Download Ultimos temas .
Document related concepts
Transcript
ULTIMOS TEMAS Trastornos del sueño Trastornos por deterioro cognitivo: delirium y demencia Agresividad Abusos, maltrato y violencia en la familia Trastornos del sueño Un tercio de la vida de la persona trascurre durmiendo, por lo que es lógico que la calidad y cantidad de éste repercuta en su estado de vigilia. La incidencia de la alteración de éste es elevada, más de la mitad de la población ha sufrido en algún momento de su vida este trastorno. Los mecanismos responsables de los períodos de sueño o de vigilia son el sistema reticular activador (el de la vigilia) y el sistema reticular depresor (sueño por inhibición del sistema reticular activador). El sueño es un episodio dentro del ritmo circadiano sueño-vigilia; es un proceso biológico fundamental, complejo y activo, compuesto de dos ciclos repetidos que representan las diversas fases de la actividad cerebral y corporal. Cada ciclo se constituye por una sucesión periódica de las distintas fases del sueño (REM y No REM) que tiene una duración media de 90 minutos y que se presentan con una frecuencia de 4-6 veces por noche o período total de sueño. La fase REM se caracteriza por una serie de movimientos oculares rápidos fácilmente observables donde los ritmos metabólicos y la actividad cerebral son similares al estado de alerta, sin embargo el electromiograma refleja una abolición total del tono muscular; es el período de "sueños" por excelencia;del período total de sueño un 20-25% corresponde a esta fase. La fase No REM se caracteriza porque en ella no existen movimientos oculares rápidos y consta de 4 fases: fase 1 o de somnolencia (vigilia relajada, corresponde a un 5% del sueño total), fase 2 o de sueño ligero (el sueño propiamente dicho, 50% del total), fases 3 y 4 o de sueño lento profundo (el sueño reparador, 10-20% del total); si en esta fase el sujeto se despierta por estímulos externos presentará un estado psíquico próximo a la confusión mental. A. Trastornos primarios del sueño a. Disomnias Trastorno primariamente psicógeno en la que la alteración consiste en la afectación de la cantidad, calidad o dirección del sueño, debido a causas emocionales. Dentro de este grupo encontramos el insomnio primario, la hipersomnia primaria, la narcolepsia, el trastorno del sueño relacionado con la respiración, el trastorno del ciclo circadiano y la disomnia no especificada. Insomnio primario El síntoma predominante es la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o no tener un sueño reparador, durante al menos 1 mes. La alteración del sueño (o la fatiga diurna asociada) provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. La alteración del sueño no aparece exclusivamente en el transcurso de la narcolepsia, el trastorno del sueño relacionado con la respiración, el trastorno del ritmo circadiano o una parasomnia. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de otro trastorno mental (p. ej., trastorno depresivo mayor, trastorno de ansiedad generalizada, delirium). 1 La alteración no es debida a los efectos fisiológicos directos de sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica. (CIE-10) Hipersomnia primaria Presencia de somnolencia excesiva como mínimo durante 1 mes (o menos si se trata de la forma recurrente), tal y como ponen de evidencia episodios prolongados de sueño nocturno o episodios de sueño diurno que tienen lugar casi cada día. La somnolencia excesiva provoca un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral, o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. La somnolencia excesiva no puede explicarse mejor por la presencia de un insomnio y no aparece exclusivamente en el transcurso de otro trastorno mental (p. ej., narcolepsia, trastorno del sueño relacionado con la respiración, trastorno del ritmo circadiano o parasomnia) y no puede atribuirse a una cantidad inadecuada de sueño. