Download VI ENCUENTRO DE ECONOMÍA APLICADA

Document related concepts

Teoría del crecimiento endógeno wikipedia , lookup

Crecimiento económico wikipedia , lookup

Desarrollo económico wikipedia , lookup

Industrialización por sustitución de importaciones wikipedia , lookup

Desarrollo estabilizador wikipedia , lookup

Transcript
VI ENCUENTRO DE ECONOMÍA APLICADA.
DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA APLICADA.
UNIVERSIDAD DE GRANADA, JUNIO DE 2003
INVERSIÓN DIRECTA EXTRANJERA Y LIBERTAD ECONÓMICA: IMPACTO
SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO LATINOAMERICANO.
Marta Bengoa Calvo
Dpto. de Economía
Universidad de Cantabria
Avda. de los Castros
39005 SANTANDER
Tlf.: 942-20-12-87
Fax: 942-20-16-03
E-mail: [email protected]
Palabras clave: Inversión directa extranjera (IDE), crecimiento económico y libertad
económica.
Resumen:
En este trabajo se explora empíricamente el vínculo existente entre la recepción de
inversión foránea, la “libertad económica” y el crecimiento económico en América Latina
durante el periodo que comprende desde 1970 hasta el año 2000.
Más en particular, este trabajo se propone acometer el estudio de tres cuestiones:
1.- Los efectos de la inversión extranjera en el crecimiento económico del área
latinoamericana.
2.- El impacto de la “libertad económica” sobre el PIB per capita de las naciones de la
zona. Se utilizará como proxy el índice que elabora el Instituto Fraser, medida agregada que
recoge varios conceptos: actividad del gobierno, distorsiones en los mercados, apertura
exterior...etc.
3.- La posible interacción entre capacidad social, medida por el capital humano, y la
IDE, haciendo que ésta sea más productiva e impulsando el crecimiento del producto per capita.
Para ello, y partiendo de una ecuación de crecimiento, se estimarán diferentes versiones
del modelo base empleando datos de panel para los dieciocho países latinoamericanos
escogidos. La estimación se ha realizado por diversas técnicas ecónometricas, teniendo en
cuenta modelos empíricos alternativos o la posible no exogeneidad de la variable IDE.
Los resultados sugieren que, en América Latina, la IDE está positiva y
significativamente correlacionada con la tasa de crecimiento del PIB per capita de estas
economías. Por añadidura, si el país posee un mínimo de capital humano o “capacidad social”,
los efectos de la IDE sobre el crecimiento se potencian. Asimismo, la influencia de un entorno
institucional menos intervenido utilizando como proxy el índice de libertad económica redunda
en un mayor crecimiento económico.
1. INTRODUCCIÓN.
La pregunta que, en 19891, Landes planteó en el encuentro anual de la American
Economic Association “¿por qué nosotros somos tan ricos y ellos tan pobres?” aborda un tema
central en nuestra ciencia. No en vano ha preocupado a los economistas de todas las épocas,
desde Adam Smith a Robert Lucas pasando por Alfred Marshall.
A su vez, la preocupación por la riqueza o pobreza de un país entronca directamente con
el escenario del crecimiento. Citando a Barro y Sala-i-Martín (1995, pp. 1):
“Pequeñas diferencias en la tasa de crecimiento a largo plazo pueden dar lugar a
grandes diferencias en los niveles de renta per capita y de bienestar social”.
No es extraño que elevar la tasa de crecimiento del PIB se convierta en un objetivo
prioritario de política económica, no sólo en los países desarrollados, sino también en los
llamados países en desarrollo.
Los mecanismos que utilizan los países en desarrollo para acelerar el crecimiento
económico constituyen un tema de gran relevancia para toda la comunidad internacional. Las
estrategias propuestas han ido evolucionando conforme el complejo proceso de crecimiento y
desarrollo económico avanzaba.
Uno de los principales mecanismos a través de los cuales los países en desarrollo
acceden a la tecnología que se elabora en otras economías es la inversión directa extranjera (en
adelante IDE). La IDE da lugar a una serie de beneficios -acceso a tecnología innovadora,
mayor capacidad productiva, mejora de la capacitación de los trabajadores, extensión del know
how, etc.- que ejercen un efecto directo sobre el incremento de la producción de la economía.
La naturaleza, los determinantes y las estrategias de localización de la IDE son temas
abundantemente tratados por la literatura. Sin embargo, el estudio del impacto de la IDE en el
crecimiento económico, en el marco de los nuevos modelos de crecimiento, es más bien escaso.
La contrastación empírica de los efectos de la IDE en el crecimiento del PIB, asimismo, es
reducida.
Hasta donde llega nuestro conocimiento, los modelos teóricos más relevantes en los que
se trata específicamente la relación entre IDE y crecimiento económico son los desarrollados
por Malley y Moutos (1994) y Borensztein et al. (1998).
La aportación empírica que investiga si la entrada de capitales extranjeros favorece el
crecimiento económico es más bien escasa dentro del marco de las economías en desarrollo, que
constituyen, paradójicamente, el conjunto de países donde el impulso potencial de la IDE puede
ser mayor. La ausencia de consenso sobre los efectos, beneficiosos o no, de la IDE, se debe en
parte a la falta de estudios aplicados que analicen con profundidad la relación entre IDE y
1
Landes (1990, pp.1).
1
crecimiento. En particular, excepto los trabajos de De Gregorio (1992) y de De Mello (1999), no
existen estudios que analicen la relación entre IDE y crecimiento económico en América Latina.
Dada la insuficiencia de estudios teóricos y empíricos determinamos acometer el
estudio de la influencia de la IDE en el crecimiento económico dentro del marco de la “nueva
teoría del crecimiento” y su relación con la “libertad económica”.
La estructura del trabajo es la siguiente. En primer lugar, se realiza una revisión del
estado de la cuestión con el fin de repasar los principales enfoques presentes en la literatura y
centrar el debate sobre la relación entre IDE, libertad económica y crecimiento. Además, se
analizan las implicaciones derivadas de los supuestos de partida de los diferentes modelos de
crecimiento, resaltando las diferencias entre los modelos neoclásicos y los modelos de
crecimiento endógeno. Posteriormente, se presenta un conjunto de hechos estilizados asociados
al crecimiento económico de dieciocho países de América Latina, que conforman el conjunto de
economías en desarrollo escogidas para nuestro estudio. A continuación, se lleva a cabo un
estudio econométrico, mediante el uso de datos de panel, del efecto de la IDE y la libertad
económica en el crecimiento económico latinoamericano durante el periodo 1970-2000.
Finalmente, se presentan las conclusiones que se desprenden de este trabajo y se llevan
a cabo algunas recomendaciones de política económica que podrían impulsar el crecimiento
económico de los países más pobres.
2. MARCO TEÓRICO.
El marco teórico se divide entre los defensores de la tesis estructuralista también
llamada teoría de la dependencia y los no estructuralistas. Los defensores del enfoque
estructuralista (Prebish, 1949; Singer, 1950 y Hirschmann, 1958) hacen hincapié en los efectos
negativos que la IDE genera en el crecimiento económico. En cambio, en el marco de la “nueva
teoría del crecimiento” (Romer, 1986 y 1990; Lucas, 1988 y Rebelo, 1991), la IDE puede
generar crecimiento a largo plazo si se postula que existen rendimientos no decrecientes en la
economía asociados, por ejemplo, a la inversión foránea.
La existencia de dos enfoques alternativos nos lleva a plantearnos los fundamentos de
una y otra postura. A su vez, nos anima a tratar de contrastar empíricamente cuál de los dos
enfoques explica mejor la evolución de las economías latinoamericanas.
En lo que respecta a la relación entre IDE y crecimiento, la postura dependentista
mantiene que la inversión foránea introduce distorsiones en el mercado que influyen
negativamente en el crecimiento del producto.
La tabla 2.1 muestra de forma resumida la interpretación estructuralista de la
relación que subyace entre la IDE y el crecimiento económico
2
Tabla 2.1. Supuestos y principales conclusiones de los modelos basados en la tesis
estructuralista.
