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REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ BROUSSE. 2013; VOL 8 (1): 36-42 ARTÍCULO DE REVISIÓN Protocolo de manejo clínico de la hemorragia periparto José Lattus O1, Jorge Varas C2, Javier Ilabaca S3. RESUMEN La hemorragia obstétrica o metrorragia periparto o posparto (HPP), forma parte de los grandes desafíos para el equipo multidisciplinario y sigue siendo una de las principales causas de muerte materna en el mundo pese a los adelantos en fisiología materna y en el manejo del shock hipovolémico, puede ocurrir en un parto vaginal o en un parto por cesárea, aproximadamente 1 por 1.000 partos. Se estima aproximadamente en 1% a 5% de los partos. Clínicamente se considera la pérdida sanguínea excesiva y se asocia a signos de hipovolemia (hipotensión, taquicardia u oliguria). Otros criterios de definición son la cuantificación de la pérdida sanguínea, 500 ml de pérdida en el parto y 1.000 ml en la cesárea, aunque estos valores empíricos son bastante altos, el descenso de la concentración de hemoglobina a 4 g/dl o menos y hematocrito que desciende en 10 puntos o más. La población objetiva está constituida por todas las pacientes que presentan HPP, atendidas en el Servicio de Obstetricia y Ginecología. El presente protocolo clínico es un instrumento de orientación práctica que tiene como objetivo definir e ilustrar los pasos fundamentales en el manejo diagnóstico y terapéutico de las pacientes con HPP. Palabras clave: Hemorragia obstétrica, mortalidad materna, manejo obstétrico. SUMMARY The post partum hemorrhage (HPP), it forms a part of the big challenges for the multidisciplinary equipment and continues being one of the principal reasons of mother death in the world in spite of the advances in mother physiology and in the managing of the shock hipovolemico, can happen in a vaginal childbirth or in a childbirth for Caesarean section, approximately 1 for 1.000 childbirths. Clinical it is considered to be the blood excessive loss and associates to signs of hypovolemia (lightheadedness, tachycardia, syncope, fatigue and oliguria), hypovolemic shock and associated organ failure including renal failure, stroke, and myocardial infarction. Other criteria of definition are the quantification of the blood loss, 500 ml of loss in the childbirth and 1.000 ml in Caesarean, though these 1 2 3 Médico. Servicio Obstetricia y Ginecología, Hospital Dr. Luis Tisné Brousse. Profesor Asociado Facultad de Medicina, Campus Oriente, Universidad de Chile. Médico. Especialista en Obstetricia y Ginecología, Hospital Dr. Luis Tisné Brousse. Médico. Especialista en Obstetricia y Ginecología 36 Disponible en www.revistaobgin.cl PROTOCOLO DE MANEJO CLÍNICO DE LA HEMORRAGIA PERIPARTO empirical values are high enough, the decrease of the concentration of hemoglobin to 4 g/dl or less and hematocrit that descends in 10 points or more, or 10% drop in hemoglobin. The objective population is constituted by all the patients who present HPP, attended in Obstetrics and Gynecology Department. The present clinical protocol is an instrument of practical orientation that has as aim define and illustrate the fundamental steps in the diagnostic and therapeutic managing of the patients with HPP. Key words: Obstetric hemorrhage, mother mortality, obstetric managing. INTRODUCCIÓN OBJETIVO La hemorragia obstétrica o metrorragia periparto o posparto (HPP), forma parte de los grandes desafíos para el equipo multidisciplinario y sigue siendo una de las principales causas de muerte materna en el mundo pese a los adelantos en fisiología materna y en el manejo del shock hipovolémico. Impresionan por su intensidad y duración, tienen el triste privilegio de exponer la vida de la madre, requiere tratamiento de urgencia, se debe hacer un diagnóstico preciso, el profesional minimiza la cuantía del sangrado y se debe tener en cuenta la mezcla de líquido amniótico, secreciones