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Calvino: "un hombre profundamente religioso, pero imperfecto" parte 2 Autor:Paulo Arieu "Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado, un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias "(Sal. 51:17). Introduccion: No resulta nada sencillo, el reflexionar en una articulo como este, que trata de abarcar tanto la vida como la aportación que le hizo el teologo Juan Calvino al movimiento cristiano. El movimiento religioso acontecido durante el siglo XVI conocido mayormente como "La Reforma Protestante" tuvo en el gran reformador ginebrino, como se le llama a Calvino, uno de sus principales personajes. Se han escrito muchos libros sobre él, y en muchos otros, se hace una mención especial de él. Hay quien considera a Calvino un hombre de fascinante e inspiradora personalidad. Tal es el caso de Thea B. Van Halsema. En su libro Así fue Calvino se expresa de la siguiente manera: Es sorprendente ver lo mucho que podemos aprender de la vida de Calvino estudiando sus cartas y sus escritos. Me vuelve a sorprender el hecho de que Calvino fuera un hombre de Dios internacional, que traspasó las barreras de la cultura para llegar a entender e influenciar desde Ginebra el mundo de hoy día.Como algien bien dijo Todavía lo oímos hablar por medio de sus hijos espirituales en muchas partes de la "pequeña gran aldea" que es ahora este mundo.[25] Otros autores consideran a Calvino como el principal sistematizador de la teología protestante durante el siglo XVI. Justo L. González opina que "Calvino fue el pensador cuidadoso que forjó de las diversas doctrinas protestantes un todo coherente."[26] Además, se expresa en términos de que "le tocó a Calvino (1509-1564) darle a la teología reformada su forma característica."[27] Conociendo estos antecedentes, y con la ayuda del Señor, sigamos el curso de algunos de los principales acontecimientos que caracterizaron la vida de Calvino e indaguemos acerca de su aportación al movimiento cristiano. Antes de entrar de lleno a la vida del reformador de Ginebra,Juan Calvino, es mi intencion que miremos algunos aspectos interesantes previos a Calvino y en relacion a la reforma protestante, que nos ayudaran a ubicarnos mejor en tiempo y espacio. La Biblia es la clave para la comprensión del universo y su forma, así como para comprender la humanidad del hombre. Sin esta clave nuestras observaciones están fuera de perspectiva; no sabemos a qué estamos mirando. Siendo tal el caso, nuestras conclusiones acerca de lo que estamos mirando pueden estar equivocadas. Uno se pregunta,porque Roma no estuvo contenta con tener la biblia y ensenarla al pueblo en todos lados?.Porque no se alegro con esto y tuvo que esconder las verdades eternas al pueblo? Creo que la misma pregunta se la hizo Johnatan Edwards,el famoso puritano norteamericano del s.XVII, quien dijo que "¿Por qué no podemos estar contentos con los oráculos divinos, esa palabra santa y pura de Dios, que tenemos en tal abundancia y claridad, ahora ya que el canon de la Escritura está completa? ¿Por qué debemos desear tener algo añadido a ellos por impulsos de arriba? ¿Por qué no descansamos en esa norma permanente de que Dios ha dado a su iglesia, la cual los apóstoles nos enseña, es más segura que una voz del cielo, y por qué debemos desear hacer que las Escrituras hablen más a nosotros de lo que lo hace ? " [Jonathan Edwards, Pensamientos, p.404] [28] Esta es una pregunta, que solo Dios conoce bien la respuesta. A causa de esto, bien decimos que la causa del movimiento de la Reforma fue la difusión de la Biblia, que puso los Evangelios, fuente misma de la doctrina cristiana, al alcance de todos. Entre 1457 y 1518 se habían publicado más de cuatrocientas ediciones de este libro. Era la palabra misma de Cristo enviada a los cristianos. Pero esta palabra hablaba de la renuncia a los bienes de este mundo, de la pobreza y la humildad; ella hacía aparecer más escandaloso aún el orgullo y el lujo de los príncipes eclesiásticos; ella debía hacer aún más vivo el deseo de una reforma que, según el lenguaje de aquel tiempo, condujera a la Iglesia a su simplicidad primitiva. La Pre-reforma (1366-1517) El Renacimiento, con su mentalidad crítica trajo consigo el cuestionamiento de las enseñanzas y prácticas de la Iglesia, confrontándose principios humanistas con la teología escolástica medieval. Con la invención de la imprenta como nuevo elemento divulgador, las ideas de los reformadores se expanden con rapidez. El crecimiento de la ciudad y de su elemento intelectual, la Universidad, de la que saldrá la Reforma. El fortalecimiento de las monarquías nacionales europeas creó una palpable fricción entre poderes. La decadencia de los postulados dogmáticos de la reforma eclesiástico-cluniacense, y más concretamente de los papas Gregorio VII, Inocencio III y Bonifacio VIII sobre el poder supremo del papado. La corrupción de la máxima cúpula del sistema jerárquico medieval desde principios del siglo XIV con los cismas de Avignon y de Occidente dieron lugar al surgimiento de exposiciones teológicas como las de Johannes Tauler, de Guillermo de Occam y de Marsilio de Padua de un trasfondo antipapal. Surge la tesis conciliarista. El creciente fervor nacionalista europeo que llevó a mirar con desconfianza y repudio el dominio papal sobre las diferentes naciones del viejo continente. Muchos monarcas vieron en la Reforma un modo de afianzar el estado nacional y su poder monárquico o imperial. En el norte de Europa hubo países como Suiza o Suecia donde la Reforma fue uno de los instrumentos más eficaces de la lucha contra los países católicos que los dominaban. Influyen también la rápida decadencia del escolasticismo y el resurgimiento de la teología agustiniana con unos caracteres renovadores, volviendo con mayor vigor la lectura y el estudio de la teología de san Agustín en detrimento de la teología tomista. Programa reformador Los principales reformadores, de vasta cultura teológica y humanista, se consideraban a si mismos fieles cristianos que aspiraban a regresar a las doctrinas apostólicas y a renovar la Iglesia cristiana en la práctica y doctrina. Debido a los errores de la Iglesia Católica, que durante mucho tiempo había estado atesorando bienes materiales y se había empeñado en una lucha por el poder terrenal, las capas sociales más bajas, campesinos, artesanos y comerciantes estaban descontentos con las jerarquías eclesiásticas, que se llevaban el diezmo de sus bienes y de los que prácticamente no recibían nada a cambio. La vida de lujo y pecado de los cardenales y obispos en Roma era bien conocida por toda la población de Europa e incluso reyes y emperadores sentían rencor hacia el Papado que interfería frecuentemente en el gobierno. Sin embargo, ya desde el siglo XIII, con San Francisco de Asís, se planteaba la cuestión de si la Iglesia debería acumular riquezas o debería repartirlas entre los pobres. Se denomina "Período de la Pre-reforma" al movimiento iniciado por John Wyclif, un peregrino inglés que quería que las personas pudieran interpretar la biblia por sí mismas en vez de que la Iglesia tomara decisiones en el estilo de vida de esas personas. En el XIV Wyclif, en su natal Inglaterra, defendió varias opiniones que atentaban contra la autoridad de la Iglesia, criticando las riquezas del papado y las indulgencias mediante las que los ricos podían comprar el perdón para determinados pecados, incluso por anticipado. Así mismo, hizo que la Biblia se tradujera al inglés y encomendó a discípulos suyos, conocidos como Los Predicadores de los Pobres, para que predicaran en inglés, cuando el Vaticano imponía el latín en todas las predicaciones. Él, junto con William Tyndale, pudieron traducir la biblia al inglés en contra de la Iglesia Católica Romana, para que las