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Requerimientos nutricionales del futbolista Dr. José Manuel González de Suso Janáriz Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. Donostia-San Sebastián, Gipuzkoa. Documento elaborado para el V Clinic Fútbol Base organizado por la Fundación Osasuna, 20-21 de Abril de 2006. INDICE 1. Introducción. 2. Requerimientos energéticos para jugar a fútbol. 3. Reposición y mantenimiento de las reservas de energía. 3.1. La nutrición habitual del jugador. 3.2. Alternativas para una mejor recuperación. 3.3. Selección de nutrientes para un óptimo rendimiento. 3.4. Alimentación y competición. 4. La hidratación. 4.1. Prevención de la deshidratación. 4.2. A nivel práctico. 5. Consideraciones nutricionales con los jugadores en desarrollo. 6. Bibliografía consultada. Requerimientos nutricionales del futbolista 1. Introducción. La necesidad de una correcta alimentación para ingerir los nutrientes que ayuden a un óptimo rendimiento deportivo es una realidad aceptada por la mayor parte de clubes de fútbol que compiten a un alto nivel. El organismo tiene una capacidad limitada de almacenamiento de energía y la oxidación de una gran cantidad de nutrientes es necesaria para mantener un alto gasto energético. La disminución de la reserva de glucógeno muscular como consecuencia de los esfuerzos repetidos de alta intensidad, puede provocar la aparición de fatiga y dificultad para mantener el rendimiento durante un partido de fútbol. Esa instauración de la fatiga se debe a factores propios del juego del fútbol, a las condiciones ambientales de su práctica, a la condición física de los jugadores que lo practican y a las estrategias nutricionales que se utilizan durante el entrenamiento y la competición. El fútbol se caracteriza por esfuerzos intermitentes, donde se alternan la marcha, el trote y el permanecer de pie con carreras a elevada intensidad, que solicitan los sistemas aeróbico y anaeróbico de producción de energía. Las fases más relevantes del juego, con una mayor repercusión en el resultado final, se realizan a alta intensidad. Esto último supone solo el 10% del tiempo de juego. Mohr y colaboradores (2003) realizan un estudio detallado de la actividad desarrollada durante la competición por futbolistas de muy alto nivel de rendimiento de la liga italiana y de la primera división danesa: El 20% del tiempo de juego los jugadores se encuentran parados Un 40% caminando (hasta 6 km/h) Un 30% del tiempo se desplazan a velocidades inferiores a 12 km/h Un 10% del tiempo de juego los jugadores sobrepasan la velocidad equivalente a su potencia aeróbica máxima Cada jugador recorre unos 11 km por partido, de los que el 22% se realizan a una intensidad elevada (velocidad superior a 12 km/h). Cabe destacar que cuando se analizan los resultados de los jugadores de la liga danesa, menos competitiva, solo el 18% de la distancia se recorre a elevada intensidad. En promedio, los jugadores efectúan unas 250 acciones de alta intensidad (V>12 km/h) que pocas veces superan los 10 metros, cuyo encadenamiento durante ciertas fases del partido produce, a continuación, una reducción en la frecuencia de las mismas muy probablemente relacionado con la aparición de fatiga. Otros sistemas de estudio de los desplazamientos realizados por los jugadores, utilizados desde hace relativamente poco tiempo en un gran número de clubes de la liga española, proporcionan datos muy similares donde la distancia promedio recorrida por partido es ligeramente superior a 11 km y el 23% de la misma se realiza a una velocidad mayor de 14 km/h. Antes, se han comentado valores promedio de jugadores de campo y conviene resaltar que entre jugadores de un mismo equipo, probablemente debido, entre otros muchos factores, a sus características metabólicas y a la posición que ocupan en el Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 2 Requerimientos nutricionales del futbolista terreno de juego, se pueden observar grandes diferencias en la distancia total recorrida y en la intensidad desarrollada. No resulta extraña la comparación entre jugadores observando que uno recorre un 25% más de distancia (13,3 vs 10,7 km), realiza un mayor número de km por encima de 14 km/h (3,9 vs 1,9 km) y ejecuta más acciones por encima de 21 km/h (33 vs 21). Estos esfuerzos competitivos se realizan, en casi todos los equipos, una vez por semana aunque, debido a las copas nacionales y a las competiciones internacionales, es frecuente que muchos clubes y jugadores se involucren en una competición cada 3 ó 4 días. Si a la duración e intensidad del esfuerzo ya comentadas, se le añade la práctica del juego en condiciones ambientales desfavorables, donde pueden coexistir deshidratación e hipertermia, junto a una deficiente condición física, se suman una serie de situaciones que podrían acelerar el agotamiento de las reservas de energía, acentuar la fatiga y comprometer el rendimiento de jugadores de fútbol durante el entrenamiento y la competición. 