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CARTA PASTORAL Pastoral juvenil y vocacional desde la fe + FRANCISCO CERRO CHAVES OBISPO DE CORIA-CACERES Cuaresma Pascua Pentecostés 2013 2 INDICE: Página De entrada ……………………………………. 4 Oración de búsqueda ………………………… 8 Introducción …………………………………... 9 Primera parte: Pastoral Juvenil y Vocacional desde las entraña de esta tierra ………………. 10 Segunda parte: La vida hay que vivirla como un proyecto de amor …………………………… 15 Tercera parte: La Iglesia un hogar para todos ……………….. 23 Cuarta parte: Volver a casa: Lo esencial y lo organizativo ………………………………... 27 Oración del animador ………………………… 31 ¿Cómo volver a casa en nuestra diócesis? …. 32 Anexo …………………………………………… 34 3 DE ENTRADA Desde la Delegación de Infancia y Juventud de nuestra Diócesis, tenemos el placer de hacer esta presentación de la nueva Carta Pastoral de Cuaresma, Pascua y Pentecostés de nuestra Diócesis, con una alegría enorme al ver cómo nuestro obispo, una vez más, nos muestra su preocupación por nuestros jóvenes, y es el primero que sigue apostando por ellos ante esta invitación que les hace de “volver a casa”. El Santo Padre Benedicto XVI nos ha pedido que llevemos a cabo y celebremos un “Año de la Fe”, y en su carta apostólica Porta Fidei nos invita a profundizar esa comprensión, conocimiento, proclamación y amor a nuestra fe. Necesitamos jóvenes que vivan su fe y la proclamen en cada aspecto de su vida. Los jóvenes, en particular, pueden llevar las verdades del evangelio a todos los rincones de nuestra cultura, -al mundo del arte, la política y los medios de comunicación-. Necesitamos jóvenes que vuelvan a casa, con una formación sólida y una fe y amor grande a Jesús. Ayudará a fortalecer la iglesia entera y así ser testigos más poderosos de Cristo en el mundo actual. Invitar a los jóvenes a volver a casa, es apostar por ellos, es decirles que en la Iglesia son importantes, que necesitamos de su presencia, pasión, y energía, para conquistar un mundo más humano y más cristiano. Los jóvenes de nuestros pueblos y ciudades más que nunca, están gritando un SOS. La mayoría de ellos, están de vuelta de un mundo de pasión y de pecado, y nada le ha satisfecho. Necesitan volver a casa y encontrarse con su familia. Esta familia que cuando empezó su adolescencia, dejaron y ahora la necesitan para realizarse en su juventud. Es nuestra oportunidad de abrirles las puertas, de buscar formas y maneras para que ellos vuelvan a casa y sean felices. Para que estos jóvenes puedan volver a casa os propongo dos claves de la carta Porta Fidei a la Pastoral Juvenil de nuestras parroquias, colegios y movimientos. A) Para que vuelvan debemos anunciar y encarnar la Palabra de Dios en la vida de todos los Jóvenes. El gran amigo que nunca nos falla: Jesús, “que inicia y completa nuestra fe” (Heb 12,2) debe estar y ser el centro del Año de la Fe. La Pastoral Juvenil de las parroquias de nuestra diócesis ha de esforzarse para que los jóvenes centren su vida en Jesús, él único que puede dar “cumplimiento a todo afán y todo anhelo del corazón humano” (Porta Fidei 13). Dice Benedicto XVI: “que la Palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada (2 Tes 3,1): que este Año de la Fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, el Señor, pues sólo en Él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero”. 4 Volver a casa, es un encuentro con Jesús en la Eucaristía, que siempre lleva a querer conocerlo como los Apóstoles. A tener una conversión auténtica y renovada, viendo cómo Jesús desea perdonar nuestros pecados. Ponernos en camino de nuevo, para seguir caminando junto a Él. Hay que “volver a casa” y sentarse a sus pies a escuchar su Palabra, como María la hermana de Lázaro, y reclinar nuestra cabeza en su pecho, para escuchar los latidos de su Corazón, como hizo el discípulo amado (Jn 12, 23). Este es el camino de la verdadera paz interior, de dejar tantas cosas vanas y materialistas como nos separan de lo divino, y confiar más en Él. Para volver a casa en esta Nueva Evangelización que hoy la Iglesia nos está pidiendo, nos hace falta conocimiento del Maestro, descubrir el gusto de alimentarse con la Palabra de Dios y el Pan de la vida. En el evangelio, está el tesoro para poder ver con los ojos de la fe a quien invita a evangelizar, a llevar la Buena Nueva de Jesús a los más jóvenes. B) Para que vuelvan, debemos promover una “Nueva Evangelización”, para adquirir una “nueva vida”. La última vez que la Iglesia celebró el Año de la Fe, fue en 1957, cuando los jóvenes de hoy éramos aún un proyecto de Dios. Sin embrago, las palabras del Papa Pablo VI en aquel entonces, siguen siendo válidas hoy: (se trata de hacer) “una auténtica y sincera profesión de la misma fe… confirmada de manera individual y colectiva, libre y consciente, interior y exterior, humilde y franca…para reanimarla, para purificarla y para confesarla”. El ideal se mantiene constante, para ser vivido por la juventud actual en su acontecer histórico y cultural. Es un reto viejo y nuevo a la vez, para ser enfrentado como Iglesia durante el año de la Fe. Importante ha sido en este camino el Sínodo sobre la Nueva Evangelización, el cual pretende redescubrir la alegría de crecer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe. Nos pide un esfuerzo especial para el discernimiento de los signos de los tiempos y la identificación de esfuerzos evangelizadores que están dando frutos en el mundo actual. Esta Nueva Evangelización, es una actividad propia de la juventud, que vive con intensidad, la realidad de su momento histórico y tiene una capacidad creativa para encontrar maneras de responder a ella. De ahí que la juventud esté llamada a volver a casa, y ser el artífice de la renovación de la comunidad eclesial de nuestra Diócesis con sus ideales, energías y acción, lo que implica un conocimiento profundo de su fe y la expresión de ésta mediante palabras, estilo de vida y acciones; en la Pastoral Juvenil proponemos un Proyecto de actividades complementarias que pueden encauzar las energías e ilusiones de los jóvenes para fomentar una verdadera integración de vida y fe. Volver a casa en palabras del Beato 5 Juan Pablo II; es ofrecer una Nueva Evangelización que debe estar marcada por un nuevo ardor, nuevos métodos y nueva expresión”. Hna. Carlina Cardona P. Fernando Alcázar Martínez (Edmp) María Montaña Pulido Delegación de Infancia y Juventud 6 A los Sacerdotes, Diáconos Permanentes, Religiosos y Religiosas, Vida Consagrada, Laicos, Chicos y Chicas de la Diócesis 7 ORACIÓN DE BÚSQUEDA Padre, cansado vuelvo a Tí, con los ojos llenos de esperanza y la ternura en mis manos. Jesús, gracias por salir a mi encuentro, por ofrecerme el Hogar de tu Iglesia, tu Corazón siempre abierto y sembrar en mi alma el gozo del encuentro. Ven, Espíritu Santo, condúceme a ser “buena noticia para los pobres que sufren” a dedicar mi vida, a ser aliento en el camino sandalias para el descalzo, sonrisa para el triste, consuelo para el hundido y que una y otra vez diga con mi vida a todos ¡Bienvenido a Casa! Santa María de los jóvenes, que descubramos que sin Jesús, se acaba el vino de la fiesta del Amor. Amén 8 INTRODUCCIÓN He querido escribir una Carta Pastoral para que la lean los jóvenes y que se sientan que verdaderamente se les quiere y que deseamos caminar con ellos y escuchar “sus luces y sombras” en el camino de la vida. También quiero plantearte el que te decidas a seguir a Cristo, como camino que es capaz de llenar plenamente el corazón humano. Sueña y te quedarás corto. Los chicos y las chicas de nuestra Diócesis sois el centro de la Pastoral Diocesana. En mis años de Obispo he comprobado que la mayoría de chicos y chicas que he confirmado, después no vuelven. Para mí ha sido un martirio y un interrogante en mi corazón. A muchos sacerdotes, catequistas y padres les digo que si hemos trabajado bien y hemos hecho nuestros deberes, volverán. Es decir la mejor pastoral con jóvenes es la que les ha dejado en su corazón el deseo de que puedan volver porque han conocido una casa, un hogar, una familia, donde se han sentido profundamente amados y respetados por los que formamos la Iglesia.¡Ojalá no se fueran nunca! Pero si son muchos los que hacen la experiencia del hijo pródigo de marcharse, que sepan que pueden “VOLVER A CASA”. Este es el principal objetivo de mi carta, animar a que en nuestras parroquias y centros, los jóvenes se encuentren como en casa. Facilitar el regreso. Recuerdo que me impactó cuando Juan Pablo II visitó por primera vez Francia. Se encontró en París en el estadio Parque de los Príncipes con muchachos y muchachas franceses y les dijo que la Iglesia los quería, que volvieran a casa y terminó con una declaración de un gran sentido pastoral. Al volver a casa y os volváis a encontrar con los que no vienen a la Iglesia, los que se marcharon quizá decepcionados de ella, quizás porque no supimos contagiarles la pasión por Cristo y por los pobres, decidles que vuelvan. Aquí está su Hogar. No les reprochamos nada. Decidles que vuelvan. Volved a casa, no tengáis la duda de que seréis acogidos y aceptados. Volver a casa que tenemos el corazón sin puertas como el de Jesús. ¿Qué pastoral hemos realizado con los chicos y chicas que, cuando llegan los momentos claves y dolorosos de su vida, los hemos dejado sin la tentación de volver a casa? No es esta la mejor preparación para la Confirmación y para nuestras catequesis el que descubramos el ser cristiano como el hogar del que nunca debemos marcharnos. ¿Estamos en casa? Pero… si nos marchamos, volver a casa es decirles: pasa adelante. te estábamos esperando, como dice un bello texto del Libro de las Horas (Vísperas de la liturgia de las Horas): “Caliente el pan y envejecido el vino”. ¡Qué bueno! ¡Qué valiente! ¡Volver! Ya llegaste a casa. Esta es la mejor Pastoral Juvenil y Vocacional. Como en casa en ningún sitio. 