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de otro trastorno mental. La alteración no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas fármacos) o de una enfermedad médica. (CIE-10) Narcolepsia Ataques de sueño reparador irresistibles que aparecen diariamente durante un mínimo de 3 meses. Presencia de uno o ambos de los siguientes síntomas: cataplejía (es decir, episodios breves y súbitos de pérdida bilateral del tono muscular, la mayoría de las veces en asociación con emociones intensas); e intrusiones recurrentes de elementos del sueño REM en las fases de transición entre el sueño t, la vigilia, tal y como indican las alucinaciones hipnagógicas o hipnopómpicas o las parálisis del sueño al principio o al final de los episodios de sueño. La alteración no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica. (CIE-10) Trastorno del sueño relacionado con la respiración Desestructuración del sueño que provoca somnolencia excesiva o insomnio y que se considera secundaria a una patología respiratoria relacionada con el sueño (p. ej., síndromes de apnea obstructiva del sueño o de apnea central del sueño o de hipoventilación alveolar central). La alteración no se explica mejor por la presencia de otro transtrono mental y no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de otra enfermedad médica (diferente de un trastorno de la respiración relacionado con el sueño). (CIE-10) Trastorno del ritmo circadiano Presencia persistente o recurrente de un patrón de sueño desestructurado que obedece a una mala sincronización entre el sistema circadiano endógeno de sueño-vigilia del individuo, por una parte, y las exigencias exógenas de espaciamiento y duración del sueño, por otra. Las alteraciones del sueño provocan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Las alteraciones del sueño no aparecen exclusivamente en el transcurso de otro trastorno del sueño u otro trastorno mental. El trastorno no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica. Existen distintos tipos que se detallan a continuación. Tipo sueño retrasado: patrón de sueño persistente que consiste en acostarse y despertarse tarde, con incapacidad para conciliar el sueño y levantarse a horas más tempranas pese a desearlo. Tipo jet lag: somnolencia y estado de alerta presentes en momentos del día inadecuados, y que aparece después de repetidos viajes transmeridionales a zonas con diferente horario. Tipos cambios de turno de trabajo: insomnio que aparece durante las horas que el individuo debería dormir o somnolencia excesiva durante las horas en que debería estar despierto, debido a un turno de trabajo nocturno o a un cambio repetido del turno de trabajo. b. Parasomnias Conjunto de alteraciones cualitativas, fenómenos anómalos que aparecen durante el sueño. Dentro de este grupo se incluyen: las pesadillas, los terrores nocturnos, el sonambulismo y la parasomnia no especificada. 2 Pesadillas Despertares repetidos durante el período de sueño mayor o en las siestas diurnas, provocados por sueños extremadamente terroríficos y prolongados que dejan recuerdos vividos, y cuyo contenido suele centrarse en amenazas para la propia supervivencia, seguridad o autoestima. Los despertares suelen ocurrir durante la segunda mitad del período de sueño. Al despertarse del sueño terrorífico, la persona recupera rápidamente el estado orientado y despierto (a diferencia de la confusión y desorientación que caracterizan los terrores nocturnos y algunas formas de epilepsia). Las pesadillas, o la alteración del sueño determinada por los continuos despertares, provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Las pesadillas no aparecen exclusivamente en el transcurso de otro trastorno mental (p. ej., delirium, trastorno por estrés postraumático) y no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica. (CIE-10) Terrores noctunos Episodios recurrentes de despertares bruscos, que se producen generalmente durante el primer tercio del episodio de sueño mayor y que se inician con un grito de angustia. Aparición durante el episodio de miedo y signos de activación vegetativa de carácter intenso, por ejemplo, taquicardia, taquipnea y sudoración. El individuo muestra una falta relativa de respuesta a los esfuerzos de los demás por tranquilizarle. Existe amnesia del episodio: el individuo no puede describir recuerdo alguno detallado de lo acontecido durante la noche. Estos episodios provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral, o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. La alteración no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica. (CIE-10) Sonambulismo Episodios repetidos que