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Cuaresma: Un tiempo de reconciliación con el Padre
TE LLEVARÉ AL DESIERTO, TE VOY A ENAMORAR Y TE HABLARÉ AL CORAZÓN t
Oseas 2.14-22
Por Pedro Stucky
INTRO
Muchas iglesias evangélicas o protestantes – tal vez por querer separarse de un pasado que no
quieren recordar -- han hecho rupturas tan fuertes con su pasado, que quedan sin historia, sin
tradición, y a veces con muy poca teología.
Es decir se han querido distanciar de la Iglesia Católica Romana, pero en el proceso botan 2000
años de historia cristiana, y comienzan desconociendo prácticas y tradiciones muy ricas que
vienen desde tiempos bíblicos y están incrustadas en nuestra historia cristiana.
Tomen por ej., el simbolismo de la luz. El A.T. está lleno de este simbolismo: “Jehova es mi luz
y mi salvación...” “Lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino...” Y el Evangelio
de Juan y las cartas de Juan están repletas de este símbolo tan rico. Jesus dijo: “Yo soy la luz del
mundo, el que cree en mi no andará en tinieblas sino tendrá la luz de vida.” “Si andamos en luz
como él está en luz...” “Despiértate tu que duermes y Cristo te alumbrará.”
Y la Iglesia cristiana ha mantenido vivo el uso de símbolo, enciendiendo velas, con luces de
Navidad, con cantos, etc.
Así que cuando nosotr@s encendemos velas el domingo por la mañana para recordar a Jesús que
ilumina con su luz a todo el mundo y representamos a nuestras iglesias hermanas con velas, no
estamos practicando un rito católico romano, sino echando mano de un símbolo muy antiguo y
universal que enriquece nuestra memoria. El problema es que si no entendemos nuestra propia
historia cristiana, nos lleva a pensar en categorías muy inmediatistas y limitadas.
Y así podemos hablar de los colores litúrgicos o sea los colores que por siglos la iglesia cristiana
ha usado en diferentes momentos del año para conmemorar diversas celebraciones: blanco, rojo
y verde en Navidad, morado en Semana Santa, blanco en Resurrección, rojo en Pentecostes, etc.
Eso no es propiedad de la Iglesia Católica ni de ninguna iglesia. Eso es patrimonio cristiano...
La cuaresma es otra de estas prácticas que data de los primeros siglos de la iglesia cristiana.
Aunque al comienzo el número de días observados variaba, ya en el siglo 4º se fijaron los 40 días
como tiempo de recogimiento y refrigerio espiritual.antes de los días de pasión y muerte de
nuestro Señor.
Así que el tiempo de Cuaresma antecede a la Pascua y la prepara. Es un tiempo rico en
simbología y tradiciones bíblicas. El número cuarenta aparece repetidas veces en la Biblia y
muchas de ellas relacionadas con el tiempo de prueba y preparación del pueblo o de alguno de
los personajes bíblos más importantes.
Los cuarenta días de preparación de la Cuaresma recuerdan en forma inmediata el tiempo de
preparación de Jesús en el desierto, previo al comienzo de su misión. Pero también podemos
reconocer muchos elementos comunes a otras experiencias de cuarentena bíblicas.
Cuarenta días duro el diluvio. 400 años fue esclavo el pueblo hebreo en Egipto... 40 años
peregrinó el pueblo en el desierto antes de entrar en la Tierra Prometida. 40 días pasó Elías en el
desierto antes de su encuentro con Dios. 40 años estuvo Moisés en el desierto apacentando
ovejas antes de que Dios lo encargara de sacar al pueblo de Israel de Egipto y 40 días estuvo
Moisés en el Monte de Sinaí, en comunión con Dios....
Así que la cuaresma está asociada con un tiempo para búsqueda y encuentro, un tiempo de
discernimiento interior, un tiempo de purificación y un tiempo de solidaridad activa. En resumen
la cuaresma es un tiempo para volver a Dios, para la conversión, volver al Dios verdadero y
responder a su llamado.
