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MEDICO QUIRÚRGICA
Módulo 1.2: Fisiopatología
quirúrgica
Profesora: Mª Dolores Soler
Traumatismos de los Tejidos Blandos
GRUPO 4
Carmen Ainara Donat Hernández
Clara Grau
Pilar Gualda
Susana Hinarejos
Marta Lluch Atanes
Laura Mallol Boix
EUE La Fe
2º Curso
ÍNDICE
Contusión
Pág.3
Definición
Etiología
Fisiopatología
Pruebas diagnósticas
Manifestaciones clínicas
Tratamiento
Complicaciones
Cuidados enfermeros de la contusión
Distensión
Pág. 4
Definición
Etiología
Fisiopatología
Pruebas diagnósticas
Manifestaciones clínicas
Tratamiento
Complicaciones
Esguince
Pág. 4-6
Definición
Etiología
Fisiopatología
Pruebas diagnósticas
Manifestaciones clínicas
Tratamiento
Complicaciones
Cuidados enfermeros de la distensión y el esguince
Luxación y subluxación
Pág. 6-8
Definición
Etiología
Fisiopatología
Pruebas diagnósticas
Manifestaciones clínicas
Tratamiento
Complicaciones
Cuidados enfermeros de la luxación y la subluxación
Lesión por sobrecarga repetida
Pág.8-9
Definición
Etiología
Fisiopatología
Pruebas diagnósticas
Manifestaciones clínicas
Tratamiento
Complicaciones
Cuidados enfermeros de la lesión por sobrecarga repetitiva
Síndrome del túnel carpiano
Pág. 9-10
Definición
Etiología
Fisiopatología
1
Pruebas diagnósticas
Manifestaciones clínicas
Tratamiento
Complicaciones
Cuidados enfermeros del síndrome del túnel carpiano
Lesión del menisco
Definición
Etiología
Fisiopatología
Pruebas diagnósticas
Manifestaciones clínicas
Tratamiento
Complicaciones
Cuidados enfermeros de la lesión del menisco
Bursitis y epicondilitis
Definición
Etiología
Fisiopatología
Pruebas diagnósticas
Manifestaciones clínicas
Tratamiento
Complicaciones
Cuidados enfermeros de la bursitis y epicondilitis
Alteración de la deambulación
Grados de deambulación
Dispositivos de ayuda
Marchas estándar con muletas
Vendajes
Clases de vendas
Indicaciones del vendaje
Principios generales en la realización de vendajes
Tipos de vendaje
Inmovilizaciones
Bibliografía
Pág10-12
Pág. 12-13
Pág. 13-16
Pág. 16-18
Pág. 19
Pág. 20
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TRAUMATISMOS DE LOS TEJIDOS BLANDOS
CONTUSIÓN
Definición: Lesión de los tejidos blandos que provoca una rotura de los vasos
sanguíneos pequeños y una hemorragia (equimosis) en el lugar del
traumatismo.
Etiología: Suelen estar producidas por traumatismos provocados por objetos
romos y pueden aparecer junto a los esguinces o las fracturas. Las causas
habituales son las lesiones deportivas y los sucesos traumáticos.
Fisiopatología: La fuerza del golpe en los tejidos blandos rompe los capilares
y los vasos de pequeño calibre, que sangran en el área vecina. El edema y los
cambios de color de la piel se deben a la presencia de sangre en el tejido. El
color de la piel cambia a medida que ésta se absorbe. Si el traumatismo no es
lo bastante intenso para provocar una cantidad suficiente de hemorragia y hay
acumulación de sangre en el lugar, puede formarse un hematoma.
Pruebas diagnósticas: No existen pruebas específicas; podemos observar a
simple vista cómo la zona del golpe cambia de color debido a la presencia de
sangre y se edematiza. Se muestra dolor al presionar la zona.
Manifestaciones clínicas: Dolor, tumefacción y cambio de coloración en el
lugar del traumatismo (puede progresar desde un tono azul o morado a un
aspecto púrpura o marrón y después amarillo, antes de volver a la normalidad).
El hematoma y la hinchazón suelen empezar a desaparecer en unas 72 horas.
Tratamiento: No requieren tratamiento puesto que desaparecen en unos días.
Se reducirá la inflamación con hielo (envuelto en un paño para evitar lesionar la
piel), vendajes compresivos o pomadas tópicas.
Complicaciones: En las contusiones graves la alteración del tejido subyacente
puede afectar a músculos, nervios, huesos, etc. Si existe afectación extensa
puede llegar a producirse necrosis de los tejidos, aunque la piel aparezca
integra en un primer momento.
Cuidados enfermeros de la contusión:
Elevar la zona afectada y aplicar frío en forma húmeda o seca durante las
primeras 8-10 horas para disminuir la formación del edema. También es muy
útil para disminuir el efecto de la contusión, la hemorragia y el hinchazón
aplicar presión en forma de vendaje compresivo (con capa de algodón y venda
elástica) desde la parte distal a la proximal, para evitar el atrapamiento de la
sangre y el estasis venoso. Recomendaremos al paciente el reposo del
miembro afectado. Al cesar la hemorragia, la absorción es facilitada por la
aplicación de calor húmedo en la zona dañada, lo cual acelera la curación.
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DISTENSIÓN
Definición: Es una lesión del músculo o tendón debido a un estiramiento, un
uso o una sobrecarga excesivos.
Etiología: Suele deberse a lesiones deportivas o sucesos traumáticos que a
menudo se relacionan con actividades específicas. Las rupturas tendinosas
espontáneas se asocian a la inyección local de corticosteroides, la artritis
reumatoide y el lupus eritematoso sistémico.