personas pudieran leer en su lengua vernácula la biblia. De estos libros traducidos se hicieron bien pocos, por lo menos alrededor de 6,000 copias. Después de muerto, la Iglesia lo consideró hereje e hizo que, 44 años después de su muerte, su cuerpo fuera desenterrado y quemado en la hoguera, pero sus ideas calaron hondo en el ánimo de John Hus, un reformista bohemio que inició una campaña contra la Iglesia. Su ejecución por hereje en 1415 provocó una guerra civil en Bohemia que fue sofocada por el emperador y el Papa. A lo largo de todo este tiempo, tanto el Movimiento Lolardo o Wycliffita, como el Movimiento Husita y la protesta místico-evangélica de Girolamo Savonarola, señalaron de manera objetiva y frontal el elevado nivel de apostasía del cristianismo medieval, dentro de una perspectiva bíblica y evangélica. El desarrollo de la imprenta a mediados del siglo XV hizo que las ideas anticlericales tuvieran una mayor difusión y cuando Martín Lutero, en 1517, publicó sus 95 tesis contra las indulgencias papales, pudo difundir sus ideas mucho más que sus predecesores. Excomulgado por el Papa, condenado por el emperador, perseguido por ejércitos y sacerdotes, Lutero se mantuvo oculto durante más de un año traduciendo la Biblia al alemán y escribiendo panfletos que eran publicados y distribuidos masivamente. El resultado fue una revuelta de los campesinos que pensaron encontrar una liberación de la tiranía eclesiástica. Lutero, sin embargo, no pretendía causar una guerra por lo que publicó un panfleto en el que exhortaba a los campesinos a abandonar las armas. Ante esta actitud conciliadora de Lutero a dicha revuelta, muchos nobles se volvieron partidarios suyos. Tras el fin de la revuelta, Carlos V concedió que cada estado pudiera decidir, dentro de su propio territorio, sobre cuestiones religiosas, pero en 1529 la mayoría católica hizo que se derogase esta norma. Los luteranos elevaron su más enérgica protesta, lo que les hizo ganar el antes mencionado apodo de "protestantes". Carlos V estaba empeñado en acabar con los luteranos, pero distraída su atención por varias guerras contra Francia y el Imperio Turco no pudo enviar tropas hasta quince años más tarde. Para entonces ya era tarde. El luteranismo se había convertido en la fe de más de la mitad de la población de Alemania y, aunque se perdieron batallas al principio, los luteranos consiguieron ganar la libertad religiosa. En el plazo de dos décadas más la Reforma se había expandido por la mayor parte del noroeste de Europa. En Inglaterra el rey Enrique VIII rechazó la autoridad papal sobre la Iglesia, y la Iglesia de Inglaterra entró en una reforma que la volvió una entidad esencialmente protestante (aunque a menudo los Anglicanos, también llamados Episcopalianos, se clasifican aparte). En Suiza, Francia, partes de Alemania, de Escocia, y de los Países Bajos, comenzó una segunda corriente de reforma no luterana, influenciada principalmente por el francés convertido en ginebrino, Juan Calvino y el líder suizo Ulrich Zwingli. Al mismo tiempo un estilo más radical de Protestantismo apareció en él ala izquierda del movimiento. Anabaptistas, Menonitas y otros rebautizaron cristianos y los iniciaron en un movimiento que rechazó drásticamente las prácticas católicas, incluso las que el Luteranismo, Calvinismo y Anglicanismo no habían rechazado. Como se ha mencionado, la reforma se extendió desde sus bases originales a Escandinavia y Europa central, pero penetró apenas en Rusia y en el sudeste de Europa, donde prevalecía la iglesia ortodoxa, o en la Europa meridional, que seguía firmemente católica. Después de una serie de guerras religiosas desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XVII, la mayoría de los protestantes (excepto los radicales) y los católicos adoptaron el principio de que los gobernantes de una región determinarían la religión de esa provincia o Estado. La separación de la iglesia y el Estado, un principio que otros protestantes vinieron a sostener a fines del siglo XVIII, comenzó a romper la primacía protestante en el noroeste de Europa. En la última parte del siglo XVIII y a través del siglo XIX y hasta el presente, los misionarios protestantes extendieron el movimiento en casi todo el mundo. Los puntos de penetracion protestantes fueron muchas costas asiáticas y africanas, pero no fue sino hasta hace poco que lo fue la católica América Latina. A partir de 1607, cuando los Anglicanos llegaron a Virginia, y hasta finales del siglo XIX, luego de la inmigración en gran escala desde Europa del sur y de Irlanda, se creía que Norteamérica, menos Quebec, era territorio en gran parte protestante.3 De una forma algo más pacífica las ideas protestantes se infiltraron en muchos países europeos, unas veces apoyadas por la burguesía, otras por la nobleza, en ocasiones directamente por la monarquía. Apenas cincuenta años después de morir Lutero, el Protestantismo había cambiado por completo el mapa de la sociedad. La idea fundamental del protestantismo es que la Biblia es la Palabra de Dios pero al contrario de lo que siempre afirmaron los católicos, cualquiera puede interpretarla y comprenderla. Así, libres de la autoridad eclesiástica, los protestantes pueden leer la Biblia y tras meditar en lo que han leído pueden sacar sus propias conclusiones, conclusiones que posteriormente podrán ser discutidas con otras personas. Esta libertad en la interpretación bíblica ha provocado como efecto a señalar, que a lo largo de los años hayan surgido numerosas sectas, cada una con una interpretación distinta de diversos pasajes de la Biblia, pero también ha contribuido a darle un valor al pueblo, libre por fin de la autoridad religiosa, que fue el primer paso para las sociedades más democraticas. La traducción de la Biblia a los diversos idiomas europeos, favorecida también por el auge de la imprenta, ha contribuido a la difusión de la cultura, haciendo que en los países protestantes el analfabetismo descendiera de forma impresionante. Entre los principales y más destacados personajes pre-reformadores se señalan los siguientes: Juan Wycliffe (1324-1384), William Tyndale, Jan Hus (1369-1415), y Girolamo Savonarola (1452-1498). John Wycliffe La primera noticia de la reforma es John Wycliffe. Es también conocido como "el Lucero del Alba de la Reforma y nace cerca de Richmond en el condado inglés de Yorkshire, alrededor de 1320, en la misma época de Geert Grote. Poco se sabe sobre su infancia. A partir de 1345 empieza sus estudios en Oxford, y se queda allí durante 17 años. Se entrega profundamente a la teología y la filosofía, interrumpe sus estudios por varias razones, pero se gradúa finalmente en 1372 como doctor. Geert Grote nació en octubre del año 1340 en Deventer Holanda como hijo de un adinerado comerciante. A los treinta años - había estudiado mucho y por largo tiempo y hacía poco había sido nombrado canónigo en el capítulo de la catedral de Aquisgrán - vivió una conversión. Grote se retiró, falleciendo en el año 1384. A John Wicliffe le siguió Juan Huss que vivió desde el 1372 al 1415.En Bohemia, Praga Rep. Checa. Representa claramente la necesidad de reformar la iglesia medieval. John Huss “Vas a asar un ganso (Huss significa ganso en lengua bohemia), pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás asar.” Se suele identificar a Martín Lutero con esta profecía (102 años después clavó sus 95 tesis en Wittenberg), y comúnmente se lo suele identificar con un cisne.” (Wikipedia) “Huss es una figura memorable por muchas razones, pero sobre todo su valentía moral ante las adversidades y la muerte… Siento el deber de expresar mi profunda pena por la cruel muerte infligida a Jan Hus y por la consiguiente herida, fuente de conflictos y divisiones, que se abrió de ese modo en la mente y en el corazón del pueblo bohemio” Juan Pablo