SUPUESTOS
CONCLUSIONES
- La IDE introduce distorsiones
en el mercado.
- Influencia negativa en el
crecimiento económico.
- Los beneficios obtenidos por las
multinacionales no son reinvertidos.
- Transferencia de beneficios al
país de origen creando riqueza en el
país inversor y no en el receptor.
- Las empresas transnacionales
ejercen influencias negativas de tipo
social y político.
- Fuerzan la política económica en
su beneficio, no coincidente con las
necesidades económicas del país en
desarrollo.
Fuente: elaboración propia.
Los defensores de la hipótesis de la dependencia admiten que la inversión extranjera
puede influir positivamente en el crecimiento económico a corto plazo, aunque a largo plazo
produce el efecto contrario. En el corto plazo, el incremento de IDE redundará en un aumento
de la inversión y del consumo, lo que provocará una elevación de la tasa de crecimiento del
país. Sin embargo, a medida que transcurra el tiempo y los proyectos se lleven a cabo, los
efectos adversos de la IDE se dejarán notar. Esto se debe al propio mecanismo de la
dependencia, en particular, a la “descapitalización” y a la “desarticulación” de los proyectos una
vez obtenidos los beneficios. (Stoneman, 1975; Bornschier, 1980, O´Hearn, 1990).
La productividad permanece en niveles muy bajos en las economías en desarrollo; los
beneficios que obtienen las multinacionales redundan en el provecho de las zonas más ricas,
ocasionando una mayor dependencia económica y más pobreza.
La tabla 2.2 resume los principales trabajos empíricos que se pueden enmarcar en esta
corriente.
3
Tabla 2.2. Principales aplicaciones empíricas de la postura estructuralista.
Autores
Aplicación
Estimación
Conclusión
Griffin (1970)
Países Asiáticos.
Cross-country
La inversión extranjera retarda
el crecimiento económico.
Weisskopf (1972)
34 países en
desarrollo.
Cross-country
La inversión extranjera retarda
el crecimiento económico.
Stoneman (1975)
45 países en vías de
desarrollo.
Cross-country
La inversión extranjera retarda
el crecimiento económico.
Vovoidas (1973)
22 países del tercer
mundo.
Cross-country
No relación significativa entre
tasa de crecimiento e inversión
extranjera.
Saltz (1992)
68 países del tercer
mundo.
Datos de panel
Correlación negativa entre el
nivel de IDE y el crecimiento
económico.
Karikari (1992)
Ghana (1961-88)
Test de causalidad
de Granger
La IDE no afecta a la tasa de
crecimiento del PIBp/c en
términos reales.
Fuente: elaboración propia.
Todos los estudios que se han detallado en la tabla anterior coinciden en el efecto
pernicioso que ejerce la recepción de inversiones extranjeras sobre el crecimiento.
No obstante, los primeros trabajos de contrastación empírica de la relación entre IDE y
crecimiento que se llevaron a cabo para verificar la tesis mantenida por los estructuralistas se
enfrentaron a problemas metodológicos, fundamentalmente a la escasez de datos; tuvieron que
recurrir a la estimación de los mismos mediante medias de periodo u otros recursos, y por tanto
les resultó difícil o imposible incluir variables que hoy en día se aceptan unánimemente como
promotoras del crecimiento económico.
La visión no estructuralista -que forma parte, generalmente, de la corriente principal de
la economía (“mainstream economics”)- sostiene, por el contrario, que la inversión directa
impulsa el crecimiento económico, ya que contribuye a la acumulación de capital y a la
transferencia de tecnología, y actúa así como motor del desarrollo y del crecimiento económico.
El papel de la IDE en el marco de la teoría del crecimiento varía dependiendo del tipo
de modelos bajo el que se estudie el proceso. Si su marco de actuación se enfoca dentro de los
modelos neoclásicos al estilo de Solow (1956), su efecto sobre el crecimiento del output estará
limitado por la existencia de rendimientos decrecientes del capital físico. Por lo tanto, la IDE
tendría un efecto nivel sobre la renta per capita, pero no un efecto tasa, no alterando la tasa de
crecimiento a largo plazo del output per capita.
4
Sin embargo, si la IDE se estudia en el contexto de la nueva teoría del crecimiento
puede afectar a la tasa de crecimiento de un país de forma permanente. Esto resulta factible si
genera efectos difusión (spillover) o externalidades y éstas rendimientos no decrecientes en la
producción.
En concreto, la influencia de la IDE en la tasa de crecimiento del PIB real per capita se
ejerce de varias formas:
1.- En primer lugar, a través del proceso de acumulación de capital que origina la
entrada de este flujo de capitales en el país receptor.
2.- En segundo lugar, la IDE impulsa el crecimiento incorporando nuevos inputs de
tecnología más moderna en la función de producción de la economía receptora. De esta forma,
influye en el crecimiento a través de la transferencia de conocimientos. Con frecuencia la IDE
incrementa el stock de conocimientos de la economía receptora, e introduce nuevas técnicas de
organización empresarial, programas de aprendizaje, técnicas de marketing y otra serie de
activos intangibles. La IDE se considera el principal vehículo transmisor de tecnología en los
países en desarrollo (Borensztein, De Gregorio y Lee, 1998).
3.- En tercer lugar, genera externalidades: el capital humano y los efectos learnig by
doing y learning by watching son elementos complementarios a los tradicionales -progreso
tecnológico y acumulación de capital físico- que promueven el crecimiento económico de forma
endógena.
La nueva teoría del crecimiento proporciona motivos poderosos para considerar a la
IDE como un factor relevante en el proceso de crecimiento. Ahora bien, para que la IDE ejerza
efectos beneficiosos se requiere la existencia de cierto clima de estabilidad económica, es decir,
la existencia de cierta “capacidad social” (Abramovitz, 1986). Sin él, la IDE puede ser
contraproducente; en lugar de estimular el crecimiento, puede impulsar la tasa de repatriación de
la inversión por parte de las compañías extranjeras, no ocasionando beneficios sociales
apreciables en la economía receptora de la inversión.
En particular, La dirección y el impacto de la IDE sobre el crecimiento económico
vendrán determinados por el clima económico del país receptor (Karikari, 1992;
Balasubramanyam et al., 1996). Así, si los países receptores de la inversión se encuentran en
graves dificultades macroeconómicas, con mercados financieros controlados, alta inflación, una
estructura de mercado no competitiva, y una tasa de cambio sobrevalorada, es posible que no se
detecte correlación positiva entre IDE y crecimiento.
En lo referente al tratamiento específico de la IDE en modelos de crecimiento teóricos
éste se podría calificar cuanto menos de escaso.
Uno de los primeros trabajos teóricos que incorporan la IDE como proxy del desarrollo
tecnológico en un modelo de crecimiento, fue el desarrollado por Malley y Moutos (1994). En
el modelo, de corte neoclásico, la economía de un país pequeño recibe flujos de inversión
5
determinados por los bajos costes salariales. La tasa a la que la inversión tiene lugar depende del
tiempo que transcurre entre el desarrollo del producto en el resto del mundo y la adquisición de
conocimientos por parte de los trabajadores de la economía receptora con el fin de producir el
bien. Los cambios en la tasa de transferencia de tecnología sólo afectan al nivel de ingresos de
la economía y al empleo en el corto plazo. Las políticas económicas destinadas a mejorar la
educación de los trabajadores y a disminuir la imitación redundarán en una mayor tasa de
innovación que, a su vez, elevará la tasa de crecimiento de la producción.
En conclusión, el modelo determina que la tasa de desarrollo tecnológico (aproximado
por la IDE) sólo afecta al nivel de renta de la economía debido a la presencia de rendimientos
decrecientes.
El trabajo de Borensztein et al. (1998) plantea un modelo endógeno que trata la relación
entre IDE y crecimiento; en él la tecnología, -aproximada por la IDE- actúa como motor de
crecimiento. El progreso técnico se presenta bajo la forma de un aumento constante en el
número de inputs fabricados por dos tipos de empresas, locales y extranjeras, en dos sectores
distintos.