implican el acto de levantarse de la cama y andar por las habitaciones en pleno sueño, que tienen un lugar generalmente durante el primer tercio del período de sueño mayor. Durante estos episodios, el individuo tiene una mirada fija y perdida, se muestra relativamente arreactivo a los intentos de los demás para establecer un diálogo con él y sólo puede ser despertado a base de grandes esfuerzos. Al despertar (tanto en pleno episodio como a la mañana siguiente), el sujeto no recuerda nada de lo sucedido. A los pocos minutos de despertarse del episodio de sonambulismo, el individuo recobra todas sus facultades y no muestra afectación del comportamiento o las actividades mentales (aunque en un primer momento puede presentar confusión o desorientación). Los episodios de sonambulismo provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. La alteración no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, medicamentos) o de una enfermedad médica. (CIE-10). B. Trastornos del sueño relacionados con otro trastorno mental a. Insomnio relacionado con otro trastorno mental Dificultad para conciliar o mantener el sueño, o la sensación de sueño no reparador al despertarse, durante al menos 1 mes, asociadas a fatiga diurna o afectación de las actividades diarias. Las alteraciones del sueño (o sus secuelas diurnas) provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. El insomnio se considera relacionado con otro trastorno (p. ej., trastorno depresivo mayor, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno adaptativo con síntomas de ansiedad), pero reviste la suficiente gravedad como para merecer una atención clínica independiente. Estas alteraciones no se explican mejor por la presencia de otro trastorno del sueño (p. ej., narcolepsia, trastorno del sueño relacionado con la respiración o una parasomnia). Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica. (CIE-10) b. Hipersomnia relacionada con otro trastorno mental Presencia de somnolencia excesiva durante al menos 1 mes, tal como ponen de relieve episodios de sueño nocturno más prolongados de lo normal o aparición casi diaria de episodios de sueño diurno. La somnolencia excesiva provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. La hipersomnia se considera relacionada con otro trastorno (p. ej., trastorno depresivo mayor, trastorno distímico), pero es de suficiente gravedad como para merecer una atención clínica independiente. Estas alteraciones no se explican mejor por la presencia de otro trastorno del sueño (p. ej., narcolepsia, trastorno del sueño relacionado con la respiración o una parasomnia) o por una cantidad insuficiente de sueño. Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, medicamentos) o de una enfermedad médica. (CIE-10) C. Otros trastornos del sueño 3 a. Trastorno del sueño debido a una enfermedad médica Alteración prominente del sueño de suficiente gravedad como para requerir una atención clínica independiente. A partir de la historia clínica, la exploración física o las pruebas de laboratorio hay pruebas de que las alteraciones del sueño son la consecuencia fisiológica directa de una enfermedad médica. Estas alteraciones no se explican mejor por la presencia de otro trastorno (p. ej., trastorno adaptativo en el que el agente estresante es una enfermedad médica grave). Estas alteraciones no aparecen exclusivamente en el transcurso de un delirium. Estas alteraciones del sueño no cumplen los criterios para la narcolepsia ni trastorno del sueño relacionado con la respiración. Estas alteraciones provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. (CIE-10) b. Trastorno del sueño inducido por sustancias Alteración prominente del sueño de suficiente gravedad como para merecer una atención clínica independiente. A partir de la historia clínica, la exploración física, o los hallazgos de laboratorio, hay pruebas de que 1 o 2: los síntomas del Criterio A aparecen durante la intoxicación o la abstinencia, o dentro del mes siguiente, el fármaco está relacionado etiológicamente con la alteración del sueño. La alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno del sueño no inducido por sustancias. Entre las pruebas que demuestran que los síntomas se explicarían mejor por la presencia de un trastorno del sueño no inducido