2. Requerimientos energéticos para jugar a fútbol. Jens Bangsbo (1994) ha estudiado con detalle los requerimientos energéticos del fútbol. Durante 90 minutos, los jugadores desarrollan un trabajo cercano al 70% de su consumo máximo de oxígeno. Además, gran cantidad de acciones, muchas veces pasadas por alto, donde el jugador acelera, decelera, cambia de dirección, salta, o se levanta del suelo, generan un considerable gasto energético. La considerable producción de energía aeróbica junto a la esporádica pero relevante solicitación anaeróbica se asocian con un elevado consumo de sustratos energéticos entre los que se encuentran los carbohidratos (CHO) y las grasas. Por otro lado, el esfuerzo intermitente requiere una demanda energética superior a la de un esfuerzo continuo que suponga el mismo trabajo final. Esto se confirma al observar concentraciones de lactato sanguíneo superiores para una misma cantidad de trabajo desarrollada de forma intermitente. Christmass y col. (2001) muestran que el aumento de la duración del tiempo de esfuerzo de un mismo ejercicio intermitente supone una aceleración del metabolismo de los CHO y una inhibición de la oxidación de grasas, aunque esto puede modificarse si se realiza un esfuerzo continuo previo de alta intensidad. Existen muy pocos estudios que hayan determinado niveles de glucógeno muscular en jugadores de fútbol. Sin embargo, algunos trabajos, citados por Kirkendall (1993) y Bangsbo (1994), muestran una considerable reducción del glucógeno muscular durante la primera parte de un partido (entre el 33-75% de los valores iniciales), que puede llegar a ser importante al finalizar el mismo (950%). La realización de un largo entrenamiento el día previo al partido ocasiona que los jugadores inicien la competición con una concentración de glucógeno muscular próxima al 50% de lo habitual y sea bajísima tras el primer tiempo. Bangsbo (1994) realiza una serie de estimaciones para concluir que: Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 3 Requerimientos nutricionales del futbolista Durante un encuentro de fútbol, el 60% de la energía proviene de la oxidación de los CHO y el 40% de las grasas. Un jugador de 75 kg de peso, con una correcta aptitud aeróbica, presentaría una oxidación total de CHO y grasas de 205 g y 56 g, respectivamente. 3. Reposición y mantenimiento de las reservas de energía. 3.1. La nutrición habitual del jugador. La alimentación y la carga de entrenamiento influyen sobre la cantidad de reserva energética almacenada por los futbolistas. Existe una cierta controversia respecto a la magnitud de la ingesta energética diaria habitual de los jugadores aunque parece que las proporciones de nutrientes siguen un patrón similar, con un 45-53% de la energía derivada de los carbohidratos (Kirkendall, 1993; Ekblom, 1994; Maughan, 1997; Rico-Sanz, 1998). El aporte diario de CHO en los jugadores estudiados oscila entre 350 g y 550 g, de modo que jugadores con un peso corporal entre 70-75 kg tendrán una ingesta diaria de CHO entre 4,5 y 8 g·kg-1. Este aporte, que resulta adecuado en algunos casos, puede ser insuficiente si consideramos que deportistas sometidos a entrenamientos cotidianos necesitan ingerir más de 6 g·kg-1 de carbohidratos al día para prevenir una reducción significativa de su concentración de glucógeno muscular (Williams y Nicholas, 1998). Tabla 1. Ejemplos de comidas tras el entrenamiento o la competición. Figuran la propuesta habitual del club o la oferta a la que puede acceder el jugador cuando va a un restaurante típico de la región. Menu Ingesta energía kcal CHO % Club (ensalada mixta, arroz con huevo frito, salsa de tomate, pescado a la 1350 66 plancha, puré de patata, guisantes, fruta, yogur, pan) Restaurante-sidrería (tortilla de bacalao, pescado frito, pimiento verde, carne asada, 1770 16 lechuga, cebolla, queso, frutos secos, membrillo, pan) % = porcentaje del aporte energético en la comida Grasas Proteínas g % g % g 225 17 26 16 54 70 47 93 48 162 Las primeras horas posteriores al esfuerzo corresponden con el periodo en que la resíntesis de glucógeno muscular se encuentra más acelerada. Es habitual constatar que pasa más de 1 hora entre la finalización del entrenamiento o la competición y la ingesta del primer bocado de alimento. Este hábito reduce la posibilidad de restablecer con celeridad el carburante gastado y si, además, se añade una desafortunada selección de alimentos durante la comida posterior al Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 4 Requerimientos nutricionales del futbolista ejercicio (tabla 1), es muy probable que los jugadores no tengan tiempo de almacenar todo el sustrato energético posible antes del siguiente esfuerzo físico y lleguen al inicio de la competición con poco glucógeno muscular. 