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El género como collage: Cortando y pegando cuerpos1 Stefanie Fock El primer paso de romper con la dicotomía entre los discursos e imágenes científicos y artísticos, consiste en enfrentar las políticas corporales impuestas con otros enfoques a los análisis de las historias de su creación. En las décadas de los ochenta y noventa del siglo XX, teóricas feministas como Teresa de Lauretis y Donna J. Haraway arrancaron teorías críticas sobre la construcción de género, sexualidad y raza, aplicando la noción foucaultiana de biopoder, para redefinir la representación cinematográfica, artística y científica en términos de tecnologías del género.2 En esta línea, mi interés de investigación se encuentra en enfocar a la fotografía como una de estas tecnologías biopolíticas, siendo ella constitutiva de las subjetividades encarnadas de género y raza (dejando una vez más de lado al etc. infinito que podría empezar con la clase social y no acabaría con la diversidad funcional). Las historias visuales a revelar, demuestran que es necesario acabar con el dualismo entre arte y ciencia, para poder comprender las representaciones de los cuerpos en su totalidad. Quiero contribuir con esta exposición una propuesta a la que estoy llevando de la práctica creativa a la teoría académica: el collage como categoría de análisis para para otra historiografía de la construcción y constitución de cuerpos e identidades sexualizados y racializados. Una ponencia como ésta, se suele empezar con un concepto teórico, con una cita que apoya a lo que vas a exponer o en la que te apoyas tú. La base, la idea para mi propuesta de enfocar (las imágenes de) los cuerpos viene, en cambio, de la práctica creativa. Se trata de la conclusión que los y las participantes del taller El género como collage (Granada, 2012) sacaron de éste: “Todo es un collage”. Hoy en día parece algo obvio que todo tipo de texto va acompañado por imágenes fotográficas. Sin embargo, todavía se supone que las fotografías funcionan sin palabras, que las primeras incluso dicen más que las últimas. Esto es lo que ha desviado la atención de las condiciones de preparación, realización y exposición de las imágenes, de la relación entre fotógrafo, fotografiado y espectador. Si bien considero necesario con-textualizar toda fotografía, no siempre tiene que hacerse con texto. Pueden ser también otras imágenes las que ponen el contexto. En este momento hablamos del collage. La manipulación, el retoque y el montaje de imágenes son tan antiguas como la propia técnica de la fotografía. Sin embargo, se niega el carácter construido de las fotos. Sin embargo, la percepción de la fotografía como reproductora de ´la realidad` es persistente 1 Se trata de la versión escrita de la comunicación El género como collage: Cortando y pegando cuerpos que la autora presentó en el congreso El cuerpo y sus expresiones, organizado por la Universidad de Granada, del 5 al 9 de noviembre de 2012. http://cuerpoyexpresiones.wordpress.com/programa/ 2 Teresa de Lauretis: Technologies of Gender; Donna J. Haraway: Simians, Cyborgs, and Women. The Reinvention of Nature. Véase también Beatriz Preciado: Biopolítica del género. desde su invención hasta nuestro tiempo. Pero, cuando nos acercamos a ´lo social`, no captamos, sino que creamos realidades, también las fotográficas. El collage es, probablemente, el género artístico por excelencia para dar cuenta de su carácter construido, ya que quien dudara de la propiedad construida del collage quedaría bien ridículo. A la hora creativa, esto da mucho juego para de- y reconstruir historias, discursos, imágenes. Entre otras, abre la posibilidad, de revelar el carácter construido de cualquier fotografía. Cortar imágenes supone desatarlas de su contexto originario, acabando con la idea del signif icado fijo de ellas. Pegarlas signif ica reenmarcarlas, saltándose toda limitación espacial y temporal, para producir otro sentido, y para hablar del carácter construido tanto de las propias fotografías como de los cuerpos que representan. Si siempre se habla del género y de las identidades corporales como una construcción, y si el collage es la expresión visual que se sirve de esta construcción para deconstruir y reconstruirla, resulta casi inevitable aplicar lo uno a lo otro. Sobre todo, cuando hablamos de los cuerpos y de las encorporaciones de identidades y subjetividades, tanto sexuales (o genéricas) como, por