Fisiopatología: Al microscopio se revela como se produce una ruptura
incompleta del tejido muscular. Estas roturas provocan hemorragias en el
interior del músculo, con dolor, tumefacción y espasmo muscular subsiguientes.
En las distensiones de los tendones de la pantorrilla, la separación de la tibia
provoca dolor, tumefacción y reducción de la movilidad. Las distensiones
pueden clasificarse según el grado de lesión: las de 1er grado implican un
estiramiento excesivo del músculo y del tejido conjuntivo; las de 2º grado
suponen cierto nivel de rotura del músculo y del tejido conjuntivo, y las de 3er
grado implican una rotura más extensa del músculo y de la fascia.
Pruebas diagnósticas: Con el examen físico se evidencia el aumento de
sensibilidad en el área afectada. Además, puede hacerse una ecografía
muscular. Los Rx no garantizan el Dx de una lesión muscular, salvo que haya
fractura por avulsión( por ejemplo: en cabeza del peroné o tuberosidad
isquiática).
Manifestaciones clínicas: Se observa dolor, edema, disminución de la función
y formación de equimosis. El dolor mencionado se ve agravado con el
movimiento de la zona. Estos síntomas serán más intensos cuanto mayor sea
el grado de distención.
Tratamiento: Los analgésicos, como los antiinflamatorios, ayudan a controlar
las molestias del usuario. Puede ser necesaria la reparación quirúrgica si la
lesión es lo suficientemente significativa para producir una rotura grave de las
estructuras ligamentosas y musculares, una fractura o una dislocación.
Complicaciones: Una distensión aguda puede implicar la rotura parcial o total
de un músculo. Las distensiones de tercer grado precisan, en ocasiones, la
sutura quirúrgica del músculo y de la fascia circundante.
ESGUINCE
Definición: Lesión por rotura o estiramiento que afecta a las estructuras
ligamentosas que rodean una articulación.
Etiología: Causados por traumatismos directos o por la transmisión de una
fuerza que sobrepasa el límite funcional de la articulación. Surgen de
movimientos de inversión o eversión, o de rotación excesiva. Los lugares más
comunes de esguince son: el tobillo sobretodo, la muñeca, la rodilla, el codo,
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los dedos y el primer dedo del pie. La rotura del ligamento cruzado anterior en
la rodilla se asocia con los movimientos de giro, extensión y parada brusca. La
rotura del manguito de los rotadores en el hombro se produce por una lesión de
los músculos o tendones del manguito rotador. Dicha rotura se debe a
traumatismos agudos, actividades que requieren movimientos intensos por
encima de la cabeza o a alteraciones relacionadas con el envejecimiento.
Fisiopatología: El esguince se clasifica según la cantidad de fibras
desgarradas del ligamento. Un esguince de primer grado (leve) implica el
desgarro únicamente de unas pocas fibras; un esguince de segundo grado
(moderado) es una rotura parcial del tejido implicado; y un esguince de tercer
grado (grave) es una rotura completa del ligamento. Además de los
ligamentos, pueden lesionarse los vasos sanguíneos, lo que provoca
hemorragia. El ligamento puede tardar entre 4 y 6 semanas en cicatrizar lo
suficiente para resistir de nuevo una sobrecarga sin lesionarse.
Pruebas diagnósticas: Las pruebas son las mismas que en el caso de la
distensión.
Manifestaciones clínicas: Aparece tumefacción en el lugar de la lesión en las
primeras 2-3 horas. En el esguince de 1er grado existe un dolor leve y una
ligera inflamación; en el de 2º grado el dolor aumenta; y en el de 3er grado
puede ser visible un hueco en el músculo o palparse a través de la piel si éste
está desgarrado. En todos los casos aparece dolor con la presión y la limitación
del movimiento será moderada para el tipo 1 y 2, y completa para el 3.
Tratamiento: Para tratar el dolor se recetan analgésicos de tipo
antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Se pueden administrar relajantes
musculares si el paciente experimenta espasmos relacionados con la lesión. La
cirugía puede ser necesaria para reparar la lesión tendinosa o ligamentosa.
Habitualmente se realiza por vía artroscópica. Si no es posible aproximar los
extremos, puede ser necesario utilizar aloinjertos o injertos sintéticos.
Complicaciones: Un esguince grave puede provocar una fractura por avulsión,
en la que la porción rota del ligamento arrastra una porción de hueso. De forma
alternativa, la estructura articular puede llegar a ser inestable y convertirse en
una subluxación o dislocación. En el momento de la lesión, puede presentarse
hemartrosis (sangrado en el espacio o cavidad articular) o rotura de la capa
sinovial. Otra complicación sería el esguince crónico.
Cuidados enfermeros de la distensión y el esguince:
En cuanto a la promoción de la salud, se recomiendan los ejercicios de
estiramiento y calentamiento previos a una actividad vigorosa, ya que reducen
de forma significativa, los esguinces y distensiones. Dichos ejercicios preestiran
los tejidos potencialmente dislocables evitando el estiramiento rápido. También
sirven para aumentar la temperatura, incrementar el metabolismo celular y la
transmisión del impulso nervioso.
Si la lesión ya se ha producido, las intervenciones inmediatas se centran en el
acrónimo RICE, que es bastante eficaz en prácticamente todas las lesiones del
aparato locomotor:
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 Reposo: Tan pronto como se perciba dolor, se limitará el movimiento. Si
la lesión no es grave, el reposo prolongado no es habitualmente
necesario.
