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• 36-41 medico enfermo 2/12/04 15:05 Página 36 Cuando el médico enferma Al menos uno de cada diez de los médicos españoles padece o ha sufrido algún trastorno psicológico o adictivo que repercute en la calidad de la asistencia sanitaria que presta. Y uno de cada cinco de Atención Primaria manifiesta síndrome de burn-out. Porcentajes que resultan una verdadera pesadilla para sus colegas, los órganos colegiales y para el Sistema Nacional de Salud, pues pueden constituir un riesgo para sus pacientes, mediante negligencias y mala praxis. Y es que el médico enfermo se convierte en un paciente muy atípico, especial, para quien los esquemas normales de atención sanitaria no sirven. De ahí que las administraciones sanitarias y los colegios profesionales aúnen esfuerzos para la implantación nacional del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo, más conocido por Paime. 36 MEDICAL ECONOMICS | Edición Española | 3 de diciembre de 2004 www.medecoes.com • 36-41 medico enfermo 2/12/04 15:05 Página 37 G.S.S. L os médicos, como cualquier hijo de vecino, contraen enfermedades. Pero, por norma general, las minimizan y habitualmente utilizan procedimientos diferentes a los que aconsejan a sus pacientes. Es decir, no suelen acceder al sistema sanitario como el resto de la población, según ponen de manifiesto diferentes estudios. A diferencia de la inmensa mayoría de los humanos, muchos facultativos no son conscientes de sus problemas de salud, especialmente si éstos son de índole mental o adictiva; y otros, aun siéndolo, tratan de capear el temporal como pueden por sí mismos. En ambos casos, se niegan o se resisten a recibir apoyo o ayuda de sus colegas. Y continúan ejerciendo como si nada pasara o nada sucediera. Y es que, como reza el refrán, “en casa del herrero, cuchillo de palo”. Traducido el dicho, viene a decir que el médico es, excepciones aparte, el peor de los pacientes. Se estima que entre un 10 y un 12 por ciento de los facultativos en ejercicio sufre o corre serio riesgo de sufrir, en el transcurso de su vida profesional, uno o más episodios de trastornos psíquicos y/o conductas adictivas al alcohol, a otras drogas o a los psicofármacos. De ese porcentaje sólo de detecta un 60 por ciento de los casos para su tratamiento posterior. Además, un 20 por ciento de los médicos de Atención Primaria manifiestan un síndrome de burn-out, como consecuencia sobre todo del estrés laboral y la falta de motivación. En estos casos, a la insatisfacción se une la angustia y desinterés por la práctica de la profesión. Situaciones que pueden desembocar en errores o negligencias en el ejercicio profesional, además de repercutir negativamente en el ámbito familiar, en las relaciones con los colegas y en el entorno laboral. Rodrigo Martín, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife, sostiene que un facultativo enfermo, el que sufre determinadas afecciones, como alcoholismo o patologías psiquiátricas, “chirría” en el sistema sanitario. Es más: “Está condenado para toda la vida”, se tiene que “esconder”. Por ello, según Martín, hay que darle un tratamiento asistencial diferenciado. ¿Estará hecho el médico enfermo de una pasta diferente al común de los mortales? No, pero las características de su profesión le llevan a adoptar comportamientos diferentes. Por tanto, diferente es el trato o asistencia que se le presta. La reflexión: “Soy médico, ¿cómo voy a confiar mi patología a otro colega?”, se convierte en una trampa peligrosa. Peligrosa para el propio enfermo, para su ejercicio profesional, para sus compañeros, para sus pacientes. Este rechazo —consciente o inconsciente— del médico a hacer de paciente se sustancia, sobre todo, en el miedo al qué dirán sus colegas y sus pacientes, y en el temor a la falta de confidencialidad. Para vencer esos temores y garantizar la discreción se creó el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME), implantado —o en vías de estarlo— en todas las comunidades autónomas con la co- ¿Qué causas, en el ejercicio de su profesión, favorecen que el médico tenga estrés, padezca una enfermedad mental o sea adicto al alcohol, por ejemplo? El director del Paime en Cataluña, Antoni Arteman Jané, enumera seis: 1. Mayor riesgo laboral por la facilidad en la obtención de sustancias psicotrópicas y por el conocimiento de la fisiopatología y del mecanismo de actuación de los psicofármacos. 2. Tendencia general a la autoprescripción y a la autoterapia. 