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Transcript
ISBN 978-970-43-0231-3
INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES
FORESTALES, AGRICOLAS Y PECUARIAS
CENTRO DE INVESTIGACION REGIONAL DEL NORESTE
CAMPO EXPERIMENTAL SAN LUIS
CHAMIZO: FORRAJE DE CALIDAD
EN ZONAS SEMIARIDAS
FOLLETO TECNICO No. 30
SEPTIEMBRE DE 2007
SECRETARIA DE AGRICULTURA, GANADERIA,
DESARROLLO RURAL, PESCA Y ALIMENTACION
Ing. Alberto Cárdenas Jiménez
Secretario
Ing. Francisco López Tostado
Subsecretario de Agricultura y Ganadería
Ing. Antonio Ruiz García
Subsecretario de Desarrollo Rural
Lic. Jeffrey Max Jones Jones
Subsecretario de Fomento a los Agronegocios
C. Ramón Corral Avila
Comisionado Nacional de Acuacultura y Pesca
INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES FORESTALES,
AGRICOLAS Y PECUARIAS
Dr. Pedro Brajcich Gallegos
Director General
Dr. Salvador Fernández Rivera
Coordinador de Investigación Innovación y Vinculación
Dr. Enrique Astengo López
Coordinador de Planeación y Desarrollo
Lic. Marcial A. García Morteo
Coordinador de Administración y Sistemas
CENTRO DE INVESTIGACION REGIONAL DEL NORESTE
Dr. Sebastián Acosta Núñez
Director Regional
Dr. Jorge Elizondo Barrón
Director de Investigación
C.P. José Cruz González Flores
Director de Administración
M.C. José Luis Barrón Contreras
Director de Coordinación y Vinculación en San Luis Potosí
INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES
FORESTALES, AGRICOLAS Y PECUARIAS
CENTRO DE INVESTIGACION REGIONAL DEL
NORESTE
CAMPO EXPERIMENTAL SAN LUIS
CHAMIZO: FORRAJE DE CALIDAD
EN ZONAS SEMIÁRIDAS
Dr. Jorge Urrutia Morales
Investigador en Producción de Pequeños Rumiantes
Campo Experimental San Luis
Dr. Sergio Beltrán López
Investigador en Forrajes y Pastizales
Campo Experimental San Luis
Dra. Catarina Loredo Osti
Investigador en Forrajes y Pastizales
Campo Experimental San Luis
Dra. Marta Olivia Díaz Gómez
Profesora Investigadora
Facultad de Agronomía, UASLP
M.C. Héctor G. Gámez Vázquez
Jefe de Operación
Campo Experimental San Luis
Folleto Técnico No. 30
Septiembre de 2007
CHAMIZO: FORRAJE DE CALIDAD EN ZONAS
SEMIÁRIDAS
No está permitida la reproducción total o parcial de esta
publicación, ni la transmisión de ninguna forma o por
cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, fotocopia,
por registro u otros medios, sin el permiso previo y por
escrito de los titulares del Copyright.
Derechos reservados © 2007, Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias.
Progreso No. 5
Barrio de Santa Catarina
Delegación Coyoacán
04010 México, D. F.
Tel. 01 (55) 54-84-19-00
Primera Edición
Tiraje: 1,000 ejemplares
Impreso en México
Clave INIFAP/CIRNE/P-100
ISBN 978-970-43-0231-3
Esta obra se terminó de imprimir en Septiembre de 2007
Cita correcta:
Jorge Urrutia Morales, Sergio Beltrán López, Catarina
Loredo Osti, Marta Olivia Díaz Gómez y Héctor Guillermo
Gámez Vázquez. 2007. Chamizo: forraje de calidad en
zonas semiáridas. INIFAP-CIRNE-Campo Experimental
San Luis. Folleto Técnico No. 30. San Luis Potosí, S.L.P.
México. 40 p.
CONTENIDO
Pag.
INTRODUCCIÓN
1
DESCRIPCIÓN BOTÁNICA DEL CHAMIZO
2
FENOLOGÍA Y REPRODUCCIÓN
3
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
4
VEGETACIÓN ASOCIADA
5
ÁREAS CON POTENCIAL PARA SU
ESTABLECIMIENTO EN SAN LUIS POTOSÍ
5
ESTABLECIMIENTO Y MANEJO DE
PLANTACIONES DE CHAMIZO
6
POTENCIAL DE PRODUCCIÓN DEL
CHAMIZO
16
VALOR NUTRITIVO DEL CHAMIZO
18
APROVECHAMIENTO DEL CHAMIZO EN LA
ALIMENTACIÓN ANIMAL
22
CONCLUSIONES
30
LITERATURA CITADA
31
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura
Texto
Pág.
1
Planta de chamizo en estado vegetativo
3
(izquierda) y en etapa de floración (derecha).
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Plantas de chamizo, en las que se aprecia la
forma de las semillas aún verdes (izquierda)
y maduras (derecha). Nótese la coloración
de la semilla madura; cuando se desprende
fácilmente, significa que es el momento de
cosecharla.
Áreas con potencial (rojo) para el
establecimiento de chamizo en San Luis
Potosí.
Establecimiento de chamizo con captación in
situ de agua de lluvia. Nótese que las
plantas se ubican aguas arriba del bordo,
con el fin de captar los escurrimientos.
Variaciones a lo largo del año en el
contenido de proteína cruda y digestibilidad
de la materia seca de hojas de Chamizo.
Variación anual en el contenido de proteína
cruda y total de nutrientes digestibles (TND)
del chamizo.
Constituyentes de la dieta de bovinos en
pastoreo en un matorral desértico durante la
época de sequía.
Forraje seco disponible por planta de una
plantación de chamizo de 18 meses con
diferente intensidad de corte.
Producción de leche en cabras Nubia
mantenidas en pastoreo en un banco de
chamizo durante la estación de sequía, en la
región semiárida de San Luis Potosí.
Influencia de la suplementación con nopal en
la producción de leche de cabras
mantenidas en bancos con elevada
población de chamizo.
4
6
14
20
20
23
25
28
29
ÍNDICE DE CUADROS
Cuadro
Texto
1
Porcentaje de germinación de semilla de
chamizo sometida a diversos métodos de
escarificación.
2
Desarrollo de chamizo bajo diferentes
dosis de estiércol caprino.
3
Producción de materia seca por planta y
por hectárea de chamizo establecido con
diferente densidad de población.
4
Contenido de proteína cruda y
digestibilidad del chamizo obtenido en
distintos estudios.
5
Valor nutritivo de plantas de chamizo
procedentes de diferentes localidades.
6
Contenido de proteína cruda (g/kg MS),
digestibilidad de la materia orgánica (%) y
relación hoja:tallo en tres especies de
Atriplex en dos estaciones del año.
7
Diferencias en el contenido de proteína
cruda (g/kg MS) y en la digestibilidad in
vitro de la materia orgánica (%) en hojas
y tallos de tres especies de Atriplex.
8
Recuperación de altura y diámetro de
copa de chamizo siete meses después
de haberse sometido a diferentes
intensidades de corte.
9
Número de cabras que se podrían
mantener en un banco de chamizo de
una hectárea, cuya producción sea de
1,800 Kg/ha/año.
