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FACTORES MACROECONÓMICOS QUE INFLUYEN EN EL
FINANCIAMIENTO A LAS PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS
MEXICANAS: 1998-2013
Gabriela Eréndira Hernández-Rodríguez1, Juan Ruiz-Ramírez2
RESUMEN
Para las pequeñas y medianas empresas (PYMES) de México, el financiamiento representa
la oportunidad de crecer, permanecer y consolidarse en el mercado. Sin embargo, aunque
estas empresas son catalogadas como motores del crecimiento económico por su alta
generación de empleos y productividad a nivel nacional, la obtención de los recursos
financieros necesarios para su desarrollo, presenta toda una serie de barreras de acceso a los
mismos, encontrándose que la cartera de crédito al sector productivo, y en especial a las
pequeñas y medianas empresas, es reducida. Es por ello que el objetivo planteado fue
identificar los factores macroeconómicos que influyen en el financiamiento a las PYMES
mexicanas entre 1998 y 2013. Se utilizaron los datos de la Encuesta Coyuntural del
Mercado Crediticio, los boletines estadísticos trimestrales de la Banca de Desarrollo en
México de 1998 al 2013, así como datos macroeconómicos y financieros del país,
utilizando la información disponible del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y del
Banco de México, respectivamente. Mediante un modelo de regresión múltiple, se encontró
que fueron significativas las variables: tipo de cambio, inversión privada y el consumo
público, las cuales fueron determinantes en el financiamiento. Se concluye que entre 1998 y
2013, el financiamiento otorgado por la banca de desarrollo a las PYMES estuvo
fuertemente orientado hacia PYMES con perfil exportador.
Palabras clave: PYMES, financiamiento, banca de desarrollo, variables macroeconómicas.
JEL: E44 Mercados financieros y macroeconomía
1
Doctora en Finanzas Públicas. Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana. Av. Xalapa
s/n, esq. Ávila Camacho, Xalapa, Veracruz. México. C.P. 91020. +54 (228) 8421700 ext. 14275;
8-14-99-90 (Fax), [email protected]
2 Dr. en Ciencias. Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana, [email protected]
1
ABSTRACT
For small and medium-sized enterprises (SMEs) in Mexico, financial support represents a
great opportunity to grow, remain, and consolidate in the market. However, although these
companies are considered as the engine of economic growth as to generation of jobs and
productivity at national level, obtaining the financial resources needed for their
development, poses a series of obstacles and challenges. The access to the portfolio of
credits for the productive sector, especially for the small and medium companies, is very
tight. For this reason, the goal of this work was to identify the macro-economic factors
influencing on the financing of Mexican SMEs between 1998 and 2013. Data from the
Circumstantial Survey on the Credit Market, the quarter statistical bulletins of the
Development Bank in Mexico from 1998 to 2013 were used, as well as macro-economic
and financial data from the available information of the National Institute of Statistics and
Geography and from the Bank of Mexico. Using a multiple regression model, it was found
that the variables such as exchange rate, private investment and public consumption were
significant and decisive on the financing. The conclusion is that from 1998 to 2013,
financing provided by the development banks to SMEs was significantly oriented to SMEs
with an export profile.
Keywords: SMEs, financing, development banks, macroeconomic variables.
INTRODUCCIÓN
El acceso al financiamiento continúa siendo limitado para una fracción importante de las
PYMES a nivel mundial. Mientras que el promedio de países pertenecientes a la OCDE
durante el año 2013 fue 163.54%, América Latina destinó en promedio solamente el
45.38% del crédito total a estos negocios (OCDE, 2013:42). Paralelamente, México
canalizó recursos financieros a las PYMES hasta en un 8%, a pesar de que estas unidades
económicas representan el 98% del total en el país, mismas que aportan hasta un 52% de
valor agregado al PIB y generan el 72% del empleo a nivel nacional (INEGI, 2009: 17). Lo
anterior sugiere que la evolución reciente de los sistemas financieros en la región y
específicamente en México no han respondido adecuadamente a la demanda de
instrumentos de crédito a este sector empresarial.