3. Elevada frecuencia de rasgos de personalidad vulnerables, como tendencia al perfeccionismo, gran autoexigencia, rigidez y poca flexibilidad. 4. Tendencia a negar y ocultar sus problemas de salud. 5. Periodo formativo muy estresante. 6. Permisividad del entorno. www.medecoes.com MEDICAL ECONOMICS | Edición Española | 3 de diciembre de 2004 37 • 36-41 medico enfermo 2/12/04 15:05 Página 38 Los cinco miedos que atenazan al médico enfermo 1. Miedo a ser identificado como médico enfermo que ha fracasado en uno mismo. 2. Miedo a la estigmatización que conllevan patologías como las mentales o adictivas. 3. Miedo a perder la credibilidad como profesional de la salud entre sus colegas y entre sus pacientes. 4. Miedo a perder el trabajo. 5. Miedo a ser inhabilitados para el ejercicio de la profesión. laboración de las consejerías de Sanidad y los colegios de médicos (ver apoyo). El I Congreso Nacional del Paime se celebró en octubre de 2003, en Córdoba. Allí se constató que los médicos eran reticentes, cuando no opuestos, a utilizar los mecanismos asistenciales al uso para tratar sus patologías mentales o adictivas por miedo a ser estigmatizados por sus colegas y pacientes. Ante esto, el médico enfermo tiende a silenciar su problema y a resolverlo sin ayuda profesional. Una postura que, según todos los expertos, entraña riesgos evidentes para la salud del propio profesional y la de sus pacientes. Para Eugeni Bruguera, del Servicio Psiquiátrico del Hospital Valle de Hebrón, de Barcelona, “la inhibición para pedir ayuda, la autoprescripción y las consultas de pasillo son algunas de las actitudes equivocadas que muchos médicos adoptan, y que se traducen en un comportamiento terapéutico inadecuado y en un retraso en la correcta atención de su enfermedad, lo que comporta evoluciones clínicas más complicadas y de peor pronóstico”. José Hernández Úrculo, presidente de la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista (Semergen) de Santander, denuncia la presión asistencial en las consultas, cada vez mayor, especialmente en los centros urbanos, donde un médico de familia ve a diario una media de medio centenar de pacientes. Esa presión es una de las causas del llamado síndrome de burn-out o médico quemado, producido por “las disfunciones organizativas, administrativas y burocráticas del sistema sanitario, que es donde casi todas las personas quemadas tratan de encontrar las causas de sus problemas”, comenta Jesús de la Gán- dara Martín, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital General Yagüe, de Burgos. Además del ámbito institucional hay que tener en cuenta el propio ejercicio de la Medicina, “que en las mejores condiciones es en sí mismo estresante”, según José Antonio Otero, médico de familia del Centro de Salud Gamazo, de Valladolid. Otero añade las relaciones conflictivas, los cambios organizativos, los conflictos intergrupales y la incertidumbre en los resultados. Detectado el problema y consciente el médico enfermo de que se debe poner en manos de un especialista, ¿qué debe hacer éste cuando tiene como paciente a un colega? Los expertos reconocen que los médicos no son buenos pacientes, sea cual sea el problema de salud que padezcan. Pero en los casos de patologías mentales o adictivas aún es más difícil que la relación médico-paciente funcione como es debido. Muy a menudo se dan casos de visitas de pasillo o de teléfono, incomparecencias a la consulta, incumplimientos de prescripciones y muchas otras vicisitudes que imposibilitan que el tratamiento sea eficaz. No obstante, el deseo de los colegios de médicos es que esa relación se mantenga, pero situada en un marco de práctica correcta de la Medicina, en donde los profesionales puedan actuar como es debido. Cuando se dé esa situación, comentan los expertos, es aconsejable que el médico terapeuta establezca de entrada con el médico enfermo unos criterios rigurosos para poder mantener la relación, tales como el régimen de visitas, el cumplimiento de las prescripciones, si son precisos controles analíticos, si es necesario restringir temporalmente la práctica médica, etcétera. El programa Paime refuerza la relación entre el terapeuta y su paciente médico, ofreciendo al especialista diferentes servicios específicos, como la emisión de dictámenes independientes, la firma de un contrato terapéutico para comprometer más al médico enfermo, pasando por el internamiento en la unidad, la asistencia de terapias individuales o de grupo, o controles de orina fiables. El PAIME El Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME) nació en 1998 con la firma de