIS de bajo grado o de grado intermedio con el tamaño tumoral ≤2.5 cm (pacientes de bajo riesgo) o CDIS de alto grado con tamaño tumoral ≤1.0 cm (pacientes de alto riesgo). Las especificaciones de protocolo incluyen margen negativo de al menos 3 mm o ningún tumor en la reexcisión. TRATAMIENTO DE LA AXILA-BIOPSIA DEL GANGLIO CENTINELA (BGC) La disección de los ganglios linfáticos axilares en pacientes que tienen un diagnóstico de carcinoma ductal in situ no se lleva a cabo, al igual que la biopsia de ganglio centinela. La biopsia de ganglio centinela debe ser realizada solo de forma rutinaria:28,29 1. En las pacientes en las que la mastectomía está planificada. 2. En presencia de masas al examen físico o imagenológico, altamente sugestivas de carcinoma invasor. 3. En áreas de carcinoma in situ mayores o iguales a 5 centímetros. CARCINOMA DUCTAL IN SITU Y TERAPIA SISTÉMICA El papel del tamoxifeno para el carcinoma in situ se pone en evidencia en el ensayo NSABP B24,32 en el que 1804 mujeres con carcinoma ductal in situ se trataron con lumpectomía más radioterapia y fueron asignadas al azar a tamoxifeno 20 mg/día durante 5 años o placebo. Ni los márgenes negativos ni la positividad para el receptor de estrógeno (RE) se requerían para la entrada al estudio. Tras una mediana de seguimiento de 82 meses, en el grupo de tamoxifeno hubo menor número de eventos de cáncer de mama con respecto al placebo (8.2 % contra 13.4 %, p=0.0009). Esto incluyó una incidencia acumulada de 4.1 % de cáncer de mama invasor: 2.1 % en la mama ipsilateral y 1.8 % de la mama contralateral. No se demuestra beneficio del tamoxifeno en pacientes con receptor de estrógeno negativo.33,34 Más recientemente, en el metaanálisis de Cochrane publicado en 2012,34 se incluyeron ensayos controlados aleatorios con 3375 mujeres. El tamoxifeno después de la cirugía para el carcinoma ductal in situ redujo la recurrencia de ipsilateral (HR 0.75, IC 95 %: 0.61-0.92) y contralateral (RR 0.50, IC 95 %: 0.28-0.87) a carcinoma ductal in situ. Además, hubo una tendencia hacia la disminución del cáncer ipsilateral infiltrante (HR 0.79, IC 95 %: 0.62-1.01) y del carcinoma invasivo contralateral (RR 0.57, IC 95 %: 0.39-0.83). Se pudo evidenciar claramente cómo las características del paciente (por ejemplo, la menopausia, la edad y los receptores hormonales) afectan o predicen la respuesta al tamoxifeno. No hay datos válidos para el uso de los inhibidores de la aromatasa.35 REFERENCIAS 1. Sunshine JA, Moseley MS, Fletcher WS, et al. Breast carcinoma in situ: a retrospective review of 112 cases with minimum 10-year follow up. Am J Surg 1985;150:44-51. 2. Schuh ME, Nemoto T, Penetrante R, et al. Intraductal carcinoma: analysis of presentation, pathologic findings, and outcome of disease. Arch Surg 1986;121:1303-1307. 3. Silverstein MJ, Barth A, Poller DN, et al. Ten year results comparing mastectomy to excision and radiation therapy for ductal carcinoma in situ of the breast. European Journal of Cancer Part A 1995;31(9):1425–1427. 4. Arnesson LG, Smeds S, Fagerberg G, et al. Follow-up of two treatment modalities for ductal carcinoma in situ of the breast. Br J Surg 1989;76:672-675. 5. Kinne DW, Petrek JA, Osborne MP et al. Breast carcinoma in situ. Arch Surg 1989; 124:33-36. 6. Lagios MD. Duct carcinoma in situ: pathology and treatment. Surg Clin North Am 1990;70:853-871. 7. Chadha M, Portenoy J, Boolbol SK, et al. Is there a role for postmastectomy radiation therapy in ductal carcinoma in situ? Int J Surg Oncol 2012;2012:423520. 8. Practice Guideline for the Management of Ductal Carcinoma In-Situ of the Breast (DCIS) American College of Radiology. J Am Coll Surg 2007;205(1):145-161. 9. Fisher B, Costantino J, Redmond C, et al. Lumpectomy compared with lumpectomy and radiation therapy for the treatment of intraductal breast cancer. N Engl J Med 1993;3;328(22):15811586. 10. Fisher B, Dignam J, Wolmark N et al. Lumpectomy and radiation therapy for the treatment of intraductal breast cancer: findings from National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project B17. J Clin Oncol 1998;16:441-452. 11. Fischer ER, Dignam J, Tan-Chiu E, et al. Pathologic findings from the National Surgical Adjuvant Breast Project (NSABP) eight-year update of Protocol B-17: intraductal carcinoma. Cancer 1999;86(3):429-438. 12. Fischer B, Land S, Mamounas E, et al. Prevention of invasive breast cancer in women with ductal carcinoma in situ: an update of the National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project experience. Semin Oncol 2001;28(4):400-418. 13. Wapnir IL, Dignam JJ, Fisher B, et al. Long-term outcomes of invasive ipsilateral breast tumor recurrences after lumpectomy in NSABP B-17 and B-24 randomized clinical trials for DCIS. J Natl Cancer Inst 2011;103(6):478-88. 14. Donker M, Litiere S, Werutsky G, et al. Breast-conserving treatment with or without radiotherapy in ductal carcinoma In Situ. 15-year recurrence rates and outcome after a recurrence, from EORTC 10853 randomized phase III trial. J Clin Oncol 2013;31(32):4054-9. 15. Cuzick J, Sestak I, Pinder SE, et al. Effect of tamoxifen and radiotherapy in women with locally excised ductal carcinoma in situ: long-term results from the UK/ANZ DCIS trial. Lancet Oncol 2011;12(1):21-9. 16. Goodwin A, Parker S, Ghersi D, Wilcken N. Post-operative radiotherapy for ductal carcinoma in situ of the breast. Cochrane Database Syst Rev. 2013 Nov 21;11:CD000563. 17. McCormick B, Winter K, Hudis C, et al: RTOG 9804: A prospective randomized trial for “good risk” ductal carcinoma in situ, comparing radiation to observation. 2012 ASCO Annual Meeting. Abstract 1004.Presentado 2012. 18. Baird RM, Worth A, Hislop G. Recurrence after lumpectomy for comedo-type intraductal carcinoma of the breast. Am J Surg 1990;159.479-481. 19. Sheer I. Conservation therapy of DCIS without radiation. Breast Disease 1996; 9:27-36. 20. Schwartz GF, Finkel GC, Garcia JC, et al. Subclinical ductal carcinoma of the breast: Treatment by local excision and surveillance alone. Cancer 1992;70:2468-2474. 21. Boland GP, Chan KC, Know WF, et al. Value of the Van Nuys Prognostic index in prediction of recurrence of ductal carcinoma in situ after breast-conserving surgery. Br J Surg 2003,90:426432. 22. Solin LJ, Gray R, Baehner FL, et al. A multigene expression assay to predict local recurrence risk for ductal carcinoma in situ of the breast. J Natl Cancer Inst 2013;105(10):701-10. 23. Motwani SB, Goyal S, Moran MS, et al: Ductal carcinoma In Situ Treated With Breast-Conserving Surgery and Radiotherapy: A Comparison with ECOG Study 5194. Cancer 2011; 117: 1156-62. 24. Lyman G, Temin S, Edge SB, et al. Sentinel Lymph Node Biopsy for Patients with Early-StageBreast Cancer: American Society of Clinical Oncology Clinical Practice Guideline Update. J Clin Oncol 2014;32(13):1365-83. 25. Hernández G, Contreras A, Betancourt L, et al. Reunión de Consenso Ganglio Centinela en Carcinoma de Mama. Rev Venez Oncol 2010;22(2):133-141. 26. Dunne C, J. P. Burke, Morrow M, Kell MR. Effect of margin status on local recurrence after breast conservation and radiation therapy for ductal carcinoma in situ. J Clin Oncol 2009, 27(10): 1615-1620. 27. Morrow M, Katz SJ. Margins in ductal carcinoma in situ: is bigger really better? J Natl Cancer Inst 2012;104:494-5. 28. Wang SY, Shamliyan T, Virnig BA, Kane R. Tumor characteristics as predictors of local recurrence after treatment of ductal carcinoma in situ: a meta-analysis. Breast Cancer Res Treat. 2011;127(1):1-14. 29. Vidali C, Caffo O, Aristei C, et al. Conservative treatment of breast ductal carcinoma in situ: results of an Italian multi-institutional retrospective study. Radiat Oncol 2012; 7:177. 30. Alvarado R, Lari SA, Roses RE, et al. Biology, treatment, and outcome in very young and older women with DCIS. Ann Surg Oncol 2012;19:3777-84. 31. Silverstein MJ, Lagios MD, Martino S, et al. Outcome after invasive local recurrence in patients with ductal carcinoma in situ of the breast. J Clin Oncol 1998; 16:1367-1373. 32. Fisher B, Dignam J, Wolmark N, et al. Tamoxifen in treatment of intraductal breast cancer: National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project B-24 randomized controlled trial. Lancet 1999;353:1993-2000. 33. Allred DC, Anderson SJ, Paik S, et al. Adjuvant tamoxifen reduces subsequent breast cancer in women with estrogen receptor-positive ductal carcinoma in situ: a study based on NSABP protocol B-24. J Clin Oncol 2012;30:1268-73. 34. Staley H, McCallum I, Bruce J. Postoperative tamoxifen for ductal carcinoma in situ. Cochrane Database Syst Rev. 2012 Oct 17;10:CD007847. 35. Morrow M. Refining the use of endocrine therapy for ductal carcinoma in situ. J Clin Oncol 2012;30:1249-51. V. CARCINOMA INVASOR ENFOQUE TERAPÉUTICO LOCORREGIONAL A. CIRUGÍA PRESERVADORA MÁS RADIOTERAPIA L a efectividad de la cirugía preservadora de mama, que consiste en la remoción primaria del tumor con un margen de tejido normal a su alrededor más radioterapia, se ha establecido en seis estudios prospectivos aleatorios.1-6 El adecuado control local de la enfermedad ha demostrado conferir un beneficio a largo plazo en la supervivencia,7 por lo que existe consenso sobre la necesidad de la adecuada remoción del tumor debido al riesgo incrementado de recidiva local si el margen es positivo.8-11 Históricamente, en lo que ha habido poco consenso es en la definición del margen quirúrgico negativo adecuado,.9,10,12-15 y esta noción ha variado desde “la tinta no toca el tumor” del NSABP B-064 hasta la de 2-3 centímetros de tejido normal alrededor del tumor, que incluye la piel suprayacente y la fascia subyacente del estudio de Milano.5 En el caso venezolano, en el consenso de 200616 y de 2010,17 se sugiere obtener márgenes de no menos de un centímetro. Esta variabilidad de criterios en la definición de margen negativo adecuado se pone de manifiesto en dos estudios.18,19 En el estudio de Azu y colaboradores,18 a través de una encuesta a cirujanos identificados a partir del reporte de anatomía patológica de mujeres con diagnóstico de cáncer de mama in situ o invasor en los Estados Unidos, en el que se preguntaba sobre la necesidad de reexcisión para las opciones: la tinta no toca el tumor, >1-2, >5 y >10 mm, los investigadores encontraron que ninguna de las opciones anteriores fue respaldada por más de 50 % de los encuestados y solo un 11 % del total de los encuestados respalda “la tinta no toca el tumor” como la definición de un margen negativo en el escenario de cáncer de mama invasor. En el estudio de Taghian y colaboradores,19 en el que se encuestaron radioterapeutas oncólogos de Estados Unidos y Europa, solo el 46 % de los radioterapeutas norteamericanos y el 28 % de los radioterapeutas europeos consideraron “la tinta no toca el tumor” como un margen negativo adecuado. Como se evidencia en esta falta de consenso, el uso de la reexcisión se reporta en una tasa variable, que puede alcanzar casi el 49 %.20-23 Según McCahill y colaboradores, el 48 % de estos procedimientos se realiza en mujeres con márgenes negativos para obtener márgenes más amplios,23 lo que conlleva a cirugías innecesarias, con el menoscabo de los resultados estéticos, el incremento de los costos de salud y la adición de mayor estrés emocional a la paciente y sus familiares. En vista de lo anterior, la Sociedad Americana de Cirugía Oncológica y la Sociedad Americana de Radioterapia Oncológica editan en 2014 las guías de consenso sobre los márgenes en cáncer de mama invasor estadios I-II, tratados con cirugía preservadora de mama y radioterapia total de la mama,24 que incluye la revisión de 33 estudios con 28163 pacientes.25 Estas guías de consenso basadas en la evidencia concluyen que los márgenes positivos están asociados con el doble de riesgo de recidiva local comparado con los márgenes negativos, y que este incremento no está mitigado por características biológicas favorables del tumor, la administración de terapias sistémicas (terapia endocrina, quimioterapia o terapia biológica) o la administración de refuerzo (boost) de radioterapia. Los márgenes negativos más amplios que “la tinta no toca el tumor” no disminuyen significativamente la tasa de recidiva local. No existe evidencia de que los márgenes más amplios reduzcan la tasa de recidiva local en pacientes jóvenes, en aquellas con cáncer lobulillar, con características biológicas no favorables o con la presencia de un componente intraductal extenso, por lo que se recomienda el uso de “la tinta no toca el tumor” como el estándar de margen adecuado para el cáncer invasivo en la era del enfoque multidisciplinario,24 subrayando la necesidad de evaluar en cada caso las variables clínicas, patológicas y de tratamiento (su disponibilidad y acceso) y no solo la medida o amplitud del margen.26 A este respecto, se propone que la medición del margen negativo debe ser cuantitativa y no cualitativa, tal como la descripción patológica subjetiva de margen “cercano”, que en muchos casos puede ser interpretada por la paciente, e inclusive por el cirujano tratante, como una resección inadecuada.13 Si la reexcisión se realiza por la positividad de alguno de los márgenes, se recomienda realizarla en un período menor a cuatro semanas. B. CIRUGÍA PRESERVADORA SIN RADIOTERAPIA Existe la duda de si la radioterapia es necesaria en todos los pacientes con cáncer de mama invasivo después de la cirugía preservadora o si existe un subgrupo de pacientes en el que la radioterapia se puede omitir de manera segura. Ving-Hung y colaboradores27 realizaron un análisis combinado de 15 publicaciones de ensayos aleatorios (que varían con respecto a los criterios de selección de pacientes, detalles de la cirugía y de la radioterapia, el uso de terapia sistémica adyuvante y la longitud de seguimiento) e incluyeron 9422 pacientes que fueron asignadas al azar a cirugía preservadora de la mama solamente o a cirugía preservadora más radioterapia. Estos autores encontraron un riesgo relativo de recidiva en la mama ipsilateral del 3,0 % en las pacientes que no reciben RT adyuvante, en comparación con las pacientes irradiadas, lo que ha sido respaldado en la reciente actualización del metaanálisis del Grupo Cooperativo de Ensayos de Cáncer de Mama Temprano (Early Breast Cancer Trialists Collaborative Group), de 2011. En este estudio, al realizar un análisis por subgrupo de edad, la reducción del riesgo relativo de la recidiva locorregional a los 10 años en las pacientes que recibieron radioterapia permanece similar a pesar de la edad (riesgo relativo 0.46; IC 95 %: 0.41-0.51), pero la reducción del riesgo absoluto disminuye significativamente al aumentar la edad de las pacientes desde 24.6 (IC 95 %: 13.2-36.0) a 8.9 (IC 95 %: 4.0-13.8).7 Tres estudios han abordado si la terapia sistémica puede sustituir la RT después de la cirugía preservadora de mama. En el ensayo NSABP B-21, 1009 mujeres con tumores que medían 1 cm o menos fueron aleatorizadas después de la cirugía preservadora de mama con tamoxifeno, radioterapia o una combinación. La tasa de recidiva local acumulada a los 8 años fue de 16.5 % para el brazo de tamoxifeno solo, de 9,3 % para el brazo de radioterapia y de 2.8 % para el brazo de la combinación. Por lo tanto, el tamoxifeno no fue capaz de sustituir a la radioterapia, siendo más efectiva la combinación de tamoxifeno y radioterapia en la disminución de la tasa de recidiva local, aunque no hubo diferencia significativa en la supervi- vencia global entre los tres grupos.28 En el ensayo CALGB 9343 se incluyeron pacientes de 70 años o más con enfermedad en estadio I y receptores hormonales positivos. Todas las pacientes fueron tratadas con tumorrectomía, recibieron 20 mg de tamoxifeno al día durante 5 años y fueron aleatorizadas a recibir radiación de mama (45 Gy en toda la mama seguida de un refuerzo -boost- de 14 Gy con un haz de electrones al sitio de tumorrectomía) o no recibir tratamiento con radioterapia. Con una mediana de seguimiento de 10 años, el 10 % de las mujeres en el grupo de tamoxifeno solo experimentó recurrencia local o locorregional del 2 % en comparación con el grupo que recibió RT y esta diferencia de 8 % fue estadisticamente significativa. Si bien no hubo diferencias en la supervivencia libre de enfermedad a distancia y en supervivencia global entre los dos grupos, 313 pacientes murieron durante el seguimiento, pero solo el 3 % por cáncer de mama, por lo que el impacto del cáncer de mama para este grupo de pacientes es menor que sus comorbilidades.29 Sin embargo, aún no existe consenso sobre la radioterapia en el tratamiento preservador de la mama para pacientes con cáncer invasor en edad avanzada. Los criterios de adecuación del Colegio Americano de Radiólogos establecen que para las mujeres mayores de 70 años, con cáncer de mama receptores positivos de menos de 2 centímetros, que reciben terapia endocrina, resulta razonable la omisión de la radioterapia.30 Una recomendación comparable se incluyó en las guías de tratamiento del NCCN para pacientes adultos;31 aunque la reciente actualización de las recomendaciones de la Sociedad Internacional de Oncología Geriátrica establece que después de la cirugía preservadora se debe considerar la radiación total de la mama con un refuerzo (boost) del lecho tumoral en todas las pacientes mayores, dejando espacio para el balance entre los pros y contras de cada caso individual.32 C. CIRUGÍA PRESERVADORA ASPECTOS TÉCNICOS • CIRUGÍA DE LAS LESIONES NO PALPABLES La localización preoperatoria de una lesión no palpable debe ser realizada por el radiólogo, bien guiado por mamografía o ecosonografía. La radiografía intraoperatoria de la pieza se debe realizar inmediatamente después de la exéresis. La orientación y marcaje adecuado de la pieza operatoria se debe hacer en común acuerdo entre el cirujano y el patólogo. La pieza quirúrgica debe llegar intacta al patólogo y no se debe cortar en quirófano. La evaluación intraoperatoria de márgenes se hará según el criterio y experiencia del patólogo. Cuando se requieran, los márgenes adicionales deben ir orientados y marcados. Se recomienda colocar clips metálicos para la posterior identificación radiológica del lecho quirúrgico.16 El ultrasonido intraoperatorio permite la localización de la lesión no palpable, excepto de las microcalcificaciones, y sirve de guía para la extensión de la resección. En el estudio clínico aleatorizado de Rahusen y colaboradores, en el que se compara la lumpectomía de una lesión no palpable guiada por ecosonografía con la resección guiada por alambre, hubo una disminución en la positividad de los márgenes de resección al emplear el ultrasonido (11 %) contra la localización guiada por alambre (45 %).33 Otra técnica de localización es la radioguiada con gammasonda (ROLL), bien con la inyección intratumoral del radiofármaco o con la colocación de semillas radioactivas en la lesión (I125 decaídas -sin actividad terapéutica-). En el metaanálisis de cuatro estudios clínicos aleatorizados que compara la localización radioguiada con semillas radioactivas contra la localización guiada con alambre, se evidenció una mejoría en el estado de los márgenes cuando se emplea ROLL;34 sin embargo, en el estudio comparativo de Krekel y colaboradores, de localización con alambre o la localización intraoperatoria con ultrasonido o con la técnica de ROLL, la tasa de márgenes positivos es menor en el grupo de ultrasonido intraoperatorio.35 El método para la resección radioguiada de una lesión no palpable debe escogerse de acuerdo con la disponibilidad y accesibilidad de los recursos, así como según la experiencia en el uso del mismo por parte del equipo quirúrgico encargado. • CIRUGÍA ONCOPLÁSTICA La cirugía oncoplástica combina los principios de resección oncológica con cirugía plástica, al alcanzar amplios márgenes de resección sin que esto comprometa el resultado estético, para tumores grandes en relación con el tamaño de la mama, tumores ubicados en el cuadrante central y en los cuadrantes inferiores.36 La serie publicada por Clough y colaboradores, del Instituto Curie, en su primera evaluación de 101 pacientes, concluye que las técnicas oncoplásticas son factibles en tumores grandes pero su tasa de recurrencia a los 5 años fue de 9 %.37 Sin embargo, Asgeirsson y colaboradores han reportado una tasa de recidiva local del 3 % a los cinco años del seguimiento.38 Kaur y colaboradores, del Instituto Europeo de Oncología, reportaron una tasa de reexcisión de 16 %.39 La más reciente publicación del Instituto Curie, de 540 procedimientos preservadores oncoplásticos entre 1986 y 2007, reveló una tasa de recidiva local de 6.8 %, con un 18.9 % de márgenes positivos o estrechos y una tasa de mastectomía de 9.4 %.40 D. MASTECTOMÍA INDICACIONES Según las recomendaciones para la mastectomía, se debe considerar cuando hay:41-43 1. Ausencia de respuesta o progresión tumoral durante la quimioterapia. 2. Tumores multicéntricos. 3. Contraindicaciones para la radioterapia. 4. Recurrencia local posterior a un tratamiento preservador. 5. Cáncer inflamatorio. 6. Cáncer de mama durante el embarazo si la radioterapia no puede ser retrasada hasta el período pospartum. 7. Persistencia de márgenes positivos luego de múltiples resecciones. 8. Elección de la paciente. La elección del tratamiento preservador o de la mastectomía en el cáncer de mama en estadio precoz va a requerir esencialmente de la disponibilidad de recursos, como el acceso a los servicios de radioterapia, por lo que la flexibilidad de este enfoque dependerá de cómo se afronta bajo tales circunstancias la mejor opción de tratamiento de la paciente.44 E. TRATAMIENTO DE LA AXILA. BIOPSIA DEL GANGLIO CENTINELA (BGC) El uso de la biopsia del ganglio centinela como el estándar para el tratamiento de la axila en cáncer de mama N0 está soportado por los resultados de al menos 69 estudios observacionales,45 nueve estudios clínicos aleatorizados46 y tres metaanálisis,47-49 que han demostrado un alto nivel de precisión (97 %), altos niveles de sensibilidad (90-95 %) y especificidad (100 %) y un valor predictivo negativo de 95 %, sin diferencia significativa en la supervivencia global y en la supervivencia libre de enfermedad, por lo que en caso de resultar negativa la biopsia del ganglio centinela, la disección axilar se debe omitir. Según el Consenso Venezolano de Ganglio Centinela, de 2010,50 y las recomendaciones validadas recientemente en la actualización de las guías clínicas de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), de 2014,46 para la biopsia de ganglio centinela en pacientes con cáncer de mama en estadios tempranos, la biopsia del ganglio centinela está indicado para tumores T1-T2 N0, sin contraindicación en los casos de: • Lesiones multifocales y multicéntricas. • Cirugía mamaria o cirugía axilar previa. CONSIDERACIONES ESPECIALES • Embarazo: para el Consenso Venezolano de Ganglio Centinela, de 2010,50 está recomendado solo con el uso del radiofármaco; sin embargo, en la actualización de las guías clínicas de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) para la biopsia de ganglio centinela en pacientes con cáncer de mama en estadios tempranos,46 se incluye como una contraindicación, reportando que aún no existen datos suficientes para modificar el criterio establecido en las guías de 2005.51 • Quimioterapia neoadyuvante (QTNA): la biopsia del ganglio centinela se puede ofrecer antes o después de la quimioterapia neoadyuvante, pero la tasa de falsos positivos es mayor después de la QTNA.50 Mamounas y colaboradores informaron los resultados de la biopsia de ganglio centinela en un subgrupo de 428 pacientes en el ensayo NSABP B27.52 El ganglio centinela (al menos uno) fue identificado en 85 % de los pacientes y la tasa de falsos negativos fue de 10,7 %. Aunque la biopsia del ganglio centinela no era parte del diseño del protocolo del estudio B27 y la técnica del ganglio era seleccionada por el cirujano, estos datos establecen que la biopsia de ganglio centinela después de la quimioterapia es un método preciso para la estadificación de la axila. Esta conclusión fue respaldada por el metaanálisis de 69 ensayos clínicos con más de 8 000 pacientes, que encontró una tasa de identificación de casi un 90 % y una tasa de falsos positivos de 12 % en pacientes a las que se les realiza la BGC posneoadyuvancia.53 El subgrupo de pacientes con ganglios positivos antes de la neoadyuvancia es objeto de estudio del Grupo Oncológico del Colegio Americano de Cirujanos (ACOSOG Z1071) o estudio ALLIANCE54 y del estudio SENTINA.55 El estudio ACOSOG Z1071, o estudio ALLIANCE,54 es un ensayo multicéntrico en el que 756 pacientes T0-T4, N1-2, que recibieron quimioterapia neoadyuvante (75 % antraciclinas y taxanos) fueron tratadas con biopsia de ganglio centinela más disección axilar (98 %), solo disección axilar (1.7 %) o solo con biopsia del ganglio centinela (0.3 %). Los resultados revelan que la tasa de identificación de al menos un ganglio centinela fue del 91.2 %, con una tasa de falsos positivos de 12.6 %, siendo mucho menor la tasa de falsos negativos si se usan las dos técnicas de identificación del ganglio, si se toman al menos dos ganglios y si se marca el ganglio positivo con clip antes de la quimioterapia. El estudio SENTINA55 es un ensayo prospectivo y multicéntrico en el que una cohorte de 592 pacientes fueron estratificadas de acuerdo con su estado axilar: si la axila era clínicamente negativa sobre la base del examen físico o ultrasonido, la biopsia del ganglio centinela se realizaba antes de la neoadyuvancia, estas pacientes no recibieron más tratamiento axilar; pero si la biopsia de ganglio centinela era positiva, posterior a la quimioterapia neoadyuvante, las pacientes fueron sometidas a la repetición de la biopsia del ganglio centinela y posterior vacia- miento axilar. Si la axila era clínicamente positiva, las pacientes recibieron quimioterapia neoadyuvante seguida de biopsia del ganglio centinela; en aquellas que se convirtieron en axila clínicamente negativa, se les realizó biopsia de ganglio centinela y disección axilar, y a aquellas que se mantuvieron como axila clínicamente positiva se le realizó disección axilar. Para las pacientes con axila clínicamente negativa con biopsia del ganglio centinela positiva antes de la neoadyuvancia, la rebiopsia del ganglio centinela posneoadyuvancia tuvo pobres resultados, con solo un 60 % de identificación del ganglio y una tasa de falsos positivos del 50 %. Para las pacientes N1-N2c que se convirtieron en axila negativa posterior a la neoadyuvancia, tuvieron resultados similares a los encontrados en el ACOSOG-Z1071: 80 % de identificación del ganglio y una tasa de falsos negativos de 14.2 %, siendo de 24.3 % con la remoción de un ganglio, 18.5 % con la remoción de dos ganglios y menos del 10 % con la remoción de tres o más ganglios. Ambos estudios ponen en evidencia que la tasa de falsos negativos en pacientes con axila clínicamente positiva antes de la quimioterapia neoadyuvante no está influencia por su respuesta clínica. Hasta los momentos, estos estudios no han reportado aún las cifras del control local ni de la supervivencia global, pero con una tasa de 20 % a 30 % de tumor residual en la axila después de la realización de la biopsia del ganglio centinela, resulta poco probable que el procedimiento, independientemente del número de ganglios removidos, se pueda considerar como el estándar en el manejo de este tipo de pacientes.50,56 De igual manera, en un reciente metaanálisis de 15 estudios de pacientes con cáncer de mama en estadios tempranos con axila clínicamente positiva sometidos a neoadyuvancia, la tasa de identificación varía desde 78 % a 98 % (promedio de 89 %), mientras que la tasa de falsos negativos varía de 5 % a 25 % (promedio de 14 %).57 Así mismo, en la actualización de las guías clínicas de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) para la biopsia de ganglio centinela en pacientes con cáncer de mama en estadios tempranos, de 2014,46 el panel de expertos no recomienda la biopsia de ganglio centinela en pacientes con cáncer de mama inflamatorio o en pacientes con cáncer de mama localmente avanzado (T3/T4a-c), con o sin neoadyuvancia. La pregunta siguiente en la evolución del estadiaje axilar es si todas las pacientes con ganglios centinelas positivos requieren de disección axilar y la evidencia actual puntualiza en que selectivamente no todas. En un estudio retrospectivo realizado por Bilimoria y colaboradores,58 con datos obtenidos de la base de datos de