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ORACIÓN POR NUESTRA MISION.
PRECES DIARIAS PARA LA ORACIÓN
COMUNITARIA EN EL MES DE OCTUBRE
La vida consagrada, testigo y testimonio, del
Amor misericordioso del Padre
Ofrecemos este material para tener especialmente en
cuenta el sentido misionero de nuestra oración durante el mes de
octubre. La celebración de la fiesta de nuestro Padre Fundador,
junto a la Jornada Misionera del Domund, nos urge a actualizar
más si cabe esta intención.
La vida y el anuncio constante del Papa Francisco avivan
más la razón de nuestra misión, para que desde el perdón y el
Amor, entreguemos nuestras vidas anunciando el evangelio con
nuestras palabras y nuestras obras. Que Dios Padre aumente
nuestra fe y aliente nuestra fidelidad.
Las preces pueden ser formuladas por el animador de la
oración u otro miembro de la comunidad. O también, si se cuenta
con copias para todos, puede hacerse de manera dialogada, como
solemos hacer las preces de la liturgia de las horas.
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Día 1.
− La misión no es proselitismo o mera estrategia; la misión es
parte de la “gramática” de la fe, es algo imprescindible para aquellos
que escuchan la voz del Espíritu que susurra “ven” y “ve” (Mensaje del
papa con motivo del Domund)
− Padre, en el día de Santa Teresa de Lisieux, patrona de las
misiones, te presentamos este mes misionero que comenzamos.
Que todos sus días sean un tiempo de encuentro con tu paz y tu
amor, que nos llama a darnos en nuestros hermanos más débiles,
sirviéndoles como tu Hijo nos enseñó.
Día 2.
− Quien sigue a Cristo se convierte necesariamente en misionero,
y sabe que Jesús «camina con él, habla con él, respira con él. Percibe a
Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera» (Evangelii Gaudium,
266).
− Pedimos hoy por la misión universal de la Iglesia de la que
formamos parte todos los que somos y nos sentimos misioneros.
Concédenos, Padre, tu gracia que nos asista en la construcción de
un mundo más fraterno, más humano, más cercano al ideal del
Reino, que Jesús quería.
Día 3.
− “Se pide a los consagrados que escuchen la voz del Espíritu,
que los llama a ir a las grandes periferias de la misión, entre las
personas a las que aún no ha llegado todavía el Evangelio” (Mensaje
del Papa con motivo del Domund).
− Te presentamos, Señor, los esfuerzos evangelizadores de
todos los misioneros que dan su vida en el anuncio de la fe en los
distintos lugares del mundo. Acompaña sus pasos para que hagan
presentes la alegría, la sencillez y el espíritu solidario con los
hermanos y hermanas más pequeños y necesitados.
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Día 4.
− “El quincuagésimo aniversario del Decreto conciliar Ad gentes
nos invita a releer y meditar este documento que suscitó un fuerte impulso
misionero en los Institutos de Vida Consagrada. En las comunidades
contemplativas retomó luz y elocuencia la figura de santa Teresa del
Niño Jesús, patrona de las misiones, como inspiradora del vínculo íntimo
de la vida contemplativa con la misión” (Mensaje del Domund).
− Danos lucidez para dejarnos acompañar con su ejemplo,
y saber, con el diálogo y la apertura a los demás, descubrirte
presente en nuestro mundo, tan necesitado de una palabra de
aliento misionero.
Día 5.
− “Para muchas congregaciones religiosas de vida activa el
anhelo misionero que surgió del Concilio Vaticano II se puso en marcha
con una apertura extraordinaria a la misión ad gentes, a menudo
acompañada por la acogida de hermanos y hermanas provenientes de
tierras y culturas encontradas durante la evangelización, por lo que hoy
en día se puede hablar de una interculturalidad generalizada en la vida
consagrada” (Mensaje del Domund).