En el camino de la fe, revivimos los pasos del pueblo israelita en el desierto. Dios nos convoca a
caminar con El, confiar en El, aprender de El. Lentamente vamos conformando nuestro propio
becerro de oro, nuestra imagen de Dios, nuestros ídolos... Por eso son tan necesarios los
espacios de conversión y vuelta a empezar. Porque en las cosas de Dios todos somos simples
aprendices que necesitamos decirle al Maestro: “enséñanos nuevamente” a descubrir tu rostro.
Hay que admitir que la cuaresma, como todos los símbolos, se presta al abuso. Se sustituye el
arrepentimiento verdadero por un rito, que se resume en el dicho, “el que peca y reza empata.”
Además se le puede atribuir valor propio al símbolo, por ejemplo, a las velas o al aceite de ungir,
atribuirle algún poder en sí mismo. Lo mismo se puede decir de la Cena del Señor.
Eso es de cuidado. Pero no es claro que la solución al mal uso del símbolo, es el des-uso. No es
culpa del símbolo que abusen de él. Lo que hay que hacer es dar una correcta enseñanza y uso
del símbolo.
EL PRIMER AMOR
¿De dónde viene esta expresión? Seguramente viene de los primeros días semanas, meses de
enamoramiento de unos novios. Es cuando todo se ve nuevo, diferente... los colores más
intensos, la música más hermosa.... cuando no alcanza el tiempo para estar con nuestro amor,
cuando sentimos esa emoción profunda al pensar en o esta al lado de nuestra amada. Es la
sensación de estar enamorado...
También se usa el término “primer amor” para describir la emoción y enamoramiento de Dios
cuando creemos el Evangelio y empezamos a caminar con el Señor Jesucristo. Es la época
cuando nos encanta hablar del Señor, orar, leer la Biblia, asistir a la iglesia, profundizar en las
cosas de Dios. Descubrimos que Dios es real y que nos ama...
La Biblia misma utiliza el término primer amor. En Apoc. 2.3-5 en el mensaje a la Iglesia de
Efeso, el Señor Jesucristo le dice:
“3
Has sufrido, has sido perseverante, has trabajado arduamente por amor de mi nombre
y no has desmayado.”
Hasta ahí bien. Esa iglesia tenía un historial envidiable. Había demostrado la vitalidad y la
realidad de su relación de amor con Jesús a través del sufrimiento, la perseverancia, el trabajo
árduo, y la constancia. Tal vez en el pasado...
Porque sigue:
“ 4Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor.”
Ya las cosas no eran iguales. Ya no se gozaban de estar en la presencia del Señor, tal vez la
asistencia a los cultos se volvió algo rutinario, les daba pereza asistir a las vigilias y tiempos de
oración y trabajar por su Reino, poco buscaban recibir de su palabra y no esperaban que los
dones del Espíritu actuaran entre ellos, ya no hacían las buenas obras en su nombre que les
encomendaba. Ya las cosas se volvían rutinarias, sin mayor interés. ¿Suena familiar?
Piensen herman@s, – y para eso es la cuaresma – ¿cómo es esa relación que tiene con Jesucristo
y su Cuerpo ahora para Ud? ¿cómo era antes? ¿cómo le gustaría que fuera?.... ¿Qué nos dice el
Espíritu de Dios?
En todo caso el Señor les reconviene.” 5Recuerda, por tanto, de dónde has caído, arrepiéntete y
haz las primeras obras...” Es decir, aviva el fuego, sople las brazas, recupera el entusiasmo,
trabaje la relación, no la deje morir...
Es apropiado darnos cuenta, que no es tanto recuperar el primer amor Los científicos han
descubierto que las emociones asociadas con el primer amor se debe a una sustancia en el cuerpo
llamada dopamina, que es como una poderosa droga que actúa sobre nuestro cuerpo. Pero que
después de unos meses esa droga le da paso a otra que permite que la relación camine el viaje
largo de la vida y no viva sólo por emociones.
Así que el llamado es a recuperar el amor apropiado a la etapa en la que vive. Es profundizar la
relación en ese momento, soplar las brazas y avivarla. Eso es lo que Dios le invitaba hacer al
pueblo de Israel, y con nostalgia lo llamaba.