cáncer de los Estados Unidos, desde 1998 a 2006, reportaron 97314 pacientes a las cuales se les realizó BGC; el 23 % de las pacientes tenía macrometástasis (pN1>2mm) y el 55 %, micrometástasis (pN1=0.2-2mm). En las pacientes con micrometástasis, la disección axilar no se realizó y la recurrencia local o la supervivencia global fue la misma en ambos grupos. El ACOSOG Z0010, estudio de cohorte a doble ciego que reclutó a 3904 pacientes con ganglio centinela negativos por hematoxilina y eosina (H y E), tenía como fin determinar el significado clínico de las micrometástasis o de las células tumorales aisladas (CTA). En este ensayo, las metástasis ocultas se hallaron en 10.5 % de las pacientes, pero la tasa de supervivencia global a los cinco años no fue diferente entre las paciente H y E negativa/ inmunohistoquímica (IHQ) negativa de las que fueron H y E negativas/inmunohistoquímica positiva (95.8 % contra 95.1 %, p=0.64), ni la tasa de supervivencia libre de enfermedad (p=0.82).59 El NSABP B-32, estudio aleatorizado de 5611 pacientes con dos brazos a comparar: biopsia de ganglio centinela con disección axilar inmediata (pacientes con biopsia positiva) o solo biopsia del ganglio centinela, reportó metástasis ocultas encontradas con inmunohistoquímica en 15.9 % de las pacientes con H y E negativa. No hubo diferencias significativas a los cinco años de seguimiento en la supervivencia global y en la supervivencia libre de enfermedad, por lo que la identificación de metástasis ocultas no predice la recidiva locorregional, la supervivencia libre de enfermedad y la supervivencia global.60 El estudio IBCSG 23-0161 incluyó 934 con micrometástasis en el ganglio centinela sin extensión extracapsular, asignadas al azar a recibir disección axilar o ninguna otra cirugía axilar. El 67 % de las pacientes tenía tumores T1, el 74 % con tumores grado 1 o 2 receptores hormonales positivos y el 67 % con micrometastasis <1.0 mm. El 75 % de las pacientes tuvieron cirugía preservadora y 25 % mastectomía, solo el 3 % no recibió radioterapia. En el reporte a los cinco años del IBCSG 23-01, la supervivencia libre de enfermedad y la supervivencia global fueron similares para ambos grupos, por lo que la disección axilar no tuvo impacto en la supervivencia en pacientes con micrometástasis en el ganglio centinela. Según los resultados del estudio Z0011 del Grupo Oncológico del Colegio Americano de Cirujanos (ACOSOG Z0011),62 estudio prospectivo aleatorizado en el que 891 pacientes con ganglio centinela positivo, T1-T2 y axila clínicamente negativa fueron aleatorizados a la realización de disección axilar contra observación (no tratamiento axilar), todos los ganglios centinelas fueron evaluados por técnica de hematoxilina y eosina, a todas las pacientes se les realizó tratamiento preservador y recibieron radioterapia total de la mama. Las pacientes con tres o más ganglios centinelas positivos fueron excluidas y no se permitía la radioterapia a la axila. A los seis años de seguimiento no hubo diferencia estadísticamente significativa en el brazo de la observación contra el brazo de disección en lo referente a recidiva local (3.6 % contra 1.9 %), recidiva regional (0.5 % contra 0.9 %), supervivencia libre de enfermedad y supervivencia global. Si bien la evidencia anterior constituye la base para la recomendación de que la disección axilar se puede evitar en pacientes con cáncer de mama en estadio temprano, con uno o más ganglios centinela y metástasis, que serán tratadas con cirugía preservadora más radioterapia total de la mama, esta recomendación se debe tomar con la precaución de seguimiento estricto de los criterios de inclusión del Z0011.46 La biopsia del ganglio centinela es un procedimiento asociado con una curva de aprendizaje, no solo del cirujano sino también de todo el equipo multidisciplinar, por lo que se debe realizar en centros con experiencia. Aunque el uso de radiofármacos y colorantes constituye la recomendación estándar, usar solo colorante constituye una alternativa viable en aquellos centros que carezcan de servicio de medicina nuclear.63 REFERENCIAS 1. Blichert-Toft M, Rose C, Andersen JA, et al. Danish randomized trial comparing breast conservation therapy with mastectomy: six years of life-table analysis. J Natl Cancer Inst Monogr 1992:19-25. 2. Arriagada R, Lê MG, Guinebretiere JM, et al. Late local recurrences in a randomized trial comparing conservative treatment with total mastectomy in early breast cancer patients. Ann Oncol 2003;14:1617-22. 3. van Dongen JA, Voogd AC, Fentiman IS, et al. Long-term results of a randomized trial comparing breast-conserving therapy with mastectomy: European Organization for Research and Treatment of Cancer 10801 trial. J Natl Cancer Inst 2000;92:1143-50. 4. Fisher B, Anderson S, Bryant J, et al. Twenty-year follow-up of a randomized trial comparing total mastectomy, lumpectomy and lumpectomy plus irradiation for the treatment of invasivebreast cancer. N Engl J Med 2002;347:1233-41. 5. Veronesi U, Cascinelli N, Mariani L, et al. Twenty-year follow-up of a randomized study comparing breast-conserving surgery with radical mastectomy for early breast cancer. N Engl J Med 2002;347:1227-32. 6. Poggi MM, Danforth DN, Sciuto LC, et al. Eighteen-year results in the treatment of early breast carcinoma with mastectomy versus breast conservation therapy: the National Cancer Institute Randomized Trial. Cancer 2003;98:697-702. 7. Darby S, McGale P, Correa C, et al. Effect of radiotherapy after breast-conserving surgery on 10-year recurrence and 15-year breast cancer death: meta-analysis of individual patient data for 10,801 women in 17 randomised trials. Lancet 2011;378:1707-16. 8. Morrow M, Strom EA, Bassett LW, et al. Standard for breast conservation therapy in the management of invasive breast carcinoma. CA Cancer J Clin 2002;52:277-300. 9. Singletary SE. Surgical margins in patients with early-stage breast cancer treated with breast conservation therapy. Am J Surg 2002;184:383-93. 10. Schwartz GF, Veronesi U, Clough KB, et al. Consensus conference on breast conservation. J Am Coll Surg 2006;203(2):198-207. 11. Houssami N, Macaskill P, Marinovich ML, et al. Meta-analysis of the impact of surgical margins on local recurrence in women with early-stage invasive breast cancer treated with breast conserving therapy. Eur J Cancer 2010;46:3219-32. 12. Morrow M. Margins in breast-conserving therapy: have we lost sight of the big picture? Expert Rev Anticnacer Ther 2008;8:1193-6. 13. Morrow M, Harris JR, Schnitt S. Surgical margins in lumpectomy for breast cancer-Bigger is not better. N Engl J Med 2012;367:79-82. 14. Luini A, Rososchansky J, Gatti G, et al. The surgical margin status after breast-conserving margin status after breast-conserving surgery: Discussion of an open-issue. Breast Cancer Res Treat 2009:113:397-402. 15. MacDonald S, Taghian AG. Prognostic factors for local control after breast conservation: does margin status still matter? J Clin Oncol 2009;27:4929-30. 16. Hernández G, Arcia F, Acosta V, et al. Cáncer de Mama estadios I y II. Reunión de Consenso. Marzo 2006. Rev Venez Oncol 2006;18(2):125-133. 17. Sociedad Venezolana de Mastología. Reunión de Consenso. Actualización de Estadios I,II,III,IV del Cáncer de Mama. 2010. 18. Azu M, Abrahamse P, Katz SJ, Jagsi R, Morrow M. What is adequate margin for breast-conserving surgery? Surgeon attitudes and correlates. Ann Surg Oncol 2010;17:558-63. 19. Taghian A, Mohiuddin M, Jagsi R, et al. Current perceptions regarding surgical margin status after breast-conserving therapy: results of a survey. Ann Surg 2005;241:629-39. 20. Huston TL, Pigalarga R, Osborne MP, Tousimis E. The influence of additional surgical margins on the total specimen volume excised and the reoperative rate after breast-conserving surgery. Am J Surg 2006;192:509-12. 21. Waljee JF, Hu ES, Newman LA, Alderman AK. Predictors of re-excision among women undergoing breast-conserving surgery for cancer. Ann Surg Oncol 2008;15:1297-303. 22. Morrow M, Jagsi R, Alderman AK, et al. Surgeon recommendations and receipt of mastectomy for treatment of breast cancer. J Am Med Assoc 2009;302:1551-6. 23. McCahill LE, Privette A, James T, et al. Quality measures for breast cancer surgery: initial validation of feasibility and assessment of variation among surgeons. Arch Surg 2009;144:45562. 24. Moran M, Schnitt SJ, Giuliano A, et al. Society of Surgical Oncology–American Society for Radiation Oncology Consensus Guideline on Margins for Breast-Conserving Surgery With Whole-Breast Irradiation in Stages I and II Invasive Breast Cancer. Ann Surg Oncol 2014;21:704–716. 25. Houssami N, Macaskill P, Marinovich L, Morrow M. The Association of Surgical Margins and Local Recurrencein Women with Early-Stage Invasive Breast Cancer Treated with Breast-Conserving Therapy: A Meta-Analysis. Ann Surg Oncol 2014; 21:717–730. 26. Hunt KK, Smith B, Mittendorf EA. The controversy regarding margin width in breast cancer: Enough is Enough. Ann Surg Oncol 2014;21:701-703. 27. Ving-Hung V, Verschraegen C and for the Breast Conserving Surgery Project. Breast-conserving surgery with or without radiotherapy: pooled-analysis for risks of ipsilateral breast tumor recurrence and mortality. J Natl Can Inst 2004;96:115–121. 28. Fisher B, Bryant J, Dignam J, et al. Tamoxifen, radiation therapy or both for prevention of ipsilateral breast tumor recurrence after lumpectomy in women with invasive breast cancers of 1 centimeter or less. J Clin Oncol 2002; 20: 4141–4149. 29. Hughes KS, Schnaper LA, Bellon JR, et al. Lumpectomy plus tamoxifen with or without irradiation in women age 70 years or older with early breast cancer: long-term follow-up of CALGB 9343. J Clin Oncol 2013;31(19):2382-7. 30. Bellon JR, Harris EER, Arthur DW, et al. ACR Appropriateness Criteria®Conservative Surgery and Radiation Stage I and II Breast Carcinoma. Expert Panel on Radiation Oncology. Breast J 2011;17:448-55. 31. National Compresive Cancer network-guideline senior adult oncology, versión 2014.2. 32. Bizonzoli L, Wildiers H, Oakman C, et al. Management of elderly patients with breast cancer: updated recommendations of the international Society of Geriatric Oncology (SIOG) and European Society of Breast Cancer Specialist (EUSOMA). Lancet Oncol 2012;13:148-160. 33. Rahusen FD, Bremers AJA, Fabry HF, et al. Ultrasound lumpectomy of nonpalpable breast cancer versus guided resection: a randomized clinical trial. Annals of Surgical Oncology 2002;9(10):994-998. 34. Sajid MS, Parampalli U, Haider Z, et al. Comparison of radioguided occult lesion localization (ROLL) and wire localization for non-palpable breast cancers: a meta-analysis. J Surg Oncol 2012;105(8):852-858. 35. Krekel NM, Zonderhuis BM, Stockmann HB, et al. A comparision of three methods for nonpalpable breast cancer excision. Eur J Surg Oncol 2011;37(2):109-115. 36. Clough KB, Kaufman GJ, Nos C, Buccimazza I, Sarfati IM. Improving breast cancer sur- gery: a classification and quadrant per quadrant atlas for oncoplastic surgery. Ann Surg Oncol 2010;17(5):1375-91. 37. Clough KB, Lewis JS, Couturaud B, et al. Oncoplastic techniques allow extensive resections for breast-conserving therapy of breast carcinoma. Ann Surg 2003;237(1):26-34. 38. Asgeirsson KS, Rasheed T, McCulley SJ, Macmillan RD. Oncological and cosmetic outcomes of oncoplastic breast conserving surgery. Eur J Surg Oncol 2005;31(8):817-823. 39. Kaur N, Petit JY, Rietjens M, et al. Comparative study of surgical margins in oncoplastic surgery and quadrantectomy in breast cancer. Ann Surg Oncol 2005;12(7):539-545. 40. Fitoussi AD, Berry MG, Fama F, et al. Oncoplastic breast surgery for cancer: analysis of 540 consecutive cases. Plast Reconstr Surg 2010;125(2):454-462. 41. National Comprehensive Cancer Network. Breast Cancer Clinical Practice Guidelines in Oncology. Versión 1. 2012. 42. Senkus E, Kyriadis S, Penault-Lorca F, et al. Primary breast cancer: ESMO Clinical Practice Guidelines for diagnosis, treatment and follow-up. Annals of Oncology 2013;24(6):vi7-vi23. 43. Association of Breast Surgery at Baso 2009. Surgical Guidelines for the Management of breast cancer.Eur J Surg Oncol 2009; 35(Suppl1):1-22. 44. Eniu A, Carlson RW, El Saghir NS, et al. Guideline Implementation for Breast Healthcare in Low- and Middle-income Countries: Treatment Resource Allocation. Cancer 2008;113(8):s22692281. 45. Kim T, Giuliano A, Lyman GH. Lymphatic mapping and sentinel lymph node biopsy in early-stage breast carcinoma: a metanalysis. Cancer 2006;106:4-16. 46. Lyman GH, Temin S, Edge SB, et al. Sentinel Lymph Node Biopsy for Patients with Early-Stage Breast Cancer: American Society of Clinical Oncology Clinical Practice Guideline Update. J Clin Oncol 2014;32:1-22. 47. Kell MR, Burke JP, Barry M, Morrow M. Outcome of axillary staging in early breast cancer: a meta-analysis. Breast Cancer Res Treat 2010;120:441-447. 48. Wang Z, Wu LC, Chen JQ. Sentinel lymph node biopsy compared with axillary lymph node dissection in early breast cancer: a meta-analysis. Breast Cancer Res Treat 2011;129:675-689. 49. Pesek S, Ashikaga T, Krag LE, Krag D. The false-negative rate of sentinel node biopsy in patients with breast cancer: a meta-analysis. World J Surg 2012;36:2239-2251. 50. Hernández G, Contreras A, Betancourt L, et al. Reunión de Consenso Ganglio Centinela en Carcinoma de Mama. Rev Venez Oncol 2010;22(2):133-141. 51. Lyman GH, Giuliano AE, Somerfield MR, et al. American Society of Clinical Oncology Guideline recommendations for sentinel lymph node biopsy in early-stage breast cancer. J Clin Oncol 2005;23:7703-7720. 52. Mamounas EP, Brown A, Anderson S, et al. Sentinel node biopsy after neoadjuvant chemotherapy in breast cancer: Results from National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project Protocol B-27. J Clin Oncol 2005;23:2694-2702. 53. Xiang F, Foy M, Cox DD, et al. Meta-analysis of sentinel lymph node biopsy after preoperative chemotherapy in patients with breast cancer. Br J Surg 2006;93:539-546. 54. Boughey JC, Suman VJ, Mittendorf EA, et al. Sentinel lymph node surgery after neoadjuvant chemotherapy in patients with node-positive breast cancer: The ACOSOG Z1071 (Alliance) clinical trial. JAMA 2013;310:1455-1461. 55. Kuehn T, Bauerfeind I, Fehm T, et al. Sentinel lymph-node biopsy in patients with breast cancer before and after neoadjuvant chemotherapy (SENTINA): A prospective, multicentre cohort study. Lancet Oncol 2013;14:609-618. 56. Morrow N, Dang CT. Sentinel node biopsy after neoadjuvant chemotherapy: A new standard for patients with axillary metastases? JAMA 2013; 310:1449-1450. 57. Fu JF, Chen HL, Yang J, et al. Feasibility and accuracy of sentinel lymph node biopsy in clinically node-positive breast cancer after neoadjuvant chemotherapy: A meta-analysis. PLoS One 2014;9(9):e105316. 58. Bilimoria KY, Bentrem DJ, Hansen KV, et al. Comparision of sentinel lymph node biopsy alone and completation axillary lymph node dissection for node-positive breast cancer. J Clin Oncol 2009;2946-2953. 59. Giuliano AE, Hawes D, Ballman KV, et al. Association of occult metastases in sentinel lymph nodes and bone marrow with survival among women with early-stage invasive breast cancer. JAMA 2011;306(4):385-93. 60. Krag DN, Anderson SJ, Julian TB, et al. Sentinel-lymph-node resection compared with conventional axillary-lymph-node dissection in clinically node-negative patients with breast cancer: Overall survival findings from the NSABP B-32 randomised phase 3 trial. Lancet Oncol 2010;11:927-933. 61. Galimberti V, Cole BF, Zurrida S, et al. Axillary dissection versus no axillary dissection in patients with sentinel-node micrometastases (IBCSG 23-01): A phase 3 randomised controlled trial. Lancet Oncol 2013; 14:297-305. 62. Giuliano AE, Hunt KK, Ballman KV, et al. Axillary dissection vs no axillary dissection in women with invasive breast cancer and sentinel node metastasis: A randomized clinical trial. JAMA 2011; 305:569-575. 63. Shyyan R, Sener SF, Anderson BO, et al. Guideline Implementation for Breast Healthcare in Low- and Middle-Income Countries Diagnosis Resource Allocation. Cancer 2008; 113(S8): 2257-2268. VI. RECONSTRUCCIÓN MAMARIA A pesar de la evidencia de los resultados positivos en la calidad de vida de las pacientes sometidas a reconstrucción mamaria,1-3 en Venezuela no contamos con cifras nacionales o locales específicas al respecto. Aunque no todas las mujeres optan por someterse a la reconstrucción, el acceso a los servicios de cirugía reconstructiva constituye de igual manera una barrera.4,5 No obstante, la opción de someterse a reconstrucción de mama debe discutirse y estar disponible para las pacientes que son tratadas por cáncer de mama en un contexto multidisciplinar.6,7 RECONSTRUCCIÓN INMEDIATA CONTRA RECONSTRUCCIÓN TARDIA El metaanálisis de Cochrane, sobre la reconstrucción mamaria inmediata contra la reconstrucción mamaria tardía posterior a la cirugía para el cáncer de mama, solo incluye un estudio clínico aleatorizado con defectos metodológicos y un alto riesgo de sesgo, por lo que las conclusiones de la revisión no son suficientes para respaldar la toma de decisiones sobre la elección entre estas opciones quirúrgicas, aunque esta revisión permite afirmar que la reconstrucción inmediata reduce la morbilidad emocional de la paciente después de la cirugía, en comparación con la reconstrucción retardada o la no reconstrucción.8 No obstante, en el estudio comparativo del Instituto Europeo de Oncología, entre 1997 y 2001, un total de 677 pacientes fueron sometidas a mastectomía por tumor T1-T3, sin recibir radioterapia sino tratamiento sistémico; de estas, 518 pacientes (76.5 %) fueron sometidas a reconstrucción mamaria inmediata (RMI). Con un seguimiento medio de hasta 70 meses (rango 13-114), la tasa de recidiva local fue 5.2 % para el grupo de RMI y 9.4 % para el grupo de la mastectomía sin RMI; la tasa de metástasis regional fue 1.4 % contra 1.3 % y la tasa de metástasis a distancia fue de 13.9 % frente a 16.4 %. La tasa de mortalidad fue de 10.4 % frente a 16.4 %. No se observó ninguna diferencia estadísticamente significativa entre los dos grupos en términos de supervivencia global y supervivencia libre de enfermedad, por lo que los autores concluyen que la RMI es segura y constituye una opción fiable en el tratamiento para el cáncer de mama invasivo.9 De la misma manera, en el reciente metaanálisis de Gieni y colaboradores se encontró que el riesgo de recurrencia entre las pacientes con cáncer de mama que se sometieron a una mastectomía y reconstrucción mamaria inmediata fue equivalente a las de las pacientes que se sometieron a mastectomía solamente (coeficiente de riesgo: 0.98, IC 95 %: 0.621.54).10 Con base en la evidencia de guías de tratamiento y consensos disponibles,6,7,11-16 la reconstrucción mamaria inmediata se debe considerar, siempre que sea posible, para cualquier paciente que sea candidata a este procedimiento, excepto en las pacientes con cáncer inflamatorio de mama.17 TIPOS DE RECONSTRUCCIÓN: IMPLANTES O TEJIDOS AUTÓLOGOS No se han realizado ensayos clínicos aleatorios que comparen los resultados estéticos, las complicaciones y la seguridad oncológica en pacientes con cáncer de mama en las que se utilice la reconstrucción con tejido autólogo contra el uso de implantes. Solo algunos estudios observacionales disponibles en la bibliografía han evaluado los resultados estéticos,8-20 factibilidad de la radioterapia20,21 y la tasa de complicaciones.22,23 De lo anterior se desprende que no existe evidencia que permita recomendar un procedimiento sobre otro. RADIOTERAPIA Y RECONSTRUCCIÓN MAMARIA El metaanálisis de Barry y colaboradores, de 2011, sobre la morbilidad posoperatoria después de la reconstrucción inmediata o de la reconstrucción diferida (n=1105), encontró que las pacientes sometidas a radioterapia tenían más riesgo que las pacientes que no recibieron radioterapia a tener morbilidad (cociente de riesgo, 4.2; IC 95 %: 02.04-07.02), pero la reconstrucción con tejidos autólogos se asoció con una menor morbilidad que la reconstrucción con implantes (cociente de riego, 0.21, IC 95 %: 0.1-0.4).24 De manera contraria, la revisión sistemática realizada por Shah y colaboradores, en 2013, concluye que con las técnicas modernas de radioterapia no hay diferencia en las complicaciones con ninguna técnica de reconstrucción cuando se utiliza radioterapia posmastectomía.25 La mayoría de los consensos recomiendan la reconstrucción mamaria diferida posterior a la radioterapia o que al menos el tiempo de la reconstrucción sea discutido en un entorno multidisciplinar.11,12,14 En el Consenso Venezolano de 2006, el grupo quirúrgico recomienda la reconstrucción mamaria inmediata, en pacientes que requieran radioterapia, preferiblemente con tejido autólogo, ya que la reconstrucción inmediata con implante lleva a un aumento significativo del riesgo de contractura capsular del implante.6 Un estudio retrospectivo venezolano sobre reconstrucción mamaria reportó una tasa de complicaciones en reconstrucciones con tejidos autólogos de 33.1 % cuando las pacientes fueron sometidas a radioterapia contra un 30 % cuando las pacientes no recibieron radioterapia.26 RETRASO DEL TRATAMIENTO ADYUVANTE Un estudio comparativo retrospectivo analizó datos de pacientes sometidas a mastectomía con o sin reconstrucción autóloga, seguido de un tratamiento adyuvante (N=166) y se encontró el tiempo medio transcurrido entre la cirugía y el comienzo del tratamiento adyuvante fue de 15 días más en el grupo de reconstrucción inmediata. Los retrasos se relacionan con complicaciones quirúrgicas.27 Además, la serie prospectiva de la Universidad de Toronto, en la que 391 mujeres se sometieron a mastectomía (243 a mastectomía sola y 243 a mastectomía más RMI), de estas 106 pacientes recibieron quimioterapia adyuvante, la mediana del tiempo entre las mastectomía y la quimioterapia fue de 6,8 (0,71 a 15) semanas en el grupo de solo mastectomía (n=96) en comparación con 8,5 (6,3-11) semanas en el grupo de RMI (n=10) (p=0,01). Por lo que la RMI se asoció con un aumento moderado en el tiempo de inicio de la quimioterapia estadísticamente pero no clínicamente significativo.28 MASTECTOMÍA PRESERVADORA DE PIEL O PEZÓN En un metaanálisis de nueve estudios con datos de más de 3700 pacientes, la mastectomía con preservación de piel más reconstrucción inmediata es equivalente a la mastectomía convencional sin reconstrucción en términos de seguridad oncológica: tasa de recidiva local 6.2 % para la mastectomía preservadora de piel y 4.0 % para la mastectomía convencional (coeficiente de riesgo, 1.25, IC 95 %: 0.81-1.94), mientras que la tasa de recidiva a distancia fue 10.0 % para la mastectomía preservadora de piel y 12.7 % en el caso de mastectomía convencional (coeficiente de riesgo, 0.67, IC 95 %: 0.480.94).29 Debido a lo anterior, algunos consensos la recomiendan como una opción aceptable.11,12,16 Con respecto a la mastectomía preservadora de piel y pezón, en la actualidad no hay datos publicados de un ensayo clínico controlado aleatorio sobre su seguridad oncológica en comparación con la mastectomía preservadora de piel o la mastectomía convencional. Por lo tanto, la mastectomía con preservación de piel y pezón se recomienda en pacientes sometidas a mastectomía reductora de riesgo o en pacientes con cáncer de mama cuidadosamente seleccionadas.30 No se recomienda en pacientes con tumores malignos con alto riesgo de invasión del complejo areola-pezón (CAP), es decir, pacientes con: sospecha clínica de invasión al CAP, tumores mayores de 2 cm, distancia entre el CAP y el tumor menor a 2 cm, tumor de localización central, multicentricidad o multifocalidad y pacientes con ganglios axilares positivos.11,12,16,31 Se recomienda realizar siempre una biopsia intraoperatoria separada del tejido mamario subyacente directamente al complejo areola-pezón.7 La decisión de la realización de la mastectomía con preservación del pezón requiere una participación multidisciplinaria (para el empleo o no de radioterapia intra- o posoperatoria)31 y una cuidadosa discusión con la paciente sobre los posibles riesgos adicionales asociados con este enfoque. REFERENCIAS 1. Rowland JH, Desmond KA, Meyerowitz BE, Belin TR, Wyatt GE, Ganz PA. Role of breast reconstructive surgery in physical and emotional outcomes among breast cancer survivors. J Natl Cancer Inst. 2000; 92(17):1422-9. 2. Metcalfe KA, Semple J, Quan ML, Vadaparampil ST, Holloway C, et al. Changes in psychosocial functioning 1 year after mastectomy alone, delayed breast reconstruction, or immediate breast reconstruction. Ann Surg Oncol 2012;19(1):233-41. 3. Elder EE, Brandberg Y, Bjorklund T, et al. Quality of life and patient satisfaction in breast cancer patients after immediate breast reconstruction: A prospective study. Breast 2005;14:201208. 4. Zhong T, Fernandes KA, Saskin R, et al. Barriers to Immediate Breast Reconstruction in the Canadian Universal Health Care System. J Clin Oncol 2014;32:2133-2141. 5. Morrow M, Li Y, Alderman AK, et al. Access to Breast Reconstruction after Mastectomy and Patient Perspectives on Reconstruction Decision Making. JAMA Surg 2014;149(10):1015-1021. 6. Hernádez G, Maccarone B, Arcia F, et al. Cáncer de mama Estadios III y IV. Reunión de Consenso. Agosto 2006. Rev Venez Oncol 2007;19(3):264-273. 7. EUSOMA. The requeriments of a specialist Breast Unit. Eur J Cancer 2000;36:2288-2293. 8. D’Souza N, Darmanin G, Fedorowicz Z. Immediate versus delayed reconstruction following surgery for breast cancer. Cochrane Database Syst Rev. 2011 Jul 6;(7):CD008674. 9. Petit JY, Gentilini O, Rotmensz N, Rey P, Rietjens M, Garusi C, Botteri E, De Lorenzi F, Martella S, Bosco R, Khuthaila DK, Luini A. Oncological results of immediate breast reconstruction: long term follow-up of a large series at a single institution. Breast Cancer Res Treat. 2008;112(3):545-9. 10. Gieni M, Avram R, Dickson L, Farrokhyar F, Lovrics P, Faidi S, Sne N. Local breast cancer recurrence after mastectomy and immediate breast reconstruction for invasive cancer: A meta-analysis. Breast 2012 ;21(3):230-6. 11. Lee BT, Duggan MM, Keenan MT, Kamatkar S, Quinlan RM, et al. Massachusetts Board of Registration in Medicine Expert Panel on Immediate Implant-Based Breast Reconstruction following Mastectomy for Cancer. Commonwealth of Massachusetts Board of Registration in Medicine Expert Panel on immediate implant-based breast reconstruction following mastectomy for cancer: executive summary, June 2011. J Am Coll Surg. 2011;213(6):800-5. 12. Kaufmann M; Morrow M; Von MG; Harris JR; Biedenkopf Expert PM. Locoregional treatment of primary breast cancer: consensus recommendations from an International Expert Panel. Cancer 2010;116(5):1184–1191. 13. National Collaborating Centre for Cancer. Early and locally advanced breast cancer: diagnosis and treatment. London (UK): National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE); 2009. (NICE clinical guideline; no. 80). 14. Aebi S, Davidson T, Gruber G, Castiglione M, on behalf of the ESMO Guidelines Working Group. Primary breast cancer: ESMO Clinical Practice Guidelines for diagnosis, treatment and follow-up. Annals of Oncology 21 (Supplement 5): v9–v14, 2010. 15. Association of Breast Surgery at Baso 2009. Surgical guidelines for the management of breast cancer. Eur J Surg Oncol. 2009;35 Suppl 1:1-22. 16. National Comprehensive Cancer Network. NCCN Clinical Practice Guidelines in Oncology: Breast Cancer. v1.2012. 17. Dawood S, Merajver SD, Viens P, Vermeulen PB, Swain SM, Buchholz TA, Dirix LY, Levine PH, Lucci A, Krishnamurthy S, Robertson FM, Woodward WA, Yang WT, Ueno NT, Cristofanilli M. International Expert Panel on Inflammatory Breast Cancer: Consensus Statement for Standardized Diagnosis and Treatment. Annals of Oncology 2010;22(3):515-23. 18. Clough KB, O’Donoghue JM, Fitoussi AD, et al.: Prospective evaluation of late cosmetic results following breast reconstruction: II. TRAM flap reconstruction. Plast Reconstr Surg 2001;107: 1710–1716. 19. Clough KB, O’Donoghue JM, Fitoussi AD, et al.: Prospective evaluation of late cosmetic results following breast reconstruction: I: Implant reconstruction. Plast Reconstr Surg 2001;107: 1702–1709. 20. Cordeiro PG, Pusic AL, Disa JJ, et al.: Irradiation after immediate tissue expander/implant breast reconstruction: Outcomes, complications, aesthetic results, and satisfaction among 156 patients. Plast Reconstr Surg 2004;113:877–881. 