ejemplo, raciales. La fotografía ha jugado y juega un papel importante en la construcción y constitución de estos cuerpos, cuya representación imaginaria a menudo se convierte en experiencia vivida materialmente. Pero, la fotografía tiene una doble función: por un lado, hay que enfocarla como tecnología de género y raza (para limitar el etc. infinito de las intersecciones a una) con gran potencial constitutivo y destructor. Por otro lado, depende de quién tiene el arma en su mano, quién decide lo que se representará, quién dispara, quién define los conceptos de cuerpos. Carla Williams, fotógrafa y teórica estadounidense, lo ha demostrado en su serie How to read character (Cómo leer carácter) de los años 1990 - 1991, con la que analiza la estereotipización blanca del cuerpo de las mujeres negras a través de las imágenes, en este caso los retratos científicos con el que se pretendía objetivar tipos raciales; cuerpos, a su vez, sexuados. En su página web, Williams explica que el trabajo “trata los precedentes históricos de un tipo particular de la representación visual. Por medio de la yuxtaposición de imágenes y textos del siglo XIX con autorretratos contemporáneos, espero proponer a los receptores que tales precedentes, mientras parecen absurdos y anticuados, todavía contienen una gran resonancia y mucho poder con respecto a las maneras en las que leemos y contestamos a imágenes contemporáneas de mujeres Afro Americanas”. 3 Registrando cómo se ha presentado a los ´tipos raciales`, Carla Williams se proyecta al pasado, traspasando, a la vez, el pasado al presente. Los fragmentos históricos y los autorretratos interactúan dentro de la mirada de los receptores. Se trata de seis grandes fotocollages en blanco y negro, separados de sus referentes históricos por pomposos marcos adorados de oro, para resaltar el acto emancipatorio que supone el uso argumentativo del propio cuerpo, para revelar y salir de la 3 Carla Williams: How to read character. En http://carlagirl.net/photographs/ imaginación violenta. Las autorrepresentaciones, a su vez, consisten en numerosas fotografías pequeñas (en una variedad de tonos) de detalles fragmentados de su cuerpo, recompuesto y re-fotografiado. El cuerpo como collage tiene el efecto desenmascarador de la naturaleza construida de estas miradas, resaltando el hecho que tales imágenes fueron, en primer lugar, fabricadas cuidadosamente según la obsesión visual de catalogar el cuerpo negro. El título de la serie, How to read character, fue también el título de un manual de frenología, publicado por Lorenzo Niles Fowler en 1863. No todas las fotocopias usadas por la artista son de este escrito, pero todas presentan documentos visuales sobre la categorización jerárquica del ser humano.4 Imágenes 1 y 2: Carla Williams – Virtuous Negro 4 Me he servido aquí, en partes, del análisis que Sabine Ritter hace de How to read character en su libro Facetten der Sarah Baartmann (Facetas de Sarah Baartmann). Imágenes 3 y 4: Carla Williams – Sin título5 Es aquí el cuerpo imaginado de ´la otra`, creado por los científicos de siglos pasados como polo opuesto a ´la mujer blanca y burguesa`, el que influye al cuerpo material y experimentado por la artista. Por medio de su cuerpo, Williams entra a la ciencia en el arte y al arte en la ciencia. Las imágenes no esta n condenadas a una interpretacio n prefijada por su contexto originario, su recontextualizacio n acerca al espectador al collage histórico de cuerpos biopoli ticos. De tal modo, se genera conocimiento sobre el proceso histo rico de la objetivacio n del saber sobre los cuerpos, a trave s de subjetividades corporales periféricas del presente. Para crear collages, tampoco es siempre imprescindible disponer de una cámara. Los archivos públicos y privados se encuentran llenos de imágenes, esperando a ser liberadas de su actual contexto polvoroso, cortadas, pegadas, re-con-textualizadas. El collage no solo es una técnica divertida, crítica y terapéutica, ni tampoco pertenece únicamente al ámbito artístico. En el momento de poner al arte y a la ciencia en un necesario diálogo horizontal, entendiendo la ciencia como cultural, el collage se convierte además en una herramienta analítica potente para acercarse a los archivos visuales de cuerpos sexuados y racializados. Con Carla Williams quiero entrar del siglo XX al siglo XIX, y a los comienzos de la técnica fotográfica. A veces, son los mismos científicos que aplican el collage para llegar