y líquidos utilizados en el momento del parto. Esta HPP es una emergencia obstétrica y puede ocurrir en un parto vaginal o en un parto por cesárea, aproximadamente 1 por 1.000 partos. Es una de las mayores causas de morbilidad materna, asociada a complicaciones como shock hipovolémico, falla renal, síndrome de distrés respiratorio agudo y coagulopatía. Además, es una de las principales causas de mortalidad materna a nivel mundial. La incidencia de HPP es muy variable, dependiendo del criterio utilizado para definir esta alteración. Se estima aproximadamente en 1% a 5% de los partos. Clínicamente, se define como HPP a la pérdida sanguínea excesiva que genera síntomas en la paciente (mareos, vértigo, lipotimia o síncope) o se asocia a signos de hipovolemia (hipotensión, taquicardia u oliguria). Esta definición clínica es la de mayor utilidad, al permitir el inicio precoz y oportuno de las medidas terapéuticas necesarias. Existen otros criterios de definición, como la cuantificación de la pérdida sanguínea, que considera 500 ml de pérdida en el parto y 1.000 ml en la cesárea, aunque estos valores empíricos son bastante altos, además el descenso de la concentración de hemoglobina a 4 g/dl o menos y hematocrito que desciende en 10 puntos o más, esto ha sido motivo de discusión pero permite objetivar la magnitud de la pérdida sanguínea aunque en forma más tardía. La HPP se puede clasificar como precoz si ocurre durante las primeras 24 horas posparto; y tardía si ocurre entre 24 horas y 12 semanas posparto. La población objetiva está constituida por todas las pacientes que presentan HPP, atendidas en el Servicio de Obstetricia y Ginecología. El presente protocolo clínico es un instrumento de orientación práctica que tiene como objetivo definir e ilustrar los pasos fundamentales en el manejo diagnóstico y terapéutico de las pacientes con HPP. RELEVANCIA Este protocolo clínico es aplicable en todas las áreas clínicas del Servicio de Obstetricia y Ginecología, considerando además las áreas de Pabellones Quirúrgicos y Unidad de Paciente Crítico. Involucra a todo el personal de salud que participa en la atención de las pacientes que presentan esta emergencia obstétrica. Además, se incluye al personal de la Unidad de Medicina Transfusional, por su vital colaboración. RESPONSABLES DE LA EJECUCIÓN El equipo médico que participa de la atención de las pacientes que presentan HPP. Este equipo multidisciplinario incluye médicos ginecólogos-obstetras, anestesistas, médicos intensivistas, matronas, enfermeras de la Unidad de Recuperación y técnicos paramédicos. DEFINICIONES Hemoderivados: Conjunto de elementos sanguíneos cuyo principio activo proviene del plasma de donantes humanos sanos a través de un procedimiento de fraccionamiento y purificación adecuado. Atonía uterina: Pérdida del tono de la musculatura del útero y un consecuente retraso en la involución uterina posparto, responsable del 75% a 80% de las HPP. DESARROLLO Frente a la sospecha y diagnóstico de HPP el equipo médico debe iniciar una secuencia de medidas terapéuti- 37 Disponible en www.revistaobgin.cl REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ BROUSSE. 2013; VOL 8 (1): 36-42 cas para controlar la pérdida sanguínea, y rápidamente evaluar el éxito o falla de cada una de éstas y así implementar oportunamente la medida siguiente (Esquema en Anexo Nº1). Anexo Nº 1. Flujograma de manejo de HPP I. INTERVENCIONES PRIMARIAS: Conjunto de medidas iniciadas frente a la sospecha de HPP, las cuales se realizan prácticamente en forma simultánea. a. Masaje uterino: El masaje del fondo uterino estimula la retracción de éste. Existe bastante evidencia que es útil. b. Vía venosa permeable: Asegurar el acceso intravenoso (IV), idealmente con dos vías gruesas (16 gauges) para el aporte de volumen, medicamentos, glóbulos rojos (GR) y hemoderivados. c. Fármacos uterotónicos: Debido a que la causa más frecuente de HPP es