 Hielo (Ice): La crioterapia produce hipotermia de la zona afectada,
seguida de vasoconstricción y reducción de la transmisión del impulso
nervioso. Todo esto provoca analgesia y anestesia, disminución del
edema e inflamación local, y reducción de las necesidades metabólicas
locales. Apenas tiene efectos secundarios nocivos. Se debe aplicar el
frío inmediatamente tras sufrir la lesión (no más de 30 min.). Se puede
utilizar una bolsa de guisantes congelados que se moldea fácilmente
alrededor de las articulaciones. Es importante colocar un paño entre la
piel y la bolsa de hielo para evitar la lesión térmica o la congelación.
 Compresión: Limita la inflamación. Procurar que el vendaje no esté
demasiado apretado mediante la detección de calambres u hormigueo
en la zona.
 Elevación: La zona lesionada se elevará por encima de la zona cardíaca
para ayudar a movilizar el exceso de líquido e impedir la formación de
edema. Se debe mantener dicha elevación incluso durante el sueño.
Después de la fase aguda (de 24 a 48h. de duración) se aplica calor húmedo a
la zona afectada para reducir la inflamación. Las aplicaciones no superarán los
30 minutos y se dejará un periodo de enfriamiento entre éstas de unas dos
horas. Aquí se anima al paciente a que utilice la extremidad, ya que está
protegido con yeso, vendajes o férulas, y el movimiento de la articulación
mantiene la nutrición del cartílago, así como la contracción muscular mejora la
circulación. No obstante, si se utiliza un músculo distendido cuando no esté
inmovilizado todavía, no sólo retrasará el proceso reparador, sino que también
provocará mayor lesión.
Si el paciente toma relajantes musculares, hay que enseñarle las precauciones
con estos fármacos y sus efectos adversos asociados. Por otra parte, la
enfermera tendrá que ofrecer apoyo emocional en los episodios de dolor.
También se le debe instruir a él y a la familia sobre la posición adecuada que
debe adoptar, instituir ejercicios en el arco de movilidad (ADM) y de
fortalecimiento cuando sea apropiado.
Se anima al usuario a progresar en las actividades diarias y se le proporcionan
muletas para ayudar a caminar. Ha de evaluarse la longitud de las mismas y si
el usuario las utiliza correctamente.
Si percibe cualquier signo alarmante como cosquilleos, pérdida de sensibilidad,
aumento del dolor o cambio de coloración, debe acudir al médico
inmediatamente. En caso de necesitarlo, remitir al paciente a un fisioterapeuta.
LUXACIÓN Y SUBLUXACIÓN
Concepto: La luxación consiste en el desplazamiento total de un hueso de su
posición normal en la articulación. La subluxación sería un desplazamiento
parcial entre dos superficies óseas articulares.
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Etiología: Las luxaciones y subluxaciones de tipo traumático son más
frecuentes en menores de 20 años de edad y las causas pueden ser
accidentes de tráfico, esfuerzos deportivos o caídas. También existen
alteraciones congénitas o adquiridas que provocan luxación o subluxación
como las enfermedades neuromusculares y la artritis reumatoide. La desviación
cubital de las falanges es un ejemplo de subluxación por artritis reumatoide.
Fisiopatología: En el caso de la luxación, la fuerza que provoca el
desplazamiento óseo puede lesionar la estructura articular, los ligamentos, los
vasos sanguíneos, los nervios y los tejidos blandos adyacentes. En cuanto a la
subluxación, las estructuras pueden quedar atrapadas y pinzadas dentro de la
articulación, lo que provocaría, en caso de los vasos sanguíneos, una parálisis
isquémica distal de la lesión.
Pruebas diagnósticas: Se puede realizar una radiografía simple, una
gammagrafia ósea (puede mostrar fractura de arrancamiento no desplazada,
zonas de excesivo estrés o inserciones óseas de los ligamentos tras una
dislocación), una artrocentesis (puede evidenciar la existencia de sangre
intraarticular consecuencia de un derrame. La presencia de glóbulos de grasa
libres en el aspirado, indica fractura de las superficies articulares) o una
artroscopia (ayuda a descartar lesiones intraarticulares).
Manifestaciones clínicas: Deformidad, dolor intenso, tumefacción, alteración
de la longitud de la extremidad debida a que el hueso no está en su acetábulo,
incapacidad para mover la extremidad sin sentir un dolor intenso, y espasmos
musculares. En el caso de la cadera puede manifestarse una rotación interna o
externa.
Tratamiento: El primer procedimiento será la reducción, es decir, la colocación
del hueso en la articulación. Se puede administrar un anestésico intravenoso.
Puede ser una reducción cerrada (con las manos) o abierta (realizando una
incisión quirúrgica en personas con luxaciones repetidas). En caso de luxación
de los hombros, se coloca el brazo en un cabestrillo. En la cadera la pierna
afectada puede vendarse a la pierna sana o ponerla sobre una tabla firme o
una férula de fractura.
Complicaciones: En general, podemos hablar de recidivas, contracturas
musculares, lesiones neurovasculares y artritis traumática final. En cuanto a la
luxación de cadera, el fémur puede quedar separado de su aporte sanguíneo
(que obtiene a partir de los vasos del acetábulo), apareciendo una necrosis
avascular. Este trastorno comenzaría a las 6 horas, manifestándose primero
isquemia. La lesión del nervio ciático o femoral adyacente puede provocar un
déficit motor o sensitivo permanente.
