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Transcript
CARTA PASTORAL
Pastoral juvenil y vocacional desde la fe
+ FRANCISCO CERRO CHAVES
OBISPO DE CORIA-CACERES
Cuaresma
Pascua
Pentecostés
2013
2
INDICE:
Página
De entrada …………………………………….
4
Oración de búsqueda …………………………
8
Introducción …………………………………...
9
Primera parte:
Pastoral Juvenil y Vocacional
desde las entraña de esta tierra ………………. 10
Segunda parte:
La vida hay que vivirla como
un proyecto de amor …………………………… 15
Tercera parte:
La Iglesia un hogar para todos ……………….. 23
Cuarta parte:
Volver a casa: Lo esencial y
lo organizativo ………………………………...
27
Oración del animador ………………………… 31
¿Cómo volver a casa en nuestra diócesis? ….
32
Anexo …………………………………………… 34
3
DE ENTRADA
Desde la Delegación de Infancia y Juventud de nuestra Diócesis, tenemos el placer
de hacer esta presentación de la nueva Carta Pastoral de Cuaresma, Pascua y Pentecostés
de nuestra Diócesis, con una alegría enorme al ver cómo nuestro obispo, una vez más, nos
muestra su preocupación por nuestros jóvenes, y es el primero que sigue apostando por ellos
ante esta invitación que les hace de “volver a casa”.
El Santo Padre Benedicto XVI nos ha pedido que llevemos a cabo y celebremos un
“Año de la Fe”, y en su carta apostólica Porta Fidei nos invita a profundizar esa comprensión,
conocimiento, proclamación y amor a nuestra fe. Necesitamos jóvenes que vivan su fe y la
proclamen en cada aspecto de su vida. Los jóvenes, en particular, pueden llevar las
verdades del evangelio a todos los rincones de nuestra cultura, -al mundo del arte, la política
y los medios de comunicación-. Necesitamos jóvenes que vuelvan a casa, con una formación
sólida y una fe y amor grande a Jesús. Ayudará a fortalecer la iglesia entera y así ser testigos
más poderosos de Cristo en el mundo actual.
Invitar a los jóvenes a volver a casa, es apostar por ellos, es decirles que en la
Iglesia son importantes, que necesitamos de su presencia, pasión, y energía, para conquistar
un mundo más humano y más cristiano.
Los jóvenes de nuestros pueblos y ciudades más que nunca, están gritando un SOS.
La mayoría de ellos, están de vuelta de un mundo de pasión y de pecado, y nada le ha
satisfecho. Necesitan volver a casa y encontrarse con su familia. Esta familia que cuando
empezó su adolescencia, dejaron y ahora la necesitan para realizarse en su juventud. Es
nuestra oportunidad de abrirles las puertas, de buscar formas y maneras para que ellos
vuelvan a casa y sean felices.
Para que estos jóvenes puedan volver a casa os propongo dos claves de la carta Porta
Fidei a la Pastoral Juvenil de nuestras parroquias, colegios y movimientos.
A) Para que vuelvan debemos anunciar y encarnar la Palabra de Dios en la vida de
todos los Jóvenes.
El gran amigo que nunca nos falla: Jesús, “que inicia y completa nuestra fe” (Heb 12,2)
debe estar y ser el centro del Año de la Fe. La Pastoral Juvenil de las parroquias de nuestra
diócesis ha de esforzarse para que los jóvenes centren su vida en Jesús, él único que puede
dar “cumplimiento a todo afán y todo anhelo del corazón humano” (Porta Fidei 13). Dice
Benedicto XVI: “que la Palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada (2 Tes 3,1): que
este Año de la Fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, el Señor, pues sólo en Él
tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero”.
4
Volver a casa, es un encuentro con Jesús en la Eucaristía, que siempre lleva a querer
conocerlo como los Apóstoles. A tener una conversión auténtica y renovada, viendo cómo
Jesús desea perdonar nuestros pecados. Ponernos en camino de nuevo, para seguir
caminando junto a Él. Hay que “volver a casa” y sentarse a sus pies a escuchar su Palabra,
como María la hermana de Lázaro, y reclinar nuestra cabeza en su pecho, para escuchar los
latidos de su Corazón, como hizo el discípulo amado (Jn 12, 23). Este es el camino de la
verdadera paz interior, de dejar tantas cosas vanas y materialistas como nos separan de lo
divino, y confiar más en Él.
Para volver a casa en esta Nueva Evangelización que hoy la Iglesia nos está pidiendo,
nos hace falta conocimiento del Maestro, descubrir el gusto de alimentarse con la Palabra de
Dios y el Pan de la vida. En el evangelio, está el tesoro para poder ver con los ojos de la fe a
quien invita a evangelizar, a llevar la Buena Nueva de Jesús a los más jóvenes.
B) Para que vuelvan, debemos promover una “Nueva Evangelización”, para
adquirir una “nueva vida”.
La última vez que la Iglesia celebró el Año de la Fe, fue en 1957, cuando los jóvenes de
hoy éramos aún un proyecto de Dios. Sin embrago, las palabras del Papa Pablo VI en aquel
entonces, siguen siendo válidas hoy: (se trata de hacer) “una auténtica y sincera profesión de
la misma fe… confirmada de manera individual y colectiva, libre y consciente, interior y
exterior, humilde y franca…para reanimarla, para purificarla y para confesarla”.
El ideal se mantiene constante, para ser vivido por la juventud actual en su acontecer
histórico y cultural. Es un reto viejo y nuevo a la vez, para ser enfrentado como Iglesia durante
el año de la Fe. Importante ha sido en este camino el Sínodo sobre la Nueva Evangelización,
el cual pretende redescubrir la alegría de crecer y volver a encontrar el entusiasmo de
comunicar la fe. Nos pide un esfuerzo especial para el discernimiento de los signos de los
tiempos y la identificación de esfuerzos evangelizadores que están dando frutos en el mundo
actual.
Esta Nueva Evangelización, es una actividad propia de la juventud, que vive con
intensidad, la realidad de su momento histórico y tiene una capacidad creativa para encontrar
maneras de responder a ella. De ahí que la juventud esté llamada a volver a casa, y ser el
artífice de la renovación de la comunidad eclesial de nuestra Diócesis con sus ideales,
energías y acción, lo que implica un conocimiento profundo de su fe y la expresión de ésta
mediante palabras, estilo de vida y acciones; en la Pastoral Juvenil proponemos un Proyecto
de actividades complementarias que pueden encauzar las energías e ilusiones de los jóvenes
para fomentar una verdadera integración de vida y fe. Volver a casa en palabras del Beato
5
Juan Pablo II; es ofrecer una Nueva Evangelización que debe estar marcada por un nuevo
ardor, nuevos métodos y nueva expresión”.
Hna. Carlina Cardona
P. Fernando Alcázar Martínez (Edmp)
María Montaña Pulido
Delegación de Infancia y Juventud
6
A los Sacerdotes,
Diáconos Permanentes,
Religiosos y Religiosas,
Vida Consagrada, Laicos,
Chicos y Chicas de la Diócesis
7
ORACIÓN DE BÚSQUEDA
Padre,
cansado vuelvo a Tí,
con los ojos llenos de esperanza
y la ternura en mis manos.
Jesús, gracias por salir a mi encuentro,
por ofrecerme el Hogar de tu Iglesia,
tu Corazón siempre abierto
y sembrar en mi alma
el gozo del encuentro.
Ven, Espíritu Santo,
condúceme a ser “buena noticia para los pobres que sufren”
a dedicar mi vida,
a ser aliento en el camino
sandalias para el descalzo, sonrisa para el triste,
consuelo para el hundido
y que una y otra vez diga con mi vida a todos
¡Bienvenido a Casa!
Santa María de los jóvenes,
que descubramos que sin Jesús,
se acaba el vino de la fiesta del Amor.
Amén
8
INTRODUCCIÓN
He querido escribir una Carta Pastoral para que la lean los jóvenes y que se sientan que
verdaderamente se les quiere y que deseamos caminar con ellos y escuchar “sus luces y
sombras” en el camino de la vida. También quiero plantearte el que te decidas a seguir a
Cristo, como camino que es capaz de llenar plenamente el corazón humano. Sueña y te
quedarás corto. Los chicos y las chicas de nuestra Diócesis sois el centro de la Pastoral
Diocesana.
En mis años de Obispo he comprobado que la mayoría de chicos y chicas que he
confirmado, después no vuelven. Para mí ha sido un martirio y un interrogante en mi corazón.
A muchos sacerdotes, catequistas y padres les digo que si hemos trabajado bien y hemos
hecho nuestros deberes, volverán. Es decir la mejor pastoral con jóvenes es la que les ha
dejado en su corazón el deseo de que puedan volver porque han conocido una casa, un hogar,
una familia, donde se han sentido profundamente amados y respetados por los que formamos
la Iglesia.¡Ojalá no se fueran nunca! Pero si son muchos los que hacen la experiencia del hijo
pródigo de marcharse, que sepan que pueden “VOLVER A CASA”. Este es el principal
objetivo de mi carta, animar a que en nuestras parroquias y centros, los jóvenes se encuentren
como en casa. Facilitar el regreso.
Recuerdo que me impactó cuando Juan Pablo II visitó por primera vez Francia. Se encontró
en París en el estadio Parque de los Príncipes con muchachos y muchachas franceses y les
dijo que la Iglesia los quería, que volvieran a casa y terminó con una declaración de un gran
sentido pastoral. Al volver a casa y os volváis a encontrar con los que no vienen a la Iglesia,
los que se marcharon quizá decepcionados de ella, quizás porque no supimos contagiarles la
pasión por Cristo y por los pobres, decidles que vuelvan. Aquí está su Hogar. No les
reprochamos nada. Decidles que vuelvan.
Volved a casa, no tengáis la duda de que seréis acogidos y aceptados. Volver a casa que
tenemos el corazón sin puertas como el de Jesús.