II (Wikipedia) El Catolicismo romano se hallaba a principios del siglo xv dividido en tres facciones, y ello, no por motivos doctrinales, sino siguiendo las ambiciones de los que se titulaban papas a un mismo tiempo: Baltasar Cosa, llamado Juan XXIII, en la ciudad de Roma; Ángel Corario, llamado Gregorio XII, en Rímini, y Pedro de Luna, que se llamaba Benedicto XIII, en el castillo de Peñíscola, protegido por los condes de Aragón. Los tres dirigían respectivas excomuniones a sus otros dos contrincantes. Fue en este tiempo cuando cayeron en manos del célebre profesor de la Universidad de Praga, Juan Huss, algunos escritos de Wicliffe. Dícese que quedó espantado de las doctrinas del hereje inglés, por su oposición a la fe tradicional del Catolicismo romano, hasta el punto de que aconsejó quemar los libros a un joven que le pidió la opinión acerca de ellos. John Huss fue un sacerdote católico (en lo que ahora conocemos como el país de Checoslovaquia). Estudió y llegó a ser rector de la Universidad de Praga. Fue uno de los primeros cristianos en alzar su voz para pedir libertad de religión y el derecho individual de tener una relación personal con Dios. Se enfrentó valientemente a los líderes de la iglesia que vivían desordenada e indignamente. También se opuso a que se condenara a muerte a los que no estaban de acuerdo con las enseñanzas de la iglesia. Durante casi toda la vida de Huss, la iglesia católica se debatió en insidiosas y a veces fatales luchas por el poder entre Papas y antipapas. Cuando Huss tenía 8 años el antipapa Clemente VII se declaró Papa. En 1394, El antipapa Benedicto XIII (también conocido como “el papa luna”) se declaró Papa. El antipapa Alejandro V fue elegido Papa por el concilio de Pisa en 1409 por lo que habían tres Papas al mismo tiempo, Alejandro V, Gregorio XII y Benedicto XIII. Alejandro V aparentemente fue envenenado por Juan XXIII el próximo antipapa. Al mismo tiempo que se acrecentaban las luchas por la silla papal, la iglesia se sumía en mayor degradación moral. Pero la atención de la iglesia se centró sobre Huss cuando se pronunció contra la escandalosa venta de “indulgencias” renovada por el antipapa Juan XXIII. Por sus creencias, Huss fue expulsado de la iglesia católica. A pesar de su expulsión y de las amenazas, Huss continuó predicando con gran valor y se ganó la admiración tanto de la gente del pueblo como de los nobles. En el año 1413, fue llamado para que se presentara ante el concilio de Constanza. Acudió a la invitación porque veía la oportunidad de explicarles a los líderes de la iglesia sus creencias y las verdades que había hallado en la Biblia. Sin embargo, todo era una trampa, a Huss nunca le dieron la oportunidad de expresar sus argumentos. En cuanto se presentó, fue tomado prisionero y encarcelado. Después de 19 meses de cautiverio y torturas, fue llevado a juicio. Cada vez que John trataba de decir algo en su defensa, una multitud previamente aleccionada hacía un bullicio tal que era imposible escuchar lo que Huss decía. Finalmente, sus acusadores formularon los cargos que le imputaban, como prueba contra él leyeron porciones tomadas fuera de contexto de sus libros y tergiversaron parte de sus respuestas. Le dijeron: “Si confiesa humildemente que estaba equivocado y renuncia a sus convicciones, si promete nunca más enseñar esa fe, si públicamente niega lo que antes predicaba, tendremos misericordia de usted y le devolveremos su posición y sus privilegios anteriores”. John Huss respondió: “Estoy a la vista del Señor mi Dios, de ninguna manera puedo hacer lo que me piden. Si lo hiciera, ¿Cómo podría enfrentarme después a Dios? ¿Cómo podría ver a los ojos a aquellos a los que les he enseñado? Ellos ahora tienen un conocimiento firme y cierto de las Escrituras y están armados contra los asaltos del diablo”. ¿Cómo podría yo llevarles incertidumbre? ¡No debo ni puedo valorar mi propio cuerpo más que la salud y la salvación de aquellos a los que he enseñado el Camino de Jesucristo!”. Al ver que no lograban que renunciara a su fe, lo vistieron con sus ropas y ornamentos de sacerdote. Seguidamente, comenzaron a desnudarlo hasta que lo único que hacía notar que era un sacerdote era su corte de pelo, rapado en la coronilla. Finalmente le raparon toda la cabeza de forma tan violenta que le cortaron parte del cuero cabelludo que sangraba profusamente. La sentencia fue muerte en la hoguera. Cuando John Huss fue llevado a las afueras de la ciudad se juntó una gran multitud que seguía al prisionero. Al llegar al lugar donde sería ejecutado se arrodilló y pronunció en voz alta el Salmo 31 y el Salmo 51. Luego, con alegría dijo: “En tus manos, Oh Señor, encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, Dios bueno y misericordioso”. Sacándolo abruptamente de sus oraciones, el verdugo lo ató a un poste con cuerdas mojadas, su cuello también fue sujetado al poste con una cadena de hierro y el verdugo le dijo: “¿No te da vergüenza estar atado como un perro?” John respondió: “Mi Señor Jesús fue atado con una cadena peor que esta por mis culpas, ¿Por qué me va a dar vergüenza esta cadena oxidada?”. Sin perder tiempo, los verdugos apilaron leña hasta el alto de su barbilla. Poco antes de encender el fuego se acercó un obispo y le dijo: “Si renuncias públicamente a tus creencias y reniegas de todo lo que has enseñado al pueblo, te salvarás de la hoguera”. John respondió: “¿Díganme, cuál es el error al que debo renunciar? No soy culpable de ningún mal. Les enseñé a los hombres el camino del arrepentimiento y el perdón de pecados, de acuerdo a la verdad del Evangelio de Cristo Jesús. Por ese Evangelio estoy yo aquí, y estoy aquí con valor y alegría, listo para sufrir esta muerte”. “Lo que enseñé con mi boca, ahora lo sellaré con mi sangre”. Cuando encendieron el fuego, John Huss comenzó a cantar un himno con una voz tan fuerte y alegre que se oía por encima del tronar del fuego y del ruido de la multitud. Su canto era: “Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí”. Poco tiempo después se apagaba la voz de aquel amoroso maestro que con total dedicación enseñó las buenas nuevas.La historia narra que durante el juicio, su amigo John de Clum lo confortó grandemente e incluso buscó varias formas de salvarlo de la muerte, pero John Huss prefirió morir antes que negar las verdades que había aprendido de la Biblia. Confió en que el Señor lo fortalecería en el momento de su muerte y así fue. Cuando John Huss se hallaba en medio de tanto odio, su fe en Jesús hizo que se mantuviera firme y que sirviera de ejemplo a miles de mártires que seguirían sus pasos. Cuando John Huss fue llevado a las afueras de la ciudad se juntó una gran multitud que seguía al prisionero. Al llegar al lugar donde sería ejecutado se arrodilló y pronunció en voz alta el Salmo 31 y el Salmo 51. Luego, con alegría dijo: “En tus manos, Oh Señor, encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, Dios bueno y misericordioso”. Pero Juan Huss era un cristiano recto y sincero, hecho de la madera de los héroes, y cuando por su estudio de las Sagradas Escrituras se convenció de que Wickliffe tenía la razón, escribió de su parte en el mismo sentido. El papa Alejandro V publicó una bula condenando las doctrinas de Juan Huss, y éste respondió con un escrito titulado De Alejandro mal informado o Alejandro informado mejor. El arzobispo excomulgó a Huss y a toda la ciudad de Praga, prohibiendo celebrar la misa, bautizar a los niños y dar sepultura a los muertos en tanto que Huss permaneciera en la ciudad. Esta sentencia, que hacía responsable a todo un pueblo de las ideas de un hombre, engendró un odio terrible contra el papa. Huss tomó el partido, o decisión, de abandonar su capilla de Belén en aquella ciudad y retirarse a su pueblo natal. Desde allí escribió a sus discípulos: «Sabed, queridos míos, que si me he separado de vosotros ha sido para seguir el precepto de nuestro Señor Jesucristo para no dar a los malos ocasión de incurrir en una condenación eterna, y para librar a los buenos de aflicción…; pero yo no os he abandonado para renegar de la verdad divina, por la cual, con la asistencia de Dios, deseo morir.» En medio de tales circunstancias se reunió el Concilio de Constanza en 1414, teniendo dos objetivos: extirpar la herejía que Juan Huss y sus partidarios predicaban, y concluir con el cisma producido por la existencia simultánea de tres papas en la Iglesia Católica Romana. Juan Huss compareció ante el concilio en el cual se produjo el escándalo de que el papa Cosa, llamado Juan XXIII, huyera del concilio para salvar su vida. Debido a las graves acusaciones que fueron presentadas ante él, el concilio le depuso del papado. Martirio de Juan Hus Por otro lado, condenó e hizo quemar a Juan Huss y a su principal discípulo, Jerónimo de Praga. Ello provocó una guerra en Bohemia, de la que resultaron vencedores los patriotas bohemios partidarios de Juan Huss, y el rey Segismundo, tres años después del martirio de aquél, tuvo que firmar un contrato con los estados de Bohemia en el que se les concedía completa libertad de cultos y enseñanzas que no se hallan claramente expresadas en el Nuevo Testamento. No hubo la multiplicidad que pretenden los detractores del Cristianismo Evangélico, sino diversidades de una verdad única que por siglos había pugnado por surgir y ya no podía ser detenida. En efecto; el Cristianismo Evangélico, que antes de la famosa protesta de Lutero era, humanamente hablando, nada más que un conjunto de iglesias escondidas, sobre todo, en los valles de los Alpes y en Bohemia, además del sentir evangélico que latía en el corazón de algunos buenos católicos que no se atrevían a manifestar su pensamiento, se manifestó brotando del mismo fondo de los círculos más cultos del humanismo y del más ferviente pietismo y misticismo medieval, tanto en los países sajones como en los latinos, uniéndose a los que, llevados por su sinceridad religiosa, no habían tiubeado en mostrarse disidentes del Cristianismo oficial corrompido, pagando miles de ellos su osada sinceridad con la ofrenda de sus propias vidas. Cien años más tarde los evangélicos bohemios recibieron gran aliento con el movimiento religioso triunfante de Lutero. Completados y perfeccionados los principios de la fe evangélica por el constante estudio de las Sagradas Escrituras, han sido los cristianos de Bohemia, conocidos bajo el nombre de Hermanos Moravos, una bendición espiritual para el mundo entero, tal como veremos en el próximo capítulo al describir el origen y desarrollo de esta denominación o grupo evangélico. Tales son los orígenes del Cristianismo Evangélico, que si bien, políticamente, brotó de los reformadores Lutero, Calvino, Zuinglio, Knox y demás personalidades de la Reforma, tiene sus raíces en los movimientos espirituales que hemos descrito, procedentes, casi, del mismo principio de la Iglesia Cristiana. La generación de testigos de la verdad evangélica se multiplica extraordinariamente desde los tiempos de la Reforma del siglo xvi; ello era indispensable si tenía que cumplirse la predicción hecha por nuestro Señor Jesucristo de que su Evangelio sería «predicado en todas las naciones para testimonio a todos los gentiles». No eran aptas para cumplir esa magna empresa las dos grandes organizaciones eclesiásticas dominantes en el oriente y occidente de Europa, la mayor de las cuales, sobre todo, había venido gastando sus mejores esfuerzos en combatir y ahogar interiormente los movimientos espirituales de sus mejores hijos, en lugar de atenderlos como advertencia divina. Vino, pues, un momento en que la Verdad no pudo quedar recluida. Explotó como un poderoso volcán, dando lugar a mil incendios espirituales; a variados movimientos de retorno a la fe primitiva que cristalizaron en organizaciones diversas, pero poseyendo una sola verdad: la salvación por la fe en Cristo, y el repudio de aquellas prácticas Cien años más tarde los evangélicos bohemios recibieron gran aliento con el movimiento religioso triunfante de Lutero. Completados y perfeccionados los principios de la fe evangélica por el constante estudio de las Sagradas Escrituras, han sido los cristianos de Bohemia, conocidos bajo el nombre de Hermanos Moravos, una bendición espiritual para el mundo entero, tal como veremos en el próximo capítulo al describir el origen y desarrollo de esta denominación o grupo evangélico. Causas de la Reforma Protestante La Iglesia sencilla y piadosa del Nuevo Testamento, andando en el tiempo, escalo altas posiciones políticas en el imperio Romano, y con estas dudosas conquistas se inició un turbio período de varios siglos, durante el cuál la Iglesia se alejó cada vez más de sus raíces bíblicas. No debemos pensar, sin embargo, que desde esta temprana época hasta la Reforma del siglo XVI, el cristianismo se mantuvo completamente desfigurado y corrompido. A través de todo el tiempo, como una irrompible cadena que llega hasta nuestros días, hubo verdaderos seguidores del Señor que se mantuvieron al amparo de la revelación sagrada. Como representante de estos grupos pudiéramos mencionar a los albígenses, los petrobrusianos, los cristianos célticos de Escocia e Irlanda, los independientes escoceses, los lolardos, los evangélicos de Bohemia, los valdenses, que existen hasta el día de hoy, y muchos otros más que harían la lista interminable. Los propulsores de todos estos movimientos anteriores a la Reforma hicieron un valioso aporte a la Iglesia Reformada, pues por medio de ellos se hizo asequible el verdadero espíritu de la Iglesia Primitiva. El gobierno representativo, es oposición al injusto gobierno monárquico, la doctrina de la gracia y la permanencia de la fe, en oposición a la corruptas indulgencias, fueron factores que identificaron a la Iglesia protestante con la Iglesia Novotestamentaria que se mantuvo firme aún en medio de las más negativas circunstancias. Todos estos grupos se mantuvieron firmes, es cierto, en medio de las más turbulentas épocas, pero también es cierto que la mayor parte del cristianismo se convirtió en una burda religión pagana, y que se imponía una drástica revolución para determinar, sin asomos de duda, el verdadero carácter de la Iglesia. Esta revolución se produjo de el siglo XVI y sus efectos, que perduran hasta hoy, se mantendrán para siempre. La Reforma Religiosa del siglo XVI alcanzó tres diferentes esferas de influencias renovadora: política, eclesiástica y espiritual, y sus transformaciones fueron tan profundas que puede afirmarse que este movimiento alteró el curso de la humanidad. La prereforma en España Esta es la historia que los Papas no cuentan. Es la historia de la época anterior inmediata a la época de la Reforma. El siglo XV se destacó por un sentimiento de crisis en el seno de la Iglesia Católica Romana. El papado se trasladó de Roma (Italia) a Avinon ( Francia), produciendo el “Cisma de Occidente”. La razón de este Cisma fue la de satisfacer los intereses de los Reyes de España, en virtud del cual existieron simultaneamente dos Papas que se excolmugaron entre sí y que se presentaban respectivamente como únicos pontífices legítimos. Fracasaron los intentos de restaurar la unidad entre el Papado y el patriarca de Constantinopla pese a la amenaza Turca que terminó aniquilando Vizancio en el 1453. J. Wycliffe, John Huss, precursores de la Reforma Protestante solicitaban una reforma en profundidad de la Iglesia , moral y teológica . Algunos Papas eran príncipes Italianos con fuertes intereses terrenales; esto es una muestra de la decadencia eclesiástica de aquella época. Joseph Lorz comenta que la unidad del cristianismo occidental ya estaba rota antes