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Oficina de Apoyo al Paciente
Leucemia mielógena aguda (LMA)
La leucemia mielógena aguda (LMA) es un cáncer de la sangre y la médula ósea que crece con rapidez. En la
LMA, la médula ósea fabrica muchas células informes llamadas blastos. Los blastos normalmente se transforman
en glóbulos blancos que combaten las infecciones. Sin embargo, los blastos son anormales en la LMA. No
se desarrollan y no pueden combatir las infecciones. La médula ósea también puede fabricar glóbulos rojos y
plaquetas anormales. El número de células anormales (de leucemia) se multiplica rápidamente. Sobrepasan la
cantidad de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas normales que el organismo necesita.
Síntomas y diagnóstico
La LMA es el tipo de leucemia más común. Más de 11,900 casos nuevos pueden ocurrir en los Estados Unidos
cada año, mayormente en adultos de edad. La edad promedio de los enfermos de LMA es de 65 años. Menos del
10% de las personas con LMA son niños. La leucemia mielógena aguda también se llama leucemia mieloblástica
aguda, leucemia mieloide aguda, leucemia granulocítica aguda o leucemia no linfocítica aguda.
Signos y síntomas
Los síntomas de la LMA se deben a la poca cantidad de células sanguíneas sanas y a la gran cantidad de células
leucémicas.
•Los glóbulos blancos combaten las infecciones. Si tiene pocos glóbulos blancos, la persona puede
tener fiebre y contraer infecciones frecuentes.
•Los glóbulos rojos transportan oxígeno por todo el organismo. Si tiene pocos glóbulos rojos, la persona
puede ponerse anémica, y sentirse cansada o débil, tener falta de aire y estar pálida.
•Las plaquetas controlan las hemorragias. Si tiene pocas plaquetas, pueden salirle moretones o sangrar
con facilidad, y tener unos puntos rojos debajo de la piel (llamados petequias).
•Si el número de células leucémicas es muy alto, puede producir dolor en los huesos o las
articulaciones.
La persona enferma de LMA puede tener una sensación de malestar generalizado y sentirse sin fuerzas. También
puede tener otros síntomas menos comunes.
Diagnóstico
La LMA se diagnostica cuando las muestras de sangre y médula ósea evidencian un gran número de células
leucémicas. Hay ocho subtipos de LMA, nombrados M0 a M7. Los subtipos se basan en el tipo de células
sanguíneas afectadas. A fin de averiguar el subtipo de LMA y cuán bien la leucemia podría responder al
tratamiento, los médicos analizan muestras de sangre y médula ósea para saber:
•El número de células sanguíneas sanas.
•El tamaño y el número de las células de leucemia
•Qué cambios aparecen en los cromosomas de las células leucémicas. Esto se llama citogenética.
Los médicos también examinan al paciente para averiguar si las células de leucemia se han diseminado fuera
de la sangre y la médula ósea. Los médicos pueden usar una radiografía del pecho y ecografía del abdomen para
examinar los órganos y tejidos en el interior del cuerpo. También pueden usar un análisis llamado punción lumbar,
para averiguar si hay células leucémicas en el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal.
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Opciones de tratamiento
La LMA puede empeorar rápidamente, de modo que los médicos suelen comenzar el tratamiento cuanto antes.
Para planear el tratamiento, los médicos analizan los factores de riesgo del paciente (también llamados factores
pronóstico). Los factores de riesgo son las características del paciente y de la enfermedad que los estudios
clínicos han asociado con mejores o peores resultados del tratamiento. Algunos ejemplos de factores de riesgo
son la edad del paciente y el subtipo de LMA que tiene.
Para los pacientes con LMA, el tratamiento puede incluir:
•Quimioterapia: medicamentos que destruyen las células cancerosas o les impiden que se multipliquen
(explicado más adelante).
•Trasplante de médula ósea o de sangre de cordón umbilical (descrito más adelante).
•Ácido holo- trans retinoico (ATRA, por sus siglas en inglés) si tiene el subtipo de LMA conocido como
leucemia promielocítica.
•Gemtuzumab ozogamicina (Mylotarg): un tipo de anticuerpo monoclonal. Los anticuerpos monoclonales
son proteínas diseñadas para adherirse a las células leucémicas y ayudar al sistema inmunológico a
destruirlas.
•Otros tratamientos más nuevos que se desarrollaron recientemente o que aún se están estudiando en
ensayos cínicos: puede preguntarle al médico si hay algún tratamiento nuevo que sea una opción en su
caso.