10
Producción de leche y su composición
en grasa, proteína y sólidos totales de
cabras lactantes suplementadas con
chamizo, manejadas bajo un sistema
extensivo a libre pastoreo.
Pág.
8
15
17
18
19
21
22
25
27
30
CHAMIZO: FORRAJE DE CALIDAD EN
ZONAS SEMIÁRIDAS
1
Jorge Urrutia M.
1
Sergio Beltrán L.
1
Catarina Loredo O.
2
Marta Olivia Díaz G.
1
Héctor G. Gámez V.
INTRODUCCIÓN
Las regiones áridas y semiáridas de San Luis Potosí
están constituidas por grandes extensiones de agostadero
(4.6 millones de hectáreas), en los que se asienta una
ganadería conformada por bovinos (566 mil cabezas),
caprinos (712 mil cabezas) y ovinos (486 mil cabezas)
(SAGARPA, 2007). El sistema de producción utilizado es
principalmente el extensivo en agostaderos naturales,
donde existe una productividad forrajera marcadamente
estacional, la cual está definida por la cantidad y
distribución de las lluvias. Esta estacionalidad ocasiona
una alimentación deficiente del rebaño en pastoreo, cuyo
cuadro nutricional se agrava recurrentemente en los
períodos de sequía, durante el invierno y la primavera, con
la consecuente interrupción o caída en la producción. Lo
anterior, hace que la producción siga un patrón estacional,
concentrándose ésta en la época de lluvias (Castillo et al.,
1989; Olhagaray, 2005; Morlán et al., 2005).
En los agostaderos áridos y semiáridos, las arbustivas
forrajeras constituyen una opción para mejorar el estado
nutricional de los animales durante la época crítica, pues
algunas de ellas, como el chamizo (Atriplex canescens
(Pursh) Nutt.), permanecen verdes y presentan un valor
nutritivo alto durante todo el año (Romero-Paredes y
Ramírez, 2003). Contar con plantas de esta especie, ya
sea formando parte de la vegetación del agostadero o
conformando plantaciones de alta densidad (bancos),
1
2
Campo Experimental San Luis, CIRNE, INIFAP.
Facultad de Agronomía, UASLP.
ayudaría a mejorar la nutrición del ganado, en especial la
de las cabras, por su hábito de ramoneo.
El objetivo de la presente publicación es proporcionar
información relevante del chamizo, tales como
caracterización de la especie, distribución geográfica,
potencial de producción, calidad nutricional y formas de
establecimiento y aprovechamiento en la región semiárida
de San Luis Potosí, información que puede ser
extrapolada a ambientes similares de la República
Mexicana.
DESCRIPCIÓN BOTÁNICA DEL CHAMIZO
Nombres comunes
El Atriplex canescens (Pursh) Nutt., es una arbustiva
conocida con diversos nombres comunes según la región.
Los más utilizados son: Chamizo, Costilla de Vaca,
Mantequilla y Cenizo, aunque este último término también
es usado para denominar a otras especies arbustivas. El
nombre común más generalizado es el de “chamizo”, por
tal motivo, es el que se utilizará en la presente
publicación.
Descripción botánica
El chamizo es una planta dicotiledónea que pertenece
a la familia de las Chenopodiáceas. Es un arbusto
perenne, siempre verde y erecto; las plantas maduras
miden de 0.5 a 2 m de altura. Su sistema radical es
profundo, bien desarrollado y ramificado. Presenta tallos
abundantes que se ramifican desde la base, casi a nivel
de la superficie del suelo, y poseen una cubierta
escamosa grisácea; los tallos de crecimiento nuevos son
de color verde pálido semiflexibles, que al llegar al estado
maduro se vuelven quebradizos (Figura 1).
Las hojas nacen individuales o numerosas de nudos
alternos, son de color verde cenizo y forma elíptica,
pecioladas o sésiles; miden de 2 a 10 mm de ancho y de 1
2
a 4 cm de largo; poseen nervadura central y márgenes
enteros.
El chamizo es una planta generalmente dioica; las
flores femeninas se encuentran agrupadas en panículas
densas y poseen brácteas, y las flores masculinas están
agrupadas en panículas terminales sin brácteas. Son
flores pequeñas amarillo verdoso, que pueden aparecer
desde el mes de abril.
Figura 1. Planta de chamizo en estado vegetativo (izquierda) y
en etapa de floración (derecha).
El fruto es duro de paredes gruesas, con cuatro
brácteas; mide de 3 a 7 mm de diámetro. Es de color
verde intenso y al llegar a la maduración se torna amarillo
y café al secarse. La semilla se encuentra contenida
dentro del fruto, es oscura y pequeña; no todos los frutos
poseen semilla y al reproducir la especie lo que realmente
se siembra son los frutos, a los cuales se les identifica
comúnmente como semilla (Vines, 1960; Springfield,
1970; Quiñónez, 1987; citados por Romero-Paredes y
Ramírez, 2003).
FENOLOGÍA Y REPRODUCCIÓN
El chamizo tiene un período de crecimiento variable,
que depende de las condiciones de temperatura y
precipitación. El crecimiento más activo se tiene en los
meses de mayo a agosto. El período de floración también
3
es variable, pudiendo iniciar desde abril. Los frutos
maduros se observan de octubre a diciembre, época en la
cual debe realizarse la cosecha de semilla (Figura 2).
En condiciones naturales se reproduce en forma
sexual (plantas que nacen de semilla), o bien en forma
vegetativa por estolones; este último proceso se ha
observado en poblaciones localizadas en suelos franco
arenosos aluviales del Altiplano Potosino (Loredo et al.,
1993).
Figura 2. Plantas de chamizo, en las que se aprecia la forma de
las semillas aún verdes (izquierda) y maduras
(derecha). Nótese la coloración de la semilla madura;
cuando se desprende fácilmente, significa que es el
momento de cosecharla.
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
El chamizo es una planta nativa de América del norte,
que se distribuye desde Canadá hasta el centro de
México; en México, se encuentra en los estados de
Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango,
Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro y
Aguascalientes. Prospera desde el nivel del mar hasta
2,400 msnm, con precipitaciones de 150 a 500 mm
anuales; en forma natural se localiza en mesetas,
planicies y partes bajas de abanicos aluviales (Figura 3)
(Valencia, 1991; McArthur et al., s/a).
Se desarrolla bien en diversos tipos de suelos, aún
cuando prefiere suelos calcáreos con texturas variadas,
desde arenosas y franco arenosas hasta suelos francos.
4
En forma natural se le encuentra en suelos con bajo
contenido de materia orgánica y nitrógeno, en drenaje de
moderado a rápido; no tolera inundaciones prolongadas
(Loredo et al., 1993).
VEGETACIÓN ASOCIADA
Este arbusto se encuentra en forma natural en los tipos
de vegetación denominados matorral desértico micrófilo,
matorral desértico rosetófilo y en menor grado en el
matorral crasicaule (Loredo et al., 1993). Los principales
géneros de gramíneas a los que se asocia son
Sporobolus, Buchloe, Aristida, Bouteloua, Muhlenbergia y
Setaria; en el estrato medio y superior destacan las
siguientes especies: Prosopis glandulosa (mezquite),
Acacia farnesiana (huizache), Koeberlinea spinosa
(junco), Flourensia sp. (hojasén), Larrea tridentata
(gobernadora), Parthenium incanum (mariola), Suaeda
mexicana (saladillo) y especies del genero Opuntia
(Loredo et al., 1993).