por sustancias se incluyen las siguientes: la aparición de los síntomas precede al consumo de la sustancia (o fármaco); los síntomas persisten por un período considerable de tiempo (p. ej., alrededor de 1 mes) tras el período agudo de abstinencia o intoxicación grave, o exceden claramente de los que cabría esperar teniendo en cuenta el tipo o la cantidad de sustancia consumida o la duración de este consumo; o existen otras pruebas que sugieren la existencia de un trastorno del sueño no inducido por sustancias independiente (p. ej., una historia de episodios de carácter recurrente no relacionados con sustancias). La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un delirium. La alteración provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. (CIE-10). D. Tratamiento El tratamiento de este tipo de trastornos se basa en: medidas de higiene de sueño, intervenciones psicológicas específicas y uso de psicofármacos (hipnóticos) en los casos necesarios. E. Diagnósticos de enfermería Los diagnósticos de enfermería más frecuentes en los trastornos del sueño son: Deterioro del patrón del sueño Ansiedad Alteración de los procesos del pensamiento F. Intervenciones de enfermería Las intervenciones de enfermería irán encaminadas a instruir al paciente sobre medidas que favorezcan el descanso y sueño reparador, se educará sobre normas higiénicas del sueño, sobre técnicas de relajación, sobre conductas que debe evitar y como siempre hacer un plan de cuidados individualizado dependiendo del trastorno específico y de las necesidades de cada paciente. 4 Trastornos por deterioro cognitivo: delirium y demencia A. Delirium El delirium formaría parte de los trastornos exógenos agudos, en los cuales la sintomatología principal es un alteración de la conciencia. La forma de presentación es variada y como, característica principal del delirium, es una fluctuación del cortejo sintamatológico. La etiología es múltiple y variada, pero existen factores predisponentes como son la edad (es más frecuente en niños y ancianos), enfermedades previas, factores psicológicos y factores ambientales como el aislamiento social. Su duración es variable y su gravedad fluctúa desde leve a muy grave. Encontramos diversos tipos que se detallan a continuación. a. Delirium debido a enfermedad médica Alteración de la conciencia (p. ej., disminución de la capacidad de atención al entorno) con disminución de la capacidad para centrar, mantener o dirigir la atención. Cambio en las funciones cognoscitivas (como déficit de memoria, desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración perceptiva que no se explica por la existencia de una demencia previa o en desarrollo. La alteración se presenta en un corto período de tiempo (habitualmente en horas o días) y tiende a fluctuar a lo largo del día. Demostración a través de la historia, de la exploración física y de las pruebas de laboratorio de que la alteración es un efecto fisiológico directo de una enfermedad médica. (CIE-10) b. Delirium por intoxicación por sustancias Alteración de la conciencia (p. ej., disminución de la capacidad de atención al entorno) con disminución de la capacidad para centrar, mantener o dirigir la atención. Cambio en las funciones cognoscitivas (como déficit de memoria, desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración perceptiva que no se explica por la existencia de una demencia previa o en desarrollo. La alteración se presenta en un corto período de tiempo (habitualmente en horas o días) y tiende a fluctuar a lo largo del día. El consumo de medicamentos se estima relacionado etiológicamente con la alteración. (CIE-10) c. Delirium por abstinencia de sustancias Alteración de la conciencia (p. ej., disminución de la capacidad de prestar atención al entorno) con reducción de la capacidad para centrar, mantener o dirigir la atención. Cambio en las funciones cognoscitivas (como deterioro de la memoria, desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración perceptiva que no se explica por una demencia previa o en desarrollo. La alteración se presenta en un corto período de tiempo (habitualmente en horas o días) y tiende a fluctuar a lo largo del día. Demostración, a través de la historia, de la exploración física y de las pruebas laboratorio, de que los