21. Williams JK, Carlson GW, Bostwick III, et al.: The effects of radiation treatment after TRAM flap breast reconstruction. Plast Reconstr Surg 1997;100:1153–1160. 22. Blondeel PN, Vanderstraeten CG, Monstrey SJ, et al.: The donorsite morbidity of free DIEP flaps and free TRAM flaps for breastreconstruction. Br J Plast Surg 1997;50:322–330. 23. Spear SL, Newman MK, Bedford MS, Schwartz KA, Cohen M, Schwartz JS. A retrospective analysis of outcomes using three common methods for immediate breast reconstruction. Plast Reconstr Surg 2008;122(2):340-7. 24. Barry M, Kell MR. Radiotherapy and breast reconstruction: a meta-analysis. Breast Cancer Res Treat 2011;127(1):15-22. 25. Shah C, Kundu N, Arthur D, Vicini F. Radiation therapy following postmastectomy reconstruction: a systematic review. Ann Surg Oncol 2013;20(4):1313-22. 26. Pasquale G, Lares H, González Claudia, et al. Experiencia en Reconstrucción Mamaria Posterior a la Mastectomía en el Instituto Luis Razetti 2000-2004. Rev Venez Oncol 2006;18(2):98102 . 27. Kontos M, Lewis RS, Lüchtenborg M, Holmberg L, Hamed H. Does immediate breast reconstruction using free flaps lead to delay in the administration of adjuvant chemotherapy for breast cancer? Eur J Surg Oncol. 2010;36(8):745-9. 28. Zhong T, Hofer SO, McCready DR, Jacks LM, Cook FE, Baxter N. A Comparison of Surgical Complications Between Immediate Breast Reconstruction and Mastectomy: The Impact on Delivery of Chemotherapy-An Analysis of 391 Procedures. Ann Surg Oncol 2012;19(2):560-6. 29. Lanitis S, Tekkis PP, Sgourakis G, Dimopoulos N, Al Mufti R, Hadjiminas DJ. Comparison of skin-sparing mastectomy versus non-skin-sparing mastectomy for breast cancer: a meta-analysis of observational studies. Ann Surg. 2010;251(4):632-9. 30. Goldhirsch A, Winer EP, Coates AS, Gelber RD, et al. Personalizing the treatment of women with early breast cancer: highlights of the St Gallen International Expert Consensus on the Primary Therapy of Early Breast Cancer 2013. Ann Oncol 2013;24(9):2206-23. 31. Gomez C, Shah Ch, McCloskey S, et al. The Role of Radiation Therapy after Nipple-Sparing Mastectomy. Ann Surg Oncol 2014; 21:2237-2244. VII. RADIOTERAPIA PARA EL CARCINOMA INVASOR DE LA MAMA L a radioterapia tiene un papel importante en el tratamiento multidisciplinario del cáncer de mama al minimizar la recidiva local de la enfermedad, lo que se asocia con una mejora en la supervivencia global.1-4 De igual manera, constituye una herramienta efectiva para paliar los síntomas de la enfermedad metástasica. Para la administración segura y efectiva de la radioterapia se necesita disponer de un número adecuado de equipos, del recurso humano capacitado y de la accesibilidad geográfica que permitan cumplir con los esquemas de radioterapia planeados, ya que su interrupción debido a los problemas técnicos de las máquinas, los efectos colaterales tempranos de la terapia, la presencia de enfermedad intercurrente así como las dificultades de movilización del paciente a los servicios tiene un impacto adverso en los resultados del tratamiento.5 La Organización Panamericana de la Salud (OPS) propuso en 1997 un esquema para calcular la necesidad de equipos de radioterapia según el cual hace falta 4 400 equipos para suplir a una población de 4 400 millones de personas, con una incidencia de cáncer de 75 a 150 por 100 000 habitantes, lo que representaría 4.4 millones de casos nuevos de cáncer por año (de los cuales el 50 % requeriría radioterapia). Asumiendo que una máquina puede atender 500 de esos casos, se deberá contar aproximadamente con una máquina de megavoltaje por cada millón de habitantes.6 Esta máquina de megavoltaje puede ser o bien una unidad de radioterapia cobalto 60 o bien un acelerador lineal. Las unidades de cobalto tienen como ventajas que son más simples desde el punto de vista operacional y de fácil mantenimiento, pero comparadas con el acelerador lineal tienen menor porcentaje de penetración de dosis, mayor penumbra, menor uniformidad en la distribución de las dosis (especialmente en el tratamiento conservador), incremento en la dosis de la mama contralateral y en la piel de la mama tratada, por lo que son una alternativa aceptable pero no adecuada.7 Se estima que en Venezuela se cuenta con 40 aceleradores lineales (16 públicos y 24 privados) y 11 unidades de cobalto 60 (nueve públicas y dos privadas), con una incidencia por cáncer de 174 casos por cada 100 000 habitantes.8 Esta cobertura, aunque abarca los requerimientos de una máquina de megavoltaje por cada millón de habitantes (30 206 307 millones de habitantes, población total del país),9 no cubre la necesidad estimada por la Organización Internacional de Energía Atómica de una máquina de mega voltaje por cada 500 casos nuevos de cáncer,10 ya que el número de nuevos casos estimados para 2014 es de 52304. Además, la capacidad de la radioterapia debe ser medida no solo por el número de máquinas sino también por el número de tratamientos administrados por estas. Una revisión del número promedio de tratamientos con acelerador lineal establece un rango de 4500 a 8000 tratamientos por máquina.11 Sin embargo, en el país no contamos con estos datos, por lo cual, la mejor forma que recomendamos para planificar los servicios de radioterapia sobre la base de la incidencia nacional sería calcular que el 50 % del total de casos de cáncer requerirá radioterapia en algún momento de la enfermedad y que de ese total el 23 % requeriría retratamiento.12,13 A. RADIOTERAPIA POSCIRUGÍA PRESERVADORA Con un seguimiento de hasta veinte años, no se ha demostrado diferencia significativa en la supervivencia global o en la supervivencia libre de enfermedad al comparar la mastectomía con la cirugía preservadora más radioterapia para la etapa I y II del cáncer de mama en seis ensayos prospectivos aleatorizados: Milan I,14,15 Instituto Gustav-Roussy,16 NSABP B06,17,18 Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos,19 EORTC,20,21 Grupo de Cáncer de Mama Danés.22 En todos los ensayos se utilizó radioterapia de toda la mama con dosis de 45-50 Gy y un refuerzo (boost) al sitio primario de la lumpectomía, excepto en el NSABP B-06.17,18 En cuatro de los seis ensayos aleatorios no hubo diferencia significativa en el riesgo de recidiva en la mama tratada conservadoramente al compararla con el riesgo de una recidiva en la pared torácica posterior a la mastectomía, solo en el estudio del Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos19 (NCI, por sus siglas en inglés) y en el estudio EORTC,20-21 se observó una tasa de recidiva local mayor en el grupo de tratamiento conservador. En el estudio del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), solo la resección macroscópica del tumor se requería como criterio de inclusión, sin el reporte histopatológico de márgenes negativos de la resección, y en el caso del estudio EORTC, el 82 % de las pacientes tenía tumores T2, y de estas el 48 % tenía márgenes positivos. En total, en estos ensayos, la tasa de recurrencia en la mama tratada con radioterapia osciló entre 3 % a 20 %.14-22 La radioterapia constituye un elemento clave en el tratamiento preservador de la mama, ya que no solo mejora el control local, que contribuye a una disminución del riesgo de recurrencia de 35 % a 19 % a los 10 años, sino también a una disminución del riesgo de muerte por cáncer de mama de 25 % a 21 % a los 15 años, y este beneficio se observó en todas las pacientes independientemente del estado ganglionar.4 Ving-Hung y colaboradores23 rea- lizaron un análisis combinado de 15 ensayos aleatorios que incluyeron 9422 pacientes, asignadas al azar a la cirugía preservadora de la mama solamente o a cirugía preservadora con RT. Ellos encontraron, en estos 15 ensayos, un riesgo relativo de recidiva en la mama ipsilateral de 3.00 (intervalo de confianza del 95 %: 2.65-3.40), en los pacientes que no reciben RT adyuvante, y al analizar 13 ensayos aleatorios con 8206 pacientes encontraron un riesgo relativo de muerte de 1.086 (intervalo de confianza del 95 %: 1.003-1.175), conclusión que ha sido validada en los metaanálisis del Grupo Cooperativo de Ensayos de Cáncer de Mama Temprano o en la Revisión de Oxford (Early Breast Cancer Trialists Collaborative Group).3,4,24 Esto demuestra el impacto de la radiación sobre la disminución absoluta del riesgo de muerte en 5.4 % a los 15 años en 10 estudios clínicos con 7 311 pacientes,3 y una disminución del riesgo de muerte en 3.8 % en 17 estudios con 10801 casos.4 En promedio, se puede evitar una muerte por cáncer de mama por cada cuatro recidivas locales prevenidas con el uso de radioterapia.4 DOSIS Y FRACCIONAMIENTO La radioterapia se debe administrar sin retraso después de la cirugía si no se va a administrar la quimioterapia, aunque el intervalo máximo entre la cirugía y la radioterapia es controversial25 debido a la falta de estudios clínicos aleatorizados. Un retraso mayor a tres meses se ha asociado con una disminución de la supervivencia26 y, según la revisión de la bibliografía de Tsoutsou y colaboradores,27 en ausencia de indicación de quimioterapia, un retraso de más de ocho a 12 semanas entre la cirugía y la radioterapia puede ser desventajoso en términos del control local y la supervivencia de la enfermedad. Si la quimioterapia está indicada, se recomienda que la radioterapia se inicie posterior al último ciclo, con un intervalo máximo de 20 a 24 semanas entre la cirugía y la radioterapia;28 de acuerdo con el Consenso Venezolano,29 la radioterapia debe iniciarse a las tres o cuato semanas posteriores al último ciclo, a más tardar seis semanas, con un lapso no mayor a las 16 semanas después del acto quirúrgico. En general, no existe evidencia lo suficientemente contundente para sugerir el impacto de la secuencia radioterapia/quimioterapia contra quimioterapia/radioterapia en la supervivencia locorregional y en la supervivencia global.30,31 La técnica más comúnmente aceptada para la radioterapia total de la mama es la técnica de campos tangenciales opuestos a razón de 1.8 a 2 Gy hasta llegar a una dosis de 46 a 50 Gy durante cinco a seis semanas, con una dosis de refuerzo de 14 a 16 Gy.29 El refuerzo o boost de 16 Gy ha demostrado mejoras en el control local de la enfermedad (reducción de la tasa de recidiva local de 10.2 % a 6.2 %) para todas las edades, con una mayor reducción del riesgo en pacientes menores de 40 años.32 HIPOFRACCIONAMIENTO Tres largos estudios aleatorizados que han evaluado los esquemas de hipofraccionamiento han reportado eficacia y toxicidad comparable a largo plazo, por lo que se establece este enfoque como una alternativa aceptable.33,34 El estudio canadiense de 12 años,33 con el seguimiento más largo, no ha reportado diferencia en la tasa de recidiva local, en la tasa de supervivencia global ni en los resultados cosméticos para los dos brazos del estudio, con un esquema de 42.5 Gy en 16 fracciones, comparadas con 50 Gy en 25 fracciones, por lo que en 2011 la Sociedad Americana de Radioterapia Oncológica (ASTRO) concluye que el hipofraccionamiento es tan efectivo como la radioterapia tradicional en pacientes mayores a 50 años, T1-T2 N0, sin quimioterapia adyuvante. En los estudios del Reino Unido (START A y START B), con un seguimiento de 10 años, no hubo diferencias en la recidiva locorregional para el estudio START A (que compara el régimen tradicional de 50 Gy en 25 fracciones en cinco semanas contra 41.6 Gy o 39 Gy en 13 fracciones en tres semanas), ni para el estudio START B (que compara el régimen tradicional contra 40 Gy en 15 fracciones en tres semanas), lo que respalda, según los autores, el uso de 40 Gy en 15 fracciones como el tratamiento estándar para las pacientes que requieren radioterapia en estadios tempranos de cáncer de mama.34 En Venezuela ya se han reportado resultados preliminares del uso esquemas de hipofraccionamiento en la práctica clínica.35 En un esfuerzo por formalizar los criterios de selección para el uso de hipofraccionamiento, ASTRO, publica su documento de consenso en 2010.36 El grupo de expertos acuerda el uso de hipofraccionamiento en radioterapia de las pacientes que cumplen con los siguientes criterios: pacientes mayores de 50 años, estadio patológico T1-T2 N0, tratadas con cirugía preservadora sin quimioterapia. RADIOTERAPIA PARCIAL ACELERADA Hasta la fecha, la experiencia en radioterapia parcial acelerada de la mama se ha limitado a pacientes con cáncer de mama en estadios tempranos altamente seleccionadas. Varios estudios fase tres exploran la eficacia de este enfoque y se esperan los resultados preliminares del NSABPB-39/ROTG 0413, que compara su eficacia con la radioterapia total de la mama. La ventaja de este enfoque es la reducción del tiempo requerido de 6.5 semanas a cinco días para la administración de la radioterapia. Las técnicas más comúnmente usadas incluyen la braquiterapia intersticial basada en catéteres, la braquiterapia de balón y la irradiación externa 3D conformacional.37-40 En Venezuela solo se ha reportado una experiencia inicial de uso de braquiterapia intersticial con catéteres (seguimiento promedio de 10 meses) sin contar aún con los resultados a largo plazo.41 RADIOTERAPIA INTRAOPERATORIA (IORT) Dentro de los estudios que utilizan la radioterapia intraoperatoria como método de irradiación parcial, con la administración de una sola dosis de radioterapia en pacientes con cáncer de mama, tenemos el estudio aleatorizado fase III del TARGIT,42 en el que 2232 mujeres con tratamiento conservador de la mama fueron sometidas a IORT con TARGIT, 1 113 de ellas, y otras 1 119 a radioterapia externa de la mama. En el brazo del TARGIT, 86 % recibió solo IORT y el 14 % restante recibió IORT más radioterapia convencional debido a la presencia de características patológicas adversas. La dosis empleada fue similar a la utilizada en el estudio piloto como refuerzo (boost), de 20 Gy en la superficie del aplicador y de 5 a 7 Gy a un centímetro de profundidad.43 El brazo de radioterapia externa recibió 40-56 Gy en toda la mama con refuerzo (boost) o no de 10-16 Gy. La edad media de las pacientes fue de 63 años, principalmente mujeres en estadio I, receptores hormonales positivos. Con un seguimiento medio de 24 meses reportaron seis recurrencias en el brazo del TARGIT y cinco en el brazo de la radioterapia externa, con una tasa a los cuatro años de 1.2 % para TARGIT y de 0.95 % para radioterapia externa (p=0.41). En la actualización de los datos de TARGIT con 3451 pacientes,44 solo el 18 % de las pacientes tiene un seguimiento mayor a cinco años, por lo que los resultados alcanzados en cuanto a la recidiva local (3.3 % TARGIT contra 1.3 % para radioterapia externa p=0.042), se deben tomar con cautela. Otro estudio de irradiación parcial de la mama con IORT es la experiencia italiana del Instituto Europeo de Oncología. Ellos reportaron sus resultados en 1822 mujeres con cáncer de mama que fueron sometidas a cuadrantectomía y ELIOT.45 En esta población, la media de edad fue de 58 años. Con un seguimiento de 40 meses se reportaron 66 recidivas ipsilaterales en el mismo cuadrante y 22 ipsilaterales en otros cuadrantes; a los cinco años la recidiva local en el ELIOT fue de 5.3 % contra 0.3 % en el brazo de radioterapia convencional (p<0.0001).46 La última tasa de recurrencia publicada, con una media de seguimiento de 5.8 años, es de 4.4 % para el brazo de ELIOT contra 0.4 % para el brazo de radiación externa (p=0.0001). 47 Al calificar a las pacientes tratadas con ELIOT, de acuerdo con las guías de consenso de la Sociedad Americana de Radioterapia Oncológica (ASTRO), como adecuada, con cautela y no adecuada, las recidivas a los cinco años se distribuyeron en 1.5 % para el grupo adecuado de pacientes, 4.4 % para el grupo con cautela y 8.8 % para el grupo no adecuado (p=0.0003), por lo que las recomendaciones de ASTRO ofrecen una guía apropiada para el uso de la radioterapia parcial con ELIOT,48 y las pacientes sometidas a IORT deben ser tratadas bajo estrictos protocolos institucionales.49 B. RADIOTERAPIA POSMASTECTOMÍA Numerosos estudios clínicos han demostrado que la radioterapia después de la mastectomía (RTPM) reduce el riesgo de recidiva locorregional. Sin embargo, antes de la publicación de los ensayos aleatorios de la Agencia de Cáncer de la Columbia Británica2 y del Grupo Cooperativo Danés de Cáncer de Mama,50,51 el uso de RTPM estaba supeditado solo a mejorar el control local, sin efecto significativo sobre la supervivencia. Estos ensayos fueron las primeras pruebas de que al utilizar técnicas modernas de radioterapia se producía una disminución en la recidiva local y una mejora en la supervivencia.1 Los dos estudios daneses se realizaron simultáneamente. En el estudio 82b50 se compararon 1705 pacientes premenopáusicas en estadio II y III tratadas con MRM más quimioterapia (CMF), que fueron distribuidas al azar para recibir radioterapia de la pared e irradiación linfática regional, con una mediana seguimiento de 10 años en el momento de su publicación inicial. La mayoría de estas pacientes tenían ganglios positivos, pero las pacientes con ganglios negativos y las pacientes con tumores >5 cm o invasión a piel o fascia pectoral también fueron elegibles. El análisis estadístico de las pacientes premenopáusicas, confirmó que la radiación después de la mastectomía fue un factor en la mejora de la supervivencia libre de enfermedad y de la supervivencia global. Este hallazgo es consistente e independiente del grado y tamaño del tumoral y del número de ganglios positivos y es mantenido a lo largo del seguimiento. En el estudio 82C,51 1375 posmenopáusicas fueron distribuidas al azar a tamoxifeno durante un año solamente contra el uso de tamoxifeno más radioterapia de la pared y la irradiación linfática regional después de la mastectomía. El análisis a los 18 años demostró mejoría estadísticamente significativa en la tasa de recidiva local (49 % en el control contra 14 % en el brazo de radioterapia posmastectomía).1 En el estudio canadiense,2 se evaluaron 318 pacientes premenopáusicas con ganglios positivos que se asignaron al azar a CMF únicamente contra CMF más irradiación locorregional. Los resultados actualizados a los 20 años demostraron mejorías estadísticamente significativas en la supervivencia libre de eventos (5 % contra 38 % p=0.009), en la supervivencia libre de recidiva local (74 % contra 90 % p=0.002), en la supervivencia libre enfermedad (30 % contra 48 %, p=0.00), y en la supervivencia global (37 % contra 47 %, p=0.03) con el uso de RTPM. Estos resultados son similares a los hallazgos del estudio danés, pero al estratificar por el número de ganglios positivos, no se identificó diferencia en la reducción del riesgo con RTPM entre las pacientes de uno a tres ganglios positivos y aquellas con cuatro o más ganglios positivos. El impacto de la radioterapia posoperatoria en el control local y la supervivencia global ha sido respaldado posteriormente por los resultados del metaanálisis Early Breast Cancer Trialists Collaborative Group (EBCTCG).3 En este metaanálisis se comparó la mastectomía con o sin radioterapia; en el grupo con radioterapia hubo una reducción de la recurrencia local a pesar de la edad de la paciente, las características del tumor, el uso de terapia sistémica, aunque la reducción del riesgo fue superior en la población con alto riesgo. Este metaanálisis demostró que la reducción absoluta del riesgo de recurrencia local con el uso de radioterapia posmastectomía a los 5 años en 73 % se traduce en un beneficio de 5.4 % de supervivencia libre de enfermedad a los 15 años y de 4.4 % en la supervivencia global. El aspecto más controversial de la RTPM es su impacto en las pacientes con uno a tres ganglios linfáticos positivos. El estudio del Grupo de Estudio Internacional de Cáncer de Mama, con la revisión de 13 estudios aleatorizados que incluye 8106 pacientes, encontró que el nivel de riesgo a los 10 años de recurrencia de la pared torácica era mayor del 10 % solo en pacientes menores de 40 años con invasión vascular peritumoral y con menos de ocho ganglios no afectados.52 Sin embargo, en marzo de 2014, en la Conferencia Europea de Cáncer de Mama, el Early Breast Cancer Trialists Collaborative Group presenta los resultados de su revisión con 8135 pacientes, de 22 estudios que distribuyen pacientes al azar a radioterapia o no radioterapia de la pared tóracica más ganglios regionales (supraclaviculares o fosa axilar o ambas y cadena mamaria interna), después de la mastectomía, y disección axilar (al menos nivel II). En las mujeres sin ganglios positivos la radioterapia no tuvo efecto significativo en la recidiva locorregional, la recidiva global o en la mortalidad por cáncer, pero sí incrementa la mortalidad global. En mujeres con uno a tres ganglios positivos en la disección axilar (1314 pacientes), la radioterapia reduce el riego de recidiva locorregional a los 10 años (3.8 % contra 20.3 %, 2p<0.00001), de recidiva global (34.2 % contra 45.7 %, RR=0.68, 2p=0.00006), y la mortalidad por cáncer de mama a los 20 años (42.3 % contra 50.2 %, RR=0.80, 2p=0.01); este beneficio es independiente de si la paciente recibe o no quimioterapia u hormonoterapia. En mujeres con más de cuatro ganglios la radioterapia disminuye la recidiva locorregional y global a los 10 años y la mortalidad por cáncer de mama a los 20 años.53 C. RADIOTERAPIA DE LAS CADENAS GANGLIONARES RADIOTERAPIA DE LA AXILA Las indicaciones clásicas de radioterapia de axila son: disección axilar incompleta e invasión extracapsular.29 En el estudio AMOROS, la radioterapia de axila puede reemplazar la disección axilar en pacientes seleccionadas con ganglio centinela positivo. El estudio fue diseñado para comparar la disección axilar contra la radioterapia axilar; incluyó 4806 pacientes con tumores de hasta 5 centímetros con axila clínicamente negativa, de las cuales 1425 (29.7 %) tenían axila negativa según la biopsia de ganglio centinela y se distribuyeron al azar 744 pacientes en el brazo de disección axilar y 681 en el brazo de radioterapia. Con una mediana de seguimiento de 6.1 años, el riesgo de recidiva axilar fue bajo en los dos grupos, 0.43 % en el brazo de la disección axilar y 1.19 % en el brazo de la radioterapia de axila. No hubo diferencias en la tasa de supervivencia libre de enfermedad y supervivencia global entre ambos grupos. La tasa de linfedema fue menor en el brazo de radioterapia con el seguimiento a uno, tres y cinco años, y esta diferencia fue estadísticamente significativa.54 En el caso del estudio del Grupo Oncológico del Colegio Americano de Cirujanos (ACOSOG-Z0011),55 de disección axilar contra no disección axilar en pacientes con cáncer de mama invasor y metástasis en el ganglio centinela, la utilización de la radioterapia total de la mama constituía un criterio de inclusión. La información respecto a la dosis, frecuencia y campos de radiación no se especificó para las pacientes reclutadas en el ensayo, sin existir ciego para el radioterapeuta oncólogo del tratamiento quirúrgico utilizado en cada paciente tratada. La principal duda de este estudio, tal y como ocurre en la contraparte de este ensayo para las micrometástasis del estudio IBCSG2301,56 en el que el 97 % de las pacientes del grupo de la no disección axilar recibieron algún tipo de terapia adyuvante (el 78 % recibió radioterapia total de la mama y el 19 % radioterapia intraoperatoria), es si la extensión de la radioterapia total de la mama es la responsable de la baja tasa de recurrencia; en otras palabras, si la axila fue verdaderamente no tratada. Algunos de los ganglios no disecados reciben tratamiento con los campos estándares, tal y como lo reportaron Reznik y colaboradores57 en su estudio, en el que con campos de irradiación tangenciales estándar la dosis suministrada para los niveles I, II y III es de 66 %, 44 % y 31 % de la dosis prescrita respectivamente. Si se utiliza una tangencial alta, la cobertura axilar se incrementa para los niveles I, II, III a 86 %, 71 % y 73 % respectivamente; por lo tanto, el 51 % del nivel I, el 26 % del nivel II y el 15 % del nivel III reciben el 95 % de la dosis prescrita con las tangenciales normales, mientras que el volumen se incrementa a 79 %, 51 % y 49 % en los niveles I, II,y III respectivamente con las tangenciales altas. En el reporte de los campos de radiación del Z0011,58 solo se conoce el plan de tratamiento del 29 % de las pacientes (228 pacientes): 185 pacientes (81.1 %) recibieron tratamiento solo tangencial y 43 (18.9 %) recibieron radioterapia a la axila. Entre estas 185 pacientes, la altura de la tangencial se reportó en 142 (76.8 %): los campos tangenciales altos se uti- lizaron en el 50 % de las pacientes (33 de 66), para el grupo con disección axilar, y en el 52.6 % (40 de 76), para el grupo con biopsia de ganglio centinela únicamente, por lo que los autores concluyen que las pacientes con ganglios centinelas positivos que no son tratadas con disección axilar deben por lo menos recibir radioterapia tangencial, y que es razonable considerar el uso de tratamiento ganglionar adicional en pacientes seleccionadas. El estudio canadiense MA.2059 y el europeo EORTC 22922/1092560 son dos ensayos clínicos que investigan la irradiación electiva de los ganglios regionales en pacientes con tratamiento preservador de la mama. A los cinco años de seguimiento se observaron altas tasas de supervivencia libre de enfermedad locorregional (2.3 %), de enfermedad a distancia (5.4 %), y una tendencia todavía mayor de supervivencia global (1.6 %) en el brazo que recibió radioterapia en la axila, quienes en un 85 % tenían de uno a tres ganglios positivos. Ambos estudios han demostrado reducción en la tasa de recidiva a distancia y en la mortalidad por cáncer de mama, adicionalmente a la mejoría en la recidiva locorregional en las pacientes tratadas con irradiación ganglionar. RADIOTERAPIA DE LA CADENA MAMARIA INTERNA El riesgo de metástasis de la cadena mamaria interna, según el estudio de Hung y colaboradores61 en 2269 pacientes, se observa en pacientes con más de cuatro ganglios axilares positivos, en tumor de localización medial T2 o T1 con axila positiva, en tumor T3 y en mujeres jóvenes menores de 35 años con tumor T2. En la reciente actualización del estudio de Lyon,62 en 1134 pacientes tratadas con mastectomía con ganglios positivos o tumores en cuadrantes internos, no se observó diferencia estadísticamente significativa en términos de control locorregional o supervivencia libre de enfermedad entre las pacientes que recibieron RT de la cadena mamaria interna de las que no lo recibieron en los tumores centrales o internos. Por lo tanto, el rol de la irradiación de la cadena mamaria interna está aún por definirse, así que el tratamiento se debe considerar con radioterapia externa con fotones o electrones en pacientes con biopsia positiva.29 D. RADIOTERAPIA EN PACIENTES INOPERABLES Las pacientes que son inoperables debido al tamaño tumoral y a las características infiltrativas del tumor, o por la progresión de la enfermedad luego de varios esquemas de quimioterapia, deben ser tratadas con radioterapia como tratamiento definitivo radical. La radioterapia se debe administrar por campos tangenciales a la mama, las regiones ganglionares supraclavicular, la región axilar y la cadena mamaria interna (si hay compromiso de la pared medial detectada por la clínica o por estudios imagenológicos), con las siguientes consideraciones:63,64 • La dosis a piel requiere del uso de bolus en el 40 % a 60 % de la dosis total. • La evaluación de la resecabilidad quirúrgica se debe hacer luego de una dosis total de 5 000 cGy. Si la respuesta es parcial y se mantienen los criterios de irresecabilidad, se debe completar una dosis adicional de 20-25 cGy con radioterapia externa (electrones o fotones) por campos reducidos o un implante de Ir192 hasta una dosis total de 75 a 80 cGy. La indicación de dosis adicional se determinará por el volumen de enfermedad residual.7 • Las regiones ganglionares deben recibir 45-50 cGy de 5 a 6 semanas. Si hay enfermedad residual macroscópica, dar una dosis adicional de 1000 cGy a 1500 cGy (puede ser con electrones). E. RADIOTERAPIA PALIATIVA La radioterapia es una herramienta terapéutica muy efectiva en pacientes con enfermedad diseminada sintomática, teniendo como indicación la supresión de síntomas molestos, como dolor, riesgo de fracturas, secreciones purulentas y control del crecimiento tumoral, que ocasione compresiones estructurales: síndrome de compresión mediastinal de vena cava superior (SCVCS) y síndrome de compresión medular. • Metástasis óseas dolorosas: múltiples estudios clínicos aleatorizados muestran una equivalencia en el alivio del dolor con esquema de 30 Gy en 10 fracciones, 24 Gy en seis fracciones, 20 Gy en cinco fracciones y una fracción única de 8 Gy para metástasis óseas dolorosas no tratadas previamente. Las dosis fraccionadas están asociadas con un 8 % de retratamiento del mismo sitio anatómico por dolor recurrente contra el 20 % posterior a una sola fracción.65-67 El uso de radioterapia metabólica con radiofármacos conjugados (Samario-153 o Estroncio-89) se recomienda en pacientes con numerosas metástasis osteoblásticas dolorosas, con una distribución anatómica mayor a la conveniente y segura de ser tratada por la radioterapia externa.68 • Metástasis cerebrales: en la radioterapia de todo el encéfalo en metástasis cerebrales múltiples, las tasas de remisión y la remisión de la respuesta es comparable con regímenes de 50Gy/4 semanas, 40Gy/3 semanas, 30 Gy/2 semanas, 30Gy/3 semanas, 20Gy/1 semana. En el caso de metástasis cerebral única, en series retrospectivas, tanto la cirugía como las técnicas de radiocirugía con radioterapia esterotáxica han alcanzado resultados comparables.69 • Compresión medular: es una emergencia en radioterapia y el tratamiento de radioterapia debe coordinarse con altas dosis de esteroides y, en ocasiones, de neurocirugía descompresiva, con dosis de radioterapia suministrada a la brevedad a los fines de evitar el establecimiento de mielopatías irreversibles. Las dosis óptimas son de 30 Gy en fracciones de 3 Gy durante 10 sesiones. REFERENCIAS 1. Nielsen HM, Overgaad M, Grau C, Jensen AR, Overgaard J. Study of failure pattern among high-risk breast cancer patients with or without postmastectomy radiotherapy in addition to adjuvant systemic therapy: long-term results from the Danish Breast Cancer Cooperative Group DBCG 82 b and c randomized studies. J Clin Oncol 2006;24(15): 2268-2275. 