− Hoy te pedimos, Padre, por todos los hombres y mujeres,
hijos e hijas de tu amor, que a lo largo del tiempo han descubierto
tus huellas en el mundo, a través de culturas y religiones diversas.
Día 6.
− “Es urgente volver a proponer el ideal de la misión en su centro:
Jesucristo, y en su exigencia: la donación total de sí mismo a la
proclamación del Evangelio. No puede haber ninguna concesión sobre
esto: quién, por la gracia de Dios, recibe la misión, está llamado a vivir
la misión” (Mensaje del Domund).
− Enséñanos, Padre, a confiar en ti, en la actuación de tu
espíritu en los corazones de la gente. Que sepamos descubrir tu
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paso en la historia y en la vida de las personas que cada día nos
rodean y nos muestran las señales de tu Reino.
Día 7.
− El anuncio de Cristo en las diversas periferias del mundo se
convierte en la manera de vivir el seguimiento de Él y recompensa los
muchos esfuerzos y privaciones. Cualquier tendencia a desviarse de esta
vocación, aunque sea acompañada por nobles motivos relacionados con
las muchas necesidades pastorales, eclesiales o humanitarias, no está en
consonancia con el llamamiento personal del Señor al servicio del
Evangelio (Mensaje del Domund).
− En el día del Rosario, pedimos al Padre, por intercesión de
María Madre, que nos ayude a anunciar la Buena Nueva del Reino
en fidelidad y fortaleza. Dispón de nosotros para cooperar en la
misión apostólica.
Día 8.
− “Hoy, la misión se enfrenta al reto de respetar la necesidad
de todos los pueblos de partir de sus propias raíces y de salvaguardar
los valores de las respectivas culturas. Se trata de conocer y respetar
otras tradiciones y sistemas filosóficos, y reconocer a cada pueblo y
cultura el derecho de hacerse ayudar por su propia tradición en la
inteligencia del misterio de Dios y en la acogida del Evangelio de Jesús,
que es luz para las culturas y fuerza transformadora de las mismas”
(Mensaje del Domund).
− Enséñanos, Padre, a ser hombres de Dios, descubriendo su
ternura y su amor en todos los seres humanos, los que tenemos más
cerca y los que están más lejanos. Que el sentirnos hermanos nos
haga trabajar por los demás, por su justicia y su dignidad como
personas.
Día 9.
− “¿Quiénes son los destinatarios privilegiados del anuncio
evangélico?” La respuesta es clara y la encontramos en el mismo
Evangelio: los pobres, los pequeños, los enfermos, aquellos que a
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menudo son despreciados y olvidados, aquellos que no tienen como
pagarte (cf. Lc 14, 13-14). La evangelización, dirigida preferentemente a ellos, es signo del Reino que Jesús ha venido a traer: «Existe un
vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos
solos» (Mensaje del Domund).
− Oremos especialmente por nosotros, que abrazamos la vida
consagrada misionera: con el voto de pobreza escogemos seguir a Cristo
en esta preferencia suya, no ideológicamente, sino como él,
identificándonos con los pobres, viviendo como ellos en la precariedad
de la vida cotidiana y en la renuncia de todo poder para convertirnos en
hermanos y hermanas de los últimos, llevándoles el testimonio de la
alegría del Evangelio y la expresión de la caridad de Dios. Dios nos
ayude a vivir así.
Día 10.
− Las Instituciones y Obras misioneras de la Iglesia están
totalmente al servicio de los que no conocen el Evangelio de Jesús y
necesitan los carismas y el compromiso misionero de los consagrados.
Pero también los consagrados necesitan una estructura de servicio, de
forma que la colaboración y la sinergia sean una parte integral del
testimonio misionero. Jesús ha puesto la unidad de los discípulos, como
condición para que el mundo crea (Mensaje del Domund).
− Oremos por todos los que se consagran a la catequesis de
infancia. Que realicen su tarea con humildad y sencillez y consigan
llevar a los niños a Jesús para que Él siembre en ellos el deseo de
vivir como verdaderos cristianos.