síntomas de los Criterios A y B se presentan durante poco después de un síndrome de abstinencia. Este diagnóstico debe hacerse en lugar del diagnóstico de abstinencia de sustancias sólo cuando síntomas cognoscitivos excedan de los propios del síndrome de abstinencia y cuando los síntomas sean la suficiente gravedad como para merecer una atención clínica independiente. (CIE-10) d. Delirium debido a múltiples etiologías Alteración de la conciencia (p. ej., disminución de la capacidad de prestar atención al entorno) con reducción de la capacidad para centrar, mantener o dirigir la atención. Cambio en las funciones cognoscitivas (como deterioro de la memoria, desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración perceptiva que no se explica por una demencia previa o en desarrollo. La alteración se presenta en un corto período de tiempo (habitualmente en horas o días) y tiende a fluctuar a lo largo del día. Demostración, a través de la historia, de la exploración física o de las pruebas de laboratorio, de que el delirium tiene más de una etiología (p. ej., más de una enfermedad médica, una enfermedad médica más una intoxicación por sustancias o por efectos secundarios de los medicamentos). (CIE-10) 5 En el delirium debe iniciarse un tratamiento etiológico cuanto antes para evitar complicaciones. El tratamiento farmacológico se administrará a aquellos pacientes que requieran sedación, puede usarse tioridacina o clormetiazade. B. Demencia Síndrome adquirido, de naturaleza orgánica, caracterizado por un deterioro permanente de la memoria y otras funciones intelectuales y frecuentemente acompañado de otros trastornos psiquiátricos que ocurre sin alteración del nivel de conciencia afectando al funcionamiento social. La sintomatología que suele aparecer afecta a diversos campos: a nivel de conciencia (omnubilación y confusión, deteriorando ambas el rendimiento intelectual y dando una apariencia demencial), a nivel afectivo (labilidad emocional, cierto grado de indiferencia afectiva, estados depresivos y ansiedad inespecífica), a nivel de lenguaje (disartria, hipofonía, lentitud, omisiones gramaticales, parafasias, e hiperseveraciones verbales como ecolalia y palilalia), a nivel de memoria (en ocasiones son las primeras manifestaciones de la enfermedad con evolución rápida y el individuo no parece ser consciente de ello), praxias (incapacidad para llevar a cabo movimientos y gestos simples o escalonados debido a lesiones cerebrales), y a nivel de orientación (pierden primero la temporal, seguida de la espacial y por último la de las personas). Existen distintos tipos de demencias que se detallan a continuación. a. Demencia tipo Alzheimer Presencia de múltiples déficit cognoscitivos que se manifiestan por: deterioro de la memoria (deterioro de la capacidad para aprender nueva información o recordar información aprendida previamente), una (o más) de las siguientes alteraciones cognoscitivas: afasia (alteración del lenguaje), apraxia (deterioro de la capacidad para llevar a cabo actividades motoras, a pesar de que la función motora está intacta) , agnosia (fallo en el reconocimiento o identificación de objetos, a pesar de que la función sensorial está intacta), alteración de la ejecución (p. ej., planificación, organización, secuenciación y abstracción). También se ve alterada la conducta, presentando inquietud, agresividad verbal y física, vagabundeo, desinhibición sexual, conductas infantiles, etc. El curso se caracteriza por un inicio gradual y un deterioro cognoscitivo continuo; el paciente va perdiendo su capacidad funcional hasta llegar a perder el mantenimiento de su autonomía. Distinguimos dos tipos de demencia tipo Alzheimer, la de inicio temprano (su inicio es a los 65 años o antes) y la de inicio tardío (su inicio es después de los 65 años). b. Demencia vascular Presencia de los múltiples déficit cognoscitivos que se manifiestan por: deterioro de la memoria (deterioro de la capacidad para aprender nueva información o recordar información aprendida previamente), una (o más) de las siguientes alteraciones cognoscitivas: afasia (alteración del lenguaje), apraxia (deterioro de la capacidad para llevar a cabo actividades motoras, a pesar de que la función motora está intacta), agnosia (fallo en el reconocimiento