2. Ragaz J, Olivotto IA, Spinelli JJ, et al. Locoregional radiation therapy in patients with high risk breast cancer receiving adjuvant chemotherapy: 20 year results of the British Columbia randomized trial. J Natl Cancer Inst 2005;97(2):116-126. 3. Clarke M, Collins R, Darby S, et al. Effects of radiotherapy and of differences in the extent of surgery for early breast cancer on local recurrence and 15-year survival: an overview of the randomized trials. Lancet 2005;366(9503):2087-2106. 4. Darby S, McGale P, Correa C, et al. Effect of radiotherapy after breast-conserving surgery on 10-year recurrence and 15-year breast cancer death: meta-analysis of individual patient data for 10,801 women in 17 randomised trials. Lancet 2011;378:1707-16. 5. Bese NS, Sut PA, Ober A. The effect of treatment interruptions in the postoperative irradiation of breast cancer. Oncology 2005;69:214-223. 6. Borrás c, ed. Organización, desarrollo, garantía de calidad y radioprotección de los servicios de radiología: imagenología y radioterapia. Washington, D.C: Organización Panamericana de la Salud;1997. 7. Bese NS, Munshi A, Budrukkar A, et al. Breast Radiation Therapy Guideline Implementation in Low- and Middle-Income Countries. Cancer 2008;113(8):S2305-S2314. 8. Red Asistencial Oncológica de Venezuela. Comunicación Personal. Programa Nacional de Oncología 2013. 9. Censo 2011. Resultados Básicos 09/08/2012. Instituto Nacional de Estadística. Caracas, Venezuela. Disponible en http//www.ine.gov.ve/documentos/Demografía/CensodePoblacionyVivienda/pdf/ResultadosBasicosCenso2011.pdf [consultado 27 de Oct 2014] 10. International Atomic Energy Agency (IAEA). Design and Implementation of a Radiotherapy Programme: Clinical, Medical Physics, Radiation Protection and Safety Aspects. IAEA TECDOC-1040. Vienna, Austria: IAEA;2005. 11. Bernier J, Horiot JC, Bartelink H, et al. Profile of radiotherapy departments contributing to the Cooperative Group of Radiotherapy of the European Organization for Research and Treatment of Cancer. Int J Radiat Oncol. 1996;34(4):953-960. 12. Zhang-Salomons J, Mackillop WJ. Estimating the lifetime utilization rate of radiotherapy in cancer patients: The Multicohort Current Utilization Table (MCUT) method. Comput Meth Prog Bio 2008;92(1):99-108. 13. Delaney G, Jacob S, Featherstone C, Barton M. The role of radiotherapy in cancer treatment. Cancer 2005;104(6):1129-1137. 14. Veronesi U, Banfi A, Del Vecchio, et al. Comparision of Halsted mastectomy with quadrantectomy, axillary dissection, and radiotherapy in early breast cancer: long-term results. Eur J Cancer Clin Oncol 1986;22:1085-1089. 15. Veronesi U, Cascinelli N, Mariani L, et al. Twenty-year follow-up of a randomized study comparing breast-conserving surgery with radical mastectomy for early breast cancer. N Engl J Med 2002;347:1227–1232. 16. Arriagada R, Le MG, Rochard F, et al. Conservative treatment versus mastectomy in early breast cancer: patterns of failure with 15 years of follow-up data. Institut Gustave-Roussy Breast Cancer Group. J Clin Oncol 1996;14:1558–1564. 17. Fisher B, Anderson S, Bryant J, et al. Twenty-year follow-up of a randomized trial comparing total mastectomy, lumpectomy, and lumpectomy plus irradiation for the treatment of invasive breast cancer. New Engl J Med 2002;347:1233–1241. 18. Fisher B, Redmond C, Poisson R, et al. Eight-year results of a randomized clinical trial comparing total mastectomy and lumpectomy with or without irradiation in the treatment of breast cancer. N Engl J Med 1989;320:822–828. 19. Poggi MM, Danforth DN, Sciuto LC, et al. Eighteen-year results in the treatment of early breast carcinoma with mastectomy versus breast conservation therapy: the National Cancer Institute Randomized Trial. Cancer 2003;98:697–702. 20. Van Dongen JA, Voogd AC, Fentiman IS, et al. Long-term results of a randomized trial comparing breast-conserving therapy with mastectomy: European Organization for Research and Treatment of Cancer 10801 trial. J Natl Cancer Inst 2000; 92:1143–1150. 21. Van Dongen JA, Bartelink H, Fentiman IS, et al. Factors influencing local relapse and survival and results of salvage treatment after breast-conserving therapy in operable breast cancer: EORTC trial 10801, breast conservation compared with mastectomy in TNM stage I and II breast cancer. Eur J Cancer 1992;28A(4-5):801–805. 22. Blichert-Toft M, Rose C, Anderson JA, et al. Danish randomized trial comparing breast conservation therapy with mastectomy: six years of life-table analysis. J Natl Cancer Inst Monogr 1992;11:19-25. 23. Ving-Hung V, Verschraegen C and for the Breast Conserving Surgery Project. Breast-conserving surgery with or without radiotherapy: pooled-analysis for risks of ipsilateral breast tumor recurrence and mortality. J Natl Can Inst 2004;96:115–121. 24. Early Breast Cancer Trialists’ Collaborative Group (EBCTCG). Effects of radiotherapy and surgery in early breast cancer. An overview of the randomized trials. N Engl J Med 1995;333(22):1444-1445. 25. Vujovic O, Cherian A, Yu E, et al. The effect of timing of radiotherapy after breast-conserving surgery in patients with positive or close resection margins, young age, and node-negative disease, with long term follow-up. Int J Radiot Oncol Biol Phys 2006;66:687-690. 26. Hershman DL, Wang X, McBride R, et al. Delay in initiating adjuvant radiotherapy following breast conservation surgery and its impact on survival. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2006;65:1353-1360. 27. Tsoutsou P, Koukourakis MI, Azria D, Belkacemi Y. Optimal timing for adjuvant radiation therapy in breast cancer. A comprehensive review and perspectives. Crit Rev Oncol Hematol 2009; 71:102-16. 28. Belkacémi Y, Fourquet A, Cutuli B, et al. Radiotherapy for invasive breast cancer: Guidelines for clinical practice from French expert review board of Nice/Saint Paul de Vence. Crit Rev Oncol Hematol 2011;79:91-102. 29. Sociedad Venezolana de Mastología. Reunión de Consenso. Actualización de Estadios I, II,III y IV del Cáncer de Mama. 2010. 30. Bellon JR, Harris JR. Chemotherapy and radiation therapy for breast cancer: what is the optimal sequence? J Clin Oncol 2005; 23:5-7. 31. Buchholz T, Tucker S, Erwin J, et al. Impact of systemic treatment on local control for patients with node-negative breast cancer treated with breast-conservation therapy. J Clin Oncol 2001;19:2240-6. 32. Bartelink H, Horiot JC, Poortmans PM, et al. Impact of a higher radiation dose on local control and survival in breast-conserving therapy of early breast cancer: 10 year results of the randomized boost versus no boost EORTC 22881-10882 trial. J Clin Oncol 2007;25:3259-3265. 33. Whelan TJ, Pignol JP, Levine MN, et al. Long Term results of hypofractionated radiation therapy for breast cancer. N Engl J Med 2010;362:513-20. 34. Haviland JS, Owen JR, Dewar JA; START Trialists’ Group. The UK STAR (Standardisation of Breast Radiotherapy) Trials: 10-year follow-up results of two randomized controlled trials. Lancet Oncol 2013;14(11):1086-94. 35. Ott S, Urdaneta N, Vera A, et al. Radioterapia Hipofraccionada en el Tratamiento Conservador del Cáncer de Mama en Estadio Precoz. Resultados Preliminares. Rev Venez Oncol 2012;24(2):125-131. 36. Smith BD, Bentzen SM, Correa CR, et al. Fractionation for whole breast irradiation: an American Society for Radiation Oncology (ASTRO) evidence-based guideline. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2011;81:59-68. 37. Arthur DW, Vicini FA. Accelerated partial breast irradiation as part of breast conservation therapy. J Clin Oncol 2005;23:1726-1735. 38. Keisch M, Vicini FA, Kuske RR, et al. Initial clinical experience with MammoSite breast braquitherapy applicator in women with early-stage breast cancer treated with breast-conserving therapy. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2003;55:289-293. 39. Vicini FA, Kestin L, Chen P, et al. Limited-field radiation therapy in the management of early-stage breast cancer. J Natl Cancer Inst 2003;95:1205-1210. 40. Olivotto IA, Whelan TJ, Parpia S, et al. Interim cosmetic and toxicity results from RAPID: A randomized trial of accelerated partial breast irradiation using three-dimensional conformal external beam radiation therapy. J Clin Oncol 2013; 31(32):4038-45. 41. La Cruz J, López F, Valderrama JL, et al. Tratamiento con Braquiterapia Intersticial de Alta Tasa de Dosis. Rev Venez Oncol 2009;21(4):203-211. 42. Vaidja JS, Joseph DJ, Tobias JS, et al. Targeted Intraoperative Radiotherapy versus Whole Breast Radiotherapy for Breast Cancer TARGIT-A Trial. International, prospective, randomized, non inferiority phase 3 Trial. Lancet 2010;376:91-102. 43. Vaidja JS, Baum M, Tobias JS, et al. Long term results of targeted intraoperative radiotherapy (TARGIT) boost during breast conserving surgery. Int J Radiol Oncol Phys 2011;8: 1091-1097. 44. Vaidja JS, Wenz F, Bulsara M; TARGIT trialist group. Risk-adapted targeted intraoperative radiotherapy versus whole-breast radiotherapy for breast cancer: 5-year results for local control and overall survival from the TARGIT-A randomised trial. Lancet 2014;383(9917):603-13. 45. Veronesi U, Orecchia R, Luini A, et al. Intraoperative radiotherapy during breast conserving surgery: a study on 1822 cases treated with electrons. Breast Cancer Res Treat 2010; 124:141151. 46. Orecchia R. ELIOT Trials in Milan: results. Radiother Oncol 2012;103:54. 47. Veronesi U, Orecchia R, Maissonneuve P, et al. Intraoperative radiotherapy versus external radiotherapy for early breast cancer (ELIOT): a randomized controlled equivalence trial. Lancet Oncol 2013;14:1269-77. 48. Leonardi MC, Maisonneuve P, Mastropasqua MG, et al. How do the ASTRO consensus statement guidelines for the application of accelerated partial breast irradiation fit intraoperative radiotherapy? A retrospective analysis of patients treated at the European Institute of Oncology. Int J Radiot Biol Phys 2012;83:806-813. 49. Silverstein MJ, Fastner G, Maluta S, et al. Intraoperative Radiation Therapy: A Critical Analysis of the ELIOT and TARGIT Trials. Part 1-ELIOT. Ann Surg Oncol 2014;21:3787-3792. 50. Overgaard M, Hensen PS, Overgaard J, et al. Post operative radiotherapy in high-risk premenopausal women with breast cancer who receive adjuvant chemotherapy: Danish Breast Cancer Cooperative Group 82b trial. N Engl J Med 1997;337:949-55. 51. Overgaad M, Hensen PS, Overgaard J, et al. Post operative radiotherapy in high-risk postmenopausal breast cancer patients given adjuvant tamoxifen: Danish Breast cancer Cooperative Group DBCG 82c randomized Trial. Lancet 1999;353:1641-8. 52. Karlsson P, Cole BF, Chua BH; International Breast Cancer Study Group. Patterns and risk factors for locoregional failures after mastectomy for breast cancer: an International Breast Cancer Study Group report. Ann Oncol 2012;23(11):2852-8. 53. EBCTCG Early Breast Cancer Trialists´ Collaborative Group. Effect of radiotherapy after mastectomy and axillary surgery on 10-year recurrence and 20-year breast cancer mortality: meta-analysis of individual patient data for 8135 women in 22 randomised trials. Lancet 2014;383(9935):2127-35. 54. Donker M, van Tienhoven G, Straver ME, et al. Radiotherapy or surgery of the axilla after a positive sentinel node in breast cancer (EORTC 10981-22023 AMAROS): a randomised, multicentre, open-label, phase 3 non-inferiority trial. Lancet Oncology 2014;15(12):1303-1310. 55. Giuliano AE, McCall L, Beitsch P, et al. Locoregional recurrence after sentinel lymph node dissection with or without axillary dissection in patients with sentinel lymph node metastases: the American College of Surgeons Oncology Group Z0011 randomized trial. Ann Surg 2010;252(3):426-32. 56. Galimberti V, Cole BF, Zurrida S, et al. IBCSG 23-01 randomised controlled trial comparing axillary dissection versus no axillary dissection in patients with sentinel node micrometastases. Lancet Oncol 2013; 14(4): 297–305. 57. Reznik J, Cicchetti MG, Degaspe B, Fitzgerald TJ. Analysis of axillary coverage during tangential radiation therapy to the breast. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2005;61(1):163-8. 58. Whelan T, Olivotto I, Ackerman I, et al. NCIC-CTG MA20: an intergroup trial of regional nodal irradiation in early breast cancer. J Clin Oncol 2011;29 (Suppl 18):LBA1003. 59. Poortmans PSH, Kirkove C, Budach V, et al. Irradiation of the internal mammary and medial supraclavicular lymph nodes in stage I to III breast cancer: 10 years results of the EORTC Radiation Oncology and Breast Cancer Group: phase III Trial 22922/10925. Eur J Cancer 2013;49:47. 60. Huang O, Wang l, Shen K, et al. Breast cancer subpopulation with high risk of internal mammary lymph nodes metastasis: analysis of 2269 chinese breast cancer patients treated with extended radical mastectomy. Breast Cancer Res Treat 2008;107:379-87. 61. Romestaing P, Belot A, Hennequin C, et al. Ten year results of a Randomized Trial of Internal Mammary Chain Irradiation after Mastectomy. Int J Radiot Oncol Biol Phys 2009;75(Suppl1): S1. 62. Stadler B, Kogelnik HD. Local control and outcome of patients irradiated for isolated chest wall recurrences of breast cancer. Radiother Oncol 1987;8(2):105-111. 63. Touboul E, Buffat L, Lefranc JP, et al. Possibility of conservative local treatment after combined chemotherapy and preoperative irradiation for locally advanced noninflammatory breast cancer. Int J Radiat Oncol Biol Phys 1996;34(5):1019-1028. 64. Arnalot PF, Fontanals AV, Galcerean JC, et al. Randomized clinical trial with two palliative radiotherapy regimens in painful bone metastases: 30 Gy in 10 fractions compared with 8 Gy in single fraction. Radiother Oncol 2008;89:150-5. 65. Chow E, Harris K, Fan G, et al. Palliative radiotherapy trials for bone metastases. A systematic review. J Clin Oncol 2007;25:1423-36. 66. Sze WM, Shelley M, Held I, et al. Palliation of metastatic bone pain: single fraction versus multifraction radiotherapy- a systematic review of randomized trials. Clin Oncol 2003;15:34552. 67. Lutz S, Berk L, Chang E; American Society for Radiation Oncology (ASTRO). Palliative radiotherapy for bone metastases: an ASTRO evidence-based guideline. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2011;79(4):965-76. 68. Feyer P, Sautter-Bihl ML, Budach W; Breast Cancer Expert Panel of the German Society of Radiation Oncology (DEGRO). DEGRO Practical Guidelines for palliative radiotherapy of breast cancer patients: brain metastases and leptomeningeal carcinomatosis. Strahlenther Onkol 2010;186(2):63-9. VIII. TRATAMIENTO SISTÉMICO NEOADYUVANTE Y ADYUVANTE E l uso de la terapia sistémica para el tratamiento del cáncer de mama está basado en evidencia científica, a través de los múltiples ensayos clínicos que se han publicado; sin embargo, su aplicación está sujeta en parte a la experiencia y a la disponibilidad local del medicamento.1 En Venezuela, el tratamiento sistémico se obtiene en el sistema privado y público de salud (a través de las Farmacias de Alto Costo del Seguro Social), por lo que la disponibilidad dependerá de la aprobación de uso del medicamento por parte de las autoridades competentes, lo que hace innegable la necesidad de acelerar los trámites de autorización; velar por la calidad de las patentes así como la bioequivalencia y efectividad del genérico. Si bien se ha demostrado que los nuevos fármacos contra el cáncer son responsables de parte de la mejoría en la supervivencia global y en la supervivencia libre de enfermedad,2 en el país donde la principal causa de mortalidad por cáncer de mama es el descubrimiento de la enfermedad en fase avanzada, se debe poner énfasis en la provisión y adecuación de los servicios de diagnóstico, cirugía y radioterapia para optimizar el esfuerzo de asumir el costo de los medicamentos y, de esta manera, poder modificar la razón mortalidad/incidencia. TRATAMIENTO SISTÉMICO NEOADYUVANTE La terapia sistémica neoadyuvante, terapia sistémica primaria o terapia preoperatoria tiene como objetivos principales: 1. Proporcionar una supervivencia global y libre de enfermedad equivalente a la de pacientes tratadas con quimioterapia adyuvante;3-6 en general, cualquier paciente que es candidata a quimioterapia sistémica adyuvante se puede considerar como candidata a quimioterapia neoadyuvante.7 2. Mejorar la resecabilidad de los tumores localmente avanzados8 así como del carcinoma inflamatorio.9 3. Aumentar la tasa de cirugía conservadora de mama.10,11 4. Seleccionar terapias individualizadas mediante la identificación temprana de los fracasos del tratamiento.12 5. Evaluar marcadores de corto plazo para predecir la evolución a largo plazo así como validar nuevos tratamientos.13-15 Este último punto es motivo de debate (si la respuesta patológica completa se puede utilizar como marcador pronóstico a largo plazo), ya que los primeros ensayos de neoadyuvancia (NSABP B18 y B27)5 demostraron que las pacientes que alcanzaban respuesta patológica completa tenían mejores re- sultados, sin ser clasificadas según el subtipo de cáncer de mama. El metaanálisis de Cortazar y colaboradores16 evalúa la asociación entre la respuesta patológica completa (RPC), la supervivencia global y la supervivencia libre de enfermedad. Este metaanálisis incluye 12 estudios clínicos aleatorizados (ECTO, EORTC 10994/BIG 1-00, GeparDuo, GeparQuattro, GeparTrio, GeparTrio-Pilot, NOAH, NSABP B18, NSABP B27, PREPARE y TECHNO). La RPC se asocia con mejor supervivencia, ya que al alcanzar una respuesta patológica completa se logra 52 % de reducción de posibilidades de un evento y 64 % de reducción de probabilidades de muerte. Se utilizaron tres definiciones en el estudio para respuesta patológica completa: ypT0 ypN0 (ausencia de cáncer invasivo o de cáncer in situ en la mama y en los ganglios axilares); ypT0/Tis ypN0 (ausencia de carcinoma invasivo en la mama independiente de la presencia de carcinoma in situ); ypT0/Tis (ausencia de carcinoma invasivo en la mama independiente de la presencia de carcinoma in situ o de ganglios axilares positivos). Este metanálisis demostró que las pacientes que alcanzan respuesta patológica tienen mejor supervivencia, pero el valor pronóstico varía de acuerdo al subtipo tumoral, ya que las pacientes con receptores hormonales positivos (luminal A y luminal B) tienen menor posibilidad de alcanzar RPC posterior a la neoadyuvancia, especialmente si son de bajo grado; pero las pacientes con receptores HER2 tienen mejor posibilidad, especialmente si los receptores hormonales son negativos y casi un tercio de las pacientes triple negativas alcanza la RPC. Estos resultados son similares a los obtenidos por el Grupo Alemán de Mama, en el que la RPC fue predictiva en tres subtipos: luminal B HER2 negativo, HER2 positivo/RE negativo y triple negativo.12 Así, las pacientes que alcanzan respuesta patológica completa, respecto a las que no, tienen tasas de riesgo para la supervivencia libre de enfermedad y supervivencia global de: • Pacientes receptores hormonales positivos HR=0.49 y HR=0.43 • Pacientes receptores hormonales positivos grado 3 HR=0.27 y HR=0.29 • Pacientes receptores hormonales positivos grado 1/2 HR=0.63 y HR=0.47 • Pacientes HER2 positivo HR=0.39 y HR=0.34 • Pacientes HER2 positivo receptores hormonales positivos HR=0.58/HR=0.25 y HR=0.56/ HR=0.57 (con trastuzumab/sin trastuzumab) • Pacientes HER2 positivo receptores hormonales negativos HR=0.25 y HR=0.19 • Pacientes triple negativos HR=0.24 Los autores concluyen que las pacientes que alcanzan RPC tienen mejor supervivencia y que el valor pronóstico es mayor para los subtipos tumorales agresivos, pero no puede validarse la RPC como un marcador sustituto de supervivencia global y supervivencia libre de enfermedad a largo plazo,16 conclusión igualmente respaldada por el estudio italiano de 29 ensayos de neoadyuvancia.17 TERAPIA CITOTÓXICA Según la recomendación del panel de expertos Internacional sobre el uso del tratamiento sistémico neoadyuvante en el cáncer de mama operable, de 2006,10 la quimioterapia se debe completar antes de la cirugía, excepto cuando haya progresión de la enfermedad durante el tratamiento que ponga en riesgo la resecabilidad. El NSABP ha informado los resultados de dos grandes ensayos aleatorios que consideran el uso preoperatorio de quimioterapia para aumentar las tasas de cirugías conservadoras. En el NSABP-B18, 1523 pacientes con tumores T1-3, N0-1 fueron asignadas al azar a quimioterapia (cuatro ciclos de adriamicina-ciclofosfamida, cada tres semanas) antes o después de la cirugía. A los 16 años de seguimiento no se observaron diferencias en la supervivencia libre de enfermedad o supervivencia global, aunque la conservación de la mama fue superior en las pacientes que fueron sometidas a quimioterapia preoperatoria.5,18 El impacto de los taxanos en la quimioterapia neoadyuvante se analizó en el estudio NSABP-B27. La adición de docetaxel (T) a la combinación adriamicina-ciclofosfamida (AC) duplica la respuesta completa patológica (13.7 % contra 26.1 %) y mejora la supervivencia libre de enfermedad (HR=0.45, p < 0.0001) y la supervivencia global (HR=0.33, p < 0.0001).5 TERAPIA ANTI-HER2 Los resultados obtenidos a partir de la aplicación del trastuzumab en la terapia adyuvante de las pacientes con tumores HER2 positivos permitieron su aplicación neoadyuvante en pequeños estudios que reportaron altas tasas de respuesta patológica completa en regímenes de neoadyuvancia con antraciclinas y con taxanos. Así, la administración concurrente de paclitaxel y trastuzumab, seguida de 5-fluoracilo, epirubicina y ciclofosfamida logró una respuesta patológica de 60 % sin incrementar la cardiotoxicidad,19 en tanto que un régimen sin antraciclinas que combina carboplatino, con paclitaxel semanal y trastuzumab se asoció con una tasa de respuesta del 76 %.20 En el estudio fase III de Herceptin® neoadyuvante (NOAH),20 la adición de trastuzumab a tres ciclos de doxorrubicina y paclitaxel, seguida de cuatro ciclos de paclitaxel y tres ciclos de CMF, está asociada con una mejora en la tasa de respuesta global al compararse con la quimioterapia sola (81 % contra 73 %, p=0.18), en la tasa de supervivencia libre de enfermedad (71 % contra 56 %, p=0.013), y en la tasa de respuesta patológica completa (43 % contra 23 %, p=0.002). La combinación de trastuzumab y lapatinib se evaluó en el ensayo NeoALTTO,22 estudio que demuestra que el doble bloqueo del receptor de HER2 tiene mayor actividad biológica que el uso de un solo agente. Un total de 455 pacientes fueron distribuidas al azar a la administración inicial de lapatinib, trastuzumab y la combinación durante seis semanas más paclitaxel por 12 semanas. Posterior a la cirugía, las pacientes recibieron tres ciclos de 5-fluorouracilo, epirubicina y ciclofosfamida, así como la terapia anti-HER2 por un total de 52 semanas, obteniéndose una tasa de respuesta de 51.3 % con la combinación, 24.7 % con lapatinib solo y 29.5 % con trastuzumab solo. A los tres años de seguimiento los eventos se redujeron en un 62 % entre los pacientes que alcanzaron RPC (p=0.0003), al igual que la supervivencia mejoró significativamente (p=0.005). El estudio CALGB 4060123 distribuye al azar a 305 pacientes para recibir tratamiento preoperatorio con paclitaxel más trastuzumab, paclitaxel, trastuzumab más lapatinib o paclitaxel y lapatinib, obteniéndose una respuesta patoló- gica completa mayor en el brazo de lapatinib más trastuzumab, sin que esta sea significativamente estadística. De igual manera, en el estudio fase III NSABP B-41,24 que evalúa la respuesta de los pacientes que reciben lapatinib o trastuzumab neoadyuvante, solo o en combinación, no demuestra que la combinación produzca una mayor tasa de respuesta patológica completa estadísticamente significativa; en este estudio, 529 pacientes recibieron cuatro ciclos de doxorrubicina y ciclofosfamida cada tres semanas seguidos de cuatro ciclos semanales de paclitaxel y se distribuyeron aleatoriamente para recibir paclitaxel de manera concurrente con con trastuzumab, lapatinib o ambos hasta la cirugía; posterior a la cirugía, todas las pacientes completaron 52 semanas de trastuzumab. De igual forma, el uso de trastuzumab más pertuzumab para el bloqueo dual de HER2 constituye otra opción de tratamiento, hasta los momentos solo asequible en el país en el ámbito privado. Dos ensayos han permitido la aprobación de esta combinación por parte de la FDA en los Estados Unidos: el NEOSPHERE,25 estudio multicéntrico, aleatorio en el que 417 pacientes con receptores HER2 positivos en estadio tempranos, localmente avanzados o inflamatorios, fueron distribuidas al azar para recibir uno de los siguientes cuatros regímenes neoadyuvantes ante de la cirugía: trastuzumab más docetaxel; pertuzumab más trastuzumab y docetaxel; pertuzumab más trastuzumab o petuzumab más docetaxel. Luego de la cirugía todas las pacientes recibieron tres ciclos de FEC (fluorouracil, epirubicina y ciclofosfamida) cada tres semanas y trastuzumab cada tres semanas hasta completar un año de tratamiento. En este estudio la tasa de respuesta patológica completa (ypT0/Tis) fue de 29 % para las pacientes tratadas con trastuzumab más docetaxel comparado con 45.8 % en paciente que recibieron pertuzumab más trastuzumab más docetaxel. El otro estudio, TRYPHAENA,26 estudio fase II, designado originalmente para evaluar la cardiotoxicidad del pertuzumab en diferentes regímenes neoadyuvantes, fue conducido en 225 pacientes con cáncer de mama con receptores HER2 positivos en estadios tempranos, localmente avanzado o inflamatorio, distribuidas al azar para recibir uno de los siguientes tres esquemas de terapia neoadyuvante: tres ciclos de FEC seguidos de tres ciclos de docetaxel, todo en combinación con pertuzumab y trastuzumab; tres ciclos de FEC solo seguido de tres ciclos de docetaxel y trastuzumab en combinación con pertuzumab; o seis ciclos de docetaxel, carboplatin y trastuzumab en combinación con pertuzumab. Posterior a la cirugía, todas las pacientes recibieron trastuzumab cada tres semana hasta completar el año de tratamiento. En este estudio la mayoría de las pacientes alcanza- ron respuesta patológica completa (ypT0/Tis): 61.6 %, 57.3 % y 66.2 %, respectivamente. TERAPIA ENDOCRINA El tratamiento neoadyuvante hormonal es razonable para pacientes posmenopáusicas con cáncer de mama receptores hormonales positivos con contraindicación para recibir tratamiento citotóxico, ya que la baja toxicidad es favorable en el curso de tres a seis meses de su administración, aunque la quimioterapia sigue siendo ampliamente utilizada en este contexto y esto refleja la ausencia de un ensayo de fase III que compare definitivamente