de la Reforma Protestante. Al ver esta crisis no debe sorprendernos el ver como buenos teólogos (incluido el Papa Pio II), sostuvieron la tesis del concilio general sobre la superioridad del Papa. Quien podía asegurar que el Papa podía convertirse en un hereje teniendo en cuenta antecedentes como el del Papa Honorio Vigilio que había caido en la heterodoxia también. En esa época se iniciaron los primeros intentos de publicar textos criticos del Nuevo Testamento en su lenguaje original. E indiscutiblemente la Iglesia de finales del siglo XV necesitaba una reforma profunda, lo cual también era apoyado por personas como: Lorenzo Valla a Erasmo, de Tomás Moro a Luis Vives. Los primeros pasos para realizar esta Reforma se dieron en la cúpula jerárquica de la I.C.R. de España, con el Cardenal Cisneros, quien nació en 1436 y murió ocho días después que Martín Lutero clavara sus educadas 95 tesis en Wintember. Cisneros le dió una nueva importancia a la lengua vernácula en los medios religiosos e impulsó la traducción de varias obras latinas al español. Antes de que se produjeran las primeras traducciones protestantes del Nuevo Testamento, los españoles ya contaban con versiones impresas de los evangelios y de las epístolas en lengua vulgar; esta visión cristalizó en la fundación de la Universidad de Alcala que buscó inspirarse sobre todo en el estudio del Nuevo Testamento. Cisneros estimuló la crítica y el estudio del Texto de las Sagradas Escrituras (Biblia Políglota Complutense) en Hebreo, Griego y Latino, o las obras de Pedro de Osmas, un profesor de Teología de la Universidad de Salamanca y de Nebrija, un discípulo del anterior; anticipándose en el tiempo a Erasmo y a Lutero, estos eruditos realizaron importantes estudios sobre el texto original del Nuevo Testamento y de la historia católica por encima de las pretenciones del pontífice romano, pero Cisneros protegió a Nebrija y a Osmas. Cisneros repercutió considerablemente no solo en la clase culta de la época sino también entre la clase sencilla, la plebe, quienes comenzaron a reunirse en las casas para estudiar libre y sencillamente los textos del Nuevo Testamento. Posteriormente lo harían los anabautistas suizos, algunas décadas después, para formar Iglesias bíblicas en las casas. Quizás de haber prosperado estas ideas, se hubiese evitado el Cisma que se dió y las guerras de la Reforma y la contra-reforma (que cuestiona el Papa). Y finalmente el imperio español sucumbiría. La Reforma Protestante estaba llamada a convertirse en una llama que destruiría en buena medida a un mundo antiguo para sobre sus ruinas purificadas levantar uno mejor; paradójicamente esa llama no vendría de España sino de Alemania y su detonante sería un monje agustino llamado Martín Lutero. Julián Hernández Ingratos seriamos si no se citase a Julian Hernandez, España,( año 1560 d.C.), era un hombre de apariencia extraña, bajito de estatura y jorobado, era tan delgado que su piel apenas alcanzaba a cubrir sus huesos. Alguien tan extrano para nuestros dias como lo podria ser el jorobado de Notre Dame en vivo y en directo en una reunion de las estrellas del Hollywood. Julián Hernández nació en Castilla, viajó por toda Europa trabajando en las imprentas de Alemania y de los Países Bajos en donde aprendió el oficio de cajista. Muchos historiadores comparten el criterio que Julián participó en la impresión de los libros de Lutero y otros reformadores. [29] Principios que inspiraron la Reforma La generación de testigos de la verdad evangélica se multiplica extraordinariamente desde los tiempos de la Reforma del siglo xvi; ello era indispensable si tenía que cumplirse la predicción hecha por nuestro Señor Jesucristo de que su Evangelio sería «predicado en todas las naciones para testimonio a todos los gentiles». No eran aptas para cumplir esa magna empresa las dos grandes organizaciones eclesiásticas dominantes en el oriente y occidente de Europa, la mayor de las cuales, sobre todo, había venido gastando sus mejores esfuerzos en combatir y ahogar interiormente los movimientos espirituales de sus mejores hijos, en lugar de atenderlos como advertencia divina. Vino, pues, un momento en que la Verdad no pudo quedar recluida. Explotó como un poderoso volcán, dando lugar a mil incendios espirituales; a variados movimientos de retorno a la fe primitiva que cristalizaron en organizaciones diversas, pero poseyendo una sola verdad: la salvación por la fe en Cristo, y el repudio de aquellas prácticas. La Reforma Protestante fue un movimiento reformador religioso en la Europa cristiana del siglo XVI, basado fuertemente en las escrituras, que comenzó en el año 1517 cuando el monje católico alemán Martín Lutero publicó sus 95 Tesis contra la Venta de Indulgencias promovidas por el Papa, donde criticaba las prácticas inmorales de la Iglesia Católica. En un sentido amplio del término,protestantismo es cualquiera de los grupos cristianos surgidos en Europa Occidental que se separaron de la iglesia romana a partir del ex-monje agustino Martín Lutero, fundador de las iglesias luteranas, y de Juan Calvino, fundador del movimiento calvinista. Las causas son muchas y variadas, a saber: religiosas, sociales, culturales, políticas, etc. Pero más que hacer una prolija enumeración de todas ellas, lo cual es imposible obviamente, nos bastará con reconocer el derrotero que siguió la Iglesia desde Constantino I el Grande, en adelante. Como hemos podido comprobar, la Iglesia, desde la época constantiniana en que alcanzó el poder político al unirse con el Estado, pasó de ser perseguida a perseguidora, primeramente, de los paganos, y, más tarde, de todo aquel que se atreviese a disentir abiertamente de las creencias oficiales. Los principios religiosos que inspiraron la Reforma son varios y comunes a la diversas ramas futuras del movimiento reformador. Pudiéramos hacer mención de algunos de ellos que encajan perfectamente en las doctrinas de nuestra Iglesia como parte del protestantismo. 1) El protestantismo, en todas sus formas históricas, insiste en la posibilidad de una relación inmediata del hombre con Dios. Esta relación descansa sobre la gracia inmerecida de Dios, revelada a los hombres en Jesucristo y recibida por ellos mediante la fe en El. 2) El protestantismo, en sus diversas expresiones, sostiene que las Escrituras constituyen la norma decisiva de autoridad espiritual. 3) Todos los protestantes concuerdan en que existe un sacerdocio universal de los creyentes. Puesto que todo cristiano puede recibir por la fe el don del amor redentor de Dios en Cristo, según lo manifiesta la Escritura, no está subordinado a ritos sacerdotales o eclesiásticos, sino que puede ejercer el derecho y el deber del juicio privado. En este sentido el protestantismo es fundamentalmente un movimiento de preservación de la individualidad. 4) Todos los protestantes acentúan la importancia de la libertad religiosa resisten a la coerción, sea ella del poder civil o eclesiástico, en asuntos de fe y prácticas religiosas. 5) El protestantismo tiende a la revaloración de la vida común y el trabajo. No conoce de una separación básica entre vocaciones “religiosas” y “seculares”. Considera a todos los hombres responsables individualmente ante Dios, con el privilegiado deber de servirle por medio de toda la vida, cualquiera que sea el campo en que ésta se desenvuelva. 