la atonía uterina, se recomienda la administración secuencial de los siguientes medicamentos hasta objetivar su efecto. i. Oxitocina (Syntocinon®): 40 unidades en 1.000 cc de solución fisiológica IV en goteo o 5 a 10 unidades IV directa. ii. Metilergometrina (Methergin®): 0,2 mg intramuscular (IM) que se puede repetir en intervalos de 2 a 4 horas. Por su efecto vasoconstrictor, no se recomienda su uso en pacientes con antecedentes de hipertensión, Raynaud o esclerodermia. iii. Carbetocin (Duratocin®): 100 mcg IV administrado en bolo lento (durante 1 minuto). iv. Misoprostol (Alumbra®): Existen datos limitados en cuanto a vía y dosis óptima, por lo que se aceptan varias formas de administración. 400 a 1.000 mcg vía rectal; 200 mcg vía oral (VO) más 400 mcg sublingual; o 200 mcg VO más 400 mcg sublingual más 400 mcg rectal. Frente al uso en altas dosis se recomienda la monitorización estricta de la temperatura por el riesgo de hipertermia. d. Aporte de volumen y transfusión: Infusión de cristaloides (Ringer lactato o solución fisiológica) para prevenir hipotensión, en una proporción de 3:1 en relación a las pérdidas estimadas. Clínicamente, se recomienda iniciar el aporte de glóbulos rojos (GR) si la condición hemodinámica no mejora después de la administración de 2 a 3 litros. de cristaloides y persiste la hemorragia. Cuando los resultados de laboratorio están disponibles, se recomienda transfundir con una concentración de hemoglobina <7 g/dl. No existe consenso sobre la proporción ideal de reposición de hemoderivados, se recomienda el aporte de GR y plasma fresco congelado (PFC) en una relación de 2:1. e. Exámenes de laboratorio: El estudio de base debe incluir hemograma, recuento plaquetario, concentración de fibrinógeno, tiempo de protrombina (TP) y tiempo de tromboplastina parcial activado (TTPa). Se recomienda el control seriado de estos parámetros para guiar la reposición de elementos sanguíneos. 38 Disponible en www.revistaobgin.cl PROTOCOLO DE MANEJO CLÍNICO DE LA HEMORRAGIA PERIPARTO II. INTERVENCIONES SECUNDARIAS: Conjunto de medidas invasivas implementadas ante la falta de respuesta inmediata en controlar la hemorragia con las intervenciones primarias. Requieren de condiciones adecuadas de asistencia, exposición, iluminación, instrumental y anestesia para su desarrollo • • • Jefe de Servicio Anestesiología y Pabellones Quirúrgicos. Unidad de Paciente Crítico. Unidad de Medicina Transfusional. Encargado responsable a. Evaluación y reparación de lesiones del canal de parto: Examen exhaustivo desde el periné al cérvix en busca de desgarros y hematomas; la cavidad uterina debe ser revisada en busca de lesiones sugerentes de rotura uterina o dehiscencias. La reparación se realiza con material de sutura reabsorbible. El manejo activo de un hematoma vaginal se recomienda si éste es inestable y se expande, por el dolor que provoca, y podría requerir drenaje y taponamiento vaginal. b. Eliminación de restos ovulares retenidos: Exploración de la cavidad uterina y remoción manual o instrumental de restos placentarios o membranas ovulares. Se realizará curetaje si la remoción manual no logra controlar la hemorragia. c. Procedimientos intervencionistas y quirúrgicos: De no lograrse el control de la hemorragia con las medidas previamente descritas, se considerará HPP que no responde a maniobras convencionales y se procederá con los procedimientos descritos en el anexo Nº 2. III. MANEJO POSTERIOR AL TRATAMIENTO DE LA HPP: Incluye el conjunto de medidas de prevención de complicaciones, evaluación de la evolución clínica y registro de procedimientos realizados El enfoque terapéutico de la HPP debe siempre considerar las siguientes características: • Es simultáneo, coordinado y multidisciplinario. • Sólo participará personal indispensable y con roles claramente establecidos. • Requiere de monitorización y control continuo. • Entrega información oportuna a la paciente y sus