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28 de Febrero de 2013
Oración de acción de gracias por el Santo Padre
Benedicto XVI
1.- MONICIÓN DE ENTRADA
«Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4, 16). Con este
mensaje empezaba el Santo Padre Benedicto XVI su mensaje de Cuaresma para este año de la fe.
Apenas dos días antes, comunicaba la decisión de renunciar a su pontificado.
En su mensaje de Cuaresma hablaba de la fe como respuesta al amor de Dios, la caridad como
vida en la fe, del lazo indisoluble entre fe y caridad y de la prioridad de la fe, primado de la caridad.
Precisamente sobre estas virtudes, Benedicto XVI nos deja como regalo tres hermosas encíclicas sobre
las que vamos a centrar nuestra oración de acción de gracias. Así también, durante su pontificado, tuvo
la ocasión de visitar 3 veces nuestro país dejando importantes mensajes que también recordaremos.
Iniciemos esta oración de acción de gracias por el pontificado de Benedicto XVI y pidamos que el
Señor le ayude y le conceda la gracia para seguir orando por nosotros, su Iglesia peregrina en la tierra.
CANTO: 136.- ABBA, PADRE
Una vez más, me acerco a Ti,
con libertad, en adoración.
Tú eres mi Dios, tu hijo soy,
mi comunión contigo, es una dulce bendición.
Abba, Padre, Abba, Padre,
estar contigo es una dulce bendición.
Abba, Padre, te amo Señor,
quiero estar en comunión,
quiero estar contigo. (Bis)
2.- SALMO (TODOS JUNTOS)
El Señor es m¡ pastor,
nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar,
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
Me guía por el sendero justo;
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
(BREVE SILENCIO PARA RECITAR ECOS DEL SALMO)
CANTO: 214.- TÚ ME SONDEAS
Tú me sondeas y me conoces,
Tú me hablas a mí, Señor. (bis)
3.- LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 16,13-19.
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el
Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?".
Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los
profetas".
"Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?".
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre,
sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no
prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y
todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".
Palabra del Señor.
Comentario del Evangelio por el Papa Benedicto XVI
Audiencia general del 07/06/2006
“Yo te digo: tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”
"Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia... A ti te daré las llaves
del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra
quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 18-19).
Las tres metáforas que utiliza Jesús son en sí muy claras: Pedro será el cimiento de roca sobre el
que se apoyará el edificio de la Iglesia; tendrá las llaves del reino de los cielos para abrir y cerrar a quien
le parezca oportuno; por último, podrá atar o desatar, es decir, podrá decidir o prohibir lo que considere
necesario para la vida de la Iglesia, que es y sigue siendo de Cristo. Siempre es la Iglesia de Cristo y no de
Pedro.
Esta posición de preeminencia que Jesús quiso conferir a Pedro se constata también después de
la resurrección: Jesús encarga a las mujeres que lleven el anuncio a Pedro (Mc 16,7)..., después, entre
los Apóstoles, Pedro es el primer testigo de la aparición del Resucitado (Lc 24,34; 1Co 15,5)... Además, el
hecho de que varios de los textos clave referidos a Pedro puedan enmarcarse en el contexto de la última
Cena, en la que Cristo le confiere el ministerio de confirmar a los hermanos (cf. Lc 22, 31 s), muestra
cómo el ministerio confiado a Pedro es uno de los elementos constitutivos de la Iglesia que nace del
memorial pascual celebrado en la Eucaristía.
En este contexto... indica también el sentido último de este primado: Pedro, para todos los
tiempos, debe ser el custodio de la comunión con Cristo; debe guiar a la comunión con Cristo; debe
cuidar de que la red no se rompa, a fin de que así perdure la comunión universal. La responsabilidad de
Pedro consiste en garantizar así la comunión con Cristo con la caridad de Cristo, guiando a la realización
de esta caridad en la vida diaria.
(BREVE SILENCIO CON MÚSICA DE FONDO)
4. ORACIÓN DE LOS FIELES POR EL PAPA BENEDICTO XVI Y LA IGLESIA
- Oremos por el Santo Padre, Benedicto XVI, para que Dios le conceda fortaleza y que por medio de la
oración, siga al servicio de la Iglesia como él mismo dijo, como un “humilde servidor de la viña del
Señor”. Roguemos al Señor.