La literatura sobre la situación del acceso al financiamiento en México es muy amplia. En
la evidencia disponible se coincide en que la cartera de crédito al sector productivo —y en
especial a las pequeñas y medianas empresas — es reducida (Garrido y Prior, 2006:23-26;
Lecuona, 2009:12; Suárez, 2010:9; Pavón, 2010:13-18).
Por su origen, la mayor parte del financiamiento de las PYMES en México proviene de los
proveedores (81%), en tanto que la Banca Comercial representa el 31% de los préstamos
otorgados y solamente el 3% a la Banca de Desarrollo (ENAFIN, 2012:24).
Es ampliamente reconocido que el grado de intermediación financiera no solo tiene una
correlación positiva con el crecimiento económico, sino que además, se considera que
repercute de manera causal en éste último y reduce la desigualdad de ingreso (Levine,
2005:199-229; Thorsten et al., 2005:222, y Banco Mundial, 2013:47). Se observa, en
2
general, que una mayor inclusión financiera se correlaciona con niveles de ingreso más
altos (PIB per cápita y crecimiento del PIB per cápita) y una reducción en la desigualdad de
ingreso (Brandt, 2011:3).
Sin embargo, para la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN), el acceso al
financiamiento bancario es una de las principales dificultades en la región. En países como
México, Chile o Brasil se han implementado políticas expansivas de crédito para las
PYMES, sin embargo, la falta de ingresos, la informalidad o la falta de transparencia en sus
balances aparecen como las principales dificultades de acceso al mismo (FELABAN,
2013:31).
Se presentan “asimetrías de información” cuando quien recibe el financiamiento tiene
mayor información que el acreedor. Cuando el valor y la calidad de la empresa o proyecto
no pueden ser evaluados con precisión, los bancos no tienen garantías del éxito que
pudieran tener en el futuro. Sin datos sólidos, el banco no tiene la oportunidad de evaluar
objetivamente a esa empresa y se pone en tela de juicio su habilidad para generar utilidades
en el mediano y largo plazo. Las asimetrías de información, generan selección adversa
(asociada al alto riesgo de los proyectos) y daño moral (defraudación) (Audretsch et al.,
2009:4; Stiglitz y Weiss, 1981:18-22; Lecuona, 2009:12).
Las elevadas garantías que los bancos comerciales requieren para el otorgamiento de
crédito, en particular de largo plazo, excluyen a muchas empresas de menor tamaño, de ahí
la importancia de la Banca de Desarrollo como actor importante del ámbito productivo: el
desinterés del primer piso privado para canalizar fondos del banco de segundo piso, la
especialización de la banca de desarrollo en sectores o tipos de empresas donde el banco
privado carece de experiencia, o la evidencia de que la selección de clientes de las
entidades privadas difiere de la población objetivo de la banca de desarrollo (Levy et al.,
2004:36).
Las instituciones financieras públicas han tenido históricamente un papel relevante en la
provisión de financiamiento a las PYMES, en particular garantizando la disponibilidad de
recursos de mediano y largo plazo para la inversión a través de la creación de instrumentos
financieros y el financiamiento en segmentos donde el sector privado ha sido poco
dinámico. Estas instituciones tienen amplia presencia en el sistema bancario de la región
(América Latina), con una participación promedio cercana a 23% (Olloqui, De y Palma,
2012:14).
Para la banca de desarrollo mexicana, específicamente definida como el conjunto de
entidades de la Administración Pública Federal, con personalidad jurídica y patrimonio
propios, constituidas con el carácter de sociedades nacionales de crédito, cuyo objetivo
fundamental es el de facilitar el acceso al financiamiento a personas físicas y morales, así
como proporcionarles asistencia técnica y capacitación en los términos de sus respectivas
leyes orgánicas, las PYMES representan un segmento importante a atender (SHCP,
2013:2).