Día 11.
− La pasión del misionero es el Evangelio, fuente de alegría, de
liberación y de salvación para todos los hombres. La Iglesia es consciente
de este don, por lo tanto, no se cansa de proclamar sin cesar a todos
«lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto
con nuestros propios ojos» (1 Jn 1,1) (Mensaje del Domund).
- Oremos a Dios por nuestras parroquias y templos. Que sean
verdaderos lugares de misión donde quienes se acerquen sientan la
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acogida y el calor humano que les lleve a conocer al Dios que hace
arder en caridad.
Día 12. Nuestra Señora del Pilar
− María, Madre y Maestra de Misioneros, intercede ante el
Padre para que los hijos de tu Corazón reproduzcamos los rasgos de
Jesús y seamos hombres universales, atentos a las urgencias del mundo.
− Que como Tú, seamos hombres de misericordia, ternura y
compasión. Que nos abramos siempre a nuevos horizontes
misioneros, dispuestos a aceptar lo diverso. Y la caridad apostólica
que brota de la fragua de tu Corazón nos impulse en toda
circunstancia en que el Espíritu nos ponga.
Día 13.
− El seguimiento de Jesús, que ha dado lugar a la aparición de
la vida consagrada en la Iglesia, responde a la llamada a tomar la cruz
e ir tras él, a imitar su dedicación al Padre y sus gestos de servicio y de
amor, a perder la vida para encontrarla. Y dado que toda la existencia
de Cristo tiene un carácter misionero, los hombres y las mujeres que le
siguen más de cerca asumen plenamente este mismo carácter.
−En este día en que celebramos la Beatificación de nuestros
hermanos mártires de Sigüenza y Fernán Caballero, te pedimos,
Padre, que el testimonio que nos dieron con la entrega de su vida
avive en nosotros tu llamada a la fidelidad hasta el extremo y nos
haga generosos y fieles al servicio evangelizador al que nos llamas.
Día 14.
− Para vivir el testimonio cristiano y los signos del amor del Padre
entre los pequeños y los pobres, las personas consagradas están
llamadas a promover, en el servicio de la misión, la presencia de los
fieles laicos. Son hermanos y hermanas que quieren compartir la
vocación misionera inherente al Bautismo. Las casas y las estructuras de
las misiones son lugares naturales para su acogida y su apoyo humano,
espiritual y apostólico.
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− Te presentamos a cuantos desde su condición seglar,
anuncian el evangelio con prontitud y generosidad. Te pedimos que
hagas de ellos personas de oración y contemplación, viviendo la
presencia de Dios en el corazón del mundo.
Día 15.
− La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, es
una pasión por su pueblo. Cuando nos detenemos ante Jesús crucificado,
reconocemos todo su amor que nos dignifica y nos sostiene; y en ese
mismo momento percibimos que ese amor, que nace de su corazón
traspasado, se extiende a todo el pueblo de Dios y a la humanidad
entera.
− En el día de Santa Teresa de Jesús, haznos, Señor, personas
de Dios, buscadores incesantes del encuentro con Él. Ayúdanos para
que nuestras comunidades sean espacios de tu presencia y de
encuentro contigo.
Día 16.
− Te pedimos por todos los Misioneros Claretianos que están
repartidos por los cincos continentes y por nuestros hermanos que han
trabajado o trabajan en la Prelatura de Humahuaca para que se sigan
sintiendo fieles colaboradores de Jesús en la tarea de transmitir el
mensaje de salvación.
− Protégelos en sus necesidades para que en medio de sus
dificultades en la tarea de evangelización te sepan descubrir como
el único que puede sembrar el germen de una vida nueva, llena de
justicia, de amor e igualdad.
Día 17.
− Presentemos hoy al Señor nuestra misión en Zimbabue y las
obras apostólicas en Harare, Ruwa y Zhomba.
