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“Carta entre hermanos”
CATEQUESIS POR CORRESPONDENCIA
ENCUENTRO Nº 10
La predicación de Jesús
Los que son felices
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
TEMARIO
1-El Hijo de Dios crecía…………………………………………pág. 3
2- La Hora de Jesús…………………….......................................pág. 5
3- Jesús predica el Reino de Dios………………………............pág. 6
4- Jesús formó una comunidad con sus discípulos…………….pág.10
5- Jesús nos enseña a ser felices...................................................pág.11
6- Resumen…………………….……………………………….pág.30
7- Preguntas para responder………............................................pág.33
Nihil Obstad:
Pbro. Claudio Castricone
Coordinador del Área Adultos
de la Junta Nacional Argentina
de Catequesis.
25 de abril del año 2010.
Imprimatur:
Monseñor Héctor S. Cardelli
Presidente de la Comisión Episcopal
Argentina de Pastoral Penitenciaria.
2 de junio del año 2010.
Contenido: Ana María Terradas.
Ilustraciones: Carlos Julio Sánchez.
Queda hecho el depósito
que establece la Ley 11.723.
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ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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Querido hermano:
En el Encuentro pasado hemos conocido la vida de Jesús hasta los doce
años. Después de esa edad, nada sabemos de Él hasta que cumplió más de treinta
años. ¿Qué pasó durante ese tiempo? No lo sabemos. Lo último que nos dice el
Evangelio sobre el niño Jesús, es que vivía con sus padres y que crecía.
“Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia ante de Dios y
ante los hombres.”
Lucas 2,52.
1- EL HIJO DE DIOS CRECÍA
Jesús crecía. Crecía por fuera y por dentro. Crecía en cuerpo y alma.
Fue tiempo de trabajar, estudiar y orar. Trabajaba con José, estudiaba en la
escuelita de Nazaret y oraba en la Sinagoga: lugar donde se enseñaba la Palabra
de Dios. Tenía que prepararse para después poder ocuparse de las cosas de Su
Padre, como le dijo a María en el Templo.
Pensando en estos años de silencio
del Hijo de Dios, pienso también en
este tiempo de silencio que usted y
sus compañeros están pasando.
Están viviendo un tiempo duro,
querido hermano. Muy duro. Pero
también es un tiempo para no perder
el tiempo.
Tiempo para descubrir y hacer que
salgan a luz todos los buenos deseos
que Dios ha puesto en sus corazones.
Tiempo para hablar con Dios. Para
meditar y compartir Su Palabra.
Tiempo para recibir a Jesús como el
Mejor Amigo.
¡Tiempo para la esperanza!...
Comparto con usted esta reflexión inspirada en un escrito del Papa Juan XXIII
que nos ayuda a ser humildes y recordar que crecer es un Camino que se recorre
día a día. Sin detenerse.
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SÓLO POR HOY
Sólo por hoy, trataré de vivir este día sin querer resolver el
problema de mi vida todo de una sola vez.
Sólo por hoy, tendré el mayor cuidado en mi aspecto personal. Seré
amable en mi trato con los demás, no criticaré a nadie y no pretenderé
cambiar a los otros sino a mí mismo.
Sólo por hoy, seré feliz con la seguridad de que he sido creado para
la felicidad, no sólo en el otro mundo sino también en este mundo.
Sólo por hoy, aceptaré mi realidad sin pretender que la realidad se
acomode a lo que yo quiero.
Sólo por hoy, dedicaré parte de mi tiempo a la lectura de la Palabra
de Dios, reconociendo que así como el alimento es necesario para la
vida del cuerpo, así también la oración es necesaria para la vida del
alma.
Sólo por hoy, haré una buena acción y no se lo diré a nadie, y si
alguien me hiciera daño, no devolveré mal por mal.
Sólo por hoy, haré un programa para mi vida en el futuro. Quizás
después no lo podré cumplir en todos sus detalles, pero lo haré.
Sólo por hoy, me libraré de dos grandes males: la prisa y la
indecisión. Pensaré antes de actuar y no me frenaré ante una buena
acción.
Sólo por hoy, creeré firmemente, aunque esté viviendo momentos
difíciles, que Dios se ocupa de mí como si nada más existiera en el
mundo.
Sólo por hoy, no tendré miedos ni temores. De manera especial,
creeré en lo bueno que hay en mí y en lo bueno que hay en los demás.
Puedo hacer bien, durante un día, aquello que me asustaría si
pensase tener que hacerlo durante toda mi vida.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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Cuentan que un hombre joven, lleno de preocupaciones, fue a buscar la paz a
un pueblo campesino apartado de la ciudad.
Una mañana, se le acercó un hombre del lugar y le preguntó:
— ¿Cómo amaneció hoy tu corazón, hermano?
El hombre de la ciudad le contestó:
— Muy preocupado, tengo muchos problemas.
Todas las mañanas, el hombre del campo le preguntaba lo mismo y recibía la
misma respuesta. Después de un tiempo, el hombre de la ciudad le preguntó al
hombre del campo:
— ¿Cómo está hoy tu corazón, hermano?
El hombre del campo le respondió:
— Hoy bien, mañana no sé. Lo cuidaré hoy todo el día para que mañana
también esté bien.
2- LA HORA DE JESÚS
En el Encuentro pasado hablamos de
la visita que hizo María a su parienta
Isabel. María estaba embarazada de
Jesús, Isabel estaba embarazada de Juan.
Dijimos también que Juan fue una
persona muy importante en la vida de
Jesús.
Juan llegó a ser un gran profeta.
Tenía una misión: anunciar la llegada de
Jesús, el Mesías. El mensaje del profeta
Juan era éste:
” Renuncien a su mal camino
porque el Reino de Dios
está cerca.”
Mateo 3, 2.
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Recordemos que Juan vivía en Jerusalén y que Jesús vivía en Nazaret,
ciudades que quedan muy alejadas. Cuando Jesús se enteró de que Juan estaba
predicando y anunciando su venida, decidió dejar su pueblo para irse a
Jerusalén. La predicación de Juan era la señal de que había llegado“Su Hora”.
Es decir, el momento en que Jesús debía comenzar su predicación.
Pensemos, querido hermano, en lo que sintió su madre viuda cuando lo vio
partir. Debió ser una despedida dolorosa para los dos.
Ella conocía lo que los profetas habían anunciado sobre el Cristo, el Mesías:
”Le pondrán el distintivo de rey y proclamarán nombre.”