¿Qué pastoral hemos realizado con los chicos y chicas que, cuando llegan los momentos
claves y dolorosos de su vida, los hemos dejado sin la tentación de volver a casa? No es esta
la mejor preparación para la Confirmación y para nuestras catequesis el que descubramos el
ser cristiano como el hogar del que nunca debemos marcharnos. ¿Estamos en casa? Pero… si
nos marchamos, volver a casa es decirles: pasa adelante. te estábamos esperando, como dice
un bello texto del Libro de las Horas (Vísperas de la liturgia de las Horas): “Caliente el pan y
envejecido el vino”. ¡Qué bueno! ¡Qué valiente! ¡Volver! Ya llegaste a casa.
Esta es la mejor Pastoral Juvenil y Vocacional. Como en casa en ningún sitio.
9
PRIMARA PARTE: PASTORAL JUVENIL Y VOCACIONAL
DESDE LAS ENTRAÑAS DE LA TIERRA
1.-
Una pastoral juvenil viva en el presente y con futuro.
2.-
Una intuición pastoral : “VOLVER A CASA”.
3.-
Desde la primacía de la Palabra de Dios.
10
1.-
UNA PASTORAL JUVENIL VIVA EN EL PRESENTE Y CON FUTURO
La evangelización de los jóvenes ha sido clave en mi vida tanto de sacerdote, como ahora
de obispo. Desde los años de Delegado de Pastoral Juvenil tanto en Toledo como en
Valladolid, como mi participación en la comisión de juventud de Apostolado Seglar de la
Conferencia Episcopal, esta pastoral sigue siendo central en mi ministerio. La amo
profundamente, porque veo dentro de ella miles de rostros de jóvenes a los que llevo en el
corazón
¿Cómo llegar hoy a los jóvenes? ¿Se puede hacer una pastoral juvenil en las parroquias
donde asoman tan pocos jóvenes? ¿No es mejor dejar esta pastoral sólo a los curas jóvenes,
religiosos y religiosas jóvenes, laicos jóvenes? Y como tenemos tan pocos ¿no será mejor
volver a los cuarteles de invierno mientras pasa la tormenta y con la que está cayendo soñar
que vuelvan tiempos mejores? Así se encuentran muchos. Nuestra Diócesis no es una
excepción.
En esta carta pastoral de conjunto sobre los jóvenes, escrita en el Año de la Fe, más desde
mi experiencia y desde mi vivencia que desde “recetas” que no conozco o desde soluciones
que ¡cuánto me gustaría tenerlas y ofrecerlas! pero no es así. Sólo balbuceo desde mi propia
vida por dónde deben ir los tiros hoy.
El camino de la pastoral con jóvenes es un camino abierto. Lo sustantivo, estoy seguro, que
todos lo tenemos claro: Ayudar a los chicos y chicas a encontrarse con Cristo Vivo que en su
Iglesia nos impulsa al servicio de la evangelización y de los pobres. Lo esencial está hoy más
claro que nunca. No podemos hacer una pastoral juvenil de entretenimiento, de no ir a la
fuente, a la raíz de tantos chicos y chicas que pasan por nuestras vidas (Parroquias,
Colegios, Grupos) y no se han enterado de lo que es ser cristiano porque nadie se lo ha dicho.
Mucho menos podemos realizar una pastoral juvenil estéril porque no se enseña a amar a la
Iglesia, sino a “crucificarla” , se les vacuna con la sospecha que se les ha inoculado a muchos
hoy, que la Iglesia es sospechosa. Lo que repite Umberto Eco en su famosa novela “El
nombre de la rosa”: La Iglesia es una institución oscurantista, medieval y enemiga de la verdad
y del progreso. Una crítica contra los de “arriba” para dejarlos en una generación sin padres,
sin referencia, sin autoridad y enseguida se les enciende la “luz roja” de no querer saber nada
porque se les ha transmitido una sospecha continua contra la iglesia, contra las
congregaciones religiosas, contra las parroquias, contra los pastores y acaban engrosando la
unidad de “quemados intensivos”.
Sí, en lo sustantivo, en lo esencial debemos todos ir a una. En lo adjetivo, en la creatividad
hoy necesitamos una pastoral juvenil valiente y a la vez con imaginación (armonizar lo
sustantivo y lo adjetivo). Recorriendo el camino seguro de lo que siempre será lo que dará
contenido a nuestra evangelización de los jóvenes, propiciar y facilitar ese encuentro con
Cristo que cambia la vida en su Iglesia y al servicio de los sufrientes. Así lo expresa el Vaticano
II y así lo presenta el catecismo de la Iglesia Católica o el YouCat, el catecismo para los
jóvenes. El Vaticano II, en palabras de Juan Pablo II y que luego repetiría Benedicto XVI: “La
11
brújula segura” para llevar hoy el mensaje de Jesús a la generaciones de chicos y chicas que
aún se acercan a nosotros.
Una evangelización es fecunda con los jóvenes cuando no estemos tan preocupados por el
número y por la cantidad, pero sí por formar de uno en uno a cristianos que insertos en la
Iglesia, vivan en el mundo con una profunda identidad cristiana y caminando con los “gozos y
esperanzas de los hombres que son los gozos y la esperaza de los discípulos de Jesús”, como
repite el Concilio vaticano II, “brújula segura” de la que tenemos que vivir en estos momentos
de la historia y que como la Biblia está casi por estrenar.
Es necesario dejar claro y aquí está nuestra creatividad: Hacer más sencillas las
estructuras, metodologías, procesos, coordinaciones, escuelas. Debemos hacer una pastoral
juvenil sustantiva, esencial, ayudando a los que vienen y saliendo al encuentro de los que ya
no vienen, diciendo: “Venid y lo veréis”, “nuestro tesoro es Cristo y es lo que te quiero ofrecer”.
No imponer, pero sí proponer, sin colorantes y conservantes, el mensaje y la vida de Jesús,
que es lo mejor de la vida.
Cuando yo era pequeño, recuerdo que salía, como todos los jóvenes, buscando fuera de
casa los amigos, la diversión. Después, no muy tarde, volvía a casa. Recuerdo que me decía
mi madre: ¡qué bien que estás en casa! Volver a casa era una experiencia de paz, de volver a
lo esencial, a la alegría de la familia, a la seguridad en medio de la noche, donde siempre se te
acepta como eres y se te quiere para mejorar.
Ahora cuando vemos que muchos chicos y chicas abandonan la Iglesia y después de la
confirmación no se les ve el pelo, en vez de caer en un cierto pesimismo, poco cristiano,
decido trabajar bien con ellos, ofrecerles lo mejor, dedicarles todo el tiempo que pueda,
acompañarles en el camino de la vida, y la señal de que hemos hecho un buen trabajo es que
se queden “en casa” , pero si se marchan que siempre vivan con la convicción de que pueden
“VOLVER A CASA” para ser inmensamente felices. Cristo siempre Vivo, dentro y fuera.
Volver al hogar es haber tenido la experiencia de que no nos fue tan mal.
2.-
UNA INTUICIÓN PASTORAL: VOLVER A CASA
Volver a casa es la clave de la Nueva Evangelización. Porque va dirigida sobre todo a
nosotros, que vemos que nuestros chicos y chicas se nos van y no sabemos qué hacer.
Tenemos la experiencia de que muchas veces ya no somos capaces ni de “entretenerles”.
Parece que ya hace tiempo que no les interesa lo que les transmitimos. Sus focos de atención
ya son otros. ¿No debemos quedarnos resignados? ¿No sería mejor, sabiendo que no está el
horno para bollos, dejar a los jóvenes y dedicarnos a lo que nos resulta más gratificante? ¿Qué
significa una pastoral juvenil de volver a casa?
Sencillamente, como decía el Hermano San Rafael Arnáiz: “Saber esperar”. No resignarse,
sino sembrar y sembrar, sabiendo que la siembra no coincide con la cosecha y no perder la
paciencia. Trabajar con lo que tenemos, con los que vienen, tratando de que se queden en
12
casa, pero si se marchan habremos trabajado bien si los buscamos fuera y sobre todo si los
acogemos incondicionalmente cuando vuelven, quizá después de haber comido las
“algarrobas de los cerdos”. (Lc 15, Parábola del hijo pródigo)
Volver a casa es una pastoral juvenil con inteligencia y corazón. Con inteligencia porque la
experiencia nos dice que la mayoría, después de haber cumplido con el expediente de la
catequesis de grupo para recibir el sacramento de la confirmación, rompen con la parroquia,
con los grupos y ya no vuelven. Con corazón porque parte de los jóvenes de hoy están, a
veces sin futuro, en el paro, en una sociedad siempre en crisis.
En casi todas las Jornadas Mundiales de la Juventud a las que he asistido, promovidas por
Juan Pablo II y Benedicto XVI he constatado que la mayoría de los jóvenes, son chicos y
chicas que vuelven a casa. No son los que están en los primeros momentos de la juventud
sino que la mayoría vuelven después de haber tenido una experiencia fuerte de encuentro con
Dios. El Señor los ha capturado. Muchos podrían decir con el profeta: “Me sedujiste, Señor, y
me dejé seducir; fuerte, más fuerte que yo y me pudiste”.
Volver a casa es una pastoral que implica a todos: sacerdotes, religiosos, laicos. No importa
que seamos mayores o jóvenes, hombres o mujeres, que estemos más o menos preparados.
Es evangelizar, tratando de ayudar a todos. Cada uno hará lo que mejor sabe, pero al servicio
de la evangelización. Como en una familia donde las claves en la fe son los padres, pero qué
importancia tiene los abuelos y los hermanos. Entre todos hacemos una pastoral juvenil de
“Volver a Casa”.