3.2. Alternativas para una mejor recuperación. Bangsbo (1994) argumenta el interés de incrementar la cantidad de CHO aportados en la dieta mostrando una mejora del 5% en la distancia recorrida durante un esfuerzo intermitente de larga duración similar al fútbol (ejercicio en campo y laboratorio). El estudio fue realizado por futbolistas profesionales de la primera división danesa, comparando dos dietas con distinto aporte diario de CHO (39%, 355 g vs. 65%, 602 g). Sus resultados sugieren elevar el consumo de carbohidratos en la dieta de futbolistas para llegar mejor a la competición y satisfacer las necesidades de los ejercicios de alta intensidad efectuados durante el entrenamiento. Además, durante el juego, por las acciones musculares excéntricas y los frecuentes contactos, se puede producir daño muscular. Este daño puede retrasar la resíntesis de glucógeno y explicaría el cansancio muscular experimentado por los futbolistas al día siguiente del encuentro que podría superarse, en parte, con una superior ingesta de CHO. Los esfuerzos intermitentes de intensidad elevada, realizados durante un tiempo superior a 30 minutos, suponen alcanzar valores de consumo máximo de oxígeno próximos al 70%, tal y como ocurre en el fútbol. A pesar de realizar esfuerzos de corta duración, la contribución aeróbica es elevada y existen estudios que muestran una mejor capacidad de rendimiento cuando la disponibilidad en carbohidratos de la dieta es superior. Estos beneficios se observan tanto para protocolos de ejercicio con esfuerzos intermitentes de muy elevada intensidad y corta duración (9 min; 6”W/30”R) como para esfuerzos con una misma relación trabajo/reposo pero de mayor duración (>60 min) y menor intensidad (Balsom y col., 1999). Leatt y Jacobs (1989) estudiaron el efecto, frente a un placebo, de la ingesta de una solución de un polímero de glucosa al 7% (por 100 g; 94 g CHO, <30 mg Ca, <110 mg Na, <10 mg K, <223 mg Cl, <5 mg P) antes y en el descanso de un partido simulado (2 x 45 min, 10 min pausa, 8 contra 8, dimensiones terreno 54 x 102 m). Todos los jugadores bebieron 0,5 l en los diez minutos previos al encuentro y, otro tanto, durante el descanso, con una ingesta de 33 g de glucosa por toma en el grupo experimental. La pérdida de peso corporal al finalizar el encuentro fue similar en ambos grupos (2,8%) pero la disminución de glucógeno muscular (determinada a partir de biopsia del músculo vasto lateral), significativa para todos los jugadores estudiados, fue inferior en el grupo solución glucosada (valores post en % del contenido inicial de 68% y 54%, en los grupos glucosa y placebo, respectivamente). El posible beneficio del aporte de bebidas electrolíticas azucaradas sigue en estudio y, recientemente, Ostojic y Mazic (2002) han analizado el efecto de una bebida (7% CHO, 24 mmol·l-1 de Na, 12 mmol·l-1 Cl y 3 mmol·l-1 de K) en 22 jugadores profesionales de la liga yugoslava sobre el rendimiento en pruebas específicas para el fútbol. Los jugadores realizaron un partido de fútbol con 2 tiempos de 45 min separados por un descanso de 15 min, seguido de 4 tests de habilidades específicas para el fútbol (precisión, potencia, coordinación y Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 5 Requerimientos nutricionales del futbolista regate) y de una fase de recuperación de 60 minutos. Los jugadores se repartieron en 2 grupos asignados a la solución experimental o a la control, ingiriendo 5 ml·kg-1 de peso justo antes del inicio del partido y 2 ml·kg-1 de peso cada 15 min hasta el final de la recuperación (ingesta individual de líquido algo superior a 2 litros durante todo el estudio). A falta de una referencia de los tests previa al encuentro, constatan mejores resultados en las pruebas de precisión y de regate en aquellos jugadores que bebieron la solución azucarada, sugiriendo su utilización durante la competición para prevenir el deterioro de habilidades específicas para jugar al fútbol y mejorar la recuperación. La repercusión de la ingesta de CHO sobre el estado de ánimo y habilidades mentales y motoras de jugadores de equipo ha sido recientemente estudiado durante protocolos de ejercicio intermitente con patrones similares al fútbol y basket (Welsh y col., 2002). Soluciones con carbohidratos y electrolitos ingeridas en proporciones y cantidades similares a las citadas anteriormente (618%; 3-5 ml·kg-1 de peso) serían beneficiosas para mejorar: el rendimiento en carreras de 20 m, la velocidad y agilidad en pruebas que analizan habilidades motoras corporales, la percepción subjetiva de la fatiga y retrasar su aparición hacia el final de los encuentros. 3.3. Selección de nutrientes para un óptimo rendimiento. El futbolista, sometido a un entrenamiento cotidiano y a una competición semanal, necesita un aporte calórico importante. Su alimentación debe ir orientada a ingerir cereales, frutas, vegetales, productos lácteos y alimentos ricos en proteínas, en cantidades suficientes para evitar una dieta hipocalórica que puede ser propensa a la aparición de lesiones y a que los jugadores estén cansados y débiles. Una alimentación variada que equilibre el gasto energético satisface las necesidades en macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales) de los jugadores. Dietas ricas en carbohidratos aumentan el almacenamiento de glucógeno y favorecen la mejora del rendimiento deportivo. Se debe conseguir que el 60 % del aporte