ÁREAS CON POTENCIAL PARA SU
ESTABLECIMIENTO EN SAN LUIS POTOSÍ
En San Luis Potosí, con base en las condiciones de
suelo, clima y topografía, se han determinado las áreas
con potencial para el establecimiento de plantaciones de
chamizo. En la Figura 3 se muestran con rojo las zonas
con potencial, mientras que el resto del estado muestra
potencial bajo o nulo. Aunque teóricamente podría
establecerse en muchas otras zonas, en general no se
recomienda; en estos casos sería preferible establecer
bancos con otros tipos de arbustivas.
5
Figura 3. Áreas con potencial (rojo) para el establecimiento de
chamizo en San Luis Potosí.
ESTABLECIMIENTO Y MANEJO DE
PLANTACIONES DE CHAMIZO
El establecimiento de plantaciones de chamizo
generalmente se realiza por semilla. Pero, debido a que
no hay disponibilidad de semilla en el mercado, es
necesario obtenerla por colecta, para posteriormente
proceder a su siembra.
Colecta de semilla
La semilla se colecta de plantaciones naturales en la
misma región, lo cual garantiza su adaptación al medio
ambiente. Si en la región no existen sitios de colecta, es
factible traerla de otros sitios y establecer pequeños
bancos para producción de semilla; los solares resultan
ideales para este fin, porque ahí las plantas se pueden
cuidar y, de esta manera, asegurar la producción de
semilla. La semilla se cosecha cuando toma una
coloración café y se desprende fácilmente de la planta, lo
cual ocurre generalmente entre los meses de noviembre y
diciembre. La semilla se cosecha a mano y se guarda en
costales en un sitio fresco, seco y sombreado. Debido a
6
que presenta latencia, es necesario almacenarla al menos
durante seis meses antes de sembrarla.
Germinación de la semilla
La forma natural de propagación del chamizo es a
través de semillas. Wilson (1969) encontró que la
temperatura ambiente necesaria para la germinación de
esta especie es entre 20 y 30 ºC, aunque no todas las
semillas germinan en la misma fecha, aún teniendo control
sobre temperatura y humedad.
Se ha determinado que el porcentaje de germinación
de las semillas de esta especie es bajo (12%), por lo que
es necesario recurrir a técnicas de escarificación que
interrumpan la latencia de las semillas, con lo que se
incrementa el número de plántulas que se pueden obtener
(Beltrán, 1999a).
Métodos de escarificación de la semilla
Las semillas de chamizo muestran un alto nivel de
latencia, la cual es controlada por varios mecanismos
(Meyer, 2003). Las brácteas constituyen un mecanismo
que inhibe la germinación y también contiene sustancias
solubles en agua, sal y saponinas, que inhiben la
germinación (Clor et al., 1989).
Para romper la latencia de las semillas del chamizo se
han probado diversas técnicas. Twtchell (1955) determinó
que la semilla del chamizo despojada de las brácteas
contiene 1.10% de cloruro y que después de remojarlas
por dos horas en agua de buena calidad, se elimina el
90% de este cloruro, lo que se correlacionó con
incrementos en la germinación, sugiriendo que el cloruro
puede estar inhibiendo la germinación. Por su parte Nord
y Van Atta (1960) atribuyeron la latencia del chamizo al
contenido de saponina de las brácteas y demostraron que
se puede incrementar la germinación al remojar las
semillas, disolviendo gran parte de la saponina. Al
parecer, la escarificación mecánica fuerte tiende a
incrementar la germinación (Nord y Whitacre, 1957),
debido a que se eliminan parte de las saponinas. Además,
7
las semillas se vuelven más porosas, lo que permite que
el remojo remueva el resto de las saponinas. Se han
probado diversos tratamientos para escarificar semillas de
chamizo, como el lijado, el licuado (Cárdenas, 1974) y el
remojo en nitrato de potasio al 0.2% (Soltero, 1982).
Beltrán (1999a) encontró que el mejor método de
escarificación (Cuadro 1) fue lijar la semilla y remojarla
durante 48 horas (63.75% de germinación), comparado
con el testigo (sin tratamiento), el cual tuvo valores de
germinación del 13.75%.
Cuadro 1. Porcentaje de germinación de semilla de chamizo
sometida a diversos métodos de escarificación.
13.75
Prueba
de
medias
ef
Remojo en agua por 24 h.
26
cdef
Remojo en agua por 48 h.
25.25
cdef
Remojo en agua por 72 h.
Remojo en ácido sulfúrico al 100 % de
concentración
Remojo en ácido sulfúrico al 50 % de concentración
56.5
ab
18
def
26.25
cdef
Remojo en ácido acético al 100 % de concentración
28.5
cdef
Remojo en ácido acético al 50 % de concentración
23.25
def
Molino sin remojo en agua
22.5
def
Molino con remojo en agua por 24 h.
28.75
cdef
Molino con remojo en agua por 48 h.
34.5
abcd
Molino con remojo en agua por 72 h.
51
abc
29.25
cdef
Lija mas remojo en agua por 24 h.
26.25
cdef
Lija con remojo en agua por 48 h.
63.75
a
Lija con remojo en agua por 72 h.
Tratamiento
%
Testigo (sin tratamiento)
Lija sin remojo en agua
35.25
bcde
Licuado por 15 seg.
41
abcd
Licuado por 30 seg.
11.25
ef
Licuado por 60 seg.
13.5
ef
Refrigeración por 24 h.
7.5
f
Refrigeración por 48 h.
8.25
f
Refrigeración por 72 h.
8
f
a - f: valores con distinta letra son estadísticamente diferentes (P<0.05).
Fuente: Beltrán (1999a).
8
Métodos de establecimiento
El comportamiento del chamizo difiere de acuerdo a las
condiciones del sitio, a la técnica de establecimiento y al
manejo, factores que deben considerarse al iniciar
trabajos de revegetación. Con este fin se han ensayado
distintos métodos de establecimiento, entre los que
destacan la siembra directa y el trasplante.
Siembra directa
Este método consiste en depositar la semilla
directamente en el sitio definitivo en el campo. Con este
método se evita el proceso de producción de la planta en
almacigo y su posterior trasplante al sitio definitivo. La
experiencia ha mostrado que en las condiciones de
temporal semiárido, la siembra directa tiene poco éxito,
debido a la poca humedad y al ataque de lagomorfos,
principalmente liebres, por lo cual es recomendable la
obtención de planta en vivero y su posterior trasplante (De
la Cruz y Zapién, 1978; Loredo et al., 1993)
Por su parte McMillan (1960), después de varios años
de búsqueda de metodologías para el establecimiento del
chamizo, determinó que la propagación por trasplante es
recomendable solamente en aquellas áreas en donde
fuera necesario un número pequeño de plantas, como es
el caso del establecimiento de bancos de arbustivas, pero
en caso de que se requiera rehabilitar grandes áreas de
pastizal, recomienda la siembra directa, con el fin de
reducir los costos de establecimiento y la necesidad de
mano de obra, aunque el porcentaje de establecimiento se
reduzca. Así, la decisión estará en función de los costos
de establecimiento y del área total que se proyecte
rehabilitar con esta especie.
