Download QUISTES PARAOVÁRICOS EN EDAD PEDIÁTRICA
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Laura Pelegrí Martinez, Cinta Sangüesa Nebot, Julio Rambla Vilar, Dolores Muro Velilla, Sara Picó Aliaga Los quistes paraováricos representan el 10% de las masas quísticas anexiales en niñas. Se originan en el mesosalpinx o ligamento ancho localizado entre el ovario y la trompa de Falopio. (ESQUEMA 1) Histológica y embriológicamente se clasifican en tres grupos: mesoteliales (68%), paramesonéfricos (30%) y mesonéfricos (2%). La valoración quirúrgica es importante para establecer el origen paraovárico y sus posibles complicaciones. Los estudios de imagen son requeridos ante sospecha de cuadro agudo anexial. La ecografía es el método de imagen elegido en primer lugar, siendo el hallazgo más frecuente la presencia de un quiste unilocular de pared fina. Con frecuencia son indistinguibles de los quistes de ovario, aunque deben sospecharse si son ovoideos o se identifica el ovario homolateral normal. En Resonancia Magnética (RM) aparecen como lesiones bien delimitadas, de pared fina, de señal hiperintensa en secuencias potenciadas en T2 e hipointensas en T1. Los quistes paraováricos raramente se complican porque se expanden en el interior del ligamento ancho y no tienen pedículo, pero se han descrito casos de hemorragia, perforación, torsión o neoplasia. El tratamiento de elección es la cistectomía preservando el ovario. La punción aspiración no está recomendada debido al riesgo de malignización. Describir las formas de presentación de los quistes paraováricos en niñas. Revisar las características por imagen de los mismos. Realizar el diagnóstico diferencial con otras lesiones quísticas anexiales (quiste de ovario, hidrosalpinx, tumoraciones). Estudio retrospectivo desde enero de 2000 hasta agosto de 2009 de 16 niñas, con edades comprendidas entre los 9 y los 14 años, con diagnóstico quirúrgico de quiste paraovárico. 14 de las pacientes acudieron por un cuadro de dolor abdominal agudo. 2 fueron hallazgo casual en controles ecográficos por patología renal. A todas se les realizó una ecografía inicial, completándose el estudio con RM en tres casos . La ecografía preoperatoria se realizo empleando una sonda convex multifrecuencia de 2-6Mhz (equipo Toshiba: un Power Vision y un Aplio XU). Los estudios por imagen valoraron la localización, tamaño, características del quiste, como grosor de la pared y presencia de ecos en su interior, y morfología de ambos ovarios. Se estudio cuidadosamente el ovario ipsilateral al quiste, cuando éste fue visible, para valorar la relación entre ambos. La ecografía reveló en todos los casos la presencia de una lesión quística de localización anexial, con un tamaño comprendido entre los 4 y los 12 cm. Once de las lesiones se comportaban como quistes homogéneos simples (anecoicos y de paredes finas) (Fig. 1). En cinco casos se observaron características ecográficas de complicación del quiste: Tres presentaban tabiques o septos en el interior y dos tenían contenido ecogénico . El ovario ipsilateral se detectó en todos los casos excepto en dos. El diagnóstico de quiste paraovárico se sugirió cuando vimos el anexo ipsilateral (Fig. 2), los dos casos restantes se etiquetaron de quiste de ovario. Quirúrgicamente fueron quistes paraováricos, siete de ellos complicados (tres torsionados , dos hemorrágicos y dos cistoadenomas paraováricos) (Fig. 3). No existió relación entre los hallazgos ecográficos de quiste complicado y el resultado de la cirugía. Conociendo el resultado anatomopatológico de quiste paraovárico complicado, se revisó el estudio radiológico prequirúrgico, sin identificar imágenes radiológicas sospechosas de complicación del quiste. (Fig. 4 y 5). Figura 1. Lesión anecoica ovalada y de paredes finas, adyacente al anexo izquierdo que muestra un tamaño y morfología normal, con presencia de folículos en su interior. Figura 2. Lesión anecoica bien delimitada adyacente al ovario derecho que muestra un tamaño y morfología normal, con presencia de folículos en su interior. No se observa líquido libre en espacio de Douglas. U: útero; V: vejiga; O.D: ovario derecho; Q: quiste paraovárico. Fig. 3. imágenes de RM: (A) corte axial potenciado en T2 y corte coronal STIR (B). Se observa una masa quística multilocular, heterogénea . (C) en las secuencias potenciadas en T1 con saturación de la grasa y contraste I.V no se objetiva captación de los septos ni A B componente sólido . C Diagnóstico Histológico: Cistoadenoma Seroso A C Fig. 4. A y B: Imágenes de ecografía. Visualización de ambos anexos de tamaño y morfología normal, con presencia de folículos en su interior. C: Lesión anecoica de paredes finas y contornos bien definidos. B Diagnóstico Quirúrgico: Torsión Quiste Paraovárico B A Fig. 5. A y B: Imágenes de RM en corte axial dónde se observa una lesión de contornos bien delimitados y paredes finas hipointensa en secuencias potenciadas en T1 (A) y hiperintensa * en secuencias potenciadas en T2 (B) (flecha), con presencia de discreto líquido libre (cabeza de flecha). C: en el corte sagital se identifica dicha lesión posterior al útero (*). C Diagnóstico Quirúrgico: Torsión Quiste Paraovárico Los quistes paraováricos son infrecuentes en las niñas. La mayor parte de ellos se descubren en el transcurso de una ecografía practicada por cuadro de dolor abdominal agudo. Ninguna característica ecográfica distingue quiste paraovárico de quiste de ovario, salvo si es posible demostrar la presencia del ovario ipsilateral normal y separado del quiste. La RM no aportó al diagnóstico ningún dato más de lo que aportó la ecografía. El diagnóstico diferencial por imagen lo establecemos con el hidrosalpinx, quiste anexial y tumoraciones quísticas. Las complicaciones aparecieron en un alto porcentaje de nuestra serie (44%), y fueron diagnosticadas por la cirugía y por la histología. VI. Bibliografía