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Sección para residentes
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Jorge Ahualli
Abstract
Resumen
Abdominal fat necrosis may cause pain, mimic findings of acute abdomen, or be asymptomatic and accompany other pathophysiologic
processes. Common processes that are present in fat necrosis include
torsion of an epiploic appendage (a self-limited inflammation of the
appendices epiploicae), infarction of the greater omentum (a hemorrhagic infarction resulting from vascular compromise), encapsulated fat necrosis (traumatic or ischemic insult that causes fat
degeneration), fat saponification and pancreatitis and heterotopic
ossification in surgical incisions of the abdomen (represent a subtype
of traumatic myositis ossificans in which osseous, cartilaginous, and,
occasionally, myelogenous elements forms within a surgical incision).
La necrosis grasa abdominal puede causar dolor, simular un abdomen agudo o ser asintomática y acompañarse de otros procesos fisiopatológicos. Alteraciones que comúnmente se relacionan a
necrosis grasa abdominal incluyen la torsión de un apéndice epiploico (un proceso inflamatorio autolimitado de los apéndices epiploicos), infarto del omento mayor (un infarto hemorrágico
resultante del compromiso vascular del omento), necrosis grasa encapsulada (afección traumática o isquémica que causa degeneración grasa), saponificación grasa y pancreatitis y osificación
heterotópica vinculada a incisiones quirúrgicas del abdomen (un
subtipo de miositis osificante traumática en la que elementos óseos,
cartilaginosos y ocasionalmente mielógenos se forman en una incisión quirúrgica).
Key words: necrosis, fat, abdominal.
Palabras claves: necrosis, grasa, abdomen.
Apendagitis Epiploica
Apéndices Epiploicos:
Anatomía y aspecto imagenológico normal
Los apéndices epiploicos constituyen pequeñas evaginaciones del peritoneo visceral que contienen grasa y
pequeños vasos sanguíneos. Los mismos nacen desde
la superficie serosa del colon adyacente a la tenia coli
(desde el ciego a la unión rectosigmoidea) y son más
abundantes en el colon izquierdo y ciego (1,2) estando
ausentes en el recto. Debido a que los mismos se combinan con la grasa pericólica vecina no suelen ser identificados con tomografía computada a no ser que se
encuentren rodeados de líquido (Fig. 1) (3-6).
Datos de contacto:

Jorge Ahualli.
Centro Radiológico Luis Méndez Collado.
San Miguel de Tucumán. Tucumán. - Argentina.
e-mail: [email protected]
Recibido:  de Agosto de  / Aceptado:  de Octubre de 
Recieved: August ,  / Accepted: October , 
Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes
Apendagitis Epiploica y
sus Principales Diagnósticos Diferenciales
Ahualli, J.
Fig. : Apéndices epiploicos.
a-b
A) Imagen macroscópica la que demuestra a un apéndice epiploico del colon sigmoides con abundante
contenido adiposo y estructuras vasculares en su interior (flecha).
B) TC en un paciente con ascitis por carcinomatosis peritoneal en la que puede identificarse a los apéndices epiploicos del colon sigmoides como estructuras tubulares con densidad grasa (flechas).
Apendagitis Epiploica:
Fisiopatogenia y aspectos clínicos
Los apéndices epiploicos pueden torsionarse sobre
su propio eje o sufrir trombosis espontánea de su
vena central. Ambos procesos determinan oclusión
vascular con inflamación y eventualmente infarto
isquémico agudo del apéndice epiploico afectado,
(1) entidad reconocida recientemente, (7) denominada apendagitis epiploica (suele preferirse este
término al de apendicitis epiploica a fin de evitar
confusión con la apendicitis cecal aguda) (4, 8-10).
Si bien este proceso suele ocurrir de manera espontánea, el ejercicio extremo ha sido reportado como
un factor predisponente (11-13).
