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ADVIENTO 2013
CUARTO DOMINGO
Delegación Diocesana de Pastoral Social
Comisión Justicia y Paz
Un año más, nuestra Delegación ofrece unas sugerencias de contenido social para este
tiempo litúrgico.
“DIOS ES MISERICORDIOSO Y NOSOTROS DEBEMOS SERLO”
“San José, su esposo que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto”.
El comportamiento de San José para con la Virgen
supone una generosidad en defensa de María, no habitual en la
sociedad de su tiempo ni en las de hoy que se regulan, casi en su
totalidad, por normas y leyes emitidas por los poderes públicos.
Nos plantea la posibilidad de considerar a la ley como
única o última instancia en las relaciones con el prójimo, o
cuestionarnos el cumplimiento de otra ley de mayor rango a la
que estamos obligados por la fe.
La mirada de San José sobre la Virgen venía a ser una
mirada de prudencia, de misericordia, de respeto, de amor…
pero no de condena. Por eso evitó “denunciarla” por aquella
situación que la ley perseguía. (Deum, 24, 1…)
“LA MISERICORDIA, MEDICINA PARA EL HOMBRE”
Un presidiario, que acababa de salir de la cárcel, se cruzó con el alcalde de su pueblo
en la calle. El hombre había pasado tres largos años en la cárcel por malversación de fondos, y
estaba sumamente susceptible por el ostracismo social que esperaba recibir por parte de la
gente del pueblo.
- "¿Qué tal?", lo saludó el alcalde con naturalidad y alegremente. "Qué gusto verlo de
nuevo. ¿Cómo le va?”
El hombre se sintió incómodo y la conversación terminó abruptamente.
Años más tarde, el Alcalde y el ex-presidiario volvieron a encontrarse por casualidad en otro
pueblo y este último dijo:
- "Quiero agradecerle lo que hizo por mí cuando salí de la cárcel". "¿Y qué fue lo que hice?",
le preguntó el Alcalde. "Fue muy amable conmigo y eso transformó mi vida", respondió
agradecido el ex-presidiario.
LA MISERICORDIA DE DIOS, su principal atributo, nos capacita para ser
bienaventurados y entonar el Benedictus:
“para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le
sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días”. (Lc 1, 74-75)
Así lo entendió SANTA FAUSTINA KOWALSA, monja católica polaca. llamada apóstol de
la divina misericordia:
Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean
misericordiosos, para que yo jamás recele o juzgue
según las apariencias, sino que busque lo bello en el
alma de mi prójimo y acuda a ayudarle.
Ayúdame, oh Señor, a que mis oídos sean
misericordiosos, para que tome en cuenta las
necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus
sufrimientos y quejas.
Ayúdame, oh Señor, a que mi lengua sea
misericordiosa, para que jamás hable negativamente de
mi prójimo, sino que siempre tenga una palabra de
consuelo y perdón para todos.
Ayúdame, oh Señor, a que mis manos sean
misericordiosas, para que siempre me apresure a
socorrer a mi prójimo, venciendo mi propia fatiga y
cansancio. El reposo verdadero está en el servicio al
prójimo.
Ayúdame, oh Señor. a que mi corazón sea
misericordioso, para que yo sienta todos los
sufrimientos de mi prójimo. A nadie le rehusaré mi
corazón. Seré sincero incluso con aquellos que sé que
abusarán de mi verdad. Y yo mismo me encerraré en el misericordioso corazón de Jesús.
Que tu misericordia, oh, Señor, repose en mí. Amén.
El filósofo italiano Norberto BOBBIO afirmó que “una sociedad no se mide por su
perfecto ordenamiento jurídico, sino por las virtudes que los ciudadanos viven y
manifiestan… la gente buena vive de las virtudes simples y cotidianas, y es ella la que
honra a su pueblo y construye un país”.
Médico y teóloga benedictina del Monasterio de Montserrat de Barcelona, TERESA
FORCADES, que se hizo famosa por su actitud
muy crítica con la OMS y las multinacionales
farmacéuticas por lo poco fiable de la vacuna
contra la gripe, está muy comprometida en el
impulso de un cambio de modelo social y político.
Todo debe ir encaminado al bien común. Ser
católico, dice, significa “ser valiente y estar
siempre al lado de los más débiles”. Su abadesa, además de apoyarla, reconoce que ha abierto
a las demás monjas nuevos horizontes.