Cuidados enfermeros de la luxación y la subluxación:
Valorar al usuario antes y después de la reducción, pues puede producirse una
alteración de la circulación. Valorar también el área distal a la zona luxada y
buscar las cinco P de valoración neuromuscular cada 10-15 minutos antes de
la reducción y cada 30-60 durante las primeras doce horas tras la reducción.
Las cinco P es un método para valorar el estado neurológico y circulatorio:
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-
Dolor (pain) progresivo al mover la parte afectada.
Palidez en la extremidad lesionada.
Parálisis: incapacidad para mover la parte afectada.
Parestesia: entumecimiento y hormigueo.
Pulsos ausentes o disminuidos.
Es necesario documentar los hallazgos que vayan apareciendo y la evolución
de la lesión.
Existe un riesgo de déficit neuromuscular relacionado con la reducción del flujo
sanguíneo arterial o el pinzamiento de nervios muy importante de controlar.
Las actividades que se tendrán que llevar a cabo serán: control del dolor,
realización de ejercicios en el ADM, limitar la actividad para permitir la
cicatrización y reanudar las actividades de la vida diaria.
Hay que mantener la extremidad inmovilizada con una férula, vendaje, ortesis,
inmovilizador o tracción, ayudar a realizar los ejercicios en el arco de la
movilidad de las extremidades afectadas cuatro veces al día y también al
cuidado personal.
En cuanto a la administración de medicación, dependerá de cómo se haya
realizado la reducción (manual o quirúrgica), del nivel de dolor y de los
espasmos musculares.
LESIÓN POR SOBRECARGA REPETIDA
Concepto: Es un trastorno traumático acumulativo resultante de movimientos
prolongados, violentos o inoportunos. También se puede describir como un
trastorno traumático repetitivo o trastorno músculo-esquelético regional.
Etiología: Los factores causantes incluyen: la postura y posiciones
inadecuadas, ergonomía inadecuada del espacio laboral y desplazar cargas
pesadas sin el adecuado descanso muscular. También pueden producirse por
un exceso de entrenamiento. Es decir siempre que se sobrecargue un grupo
muscular reiteradamente y durante períodos prolongados.
Fisiopatología: Los movimientos repetitivos distensionan tendones, ligamentos
y músculos, provocando pequeñas roturas que desembocan en inflamación.
Los vasos sanguíneos de brazos y manos pueden llegar a estar constreñidos
privando a los tejidos de nutrientes vitales y causando una acumulación de
factores como puede ser el ácido láctico.
Pruebas diagnósticas: Exploración radiológica, RNM, artroscopia.
Manifestaciones clínicas: Dolor, debilidad, parestesias o alteración de la
capacidad motora. Alteración crónica de los músculos, tendones y nervios del
cuello, hombros, antebrazos, manos, rodillas.
Tratamiento: Identificación de la actividad desencadenante, modificación del
equipamiento o actividad, y tratamiento del dolor incluyendo AINEs.
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Complicaciones: Los microtraumas puede evolucionar y provocar cambios de
tipo degenerativo que conducen a estados de debilidad, pérdida de elasticidad
y dolor crónico. Los tendones y músculos pueden deteriorarse y los nervios
pueden convertirse en hipersensibles. Si no se deja tiempo para que los tejidos
sanen puede presentarse cicatrización. La mayor complicación, y a la vez
causa de las demás, sería la facilidad para recaer.
Cuidados enfermeros de la lesión por sobrecarga repetitiva:
Aconsejaremos el calentamiento que implicará ejercitar los músculos de forma
relajada durante unos minutos antes del esfuerzo intenso.
El estiramiento no previene la lesión, pero puede mejorar el rendimiento,
elongando los músculos para que puedan desarrollar un esfuerzo mayor. El
estiramiento se realizará tras el calentamiento u otro ejercicio.
El enfriamiento tras en ejercicio mantiene el aumento de la circulación y ayuda
a eliminar el ácido láctico del torrente circulatorio. No previene el dolor
muscular del día siguiente, que está producido por lesiones de las fibras
musculares.
En cuanto a la lesión, el reposo debe comenzar inmediatamente para reducir al
mínimo la hemorragia y la tumefacción. Bastará con controlar el dolor y seguir
el sistema RICE para curarla.
SÍNDROME DEL TÚNEL CARPIANO
Concepto: Es una alteración causada por la compresión y atrapamiento del
nervio mediano en el interior del túnel carpiano, localizado en la muñeca. EL
STC es la neuropatía por compresión mas frecuente.
Etiología: Se produce por predisposición congénita, por la presión ejercida por
un traumatismo, por el edema provocado por la inflamación de un tendón,
neoplasia, enfermedad sinovial reumatoidea o por una masa de tejidos
blandos como quistes sinoviales. Otros factores que influyen son:
hiperactividad de la glándula pituitaria, hipotiroidismo, estrés laboral, etc. Se
asocia a profesiones que emplean reiteradamente la muñeca.
Fisiopatología: El nervio mediano controla las sensaciones de la parte
posterior de los dedos de la mano, permitiendo que éstos se muevan. El túnel
carpiano es un pasadizo del ligamento y los huesos en la base de la mano, que
contiene dicho nervio. Algunas veces, el engrosamiento de los tendones
irritados u otras inflamaciones estrechan el túnel y hacen que se comprima el
nervio mediano.