3.-
DESDE LA PRIMACIA DE LA PALABRA DE DIOS
Os invito a todos a leer este texto del Evangelio para ayudaros a comprender lo que
os trato de transmitir:
a) El hijo que se fue de casa ( Lc 15)
Un padre tenía dos hijos, así comienza la parábola. Jesús nos dice que el Padre no
se cansa de esperar, que acepta el que podamos vivir la libertad “perdidamente”, que hasta
lleguemos a caer en lo más bajo “comer las algarrobas de los cerdos”. Volver a casa aunque
las motivaciones del hijo estaban mezcladas de cierto egoísmo le espera una sopa caliente y
unas sábanas blancas, pero lo importante es que volvió. Había conocido el Hogar y volvió
distinto a como se había ido.
Esta experiencia la deberían saber todos los chicos y chicas de nuestras catequesis,
de nuestros grupos. La alegría de compartir la fe y si se van, son libres para preparar la vuelta.
b) El joven rico que se marchó ( Lc 18, 1)
Y Jesús “fracasó” en su pastoral juvenil. Muchos viven desanimados en la pastoral
juvenil. Debemos meditar más este pasaje. El desánimo brota de que nos gustaría mayor
eficacia y a los jóvenes les gusta correr la aventura, el riesgo. Son generosos, pero también se
13
mezcla con el egoísmo, la lucha por la supervivencia, la superficialidad. No son malos. Son
jóvenes. ¿Quién quiere seguir estando con ellos y acercarlos a que descubran que son
amados por el Corazón abierto de Cristo? Estar dispuestos al fracaso y volver millones de
veces como Jesús con el joven rico y seguir creyendo y apostando porque acabarán volviendo
a casa.
El joven rico se fue triste ¿No será la tristeza que encuentran muchos jóvenes “en lo
mundano” lo que les hará volver a casa? La realidad está a nuestro favor.
c) Hoy tengo que alojarme en tu casa (Lc 19)
El Señor a Zaqueo lo llama desde una situación de egoísmo, de pecado. Por ser jefe
de publicanos su vida “públicamente” dejaba mucho que desear. Jesús valora mucho el gesto
de hacer incluso el “ridículo” por Él subiéndose a un árbol para verle. Quizá el árbol de la
autenticidad de su pobreza, de su crisis sustancial. Sólo tiene que mirarle y dejarse mirar por
él. “Quiero alojarme en tu casa”. La casa es el Corazón del Señor. Es su Amor ofrecido
incansablemente. “Volver a casa” porque el Señor nos busca, nos hace entrar en la alegría de
haberle conocido, no nos deja hasta seducirnos y nos vuelve como Buen Pastor a la Casa del
Padre.
Zaqueo, nos puede ayudar a reflexionar y a orar para saber en qué situación me
encuentro.
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL Y EN GRUPO:
Me gustaría hacer comprender a los jóvenes – decía poco antes de
salir para la JMJ de Colonia – que es bonito ser cristiano. Existe la idea difusa
de que los cristianos debemos observar muchos mandamientos,
prohibiciones, etc…. agobiantes y opresivos. Yo quiero dejar claro que nos
sostiene una gran Amor. Que la revelación no es un peso, sino unas alas, y
que es bonito ser cristiano.
Cf. Benedicto XVI, Entrevista Radio Vaticano (14-8-2005)
14
SEGUNDA PARTE: LA VIDA HAY QUE VIVIRLA COMO
UN PROYECTO DE AMOR
“Sí, queridos amigos, Dios nos ama. Esta es la gran verdad de nuestra vida y que da
sentido a todo lo demás. No somos fruto de la casualidad o de la irracionalidad, sino que en el
origen de nuestra existencia hay UN PROYECTO de amor de Dios. Permanecer en su amor
significa entonces vivir arraigados en la fe, porque la fe no es simple aceptación de unas
verdades abstractas, sino una relación íntima con Cristo que nos lleva a abrir nuestro corazón
a este misterio de amor y a “vivir como personas que se sienten amadas por Dios” (Benedicto
XVI. Vigilia de oración en Cuatro Vientos, JMJ Madrid 2011).
1.-
La vida hay que vivirla.
2.-
La vida es un proyecto, es una aventura, es un viaje maravilloso.
3.-
Mirada a mi alrededor
4.-
Mirada a mi interior.
5.-
Jesús, el Señor, tiene que decirte algo.
6.-
Un amor incondicional.
7.-
Jesús ha propuesto su proyecto de amor sobre ti.
15
1.-
LA VIDA HAY QUE VIVIRLA
La vida es un don precioso. Tienes que vivirla. ¿Cómo? Iluminándola, orientándola con la
luz de la fe y proyectándola en una vocación.
La fe y la vocación se parecen a dos caballos que corren juntos tirando de un carruaje. A
veces la toma de conciencia de la vocación adelanta a la fe, bajo la forma de una vaga
intuición de servir a los demás. Es lo que socialmente se conoce como “vocación de servicio”.
A esta conciencia vocacional le falta el sentido de la fe, del amor personal a Jesús, del
discipulado.
Otras veces ocurre lo contrario, la fe adelanta a la vocación. Es el caso de personas muy
creyentes, pero que no han tomado conciencia de su vocación específica. Ocurre sobre todo
con los laicos, los jóvenes. Viven cumpliendo la voluntad de Dios, pero no le saben dar nombre
a eso que están viviendo.
Lo mejor es que los dos caballos corran juntos, es decir, que al mismo tiempo vayan
descubriendo el sentido de la fe y lo concreten en la vocación.
Toda persona creyente ha de cuestionarse a distintos niveles y con una profunda
convicción, acerca de su relación con Dios y con los hermanos: ¿qué hago en la vida, qué
quiere Dios de mí, qué sentido humano y cristiano debe tener mi vida? Estas preguntas
elementales le proyectarán al encuentro con Jesucristo y al tema de la cercanía, la semejanza
y el seguimiento de Jesús. Una vocación que es siempre convocación pues el seguimiento
supone un camino consistente de eclesialidad. El seguimiento de Jesús se vive en la comunión
de toda la Iglesia. Ser llamado significa ser amado.
“Cada cual encuentra su propio bien asumiendo el proyecto que Dios tiene sobre él
para realizarlo plenamente. En dicho proyecto encuentra su verdad y, aceptando esta
verdad, se hace libre”(Benedicto XVI, Caritas in veritate I)
El escultor:
El escultor contemplaba un tronco de madera noble que tenía delante. Entornando los ojos,
descubrió en él, como al trasluz, una talla perfecta, y luego otra y otra… en un desfile
interminable.
No eran seres imaginarios, no; eran reales: estaban allí dentro. Su oficio consistiría en
rescatar a aquellas criaturas liberándolas de su prisión de madera.
Pero al tomar la gubia se sintió totalmente paralizado. Desde el corazón de aquel tronco,
millones de seres levantaban los brazos clamando por su liberación. Salvar a uno era
abandonar a muchos. Pero no elegir era excluir a todos.
¿Cómo renunciar a salvar a aquella única criatura que era posible?
16
Y sintió un estremecimiento, porque intuyó de pronto que el tronco era su propia vida; las
figuras ocultas, los mil posibles modos de vivirla; y él mismo debía elegir un único destino y
tallarlo con sus propias manos.
Noble, ineludible y responsable tarea: tallar tu propia vida. Es difícil, pero apasionante,
¿no crees?
Me impresionó este testimonio de un futbolista italiano famoso. Estaba viviendo sin vivir y un
día después de un accidente, una enfermedad se encuentra con otro proyecto, el de Dios:
“Yo solía ir a muchas fiestas porque me sentía solo. Estaba vacío por dentro. Salía con mis
compañeros, llegaba tarde, pero una vez que volvía a casa, me preguntaba: ¿Qué me ha
quedado de esta noche? Me sentía incompleto, no me gustaba a mí mismo. He aprendido por
experiencia que el dolor es un camino para llegar a la felicidad: Quizá no habría encontrado a
Dios si no hubiera tocado fondo. Ahora he comenzado a rezar, a leer la Biblia y paso a paso
me he dado cuenta de que siguiendo las Palabras del Evangelio lleno ese vacío. (Nicola
Legrottaglie).
2.-
LA VIDA ES UN PROYECTO, ES UNA AVENTURA, ES UN VIAJE
MARAVILLOSO.
La vida no se realiza simplemente dejándonos llevar. Nuestra vida es un proyecto que
hemos de diseñar y realizar nosotros mismos. Por eso, la pregunta fundamental es ésta:
¿Cómo llegar a ser hombre? ¿Cómo llegar a ser mujer? Necesitas aprender el arte vivir.
Aprender a vivir es lo mismo que aprender a ser felices.
¿Cómo alcanzar la felicidad? Porque el Señor te ha dado el precioso don de la vida para que
seas feliz, y también te da los medios para serlo. El proyecto que ha pensado para ti es el
mejor y el que nadie puede hacer si tú no lo haces.
Muchas personas se encuentran al final de su vida que no saben que Dios tenía un
proyecto de Amor sobre ellas. Se perdieron quizás lo mejor de la vida. Tú y yo todavía estamos
a tiempo.
3.-
MIRADA A MI ALREDEDOR.
Mira la realidad, el mundo en el que has de proyectar tu vida.
Este mundo al que Dios ha amado tanto que le ha entregado a su propio Hijo, es desde
donde tenemos que vivir la vida como un don, como un regalo
¿Qué me ofrece?
17
Muchos viven desilusionados. Salieron de casa, de su familia, no les va bien. Quisieran
volver. ¿A dónde?
Son muchos los chicos y chicas que ya están de vuelta. Otros no han ido, no han salido.
No tenemos más que esta vida. ¿Podemos jugar con ella? ¿Podemos hacer experimentos?
4.-
MIRADA A MI INTERIOR.
Para realizar el proyecto de tu vida, para ser feliz tienes que conocerte a ti mismo, no solo
conocer la realidad que te rodea, y aceptarte.
Vivir la propia vida, no permitir que nos la vivan otros. ¡Es tan seductor, a veces, dejarse
vivir!