o identificación de objetos a pesar de que la función sensorial está intacta), alteración de la actividad constructiva (p. ej., planificación, organización, secuenciación y abstracción). También aparecen signos y síntomas neurológicos (alteraciones en la marcha, enlentecimiento psicomotor y alteraciones esfinterianas). La sintomatología tiene un inicio brusco y curso fluctuante aunque no es determinante, se acepta que en estadíos iniciales son más acentuadas las alteraciones del humor que la pérdida de memoria. La labilidad emocional y síntomas depresivos son más frecuentes y hay mejor conservación de la personalidad que en la enfermedad de Alzheimer. c. Demencia debida a otras enfermedades médicas Existen diversos tipos de demencias debidas a otras enfermedades médicas como pueden ser por VIH, traumatismo craneal, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Huntington, enfermedad de Pick o enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. C. Tratamiento El tratamiento farmacológico de las demencias va encaminado a evitar o paliar la degeneración neuronal, potenciar su actividad y metabolismo cerebral, y aliviar síntomas asociados al deterioro cognitivo,demás también se centrará en evitar síntomas depresivos y psicóticos. 6 Los fármacos empleados son inhibidores de acetilcolinesterasa que posibilitan la recuperación _ración de ciertas funciones cognitivas. Las terapias no farmacológicas se llevarán a cabo -especialmente en fases leve y moderada, utilizando técnicas de psicoestimulación cer finalidad rehabilitadora; esta intervención es útil cuando se combina con fármacos. Par, este tipo de trastornos se emplean programas de rehabilitación cognitiva: programa _de psicoestimulación integral, taller de memoria y actividades de la vida diaria, taller psicoestimulación cognitiva, taller de psicoexpresión y taller ocupacional. D. Diagnósticos de enfermería Los diagnósticos de enfermería más frecuentes en los trastornos por deterioro cogn: tivo: delirio y demencia, son: Alteración de la percepción sensorial Confusión Alteración de los procesos del pensamiento Deterioro de la memoria Ansiedad Afrontamiento inefectivo Aislamiento social Interrupción de los procesos familiares Riesgo de violencia autodirigida Alteración del patrón del sueño Déficit de autocuidados Déficit de actividades recreativas Deterioro de la movilidad física Baja autoestima Trastornos de la identidad personal Déficit de conocimiento Patrón sexual inefectivo Deterioro de la comunicación verbal. E. Intervenciones de enfermería Las intervenciones de enfermería en los trastornos por deterioro cognitivo irán encaminadas a establecer una relación de confianza para facilitar un buen abordaje terapéutico, aportar información sobre su enfermedad al paciente y su familia, determinar si el paciente requiere ayuda exterior para mantener un estado óptimo de salud, establecer junto con el cuidador una serie de cambios en el entorno con el fin de evitar accidentes, favorecer la relación con otras personas del entorno, orientar frecuentemente al paciente en tiempo y espacio, fomentar la autoestima, establecer objetivos realistas con la colaboración del paciente, instruir sobre técnicas de relajación y realizar terapia familiar si precisa. Las actividades más específicas se determinarán en el plan de cuidados individualizado que se realizará a cada paciente. 7 Agresividad La agresividad es un estado emocional que consiste en sentimientos de odio y deseos de dañar a otra persona, animal u objeto. La agresión es cualquier forma de conducta que pretende herir física y o psicológicamente a alguien. La agresividad es un factor del comportamiento normal puesto en acción ante determinados estados para responder a necesidades vitales, que protegen la supervivencia de la persona y de la especie, sin que sea necesaria la destrucción del adversario. La psicopatología de la agresividad incluye diversas variantes. Son numerosos los problemas psicopatológicos que pueden presentar asociada a la conducta agresiva. Las formas más graves suelen presentar varios de estos trastornos (por ejemplo, alcohol y epilepsia). Las formas concretas en que se expresa la agresión manifiestan las características particulares de simpleza o elaboración, de exageración o incoherencia, según