Es importante destacar la participación de dos instituciones pertenecientes a la banca de
desarrollo que están estrechamente vinculadas con el financiamiento empresarial: Nacional
Financiera (NAFINSA) y el Banco Nacional de Comercio Exterior S.N.C
3
(BANCOMEXT). Con la reforma económica emprendida a finales de los ochenta,
específicamente en la segunda y tercera etapa de liberalización financiera donde la banca de
desarrollo se vuelve banca de segundo piso, las funciones de NAFINSA como promotor
industrial directo fueron sustituidas por las tareas enfocadas a la promoción del desarrollo
industrial y regional atendiendo sobre todo a las pequeñas y medianas empresas, así como
el desarrollo del mercado bursátil e intermediarios financieros. Por su parte, las actividades
de BANCOMEXT actualmente se centran en la promoción del comercio exterior, para
incrementar el valor de las exportaciones y el número de exportadores, con apoyos
crediticios y asesoría técnica y promocional a las empresas exportadoras y a aquellas que
están vinculadas con las exportaciones, considerando a las pequeñas y medianas.
Asimismo, impulsar la captación de inversión extranjera en el país y la inversión mexicana
en el exterior (CNBV, 2006:12-13).
Dentro de los antecedentes del presente estudio se consideran principalmente las
investigaciones elaboradas por Huidobro (2012), Gómez (2013) y Manrique (2013).
Manrique (2013) señala que a partir de que la Banca de Desarrollo en México fue
desregulada y liberalizada, circunstancia que implicó su transición como banca de segundo
piso en una economía abierta, su actuación ha estado restringida a un mercado financiero de
menor tamaño y sofisticación, con menores instrumentos de intermediación financiera que
los países desarrollados y con un mercado de crédito segmentado, lo que se traduce en
menor acceso al crédito de las pequeñas y medianas empresas como sujetos de crédito.
Para Gómez (2013), en el modelo neoliberal, la Banca de Desarrollo se convirtió en un
subsistema dependiente y subordinado al sector financiero privado, como consecuencia de
sus continuas reformas y reestructuraciones, por lo que ha perdido eficiencia como
promotor del crecimiento económico en el país y en la canalización del crédito a sectores
estratégicos del mismo, tales como las PYMES.
Por su parte, Huidobro (2012), realizó un análisis de contraste entre el financiamiento
otorgado por la banca comercial y la banca de desarrollo a las PYMES del país,
encontrando diferencias entre ambos intermediarios, lo que no necesariamente implica que
la banca de desarrollo esté mitigando las imperfecciones de mercado que dan origen a la
exclusión de crédito.
Por lo que el objetivo general de este trabajo consiste en conocer cuáles fueron las variables
macroeconómicas que mayormente incidieron en el financiamiento de la banca de
desarrollo hacia las PYMES mexicanas entre 1998 y 2013.
METODOLOGÍA
Este estudio es observacional y exploratorio. Es un estudio observacional porque las
unidades de estudio están dadas en la investigación, de tal forma que el investigador sólo
las observa en las características de interés. Es un estudio exploratorio porque se tiene
interés en caracterizarlo, describirlo o conocerlo en una primera aproximación (Ojeda et.
al., 2011:45).
4
El periodo de análisis fue elegido porque abarca cuatro sexenios en política financiera,
fuertemente influenciados por el ciclo económico nacional, los cambios estructurales que
sufrió la Banca de Desarrollo en México y las crisis financieras de México (1995) y de
Estados Unidos (2009), factores que incidieron en los diferentes desempeños de la política
crediticia de la Banca de Desarrollo hacia las PYMES mexicanas.
Para la realización de esta investigación, se utilizaron los datos provenientes de la Encuesta
Coyuntural del Mercado Crediticio, la cual es publicada trimestralmente por la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores (CNBV, 2012); los boletines estadísticos trimestrales de la
Banca de Desarrollo en México de 1998 al 2013, editados por la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores (CNBV) así como datos macroeconómicos y financieros del país,
utilizando la información disponible del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI) y del Banco de México (BANXICO) respectivamente.
La Encuesta de Coyuntura tiene como población objetivo a las empresas del país que tienen
más de diez personas ocupadas. Esta encuesta incluye 19 preguntas sobre financiamiento en
su cuestionario y 15 de ellas aluden al crédito bancario. Se realiza trimestralmente con una
muestra de 450 unidades económicas pertenecientes a los sectores manufacturero y
comercial del país, agrupados por tamaño de empresa. Para identificar a estas empresas, el
Banco de México utilizó la información de los Censos Económicos y del Directorio
Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) del INEGI (Ríos, 2012:224).