La edad de presentación de dicho proceso varía
de 12 a 82 años, con una incidencia máxima en la
quinta década y siendo más común en obesos y
mujeres (3, 12). Los pacientes típicamente presentan dolor abdominal agudo (no migratorio, aumenta con la tos sin significativa rigidez o defensa
asociada), situado generalmente en fosa ilíaca izquierda (más frecuentes en relación al sigmoides,
luego ascendente, descendente e infrecuentemente
en el transverso) asociado a leve distensión abdominal, (3,7,11,14) pudiendo los pacientes presentar
fiebre de bajo grado (3, 15). El apetito y la función
abdominal no suelen modificarse mientras que las
náuseas y vómitos son infrecuentes (13,15). En el
análisis de laboratorio los glóbulos blancos suelen
Vol.  / Nº - Diciembre, .
presentar recuento normal o levemente elevado
(11).
Debido a la ausencia de características patognomónicas, la AE suele ser difícil de diagnosticar clínicamente por lo que la evaluación imagenológica
resulta fundamental, tanto para determinar el diagnóstico y establecer el tratamiento más adecuado
(3,12,15).
Apendagitis Epiploica: Aspecto Tomográfico
En TC, el apéndice epiploico infartado se presenta
como un área focal, oval, pequeña (1-4 cm), pericolónica, con densidad grasa (-40 a -120 unidades
Hounsfield), habitualmente rodeada por un delgado y fino (2-3 mm de espesor) anillo denso
(signo del anillo hiperdenso) el que representa al
peritoneo visceral que recubre al apéndice epiploico, inflamado generalmente en relación al
colon sigmoides (Fig. 2) (16, 17).
Con menor frecuencia, puede identificarse en el
interior de la lesión, un área densa, mal definida,
redondeada o lineal (signo del punto o de la línea
central) correspondiente a los vasos centrales trombosados o a áreas de hemorragia o fibrosis (Fig. 3).
Si bien la presencia de estos signos resulta útil para
el diagnóstico, su ausencia no excluye el diagnóstico de AE (4,7,12,13,16,18-20).
Hallazgos menos frecuentes incluyen: aumento
de la densidad del tejido adiposo pericolónico

Apendagitis Epiploica y
sus Principales Diagnósticos Diferenciales
mayor al engrosamiento mural del colon vecino
(debido a cambios inflamatorios asociados) (Fig. 4);
compresión extrínseca de la pared colónica vecina
y engrosamiento fascial y del peritoneo parietal secundario a afección inflamatoria directa (Fig. 5) (38,12,16,21,22).
Menos frecuentemente dichos hallazgos pueden
observarse en relación al colon ascendente y descendente (Fig. 6), siendo en estos casos la TC una
herramienta diagnóstica fundamental para la diferenciación de este proceso de otros cuadros abdominales agudos (por ejemplo, apendicitis aguda o
peridiverticulitis aguda). Incluso han sido reportados casos de AE en el interior de una eventración
o saco herniario con contenido intestinal (Fig. 7)
(3, 4, 15).
En otras ocasiones, el proceso inflamatorio e isquémico que compromete al apéndice epiploico es
consecuencia del compromiso directo de otro proceso inflamatorio vecino (más frecuentemente peridiverticulitis aguda, apendicitis, pancreatitis, o
colecistitis, etc.) siendo esta entidad mencionada
como apendagitis epiploica secundaria (8,11,12,21).
Ahualli, J.
En estos casos, a los hallazgos anteriormente citados deben agregarse los de la causa productora
(Fig. 8).
Evolutivamente, el apéndice epiploico afectado
puede demostrar varios aspectos que varían desde
un área focal con densidad de partes blandas a un
área focal con densidad grasa debido a necrosis
grasa encapsulada residual, siendo frecuente en
esta necrosis grasa la presencia de calcificación periférica (o en cáscara de huevo) (Fig. 9) (23). Menos
comúnmente pueden sufrir calcificación central y
rodearse de un anillo periférico compuesto de tejido fibroso (24). Han sido reportados casos de
apéndices epiploicos secuelares, calcificados, avulsionados, presentes en la cavidad abdominal como
cuerpos intraperitoneales perdidos (3,15,21,25). Incluso, estos cuerpos intraperitoneales pueden fijarse a estructuras u órganos (más comúnmente la
superficie inferior del bazo); en estos casos se los
denomina apéndice epiploico parasitario (3). La superficie lisa y la consistencia calcificada de los AE
ayudan a distinguirlos de otras lesiones omentales,
especialmente metástasis (6).