Sueñas con grandes cosas que tienen que ver con el amor, la bondad, la belleza, la verdad,
la paz, la justicia, … . Todo eso puede ser realidad, tiene que ser una realidad.
Has de contar con tus dones y tus limitaciones, sí tus limitaciones, es muy importante.
Y, sobre todo, tienes que contar con lo misterioso en tu vida, porque tu vida es un misterio;
es decir, tienes que contar con la dimensión trascendente de tu ser. Hay muchos interrogantes
a los que no sabemos cómo dar respuesta: ¿por qué estoy en el mundo? ¿Qué sentido tiene
mi vida? ¿Por qué hago el mal pudiendo hacer el bien? ¿Cuál es mi destino final?...
Debes aceptarte.
Para aceptarte necesitas sentirte aceptado sin condiciones por otros. Pero, con frecuencia,
tienes la sensación de no ser aceptado. ¿Te sientes amado y aceptado de verdad?
Sin embargo, hay Alguien que te acepta como eres y no te pide que cambies para amarte,
aunque, eso sí, te sueña más parecido a Él, más en Dios, más libre, más feliz, más en paz, te
sueña mejor. Este es el proyecto de Amor de Dios sobre ti.
Hay pasajes en el Evangelio en los que constatamos esto.
El encuentro de Jesús con Zaqueo puede darte luz. Jesús lo amó como era, antes de que
cambiara y, cuando se dio cuenta de que era tan aceptado y amado, Zaqueo cambió. Te lo he
contado al principio de esta carta. Y así le sucedió al hijo pequeño de la parábola del Padre
Misericordioso, y a Pablo, y a Francisco de Asís, y … .
Así, pues, la base para aceptarte como eres está en sentirte querido, ser tú mismo, de
sentirte amado por quien es la fuente del verdadero Amor: Jesucristo independientemente de
tus cualidades o defectos, al margen de que seas mejor o peor.
18
5.-
JESÚS, EL SEÑOR, TIENE QUE DECIRTE ALGO.
¿Quién es Jesús, el Señor? Es nuestro hogar. Es el Camino de la Vida Verdadera que diría
la Madre Teresa de Calcuta. Es lo mejor de la vida
“No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el
encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con
ello, una orientación decisiva”. (Benedicto XVI, Deus caritas est)
Quién es Jesucristo para ti. ¿Te has encontrado alguna vez con Él? En estos momentos
que vives ¿cuál es tu relación con Jesús?
Eres un ser en relación con Dios, con los demás y con las cosas, que te llaman
continuamente.
El tipo de proyecto de vida que tomes definirá tu vida, el tipo de relación que tengas con
Dios, con los demás, con las cosas determinarán tu estilo de vida.
No acertar en estos momentos es demasiado peligroso. Nos podemos perder. No acertar en
el camino puedes jugarte mucho. ¿Por qué no metes en tu vida al Amigo-Jesús que nunca
falla?
Aceptamos que Jesús revela al hombre su identidad (GS 22). Por tanto, hemos de
acercarnos a Él para ver cómo plantea esas relaciones, cómo se sitúa Jesús en la vida:
Ante Dios: ………………
Ante los hombres: ……..
Ante las cosas: …………
Hijo
Hermano
Señor
Cuando hagas un rato de oración todos los días verás cómo Jesús te pone las pistas en el
camino ni una más para encontrar el camino de vuelta al Hogar .Busca un sacerdote o una
persona formada (religioso, religiosa o laico) que te acompañe en el camino de la vida.
6.-
UN AMOR INCONCIONAL
Ha dado la vida, te ha salvado y esa Salvación te llega, principalmente, por los
Sacramentos. Jesús hoy resucitado y vivo en la Iglesia prolonga su presencia y su acción en
nosotros a través de los sacramentos como encuentro con su Corazón sin puertas
a)
Bautismo
El bautismo es una gracia inmerecida, la expresión del amor que Dios nos tiene en Cristo.
Nos hace hijos de Dios y de la Iglesia y con el mismo Padre, hermano.
Los bautizados podemos decir, con san Pablo, que es Cristo quien vive en nosotros.
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En la carta a los Colosenses (3, 1-17), san Pablo nos da idea del enorme cambio de
actitudes, del “paso” en la persona adulta. En el rito actual del bautismo todo eso se expresa
en las llamadas “renuncias bautismales”, en la confesión de fe recitando el credo, y se
simboliza en el vestido blanco que se le pone al niño y en la luz de la vela que se entrega a los
padres, encendida en el cirio pascual , símbolo de Jesucristo Resucitado.
Siempre tienes ocasión de asumir, consciente y responsablemente, tu condición de
bautizado. Sé coherente con tu condición de cristiano; la coherencia es fuente de verdadera
alegría.
b)
Eucaristía
Para ir madurando en la fe e ir descubriendo tu vocación, la Eucaristía es el “lugar” más
cierto y seguro.
¿Quién es la Eucaristía?
La Eucaristía es Jesucristo mismo que te ama hasta el extremo: “Nadie tiene amor más
grande que quien da la vida por sus amigos” (Jn. 15,13). Su vida te la da en la Eucaristía
siempre que tú quieras. En ella está y actúa. Y ¿cómo actúa Dios? Amando, pues Dios es
Amor. Acercarse a la Eucaristía es dejarse envolver y empaparse en el amor de Dios.
Y la Eucaristía es para celebrarla, para recibirla, para adorarla, para vivirla.
Celébrala: No es aburrida la Misa. Desde que era adolescente participo diariamente en la
Eucaristía. Es una gozada, un Amor que se hace entrega y presencia como decía san
Francisco de Asís en las pobres apariencias de un poco de pan y un poco de vino.
Recíbela: Acércate a comulgar bien preparado por dentro y por fuera.
Adórala: Sólo los que adoran al Señor en la Eucaristía son libres, viven en la libertad de los
hijos de Dios.
Vívela: Cuando uno quiere encontrarse con el Dios de la Vida, la Eucaristía es la alegría de
un encuentro de Amor que lleva al servicio de los pobres.
c)
Reconciliación
Tienes que descubrir el sacramento del perdón, la confesión. En el Evangelio se nos brinda
un retrato insuperable, nos lo ha dejado Jesús: la parábola del hijo pródigo, el padre y los dos
hijos. Ante este sacramento a nosotros nos sucede como a los dos hijos: tenemos una
concepción falsa del Padre Dios y así nos comportamos. Los hijos de la parábola lo ven como
“amo”: “Trátame como a uno de tus jornaleros”, le dice el menor. Y el mayor, con descaro, le
reprocha: “En tantos años como te sirvo, nunca me has dado un cabrito para comérmelo con
mis amigos”. Se considera jornalero, criado. No se ha dado cuenta de que Dios es Padre y él
hijo y que todo lo del padre es suyo. Sirve, pero no ama. ¡Cuidado! Tampoco es amar sin
servir, pues el amor que no sirve, “no es amor”.
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Es fundamental en nuestra fe, vivir sabiendo que existe un Padre que nos espera siempre,
si nos hemos marchado de casa. Es fundamental saber que al regresar, la casa del Padre, no
hay celda de castigo, sino mesa de fiesta y alegría que libera. Basta que demos un paso, basta
con balbucir la primera sílaba de una palabra de arrepentimiento, para que a Dios se le
conmuevan las entrañas.
Volver a Casa, volver al Hogar es la alegría de quien descubre que el Padre “le besó y le
abrazó”. La mayor expresión del Amor de Dios es su Misericordia que se expresa con su
perdón. Confiésate con frecuencia y encontrarás la vida.
d)
Confirmación
La contemplación de Cristo. El núcleo de la catequesis de la confirmación y de la misma fe
es la vinculación con la persona de Jesucristo. Se trata de conocerlo, de amarlo, de vincularse
con Él por medio de la oración y, más específicamente, de la contemplación de su persona. La
contemplación de Cristo tiene diversos grados de profundidad. Al principio es externa, centrada
en sus obras, pero luego se van percibiendo sus actitudes, después sus sentimientos y
motivaciones, al final su entrega definitiva y gratuita, su Persona que arrastra y enamora.
Identificarse con su Corazón que nos dice san Pablo: ”Tened los mismos sentimientos de
Cristo”
San Ignacio tiene una aguda intuición cuando, en la segunda semana de los Ejercicios
Espirituales, propone la contemplación de la vida de Jesús. Dice él que, contemplando los
misterios de Cristo, el hombre puede discernir para qué forma o estado de vida es llamado por
Dios. De modo que hay un vínculo entre la contemplación del Señor, núcleo de la catequesis
de confirmación, y su seguimiento. Quien contempla a Cristo puede seguirlo. El seguimiento se
alimenta de la contemplación. Es llamativo que en este Año de la Fe, el Papa haya insistido
mucho en la contemplación amorosa de la persona de Jesús. El rostro y el Corazón de Jesús
nos habla de que siempre podemos volver a descubrir su Amor Incondicional.
La celebración del sacramento de la Confirmación tiene un rito y un don:
El rito de la unción. La unción con el santo Crisma es de una simbología compleja. Es el
mismo aceite que se utiliza para la consagración bautismal y para la unción sacerdotal. La
unción de la confirmación queda así a medio camino entre el bautismo y la consagración a una
misión dentro de la Iglesia, de donde se deriva un contenido vocacional importante. La
monición que hace el Obispo antes de la oración e imposición de manos dice:
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso y pidámosle que derrame el Espíritu
Santo sobre estos hijos de adopción que renacieron ya a la vida eterna en el Bautismo,
para que los fortalezca con la abundancia de sus dones, los consagre con su unción
espiritual y haga de ellos imagen perfecta de Jesucristo.
Es la misma unción espiritual con que Cristo es ungido; unción que está en el origen de toda
misión.
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c)
El don del Espíritu Santo. La confirmación, como sacramento del Espíritu Santo
vinculado a la difusión de los carismas, también apunta hacia un contenido vocacional. Antes
que tratarse de dones del Espíritu Santo, se trata de carismas que se ponen al servicio de la
comunidad, para cuyo cumplimiento recibimos la unción o consagración espiritual.