Isaías 9,5.
Pero también sabía que habían anunciado la forma en que habría de morir:
“Será detenido, enjuiciado y eliminado.”
Isaías 53,8.
3- JESÚS PREDICA EL REINO DE DIOS
Jesús comenzó a predicar con estas Palabras:
“El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena
Noticia.”
Marcos 1,15.
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Vamos a meditar sobre estas palabras de Jesús que nos hablan del Reino de
Dios y la conversión.
¿Qué es el Reino de Dios?
El Reino de Dios es la Buena Noticia que Jesús vino a traer al mundo.
La Buena Noticia de que Dios quiere reinar en cada uno de los corazones de
sus hijos. La Buena Noticia de que Dios nos ofrece a todos vivir en Su Reino.
La Buena Noticia de que Dios quiere que Su Amor y Su perdón reinen en el
mundo. La Buena noticia de que nos necesita a nosotros para que hagamos que
el Reino de Dios llegue a todos los rincones de la tierra.
Por eso nos ha enseñado a pedir en el Padre Nuestro:
“Venga a nosotros tu Reino.”
Mateo 6,10.
En medio de todas las malas noticias que nos bombardean por todos lados,
Jesús vino al mundo con la Misión de traernos la Buena Noticia de que este
mundo no está perdido porque Dios lo ama y lo salvará.
Jesús pide conversión. ¿Qué es convertirse? Convertirse es revisar la vida
pasada con coraje y valentía para ver en qué nos hemos equivocado, y
comprometernos a no repetir los errores. Convertirse es dejar morir el pasado
para vivir de ahora en adelante con pasos nuevos.
El poeta Antonio Machado lo dice así:
“Al andar
se hace camino
y al volver
la vista atrás
se ve la senda
que nunca
se ha de
volver a pisar.”
Jesús nos pide que demos pequeños pasos por Su Camino. Uno hoy, otro
mañana. Sin pararnos nunca. Así va mejorando nuestra manera de pensar, de
sentir y de actuar.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
A esta conversión, a este cambio de vida, Jesús lo llama Nacer de nuevo. Es
morir a una vida sin fe y sin sentido para nacer a la vida nueva de Dios. Dice
Mamerto Menapache:
“Fui oveja sin pastor
sin rumbo y sin destino
pero encontré el Camino
que me lleva hacia tus brazos.
¡Quiero quemarme
en las brasas del fuego
de tu cariño!”
Sobre lo que significa nacer a una vida nueva cuando uno se convierte, se lo
explicó Jesús a un viejo fariseo que fue a visitarlo una noche.
“Entre los judíos había un personaje llamado Nicodemo. Este fue
de noche a ver a Jesús y le dijo: Maestro, sabemos que has
venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede hacer
los signos milagrosos que tú haces, si Dios no está con Él.
Jesús le contestó:
En verdad, en
verdad te digo: el
que no nazca de lo
alto no puede ver el
Reino de Dios.
Nicodemo le
preguntó:
¿Cómo puede uno
nacer siendo ya
viejo? ¿Acaso puede
entrar por segunda
vez en el vientre de
su madre y volver a
nacer?
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Jesús le contestó: En verdad, verdad te digo: el que no nazca
del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo
nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu es Espíritu.
No te asombres de que te haya dicho: tienes que nacer de nuevo
desde arriba.”
Juan 3,1-6.
Después del saludo lleno de elogios que le hizo el fariseo, Jesús lo dejó
asombrado diciéndole que debía nacer del agua y del Espíritu. Se nota que
Nicodemo no entendía nada, porque no conocía más nacimiento que el que se
recibe de los padres.
Todos nosotros, querido hermano, hemos venido al mundo por un padre y una
madre, que nos dieron la vida de la carne. La vida del Espíritu la recibimos de
Dios. La vida de la carne se nos dio sin que la buscáramos. La vida del Espíritu
es una búsqueda de cada uno.
Leamos ahora partes de una carta de Jacques Fesch a su amigo sacerdote
donde le cuenta cómo nació a la vida nueva del Espíritu. Su Camino de
conversión a Dios. Fue escrita el 15 de noviembre del año 1955: Figura en el
libro “Luz sobre el cadalso y celda 18”
Querido hermanito:
Ya pronto será un año que el Señor me llamó por su misericordia. No puedo
decirte la fecha exacta de mi conversión. Se hizo progresivamente, con un
pasaje del ateísmo a la fe más sincera… Cuando miro hacia atrás, sólo veo
etapas en el Camino.
Yo sólo tendía indiferencia, pero un día me di cuenta de que tenía nuevos
ojos. Un espectáculo que no esperaba para nada, se me impuso. Antes, el
verdadero Dios era para mí una tradición sin importancia y ahora Él es el único
que cuenta. Está en el centro del mundo. Él desploma mi ser. Me llena por
dentro y mi pensamiento no puede evitar más Su encuentro. Su Mano poderosa
me da vuelta.
¿Dónde está? ¿Qué me ha hecho? No lo sé, pues su acción no es como la de
los hombres, es inaccesible y eficaz; me sujeta y soy libre, transforma mi ser y
sin embargo no he dejado de convertirme en lo que soy.
Después llegó la lucha, silenciosamente trágica, entre lo que fui y en lo que
me he convertido.... Mi mirada ha cambiado, pero mis costumbres de
pensamiento y de conducta no han cambiado. Dios las ha dejado allí donde
estaban.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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Debo derribar, adaptar, reconstruir las instalaciones interiores, y sólo puedo
estar en paz si acepto esta guerra. Yo mismo estoy maravillado y sorprendido
del cambio que la gracia de Dios ha operado en mí.
Te abrazo en Cristo.
Jacques
4- JESÚS FORMÓ UNA COMUNIDAD CON SUS DISCÍPULOS
Jesús no era un hombre para estar solo. En su pueblo vivió con sus padres y
sus familiares a los que se llamaba hermanos. Porque en aquella época, a todos
los familiares que nosotros llamamos abuelos, tíos, primos, se los llamaban
hermanos.
Jesús era un hombre de familia, acostumbrado a reunirse en la Sinagoga de su
pueblo para leer la Biblia y meditarla con sus padres, familiares y vecinos. Por
eso lo primero que hizo fue rodearse de un grupo de discípulos, y formar con
ellos una comunidad.