Fig. :
a-b
Apendagitis Epiploica
TC en la que se observa, en relación al colon sigmoides
(CS), presencia de una formación oval con densidad grasa
correspondiente a un apéndice epiploico inflamado, isquémico. La imagen en evaluación se rodea de un halo denso
correspondiente al peritoneo visceral inflamado (flecha).
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Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes
Apendagitis Epiploica y
sus Principales Diagnósticos Diferenciales
Ahualli, J.
Fig. : Signo del Punto o de
la Línea Central.
a-b
Imagen axial (A) y reconstrucción multiplanar sagital (B) en las que se observa una imagen oval con densidad
grasa, rodeada de un anillo denso periférico correspondiente a apendagitis
epiploica. Nótese en el interior del
mismo, la presencia de una imagen lineal densa correspondiente al vaso
central trombosado (flecha).
Fig. : Cambios inflamatorios asociados
a b A) Imagen ecográfica obtenida en fosa ilíaca izquierda en
c
la que se observa formación oval ecogénica no compresible (flechas). Imagen axial (B) y reconstrucción multiplanar sagital (C) en las que se observa una imagen oval con
densidad grasa rodeada de un anillo periférico correspondiente a un apéndice epiploico infartado (*). Nótese aumento de la densidad del tejido adiposo vecino debido a
la presencia de cambios inflamatorios asociados a nivel
perilesional (flechas).
Fig. : Engrosamiento fascial
a-b
Reconstrucción multiplanar coronal (A)
y sagital (B) en dos pacientes con
apendagitis epiploica (*). Nótese aumento de la densidad del tejido adiposo que rodea al apéndice epiploico
afectado y engrosamiento de la fascia
lateroconal homolateral (flechas), hallazgo también denominado “Signo de
la Coma”.
Vol.  / Nº - Diciembre, .

Apendagitis Epiploica y
sus Principales Diagnósticos Diferenciales
Ahualli, J.
Fig. : Apendagitis epiploica
derecha
a-b
A) Imagen ecográfica transversal obtenida en fosa ilíaca derecha en la que
se observa una imagen oval ecogénica
no compresible (flechas).
B) TC en la que se observa a un apéndice epiploico inflamado rodeado de
un anillo denso correspondiente al peritoneo visceral inflamado (flechas). Su
apariencia típica determina el diagnóstico diferencial con apendicitis aguda.
Fig. : Apendagitis epiploica
a-b
en saco herniario
Imagen axial (A) y reconstrucción multiplanar coronal (B) en las que se observa una pequeña hernia inguinal
izquierda (cabeza de flecha) la que
contiene tejido adiposo y un apéndice
epiploico el que presenta cambios inflamatorios y engrosamiento del peritoneo visceral (flechas).
Fig. : Apendagitis epiploica secundaria
a b
c d

Reconstrucción multiplanar coronal (A) y sagital (B) en un paciente con apendicitis aguda (*) en las que se observa a un
apéndice epiploico del colon ascendente, el que se presenta inflamado con signo del punto central (flecha). Imágenes
axiales (C y D) en otro paciente en el que se observan al menos dos apéndices epiploicos, los que se presentan inflamados
con un halo denso periférico (flechas) debido a compromiso inflamatorio directo por peridiverticulitis aguda asociada.
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Apendagitis Epiploica y
sus Principales Diagnósticos Diferenciales
Ahualli, J.