9 PRIMARA PARTE: PASTORAL JUVENIL Y VOCACIONAL DESDE LAS ENTRAÑAS DE LA TIERRA 1.- Una pastoral juvenil viva en el presente y con futuro. 2.- Una intuición pastoral : “VOLVER A CASA”. 3.- Desde la primacía de la Palabra de Dios. 10 1.- UNA PASTORAL JUVENIL VIVA EN EL PRESENTE Y CON FUTURO La evangelización de los jóvenes ha sido clave en mi vida tanto de sacerdote, como ahora de obispo. Desde los años de Delegado de Pastoral Juvenil tanto en Toledo como en Valladolid, como mi participación en la comisión de juventud de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal, esta pastoral sigue siendo central en mi ministerio. La amo profundamente, porque veo dentro de ella miles de rostros de jóvenes a los que llevo en el corazón ¿Cómo llegar hoy a los jóvenes? ¿Se puede hacer una pastoral juvenil en las parroquias donde asoman tan pocos jóvenes? ¿No es mejor dejar esta pastoral sólo a los curas jóvenes, religiosos y religiosas jóvenes, laicos jóvenes? Y como tenemos tan pocos ¿no será mejor volver a los cuarteles de invierno mientras pasa la tormenta y con la que está cayendo soñar que vuelvan tiempos mejores? Así se encuentran muchos. Nuestra Diócesis no es una excepción. En esta carta pastoral de conjunto sobre los jóvenes, escrita en el Año de la Fe, más desde mi experiencia y desde mi vivencia que desde “recetas” que no conozco o desde soluciones que ¡cuánto me gustaría tenerlas y ofrecerlas! pero no es así. Sólo balbuceo desde mi propia vida por dónde deben ir los tiros hoy. El camino de la pastoral con jóvenes es un camino abierto. Lo sustantivo, estoy seguro, que todos lo tenemos claro: Ayudar a los chicos y chicas a encontrarse con Cristo Vivo que en su Iglesia nos impulsa al servicio de la evangelización y de los pobres. Lo esencial está hoy más claro que nunca. No podemos hacer una pastoral juvenil de entretenimiento, de no ir a la fuente, a la raíz de tantos chicos y chicas que pasan por nuestras vidas (Parroquias, Colegios, Grupos) y no se han enterado de lo que es ser cristiano porque nadie se lo ha dicho. Mucho menos podemos realizar una pastoral juvenil estéril porque no se enseña a amar a la Iglesia, sino a “crucificarla” , se les vacuna con la sospecha que se les ha inoculado a muchos hoy, que la Iglesia es sospechosa. Lo que repite Umberto Eco en su famosa novela “El nombre de la rosa”: La Iglesia es una institución oscurantista, medieval y enemiga de la verdad y del progreso. Una crítica contra los de “arriba” para dejarlos en una generación sin padres, sin referencia, sin autoridad y enseguida se les enciende la “luz roja” de no querer saber nada porque se les ha transmitido una sospecha continua contra la iglesia, contra las congregaciones religiosas, contra las parroquias, contra los pastores y acaban engrosando la unidad de “quemados intensivos”. Sí, en lo sustantivo, en lo esencial debemos todos ir a una. En lo adjetivo, en la creatividad hoy necesitamos una pastoral juvenil valiente y a la vez con imaginación (armonizar lo sustantivo y lo adjetivo). Recorriendo el camino seguro de lo que siempre será lo que dará contenido a nuestra evangelización de los jóvenes, propiciar y facilitar ese encuentro con Cristo que cambia la vida en su Iglesia y al servicio de los sufrientes. Así lo expresa el Vaticano II y así lo presenta el catecismo de la Iglesia Católica o el YouCat, el catecismo para los jóvenes. El Vaticano II, en palabras de Juan Pablo II y que luego repetiría Benedicto XVI: “La 11 brújula segura” para llevar hoy el mensaje de Jesús a la generaciones de chicos y chicas que aún se acercan a nosotros. Una evangelización es fecunda con los jóvenes cuando no estemos tan preocupados por el número y por la cantidad, pero sí por formar de uno en uno a cristianos que insertos en la Iglesia, vivan en el mundo con una profunda identidad cristiana y caminando con los “gozos y esperanzas de los hombres que son los gozos y la esperaza de los discípulos de Jesús”, como repite el Concilio vaticano II, “brújula segura” de la que tenemos que vivir en estos momentos de la historia y que como la Biblia está casi por estrenar. Es necesario dejar claro y aquí está nuestra creatividad: Hacer más sencillas las estructuras, metodologías, procesos, coordinaciones, escuelas. Debemos hacer una pastoral juvenil sustantiva, esencial, ayudando a los que vienen y saliendo al encuentro de los que ya no vienen, diciendo: “Venid y lo veréis”, “nuestro tesoro es Cristo y es lo que te quiero ofrecer”. No imponer, pero sí proponer, sin colorantes y conservantes, el mensaje y la vida de Jesús, que es lo mejor de la vida. Cuando yo era pequeño, recuerdo que salía, como todos los jóvenes, buscando fuera de casa los amigos, la diversión. Después, no muy tarde, volvía a casa. Recuerdo que me decía mi madre: ¡qué bien que estás en casa! Volver a casa era una experiencia de paz, de volver a lo esencial, a la alegría de la familia, a la seguridad en medio de la noche, donde siempre se te acepta como eres y se te quiere para mejorar. Ahora cuando vemos que muchos chicos y chicas abandonan la Iglesia y después de la confirmación no se les ve el pelo, en vez de caer en un cierto pesimismo, poco cristiano, decido trabajar bien con ellos, ofrecerles lo mejor, dedicarles todo el tiempo que pueda, acompañarles en el camino de la vida, y la señal de que hemos hecho un buen trabajo es que se queden “en casa” , pero si se marchan que siempre vivan con la convicción de que pueden “VOLVER A CASA” para ser inmensamente felices. Cristo siempre Vivo, dentro y fuera. Volver al hogar es haber tenido la experiencia de que no nos fue tan mal. 2.- UNA INTUICIÓN PASTORAL: VOLVER A CASA Volver a casa es la clave de la Nueva Evangelización. Porque va dirigida sobre todo a nosotros, que vemos que nuestros chicos y chicas se nos van y no sabemos qué hacer. Tenemos la experiencia de que muchas veces ya no somos capaces ni de “entretenerles”. Parece que ya hace tiempo que no les interesa lo que les transmitimos. Sus focos de atención ya son otros. ¿No debemos quedarnos resignados? ¿No sería mejor, sabiendo que no está el horno para bollos, dejar a los jóvenes y dedicarnos a lo que nos resulta más gratificante? ¿Qué significa una pastoral juvenil de volver a casa? Sencillamente, como decía el Hermano San Rafael Arnáiz: “Saber esperar”. No resignarse, sino sembrar y sembrar, sabiendo que la siembra no coincide con la cosecha y no perder la paciencia. Trabajar con lo que tenemos, con los que vienen, tratando de que se queden en 12 casa, pero si se marchan habremos trabajado bien si los buscamos fuera y sobre todo si los acogemos incondicionalmente cuando vuelven, quizá después de haber comido las “algarrobas de los cerdos”. (Lc 15, Parábola del hijo pródigo) Volver a casa es una pastoral juvenil con inteligencia y corazón. Con inteligencia porque la experiencia nos dice que la mayoría, después de haber cumplido con el expediente de la catequesis de grupo para recibir el sacramento de la confirmación, rompen con la parroquia, con los grupos y ya no vuelven. Con corazón porque parte de los jóvenes de hoy están, a veces sin futuro, en el paro, en una sociedad siempre en crisis. En casi todas las Jornadas Mundiales de la Juventud a las que he asistido, promovidas por Juan Pablo II y Benedicto XVI he constatado que la mayoría de los jóvenes, son chicos y chicas que vuelven a casa. No son los que están en los primeros momentos de la juventud sino que la mayoría vuelven después de haber tenido una experiencia fuerte de encuentro con Dios. El Señor los ha capturado. Muchos podrían decir con el profeta: “Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; fuerte, más fuerte que yo y me pudiste”. Volver a casa es una pastoral que implica a todos: sacerdotes, religiosos, laicos. No importa que seamos mayores o jóvenes, hombres o mujeres, que estemos más o menos preparados. Es evangelizar, tratando de ayudar a todos. Cada uno hará lo que mejor sabe, pero al servicio de la evangelización. Como en una familia donde las claves en la fe son los padres, pero qué importancia tiene los abuelos y los hermanos. Entre todos hacemos una pastoral juvenil de “Volver a Casa”. 3.