un acuerdo entre el Departamento de Sanidad y Seguridad Social de la Generalitat de Cataluña y los colegios médicos catalanes. Hoy está implantado, o en vías de estarlo, en todas las comunidades autonómicas españolas, después de que en octubre del año pasado el Ministerio de Sanidad instara a to- 38 MEDICAL ECONOMICS | Edición Española | 3 de diciembre de 2004 www.medecoes.com • 36-41 medico enfermo 2/12/04 15:05 Página 39 das las autonomías a que se adherieran al citado Programa. La última comunidad en poner en marcha el Paime, el pasado mes de agosto, ha sido Canarias. Cuenta con una dotación de 90.000 euros, financiada por la Consejería de Sanidad del Gobierno insular y los colegios de médicos. El Paime es un programa exclusivo para médicos enfermos, especialmente si padecen alguna patología mental o adictiva, como el alcoholismo. Médicos que, por vergüenza o miedo a ser reconocidos por sus colegas o pacientes, no se atreven a acudir a los servicios del Sistema Nacional de Salud como cualquier otro ciudadano. El Paime, además de las prestaciones sanitarias, incluye atenciones sociales, como asesoría jurídica y laboral, e incluso ayudas económicas durante el tratamiento en caso de que fuera imprescindible. Y garantiza al médico enfermo total confidencialidad y, de paso, asegura una práctica de la Medicina más correcta por parte de estos profesionales una vez rehabilitados. La filosofía del Paime se basa en los contenidos del Código de Ética y Deontología de la Organización Médica Colegial, que en el artículo 19 de su capítulo V, dice: 1. El médico debe abstenerse de actuaciones que sobrepasen su capacidad. En tal caso, propondrá que se recurra a otro compañero competente en la materia. 2. Si un médico observa que por razón de edad, enfermedad u otras causas, se deteriora su capacidad de juicio o su habilidad técnica, deberá pedir inmediatamente consejo a algún compañero de su absoluta confianza para que le ayude a decir si debe suspender o modificar temporal o definitivamente su actividad profesional. 3. Si el médico no fuera consciente de tales deficiencias y éstas fueran advertidas por otro compañero, éste está obligado a comunicárselo y, en caso necesario, lo pondrá en conocimiento del Colegio de Médicos, de forma objetiva y con la debida discreción. No supone esta actuación faltar al deber de confraternidad, porque el bien de los pacientes ha de ser siempre prioritario. Las enfermedades que se incluyen en el Programa, según el director del mismo en Cataluña, Antonio Arteman Jané, son: por una parte, las conductas adictivas al alcohol, a otras drogas ilegales y a los psicofármacos; y de otra, los trastornos mentales más graves y susceptibles de distorsionar la realidad de los médicos en ejercicio que las padecen, como la paranoia, la esquizofrenia, los trastornos bipolares y otras depresiones graves. Los servicios del Paime son gratuitos para los profesionales, y su sistema de financiación depende de los convenios que al respecto se establezcan entre cada una de las administraciones autonómicas y los colegios. En Cataluña, por ejemplo, el 80 por ciento de los costes de la aplicación del Paime corre a cargo de la Generalitat, y el 20 por ciento restante, de los colegios médicos, que son los que se encargan de la gestión del Programa. Los datos sobre médicos tratados por el Paime se hallan dispersos por las comunidades autónomas y en la mayoría de ellas no están actualizados. En Cataluña, por ejemplo, llevan atendidos a más de 600 facultativos enfermos desde la puesta en marcha del Progama, a una media anual que supera el centenar de casos. El 70 por ciento de ellos accedió al Paime de forma voluntaria. Para más información, consultar www.paimm.net ■ ¿Qué debo hacer si yo tengo el problema? Cada comunidad autónoma tiene establecidas sus propias normas, pero, más o menos, se siguen las pautas marcadas por el Paime de Cataluña. Son éstas: 1. Ponerse en contacto cuanto antes con el Programa, llamando al teléfono correspondiente (93-567.88.56 para Barcelona), o al Colegio de Médicos. Se garantiza la confidencialidad. 2. A partir de la recepción de la llamada, se asigna un nombre ficticio al médico enfermo para preservar su identidad cuando haga uso de los servicios del Paime, y se programa una primera visita con quien será su médico especialista. 3. También se puede acudir privadamente a un especialista, aunque no sea del Paime, a ser posible con experiencia en estos casos, para ser atendido como cualquier otro paciente que sufra el mismo tipo de enfermedad. 