- Llenos de gratitud hacia este “humilde servidor”, elevamos una oración agradecida y una súplica
confiada a Dios Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo, con la intercesión de la Virgen Santísima y de los
Santos, por la salud y las intenciones de Benedicto XVI. Roguemos al Señor.
- Oremos por todos los Cardenales, para que el Espíritu Santo les ilumine durante el proceso de elección
del nuevo pontífice. Roguemos al Señor.
- Oremos por la Santa Iglesia Católica, para su unidad en torno a nuestro futuro pastor. Roguemos al
Señor.
- Oremos por el futuro vicario de Cristo en la tierra que sea un testimonio vivo ante el mundo de la
presencia de Dios entre nosotros. Roguemos al Señor.
- Oremos por el futuro nuevo pontífice, para que Dios le conceda fortaleza, prudencia y caridad en el
servicio a la Iglesia Universal. Roguemos al Señor.
- Oremos por todos los pastores de la Iglesia: obispos, presbíteros y diáconos, para que sean ejemplo de
adhesión incondicional a la Sede de Pedro y su ministerio sea un servicio desinteresado a nuestra Santa
Madre la Iglesia. Roguemos al Señor.
- Oremos también por todos los católicos, para que acojamos con actitud de fe y amor al nuevo Papa y
él pueda contar con la adhesión y fidelidad de todos sus hijos. Con María, roguemos al Señor.
CANTO: Ubi caritas, et amor, ubi caritas, Deus ibi est.
5. - ENCÍCLICAS DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
Durante su pontificado, Benedicto XVI ha redactado 3 encíclicas cuyos mensajes vamos a recordar a
continuación.
5.1.“DEUS CARITAS EST” (DIOS ES AMOR), sobre el amor cristiano. 25 de diciembre de 2005
“Dios es amor; quien está en el amor, habita en Dios y Dios habita en él” (1 Jn 4, 16). Estas palabras, con
las que comienza la encíclica, expresan el centro de la fe cristiana.
La primera parte nos hace ver que en en la muerte en cruz, Jesús, donándose para levantar y salvar al
hombre, expresa el amor de la forma más sublime. A este acto de ofrecimiento, Jesús le ha asegurado
una presencia duradera a través de la institución de la Eucaristía, en la que, bajo las especies del pan y
del vino, se dona a sí mismo como nuevo maná que nos une a Él. Nos unimos a Él y al mismo tiempo nos
unimos a todos los otros a quienes Él se dona; nos convertimos así en “un solo cuerpo”. De esta forma,
el amor a Dios y el amor al prójimo están verdaderamente unidos. El doble mandamiento ya no es sólo
exigencia: el amor puede ser “mandado” porque primero se ha donado.
La segunda parte trata del ejercicio concreto del mandamiento del amor al prójimo. En ella se indica
que:
-La actividad caritativa cristiana debe basarse en la experiencia de un encuentro personal con Cristo,
cuyo amor ha tocado el corazón del creyente suscitando en él el amor por el prójimo.
- Debe ser independiente de partidos e ideologías.
- El amor es gratuito; no viene ejercido para alcanzar otros objetivos.
5.2 "SPE SALVI" (SALVADOS EN ESPERANZA), la esperanza como salvación. 30 de nov. de
2007
"Según la fe cristiana, la salvación, no es simplemente un dato de hecho. Se nos ofrece la salvación en el
sentido de que se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar
nuestro presente: el presente, aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia
una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo
del camino".
Quien tiene esperanza vive de otra manera; se le ha dado una vida nueva". "Llegar a conocer a Dios, al
Dios verdadero, eso es lo que significa recibir esperanza", explica el Santo Padre.
Cristo nos hace libres verdaderamente. Y nos ofrece una esperanza que es, al mismo tiempo, espera y
presencia: porque "el hecho de que este futuro exista cambia el presente".