La expansión en el número de variedades de bienes de capital requiere un proceso de
adaptación de la tecnología existente en los países desarrollados que implicará costes. Estos, a
su vez, dependen inversamente del número de empresas extranjeras presentes en el país (este
supuesto capta la aportación de know-how por parte de procesos de producción más avanzados).
La tasa de crecimiento de la economía depende inversamente del coste de adaptación. La IDE,
implícita por el número de productos fabricados por las empresas extranjeras, reduce el coste de
introducir nuevas variedades de bien de capital.
Las aplicaciones en el marco de la “nueva teoría del crecimiento” -como Findlay
(1978), De Gregorio (1992), Blomström, Lipsey y Zejan (1992), Borensztein, De Gregorio y
Lee (1998), Balasubramanyam, Salisu y Sapsford (1996), Barrel y Pain (1997), De Mello
(1999), Zhang (2001) y Dollar y Kray (2001)- sugieren que la IDE contribuye sustancialmente
al crecimiento económico siempre que el país receptor de la inversión aproveche las
externalidades que le brinda la entrada de flujos de IDE. Inherentes a la recepción de estos
flujos encontramos una serie de ventajas que impulsan el crecimiento económico, el acceso a
tecnologías modernas, y nuevas técnicas de gestión y dirección, el uso y aprovechamiento de
materias primas locales, el incremento de la productividad y, en definitiva, el incremento de la
competitividad y la mejora del entorno económico del país.
Resumimos en la tabla 2.3 las técnicas y principales conclusiones de los trabajos
empíricos que analizan la influencia de la IDE en el crecimiento.
6
Tabla 2.3. Principales aplicaciones empíricas en el marco de la “nueva teoría del
crecimiento”.
Autores
Aplicación
Estimación
Conclusión
De Gregorio (1992)
12 países latinoamericanos
(1950-1985)
Datos de panel
La productividad del la IDE es
mayor que la de la inversión
doméstica. Influencia positiva y
significativa en el crecimiento
económico.
Blomström, Lipsey y
Zejan (1992)
78 países en desarrollo
(1960-1985)
Cross-country
Influencia positiva y
significativa en el crecimiento
económico de los países con
mayores ingresos per capita.
Borensztein, De Gregorio
y Lee (1998)
69 países en desarrollo
(1970-1989)
Datos de panel
La IDE contribuye al
crecimiento económico a través
de la difusión tecnológica e
influye en el mismo en mayor
proporción que la inversión
doméstica.
Cross-country
SURE
Balasubramanyam, Salisu
y Sapsford (1996)
46 países en desarrollo
(1970-1985)
Cross-country
La IDE es el motor del
crecimiento económico sólo en
los países que mantienen
políticas de liberalización
comercial2.
De Mello (1999)
Países de la OCDE y otra
muestra de países que no
pertenecen a la OCDE
(1970-1990)
Series temporales y datos
de panel
La IDE impulsa el crecimiento
económico siempre que exista
complementariedad entre
inversión doméstica e IDE.
UNCTAD (1999)
142 países (1970-1995)
Datos de panel
La IDE muestra una influencia
consistente con el crecimiento en
periodos siguientes, en particular
si se combina con el nivel
educativo.
Zhang (2001)
Países del Este Asiático y
cuatro países
latinoamericanos
Test de causalidad de
Granger
La IDE influye en el crecimiento
de cinco economías
Datos de panel
Impacto positivo y significativo
de la IDE en el crecimiento, se
añaden otras variables de control
como el capital humano.
Bengoa y Sánchez Robles 18 latinoamericanos (1970(2003)
1999)
Fuente: elaboración propia.
En todas las experiencias recogidas en la tabla 2.3 pueden observarse la contribución
positiva que la IDE realiza en el crecimiento de las economías en desarrollo. Un análisis
detallado del cuadro pone de manifiesto que la capacidad social, ya sea medida por la
liberalización comercial, el capital humano, la apertura económica o el nivel de renta, es
relevante a la hora de detectar los beneficios de la IDE en el crecimiento. Por último, cabe
Los resultados confirman la hipótesis formulada por Bhagwati (1994). El volumen y la eficacia de la
IDE varía conforme un país mantenga políticas de orientación hacia el exterior o políticas de sustitución
de importaciones. Los países que mantienen relaciones comerciales con el exterior consiguen atraer
mayores volúmenes de capital extranjero y su utilización es más eficiente que en los países cuya
estrategia se basa en la sustitución de importaciones, ya que no se proporcionan incentivos transitorios o
artificiales a la entrada de los flujos extranjeros en mercados libres de distorsiones. Balassa (1978)
mantiene una postura similar.
2
7
destacar que sólo el trabajo de De Gregorio (1992) contrasta los efectos de la inversión foránea
en el crecimiento económico Latinoamericano.
En resumen, la mayor parte de la evidencia empírica sugiere que la IDE impulsa el
crecimiento económico. Ahora bien, el impacto que provoca la IDE en el crecimiento
económico difiere entre países y periodos de tiempo. Esta variedad de resultados, puede
atribuirse a características propias de los países que influyen en la relación entre las dos
variables, y a la limitación de las metodologías utilizadas para captar los efectos individuales de
cada uno de los países objeto de estudio.
3. EVOLUCIÓN ECONÓMICA DE AMÉRICA LATINA: HECHOS ESTILIZADOS,
1970-2000.
Parece lógico que, si el material del que dispone un economista son datos sobre la
actividad económica, comience describiendo o analizando ese conjunto de acontecimientos que
se presentarán relacionados entre sí y que constituirán lo que comúnmente denominamos como
hechos. Siguiendo a Kaldor (1966) “el teórico debería comenzar con una exposición de los
hechos que son relevantes para el problema que se plantea”, y en esta línea se manifiestan la
mayoría de los modernos teóricos del crecimiento (Barro y Sala-i-Martín 1995, cap. 1; Aghion y
Howitt, 1998).
Siguiendo este criterio, se presenta un conjunto de hechos estilizados asociados al
crecimiento económico de dieciocho países de América Latina, que conforman el conjunto de
economías en desarrollo escogidas para nuestro estudio. En esta sección se muestra cómo los
periodos de mayor recepción de inversión extranjera están asociados a tasas de crecimiento
mayores; y se pone de relieve la importancia de un entorno institucional adecuado, que se
traduce en una mayor apertura económica para que el impacto de la IDE sea relevante.
Antes de comenzar con el análisis descriptivo, se debe justificar la elección de los países
objeto de estudio. Las razones de por qué hemos centrado nuestro análisis en América Latina y
no en cualquier otro conjunto de países en desarrollo son diversas. Desde un punto de vista
teórico, las naciones escogidas son países en desarrollo pero poseen un mínimo nivel de
“capacidad social”, en términos de capital humano, intermediarios financieros o cierto nivel de
estabilidad social, en comparación con otros países en desarrollo, como por ejemplo los países
africanos.
No obstante, el conjunto de países latinoamericanos ofrece diversidad en su capacidad
social, esto es, el sistema financiero peruano está menos desarrollado que el brasileño, o el
capital humano en Argentina es mayor que en Nicaragua. Estas diferencias nos abren una nueva
hipótesis de estudio en la que podremos explorar si es necesaria cierta capacidad o desarrollo
social para que la IDE impulse el crecimiento económico.
8
En segundo lugar, las críticas vertidas sobre la IDE nacieron, en buena parte, del
pensamiento estructuralista de los economistas de la CEPAL y condicionaron el
comportamiento económico de las naciones latinoamericanas. Por este motivo, resulta necesario
contar con evidencia empírica, con el fin de poder establecer recomendaciones de política
económica que ayuden a fomentar los beneficios que la IDE encierra en la citada área
geográfica.
En tercer lugar, nos parece relevante la estrecha relación cultural entre España y
Latinoamérica y el hecho de que España, desde los años noventa, haya exhibido una activa
predisposición hacia la exportación de capitales, siendo América Latina el principal destino en
las estrategias de internacionalización de las empresas españolas3.