calórico diario sea en forma de carbohidratos. El pan, los cereales, el arroz, la pasta, los vegetales y las frutas son alimentos que contienen una elevada proporción de este nutriente. La digestibilidad del azúcar de estos carbohidratos, expresada como índice glucémico, permitirá la diferenciación entre alimentos con un elevado, moderado o bajo índice glucémico. La tabla 2 muestra una amplia relación de alimentos clasificados según su índice glucémico (Hawley y Burke, 1998). Esta clasificación muestra la existencia de alimentos con azúcares complejos pero que tienen una rápida digestibilidad y pasan rápidamente a sangre. Cuanto mayor sea el índice glucémico del alimento más interesante resultará su ingesta inmediatamente después del ejercicio. Por el contrario, alimentos con bajo índice glucémico pueden ingerirse con menos precauciones antes de iniciar un esfuerzo, procurando que la ingesta sólida no provoque trastornos gastrointestinales. Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 6 Requerimientos nutricionales del futbolista Tabla 2. Indice glucémico de los alimentos, modificada de Hawley y Burke (1998), adaptada de Foster-Powell and Brand-Miller (1995). Rango índice glucémico Alto (màs de 70) Alimento Glucosa Bebidas energéticas deportivas Arroz Patata asada Cereales Pan blanco o integral Moderado (entre 55 y 70) Helados Zumo de naranja Mango Bajo (menos de 55) Plátano maduro Chocolate Judías verdes Pasta Manzana Plátano no maduro Leche Lentejas Fructosa Indice glucémico 100 95 88 85 84 70 61 57 55 52 49 48 41 38 30 27 26 23 3.4. Alimentación y competición. La comida previa a la competición debe realizarse entre 2,5 y 4 horas antes del inicio del calentamiento de la misma. Es conveniente una ingesta no muy copiosa donde alimentos con un elevado contenido en CHO, como las frutas y la pasta, y las ensaladas se ofrecen como las mejores opciones. Entre el final de la comida y la competición, se pueden ingerir pequeñas cantidades de bebidas energéticas y porciones de barritas energéticas, probadas con anterioridad por los jugadores, en cantidades cercanas a los 500 ml y 25-50 g por hora, que pueden resultar más eficaces en aquellos jugadores con cierto malestar gastrointestinal precompetitivo (Williams y Nicholas, 1998). Estos mismos autores, respecto a las recomendaciones posteriores al ejercicio, recopilan diferentes estudios que orientan hacia la necesidad de una rápida reposición de alimento. Se coincide en la relación existente entre la cantidad de hidratos de carbono ingeridos en las 24 horas posteriores al ejercicio y el contenido de glucógeno muscular posterior. Aparentemente, en las primeras 6 horas posteriores al ejercicio, la ingesta de hidratos de carbono de alto índice glucémico aumenta la síntesis de glucógeno. Tras la disminución del glucógeno, una ingesta de 1 g·kg-1 de peso de hidratos de carbono cada 2 horas puede duplicar la síntesis de glucógeno muscular e incluso, dando 0,4 g·kg-1 cada 15 minutos en las 4 horas posteriores a un ejercicio extenuante, se ha conseguido triplicarla. En la actualidad se está aumentando la proporción de CHO de la ración de recuperación y se añaden proteínas. Williams y col. (2003), han evaluado la eficacia de 2 soluciones (CHO-PRO; 15% CHO y 4% PRO vs CHO; 6% CHO), administrando 2 x 355 ml de solución inmediatamente después y a las 2 horas de un ejercicio diseñado para disminuir las reservas de Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 7 Requerimientos nutricionales del futbolista glucógeno. A las 4 horas de recuperación efectuaron un ejercicio al 80% del VO2max llevado hasta el agotamiento. Los sujetos que tomaron la solución CHO-PRO trabajaron un 55% más de tiempo que los que tomaron la solución CHO tradicional. La solución CHO-PRO produjo un restablecimiento de las reservas de glucógeno superior en un 128% al de la bebida CHO tradicional. Todos estos efectos comentados podrían relacionarse con la acción de la insulina, que juega un papel muy importante en el control de la reposición de nutrientes tras el esfuerzo, tanto en el transporte intracelular de glucosa como en el incremento de la síntesis proteica y en el transporte de los aminoácidos cuando existe un aumento en la disponibilidad de los mismos. En el anexo 1, se exponen una serie de inconvenientes derivados de los hábitos nutricionales de la población deportiva que pueden repercutir negativamente en la reposición de nutrientes. Además, se proponen consejos para alimentarse correctamente y las acciones utilizadas desde el club para mejorar las costumbres nutricionales de los jugadores. 