Fig. : Cambios evolutivos
a b
c
Evolución y Tratamiento
En la mayoría de los pacientes, la AE constituye un
proceso autolimitado el que se resuelve espontáneamente en 5-7 días (26). Infrecuentemente, la AE
aguda puede resultar en adhesión, obstrucción intestinal, invaginación, peritonitis o formación de
abscesos (3,4). La AE no requiere cirugía, y el tratamiento está basado en los síntomas del paciente
(4,8,10,12,22) por lo que el mal diagnóstico puede
llevar a cirugía, tratamiento médico y hospitalización injustificadas (12).
Infarto omental
Anatomía
El omento mayor es un extenso pliegue peritoneal
continuo a las capas peritoneales viscerales del estómago y colon transverso. El mismo contiene tejido
adiposo y vasos sanguíneos resultando en una estructura fundamental la que actúa como una barrera para
la diseminación de las infecciones o de tumores (6).
Fisiopatogenia
Vol.  / Nº - Diciembre, .
A) TC en la que se observa, en relación al colon
sigmoides, presencia de imagen oval con densidad grasa y reborde denso (flecha) correspondiente a un área de necrosis grasa secuelar por
apendagitis epiploica.
B) Reconstrucción multiplanar sagital que demuestra una imagen oval de baja densidad y calcificación periférica parcial (flecha), como
secuela de apendagitis epiploica. En otro paciente (C), los depósitos cálcicos periféricos son
más extensos (flecha).
La isquemia y posterior infarto del omento constituye una entidad infrecuente debido a la abundante
perfusión y vasos colaterales presentes en el
omento (26). La causa de infarto omental aún no
es del todo clara aunque su patofisiología parece
ser similar a lo que sucede en la apendagitis epiploica (27). Esta afección ocurre cuando existe una
disminución o interrupción del aporte vascular arterial al omento (generalmente debido a torsión
omental, insuficiencia venosa secundaria a traumatismo o trombosis espontanea de las venas del
omento) (4,28). Si bien, en la mayor parte de los
casos los infartos omentales son idiopáticos (15) algunos factores de riesgo (como la obesidad, la cirugía abdominal reciente, la actividad física extrema
- corredores maratonistas lo que se piensa se relaciona a un bajo flujo sanguíneo como resultado de
un shunt fisiológico y vasoconstricción esplácnica, la falla cardíaca congestiva, la administración de
digitales y el traumatismo abdominal) han sido reportados en relación al mismo (4,9,29-32).
El infarto omental primario consiste en un infarto hemorrágico resultante de un aporte vascular tenue (2,

Apendagitis Epiploica y
sus Principales Diagnósticos Diferenciales
Ahualli, J.
33). Algunos infartos omentales están relacionados a
una combinación de flujo arterial y venoso reducido lo
que ocurre en estados de hipercoagulabilidad, falla cardiaca congestiva y vasculitis (34). Estos infartos suelen
presentarse con mayor frecuencia en el lado derecho
(superior o inferior derecho en el 90% de los casos) lo
que estaría en relación a que en este sector el omento
es más largo y móvil, a la vez que presenta un aporte
vascular más tenue que el resto del omento
(15,25,28,29,35,36).
Por su parte, el infarto omental secundario suele presentarse luego de una injuria directa como resultado
de un traumatismo abdominal o traumatismo quirúrgico. A menudo, el lado del infarto se sitúa próximo al
sitio quirúrgico (1,37).
La torsión omental es una causa rara de IO y ocurre
cuando una porción del omento se torsiona sobre si
misma conduciendo a compromiso vascular. En la torsión omental, la torsión de los vasos es a menudo visible dentro del omento (1).