Se elaboraron tres bases datos en Excel para la realización de esta investigación. Las dos
primeras bases fueron construidas utilizando la información disponible de la Encuesta
Coyuntural del Mercado Crediticio por tamaño de empresa (23 variables y 64
observaciones trimestrales, es decir 1472 datos en cada caso), con el propósito de
caracterizar su situación crediticia de las PYMES se incluyeron variables relacionadas con
las fuentes de financiamiento utilizadas por estas unidades económicas, los usos del
financiamiento y principales dificultades de acceso al financiamiento). Mientras que la
tercera base de datos se elaboró utilizando la información del Boletín Trimestral de la
Banca de Desarrollo para realizar un modelo de regresión múltiple que explicara la relación
entre las condiciones macroeconómicas prevalecientes en el periodo de análisis y su
influencia en el financiamiento de la banca de desarrollo hacia las PYMES, considerando
específicamente a dos instituciones estrechamente vinculadas al sector de las PYMES
provenientes del sector industrial y de servicios: Nacional Financiera (NAFINSA) y el
Banco Nacional de Comercio Exterior S.N.C (BANCOMEXT). Todas las cifras fueron
deflactadas al año base 2008 utilizando el deflactor implícito de precios trimestrales 2008,
proporcionado por el Banco de Información Económica del INEGI.
La tercera base quedó conformada con 16 variables y 64 observaciones trimestrales, es
decir, con una estructura de 1,024 datos. Posteriormente se presentarán en las gráficas y
modelo las variables utilizadas de las tres bases de datos que a continuación se describen.
Las bases 1 y 2 elaboradas en Excel fueron importadas al software SPSS para hacer los
análisis iniciales, mientras que la base 3 fue importada a STATISTICA para hacer el
análisis final de regresión múltiple, demostrando los supuestos estadísticos que le
fundamentan.
5
Utilizando técnicas exploratorias se realizaron estadísticas descriptivas con SPSS como
parte de los análisis iniciales para cada muestra: histogramas para medir la distribución de
las frecuencias por cada tipo de financiamiento utilizado por las PYMES en el periodo de
análisis (proveedores, banca de desarrollo, banca comercial, banca extranjera,
financiamiento de la oficina matriz, financiamiento de otras empresas, emisión de deuda);
gráficos de líneas para explicar la tendencia del comportamiento de la serie de tiempo de
todas las fuentes de financiamiento, así como para explicar el comportamiento de las
principales dificultades que enfrentaron las PYMES a lo largo del tiempo; y gráficos de
cajas y alambres para evaluar el comportamiento de cada una de las fuentes de
financiamiento por separado.
Se analizó especialmente la correlación de la banca de desarrollo con cada una de las
fuentes de financiamiento para las PYMES, así como la correlación entre la banca de
desarrollo y cada una de las dificultades de acceso al financiamiento enfrentadas por este
tipo de empresas. Finalmente, se realizó un modelo de regresión múltiple para explicar la
relación entre la situación macroeconómica el financiamiento de la banca de desarrollo a
las PYMES mexicanas entre 1998 y 2013. En su construcción se evaluaron múltiples
modelos que contenían variables independientes tales como el PIB, las importaciones o el
Índice Nacional de Precios al Consumidor, (INPC) sin embargo, no cumplían con los
supuestos de normalidad o independencia, razón por la cual se eligió como mejor modelo el
que aquí se presenta.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Del análisis preliminar de los datos se observó el comportamiento de las diferentes fuentes
de financiamiento utilizadas respectivamente por las pequeñas y las medianas empresas
entre el primer trimestre de 1998 y el cuarto trimestre del 2013, mismos que se presentan a
continuación en la gráfica 1.
6
Gráfica 1. Fuentes de financiamiento utilizadas por las pequeñas empresas mexicanas
entre 1998 y 2013.
Se observa para la figura de los proveedores fue la más utilizada como fuente de
financiamiento (80% para las pequeñas, en contraste con el 85% para las medianas) en ese
periodo, y que la banca de desarrollo representó una opción secundaria con relación a otras
fuentes tradicionales como la banca comercial y el financiamiento de otras empresas.