- DESDE LA PRIMACIA DE LA PALABRA DE DIOS Os invito a todos a leer este texto del Evangelio para ayudaros a comprender lo que os trato de transmitir: a) El hijo que se fue de casa ( Lc 15) Un padre tenía dos hijos, así comienza la parábola. Jesús nos dice que el Padre no se cansa de esperar, que acepta el que podamos vivir la libertad “perdidamente”, que hasta lleguemos a caer en lo más bajo “comer las algarrobas de los cerdos”. Volver a casa aunque las motivaciones del hijo estaban mezcladas de cierto egoísmo le espera una sopa caliente y unas sábanas blancas, pero lo importante es que volvió. Había conocido el Hogar y volvió distinto a como se había ido. Esta experiencia la deberían saber todos los chicos y chicas de nuestras catequesis, de nuestros grupos. La alegría de compartir la fe y si se van, son libres para preparar la vuelta. b) El joven rico que se marchó ( Lc 18, 1) Y Jesús “fracasó” en su pastoral juvenil. Muchos viven desanimados en la pastoral juvenil. Debemos meditar más este pasaje. El desánimo brota de que nos gustaría mayor eficacia y a los jóvenes les gusta correr la aventura, el riesgo. Son generosos, pero también se 13 mezcla con el egoísmo, la lucha por la supervivencia, la superficialidad. No son malos. Son jóvenes. ¿Quién quiere seguir estando con ellos y acercarlos a que descubran que son amados por el Corazón abierto de Cristo? Estar dispuestos al fracaso y volver millones de veces como Jesús con el joven rico y seguir creyendo y apostando porque acabarán volviendo a casa. El joven rico se fue triste ¿No será la tristeza que encuentran muchos jóvenes “en lo mundano” lo que les hará volver a casa? La realidad está a nuestro favor. c) Hoy tengo que alojarme en tu casa (Lc 19) El Señor a Zaqueo lo llama desde una situación de egoísmo, de pecado. Por ser jefe de publicanos su vida “públicamente” dejaba mucho que desear. Jesús valora mucho el gesto de hacer incluso el “ridículo” por Él subiéndose a un árbol para verle. Quizá el árbol de la autenticidad de su pobreza, de su crisis sustancial. Sólo tiene que mirarle y dejarse mirar por él. “Quiero alojarme en tu casa”. La casa es el Corazón del Señor. Es su Amor ofrecido incansablemente. “Volver a casa” porque el Señor nos busca, nos hace entrar en la alegría de haberle conocido, no nos deja hasta seducirnos y nos vuelve como Buen Pastor a la Casa del Padre. Zaqueo, nos puede ayudar a reflexionar y a orar para saber en qué situación me encuentro. PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL Y EN GRUPO: Me gustaría hacer comprender a los jóvenes – decía poco antes de salir para la JMJ de Colonia – que es bonito ser cristiano. Existe la idea difusa de que los cristianos debemos observar muchos mandamientos, prohibiciones, etc…. agobiantes y opresivos. Yo quiero dejar claro que nos sostiene una gran Amor. Que la revelación no es un peso, sino unas alas, y que es bonito ser cristiano. Cf. Benedicto XVI, Entrevista Radio Vaticano (14-8-2005) 14 SEGUNDA PARTE: LA VIDA HAY QUE VIVIRLA COMO UN PROYECTO DE AMOR “Sí, queridos amigos, Dios nos ama. Esta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo demás. No somos fruto de la casualidad o de la irracionalidad, sino que en el origen de nuestra existencia hay UN PROYECTO de amor de Dios. Permanecer en su amor significa entonces vivir arraigados en la fe, porque la fe no es simple aceptación de unas verdades abstractas, sino una relación íntima con Cristo que nos lleva a abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a “vivir como personas que se sienten amadas por Dios” (Benedicto XVI. Vigilia de oración en Cuatro Vientos, JMJ Madrid 2011). 1.- La vida hay que vivirla. 2.- La vida es un proyecto, es una aventura, es un viaje maravilloso. 3.- Mirada a mi alrededor 4.- Mirada a mi interior. 5.- Jesús, el Señor, tiene que decirte algo. 6.- Un amor incondicional. 7.- Jesús ha propuesto su proyecto de amor sobre ti. 15 1.- LA VIDA HAY QUE VIVIRLA La vida es un don precioso. Tienes que vivirla. ¿Cómo? Iluminándola, orientándola con la luz de la fe y proyectándola en una vocación. La fe y la vocación se parecen a dos caballos que corren juntos tirando de un carruaje. A veces la toma de conciencia de la vocación adelanta a la fe, bajo la forma de una vaga intuición de servir a los demás. Es lo que socialmente se conoce como “vocación de servicio”. A esta conciencia vocacional le falta el sentido de la fe, del amor personal a Jesús, del discipulado. Otras veces ocurre lo contrario, la fe adelanta a la vocación. Es el caso de personas muy creyentes, pero que no han tomado conciencia de su vocación específica. Ocurre sobre todo con los laicos, los jóvenes. Viven cumpliendo la voluntad de Dios, pero no le saben dar nombre a eso que están viviendo. Lo mejor es que los dos caballos corran juntos, es decir, que al mismo tiempo vayan descubriendo el sentido de la fe y lo concreten en la vocación. Toda persona creyente ha de cuestionarse a distintos niveles y con una profunda convicción, acerca de su relación con Dios y con los hermanos: ¿qué hago en la vida, qué quiere Dios de mí, qué sentido humano y cristiano debe tener mi vida? Estas preguntas elementales le proyectarán al encuentro con Jesucristo y al tema de la cercanía, la semejanza y el seguimiento de Jesús. Una vocación que es siempre convocación pues el seguimiento supone un camino consistente de eclesialidad. El seguimiento de Jesús se vive en la comunión de toda la Iglesia. Ser llamado significa ser amado. “Cada cual encuentra su propio bien asumiendo el proyecto que Dios tiene sobre él para realizarlo plenamente. En dicho proyecto encuentra su verdad y, aceptando esta verdad, se hace libre”(Benedicto XVI, Caritas in veritate I) El escultor: El escultor contemplaba un tronco de madera noble que tenía delante. Entornando los ojos, descubrió en él, como al trasluz, una talla perfecta, y luego otra y otra… en un desfile interminable. No eran seres imaginarios, no; eran reales: estaban allí dentro. Su oficio consistiría en rescatar a aquellas criaturas liberándolas de su prisión de madera. Pero al tomar la gubia se sintió totalmente paralizado. Desde el corazón de aquel tronco, millones de seres levantaban los brazos clamando por su liberación. Salvar a uno era abandonar a muchos. Pero no elegir era excluir a todos. ¿Cómo renunciar a salvar a aquella única criatura que era posible? 16 Y sintió un estremecimiento, porque intuyó de pronto que el tronco era su propia vida; las figuras ocultas, los mil posibles modos de vivirla; y él mismo debía elegir un único destino y tallarlo con sus propias manos. Noble, ineludible y responsable tarea: tallar tu propia vida. Es difícil, pero apasionante, ¿no crees? Me impresionó este testimonio de un futbolista italiano famoso. Estaba viviendo sin vivir y un día después de un accidente, una enfermedad se encuentra con otro proyecto, el de Dios: “Yo solía ir a muchas fiestas porque me sentía solo. Estaba vacío por dentro. Salía con mis compañeros, llegaba tarde, pero una vez que volvía a casa, me preguntaba: ¿Qué me ha quedado de esta noche? Me sentía incompleto, no me gustaba a mí mismo. He aprendido por experiencia que el dolor es un camino para llegar a la felicidad: Quizá no habría encontrado a Dios si no hubiera tocado fondo. Ahora he comenzado a rezar, a leer la Biblia y paso a paso me he dado cuenta de que siguiendo las Palabras del Evangelio lleno ese vacío. (Nicola Legrottaglie). 2.- LA VIDA ES UN PROYECTO, ES UNA AVENTURA, ES UN VIAJE MARAVILLOSO. La vida no se realiza simplemente dejándonos llevar. Nuestra vida es un proyecto que hemos de diseñar y realizar nosotros mismos. Por eso, la pregunta fundamental es ésta: ¿Cómo llegar a ser hombre? ¿Cómo llegar a ser mujer? Necesitas aprender el arte vivir. Aprender a vivir es lo mismo que aprender a ser felices. ¿Cómo alcanzar la felicidad? Porque el Señor te ha dado el precioso don de la vida para que seas feliz, y también te da los medios para serlo. El proyecto que ha pensado para ti es el mejor y el que nadie puede hacer si tú no lo haces. Muchas personas se encuentran al final de su vida que no saben que Dios tenía un proyecto de Amor sobre ellas. Se perdieron quizás lo mejor de la vida. Tú y yo todavía estamos a tiempo. 3.- MIRADA A MI ALREDEDOR. Mira la realidad, el mundo en el que has de proyectar tu vida. Este mundo al que Dios ha amado tanto que le ha entregado a su propio Hijo, es desde donde tenemos que vivir la vida como un don, como un regalo ¿Qué me ofrece? 17 Muchos viven desilusionados. Salieron de casa, de su familia, no les va bien. Quisieran volver. ¿A dónde? Son muchos los chicos y chicas que ya están de vuelta. Otros no han ido, no han salido. No tenemos más que esta vida. ¿Podemos jugar con ella? ¿Podemos hacer experimentos? 4.- MIRADA A MI INTERIOR. Para realizar el proyecto de tu vida, para ser feliz tienes que conocerte a ti mismo, no solo conocer la realidad que te rodea, y aceptarte. Vivir la propia vida, no permitir que nos la vivan otros. ¡Es tan seductor, a veces, dejarse vivir! Sueñas con grandes cosas que tienen que ver con el amor, la bondad, la belleza, la verdad, la paz, la justicia, … . Todo eso puede ser realidad, tiene que ser una realidad. Has de contar con tus dones y tus limitaciones, sí tus limitaciones, es muy importante. Y, sobre todo, tienes que contar con lo misterioso en tu vida, porque tu vida es un misterio; es decir, tienes que contar con la dimensión trascendente de tu ser. Hay muchos interrogantes a los que no sabemos cómo dar respuesta: ¿por qué estoy en el mundo? ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Por qué hago el mal pudiendo hacer el bien? ¿Cuál es mi destino final?... Debes aceptarte. Para aceptarte necesitas sentirte aceptado sin condiciones por otros. Pero, con frecuencia, tienes la sensación de no ser aceptado. ¿Te sientes amado y aceptado de verdad? Sin embargo, hay Alguien que te acepta como eres y no te pide que cambies para amarte, aunque, eso sí, te sueña más parecido a Él, más en Dios, más libre, más feliz, más en paz, te sueña mejor. Este es el proyecto de Amor de Dios sobre ti. Hay pasajes en el Evangelio en los que constatamos esto. El encuentro de Jesús con Zaqueo puede darte luz. Jesús lo amó como era, antes de que cambiara y, cuando se dio cuenta de que era tan aceptado y amado, Zaqueo cambió. Te lo he contado al principio de esta carta. Y así le sucedió al hijo pequeño de la parábola del Padre Misericordioso, y a Pablo, y a Francisco de Asís, y … . Así, pues, la base para aceptarte como eres está en sentirte querido, ser tú mismo, de sentirte amado por quien es la fuente del verdadero Amor: Jesucristo independientemente de tus cualidades o defectos, al margen de que seas mejor o peor. 18 5.- JESÚS, EL SEÑOR, TIENE QUE DECIRTE ALGO. ¿Quién es Jesús, el Señor? Es nuestro hogar. Es el Camino de la Vida Verdadera que diría la Madre Teresa de Calcuta. Es lo mejor de la vida “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. (Benedicto XVI, Deus caritas est) Quién es Jesucristo para ti. ¿Te has encontrado alguna vez con Él? En estos momentos que vives ¿cuál es tu relación con Jesús? Eres un ser en relación con Dios, con los demás y con las cosas, que te llaman continuamente. El tipo de proyecto de vida que tomes definirá tu vida, el tipo de relación que tengas con Dios, con los demás, con las cosas determinarán tu estilo de vida. No acertar en estos momentos es demasiado peligroso. Nos podemos perder. No acertar en el camino puedes jugarte mucho. ¿Por qué no metes en tu vida al Amigo-Jesús que nunca falla? Aceptamos que Jesús revela al hombre su identidad (GS 22). Por tanto, hemos de acercarnos a Él para ver cómo plantea esas relaciones, cómo se sitúa Jesús en la vida: Ante Dios: ……………… Ante los hombres: …….. Ante las cosas: ………… Hijo Hermano Señor Cuando hagas un rato de oración todos los días verás cómo Jesús te pone las pistas en el camino ni una más para encontrar el camino de vuelta al Hogar .Busca un sacerdote o una persona formada (religioso, religiosa o laico) que te acompañe en el camino de la vida. 6.- UN AMOR INCONCIONAL Ha dado la vida, te ha salvado y esa Salvación te llega, principalmente, por los Sacramentos. Jesús hoy resucitado y vivo en la Iglesia prolonga su presencia y su acción en nosotros a través de los sacramentos como encuentro con su Corazón sin puertas a) Bautismo El bautismo es una gracia inmerecida, la expresión del amor que Dios nos tiene en Cristo. Nos hace hijos de Dios y de la Iglesia y con el mismo Padre, hermano. Los bautizados podemos decir, con san Pablo, que es Cristo quien vive en nosotros. 19 En la carta a los Colosenses (3, 1-17), san Pablo nos da idea del enorme cambio de actitudes, del “paso” en la persona adulta. En el rito actual del bautismo todo eso se expresa en las llamadas “renuncias bautismales”, en la confesión de fe recitando el credo, y se simboliza en el vestido blanco que se le pone al niño y en la luz de la vela que se entrega a los padres, encendida en el cirio pascual , símbolo de Jesucristo Resucitado. Siempre tienes ocasión de asumir, consciente y responsablemente, tu condición de bautizado. Sé coherente con tu condición de cristiano; la coherencia es fuente de verdadera alegría. b) Eucaristía Para ir madurando en la fe e ir descubriendo tu vocación, la Eucaristía es el “lugar” más cierto y seguro. ¿Quién es la Eucaristía? La Eucaristía es Jesucristo mismo que te ama hasta el extremo: “Nadie tiene amor más grande que quien da la vida por sus amigos” (Jn. 15,13). Su vida te la da en la Eucaristía siempre que tú quieras. En ella está y actúa. Y ¿cómo actúa Dios? Amando, pues Dios es Amor. Acercarse a la Eucaristía es dejarse envolver y empaparse en el amor de Dios. Y la Eucaristía es para celebrarla, para recibirla, para adorarla, para vivirla. Celébrala: No es aburrida la Misa. Desde que era adolescente participo diariamente en la Eucaristía. Es una gozada, un Amor que se hace entrega y presencia como decía san Francisco de Asís en las pobres apariencias de un poco de pan y un poco de vino. Recíbela: Acércate a comulgar bien preparado por dentro y por fuera. Adórala: Sólo los que adoran al Señor en la Eucaristía son libres, viven en la libertad de los hijos de Dios. Vívela: Cuando uno quiere encontrarse con el Dios de la Vida, la Eucaristía es la alegría de un encuentro de Amor que lleva al servicio de los pobres. c) Reconciliación Tienes que descubrir el sacramento del perdón, la confesión. En el Evangelio se nos brinda un retrato insuperable, nos lo ha dejado Jesús: la parábola del hijo pródigo, el padre y los dos hijos. Ante este sacramento a nosotros nos sucede como a los dos hijos: tenemos una concepción falsa del Padre Dios y así nos comportamos. Los hijos de la parábola lo ven como “amo”: “Trátame como a uno de tus jornaleros”, le dice el menor. Y el mayor, con descaro, le reprocha: “En tantos años como te sirvo, nunca me has dado un cabrito para comérmelo con mis amigos”. Se considera jornalero, criado. No se ha dado cuenta de que Dios es Padre y él hijo y que todo lo del padre es suyo. Sirve, pero no ama. ¡Cuidado! Tampoco es amar sin servir, pues el amor que no sirve, “no es amor”. 20 Es fundamental en nuestra fe, vivir sabiendo que existe un Padre que nos espera siempre, si nos hemos marchado de casa. Es fundamental saber que al regresar, la casa del Padre, no hay celda de castigo, sino mesa de fiesta y alegría que libera. Basta que demos un paso, basta con balbucir la primera sílaba de una palabra de arrepentimiento, para que a Dios se le conmuevan las entrañas. Volver a Casa, volver al Hogar es la alegría de quien descubre que el Padre “le besó y le abrazó”. La mayor expresión del Amor de Dios es su Misericordia que se expresa con su perdón. Confiésate con frecuencia y encontrarás la vida. d) Confirmación La contemplación de Cristo. El núcleo de la catequesis de la confirmación y de la misma fe es la vinculación con la persona de Jesucristo. Se trata de conocerlo, de amarlo, de vincularse con Él por medio de la oración y, más específicamente, de la contemplación de su persona. La contemplación de Cristo tiene diversos grados de profundidad. Al principio es externa, centrada en sus obras, pero luego se van percibiendo sus actitudes, después sus sentimientos y motivaciones, al final su entrega definitiva y gratuita, su Persona que arrastra y enamora. Identificarse con su Corazón que nos dice san Pablo: ”Tened los mismos sentimientos de Cristo” San Ignacio tiene una aguda intuición cuando, en la segunda semana de los Ejercicios Espirituales, propone la contemplación de la vida de Jesús. Dice él que, contemplando los misterios de Cristo, el hombre puede discernir para qué forma o estado de vida es llamado por Dios. De modo que hay un vínculo entre la contemplación del Señor, núcleo de la catequesis de confirmación, y su seguimiento. Quien contempla a Cristo puede seguirlo. El seguimiento se alimenta de la contemplación. Es llamativo que en este Año de la Fe, el Papa haya insistido mucho en la contemplación amorosa de la persona de Jesús. El rostro y el Corazón de Jesús nos habla de que siempre podemos volver a descubrir su Amor Incondicional. La celebración del sacramento de la Confirmación tiene un rito y un don: El rito de la unción. La unción con el santo Crisma es de una simbología compleja. Es el mismo aceite que se utiliza para la consagración bautismal y para la unción sacerdotal. La unción de la confirmación queda así a medio camino entre el bautismo y la consagración a una misión dentro de la Iglesia, de donde se deriva un contenido vocacional importante. La monición que hace el Obispo antes de la oración e imposición de manos dice: Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso y pidámosle que derrame el Espíritu Santo sobre estos hijos de adopción que renacieron ya a la vida eterna en el Bautismo, para que los fortalezca con la abundancia de sus dones, los consagre con su unción espiritual y haga de ellos imagen perfecta de Jesucristo. Es la misma unción espiritual con que Cristo es ungido; unción que está en el origen de toda misión. 21 c) El don del Espíritu Santo. La confirmación, como sacramento del Espíritu Santo vinculado a la difusión de los carismas, también apunta hacia un contenido vocacional. Antes que tratarse de dones del Espíritu Santo, se trata de carismas que se ponen al servicio de la comunidad, para cuyo cumplimiento recibimos la unción o consagración espiritual. 7.