7.- JESUS HA PROPUESTO SU PROYECTO DE AMOR SOBRE TI.
(En la Biblia aparecen personas que pueden iluminar nuestro seguimiento de Jesús).
a)
b)
c)
d)
e)
f)
g)
h)
i)
Abraham: Nos habla de la fe que “se hace camino al andar”.
Moisés: nos enseña a ser “guía” en el desierto de la vida”.
María: a creer en el Dios de lo imposible.
Los Apóstoles: a seguir “ligeros de equipaje”.
Otros testigos cercanos a nosotros nos hablan del seguimiento de Jesús.
San Rafael Arnáiz: a continuar la vocación en medio de no pocas dificultades.
San Pedro de Alcántara: a ser peregrino “como raíces de árboles”.
D. Honorio María: a ser fiel en la sencillez de una vida entregada.
y ¿tú?.
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL Y EN GRUPO:
Nos aflige un gran problema, el de los católicos que abandonan cada día
más, sobre todo en las generaciones jóvenes, la vida eclesial. Ésos han de
constituir para nosotros motivo de preocupación pues hemos de ser
conscientes de que se van porque son incapaces de resistir el agnosticismo,
relativismo y el laicismo. Se trata de bautizados no suficientemente
evangelizados y por eso fácilmente influenciables en su fe frágil, confusa,
vacilante e ingenua. Les falta, en definitiva, una evangelización en la que
Cristo y su Iglesia estén en el centro de toda explicación.
Cf. Benedicto XVI, a los obispos de Brasil en Sao Paulo (11-5-2007).
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TERCERA PARTE: LA IGLESIA UN HOGAR PARA TODOS
…Permitidme que os recuerde que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la
comunión de la Iglesia. (Benedicto XVI / JMJ . Madrid 2011)
1.-
La Iglesia continúa el proyecto de Jesús.
2.-
Proyectos de Jesús en la Iglesia.
3.-
Recursos importantes para crecer en la fe.
4.-
Los animadores de la fe de los jóvenes.
23
1.-
LA IGLESIA CONTINÚA EL PROYECTO DE JESÚS.
La realidad que es la Iglesia se describe en los escritos del Nuevo Testamento y en la
tradición con multitud de imágenes. Todas ellas hacen referencia a la comunión de vida con
Dios y entre los hermanos. Las tres más significativas son éstas: la Iglesia es pueblo de Dios,
cuerpo de Cristo y templo del Espíritu.
El Concilio Vaticano II habló abundantemente sobre la Iglesia.
Su misión: evangelizar. Es decir, decirles y contarles a todos el Amor del Padre que tiene un
Hijo que se llama Jesús que es el Salvador de todos
La llamada a la Nueva Evangelización, es una tarea prioritaria y urgente de la Iglesia hoy, y
esa Iglesia eres tú, que has de ser evangelizado y evangelizador. Evangelizar a todos y
siempre, con palabras y con obras. La tarea es ilusionante. Hacen falta brazos. Jesucristo te
necesita, cuenta contigo.
No debemos confundir la Iglesia con “los eclesiásticos” que somos todos y que a veces no
vivimos con coherencia el Evangelio. La Iglesia es la Esposa de Cristo “una, santa, católica y
apostólica”. Los que la formamos, tú también, a veces no somos capaces de revelar el rostro
de Jesús
2.-
PROYECTOS DE JESÚS EN LA IGLESIA.
Podemos encontrar tres en este proceso:
El de la vocación genérica, cuando la persona quiere seguir a Jesús y con eso le basta.
Se define como creyente, pero no se compromete en ningún camino específico.
El de la vocación específica, cuando la persona quiere seguir a Jesús en la vida laical,
sacerdotal o religiosa. Se define como creyente en búsqueda, la vida es búsqueda, no lo
olvides, y comienza a definir los rasgos específicos del seguimiento de Jesucristo.
El de la pertenencia institucional, cuando la persona se compromete en un proceso
vocacional en una diócesis o en una institución religiosa. Ha elegido un camino por el cual se
hace concreto el seguimiento de Cristo. Es la vocación sacerdotal o de vida consagrada.
Es importante que te preguntes en qué nivel del proceso vocacional te encuentras al recibir
el sacramento de la Confirmación o en este momento. Porque si quieres seguir a Jesús y
asumes un compromiso dentro de la comunidad cristiana, tienes que concretar.
¿Hasta qué punto este compromiso es real? No está completa tu opción de fe sin una seria
consideración de la llamada de Dios y sin una determinación vocacional.
a) Vocación laical. Vocación matrimonial. Esta vocación es la transformación del mundo,
según el Corazón de Dios.
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b) Vocación consagrada: Es el seguimiento de Cristo pobre, casto y obediente, es el
carisma de cada fundador y familia de consagrado.
c) Vocación sacerdotal: Es la vocación del Pastor “que da la vida por las ovejas”.
3.-
RECURSOS IMPORTANGTE PARA CRECER EN LA FE.
a) Oración. Lectio divina: Sin la oración perdemos fácilmente la brújula de la vida
cristiana. Orar es vivir. Decía santa Teresa de Jesús que con la oración siempre
llegamos a buen puerto.
b) Apostolado: Lo que no se da se marchita.
c) Dirección espiritual: Si no somos acompañados es normal perderse.
d) Presencia de María, Virgen y Madre: Ella acompaña como mujer, madre y amiga los
pasos en todos los momentos y circunstancias de la vida momento
4.-
LOS ANIMADORES DE LA FE DE LOS JÓVENES.
Palabras de gratitud: Gracias, os necesitamos.
Palabras de ánimo: Seguir sembrando en nuestra Diócesis, en la Iglesia. Ayudar y
acompañar a tantos chicos y chicas en el descubrimiento del Amor de Dios.
Necesidad del testimonio: animadores de la fe, necesitamos testigos. Ya nos lo dijo Pablo
VI: hoy se sigue más a los testigos que a los “maestros” y si se oye a los “maestros” es porque
son testigos. Los jóvenes necesitan ver y oír. Cuando santa Teresa fundó el Monasterio de
Valladolid, llamado de la Concepción de Nuestra Señora del Carmen, se llevó, entre otros, a
san Juan de la Cruz. ¿Para qué? Para que aprendiera en qué consistía la Reforma del
Carmelo. No le dio una charla, no le dio normas, le dio ejemplo, le hizo ver. Y san Juan de la
Cruz vio y oyó y comenzó la Reforma de los Carmelitas.
Nos recuerda la respuesta de Jesús a los dos discípulos que le preguntaron, dónde, cómo
vivía, cuál era su estilo de vida. “Venid y lo veréis”, fue su respuesta. O las palabras que
contestó a los emisarios de Juan Bautista: “Id y decidle a Juan lo que habéis visto y oído”.
Hoy en la pastoral de Infancia y Juventud, pastoral vocacional, universitaria, catequesis,
tenemos que estar implicados todos: sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos hombres y
mujeres. No sobra nadie. Necesitamos a todos. O estamos todos unidos y armonizados o no
sonará bien la sinfonía en estos momentos de nuestra historia, de una pastoral que tiene como
protagonista a los jóvenes que son hoy el blanco de todas las ofertas y de todas las ideologías.
Las Parroquias deben ser “taller y hogar” donde los chicos y chicas se encuentren, como nos
decía un joven, cuando era delegado de pastoral juvenil de Valladolid: en la parroquia me
siento como en casa, “en zapatillas”. La parroquia debe facilitar la presencia y el acompañar
los procesos de la fe de los niños y de los jóvenes, para que en la comunidad parroquial se
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sientan acogidos y queridos, y que ellos descubran el gozo y la alegría de la vocación. ¿Existe
algo más hermoso que seguir al Amor de los amores que se llama Jesús de Nazaret?
Los Colegios Católicos son más necesarios que nunca con el carisma de los religiosos y
religiosas. La Iglesia Diocesana que camina en Coria-Cáceres agradece siempre su gran labor
pastoral, sin los cuales probablemente las posibilidades serán mucho más pobres o nulas.
Vuestra evangelización a través de la enseñanza y la cultura se hace hoy más importante y
urgente que nunca.
Los Movimientos deben ser una auténtica familia donde tantos chicos y chicas “sientan
razones para seguir esperando”. Que los jóvenes descubran que tienen que ser evangelizados
y evangelizadores de los jóvenes en su ambiente y en sus lugares de trabajo. Insertos y
gozosos en la vida parroquial y diocesana los movimientos, nuevas comunidades, las nuevas
realidades eclesiales, las comunidades neocatecumenales, tienen que ser verdadera oferta
donde descubran lo esencial del Amor de Dios que nos impulsa a evangelizar y a dar la Buena
Noticia a los que sufren.
Las Delegaciones Episcopales. Especialmente las que tienen una misión más directa con los
jóvenes.
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL Y EN GRUPO:
Queridos jóvenes: … permitidme también que os recuerde que seguir a
Jesús en la fe, es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede
seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir “por su cuenta” o de
vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad,
corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una
imagen falsa de Él.
Tener fe es apoyarse en la fe de los hermanos, y que tu fe sirva igualmente
de apoyo para la de otros. Os pido, queridos amigos, que améis a la Iglesia ,
que os ha engendrado en la fe, que os ha ayudado a conocer mejor a Cristo,
que os ha hecho descubrir la belleza de su amor. Para el crecimiento de
vuestra amistad con Cristo es fundamental reconocer la importancia de
vuestra gozosa inserción en las parroquias, comunidades, movimientos, así
como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción
frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación
de la Palabra de Dios.
Cf. Benedicto XVI, Homilía en Cuatro Vientos (JMJ , Madrid, 21-8-2011)
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CUARTA PARTE: VOLVER A CASA,
LO ESENCIAL Y LO ORGANIZATIVO
“No hay Jesús sin Iglesia” (Benedicto XVI. Vigilia de oración en Cuatro Vientos / JMJ Madrid
2011)
1.-
Desde la esencial.