Los discípulos eran personas que comenzaron a seguirlo cuando escucharon
sus enseñanzas. Cuando vieron que les predicaba lo mismo que Él vivía. Cuando
se dieron cuenta de que no era falso como otros líderes que habían seguido antes
y les habían mentido.
Entre los primeros discípulos, Jesús eligió a doce a los que llamó apóstoles y
se dedicó a prepararlos en forma especial para fundar con ellos Su Iglesia.
Jesús los eligió porque vio en ellos
deseos sinceros de seguirlo.
¡En lo demás, eran tan pecadores
como cualquiera de nosotros!
“Jesús los llamó y les
dijo: Síganme, y yo los
haré pescadores de
hombres. Al instante
ellos dejaron sus
barcas y lo siguieron.”
Mateo 4, 19-20.
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Jesús vio lo bueno que había escondido en sus corazones...y se encargó
después de que eso bueno que llevaban escondido, saliera afuera. ¡Lo mismo que
hace ahora con todos nosotros cuando escuchamos Su llamado y lo seguimos…!
5- JESÚS NOS ENSEÑA A SER FELICES
¿Felices en este mundo? Jesús dice que SI podemos ser felices.
¿Quienes son felices para Jesús? ¿Lo escuchamos?
“Felices los que tienen un alma pobre,
porque de ellos es el Reino de Dios.
Felices los pacientes,
porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los que lloran,
porque Dios los consolará.
Felices los que tienen
hambre y sed de justicia,
porque quedarán satisfechos.
Felices los que tienen misericordia,
porque recibirán misericordia.
Felices los que tienen limpio el corazón,
porque ellos verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz,
porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos
por hacer el bien, porque de ellos
es el Reino de los Cielos.”
Mateo 5,3-10.
Estas enseñanzas de Jesús son conocidas con el nombre de “Sermón de la
montaña” y también “Bienaventuranzas”. Son ocho consejos que nos da el Señor
para enseñarnos a vivir la única felicidad verdadera que existe en este mundo.
Leyendo y releyendo estas Palabras de Jesús descubrimos, querido hermano,
que la felicidad no la podemos encontrar afuera sino adentro nuestro. Por eso
felicidad está al alcance de todos nosotros….
Jesús nos enseña que la verdadera felicidad la vive el que sabe amar, el que
sabe perdonar, el que tiene su Conciencia en paz. ¡No hay otro Camino para la
felicidad!
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Podemos estar rodeados de mil cosas materiales y placeres, pero si no hay
paz en nuestro corazón seremos siempre unos infelices, unos desgraciados. Y
esto los sabemos muy bien todos nosotros…Por experiencia.
La felicidad puede ser difícil de encontrar adentro de nosotros,
pero es imposible encontrarla afuera de nosotros.
Dicen que cuando Dios decidió crear a sus hijos tenía un gran problema que
lo afligía mucho. Se había sentado sobre una gran nube y se tomaba la cabeza
con las manos. Dos angelitos que jugaban por ahí lo vieron, se le acercaron y le
preguntaron:
— ¿Qué te pasa, Eterno Padre?
—Tengo todo preparado para crear a mis hijos pero no sé dónde ponerles la
felicidad para que siempre la puedan encontrar. Porque si la pierden serán
desgraciados.
Los angelitos se fueron a charlar un rato a solas para pensar en cómo podían
ayudar a Dios en su gran problema. Se pusieron de acuerdo y volvieron a donde
estaba Él, y uno de ellos le dijo:
— ¡Tenemos la solución! La felicitad la tienes que poner en el dinero. Porque
con el dinero ellos van a conseguir todo lo que quieren. Nosotros creemos que
eso es lo que más les interesa.
Dios le contestó:
— No, porque el dinero se puede perder. Y cuando lo pierdan van a tratar de
conseguirlo de cualquier manera y entonces pueden hacer mucho daño a sus
hermanos. No, en el dinero no está la felicidad.
El segundo angelito se acercó a Dios y le dijo
— ¡Tenemos otra solución! La felicidad la tienes que poner en el placer.
Porque dándose todos los gustos y placeres, tus hijos estarán siempre contentos.
Dios le contestó:
— No. Porque los gustos y caprichos los podrán poner contentos nada más
que un momento. Pero la felicidad que yo quiero darles es para que la puedan
vivir siempre. No. En el placer no está la verdadera felicidad.
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Se cansó Dios de los consejos de los angelitos porque no habían
comprendido que la felicidad, para sus hijos, no dependía del dinero ni de los
placeres. Los mandó a jugar a otra nube y volvió a quedarse pensativo. Al rato
se paró de golpe y se dijo:
— ¡Ya está! ¡Ya sé dónde voy a poner la felicidad para mis hijos! La pondré
en el único lugar donde nunca la podrán perder. La pondré adentro de sus
corazones Allí la podrán encontrar siempre y vivirán en paz y alegría.
Pero Dios se puso de nuevo pensativo. Se volvió a sentar encima de la gran
nube y se tomó la cabeza entre las manos. Con tristeza, se preguntó:
— ¿Buscarán mis hijos la felicidad adentro de sus corazones? ¿O serán tan
tontos como para creer que la van a encontrar en el dinero o en el placer, como
dicen estos inocentes angelitos?
Vamos a conversar ahora sobre cada uno de estos ocho pasos de la
“Bienaventuranzas” que nos van llevando, uno tras otro, hacia una felicidad cada
vez más profunda.
Felices los que tienen un alma pobre, porque de ellos es el Reino
de Dios.
¿Qué es tener un alma pobre? Mire, querido hermano, nosotros llamamos
pobre al que no tiene las cosas necesarias para poder vivir con dignidad. Y es
cierto que esa persona es pobre y debe ser ayudada.
Pero Jesús va más lejos. Nos habla también de otra clase de pobreza. Nos
habla de la pobreza de un alma que ha entregado su vida a Dios y ha puesto en
Él toda su confianza. La pobreza de un alma que tiene a Dios como su única
riqueza.
Una persona así es capaz de amar y respetar a los demás porque todas sus
acciones vienen de su unión con Dios. Es una persona que está siempre
dispuesta para hacer la Voluntad de Dios. Que siempre será lo que más
conviene a su verdadera felicidad. Aunque no tenga ganas. Aunque le cueste.
En cambio, la persona que pone su corazón en el dinero o en el placer y no
en Dios, es una persona que tiene un corazón muy desgraciado porque le faltan
riquezas espirituales que son las únicas riquezas verdaderas.