a sus resultados objetivos sobre los cuerpos que se convierten en ´la verdad objetiva`. A nadie se le ocurrió desplazar a Francis Galton al ámbito del arte cuando, a finales del siglo XIX, presentó su técnica del Retrato Compuesto, inventado en el contexto del proyecto de prevención de crímenes, para la que había que convertir el cuerpo individual en uno 5 Fuente de las imágenes es la página web de Carla Williams: http://carlagirl.net tipif icado. En 1878, Galton presentó sus montajes justamente como pruebas de una esencia biológica al Instituto Antropológico del Reino Unido. Para identif icar el ´tipo criminal`, y no solo a este, Galton se sirvio de fotografías de las colecciones antropolo gicas, etnogra f icas, me dicas, judiciales. Gracias a la superposición de imágenes, caras individuales (seleccionadas según criterios sexistas, racistas, clasistas), resultaron en el cuarto oscuro como ´la cara`. La relectura crítica de sus apuntes científicos, descubre el carácter construido, el carácter de collage, de estos: “Lo primero que hago es recopilar fotografías de las personas que me interesan. […] Nosotros proyectamos la imagen de cada uno de los ocho retratos sobre la misma placa sensibilizada durante diez segundos. […] El primer conjunto de retratos corresponde a una serie de criminales condenados por asesinato, homicidio sin premeditación o robo con violencia. […] Han desaparecido las espantosas irregularidades específicas y prevalece la común humanidad subyacente. Representan, no al criminal, sino al hombre propenso a cometer un crimen”.6 La disciplina de la que se nombra como ´padre` a Sir Francis Galton es la eugenesia. La planteó en su libro de 1865 “El genio hereditario” y sustentada sobre la teoría de su primo Charles Darwin. Imágenes 5 y 6: Francis Galton - Retrato tipo de mujeres de Vich, España7 Lo que en su momento histo rico se autodenominaba ciencia objetiva`, es usado hoy por artistas; a lo que aun se refiere como retrato compuesto, debería ser nombrado 6 Francis Galton: Retratos compuestos (1878). 7 Las imágenes se encuentran en http://tejiendoelmundo.wordpress.com/2010/12/16/retratos-de-lo-invisible-elorigen-fisonomico-de-nuestros-rostros/ fotomontaje, o collage. Pero, vámonos del siglo XIX a finales del siglo XVIII, a la época prefotográfica. A veces, el collage no es el resultado, sino el proceso de una creación, también dentro de los ámbitos científicos. Así fue el caso del esqueleto contribuido a la creación del ideal de ´la mujer blanca` por el anatomista y antropólogo alemán Samuel Thomas Soemmering a finales del siglo XVIIl. Aunque contaba con numerosas osamentas de mujeres en su colección, ni unos le parecieron lo suficientemente tiernos para representar la feminidad inherente de su saber social. La artista Lorraine O’Grady analiza: “El cuerpo femenino en el Oeste no es un signo unitario. […]: en un lado es blanco; en el otro no-blanco o, prototípicamente, negro. Los dos cuerpos no pueden ser separados, ni puede ser un cuerpo entendido aislado del otro en la construcción metafórica occidental de ´mujer`”. 8 Soemmering la encontró, finalmente, en el esqueleto de una chica joven de la ciudad de Mainz que, en vida, había sido considerada especialmente bella, también inteligente y fértil. Solamente la cabeza no le parece haber convencido, por lo que tomó prestado el cráneo reconocido como bello de la colección de su colega Johann Friedrich Blumenbach. El collage huesoso de La bella de Mainz, fue grabado al cobre, el esqueleto fue presentado en la postura de una de las versiones más famosas de la diosa antigua del amor: Venus.9 Imagen 7: La bella de Mainz10 8 Lorraine O'Grady, citada en: Deborah Willis, Carla Williams: The Black Female Body. 9 En relación a La bella de Mainz, me refiero a los análisis de Wulf D. Hund: Die scho ne Mainzerin (La bella de Mainz); Die Körper der Bilder der Rassen (Los cuerpos de las imágenes de las razas). 