En TC, los hallazgos vinculados al infarto omental varían desde un sutil, focal y leve aumento de la densidad
del omento (en casos leves o moderados) (Fig. 10 y
11) (1,16,26,40) a la presencia de una masa (generalmente mayor a 5 cm) con densidad grasa, heterogénea,
densa y que no demuestra realce tras la administración
de contraste endovenoso (Fig. 12) (5,15,16,25,41). Hallazgos asociados menos frecuentes, consisten en engrosamiento parietal intestinal reactivo (el proceso
inflamatorio en el omento es usualmente desproporcionadamente más severo) (5,16,25,28,33) y en los
casos de infarto secundario a torsión omental, se puede
identificar un patrón en remolino de bandas lineales
concéntricas (25) (Fig. 13). Infrecuentemente, un infarto
omental puede sobreinfectarse y simular una lesión
masa o evolucionar a absceso (Fig. 14) (1,16).
Clínica
Evolución y Tratamiento
El infarto omental suele presentarse con mayor frecuencia en pacientes obesos con leve predilección masculina y a diferencia de la apendagitis epiploica, el lO
afecta en un 15% de los casos a pacientes pediátricos
(4,15,30,38). Los pacientes usualmente se presentan
con dolor abdominal de evolución subaguda en el cuadrante inferior derecho (en los casos primarios) o en
otras regiones del abdomen (en los casos secundarios),
a menudo con leve aumento de glóbulos blancos (34).
Otros síntomas gastrointestinales como vómitos, náuseas y fiebre suelen estar ausentes (36). Establecer el
diagnóstico clínico prequirúrgico de esta entidad resulta
difícil debido a que a menudo simula apenditicis
aguda, colecistitis aguda u otras alteraciones abdomi-
En la mayoría de los casos, el IO es un proceso que
suele evolucionar favorablemente con tratamiento médico estando la cirugía indicada si los síntomas persisten o se desarrolla un absceso (40). Por lo tanto y
debido a que tanto el infarto omental y la apendagitis
epiploica comparten el mismo denominador común
(necrosis tisular grasa espontánea) recientemente se ha
propuesto un nuevo término: “infarto grasa focal intraabdominal” (IFFI por su siglas en inglés) con el objetivo de reforzar que su diferenciación no es
clínicamente importante ya que ambas suelen ser patologías autolimitadas y que el manejo de las mismas
generalmente es conservador (1).
nales (39) por lo que, en la mayoría de los casos, el
diagnóstico es realizado por los radiólogos (1).
Imágenes
Fig. : Infarto omental
a-b
Imagen axial (A) y reconstrucción multiplanar sagital (B) en un paciente con
dolor de fosa ilíaca derecho tras la realización de ejercicios físicos extremos en
altura. Las imágenes demuestran leve aumento de la densidad del tejido adiposo
que rodea al colon ascendente (flechas)
indicando infarto omental. Tras la administración de antiinflamatorios el mismo
evolucionó satisfactoriamente.

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Apendagitis Epiploica y
sus Principales Diagnósticos Diferenciales
Ahualli, J.
Fig. : Infarto omental
a b
c
A) Imagen ecográfica obtenida en un plano sagital en fosa ilíaca derecha en la que se observa la
presencia de una formación oval, ecogénica, no
compresible (flechas). Imagen axial (B) y reconstrucción multiplanar sagital (C) en las que se observa leve aumento de la densidad del tejido
adiposo pericecal (flechas), debido a la presencia
de un infarto omental de origen idiopático.
Fig. : Infarto omental postquirúrgico
a b
c
Vol.  / Nº - Diciembre, .
Imagen axial (A y B) y reconstrucción multiplanar sagital (C) en un paciente recientemente intervenido quirúrgicamente por hernia inguinal
y colocación de malla. En las mismas se observa
aumento de la densidad del tejido adiposo del
omento mayor en hipocondrio derecho y región
periumbilical (flechas). Nótese que el mismo
presenta mayor densidad incluso que en los
casos de figuras  y . Los elementos metálicos
situados en la pared abdominal anterior en fosa
ilíaca derecha corresponden a los clips utilizados para fijar la malla protésica (flecha en B).

Apendagitis Epiploica y
sus Principales Diagnósticos Diferenciales
Ahualli, J.