Respecto a los principales problemas que presentaron las pequeñas empresas para la
obtención de financiamiento, fueron las condiciones de la economía en general, los
problemas de demanda de sus bienes y servicios, las altas tasas de interés y las restricciones
de acceso, las principales dificultades que tuvieron que enfrentar este tipo de empresas
entre 1998 y 2013.
Es notorio que las tasas de interés fueron la principal limitante para que las pequeñas
empresas accedieran al financiamiento entre el primer trimestre de 1998 y el primer
trimestre del 2009, y que a partir del segundo trimestre de ese mismo año (2009), la
situación económica en general prevaleció como principal dificultad de acceso sobre los
problemas de demanda de éstos establecimientos, las referidas tasas de interés y las
restricciones de acceso vía garantías y documentación comprobatoria exigida para éstas
unidades económicas. En tanto que para las medianas empresas del país, las principales
barreras de acceso al financiamiento fueron inicialmente las altas tasas de interés (del
primer trimestre de 1998 al primer trimestre del 2010, alcanzando su punto máximo en el
tercer trimestre del 2011, al igual que la situación económica en general, constituyéndose
como la principal dificultad para las medianas empresas en esos años.
7
Gráfica 2. Principales dificultades de las medianas empresas para acceder al
financiamiento 1998-2013.
Es notorio, para ambos tipos de empresas, que las dificultades se incrementaron a partir del
tercer trimestre del 2008, año en que la crisis financiera internacional afectó la
disponibilidad de financiamiento a este sector a nivel mundial, agudizándose en el año
2009, lo que encareció el crédito como consecuencia de la alta volatilidad cambiaria que
produjo la recesión de la economía estadounidense (Garrido, 2011:4).
La crisis económica y financiera global inició en los Estados Unidos de Norteamérica,
debido a la combinación de diferentes factores económicos (el desmedido gasto, el
incremento de los apalancamientos financieros, el otorgamiento de préstamos hipotecarios
con un alto riesgo), provocando importantes desequilibrios económicos al sistema
financiero norteamericano. Así, la crisis económica que inicialmente se manifestó en el país
vecino, fue extendiéndose rápidamente a todos los sistemas financieros del mundo. Ésta es
una de las consecuencias de la globalización financiera, y su impacto se refleja en la
desaceleración de la productividad económica de países en vías de desarrollo, como lo es el
caso particular de México. El efecto de la actual crisis internacional en la economía
mexicana, impactó fuertemente a los sectores industrial y laboral con pérdida de numerosos
empleos formales a nivel nacional causada por la disminución de los ingresos y la pérdida
de la demanda (Hernández y Herrera, 2008:13). Tan sólo en el último bimestre de 2008, el
impacto de los efectos de la crisis en México representó un deterioro de 413,000 puestos de
trabajo, situación que incrementó las tasas de desempleo y afectó a varios sectores de
actividad económica, como es el caso concreto de la industria manufacturera (Samaniego,
2009: 62-64).
8
Se utilizó el software STATISTICA para hacer un modelo de regresión múltiple sobre el
financiamiento a las PYMES por parte de la banca de desarrollo y las variables
macroeconómicas prevalecientes entre 1998 y 2013. Utilizando el método de selección
“paso a paso” hacia atrás (backward stepwise) con un porcentaje de probabilidad de 10%
para los datos variables entrantes y del 5% para los datos salientes.
El modelo estimado del financiamiento de la banca de desarrollo a las PYMES mexicanas
entre 1998 y 2013 quedó definido de la siguiente manera:
̂ =-72314402 + 3 FBANCOMEXT -7115170 TC+ 225 CONSPUB -78 INVPRIV
𝑭𝑩𝑫𝑬
Donde:
̂ : Financiamiento estimado de la banca de desarrollo a las PYMES mexicanas entre
𝑭𝑩𝑫𝑬
1998 y 2013.
FBANCOMEXT: Financiamiento otorgado por BANCOMEXT a las PYMES mexicanas
entre 1998 y 2013.
TC: Tipo de cambio entre 1998 y 2013.
