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Turbinectomía parcial inferior vs. cauterización submucosa para hipertrofia del cornete nasal inferior Parcial inferiorturbinectomy vs. submucosal cauterization for hypetrophic inferior turbinate *José Antônio Patrocínio, **Joslei dos Santos Paro, **Ramiro Yépez R., **Henrique de Araújo Alvarenga, ***Lucas G. Patrocínio, **Pérsio M. Amaral * PROFESOR TITULAR Y JEFE DEL SERVICIO ** RESIDENTE DEL SERVICIO *** ALUMNO DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD FEDERAL DE UBERLÂNDIA. SERVICIO DE OTORRINOLARINGOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD FEDERAL DE UBERLÂNDIA, UBERLÂNDIA, MINAS GERAIS, BRASIL. RESUMEN La obstrucción nasal (ON) es la queja crónica más encontrada por el otorrinolaringólogo (ORL). La mayoría responde al tratamiento clínico, pero a veces la cirugía es necesaria. No hay acuerdo sobre cuál técnica debe ser usada. Realizamos objetivamente un estudio comparativo entre turbinectomía parcial inferior (TPI) y cauterización submucosa (CSM), para tratamiento de hipertrofia crónica del cornete nasal inferior (HCCNI). Fueron operados 28 pacientes atendidos consecutivamente con diagnóstico de rinitis crónica hipertrófica. El tratamiento quirúrgico a ser usado fue randomizado para cada fosa nasal y para cada paciente. El acompañamiento fue con 1, 7, 14 y 30 días. La ON del paciente fue evaluada subjetivamente, tanto por el paciente cuanto por el especialista, por una Escala Analógica Visual (EAV) con valores de 0 a 10. El éxito terapéutico ocurrió en 96% de las TPI y en 71% de CSM (p<0,05). En la evaluación subjetiva (EAV) los pacientes y los ORLs consideraron la TPI estadísticamente mejor que la CSM para resolución de ON luego de 30 días (p=0,047 y p=0,011, respectivamente). Dolor, hemorragia y sinequias fueron estadísticamente más comunes en la TPI (p<0,05). Concluimos que la TPI es estadísticamente más eficiente que la CSM para la mejora subjetiva de la ON causada por HCCNI, luego de 30 días de seguimiento. Ambos son procedimientos seguros y eficientes. Palabras claves: Turbinectomía Parcial Inferior, Cauterización Submucosa, Rinitis Crónica Hipertrófica. SUMMARY The nasal obstruction (NO) is the most frequent chronic complaint in the ENT consult. The majority of the patients responds to the clinic treatment, but sometimes is needed the surgery. There are not agreement about wich is the best technique. The objective of this study was comparate between inferior partial turbinectomy (IPT) and submucosal cauterization (SC), for the treatment of the chronic hypertrophy on the inferior turbinate (CHIT). Twenty eight surgeries was performed, it was randomized for each patient and nasal nostril. The follow-up was for 1, 7, 14 and 30 days. The nasal obstruction was measured subjetively for both the patient and the physician, Although The Visual Analogic Score (VAS) matched from 0 to 10. The therapeutic success was in 96% of the IPT and 71% of the SC (p<0,05). The subjective evaluation (VAS), the patients and the physician considerate to the IPT stadistically better than the SC for the relief of the NO after 30 days (p=0,047 and p=0,011, respectively). Pain, bledding and synechias are stadistically frequent in the IPT (p<0,05) than the SC. We concluded that the IPT is stadystically more efficient than the SC for the subjective relief of the NO caused for CHIT. Both are efficient and save procedures. Key words: Inferior Partial Turbinectomy, Submucosal Cauterization, Crónic Hipertrófic Rhinnitis Rev.Ac. Ec. ORL 2005; (4)1:31-35 Patrocinio cols. Turbinectomía vs. Cauterización submucosa INTRODUCCIÓN La obstrucción nasal es un problema común en la población en general afecta la salud del paciente pudiendo causar infecciones respiratorias prolongadas, compromiso sinusal secundario, hiposmia, disturbios del sueño, etc. La causa de la obstrucción nasal crónica por hipertrofia del cornete nasal inferior generalmente es la rinitis alérgica perenne y/o rinitis vasomotora. El aumento de la concha nasal es comúnmente bilateral y es causado por un espesamiento de la mucosa