- JESUS HA PROPUESTO SU PROYECTO DE AMOR SOBRE TI. (En la Biblia aparecen personas que pueden iluminar nuestro seguimiento de Jesús). a) b) c) d) e) f) g) h) i) Abraham: Nos habla de la fe que “se hace camino al andar”. Moisés: nos enseña a ser “guía” en el desierto de la vida”. María: a creer en el Dios de lo imposible. Los Apóstoles: a seguir “ligeros de equipaje”. Otros testigos cercanos a nosotros nos hablan del seguimiento de Jesús. San Rafael Arnáiz: a continuar la vocación en medio de no pocas dificultades. San Pedro de Alcántara: a ser peregrino “como raíces de árboles”. D. Honorio María: a ser fiel en la sencillez de una vida entregada. y ¿tú?. PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL Y EN GRUPO: Nos aflige un gran problema, el de los católicos que abandonan cada día más, sobre todo en las generaciones jóvenes, la vida eclesial. Ésos han de constituir para nosotros motivo de preocupación pues hemos de ser conscientes de que se van porque son incapaces de resistir el agnosticismo, relativismo y el laicismo. Se trata de bautizados no suficientemente evangelizados y por eso fácilmente influenciables en su fe frágil, confusa, vacilante e ingenua. Les falta, en definitiva, una evangelización en la que Cristo y su Iglesia estén en el centro de toda explicación. Cf. Benedicto XVI, a los obispos de Brasil en Sao Paulo (11-5-2007). 22 TERCERA PARTE: LA IGLESIA UN HOGAR PARA TODOS …Permitidme que os recuerde que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. (Benedicto XVI / JMJ . Madrid 2011) 1.- La Iglesia continúa el proyecto de Jesús. 2.- Proyectos de Jesús en la Iglesia. 3.- Recursos importantes para crecer en la fe. 4.- Los animadores de la fe de los jóvenes. 23 1.- LA IGLESIA CONTINÚA EL PROYECTO DE JESÚS. La realidad que es la Iglesia se describe en los escritos del Nuevo Testamento y en la tradición con multitud de imágenes. Todas ellas hacen referencia a la comunión de vida con Dios y entre los hermanos. Las tres más significativas son éstas: la Iglesia es pueblo de Dios, cuerpo de Cristo y templo del Espíritu. El Concilio Vaticano II habló abundantemente sobre la Iglesia. Su misión: evangelizar. Es decir, decirles y contarles a todos el Amor del Padre que tiene un Hijo que se llama Jesús que es el Salvador de todos La llamada a la Nueva Evangelización, es una tarea prioritaria y urgente de la Iglesia hoy, y esa Iglesia eres tú, que has de ser evangelizado y evangelizador. Evangelizar a todos y siempre, con palabras y con obras. La tarea es ilusionante. Hacen falta brazos. Jesucristo te necesita, cuenta contigo. No debemos confundir la Iglesia con “los eclesiásticos” que somos todos y que a veces no vivimos con coherencia el Evangelio. La Iglesia es la Esposa de Cristo “una, santa, católica y apostólica”. Los que la formamos, tú también, a veces no somos capaces de revelar el rostro de Jesús 2.- PROYECTOS DE JESÚS EN LA IGLESIA. Podemos encontrar tres en este proceso: El de la vocación genérica, cuando la persona quiere seguir a Jesús y con eso le basta. Se define como creyente, pero no se compromete en ningún camino específico. El de la vocación específica, cuando la persona quiere seguir a Jesús en la vida laical, sacerdotal o religiosa. Se define como creyente en búsqueda, la vida es búsqueda, no lo olvides, y comienza a definir los rasgos específicos del seguimiento de Jesucristo. El de la pertenencia institucional, cuando la persona se compromete en un proceso vocacional en una diócesis o en una institución religiosa. Ha elegido un camino por el cual se hace concreto el seguimiento de Cristo. Es la vocación sacerdotal o de vida consagrada. Es importante que te preguntes en qué nivel del proceso vocacional te encuentras al recibir el sacramento de la Confirmación o en este momento. Porque si quieres seguir a Jesús y asumes un compromiso dentro de la comunidad cristiana, tienes que concretar. ¿Hasta qué punto este compromiso es real? No está completa tu opción de fe sin una seria consideración de la llamada de Dios y sin una determinación vocacional. a) Vocación laical. Vocación matrimonial. Esta vocación es la transformación del mundo, según el Corazón de Dios. 24 b) Vocación consagrada: Es el seguimiento de Cristo pobre, casto y obediente, es el carisma de cada fundador y familia de consagrado. c) Vocación sacerdotal: Es la vocación del Pastor “que da la vida por las ovejas”. 3.- RECURSOS IMPORTANGTE PARA CRECER EN LA FE. a) Oración. Lectio divina: Sin la oración perdemos fácilmente la brújula de la vida cristiana. Orar es vivir. Decía santa Teresa de Jesús que con la oración siempre llegamos a buen puerto. b) Apostolado: Lo que no se da se marchita. c) Dirección espiritual: Si no somos acompañados es normal perderse. d) Presencia de María, Virgen y Madre: Ella acompaña como mujer, madre y amiga los pasos en todos los momentos y circunstancias de la vida momento 4.- LOS ANIMADORES DE LA FE DE LOS JÓVENES. Palabras de gratitud: Gracias, os necesitamos. Palabras de ánimo: Seguir sembrando en nuestra Diócesis, en la Iglesia. Ayudar y acompañar a tantos chicos y chicas en el descubrimiento del Amor de Dios. Necesidad del testimonio: animadores de la fe, necesitamos testigos. Ya nos lo dijo Pablo VI: hoy se sigue más a los testigos que a los “maestros” y si se oye a los “maestros” es porque son testigos. Los jóvenes necesitan ver y oír. Cuando santa Teresa fundó el Monasterio de Valladolid, llamado de la Concepción de Nuestra Señora del Carmen, se llevó, entre otros, a san Juan de la Cruz. ¿Para qué? Para que aprendiera en qué consistía la Reforma del Carmelo. No le dio una charla, no le dio normas, le dio ejemplo, le hizo ver. Y san Juan de la Cruz vio y oyó y comenzó la Reforma de los Carmelitas. Nos recuerda la respuesta de Jesús a los dos discípulos que le preguntaron, dónde, cómo vivía, cuál era su estilo de vida. “Venid y lo veréis”, fue su respuesta. O las palabras que contestó a los emisarios de Juan Bautista: “Id y decidle a Juan lo que habéis visto y oído”. Hoy en la pastoral de Infancia y Juventud, pastoral vocacional, universitaria, catequesis, tenemos que estar implicados todos: sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos hombres y mujeres. No sobra nadie. Necesitamos a todos. O estamos todos unidos y armonizados o no sonará bien la sinfonía en estos momentos de nuestra historia, de una pastoral que tiene como protagonista a los jóvenes que son hoy el blanco de todas las ofertas y de todas las ideologías. Las Parroquias deben ser “taller y hogar” donde los chicos y chicas se encuentren, como nos decía un joven, cuando era delegado de pastoral juvenil de Valladolid: en la parroquia me siento como en casa, “en zapatillas”. La parroquia debe facilitar la presencia y el acompañar los procesos de la fe de los niños y de los jóvenes, para que en la comunidad parroquial se 25 sientan acogidos y queridos, y que ellos descubran el gozo y la alegría de la vocación. ¿Existe algo más hermoso que seguir al Amor de los amores que se llama Jesús de Nazaret? Los Colegios Católicos son más necesarios que nunca con el carisma de los religiosos y religiosas. La Iglesia Diocesana que camina en Coria-Cáceres agradece siempre su gran labor pastoral, sin los cuales probablemente las posibilidades serán mucho más pobres o nulas. Vuestra evangelización a través de la enseñanza y la cultura se hace hoy más importante y urgente que nunca. Los Movimientos deben ser una auténtica familia donde tantos chicos y chicas “sientan razones para seguir esperando”. Que los jóvenes descubran que tienen que ser evangelizados y evangelizadores de los jóvenes en su ambiente y en sus lugares de trabajo. Insertos y gozosos en la vida parroquial y diocesana los movimientos, nuevas comunidades, las nuevas realidades eclesiales, las comunidades neocatecumenales, tienen que ser verdadera oferta donde descubran lo esencial del Amor de Dios que nos impulsa a evangelizar y a dar la Buena Noticia a los que sufren. Las Delegaciones Episcopales. Especialmente las que tienen una misión más directa con los jóvenes. PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL Y EN GRUPO: Queridos jóvenes: … permitidme también que os recuerde que seguir a Jesús en la fe, es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir “por su cuenta” o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él. Tener fe es apoyarse en la fe de los hermanos, y que tu fe sirva igualmente de apoyo para la de otros. Os pido, queridos amigos, que améis a la Iglesia , que os ha engendrado en la fe, que os ha ayudado a conocer mejor a Cristo, que os ha hecho descubrir la belleza de su amor. Para el crecimiento de vuestra amistad con Cristo es fundamental reconocer la importancia de vuestra gozosa inserción en las parroquias, comunidades, movimientos, así como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación de la Palabra de Dios. Cf. Benedicto XVI, Homilía en Cuatro Vientos (JMJ , Madrid, 21-8-2011) 26 CUARTA PARTE: VOLVER A CASA, LO ESENCIAL Y LO ORGANIZATIVO “No hay Jesús sin Iglesia” (Benedicto XVI. Vigilia de oración en Cuatro Vientos / JMJ Madrid 2011) 1.- Desde la esencial. 2.- Lo organizativo en Pastoral Juvenil. 3.- ¿Dónde debería insistir una Pastoral Juvenil Diocesana? 27 1.