Es imposible que una persona que tiene puesto su corazón en el dinero o en
el placer (o en las dos cosas), pueda decir que ama también a Dios. Porque en
un corazón ocupado por las cosas materiales, no hay lugar para Dios.
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“¡No se puede amar a Dios y al dinero al mismo tiempo!”
Mateo 6,24.
Hay personas que tienen mucho dinero y tienen el alma entregado a Dios.
Entonces esas personas tienen un alma pobre, porque Dios es su única riqueza. Es
medio difícil, pero se da. Es cuando una persona que tiene dinero vive sin lujos y
con lo necesario, es generosa y comparte lo que tiene con los demás.
Fíjese el caso de Lázaro, querido hermano. Fue íntimo amigo de Jesús. Un
hombre muy rico. Pero Lázaro tenía un corazón que no estaba atrapado por el
dinero. Dese cuenta… ¡Para que fuera íntimo amigo de Jesús!
También se puede ser muy pobre de cosas materiales y no tener un alma pobre.
Es cuando la persona se pasa la vida atrapada por la envidia de lo que tienen los
demás. Entonces no es feliz porque tiene el alma encadenada a la riqueza de los
otros.
Estas Palabras de Jesús, que dicen que el Reino de los Cielos es para los que
tienen un alma pobre, son una locura para muchas personas. Pero nosotros
estamos seguros, querido hermano, de que son verdaderas. Porque la vida nos ha
enseñado, a veces con mucho dolor, que no existe otra paz, otra libertad, otra
felicidad, que la de vivir unidos a Jesús.
Que es imposible poner el corazón en Dios y en el dinero al mismo tiempo. El
Señor lo dice muy claro:
“¿De qué le sirve al hombre tener todas las riquezas de este
mundo si arruina su vida?”
Marcos 8,36.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Muchos dicen que los que tienen paciencia son aquellos a quienes todo les
parece bien, aunque les haga daño. Es muy cómodo estar con personas así
porque siempre dejan que los otros decidan en su lugar. Pero estos no son los
que tienen la paciencia de Jesús. Porque son desgraciados, y tienen que aprender
mucho si quieren ser felices.
Los pacientes de Jesús son los que siempre dicen la verdad de lo que sienten
y piensan. Pero con cariño, sin ofender ni criticar a nadie. No se enojan ni
gritonean porque están seguros de sí mismos. Son los que saben escuchar con
paciencia a los demás y ayudarlos cuando lo necesiten.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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Una cosa muy linda que tienen las personas con paciencia es que son
luchadoras y siempre tienen la esperanza de salir adelante. Confían en los demás
porque saben que toda persona puede crecer de la mano de Jesús, y ser mañana
mejor que hoy.
Tenga paciencia con su vida, querido hermano. Paciencia en este momento
tan duro que está viviendo. Paciencia para no venirse abajo cuando las cosas no
salgan como espera. Paciencia para seguir luchando. Paciencia para decir cada
noche en la oración: “Señor, ayúdame a no perder la paz y la esperanza”.
Le dejo una poesía que escribió el Sacerdote y poeta español José Luis Martín
Descalzo poco tiempo antes de su muerte. Muestra cómo, en medio del dolor
que está sufriendo su cuerpo, puede decidir con libertad sobre sus sentimientos.
Nunca podrás, dolor, acorralarme.
Podrás alzar mis ojos hacia el llanto,
secar mi lengua, amordazar mi canto,
sajar mi corazón y desguazarme.
Podrás entre tus rejas encerrarme,
destruir los castillos que levanto,
ungir cada hora con tu espanto.
Pero nunca podrás acobardarme.
Puedo amar en el potro de tortura.
Puedo reír cosido por tus lanzas.
Puedo ver en la oscura noche oscura.
Llego, dolor, a donde tú no alcanzas
Yo decido mi sangre y su espesura.
Yo soy el dueño de mis esperanzas.
Eran dos ratitas amigas que buscaban comida en la cocina de un cuartel.
Hacía rato que rondaban por todos lados pero no encontraban nada. La cocina
había sido limpiada después del almuerzo. Hasta el tacho de basura estaba
vacío.
Se escondieron al ver venir a un soldado con una gran cacerola que puso
sobre la mesa. Cuando el soldado se fue, las dos ratitas se asomaron al borde
de la cacerola y vieron que estaba llena de leche. Contentas, comenzaron a
beberla. Pero pasó lo inevitable: cayeron adentro de la cacerola.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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Cuando llegaron al fondo, el pánico las dominó porque sentían que se
ahogaban y comenzaron a nadar para subir a la superficie. Pero no les daban
las fuerzas y se hundían cada vez más. Desesperada, una le dijo a su amiga:
— No lucho más, me entrego.
La otra, zamarreándola, le contestó:
— ¡Tenemos que luchar! ¡No perdamos la esperanza! ¡Nademos hacia
arriba!
Mientras decía esto, pataleaba con las pocas fuerzas que le quedaban.
Pataleaba y pataleaba tanto que se fue formando manteca bajo sus patitas. Y así
pudo llegar a la superficie y salvarse. Desde arriba miró el fondo de la cacerola
y vio que su amiga trepaba por la manteca que sus patitas habían formado.
Los que saben patalear para salir a flote como la ratita del cuento. Los que
saben levantarse después de cada caída. Los que saben aprender de sus fracasos.
Los que saben luchar para no dejarse vencer por la desgracia... Estos son felices,
porque tienen un alma que no se entrega al fracaso. Son pacientes, corajudos y
humildes como lo fue Jesús.
“Aprendan de mí que yo soy paciente y humilde de corazón y
hallarán descanso para sus almas.”
Mateo 11,29.
VOLVER A EMPEZAR
Aunque estés cansado y sin fuerzas.
Aunque un error te lastime el alma.
Aunque una traición te duela.
Aunque una ilusión se apague.
Aunque llores a escondidas.
Aunque pases noches negras.
Aunque nadie vea tus esfuerzos.
Aunque te miren con desprecio.
Aunque otros corten tu alegría.
Aunque no tengas ganas de nada.
Aunque te sientas muerto en vida.
¡Vuelve siempre a empezar!
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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Jesús dice que los pacientes “recibirán la tierra en herencia” ¿Qué significa
esto? Significa que los que son pacientes y humildes como Jesús, son los
verdaderos dueños de la tierra en que vivimos.