sin hipertrofia de las estructuras subyacentes1. El tratamiento clínico incluye control ambiental, antihistamínicos, corticoesteroides tópicos y sistémicos e inmunoterapia. Si éstas medidas fallan, el tratamiento quirúrgico es recomendado. Una larga lista de procedimientos ha sido sugerida para lidiar con la hipertrofia del cornete nasal inferior, incluyendo inyección de esclerosante y corticoides, crioturbinectomía, turbinectomía parcial inferior o total,5,6 electrocauterización, turbinectomía a láser, etc.2,3 La turbinectomía, resección y reducción quirúrgica del cornete inferior, data de los últimas décadas del siglo XIX. Jarvis (1882)4 fue el primero en descubrir la resección de partes del cornete nasal inferior usando un hilo de asa fría (alambre). A seguir, otros autores pasaron a describir sus experiencias con la turbinectomía inferior total o parcial. Un método, que luego fue criticado por ser traumático e irreversible, además de presentar complicaciones como hemorragia post-operatoria, infecciones, costras, sinequias, sequedad nasal, dolor, cefalea, sin embargo, actualmente todavía hay una gran controversia en cuanto al costo/beneficio de esta técnica. La electrocauterización fue el primer método para el tratamiento del cornete nasal inferior hipertrófico. Su uso fue sugerido en 1845 por Heider de Viena y Crusel de St. Petersburg.3 Primeramente, se utilizó la cauterización superficial, pero por producir atrofia de la mucosa, metaplasia, pérdida de cilios y lesión en el transporte mucociliar fue muy criticada. Fue descrita entonces, la cauterización submucosa en 1907, por Neres.7 Su efecto es alcanzado por la coagulación de sinusoides venosos de la concha nasal, llevando a una fibrosis submucosa. Presenta resultados satisfactorios a corto plazo, sin embargo la cantidad de reducción del tejido es difícil de ser cuantificada, en cornetes nasales con componente óseo importante no hay gran mejora funcional y puede presentar desde complicaciones leves como hemorragia, costras, descarga nasal prolongada, hasta complicaciones graves como osteonecrosis. Rev.Ac. Ec. ORL 2005; (4)1:31-35 Actualmente no hay consenso sobre cuál técnica es mejor y hay una falta de estudios comparativos. Por tanto, realizamos objetivamente un estudio comparativo entre turbinectomía parcial inferior (TPI) y cauterización submucosa (CSM) para el tratamiento de la hipertrofia crónica del cornete nasal inferior, evaluando la obstrucción nasal, con seguimiento de 30 días. PACIENTES Y METODOS Pacientes Fueron operados 28 pacientes atendidos consecutivamente en el Servicio de ORL de la Universidad Federal de Uberlandia con diagnóstico de rinitis crónica hipertrófica. Fueron criterios de inclusión: obstrucción nasal crónica bilateral, ausencia de tratamiento quirúrgico nasal anterior, tratamiento clínico exhaustivo insatisfactorio y rinofaringe libre. Fueron criterios de exclusión: desvío de septo nasal, espolón óseo y pólipo nasal. Método En la consulta pre-operatoria, el paciente fue examinado por un otorrinolaringólogo, que recogió los datos de la historia clínica (cuestionando la presencia o no de obstrucción nasal, prurito, rinorrea, cefalea, hiposmia y otros) y realizó el examen físico otorrinolaringológico y la videonasofibroscopía (con objetivo de evaluar la anatomía de las fosas nasales). Para cada paciente, fue realizado un sorteo para escoger el tratamiento quirúrgico a ser usado en cada fosa nasal. Esto es, TPI en una fosa nasal y CSM en otra. El paciente fue evaluado con 1, 7, 14 y 30 días, en relación a posibles complicaciones de la cirugía (hemorragia, sinequia, sequedad nasal, costras, obstrucción nasal, osteonecrosis, hiposmia, dolor y otros). Para evaluar subjetivamente la respiración del paciente, fue utilizada una Escala Analógica Visual (EAV) con valores de 0 a 10, siendo 10 el mejor (escala de Likert modificada).8 En la consulta preoperatoria, se solicitó al paciente que de una nota de 0 a 10 para valorar cómo él creía que respiraba con cada fosa nasal. Treinta días después de la cirugía, fue nuevamente solicitado al paciente que de una nota para la