4. La hidratación. Una correcta hidratación es necesaria para mantener el rendimiento. Sujetos deshidratados, realizando ejercicios intermitentes de muy alta intensidad, sufren una reducción significativa de su rendimiento sin estar sometidos a un estrés térmico (temperatura ambiente de 21º y una humedad relativa del 49%). Además, el aumento de temperatura corporal parece ser superior durante el ejercicio intermitente cuando se compara con un ejercicio continuo de misma intensidad media final (Clarke y col., 2005). La pérdida hídrica supone una alteración de la adaptación cardiovascular y de la termorregulación, ambas responsables de la disminución del rendimiento. Es frecuente que la mayor parte de torneos internacionales de fútbol (Copa del Mundo, Eurocopa, Copa América,...) se desarrollen en ambientes calurosos con temperaturas superiores a los 25 ºC. Se comentan pérdidas de peso entre 1-2,5 kg al competir en climas moderados y, en algunos casos, cercanas a los 5 kg en competiciones africanas. En partidos realizados por la Real Sociedad B, en distintos momentos de una misma temporada con 15º C de temperatura ambiente de diferencia (10º C y 25º C), realizando una correcta hidratación en la fase previa al partido y en el descanso, se observó una pérdida promedio del 2,3% del peso corporal (1,7 kg) cuando la temperatura ambiente era baja mientras que, hacia el final de la temporada, con mayor temperatura, la pérdida supuso un 3,1% (2,4 kg). Se recomienda una ingesta de agua previa a la competición y favorecer la disponibilidad de agua durante las pausas que pudieran ofrecerse durante la competición. Estas estrategias de hidratación fueron ampliamente utilizadas durante la Copa del Mundo de EEUU en 1994. Ekblom (1986), observó que la distancia total recorrida por jugadores de fútbol no se modifica por la temperatura ambiente (20 vs. 30º C). Sin embargo, la distancia recorrida a alta Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 8 Requerimientos nutricionales del futbolista intensidad es considerablemente superior con menos temperatura (900 vs. 500 m). Para una correcta hidratación durante el ejercicio se deben considerar una serie de aspectos como (Monteiro y col., 2003): la intensidad del esfuerzo, las condiciones climáticas, la aclimatación del futbolista, su condición física y diferentes características fisiológicas y biomecánicas. Es habitual encontrarse con una reposición de líquidos próxima al 50% de las pérdidas y existe una gran variabilidad entre jugadores (Minehan, 2001) (tabla 3). Tabla 3. Pérdidas de agua por sudoración y reposición de líquido en jugadores de fútbol durante entrenamientos y partidos (Minehan, 2001). Invierno Verano Pérdidas Ingesta Pérdidas Ingesta ♂ ♀ ♂ ♀ ♂ ♀ ♂ ♀ Entrenamiento media 746 311 985 814 429 395 de 259 257 320 244 312 154 Competición media 1027 361 1209 761 516 408 de 267 195 330 220 337 154 de = desviación estándar todos los valores, tanto de pérdida por sudoración como de ingesta de líquido, se expresan en ml por hora 4.1. Prevención de la deshidratación. Además de que los jugadores tengan una correcta adaptación a las condiciones climáticas de la práctica futbolística, cuyo objetivo consiste en favorecer la sudoración y la eliminación de calor, existen una serie de estrategias que ayudarán a aumentar la reserva de líquidos y mejorar la regulación térmica (Monterio y col., 2003). En las comidas previas a la competición se deben ingerir unos 300-600 ml de líquidos. Es conveniente beber entre 100 y 250 ml de líquido, cada 15-20 minutos, en las horas previas a la competición (entre 400 y 750 ml/hora). A pesar de no disponer de un descanso obligado hasta los 45 minutos de juego, es necesario aprovechar las pausas durante el encuentro para ofrecer agua a los jugadores. Al concluir el primer tiempo se deben ofrecer bebidas conocidas por los jugadores, mantenidas a una temperatura entre 15-20º C, con una Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 9 Requerimientos nutricionales del futbolista proporción de carbohidratos del 6-8%, ingeridas progresivamente hasta un total próximo a 500 ml. Algunos jugadores se encuentran habituados a ingerir durante el descanso: o unos 200-300 ml de agua acompañados de una barrita energética de pasta de frutas (25 g de carbohidratos), añadido o no a otros 200-300 ml de bebida azucarada al 6%. Respecto a la pauta de hidratación recomendada para un encuentro de fútbol, existen muy pocos trabajos que comparen la hidratación escalonada (bebida cada 15 minutos) con la hidratación al inicio y en el descanso. Recientemente, Clarke y col. (2005), realizan un estudio con jugadores de fútbol de nivel universitario (valores medios: 25 ± 3 años, 177 ± 10 cm, 74,5 ± 6,0 kg, 59,4 ± 6,0 ml·kg-1·min-1 de consumo máximo de oxígeno) manipulando la administración de bebidas deportivas durante un ejercicio específico de fútbol. En el laboratorio, con unas condiciones promedio de 18,9 ºC y un 59,3% de humedad relativa, los jugadores realizaron dos medias partes de 45 minutos, separadas por 15 minutos de recuperación, de un ejercicio efectuado sobre cinta ergométrica que simula algunas acciones de un partido (estático, caminar, trotar, correr, sprintar). Comparados frente a un placebo (7 ml/kg de peso antes de inicicar el test y en el descanso; 533 ml/toma), los jugadores participantes tomaron una solución glucosada (6,35 g/100 ml de CHO, 48 mg/100 ml de sodio) siguiendo la misma pauta de administración (CHOt) o repartida en 6 tomas (CHOf) al inicio, 15, 30, 45, 60 y 75 