Son los que no hacen daño a nada de lo que Dios ha creado. Ni a los demás, ni
a la naturaleza. Son los que se sienten responsables del crecimiento del Reino de
Dios en el mundo. Son los verdaderos hijos de Dios, que es el dueño y Señor de
todo lo creado.
Los mansos y humildes de corazón, son herederos también de la tierra del
Cielo. Que es la Patria prometida. La mejor herencia. A ellos les dice Jesús:
“Vengan, benditos de mi Padre, y reciban la herencia del Reino de
los Cielos que ha sido preparado para ustedes desde la creación
del mundo.”
Mateo 25, 34.
Felices los que lloran, porque Dios los consolará
¿Qué llanto es éste que puede hacernos felices?
No se trata del que llora por envidia, por odio, porque no ha podido vengarse
o dañar a otro.
Se trata del que llora porque ha
sido ofendido.
Porque ha sido maltratado y
despreciado por los demás.
Porque ha sido desvalorizado en
su dignidad de hijo de Dios.
Porque sufre la injusticia.
“El que llora arrepentido en el pecho de Jesús”, como me dice Arturo en una
de sus cartas…
“Yo te amo, Señor, porque escuchas mi voz cuando te llamo
angustiado. Porque inclinas hacia mí tu oído el día que te
necesito.”
Salmo 116, 1-2.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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Estas son las lágrimas que Dios consuela, cura y bendice. Lágrimas buenas
que dejan paz en el alma… aunque el dolor queme adentro y lleve su tiempo
sanar.
Lágrimas que tantas veces son incomprendidas por los demás. Pero que
Dios sí comprende y consuela.
ORACIÓN
Si vienes conmigo y aumentas mi fe;
si estás siempre a mi lado, ¿a quien puedo temer?
A nada tengo miedo, a nadie he de temer.
Señor, si me protegen tu amor y tu poder.
Me llevas de la mano, me llenas de tu bien:
Señor, tú me levantas si yo vuelvo a caer.
¡Qué duro este camino! ¡Qué hondo mi dolor!
Ni un árbol me da sombra, ni escucho una canción.
¿Será que ya no puedo a nadie sonreír?
Señor, tú sólo quedas. Tú solo junto a mí.
En cosas que se acaban yo puse el corazón.
Fue barro mi tesoro, fue inútil mi ilusión.
Señor, tú sólo quedas. Tú solo junto a mí.
Tú eres mi tesoro. Tú sólo, mi Señor.
Si vienes conmigo y aumentas mi fe;
si estás siempre a mi lado, ¿a quién puedo temer?
Jesús, experto en sufrimientos, consuela nuestro buen dolor diciendo:
“En verdad les digo que ustedes llorarán y se lamentarán, mientras
que el mundo se alegrará. Pero la tristeza de ustedes se convertirá
en alegría.”
Juan 16, 20.
Y si en nuestros momentos de dolor tenemos al lado un hermano que es
comprensivo y que tiene un alma pobre, ¡qué bien nos hace sentir su cariño!
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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CARTA DE LORENZO A ENRIQUE
Esta carta la estoy haciendo en la Capilla del Penal porque a la tarde me
quedo solo. Yo te tengo presente cuando estoy en la Capilla. Miro el lugar donde
trabajabas y en la celda miro el rincón donde te sentabas. Ahora que te fuiste en
libertad no quiero olvidarte.
Recuerdo que, cuando yo estaba recién ingresado, llegué a la puerta de tu
celda y me hiciste pasar. Tenía frío y me diste unos mates Yo no tenía con qué
taparme y me diste tu frazada. Tuve sueño y me diste tu cama y vos pasaste la
noche sentado.
Yo nunca te olvido y le pido a Jesús que no te olvide.
“El amigo fiel
es seguro refugio.
El que lo encuentra
ha encontrado
un tesoro.”
Eclesiástico 6,14.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán
satisfechos.
Todo hombre tiene hambre y sed de muchas cosas. ¿Pero, hambre y sed de
justicia? ¿De qué hambre y sed habla Jesús? Veamos:
Una vez Jesús había caminado mucho y tenía hambre y sed y estaba muy
cansado. Cuando sus discípulos le ofrecieron agua y comida, el Señor les salió
con esta respuesta:
“Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a
cabo su obra.”
Juan 4,34.
Jesús tiene hambre y sed de que se haga la Justicia de Dios en el mundo. La
Justicia que nace del amor y del perdón.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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La justicia de Dios busca la salvación del hombre. En cambio, la justicia de
los hombres nace, la mayoría de las veces, de la venganza. Y la venganza sólo
consigue la perdición del hombre.
El que no se vende a la injusticia y busca la justicia de Dios es feliz, porque
sabe que Jesús será su abogado defensor cuando sea tratado con injusticia. En
una persona sin justicia, hipócrita, falsa y mentirosa, no puede haber felicidad
verdadera. Porque ha sacado el amor de su corazón. ¿Y quien puede ser feliz si
no tiene amor en su corazón?
Veamos, querido hermano, un caso donde Jesús obró con Su Justicia.
“Los fariseos le trajeron a Jesús una mujer que había sido vista
en el momento en que era infiel a su marido. Y le dijeron a Jesús:
Maestro, la ley ordena matar a pedradas a esta mujer. Tú, ¿qué
dices? Esto lo hacían para tentarlo, para tener de qué acusarlo.
Jesús se sentó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Pero
como ellos insistían en preguntarle, se enderezó y les dijo: Aquel
de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.
Volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra. Al oír esto se
fueron uno después de otro, comenzando por los más viejos.
Cuando Jesús se quedó solo con la mujer le preguntó: Mujer,
¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado? Ella contestó: Nadie,
Señor. Y Jesús le dijo: Yo tampoco te condeno: Vete y en
adelante no peques más.”
Juan 8,3-11.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
21
Aquí Jesús obra con verdadera Justicia: A los que querían matar a la mujer les
hace descubrir la maldad de sus corazones para que se corrijan y no sean
hipócritas. A la mujer le dice que no vuelva a ser infiel para que cambie de
conducta.
Jesús no juzga a los fariseos y a la mujer diciendo que son malos. Dice que
están obrando mal. Que no es lo mismo.
Aclaremos que, a los fariseos, no les importaba la mujer; lo que en realidad
les importaba era tener un motivo para acusar a Jesús por su falta de
cumplimiento a la ley de Israel. Jesús pescó la trampa de entrada.
“Porque Jesús conoce lo que hay en el corazón del hombre.”
Juan 2, 25.