Pruebas diagnósticas: Examen físico de las manos, los brazos, los hombros y
el cuello, en el que se incluiría el test de Phalen (signo de Phalen+: al flexionar
a 60º la muñeca, presenta hormigueo y parestesias en el trayecto del nervio
mediano) y el test del túnel (test del túnel+: la presión suave desencadena
parestesia). Verificar si la muñeca presenta ablandamiento, hinchazón, calor o
decoloración. Comprobar la sensibilidad de todos los dedos y examinar la
fortaleza de los músculos de la mano. Otras pruebas son: electromiografía y
procesamiento de imágenes por ultrasonido.
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Manifestaciones clínicas: Debilidad (especialmente en el pulgar, dedo medio
e índice), dolor en quemazón (causalgia) y lancinante, parestesias en la zona
de distribución del nervio mediano, torpeza al realizar los movimientos de la
mano y disminución del pulso. Los síntomas a menudo aparecen durante la
noche.
Tratamiento: Inyección de un fármaco corticoideo directamente en el túnel
carpiano (si la causa es inflamación), para proporcionar alivio durante un corto
período de tiempo. AINEs y diuréticos en el caso de dolor e hinchazón. Si el
problema persiste, se requerirá de una descompresión quirúrgica.
Complicaciones: Infecciones, daños en el nervio y rigidez. Si se opta por el
tratamiento quirúrgico, la muñeca puede perder fuerza por el corte del
ligamento carpiano y experimentar dolores en la incisión.
Cuidados enfermeros del síndrome del túnel carpiano:
La prevención del STC implica la educación para identificar los factores de
riesgo. Una vez se ha producido la lesión, se debe mantener en reposo la
muñeca al menos 2 semanas. Los dispositivos de adaptación, como las férulas,
pueden ser colocados para mantener la muñeca en una flexión dorsal que
alivie la presión sobre el nervio mediano. También hay teclados especiales que
evitan la presión repetida sobre el nervio.
Se pueden modificar las posiciones corporales o realizar pausas más
frecuentes con el fin de reducir las lesiones. Los cuidados de colaboración del
paciente están dirigidos a aliviar la causa subyacente de la compresión
nerviosa. Los síntomas precoces pueden mitigarse mediante la detención o
cese del movimiento agravante y mediante la colocación de la mano y muñeca
en reposo por medio de una inmovilización con una férula.
La sensibilidad puede verse alterada por la inyección de fármacos coticoideos,
por lo cual se instruirá al paciente en este periodo para que evite riesgos como
el calor extremo (posible lesión térmica).
Si se realiza algún tratamiento quirúrgico, se valorará el estado neurovascular
de la mano tras la intervención y se instruirá al usuario respecto a las
indicaciones adecuadas a realizar en su domicilio, entre las que figurará el uso
y mantenimiento adecuados de la férula o vendaje grueso, que llevará durante
aproximadamente una semana, la elevación de la muñeca y el uso periódico de
compresas frías. El usuario no debe hacer fuerza con la muñeca durante este
período. Después de retirar la férula o el vendaje, empezará los ejercicios de
movimiento o un programa de fisioterapia.
LESIÓN DEL MENISCO
Concepto: Los meniscos, situados en la articulación de la rodilla, se
estructuran en forma de fibrocolágeno. La lesión de éstos es el resultado de la
acción del peso corporal combinada con movimientos incorrectos, forzados o
excesivos
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Etiología: En general, el mecanismo causante debe atribuirse a una flexión y
extensión de la rodilla, combinadas con rotación externa o interna forzadas, en
un momento en que la tibia se halla fija en el suelo en bipedestación. Existen
otros factores, como la laxitud o la obesidad. El menisco interno se lesiona con
más frecuencia que el externo (en una relación 3 a 1), ya que está fijado a toda
su periferia y se mueve menos que el externo, cuya fijación es más central.
Esta lesión se asocia frecuentemente a esguince de ligamentos.
Fisiopatología: La rotación interna del fémur con la rodilla en flexión, fuerza el
segmento posterior del menisco interno hacia el centro del espacio articular.
Una extensión repentina de la rodilla puede atrapar el cuerno posterior y
generar una tracción sobre este menisco. Como resultado, el menisco sufre
una rotura longitudinal.
La rotación externa del fémur con la rodilla en flexión desplaza el cuerno
posterior del menisco externo hacia el centro de la articulación. La extensión de
la rodilla en esta posición produce un estiramiento del menisco, con la
consecuencia de una rotura perpendicular a su eje transversal.
El desgarro del menisco con la rodilla en extensión es raro.
Pruebas diagnósticas: Exploracion física, artografía, artroscopia, resonancia
magnética.
Manifestaciones clínicas: Dolor local, inestabilidad, posible sensación de
bloqueo en la articulación. Sonido de “chasquido”.
Tratamiento: Alivio del dolor mediante AINEs, tramadol o una combinación
suave de fármacos como actaminofeno con hidrocodona.
La reparación o la escisión quirúrgica de parte del menisco puede ser
necesaria. Esta intervención se realiza mediante artroscopia.
Complicaciones: Atrofia del cuadriceps si la lesión ha estado presente durante
cierto tiempo. Artritis traumática por las lesiones de menisco repetidas y la
inflamación crónica.
La complicación más común es derrame en la articulación de la rodilla. El
médico tal vez tengo que aspirar la articulación aliviar la presión.
Cuidados enfermeros de la lesión del menisco:
Se debe enseñar a los atletas a realizar actividades de calentamiento, porque
la lesión por menisco está frecuentemente ligada al deporte. Un estiramiento
adecuado puede hacer al paciente menos propenso a la lesión del menisco
cuando se presente una caída o un giro brusco.