la terapia endocrina neoadyuvante con la terapia citotóxica neoadyuvante. La terapia neoadyuvante con un inhibidor de la aromatasa representa una opción para pacientes posmenopáusicas receptores hormonales positivos, de acuerdo con datos prospectivos de dos ensayos clínicos (Eiermen y colaboradores27 y el estudio IMPACT28) y de una revisión sistemática,29 en el cual reportan que los inhibidores de la aromatasa son más activos y mejor tolerados que el tamoxifeno. Los datos actuales apoyan una duración de por lo menos tres meses, pero no avalan su uso concurrente con quimioterapia.30 En el estudio de Eiermen y colaboradores,27 337 pacientes posmenopausicas con receptores hormonales positivos fueron distribuidas al azar para recibir diariamente tratamien- to con 2.5 mg de letrozole o 20 mg de tamoxifeno durante cuatro meses. Inicialmente, ninguna de las pacientes se consideró candidata para cirugía preservadora de la mama y el 14 % de estas se consideraban inoperables de inicio. Posterior a los cuatro meses de tratamiento neoadyuvante, el grupo tratado con letrozole tuvo una respuesta clínica estadísticamente significativa superior al grupo tratado con tamoxifeno, 55 % contra 36 % (p < 0.001) y un mayor número de pacientes del grupo tratado con letrozole fue candidato a cirugía preservadora, 45 % contra 35 % (p=0.022). En el estudio IMPACT,28 330 pacientes posmenopausicas, con cáncer de mama receptores hormonales positivos localmente avanzado, fueron distribuidas al azar para recibir anastrozole contra tamoxifeno contra la combinación durante tres meses, seguido de cirugía. En general, no hubo diferencia estadísticamente significativa en la supervivencia global para los tres grupos (37 % en el brazo de anastrozole, 36 % en el brazo de tamoxifeno y 39 % en el brazo de la combinación). En el brazo de anastrozole, un mayor número de pacientes fue elegible para cirugía preservadora (46 %), en comparación con el brazo de tamoxifeno (22 %), y esta diferencia fue estadísticamente significativa (OR=2.94; IC 95 %: 1.11– 7.81; p=0.03); por el contrario, en el brazo de la combinación solo el 26 % recibió tratamiento preservador sin evidenciarse diferencia significativa. En el monitoreo del tratamiento se debe incluir el examen físico previo a cada ciclo. La frecuencia y la naturaleza de las imágenes durante la neoadyuvancia son controvertidas. Los requerimientos mínimos para el cirujano, además del examen físico, serían la mamografía y el ecosonograma mamario, y en casos seleccionados la resonancia magnética de mamas. En caso de respuesta temprana o enfermedad estable a los dos primeros ciclos de quimioterapia neoadyuvante, el tratamiento se debe completar como se había planteado, continuación del tratamiento con seis u ocho ciclos adicionales (tal y como se establece en los estudios fase III), en vez de cuatro. En caso de enfermedad progresiva, se recomienda la cirugía inmediata o radioterapia primaria, lo cual resalta la necesidad del manejo multidisciplinar en cualquier sitio donde la paciente sea tratada.31 TRATAMIENTO SISTÉMICO ADYUVANTE El tratamiento debe comenzar preferiblemente dentro de las dos a seis semanas posterior a la cirugía.32 El tratamiento sistémico para el cáncer de mama se ha recomendado tradicionalmente para el tratamiento de tumores mayores a un centímetro o con ganglio positivo; es decir, el tamaño tumoral y el estado ganglionar eran los factores que clásicamente gobernaban la indicación o no de quimioterapia.33 Sin embargo, con el desarrollo del perfil genómico se han identificado patrones de expresión genética en los tumores de mama con características patológicas y evolución clínica diferente, lo cual define cuatro subtipos moleculares: luminal A y B, HER2 y basales34-36. Debido a que el perfil genético no está ampliamente disponible en el país, la definición de estos subtipos se puede sustituir utilizando la determinación inmunohistoquímica de los receptores hormonales, del receptor de HER2 y del Ki67 como una aproximación a los subtipos intrínsecos. De acuerdo con las guías de consenso San Gallen de 201137 y 2013,38 se considera que la definición sustituta de los subtipos es útil y permite guiar las opciones terapéuticas con el objetivo de avanzar de los factores pronósticos tradicionales (tamaño del tumor y estado ganglionar) a una era personalizada que emplee factores predictivos de respuesta a la terapia. El subgrupo de pacientes luminal A tienen buen pronóstico y responde a las terapias hormonales, con poca probabilidad de responder a la quimioterapia, especialmente si son ganglios negativos. En este grupo, las firmas genéticas comerciales Oncotype Dx® y Mamaprint® tienen un rol pronóstico y un papel en la predicción de la respuesta a la quimioterapia, tal como lo evidencia el uso del Oncotype Dx® en el estudio NSABP B-20,39 en el que no hubo ventaja en adicionar quimioterapia al tamoxifeno en pacientes con cáncer de mama en estadios tempranos sin enfermedad axilar, excepto en aquellas con un puntaje alto de recurrencia. TERAPIA CITOTÓXICA En 1976, Bonadonna y colaboradores40 reportaron la eficacia del uso de ciclofosfamida, metotrexate y 5-fluorouracilo (CMF) como tratamiento adyuvante en pacientes con ganglios positivos en seis ciclos, lo que aporta una ventaja tanto en supervivencia libre de enfermedad como en supervivencia global con un seguimiento a los 20 años.41 Posteriormente, la comparación del tradicional CMF con el uso de antraciclinas en combinación en FAC (fluorouracilo, adriamicina y ciclofosfamida) o FEC (fluorouracilo, epirubicina, ciclofosfamida), logró una reducción de la recidiva de 24 % y 35 % y la reducción del riesgo de muerte de 14 % a 30 %, respectivamente, por lo que la indicación de seis ciclos de quimioterapia combinada con antraciclinas se considera el tratamiento estándar para ad- yuvancia en cáncer de mama,42-44 evidencia respaldada en el metaanálisis del EBCTCG,45 en que el uso de antraciclinas proporciona una reducción adicional de la tasa de recidiva (razón de 0,89, p=0.0001) y de mortalidad (razón de 0.84 , p < 0.001) en comparación con la terapia adyuvante CMF a los 15 años. Sin embargo, seis ciclos de CMF es una opción en pacientes con contraindicaciones para los regímenes que contienen antraciclinas. La adición de un taxano según el metaanálisis de Cochrane,46 que incluyó 12 estudios y más de 21 000 pacientes con cáncer de mama estadio I-III, proporciona una diferencia estadísticamente significativa en la supervivencia global y en la supervivencia libre de enfermedad, sin identificarse un subgrupo de pacientes en el que los regímenes con taxanos sean más o menos efectivos. Por tanto, la evidencia respalda la adopción de regímenes de taxanos y antraciclinas como el nuevo estándar de tratamiento para pacientes con cáncer de mama y ganglios positivos o con ganglios negativos de alto riego. Así mismo, en el EBCTG de 2012,47 evidencia mejoría en la supervivencia libre de enfermedad y la supervivencia global, en los ensayos que añaden cuatro ciclos separados de un taxano a un régimen de antraciclinas, y disminución proporcional de la mortalidad por cáncer de mama (2.8 % de ganancia absoluta a los 8 años), solo afectada por la edad, el estado ganglionar, el tamaño tumoral o el grado diferenciación. El estudio 9735 de Oncología Americana (USO)48 compara el uso de cuatro ciclos de AC contra TC cada tres semanas. Luego de siete años de seguimiento, la supervivencia libre de enfermedad fue superior para TC (81 % TC contra 75 % AC; p= 0.033; HR 0.74), así como la supervivencia global para TC (87 % TC contra 82 % AC; p= 0.032; HR 0.69), conclusión esta no respaldada por los últimos resultados publicados del estudio CALGB 40101.49 El estudio CALGB 40101-Alliance es un estudio fase III con un diseño factorial para responder a dos interrogantes: la primera, si seis ciclos de quimioterapia adyuvante es superior a cuatro ciclos, y la segunda, si un único agente (paclitaxel) es equivalente (no inferior) a la combinación AC (doxorrubicina-ciclofosfamida). Los resultados en respuesta a la primera pregunta fueron publicados en 2012:50 seis ciclos de T o AC no fueron superiores a cuatro ciclos de T o AC ni en supervivencia global (HR, 1.12; p=0.44), ni en supervivencia libre de recidiva (HR 1.03; p= 0.77). Los resultados en respuesta a la segunda pregunta fueron publicados en 2014:49 T no fue inferior a AC sobre la base de la ventaja absoluta de 3 % de AC a los cinco años en la supervivencia libre de recidiva (91 % contra 88 %) y de 1 % para la supervivencia global (95 % contra 94 %). Estos últimos resultados no deben generalizarse en la práctica clínica y la omisión de las antraciclinas en el tratamiento adyuvante de pacientes con cáncer en estadio temprano sigue siendo una alternativa válida. Nuevos estudios tratan de optimizar la administración del taxano. Así, el estudio CALGB 9741 demuestra que el régimen con dosis densa (cada dos semanas) fue significativamente mejor que el convencional (cada tres semanas) al mejorar la supervivencia libre de enfermedad (HR 0.74, p=0.0072), así como la supervivencia global (RR 0.69, p=0.014); con un seguimiento a los cuatro años, la supervivencia libre de enfermedad fue 82 % para el régimen de dosis densa y de 75 % para el régimen de tres semanas.51 TERAPIA ANTI-HER2 La sobreexpresión del HER2 en Venezuela ocurre entre un 19.9 % a un 37.9 %.52-55 Hasta la fecha, los resultados disponibles de cinco estudios que incluyen 11650 mujeres con cáncer de mama en estadios tempranos, tumores con receptores HER2-positivo (HERA,56 FinHer,57 NSABP B-31,58 BCIRG006,59 N983158) han demostrado que el uso del trastuzumab produce un aumento en la mejoría de 52 % en la supervivencia libre de enfermedad (HR 0.48, p<0.0001) y 33 % de reducción de riesgo de muerte. El BCIRG00659 demostró que un año de trastuzumab mejora la supervivencia libre de enfermedad y el riesgo de recurrencia a los cinco años, ya sea en combinación con un docetaxel y carboplatino: TCH (un régimen sin antraciclinas) o en combinación con doxorrubicina y ciclofosfamida: AC → TH (un régimen con antraciclinas). La diferencia de aproximadamente un 3 % entre ambos brazos, de trastuzumab con respecto a la supervivencia libre de enfermedad, no fue estadísticamente significativa; sin embargo, se vieron menos eventos de leucemia e insuficiencia cardíaca congestiva clínica así como una pérdida subclínica significativa y sostenida de la fracción de eyección cardíaca con el uso de régimen TCH en comparación con el régimen con antraciclinas. Una década después, los datos siguen demostrando que la adición de trastuzumab a la quimioterapia estándar en mujeres con cáncer de mama HER2 positivo mejora la supervivencia global y libre de enfermedad, según el análisis conjunto del NSABP B-31 y NCCTG N9831,60 en el cual 4046 mujeres fueron asignadas a recibir doxorrubicina y ciclofosfamida seguido de paclitaxel con o sin trastuzumab. Con una mediana de 8.4 años, añadir trastuzumab a la quimioterapia mejora en un 37 % la supervivencia global y genera un incremento en la tasa de la supervivencia global a los 10 años de 75.2 % a 84 %. Estos resultados van acompañados con una mejoría en la supervivencia libre de enfermedad de 40 % y un incremento de la tasa de supervivencia libre de enfermedad a los 10 años de 62.2 % a 73.7 %. En el estudio HERA,61 más de 1500 pacientes fueron distribuidas al azar a recibir uno contra dos años de trastuzumab, sin encontrarse ventaja en la supervivencia libre de enfermedad o en la supervivencia global al duplicar la exposición del trastuzumab de uno a dos años, mientras que se incrementan algunos eventos no fatales con la prolongación del tratamiento. Por tanto, tomando en consideración los resultados del estudio PHARE,62 un año de trastuzumab constituye el estándar de oro para el tratamiento. Como terapia secuencial en el ensayo HERA,61 los pacientes recibieron diferentes regímenes que contenían antraciclinas con o sin taxanos y trastuzumab después de la finalización de la quimioterapia (secuencial), pero la mayoría de los estudios aplican taxanos simultáneamente con el trastuzumab, por lo que ambas opciones (uso secuencial y concurrente de trastuzumab) son posibles. El bloqueo doble del receptor de HER2, con trastuzumab y lapatinib (en secuencia o en combinación), se evalúa en el estudio ALTTO sin encontrar diferencia significativa en la supervivencia global y en la supervivencia libre de enfermedad entre la terapia dual anti-HER2 (concomitante o secuencial) y el trastuzumab solo.63 En este contexto, el papel del pertuzumab se está evaluando en el estudio APHINITY, estudio clínico aleatorio, doble ciego, placebo-control que compara el uso en adyuvancia del pertuzumab más quimioterapia más trastuzumab contra la quimioterapia con trastuzumab más placebo durante un año posterior a la cirugía.64 Hasta la fecha, la adición de un agente antiangiogénico al trata miento adyuvante de las pacientes HER2 positivas no ha demostrado ningún beneficio, tal y como se evidencia en los resultados obtenidos por el estudio fase III BETH.65 En este estudio se reclutaron 3509 mujeres HER2 positivas, ganglio positivo o con cáncer de mama de alto riesgo. En la cohorte 1,3231 pacientes fueron tratadas con un régimen sin antraciclinas de docetaxel, carboplatino y trastuzumab (TCH), con o sin bevacizumab, seguido de trastuzumab, con o sin bevacizumab por un año. En la cohorte 2, solo 278 fueron asignadas a docetaxel más trastuzumab con o sin bevacizumab, seguido de 5-fluoracilo, epirubicina y ciclofosfamida (FEC) y de trastuzumab con o sin bevacizumab. Sin importar qué régimen de quimioterapia se utilizó (cohorte 1 o cohorte 2), la adición de bevacizumab no mejoró la supervivencia libre de enfermedad con respecto a la quimioterapia adyuvante HER2 dirigida y está asociado con mayor comorbilidad. TERAPIA ENDOCRINA La terapia endocrina constituye una importante opción en el tratamiento sistémico del cáncer de mama primario en tumores con receptores hormonales positivos. El metaanálisis del EBCTCG45 de ensayos clínicos aleatorizados, que evalúa el efecto de la terapia sistémica con citotóxicos u hormoterapia, reportó en 2005 que el uso durante cinco años de tamoxifeno disminuye la recurrencia y la mortalidad a los 15 años en un 12 % y 9 %, respectivamente. La reducción de la tasa de mortalidad con el uso continuado del tamoxifeno durante cinco años fue de un 31 % anual, independientemente de la edad : <50 años, de 50 a 69 años, ≥ 70 años (mujeres pre- y posmenopáusicas), del uso de la quimioterapia y del estado ganglionar, aunque la mejoría absoluta de la supervivencia fue mayor en el grupo con enfermedad ganglionar, por lo que para la Asociación Americana de Oncología Clínica de 2010,66 el tamoxifeno es la terapia endocrina primaria en todas las mujeres pre- y perimenopáusicas o con amenorrea inducida por el tratamiento. Si está indicado el tratamiento quimioendocrino, el tamoxifeno se debe dar secuencialmente después de la quimioterapia adyuvante. El tamoxifeno administrado concomitantemente con quimioterapia adyuvante es menos eficaz en la mejoría de supervivencia libre de enfermedad y de la supervivencia global que si se da de forma secuencial; por lo tanto, la terapia endocrina simultánea puede disminuir la eficacia de la quimioterapia.67 Cinco estudios comparan de cinco a 10 años de tamoxifeno adyuvante para mujeres con cáncer de mama, Receptores de Estrógenos positivos en estadio temprano: el estudio NSABP-B14,68 el Estudio Escocés de Tamoxifeno Adyuvante,69 el ensayo ECOG,70 estudio ATLAS71 y el estudio ATTom.72 El estudio NSABP-B1468 y el Estudio Escocés de Tamoxifeno Adyuvante69 no reportaron ninguna ventaja para una duración superior a cinco años de uso; por el contrario, se observó una tendencia hacia un mayor riesgo de recurrencia y menor supervivencia libre de enfermedad. En el ensayo ECOG,70 la continuación del tamoxifeno se asoció con un tiempo más largo de presentación de recaída y mejora en la supervivencia global. Los dos estudios más recientes, con mayor número de pacientes y mayor duración de seguimiento, son: estudio ATLAS71 y estudio ATTom.72 Estos han demostrado una significativa reducción en el riesgo de recaída y una ventaja en la supervivencia y disminución del porcentaje de mortalidad específica por cáncer de mama, al comparar 10 con cinco años de uso del tamoxifeno, sin incremento significativo de la toxicidad. Así, la actualización de las Guías de la Sociedad Americana de Oncología Clínica sobre tratamiento endocrino adyuvante73 recomienda que: • Las mujeres pre- o perimenopáusicas que han recibido cinco años de tamoxifeno adyuvante, luego de cinco años, deben recibir terapia adicional basada en la etapa de la menopausia. Si se desconoce o no se puede determinar la menopausia, se debe ofrecer 10 años en total de duración de tamoxifeno. En mujeres que han entrado a la menopausia, se debe ofrecer el tamoxifeno por una duración total de 10 años o cambiar a cinco años de inhibidores de la aromatasa. • A las mujeres posmenopáusicas se les debe ofrecer el tratamiento endocrino adyuvante de la siguiente manera: a) tamoxifeno por una duración de 10 años; b) inhibidor de la aromatasa (IA) por cinco años, si no hay suficiente datos para recomendar los IA por un período mayor a cinco años; c) tamoxifeno por una duración inicial de cinco años con un cambio a IA por cinco años, para una duración total de 10 años; d) tamoxifeno por una duración de dos a tres años con un cambio a IA durante dos a tres años, hasta cumplir los cinco años totales de hormonas. Con respecto al uso de los inhibidores de la aromatasa (IA), el ensayo ATAC74 compara el uso adyuvante de anastrozle (n=3125) con tamoxifeno (n=3116) o anastrozole más tamoxifeno (n=3125) en mujeres posmenopáusicas con cáncer de mama. A los 10 años de seguimiento, este estudio mostró un incremento en la supervivencia libre de enfermedad (HR 0.91, p=0.04), y del tiempo de aparición de la recidiva local y a distancia (HR 0.84, p=0.001; HR 0.87, p=0.03, respectivamente) al comparar IA con el tamoxifeno, pero sin diferencia significativa en la mortalidad entre ambos grupos. Además, el estudio del Grupo Internacional de Mama 01-98, o estudio BIG,75 incluyó a 8 010 pacientes posmenopáusicas comparando letrozole con tamoxifeno en adyuvancia. El letrozole como monoterapia con un seguimiento de 8.7 años mejoró significativamente la supervivencia libre de enfermedad (HR 0.82) y la supervivencia global (HR 0.79) comparado con el tamoxifeno, sin mejo- ría significativa en la supervivencia global y en la supervivencia libre de enfermedad, entre el tratamiento secuencial y el letrozole como monoterapia. Dos metaanálisis76,77 no han demostrado beneficio estadísticamente significativo en la adición de supresión de la función ovárica al tamoxifeno luego de la quimioterapia en términos de recurrencia o supervivencia libre de enfermedad, por lo que en 2011 la Sociedad Americana de Oncología Clínica respalda las Guías de Recomendación de Ontario de 2010,78 con respecto a la no indicación del uso de rutinario de la supresión ovárica (con cirugía, agonistas de la hormona liberadora de hormona luteinizante o radioterapia) en adición al tamoxifeno o a la quimioterapia. Sin embargo, tres estudios tratan de evaluar la eficacia de la supresión ovárica (SO) más tamoxifeno con el tamoxifeno solo y la eficacia de los IA más supresión ovárica: el Estudio 12 del Grupo Austríaco de Cáncer de Mama y Colorrectal (ABCSG-12),79 el estudio de Supresión de la Función Ovárica (SOFT)80 y el Estudio de Exemestano y Tamoxifeno (TEXT).81 El ABCSG-12 compara tres años de tamoxifeno más goserelina con tres años de anastrozole más goserelina con o sin ácido zoledrónico en mujeres premenopáusicas con cáncer de mama receptores hormonales positivos sin quimioterapia. Con una media de seguimiento de 62 meses, el 96 % de las pacientes permanecen vivas sin que exista diferencia entre ambos brazos en la supervivencia libre de enfermedad.79 En el estudio SOFT, 3 066 mujeres premenopáusicas con cáncer de mama receptores hormonales positivos fueron distribuidas al azar para recibir cinco años de tamoxifeno, tamoxifeno más SO o exemestano más SO. En el estudio TEXT, 2672 pacientes premenopáusicas con cáncer de mama receptores hormonales positivos fueron distribuidas al azar para recibir 5 años de tamoxifeno más SO o exemestano más SO, la terapia endocrina se inició concurrentemente con la quimioterapia, si esta fue planeada. El análisis conjunto de los estudios clínicos TEXT y del SOFT demostraron que el exemestano más la supresión de la función ovárica es superior al tamoxifeno más supresión ovárica para prevenir recidivas en mujeres premenopáusicas con cáncer hormonosensibles en estadios tempranos. Con una media de seguimiento de 68 meses, la supervivencia libre de enfermedad fue de 91.1 % con exesmestano más supresión ovárica y de 87.3 % con el tamoxifeno más supresión ovárica (p < 0.001). A los cinco años, la tasa de recidiva a distancia y de supervivencia global en el brazo de exemestano más supresión ovárica contra tamoxifeno fue de 93.8 % contra 92 %, y 95.9 % contra 96.9 %.80 Este beneficio es mayor en la mujeres premenopáusicas de alto riesgo (35 años o menos, que no logran la menopausia después de recibir la quimioterapia), ya que 1 de cada 3 mujeres de este grupo recurren a los cinco años cuando son tratadas solo con tamoxifeno en comparación con 1 de cada 6 mujeres que son tratadas con exemestano más SO.81 REFERENCIAS 1. Anderson BO, Yip CH, Smith RA, et al. Guideline implementation for breast healthcare in low and middle-income countries: overview of the Breast Health Global Initiative Global Summit 2007. Cancer 2008;113(8 suppl):2221-2243. 2. Lichtenberg FR. The impact of new drug launches on longevity: evidence from longitudinal, disease-level data from 52 countries, 1982-2001. Int J Health Care Finance Econ 2005;5:47-73. 3. Fisher B, Bryant J, Wolmark N, et al. Effect of preoperative chemotherapy on the outcome of women with operable breast cancer. J Clin Oncol 1998; 16(8): 2672-85. 4. Van der Hage JA, Van de Velde CJH, Julien JP, et al. Preoperative chemotherapy in primary operable breast cancer: Results from the European Organization for Research and Treatment of Cancer Trial 10902. J Clin Oncol 2001;19:4224-4237. 5. Rastogi P, Anderson S, Bear HD, et al. Preoperative chemotherapy: updates of National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project Protocols B-18 and B-27. J Clin Oncol 2008;26:778-785. 6. Gianni L, Baselga J, Eiermann W, et al. Phase III trial evaluating the addition of paclitaxel to doxorubicin followed by cyclophosphamide, methotrexate, and fluorouracil, as adjuvant or primary systemic therapy: European Cooperative Trial in Operable Breast Cancer. J Clin Oncol 2009;27(15):2474–2481. 7. Kaufmann M, von Minckwitz G, Mamounas EP, et al. Recommendations from an International Consensus Conference on the Current Status and Future of Neoadjuvant Systemic Therapy in Primary Breast Cancer. Ann Surg Oncol 2012;19(5):1508-16. 8. El Saghir N, Eniu A, Carlson RW, et al. Locally Advanced Breast Cancer Treatment Guideline Implementation With Particular Attention to Low- and Middle-Income Countries. Cancer 2008;113(8):s2315-2324. 9. Robertson RM, Bondy M, Yang W, et al. Inflammatory breast cancer. CA Cancer J Clin. CA Cancer J Clin. 2010;60:351–75. 10. Kaufmann M, Hortobagyi GN, Goldhirsch A, et al. Recommendations from an international expert panel on the use of neoadjuvant (primary) systemic treatment of operable breast cancer: an update. J Clin Oncol. 2006;24:1940–9. 11. Caudle AS, Hunt KK. The neoadjuvant approach in breast cancer treatment: it is not just about chemotherapy anymore. Curr Opin Obstet Gynecol 2011;23:31–6. 12. Von Minckwitz G, Untch M, Blohmer J-U, et al. Definition and impact of pathologic complete response on prognosis after neoadjuvant chemotherapy in various intrinsic breast cancer subtypes. J Clin Oncol 2012; 30:1796–1804. 13. Von Minckwitz G, Kaufmann M, Kuemmel S, et al., for the GBG and AGO-B Study Groups. Correlation of various pathologic complete response (pCR) definitions with long-term outcome and the prognostic value of pCR in various breast cancer subtypes: results from the German neoadjuvant meta-analysis. J Clin Oncol 2011;29(Suppl):1028. 14. Montagna E, Bagnardi V, Rotmensz N, et al. Pathological complete response after preoperative systemic therapy and outcome: relevance of clinical and biologic baseline features. Breast Cancer Res Treat 2010;124:689–99. 15. Kaufmann M, Pusztai L; Biedenkopf Expert Panel Members. Use of standard markers and incorporation of molecular markers into breast cancer therapy. Cancer 2011;117:1575–82. 16. Cortazar P, Zhang L, Untch M, et al. Pathological complete response and long-term clinical benefit in breast cancer. Lancet 2014; 384(9938):164-72. 17. Berruti A, Amoroso V, Gallo F, et al. Pathologic Complete Response as a potential Surrogate for the Clinical Outcome in Patients with Breast Cancer after Neoadjuvant Therapy: A Meta-Regression of 29 Randomized Prospective Studies. J Clin Oncol 2014; 32(34):3883-91. 18. Bear HD, Anderson S, Smith RE, et al. Sequential preoperative or postoperative docetaxel added to preoperative doxorubicin plus cyclophosphamide for operable breast cancer: National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project Protocol B-27. J Clin Oncol 2006;24:2019-2027. 19. Buzdar AU, Valero V, Ibrahim NK, et al. Neoadjuvant therapy with paclitaxel 5-fluorouracil, epirubicin, and cyclophosphamide chemotherapy and concurrent trastuzumab in human epidermal growth factor receptor 2-positive operable breast cancer. Clin Cancer Res 2007; 13:228-233. An update of the initial randomized study population and data of additional patients treated with the same regimen.Clin Cancer Res 2007; 13:228-233. Clin Cancer Res 2007; 13:228-233. 20. Sikov WM, Dizon DS, Strenger R, et al. Frequent pathologic complete responses in aggressive stages II to III breast cancers with every-4-week carboplatin and weekly paclitaxel with or without trastuzumab: A Brown University Oncology Group study. J Clin Oncol 2009;27:46934700. 21. Gianni L, Eiermann W, Semiglazov V, et al. Neoadjuvant chemotherapy with trastuzumab followed by adjuvant trastuzumab versus neoadjuvant chemotherapy alone, in patients with HER2-positive locally advanced breast cancer (the NOAH trial): a randomised controlled superiority trial with a parallel HER2-negative cohort. Lancet 2010;375(9712):377-84. 22. Piccart-Gebhart M, Holmes AP, de Azambuja E, et al. The association between event-free survival and pathological complete response to neoadjuvant lapatinib, trastuzumab or their combination in HER2-positive breast cáncer survival follow-up analysis of the NeoALTTO study (BIG 1-06). 2013 San Antonio Breast Cancer Symposium. Abstract S1-01. Presentado Diciembre 11, 2013. 23. Carey LA, Berry DA, Ollila D, et al. Clinical and translational results of CALGB 40601: A neoadjuvant phase III trial of weekly paclitaxel and trastuzumab with or without lapatinib for HER2-positive breast cancer. 2013 ASCO Annual Meeting. Abstract 500. Presentado Junio 2, 2013. 24. Robidoux A, Tang G, Rastogi P, et al. Lapatinib as a component of neoadjuvant therapy for HER2-positive operable breast cancer (NSABP protocol B-41): An open-label, randomised phase 3 trial. Lancet Oncol 2013; 14:1183-1192. 25. Gianni L, Pienkowski T, Im YH, et al. Efficacy and safety of neoadjuvant pertuzumab and trastuzumab in women with locally advanced, inflammatory, or early HER2-positive breast cancer (NeoSphere): A randomised multicentre, open-label, phase 2 trial. Lancet Oncol 2012; 13:25–32. 26. Schneeweiss A, Chia S, Hickish T, et al. Pertuzumab plus trastuzumab in combination with standard neoadjuvant anthracycline-containing and anthracycline-free chemotherapy regimens in patients with HER2-positive early breast cancer: a randomized phase II cardiac safety study (TRYPHAENA). Ann Oncol 2013;24(9):2278-84. 27. Eiermann W, Paepke S, Appfelstaedt J, et al. Preoperative treatment of postmenopausal breast cancer patients with letrozole: A randomized double-blind multicenter study. Ann Oncol 2001; 12:1527-32. 28. Smith IE, Dowsett M, Ebbs SR, et al. Neoadjuvant treatment of postmenopausal breast cancer with anastrozole, tamoxifen, or both in combination: the Immediate Preoperative Anastrozole, Tamoxifen, or Combined with Tamoxifen (IMPACT) multicenter double-blind randomized trial. J Clin Oncol 2005;23:5108-17. 