- DESDE LO ESENCIAL Son las convicciones de la Iglesia y que son irrenunciables y que deben estar presentes en toda Pastoral Juvenil. a) La pasión por un Amor llamado Jesús de Nazaret. Si una Pastoral Infantil y Juvenil no facilita el encuentro personal con Cristo no irá a la raíz vocacional de la persona. ¿Qué va a elegir si no se ha encontrado con la persona Viva de Jesús? La pasión por el Señor como una experiencia donde nos jugamos la vida, tiene que ser la base y el objetivo principal de todo encuentro de jóvenes. Hacer una pastoral de entretenimiento y sólo lúdica, no debe hacer perder el objetivo central. Facilitar el encuentro con Jesús. Para toda esta realidad en una pastoral con jóvenes debe primar la centralidad de la Eucaristía y ayudar a la relación con Dios a través del sacramento de la penitencia y subrayar en el encuentro orante con la Palabra de Dios. b) El amor a la Iglesia. Una Pastoral Infantil y Juvenil que siempre crea sospecha en el amor al Papa, a los Obispos, a la Iglesia, bajo capa de que es el rechazo a “la institución”, estamos esterilizando la pastoral con jóvenes ¿Cómo se van a plantear una entrega vocacional cuando les hemos sembrado todo tipo de sospechas graves sobre la institución? Sólo se entregarán si tienen vocación de mártir o si se enamora uno de la Cabeza (Cristo) unido al Cuerpo (Iglesia), si no sería un amor descuartizado. No podemos separar a Cristo de la Iglesia, a la Cabeza del Cuerpo. ¿Del amor al Señor y a su familia?: pueblo de Dios que camina en esta tierra. Si queremos y debemos luchar para que la Iglesia sea más santa y más fiel al Evangelio, comencemos nosotros dando testimonio de coherencia porque a veces todos ”los críticos” están muy lejos de dar pasos hacia lo que ellos critican y no hacen nada. Tenemos que ayudar a distinguir entre la Iglesia y los que somos “eclesiásticos”. Como nos recuerda Benedicto XVI: No hay Jesús sin Iglesia. La Iglesia es el Hogar de todos los bautizados donde se nos ofrece incansablemente el tesoro que es Cristo, nacido de María Virgen. Todos los demás “eclesiásticos”, sacerdotes, religiosos y laicos no son sólo la Iglesia, sino que forman parte de esta Iglesia santa y pecadora. La Iglesia como comunidad acogedora, una familia, para “Volver a Casa”. La Iglesia debe ser el lugar y el espacio para que “todos encuentren en ella motivos para seguir esperando” comoe dice la Plegaria Eucarística V. c) Amar a los chicos y chicas como son. Esto es sustantivo en una pastoral que dará unos frutos cuanto más se ame a los que se le encomienda evangelizar. No se puede evangelizar a los jóvenes si no se les ama. Como decía san Juan Bosco: Me basta que seáis jóvenes para amaros. Y contar con ellos, con sus luces y sombras, pero amarlos y apostar por ellos. Recuerdo que me invitaron los Salesianos de Valladolid a predicar la 28 novena de María Auxiliadora en el barrio de la Esperanza, entonces un lugar donde tantos jóvenes subían a buscar la droga. Visitando el barrio me contó el superior que ellos celebraban mucho lo que llamaban el día del silbido. Yo le pregunté: ¿Qué es eso del día del silbido? Me contó: que una vez estando san Juan Bosco, que era coadjutor en una parroquia de Turín estando en la sacristía llegó un chico de aquellos que vivían en la calle. El párroco que estaba con San Juan Bosco le preguntó si sabía leer, rezar, algún oficio. A todo le respondió que no. Y cuando el párroco se disponía a despacharlo Juan Bosco le preguntó: pero ¿sabes silbar? Y el chico le dijo que sí. Entonces le invitó Juan a irse con él, a seguirle y así comenzó una gran parte de la aventura salesiana en Turín, sólo porque había alguien que creyó en un joven que sólo sabía silbar. No habrá Pastoral Juvenil sin apostar por los jóvenes. 2.- LO ORGANIZATIVO EN LA PASTORAL JUVENIL (Fidelidad creativa) Una Pastoral Infantil, Juvenil y Vocacional tiene que estar muy inserta en el Plan Pastoral General y debe ser la pastoral prioritaria, porque es urgente y necesaria, para hoy y para el futuro. Una Pastoral Juvenil tiene que organizarse, desde la Delegación Episcopal. Tener un equipo unido, plural y a la vez compuesto por todos los que están de una u otra manera implicados en la Pastoral Infantil y Juvenil de la Diócesis. Si funciona el equipo como expresión de la Iglesia-comunión se facilita luego la labor pastoral. Clave: El lugar donde van los jóvenes y que tiene que tener muy claro a la hora de organizar la pastoral juvenil. Las parroquias deben ser el lugar para “Volver a Casa”. La parroquia debe abrirse a toda la pastoral juvenil que tiene también una relación transversal, porque está vinculada a la pastoral infantil, a la familia y sobre todo, tiene que ser vocacional, que es la búsqueda de la voluntad de Dios para cada uno. Los Colegios, con sus religiosos y religiosas, los Centros de Enseñanza tienen que estar muy presentes en la pastoral juvenil de la Diócesis. Apoyando y coordinando la realidad infantil y juvenil que brota y surge de los carismas de las distintas instituciones religiosas o de vida consagrada que viven en contacto y en servicio de los jóvenes. La pastoral juvenil tiene que estar muy presente en todos los colegios y centros de enseñanza a través de los carismas de los religiosos, de los profesores de religión o también ayudando a los chicos y chicas que buscan al Señor, que tienen fe y que muchas, veces les cuesta expresar en la sociedad actual que trata de marginar a los creyentes o no dar espacio a una fe expresada públicamente . Los movimientos juveniles que muchos de ellos están insertos en los ambientes “para transformar el mundo según el Corazón de Dios” del que hablaba el Vaticano II sobre todo en 29 el decreto sobre el apostolado seglar, donde se habla del campo de los laicos, la familia, la cultura, el mundo del trabajo, de lo social, el campo político, donde el ser cristiano está llamado a construir “la civilización del Amor” que tiene a Cristo como la base para unas relaciones de amor, fraternidad y solidaridad. Las cofradías donde muchos jóvenes buscan hoy una expresión de su fe a veces latente y otras veces por influencias familiares y tradicionales. Es necesario que no se olvide, en el campo pastoral juvenil, las cofradías. Me comentaba un Obispo que en su Diócesis la mayoría de los jóvenes y de las vocaciones han iniciado el camino de la fe en las cofradías y hermandades. No debemos olvidar este campo tan inmenso y a veces poco cuidado y poco cultivado por la pastoral juvenil. La mayoría de nuestros jóvenes pertenecen a alguna cofradía. 3.- ¿DÓNDE DEBERÍA INSISITIR UNA PASTORAL JUVENIL DIOCESANA? Primero: Potenciar los grupos juveniles de la parroquia o del entorno de la Diócesis. En la medida de lo posible se debería tratar de ayudar a todos estos grupos a vivir la comunión y a darle una estructura diocesana abierta a las realidades universales. Estos grupos de jóvenes se pueden encauzar hacia los grupos de Acción Católica General o grupos especializados de Acción Católica, insertados en la pastoral diocesana. Segundo: Las nuevas realidades eclesiales sabiendo que, como dice Benedicto XVI expresa la primavera de la Iglesia, la pastoral juvenil debe apoyar, cuidar y fomentar, porque muchos de ellos conectan con una manera actual y dinámica con gran parte de jóvenes que ya no están “en casa” ni piensan por ahora “volver a ella”. Las nuevas realidades eclesiales como los Neocatecumenales, Comunión y Liberación, Renovación Carismática, Comunidades de San Egidio y Focolares, son verdaderamente una gracia para nuestra Diócesis. Debemos ayudarles a crecer. Es muy necesaria la “coordinación” para que, aceptando y apoyando “su carisma” si acontece en esta Diócesis su realidad, debe apoyarse y coordinarse con la Pastoral Diocesana. No pueden estar al margen porque la comunión con el Papa, con la Iglesia universal, pasa a través de la Diócesis.El sucesor de los Apóstoles, el Obispo, pastorea en comunión con toda la Iglesia. No dice bien cuando las grandes realidades eclesiales actuales y movimientos, no participan o lo hacen de una manera sólo decorativa en los grandes acontecimientos diocesanos. Una coordinación de toda la Pastoral Juvenil en la Diócesis es “justa y necesaria”, si no tenemos el peligro de perdernos y dispersarnos. Se resiente el fruto y la comunión . También la Pastoral Juvenil al estilo de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que han sido un acierto de los Papas para ayudar a los jóvenes a “volver a casa”, tiene que tener su realidad cada año en la Jornada Diocesana de Juventud. En nuestra Diócesis son muchas las Jornadas ya realizadas con gran éxito de presencia y de frutos. Preparar estas Jornadas y celebrarlas implicando a todos, es un bien para la Diócesis 30 Es también claro que la Delegación es cauce de formación. Escuela de animadores de Pastoral Juvenil, cursillos, retiros, peregrinaciones, ejercicios espirituales, Campamentos, aula de verano, todo aquello que ofrece la Pastoral Juvenil como cauce de formación para “dar razón de su esperanza” a los jóvenes que se la piden en el mundo que nos ha tocado vivir. También la oferta de vivencias litúrgicas en clave juvenil como Vigilias, Adoración Perpetua, Misas con jóvenes (como la que se celebra los domingos por la tarde en la Ermita de la Paz, son también elementos que dan identidad a la Pastoral Juvenil. ORACIÓN DEL ANIMADOR DE PASTORAL JUVENIL Y VOCACIONAL Padre, Acogedor sin límites Amor, ofrecido incondicionalmente, por medio de Jesús, tu Hijo Amado y movidos por el Espíritu Santo, acudimos en estos momentos, para presentarte tantos chicos y chicas, los que vienen y los que se fueron, los que viven su fe y aquellos que viven en todos los márgenes y fronteras. Señor, que vuelvan a casa los que buscan fuera de Ti la auténtica felicidad. Ayúdanos y enséñanos a buscar “la oveja perdida” a animarles a volver a casa. Santa María de Argeme Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por todos los chicos y chicas que buscan y buscan, para que te encuentren a ti en el camino de la Vida verdadera. Amén Es mi deseo como Obispo que camina en Coria-Cáceres, alentar a todos los que trabajan en la Pastoral Infantil, Juvenil y Vocacional, para que, como María, bajo la advocación de Argeme, suscite en esta tierra apóstoles incansables de su amor misericordioso. Miércoles de Ceniza - 2013 + FRANCISCO CERRO CHAVES Obispo de Coria-Cáceres. 