El hombre es redimido por el amor". Un amor incondicional, absoluto: "La verdadera, la gran esperanza
del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado
y que nos sigue amando hasta el extremo".
El Papa indica cuatro lugares para aprender y ejercitar la esperanza. El primero es la oración: "Cuando ya
nadie me escucha, Dios todavía me escucha. (...) . Después de la oración está el actuar. "La esperanza en
sentido cristiano es siempre esperanza para los demás. También el sufrimiento es un lugar de
aprendizaje de la esperanza. Finalmente, otro lugar para aprender la esperanza es el Juicio de Dios. El
Papa se muestra "convencido de que la cuestión de la justicia es el argumento esencial, o en todo caso,
el argumento más fuerte en favor de la fe en la vida eterna". Pero en su justicia está también la gracia.
“Al final, los malvados, en el banquete eterno, no se sentarán indistintamente a la mesa junto a las
víctimas, como si no hubiera pasado nada".
5.3 “CARITAS IN VERITATE" (LA CARIDAD EN LA VERDAD), sobre el desarrollo humano
integral en la caridad y en la verdad. 29 de junio de 2009
En la Introducción el Papa recuerda que “un cristianismo de caridad sin verdad se puede
confundir fácilmente con una reserva de buenos sentimientos, provechosos para la convivencia social,
pero marginales”.
En el primer capítulo el pontífice evidencia que “las causas del subdesarrollo no son
principalmente de orden material”. Están ante todo en la voluntad, el pensamiento y todavía más “en la
falta de fraternidad entre los hombres y los pueblos”.
“El desarrollo humano en nuestro tiempo” es el tema del segundo capítulo. “El objetivo exclusivo
del beneficio, cuando es obtenido mal y sin el bien común como fin último corre el riesgo de destruir
riqueza y crear pobreza”
“Fraternidad, desarrollo económico y sociedad civil” es el tema del tercer capítulo. El desarrollo, si
quiere ser auténticamente humano, necesita dar espacio al principio de gratuidad”.
En el cuarto capítulo, trata el tema del “Desarrollo de los pueblos, derechos y deberes, ambiente”. Se
detiene en las “problemáticas relacionadas con el crecimiento demográfico”, en las “problemáticas
energéticas” y acaparamiento de los recursos por los Estados y grupos de poder.
“La colaboración de la familia humana” es el corazón del quinto capítulo, en el que Benedicto XVI pone
de relieve que “el desarrollo de los pueblos depende sobre todo del reconocimiento de ser una sola
familia”. La religión cristiana puede contribuir al desarrollo “solo si Dios encuentra un puesto también en
la esfera pública”.
El sexto y último capítulo está centrado en el tema del “Desarrollo de los pueblos y la técnica”. La
técnica, subraya, no puede tener una “libertad absoluta”.“La razón sin la fe está destinada a perderse en
la ilusión de la propia omnipotencia”.
En la Conclusión de la Encíclica, el Papa subraya que el desarrollo “tiene necesidad de cristianos con los
brazos elevados hacia Dios en gesto de oración”, de “amor y de perdón, de renuncia a sí mismos, de
acogida al prójimo, de justicia y de paz”.
CANTO: 980.- EL SENYOR ES LA MEUA FORÇA
El senyor es la meua força, el senyor el meu cant.
Ell m´ha estat la salvació, en ell confie i no tinc por.
En ell confie i no tinc por.
6.- VISITAS DE BENEDICTO XVI A ESPAÑA
Durante su pontificado, Benedicto XVI tuvo la ocasión de visitar 3 veces España, recordemos cada uno
de sus mensajes durante cada visita.
6.1. MENSAJE DEL SANTO PADRE EN EL ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS EN
VALENCIA. CIUDAD DE LAS ARTES Y LAS CIENCIAS, SÁBADO 8 DE JULIO DE 2006
En el V Encuentro mundial de las familias nos invitó a reflexionar sobre "La transmisión de la fe
en la familia". Lo expresa muy bien el Catecismo de la Iglesia Católica: "Como una madre que enseña a
sus hijos a hablar y con ello a comprender y comunicar, la Iglesia, nuestra Madre, nos enseña el lenguaje
de la fe para introducirnos en la inteligencia y la vida de fe" (n. 171).