4. Lo más importante es pedir ayuda en seguida a un colega que sepa tratar estos problemas, sea del Paime o privado, y ponerse en sus manos. www.medecoes.com MEDICAL ECONOMICS | Edición Española | 3 de diciembre de 2004 39 • 36-41 medico enfermo 2/12/04 15:05 Página 40 El médico enfermo: una oportunidad perdida “Pero nada es seguro en el reino de la Medicina…” Sydney Orr, La noche del oráculo, de Paul Auster. ¿Qué significa enfermar? tagio, las profesiones sanitarias pueden olvidar. El enfermo habla siempre en primera persona, utilizando el yo Puede sonar ridículo al leerlo, pero cuando se refiere a su persona y el “los médicos también enferman”. Y, nosotros cuando incluye a su familia. además, enferman de las mismas enSin embargo, la Medicina y la Ciencia fermedades que afectan al resto de los siempre utilizan la tercera persona y mortales. Y puestos a evidenciar la no suelen hacer referencia a los enverdad, todos los médicos, tarde o fermos, sino a las enfermedades. En temprano, acaban enfrentándose a la la comunidad científica, en el aprenenfermedad, bien sea la suya propia dizaje profesional y en la práctica méo la de un ser querido. Nadie está indica el yo no existe. Esta sutil difedemne de la enfermedad y de sus rencia, que también recoge David Lodconsecuencias, es consustancial al ge1 cuando habla de la conciencia de El autor, médico, ha la novela , es importante al poder prohecho de vivir. Es así como los méescrito acerca de su mover inconscientemente un mayor dicos enfermos acaban descubrienenfermedad: distanciamiento entre pacientes y prodo que la enfermedad, aparte de afecfesionales de la salud. Así, estos últitar a “los otros”, o sea, a los pacien“Aprender a convivir pueden caer en la tentación de tes, acaba afectando a uno mismo. Y con el cáncer es un buen mos sentirse más atraídos por la enfermepara esa circunstancia, muchas vetratamiento”. Tanto dad que por el enfermo y, si esto se ces, ni el enfermo, ni su médico, ni percibe así, se puede generar una deslos profesionales de la salud que le es así que “resulta confianza mutua en la relación entre atienden están preparados. Los méque descubres cómo ambos. Es el denominado “confort de dicos aprenden a tratar enfermedalo cotidiano, abrazar la distancia”2. El hábito profesional de des a medida que desaprenden cómo sólo contemplar la enfermedad en los padecerlas. Este desaprendizaje, que a tu mujer o a tus hijos, otros puede conducir a la falsa prea veces se considera esencial para dose convierte en sunción de que ésta nunca les puede tarse de una perspectiva objetiva en afectar a ellos. Y ése es el primer mito el manejo de los pacientes, puede algo gozoso”. que se quiebra el día que el médico enconllevar un mayor grado de sufriAlbert J. Jovell* ferma. El hábito de no ver te vuelve miento cuando la enfermedad inicia ciego y el despertar de la ceguera esa travesía silenciosa que la conduahonda más el síndrome del desasoce desde “el vosotros estáis enfermos al yo soy el enfermo”. Es por ello, que el médico enfermo tien- siego3. Enfermar en primera persona permite valorar tres grande a moverse más por los extremos: la enfermedad como de- des circunstancias. La primera de ellas es que la enfermedad rrota o la negación de la enfermedad. De lo que no cabe nin- tiene un componente de afectación subjetiva que no se pueguna duda, es de que el médico, cuando enferma, lo primero de evidenciar por el ritual del método científico convencional. que aprende es que el verbo enfermar se conjuga en primera Sólo es evidenciable por lo que las ciencias sociales llaman las persona. Es ése un rasgo que la ciencia suele ignorar y, por con- historias de vida y los médicos llaman la anamnesis. Del co* Licenciado en Medicina y Cirugía y en Ciencias Políticas y Sociología, es director general de la Fundació Biblioteca Josep Laporte, de Barcelona. [email protected] 40 MEDICAL ECONOMICS | Edición Española | 3 de diciembre de 2004 www.medecoes.com • 36-41 medico enfermo 2/12/04 15:05 Página 41 nocimiento de esta constelación de hechos y síntomas subje- de convertir en un buen representante de los pacientes y activos va a depender la calidad de la asistencia sanitaria reci- tuar como intermediario en la mejora de la relación entre bida y, por ende, la mejora pronóstica del paciente. En el caso médicos y pacientes. En un sistema sanitario orientado hadel médico enfermo también dependerá su aceptación por cia los pacientes y dirigido por los consumidores, el médiparte de su entorno familiar y profesional. Una segunda cir- co enfermo ocupa una posición