respiración en cada fosa nasal. También fue cuestionado si consideraba la cirugía exitosa o no. El mismo procedimiento fue utilizado para evaluar subjetivamente la calidad de la cirugía. Otro otorrinolaringólogo que no participó del procedi- 2 Patrocinio cols. Turbinectomía vs. Cauterización submucosa miento quirúrgico (o sea no tenía conciencia de cuál técnica fue realizada en cada fosa nasal), evaluó las fosas nasales, graduándolas de 0 a 10 (EAV) en 2 momentos, en la consulta pre-operatoria y 30 días luego de la cirugía. Técnica quirúrgica Todos los procedimientos quirúrgicos fueron realizados con anestesia local: sedación y analgesia; anestesia tópica con tetracaína 2% + oximetazolina 0,5%; anestesia infiltrante extravascular con bupivacaína 0,5% + epinefrina 1:80.000 a lo largo de la concha nasal inferior, implantación de la concha nasal media y vestíbulo nasal. La TPI fue realizada del siguiente modo: sección longitudinal parcial de la concha nasal inferior con tijera de Knight, retirada de su cola con pinza de Takahashi, electrocauterización con alta frecuencia del lecho sangrante, fractura lateral de la porción restante del cornete nasal inferior. La CSM fue realizada del siguiente modo: introducción de aguja–cauterio en la submucosa, a lo largo de toda la concha nasal inferior, iniciando anteriormente; electrocauterización con bisturí de alta frecuencia y fractura lateral. Luego del procedimiento quirúrgico fue realizado tamponamiento nasal anterior por 12 horas con gasa, embebida con pomada de neomicina. Análisis estadístico Para verificar estadísticamente la diferencia entre los dos métodos quirúrgicos, fue realizado el test tStudent para diferencia de medias, con los datos de EAV dado por los pacientes y por el otorrinolaringólogo. Para determinar si hubo diferencia estadísticamente significativa entre las complicaciones de cada método quirúrgico fue realizado el test de χ2 o test exacto de Fisher. edad de los pacientes varió entre 13 a 57 años (con una media de 26,5 años). En la consulta preoperatoria, todos los pacientes presentaban queja de obstrucción nasal (100%), 20 de rinorrea (71,4%), 13 de prurito (46,4%), 10 de hiposmia (35,7%) y 10 de cefalea (35,7%). Con relación a la evaluación subjetiva de la obstrucción nasal por el paciente, se encontró diferencia estadísticamente significante (p=0,047). Esto es, los pacientes consideraron la TPI mejor que la CSM para la resolución de la obstrucción nasal, luego de 30 días. Con relación a la evaluación subjetiva de la obstrucción nasal por el otorrinolaringólogo, también se encontró diferencia estadísticamente significante (p=0,011). Es decir, el otorrinolaringólogo que evaluó los pacientes consideró a la TPI mejor que la CSM para resolución de la obstrucción nasal, luego de 30 días. Las medias están representadas en la tabla 1. TPI El presente estudio fue aprobado por la Comisión de Ética de nuestra institución. Una autorización esclarecida e informada fue firmada por todos los pacientes. RESULTADOS Fueron operados 28 pacientes, 16 (57,1%) de sexo femenino y 12 (42,9%) de sexo masculino. La Rev.Ac. Ec. ORL 2005; (4)1:31-35 Estadística Media de las diferencias ± desviación standard) Paciente 4,25 ± 2,205 3,04 ± 2,168 p=0,047 Médico 4,96 ± 2,099 3,29 ± 2,637 p=0,011 Tabla 1: Análisis de los datos dados por los pacientes y otorrinolaringólogos, basados en la EAV, de acuerdo con la técnica empleada. Con relación al éxito terapéutico, 27 pacientes (96%) expresaron satisfacción con la TPI y 20 (71%) con la CSM (p<0,05). La incidencia de complicaciones presentada durante el seguimiento de 30 días está representada en la tabla 2. Dolor, hemorragia y sinequias fueron estadísticamente más comunes en la TPI (p<0,05). TPI Fue considerado estadísticamente significativa: p < 0,05. Aspectos éticos CSM n % Hemorragia 23 Costras 24 CSM Estadística n % 82,1 6 21,4 p<0,05 85,4 24 85,4 p>0,05 Dolor 25 89,3 13 46,4 p<0,05 Obstrucción nasal 21 75,0 26 92,9 p>0,05 Hiposmia 16 57,1 18 64,3 p>0,05 Sinequia 11 39,3 4 14,3 p<0,05 Sequedad nasal 5 17,9 9 32,1 p>0,05 Tabla 2: Complicaciones presentadas por los pacientes, en el seguimiento post operatorio de 30 días, de acuerdo con la técnica empleada. 