10 Imagen extraída de http://www.wulfdhund.de/lehre/?Geschichten:Varia%26nbsp%3B%26nbsp%3B Wulf D. Hund describe de modo ilustrativo el fracaso final de La bella de Mainz. Grabado al cobre, el esqueleto se presentó en la postura de una de las versiones más famosas de la diosa antigua del amor, Venus: “La columna levemente torcida, la pelvis avanzada y la gracia de [las piernas] encantaron al mundo especialista”. Sin embargo, no triunfó en los manuales de anatomía, en los que se estableció otro modelo de dos anatomistas franceses. “No fue, ni con mucho, tan bella como ella. Pero tenía una pelvis mucho más femenina”.11 La antes citada insistencia de la artista Lorraine O’Grady, en que las representaciones de los cuerpos de mujeres blancas y mujeres negras son inseparables para entender que la identidad de la primera se construyó a costa de la segunda, gana nuevamente importancia en el contexto de la belleza de los cuerpos femeninos. La belleza (antes de todo la femenina) no fue solo tema de las bellas artes, sino que a finales del siglo XIX ocupó un sitio fijo en las ciencias raciales y la sexología. Kathrin Peters dice que “si las investigaciones antropológicas y etnográficas colocaron continuamente los cuerpos desnudos delante de la cámara, produjeron con esto una visibilidad del otro que no se hizo desaparecer con clasif icación de ´tipos de razas` y de características sexuales”.12 En sus collages, Carla Williams desafía a las representaciones categorizadas de raza y género, enfrentándolas con la segura y reivindicativa desnudez de su propio cuerpo. En algunas de las imágenes de la serie How to read character, marcó su cuerpo con puntos de medida que representan cómo la ciencia del siglo XIX lo formó y enmarcó, con el resultado de la persistencia de tal experiencia corporal, que la misma artista describe como actuales. La categorización científica del mundo no se llevó (ni se lleva) a cabo bajo principios neutrales, sino como parte de un discurso racista, sexista y clasista que no encuentra a cuerpos inferiores, sino que los crea. Las atribuciones biológicas del racismo moderno no descansaron en las superficialidades, inscribieron a los cuerpos capacidades físicas y mentales, para jerarquizarlos según ideas culturales. Contraponiendo testimonios de la invención de numerosos métodos de medición a sus autorretratos, Carla Williams revela que no se trataba de leer, sino de construir carácter por medio de una gran variedad de collages. Como bien ha dicho Nuria Romo del Instituto de Estudios de las Mujeres ayer, las exposiciones que se hacen en las mesas de este congreso son más bien pinceladas y que en otro contexto se profundizaría mucho más. Por otro lado, esto me lleva a entender este mismo congreso sobre el cuerpo y sus expresiones como un tipo de collage. Si los participantes del taller El género como collage en Granada concluyeron que “todo es un collage”, pues, lo son los cuerpos y las ideas que de ellos tenemos. Con un enfoque que tiene en cuenta el ´corta y pega` de extremidades reales y visuales, los cuerpos pierden estática, y ganan historias, contextos, posibilidades de cambio y movilidad. Aunque en 11 http://www.wulfdhund.de/lehre/?Geschichten:Varia%26nbsp%3B%26nbsp%3B 12 Kathrin Peters: Rätselbilder des Geschlechts, p. 122. primera instancia sea solo en papel o en una comunicación en un congreso sobre el cuerpo y sus expresiones. Bibliografía y webgrafía Haraway, Donna J.: Simians, Cyborgs, and Women. The Reinvention of Nature. London: Free Association Books 1991. De Lauretis, Teresa. Technologies of Gender. Essays on Theory, Film and Fiction. Bloomington: Indiana University Press 1987. Galton, Francis: Retratos compuestos (1878). En: Juan Naranjo (ed.), Fotografi a, Antropologi a y Colonialismo (1845 - 2006). Barcelona: Gustavo Gili 2006, pp. 64 - 79. Hund, Wulf D.: Die scho ne Mainzerin. En: http://www.wulfdhund.de/lehre/?Geschichten:Varia %26nbsp%3B %26nbsp%3B – Die Ko rper der Bilder der Rassen. Wissenschaftliche Leichenscha ndung und rassistische Entfremdung. En: Wulf D. Hund (ed.), Leichenscha ndung. Bielefeld: Transcript 2009. Entfremdete Ko rper. Rassismus als Peters, Kathrin: Ra tsebilder des Geschlechts. Ko rperwissen und Medialita t um 1900. Zu rich: Diaphanes 2010. Preciado, Beatriz: Biopolítica del género. En: http://www.cnm.gov.ar/generarigualdad/attachments/article/277/Biopolitica_del_genero.pdf - El arte tras los feminismos. Hacia una historiografía postfeminista del arte contemporáneo. Entrevista con Beatriz Preciado por RWM Son(i)a, en el marco del curso monográfico en el MACBA, Barcelona 2008. En: http://www.macba.cat/es/rwm-sonia-entrevista-beatriz-preciado Ritter, Sabine: Facetten der Sarah Baartman: Repräsentationen und Rekonstruktionen der 'Hottentottenvenus'. Münster: LIT Verlag 2011. Williams, Carla: How to read character. En: http://carlagirl.net/photographs/ Willis, Deborah; Carla Williams: The Black Female Body. A Photographic History. Philadelphia: Temple University Press 2002.