31 ¿CÓMO VOLVER A CASA EN NUESTRA DIÓCESIS? Delegación de Infancia y Juventud ZONA SUR Casa de la Iglesia General Ezponda, 14 10004 Cáceres Lunes a jueves De 17,00 A 19,30 horas. Tfns. 927 62 73 38 625324728 Dedinju Hna. Carlina Cardona 699108932 P. Fernando Alcázar 687687414 Mª Montaña Pulido ZONA NORTE Casa de la Iglesia Beato Spinola. C/Plaza de S. Benito 4 10800 Coria (Cáceres) Jueves De 16,00 a 20,00 horas. Tfns: 927503971 690680146 (David Flores Flores - Coordinador Zona –Norte) E-mail: [email protected] En nuestro deseo de acogida y lugar de encuentro para propiciar la “Vuelta a Casa” de los jóvenes, tenemos las siguientes actividades en las que podéis participar: Inicio de curso: Peregrinación a Guadalupe. Acciones solidarias: Campo de trabajo en Alcuéscar y de verano. Formación y cultura: Semana de cine espiritual. Congreso teológico. Profundización y oración: Maratón de oración, Ejercicios Espirituales, Eucaristía dominical. Encuentros: Jornada diocesana de jóvenes, encuentro de confirmación, encuentros de adolescentes y de infancia. http://dedinju.blogspot.com.es/ https://twitter.com/#!/dedinju http://www.facebook.com/dedinju 32 Delegación de Pastoral Universitaria D. Isaac Macarro Flores Casa de la Iglesia Tfn. 650983761 Delegación de Pastoral Vocacional D. Miguel Ángel Morán Manzano Casa de la Iglesia Tfn. 679127379 Delegación de Catequesis D. Francisco Neila Sánchez Casa de la Iglesia Tfn. 676146657 ¡TE ESPERAMOS! 33 ANEXO CARACTERÍSTICAS DE LOS JÓVENES EXTREMEÑOS Y ACTITUDES PASTORALES Introducción La etapa de la vida que llamamos “juventud” es diferente según las sociedades y las épocas. En nuestro contexto puede decirse que los jóvenes están marcados por una tensión entre lo que ya son y lo que “todavía no” se les permite. Joven es alguien que ya no es niño porque ha madurado fisiológicamente, pero todavía no es considerado plenamente adulto. Es decir, es alguien en busca de la emancipación económica, familiar y social. Por eso, desde el punto de vista de la sociología, el joven viene marcado por las carencias: no tiene independencia económica, sigue vinculado a su familia de origen y aún no tiene vivienda propia y la quiere conseguir. Para ello estudia, busca empleo, establece relaciones fuera de casa… Este tiempo de búsqueda cada vez se va alargando más y podemos decir que es el “específico calvario” de los jóvenes. Y así, cuando analizamos su situación tenemos que hablar de los problemas ocasionados por el paro, precariedad laboral, la dificultad para acceder a una vivienda o para formalizar una relación de pareja, etc. Por otro lado, desde el punto de vista de la psicología, la etapa de la adolescencia y la juventud se caracteriza por la “construcción de la propia identidad”. Diríamos que va desapareciendo el niño que fue y se tiene que ir construyendo el adulto. En la antigüedad este proceso era bastante fácil porque uno se hacía adulto imitando, sin más, a los mayores. Era suficiente con seguir la tradición. Un proceso cómodo, que venía marcado por el entorno familiar y vecinal y que los jóvenes lo asumían sin cuestionar apenas nada. Las tensiones entre las generaciones eran muy escasas. Había dos cosas que ahora son totalmente distintas: 1) La etapa “joven” era breve o casi inexistente y 2) los cambios sociales y culturales eran lentos y, por ello, fácilmente asimilables, sin ningún trauma. Es claro, por lo tanto, que hablar de los jóvenes nos lleva a hablar del conjunto de la sociedad en la cual se mueve y, con cuyos elementos, construyen su identidad. Desde estas dos perspectivas se puede interpretar lo que “nos” está pasando con los jóvenes. 34 1.- ALGUNOS RASGOS DE LOS JÓVENES EN Y CON LA SOCIEDAD DE HOY Digo “en” y “con” porque los jóvenes no son un colectivo aparte del resto y porque, como se ha dicho antes, las dificultades vienen en cuanto que son jóvenes en esta sociedad. Además, vaya por supuesto que, en el fondo, los jóvenes son termómetro, esponja y espejo de los valores que priman en la sociedad. 1.1.-En lo económico-laboral El desempleo y la precarización laboral entre los jóvenes, aumenta constantemente. Se dice que más del cincuenta por ciento de ellos no encuentran trabajo. Cada vez dedican más tiempo a estudiar y a capacitarse para el trabajo y muchas veces el empleo que consiguen no responde al nivel de estudios alcanzado sino a otros inferiores. Muchos titulados universitarios de Extremadura se marchan a buscar trabajo fuera de nuestra región. Se dice que los jóvenes de hoy son los mejor formados de la historia pero, también, fuertemente castigados por la escasez de empleo y la precariedad laboral, lo cual les obliga a vivir una adolescencia forzosa y excesivamente prolongada. Las dificultades para la emancipación son evidentes. Muestra de ello es que más del sesenta por ciento de los jóvenes viven con alguno de sus padres y en el último decenio la edad media de contraer matrimonio se ha retrasado en dos años. Los varones lo hacen con 31 y las mujeres con 29. 1.2.-En lo socio-cultural En la sociedad actual se ha producido un ocultamiento, cuando no desaparición, de las grandes ideologías y sistemas de pensamiento utópicos y en muchos jóvenes ello se traduce en una especie de renuncia a cambiar el mundo y una mayor preocupación por lo próximo y lo más cotidiano. Para referirse al clima sociocultural de hoy algún sociólogo ha acuñado la expresión: “cultura o sociedad líquida”, frente a la cultura “sólida” de la modernidad. Algo aplicable no solo a la juventud sino a toda la sociedad en la que nada se presenta como seguro sino que todo es móvil, todo es flexible, todo cambia. Parece que los jóvenes hoy construyen su identidad sobre la base de que no hay nada fijo. Se mueven como en un gran supermercado en el que cada uno toma el “producto” que más le apetece. Nos referimos no sólo a las cosas materiales sino también a los valores, las aficiones, los criterios de juicio, las creencias, los rituales, los símbolos, las formas de comunicación... Se encuentran con una multitud de opciones posibles y, al mismo tiempo, eso les hace más complicado el ejercicio de la libertad, al que, por otro lado, no pueden renunciar. Los jóvenes de hoy seguramente son más constructores de su identidad que los de antes, están obligados a ello, si quieren tener una identidad propia y no prestada. Admiten grados de adhesión variable a las instituciones, a las personas y a las situaciones. Para ellos el “todo o nada” no existe. Les cuesta mucho comprometerse a fondo y se niegan a renunciar a elementos valiosos de su identidad si no es por una buena razón. 35 En muchos de ellos la primacía la tienen los valores relacionados con la afectividad y el placer. Por eso valoran hoy tanto a la propia familia, como núcleo donde se sienten queridos y no tanto como instancia autoritaria, y hay menos conflictos en el hogar. Diríamos que los padres de hoy procuran que no se repitan las escenas que ellos vivieron con sus progenitores, pero, a veces, a costa de no transmitir sus propios valores a los hijos para no coartar su libertad. En los amigos también despliegan buena parte de su afectividad. Un joven se comporta, sobre todo, como lo hacen sus amigos, aunque afirmen continuamente que son del todo libres y responsables. Los estudios de los últimos años presentan un tipo de joven que mantiene una imagen negativa de sí mismos: se ven consumistas, egoístas, vagos, indolentes… Muchas veces puede tratarse de una imagen inducida por los adultos, los medios de comunicación o el ambiente en general, que ellos mismos han internalizado. En el campo de los valores se puede decir que hay en ellos un fallo entre los valores finalistas y los valores instrumentales. Tienen en alta estima los primeros (la paz, la ecología, la justicia, la libertad, la tolerancia, la lealtad…), pero, al mismo tiempo presentan un fuerte déficit en los valores instrumentales, sin los cuales los primeros no se consiguen: el esfuerzo, la autorresponsabilidad, el compromiso, la participación, la abnegación… Por eso muchos de sus grandes deseos se quedan en bellos ideales difíciles de alcanzar. También podría decirse que tienen mejor interiorizada la tabla de los derechos que la de los deberes cuando en la convivencia social han de conjugarse los unos con los otros. 