3 Patrocinio cols. Turbinectomía vs. Cauterización submucosa DISCUSIÓN La obstrucción nasal es probablemente la queja crónica más encontrada por el otorrinolaringólogo.3 La mayoría de los pacientes con obstrucción nasal tiene hipertrofia del cornetes nasales por rinitis alérgica perenne y/o vasomotora. La mayoría de los casos es leve y responde a antihistamínicos y descongestionantes, pero en algunos casos la cirugía es necesaria. El tratamiento quirúrgico es controversial. En 130 años, fueron descritos por lo menos 13 técnicas para reducción del volumen del cornete nasal hipertrófico.3,9 Con eso, el objetivo es disminuir la queja del paciente con relación a la obstrucción nasal, pero preservando la función del cornete. Por tanto, para evaluar críticamente los métodos de reducción del cornete nasal, debemos antes de todo, considerar la función de éstas. El cornete nasal inferior tiene importantes funciones. Primariamente contribuye para la resistencia inspiratoria, que es necesario para la respiración normal (mayor resistencia nasal, mayor presión negativa intratorácica necesaria para la inspiración, mejor ventilación pulmonar y mayor retorno venoso para el corazón).10 En segundo lugar, con una parte del área valvular, ayuda a turbinar el aire y luego, intensificando la humidificación, el calentamiento y la limpieza de este aire. Por fin, es esencial al sistema de defensa nasal (transporte mucociliar, defensa celular y humoral) Los métodos deben ser juzgados por 2 criterios básicos: 1. La eficiencia de la técnica en aliviar la obstrucción nasal, rinorrea, prurito y cefalea; 2. Los efectos colaterales a corto y largo plazo.3 En el presente estudio, optamos por analizar subjetivamente la mejora de la obstrucción nasal y los efectos colaterales a corto plazo, comparando 2 métodos quirúrgicos. La rinomanometría no fue utilizada por haber dudas en la literatura en cuanto a su relevancia práctica.2,11 Para realizar tal evaluación, comparamos métodos de tratamiento quirúrgico, TPI y CSM en 28 pacientes. Optamos por estas técnicas por ser bastante diseminadas entre los otorrinolaringólogos, por presentar buenos resultados finales, por ser más fáciles de ejecutar y de menor costo. Treinta días luego de la cirugía, el éxito de la misma en resolver la obstrucción nasal fue de 96% para la TPI y 71% para CSM (p<0,05). Tasas de éxito similares fueron descritas por Ophir y cols12 y Fradis y cols.13 Además, el análisis subjetivo de estas técnicas por la EAV mostró superioridad estadísticamente significante de la TPI sobre la CSM, tanto por el paciente (p=0,047) cuanto por el especialista (p=0,011). A partir de estos datos, podemos inferir que la TPI es más eficiente para mejorar la obstrucción nasal luego de 30 días. Rev.Ac. Ec. ORL 2005; (4)1:31-35 Podemos explicar esta diferencia por las propias características de las técnicas. En la TPI hay una resección conjunta de mucosa y de hueso de la concha nasal inferior, en la CSM hay solo una disminución por fibrosis de la mucosa hipertrofiada. Luego, en los casos en que hay una porción ósea muy grande, la CSM no será suficiente. Además de eso, la CSM puede fallar parcialmente si la aguja de cauterización no alcanza la porción posterior del cornete. Talvez en las hipertrofias no tan pronunciadas la CSM tenga su indicación. El análisis a largo plazo de la eficacia de la TPI fue evaluado en 186 pacientes por Ophir e cols,12 que relataron alivio de la obstrucción nasal en 82% de los casos. Rakoven y Rosen,14 relataron mejora de la obstrucción nasal en 77% de los 52 pacientes 1 año después de la TPI. Smith y cols15 y Utley y cols16 analizaron la ablación del cornete nasal inferior con radiofrecuencia y no evidenciaron necesidad de acompañamiento mayor que 4 semanas para definir el éxito terapéutico. Por tanto, consideramos 30 días suficientes para acompañar a los pacientes y para comparar el alivio de la obstrucción nasal entre las 2 técnicas en este estudio. Con relación al cornete nasal inferior en el postoperatorio, muchas