los casos y su contexto. A. Manifestaciones clínicas Puede aparecer esta conducta agresiva con distintas manifestaciones clínicas que se detallan a continuación. a) Retraso mental b) Trastornos mentales de base orgánica (demencias, trastornos postraumáticos, algunos trastornos epilépticos, otros asociados a problemas no primariamente cerebrales). c) Estados de intoxicación por sustancias psicoactivas (alcohol, psicoestimulantes, nuevas sustancias alertizantes, desinhibición de la agresividad por psicofármacos y mezcla de sustancias). d) Trastornos del control de los impulsos. Según la CIE-10, el llamado Trastorno explosivo intermitente que se define por varios episodios aislados de dificultad para controlar los impulsos agresivos, que dan lugar a violencia o a destrucción de la propiedad. El grado de agresividad durante los episodios es desproporcionado con respecto a la intensidad de cualquier estresante psicosocial precipitante. e) Trastornos de personalidad de tipo antisocial. f)Trastornos afectivos (estados maníacos con rabia intensa, suicidios depresivos en los que se puede actuar contra la vida de seres queridos que están subordinados al paciente). g) En los trastornos del tipo de la esquizofrenia, aunque infrecuente, suele parecer extremadamente dramática, mal adaptativa e incoherente. B. Tratamiento El tratamiento irá encaminado a controlar la agresividad con medidas farmacológicas y psicoterapéuticas. A nivel farmacológico se utilizan neurolépticos, ansiolíticos, litio, hipotensores, cafeína (por su efecto paradójico). Y desde el punto de vista psicoterapéutico pueden destacarse el entrenamiento en habilidades sociales, las técnicas de relajación y visualización, el psicodrama y la bioenergética. Otras actividades corporales como el deporte en grupo o las artes marciales pueden facilitar una conducta más consciente y social. C. Diagnósticos de enfermería Los diagnósticos de enfermería más frecuentes en la agresividad son: Ansiedad Riesgo de violencia dirigida a otros 8 Afrontamiento familiar inefectivo Manejo inefectivo del régimen terapéutico Aislamiento social Dificultad en el mantenimiento del hogar D. Intervenciones de enfermería Las intervenciones de enfermería más frecuentes en este tipo de pacientes irán encaminadas en un principio a crear un clima de confianza en el que el sujeto pueda expresar sus sentimientos mostrando por parte de enfermería una actitud asertiva sin emitir juicios de valor, instruir en técnicas de relajación, apoyo emocional tanto al individuo como a su familia y las actividades más específicas vendrán determinadas en cada caso concreto a través de un plan de cuidados individualizado. Abusos, maltrato y violencia en la familia A. Violencia familiar Son innumerables las formas la violencia familiar. Puede pensarse en violencia hacia los mayores, entre cónyuges, hacia los niños, las mujeres, los hombres, los discapacitados, etc. Además siempre es difícil precisar un esquema típico familiar, debido a que la violencia puede ser física o psíquica, y ocurre en todas loas clases sociales, culturas y edades. La mayoría de las veces se trata de los adultos hacia una o varios individuos. La violencia en el seno de la familia se produce de diferentes maneras. Algunas de las más frecuentes son el abuso físico, emocional o sexual, y el abandono de las parejas, los niños y los ancianos. El abuso o maltrato se define por la producción voluntaria de lesiones físicas o angustia y privaciones mentales por parte de un suministrador de servicios ensenciales. El término de violencia hace referencia a la fuerza física que se ejerce con el propósito de violentar o dañar,injusta manifestación de poder que suele dar lugar a lesiones físicas. La violencia doméstica es la descripción de la presencia de maltrato en la familia. Encontramos distintos tipos de violencia: física, psicológica, material, social y sexual. a. Violencia física Golpes, heridas, cortes, disparos, quemaduras, violación; privación de atención personal de las necesidades básicas de alimentación, agua, calor, limpieza, atención sanitaria incluida la preventiva, contacto social, educación y supervisión de los hijos. b. Violencia psicológica Agresión verbal y amenazas de daño físico generalmente con el fin de intimidar y