Trasplante
Debido a las dificultades señaladas para establecer
plantaciones de chamizo mediante siembra directa, la
producción de planta en vivero para su trasplante se ha
9
utilizado con mayor frecuencia (Villanueva y Martínez,
1991; Loredo et al., 1993).
El INIFAP recomienda este método, pues se obtiene
prácticamente de 80 a 100% de sobrevivencia y un rápido
crecimiento, porque las plántulas cuentan con toda la
protección hasta su establecimiento (Beltrán y Loredo,
1998); después del trasplante a campo el volumen de
tierra contenida en el envase les permite sobrevivir, hasta
que se adapta a su nuevo sitio. Sin embargo, el costo de
establecimiento con este método es mayor (casi
$5.00/planta, mientras que en siembra directa es de
menos de $2.00/planta). Por esta razón, se han ensayado
métodos alternativos para reducir los costos, sin afectar
seriamente las probabilidades de éxito. Así, el trasplante a
campo se puede realizar de distintas formas:
ƒ
ƒ
ƒ
Trasplante con planta desarrollada con cepellón
en bolsa para condiciones de temporal (Loredo et
al, 1993).
Trasplante con planta desarrollada con cepellón
en bolsa para condiciones de riego por goteo
portátil (Pinales, 2005).
Trasplante a raíz desnuda en condiciones de
buena humedad con planta producida en almacigo
(Beltrán, 1999 a).
En general se han obtenido porcentajes de
establecimiento superiores al 60% con los tres métodos,
aunque el uso de riego, además de garantizar un mayor
porcentaje de sobrevivencia (hasta el 98%), acelera el
proceso, permitiendo aprovechar la plantación antes del
año de su establecimiento (Pinales, 2005).
Trasplante con cepellón en condiciones de temporal
Este método consiste en la producción de planta en
almácigo, trasplante a cepellón o en bolsa de plástico y
trasplante a campo. Este es el método más utilizado, en
parte, porque no requiere de regar el sitio antes del
trasplante. Sin embargo, es un método caro ($4.70 por
planta) y el porcentaje de sobrevivencia puede ser menor
al 20%, debido a los intensos daños que ocasiona la fauna
10
silvestre y a que no siempre se tienen las condiciones de
humedad durante el trasplante que permitan un desarrollo
lo suficientemente rápido. La protección del cultivo de
chamizo y la realización del trasplante en condiciones de
humedad y en áreas protegidas del ganado y fauna
silvestre, permiten elevar el porcentaje de sobrevivencia
por encima del 60%.
Por esta razón se han ensayado los métodos de
trasplante en condiciones de riego temporal, ya sea a raíz
desnuda o con cepellón.
Trasplante con cepellón en condiciones de riego
El trasplante en condiciones de riego tiene la ventaja
sobre el trasplante en temporal, que el porcentaje de
sobrevivencia se puede incrementar hasta el 98%, así
como la velocidad de crecimiento (Beltrán, 1999b). Esto
último permite, además, aprovechar la plantación en un
tiempo más corto (ocho meses del trasplante) (Pinales,
2005).
El método es aplicable casi exclusivamente en el
establecimiento de bancos de arbustivas, en donde se
pueda establecer un sistema de riego, ya sea rodado o
por goteo. Antes del trasplante se aplica un riego intenso,
con el fin de humedecer la tierra hasta unos 30
centímetros de profundidad. En el caso de utilizar riego
por goteo, el trasplante se realiza en los sitios de
humedad, después de un riego intenso (1 L/seg durante
24 horas para un lote de 2500 m2 y 1250 plantas).
Posteriormente se aplica un riego similar cada 30 días,
durante unos seis meses, hasta que se inicie el siguiente
temporal. Para obtener esta densidad, se trazan surcos a
dos metros de distancia, en los que se plantan los
arbustos con separación de un metro (Pinales, 2005).
Trasplante a raíz desnuda
Este método está basado en la producción de planta
en vivero y su trasplante directo a campo, con lo que se
elimina el paso de trasplantar a cepellón en bolsa. En un
ensayo realizado por Beltrán et al (2004) en condiciones
11
de riego, se observó que el trasplante a raíz desnuda
directamente del almácigo al campo, utilizando plántulas
de 30 cm de altura, se lograron porcentajes de
sobrevivencia del 100%. La gran ventaja fue la reducción
de costos ($2.52/planta) de establecimiento, que fue
apenas la mitad del costo tradicional. La producción de
plántula directamente en bolsa de plástico y trasplante a
campo mostró un porcentaje de establecimiento similar
(93%), pero con un costo superior ($3.32 por planta),
mientras que el porcentaje de establecimiento por el
método de siembra directa de la semilla en campo fue
prácticamente nulo.
Producción de planta en vivero
Cualquiera de los tres métodos antes mencionados
requiere de la producción de la planta en condiciones de
vivero. Dentro de las actividades para la producción de
planta se deben considerar los siguientes aspectos:
ƒ
ƒ
ƒ
Contar con instalaciones apropiadas.
Tener el material y equipo necesario.
Disponer de personal entrenado para atender el
vivero.
Las actividades se resumen en lo siguiente:
1. Preparación del almácigo con una mezcla de
arena, tierra y materia orgánica, en proporción de
1:1:1. La materia orgánica puede ser tierra de
mezquite o estiércol bien descompuesto.
2. El
almácigo
se
fumiga
para
prevenir
enfermedades en las plántulas. Por cada 10 m3 de
tierra se aplica una libra de bromuro de metilo
(455 g). Para su aplicación es necesario cubrir el
almacigo con plástico. Después de la aplicación
se deja reposar 72 horas, tras lo cual se destapa y
se remueve para que se ventile por otras 72 horas
antes de realizar la siembra.
3. Remojo de la semilla durante 48 horas en agua a
temperatura ambiente y removiendo la semilla.
4. Siembra en almacigo a voleo utilizando dos
kilogramos de semilla para una superficie de 10
12
m2. La semilla se cubre con una capa de tierra de
0.5 a 1.0 cm de gruesa, de la misma mezcla con
la que se preparó el sustrato del almácigo; la
siembra se realiza de preferencia durante la
segunda quincena de marzo.
5. La germinación ocurre entre 7 y 20 días después
de la siembra. Para mantener
condiciones
adecuadas de humedad se aplican dos riegos
ligeros al día para evitar que la superficie se
seque o se encharque (Villanueva y Martínez,
1991). Cuando las plantas miden alrededor de 8 a
10 cm de altura, se trasplantan a bolsas negras de
polietileno de 10 x 15 cm, a las cuales se les
hacen orificios pequeños en la parte inferior,
suficientes para mantener un adecuado drenaje.
En esta etapa es necesario aplicar al menos dos
riegos por semana.
6. Crecimiento de las plantas. Las plantas
permanecen en el vivero hasta que inicie el
período de lluvias y pueda hacerse el trasplante a
campo. Si la siembra se realiza en marzo-abril en
el vivero, las plantas medirán de 20 a 30 cm al
momento del trasplante y tendrán el vigor
necesario para resistir el estrés que implica el
trasplante definitivo. Se recomienda trasplantar de
junio a agosto, dejando septiembre y octubre
para que se arraiguen adecuadamente. Si se
trasplantan antes de junio se corre el riesgo de
que los lagomorfos (liebres) terminen con la
plantación, ya que para esas fechas aún no hay
suficientes rebrotes de otras plantas y el chamizo
llevado ahí, será un forraje muy apetecido por
éstos. Si se trasplantan después de septiembre se
corre el riesgo de daños por las heladas, debido a
que aún no se han arraigado bien.