Por último, aunque existe literatura sobre la influencia de la IDE en el crecimiento
económico en países en desarrollo (ver tabla 2.3), hasta donde alcanza nuestro conocimiento, no
hay ningún estudio que se asemeje al nuestro -tanto en horizonte temporal como en el grupo de
países escogidos o en la metodología empleada- y que, además, contraste la influencia de la IDE
en el crecimiento teniendo en cuenta la conexión con la capacidad social (medida por el índice
de libertad económica, entre otras variables).
Gráfico 3.2. Inversión Directa Extranjera
América Latina (1970-1980)
Gráfico 3.1. Crecimiento del PIB per capita
América Latina (1970-1980)
1.60
1.40
IDE/PIB
1.20
1.00
0.80
0.60
0.40
19
80
19
79
19
78
19
77
19
76
19
75
19
74
19
73
19
72
0.20
19
71
19
70
Tasa de crecimiento en %
5.0
4.5
4.0
3.5
3.0
2.5
2.0
1.5
1.0
0.5
0.0
0.00
1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Banco Mundial y el FMI.
En los gráficos 3.1 y 3.2, se observa cómo a principios de la década de los setenta el
crecimiento económico de la región era elevado con una tasa de crecimiento media para el
periodo de un 2,3%. Se puede observar cómo a partir de la crisis energética de 1973 el
crecimiento se reduce notablemente, lo que afecta a la recepción de IDE. Es a finales de la
década cuando América Latina se convierte en una de las zonas en desarrollo más atractivas.
Las empresas españolas han conseguido el liderazgo en alguno de los principales mercados
latinoamericanos, en particular el de la energía, las telecomunicaciones y las actividades financieras.
3
9
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Banco Mundial y el FMI.
La entrada en la década de los ochenta está marcada por la suspensión de pagos y la
bancarrota de la mayoría de los países latinoamericanos. El abrupto descenso en el crecimiento
de la región, con un crecimiento medio negativo en torno a un –0.8%, estuvo marcado por la
falta de liquidez de las naciones para hacer frente a los compromisos adquiridos, su inflación
elevada y sus bajas tasas de inversión (ver gráfico 3.3). Esta situación de inestabilidad
económica generó desconfianza entre los inversores extranjeros. Hasta el año 1986 el nivel
medio regional de flujos de inversión extranjera no comienza a experimentar una tendencia
creciente (ver gráfico 3.4). A medida que avanza la década, y con ello las reformas estructurales
acometidas por los países más endeudados, la inversión extranjera en la región incrementa sus
entradas netas, aunque a una tasa moderada.
La década de los noventa destaca como la época de recuperación del crecimiento
latinoamericano con respecto al decenio anterior, la tasa media de crecimiento fue
aproximadamente de un 1.5, que puede calificarse como modesta. A partir del año 1997 destaca
la caída brusca de la tasa de crecimiento por habitante. En lo referente a la inversión extranjera a
partir de 1992 experimenta un auge sin precedentes en el volumen de recursos que han recibido
estas economías. En la década de los ochenta la inversión extranjera media representaba un
0.7% del PIB latinoamericano; en los noventa representó un 2.7% del PIB del área.
10
Gráfico 3.5. Crecimiento del PIB per capita
América Latina (1990-2000)
Tasa de crecimiento en %
4.00
3.00
2.00
1.00
0.00
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
-1.00
-2.00
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Banco Mundial y el FMI.
No es extraño que el fuerte auge de la corriente de inversión extranjera se haya
producido muy poco tiempo después de la crisis de la deuda, ya que la lección que este
fenómeno enseñó a los agentes económicos es que la inversión productiva, como es el caso de la
IDE, no genera intereses ni tiene un carácter especulativo (al contrario que la inversión en
cartera); es el inversor el que se responsabiliza del rendimiento del proyecto.
En resumen, se puede destacar la recuperación del ritmo de crecimiento en la década de
los noventa después de la fuerte crisis de los años ochenta, el descenso del endeudamiento que
mantenían los países latinoamericanos, el progresivo control de la inflación y el diseño de
medidas de política económica aperturistas con el fin de atraer capitales extranjeros y fomentar
las relaciones económicas con otros países. La mejora del clima macroeconómico y la puesta en
marcha de medidas estabilizadoras coinciden con el incremento sustancial de flujos de inversión
directa hacia la región. Estos hechos permiten que a priori se pueda pensar en la existencia de
un vínculo entre la recepción de inversión foránea, la nueva “libertad económica” y el
crecimiento económico.
A continuación se llevará a cabo un análisis empírico, con el fin de precisar en mayor
medida los efectos de la IDE en el crecimiento económico de América Latina en las tres décadas
objeto de estudio.
De forma complementaria, se pretende contrastar si las reformas estructurales, los
programas de estabilización y las medidas adoptadas en favor de la libertad económica en la
región han redundado en un mayor crecimiento económico. Podremos contrastar si la libertad
económica, tal y como establecen los últimos trabajos al respecto (Scully y Slottje, 1991;
Torstensson, 1994; Nelson y Singh, 1998; Beach y Davis, 1998; De Haan y Sturm, 2000) resulta
relevante para fomentar el crecimiento económico. Para ello, emplearemos el índice compuesto
que elabora el Instituto Fraser como medida de la libertad y apertura económica. Ningún
trabajo, hasta la fecha, ha calculado el impacto de esta variable en el crecimiento económico
latinoamericano.
11
Además, las diferencias en la “capacidad social” de cada uno de los países permiten
que, en el análisis empírico, se aborde un tercer objetivo: el estudio de la necesidad de un
mínimo umbral de desarrollo para que la IDE influya en el crecimiento de la nación.
4. ANÁLISIS EMPÍRICO.
En este trabajo, y con el fin de estudiar la influencia de la IDE, el efecto de la libertad
económica y el efecto de los cambios en diversas medidas de política económica sobre el
crecimiento económico, se va a estimar una ecuación de crecimiento, utilizando datos de panel
aplicado a 18 naciones latinoamericanas desde 1970 hasta el año 2000.
Por lo tanto, el modelo que vamos a considerar es una regresión lineal con efectos
individuales de la forma especificada en Arellano y Bond (1991):
yit  x´it    i   it
(3.1)
i = 1...N, t=1...T
en donde yit es la variable dependiente, en nuestro caso la tasa de crecimiento del PIB per
capita en términos reales, xit es un vector k  1 de variables explicativas entre las que
destacamos la IDE y el índice de libertad económica, además de otras variables de control,  es
el vector de parámetros a estimar,  i recoge el efecto individual (características propias de cada
uno de los países), y  it es el término error o perturbación. Los países o individuos que
conforman la muestra se identifican con i, que varía desde 1 hasta N (en nuestro caso, desde uno
hasta 18) y t refleja el horizonte temporal (en nuestro caso, desde uno hasta seis). Si el modelo
incluyese efectos temporales, éstos se supondrían incluidos en  y xit contendría las variables
ficticias de tiempo. Nótese que no se añade ningún supuesto a priori sobre la relación entre  i y
xit 4.
4
Si existe correlación entre  i y las variables explicativas
Covi , xit   0
(3.2)
xit , es decir:
resulta conveniente hacer inferencia condicional y el modelo puede considerarse de efectos fijos:
yit  i  xit    it
(3.3)
donde
y
es la variable dependiente,
x
es un vector de NT  k variables,  es un vector de parámetros k  1 y
 it es
un término de perturbación. Intuitivamente, y aplicándolo a nuestro trabajo, se estaría suponiendo que el modelo
económico que subyace es el mismo para todos los países. La variación entre países está recogida en
i .
Para
contrastar correctamente este modelo, estimamos  por mínimos cuadrados ordinarios (MCO) obteniendo el
estimador ˆ denominado estimador de covarianza o intra grupos.