2.-
Lo organizativo en Pastoral Juvenil.
3.-
¿Dónde debería insistir una Pastoral Juvenil Diocesana?
27
1.-
DESDE LO ESENCIAL
Son las convicciones de la Iglesia y que son irrenunciables y que deben estar presentes en
toda Pastoral Juvenil.
a)
La pasión por un Amor llamado Jesús de Nazaret. Si una Pastoral Infantil y
Juvenil no facilita el encuentro personal con Cristo no irá a la raíz vocacional de la
persona. ¿Qué va a elegir si no se ha encontrado con la persona Viva de Jesús?
La pasión por el Señor como una experiencia donde nos jugamos la vida, tiene que ser
la base y el objetivo principal de todo encuentro de jóvenes. Hacer una pastoral de
entretenimiento y sólo lúdica, no debe hacer perder el objetivo central.
Facilitar el encuentro con Jesús. Para toda esta realidad en una pastoral con jóvenes
debe primar la centralidad de la Eucaristía y ayudar a la relación con Dios a través del
sacramento de la penitencia y subrayar en el encuentro orante con la Palabra de Dios.
b)
El amor a la Iglesia. Una Pastoral Infantil y Juvenil que siempre crea sospecha en
el amor al Papa, a los Obispos, a la Iglesia, bajo capa de que es el rechazo a “la
institución”, estamos esterilizando la pastoral con jóvenes ¿Cómo se van a plantear
una entrega vocacional cuando les hemos sembrado todo tipo de sospechas graves
sobre la institución? Sólo se entregarán si tienen vocación de mártir o si se enamora
uno de la Cabeza (Cristo) unido al Cuerpo (Iglesia), si no sería un amor
descuartizado.
No podemos separar a Cristo de la Iglesia, a la Cabeza del Cuerpo. ¿Del amor al Señor y a
su familia?: pueblo de Dios que camina en esta tierra. Si queremos y debemos luchar para que
la Iglesia sea más santa y más fiel al Evangelio, comencemos nosotros dando testimonio de
coherencia porque a veces todos ”los críticos” están muy lejos de dar pasos hacia lo que ellos
critican y no hacen nada.
Tenemos que ayudar a distinguir entre la Iglesia y los que somos “eclesiásticos”. Como nos
recuerda Benedicto XVI: No hay Jesús sin Iglesia.
La Iglesia es el Hogar de todos los bautizados donde se nos ofrece incansablemente el
tesoro que es Cristo, nacido de María Virgen. Todos los demás “eclesiásticos”, sacerdotes,
religiosos y laicos no son sólo la Iglesia, sino que forman parte de esta Iglesia santa y
pecadora. La Iglesia como comunidad acogedora, una familia, para “Volver a Casa”. La
Iglesia debe ser el lugar y el espacio para que “todos encuentren en ella motivos para seguir
esperando” comoe dice la Plegaria Eucarística V.
c) Amar a los chicos y chicas como son. Esto es sustantivo en una pastoral que dará
unos frutos cuanto más se ame a los que se le encomienda evangelizar. No se puede
evangelizar a los jóvenes si no se les ama. Como decía san Juan Bosco: Me basta que
seáis jóvenes para amaros. Y contar con ellos, con sus luces y sombras, pero amarlos y
apostar por ellos. Recuerdo que me invitaron los Salesianos de Valladolid a predicar la
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novena de María Auxiliadora en el barrio de la Esperanza, entonces un lugar donde tantos
jóvenes subían a buscar la droga. Visitando el barrio me contó el superior que ellos
celebraban mucho lo que llamaban el día del silbido. Yo le pregunté: ¿Qué es eso del día
del silbido? Me contó: que una vez estando san Juan Bosco, que era coadjutor en una
parroquia de Turín estando en la sacristía llegó un chico de aquellos que vivían en la calle.
El párroco que estaba con San Juan Bosco le preguntó si sabía leer, rezar, algún oficio. A
todo le respondió que no. Y cuando el párroco se disponía a despacharlo Juan Bosco le
preguntó: pero ¿sabes silbar? Y el chico le dijo que sí. Entonces le invitó Juan a irse con
él, a seguirle y así comenzó una gran parte de la aventura salesiana en Turín, sólo porque
había alguien que creyó en un joven que sólo sabía silbar. No habrá Pastoral Juvenil sin
apostar por los jóvenes.
2.-
LO ORGANIZATIVO EN LA PASTORAL JUVENIL
(Fidelidad creativa)
Una Pastoral Infantil, Juvenil y Vocacional tiene que estar muy inserta en el Plan Pastoral
General y debe ser la pastoral prioritaria, porque es urgente y necesaria, para hoy y para el
futuro.
Una Pastoral Juvenil tiene que organizarse, desde la Delegación Episcopal. Tener un
equipo unido, plural y a la vez compuesto por todos los que están de una u otra manera
implicados en la Pastoral Infantil y Juvenil de la Diócesis.
Si funciona el equipo como expresión de la Iglesia-comunión se facilita luego la labor
pastoral.
Clave: El lugar donde van los jóvenes y que tiene que tener muy claro a la hora de organizar
la pastoral juvenil.
Las parroquias deben ser el lugar para “Volver a Casa”. La parroquia debe abrirse a toda
la pastoral juvenil que tiene también una relación transversal, porque está vinculada a la
pastoral infantil, a la familia y sobre todo, tiene que ser vocacional, que es la búsqueda de la
voluntad de Dios para cada uno.
Los Colegios, con sus religiosos y religiosas, los Centros de Enseñanza tienen que
estar muy presentes en la pastoral juvenil de la Diócesis. Apoyando y coordinando la realidad
infantil y juvenil que brota y surge de los carismas de las distintas instituciones religiosas o de
vida consagrada que viven en contacto y en servicio de los jóvenes. La pastoral juvenil tiene
que estar muy presente en todos los colegios y centros de enseñanza a través de los carismas
de los religiosos, de los profesores de religión o también ayudando a los chicos y chicas que
buscan al Señor, que tienen fe y que muchas, veces les cuesta expresar en la sociedad actual
que trata de marginar a los creyentes o no dar espacio a una fe expresada públicamente .
Los movimientos juveniles que muchos de ellos están insertos en los ambientes “para
transformar el mundo según el Corazón de Dios” del que hablaba el Vaticano II sobre todo en
29
el decreto sobre el apostolado seglar, donde se habla del campo de los laicos, la familia, la
cultura, el mundo del trabajo, de lo social, el campo político, donde el ser cristiano está llamado
a construir “la civilización del Amor” que tiene a Cristo como la base para unas relaciones de
amor, fraternidad y solidaridad.
Las cofradías donde muchos jóvenes buscan hoy una expresión de su fe a veces latente
y otras veces por influencias familiares y tradicionales. Es necesario que no se olvide, en el
campo pastoral juvenil, las cofradías. Me comentaba un Obispo que en su Diócesis la mayoría
de los jóvenes y de las vocaciones han iniciado el camino de la fe en las cofradías y
hermandades. No debemos olvidar este campo tan inmenso y a veces poco cuidado y poco
cultivado por la pastoral juvenil. La mayoría de nuestros jóvenes pertenecen a alguna cofradía.
3.-
¿DÓNDE DEBERÍA INSISITIR UNA PASTORAL JUVENIL DIOCESANA?
Primero: Potenciar los grupos juveniles de la parroquia o del entorno de la Diócesis.
En la medida de lo posible se debería tratar de ayudar a todos estos grupos a vivir la
comunión y a darle una estructura diocesana abierta a las realidades universales. Estos grupos
de jóvenes se pueden encauzar hacia los grupos de Acción Católica General o grupos
especializados de Acción Católica, insertados en la pastoral diocesana.
Segundo: Las nuevas realidades eclesiales sabiendo que, como dice Benedicto XVI
expresa la primavera de la Iglesia, la pastoral juvenil debe apoyar, cuidar y fomentar, porque
muchos de ellos conectan con una manera actual y dinámica con gran parte de jóvenes que
ya no están “en casa” ni piensan por ahora “volver a ella”. Las nuevas realidades eclesiales
como los Neocatecumenales, Comunión y Liberación, Renovación Carismática, Comunidades
de San Egidio y Focolares, son verdaderamente una gracia para nuestra Diócesis. Debemos
ayudarles a crecer. Es muy necesaria la “coordinación” para que, aceptando y apoyando “su
carisma” si acontece en esta Diócesis su realidad, debe apoyarse y coordinarse con la
Pastoral Diocesana. No pueden estar al margen porque la comunión con el Papa, con la
Iglesia universal, pasa a través de la Diócesis.El sucesor de los Apóstoles, el Obispo, pastorea
en comunión con toda la Iglesia.
No dice bien cuando las grandes realidades eclesiales actuales y movimientos, no
participan o lo hacen de una manera sólo decorativa en los grandes acontecimientos
diocesanos.
Una coordinación de toda la Pastoral Juvenil en la Diócesis es “justa y necesaria”, si no
tenemos el peligro de perdernos y dispersarnos. Se resiente el fruto y la comunión .
También la Pastoral Juvenil al estilo de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que han
sido un acierto de los Papas para ayudar a los jóvenes a “volver a casa”, tiene que tener su
realidad cada año en la Jornada Diocesana de Juventud. En nuestra Diócesis son muchas las
Jornadas ya realizadas con gran éxito de presencia y de frutos. Preparar estas Jornadas y
celebrarlas implicando a todos, es un bien para la Diócesis
30
Es también claro que la Delegación es cauce de formación. Escuela de animadores de
Pastoral Juvenil, cursillos, retiros, peregrinaciones, ejercicios espirituales, Campamentos, aula
de verano, todo aquello que ofrece la Pastoral Juvenil como cauce de formación para “dar
razón de su esperanza” a los jóvenes que se la piden en el mundo que nos ha tocado vivir.