"La familia cristiana es llamada Iglesia doméstica, porque manifiesta y realiza la naturaleza comunitaria y
familiar de la Iglesia en cuanto familia de Dios. Cada miembro, según su propio papel, ejerce el
sacerdocio bautismal, contribuyendo a hacer de la familia una comunidad de gracia y de oración,
escuela de virtudes humanas y cristianas y lugar del primer anuncio de la fe a los hijos" (Compendio del
Catecismo de la Iglesia católica, 350
Los hijos, con el fundamental derecho a nacer y ser educados en la fe, tienen derecho a un hogar que
tenga como modelo el de Nazaret y deben ser preservados de toda clase de insidias y amenazas.
También recordó el papel esencial de los abuelos, tan importantes en las familias. Ellos pueden ser —y
son tantas veces— los garantes del afecto y la ternura que todo ser humano necesita dar y recibir. Ellos
dan a los pequeños la perspectiva del tiempo, son memoria y riqueza de las familias. Son un tesoro que
no podemos arrebatarles a las nuevas generaciones, sobre todo cuando dan testimonio de fe ante la
cercanía de la muerte.
6.2. MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI EN LA PLAZA DEL OBRADOIRO,
SANTIAGO DE COMPOSTELA (SÁBADO 6 DE NOVIEMBRE DE 2010 )
En ese Año Santo Compostelano, el Santo Padre iniciaba su homilía recalcando que «Los
apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor con mucho valor» (Hch 4,33).
«Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen» (Hch 5,32),
dicen los apóstoles. Así pues, ellos dieron testimonio de la vida, muerte y resurrección de Cristo Jesús, a
quien conocieron mientras predicaba y hacía milagros. A nosotros, nos toca hoy seguir el ejemplo de los
apóstoles, conociendo al Señor cada día más y dando un testimonio claro y valiente de su Evangelio.
Para los discípulos que quieren seguir e imitar a Cristo, el servir a los hermanos ya no es una
mera opción, sino parte esencial de su ser. Un servicio que no se mide por los criterios mundanos de lo
inmediato, lo material y vistoso, sino porque hace presente el amor de Dios a todos los hombres y en
todas sus dimensiones, y da testimonio de Él, incluso con los gestos más sencillos.
Esto es lo que en el secreto del corazón, sabiéndolo explícitamente o sintiéndolo sin saber
expresarlo con palabras, viven tantos peregrinos que caminan a Santiago de Compostela para abrazar al
Apóstol. El cansancio del andar, la variedad de paisajes, el encuentro con personas de otra nacionalidad,
los abren a lo más profundo y común que nos une a los humanos: seres en búsqueda, seres necesitados
de verdad y de belleza, de una experiencia de gracia, de caridad y de paz, de perdón y de redención. Y
en lo más recóndito de todos esos hombres resuena la presencia de Dios y la acción del Espíritu Santo.
Sí, a todo hombre que hace silencio en su interior y pone distancia a las apetencias, deseos y quehaceres
inmediatos, al hombre que ora, Dios le alumbra para que le encuentre y para que reconozca a Cristo.
Quien peregrina a Santiago, en el fondo, lo hace para encontrarse sobre todo con Dios que, reflejado en
la majestad de Cristo, lo acoge y bendice al llegar al Pórtico de la Gloria.
6.3. CONSAGRACIÓN DE LA IGLESIA DE LA SAGRADA FAMILIA Y DEL ALTAR.
BARCELONA, DOMINGO 7 DE NOVIEMBRE DE 2010
«Hoy es un día consagrado a nuestro Dios; no hagáis duelo ni lloréis… El gozo en el Señor es vuestra
fortaleza» (Neh 8,9-11). Así empezaba la homilía de consagración de la Sagrada Familia de Barcelona.
Recordó la figura de Antonio Gaudí quien quiso unir la inspiración que le llegaba de los tres
grandes libros en los que se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la
naturaleza, el libro de la Sagrada Escritura y el libro de la Liturgia. Así unió la realidad del mundo y la
historia de la salvación, tal como nos es narrada en la Biblia y actualizada en la Liturgia.
Hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia
humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna,
entre belleza de las cosas y Dios como Belleza. Él mismo, abriendo así su espíritu a Dios ha sido capaz de
crear un espacio de belleza, de fe y de esperanza, que lleva al hombre al encuentro con quien es la
Verdad y la Belleza misma.
Nos recordó que la Palabra revelada, la humanidad de Cristo y su Iglesia son las tres expresiones
máximas de su manifestación y entrega a los hombres. «Mire cada cual cómo construye. Pues nadie
puede poner otro cimiento que el ya puesto, que es Jesucristo» (1 Co 3,10-11). Él es la roca sobre la que
se cimienta nuestra fe. Apoyados en esa fe, busquemos juntos mostrar al mundo el rostro de Dios, que
es amor y el único que puede responder al anhelo de plenitud del hombre.
6.4. MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI PARA LA XXVI JORNADA MUNDIAL DE
LA JUVENTUD 2011: “ARRAIGADOS Y EDIFICADOS EN CRISTO, FIRMES EN LA FE”(CF. COL
2, 7) (MADRID, AGOSTO 2011)
«Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cf. Col 2, 7). Aquí podemos distinguir tres imágenes:
“arraigado” evoca el árbol y las raíces que lo alimentan; “edificado” se refiere a la construcción; “firme”
alude al crecimiento de la fuerza física o moral.
¿Cuáles son nuestras raíces? Los padres, la familia, la Biblia y la cultura de nuestro país son un
componente muy importante de nuestra identidad.
Mediante la fe, estamos arraigados en Cristo (cf. Col 2, 7), así como una casa está construida sobre los
cimientos. Construid vuestra casa sobre roca, como el hombre que “cavó y ahondó”. Intentad también
vosotros acoger cada día la Palabra de Cristo. Con Él a vuestro lado seréis capaces de afrontar con
valentía y esperanza las dificultades, los problemas, también las desilusiones y los fracasos.
Benedicto XVI nos dijo: “aprended a “ver”, a “encontrar” a Jesús en la Eucaristía, donde está presente y
cercano hasta entregarse como alimento para nuestro camino; en el Sacramento de la Penitencia,
donde el Señor manifiesta su misericordia ofreciéndonos siempre su perdón. Reconoced y servid a Jesús
también en los pobres y enfermos, en los hermanos que están en dificultad y necesitan ayuda”.
“Entablad y cultivad un diálogo personal con Jesucristo, en la fe. Conocedle mediante la lectura de los
Evangelios y del Catecismo de la Iglesia Católica; hablad con Él en la oración, confiad en Él”.
“Dichosos los que crean sin haber visto” (Jn 20, 29). Pensaba en el camino de la Iglesia, fundada sobre la
fe de los testigos oculares: los Apóstoles. «Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los
creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a
sostener la fe de los otros» (Catecismo de la Iglesia Católica, 166).
La victoria que nace de la fe es la del amor. Cuántos cristianos han sido y son un testimonio vivo de la
fuerza de la fe que se expresa en la caridad. Cristo no es un bien sólo para nosotros mismos, sino que es
el bien más precioso que tenemos que compartir con los demás. En la era de la globalización, sed
testigos de la esperanza cristiana en el mundo entero: son muchos los que desean recibir esta
esperanza.
CANTO: 978.- NADA TE TURBE
Nada te turbe, nada te espante,
quien a Dios tiene nada le falta.
Nada te turbe, nada te espante,
sólo Dios basta.