Captación de agua de lluvia
Cualquier actividad de revegetación en las zonas
áridas y semiáridas requiere en forma indispensable algún
tipo de captación del agua de lluvia; mediante esta acción
se incrementan las posibilidades de éxito, ya que la
13
cantidad de humedad se incrementa en los sitios donde se
establecen las plantas (Loredo et al, 1993).
Para el establecimiento de arbustivas en pastizales, las
prácticas más eficientes para la captación de agua de
lluvia son el bordeo en curvas a nivel, el surcado al
contorno, el surcado simple y el poceo (Huss y Aguirre
1979 y Negrete et al, 1986; Beltrán, 1996).
Por otro lado, el método más adecuado para
establecer bancos de arbustivas consiste en levantar
pequeños bordos a nivel y trasplantar el arbusto aguas
arriba del bordo, dejando un área destinada al
escurrimiento (Figura 4). La distancia entre bordos
depende de la precipitación pluvial, la pendiente del
terreno y la erosionabilidad del suelo. Aunque los cálculos
no son complejos, sí se requiere del conocimiento previo
de los índices de cada variable. Por esta razón, se
recomienda consultar el Manual de Conservación de
Suelo y Agua (Colegio de Posgraduados de Chapingo,
1977).
Figura 4. Establecimiento de chamizo con captación in situ de
agua de lluvia. Nótese que las plantas se ubican aguas
arriba del bordo, con el fin de captar los
escurrimientos.
La producción por planta se relaciona con la
disponibilidad de agua, es decir, a mayor distancia entre
hileras de plantas, el área de captación de humedad es
mayor y, por lo tanto, las plantas alcanzan mayor altura y
diámetro. En plantaciones realizadas a 3 m entre hileras,
el diámetro de las plantas al cuarto año fue de 98 cm,
comparado con 76 cm en la plantación realizada a 1 ó 2
14
m. Sin embargo, al cuantificar la producción por unidad de
superficie, la producción fue mayor a medida que se
redujo el espacio entre bordos, siendo 5.43, 3.64, 2.42 y
2.48 ton/ha de materia seca para los espaciamientos de
1.0, 2.0, 2.5 y 3.0 m, respectivamente, debido a que la
menor producción individual obtenida con el menor
espaciamiento se compensó con la mayor densidad de
población (Loredo y Villanueva, 1993).
La distancia entre bordos se determina con base en las
condiciones topográficas del terreno, la precipitación
pluvial que recibe el sitio de establecimiento y del manejo
de una posible combinación con otras especies forrajeras.
En general, mientras mayor sea la pendiente, menor será
la distancia entre bordos. Cuando es poca la pendiente, la
distancia entre bordos estará determinada por la cantidad
de agua de lluvia. Hay que considerar que mientras más
bordos se tengan, menor será la distancia entre éstos y,
por lo tanto, menor será la cantidad de agua captada para
uso de cada planta; así, con precipitaciones escasas
(menores a 300 mm/año) la distancia entre bordos deberá
tener un mínimo de cuatro metros, distancia que podrá
reducirse hasta dos metros en la medida que la
precipitación sea mayor.
Abonado y fertilización
El chamizo no ha mostrado respuesta evidente a la
fertilización o al abonado (Loredo et al., 1996),
probablemente debido a que en forma natural crece en
suelos de fertilidad baja (Cuadro 2).
Cuadro 2. Desarrollo de chamizo bajo diferentes dosis de
estiércol caprino.
DOSIS DE
SOBREVIVENCIA
ESTIÉRCOL
(%)
(ton/ha)
0
81.8
10
61.0
20
63.8
30
72.8
40
80.8
50
89.8
20+20 kg/ha N
78.5
Fuente: Loredo et al. (1996).
15
ALTURA
(cm)
42.9
51.8
55.2
51.5
57.3
50.0
54.3
DIÁMETRO
DE COPA
(cm)
32.1
31.0
41.5
33.6
40.2
36.5
33.9
Control de plagas y enfermedades
En plantaciones de chamizo no se han reportado
daños por plagas o enfermedades que requieran de algún
control fitosanitario. Sin embargo, se han observado
daños ocasionados por lagomorfos (conejos y liebres) y
otras especies de fauna silvestre, debido a que durante el
consumo trozan los brotes tiernos, causando daños
severos a las plantas en fase de establecimiento y
desarrollo. Esto se observa con mayor frecuencia en
plantaciones realizadas al inicio de la estación de lluvias,
debido a que la disponibilidad de alimento producido por
las gramíneas está reducida aún (Loredo et al., 1993). Por
ello es conveniente realizar algunas prácticas de manejo
para evitar dichos daños:
ƒ
ƒ
ƒ
Uso de trampas para lagomorfos.
Trasplante tardío.
Protección del banco con malla cerrada.
Entre estas prácticas, lo mejor es proteger el cultivo
con cerco de alambre y malla de diámetro pequeño (en la
parte inferior del cerco), ya que de cualquier manera
deberá cercarse para evitar la entrada de ganado en las
épocas de crecimiento y recuperación de las plantas.
POTENCIAL DE PRODUCCIÓN DEL
CHAMIZO
En las regiones árida y semiárida de México, el
chamizo constituye una importante fuente de alimento
para el ganado a lo largo de todo el año, especialmente en
las épocas de invierno y sequía, cuando la producción de
otras especies forrajeras es casi nula.
En trabajos previos (Loredo y Villanueva, 1993) se ha
evaluado el potencial productivo del chamizo, con el fin de
incorporarlo a la dieta de los animales, a través del
establecimiento de módulos de alta densidad de
16
población. Asimismo, se ha determinado su valor nutritivo
(Valencia et al., 1981; Sanginés et al., 1987; Urrutia et al.,
1989).
La producción de forraje proveniente del chamizo
depende de varios factores, entre los que destacan: edad
de las plantas, número de plantas por hectárea,
crecimiento en un año, intensidad de uso en el ciclo
anterior, tiempo de recuperación y condiciones
ambientales.
Se ha determinado que la producción de materia seca
de una planta de chamizo varía de 540 a 740 g,
dependiendo de la distancia dejada entre hileras de
plantas (Cuadro 3), tendiendo a incrementarse conforme
el área de escurrimiento sea mayor (Loredo y Villanueva,
1993). En plantas adultas puede rebasar el kilogramo, si la
densidad es menor a 2,000 plantas por hectárea
(Enríquez et al., 2002). En evaluaciones realizadas antes
y después del ramoneo, se observó que la biomasa
disponible puede ser de alrededor de un kilogramo por
planta (Romero-Paredes y Ramírez, 2005).
Cuadro 3. Producción de materia seca por planta y por hectárea
de chamizo establecido con diferente densidad de
población.
Distancia entre
Plantas/ha
hileras (m)
1.0
10,000
2.0
5,000
2.5
4,000
3.0
3,333
Producción de forraje
g/planta
ton/ha
543
5.43
728
3.64
604
2.42
744
2.48
Fuente: Loredo y Villanueva (1993)
En general, la producción de forraje se estabiliza al
tercer año después del trasplante en alrededor de 2.5
ton/ha, cuando la densidad es de 3,300 plantas/ha.