29. Mathew J, Asgeirsson KS, Jackson LR, Cheung KL, Robertson JF. Neoadjuvant endocrine treatment in primary breast cancer - review of literature. Breast 2009;18(6):339-44. 30. Senkus E, Kyriadis S, Penault-Lorca F, et al. Primary breast cancer: ESMO Clinical Practice Guidelines for diagnosis, treatment and follow-up. Annals of Oncology 2013;24(6):vi7-vi23. 31. Cataliotti L, De Wolf, Holland R , et al. EUSOMA. Guidelines on the standards for the training of specialised health profesionals dealing with breast cancer. Eur J Cancer 2007;43:660-675. 32. Lohrish C, Paltiel C, Ghersi D, Wilcken N. Impact on survival on time from definitive surgery to initiation of adjuvant chemotherapy for early-stage breast cancer. J Clin Oncol 2006;24:48884894. 33. Eifel P, Axelson JA, Costa J, et al. National Institutes of health Consensus Development Conference Statement: adjuvant therapy for breast cancer. November 1-3. J Natl Cancer Inst 2001;93(13):979-89. 34. Perou CM. Molecular stratification of triple-negative breast cancers. Oncologist 2010;15(Suppl 5):39–48. 35. Sorlie T, Perou CM, Tibshirani R, et al. Gene expression patterns of breast carcinomas distinguish tumor subclasses with clinical implications. Proc Natl Acad Sci USA 2001;98(19):10869– 74. 36. Perou CM, Sorlie T, Eisen MB, et al. Molecular portraits of human breast tumours. Nature 2000;406(6797):747–52. 37. Goldhirsch A, Wood WC, Coates AS, et al. Strategies for subtypes—dealing with the diversity of breast cancer: highlights of the St. Gallen International Expert Consensus on the Primary Therapy of Early Breast Cancer 2011. Ann Oncol 2011;22(8):1736–47. 38. Goldhirsch A, Winer EP, Coates AS, et al. Personalizing the treatment of women with early breast cancer: highlights of the St. Gallen International Expert Consensus on the Primary Therapy of Early Breast Cancer 2013. Ann Oncol 2013;24(9):2206–23. 39. Paik S, Tang G, Shak S, et al. Gene expression and benefit of chemotherapy in women with node-negative, estrogen receptor-positive breast cancer. J Clin Oncol 2006;24(23):3726–34. 40. Bonadonna G, Brusamolino E, Valagussa P, et al. Combination chemotherapy as an adjuvant treatment in operable breast cancer. N Engl J Med 1976;294(8):405–10. 41. Bonadonna G, Valagussa P, Moliterni A, Zambetti M, Brambilla C. Adjuvant cyclophosphamide, methotrexate, and fluorouracil in node-positive breast cancer: the results of 20 years of follow-up. N Engl J Med. 1998;332(14):901-6. 42. Polychemotherapy for early breast cancer: an overview of the randomised trials. Early Breast Cancer Trialists’ Collaborative Group. Lancet 1998;352(9132):930–42. 43. Martin M, Villar A, Sole-Calvo A, et al. Doxorubicin in combination with fluorouracil and cyclophosphamide (i.v. FAC regimen, day 1, 21) versus methotrexate in combination with fluorouracil and cyclophosphamide (i.v. CMF regimen, day 1, 21) as adjuvant chemotherapy for operable breast cancer: a study by the GEICAM group. Ann Oncol 2003;14(6):833–42. 44. Fumoleau P, Kerbrat P, Romestaing P, et al. Randomized trial comparing six versus three cycles of epirubicin-based adjuvant chemotherapy in premenopausal, node positive breast cancer patients: 10-year follow-up results of the French Adjuvant Study Group 01 trial. J Clin Oncol 2003;21(2):298–305. 45. Early Breast Cancer Trialists’ Collaborative Group (EBCTCG): Effects of chemotherapy and hormonal therapy for early breast cancer on recurrence and 15-year survival: an overview of the randomised trials. Lancet 2005;365 (9472):1687-717. 46. Ferguson T, Wilcken N, Vagg R, Ghersi D, Nowak AK. Taxanes for adjuvant treatment of early breast cancer. Cochrane Database Syst Rev. Oct 17 2007;CD004421 47. Early Breast Cancer Trialists’ Collaborative Group (EBCTCG). Comparisons between different polychemotherapy regimens for early breast cancer: meta-analyses of long-term outcome among 100,000 women in 123 randomised trials. Lancet. 2012;379(9814):432-44. 48. Jones S, Holmes FA, O´Shaughnessy J, et al. Docetaxel with Cyclophosphamide is associated with an overall survival benefit compared with Doxorubicin and Cyclophosphamide: 7-Year Follow-Up of US Oncology Research Trial 9735. J Clin Oncol 2009;27(8):1177-83. 49. Shulman LN, Berry DA, Cirrincione CT, et al. Comparison of doxorubicin and cyclophosphamide versus single-agent paclitaxel as adjuvant therapy for breast cancer in women with 0 to 3 positive axillary nodes: CALGB 40101 (Alliance). J Clin Oncol 2014;32:2311-2317. 50. Shulman LN, Cirrincione CT, Berry DA, et al. Six cycles of doxorubicin and cyclophosphamide or paclitaxel are not superior to four cycles as adjuvant chemotherapy for breast cancer in women with zero to three positive axillary nodes: cancer and leukemia group B 40101. J Clin Oncol 2012;30(33):4071–6 51. Citron ML, Berry DA, Cirrincione C, et al. Randomized trial of dose-dense versus conventionally scheduled and sequential versus concurrent combination chemotherapy as postoperative adjuvant treatment of node-positive primary breast cancer: first report of Intergroup Trial C9741/Cancer and Leukemia Group B Trial 9741. J Clin Oncol 2003;21(8):1431–9. 52. Rebolledo V, Ferri N, Reigosa A, Caleiras E, Fernández Y. Perfil Inmunohistoquímico y la Caracterización Molecular del Carcinoma de Mama en una Población Venezolana. Rev Venez Oncol 2012;24(1):42-51. 53. Bolívar E, Betancourt L, Godoy A, Martínez P, Romero G, Bergamo L, Cialoni D. Distribución fenotípica del carcinoma de mama en Venezuela. Rev Senol Patol Mamar. 2013. http://dx.doi. org/10.1016/j.senol.2013.08.001 54. González C, Hernández G, Paredes R, Hernández J, Marín C. Evaluar los Perfiles de Expresión Genética con la Prueba Mammaprint y Target Print con Inmunohistoquímica. Rev Venez Oncol 2014;26(1):2-8. 55. Morales L, Reigosa A, Caleiras E, Mora R, Marrero N, Payares E, Molina K, Sucre L. Expresión del HER2/neu en pacientes venezolanas con cáncer de mama localmente avanzado. Invest. clín 20 08;49(1):69-78. 56. Piccart-Gebhart MJ, Procter M, Leyland-Jones B; Herceptin Adjuvant (HERA) Trial Study Team. Trastuzumab after adjuvant chemotherapy in HER2-positive breast cancer. N Engl J Med 2005;353(16):1659-72. 57. Joensuu H, Kellokumpu-Lehtinen PL, Bono P; FinHer Study Investigators. Adjuvant docetaxel or vinorelbine with or without trastuzumab for breast cancer. N Engl J Med 2006;354(8):80920. 58. Perez EA, Romond EH, Suman VJ, et al. Four-year follow-up of trastuzumab plus adjuvant chemotherapy for operable human epidermal growth factor receptor 2-positive breast cancer: joint analysis of data from NCCTG N9831 and NSABP B-31. J Clin Oncol. 2011;29(25):3366-73. 59. Slamon D, Eiermann W, Robert N; Breast Cancer International Research Group. Adjuvant trastuzumab in HER2-positive breast cancer. N Engl J Med. 2011;365(14):1273-83. 60. Perez EA, Romond EH, Vera J, et al. Trastuzumab plus Adjuvant Chemotherapy for Human Epidermal Growth Factor Receptor 2-Positive Breast Cancer: Planned Joint Analysis of Overall Survival from NSABP B-31 and NCCTG N9831. JCO 2014;32(33):37744-52. 61. Goldhirsch A, Gelber RD, Piccart-Gebhart MJ; Herceptin Adjuvant (HERA) Trial Study Team. 2 years versus 1 year of adjuvant trastuzumab for HER2-positive breast cancer (HERA): an open-label, randomised controlled trial. Lancet 2013;382(9897):1021-8. 62. Pivot X, Romieu G, Debled M; PHARE trial investigators. 6 months versus 12 months of adjuvant trastuzumab for patients with HER2-positive early breast cancer (PHARE): a randomised phase 3 trial. Lancet Oncol 2013;14(8):741-8. 63. Piccart-Gebhart MJ, Holmes AP, Baselga J, et al. First results from the phase III ALTTO trial (BIG2 2-061;NCCTG [Alliance] N063D) comparing one year of anti-HER2 therapy with lapatinib alone (L), trastuzumab alone (T), their sequence (T-L), or their combination (T+L) in the adjuvant treatment of HER2-positive early breast cancer (EBC). ASCO Annual Meeting. Abstract LBA4. Presentado 1 de Junio, 2014. 64. U.S. National Institutes of Health: A study of pertuzumab in addition to chemotherapy and Herceptin (trastuzumab) as adjuvant therapy in patients with HER2-positive primary breast cancer. Disponible en ClinicalTrials.gov/show/NCT01358877. 65. Slamon DJ, Swain SM, Buyse M, et al. Primary results from BETH, a phase 3 controlled study of adjuvant chemotherapy and trastuzumab ±±bevacizumab in patients with HER2-positive, node-positive or high risk node-negative breast cancer. Presented at: 2013 San Antonio Breast Cancer Symposium; December 10-14, 2013; San Antonio, TX. Abstract S1-03- 41. 66. Burstein HJ, Prestrud AA, Seidenfeld J, et al. American Society of Clinical Oncology Clinical Practice Guideline: update on adjuvant endocrine therapy for women with hormone receptor-positive breast cancer. J Clin Oncol 2010;28(23):3784-96. 67. Albain KS, Green SJ, Ravdin PM, et al. Adjuvant chemotherapy and timing of tamoxifen in postmenopausal patients with endocrine-responsive node-positive breast cancer: a phase 3, open-label, randomized controlled trial. Lancet 2009;374(9707):2055-63. 68. Fisher B, Dignam J, Bryant J, et al. Five versus more than five years of tamoxifen for lymph node-negative breast cancer: updated findings from the National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project B-14 randomized trial. J Natl Cancer Inst 2001;93(9): 684-90. 69. Stewart HJ, Prescott RJ, Forrest AP: Scottish adjuvant tamoxifen trial: a randomized study updated to 15 years. J Natl Cancer Inst 2001; 93 (6): 456-62. 70. Tormey DC, Gray R, Falkson HC, et al. Postchemotherapy adjuvant tamoxifen therapy beyond five years in patients with lymph node-positive breast cancer. Eastern Cooperative Oncology Group. J Natl Cancer Inst 1996;88(24):1828-33. 71. Davies C, Hongchao P, Godwin J, et al. Long-term effects of continuing adjuvant tamoxifen to 10 years versus stopping at 5 years after diagnosis of oestrogen receptor-positive breast cancer: ATLAS, a randomised trial. Lancet. 2013;381(9869):805-16. 72. Gray RG, Rea D, Handley K, et al: ATTom: Long-term effects of continuing adjuvant tamoxifen to 10 years versus stopping at 5 years in 6,953 women with early breast cancer. J Clin Oncol 2013;31: suppl; abstr 5). 73. Burstein HJ, Temin S, Anderson H, et al. Adyuvant endocrine therapy for women with hormone receptor-positive breast cancer: American Society of Clinical Practice Guideline Focused Update. J Clin Oncol 2014;32:2255-2269. 74. Cuzick J, Sestak I, Baum I et al. Effect of anastrozole and tamoxifen as adjuvant treatment for early-stage breast cancer:10-year analysis of the ATAC trial. Lancet Oncol 2010;11(12):113541. 75. Regan MM, Neven P, Giobbie-Hurder A, et al. Assessment of letrozole and tamoxifen alone in sequence for postmenopausal women with steroid hormone receptor-positive breast cancer. The BIG 1-98 randomised clinical trial at 8.1 years median follow up. Lancet Oncol 2011;12:1101-1108. 76. Cuzick J, Ambroise l, Davidson N, Jakesz R, Kaufmann M, Regan M et al. Use of luteinizing-hormone-releasing hormone agonists as adjuvant treatment in premenopausal patients with hormone-receptor-positive breast cancer: a meta-analysis of individual patient data from randomized adjuvant trials. Lancet 2007; 369:1711-23. 77. Goel S et al. LHRH agonists for adjuvant therapy of early breast cancer in premenopausal women. Cochrane Database Syst Rev. 2009;(4):CD004562. 78. Griggs JJ, Somerfield MR, Anderson H, et al. American Society of Clinical Oncology endorsement of the Cancer Care Ontario practice guideline on adjuvant ovarian ablation in the treatment of premenopausal women with early-stage invasive breast cancer. J Clin Oncol 2011;29:3939-3942. 79. Gnant M, Mlineritsch B, Stoeger H, et al. Adjuvant endocrine therapy plus aoledronic acid in premenpausal women with early-stage breast cancer: 62-month follow-up from the ABCSG-12 randomised trial. Lancet Oncol 2011;12:631-641. 80. Pagani O, Regan MM, Walley BA, et al. Adjuvant exemestane with ovarían suppression in premenopausal breast cáncer. N Engl J Med 2014;371:107-118. 81. Francis PA, Regan MM, Fleming GF, et al. Adjuvant Ovarian Suppression in Premenopausal Breast Cancer. NEJM 2014. DOI:10.1056/NEJMoa1412379. IX. CÁNCER DE MAMA METASTÁSICO El manejo del cáncer de mama metástasico debe involucrar a todas las especialidades en un equipo multidisciplinar; además, se le debe ofrecer a la paciente un soporte psicosocial e intervenciones dirigidas a mitigar los síntomas relacionados con la enfermedad y el tratamiento como parte de su cuidado de manera rutinaria.1 DIAGNÓSTICO. ESTADIFICACIÓN l seguimiento óptimo incluye historia clínica y examen físico cada tres a seis meses los primeros cinco años y luego anualmente,2 así como la mamografía anual.3,4 No existe evidencia sobre si la realización de rutina de pruebas de ¨cribado¨ en pacientes asintomáticas proporcione ventajas en la sobrevida; por tanto, no se recomiendan. En la revisión Cochrane de 2005,5 de cuatro estudios clínicos controlados aleatorizados que incluye 3055 mujeres, no se encontró diferencia en las tasas de supervivencia global libre de enfermedad o en las tasas de supervivencia global en la mujeres que fueron sometidas a un seguimiento imagenológico intenso comparado con vistas de revisión médica y mamografía. La estadificación de la enfermedad recurrente debe incluir historia clínica, examen físico, hematología completa, pruebas de función hepática y renal, fosfatasa alcalina y calcio,1,2,4,6 además de incluir imágenes de tórax, abdomen y hueso, sin existir acuerdo con respecto a la modalidad imagenológica más adecuada (Rx o TAC de tórax; US, TC o RM de abdomen).6-8 La RM o TC del sistema nervioso central se debe solicitar en pacientes sintomáticas.1,2,4,6-8 Con el uso de PET-CT FDG no hay consenso, excepto en los casos sospechosos o equívocos con los métodos de imágenes tradicionales, por lo que se recomienda como una herramienta diagnóstica para la detección del cáncer de mama metástasico o de la recidiva;9-11 en tanto que para la detección de metástasis óseas, el PET-CT 18F-Fluoride es más sensible y específico,12 aunque su disponibilidad es escasa en nuestro país. E DIAGNÓSTICO PATOLÓGICO: BIOPSIA DE LAS METÁSTASIS Los cambios en los perfiles de los receptores es un problema importante, a que los receptores del tumor primario se utilizan a menudo para las decisiones sobre el tratamiento de la enfermedad metástasica. En el estudio retrospectivo de Broom y colaboradores13 se evaluaron los receptores (RE, RP y HER2) de 100 pacientes en el tumor primario y en la metástasis. La tasa de discordancia de RE fue de 17.7 %, con un 9.7 % de los tumores que cambiaron de RE positivo a RE negativo y de 8.0 % de tumores RE negativo que cambiaron a RE positivo. En el estudio de Lower y colaboradores,14 otro análisis retrospectivo de recaídas de 97 pacientes consecutivas, el cambio en los receptores se evidenció en un 10.3 % y 25.8 % para RE y RP respectivamente. En el estudio de Nishimura y colaboradores,15 el índice Ki-67 se incrementó significativamente, con una media de 29.1 % en tumor primario a 36.6 % en la recaída, y las tasas de cambio de HER2 y la positividad p53 fueron de 14.4 % y 12.4 % respectivamente. El único estudio prospectivo publicado hasta la fecha es el estudio BRITS16 (estudio del tejido en recidiva de mama), que investigó 137 muestras emparejadas del tumor primario y de la recidiva, el cual evidencia un cambio en el RE (10.2 %, p=0.983) en el RP (24,8 %, p=0.003) y en HER2 (2,9 %, p=0.074). Este cambio de receptores condujo a un cambio en el posterior tratamiento en el 17.5 % de las pacientes. Este estudio concluye que el tratamiento del cáncer de mama metástasico debe incluir la biopsia de la metástasis, ya que los receptores en una recidiva de cáncer de mama pueden cambiar y esto modificaría el tratamiento previsto en 1 de cada 6 pacientes. Sin embargo, existen potenciales excepciones a la biopsia de las metástasis, según las guías de ESMO,1 tales como cuando: a) el procedimiento resulta riesgoso debido a la ubicación de la metástasis; b) el tiempo entre el tumor primario y la aparición de la metástasis es relativamente corto; c) los resultados de la rebiopsia no cambiarían la actitud terapéutica (presencia de contraindicaciones para el uso de quimioterapia y terapias anti-HER2). TRATAMIENTO SISTÉMICO DE LA ENFERMEDAD METÁSTASICA Los principios del tratamiento sistémico de cáncer de mama metástasico son: • El enfoque del tratamiento está gobernado por el tipo de tumor: receptores hormonales positivos, HER2 positivo y triple negativo. El sitio de la recurrencia depende del tipo de tumor.17 • La mayoría de las pacientes son candidatas a múltiples líneas de terapia. • Los objetivos son la supervivencia,18 prevenir complicaciones relacionadas con la enfermedad, mantener e incrementar la calidad de vida, sabiendo que la paliación y la respuesta tumoral no siempre es una relación uno a uno (no todos los beneficios inherentes a la disminución del estrés emocional de la paciente y el aumento del puntaje en los test de calidad de vida se ven en las pacientes que tienen respuesta clínica objetiva y viceversa),19 aunque uno de los aspectos más importantes en la calidad de vida es que el tumor no progrese. TERAPIA ENDOCRINA El metaanálisis de Cochrane de 200320 evalúa el efecto de solo quimioterapia contra solo hormonoterapia para el cáncer de mama metástasico. El análisis primario de riesgo incluyó seis ensayos (692 mujeres). No hubo diferencia significativa observada (HR = 0.94, IC 95 %: 0.79-1.12, p=0.5) con respecto al uso de uno u otro tratamiento. Sin embargo, en el metaanálisis de Cochrane de 2011,21 que incluye ocho estudios con 817 pacientes, los revisores concluyen que en las mujeres con cáncer de mama metástasico con receptores hormonales positivos se recomienda la conducta de tratar con terapia endocrina en lugar de quimioterapia excepto en presencia de una enfermedad rápidamente progresiva. En la guía de consenso internacional para el cáncer de mama avanzado (ABC 1),6 la presencia de enfermedad visceral no constituye una contraindicación per se para la terapia endocrina, solo se considera la administración de quimioterapia en el caso de resistencia endocrina o en aquellos en los que se necesitaría de una respuesta rápida de acción. La resistencia endocrina es causada por diversos mecanismos, entre los que se incluye la hiperactivación de vías de transducción alternas, PI3K/AKT/ mTOR,22 y la vía de las ciclinas, por lo que la resistencia a la terapia endocrina se puede superar al bloquear el receptor hormonal y mutar estas vías. El estudio Bolero-223 en fase III abarca esta posibilidad, en este se asigna al azar a 724 pacientes con cáncer de mama avanzado y receptores hormonales positivos, con recurrencia o progresión durante el tratamiento previo con un inhibidor de la aromatasa no esteroideo en el tratamiento adyuvante de la enfermedad avanzada, a everolimus (inhibidor mTOR) y exemestano, frente a solo exemestano o frente a un placebo (en una proporción de 2:1). La respuesta global fue 0.4 % contra 9.5 %, (p<0.0001) y la tasa de beneficio clínico fue de 18 % contra 33.4 %, (p<0.0001), significativamente mayor en el grupo de combinación frente al brazo de solo exemestano, aunque con mayor toxicidad para el grupo de pacientes tratadas con everolimus. En las mujeres con cáncer de mama avanzado, los inhibidores de la aromatasa muestran un beneficio en la supervivencia en comparación con otros tratamientos endocrinos, lo que queda demostrado en el metaanálisis de Gibson y colaboradores de 2009.24 Sin embargo, el tamoxifeno se considera una opción de tratamiento en enfermedad metastásica a pesar de la superioridad de los inhibidores de la aromatasa para la primera línea de tratamiento. El cambio a una segunda línea de tratamiento endocrino es efectivo con el uso de fulvestrant y su dosis originalmente aprobada de 250 mg (estudio EFECT).25 El ensayo CONFIRM,26 que utilizó la dosis más alta de fulvestrant a 500 mg, estable- ce esta dosis como la ideal, sin que haya incremento en la toxicidad, con un aumento en la media de supervivencia global de 4.1 meses y un riesgo relativo de reducción de muerte de 19 % al compararse con fulvestrant a 250 mg. Actualmente se debate el uso de fulvestrant o anastrozole como terapia de primera línea a través del estudio FIRST.27 Aunque es un estudio fase II, 205 mujeres fueron distribuidas al azar a recibir 500 mg de fulvestrant o anastrozole como terapia de primera línea, con una mediana de seguimiento de 54.1 meses para el grupo de pacientes que reciben fulvestrant contra 48.4 meses para las pacientes que reciben anastrozole. Se reportó un 30 % menos de probabilidad de morir para las pacientes en el grupo de fulvestrant, evidenciándose similares efectos adversos para ambos grupos. El metaanálisis de Klijn y colaboradores,28 con cuatro ensayos clínicos aleatorizados y un total de 506 mujeres premenopáusicas con cáncer de mama avanzado, compara el tratamiento con agonista LHRH, tamoxifeno o tratamiento combinado de agonista LHRH más tamoxifeno. Con una mediana de seguimiento de 6.8 años, hubo un beneficio significativo de supervivencia global (p=0.02; HR=0.78) y en la supervivencia libre de progresión (p=0.0003; HR=0.70) a favor del tratamiento combinado. En general, la tasa de respuesta fue significativamente mayor en el tratamiento endocrino combinado (p=0.03; OR=0.67). Los inhibidores de la aromatasa más análogos LHRH pueden ser una opción en el tratamiento de mujeres premenopáusicas con cáncer de mama metástasico de segunda línea después del fracaso de análogos LHRH + tamoxifeno, al alcanzar una respuesta objetiva o enfermedad estable duradera a los seis meses en el 34.4 % de las pacientes, con una mediana para la progresión de 8.3 meses.29 TERAPIA ANTI-HER2 Entre las drogas que bloquean el receptor HER2 se incluyen el trastuzumab (herceptin), el lapatinib (tykerb), el pertuzumab (perjeta) y el ado-trastuzumab emtansine (TDM1; kadcyla), solo el T-DM1 no se ha aprobado en Venezuela. El trastuzumab y el lapatinib se encuentran aprobados para su distribución en las Farmacias de Alto Costo del Seguro Social y el pertuzumab está disponible aún solo en el ámbito privado. La terapia anti-HER2 para el tratamiento de pacientes con cáncer de mama avanzado HER2 positivo se recomienda en primera, segunda y tercera línea de tratamiento posterior o durante la progresión con terapia anti-Her 2 previa.30 La combinación de trastuzumab, pertuzumab y un taxano debe ser la recomendación de primera línea, basada en los resultados del estudio CLEOPATRA, en el cual la adición de pertuzumab al trastuzumab más docetaxel está asociado con una mejora signifi- cativa de la supervivencia libre de progresión (18.5 meses contra 12.4 meses)31,32 y una media de supervivencia global de 56.5 meses contra 40.8 meses (HR=0.68, p=0.0002).33 En el ensayo EMILIA,34 la media de supervivencia libre de progresión fue de 9.6 meses con el emtansine-adotrastuzumab frente a 6.4 meses con lapatinib/capecitabina (p<0.0001) y la supervivencia global media fue de 30.9 meses frente a 25.1 meses, respectivamente (p<0.001 ). El beneficio adicional se observó sin un aumento de la toxicidad. El estudio fase III TH3RESA,35 al igual que el anterior, demuestra que el uso de emtansine-adotrastuzumab extiende la progresión libre de enfermedad en las mujeres tratadas previamente con trastuzumab y taxanos, por lo que, según la Guía de Recomendación de la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO) de 2014, el emtansine-ado-trastuzumab (no disponible en el país) sería la segunda línea de tratamiento o el pertuzumab (si la paciente no lo ha recibido como primera línea).30 Así mismo, estas guías recomiendan discontinuar el taxano después de cuatro a seis meses o cuando se haya alcanzado la máxima respuesta clínica, dependiendo de la toxicidad y de la ausencia de progresión. La terapia dual anti-HER2 se debe mantener hasta la progresión o la aparición de toxicidad no aceptable.30 En el cáncer de mama HER2 positivo que progresa durante una segunda línea de tratamiento, los agentes anti-HER2 siguen siendo efectivos, tal y como se evidencia en el estudio de Geyer y colaboradores,36 con la combinación de lapatinib y capecitabina; en el estudio de Von Minckwitz y colaboradores,37 con la combinación de capecitabina más trastuzumab, así como en el estudio de Blackwell y colaboradores,38 con la combinación de lapatinib más trastuzumab. En las pacientes con cáncer de mama HER2 positivo y receptor de estrógeno positivo, el tratamiento permanece incierto aunque el panel de expertos de la Guía de ASCO de 201430 recomienda que la mayoría de estas pacientes deben ser tratadas con quimioterapia más terapia anti-HER2,independientemente de su estado hormonal, o con endocrinoterapia más trastuzumab o lapatinib, aunque esta combinación solo ha demostrado mejoría en la supervivencia libre de enfermedad, no así en la supervivencia global. Solo las pacientes seleccionadas, entre las que se incluyen aquellas con contraindicación para la terapia anti-HER2 o con comorbilidades, o en las que la enfermedad tiene largo tiempo de recurrencia, pueden ser tratadas solamente con endocrinoterapia, teniendo presente que la terapia endocrina sola en estas pacientes ha revelado un corto plazo de progresión.39-41 TERAPIA CITOTÓXICA Si se comparan los resultados en los ensayos clínicos durante varios períodos de tiempo, la supervivencia de los pacientes con cáncer de mama metastásico es cada vez mayor. Estas observaciones apoyan firmemente el uso de terapia citotóxica en esta etapa de la enfermedad. La monoterapia tiene un índice terapéutico mejor que la poliquimioterapia. La terapia secuencial con solo un agente es mejor tolerada que la terapia combinada y constituye el estándar de tratamiento. Esta aseveración radica en la revisión de estudios controlados42 y los resultados del estudio E1193,43 que compara la doxorrubicina como agente único contra el paclitaxel y la combinación, la cual demostró que la combinación produce altas tasas de respuesta y alarga el período de tiempo de recaída pero no la supervivencia global. Las excepciones a esta regla son las pacientes con rápida progresión clínica, la presencia de oligometástasis visceral y la necesidad de control rápido de síntomas o de la enfermedad.1,6 La utilización de taxanos en este estadio constituye la piedra principal de la terapia sistémica para el cáncer de mama,43 tanto el paclitaxel como el docetaxel muestran actividad similar y en algunos casos excede a las antraciclinas. El análisis final fue difícil debido a la heterogenicidad de los estudios pero las comparaciones indirectas y directas de docetaxel y paclitaxel muestran una tendencia hacia una mayor eficacia de docetaxel.44 Seguido a la introducción de taxanos, se han desarrollado otros agentes citotóxicos: vinorelbina,45 gemcitabina,46 capecitabina,47 ixabepilona48 y eribulin.49 Actualmente existe gran interés en la incorporación de las pacientes con cáncer de mama triple negativo, que incluye a la mayoría de portadoras de la mutación BRCA1, para su tratamiento sistémico de inhibidores de la PARP50 y sales de platino.51 AGENTES MODIFICADORES DEL HUESO Los agentes modificadores óseos incluyen los bifosfonatos, se recomiendan en pacientes con cáncer de mama metástasico con evidencia de destrucción ósea. Estos reducen y retrasan la incidencia de los eventos relacionados con el esqueleto (dolor, fracturas e hipercalcemia). No se recomienda el uso de bifosfonatos (ácido zoledrónico, pamidronato y denosumab) uno sobre otro, según las guías de ASCO de 2011,52 excepto en el manejo de la hipercalcemia de origen maligno, en que el ácido zoledrónico ha demostrado ser más rápido en normalización y provocar mayor tiempo de mantenimiento de los niveles de calcio sérico.53 Según el estudio de Rosen y colaboradores,54 en mujeres con al menos una lesión osteolítica, el tiempo para desarrollar fractura patológica, necesitar radioterapia o cirugía ósea, o presentar compresión medular fue 178 % mayor en pacientes que recibieron 4 mg de ácido zoledrónico en comparación con el brazo de pacientes que recibieron pamidronato (310 días contra 174 días, respectivamente; p=0.013). La duración óptima recomendada del tratamiento es hasta 24 meses. La función renal debe controlarse (la creatinina sérica debe cuantificarse antes de cada dosis). La osteonecrosis de mandíbula se ha reportado como una complicación del tratamiento con bifosfonatos, principalmente después de un uso prolongado. Como resultado, la salud dental debe evaluarse antes de iniciar