7. - ARTÍCULO DE DESPEDIDA A BENEDICTO XVI
En su última Cena Jesús sorprendió a sus discípulos con unas palabras que nadie se esperaba: “Os
conviene que yo me vaya; porque si no me voy no vendrá a vosotros el Paráclito” (Jn 16,7). Después de
haberles lavado los pies a los discípulos, Pedro y los demás se vieron sorprendidos por esta noticia de
Jesús: “Os conviene que yo me vaya”. El Misionero del Abbá ¡dimitía! Les comunicaba que cesaba en su
acción para dar lugar únicamente a su pasión. Jesús inició una última fase: orar y padecer y morir tras las
palabras:”Está cumplido” (Jn 19,30). “¡Os conviene!”, decía Jesús. Tal vez esa era la única forma de
“reunir a los dispersos”. Ellos se entristecieron. Jesús, sin embargo, comenzó a hablarles del Espíritu, el
Nuevo Enviado. Por eso, cuando llegó el momento, “inclinando la cabeza, entregó el Espíritu” (Jn 19,30).
Algo semejante está ocurriendo con el Papa Benedicto XVI.
Siete o casi ocho años después, Benedicto XVI, se identifica con el Buen Pastor cuando dijo: “Os
conviene que yo me vaya”. Éstas han sido sus palabras en el Consistorio del 10 de Febrero 2013:
“Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que,
por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino…En el
mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida
de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto
del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he
de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo
muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de
Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril
de 2005… Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y
suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir
el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón
a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria”.
“Ahora confiamos a la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, nuestro Señor Jesucristo!”.
¡Qué palabras tan bellas! Vamos a experimentar durante unos días lo que es “una Iglesia sin Papa”. El
mismo Papa va a dejar de serlo. Y en la liturgia, cuando llegue el momento, no tendremos nombre que
mencionar. Nuestro Papa será desde hoy 28 de febrero a las 20.00 horas hasta el momento de la
elección de un nuevo papa, ¡Jesucristo!, ¡el Sumo Pastor! ¡El Espíritu de Jesús y del Abbá! Será otro
sábado santo eclesial. Y María estará aquí con nosotros, convertida en Iglesia orante en todas las Iglesias
locales.
Nos encontramos en un momento decisivo. Agradecemos a Benedicto XVI su legado. Su persona se ha
convertido en estos siete años en una transparencia del Misterio. Ha sido purificada por el sufrimiento y
se ha vuelto irradiante, contagiosa. ¡Un hombre de luz!
Gracias, muchas gracias, Santo Padre. Seguro que desde tu retiro conventual, desde tu silencio orante,
seguirás despidiendo el aroma de tu inmenso jardín interior. No pocos percibirán, cuando se acerquen al
Vaticano, que allá -sin anillo-, en aquel humilde convento, alguien habita ya la séptima Morada.
(José Cristo Rey García Paredes (Ecología del Espíritu) - Miércoles 13 de Febrero del 2013 )
CANTO: 708.- PADRE
Padre, me pongo en tus manos,
haz de mi lo que quieras,
sea lo que sea te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo
con tal que tu voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas,
no deseo nada más Padre,
te confío mi alma, te la doy
con todo el amor de que soy capaz
porque te amo y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida
con una infinita confianza
porque Tú eres mi Padre.
8.- PADRE NUESTRO: Todos Juntos rezamos la oración que Jesús nos enseñó: Padre Nuestro…..
9. ORACIÓN FINAL POR EL PAPA BENEDICTO XVI
Padre Nuestro que estás en los cielos, que todo lo gobiernas a través de Tu Hijo Jesucristo, ten piedad y
misericordia de Tu amadísimo hijo El Papa Benedicto XVI y concédele por tu infinita misericordia, la
gracia para, desde la oración, encaminar al mundo por senderos de paz y justicia, de amor y prosperidad
y de verdadera santidad.
Dale a tu futuro vicario en la tierra fuerza, protección y los dones del Espíritu para cumplir con su misión.
"No abandono la Cruz, sino que me mantengo de un modo nuevo en el Señor Crucificado, en el servicio
de la oración permanezco", ha dicho Benedicto XVI este miércoles, en la última audiencia de su
Pontificado,
Gracias Señor por darnos a Benedicto XVI. Danos la gracia de estar siempre con él y con nuestro futuro
pontífice, unidos a tu rebaño, la Iglesia Católica. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
CANTO: MARÍA MÍRAME
María mírame, María mírame
Si tú me miras, El también me mirará
Madre mía mírame, de la mano llévame
Muy cerca de El que ahí me quiero quedar. (bis)