La exploración de la rodilla se suele realizar en las primeras 24 horas de la
lesión. El tratamiento inicial implica la aplicación de hielo, inmovilización y carga
parcial del peso con muletas. Se debe permitir al paciente que deambule según
tolere esta actividad. Las muletas servirán de soporte, y la rodillera o
inmovilizador protegerá la rodilla en los primeros días de la lesión, además de
ofrecer alivio frente al dolor.
Cuando el dolor haya disminuido, el incremento gradual de la flexión y la
potenciación muscular puede ayudar al paciente a recuperar la total
funcionalidad.
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Se recomienda la fisioterapia para ayudar al usuario a realizar la potenciación
de los músculos del cuádriceps antes de la vuelta a la actividad.
En los casos de intervención con cirugía, la rehabilitación se inicia después
ésta y también incluye ejercicios de potenciación de cuádriceps y tendón
poplíteo. Cuando la potencia muscular ha vuelto a los valores normales, se
reestablecen las actividades habituales
BURSITIS Y EPICONDILITIS
Concepto: La bursitis es la inflamación de la bolsa serosa situada entre
músculos y articulaciones. La epicondilitis es una inflamación tendinosa
localizada en los epicóndilos radial y cubital mediales o laterales.
Etiología: Ambas se producen por uso repetido de la articulación, artritis,
infección o traumatismo de la misma. La epicondilitis es causada, sobre todo
por movimientos de pronación y supinación de la mano (tenis, martilleo). En la
bursitis, las bolsas serosas que se inflaman con mayor frecuencia son las
subdeltoidea, la situada en el olécranon y en la cadera.
Fisiopatología: Las bursas son cavidades llenas de líquido ubicadas cerca de
las articulaciones en donde los tendones o los músculos pasan por encima de
las protuberancias óseas. La bursitis conlleva la inflamación de una de esas
bursas.
En la epicondilitis, los tendones se inflaman debido a la hiperextensión del codo
y provocan una cicatrización posterior.
Pruebas diagnósticas: Para bursitis: Rx simple, TAC y resonancia magnética.
En el caso de la cadera, también se puede aplicar un anestésico local, y si
desaparece el dolor es una bursitis trocantérea.
Para epicondilitis: el Dx se realiza con el examen de los signos y síntomas. No
son necesarias las pruebas de laboratorio ni de radiología.
Manifestaciones clínicas: Dolor espontáneo, dolor a la palpación, limitación
del movimiento, edema y eritema. En la epicondilitis, se puede presentar
pérdida de fuerza en el miembro afectado.
Tratamiento: Administración de
corticoides. Colocación de férulas.
salicilatos,
AINEs e
infiltraciones de
Complicaciones: Cronificación de la lesión, para ambas patologías. En la
epicondilitis, pueden romperse los tendones a causa de infiltraciones repetidas.
Cuidados enfermeros de la bursitis y la epicondilitis:
Observar la afectación articular mediante la valoración del dolor espontáneo, el
dolor a la presión, el edema, el eritema y la limitación del movimiento. Valorar el
reflejo de prensión en ambas manos y comprar para determinar si hay debilidad
en la extremidad afectada por la epicondilitis.
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Los objetivos de los cuidados serán aliviar el dolor, reducir la inflamación y
aumentar la movilidad.
Para ello, inicialmente se aplicará hielo y después compresas de calor húmedo
en las articulaciones afectadas, para reducir las molestias y la inflamación.
La restricción de la articulación afectada reducirá el traumatismo y favorecerá la
cicatrización. Además se administrarán los fármacos prescritos.
Debido al dolor secundario, el usuario limitará el uso de la articulación, con lo
cual el personal de enfermería tendrá que enseñar ejercicios en el ADM
limitados para mantener la movilidad articular y la fuerza muscular. También se
alentará el uso de dispositivos de ayuda.
La enfermera favorecerá las actividades de autocuidado fomentando el
mantenimiento de las actividades sociales y profesionales para aumentar la
autoestima. En caso de no poderse seguir, se buscarán otras actividades
satisfactorias. Se animará al usuario a verbalizar sus sentimientos y se
comprobará que ha entendido los procedimientos.
ALTERACIÓN DE LA DEAMBULACIÓN
GRADOS DE DEAMBULACIÓN
1) Deambulación sin carga: no soporta peso.
2) Deambulación con apoyo del pie: contacto con el suelo
pero sin cargar peso.
3) Deambulación con apoyo parcial: apoyo del 25%-50%
del peso..
4) Carga del peso según tolerancia: dictado por el dolor y
la tolerancia del usuario.
5) Deambulación con carga total del peso: sin limitaciones.
DISPOSITIVOS DE AYUDA
Sillas de ruedas
Indicada en incapacitados (entre ellos lesiones de tejidos blandos) que pueden
ambular valiéndose de soportes y muletas pero consideran que la relación
energía/beneficio no merece la pena. Asimismo, está indicada en usuarios con
grado 1 o 2 de deambulación.
Andador
La base de apoyo se ve incrementada notablemente con el uso de andador.
Las líneas de fuerza se suavizan y cambian su trayecto, dirigiéndose desde los
brazos y manos del usuario, a los 4 puntos de apoyo del andador, situado por
delante del usuario.
Está indicado en las primeras tentativas de recuperar la marcha normal tras
una lesión inmovilizante, para reestrenar el equilibrio. En patologías
degenerativas, sobre todo de rodilla, puesto que con el andador se puede
marchar sin flexionar esta articulación, y en general en todo cuadro que curse
con debilidad de miembros inferiores.
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Podría recomendarse en grados de deambulación 2 o 3, incluso 4,
dependiendo de la tolerancia del usuario.