Jesús no juzga a nadie pero ilumina cada Conciencia para que reconozca su
mal y cambie de vida. A Jesús le importa que cada hijo de Dios crezca en el
Amor y en la verdad. La justicia de Jesús brota del Amor de Su Corazón por
todos y cada uno.
Como vemos, querido hermano, justicia y amor van de la mano. Sin Amor no
puede haber Justicia, ni Verdad, ni Paz.
“El Amor y la Verdad van unidas, la Justicia y la Paz se
abrazan.”
Salmo 85, 11.
Felices los que tienen misericordia, porque ellos recibirán
misericordia.
¿Qué quiere decir la palabra misericordia?
Misericordia quiere decir: en la miseria del hermano que sufre poner el
corazón. “Miseri” quiere decir miseria y “cordia” quiere decir corazón.
Misericordia para Jesús es dolerse con el dolor del que sufre. No ser
indiferente. No pasar de largo cuando se pueda ayudar a otro. Es saber ser
prójimo.
Dice San Pablo:
“Dios es Padre de la misericordia y Dios de todo consuelo.”
2a Corintios 1,3.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
22
Y Jesús nos dice:
“Tengan misericordia con los demás como Dios tiene misericordia
con ustedes.”
Lucas 6,36.
Todos los que tienen misericordia con el
que sufre están unidos a Jesús. Porque el
corazón de Jesús está siempre unido al
corazón del que está más necesitado.
La fe en Dios pasa por las obras de amor
a los hermanos. Si no amamos a nuestros
hermanos, nuestra fe en Dios es una
mentira.
“Si alguno dice que ama a Dios y
no ama a su hermano, es un
mentiroso.”
1ª Juan 4, 20.
Cuentan que una niña se estaba muriendo de una enfermedad que había
atacado antes a su hermano mayor y de la cual él se había curado. El médico le
dijo al muchacho:
— Sólo una transfusión de tu sangre puede salvar la vida de tu hermanita.
¿Estás dispuesto a darle tu sangre?
El muchacho miró al médico temblando de miedo. Dudó un rato y al final le
dijo:
— De acuerdo, doctor, le daré mi sangre.
La transfusión se realizó con éxito y la hermanita quedó fuera de peligro.
Entonces el muchacho le dijo al médico:
— Dígame, doctor, ¿cuándo me voy a morir?
El médico lo abrazó, mientras le decía con profunda emoción:
— ¿De modo que creíste que al darle tu sangre a tu hermanita le dabas
también tu vida?
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
23
A los que saben amar y tener misericordia con los más necesitados, Jesús les
dice estas Palabras…que todos debemos merecer.
“Vengan, benditos de mi Padre, y reciban la herencia del Reino de
los Cielos que ha sido preparado para ustedes desde la creación
del mundo.
Porque cuando tuve hambre, ustedes me dieron de comer.
Cuando tuve sed, ustedes me dieron de beber.
Cuando estuve en la calle, ustedes me recibieron en su casa.
Cuando anduve sin ropas, ustedes me vistieron.
Cuando estuve enfermo, ustedes fueron a verme.
Cuando estuve en la cárcel, ustedes me visitaron.
Entonces los justos le dirán: Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento, y te dimos de comer; o sediento y te dimos de
beber? ¿Cuándo te vimos en la calle y te recibimos; o sin ropas y
te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a
verte?
Y Dios les dirá: En verdad les digo que cuánto hicieron a uno de
estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron.”
Mateo 25, 34-40.
Felices los que tienen un corazón limpio, porque verán a Dios.
¿Quien es el que tiene limpio el corazón? Jesús contesta:
“El que tiene un corazón que no es falso ni mentiroso.”
Juan 1, 47.
Tiene limpio el corazón el que no finge. El que no esconde malas intenciones.
El que no es hipócrita. El que reconoce sus virtudes y sus defectos. El que se
juega para que sus virtudes crezcan y sus defectos se corrijan. El que está
siempre dispuesto a dar una mano al que la necesite…
Las personas que tienen el deseo sincero de tener limpio y puro el corazón no
tienen que esperar al otro mundo para ver a Dios. ¡Ya lo están viendo! Porque
están unidas a Jesús.
¡Es la gente buena que el mundo necesita!
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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LA GENTE QUE SE NECESITA
Hay gente que con sólo dar la mano
enciende la ilusión y los rosales;
que con sólo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas
nos hace recorrer toda la magia.
Hay gente que con decir una palabra,
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, enciende las guirnaldas.
Que con sólo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que con sólo abrir la boca
llega hasta los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas,
y se queda después como si nada.
Y uno se va de novio con la vida,
desterrando una muerte solitaria,
porque sabe, que a la vuelta de la esquina,
hay y gente que es así, tan necesaria.
Hamlet Quintana
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos
de Dios.
Los que trabajan por la paz son los que llevan el bien adonde reina el mal.
Esta felicidad la tienen los que construyen la paz a su alrededor porque la llevan
por dentro.
“Vengan, hijos, y pónganme atención… ¿Cuál es el hombre que
quiere vivir y desea gozar de días felices? …El que se aparta del
mal y hace el bien, busca la paz y va por Su Camino.”
Salmo 34,12-15.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
25
Los que trabajan por la paz, son los fuertes sin violencia. Los únicos fuertes de
verdad. Los verdaderos hijos de Dios. Son los que rechazan todo soborno,
coima, mentira o complicidad que puede dañar a otro hijo de Dios.
Son los que prefieren el amor y el perdón a la violencia y a la venganza. Los
que hacen la guerra a la guerra con el arma del amor.
Cuentan que en Japón vivía un sabio y valiente samurai que se dedicaba a
enseñar a los jóvenes la manera de ser fuertes y valientes pero sin utilizar la
violencia. Dicen también que era capaz de derrotar a cualquier adversario.
Una tarde, un guerrero apareció en el barrio. Era un famoso provocador que
tenía una gran inteligencia que le permitía ver los errores y los puntos débiles
de sus adversarios. Este joven guerrero nunca había perdido una pelea.
Como conocía lo que se decía del maestro, decidió provocarlo para que se
enfrentara con él, derrotarlo y aumentar así su fama. El maestro samurai
aceptó el desafío para dar una enseñadaza a sus alumnos,
Todos fueron a la plaza de la ciudad para ver la pelea. El joven guerrero,
lleno de furia, comenzó a provocar al maestro para que se enojara y entrara en
lucha contra él. Le arrojó algunas piedras, lo escupió en la cara, lo insultó de
todas la maneras.