CONSPUB: Consumo público entre 1998 y 2013.
INVPRIV: Inversión privada entre 1998 y 2013.
Por cada unidad de financiamiento otorgado por BANCOMEXT en México a las PYMES
nacionales entre 1998 y 2013, el financiamiento de la banca de desarrollo aumentó en tres
unidades, es decir se establece una relación directa entre el financiamiento de
BANCOMEXT otorgado a las PYMES mexicanas y el financiamiento total de la banca de
desarrollo para este tipo de negocios con perfil exportador. Mientras que por cada aumento
en el tipo de cambio el financiamiento de la banca de desarrollo disminuyó, el consumo
público aumentó a medida que aumentaron los créditos a este tipo de empresas (recordemos
que las PYMES son proveedoras del gobierno federal), además de que se observa una
relación inversa entre el financiamiento de la banca de desarrollo a éstas empresas y la
inversión privada en el país. Esto último es explicable porque la mayor parte del
financiamiento que obtienen las PYMES lo utilizan para capital de trabajo o el pago de
pasivos, más no así para inversiones productivas (ENAFIN, 2012:42).
Analicemos la relación de cada una de las variables independientes por separado.
Uno de los puntos cruciales del Consenso de Washington fue el de la desregulación
financiera con profundo énfasis en el sector externo. El mercado determinaría las
necesidades de los individuos y de las empresas. Así, desde comienzos de los años noventa,
el Sistema Financiero Mexicano atravesó por una serie de cambios estructurales donde la
banca de desarrollo se convirtió en banca de segundo piso con el supuesto de que la
dispersión de esos fondos públicos a través de intermediarios privados aseguraría una
gestión profesional de los mismos. Sin embargo, esta modalidad de gestión no impidió que,
durante la primera mitad de los años noventa, la banca de desarrollo incurriera nuevamente
9
en serios desequilibrios por mala asignación de recursos a los intermediarios financieros.
De tal modo, al estallar la crisis de 1995, la banca de desarrollo también debió enfrentar un
colapso de su cartera, lo que se tradujo en un grave deterioro de su balance con un
incremento extraordinario de la cartera vencida en los créditos al sector privado y a las
empresas, así como una caída del volumen de crédito otorgado; esta situación se prolongó
hasta los primeros años del siglo actual (Garrido, 2011: 105).
Como consecuencia, a fines de la década, el crédito de la banca privada y de la banca de
desarrollo estaba colapsado lo que afectó principalmente a las PYMES, que en su gran
mayoría quedaron sin acceso a financiamiento. Esto no fue compensado con políticas
públicas relevantes, a pesar de existir un gran número de programas para esos fines, los que
sin embargo estaban dispersos y no coordinados.
Las acciones emprendidas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), a
principios de la década, se enfocaron en ofrecer más servicios financieros con bancos
especializados en el área; así como el impulso a la creación de intermediarios financieros
para las PYMES. Este impulso se canalizó a través de la Secretaría de Economía,
NAFINSA, BANCOMEXT y CONACYT con el propósito de elaborar programas y
productos específicos por medio de los cuales se debió promover el financiamiento de las
PYMES (CNBV, 2006:3).
Sin embargo, la contracción del crédito de la banca privada y de la banca de desarrollo
hacia la actividad productiva y las acciones poco coordinadas y a veces hasta con
duplicidad de funciones de las instituciones creadas ex profeso, generaron un ambiente
adverso para las PYMES. Gran parte de los recursos de los ahorradores depositados en la
banca privada, se canalizaron hacia operaciones más riesgosas y por lo tanto más rentables
(Garrido, 2011:8-11).
Entre los problemas a los que se enfrentaron las PYMES, resalta la falta de orientación del
financiamiento y la extranjerización de la banca que reduce el flujo del crédito agravando
aún más el problema y tiende a concentrarlo en las grandes corporaciones “los cinco bancos
de mayor tamaño concentran el 80% de los activos y la cartera de crédito; del total de la
cartera del crédito, sólo un porcentaje mínimo aproximadamente del 19%, es susceptible
para ser asignada a las PYMES” (Salgado, 2009:3).