Deambulación con muletas

Consejos para desenvolverse con muletas
Cuando lleve una pierna enyesada colóquela siempre por delante de la otra y
así evitar tropezar, engancharse o apoyar sobre la extremidad afectada.
Para sentarse en una silla: Acérquese a la silla, al llegar a ella, gire y apoye la
parte posterior de las piernas en el borde de la silla. Sostenga en una mano
ambas muletas y con la otra sujétese al brazo de la silla. Siéntese descargando
su peso entre las muletas y la silla. Al sentarse deslice la pierna enyesada
hacia adelante.
Para levantarse de una silla: Coloque ambas muletas de un lado. Ponga una
mano en el vértice de los asideros y la otra en el brazo de la silla. Una vez
levantado coloque las muletas debajo de cada brazo. Asegúrese de que la silla
no se volcara cuando apoye la mano en ella.
Subir escaleras con una muleta en cada mano: Coloque el pie bien adentro en
cada escalón. Apoye todo el peso en los asideros y suba al siguiente escalón
con la pierna sana. Después haga lo mismo con el cuerpo, la pierna enyesada
y las muletas. Asegúrese de que estas se apoyan en el centro del escalón.
Bajar escaleras con una muleta en cada mano: Ponga el pie cerca del borde
del escalón. Flexione las caderas y coloque ambas muletas y la pierna
enyesada en el escalón inferior. Apóyese sobre estas y desplace la pierna sana
al escalón.

Precauciones
Apóyese en las muñecas, los asideros y en la pierna no enyesada,
manteniendo las muletas cerca del pecho.
Evite caminar sobre suelos encerados y alfombras, la muleta podría resbalar.
Mantenga limpios los extremos de las muletas, el polvo y la suciedad pueden
hacer que las muletas resbalen. Reemplace los extremos gastados de las
muletas cuando sea necesario.

Marchas estándar con muletas
Hay siete marchas con muletas; la elección dependerá de la capacidad del
paciente (de su grado de deambulación) para dar pasos con alguna de las
piernas, o con ambas. Desarrollaremos las adecuadas para lesiones en los
tejidos blandos.
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MARCHA EN CUATRO PUNTOS ALTERNADOS.
Se efectúa en el siguiente orden:
1 muleta derecha
2 pie izquierdo
3 muleta izquierda
4 pie derecho
Es una marcha sencilla, si el paciente puede adelantar un pie al otro (en
usuarios que son capaces de soportar cierto peso en ambas piernas), y carece
de peligro porque siempre hay tres puntos de apoyo en el suelo.
MARCHA EN DOS PUNTOS ALTERNADOS.
Se efectúa en el siguiente orden:
1 muleta derecha y pie izquierdo simultáneamente
2 muleta izquierda y pie derecho simultáneamente.
Es una marcha más veloz que la de 4 puntos alternados. Exige más equilibrio,
pues en un momento dado solo hay dos puntos de apoyo para el cuerpo.
MARCHA EN TRES PUNTOS.
Se efectúa en el siguiente orden:
1 ambas muletas y la extremidad más débil
2 la extremidad mas fuerte.
Se utiliza cuando una extremidad es incapaz de soportar el peso, pero la otra sí
puede hacerlo (ejemplo si el usuario lleva enyesado un pie).
Mover siempre las muletas y el pie enyesado simultáneamente.
MARCHAS EN COLUMPIO CON MULETAS.
Marcha en medio columpio:
1 ambas muletas
2 elevar y columpiar el cuerpo hasta la altura de las muletas.
El paciente levanta ambas muletas y las coloca simultáneamente por delante
de cuerpo, apoya en ellas y eleva el cuerpo, así se mueve hasta la altura en
que están colocadas las muletas; inmediatamente levanta estas y las adelanta
en el suelo
Marcha en columpio completo:
1 ambas muletas
2 levantar y balancear el cuerpo hasta sobrepasar el punto de apoyo de
las muletas.
Esta marcha es difícil porque exige que el paciente levante ambas muletas y
columpie el cuerpo entre las mismas, para después hacer girar la pelvis hacia
delante y lograr que el centro de gravedad quede por delante de las caderas.; a
continuación debe inclinarse hacia delante y, exactamente en el momento
adecuado, elevar las muletas para continuar la marcha. Mantener las caderas
lo mas adelante posible, con la espalda arqueada, es indispensable para que la
marcha de esta clase sea uniforme y airosa.
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
Conclusión
Todos los usuarios de muletas deben aprender al menos 2 marchas: una
rápida para usarse en espacios abiertos y alcanzar la velocidad, como se
necesita al cruzar una calle, y otra lenta para sitios apiñados donde hay
limitaciones de espacio, en la que debe mantenerse el equilibrio conforme se
avanza con lentitud. Otra razón para enseñar al paciente el mayor número de
marchas con muletas posible, es que con cada una de ellas se ejercitan
distintas combinaciones de músculos. De esta manera se fortalecerán los
músculos de la locomoción.
VENDAJES
Vendajes, se define como: “la aplicación de una o varias cintas de diversos
materiales en una parte del cuerpo con fines terapéuticos”
La inmovilización es uno de los tres objetivos del tratamiento inicial de cualquier
tipo de lesión traumatológica. Existen dos tipos de inmovilización: interna y
externa. Nos vamos a centrar en la externa, para ello disponemos de
procedimientos como los vendajes, férulas, enyesados y tracciones. Con su
correcta utilización lograremos la recuperación del paciente traumatizado.