17
VALOR NUTRITIVO DEL CHAMIZO
Esta arbustiva forrajera ha mostrado ser una efectiva
fuente de proteína para cabras en pastoreo (Boutouba et
al., 1990). El elevado contenido de proteína (11 a 17%) la
hace comparable con algunas otras especies forrajeras,
como la alfalfa (Fierro, 1991; Urrutia et al., 1989; Beltrán et
al., 2006). Al igual que el contenido de proteína, la
digestibilidad de la materia seca también es elevada
(Cuadro 4) y, en general, es superior al 60% (Enríquez et
al., 2003). El Cuadro 5 muestra el contenido de proteína
de distintas accesiones de chamizo establecidas en
condiciones de temporal en el Altiplano de San Luis Potosí
(Urrutia et al., 1989). La alta digestibilidad encontrada en
el forraje de la arbustiva puede ser atribuida al incremento
en los niveles de proteína que caracterizan a esta especie
(Otsyina et al., 1983). La degradabilidad efectiva de la
materia seca y la proteína de Atriplex canescens es de
65.4 y 75.0%, respectivamente (Salcedo et al., 1998).
Cuadro 4. Contenido de proteína cruda y digestibilidad del
chamizo obtenido en distintos estudios.
Proteína Cruda
(%)
Digestibilidad
(%)
Welch, 1978
Sanginés et al., 1987
Garza y Fulbright, 1988
Urrutia et al., 1989
Enríquez et al., 2003
14.9
7.6 a 11.5
11.6 a 23.7
14.4 a 20.1
16.2 a 17.3
61.7 a 71.0
Urrutia et al., 2006
17.7 a 20.4
67.01
Fuente de información
Beltrán et al., 2006
Van Niekerk et al., 2004a
63.3 a 64.9
15.3
75.5
17.6 a 19.8
71.6 a 73.8
Romero-Paredes et al., 1998
71.7 – 74.3
Esta arbustiva contiene un nivel de proteína digestible
de alrededor del 8%, que permite cubrir los requerimientos
de ovejas gestantes durante el otoño y el final del invierno
(Otsyina et al., 1982) y de vacas gestantes o lactantes
18
(Soltero y Fierro, 1980). Se ha observado que los
arbustos, a diferencia de los pastos, presentan una baja
pérdida de proteína cruda del inicio de la floración hasta la
formación de semilla (Cook y Harris, 1968), lo que hace de
ellos un forraje de elevado valor nutricional durante la
mayor parte del año.
Cuadro 5. Valor nutritivo de plantas de chamizo procedentes de
diferentes localidades.
PC
(%)
EE
(%)
C
(%)
Ciudad del Máiz, SLP
19.4
2.1
16.9 12.6 49.4
60.9
2.68
Guadalcazar, SLP
19.7
1.4
16.7 13.2 49.1
60.4
2.66
Villa de Guadalupe, SLP 16.2
1.6
15.9 11.1 55.3
61.4
2.7
Real de Catorce, SLP
16.4
2.6
12.6 13.1 56.1
64.6
2.84
Durango, Dgo.
15.7
2.2
18.2 13.7 50.5
59.6
2.62
Tlahualilo, Dgo.
14.8
1.9
17.3 12.8 53.3
60.4
2.64
PROCEDENCIA
FC
(%)
ELN TND
ED
(%) (%) (Mcal/Kg)
Ramos Arizpe, Coah.
14.4
1.7
17.6
9.2
57.7
61.2
2.69
Viesca, Coah.
16.7
2.6
14.7
8.7
58.4
64.2
2.82
Chihuahua, Chih.
20.1
2
18.2 10.8 49.7
60.7
2.67
Promedio
17.04 2.01 16.46 11.69 53.28 61.49
2.70
PC= Proteína cruda; EE= Extracto etéreo; C= Cenizas; FC= Fibra cruda;
ELN= Extracto libre de nitrógeno; TND= Total de nutrientes digestibles;
ED= Energía digestible.
Fuente: Urrutia et al. (1989).
Se ha visto que las plantas del género Atriplex
presentan crecimiento a lo largo de todo el año,
incluyendo el invierno y época de sequía, sin variar mucho
su composición química en las diferentes épocas del año
(Valencia et al., 1981). Pero se han observado variaciones
moderadas en el contenido de proteína y digestibilidad de
la materia seca de las hojas de chamizo a lo largo del año
(Chatterton et al., 1971; Garza y Fulbright, 1988),
detectándose los mayores contenidos en febrero y los
inferiores en agosto. (Figuras 5 y 6; Cuadro 6).
Se ha observado que las plantas de chamizo son bien
consumidas por los ovinos y caprinos (Parra et al., 2002).
19
%
Se le han encontrado características que le confieren un
gran valor forrajero, como son alta aceptación por el
ganado, buen valor nutricional y fácil acceso al ramoneo
(Fierro, 1991). Además, se ha determinado que el
contenido de taninos y fenoles es bajo, por lo que no
constituyen factores limitantes para el consumo (Boutouba
et al., 1990).
Proteína
Digestibilidad
Mayo
Agosto
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Febrero
Noviembre
Época del año
Figura 5. Variaciones a lo largo del año en el contenido de
proteína cruda y digestibilidad de la materia seca de
hojas de Chamizo (Garza y Fulbright, 1988).
46
25
45
44
20
42
TND (%)
Proteína cruda (%)
43
15
10
41
40
39
38
5
37
36
0
35
N
D
E
F
M
A
M
J
J
A
S
N
Mes del año
D
E
F
M
A
M
J
J
A
S
Mes del año
Figura 6. Variación anual en el contenido de proteína cruda y
total de nutrientes digestibles (TND) del chamizo
(Chatterton et al., 1971).
20
Cuadro 6. Contenido de proteína cruda (g/kg MS), digestibilidad
de la materia orgánica (%) y relación hoja:tallo en tres
especies de Atriplex en dos estaciones del año.
Especie
Estación
Variable
Verano
A. canescens
(Sta. Rita)
A. canescens
(Veld Reserv 1)
A. numularia
Invierno
136
a
119
b
DIVMO
515
a
443
b
Relación hoja:tallo
65.9
a
60.1
a
Proteína cruda
129
a
112
b
DIVMO
506
a
452
b
Relación hoja:tallo
54.7
a
36.3
b
Proteína cruda
172
a
163
a
DIVMO
562
a
556
a
Proteína cruda
a
a
64
64.5
Relación hoja:tallo
Valores con distinta literal en la misma línea difieren (P<0.05).
PC = Proteína cruda; DIVMO = Digestibilidad in vitro de la materia
orgánica.
ab
Fuente: Van Niekerk et al. (2004b).
Aunque los animales consumen tanto hojas como
tallos, en especial los tiernos, el mayor contenido de
nutrientes se concentra en las hojas porque contienen
mayor proteína cruda y una digestibilidad de la materia
orgánica más alta que los tallos (Cuadro 7).
Como se puede observar, existen diferencias
importantes en el valor nutritivo de las plantas del género
Atriplex, debidas a la especie, a la localidad, la época del
año y entre hojas y tallos, por lo que deberán ser
consideradas al conformar un plan alimenticio en el que se
consideren estas plantas dentro de la dieta total.