− Pedimos por cada uno de nuestros hermanos y laicos que
allí anuncian el Evangelio, para que las ilusiones y proyectos que
llevan adelante se vean realizados y sepan ser verdaderos
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sembradores de la semilla del Evangelio como única fuente de
consuelo y de paz.
Día 18. Domund: Misioneros de la misericordia
− “En nuestro tiempo, la Esposa de Cristo prefiere usar la
medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la severidad…”
(San Juan XXIII)
− En este día en que celebramos la Jornada de Oración por
las Misiones, envía tu luz a todos los misioneros, alienta su
esperanza, sé consuelo en sus trabajos, anímalos en las dificultades
y en todo momento haz que sientan cercana la presencia del Amor
misericordioso.
Día 19.
− Virgen María, Madre de Dios y Madre Nuestra: nos confiamos
a tu amor materno para que hagas de nosotros misioneros a imagen y
semejanza de tu Hijo, el Enviado del Padre.
− Pedimos hoy por los centros educativos de Don Benito, Las
Palmas y Sevilla. Que tu Espíritu, Señor, ilumine la fe de cuantos
forman parte de ellos (profesores, padres, alumnos, personal de
administración y servicios), de modo que sean testigos de la fe en
medio de sus vidas diarias.
Día 20.
− Enséñanos a creer, amar y servir como tú. Haznos generosos y
agradecidos para vivir con alegría el don de nuestra vocación
misionera.
− Oremos hoy especialmente por nuestros hermanos del
Equipo Claretiano de Evangelización Misionera. Concédeles, Padre,
tu luz que les ayude a descubrir los horizontes de su misión, y a
responder a la súplica de tantos hermanos que piden la luz del
Reino y el calor de tu Palabra.
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Día 21.
− “Me dirijo especialmente a los jóvenes, que siguen siendo
capaces de dar testimonios valientes y de realizar hazañas generosas
a veces contra corriente: no dejéis que os roben el sueño de una misión
auténtica, de un seguimiento de Jesús que implique la donación total de
sí mismo” (Mensaje Domund).
− Extiende tu llamada, Señor, a numerosos jóvenes e
infúndeles el ansia y la entrega al servicio de la Iglesia y de los
hermanos más pobres y necesitados. Te pedimos que el trabajo de
nuestros hermanos en el Equipo de Pastoral Juvenil Vocacional sea
fruto de esa misma entrega y amor a los que más nos necesitan.
Día 22.
− Te presentamos, Señor, a todos los Misioneros ancianos que
han gastado su vida en el servicio de la causa del Reino.
− Haz que su ejemplo nos estimule a vivir con generosidad
nuestra vocación, y que por sus oraciones de intercesión, lleguemos
a vivir con plenitud el seguimiento de Cristo.
Día 23.
− “Dios será siempre para la humanidad como Aquel que está
presente, cercano, providente, santo y misericordioso… Su ser
misericordioso se constata concretamente en tantas acciones de la
historia de la salvación donde su bondad prevalece por encima del
castigo y la destrucción” (Misericordiae Vultus, n. 6)
− Orienta, Señor, el corazón de las familias cristianas, capaz
de revelar las inmensas riquezas de tu caridad. Especialmente te
pedimos por las familias de los misioneros, para que vean
recompensada su entrega con la sobreabundancia de tus dones.
Día 24. Festividad de San Antonio María Claret.
− “En las parábolas de la misericordia (cf. Lc 15,1-32)
encontramos el núcleo del Evangelio y de nuestra fe… Jesús afirma que
la misericordia no es solo el obrar del Padre, sino que ella se convierte
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en el criterio para saber quiénes son realmente sus verdaderos hijos”
(Misericordiae Vultus, n. 9)
− “Como él es misericordioso, así estamos nosotros llamados
a ser misericordiosos unos con otros” (n. 9). Te pedimos tener para
con Dios, corazón de hijos, para con nosotros mismos, corazón de
juez y para con el prójimo, corazón de madre.