Fig. : Hallazgos asociados
a-b
A) TC reforzada en la que se observa franco aumento de la densidad del tejido adiposo del omento mayor del
hipocondrio derecho debido a infarto omental (*). Nótese suave y regular aumento del espesor parietal del
ángulo hepático del colon (flecha) el que es desproporcionadamente menor en comparación a los extensos
cambios inflamatorios e isquémicos presentes en el omento.
B) En otro paciente, se observa aumento de la densidad del omento mayor en hipocondrio izquierdo debido a
infarto omental. Nótese patrón en “remolino” dentro del cual se observa una imagen focal densa correspondiente al vaso central trombosado e indicando torsión omental. Imagen cortesía Dr. Pablo Cikman.
Fig. : Infarto omental complicado
a-b

Imagen axial (A) y reconstrucción multiplanar coronal (B) en las que se reconoce la presencia de una imagen
oval heterogénea correspondiente a infarto omental. Nótese, realce periférico y presencia de burbujas de aire
en el interior de la misma (flecha) debido a infección sobreagregada.
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Apendagitis Epiploica y
sus Principales Diagnósticos Diferenciales
Necrosis grasa encapsulada
Si bien la necrosis grasa encapsulada puede presentarse en cualquier lugar del cuerpo la misma ha
sido inicialmente descrita en la mama en 1975 por
Schmidt-Hermes y Loskant (42). La NGE se piensa
es el resultado de un traumatismo o isquemia que
causa degeneración grasa con posterior organización del tejido adiposo necrótico el que se rodea
por una cápsula fibrótica (43).
Su aspecto tomográfico puede ser complejo aunque
Ahualli, J.
en general se caracteriza por la presencia de una
imagen oval (de tamaño variable) con densidad
grasa central y una línea densa periférica, la que
suele condicionar un suave efecto de masa sobre
estructuras vecinas (Fig. 15) (44-46). La capsula que
rodea a la necrosis grasa central puede demostrar
leve realce tras la administración de contraste (Fig.
15) o demostrarse parcialmente calcificada (Fig. 16)
(43). La progresión natural de la NGE es a mantener
sus características morfológicas o reducir en tamaño
con el tiempo (Fig. 17) (1).
Fig. : Necrosis grasa encapsulada en un paciente apendicetomizado hace  meses
a-b
Imagen axial (A) y reconstrucción multiplanar sagital (B) donde se observa imagen oval con densidad
grasa, la que se presenta rodeada por una fina y delgada cápsula la que realza levemente (flecha)
Fig. : Necrosis grasa
a-b
encapsulada
Imagen axial (A) y reconstrucción
multiplanar sagital (B) en las que se
observa una imagen oval con densidad
predominantemente grasa, correspondiente a necrosis grasa. Nótese la
presencia de imágenes de elevada
densidad (flecha) presentes en la
cápsula y correspondientes a calcificaciones.
Vol.  / Nº - Diciembre, .

Apendagitis Epiploica y
sus Principales Diagnósticos Diferenciales
Ahualli, J.
Fig. : Evolución de la necrosis grasa
a-b
A) TC que demuestra necrosis grasa encapsulada en el omento mayor (flecha). La misma no demostró cambios
significantes  meses posteriores (B).
Saponificación grasa y pancreatitis
La necrosis grasa mesentérica y retroperitoneal
puede causar saponificación grasa por una pancreatitis, en las que el páncreas dañado libera enzimas
lipolíticas quienes autodigieren al parénquima pancreático y tejido adiposo peripancreático (46–48). El
tejido adiposo dañado activa macrófagos y otros mediadores inflamatorios, quienes exacerban la respuesta inflamatoria (47,48). Como las fosfolipasas y
proteasas afectan a la membrana plasmática de las
células grasas, los triglicéridos son liberados e hidrosolubilizados, produciendo ácidos grasos libres que
combinan con el calcio sérico y precipitan en jabo-
nes de calcio. Este proceso, se piensa, es causa de la
hipocalcemia que a menudo ocurre en casos de pancreatitis severa (49). Luego de la resolución del exudado agudo y la ascitis, nódulos de necrosis grasa
diseminados pueden estar presentes en el retroperitoneo y en la cavidad abdominal. Estos nódulos pueden exhibir efecto de masa y retardo en el realce,
posiblemente como resultado de la baja difusión del
contraste a través de los pequeños capilares en la
granulación tisular (Fig. 18) (45,50). Una historia clínica o estudios imagenológicos previos que demuestran episodios anteriores de pancreatitis, pueden ser
necesarios para distinguir necrosis grasa nodular de
carcinomatosis peritoneal (1).