2.3.- En lo socio-religioso Se ha acelerado el proceso de alejamiento de la Iglesia. El desapego es evidente, ya se decía en el anexo de nuestro plan pastoral diocesano: “Sólo algo más de la mitad se declaran católicos”1 (un 58,1 %) mientras que en 1994 lo hacía un 77 %. Un 33,8 % se declara no creyente (en 1994 lo decía el 22 %) y uno de cada seis (el 18 %) se considera católico practicante. Cuando sobre una lista de instituciones se les propone que indiquen aquella que les suscita mayor confianza, señalan la Iglesia el 20 %. Por debajo del ejército y la policía, pero por encima de los jueces (15,2 %), el Gobierno (11,4 %), el Parlamento (8 %), los partidos políticos y sindicatos (4,2 %)2. 1 En lo que se refiere a la religiosidad de los jóvenes nos fijamos en los datos ofrecidos por TOMÁS CALVO BUEZAS en su estudio “Actitudes ante la Inmigración y Cambio de Valores”. CEMIRA. La encuesta fue realizada en toda España en el primer cuatrimestre de 2008 a una población entre 14 y 19 años. 2 En esta pregunta no se incluían instituciones tan valoradas en otros apartados como la familia o la escuela. 36 En otro lugar se les pide que indiquen donde “se dicen las cosas más importantes para orientarse en la vida”. La Iglesia es señalada únicamente por el 1,1 % y a la pregunta de “dónde te han enseñado más la igualdad y solidaridad humana”, señalan la Iglesia el 8,3%. El 39 % dicen que no van nunca a la iglesia o que hace años que no va (11 %). Un 20 % van por Semana Santa o fiestas y un 10 % dicen que van una vez a la semana. Un dato curioso es que no desaparece por igual lo que podríamos denominar “actos de piedad individual”. Dicen “rezar a solas” algunas veces al año un 20,4 %, con mucha frecuencia el 13,7 % y todos los días el 9,5 %. En los últimos años se ha producido un gran descenso en todos estos parámetros de religiosidad entre los jóvenes extremeños, siendo muy similares ya al perfil del conjunto de los jóvenes españoles. Podemos observar que se mantiene una minoría de jóvenes comprometidos, “cada vez más comprometidos” con su parroquia, su grupo…, pero también se ha dado un trasvase de lo que sería el catolicismo “nominal” o “practicante” hacia el ámbito de la increeencia. Todo parece confirmar que no se está produciendo una adecuada socialización religiosa de las nuevas generaciones. Ello es debido a la incapacidad de la Iglesia para conectar con ellos, por un lado, y por otro, por la retracción de las familias en su papel como transmisora de la fe. Hoy los jóvenes son incapaces de aceptar la fe como algo impuesto y global para todos. Muchos no ven reflejados sus intereses en la institución religiosa. En una cultura fragmentaria, como la de hoy, no encaja bien la idea de Dios como algo que totalice la vida de una persona y del mundo. Si bien continúan haciéndose las grandes preguntas de siempre, que no encuentran respuesta en su vida cotidiana. Distintos estudiosos hablan de subjetivismo o “religiosidad de bolsillo”, “religiosidad Light”, “marquetería religiosa”. Pero la mayoría de los jóvenes de nuestro entorno puede decirse que entran dentro del llamado “catolicismo nominal”: mantienen una cierta identificación, al menos nominal, con la Iglesia, sus creencias se acomodan a las circunstancias y no están muy arraigadas en el contexto global de su vida, no confían en la Iglesia en general, les cuesta congeniar, no desean ser “militantes” de una causa eclesial (ni social) yen la escala de sus valores la religión no es importante, apenas un barniz… 2.- ALGUNAS ACTITUDES PASTORALES Es importante no adoptar una postura maniquea: no todo es malo ni todo bueno en los jóvenes, como tampoco lo es en los adultos. Mientras estamos en este mundo el trigo y la cizaña están entremezclados y, lejos de estar continuamente censurando o lamentándonos sobre las dificultades que tenemos en nuestra acción pastoral, es conveniente descubrir los 37 elementos de la identidad juvenil que nos puedan servir como punto de arranque para la misma. Que sea la afectividad algo fundamental para los jóvenes no es necesariamente malo. La afectividad tiene que ver con el amor. Y Dios es AMOR, todo amor y nada más que amor. El amor (Dios) es lo que da plenitud al ser humano, es lo que más profundamente anhelamos. Presentemos al auténtico Dios que es Amor, y no hay mejor manera que teniendo el amor, la cercanía, la acogid y otros detalles como la mejor metodología pastoral. Sólo aquello que se ama puede ser redimido. Deberíamos empezar por cambiar la actitud con la que muchas veces miramos o hablamos de los jóvenes y ofrecerles espacios de encuentro y acogida, donde se aprenda a amar y a ser amados. Los valores que hemos llamado finalistas están ahí: la tolerancia, la solidaridad, la paz… Son de origen cristiano, pero ya han pasado a ser patrimonio de la humanidad. Es una conquista importante y un buen punto de partida. Las comunidades, mayoritariamente compuestas por adultos, deberían encarnar de verdad esos valores y actuar de espejos para los más jóvenes, enseñándoles a vivir el espíritu de renuncia, de sacrificio, el compromiso, la abnegación, la paciencia, la entrega… Los jóvenes quieren ser libres, buscan ser libres, necesariamente quieren ser ellos mismos. Hay que acompañarles en ese proceso de búsqueda de su propia identidad, sobre todo, ofreciéndoles modelos concretos. El trabajo con los jóvenes pasa por el trabajo con toda la comunidad que ha de ser para ellos la mejor referencia, de modo que encuentren en ella los mejores elementos con los que construir su propia identidad. Me refiero a las familias cristianas, las parroquias, las asociaciones y movimientos… Ofrecer procesos educativos abiertos, no cerrados. Que sean inclusivos y flexibles. Esto supone revisar, y quizá reformar, mucho de lo que venimos haciendo que se basa en procesos lineales, con un punto de partida, otro de llegada y caminos a veces muy rígidos; e iniciar procesos circulares, donde haya muchos caminos de entrada y muchos puntos de salida. El joven de hoy huye de cualquier corsé y busca vivir la pertenencia o la no pertenencia como una especie de ensayo-error constante. Por eso hay que estar adaptando constantemente las metodologías, porque nos parece que lo que aquí sirve allí no, y que lo que hacíamos ayer enseguida queda anticuado…Hoy es precisa una gran imaginación en la Pastoral de Juventud. Unos consejos para la práctica de la pastoral juvenil: Hay que sembrar sin esperar frutos inmediatos: la constancia y la paciencia son virtudes que tenemos que cuidar ahora especialmente los animadores. Y son valores muy evangélicos. Crear espacios acogedores, donde se vivan los valores del Reino, la opción por los más pobres, con un clima humanamente agradable, participativo…. En el que se primen las relaciones de cercanía personal, de amistad. 38 En cada joven de hoy hay un “Tomás” que no se conforma con oír lo que dicen otros, sino que quiere experimentar y palpar. Se dice que los jóvenes de hoy tienen poca “memoria” y es verdad. Hemos de reconocer que nuestras catequesis se nutren mucho del pasado y es preciso ofrecerles relatos e historias del presente. Cada comunidad que quiere llegar a los jóvenes debería ofrecer modelos vivos y concretos de lo que es ser cristiano hoy. Eso es lo que más llega a los jóvenes. Los agentes de la Pastoral de Juventud puede que no lleguemos a los jóvenes, o que creamos que no llegamos, pero Dios sí llega. Va delante. Está presente en una cultura que nos desconcierta, pero está. Por eso, más allá de cualquier sugerencia, la pastoral con jóvenes es una apuesta por ellos, convencidos de que Dios nos está citando en ellos, obligándonos a salir de nuestras inercias y el temor a no ver resultados. Y es que muchas veces, esos resultados no son visibles… para nosotros. Es importante presentar claramente lo central de la fe: Cristo, expresión concreta del Dios que es Amor y que opta por los más “pobres”. Ofreciéndolo, no como una idea, sino hecho vida en nosotros, en las comunidades cristianas. Presentar la fe cristiana no como algo oculto y encerrado en la vida privada, sino como un estilo de vida personal y colectivo que nos lleva a tener una presencia pública en los ambientes, también en los ambientes juveniles: con respeto, pero sin miedo a los demás o a lo desagradable del entorno. Hoy estamos llamados a una renovación de nuestros métodos pastorales, de modo que transmitamos, no tanto ideas sobre Dios sino experiencia de Él; más de persona a persona, uniendo palabra con testimonio vital, abiertos siempre a acoger, a acompañar sin prisas, sin presionar y sin cerrar puertas… Jesús Moreno Ramos Vicario de Pastoral Social 39 Corramos porque iremos a la casa del Señor; corramos porque esta carrera no cansa; porque llegamos a una meta donde no existe el cansancio. Corramos a la casa del Señor y que nuestra alma se alegre por quienes nos repiten estas palabras. Ellos vieron la patria antes que nosotros, la vieron los Apóstoles y nos dijeron: ¡Corred, daos prisa, seguidnos! ¡Vamos a la casa del Señor! (Cf. San Agustín) 40