6) El protestantismo cree en la Iglesia, ya que se énfasis en el valor individual no le impide sus énfasis en la necesidad de la congregación de los creyentes. Sin todos los factores que han sido mencionados, ni un Lutero hubiera podido realizar lo que él hizo. Hubiera corrido la misma suerte que le aconteció a Juan Huss un siglo antes. Sin embargo, se necesitaba un Lutero para realizar o unificar todos los factores que han sido mencionados. En un sentido real, Lutero combinó todos los motivos para la reforma que han sido mostrados previamente. Algunos querían una reforma con base en su devoción a la Biblia; Lutero era su hombre, porque era un sobresaliente erudito de la Biblia que trataba de amoldar su reforma alrededor de la Biblia. El patriotismo había sido un motivo de reforma; y la reforma de Lutero reunía todo el amor que un alemán podría tener por su raza y explotarlo hasta lo máximo. Muchos místicos deseaban una reforma que hiciera hincapié en la capacidad de acercarse a Dios sin sacerdotes humanos ni instituciones; Lutero leyó y publicó su literatura y habló en un lenguaje que ellos entendían. El humanismo clamaba por una reforma con base en un nuevo enfoque intelectual; Lutero simpatizaba con su punto de vista general. Más allá de estos elementos unificadores en la vida de Lutero, él simbolizaba al campesino alemán que había sido agraviado por la tiranía papal por medio milenio. Las demandas de mucho tiempo encontraron en él un campeón que podía hablar el lenguaje de la gente. Su experiencia personal al moverse lentamente paso a paso de la protesta a la disputa, a la condenación y al cisma, probablemente constituyó el modelo de la experiencia del alemán término medio que lo siguió. Ellos lo entendían porque eran muy parecidos a él. Sin la misma clase de hombre que era Lutero, la reforma en los estados alemanes hubiera sido estorbada o tal vez imposibilitada en ese tiempo. Factores personales e históricos algo similares impulsaron a Zwinglio y a Calvino en sus áreas particulares. El tiempo estaba listo para la reforma. En Alemania, cuando se habla de la Reforma, ésta suele asociarse directamente con la persona de Martín Lutero, y es cierto, porque con él empezó. Sin duda, Lutero es el reformador más importante. Pero no es el único, no en Alemania y mucho menos en otros países. Hay que prestar atención a dos cosas: Por un lado, la Reforma no debe ser identificada con Lutero; justamente la Iglesia Reformada se remonta a Zwinglio y Calvino sin poder ni querer cuestionar los méritos de Lutero. Por otro lado, Lutero no puede ser la medida absoluta para lo que se considera "reformado" o no. Esto significaría estrechar nuestro horizonte y no poder valorar los conocimientos y descubrimientos de otros reformadores. Exhortacion del siglo XVI,a la Iglesia a volverse a Dios Pero fue recien a principios del siglo XVI, que Dios llamo a su pueblo para que volviese de nuevo a la pureza de la doctrina evangélica. Y esto se llevó a cabo, en particular, por mediación del catedrático en teología de Witenberg (Alemania) Martín Lutero. Éste no había pensado, ni mucho menos, en instituir una nueva iglesia; pero debido a las luchas de su propia vida y al estudio asiduo de la Biblia, llegó a descubrir que la iglesia se había apartado del verdadero Evangelio, es decir, que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la ley (Ro. 3:28). Cuando Lutero empezó a predicar este evangelio contra los errores que se habían introducido en la Iglesia, errores que inducían a las gentes a confiar en sus propias obras religiosas para obtener así su salvación, entró en conflicto con los “dirigentes” de la Iglesia de su época, y también, finalmente, con el papa. El año 1520 fue desterrado a causa de su confesión del Evangelio. Pero la Iglesia está donde está la Palabra de Cristo (Jn. 3:27). Al desterrar a su testigo fiel, la iglesia de Roma demostró ser una iglesia infiel y falsa. Sin embargo, el Señor condujo hacia la reforma de la Iglesia a todos los que quisieron seguir su Palabra. Ellos prefirieron el yugo de Cristo al yugo de los hombres y al yugo del papa. Al surgir y pronto desarrollarse notablementye el calvinismo, este eclipso notablemente al luteranismo. Y el dominio del calvinismo en el centro de Europa fue tal que prácticamente pronto ocultó al luteranismo, el cual quedó reservado en poco mas que el territorio alemán y en los países escandinavos. A partir de allí muchos grupos reformistas se fueron acercando al calvinismo y aún formando religiones independientes, todas ellas tomando como base sus doctrinas y costumbres. El acercamiento a la Biblia que el propio Lutero, Zuinglio y los reformadores anabaptistas estimularon e impulsaron, fue en parte lo que alimentó este despertar espiritual que se vivió en el siglo XVI, como hacía mucho no se vivía. Pero según avanzaba la reforma protestante, iban saliendo a la luz, numerosas doctrinas establecidas por siglos que vieron como se tambaleaban por el peso de las escrituras. Se empezó destituyendo del cristianismo, el pago de indulgencias, el celibato obligatorio, las imágenes de los templos religiosos, la jerarquía eclesiástica; hasta allí se quedaron protestantes y calvinistas. El conocimiento de los Evangelios tuvo en algunos otra consecuencia, la más grave de todas. Para comprenderla es preciso recordar que la organización de la Iglesia católica y sus dogmas, es decir, el conjunto de las creencias profesadas por sus fieles, reposan ante todo sobre los Evangelios, y después sobre las tradiciones, las interpretaciones y las decisiones de los papas y de los concilios. Algunos en el siglo XVI pensaron que, puesto que se tenía en los Evangelios la palabra del mismo Dios, era preciso atenerse a ella: las tradiciones y las interpretaciones, solo obras de los hombres, no tenían a sus ojos valor algunos. Por lo tanto, las interpretaciones de los papas y de los concilios no tenían ya más valor que el que pudiera tener la interpretación de un fiel cualquiera, y cada uno podía interpretar la Escritura Santa según su conciencia. Esta fue la teoría de Martín Lutero y después de Juan Calvino.Esta teoría de la sola scriptura, seria mal interpretada por algunos y provocaria la ruptura de la unidad cristiana de las iglesias protestantes. Anatemizacion al Romanismo Pablo, en su carta a los Gálatas, declara anatema a todo el que predique “otro evangelio”, aún aunque sean ellos mismos quienes lo hagan, o un ángel bajado del cielo. Para el apóstol es mucho más importante el mensaje transmitido que quien lo transmite. No importa “QUIEN” lo dice, sino “QUE” dice. (Concepto totalmente contrario a la famosa “Infalibilidad Papal”, que indica que lo que diga el Papa ex-cátedra es cierto y verdadero aunque no exista en el Canon Bíblico) “No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.” (Gál. 1:7-9) El mismo apóstol Pablo, instruía a su discípulo Timoteo, a tener cuidado de los que prediquen “fábulas”. Le encargó predicar la Palabra (Evangelio de la gracia de Dios) en todo tiempo, redarguyendo, exhortando y reprendiendo a quienes fueran voceros de esas “fábulas”, que no hacían más que apartar a la gente del verdadero Evangelio. ¿Cuál sería, entonces, la actitud de Timoteo en caso de toparse con un predicador de fábulas? Lo mismo hizo Martín Lutero y tambien Juan Calvino. “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo… que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.” (2 Tim. 4:1-5) Pablo reprendió al mismo apóstol Pedro, cuando entendió que una actitud de este último no era concordante con el Evangelio recibido. Pablo no tuvo cuidado en reprender a Pedro (para los catolicos romanos, el primer Papa) por su hipocresía, y cara a cara le manifestó su protesta. “Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?” (Gál. 2:1114) En su carta a Tito, también el apóstol deja claras instrucciones de combatir la falsa doctrina y los falsos evangelios. Es sentir constante de Pablo el levantar voces en contra de las enseñanzas y prácticas heréticas. “Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.” (Tit 1:13-14) “Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.” (Tit 2:15) En definitiva, ¿qué le pide Pablo a Tito? “…Habla, exhorta, reprende, no te quedes callado… ¡¡expone tu desacuerdo hacia las enseñanzas