Leer Oseas 2.14-22
Oseas, por excelencia, caracteriza la relación entre Dios y su pueblo como una relación
conyugal, la unión matrimonial de esposos fieles el uno al otro y en relación duradera.
19(21)
Israel, yo te haré mi esposa para siempre,
mi esposa legítima, conforme a la ley,
porque te amo entrañablemente.
20(22)
Yo te haré mi esposa y te seré fiel,
y tú entonces me conocerás como el Señor.
Dios quiere que su pueblo sepa, que Ud lo sepa, que el se ha amarrado a Ud por siempre, que
existe una unión indisoluble de amor, que él nunca le fallará. Dios no es humano para buscar
revanchas y venganzas por la infidelidad que le mostramos. Y él dice: Así me conocerás como
el Señor. Es decir, cuando nos damos cuenta de eso, no queremos sino caer rendidos a su buena,
santa y agradable voluntad.
Notemos también que es con su pueblo, con la iglesia, que Dios se compromete. No es con los
gobiernos, no es con las organizaciones sociales y políticas, no es con los bancos.... es con esta
aparentemente frágil entidad sociologica, este organismo vivo, este Cuerpo de su Hijo, que se
llama la iglesia. Si Ud quiere ser parte de la alianza con Dios, únase al Cuerpo de su Hijo, que
es la iglesia, que es su Esposa legítima.
vs 14
14(16)
“Yo la voy a enamorar:
la llevaré al desierto
y le hablaré al corazón.
En este pasaje, Oseas evoca la marcha por el desierto, después de la salida de Egipto, como un
tiempo de amorosa intimidad entre Dios y su pueblo. Esta visión un tanto idealizada contrasta
con el cuadro que da el Pentateuco donde la relación oscila entre la admiración y gratitud del
pueblo por los actos de liberación y provisión de Dios, y la rebelión y desobediencia cuando se
desanimaban y llegaban las pruebas.
De todos modos para Oseas, la invitación de Dios es volver a ese desierto, donde no estaban
expuestos los israelitas a la tentación de rendir culto a los dioses de la fertilidad como lo estarían
más tarde, después de su entrada en Canaan.
En el desierto es donde no hay las distracciones y tentaciones del ruido y las luces y actividades
que nos ocupan y mantienen insensibles a la voz del Espíritu Santo. Si una pareja no puede
pasar tiempo, los dos a solas, es difícil que se conozcan y se aprecien y se amen por lo que son,
no por algun ideal que tienen en la cabeza. La invitación de la cuaresma es que volvamos al
desierto para escuchar la voz de Dios.
“La voy a enamorar o seducir” Mire herman@, posiblemente esté frí@ con Dios, tibi@,
distanciad@, por su propia indiferencia, o se ha sentido abandonad@, defraudad@,
desilusionad@.
Pero el Señor, que hace grandes y admirables y asombrosas obras le dice, “Te quiero enamorar”,
voy a prodigarte mi amor, mi consuelo, mis bendiciones sobre tu vida. Sólo recíbelos. No esté
brav@ conmigo, que yo siempre he estado a tu lado, aun en tu depresión, enfermedad y soledad
más profundos cuando nadie más estaba en ese cuartico con Ud, yo estaba allí.
“Y le hablaré al corazón” Corazón, es un concepto clave en Oseas pues es la fuente del
conocimiento, de la ternura, de la misericordia. Así que podemos pensar que Dios va a hablar
con cariño a su pueblo, y que va a convencer o persuadir usando el lenguaje de amor y de
amistad.
“Yo te voy a enamorar, hablándote palabras de cariño al corazón, a lo más intimo de tu ser”, es
lo que nos dice el Señor. Anteanoche en la vigilia, una hermana decía que se podía enfrentar
muchas desgracias y dificultades si uno se siente amad@.
Puede ser que nadie jamas le ha mostrado ese tipo de amor incondicional, indisoluble,
sempiterno, pero hoy es lo que el Señor le ofrece para que Ud se agarre de El y él enderezará tu
vida.
CONCLUSION
Cuaresma es un tiempo para que examinemos nuestro andar, consideremos nuestras lealtades, y
aceptemos la invitación amorosa de nuestro Señor Jesucristo.