Si por el contrario, los efectos latentes o individuales no están correlacionados con las variables
observables, esto es:
(3.4)
Covi , xit   0
el modelo se puede considerar de errores compuestos o modelo de efectos aleatorios. Por lo tanto, en el modelo de
efectos aleatorios supone que
i
es una variable aleatoria inobservable independiente de las variables explicativas
del modelo, y los efectos individuales pasan a formar parte del término error, de forma que:
12
En la tabla 3.3 (ver anexo) se presentan las estimaciones del modelo de “efectos
aleatorios” para el conjunto completo de las 18 economías latinoamericanas5.
En las estimaciones llevadas a cabo en nuestro caso, si comparamos el resultado del test
de Hausman6 con el valor crítico en tablas, no se rechaza la hipótesis nula de ausencia de
correlación a un nivel de significación del 99%. Por tanto, son preferibles las estimaciones de
“efectos aleatorios”, que se pueden considerar consistentes y además asintóticamente eficientes.
La IDE aparece en todas las estimaciones positivamente y significativamente
correlacionada (a un nivel de confianza del 99%) con la tasa de crecimiento económico por
habitante de América Latina. El coeficiente alcanza valores que oscilan entre 0.5 y 0.7, similares
a los obtenidos en las estimaciones realizadas en niveles, en primeras diferencias y en
desviaciones ortogonales (aunque éstas no eran eficientes, sí cumplían la condición de
consistencia). Este resultado confirma la hipótesis de que la entrada de capitales extranjeros
estimula en gran medida el crecimiento de las economías en desarrollo.
Además, se ha contrastado la hipótesis mantenida por Borensztein et al. (1998) sobre la
posible interacción de la IDE con el capital humano. En las estimaciones número dos y número
cuatro se ha analizado el efecto de la IDE multiplicada por la ratio de escolaridad primaria. Tal
y como cabría esperar la variable resulta positivamente correlacionada con el crecimiento
económico a un nivel de significación del 99%. El coeficiente, además, se mantiene en el
intervalo 0.5-0.7, confirmando la influencia positiva del capital foráneo en el crecimiento
económico.
Con el fin de tener en cuenta el efecto de la liberalización política y económica de los
países latinoamericanos, se ha incluido en la ecuación el índice de libertad económica elaborado
por el Instituto Fraiser. En todos los modelos estimados el índice está positiva y
yit    xit   uit
(3.5)
siendo
uit  i   it
El tratamiento de efectos aleatorios, en nuestro ejemplo, permite que el modelo económico subyacente a la
estimación cambie a lo largo del tiempo, y supone la idiosincracia de cada uno de los países como independiente de
las variables explicativas escogidas. La estimación del modelo, en este caso, se realiza por mínimos cuadrados
generalizados (MCG), obteniendo el estimador de Balestra y Nerlove (1966).
El tipo de modelo especificado en la ecuación (3.5) también se denomina modelos de errores compuestos. Aunque,
sin pérdida de generalidad, se puede considerar el modelo descrito como de efectos aleatorios, lo que resulta crucial
en este modelo es conocer la relación existente entre los efectos individuales y las variables observables (Mundlak,
1978 y Chamberlain, 1980).
5
6
Los datos y fuentes se presentan en el anexo.
El test de Hausman permite discriminar entre ambos modelos, bajo la hipótesis nula de ausencia de correlación
entre los efectos individuales y los regresores, tanto las estimaciones por efectos fijos como por efectos aleatorios
serían consistentes; pero se preferirían las del segundo modelo, por ser más eficientes. Por el contrario, si no se
cumple la hipótesis nula habría que adoptar las estimaciones por el modelo de “efectos fijos”.
13
significativamente correlacionado con el crecimiento económico, confirmando para América
Latina los resultados de De Haan y Sturm (2000).
En las estimaciones sexta a la novena se examina el papel que juega el capital humano,
utilizando como proxies las ratios de escolaridad primaria y secundaria. En este caso la ratio de
escolaridad secundaria aparece positivamente relacionada con el crecimiento económico; pero
es significativa en la séptima ecuación y no significativa en la sexta ecuación. La ratio de
escolaridad primaria muestra mejor comportamiento (es significativa en ambas ecuaciones). No
obstante, se debe tener en cuenta que estas ratios no son medidas totalmente satisfactorias del
capital humano7. Sin embargo, la relación entre el nivel de capital humano y la tasa de
crecimiento ha resultado menos significativa que otras variables incluidas en la ecuación, por
otra parte, en concordancia con los obtenidos por otros autores (Benhabib y Spiegel, 1994;
Islam, 1995). Probablemente esto es debido a que la proxy utilizada no es la más adecuada8.
La inflación presenta una correlación negativa y significativa con el crecimiento
económico (estimaciones cinco y seis). Una alta tasa de inflación disminuye la competitividad
de la economía y es un claro índice de la existencia de distorsiones en los mercados, de escasa
disciplina fiscal y de falta de estabilidad macroeconómica (Fischer, 1992), lo que explica su
impacto negativo en el crecimiento.
Tanto el consumo público (en porcentaje del PIB), como la variable premio de la
moneda en el mercado negro (proxy de las distorsiones en el mercado) influyen de forma
negativa en el crecimiento económico, adquiriendo más relevancia el excesivo consumo
público.
Finalmente, la inversión no se ha introducido conjuntamente con la IDE en las
estimaciones, al contrario de lo realizado por otros autores, ya que los datos de inversión directa
se contabilizan en las cuentas nacionales como parte de la inversión privada. La regresión
undécima indica que su influencia sobre el crecimiento es positiva pero mucho menor que la de
la inversión extranjera, resultado acorde con las conclusiones de Borensztein et al. (1998) para
otras economías en desarrollo.
En todas las estimaciones la IDE influye de forma positiva y significativa en el
crecimiento de las dieciocho economías latinoamericanas. Se podría pensar, sin embargo, que
existe una gran diferencia entre los países objeto de estudio, (aunque todos pertenezcan al
mismo área geográfica y económica) y que los efectos de la IDE pueden haber sido beneficiosos
en los grandes receptores, Argentina, Brasil o Méjico, por ejemplo; pero perjudiciales en el caso
de Honduras o Guatemala.
Para una discusión en profundidad sobre los índices de capital humano empleados en la literatura sobre
crecimiento y posibles alternativas ver Mulligan y Sala-i-Martín (2000).
8
De la Fuente y Doménech (2001) exploran el por qué del mal funcionamiento de las proxies de capital
humano utilizadas frecuentemente en los estudios sobre crecimiento.
7
14
Con el fin de analizar esta cuestión, se ha subdividido la muestra de países en dos. En
primer lugar, se ha estimado una ecuación de crecimiento para los países más ricos del área,
entendiendo por éstos los que tienen un PIB per capita anual, como media de las tres décadas,
de más de 2770 dólares9 (Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, Méjico, Panamá, Uruguay y
Venezuela).
Los resultados se presentan en la tabla 3.4. Tanto la IDE como la IDE multiplicada por
la ratio de escolaridad primaria ejercen efectos positivos en el crecimiento económico; su
influencia resulta significativa en todas las estimaciones a un nivel superior al 95%.
El índice de libertad económica deja de ser significativo cuando se incluye en la
regresión la inflación (ecuación cinco y seis). Este resultado es lógico, ya que la inflación (en
términos de su variación) forma parte del índice de libertad económica.
La ratio de escolaridad secundaria como proxy del capital humano no resulta relevante
para el crecimiento económico en la submuestra de países con altos ingresos. Se mantiene la
significatividad de la ratio de escolaridad primaria. Se ha introducido, asimismo, el índice de
alfabetismo como variable, aunque su influencia no resulta muy robusta ya que no es
significativa (estimación número siete).
Por último, el consumo público y la existencia de distorsiones en el mercado negro
afectan negativamente al crecimiento económico, así como la dummy que capta el efecto
negativo de la crisis de la deuda sobre las economías (dummy 1980-85).