de falsos evangelios…!!” Y lo mismo hicieron los reformadores Martín Lutero y Juan Calvino. El apóstol Judas es mucho más directo, exhortando al pueblo de Dios a contender ardientemente por la fe dada una vez a los santos (nótese: “una vez dada”, lo cual contradice a la usina doctrinal católica a través de los siglos, a mano de sus Papas “infalibles”…). ¿Cuál sería entonces la actitud de los discípulos del apóstol Judas al toparse con alguien que predica una fe DIFERENTE a la que fuera dada UNA VEZ? Lo mismo hizo Martín Lutero y tambien Juan Calvino. Martin Lutero, al clavar sus 95 Tesis en la puerta del castillo de Wittenberg,lo que hizo fue lanzar un anatema contra el liderazgo de la iglesia de aquellos dias y sus herejias. Que paso en la Reforma del siglo XVI? Se conoce con el nombre de Reforma Protestante al movimiento religioso de tendencia renovadora que se produjo en Europa en el siglo XVI y que originó, a su vez, la ruptura de la unidad cristiana y la consiguiente formación de otras Iglesias, independientes de la autoridad papal: las Iglesias Protestantes. Muchas de estas iglesias surgidas de ese movimiento se denominaron “Iglesias reformadas” con el propósito de evocar una disposición a la conversión y renovación… La Reforma del siglo XVI se inicia históricamente el 31 de octubre de 1517, cuando Lutero clava en las puertas del Templo de Wittemberg sus famosas 95 tesis contra la venta de indulgencias, a fin de provocar una discusión académica, de acuerdo con la costumbres de la época. El surgimiento de la Reforma Protestante es considerado como uno de los más importantes acontecimientos de la Historia, pues sus consecuencias, hoy en día, permanecen vivas en el nivel religioso, político, económico y cultural en el mundo. Para entender este fenómeno, debemos situarnos en el contexto de la época, es necesario evidenciar y determinar las causas de las Reforma Protestante. De la Reforma partieron diferentes corrientes que permanecen hasta el día de hoy. Los historiadores coinciden en afirmar que se produjeron cuatros tipos principales de tradición protestante durante los siglos XVI y XVII. Estos tipos hallaron expresión en los movimientos luterano, anglicano, reformado y en los movimientos independentistas. La tradición luterana, que tiene como raíces los principios de Martín Lutero, es la más antigua de la Reforma. En 1529 apareció el Catecismo de Lutero y en 1530 la Confesión de Augsburgo, que veinticinco años más tarde se convirtió en la constitución de la Iglesia Luterana. La tradición anglicana, que coincide con la Reforma, es bien diferente de las otras tradiciones. La Iglesia anglícana es más litúrgica que confesional. Ha hecho se generoso aporte al movimiento evangélico, al igual que las otras ramas del protestantismo. Otras tradiciones protestantes, las que se conocen con el nombre de independientes, podemos hallarlas en los movimientos radicalistas que fueron surgiendo de las ramas principales. En su mayoría carecen de guías famosos, pero se trata de movimientos que relacionan la mayoría de su actividades con algunos énfasis determinados que se toman como elementos básicos. Algunos historiadores incluyen entre las tradiciones protestantes lo que dan el llamar la tradición metodista. En cierto sentido el movimiento religioso que debe su origen a Juan Wesley no tendría el mismo derecho que los de Lutero, Zwinglio, y Calvino, a integrar estas tradiciones. Apareció demasiado tarde para se clasificado como un movimiento reformista: comenzando con la experiencia mística de Juan Wesley, en 1738, sigue a Lutero a más de dos siglos de distancia. Sin embargo, no puede negarse que el metodismo es un movimiento de características muy notables en la historia del protestantismo. La tradición reformada, estrechamente ligada a la personalidad de Juan Calvino, es la de mayor interés para quienes pertenecemos a la Iglesia Prebisteriana. El calvinismo constituye un movimiento de características propias dentro de la Reforma. Aportó la estabilidad intelectual y disciplina de que careció el proceso reformador en su orígenes. La personalidad y superior inteligencia de Juan Calvino contribuyeron a dar definitiva solidez al más completo sistema teológico protestante y a la forma de gobierno presbiteriana, eminentemente bíblica. Como sistema teológico el calvinismo fue el más lógico, el más completo y el más consecuente con la Reforma. Se base en la soberanía de Dios, y de este principio fundamental surgen los demás elementos del sistemas, tales como los decretos, la elección, la seguridad de los creyentes, la impotencia espiritual de los no regenerados, etc. Fundamenta todo en Dios, que es la autoridad que todo lo domina. El hombre es enteramente impotente para salvarse a sí mismo. Su salvación se logra por la soberana voluntad de Dios. La elección divina es el principio de la salvación, y la razón de esta elección está oculta en la inescrutable voluntad del Señor. El calvinismo es un sistema teológico rígido e inflexible, pero inspira a los hombres absoluta confianza en Dios y les muestra la realización de un poder divino que imparte audacia y fortaleza para la lucha titánica que pasa sobre quienes se esfuerzan en conseguir el definitivo triunfo de la verdad. Nada hay que domina con tanta fuerza la mente de un hombre y afecte tan intensamente su carácter, como sus ideas de Dios. Ellas dan color a todos los demás pensamientos. Los conceptos que tenemos respecto a Dios ejercen una influencia dominante en la formación del carácter y constituyen un poder regulador de la conducta cotidiana. Una teología calvinista es sólida y bíblicamente autoritaria. Tal vez sea ésta la causa principal de la poderosa influencia del calvinismo en la sociedades donde se ha desarrollado como sistema teológico y eclesiástico. Como sistema de gobierno eclesiástico el calvinismo es democrático-representativo. Consistía en una serie de cuerpos representativos, desde el presbiterio hasta la asamblea general. Estos cuerpos ejercían funciones legislativas, ejecutables y judiciales, derivando su autoridad del pueblo, y no del gobierno civil. Una de las características del calvinismo, además de las ya mencionada de un sólido sistema teológico y del gobierno presbiteriano que les es propio, es la del celo intelectualista del movimiento. Donde quiera que resultaba posible, el calvinismo creó una iglesia nacional con un equipo apto para la preparación de los obreros. El calvinismo se desarrolló con abrumadora rapidez, y alcanzó casi todos los países europeos con su influencia. El impacto espiritual de la Reforma El protestantismo provocó un gran impacto en la mentalidad de los europeos del siglo XVI. Las ideas de Lutero habían abierto el camino de la libertad de conciencia, no sólo para la fe sino también para todas las facultades espirituales del hombre. Para muchos hombres la difusión de la religión protestante significó un cambio de actitud ante algunos elementos de su vida cotidiana. El cuestionamiento que hizo Lutero de la autoridad del Papa y de la jerarquía de la Iglesia de Roma, tuvo repercusiones que superaron el plano de la vida religiosa. Para muchos príncipes, la religión protestante significaba un reforzamiento de su autoridad laica y por eso la impusieron en sus Estados. Para muchos campesinos, las ideas de la Reforma justificaban la desobediencia al poder de los señores. Si el Papa era desafiado y sus juicios ya no eran infalibles para todos los cristianos, también podía cuestionarse la autoridad de los señores feudales. Sin que Lutero se lo propusiera, sus ideas influyeron sobre los campesinos, quienes disconformes con sus condiciones de vida, se rebelaron contra el poder señorial. La religión protestante también ejerció una gran influencia en las actitudes de los burgueses. La estricta moral protestante —enemiga