También la oferta de vivencias litúrgicas en clave juvenil como Vigilias, Adoración Perpetua,
Misas con jóvenes (como la que se celebra los domingos por la tarde en la Ermita de la Paz,
son también elementos que dan identidad a la Pastoral Juvenil.
ORACIÓN DEL ANIMADOR DE PASTORAL JUVENIL Y VOCACIONAL
Padre, Acogedor sin límites
Amor, ofrecido incondicionalmente,
por medio de Jesús, tu Hijo Amado
y movidos por el Espíritu Santo,
acudimos en estos momentos,
para presentarte
tantos chicos y chicas,
los que vienen y los que se fueron,
los que viven su fe
y aquellos que viven en todos los márgenes y fronteras.
Señor,
que vuelvan a casa
los que buscan fuera de Ti
la auténtica felicidad.
Ayúdanos y enséñanos
a buscar “la oveja perdida”
a animarles a volver a casa.
Santa María de Argeme
Madre de Dios y Madre nuestra,
ruega por todos los chicos y chicas
que buscan y buscan,
para que te encuentren a ti
en el camino de la Vida verdadera.
Amén
Es mi deseo como Obispo que camina en Coria-Cáceres, alentar a todos los que
trabajan en la Pastoral Infantil, Juvenil y Vocacional, para que, como María, bajo la advocación
de Argeme, suscite en esta tierra apóstoles incansables de su amor misericordioso.
Miércoles de Ceniza - 2013
+ FRANCISCO CERRO CHAVES
Obispo de Coria-Cáceres.
31
¿CÓMO VOLVER A CASA EN NUESTRA DIÓCESIS?
Delegación de Infancia y Juventud
ZONA SUR
Casa de la Iglesia
General Ezponda, 14
10004 Cáceres
Lunes a jueves De 17,00 A 19,30 horas.
Tfns.
927 62 73 38
625324728 Dedinju Hna. Carlina Cardona
699108932 P. Fernando Alcázar
687687414 Mª Montaña Pulido
ZONA NORTE
Casa de la Iglesia Beato Spinola.
C/Plaza de S. Benito 4
10800 Coria (Cáceres)
Jueves De 16,00 a 20,00 horas.
Tfns:
927503971
690680146 (David Flores Flores - Coordinador Zona –Norte)
E-mail: [email protected]
En nuestro deseo de acogida y lugar de encuentro para propiciar la “Vuelta a Casa” de los
jóvenes, tenemos las siguientes actividades en las que podéis participar:





Inicio de curso: Peregrinación a Guadalupe.
Acciones solidarias: Campo de trabajo en Alcuéscar y de verano.
Formación y cultura: Semana de cine espiritual. Congreso teológico.
Profundización y oración: Maratón de oración, Ejercicios Espirituales, Eucaristía
dominical.
Encuentros: Jornada diocesana de jóvenes, encuentro de confirmación, encuentros
de adolescentes y de infancia.
http://dedinju.blogspot.com.es/
https://twitter.com/#!/dedinju
http://www.facebook.com/dedinju
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 Delegación de Pastoral Universitaria
D. Isaac Macarro Flores
Casa de la Iglesia
Tfn. 650983761
 Delegación de Pastoral Vocacional
D. Miguel Ángel Morán Manzano
Casa de la Iglesia
Tfn. 679127379

Delegación de Catequesis
D. Francisco Neila Sánchez
Casa de la Iglesia
Tfn. 676146657
¡TE ESPERAMOS!
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ANEXO
CARACTERÍSTICAS DE LOS JÓVENES EXTREMEÑOS
Y ACTITUDES PASTORALES
Introducción
La etapa de la vida que llamamos “juventud” es diferente según las sociedades y las
épocas. En nuestro contexto puede decirse que los jóvenes están marcados por una tensión
entre lo que ya son y lo que “todavía no” se les permite. Joven es alguien que ya no es niño
porque ha madurado fisiológicamente, pero todavía no es considerado plenamente adulto. Es
decir, es alguien en busca de la emancipación económica, familiar y social.
Por eso, desde el punto de vista de la sociología, el joven viene marcado por las carencias:
no tiene independencia económica, sigue vinculado a su familia de origen y aún no tiene
vivienda propia y la quiere conseguir. Para ello estudia, busca empleo, establece relaciones
fuera de casa… Este tiempo de búsqueda cada vez se va alargando más y podemos decir que
es el “específico calvario” de los jóvenes. Y así, cuando analizamos su situación tenemos que
hablar de los problemas ocasionados por el paro, precariedad laboral, la dificultad para
acceder a una vivienda o para formalizar una relación de pareja, etc.
Por otro lado, desde el punto de vista de la psicología, la etapa de la adolescencia y la
juventud se caracteriza por la “construcción de la propia identidad”. Diríamos que va
desapareciendo el niño que fue y se tiene que ir construyendo el adulto. En la antigüedad este
proceso era bastante fácil porque uno se hacía adulto imitando, sin más, a los mayores. Era
suficiente con seguir la tradición. Un proceso cómodo, que venía marcado por el entorno
familiar y vecinal y que los jóvenes lo asumían sin cuestionar apenas nada. Las tensiones
entre las generaciones eran muy escasas. Había dos cosas que ahora son totalmente
distintas: 1) La etapa “joven” era breve o casi inexistente y 2) los cambios sociales y culturales
eran lentos y, por ello, fácilmente asimilables, sin ningún trauma.
Es claro, por lo tanto, que hablar de los jóvenes nos lleva a hablar del conjunto de la
sociedad en la cual se mueve y, con cuyos elementos, construyen su identidad.
Desde estas dos perspectivas se puede interpretar lo que “nos” está pasando con los
jóvenes.
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1.- ALGUNOS RASGOS DE LOS JÓVENES EN Y CON LA SOCIEDAD DE HOY
Digo “en” y “con” porque los jóvenes no son un colectivo aparte del resto y porque, como se
ha dicho antes, las dificultades vienen en cuanto que son jóvenes en esta sociedad. Además,
vaya por supuesto que, en el fondo, los jóvenes son termómetro, esponja y espejo de los
valores que priman en la sociedad.
1.1.-En lo económico-laboral
El desempleo y la precarización laboral entre los jóvenes, aumenta constantemente. Se dice
que más del cincuenta por ciento de ellos no encuentran trabajo. Cada vez dedican más
tiempo a estudiar y a capacitarse para el trabajo y muchas veces el empleo que consiguen no
responde al nivel de estudios alcanzado sino a otros inferiores. Muchos titulados universitarios
de Extremadura se marchan a buscar trabajo fuera de nuestra región.
Se dice que los jóvenes de hoy son los mejor formados de la historia pero, también,
fuertemente castigados por la escasez de empleo y la precariedad laboral, lo cual les obliga a
vivir una adolescencia forzosa y excesivamente prolongada.
Las dificultades para la emancipación son evidentes. Muestra de ello es que más del
sesenta por ciento de los jóvenes viven con alguno de sus padres y en el último decenio la
edad media de contraer matrimonio se ha retrasado en dos años. Los varones lo hacen con 31
y las mujeres con 29.
1.2.-En lo socio-cultural
En la sociedad actual se ha producido un ocultamiento, cuando no desaparición, de las
grandes ideologías y sistemas de pensamiento utópicos y en muchos jóvenes ello se traduce
en una especie de renuncia a cambiar el mundo y una mayor preocupación por lo próximo y lo
más cotidiano.
Para referirse al clima sociocultural de hoy algún sociólogo ha acuñado la expresión:
“cultura o sociedad líquida”, frente a la cultura “sólida” de la modernidad. Algo aplicable no
solo a la juventud sino a toda la sociedad en la que nada se presenta como seguro sino que
todo es móvil, todo es flexible, todo cambia. Parece que los jóvenes hoy construyen su
identidad sobre la base de que no hay nada fijo. Se mueven como en un gran supermercado
en el que cada uno toma el “producto” que más le apetece. Nos referimos no sólo a las cosas
materiales sino también a los valores, las aficiones, los criterios de juicio, las creencias, los
rituales, los símbolos, las formas de comunicación... Se encuentran con una multitud de
opciones posibles y, al mismo tiempo, eso les hace más complicado el ejercicio de la libertad,
al que, por otro lado, no pueden renunciar.
Los jóvenes de hoy seguramente son más constructores de su identidad que los de antes,
están obligados a ello, si quieren tener una identidad propia y no prestada.
Admiten grados de adhesión variable a las instituciones, a las personas y a las
situaciones. Para ellos el “todo o nada” no existe. Les cuesta mucho comprometerse a fondo y
se niegan a renunciar a elementos valiosos de su identidad si no es por una buena razón.
35
En muchos de ellos la primacía la tienen los valores relacionados con la afectividad y el
placer. Por eso valoran hoy tanto a la propia familia, como núcleo donde se sienten queridos y
no tanto como instancia autoritaria, y hay menos conflictos en el hogar. Diríamos que los
padres de hoy procuran que no se repitan las escenas que ellos vivieron con sus progenitores,
pero, a veces, a costa de no transmitir sus propios valores a los hijos para no coartar su
libertad.
En los amigos también despliegan buena parte de su afectividad. Un joven se comporta,
sobre todo, como lo hacen sus amigos, aunque afirmen continuamente que son del todo libres
y responsables.
Los estudios de los últimos años presentan un tipo de joven que mantiene una imagen
negativa de sí mismos: se ven consumistas, egoístas, vagos, indolentes… Muchas veces
puede tratarse de una imagen inducida por los adultos, los medios de comunicación o el
ambiente en general, que ellos mismos han internalizado.