Cualquiera sea el tratamiento que elijan usted y su médico, es posible que le pidan participar en un ensayo
clínico. Hasta los tratamientos estándar se siguen estudiando en ensayos clínicos. Estos estudios ayudan a los
médicos a averiguar qué tratamientos funcionan mejor para qué pacientes.
Quimioterapia para la LMA
Quimioterapia de inducción
Para la mayoría de los pacientes, la primera etapa del tratamiento para la LMA normalmente es la quimioterapia
de inducción. El objetivo de la terapia de inducción es que la enfermedad entre en remisión. La remisión es
cuando los valores sanguíneos del paciente regresan a la normalidad y los análisis de médula ósea no muestran
signos de la enfermedad (menos de un 5% de las células son células leucémicas).
La quimioterapia de inducción es muy intensa. Generalmente dura una semana, seguida de tres semanas o más
para que el paciente se recupere del tratamiento. Muchas veces se usan dos medicamentos:
•Citarabina (ara-C)
•Un medicamento antraciclínico como daunorubicina (Daunomycin) o idarubicina (Idamycin)
Algunos pacientes también pueden recibir fármacos adicionales o distintos. Los pacientes que tienen el subtipo
de LMA llamado leucemia promielocítica también reciben ácido holo-trans retinoico (ATRA).
Si en una semana de tratamiento no se logra la remisión, el tratamiento se puede repetir una o dos veces. La
inducción logra una remisión completa en:
•Aproximadamente un 70% a 80% de los adultos menores de 60 años
•Aproximadamente un 50% de los adultos mayores de 60 años
•Más del 90% de los niños
La quimioterapia de inducción exitosa destruye la mayoría de las células de leucemia, pero algunas pocas
quedarán en el organismo. Si estas células no son destruidas, pueden hacer que la enfermedad regrese.
Se necesita más tratamiento para destruir el resto de las células de leucemia. El siguiente paso puede ser
quimioterapia de consolidación o un trasplante, según el plan de tratamiento.
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Terapia de consolidación
La segunda fase de la quimioterapia se suele llamar quimioterapia de consolidación. El objetivo de la
quimioterapia de consolidación es destruir las células leucémicas que hayan quedado. Un tratamiento común es
administrar grandes dosis de citarabina (ara-C) a lo largo de tres ciclos o más. Los médicos también pueden usar
distintos medicamentos y esquemas de administración.
La quimioterapia de consolidación se usa en el tratamiento de muchos pacientes con LMA. Es el tratamiento
estándar a la primera remisión en el caso de adultos con factores citogenéticos de bajo riesgo (cambios en los
cromosomas de las células leucémicas), especialmente en adultos menores de 60 años.
Trasplante de médula ósea o de sangre de cordón umbilical
A algunos pacientes, un trasplante de médula ósea o de cordón umbilical puede ofrecerles las mayores
probabilidades de una remisión a largo plazo. El transplante es un tratamiento fuerte con riesgo de efectos
secundarios serios, así que no se usa en todos los pacientes con LMA. Los trasplantes se usan cuando es poco
probable que la quimioterapia por sí sola logre una remisión a largo plazo.
Trasplantes autólogos para la LMA
En un trasplante autólogo se usan células formadoras de sangre obtenidas del paciente. Si un trasplante autólogo
es la opción de tratamiento en su caso, se le extraerán células formadoras de sangre del torrente sanguíneo.
Estas células por lo general se extraen tan pronto como la quimioterapia de inducción logra la remisión de la
LMA. Las células se congelan hasta que está listo para el trasplante. Puede recibir un trasplante autólogo al
poco tiempo de finalizar la quimioterapia de inducción, o sus células se pueden guardar por si tiene una recaída
después de recibir quimioterapia de consolidación.
Los trasplantes autólogos conllevan el riesgo de efectos secundarios serios, pero estos riesgos son menores
que con los trasplantes alogénicos. Sin embargo, el paciente corre un mayor riesgo de que la leucemia regrese
después de un trasplante autólogo. Esto se debe a que se pueden volver a inyectar células de leucemia al
paciente junto con sus células formadoras de sangre.
Trasplantes alogénicos en la LMA
Un trasplante alogénico reemplaza las células anormales en la médula ósea del paciente con células formadoras
de sangre sanas de un familiar, donante no relacionado o unidad de sangre de cordón umbilical. El trasplante
alogénico conlleva un mayor riesgo de efectos secundarios serios que la quimioterapia de consolidación o el
trasplante autólogo. Sin embargo, el riesgo de recidiva es menor después de un trasplante alogénico.