genuina para gestionar las cunstancia es que la enfermedad tiene una presentación tri- expectativas de los enfermos y contribuir a la mejora de la ple: orgánica, emocional y social. El hecho de que en los estu- organización de la atención médica. Ello le permite identidios de Medicina sólo se aborde lo orgánico constituye una ficar necesidades específicas no atendidas o que se atienden aproximación parcial al fenómeno de enfermar y, por lo tan- de forma deficiente en las áreas de información, comunicato, promueve un abordaje insufición, accesibilidad y derechos de ciente e incompleto del mismo. los pacientes. También pueden Por eso, a veces, el médico, hasta contribuir a una mejor coordinaque vive la enfermedad en primeción de los diferentes niveles asisra persona, no se da cuenta del imtenciales y a la planificación de Los médicos aprenden pacto emocional y social de la misuna atención global de los enfera tratar las enfermedades ma. Es por ello que, posiblemente, mos y a que se tengan en consia medida que los sistemas sanitarios deberían deración los aspectos emocionacapacitar e identificar a los profeles y espirituales además de los fídesaprenden cómo sionales preparados para tratar sicos. padecerlas. Por ello, médicos enfermos y, así, poder proUn elemento importante en el el médico se mueve por porcionarles una atención integral tratamiento del médico enfermo específica. Lo contrario, una atenes evitar el riesgo de auto-estiglos extremos: ción deficiente por parte de un matización y las consecuencias inla enfermedad como compañero, incrementa el riesgo deseables asociadas al hecho de derrota o la negación de estigmatización del médico enser portador de la etiqueta de pafermo. En este sentido, programas ciente incómodo o difícil. Se debe de la enfermedad como el PAIME deben ampliar su entender que el médico enfermo cobertura mediante la inclusión de es más propenso que otras persoestrategias para el acompañanas a padecer la incertidumbre miento y tratamiento del médico que padece enfermedades pronóstica asociada a la enfermedad y que esta incertidumorgánicas. Ello incluye, aparte de la capacitación de especia- bre puede dificultar la relación con su médico. Por otra parlistas en el tratamiento de médicos enfermos y el acceso a se- te, es normal que un médico que orienta sus capacidades progundas opiniones médicas, la promoción y mantenimiento fesionales a los enfermos dedique parte de ese esfuerzo a obde grupos de ayuda mutua formados por médicos enfermos y tener la mejor información disponible sobre su enfermedad. el diseño de estrategias de apoyo psicológico al trastorno emo- ¿Quién está más interesado que él en mejorar el tratamiencional asociado. Se tendría que evitar caer en la tentación de to de su condición de enfermo? ¿Quién es el responsable fiadoptar un modelo de relación médico-paciente de tipo cien- nal de la asistencia que recibe? ¿Quién tiene más tiempo que tífico, en el que se traspase al médico enfermo toda la res- él —su paciente favorito— para mejorar su estado de salud? ponsabilidad sobre las decisiones de tratamiento que afectan Finalmente, el reconocimiento de la existencia de médicos a su persona. enfermos y el diseño de estrategias específicas de atención sanitaria permite aprovechar una oportunidad única para El médico enfermo como modelo entender mejor las consecuencias de la enfermedad y poder de paciente experto mejorar la atención técnica y humana proporcionada. Estando a ambos lados de la relación médico-paciente es cuanUna vez asumida “en primera persona” la ineludible pre- do mejor se conocen las dificultades del saber y las oportu■ sencia de la enfermedad y sus consecuencias, el médico en- nidades del querer4. fermo puede realizar una aportación singular y genuina a la mejora de la calidad de la asistencia sanitaria. Constituye 1 David Lodge. La conciencia y la novela. Barcelona: Península, 2004 un modelo de lo que puede ser el paciente del futuro, el pa2 Albert J Jovell. El confort de la distancia. ciente activo o el paciente informado. Y esas son las opor(www.diariomedico.com) tunidades que se deberían aprovechar. Esta situación con3 Jovell A.J. Gestión del conocimiento afectivo. vierte al médico enfermo en un paciente experto y dotado Siete Días Médicos 600, 102-108 de unas capacidades específicas para evaluar la asistencia 4 Albert J. Jovell. Los médicos también lloran. JANO sanitaria recibida. De esta forma, el médico enfermo se pue2004; LXVI:1132-4. www.medecoes.com MEDICAL ECONOMICS | Edición Española | 3 de diciembre de 2004 41