minutos (177 ml/toma). Durante los test con CHO se produjo una ingesta de 68 g de carbohidratos (ver tabla 4). Tabla 4. Información nutricional Lucozade Sport 500 ml (tomada de www.lucozadesport.com) Agua, Dextrosa, Maltodextrina, Jarabe de Glucosa, Acido Citrico, Reguladores de acidez (Citrato Sódico), Conservante (Potassium Sorbate, Sodium Benzoate), Edulcorantes (Aspartame, Acesulfame K), Antioxidantes (Acido Ascórbico), Aroma, Estabilizante (Acacia Gum), Vitaminas (Niacina, Acido Pantoténico, B6, B2, B12), Colorante (Beta-Caroteno). Por botella de 500ml Por 100ml Energía kJ 590 118 kcal 140 28 Proteínas g Trazas Trazas Carbohidratos g 32,0 6,4 Grasas g Vit B2 Niacina Vit B6 Vit B12 Acido Pantoténico µg mg mg µg mg Nil % RDA 0,27 3,06 0,34 0,17 1,02 17 17 17 17 17 0,05 0,61 0,07 0,03 0,20 Nil % RDA 3,4 3,4 3,4 3,4 3,4 % RDA = % Requerimientos Diarios Recomendados Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 10 Requerimientos nutricionales del futbolista Minerales Sodio Potasio Calcio Magnesio mg mg mg mg Por botella 500ml Por 100ml 250 50 49 9,9 10 2,0 3 0,6 (Ref : ISO / 214) Los resultados del estudio muestran que la ingesta fraccionada de la solución azucarada aumenta la proporción de CHO oxidados, respecto a la situación placebo, durante la segunda parte. No existe, sin embargo, afectación del rendimiento en las acciones de sprint propuestas (3 sprints de 3,3 segundos cada 15 minutos). Los autores concluyen que, para un mismo volumen total de líquido carbohidratado consumido, la manipulación del momento de la ingesta y la cantidad de la misma no influyen sobre el rendimiento y supone la misma respuesta metabólica. Comparado frente a un placebo, existe una alteración del metabolismo sin repercusión sobre el rendimiento medido a partir de la potencia desarrollada durante las acciones de sprint. La rehidratación posterior a un encuentro es clave para restablecer la energía perdida y favorecer la retención de líquidos. Esta situación puede verse favorecida si desde el inicio del encuentro se administra una bebida rica en carbohidratos. Ostojic y Mazic (2002) muestran una mejor recuperación después de un partido de fútbol, evaluada a partir de las sensaciones subjetivas, de la frecuencia cardiaca y del peso corporal, cuando los jugadores ingieren una solución con carbohidratos y electrolitos. 4.2. A nivel práctico. (todas las estrategias comentadas deben probarse durante los entrenamientos) Durante la tarde-noche previa al partido hay que insistir en la hidratación. Entre cena y antes de acostarse, beber una botella grande de agua (1,5 l). Esto aumenta la diuresis, adaptar el momento de la ingesta para no levantarse por la noche y descansar. Insistir a lo largo del día de competición en la hidratación. Buscar hidratarse bien a lo largo del día, no tener reparos en beber 1 vaso de agua cada hora. Beber, durante las 2 horas previas a la competición unos 150-200 ml de agua cada 20 minutos (equivalente a un vaso cada vez). Añadir 2 botes de 330 ml de bebidas electrolíticas en esas 2 horas (repartir bien la cantidad para no ingerir de golpe todo el azúcar). Esto supone aportar unos 1500 ml durante las 2 horas previas a la competición. En el descanso, nada más entrar al vestuario, procurar beber 1 botellín entero de agua ó de bebida electrolítica al 6-8% a pequeños sorbos. Cuando falten 5 minutos para salir al campo, volver a beber 1 vaso de agua o de bebida electrolítica. Si se está acostumbrado, añadir una barra de pasta de frutas. Esto supone ingerir unos 50 gramos de glucosa, energía que nos vendrá muy bien para el 2º tiempo. La cantidad de agua y de bebida electrolítica a ingerir en el descanso se debe adaptar a las condiciones climáticas y a la tolerancia individual. Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 11 Requerimientos nutricionales del futbolista Estaría bien poder ingerir cerca de 500 ml de líquido durante ese período, si se puede algo más, mejor, pero probar antes para no tener problemas gástricos durante el 2º tiempo (Clarke y col., 2005, no muestran diferencias sobre la sensación de sed o de plenitud gástrica comparado frente a ingesta repartida; 180 ml/15 minutos). Nada más acabar el partido, centrarse en la reposición de líquidos (agua, bebida electrolítica, batidos energéticos,...). La ingesta de líquido con sales minerales, sobre todo sodio, ayudará a retener más líquido y a deshidratarse menos durante la recuperación. Pauta similar a la víspera. Entre el partido y acostarse, se deberían beber cerca de 2000 ml de agua. Esto también dependerá de las condiciones climáticas durante la competición. 