Fig. : Saponificación grasa
a b
c

Imagen axial (A), reconstrucción multiplanar coronal (B) y sagital (C) en
las que se observa comprometiendo al espacio pararenal posterior izquierdo, imágenes focales, densas, de aspecto nodular (flecha) los que
presentan suave realce tras la administración de contraste endovenoso,
correspondientes a áreas de saponificación grasa en este paciente con
pancreatitis aguda.
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Apendagitis Epiploica y
sus Principales Diagnósticos Diferenciales
Osificación heterotópica
La osificación heterotópica del mesenterio y peritoneo (también referida como metaplasia ósea) es
una condición infrecuente que puede desarrollarse
luego de un traumatismo o procedimientos quirúrgicos abdominales repetidos. La patogénesis de la
osificación mesentérica heterotópica no se encuentra claramente entendida, sin embargo, se han postulado que esta condición representa una
metaplasia del mesénquima submesotelial (51).
La osificación mesentérica heterotópica ha sido
reportada en pacientes que han sido intervenidos
quirúrgicamente una o más veces su abdomen (la
prevalencia exacta no está bien establecida aunque
ha sido reportada que afecta a el 25% de los pacientes con incisiones abdominales) por enfermedad no neoplásica y se presentan luego con
obstrucción de intestino delgado subsecuente (52,
53).
En TC, la osificación mesentérica heterotópica se
caracteriza por múltiples estructuras lineales ramificadas de alta densidad dentro del mesenterio y
Ahualli, J.
extendiéndose hacia las superficies peritoneales
(51, 54). Principalmente ocurre luego de incisiones
abdominales en la línea media vertical (más común
en la línea alba tanto en incisiones supra como infraumbilicales) y más a menudo en las supraumbilicales. En ocasiones puede identificarse médula
ósea en su interior aunque este hallazgo no es tan
sensible (Fig. 19) (53).
La osificación heterotópica se desarrolla rápidamente y ha sido documentada en TC ocurriendo
dentro de 2 semanas luego de la cirugía (53). El seguimiento secuencial con TC puede demostrar
tanto el incremento o la reducción en tamaño presumiblemente reflejando el hecho de que la osificación heterotópica es un proceso activo de
formación ósea y resorción.
La significancia de esta entidad radica en dos hechos: A) clínicamente, puede causar dolor en el
lugar de la incisión cicatrizal; y b) radiológicamente,
puede ocasionalmente ser mal interpretada como
un cuerpo extraño o una recurrencia tumoral, especialmente cuando aumentan de tamaño en los
controles (55-57).
Fig. : Osificación heterotópica
a
bc
Vol.  / Nº - Diciembre, .
Imagen axial (A), reconstrucción multiplanar sagital (B) y coronal (C) en las que se
observa una imagen lineal con densidad
cálcica, comprometiendo al omento
mayor en región infraumbilical. Como antecedentes quirúrgicos esta paciente refería apendicectomía,  cesáreas e
histerectomía.

Apendagitis Epiploica y
sus Principales Diagnósticos Diferenciales
Conclusiones
La tomografía computada constituye un método diagnóstico de elevada sensibilidad y especificidad para el
diagnóstico y caracterización de la necrosis grasa del
abdomen. La misma resulta fundamental particularmente en los procesos agudos (apendagitis epiploica
e infarto omental) ya que permite su diferenciación de
otros procesos agudos abdominales más frecuentes.
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