Por otra parte, la sobrevaloración del tipo de cambio juega un papel importante en la
competitividad de las empresas nacionales, ante un tipo de cambio apreciado las empresas
son menos competitivas hacia el exterior y dada la contracción del mercado interno su
ámbito de acción se ve seriamente reducido (Ramírez, 2010:12).
Al sobrevaluar al tipo de cambio, se favorecen las importaciones y las empresas
transnacionales, en detrimento de las cadenas productivas de empresas nacionales, además
de generar un efecto adverso para las PYMES, ya que incentiva las importaciones, o que
México no sea competitivo ante otros países debido a que sus insumos son caros.
El sector exportador ha sido de los más cobijados por las políticas públicas, al verse
favorecidos por el tipo de cambio –un dólar competitivo para alentar las exportaciones-;
privilegiando las importaciones de bienes para empresas ligadas al comercio exterior; esto
provocó un fuerte incremento en los pasivos en dólares que dieron al traste con la moneda y
10
generaron una parte significativa en la crisis de 1994. A partir de este hecho desde 1995, las
empresas mexicanas han tenido que recurrir a fuentes de financiamiento alternas a los
bancos debido a la contracción de los préstamos de éste tipo de instituciones así como por
los altos costos de los mismos.”
Al analizar la relación directa entre el financiamiento de la banca de desarrollo a las
PYMES y el aumento en el consumo público se observa que las PYMES son proveedoras
del Gobierno Federal. Baste recordar que en noviembre del 2013 la Secretaría de Hacienda
y Crédito Público (SHCP) lanzó un programa de Garantías sobre Fianzas para PYMES por
más de dos mil millones de pesos, con el propósito de que un mayor número de pequeñas y
medianas empresas se convirtieran en proveedores del Gobierno federal (SHCP, 2013). La
tendencia del financiamiento público a través de la banca de desarrollo es favorecedora, por
tanto, para aquellas empresas que tradicionalmente han sido proveedoras del propio
gobierno, representadas tan solo por el 4% del total de PYMES en el país (Secretaría de
Economía, 2013:3).
“Las contrataciones públicas en el país representan alrededor de 40% del presupuesto de la
administración pública; es decir, 8% del Producto Interno Bruto, lo que enfatiza la
necesidad de que las PYMES participen en este programa clave” (El Financiero, 2013:1).
Durante el 2010, la administración pública destinó alrededor de 61,500 millones de pesos a
las compras de insumos a PYMES, las cuales crecieron 52% para el 2012, al alcanzar casi
94,000 millones de pesos en beneficio de más de 49,000 compañías del sector (SHCP,
2013:2).
Según Nacional Financiera (NAFINSA), hasta el primer trimestre del 2013, el total de las
compras del gobierno a estas empresas ha alcanzado los 14,000 millones de pesos, en
beneficio de más de 40,000 proveedores afiliados a Compranet, de los más de 94,000
registrados en el sistema, siendo la meta llegar a 100,000 millones de pesos este año (El
Financiero, 2013:1).
CONCLUSIONES
Se concluye que el financiamiento por parte de la banca de desarrollo a las PYMES
mexicanas estuvo condicionado por el comportamiento del tipo de cambio, de la inversión
privada y del consumo público, por lo que la hipótesis inicialmente planteada se aprueba.
De igual forma se concluye que entre 1998 y 2013 el financiamiento otorgado por la banca
de desarrollo a las PYMES estuvo fuertemente orientado hacia PYMES con perfil
exportador, en consonancia con el modelo neoliberal implementado en el país desde finales
de la década de los años ochenta, donde la banca de desarrollo, a pesar de sufrir profundas
transformaciones en su forma de operar y organizarse como banca de segundo piso, mostró
inconsistencias con su mandato original, creando un ambiente poco propicio para el
desarrollo y permanencia de éstas unidades económicas, que paradójicamente son
altamente productivas y generadoras de la mayor parte del empleo del país. Se evidencia la
falta de una política industrial coherente a las necesidades de crecimiento del país, la cual
carece de un sentido nacionalista y está contrapuesta a la política financiera emprendida por
México en el contexto del propio modelo Neoliberal.
11
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