5. Consideraciones nutricionales con los jugadores en desarrollo. Una serie de estudios realizados con niños y jóvenes deportistas, donde se analizaron sus necesidades nutricionales, permiten elaborar las siguientes recomendaciones, muchas de ellas recopiladas de Bar-Or (2000): - Es necesaria una atención especial en aquellos jugadores con problemas de sobrepeso e inician una restricción de su aporte energético. Esto conlleva una pérdida de proteínas y de masa magra que pueden comprometer su salud y su rendimiento deportivo. - Los jóvenes presentan una peor economía de movimiento que la población adulta. Eso supone un mayor coste energético de manera que, para la misma actividad física, un niño de 11 a 14 años gasta entre un 10 y un 15% más de energía que un adulto. - Los niños, frente a los adultos, para una misma intensidad relativa de ejercicio, utilizan más grasas y menos carbohidratos. Este patrón de preferencia por las grasas, se mantiene a pesar de la ingesta exógena de CHO, con la diferencia de que los niños utilizan más los azúcares de las bebidas electrolíticas que los adultos (Timmons y col., 2003). Estos mismos autores sugieren que los niños en edad prepuberal tienen preferencia por la energía administrada por vía oral, aspecto que supondría un ahorro de sus depósitos de energía endógenos, necesarios para el crecimiento y el desarrollo. - En las sesiones de entrenamiento con una duración superior a los 30 minutos es necesario fomentar la hidratación para evitar un excesivo aumento de la temperatura corporal. Las sesiones de entrenamiento deben adaptarse para favorecer la hidratación aunque los deportistas no tengan sed. - El control del peso corporal antes y después de la sesión de entrenamiento es el mejor método para comprobar la pérdida de líquido. La pérdida de peso corporal es debida, casi en su totalidad, a la pérdida de agua. Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 12 Requerimientos nutricionales del futbolista - El enfriamiento de la bebida y la inclusión de azúcar y saborizantes ayudarán a un mayor consumo de líquidos, antes, durante y al finalizar la sesión de entrenamiento o competición. En el repaso realizado a las estrategias nutricionales más frecuentemente utilizadas para ayudar a mantener o mejorar el rendimiento de jugadores de fútbol, hemos omitido la utilización de suplementos. Estos productos, con peculiares presentaciones (cápsulas, comprimidos,...), se diferencian de los alimentos habituales de nuestra dieta, marcados por los gustos, las relaciones humanas y el beneficio energético, y de los alimentos deportivos que, gracias a bebidas, barras y otras presentaciones comestibles, aportan una cantidad extra de energía (Burke, 2003). Las características intermitentes y sorprendentes del fútbol, tanto durante la preparación como en la competición, obligan a valorar una constante adaptación que equilibre las necesidades nutricionales de los jugadores. En la Eurocopa 2004, celebrada en Portugal, hemos constatado la exigencia extra de algunas selecciones nacionales que han competido durante 30 minutos más para poder acceder a la siguiente ronda. El correcto manejo de una apropiada alimentación facilitará la adaptación de los futbolistas a los requisitos de la competición, a las cargas de entrenamiento propuestas por los técnicos y a la optimización de su composición corporal. 6. Bibliografía consultada. - - - - - Balsom PD, Gaitanos GC, Soderlund K, Ekblom B. (1999) High-intensity exercise and muscle glycogen avaliability in humans. Acta Physiol Sand 165: 337- 345. Bangsbo J. (1994) The physiology of soccer -with special reference to intense intermittent exercise. Acta Physiol Scand Suppl 619: 1-155. Bar-Or O. 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Es frecuente observar varias de las siguientes situaciones: La predilección por proteínas y grasas (charcutería, queso, galletas, frutos secos, patatas chips,...). Estos alimentos se ofrecen, por facilidad y rapidez, durante las cenas. Debemos considerar que la cena, por realizarse después del entrenamiento diario, en la mayor parte de equipos de las categorías inferiores, es la comida más importante para la recuperación de las reservas energéticas. Ante la carencia de azúcares complejos como pasta, arroz, legumbres, etc., se ofrecen gran cantidad de azúcares simples (azúcar, pasteles, dulces, chocolate,...). Cuidado durante la pretemporada, situación en la que se realiza una gran carga de entrenamiento y los futbolistas buscan alcanzar un peso óptimo de competición reduciendo la ingesta de alimento desequilibrando la relación entre gasto e ingesta. Durante los períodos de descanso y coincidiendo con las lesiones se producen frecuentes aumentos de peso. Es un momento crítico en el que se debe prestar mucha atención a la alimentación. Existe poca familiarización para beber agua. Debe incidirse más en ambiente caluroso pero, frecuentemente, durante el invierno, llevar ropa de abrigo tipo chubasquero aumenta las pérdidas de agua a una misma intensidad de ejercicio. Cuando se trabaja con deportes colectivos se puede cometer el error de generalizar las necesidades individuales. Características fisiológicas y biomecánicas de los jugadores, así como la posición que ocupan en el terreno de juego, pueden modificar en gran medida sus requerimientos. Se acostumbra a probar las nuevas estrategias nutricionales durante la competición, con el riesgo de atribuir el resultado competitivo a las mismas. No debemos despreciar la existencia de una significativa ingesta de alcohol en algunos jugadores. Es frecuente el excesivo consumo de café que puede acarrear una excesiva contractilidad muscular y originar contracturas. Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 15 Requerimientos nutricionales del futbolista A TENER EN CUENTA PARA ALIMENTARSE CORRECTAMENTE Para colaborar en la correcta nutrición y modificación de los hábitos es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos: Contabilizar la carga de entrenamiento cotidiana y la de otras actividades que pudiesen generar un aumento del gasto energético. El entrenamiento de fútbol supone la realización de ejercicios intermitentes de alta intensidad con una considerable utilización de glucógeno muscular. Una dieta que aporte entre más de 6 gramos de carbohidratos (CHO) por kg de peso se hace necesaria. Los requerimientos energéticos de las mujeres son entre un 10 y un 20% inferiores a los de los hombres. El gasto energético diario de hombres y mujeres deportistas debería equilibrarse con una alimentación que aporte entre 2000 y 4000 kcal diarias. Durante la temporada competitiva debemos aumentar el aporte de CHO, insistir en la reposición de CHO tras las competiciones y adecuar la concentración de las bebidas electrolíticas a las condiciones ambientales. Probar cualquier nueva estrategia nutricional durante los entrenamientos. Durante la recuperación utilizar una bebida energética con azúcares y sodio. Para recuperar las pérdidas de otros electrolitos (potasio, magnesio, calcio) daremos fruta y zumos. Una ración de recuperación con 50-100 gramos de carbohidratos, tomada nada más acabar la sesión es la mejor estrategia para recuperar el carburante perdido durante la competición o el entrenamiento. Ejemplos de raciones: 800-1000 ml de bebida para deportistas, 3 piezas de fruta, 1000 ml zumo multifrutas, 2 barras de cereales, 3 biscotes con mermelada, 400 g de yogur, una taza de cereales con leche descremada, 2 lonchas de queso fresco con tostadas, bocadillo (80-100 g pan) de jamón serrano, 6 galletas tipo muesli, 4 rebanadas de pan tostado un cuenco de macedonia de frutas con yogur. Suprimir la ingesta de alcohol porque interfiere desviando la atención hacia otros líquidos más saludables y estimula la diuresis (al orinar se compromete la rehidratación). Debemos prestar especial atención a los períodos de pausa, como en verano, donde la composición corporal de algunos jugadores puede variar considerablemente. Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 16 Requerimientos nutricionales del futbolista Distribución y características de las comidas según la hora de la competición (adaptado de Ferret y Koleckar, 2000): Durante los 2-3 días previos al partido es conveniente realizar una alimentación que aporte cantidades importantes de hidratos de carbono. Si es nocturna: 8-9h desayuno habitual (té, café, colacao, leche semidescremada, zumo de frutas, cereales, tostadas, mermelada, miel, yogur, jamón dulce, huevo, fruta) 12h30-13h comida (buffet de ensalada-lechuga, tomate, zanahoria, maíz, remolacha,..-, pasta o arroz con un poco de queso rallado, pescado o carne de pollo-pavo, yogur, compota, flan, fruta) 16h30-17h merienda (características similares al desayuno) cena posterior a la competición, mejor en la hora siguiente (similar a la comida del mediodía, insistiendo en el aporte de arroz, pasta, lentejas, para reponer las reservas de glucógeno, yogures, frutas, postres dulces y mucha agua). Si es pronto, por la mañana: 8h desayuno ligero evitando ingerir sólidos 2 h antes del calentamiento tentempié al acabar la competición. Hacia el final de la mañana: desayuno copioso unas 2h30-3h antes de iniciar el calentamiento comida tras finalizar la competición (con características similares a la cena de la competición nocturna) Por la tarde, sobre las 17h: 8-8h30 desayuno habitual 12h30-13h comida (acabar 3h antes del inicio calentamiento) tentempié al acabar la competición (con características similares a la cena de la competición nocturna) En el caso de competición fraccionada (calificación y final, torneos,...), se deben ingerir líquidos (mejor con CHO) entre las mismas y algo de alimento sólido (por ejemplo fruta, galleta con poca grasa o barrita energética). Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 17 Requerimientos nutricionales del futbolista ESTRATEGIAS PROPUESTAS DESDE EL CLUB PARA MEJORAR LA CONDUCTA NUTRICIONAL DE LOS DEPORTISTAS. Charla al inicio de temporada e información en los vestuarios Orientación en la selección de los platos propuestos en el comedor de la residencia que aloja a deportistas del centro de formación. Disponibilidad de agua y de bebida electrolítica gracias a un convenio con una marca comercial (Figura 1). Elaboración de raciones de recuperación en el club (barritas, batidos, bocadillos,...). Figura 1. Zona del servicio médico del Centro de Formación de la Real Sociedad de Fútbol (Edificio Gorabide) destinada a proporcionar la ración de recuperación de los jugadores. Real Sociedad de Fútbol SAD. Servicio Médico. 18