y durante el tratamiento. TERAPIA ANTIANGIOGÉNICA Dos estudios fase III han estudiado el rol del bevacizumab en el tratamiento del cáncer metastásico de mama: el estudio TANIA55 y el estudio IMELDA.56 El estudio TANIA,55 estudio multicéntrico, distribuyó al azar a 464 pacientes con cáncer de mama metastásico receptor HER2 negativo a una segunda línea de tratamiento con quimioterapia únicamente y un solo agente o quimioterapia con bevacizumab como mantenimiento. El uso de capecitabina o vinorelbina quedó a elección del investigador, se utilizó en 60 % y 11 % de las pacientes, respectivamente. La supervivencia media libre de progresión luego de un seguimiento aproximado de 16 meses fue de 6.3 meses con la combinación de quimioterapia más bevacizumab contra 4.2 meses con quimioterapia únicamente (HR=0.75, p=0.0068). La tasa de enfermedad estable se incrementó con la combinación (48.9 % contra 33.5 %), aunque la tasa de respuesta global no fue sustancialmente mejor (20.9 % contra 16.8 %; p=0.3457). El estudio IMELDA,56 estudio fase III, reclutó 287 pacientes con cáncer de mama metastásico receptor HER2 negativo que no hubiesen recibido quimioterapia. Después de recibir bevacizumab/docetaxel, las pacientes sin progresión fueron distribuidas al azar a continuar con bevacizumab solo o bevacizumab más capecitabina hasta la progresión de la enfermedad; de estas, 185 pacientes fueron asignadas a terapia de mantenimiento. La adición de capecitabina a la terapia de mantenimiento con bevacizumab mejoró significativamente la supervivencia libre de progresión de 4.3 meses con bevacizumab solo a 11.9 meses con la combinación (HR=0.38, p<0.001) y además mejoró la supervivencia global de 23.7 meses a 39 meses (HR=0.43, p=0.0003). TRATAMIENTO DE LA RECIDIVA LOCORREGIONAL El diagnóstico diferencial de un nuevo primario contra una recurrencia verdadera depende del tipo histológico, de la localización así como de la presencia de componente intraductal57 e implica una historia natural diferente de la enfermedad, con diferente pronóstico y diferentes implicaciones para el manejo terapéutico.58-66 La recidiva local del cáncer de mama luego de una cirugía conservadora y vaciamiento axilar más radioterapia es la mastectomía, cuando la recaída es confinada a la mama y es operable.67 En las pacientes con recidiva local de la mama se debe realizar la evaluación del estado ganglionar, y la biopsia del ganglio centinela en pacientes con cirugía conservadora y biopsia previa no está contraindicada.68 La recidiva local luego de una mastectomía se debe tratar con la resección si el tamaño y su localización lo permiten. En pacientes que no recibieron radioterapia, las recidivas se tratan además con irradiación.69 Lo que se debate actualmente es el uso o no de quimioterapia adyuvante para estas pacientes, ya que los estudios prospectivos publicados en esta población de pacientes han sido poco exitosos.70 En la revisión retrospectiva de los 10 estudios de NSABP que involucra a 6468 pacientes sometidas al tratamiento preservador de la mama,63,64 la supervivencia libre de enfermedad a distancia a los cinco años y la supervivencia global luego de la recidiva ipsilateral del tumor fue de 67 % y 77 %, respectivamente, para mujeres con ganglios negativos y de 51 % y 60 %, respectivamente, para mujeres con ganglios positivos. En el caso de la recidiva ganglionar o a la pared torácica, la supervivencia libre de enfermedad a distancia a los cinco años y la supervivencia global fue de 29 % y de 35 % para las pacientes con ganglios negativos y de 19 % y 24 % para las pacientes ganglios positivos. Este análisis mostró la importancia pronóstica negativa de las recidivas locorregionales (por lo que se recomienda que estas pacientes vayan a un estadiaje imagenológico, ya que generalmente están acompañadas o preceden a la enfermedad a distancia) y plantea la necesidad de que el tratamiento se establezca más allá de la exéresis quirúrgica. El Grupo de Estudio Internacional de Cáncer de Mama, en el reporte del estudio CALOR71 (Quimioterapia como Adyuvante de la Recidiva Local del Cáncer de Mama, por sus siglas en inglés), respalda el uso de quimioterapia adyuvante en adición a la radioterapia y la hormonoterapia en pacientes con recidiva locorregional para prolongar la supervivencia global y la supervivencia libre de enfermedad, particularmente en pacientes receptores de estrógenos negativos. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO PRIMARIO DE LAS PACIENTES CON CÁNCER DE MAMA METASTÁSICO La terapia sistémica de la enfermedad metástasica es el tratamiento estándar de la enfermedad. Tradicionalmente, el tratamiento locorregional (cirugía o radioterapia) de las pacientes con metástasis se ofrece para paliar las complicaciones, tales como ulceración o hemorragia; sin embargo, el impacto de la extensión del tratamiento local sobre la supervivencia global está en discusión. El primer estudio que evaluó el impacto de la terapia local sobre la supervivencia de pacientes con cáncer de mama metástasico fue publicado por Khan y colaboradores en 2002,72 es un estudio retrospectivo de 16023 pacientes con estadio IV, a partir de la Base Americana de Datos de Cáncer (NCDB) entre 1990 y 1993. De estas pacientes, el 57.2 % se sometió a mastectomía parcial o mastectomía total, concluyendo que las pacientes con resección quirúrgica con márgenes libres tenían un supervivencia a los tres años de 24.9 % para el grupo completo; en las pacientes con mastectomía, de 31.8 % (supervivencia media de 31.9 meses); en las pacientes con mastectomía parcial, de 27.7 % (supervivencia media de 26.9 meses), y en las pacientes sin cirugía, de 17.3 % (supervivencia media de 19.3 meses). A partir de esta observación se publicaron series retrospectivas de instituciones y revisiones de otras bases de datos,73-80 en las que sorprendentemente la resección quirúrgica del tumor primario se realizó entre un 40 % al 60 % de estas pacientes, sin que todas tuvieran la indicación de prevenir las complicaciones locales de enfermedad primaria no controlada, respaldando la conclusión del estudio de Khan72 del beneficio en la supervivencia estadísticamente significativo73-78 o una tendencia al incremento de la supervivencia79,80 con la resección del tumor primario, aunque estas series sufren de debilidades metodológicas (sesgo de selección y series retrospectivas). En la mayoría de estos estudios, las pacientes son sometidas a mastectomía, el porcentaje varía de 40 % a 77 % mientras que el porcentaje de cirugía conservadora varía de 22 % a 59 %. La evidencia, aunque limitada, establece el beneficio de la mastectomía sobre la cirugía conservadora, sin demostrarse de forma concluyente si este beneficio es debido a los márgenes libres en sí o a la adición de la disección axilar. Además, el impacto de la radioterapia local en la supervivencia es desconocido. Una decisión igualmente importante es cuándo operar. La mayoría de los estudios han ofrecido la cirugía a pacientes que habían recibido quimioterapia como la primera línea de tratamiento, lo que permite evaluar la respuesta a este. Este hecho ha llevado también a indicar el sesgo de selección de estas pacientes, al considerar solo las pacientes con buena respuesta a la quimioterapia para la cirugía, por lo que la cirugía sería innecesaria en pacientes con enfermedad agresiva, como se evidencia en el estudio retrospectivo de Cady y colaboradores de 622 pacientes del Hospital General de Massachusetts y del Hospital de Mujeres Brigham.77 El estudio de Bafford y colaboradores,78 con una revisión retrospectiva de 147 pacientes entre 1998 y 2005, reportó una supervivencia no ajustada de 3.52 años en el grupo de cirugía frente a 2.36 años en el grupo sin cirugía. En el análisis multivariado, la supervivencia fue significativamente superior en el grupo de cirugía; sin embargo, este beneficio se limitó a pacientes con diagnóstico de enfermedad en estadio IV después de la operación. Hasta la fecha se han reportado resultados de dos estudios prospectivos. El ensayo MF07-01,81,82 estudio aleatorizado controlado fase III multicéntrico, compara pacientes con cáncer de mama metástasico en la presentación, las cuales reciben tratamiento locorregional del tumor primario contra aquellas que no. El objetivo principal de este estudio es evaluar si el tratamiento locorregional del tumor primario proporciona mejor supervivencia global. Los resultados a corto plazo, presentados en 2010, no evidencian que la cirugía promueva la progresión tumoral. Sin embargo, un estudio prospectivo similar de la India, presentado por Badwe y colaboradores en 2013,83 reportó resultados completamente diferentes. En este estudio clínico, 350 pacientes con cáncer de mama metástasico fueron sometidas a tratamiento sistémico con antraciclinas con o sin taxanos y luego aleatorizadas en 173 pacientes a mastectomía más vaciamiento axilar y radioterapia y 177 pacientes a terapia hormonal. A los 72 meses, la supervivencia global fue de 20.5 % para las pacientes tratadas con la terapia locorregional y 19.2 % para las pacientes tratadas sin ella. El coeficiente de riesgo (HR) para la cirugía fue de 1.04 y no fue significativa. Aunque la supervivencia libre de progresión local fue mejor con la cirugía/radiación (HR.0.16), la supervivencia libre de progresión a distancia fue peor (HR 1.42, p =0.01). TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD METASTÁSICA LOCALIZADA Según el Consenso Venezolano de Cáncer de Mama, para los estudios III y IV84 se debe considerar cirugía, radiación o quimioterapia regional, con el concurso de otras especialidades en las siguientes situaciones: 1. Compromiso cerebral 2. Enfermedad leptomeníngea 3. Metástasis a plexos coroideos 4. Derrame pleural 5. Derrame pericárdico 6. Obstrucción biliar 7. Obstrucción ureteral 8. Inminente fractura patológica 9. Fractura patológica 10. Compresión medular 11. Enfermedad de tejido blando 12. Compromiso de pared torácica REFERENCIAS 1. Cardoso F, Harbeck N, Fallowfield L, Kyriakides S, Senkus E, on behalf of the ESMO Guidelines Working Group. Locally recurrent or metastatic breast cancer: ESMO Clinical Practice Guidelines for diagnosis, treatment and follow-up. Annals of Oncology 2012; 23 (Supplement 7): vii11–vii19. 2. Contreras A, Hernández G, Acosta V, et al. Evaluación Inicial y Seguimiento de la Paciente con Cáncer de Mama. Reunión de Consenso. Rev Venez Oncol 2009;21(2):113-119. 3. Khatcheressian JL, Wolff AC, Smith TJ, et al. American Society of Clinical Oncology 2006 update of the breast cancer follow-up and management guidelines in the adjuvant setting. J Clin Oncol 2006;24(31):5091-5097. 4. NCCN Clinical Practice Guidelines in Oncology. Breast Cancer. Version 3.2013. 2013; Disponible en:http://www.nccn.org/professionals/physician_gls/pdf/breast.pdf. Accedido Noviembre 18, 2013. 5. Rojas MP, Telaro E, Russo A, et al. Follow-up strategies for women treated for early breast cancer. Cochrane Database Syst Rev 2005;(1):CD001768. 6. Cardoso F, Costa A, Norton L, Cameron D, Cufer T, Fallowfield L, et al. 1st International consensus guidelines for advanced breast cancer (ABC 1). Breast 2012;1-11. 7. Whitlock JP, Evans AJ, Jackson L, Chan SY, Robertson JF. Imaging of metastatic breast cancer: Distribution and radiological assessment at presentation. Clin Oncol 2001;13:181-6. 8. National Institute for Health and Clinical Excellence. Advanced Breast Cancer: Diagnosis and Treatment (CG81) 2009; Disponible en: http://guidance.nice.org.uk/CG81. 9. Fletcher JW, Djulbegovic B, Soares HP, et al. Recommendations on the use of 18F-FDG PET in oncology. J Nucl Med. 2008;49:480-508. 10. Lee JH. Radionuclide methods for breast cancer staging. Semin Nucl Med. 2013;43:294-8. 11. Hong S, Li J, Wang S. 18FDG PET-CT for diagnosis of distant metastases in breast cancer patients. A meta-analysis. Surg Oncol 2013;22:139-43. 12. Damle NA, Bal C, Bandopadh GF, et al. The role of 18F-Fluoride PET-CT in the detection of bone metastases in patients with breast, lung and prostate carcinoma: a comparision with FDG PET/CT and 99mTc-MDP bone scan. Jpn J Radiol 2013;31(4):262-9. 13. Broom RJ, Tang PA, Simmons C, et al. Changes in estrogen receptor, progesterone receptor and Her-2/neu status with time: discordance rates between primary and metastatic breast cancer. Anticancer Res 2009;29(5):1557-62. 14. Lower EE, Glass EL, Bradley DA, Blau R, Heffelfinger S. Impact of metastatic estrogen receptor and progesterone receptor status on survival. Breast Cancer Res Treat 2005;90(1):65-70. 15. Nishimura R, Osako T, Okumura Y, Tashima R, Toyozumi Y, Arima N. Changes in the ER, PgR, HER2,p53 and Ki-67 biological markers between primary and recurrent breast cancer: disconcordance rates and prognosis. World J Surg Oncol 2011;9:131-139. 16. Thompson AM, Joran LB, Quinlan P, Anderson E, Skene A, Dewar JA, Purdie CA, the Breast Recurrence in Tissues Study Group (BRITS). Prospective comparison of switches in biomarker status between primary and recurrent breast cancer. Breast Cancer Res 2010;12:92. 17. Kennecke H, Yerushalmi R, Woods R, et al. Metastatic behavior of breast cancer subtypes. JCO 2010;28(20):3271-3277. 18. Chia SK, Speers CH, D´yachkova Y, et al. The impact of new chemotherapeutic and hormone agents on survival in a population-based cohort of women with metastatic breast cancer. Cancer 2007;67(15):7406-20. 19. McLachlan SA, Pintlie M, Tannock IF. Third line chemotherapy in patients with metastatic breast cancer: an evaluation of quality and cost. Breast Cancer Res Treatment 1999;54(3):21323. 20. Wilcken N, Hornbuckle J, Ghersi D. Chemotherapy alone versus endocrine therapy alone for metastatic breast cancer. Cochrane Database Syst Rev. 2003;(2):CD002747. Review. 21. Wilcken N, Hornbuckle J, Ghersi D. Chemotherapy versus endocrine therapy alone for metastatic breast cancer. Cochrane Database Syst Rev. 2011, Issue 7. 22. Di Cosimo S, Baselga J. Phosphoinositide 3-Kinase Mutations in Breast Cancer: A “Good” Activating Mutation? Clin Can Res 2009;15(16):5049-5059. 23. Baselga J, Campone M, Piccart M, et al. Everolimus in postmenopausal hormone-receptor positive advanced breast cancer. N Engl J Med 2012; 366(6):520-9. 24. Gibson L, Lawrence D, Dawson C, Bliss J. Aromatase inhibitors for treatment of advanced breast cancer in postmenopausal women. Cochrane Database Syst Rev. 2009;(4):CD003370. doi.org/10.1002/14651858. 25. Chia S, Gradishar W, Mauriac L, et al. Double-blind, randomized placebo controlled trial of fulvestrant compared with exemestane after prior nonsteroidal aromatase inhibitor therapy in postmenopausal women with hormone receptor-positive, advanced breast cancer: results from EFECT. J Clin Oncol. 2008;26(10):1664-70. 26. Di Leo A, Jerusalem G, Petruzelka L, et al. Results of the CONFIRM phase III trial comparing fulvestrant 250 mg with fulvestrant 500 mg in postmenopausal women with estrogen receptor positive. 27. Robertson JFR, Lombart-Cussac A, Feltl D, et al. Fulvestrant 500 mg versus anastrozole as first-line treatment for advanced breast cancer: Overall survival from phase II FIRST study. 2014 San Antonio Breast Cancer Conference Symposium. Abstract S6-04. 28. Klijn JG, Blamey RW, Boccardo F, Tominaga T, Duchateau L, Sylvester R. Combined tamoxifen and luteinizing hormone-releasing hormone (LHRH) agonist versus LHRH agonist alone in premenopausal advanced breast cancer: a meta-analysis of four randomized trials. J Clin Oncol. 2001;19(2):343-53. 29. Carlson RW, Theriault R, Schurman CM, et al. Phase II trial of anastrozole plus goserelin in the treatment of hormone receptor-positive, metastatic carcinoma of the breast in premenopausal women. J Clin Oncol 2010;28(25):3917-21. 30. Giordano SH, Temin S, Kirshner JJ, et al. Systematic therapy for patients with advanced human epidermal growth factor receptor 2-positive breast cancer: American Society of Clinical Oncology Clinical Practice Guideline. J Clin Oncol 2014;2100-2108. 31. Swain SM, Kim SB, Cortés J, et al. Pertuzumab, trastuzumab, and docetaxel for HER2-positive metastatic breast cancer (CLEOPATRA study): Overall survival results from a randomized, double-blind, placebo-controlled, phase 3 study. Lancet Oncol 2013;14:461-471. 32. Baselga J, Cortés J, Kim SB, et al. Pertuzumab plus trastuzumab plus docetaxel for metastatic breast cancer. N Engl J Med 2012;366:109-119. 33. Swain S, Kim S, Cortés J et al. Final overall survival analysis from the CLEOPATRA study of first-line pertuzumab, trastuzumab, and docetaxel in patients with HER2-positive metastatic breast cancer. ESMO 2014 Congress. Abstract 3500. 34. Verma S, Miles D, Gianni L, et al. Trastuzumab emtansine for HER2-positive advanced breast cancer. N Engl J Med 2012;367:1783-1791. 35. Wildiers H, Kim SB, González-Martin A, et al. T-DM1 for HER2-positive metastatic breast cancer. European Cancer Congress 2013. Abstract 15. 36. Geyer CE, Forster J, Lindquist D, et al. Lapatinib plus capecitabine for HER2-positive advanced breast cancer. N Engl J Med 2006;355:2733-2743. 37. Von Minckwitz G, Schwedler K, Schmidt M et al: Trastuzumab beyond progression: overall survival analysis of the GBG 26/BIG 3-05 phase III study in HER2-positive breast cancer. Eur J Cancer 2011;47:2273-2281. 38. Blackwell KL, Burstein HJ, Storniolo AM, et al. Randomized study of Lapatinib alone or in combination with trastuzumab in women with ErbB2-positive, trastuzumab-refractory metastatic breast cancer. J Clin Oncol 2010;28(7):1124-30. 39. Kaufman B, Mackey JR, Clemens MR, et al. Trastuzumab plus anastrozole versus anastrozole alone for the treatment of postmenopausal women with human epidermal growth factor receptor 2-positive, hormone receptor-positive metastatic breast cancer. Results from the randomized phase III TanDEM study. J Clin Oncol 2009;27:5529-5537. 40. Houber J, Fasching PA, Barsoum M, et al. Higher efficacy of letrozole in combination with trastuzumab compared to letrozole monotherapy as first-line treatment in patients with HER2-positive, hormone-receptor-positive metastatic breast cancer-results of the eLEcTRA trial. Breast 2012;21:27-33. 41. Schwartzberg LS, Franco SX, Florance A, et al. Lapatinib plus letrozole as first-line therapy for Her-2+ hormone receptor-positive metastatic breast cancer. Oncologist 2010;15:122-129. 42. Lord S, Ghersi D, Gattellari M, Wortley S, Wilcken N, Thornto C, Simes J. Antitumour antibiotic containing regimens for metastatic breast cancer. Cochrane Database Syst Rev. 2006:DOI: 10.1002/14651858.CD003367. 43. Sledge GW, Neuberg D, Bernardo P, et al. Phase III trial of doxorubicin, paclitaxel and the combination of doxorubicin and paclitaxel as front-line chemotherapy for metastatic breast cancer: An intergroup trial (E1193). J Clin Oncol 2003;21:588-592. 44. Ghersi D, Wilcken N, Simes J, Donoghue E. Taxane containing regimens for metastatic breast cancer. The Cochrane Library, 2008 Issue 3. 45. Gregory RK, Smith IE: Vinorelbine-a clinical review. Br J Cancer 2000;82:1907-1913. 46. Takeda Al, Jones J, Loveman E, et al. The clinical effectiveness and cost-effectiveness of gemcitabine for metastatic breast cancer: A systematic review and economic evalaution. Health Technol Assess 2007;11:1-62. 47. O´Shaughnessy JA, Kaufman M, Siedentopf F, et al. Capecitabine monotherapy. Review of studies in first-line Her-2-negative metastatic breast cancer. Oncologist 2012;17:476-484. 48. Yardley DA. Activity of ixabepilone in patients with metastatic breast cancer with primary resistence to taxanes.Clin Breast Cancer 2008;8:487-492. 49. Pean E, Klaar S, Berglund EG, et al. The European Medicines Agency review of eribulin for the treatment of patients with locally advanced or metastatic breast cancer: Summary of the scientific assessment of the committee for medicinal products for human use. Clin Cancer Res 2012;18:4491-4497. 50. Underhil C, Toulmonde M, Bonnefoi H. A review of PARP inhibitors: From bench to bedside. Ann Oncol 2011;22:268-279. 51. Liu M, Mo QG, Wei CY, et al. Platinum-based chemotherapy in triple-negative breast cancer: A meta-analysis. Oncol Lett 2013;5:983-991. 52. Van Poznak CH, Von Roenn JH, Temin S. American Society of Clinical Oncology Clinical Practice Guideline Update: Recommendations on the Role of Bone-Modifying Agents in Metastatic Breast Cancer. J Oncol Pract 2011;7(2):117-121. 53. Major P, Lorthilary A, Hon J, et al. Zoledronic acid is superior to pamidronate in the treatment of hypercalcemia of malignancy: A pooled analysis of two randomized, controlled trials. J Clin Oncol 2001; 19:558-567. 54. Rosen LS, Gordon DH, Dugan W Jr, et al. Zoledronic acid is superior to pamidronate for the treatment of bone meatstases in breast carcinoma patients with at least one osteolytic lesion. Cancer 2004;100:36-43. 55. von Minckwitz G, Puglisi F, Cortes J, et al. Efficay and safety in TANIA, a randomized phase III trial of continued or reintroduced bevacizumab after 1st-line bevacizumab for HER2-negative locally recurrent/metastatic breast cancer. ESMO 2014 Congress. ABSTRACT 3530. 56. Gliorov J, Doval D, Bines J, et al. Efficacy and safety of maintenance bevacizumab with or without capecitabine after initial first-line bevacizumab plus docetaxel for HER2-negative metastatic breast cancer: IMELDA randomized phase III trial. ESMO 2014 Congress. ABSTRACT 3520. 57. Nishimura S, Takahashi K, Akiyama F, et al. Classification of ipsilateral breast tumor recurrence after breast-conserving therapy:new primary cancer allows a good prognosis. Breast Cancer 2005;12(2):112-117. 58. Haffty BG, Fischer D, Beinfield M, McKhann C. Prognosis following local recurrence in the conservatively treated breast cancer patient. Int J Radiat Oncol Biol Phys 1991;21:293-298. 59. Abner AL, Recht A, Eberlein T, et al. Prognosis following salvage mastectomy for recurrence in the breast after conservative surgery and radiation therapy for early-stage breast cancer. J Clin Oncol 1993;11:44-48. 60. Whelan T, Clark R, Roberts R, Levine M, Foster G, Investigators of the Ontario Clinical Oncology Group. Ipsilateral breast tumor recurrence postlumpectomy is predictive of subsequent mortality: results from a randomized trial. Int J Radiat Oncol Biol Phys 1994;30:11-16. 61. Haffty BG, Reiss M, Beinfield M, Fischer D, Ward B, McKhann C. Ipsilateral breast tumor recurrence as a predictor of distant disease: implications for systemic therapy at the time of local relapse. J Clin Oncol 1996;14: 2-57. 62. Touboul E, Buffat L, Belkacemi Y, et al. Local recurrences and distant metastases after breast-conserving surgery and radiation therapy for early breast cancer. Int J Radiat Oncol Biol Phys 1999; 43: 25-38. 63. Wapnir IL, Anderson SJ, Mamounas EP, et al. Prognosis after ipsilateral breast tumor recurrence and locoregional recurrences in five National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project node-positive adjuvant breast cancer trials. J Clin Oncol 2006;24:2028-2037. 64. Anderson SJ, Wapnir I, Dignam JJ, et al. Prognosis after ipsilateral breast tumor recurrence and locoregional recurrences in patients treated by breast-conserving therapy in five National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project protocols of node-negative breast cancer. J Clin Oncol 2009; 27: 2466-2473. 65. Wapnir IL, Aebi S, Geyer CE, et al. A randomized clinical trial of adjuvant chemotherapy for radically resected locoregional relapse of breast cancer: IBCSG 27-02, BIG 1-02, and NSABP B-37. Clin Breast Cancer 2008;8:287-292. 66. Smith TE, Lee D, Turner BC, Carter D, Haffty BG. True recurrence vs new primary ipsilateral breast tumor relapse: an analysis of clinical and pathologic differences and their implications in natural history, prognoses and therapeutic management. Int J Radiat Oncol Biol Phys 200;48(5):1281-1289. 67. Carlson RW, Anderson BO, Burstein HJ; National Comprehensive Cancer Network. Breast Cancer J Natl Comp Canc Netw 2005;3(3):238-289. 68. Port ER, Garcia-Etienne CA, Park J, Fey J, Borgen PI, Cody HS. Reoperative sentinel lymph node biopsy: a new frontier in the management of ipsilateral breast tumor recurrence. Ann Surg Oncol 2007;14(8):2209-2214. 69. Buchanan CL, Dorn PL, Fey J, et al. Local regional recurrence after mastectomy: incidence and outcomes. J Am Coll Surg 2006;203(4):469-474. 70. Rauschecker H, Clarke M, Gatzemeier W, Recht A. Systemic therapy for treating locoregional recurrence in women with breast cancer. Cochrane Database Syst Rev 2001; 4. CD002195. 71. Aebi S, Gelber S, Anderson SJ, Láng I; CALOR investigators. Chemotherapy for isolated locoregional recurrence of breast cancer (CALOR): a randomised trial. Lancet Oncol 2014;15(2):15663. 72. Khan SA, Stewart AK, Morrow M. Does aggressive local therapy improve survival in metastatic breast cancer? Surgery 2002;132:620-6. 73. Gnerlich J, Jeffe DB, Deshpande AD, Beers C, Zander C, Margenthaler JA. Surgical removal of the primary tumor increases overall survival in patients with metastatic breast cancer: Analysis of the 1988-2003 SEER data. Ann Surg Oncol 2007;14:2187-94. 74. Blanchard DK, Shetty PB, Hilsenbeck SG, Elledge RM. Association of surgery with improved survival in stage IV breast cancer patients. Ann Surg 2008;247:732-8. 75. McGuire KP, Eisen S, Rodriguez A, Meade T, Cox CE, Khakpour N. Factors associated with improved outcome after surgery in metastatic breast cancer patients. Am J Surg 2009;198:5115. 76. Rapiti E, Verkooijen HM, Vlastos G, et al. Complete excision of primary breast tumor improves survival of patients with metastatic breast cancer at diagnosis. J Clin Oncol 2006;24:27438. 77. Cady B, Nathan NR, Michaelson JS, Golshan M, Smith BL. Matched pair analyses of stage IV breast cancer with or without resection of primary breast site. Ann Surg Oncol 2008;15:338495. 78. Bafford AC, Burstein HJ, Barkley CR, et al. Breast surgery in stage IV breast cancer: Impact of staging and patient selection on overall survival. Breast Cancer Res Treat 2009;115:7-12. 79. Babiera GV, Rao R, Feng L, et al. Effect of primary tumor extirpation in breast cancer patients who present with stage IV disease and an intact primary tumor. Ann Surg Oncol 2006;13:77682. 80. Neuman HB, Morrogh M, Gonen M, Van Zee KJ, Morrow M, King TA. Stage IV breast cancer in the era of targeted therapy. Cancer 2010;116:1226-33. 81. Soran A, Ozbas S, Kelsey SF, Gulluoglu BM. Randomized trial comparing locoregional resection of primary tumor with no surgery in stage IV breast cancer at the presentation (protocol MF07-01): A study of Turkish federation of the national societies for breast diseases. Breast J 2009;15:399-403. 82. Soran A. The impact of primary surgery on tumor progression in metastatic breast cancer (BC) patients: Protocol MF07-01 randomized study interim analysis. ASCO Breast Cancer Symposium 2010. Abstract 93. 83. Badwe R, Parmar V, Hawaldar R, et al: Surgical removal of primary tumor and axillary lymph nodes in women metastatic breast cancer at first presentation: A randomized controlled trial. 2013 San Antonio Breast Cancer Symposium. Abstract S2-02. Presented December 11, 2013. 84. Hernández G, Maccarone B, Arcia F et al. Cáncer de Mama estadios III y IV. Reunión de Consenso. Agosto 2006. Rev Venez Oncol 2007;19(3):264-27 X. CUIDADOS PALIATIVOS EN CÁNCER DE MAMA E l cáncer de mama es la neoplasia más común entre las mujeres en los países desarrollados; a pesar de los nuevos tratamientos, más del 20 % de las pacientes diagnosticadas con enfermedad regional evolucionarán a enfermedad metastásica. La gran cantidad de opciones de tratamiento han contribuido a mejorar el pronóstico de la enfermedad, al maximizar la calidad de vida, prolongar la supervivencia además de prevenir y paliar los síntomas.1 En los países en vías de desarrollo son muchas las mujeres que debutan con enfermedad avanzada metastásica o enfermedad localmente avanzada que a pesar del tratamiento oncológico desarrollan enfermedad metastásica. Los sitios más comunes de metástasis en el cáncer de mama son hueso, cerebro, hígado y pulmón, los sitios menos frecuentes son intraabdominal y piel.2 Estas pacientes tienen múltiples síntomas y trastornos psicológicos, sociales y existenciales, al igual que sus familiares, generados por el sufrimiento de la paciente. Por tanto, ambos grupos requieren de atención, evaluación y tratamiento. Uno de los aspectos más inquietantes y olvidados en el cuidado de las pacientes con cáncer de mama es la multitud de síntomas angustiantes díficiles de controlar. Los cuidados paliativos son una respuesta a esta delicada situación. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2002, los definió como: Un modelo asistencial que mejora la calidad de vida de los pacientes con enfermedades potencialmente letales y la de sus familias. Se basa en la prevención y el control del sufrimiento con identificación precoz, evaluación y tratamientos adecuados del dolor y otros problemas físicos, psicológicos y existenciales.3 La declaración del consenso de Breast Health Global Initiative (BHGI) reconoce la definición de cuidados paliativos introducida por la OMS, los cuales deben aplicarse desde el momento del diagnóstico del cáncer o del inicio del tratamiento. Los cuidados paliativos pueden reducir la estancia hospitalaria y el apoyo a los pacientes puede ser más eficaz en el transcurso de la enfermedad.2 La escasez de proveedores formados en cuidados paliativos se refleja en una proporción demasiado alta de camas de hospitalización de pacientes agudos ocupadas por pacientes que reciben cuidados paliativos, ya que las limitaciones en la capacidad para resolver los problemas físicos, psicológicos y existenciales de las pacientes por parte de los familiares, del personal de atención primaria y la ausencia de servicios médicos en el hogar constituye la principal causa por la que se presta la costosa atención médica hacia el final de la vida en el ámbito hospitalario. Para tener un gran impacto en el tratamiento de la paciente con cáncer de mama metastásico es necesario que la atención se pueda brindar en todos los niveles de atención, por lo que existe la necesidad de contar con ambulatorios, hogares y centros de atención especializados en cuidados paliativos en el país. La educación debe centrarse en la formación de equipos inter- y multidisciplinarios y en la coordinación del cuidado para el abordaje físico, psicosocial y de las necesidades espirituales de los pacientes y sus familias. El equipo debe incluir médicos, enfermeras, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, cuidadores espirituales, voluntariado, con acceso a los servicios de nutrición, terapia física y respiratoria. Los profesionales de la salud que trabajan con pacientes con cáncer de mama deben estar capacitados para reconocer las complicaciones. El manejo del dolor debe ser parte de los programas estándares de las escuelas de medicina y enfermería en el país.2 Dolor El dolor está presente en el diagnóstico en el 33 % de los casos, después del tratamiento 59 % y 64 % con enfermedad metastásica. Está relacionado con las metástasis óseas, compresión medular, compresión de plexo, edema linfático, obstrucción intestinal, edema cerebral o complicaciones de la piel. El abordaje del dolor debe comenzar con un adecuado interrogatorio, antecedentes personales y familiares, que evalúan la aparición, localización, intensidad, características, irradiación, atenuantes y desencadenantes, además de la temporalidad y la interferencia con las actividades de la vida diaria. Posteriormente, se realiza el examen físico completo, a fin de diagnosticar el tipo de dolor y la posible causa productora del mismo, para indicar el mejor tratamiento farmacológico y no farmacológico.4,5 Es indispensable el uso de las escalas para la identificación de la intensidad del dolor, tales como la escala visual análoga (Figura 1) o la escala numérica visual (Figura 2). En aquellas pacientes con alteraciones cognitivas el indicador será la observación del comportamiento, expresiones faciales, patrones de movimiento, sonidos no verbales y los informes de la familia. Otra herramienta muy utilizada es el Brief Pain Inventory, validada en todos los idiomas, incluyendo el español2 (Figura 3), y el DN4 para diagnóstico de dolor neuropático (Figura 4). El manejo del dolor debe tener un enfoque multimodal y utilizar la escalera analgésica recomendada por la OMS, entendiendo que el pilar fundamental es el uso de opioides para el adecuado control del dolor moderado a severo.5 La OMS recomienda para el adecuado tratamiento del dolor: • Utilizar la escalera analgésica. • Dar la medicación por horario. • Preferir la vía oral. • Utilizar medicación de rescate, es decir, una dosis adicional del 10 % de la dosis total de opioides en 24 h, cada vez que el paciente tenga dolor. • Prevenir los efectos secundarios de los opioides, como náuseas, vómitos y estreñimiento. • Individualizar los tratamientos. Medicamentos recomendados según la intensidad del dolor: Dolor leve (EVA 1 a 3) Dolor moderado (4 a 6) Dolor severo (7 a 10) Medicamentos NO opioides Opioides débiles Opioides fuertes Iniciar con morfina 5 mg /4h VO Titulación IV: 0,1 mg/ kg/4h si es >60 años o con comorbilidades 0.05 mg/ kg/6h Dosis rescate 10 % de la dosis total diaria Oxicodona 5 mg VO/4h Paciente virgen de opioides iniciar con opioides de liberación inmediata 5 mg/4h VO, a las 72 h rotar a opioides de liberación prolongada. Los opioides fuertes NO tienen techo, es decir, su dosis máxima es al tener adecuado control del dolor o efectos secundarios En todos los escalones se pueden utilizar los medicamentos coadyuvantes: antidepresivos, anticonvulsivantes, esteroides, parches de lidocaína, entre otros. Paracetamol hasta 3 g/día VO, IV, cada 4 a 6 h Metamizol 15 a 30 mg/ kg/8h VO, IV Ibuprofeno 2400 mg/24 h cada 6-8 h VO Ketorolaco 30-60 mg IM, IV, SC dosis inicial, luego 15-30 mg/8-6 h x 5 días máximo VO, SL, IV, SC Diclofenaco 50 mg/8-6 h VO, IV Naproxeno 1000 mg/24 h cada 8 a 12 h Celecoxib 100 a 200 mg/ día VO Codeína 30 mg/6h VO máx. 360 mg/día Tramadol 50-100 mg/6h VO, IV, SC Dosis máx. 400 mg/día Se puede combinar con los medicamentos no opioides No deben combinarse con opioides fuertes Modificado de Granados M.5,6 Medicamentos recomendados para dolor neuropático Medicamentos Tipo Dosis Recomendaciòn Amitriptilina Antidepresivo tricíclico 25 a 75 mg/día máx. 150 mg Dosis única al acostarse Imipramina Antidepresivo tricíclico 10-25 mg/día Dosis única al acostarse Duloxetina Inhibidores de la recaptación de serotonina-nora -drenalina 60-120 mg/día Iniciar con 30 mg/ día x 7 días Venlefaxina Inhibidor de la recaptación de serotoninanoradrenalina 75 – 150 mg/día Utilizar formulaciones prolongadas, mejor tolerada Gabapentina Gabapentinoide 1800 a 3600 mg/d Dividir la dosis cada 8h Pregabalina Gabapentinoide 150 a 600 mg día Inicio de dosis al acostarse Lidocaína local Anestésico Parches locales en el área, máx. 4 parches x día Comenzar con 75 mg y aumentar cada 3 días Útiles en neuropatía periférica localizada Modificado de Minatel5,7 Debe incluirse la terapia no farmacológica, como la fisioterapia, y la terapia ocupacional. En Venezuela tenemos disponibilidad en el mercado a través de BADAN y algunas cadenas comerciales, así como a nivel institucional y con distribución gratuita, de diferentes formulaciones de opioides débiles (tramadol, codeína) y opioides fuertes (morfina, oxicodona, fentanilo, metadona) (Tabla 1). Es fundamental conocer las normativas de estado para la adecuada formulación de opioides potentes. Existen varias vías para la adquisición de los medicamentos opioides potentes: • Talonarios del recetario oficial del Ministerio del Poder Popular para la Salud. • Planilla especial, la cual permite la formulación del tratamiento durante 30 días (Figura 5). • Dispensación directa a través de los hospitales del Programa Nacional de Oncología que cuentan con el servicio de cuidados paliativos (Tabla 2). Son muchas las barreras para el adecuado control del dolor, algunas de ellas: • Falta de entrenamiento de los profesionales de la salud sobre el uso de analgésicos opioides. • Miedo a la adicción. • Desconocimiento de los hospitales y farmacias que dispensan gratuitamente o venden la medicación opioide en las diferentes localidades a nivel nacional. • Falta de información de las pacientes y sus familiares. Constipación Las pacientes con cáncer avanzado usualmente reportan constipación y si requieren el uso de opioides, el problema se agrava. Al iniciar la terapia opioide, inmediatamente se debe iniciar el tratamiento de la constipación para prevenirla, de manera que existan movimientos intestinales al menos cada dos días. Se puede recomendar el inicio con un ablandador de las heces, tipo docusato de sodio, y se puede combinar con un laxante tipo lactulosa o estimulante como el bisacodilo o el senna. En caso de refractariedad, se recomiendan supositorios o enemas. Si el estreñimiento persiste y es dependiente del uso de opioides, la opción es metilnaltrexona, antagonista periférico de los receptores opioides.4,5 Náuseas y vómitos Es uno de los efectos adversos más frecuentes del uso de opioides. Es un efecto que desarrolla tolerancia, por lo que es autolimitado. Los medicamentos más usados son: Metoclopramida Haloperidol Clorpromazina Domperidona Hidroxicina Difenhidramina Ondasetron Dolasetron 10 mg/6h VO,IV, SC 0,5 a 2 mg/12h o 1-5 mg/hora sueño 5-10 mg/4-8 h 10-20 mg/6-8h 25-50 mg/6-8h 25-50 mg/6h 8 mg/8h 100 mg/12h Se pueden combinar fármacos con mecanismos de acción diferentes en caso de persistir el síntoma con monoterapia. La dexametasona se usa como adyuvante y potencia el efecto de los antieméticos.5,8 Metástasis óseas Aproximadamente un 70 % a 80 % de cáncer de mama avanzado desarrolla metástasis óseas durante el curso de la enfermedad. Aunque la paciente tenga una metástasis única, su carga de síntomas es alta, se presenta dolor, hipercalcemia, fracturas patológicas, infiltración de médula ósea, compresión medular; esta última es una complicación grave e incapacitante y en ocasiones mortal. El tratamiento de las metástasis óseas incluye terapias específicas, como la radioterapia; radioisótopos; agentes modificadores de los huesos, como los bifosfonatos o denosumab; cirugía y tratamientos farmacológicos, como los AINE, opioides, coanalgésicos y la dexametasona.2 Metástasis hepáticas Alrededor de la mitad de las pacientes con cáncer de mama avanzado presentan enfermedad hepática. Los síntomas incluyen ictericia, dolor por distensión, edema e irritación de la cápsula de Glibson, plenitud abdominal, náuseas, vómitos por distensión gástrica, prurito, obstrucción biliar, anorexia, fiebre e insuficiencia hepática. La terapia incluye control del dolor con analgésicos opioides, esteroides, antieméticos y antihistamínicos; en ocasiones pueden ser útiles las prótesis biliares, paracentesis o embolizaciones del tumor.4 Metástasis pulmonares Es común, hasta un 71 % de las pacientes con cáncer de mama presenta metástasis pulmonares. Estas pueden causar compromiso respiratorio por efecto directo de las metástasis en el tejido pulmonar, obstrucción de las vías respiratorias o derrame pleural. Los síntomas presentes pueden ser dolor, tos, disnea. El tratamiento incluye: radioterapia, opioides, ansiolíticos, antipsicóticos, esteroides, oxígeno, cuando existe hipoxemia y toracocentesis.9 Disnea Es una percepción subjetiva de falta de aire. No todas las pacientes con disnea tienen metástasis pulmonares, puede estar asociada con los tratamientos como la neumonitis por radioterapia o quimioterapia (taxanos). Los opioides son eficaces pero están infrautilizados por el miedo a la depresión respiratoria. Se recomienda la morfina de acción corta a dosis de 2,5 a 5 mg/4h. En caso de pacientes que ya estén tomando morfina para el control del dolor, se debe aumentar la dosis entre 30 % a 50 %8, las benzodiacepinas son útiles cuando se asocia con pánico y en caso de neumonitis o linfangitis carcinomatosa se recomienda el uso de esteroides.9 Metástasis en piel El cáncer de mama comúnmente produce metástasis en piel, pueden ser: heridas fungiformes malignas y úlceras crónicas de la piel, que provocan dolor, exudado y olor desagradable. El tratamiento incluye desbridamiento quirúrgico, analgésicos locales y sistémicos, antibióticos de amplio espectro, carbón activado en polvo y metronidazol tópico; si hay sangrado, se puede utilizar nitrato de plata y en ocasiones es necesaria la radioterapia hemostática. La dermatitis por radiación también es común y es necesario el tratamiento preventivo a fin de evitar las escoriaciones y aliviar el ardor, picazón o dolor. Debe utilizarse crema acuosa para mantener el nivel de humedad de la piel y corticoesteroides locales por un tiempo corto para disminuir la picazón y el ardor. Si existen signos de infección local pueden utilizarse antibióticos.2 Metástasis cerebrales Las metástasis cerebrales son cada vez más frecuentes, con una incidencia entre el 10 % al 17 %, los síntomas incluyen cefalea, trastornos neurológicos o convulsiones. El tratamiento incluye radioterapia convencional, radioterapia estereostática, radiocirugía, resección quirúrgica en metástasis solitaria y tratamiento farmacológico con opioides, dexametasona, antieméticos y anticonvulsivantes, estos últimos no profilácticos ya que no se ha demostrado ningún beneficio.2 Anemia Constituye un problema común en pacientes con enfermedad metastásica y puede ser causado o agravado por el tratamiento de la quimioterapia; como consecuencia, el paciente puede presentar fatiga. La anemia se debe diagnosticar, investigar y corregir a fin de mantener la calidad de vida y prevenir la fatiga. Si la hemoglobina está por debajo de 10 y hay síntomas, se pueden utilizar proteínas estimulantes de la eritropoyesis, las cuales se deben indicar a bajas dosis a fin de evitar las complicaciones de las mismas, como son los eventos tromboembólicos. Si hay eventos agudos puede indicarse transfusión de eritrocitos.1 Fatiga Esta presente en un 30% a 60 % de las pacientes. Es más frecuente cuando las pacientes están recibiendo quimioterapia y puede persistir incluso por 10 años posterior al diagnóstico de cáncer. La fatiga está relacionada con los efectos directos del cáncer, el tratamiento, la anemia, los factores psicosociales, la depresión, el dolor, las personalidades catastróficas, el insomnio. El tratamiento está dirigido a la causa, si se conoce, pero la mayoría de las veces su origen es desconocido. Las intervenciones conductuales y psicológicas han demostrado eficacia. El ejercicio físico diario se asocia con mejoras significativas de la fatiga, incluyendo reducción de los marcadores inflamatorios. Las técnicas para reducir el estrés, como el yoga, contribuyen a aminorar los síntomas. El tratamiento farmacológico es muy variado pero poco concluyente, tales como los antidepresivos, psicoestimulantes, antiinflamatorios de la COX2, tipo celecocib, y bloqueante del factor de necrosis tumoral con etanercept.10 Insomnio Es un síntoma frecuente, su prevalencia varía de 20 % al 70 %, dependiendo del estudio. El insomnio es un síndrome clínico caracterizado por la dificultad para iniciar o mantener el sueño, dura por lo menos un mes y causa malestar clínicamente significativo. Un factor clave es la aparición o exacerbación de los síntomas de la menopausia, causados por la quimioterapia, otras causas son la fatiga, depresión, dolor, cambios biológicos, que incluyen alteración de las citoquinas proinflamatorias, y malos hábitos de sueño, como siestas largas diurnas o muchas horas en cama durante el día. El tratamiento incluye los métodos no farmacológicos y farmacológicos y deben combinarse para tener resultados adecuados. El tratamiento no farmacológico incluye las terapias conductuales, higiene del sueño, relajación, yoga, meditación/mindfulness y neurofeedback. El tratamiento farmacológico incluye benzodiacepinas, agonistas de los receptores de las benzodiacepinas, agonistas de los receptores de la melatonina, antidepresivos y antihistamínicos.4,10,11 Linfedema Se puede desarrollar en la extremidad superior o tronco del sitio del tumor primario, este puede ser incapacitante si se asocia con infección o recurrencia local. Es importante prevenir las infecciones, por lo que el cuidado de la piel es fundamental. Se puede tratar con drenaje linfático manual, medidas de contención elásticas, compresión neumática y ejercicio físico.4,12 Obstrucción intestinal Las metástasis en el intestino es poco común en cáncer de mama, si está presente puede causar síntomas importantes, como obstrucción intestinal maligna. Esta también se puede deber a adherencias posirradiación, enfermedad inflamatoria del intestino o hernias. Los síntomas gastrointestinales incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos y estreñimiento. Los opioides son los fármacos de elección para el dolor, además se puede utilizar dexametasona para disminuir la inflamación en el sitio de obstrucción. Si la obstrucción es parcial se usan antieméticos, anticolinérgicos y laxantes, además de sonda nasogástrica. Los análogos de la somatostatina pueden disminuir secreciones gastrointestinales. Síntomas menopáusicos Los síntomas de la menopausia deterioran la calidad de vida y son producidos por el tratamiento endocrino o citotóxico. Solo se puede usar estrógenos tópicos con la absorción sistémica más baja. Las tabletas de estradiol vaginal deben utilizarse con mucha precaución, los supositorios de estriol son menos peligrosos. Se prefiere tratamiento NO hormonal, incluyendo intervenciones conductuales.1 Soporte psicológico La mujer que sufre de cáncer de mama no solo se enfrenta a los problemas físicos, psicológicos y sociales propios de la enfermedad, sino que además tiene que luchar contra la pérdida de su sexualidad, autoestima y propia identidad. Puede experimentar trastornos psicológicos como depresión, ansiedad, dificultad de afrontamiento y aislamiento social. En varios ensayos aleatorios, las intervenciones psicosociales han producido beneficios psicológicos, como mejora del estado de ánimo, control del dolor y afrontamiento. Por lo tanto, se recomienda el apoyo psicosocial.1 El tratamiento del trastorno de la ansiedad generalizada incluye la utilización de medicación y técnicas de psicoterapia. Se pueden utilizar ansiolíticos benzodiacepínicos y si el tratamiento es por largo plazo, se recomienda el uso de antidepresivos con efecto ansiolítico, como el citalopran, venlefaxina, duloxetina.13 La depresión tiene alta prevalencia, de 12 % a 25 %, e impacta en la calidad de vida y en la adherencia al tratamiento. Las causas son múltiples: la edad, mientras más jóvenes, mayor tendencia a la depresión; quimioterapia con doxorrubicina; miedo por los costos del tratamiento; dolor; presencia de síntomas vasomotores; escaso apoyo psicosocial.14 El uso de antidepresivos y ansiolíticos puede ser efectivo pero es importante monitorizar las interacciones de drogas. Las pacientes que toman tamoxifeno deben evitar consumir inhibidores potentes del citocromo P450 (CYP450) 2D6, como la fluoxetina, paroxetina y bupropión, porque está demostrado que el uso concurrente de la medicación reduce el intervalo libre de enfermedad.4 Por otra parte, hay un alto porcentaje de pacientes que presenta ansiedad y depresión relacionadas con el aumento de los niveles de dolor. Se sugiere que el estado de ansiedad puede ser un predictor de la dimensión sensorial de la experiencia del dolor, mientras que la depresión, un predictor de lo afectivo, por eso la importancia del adecuado control del dolor.15 Educación del paciente, familia y cuidadores La comunicación con los pacientes y sus familias sobre el tratamiento y los efectos secundarios puede mejorar la respuesta al tratamiento y la adhesión al mismo. Es importante enseñar a comunicar los nuevos síntomas que aparezcan. La unidad paciente-familia debe tener la información sobre el adecuado manejo del dolor, el cuidado de la piel y los aspectos psicosociales y espirituales al final de la vida. La comunicación adecuada entre el equipo de salud con la paciente-familia permite conocer las preferencias de la paciente y sus decisiones en relación con las directrices avanzadas y sus deseos al final de la vida. La información se debe dar según sus deseos, es decir, la toma de decisiones debe estar centrada en la paciente.2 Necesidades espirituales La espiritualidad se ha convertido en una necesidad al final de la vida. El bienestar espiritual se ha asociado con una mayor percepción de calidad de vida y satisfacción de la relación médico-paciente. Incluye el propio significado de la vida, el yo, la paz interior y la fe, puede estar ligada o no a la religiosidad.2 Todos los miembros del equipo tienen que saber reconocer las manifestaciones de la espiritualidad en cada paciente e identificar la causa del sufrimiento, junto con la familia deben estar preparados para aportar soluciones ante los problemas espirituales.16 El cuidado paliativo en las pacientes con cáncer de mama favorece el confort y el bienestar, debe basarse en las necesidades individuales de la persona más que en un plazo concreto de supervivencia esperada. Los síntomas son cambiantes y dependientes de la enfermedad, el tratamiento de la paciente y los cuidadores. Por tanto, la evaluación y reevaluación son una necesidad y una característica de los cuidados paliativos. ANEXOS Figura 1 Escala visual análoga (EVA), mide la intensidad del dolor que describe la paciente. Consiste en una línea horizontal de 10 centímetros en cuyos extremos se encuentran las expresiones extremas de un síntoma. A la izquierda ausencia o menor intensidad y a la derecha la mayor intensidad. Se pide a la paciente que marque en la línea el punto que indique la intensidad y se mide con una regla milimetrada. Se expresa en milímetros o centímetros. Sin dolor maximo dolor Figura 2 Escala numérica (EN), es un conjunto de números de 0 a 10, en el que 0 es la ausencia del síntoma y diez su mayor intensidad. Se pide a la paciente que seleccione el número que mejor indique la intensidad del síntoma que se está evaluando. 0 Sin Dolor 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Màximo Dolor Figura 3 Cuestionario breve del dolor Figura 4 DN4 (tomado de Uso de opioides en el tratamiento del dolor - Manual para Latinoamérica. IAHPC 2011) Tabla 1. Lista de opiodes disponibles en Venezuela Medicamento Formulación Potencia Codeína Tabletas 25 mg codeína / 25 paracetamol 20 mg codeína / 300 ibuprofeno 50 codeina / 50diclofenaco Tramadol Tabletas Capsulas LP Gotas Amp Tabl./ Combinación 50-100 mg 100-15 0mg 100 mg/ml 50 mg/ml-100 mg/2ml 37,5 tramadol/325mg paracetamol Ampollas Tabl. Liberación inmediata (IR) Tabl. LP 10 mg/ml 5-10 y 30 mg 10-30-60 mg (No disponible en el MPPS) Morfina Oxicodona Tabl. IR Tabl. LP 5 mg 10-20 mg Fentanilo Parches Ampollas 25-50 mcg/h 50 mcg/ml Metadona Tabletas 5-10-40 mg (No disponible en el MPPS) Figura 5 Permiso especial para la adquisición de medicamentos opioides ante el MPPS LOGO DE LA INSTITUCIÓN DONDE TRABAJA EL MÉDICO Distrito Capital, __________ de ________ de 20 Señores Ministerio del Poder Popular para la Salud Dirección General de Salud Ambiental y Contraloría Sanitaria Dirección de Drogas, Medicamentos y Cosméticos Atención DEPARTAMENTO DE CONTROL DE SUSTANCIAS PSICOTRÓPICAS Y ESTUPEFACIENTES De acuerdo con lo establecido en el Artículo 26 de la Ley Orgánica Sobre Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicos y en mi calidad de médico tratante: ________________________ C.I. ____________Matrícula: MSDS. No. ____________________, correo electrónico: _______________________, teléfono _____________, me dirijo a ustedes en la oportunidad de solicitar permiso especial, ante esa dirección para la adquisición de: _________________ concentración:______________. Dicho fármaco será destinado a el (la) paciente: _________ ___C.I.:_________________ de: ________años de edad, a quien se le ha diagnosticado: _______________________________ y se le ha administrado una dosis de: _________________ con una frecuencia de dosificación de cada: _____________ horas, _____________________días. La duración del tratamiento será por espacio de: _______________ necesitando rescate de: __________________________ con una cantidad de tabletas por mes____________________ Así mismo, cumplo con informarle que el portador de la presente es el ciudadano (a) __ _________________________________ C.I. No.___________________________, quien es el autorizado(a) para la adquisición del medicamento. Firma del médico MPPS C.I DIRECCIÓN DEL ESTABLECIMIENTO DONDE TRABAJA EL MÉDICO. DEBE IR ACOMPAÑADO DEL INFORME MÉDICO REALIZADO POR SU MÉDICO TRATANTE, COPIA DE LA CÉDULA DE IDENTIDAD DE LA PERSONA AUTORIZADA A REALIZAR LOS TRÁMITES, FE DE VIDA DEL PACIENTE Tabla 2 Hospitales del Programa Nacional de Oncología del MPPS que dispensan medicación opioide gratuita a nivel nacional CIUDADES ANZOÁTEGUI Hospital Universitario Dr. Luis Razetti APURE Hospital Pablo Acosta Ortiz ARAGUA Corposalud Aragua DISTRITO CAPITAL Instituto Oncológico Dr. Luis Razetti Hospital Universitario de Caracas Hospital General José Gregorio Hernández Magallanes Hospital Servicio Oncológico Hospitalario IVSS BOLÍVAR CARABOBO Hospital Docente Asistencial Dr. Raúl Leoni Hospital Raúl Leoni Instituto oncológico Dr. Miguel Pérez Carreño FALCÓN Hospital Van Grieken GUANARE Hospital Dr. Miguel Oraá GUARICO Hospital Israel Ranuarez Balsa LARA Hospital Central Universitario Dr. Antonio María Pineda Hospital Pastor Oropeza MÉRIDA Hospital Universitario de los Andes MONAGAS Hospital Manuel Núñez Tovar - Monagas NUEVA ESPARTA Hospital Central Dr. Luis Ortega - Nueva Esparta Clínica Popular Nueva Esparta PORTUGUESA Hospital Dr. Miguel Oraá SUCRE Hospital Universitario Antonio Patricio Alcalá TÁCHIRA Hospital Oncológico de Táchira ZULIA Hospital Coromoto Hospital Universitario de Maracaibo Hospital de Especialidades Pediátricas Hospital Pedro García Clara - Ciudad Ojeda AGRADECIMIENTO: A la Dra. Patricia Bonilla por la realización y ejecución del presente capítulo. REFERENCIAS 1. Beslija S, Bonneterre J, Burstein H, et al. Consensus on medical treatment of metastatic breast cancer. Annals of Oncology 2009;20:1771-1785. 2. Cleary J , Ddungu H, Distelhorst S, et al. Supportive and palliative care for metastatic breast cancer: Resource allocations in low- and middle-income countries. A Breast Health Global Initiative 2013 consensus statement. Breast 2013;22: 616-627. 3. Sepulveda C., Marlin A, Yoshida T, Ulrich A. Palliative Care: The World Health Organization’s Global perspective: World Health Organization. Ginebra. J Pain Symptom Manage 2002;24(2)91-6 4. Irvin W, Muss H. and Mayer D. Symptom Management in Metastatic Breast Cancer. Oncologist 2011;16:1203-1214. 5. Paice J., Ferrell B. The Management of Cancer Pain. CA Cancer J Clin 2011;61:157–182. 6. Granados M Tratamiento del dolor oncológico En: Bonilla P, Hidalgo M, Kamel M. Manual de Cuidados Paliativos para el Primer Nivel de Atención: Sociedad Venezolana de Medicina Paliativa; 2012. p. 106-109. 7. Minatel M. Tratamiento del dolor Neuropático En: Bonilla P, Hidalgo M, Kamel M. Manual de Cuidados Paliativos para el Primer Nivel de Atención: Sociedad Venezolana de Medicina Paliativa; 2012. p. 119-121. 8. Díaz P, Tamayo A. Efectos Gastrointestinales En : Bonilla P, De Lima L, Díaz P, León M y González M. Uso de Opioides en tratamiento del Dolor-Manual para Latinoamérica, Cap 3. IAHPC 2011 9. Lozada M. Disnea En: Bonilla P, Hidalgo M, Kamel M Manual de Cuidados Paliativos para el Primer Nivel de Atención: Sociedad Venezolana de Medicina Paliativa; 2012. p. 157-159 10. Bower J., Behavioral Symptoms in Patients With Breast Cancer and Survivors J Clin Oncol 2008;26:768-777 11. Matheus D. Insomnio En: Bonilla P, Hidalgo M, Kamel M. Manual de Cuidados Paliativos para el Primer Nivel de Atención: Sociedad Venezolana de Medicina Paliativa; 2012. p. 186190. 12. Lovera S. Linfedema en pacientes oncológicos y no oncológicos En: Bonilla P, Hidalgo M, Kamel M Manual de Cuidados Paliativos para el Primer Nivel de Atención: Sociedad Venezolana de Medicina Paliativa; 2012. p.171-173. 13. Malavé R. Ansiedad En: Bonilla P, Hidalgo M, Kamel M Manual de Cuidados Paliativos para el Primer Nivel de Atención: Sociedad Venezolana de Medicina Paliativa;2012.p.191-192 14. Avis N, Levine B, Naughton M, Case D, Naftalis E, Van Zee K. Age-related longitudinal changes in depressive symptoms following breast cancer diagnosis and treatment. Breast Cancer Res Treat 2013;139(1):199-208. 15. Galloway S, Baker M, Giglio P, Chin S, Madan A, Malcolm R. Depression and Anxiety Symptoms Relate to Distinct Components of Pain Experience among Patients with Breast Cancer Pain Research and Treatment 2012, Article ID 851276, 1-4 doi:10.1155/2012/851276 16. Méndez B. Y Bonilla P. Necesidades Espirituales del Enfermo Bajo cuidados Paliativos En: Bonilla P, Hidalgo M, Kamel M Manual de Cuidados Paliativos para el Primer Nivel de Atención: Sociedad Venezolana de Medicina Paliativa; 2012. p.64-67 .