de los lujos y de los despilfarros—, la práctica de una vida austera, la idea de que los hombres obtenían su recompensa o su castigo en la vida terrenal, eran principios que se adecuaban muy bien a las actividades de los burgueses. Los hombres de negocios podían ver que su enriquecimiento era una recompensa por sus esfuerzos personales, por su espíritu de empresa y de ahorro y por su respeto y cumplimiento de las normas de la nueva religión. Grabado de 1532 donde se observa un grupo de campesino alemanes armados con elementos de labranza, conducidos por Tomas Muntzer. Por la represión de los príncipes murieron mas de 10.000 campesinos. En la proxima entrega veremos algo de la vida de los lideres mas importantes de la Reforma:Lutero, Zwinglio y luego nos dedicaremos a profundizar la vida de Calvino. Continua.... Dios lo bendiga --- Notas: [25] http://caesararevalo.blogspot.com/2013/05/fue-calvino-carismatico.html?m=1 [26]Thea B. Van Halsema, Así fue Calvino, 2da. ed. (Gran Rapids: Libros Desafío, 1998), 9. cit en documentopo electronico en pdf El Reformador Juan Calvino: Su vida y sus Obras Por: Cristino Graciano [27]Justo L. González, Historia del Cristianismo, vol. 2 (Miami: Editorial Unilit,1994), 71.cit en El Reformador Juan Calvino: Su vida y sus Obras Por: Cristino Graciano [28]Justo L. González, Historia del pensamiento cristiano, (Nashville: Editorial Caribe, Inc., 1992), 138. cit en El Reformador Juan Calvino: Su vida y sus Obras Por: Cristino Graciano [29] Para "Julianillo" como lo conocían en los círculos cristianos, una de sus principales preocupaciones era la falta de Biblias y libros cristianos en español. Salió de España y se fue para Alemania, luego a Suiza para colaborar en la impresión de la tan ansiada Biblia en español. En Ginebra, mientras colaboraba con el Dr. Juan Pérez en la impresión del Nuevo Testamento y otros materiales cristianos, Julianillo concibió un atrevido plan para introducir a España el Nuevo Testamento de Pérez. Era una empresa muy arriesgada, los Nuevos Testamentos tenían que introducirse de contrabando y posteriormente distribuirlos por todo el país. Julián puso manos a la obra e hizo los preparativos para el viaje. Llenó varios toneles de Nuevos Testamentos y se encaminó con rumbo a la península Ibérica. Sus amigos fueron a darle una conmovedora despedida y a asegurarle que sus oraciones siempre lo acompañarían. Mientras lo veían partir decían unos a otros: "La inquisición española es terriblemente cruel. Si atrapan a Julianillo lo torturarán hasta matarlo. Sólo Dios sabe si lo veremos otra vez". En aquel tiempo cualquiera que tradujera, imprimiera o distribuyera la Biblia en español era quemado vivo. Julián sabía que el riesgo era enorme, pero continuó con su propósito. En Sevilla Julianillo conocía a un librero que apoyaba en secreto el evangelio; le dejó algunos Nuevos Testamentos en español para que los distribuyera y continuó su viaje repartiendo por toda España su carga de Buenas Nuevas. Al tiempo que vendía telas, Julianillo lograba que sus amados libros llegaran a miles de hogares y corazones. El atrevido mensajero recorrió toda España con sus mulas cargadas de Nuevos Testamentos escondidos entre los rollos de tela. A pesar de su complexión endeble, Julianillo era incansable, al terminar su primera remesa, trajo otro embarque y otro más. A lomo de mula, por las montañas de los Pirineos, por valles y cordilleras, bajo el sol o la lluvia, distribuyó embarque tras embarque. Era su deleite llevar las Buenas Nuevas de Salvación a los cristianos que perseguidos y amenazados se hallaban desparramados por los cuatro vientos de España. Al poco tiempo, la iglesia Católica se dio cuenta que los libros con las doctrinas de los reformadores y lo que es peor los Nuevos Testamentos traducidos al español estaban por toda España. Nadie se podía explicar en qué forma habían llegado al país tantos libros. No podían imaginarse que se debía a la incansable labor de un insignificante vendedor de telas, debilucho y jorobado que andaba gritando de pueblo en pueblo: "Ricas telas de Cambray, hay". Un escritor católico, el sacerdote de la Roa, en su libro "Historia de la Compañía de Jesús en Sevilla" describe la labor de Julianillo de la siguiente forma: "Con increíble habilidad encontraba él secretas entradas y salidas, y el veneno de la nueva herejía se divulgó con gran velocidad por toda Castilla y Andalucía... A donde ponía su pie comenzaba el incendio... Él mismo enseñó a hombres y mujeres en las malas doctrinas de los reformadores, logrando su fin con demasiado acierto: especialmente en Sevilla donde formó, gracias a esto, un verdadero nido de herejes". Mayor elogio para la obra de Julianillo es difícil imaginar. Perseverando cada día en su misión de hacer llegar los Nuevos Testamentos en español hasta los lugares más remotos de España. Julianillo aprovechaba cada momento para predicar y compartir su fe. Predicaba el nombre de Jesús y la salvación por medio de la fe. Julianillo decía: "Todos los que se crucen en mi camino, oirán mi testimonio". Ese fervor fue el que por fin le costó la vida. Un día, mientras pasaba por las afueras de Sevilla, se detuvo a descansar y a conversar con un herrero. El hombre se mostró muy interesado en lo que aquel jorobado le decía. Julianillo, sin sospechar ningún peligro, le compartió su fe y al despedirse le regaló un Nuevo Testamento. Sin perder tiempo el herrero delató al valiente Julianillo. Inmediatamente la "Santa Inquisición" dasató una feroz cacería humana. Julianillo huyó del área de Sevilla y se escondió en la Sierra de CórdoB. Por un tiempo logró eludir a los esbirros del "Santo Oficio". Un día, fue descubierto y apresado, era el año 1557. Lo pusieron en un sucio calabozo y fue torturado brutalmente durante tres años. Trataron en vano que el valiente Julianillo negara su fe; pero aquel hombrecito de cuerpo endeble y contrahecho tenía una voluntad inquebrantable. Fue sometido a crueles torturas que lo hacían desmayarse una y otra vez. En el potro lo estiraron de las muñecas y tobillos hasta descoyuntarle los hombros y rodillas. Pero a pesar de todo su sufrimiento, su actitud de perdón y de amor hacia sus victimarios no cambió. Cada vez que terminaba una de las sesiones de tortura, al recobrar la conciencia alababa a Dios y oraba por sus perseguidores. Julianillo no le tenía miedo a ningún dignatario de la iglesia católica. Sabía que le podrían quitar la vida aquí en la tierra, pero que no dejaría que le arrebataran la vida eterna con Jesús. Constantemente discutía con los frailes, rebatiendo sus argumentos con citas bíblicas. Por fin, el 22 de diciembre de 1560, casi tres años después de su arresto, al ver que no lograban que renunciara a su fe, Julianillo y otros trece hermanos en Cristo fueron llevados a la hoguera donde serían quemados vivos. En el camino, Julián Hernández animaba a sus compañeros recordándoles que en poco tiempo podrían ver el rostro de Jesús, su Salvador. Al llegar al lugar de la ejecución, Julianillo recitó los versos de 2a. de Timoteo 4:7 y 8. A pesar de las terribles lesiones que le habían causado las torturas, al momento de ir a la hoguera, Julianillo se comportó con el valor de siempre; se paró tan erguido como se lo permitían sus heridas y su humanidad enclenque y deforme. Sin mostrar el menor temor se colocó unos manojos de leña encima; uno de los frailes trató de hacerlo renunciar a su fe pero sólo se encontró con la inclaudicable resolución que había caracterizado a aquel hombre. Al fin, viendo que nada lograban, prendieron la hoguera y el heroico mártir en medio de terribles sufrimientos pasó de la presencia de sus brutales verdugos a la presencia del Señor Jesús. Del sufrimiento a la dicha eterna de contemplar a su Salvador. [url=//spanishnewtestament.com/heroes/JulHernan.html ]