críticas han sido dadas contra la TPI. Rinitis atrófica, nariz seca, cefalea, costras son complicaciones que pueden desarrollarse de la TPI.3 Entre tanto, una técnica cautelosa, con resección parcial permite una prevención de estos efectos colaterales. Hay también otros autores que preconizan el uso de la CSM, pues esta, a diferencia de la TPI, no reseca mucosa, entonces, no altera las funciones de esta.2,3,13 Varios trabajos en la literatura demuestran que la mucosa respiratoria, así como fue descrita (epitelio pseudoestratificado cilíndrico con células caliciformes productores de moco), solamente esta presente en el recién nacido. El análisis por microscopio electrónico y morfometría de la mucosa nasal de pacientes considerados normales, a demostrado que ésta presenta alteraciones de fibrosis, aumento de glándulas productoras de moco, pérdida de cilios, etc.17,18 La agresión del medio ambiente causa metaplasia. Se puede inferir que la resección de la mucosa promovida por la TPI no es más agresiva que la ambiental. Los efectos colaterales en el post-operatorio tuvieron mayor incidencia estadística en la TPI que en la CSM. Hemorragia, sinequia y dolor ocurrieron con más frecuencia (p<0,05). Son obviamente justificados por que la TPI es una técnica más agresiva. Entre tanto, son complicaciones de poca relevancia clínica. El sangrado es transitorio y generalmente se resuelve con compresión digital o taponamiento anterior. La sinequia es más fácilmente removible y debe ser retira- 4 Patrocinio cols. Turbinectomía vs. Cauterización submucosa da a cada consulta de seguimiento pos operatoria.19 El dolor es discreto y mejora con analgésicos comunes. Por eso, podemos considerar las dos técnicas seguras. 5. Jones, M. Turbinal hypertrophy. Lancet, 2:895, 1895. Nuevas técnicas como la turbinoplastia endoscópica con microdebridador, la turbinectomía a láser van a continuar surgiendo. Son útiles, pero tienen indicación restricta, principalmente por el alto costo, necesidad de equipamiento específico y entrenamiento especializado. 7. Neres, F.E. Voltaic turbinal puncture for the relief of intumescent and hypertrophic rhinitis. J. Am. Med. Ass., 49:1435-8, 1907. Venimos realizando turbinectomía hace 24 años, con más de 1000 casos publicados.20 Siempre que surge una nueva técnica para disminución de la concha nasal hipertrófica, realizamos estudios y experiencias con éstas. Entonces, acabamos retornando para la TPI por no encontrar resultados satisfactorios con otras técnicas. CONCLUSIONES Antes de la cirugía, no podíamos prever los resultados. Todos los pacientes poseían cornetes nasales hipertrofiados y fueron sometidos a las mismas técnicas (TPI y CSM). Entre tanto, el éxito terapéutico ocurrió en 96% de las TPI y en 71% de las CSM (p<0,05). En la evaluación subjetiva (EAV), los pacientes y los otorrinolaringólogos consideraron la TPI mejor que la CSM para resolución de la obstrucción nasal, luego de 30 días (p=0,047 y p=0,011 respectivamente). Dolor, hemorragia y sinequias fueron estadísticamente más comunes en la TPI (p<0,05). Concluimos que la TPI es estadísticamente más eficiente que la CSM para la mejora subjetiva de la obstrucción nasal causada por hipertrofia crónica del cornete nasal inferior, luego de 30 días de seguimiento, a pesar de ambos ser relativamente seguros y eficientes. 6. Holmes, C.R. Hypertrophy of the turbinated bodies. NY Med. J., 72:529-34, 1900. 8. Likert, R. A technique for the measurement of attitudes. Arch. Psychology, 22:5-55, 1932. 9. Jackson, L.E.; Koch, R.J. Controversies in the management of inferior turbinate hypertrophy: a comprehensive review. Plast. Reconstr. Surg., 103:300-12, 1999. 10. Butler, J. The work of breathing through the nose. Clin. Sci., 19:55-62, 1960. 11. Mygind, N. Measurement of nasal airway resistance – is it only for article writers? Clin. Otolaryngol., 5:1613, 1980. 12. Ophir, D.; Schindel, D.; Halperin, D.; Marshak, G. Long-term follow-up of the effectiveness and safety of inferior turbinectomy. Plast. Reconstr. Surg., 90:9807, 1992. 13. 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