En segundo lugar, se presentan las estimaciones para la submuestra de países que tienen
un PIB per capita anual, como media para las tres décadas, por debajo de 2770 dólares. Los
países que se incluyen son Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Nicaragua, Paraguay y Perú. Los resultados se presentan en la tabla 3.5.
En contra de las hipótesis estructuralistas, la IDE influye de forma significativa y
positiva en el crecimiento económico de los países más pobres de América Latina. Los
coeficientes estimados siguen alcanzando valores muy estables en ambas submuestras, y su
influencia puede calificarse como notable ya que varían en este caso entre 0.4 y 0.7.
El índice de libertad económica es positivo y significativo. El valor del coeficiente es
pequeño, aunque relevante.
En definitiva, la libertad económica y la estabilidad macroeconómica parecen influir
positivamente en el crecimiento latinoamericano, y las distorsiones en los mercados y el
excesivo consumo público comprometen el crecimiento económico, independientemente de que
los países sean más pobres o más ricos.
Aunque los resultados sobre la influencia de la IDE en el crecimiento económico son
muy estables (ya sea para el modelo en donde se incluyen las dieciocho economías
9
Utilizamos el criterio seguido por el Banco Mundial.
15
latinoamericanas como en las submuestras de los países escogidos), es posible que la variable
plantee problemas de no exogeneidad.
Si esto es así, y la IDE no es una variable estrictamente exógena estaríamos ante
resultados inconsistentes. Para estimar correctamente su coeficiente debe utilizarse instrumentos
que no estén correlacionados con el término de error. Así, se ha llevado a cabo la estimación del
modelo considerando la IDE como variable no exógena. Para ello se han empleado como
instrumentos los retardos de la propia variable, a falta de instrumentos externos adecuados.
Siguiendo a Arellano y Bover (1990) el estimador de variables instrumentales óptimo será el
estimador generalizado de momentos en dos etapas (MGM).
En nuestra opinión, los modelos dinámicos -en el que aparecen como regresores las
variables dependientes retardadas-, carecen de sentido económico en este contexto. La variable
dependiente es la tasa de crecimiento de la economía calculada en medias de cinco años. Si
introdujéramos la variable dependiente retardada como regresor, estaríamos especificando un
modelo en el que el crecimiento de los cinco años anteriores influye en el crecimiento del
periodo posterior, y desde el punto de vista teórico esta especificación tiene escaso sentido. De
cualquier forma, se ha estimado este modelo (anexo). Se puede comprobar cómo el test de Wald
acepta la hipótesis nula de que el coeficiente de la tasa de crecimiento retardado es igual a cero,
lo que confirma nuestra hipótesis de que el modelo correcto es el estático.
Los resultados de la estimación en primeras diferencias del modelo considerando la IDE
como una variables no exógena se presentan en la tabla 3.6.
Los resultados que se ofrecen en la tabla considerando a la IDE como una variable no
exógena no difieren significativamente de los resultados del modelo de “efectos aleatorios”. La
IDE sigue manteniendo su significatividad y el coeficiente estimado es de 0.56.
En la estimación no existe correlación serial de segundo orden, ya que la probabilidad
de aceptar la hipótesis nula de ausencia de correlación es mayor que 0.05. En cambio, existe
correlación de primer orden, debido a que el DPD estima los residuos en primeras diferencias y
genera correlación serial de primer orden. El test de Sargan acepta la hipótesis de validez de
instrumentos.
En definitiva, se han utilizado diferentes técnicas econométricas para estimar la relación
entre IDE y crecimiento económico. En todas las estimaciones llevadas a cabo el coeficiente se
mantiene en un rango entre 0.4 y 0.8 y resulta significativo a un nivel superior al 95%. Por lo
tanto, se puede inferir que la IDE es una variable que presenta un comportamiento muy estable
y robusto. En términos económicos, esto significa que la IDE ha impulsado el crecimiento de
América Latina, ejerciendo una considerable influencia en el desarrollo de la región. Este
resultado contradice las teorías dependentistas y estructuralistas de los años cincuenta y sesenta,
que argumentaban que la IDE era beneficiosa para las economías situadas en el “centro” y
perjudicial para las economías “periféricas”.
16
En cuanto al resto de las variables, los cambios llevados a cabo en las tres décadas
objeto de estudio a favor de una mayor libertad económica y tendentes a la reducción de
distorsiones en el mercado han impulsado el crecimiento económico. La inestabilidad y el
consumo público, por el contrario, han dañado el crecimiento económico.
Cabe destacar el efecto positivo del capital humano sobre el crecimiento, cuando la
variable se incluye en la estimación de forma conjunta con la IDE. Tal y como Nelson y Phelps
(1966), Barro (1991) y Benhabib y Spiegel (1994) establecen, la capacidad que un país en
desarrollo posee para absorber y canalizar los flujos de capital extranjero depende del capital
humano. Si un país posee mayores dotaciones de capital humano, estará más preparado para
incorporar y aplicar la nueva tecnología y los procesos productivos que conllevan la entrada de
flujos de IDE.
La importancia de la acumulación de capital, aproximada por la tasa de inversión, se
mantiene en la línea de otros trabajos, como los de Wolff (1991) y Raymond (1995). Se
confirma así la necesidad de elevar la relación capital-producto para potenciar la tasa de
crecimiento.
La inestabilidad macroeconómica se ha aproximado por la variable inflación; cabe
destacar el impacto negativo que un entorno inestable crea en el crecimiento económico. Otros
desajustes sufridos por estas economías se encuentran reflejados en la significación negativa de
las dummies que se han incluido en el periodo 1980-1985 para controlar la crisis de la deuda que
sacudió a estas naciones.
A continuación, a tenor del estudio del estado de la cuestión, del análisis de los hechos
estilizados y del modelo empírico se procederá a resaltar y resumir las conclusiones más
relevantes de este trabajo.
5. CONCLUSIÓN.
El objetivo fundamental que se ha planteado en este trabajo es el estudio empírico de la
influencia de la IDE y la “libertad económica” en el crecimiento de las economías
latinoamericanas, en el periodo que comprende desde 1970 hasta el año 2000.
Una vez desarrollado el marco teórico, se ha llevado a cabo un ejercicio aplicado sobre
la influencia de la IDE en el crecimiento económico de América Latina (1970-2000). Los
resultados sugieren que, en América Latina, la IDE está positiva y significativamente
correlacionada con la tasa de crecimiento del PIB per capita de estas economías.
La estimación se ha realizado por diversas técnicas ecónometricas, teniendo en cuenta
modelos empíricos alternativos o la posible no exogeneidad de la variable IDE. Todos los
modelos contrastados sugieren la significatividad e influencia de la IDE en el crecimiento
económico latinoamericano; los coeficientes obtenidos son razonablemente estables y la IDE
resulta robusta a la introducción de otras variables.
17
Por añadidura, si el país posee un mínimo de capital humano o “capacidad social”, los
efectos de la IDE sobre el crecimiento se potencian.
Se ha analizado, asimismo, la influencia de un entorno institucional menos intervenido
utilizando como proxy el índice de “libertad económica” elaborado por el instituto Fraiser. Los
resultados sugieren una correlación positiva y significativa de este índice con el crecimiento
latinoamericano. También se ha contrastado el efecto de otras variables que captan la influencia
del entorno macroeconómico en el crecimiento del producto. En particular, la inflación elevada
y el consumo público están correlacionadas negativamente con el crecimiento.
El análisis empírico no corrobora, para el caso de América Latina, la hipótesis que
sostiene que los capitales extranjeros generan efectos beneficiosos en las regiones más ricas
mientras que conllevan efectos perniciosos a las regiones más pobres. Para contrastar este
fenómeno, se ha dividido la muestra de países en dos submuestras: países con altos ingresos y
países con bajos ingresos. Independientemente de la muestra escogida o el tratamiento empírico
realizado, la IDE influye de forma positiva y significativa en la tasa de crecimiento de América
Latina en el periodo temporal considerado.
Las implicaciones de política económica que se derivan de este trabajo resultan
relevantes. Este estudio sugiere que la entrada de capitales extranjeros, en lugar de perjudicar a
la economía en desarrollo, genera efectos muy significativos e influye en gran medida en el
crecimiento del país en cuestión.