familiares. • El objetivo principal es salvar la vida, no la fertilidad. El Jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología es el responsable de asegurar la difusión y evaluar el cumplimiento del presente protocolo. Indicador • • Tipo de indicador: Indicador epidemiológico de proceso Fórmula: Nº de casos de HPP que cumple con Protocolo x 100 • • Umbral: Igual o mayor a 95% Evaluación: Anual Nº total de HPP Anexo 2. Procedimientos intervencionistas y quirúrgicos Para la eventual realización de los procedimientos hemostáticos, se realizará una amplia disección del espacio vésico-uterino para visualizar correctamente desde el cérvix hasta ambos parametrios. Para su mejor comprensión, las diversas técnicas quirúrgicas serán clasificadas de la siguiente manera: I. DE CONTENCIÓN: Están orientadas a disminuir transitoriamente el sangrado hasta el tratamiento definitivo o la recuperación hemodinámica de la paciente. También pueden actuar como tratamiento final, si luego de su aplicación se consolida la hemostasia (ej.: taponaje uterino en acretismo). • Clampeo aórtico infrarrenal • Oclusión de la cavidad uterina II. TERAPÉUTICO: • Ligadura arterial selectiva • Puntos de aposición y compresión • Ablación uterina I. Técnicas de contención DISTRIBUCIÓN DE ESTE PROTOCOLO: • Dirección del establecimiento. • Subdirección Médica o de Gestión clínica. • Departamento de Calidad y Seguridad del paciente. • Oficina Gestión de Riesgo Médico Legal. • Jefe de Servicio Obstetricia y Ginecología. • Unidad Alto Riesgo Obstétrico. • Residencia Gíneco Obstétrica. a) Clampeo aórtico: La forma más sencilla de lograr disminución del flujo aórtico es la compresión manual del sector infrarrenal de la aorta. Podrá hacerse a cielo cerrado, buscando el pulso aórtico en el sector paraumbilical izquierdo (Figura 1), o a cielo abierto, buscando la bifurcación aórtica recorriendo la región prevertebral desde el promontorio hacia cefálico, y luego de 39 Disponible en www.revistaobgin.cl REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ BROUSSE. 2013; VOL 8 (1): 36-42 ubicada ésta, presionando la aorta 2 ó 3 cm por arriba de dicha bifurcación y sobre la cara anterior e izquierda de la columna lumbar. b) Oclusión de la cavidad uterina: Para el control de la hemorragia por atonía, podrá procederse a la oclusión uterina o taponaje por medio de gasa o mediante el uso de balones. El taponaje uterino es de utilidad en el parto vaginal, como medida transitoria hasta acceder al tratamiento definitivo y también para su evaluación pronóstica, aunque en algunos casos podrá servir como tratamiento definitivo. Si una hemorragia no responde al taponaje y a los tratamientos enunciados, se impone el tratamiento quirúrgico. El taponaje se realizará con compresas secas o gasa de 15 metros de largo y 3 a 4 cm de ancho, que rellenará completamente la cavidad uterina introduciéndolo con pinza roma y larga, empujando la gasa contra el fondo uterino, rellenando la cavidad de un cuerno a otro. Se colocará sonda vesical, y si resulta efectivo para controlar la hemorragia se dejará 24 a 36 horas, con cobertura antibiótica de amplio espectro. Alternativamente se podrán usar balones. Para tal fin se ha diseñado el balón de Bakri (Figura 2). También podrá improvisarse con un balón gastroesofágico de Sengstaken-Blakemore al cual se le corta el tubo distal para facilitar su colocación. Una vez ubicado en el útero se llenará con 100-300 ml de solución fisiológica a temperatura ambiente. Se controlará el sangrado por el catéter del balón o por su periferia. Si luego de 24-36 horas se logra el control del sangrado, se procederá a vaciar el balón mientras se infunde oxitocina, y luego de 30 minutos de finalizar el desinflado del mismo, se retirará del útero. Luego, se detiene la infusión del útero-retractor. Si por el contrario se reiniciare el sangrado antes de retirar el catéter del útero, el balón será nuevamente inflado. También