Durante horas hizo todo lo posible para hacer que entrara en pelea. Hasta
que al final de la tarde, al ver que el samurai permanecía tranquilo y no se
mostraba ofendido, se retiró con toda su furia adentro.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
26
Los alumnos se sintieron desilusionados porque su maestro había aceptado
tantos insultos y provocaciones sin reaccionar, y le preguntaron:
— ¿Cómo pudiste aceptar tantas humillaciones? ¿Por qué no usaste tu fuerza
y lo atacaste en vez de mostrarte cobarde delante de todos nosotros?
El maestro les respondió:
— Si alguien se acerca a ustedes para darles un regalo y no lo aceptan,
¿quién se queda con el obsequio?
— Se lo queda el que ofreció el regalo —contestaron los alumnos.
Dijo el maestro:
—Lo mismo vale para la ira, los insultos, las humillaciones. Cuando no las
aceptamos, se quedan con aquél que las ofreció.
Me viene ahora a la memoria una historia verdadera que quiero compartir con
usted:
Cuando al Pastor evangélico, Luther King, le quemaron la casa por defender
los derechos de los negros norteamericanos, los periodistas le preguntaron:
— ¿Qué hará usted con ellos?
Su respuesta fue:
— Los voy a amar tanto, que les va a dar vergüenza.
ORACIÓN DE SAN FRANCISCO
“Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Donde haya odio...que yo ponga amor
donde haya ofensa...que yo ponga perdón;
donde haya división...que yo ponga unión;
donde haya error...que yo ponga verdad;
donde haya duda...que yo ponga fe;
donde haya desesperación…que yo ponga esperanza;
donde haya oscuridad… que yo ponga tu luz;
donde haya tristeza... que yo ponga alegría.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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Oh, Divino Maestro, que yo no busque tanto
ser consolado... como consolar;
ser comprendido... como comprender;
ser amado… como amar.
Porque dando… se recibe.
Perdonando... se es perdonado.
Y muriendo... se resucita para Vida eterna.
Felices los que son perseguidos por hacer el bien, porque de ellos
es el Reino de los Cielos.
¿La persona que obra el bien es perseguida? Sí, es perseguida. ¿Por qué?
Porque molesta. Y muchas veces molesta porque le tienen envidia.
• El que tiene el alma pobre, y es feliz porque Jesús es su única riqueza,
molesta al que ha puesto el corazón en las cosas materiales y se siente
vacío por dentro.
• El que tiene paciencia, y es feliz porque está seguro de que Jesús lo
ayuda, molesta al que se desespera y quiere que los problemas se le
solucionen de la noche a la mañana.
• El que llora, y es feliz porque Jesús lo abraza y lo consuela, molesta al
orgulloso que cree que solo puede salir adelante.
• El que busca la justicia, y es feliz porque sabe amar y perdonar, molesta
al que todo lo arregla con la venganza.
• El que tiene misericordia, y es feliz porque sabe ser prójimo del que
sufre, molesta cuando ayuda al inocente que el otro ha pisoteado.
• El que lucha para tener limpio el corazón, y es feliz porque se ve cada vez
más parecido a Jesús, molesta al que no quiere reconocer sus defectos y
cambiar de vida.
• El que trabaja por la paz, y es feliz porque hace el bien donde reina el
mal, molesta al que todo lo arregla con gritos, insultos y a los puñetazos.
• El que es perseguido por hacer el bien, y es feliz porque está unido a
Jesús en la construcción del Reino de Dios en el mundo, molesta a los
egoístas a quienes sólo les preocupa su propia vida y así viven en un
infierno de aislamiento y soledad.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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La gente a veces es cruel con las personas que buscan vivir en el bien. ¿Por
qué? Porque cuando se comparan con ellos se notan sus propios defectos. Todo
viene de la envidia. Y esa envidia se da porque esas personas tienen virtudes que
a los envidiosos no les da el cuero para imitar.
Las personas que hacen el bien son muchas veces rechazadas, desvalorizadas
y criticadas. En el fondo, los envidiosos están rechazando el Camino de Jesús
por donde andan las personas que desean hacer el bien.
A los que buscan hacer el bien siempre y sin mirar a quien, Jesús les dice:
“Felices ustedes cuando por hacer el bien los insulten, los
persigan, y digan toda clase de mentiras contra ustedes por mi
causa. Alégrense y pónganse contentos, porque será grande la
recompensa que recibirán en el Cielo. Pues de la misma manera
persiguieron a los profetas.”
Mateo 5, 11-12.
Cuando los demás no comprendan sus buenas intenciones y lo critiquen,
querido hermano, no se preocupe. El deseo del bien que lleva adentro de su
corazón es su mayor riqueza. ¡Una felicidad que no tiene precio!
“Dios bendice al que da con alegría.”
2ª Corintios 9,7.
Jesús nos dice, y nunca lo olvidemos, que hagamos el bien en silencio y no
busquemos que los demás lo sepan. Nos dice también que, si nadie nos
agradece, será Él quien nos agradecerá.
“Cuídense de andar pregonando las buenas acciones que ustedes
hacen para que todos los elogien. Pues en este caso no recibirán
recompensa alguna del Padre del Cielo. Por eso, cuando ayudes a
un necesitado, no lo andes publicando por todos lados para que la
gente te alabe, como hacen los hipócritas. Yo les digo que esos ya
recibieron su paga de los hombres.
Tú, en cambio, cuando ayudes a un necesitado, ni siquiera tu
mano izquierda debe saber lo que hace tu derecha. Así tu limosna
quedará en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará.”
Mateo 6, 1- 4.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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Muchas buenas acciones realizadas en secreto, suelen recibir la recompensa
en este mundo cuando las personas saben agradecer los favores recibidos. Como
ejemplo veamos una historia verdadera sucedida en un pueblo de Norteamérica
que me emociona mucho cada vez que la recuerdo:
Un jovencito llamado Howard Kelly recorría las calles nevadas de su pueblo
pidiendo algo de comer. Una niña lo vio desde la ventana de su casa y lo llamó,
El muchacho se acercó a ella y le dijo:
— Tengo mucho frío y no he comido nada en todo el día.
Ella le contestó:
— Nosotros somos muy pobres pero tenemos leche. Puedes entrar y sentarte
al lado del fuego para calentarte.