Elección de un donante o una unidad de sangre de cordón umbilical
Si el trasplante alogénico puede ser una opción en su caso, su médico le hará un análisis para averiguar cuál es
su tipo de tejido en cuanto al antígeno leucocito humano. Su médico también averiguará si hay algún donante
posible en su familia para ver si es compatible con usted. También puede buscar en el Registro del Programa
Nacional de Donantes de Médula Ósea para ver si encuentra donantes voluntarios no relacionados o unidades de
cordón umbilical, en caso que sus familiares no sean compatibles. Para ahorrar tiempo, puede buscar posibles
donantes en el Registro del NMDP al mismo tiempo que hace análisis a sus familiares para ver si alguno puede
ser donante.
El grado de compatibilidad del donante puede afectar la probabilidad de que el trasplante tenga un resultado
favorable. En general, los trasplantes que usaron hermanos como donantes lograron los mejores resultados. Sin
embargo, los resultados para los trasplantes con donantes no relacionados han mejorado en la última década. En
algunos grupos de pacientes, los resultados obtenidos con donantes hermanos y donantes no relacionados son
similares.
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Índices de éxito del trasplante
Los trasplantes conllevan el riesgo de complicaciones serias, pero a algunos pacientes les ofrecen las mejores
probabilidades de cura para su enfermedad. Si el trasplante es una opción en su caso, su médico puede hablarle
sobre sus riesgos y sus probabilidades de lograr una cura con el trasplante.
Decidir el tratamiento
La LMA es una enfermedad aguda que puede empeorar rápidamente. La mayoría de los pacientes comienzan
el tratamiento con la quimioterapia de inducción al poco tiempo del diagnóstico. Muchos pacientes logran la
remisión, pero es común que la LMA regrese. Todos los pacientes necesitan una segunda fase de tratamiento
para evitar la recidiva. La segunda fase del tratamiento se basa en los factores de riesgo del paciente.
La planificación para un posible trasplante
Todos los pacientes con LMA deberían hablar con su médico acerca de incluir la posibilidad de un trasplante en
su plan de tratamiento. El trasplante puede ser la primera opción o puede ser un plan “de reserva”. Cuando el
trasplante no es el primer tratamiento, planificar con anticipación puede permitirle mayor flexibilidad en cuanto
a las opciones de tratamiento y hacer el trasplante más rápido después, si es necesario. En general, para
prepararse para la posibilidad de un trasplante:
•Los pacientes con LMA deben someterse a un análisis de tipificación de antígenos leucocitos humanos
en el momento del diagnóstico.
•Los pacientes deben ser remitidos a un médico de trasplantes para consultarlo en el momento
apropiado según los factores de riesgo.
•A los familiares que puedan ser donantes aptos deben hacérseles análisis al mismo tiempo que al
paciente o poco después.
•Los médicos pueden buscar donantes no relacionados y unidades de sangre de cordón umbilical en el
Registro del NMDP en cuanto sepan el tipo de tejido del paciente. La primera búsqueda es gratis.
•Los pacientes que no cuentan con un donante apto en la familia y que hayan encontrado sólo unos
pocos donantes no relacionados pueden considerar guardar sus propias células formadoras de sangre
para un posible trasplante autólogo.
Los únicos pacientes que podrían no beneficiarse con esta planificación serían aquéllos que claramente no
podrían tolerar siquiera un trasplante de intensidad reducida. Algunos pacientes de edad o que tienen órganos
dañados u otros problemas de salud pueden no tolerar un trasplante. Si quiere considerar la posibilidad de un
trasplante, puede examinarlo un médico especialista en trasplantes para ver si éste sería una buena opción en
su caso. Es importante hablar acerca de sus opciones de tratamiento con un médico que tenga experiencia en
el tratamiento de la LMA. Su médico puede explicarle cuáles son específicamente sus factores de riesgo y sus
opciones de tratamiento.
La Oficina de Apoyo al Paciente (Office of Patient Advocacy, OPA) del NMDP ayuda a los pacientes y sus
familias desde el diagnóstico hasta la supervivencia. La OPA ofrece programas, recursos y servicios
que satisfacen las necesidades específicas de los pacientes brindando asesoramiento personal,
materiales educativos o información en otros idiomas. Para hablar con un administrador de casos de la
OPA, llame sin cargo al 1 (888) 999-6743. Fuera de los Estados Unidos, llame al (612) 627-8140. Los
administradores de casos atienden de lunes a viernes de 8 a.m. a 5 p.m. Hora del centro.
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