CLASES DE VENDAS
-
-
-
Venda de algodón: Rollo de algodón hidrófugo para almohadillado y
protección antes de un enyesado.
Venda de papel: Utilizada encima del algodón evita que se endurezca y
se pegue al yeso.
Venda tubular de algodón extensible: Se aplica sobre la piel antes de
colocar un enyesado. Evita roces, irritaciones, etc. Evita que el vello se
adhiera al yeso lo que produce molestias y picores.
Venda de gasa: Rollo de algodón, suave, poroso y ligero que se amolda
fácilmente a cualquier contorno.
Venda elástica: Hay de varios tipos:
1. Vendas elásticas adhesivas porosas. Proporciona un soporte
firme y una compresión en el tratamiento de torceduras, sujeción
de vendajes y otras lesiones. El adhesivo permite que la piel
transpire aún cuando las capas se superpongan. Riesgo de
maceración mínimo. Vigilar las primeras 24 h. para detectar
tumefacción por exceso de presión.
2. Vendas elásticas de algodón crepé color carne. Se utiliza cuando:
- Se precisa un grado menor de compresión
- El trauma en la extracción de una venda adhesiva podría
causar algún daño
- Existe sensibilización a una venda adhesiva
Venda de yeso: Es de algodón impregnado en yeso. Al mojarla se
adapta a las formas corporales y fragua. Se usa para inmovilizar.
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En todas estas vendas distinguimos tres partes:
1. Extremo inicial o libre
2. Cuerpo o tambor
3. Extremo final u oculto
Casi todos los tipos de vendas, están disponibles en varios anchos
dependiendo de la zona anatómica que vayan a cubrir. Encontramos de: 5, 7’5,
10, 15 y 20 cm.
INDICACIONES DEL VENDAJE
Para el tema que nos atañe las más importantes, serían:
- Limitar la movilidad de la zona afectada o inmovilizarla completamente
- Mantener férulas en su posición
- Ejercer presión con el fin de controlar una hemorragia, o promover la
absorción de líquidos titulares.
- Proteger la piel de erosiones antes de enyesar
PRINCIPIOS GENERALES EN AL REALIZACIÓN DE VENDAJES
1. Siempre retirar todo aquello que comprima la circulación. Asegurar la
comodidad del paciente antes, durante y después
2. Proteger las prominencias óseas antes de vendarlas
3. Utilizar la venda más adecuada para los fines del vendaje
4. Colocar el rollo en una mano y el extremo inicial en la otra
5. No iniciar ni terminar el vendaje en un área sobre la que es probable que
el paciente ejerza presión (ejemplo: cara posterior del muslo)
6. Vendar de la parte distal a la proximal y de la interna a la externa
7. Vendar de manera uniforme y firme, cubriendo dos tercios de la vuelta
anterior. Mantener la tensión y la presión igual en todo el proceso
8. Dejar los extremos distales de la zona vendada libres para comprobar la
vascularización, movilidad y sensibilidad
9. Fijar con esparadrapo
10. Valorar que esté sujeto, comprima y cumpla su objetivo (revisar con
frecuencia)
11. Registrar en la hoja de enfermería la hora , fecha, tipo de venda y las
observaciones realizadas
TIPOS DE VENDAJE
Hay cinco tipos de vueltas fundamentales:
-
Vendaje circular: cada vuelta rodea a la anterior cubriéndola por
completo. Se utiliza para vendar una parte cilíndrica del cuerpo (ejemplo:
muñeca), o para fijar un vendaje en sus extremos
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-
-
-
Vendaje en espiral: Cada vuelta se superpone paralelamente a la
anterior. Se utiliza para partes del cuerpo largas o rectas o zonas cuyo
perímetro va en aumento
Vendaje en ocho: alternancia de vueltas ascendentes y descendentes
hasta formar una figura en ocho. Se utiliza en articulaciones o también
para toda la longitud de un brazo o una pierna.
Vendajes en vuelta recurrente: una vez que se fija la venda con una
vuelta circular, se combinan otros tipos de vueltas como la espiral,
circular, etc. Se utiliza para vendaje de un muñón, cabeza y partes
distales del cuerpo.
Un tipo a parte, es el vendaje funcional, indicado en los esguinces,
contusiones, distensiones y tendinitis. Esta técnica limita el movimiento que
produce dolor dejando libres los demás.
Tipos de vuelta más comunes
Ejemplos de vendaje funcional
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INMOVILIZACIONES
La inmovilización tiene como fin evitar movimientos a nivel de la lesión y
corregir el desplazamiento de los fragmentos, de forma definitiva o temporal.
FÉRULAS
Son dispositivos que se fijan al miembro mediante un vendaje y que tienen una
cierta rigidez para mantener la postura deseada de la extremidad.
Tipos:
- Férulas temporales: Evitan que después de una lesión (por ej. Un
esguince), se mueva la zona afectada pudiendo agravarse la lesión.
- Férulas de inmovilización: Proporcionan inmovilización a largo plazo
para lesiones que no requieren una inmovilización completa y continua
como esguinces y luxaciones. Actualmente hay inmovilizadores ligeros
con cierres que permiten un ajuste cuando aumenta o disminuye el
edema. También permiten la higiene y el ejercicio/rehabilitación.
- Férulas posicionales: proporcionan inmovilización en una posición
anatómica específica. Mantienen alineada una parte del cuerpo, permite
al usuario moverse sin cambiar la posición de la extremidad lesionada.
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BIBLIOGRAFÍA
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cuidados de problemas clínicos. 6ª Ed. Madrid: Elsevier-Mosby; 2004
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