21
Cuadro 7. Diferencias en el contenido de proteína cruda (g/kg
MS) y en la digestibilidad in vitro de la materia
orgánica (%) en hojas y tallos de tres especies de
Atriplex.
Estación
Especie
Variable
A. canescens
(Sta. Rita)
Proteína cruda
171
a
82
DIVMO
673
a
285
A. canescens
(Veld Reserv 1)
Proteína cruda
169
a
73
DIVMO
705
a
233
b
Proteína cruda
217
a
117
b
Hojas
A. numularia
a
Tallos
b
b
b
b
DIVMO
732
386
Valores con distinta literal en la misma línea difieren (P<0.05).
PC = Proteína cruda; DIVMO = Digestibilidad in vitro de la materia
orgánica.
ab
Fuente: Van Niekerk et al. (2004b).
APROVECHAMIENTO DEL CHAMIZO EN LA
ALIMENTACIÓN ANIMAL
La característica del chamizo de permanecer verde
durante todo el año la hace muy atractiva para utilizarse
como fuente de alimento en cualquier época del año, en
especial durante el período seco, que es cuando
disminuye notablemente la cantidad de forraje disponible,
así como su calidad nutricional (Soltero y Fierro, 1980). De
hecho, los animales hacen un elevado consumo de este
arbusto durante el período seco del año (Figura 7).
El aprovechamiento del chamizo se puede iniciar entre
18 y 24 meses después del trasplante a campo; si su uso
inicia a los 18 meses debe ser en forma limitada y
cuidadosa, procurando que los animales no consuman
más del 50% del follaje de la planta.
Se ha observado que aún durante la época de sequía
la calidad del forraje del chamizo es aceptable y que el
22
ganado prefiere consumirlo de octubre a mayo. El
aprovechamiento de los arbustos debe dirigirse
principalmente hacia el rebrote anual, permitiendo su
recuperación en la siguiente estación de crecimiento
(Valderrábano et al., 1996).
Chamizo
Consumo voluntario, %
90
Zacates
Otros
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Mes del año
Figura 7. Constituyentes de la dieta de bovinos en pastoreo en
un matorral desértico durante la época de sequía
(Soltero y Fierro, 1980).
Durante el mes de agosto se observó un consumo
elevado por parte de cabras criollas, las cuales no sólo
mantuvieron su peso, sino que obtuvieron ganancias de
peso moderadas (166 g/día) (Beltrán y Loredo; datos no
publicados). En contraste, se han detectado pérdidas de
peso con la inclusión de Atriplex en la dieta de ovejas
lactantes, aunque no se registraron reducciones en la
producción de leche (Abu-Zanat y Taba, 2004). El
consumo creciente de esta arbustiva y otras del género
Atriplex por cabras en lactancia, han mostrado
reducciones graduales en la producción de leche
conforme se incrementa el consumo (Romero-Paredes et
al., 1998; Raza et al., 2000) Estos resultados sugieren que
estas arbustivas pueden ser utilizadas como dieta base
para cubrir los requerimientos nutricionales de
mantenimiento, pero deberá ofrecerse alguna fuente de
energía como suplemento, si se pretenden obtener
ganancias de peso o producción de leche.
23
En áreas en las que el chamizo se encuentra en forma
natural, se han obtenido ganancias de peso en becerros
de 410 a 650 g diarios (Derner y Hart, 2005), sin embargo,
en esas condiciones, existen otras fuentes de alimento
disponible que complementan la ración de los animales.
Respuesta de la planta al pastoreo
Las plantas de chamizo pueden ser pastoreadas en
cualquier época del año pero de preferencia, sólo una vez
por año para obtener la máxima producción y la mayor
permanencia de plantas. Cuando se pastorean dos veces
por año, la producción cosechada es alta pero las plantas
son afectadas en su vigor, rebrote y densidad de
población (Covarrubias y Soto, 1983).
Se ha observado que cuando el consumo por los
animales supera el 80% del follaje de la planta, se
producen daños severos, de los cuales difícilmente se
recupera la planta. Parece ser que el pastoreo rotacional,
en el que se permita el descanso durante el periodo de
desarrollo de las plantas en al menos 1 de cada cuatro
años, es esencial para mantener las poblaciones. En
contraste, el pastoreo continuo ocasiona la eventual
muerte de algunas plantas (Pieper y Donart, 1978).
En la Figura 8 se muestra la cantidad de forraje seco
disponible por planta al aplicar diferentes intensidades de
corte (Beltrán 1993). A pesar de que con el corte a 75%
se obtuvo la mayor cantidad de forraje, una evaluación
orientada a estudiar la recuperación de la planta realizado
siete meses después reflejó que los arbustos sometidos a
una intensidad de corte del 75% se recuperaron muy
lentamente y que el 12% de las plantas murieron, mientras
que las plantas sujetas a intensidades de corte menores
(25 ó 50%) se recuperaron satisfactoriamente (Cuadro 8).
24
Materia seca, g.
600
500
400
300
200
100
0
25
50
75
Intensidad de corte
Figura 8. Forraje seco disponible por planta de una plantación de
chamizo de 18 meses con diferente intensidad de corte
(Beltrán, 1994).
Cuadro 8. Recuperación de altura y diámetro de copa de
chamizo siete meses después de haberse sometido
a diferentes intensidades de corte.
Intensidad
de corte
(%)
0
25
50
75*
Altura
(cm)
7 meses
Inicial
después
86
94
78
88
83
78
81
37
Diámetro de copa
(cm)
7 meses
Inicial
después
105
112
96
98
102
83
92
44
* Muerte del 12% de las plantas.
Fuente: Beltrán (1993).
Los resultados anteriores indican que el nivel máximo
de aprovechamiento que permite una adecuada
recuperación del chamizo es del orden del 40 a 50% en
cada año (Beltrán, 1993).
Evaluación del forraje disponible en campo
Para estimar la cantidad de materia seca disponible en
una plantación de chamizo, el corte y pesaje de la parte
vegetativa comestible por el ganado resulta poco práctico
e ineficiente. Por ello, se recomienda el análisis
dimensional, que tiene las ventajas de ser eficiente y no
25
ser destructivo. Beltrán (1993) desarrolló una técnica que
involucra la medición directa de algunos de los atributos
del arbusto, los cuales se introducen a una ecuación de
regresión para estimar el forraje disponible. A continuación
se expone la ecuación y su desarrollo:
Y = -1973.31 + 1453.9(x1) + 360.97(x2) + 390.05(x3)
Donde:
Y = Producción de forraje (base seca)
x1 = Altura de la planta
x2 = Diámetro de copa
x3 = Número de tallos (las primeras ramificaciones
observadas a nivel de la superficie del suelo)
La aplicación de esta ecuación requiere de un
cuidadoso muestreo, para que la información obtenida sea
confiable y de utilidad. El método de muestreo depende
del tipo de plantación. En el caso de bancos de chamizo,
se toman cuatro sitios por hectárea de 20 x 20m, en los
que se miden 10 plantas de tamaño promedio. En el caso
de plantaciones naturales o de plantaciones realizadas en
agostadero, se prefiere el uso del transecto, midiendo
todas las plantas encontradas en una línea de 100m. Es
importante considerar que el chamizo comúnmente está
combinado con otras especies, en especial cuando se
trata de plantaciones naturales, por lo que la estimación
de forraje por hectárea debe considerar la producción de
todas las especies forrajeras, aclarando que la ecuación
sólo es útil para estimar la producción de forraje del
chamizo.