La estabilidad económica y política ayudan a fomentar este resultado; por lo tanto, las
instituciones deberían trabajar en la elaboración de leyes y medidas de política económica
destinadas a facilitar la entrada de inversión extranjera productiva, en lugar de plantear
problemas burocráticos, institucionales y económicos que desincentiven la inversión.
Para finalizar de modo consistente con la introducción, mencionaremos la respuesta de
Romer (1993, pág. 547) a la pregunta formulada por Landes (1990) “¿por qué nosotros somos
tan ricos y ellos tan pobres?”:
“Las naciones son pobres porque carecen de objetos de valor como industria,
carreteras y materias primas, por añadidura sus habitantes no tienen acceso a las
ideas y el conocimiento que habitualmente se utilizan en las naciones más
desarrolladas para generar valor añadido”.
Según Romer (1993) los habitantes de países más pobres se pueden beneficiar del
conocimiento que poseen los países industrializados, si les proporcionan un incentivo para
compartir su conocimiento con ellos. Pero, entonces, es necesario preguntarse: si el modo de
alcanzar el tan preciado desarrollo económico parece sencillo de conseguir, ¿por qué la pobreza
es todavía tan común?
Parte de la respuesta se debe a la falta de acierto en la política económica que se
instrumenta en algunos países. Si el gobierno no proporciona elementos que garanticen la
18
existencia de un adecuado marco institucional -apertura a la IDE, sistema financiero eficiente,
infraestructura adecuada, garantías para los derechos de propiedad o para los derechos civiles,
incluso los más básicos- no resulta extraño que el desarrollo sea aún una tarea pendiente para
numerosas naciones.
6. BIBLIOGRAFÍA.
Abramovitz, M. (1986), “Catching up, Forging Ahead and Falling Behind”, The Journal of
Economic History, 46(2), pp. 385-406.
Aghion, P. y Howitt, P. (1998), Endogenous Economic Growth Theory. MIT press.
Arellano, M. y Bond, S. (1991), “Some Test of Specification for Panel Data: Monte Carlo
Evidence and an Application to Employment Equations”, Review of Economic Studies,
58, pp. 277-297.
Arellano, M. y Bover, O. (1990), “La Econometría de Datos de Panel”, Investigaciones
Económicas, 14, pp. 3-45.
Balassa, B. (1978), “Exports Economic Growth: Further Evidence”, Journal of Development
Economics, 5, pp. 181-189.
Balasubramanyan, V. N., Salisu, M. y Sapsford, D. (1996), “Foreign Direct Investment and
Growth in EP Countries and IP Countries”, The Economic Journal, 106, pp. 92-105.
Balestra, P. y Nerlove, M. (1966), “Pooling Cross Section and Time Series Data in the
Estimation of a Dynamic Model: The Demand for Natural Gas”, Econometrica, 34,
pp.585-612.
Banco Mundial (1990...), World Development Report. John Hopkins University Press. Varios
números.
Banco Mundial (1991,1995), World Tables. John Hopkins University Press.
Banco Mundial (2002), World Development Indicators, CD rom database y Global
Development Finance.
Barrel, R. y Pain, P. (1997), “Foreign Direct Investment, Technological Change, and Economic
Growth within Europe”, The Economic Journal, 107, pp. 1770-1786.
Barro, R. (1991), “Economic Growth in a Cross Section of Countries”, Quarterly Journal of
Economics, May, pp. 407-443.
Barro, R. y Sala-i-Martín, X. (1995), Economic Growth. Cambridge, MA: McGraw-Hill.
Beach, W. y Davis, G. (1998), “The Index of Economic Freedom and Economic Growth”. en
Holmes, K., Johnson, B. Y Kirkpatrick, M. (Eds.), 1998 Index of Economic Freedom.
Heritage Foundation/Wall Street Journal, Washington, DC.
Bengoa, M. y Sánchez Robles, B. (2003),”Foreign Direct Investment, Economic Freedom and
Growth: New Evidence for Latinamerica”, European Journal of Political Economy (en
prensa).
Benhabib, J. y Spiegel, M. (1994), “The Role of Human Capital in Economic Development:
Evidence for Cross Country Data”, Journal of Monetary Economics, 34, pp. 143-173.
Bhagwati, J. N. (1994), “Free Trade: Old and New Challenges”, Economic Journal,
Vol. 104, pp. 231-246.
Blomström, M., Lipsey, R. and Zejan, M. (1992), “What Explains Developing Country
Growth”, NBER Working Paper, nº4132, August.
Borensztein, E., De Gregorio, J. y Lee, J. W. (1998), “How Does Foreign Direct Investment
Affect Economic Growth?”, Journal of International Economics, 45, pp. 115-135.
19
Bornschier, V. (1980), “Multinational Corporations and Economic Growth: a Cross National
Test of the Descapitalization Thesis”, Journal of Development Economics, 7, pp.191210.
Chamberlain, G. (1980), “Analysis of Covariance with Qualitative Data”, Review of Economic
Studies, 47, pp. 225-238.
De Gregorio, J. (1992), “Economic Growth in Latin American”. Journal of Development
Economics 39, pp. 59-83.
De Haan, J. y Sturm, J. E. (2000), “On the Relationship between Economic Freedom and
Economic Growth”, European Journal of Political Economy, 16, pp. 215-241.
De la Fuente, A. y Doménech, R. (2001), “Schooling data, Technological Diffusion and the
Neoclassical Model”, American Economic Review, 91, 2, pp. 323-327.
De Mello, L. (1999), “Foreign Direct Investment Led Growth: Evidence from Time Series and
Panel Data”, Oxford Economic Papers, 51, pp. 133-151.
Dollar, D. y Kray, A. (2001), “Trade Growth, and Poverty”, World Bank Policy Research
Department Working Paper No. 2587.
Findlay, R. (1978), “Relative Backwardness, Direct Foreign Investment, and The Transfer of
Technology: A Simple Dynamic Model”, Quarterly Journal of Economics, 92, pp. 1-16.
Fisher, S. (1992), “Growth: The Role of Macroeconomic Factors”, Rivista di Politica
Económica, nº12, pp. 441-469.
Fondo Monetario Internacional (varios años), Manual de la Balanza de Pagos,
Fondo Monetario Internacional (varios años), International Financial Statistics Yearbook.
Griffin, K. (1970), “Foreign Capital, Domestic Savings and Economic Development”, Bulletin
of Oxford Institute of Economics and Statistics, 32, pp. 99-112.
Hausman J. A. (1978), “Specification tests in econometrics”, Econometrica, 46, pp.1251-1272.
Hirschmann, A. O. (1958), The Strategy of Economic Development, Yale Univ. Press.
Islam, N. (1995), “Growth Empirics: A Panel Data Approach”, Quarterly Journal of
Economics, 110, pp. 1127-1170.
Kaldor, N. (1966), “A Model of Economic Growth”, Traducción española en Rojo, Teoría
económica del desarrollo, Ed. Gredos.
Karikari, J. A. (1992), “Causality Between Direct Foreign Investment and Economic Output in
Ghana”, Journal of Economic Development, nº1, pp. 7-17.
Landes, D. S. (1990), “Why Are We So Rich and They So Poor?”, American Economic Review,
Vol. 80, nº 2, pp. 1-13.
Lucas, R. E. (1988), “On the Mechanics of Economic Development”, Journal of Monetary
Economics, 22, pp. 3-42.
Lucas, R. E. (1990), “Why Doesn´t Capital Flow from Rich to Poor Countries?, American
Economic Review, 80 (2), pp. 92-96.
Malley J. y Moutos, T. (1994), “A Prototype Macroeconomic Model of Foreign Direct
Investment” Journal of Development Economics, 43, pp. 295-315.
Mulligan, C. y Sala-i-Martín, X. (2000), “Measuring Aggregate Human Capital”, Journal of
Economic Growth, 5, 3, pp. 215-252.