es útil una sonda Foley de 50 cc, insuflada intracavitaria. Figura 1. Clampeo manual elástico aórtico externo. Figura 2. Balón de Bakri. II. Técnicas terapéuticas a) Ligaduras arteriales: a1) Ligadura de arterias hipogástricas: Aunque la ligadura de arterias hipogástricas (Figura 3) es parte del arsenal terapéutico de las hemorragias obstétricas, se considera que no debiera aplicarse por diversas razones: • El desarrollo, durante el embarazo, de una red anastomótica entre los sistemas ilíaco, femoral y aórtico; hace que la ligadura ilíaca interna reduzca el flujo sanguíneo en solo el 50%. Figura 3. Ligadura de arterias hipogástricas. 40 Disponible en www.revistaobgin.cl PROTOCOLO DE MANEJO CLÍNICO DE LA HEMORRAGIA PERIPARTO Dicho procedimiento puede también realizarse por vía vaginal, incidiendo el fondo de saco vaginal en hora 3 y 9, luego aplicando la ligadura sobre el miometrio a 1 cm por arriba del repliegue vésico-uterino. Recordamos el riesgo de la ligadura ureteral con este procedimiento. Figura 4. Ligadura de arterias uterinas. Figura 5. Técnica de B-Lynch. • Se trata de un procedimiento que no todos los obstetras están capacitados para realizar, si se considera el riesgo de lesionar la vena ilíaca interna, se debe difundir la práctica y capacitar a los residentes. • La ligadura ilíaca obstruye una vía de acceso para el radiólogo intervencionista de requerirse el cateterismo arterial. a2) Ligadura de arterias uterinas (suturas de O’Leary): Consisten en la ligadura de las arterias uterinas (Figura 4) en su sector ascendente, junto al componente venoso, incluyendo el miometrio, a 1 cm. por arriba del repliegue vésico-uterino, mientras se tracciona el útero hacia la posición cefálica. Estas ligaduras resultan ideales para los casos de atonía como primer intento en el control hemostático. Es importante la amplia disección del espacio vésico-uterino hasta visualizar correctamente desde el cérvix hasta ambos parametrios. b) Puntos de aposición y compresión: Debe usarse una aguja recta de 10 cm. y sutura de reabsorción lenta tipo catgut cromado 1 o multifilamento sintético tipo Vicryl 1. b)1. Técnica de B-Lynch: Es una sutura que por medio de la compresión del cuerpo uterino logra controlar la hemorragia, en particular en casos de atonía. Requiere de una histerotomía segmentaria (Figura 5). En casos de hemorragia posparto, podrá también realizarse esta técnica por medio de una laparotomía seguida de histerotomía. El fundamento que justifica la apertura uterina es la correcta realización de los puntos, al evitar que se adosen inadvertidamente las caras uterinas, pues esto podría obstruir la eliminación de coágulos con la consiguiente hematometra. La técnica consiste en incidir con aguja curva y sutura de reabsorción lenta número 1, a una distancia de 3 cm por debajo de la histerotomía y 3 cm por dentro del borde uterino. La aguja se dirige hacia arriba para salir 3 cm por arriba de la histerotomía a 4 cm por dentro del borde uterino. Mientras se sostiene el útero exteriorizado hacia el cenit, se lleva el hilo por el fondo uterino, simplemente apoyado sobre su serosa, y se desciende por la cara posterior para incidir a nivel de ligamentos útero-sacro a unos 3 cm por dentro del borde uterino, para ingresar con la sutura en la cavidad uterina. Una vez visualizado el hilo dentro del útero, a través de la histerotomía, se lleva la aguja hacia el sector contralateral del mismo plano útero-sacro, para volver a salir del útero hacia cara posterior, y desde allí seguir el camino inverso sobre la serosa hacia el fondo para luego dirigirse por la cara posterior hacia el punto de reingreso en la cavidad uterina a 3 cm por arriba de la histerotomía y a 4 cm del borde uterino. Finalmente se exteriorizara la aguja atravesando el músculo uterino en un punto contralateral al inicial, a 3 cm. por debajo de la histerotomía y a 3 cm del borde uterino. La histerorrafia podrá efectuarse antes o después de ajustar estos puntos, pero si fuera 41 Disponible en www.revistaobgin.cl REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ BROUSSE. 