En el campo de los valores se puede decir que hay en ellos un fallo entre los valores
finalistas y los valores instrumentales. Tienen en alta estima los primeros (la paz, la
ecología, la justicia, la libertad, la tolerancia, la lealtad…), pero, al mismo tiempo presentan un
fuerte déficit en los valores instrumentales, sin los cuales los primeros no se consiguen: el
esfuerzo, la autorresponsabilidad, el compromiso, la participación, la abnegación… Por eso
muchos de sus grandes deseos se quedan en bellos ideales difíciles de alcanzar. También
podría decirse que tienen mejor interiorizada la tabla de los derechos que la de los deberes
cuando en la convivencia social han de conjugarse los unos con los otros.
2.3.- En lo socio-religioso
Se ha acelerado el proceso de alejamiento de la Iglesia. El desapego es evidente, ya se
decía en el anexo de nuestro plan pastoral diocesano:
“Sólo algo más de la mitad se declaran católicos”1 (un 58,1 %) mientras que en 1994 lo
hacía un 77 %. Un 33,8 % se declara no creyente (en 1994 lo decía el 22 %) y uno de cada
seis (el 18 %) se considera católico practicante.
Cuando sobre una lista de instituciones se les propone que indiquen aquella que les suscita
mayor confianza, señalan la Iglesia el 20 %. Por debajo del ejército y la policía, pero por
encima de los jueces (15,2 %), el Gobierno (11,4 %), el Parlamento (8 %), los partidos
políticos y sindicatos (4,2 %)2.
1
En lo que se refiere a la religiosidad de los jóvenes nos fijamos en los datos ofrecidos por
TOMÁS CALVO BUEZAS en su estudio “Actitudes ante la Inmigración y Cambio de Valores”. CEMIRA.
La encuesta fue realizada en toda España en el primer cuatrimestre de 2008 a una población entre 14 y 19
años.
2
En esta pregunta no se incluían instituciones tan valoradas en otros apartados como la familia o
la escuela.
36
En otro lugar se les pide que indiquen donde “se dicen las cosas más importantes para
orientarse en la vida”. La Iglesia es señalada únicamente por el 1,1 % y a la pregunta de
“dónde te han enseñado más la igualdad y solidaridad humana”, señalan la Iglesia el 8,3%.
El 39 % dicen que no van nunca a la iglesia o que hace años que no va (11 %). Un 20 %
van por Semana Santa o fiestas y un 10 % dicen que van una vez a la semana.
Un dato curioso es que no desaparece por igual lo que podríamos denominar “actos de
piedad individual”. Dicen “rezar a solas” algunas veces al año un 20,4 %, con mucha
frecuencia el 13,7 % y todos los días el 9,5 %.
En los últimos años se ha producido un gran descenso en todos estos parámetros de
religiosidad entre los jóvenes extremeños, siendo muy similares ya al perfil del conjunto de los
jóvenes españoles. Podemos observar que se mantiene una minoría de jóvenes
comprometidos, “cada vez más comprometidos” con su parroquia, su grupo…, pero también se
ha dado un trasvase de lo que sería el catolicismo “nominal” o “practicante” hacia el ámbito de
la increeencia.
Todo parece confirmar que no se está produciendo una adecuada socialización religiosa de
las nuevas generaciones. Ello es debido a la incapacidad de la Iglesia para conectar con ellos,
por un lado, y por otro, por la retracción de las familias en su papel como transmisora de la fe.
Hoy los jóvenes son incapaces de aceptar la fe como algo impuesto y global para todos.
Muchos no ven reflejados sus intereses en la institución religiosa.
En una cultura fragmentaria, como la de hoy, no encaja bien la idea de Dios como algo que
totalice la vida de una persona y del mundo. Si bien continúan haciéndose las grandes
preguntas de siempre, que no encuentran respuesta en su vida cotidiana.

Distintos estudiosos hablan de subjetivismo o “religiosidad de bolsillo”, “religiosidad
Light”, “marquetería religiosa”.
Pero la mayoría de los jóvenes de nuestro entorno puede decirse que entran dentro del
llamado “catolicismo nominal”: mantienen una cierta identificación, al menos nominal, con la
Iglesia, sus creencias se acomodan a las circunstancias y no están muy arraigadas en el
contexto global de su vida, no confían en la Iglesia en general, les cuesta congeniar, no
desean ser “militantes” de una causa eclesial (ni social) yen la escala de sus valores la religión
no es importante, apenas un barniz…
2.- ALGUNAS ACTITUDES PASTORALES
Es importante no adoptar una postura maniquea: no todo es malo ni todo bueno en los
jóvenes, como tampoco lo es en los adultos. Mientras estamos en este mundo el trigo y la
cizaña están entremezclados y, lejos de estar continuamente censurando o lamentándonos
sobre las dificultades que tenemos en nuestra acción pastoral, es conveniente descubrir los
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elementos de la identidad juvenil que nos puedan servir como punto de arranque para la
misma.
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Que sea la afectividad algo fundamental para los jóvenes no es necesariamente
malo. La afectividad tiene que ver con el amor. Y Dios es AMOR, todo amor y nada
más que amor. El amor (Dios) es lo que da plenitud al ser humano, es lo que más
profundamente anhelamos. Presentemos al auténtico Dios que es Amor, y no hay
mejor manera que teniendo el amor, la cercanía, la acogid y otros detalles como la
mejor metodología pastoral. Sólo aquello que se ama puede ser redimido.
Deberíamos empezar por cambiar la actitud con la que muchas veces miramos o
hablamos de los jóvenes y ofrecerles espacios de encuentro y acogida, donde se
aprenda a amar y a ser amados.
Los valores que hemos llamado finalistas están ahí: la tolerancia, la solidaridad, la
paz… Son de origen cristiano, pero ya han pasado a ser patrimonio de la humanidad.
Es una conquista importante y un buen punto de partida. Las comunidades,
mayoritariamente compuestas por adultos, deberían encarnar de verdad esos valores
y actuar de espejos para los más jóvenes, enseñándoles a vivir el espíritu de
renuncia, de sacrificio, el compromiso, la abnegación, la paciencia, la entrega…
Los jóvenes quieren ser libres, buscan ser libres, necesariamente quieren ser ellos
mismos. Hay que acompañarles en ese proceso de búsqueda de su propia identidad,
sobre todo, ofreciéndoles modelos concretos. El trabajo con los jóvenes pasa por el
trabajo con toda la comunidad que ha de ser para ellos la mejor referencia, de modo
que encuentren en ella los mejores elementos con los que construir su propia
identidad. Me refiero a las familias cristianas, las parroquias, las asociaciones y
movimientos…
Ofrecer procesos educativos abiertos, no cerrados. Que sean inclusivos y flexibles.
Esto supone revisar, y quizá reformar, mucho de lo que venimos haciendo que se
basa en procesos lineales, con un punto de partida, otro de llegada y caminos a veces
muy rígidos; e iniciar procesos circulares, donde haya muchos caminos de entrada y
muchos puntos de salida. El joven de hoy huye de cualquier corsé y busca vivir la
pertenencia o la no pertenencia como una especie de ensayo-error constante. Por eso
hay que estar adaptando constantemente las metodologías, porque nos parece que lo
que aquí sirve allí no, y que lo que hacíamos ayer enseguida queda anticuado…Hoy
es precisa una gran imaginación en la Pastoral de Juventud.
Unos consejos para la práctica de la pastoral juvenil:


Hay que sembrar sin esperar frutos inmediatos: la constancia y la paciencia son
virtudes que tenemos que cuidar ahora especialmente los animadores. Y son valores
muy evangélicos.
Crear espacios acogedores, donde se vivan los valores del Reino, la opción por los
más pobres, con un clima humanamente agradable, participativo…. En el que se
primen las relaciones de cercanía personal, de amistad.
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
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En cada joven de hoy hay un “Tomás” que no se conforma con oír lo que dicen otros,
sino que quiere experimentar y palpar. Se dice que los jóvenes de hoy tienen poca
“memoria” y es verdad. Hemos de reconocer que nuestras catequesis se nutren
mucho del pasado y es preciso ofrecerles relatos e historias del presente. Cada
comunidad que quiere llegar a los jóvenes debería ofrecer modelos vivos y concretos
de lo que es ser cristiano hoy. Eso es lo que más llega a los jóvenes.
Los agentes de la Pastoral de Juventud puede que no lleguemos a los jóvenes, o que
creamos que no llegamos, pero Dios sí llega. Va delante. Está presente en una
cultura que nos desconcierta, pero está. Por eso, más allá de cualquier sugerencia, la
pastoral con jóvenes es una apuesta por ellos, convencidos de que Dios nos está
citando en ellos, obligándonos a salir de nuestras inercias y el temor a no ver
resultados. Y es que muchas veces, esos resultados no son visibles… para nosotros.
Es importante presentar claramente lo central de la fe: Cristo, expresión concreta del Dios
que es Amor y que opta por los más “pobres”. Ofreciéndolo, no como una idea, sino hecho vida
en nosotros, en las comunidades cristianas.
Presentar la fe cristiana no como algo oculto y encerrado en la vida privada, sino como un
estilo de vida personal y colectivo que nos lleva a tener una presencia pública en los
ambientes, también en los ambientes juveniles:
con respeto, pero sin miedo a los demás o a lo
desagradable del entorno.
Hoy estamos llamados a una renovación de
nuestros métodos pastorales, de modo que
transmitamos, no tanto ideas sobre Dios sino
experiencia de Él; más de persona a persona,
uniendo palabra con testimonio vital, abiertos
siempre a acoger, a acompañar sin prisas, sin
presionar y sin cerrar puertas…
Jesús Moreno Ramos
Vicario de Pastoral Social
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Corramos porque iremos a la casa del Señor;
corramos porque esta carrera no cansa;
porque llegamos a una meta donde no existe el cansancio.
Corramos a la casa del Señor
y que nuestra alma se alegre por quienes
nos repiten estas palabras.
Ellos vieron la patria antes que nosotros,
la vieron los Apóstoles y nos dijeron:
¡Corred, daos prisa, seguidnos!
¡Vamos a la casa del Señor!
(Cf. San Agustín)
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