Mundlank, Y. (1978), “On the Pooling of Time Series and Cross Section Data”, Econometrica,
46, pp. 69-85.
Nelson, R. y Phelps, E. (1966), “Investment in Humans, Technological Diffusion, and
Economic Growth”, American Economic Review, 61, pp. 69-75.
Nelson, M. y Singh, R. (1998), “Democracy, Economic Freedom, Fiscal Policy and Growth in
LDCs: A Fresh Look”, Economic Development and Cultural Change, 46, pp. 677-696.
20
O´Hearn, D. (1990), “TNCs Intervening Mechanisms and Economic Growth in Ireland: a
Longitudinal Test and Extension of the Bornschier Model”, World Development, 18, pp.
417-29.
Prebisch, R. (1949), El Desarrollo Económico de América Latina. United Nations. New York.
Raymond, J. L. (1995), “Crecimiento económico, factor residual y convergencia en los países de
la Europa comunitaria”, Papeles de Economía Española, 63, pp. 93-111.
Rebelo, S. (1991), “Long Run Policy Analysis and Long-Run Growth”, Journal of Political
Economy, 99 (3), pp. 500-521.
Romer, P. (1986), “Increasing returns and Long-Run Growth”, Journal of Political Economy 94
(5), pp. 1002-1037.
Romer, P. (1990), “Endogenous Technological Change”, Journal of Political Economy 98 (5),
pp. 71-102.
Romer, P. (1993), “Idea Gaps and Object Gaps in Economic Development”, Journal of
Monetary Economics, 32, December, pp. 543-573.
Saltz, I. S. (1992), “The Negative Correlation Between Foreign Direct Investment and
Economic Growth in the Third World: Theory and Evidence”, Rivista Internazionale di
Scienze Economiche e Commerciali, 39, nº7, pp. 617-633.
Scully, G., y Slottje, D. (1991), “Ranking Economic Liberty across Countries”. Public Choice,
69, pp. 121-152.
Singer, H. W. (1950), “The Distribution of Gains between Investing and Borrowing Countries”,
American Economic Review, 40, pp. 473-485.
Solow, R. M. (1956), “A Contribution to the Theory of Economic Growth”, Quarterly
Journal of Economics, 70, pp. 155-173.
Stoneman, C. (1975), “Foreign Capital and Economic Growth”, World Development, 3, nº. 1,
pp. 11-26.
Summers, R. y Heston, A. (1994), “The Penn World Table (Mark 5.6)”. Electronic Database.
Torstensson, J. (1994), “Property Rights and Economic Growth: An Empirical Study”, Kyklos,
47, pp. 231-247.
UNCTAD (1988), Transnational Corporations in World Development: Trends and Prospects,
New York, United Nations Centre on Transnational Corporations.
UNCTAD (1999), “The Impact of FDI on Growth: An Econometric Test”, en World Investment
Report, pp. 329-343.
Voivodas, C. S. (1973), “Exports, Foreign Capital Inflow and Economic Growth”, Journal of
International Economics, 3, pp. 337-349.
Weisskopf, T. E. (1972), “An Econometric Test of Alternative Constraints on the Growth of
Underdeveloped Countries”, Review of Economics and Statistics, 54, nº 1, pp.67-78.
Wolff, E. N. (1991), “Capital Formation and Productivity Convergence over the Long Term”,
American Economic Review, 81, pp. 565-579.
Zhang, K. H. (2001), “Does Foreign Direct Investment Promote Economic Growth?” Evidence
From East Asia and Latin America”, Contemporary Economic Policy, 19 (2), pp. 175185.
21
7. ANEXOS.
Tabla A.3.1. Variables y fuentes.
VARIABLES (en dólares)
FUENTES
1- PIB p/c Real en dólares constantes de 1995.
Global Development Finance & World
Development Indicators.
2- PIBp/c Nominal.
World Tables (1995) y Global Development
Finance & World Development Indicators.
3- Inversión Directa Extranjera.
International Financial Statistics (International
Monetary Fund).
4-
Formación
Bruta
de
Capital
como International Financial Statistics (International
porcentaje del PIB (precios 1995).
5- Inflación.
Monetary Fund).
Global Development Finance & World
Development Indicators.
6- Alfabetización.
World Tables (1995) y Global Development
Finance & World Development Indicators.
7- Ratio de Escolarización en Primaria y
World Development Indicators.
Secundaria.
8- Premio de la moneda en el Mercado Negro
World Development Indicators.
(Black Market Premium).
9- Índice de Libertad Económica.
10- Consumo Público.
Fraser Institute
Global Development Finance & World
Development Indicators.
Fuente: elaboración propia.
22
A.3.2. Resultados: crecimiento económico e IDE, América Latina10 (1970-2000)11.
Los países escogidos son: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Méjico, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, R. Dominicana, Uruguay y Venezuela .
11
Se han empleado medias no solapadas de cinco años para evitar los efectos del ciclo económico sobre las estimaciones.
10
23
Tabla 3.6. IDE y crecimiento económico en América Latina (1970-2000). Ecuación en primeras
diferencias y estimador MGM2.
IV, FIRST DIFFERENCES
Number of firms:
Observations:
18
90
Dependent variable is:
Sample period is 1970 to 2000
Degrees of freedom:
81
cre
Instruments used are:
CONST ide(1,all) TIM DUMS
Wald test of joint significance:
Wald test - jt sig of time dums:
36.438062
96.935960
df =
df =
4
5
p = 0.000
p = 0.000
Wald test selected by user:
Testing:
ide
23.411203
df =
1
p = 0.000
Sargan test:
10.277089
df =
11
p = 0.506
Variable
Coefficient
Std. Error
T-Statistic
P-Value
-----------------------------------------------------------------------CONST
-0.028486
0.005680
-5.015128
0.000001
ide
0.560579
0.115858
4.838512
0.000006
ile
0.008192
0.111169
3.733440
0.000001
secun
0.039317
0.056492
4.236299
0.000023
con
-0.179900
0.127351
-2.412639
0.003862
D72
-0.018731
0.005798
-3.230767
0.001235
D73
0.033289
0.007390
4.504867
0.000007
D74
0.043536
0.014803
2.940916
0.003272
D75
0.007855
0.011608
0.676677
0.498611
Test for first-order serial correlation:
Test for second-order serial correlation:
-1.432
1.363
[
[
18 ]
18 ]
p = 0.152
p = 0.173
Software:DPD98 para Gauss, Arellano y Bond (1998). Errores estándar y tests robustos a
la presencia de heterocedasticidad.
24
Tabla A.3.7. IDE y crecimiento económico en América Latina (1970-2000). Modelo dinámico.
Ecuación en primeras diferencias y estimador MGM2.
IV FIRST DIFFERENCES
Number of firms:
Observations:
18
72
Dependent variable is:
Sample period is 1970 to 2000
Degrees of freedom:
66
cre
Instruments used are:
CONST cre(2,all) TIM DUMS
TWO-STEP ESTIMATES
Wald test of joint significance:
Wald test - jt sig of time dums:
20.510156
274.426098
df =
df =
2
4
p = 0.000
p = 0.000
Wald test selected by user:
Testing: cre(-1)
0.831050
df =
1
p = 0.362
Sargan test:
11.874760
df =
8
p = 0.157
Variable
Coefficient
Std. Error
T-Statistic
P-Value
-----------------------------------------------------------------------CONST
-0.031032
0.003316
-9.357575
0.000000
cre(-1)
0.113318
0.124304
0.911619
0.361969
ide
0.863789
0.311636
2.771787
0.005575
D73
-0.050465
0.010554
-4.781470
0.000002
D74
0.042590
0.004849
8.784108
0.000000
D75
0.003083
0.009941
0.310143
0.756452
Test for first-order serial correlation:
Test for second-order serial correlation:
-2.399
0.199
[
[
18 ]
18 ]
p = 0.066
p = 0.842
Software:DPD98 para Gauss, Arellano y Bond (1998). Errores estándar y tests robustos a
la presencia de heterocedasticidad.
25