2013; VOL 8 (1): 36-42 después tendrán que repararse previamente los extremos de la histerotomía para evitar perderlos al invaginarse el segmento durante el ajuste de la sutura. b2) Puntos cuadrados (capitonaje uterino de HoCho) Se trata de puntos que comprimen por transfixión, las caras uterinas anterior y posterior entre sí. El primer punto atraviesa ambas caras de adelante hacia atrás; luego de atrás hacia delante pero cubriendo hacia uno de los lados el área sangrante; después nuevamente hacia atrás pero desplazándose hacia arriba o abajo cubriendo dicha área, y finalmente hacia delante, pero desplazándose hacia el mismo lado del punto inicial. Así queda conformado un cuadrado que deja en el medio el sector sangrante (Figura 6). Esta técnica es útil para casos de atonía y acretismo. Esta técnica tiene ventaja sobre la de B-Lynch en la rapidez de su realización, sin la necesidad de una histerotomía, pero con el riesgo de facilitar la retención de coágulos en la cavidad uterina con el consiguiente riesgo de piómetra. Sin embargo la recuperación en la mayoría de los úteros sometidos a estas suturas no deja secuelas endometriales. c) Ablación uterina: Histerectomía La histerectomía tiene lugar en dos casos: • Cuando se trate de una hemorragia que no responde a los tratamientos conservadores. • Cuando se haya pactado con la paciente la no conservación de la fertilidad, previo a una intervención programada con riesgo de hemorragia. La histerectomía debe ser total en los casos de sangrado del sector istmicocervical, sobre todo en los acretismos, de lo contrario no se logrará la adecuada hemostasia. En las atonías podrá intentarse la histerectomía subtotal, y en aquellos casos de gran compromiso vital en los que se debe reducir los tiempos opera- LECTURAS RECOMENDADAS 1. Norma Confección de Normas, Protocolos y Guías de Práctica Clínica. Oficina de Gestión de la Calidad. 2. LATTUS J. El Parto en Obstetricia. Impresora Latapiat Multigráfica. Santiago. Chile. 2007. 3. JACOBS A. Causes and Treatment of Postpartum Hemorrhage. From UpToDate® (www.uptodate.com); version 17.1: Feb 2009. 4. MOUSA HA. Treatment for primary postpartum haemorr- Figura 6. Puntos cuadrados de Ho-Cho. torios, siempre que no haya compromiso de cuello uterino como en la placenta percreta. III. Técnicas complementarias a) Embolización arterial La embolización arterial, realizada por un radiólogo intervencionista, es una opción terapéutica para pacientes hemodinámicamente estables, en centros que cuentan con personal e infraestructura adecuados y disponibles rápidamente. Consiste en la visualización radiológica de los vasos pélvicos (arteriografía) a través de la cateterización de la arteria femoral, y la posterior embolización, con un agente trombótico oclusivo, de las arterias que irrigan los sitios de extravasación. Usualmente ambas arterias uterinas deben ser embolizadas. Esta técnica está cada vez más difundida y ya se cuenta con ella en centros importantes con médicos especialistas. La tecnología actual nos permite prever las complicaciones y dar a la paciente la posibilidad de someterse a estas técnicas avanzadas, y asegurar el éxito de una operación cesárea en placenta percreta por ejemplo. hage (Cochrane Review). Cochrane Database Syst Rev 2003; CD003249. 5. Grupo de Trabajo – Protocolo para el Tratamiento y Prevención de las Hemorragias Obstétricas Graves. Buenos Aires: Nov. 2007. (www.obstetriciacritica.com.ar/doc/Protocolo.pdf). 6. AGUILERA B, SEPÚLVEDA K, LATTUS J, PANTOJA V, MOSCOSO F, GUICHARD C, FRITIS A. Histerectomía obstétrica de emergencia: Experiencia en el Hospital Santiago Oriente Dr. Luis Tisné Brousse. Rev Obstet Ginecol Hospital Santiago Oriente Dr. Luis Tisné Brousse 2006; 1(1): 39-44. 42 Disponible en www.revistaobgin.cl