manipular; sarcasmo, humillación, desvalorización, crítica; patrones de comunicación deteriorados e inconsistentes incluidos el vacío y el silencio. c. Violencia material Robo de dinero o propiedades; uso indebido de dinero o propiedades. d. Violencia social Violación de los derechos de la persona; aislamiento de la víctima. e. Violencia sexual La actividad sexual bajo presión o por fuerza que incluye el lenguaje o acciones sexualmente estimulantes, los tocamientos o contactos sexuales impropios y la violación; y el incesto que consiste en el contacto sexual entre parientes consanguíneos. B. Etiología La etiología de la violencia familiar no responde a una sola causa sino que intervienen múltiples factores: biológicos, familiares, socioculturales, conductuales, etc. Las familias disfuncionales son las que tienen mayor riesgo de sufrir violencia doméstica. Las características de éstas son las siguientes: los miembros de la familia están centrados en sí mismos, la autoridad es inconsistente, los padres sienten que no pueden controlar a sus hijos, los roles no están claramente definidos, los miembros son incapaces de hacer frente a sus propias necesidades o las de los demás, no se fomenta el individualismo, falta autonomía y confianza entre los miembros, no se identifican objetivos comunes, las comunicaciones son frías e indiferentes, el conflicto se percibe de forma negativa y se expresa como una lucha de poderes o agresividad sexual, los límites familiares son rígidos, la familia se siente amenazada si personas ajenas tratan de incorporarse al grupo, y los miembros están socialmente aislados. La prevalencia de casos de violencia familiar es difícil de determinar con precisión ya que estos hechos se denuncian poco. Los actos violentos no ocurren al azar sino que constituyen un ciclo predecible que consta de 3 fases: fase de aumento de la tensión, el agresor echa a la víctima la culpa de los problemas que él tiene en la vida; fase de incidentes abusivos graves, donde se alivia la tensión del agresor; y fase de luna de miel, donde al agresor se vuelve amable. 9 C. Diagnósticos de enfermería Los diagnósticos de enfermería más frecuentes en los abusos, maltrato y violencia en la familia, son: Alteración de los procesos familiares Afrontamiento familiar inefectivo Deterioro de la adaptación Déficit de conocimientos Incumplimiento del tratamiento Temor Síndrome traumático de la violación Alteración del patrón del sueño Dolor Riesgo de lesiones Alteración de la nutrición por exceso o por defecto Aislamiento social Ansiedad Deterioro de la interacción social Déficit de actividades recreativas Afrontamiento individual inefectivo Trastorno de la autoestima Desesperanza Impotencia Disfunción sexual D. Intervenciones de enfermería Las intervenciones de enfermería en los casos de violencia familiar irán encaminadas a proporcionar a la víctima primeros auxilios o tratamiento que precise, realizar prevención si la violencia o abusos son de carácter inminente, proporcionar a los servicios estatales de protección los informes que requiere la ley junto con otros profesionales, proporcionar apoyo emocional a la víctima, fomentar que se acepte la responsabilidad que se acepten las conductas violentas por parte del agresor, animar a aceptar el tratamiento en los casos que exista psicopatología, establecer prioridades en las intervenciones familiares, apoyar los intentos de cambio de las conductas desadaptativas y ayudar a la familia a usar recursos personales y comunitarios. Bibliografía: FORNÉS VIVES, J, GOMEZ SALGADO, J. Psicopatología, diagnosis y terapéutica psiquiátrica. Enfermería de salud mental y psiquiátrica I. Enfo Ediciones. Fuden. Madrid 2007. KAPLAN, H Y SADOCK, B .J.: Psiquiatria Clínica. Editorial Médica Hispanoamericana. México 1991. MEJIAS, F. y SERRANO, M .D: Enfermería en Psiquiatría y Salud Mental. Ed. Difusión Avances de Enfermería (DAE), Madrid, 2000. SÁNCHEZ, A.; RAMOS, E., MARSET,P. Paradigma y modelos en educación para la salud. En MAZARRASA, L. Y otros: Salud Pública y enfermería comunitaria. Biblioteca de Enfermería profesional. Vol 1. Ed. McGraw-Hill- Interamericana, 2ª reimpresión. Madrid., 2000. VALLEJO RUILOBA, J.: Introducción a la Psicopatología y la Psiquiatría. 3ª Edición. Ed. Salvat , Barcelona, 1991. 10 11