El muchacho entró, se sentó al lado del fuego y bebió con ansias la taza de
leche bien caliente que la niña le ofreció. Cuando se le pasó el frío y el hambre,
le agradeció con mucho cariño la ayuda y se fue.
Pasó el tiempo y, cuando la niña se hizo mayor, le vino una enfermedad muy
grave a los ojos. Corría el peligro de quedarse ciega. Los padres la hacían
atender en el hospital del pueblo, pero los médicos le dijeron que ellos no
podían curarla. Le recomendaron que fueran ver a un famoso médico
especialista en esa enfermedad.
Cuando los padres preguntaron cuanto costaba ese tratamiento le
respondieron dándole un costo que estaba totalmente fuera de su alcance. Pero
sucedió algo inesperado: el Director del hospital donde era atendida la joven
les informó que el famoso médico, enterado de la enfermedad de la hija, les
había concedido un turno y que los esperaba.
Apenas los padres llegaron con la hija al hospital donde atendía el
especialista, los hicieron pasar a su consultorio. El médico la revisó, le hizo
todos los estudios necesarios y le realizó la operación que le devolvió la vista.
Cuando los padres preguntaron al médico cuánto costaba la operación que le
había hecho a su hija, el doctor Howard Kelly les contestó:
— Una taza de leche bien caliente.
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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RESUMEN
Jesús vino para enseñarnos que en este mundo todos pueden ser felices, y nos
dice quienes lo son:
Los que tienen un alma pobre, son felices porque tienen a Dios como única
riqueza. “¿De qué le sirve al hombre tener todas las riquezas de este mundo si
arruina su vida?” (Marcos 8,36)
Los que lloran, son felices porque Dios los consuela. “Yo te amo, Señor,
porque escuchas mi voz cuando te llamo angustiado. Porque inclinas hacia mí tu
oído el día que te necesito.” (Salmo 116, 1-2).
Los que tienen paciencia, son felices porque no bajan los brazos en los
momentos de dolor. Son los que tienen esperanza, porque confían en la ayuda de
Dios.
Los que tienen hambre y sed de justicia, son felices porque buscan la justicia
de Dios en todo lo que hacen. La justicia que no nace del deseo de venganza
sino del amor. ¡Sin amor no puede haber justicia verdadera!
Los que tienen misericordia, son felices porque saben que Dios tiene siempre
compasión y misericordia con ellos.
Los que tienen limpio el corazón, son felices porque tienen la Conciencia en
paz.
Los que trabajan por la paz, son felices porque llevan el bien a donde reina el
mal.
Los que son perseguidos por hacer el bien, son felices porque no se dejan
vencer por la maldad o la crítica de los demás. “Felices ustedes cuando por
hacer el bien los insulten, critiquen y digan toda clase de mentiras de ustedes por
mi causa. Alégrense y pónganse contentos, porque será grande la recompensa
que recibirán en el Cielo. Pues de la misma manera persiguieron a los profetas”
(Mateo 5,11-12).
Jesús nos pide que hagamos siempre el bien sin esperar agradecimiento,
porque entonces será Él quien nos recompensará Y esa será nuestra mayor
felicidad. “Cuando ayudes a un necesitado, ni siquiera tu mano izquierda debe
saber lo que hace tu derecha. Así tu limosna quedará en lo secreto; y tu Padre,
que ve en lo secreto, te recompensará” (Mateo 6, 1- 4).
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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Querido hermano:
En el próximo Encuentro: “Los preferidos de Jesús”, se encontrará con
algunas historias que demuestran que Jesús está siempre con todos, pero
especialmente con los que más sufren. Porque son los que más lo necesitan
No olvide compartir con los demás lo que ha aprendido en este Encuentro.
Que Dios lo bendiga y bendiga a sus familiares y personas más queridas.
Me despido de usted con mucho cariño.
Ana María
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MIS NOTAS
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ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
BIENAVENTURANZAS
Para los que aman y cuidan
a niños y jóvenes desprotegidos
Felices ustedes,
porque cuando salí a buscar el cariño
que mis padres no me pudieron dar,
ustedes me lo dieron.
Felices ustedes,
porque cuando mi rostro estaba desfigurado
por la droga, el pegamento y el alcohol,
vieron en mí la cara golpeada y crucificada de Jesús.
Felices ustedes,
porque siempre que me equivoqué y perdí mi libertad,
no dejaron de quererme y visitarme.
Felices ustedes,
porque no se cansaron de acudir a comisarías
tribunales e Institutos penales y me acompañaron.
Felices ustedes,
porque cuando todos hablaban mal de mí,
ustedes me tuvieron misericordia y me defendieron.
Felices ustedes,
porque cuando estuve en la intemperie,
con hambre y con frío, me dieron techo y abrigo.
Felices ustedes,
cuando descubrí en ustedes a Jesús
que me llevaba de la mano.
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ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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“Carta entre hermanos”
ENCUENTRO Nº 10: La predicación de Jesús
Los que son felices
PREGUNTAS PARA RESPONDER
(Contestar y mandar las hojas con la carta)
Dice Jesús: “Felices los que tienen un alma pobre porque de ellos es el
Reino de los Cielos” (Mateo 5, 3).
1-¿Cuál es la felicidad del que tiene un alma pobre?
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Jesús dijo a los que querían matar a pedradas a la mujer que había sido
infiel a su marido: “El que no tenga pecado que le tire la primera piedra”.
(Juan 8, 7).
2- ¿Por qué no debemos juzgar a una persona diciendo que es mala?
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Dice Jesús: “Felices los que tienen misericordia, porque recibirán
misericordia” (Mateo 5, 7).
ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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3- ¿Por qué es feliz la persona que sabe poner su corazón en la miseria
y el dolor de sus hermanos, sin importar si son amigos o enemigos?
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Dice Jesús: “Felices los que trabajan por la paz, porque serán
llamados hijos de Dios” (Mateo 5,9).
4- ¿Cuál es el bien que hace a los demás una persona que tiene paz en
el corazón?
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Dice Jesús: “Felices los que son perseguidos por hacer el bien, porque
de ellos es el Reino de los Cielos” (Mateo 5, 10).
5- ¿Alguna vez lo criticaron por hacer el bien? ¿Puede contarlo?
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ENCUENTRO Nª º 10: LA PREDICACIÓN DE JESÚS. LOS QUE SON FELICES
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6-¿Qué temas le han interesado más de este Encuentro? ¿Por qué?
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7- ¿Puede darnos los nombres de compañeros que quieren escribirse
con uno de nosotros? Gracias.
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