Día 25.
− “Escuchemos la palabra de Jesús que ha señalado la
misericordia como ideal de vida y como criterio de credibilidad de
nuestra fe. Dichosos los misericordiosos, porque encontrarán misericordia,
es la bienaventuranza en la que hay que inspirarse durante este Año
Santo” (Misericordiae Vultus, n. 9)
− Nuestro gozo consiste en buscar siempre la gloria de Dios
y en estar en las cosas del Padre. Para que nada ni nadie nos haga
vivir en la superficialidad y en el ruido, danos, Padre, un corazón
sencillo, humilde, solidario y misericordioso.
Día 26.
− “El tema de la misericordia exige ser propuesto una vez más
con nuevo entusiasmo y con una renovada acción pastoral. Es
determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que
ella viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y
sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de
las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre”
(Misericordiae Vultus, n. 12)
− Recordamos hoy a todos nuestros misioneros en
formación. Cada uno de ellos ha sido llamado para trabajar en la
viña del Señor siendo seguidores de Jesús. Pidamos para que
crezcan en sabiduría y gracia y como María vayan encarnando en
sus vidas a Jesús y lo entreguen a los demás con su palabra y
testimonio de vida.
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Día 27.
− “Donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la
misericordia del Padre. Dondequiera que haya cristianos, cualquiera
debería poder encontrar un oasis de misericordia” (Misericordiae Vultus,
n. 12)
− Enséñanos, Padre, a ser compañeros de los pobres en su
sufrimiento, en su dolor, en su enfermedad, en su falta de recursos,
en su fatiga, en su día a día, en todo lo que necesitan, y así nos
dejemos evangelizar por ellos, de modo que seamos cada vez más
humanos y cercanos a los humildes y sencillos.
Día 28.
− “En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco de la
Palabra de Dios que resuena fuerte y decidida como palabra y gesto
de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca se canse de ofrecer
misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar”
(Misericordiae Vultus, n. 25).
− Que la Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita
con confianza y sin descanso: ''Acuérdate, Señor, de tu misericordia
y de tu amor, que son eternos'' (n. 25)
Día 29.
− “La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la
Iglesia… La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del
amor misericordioso y compasivo” (Misericordiae Vultus, n. 10).
− Oremos por las nuevas vocaciones apostólicas de la Familia
Claretiana, para que Jesucristo envíe su llama al corazón de los
jóvenes y ellos, abiertos al Espíritu Santo, se sientan amados y
bendecidos como María y, al mismo tiempo, enviados a llevar ese
fuego de alegría a donde existan las tinieblas de la desesperanza.
Día 30.
− El Papa Francisco nos dice: En el secreto de vuestra conciencia,
preguntaos cuál es la razón por la que habéis elegido la vida religiosa
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misionera y medid la disposición a aceptarla por lo que es: un don de
amor al servicio del anuncio del Evangelio, recordando que, antes de
ser una necesidad para aquellos que no lo conocen, el anuncio del
Evangelio es una necesidad para los que aman al Maestro
− Oremos por quienes se dedican a la Pastoral Matrimonial y
Familiar, para que, teniendo un corazón de escucha y comprensión
como Jesús, colaboren con el proyecto de amor y de vida que Dios
anhela realizar en cada familia.
Día 31.
− María, causa de nuestra alegría, ¡ayúdanos a entrar en la
Palabra de tu Hijo! Que el fuego de amor del Espíritu nos siga
acompañando, para llevarla a todos los hombres y mujeres.
− En el final de este mes misionero, continúa acompañando
nuestro esfuerzo evangelizador. Confírmanos en la vocación
misionera, y haz que, urgidos por la caridad de Cristo, anunciemos
a todos los pueblos la Buena Nueva del Reino.
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