Cantidad de animales en pastoreo
El número de animales que se pueden mantener,
depende principalmente de la cantidad de materia seca
disponible, del tipo de animal, tamaño corporal, estado
fisiológico y tiempo de pastoreo. A manera de ejemplo, en
el Cuadro 9 se desglosa el número de cabras lactantes de
la raza Nubia que podrían pastorear un banco de chamizo
con la disponibilidad de forraje arriba mencionada, en
distintos períodos de pastoreo.
26
Cuadro 9. Número de cabras que se podrían mantener en un
banco de chamizo de una hectárea, cuya producción
sea de 1,800 kg/ha/año.
Período
Un mes
Dos meses
Tres meses
Seis meses
No. de cabras
28
14
9
5
Producción de leche de cabra en bancos de chamizo
Los bancos establecidos con chamizo muestran una
tendencia a invadirse con otro tipo de forrajes, de tal forma
que con el tiempo se convierten en bancos mixtos. Sin
embargo, los pastos invasores permanecen verdes sólo
durante la estación de lluvias y son muy sensibles a las
heladas, por lo que durante el período de sequía, que
abarca los meses de invierno y primavera, su estado se
asemeja a una paja. En esta situación, casi la única fuente
de forraje verde la constituyen los chamizos, por lo que las
cabras que pastorean en este tipo de bancos, basan su
sustento en los nutrientes que aporta esta especie,
aunque se complementa, al menos de manera parcial, con
los pastos secos.
Se ha observado que cabras lactantes pastoreando en
este tipo de potreros de vegetación mixta durante la
estación de sequía, son capaces de producir leche,
aunque de manera moderada. Así, Urrutia et al. (2005 y
2006) observaron que la producción diaria de leche al
inicio del periodo de evaluación era de 718 ml y, aunque
siguió una tendencia descendente, se estabilizó en
alrededor de 170 ml a partir de la séptima semanas de
pastoreo (Figura 9), sin que se registraran pérdidas de
peso significativas (P>0.05). La pérdida de producción
ocurrió a pesar de que el forraje disponible proveniente del
chamizo era de 3.53 kg/cabra/día (proteína cruda: 20.5%,
fibra ácido detergente: 18.1% y digestibilidad in situ:
67.1%), cantidad que excede el requerimiento de materia
seca de una cabra en lactación, que es de alrededor de
2.3 kg/día (NRC, 1981). Es importante señalar que las
27
Producción de leche
(ml/día)
cabras mantenidas en agostadero pueden obtener
producciones inferiores a los 500 ml diarios durante la
estación de lluvias (Mellado et al., 2006), lo que significa
que con el pastoreo en bancos de chamizo es posible
prolongar la lactancia, aunque la producción sea muy
baja.
800
700
600
500
400
300
200
100
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Semana de evaluación
Figura 9. Producción de leche en cabras Nubia mantenidas en
pastoreo en un banco de chamizo durante la estación
de sequía, en la región semiárida de San Luis Potosí
(Adaptada de Urrutia et al., 2005 y 2006).
Suplementación con nopal
En corderos alimentados exclusivamente con Atriplex
nummularia se observó que perdieron peso (35 g/d), sin
embargo, al suplementarlos con grano de cebada o con
nopal ganaron 67 y 20 g/d de peso, respectivamente (Ben
Salem et al., 2005). Esto sugiere que el forraje de Atriplex
es insuficiente para cubrir las elevadas necesidades
nutricionales de corderos en crecimiento, pero es posible
cubrirlos suplementando alguna fuente de energía.
Para mejorar la producción de leche de cabras
pastoreando en bancos con elevada población de
chamizo, se ha utilizado la suplementación con nopal. Con
este fin, se utilizó nopal de la variedad Copena F-1,
producido en condiciones de riego, en un nivel de
suplementación diseñado para proporcionar a las cabras
el 0.8% de su peso vivo a partir del nopal, lo cual
representó poco más de la tercera parte del requerimiento
28
de materia seca de una cabra en lactación (NRC, 1981).
La producción diaria de leche se elevó rápidamente de
150 ml/cabra a casi 300 ml en tres semanas (Figura 10),
mientras que las cabras que no fueron suplementadas
mantuvieron un nivel de producción similar a la inicial
(Urrutia et al., 2006).
350
Leche, g.
300
Chamizo
Chamizo + Nopal
250
200
150
100
50
0
Inicial
1
2
3
4
Semana de evaluación
Figura 10. Influencia de la suplementación con nopal en la
producción de leche de cabras mantenidas en
bancos con elevada población de chamizo (Urrutia
et al., 2006).
Además, se ha observado que la suplementación con
nopal en niveles superiores al utilizado previamente no
inducen una mejoría en la producción de leche más allá
de la reportada anteriormente por Urrutia et al. (2006). El
nopal aportó principalmente azúcares solubles, que en
conjunto con la elevada cantidad de proteína disponible en
el rumen procedente del chamizo, pudieron mejorar los
patrones de fermentación ruminal, dando origen a un
mejor balance de nutrientes para la síntesis de los
elementos precursores de los componentes de la leche.
Uso de bancos
suplementación
de
chamizo
como
fuente
de
Los bancos con predominancia de chamizo se han
utilizado también con el propósito de complementar la
alimentación de las cabras en agostadero (Romero29
Paredes et al., 1999). El aprovechamiento de estos
bancos puede realizarse por la mañana, antes que los
animales se lleven al agostadero o por la tarde, antes de
regresar al corral, o bien ambos turnos. Si los animales
regresan al corral a medio día o se les proporciona un
tiempo de descanso en el cual se les permite beber agua,
el pastoreo en chamizo puede dejarse para la tarde.
Después del descanso los animales pueden ser llevados a
la plantación de chamizo la cual puede ser considerada
como un banco de proteína.
El tiempo de pastoreo dentro de un banco de proteína
estará en función a la cantidad de forraje disponible de
chamizo y los requerimientos diarios del ganado. En este
caso deberá conocerse la cantidad y calidad de forraje
disponible en el agostadero, para que el forraje del
chamizo sea la parte complementaria del consumo diario
de forraje. En el Cuadro 10 se muestran los resultados
obtenidos en producción de leche caprina utilizando
bancos de chamizo como suplemento (Romero-Paredes
et al., 1999).
Cuadro 10. Producción de leche y su composición en grasa,
proteína y sólidos totales de cabras lactantes
suplementadas con chamizo, manejadas bajo un
sistema extensivo a libre pastoreo.
Variable
Peso corporal, kg
Producción de leche, ml
Grasa en leche, %
Grasa en leche, g
Proteína en leche, g/l
Proteína en leche, g
Sólidos totales en leche, %
Sólidos totales en leche, g
Sin suplemento
36.4
470.6
5.16
26.82
38.62
21.67
15.68
92.38
Chamizo
38.0
558.7
4.31
27.07
36.45
26.04
13.67
93.06
Fuente: Romero-Paredes et al. (1999)
CONCLUSIONES
Existe tecnología suficiente para el establecimiento
chamizo, ya sea para crear bancos de proteína o para la
30
revegetación de agostaderos en los que se ha perdido
gran parte de las plantas deseables para el ganado, lo
cual ayuda a revertir los procesos de erosión e
incrementar la disponibilidad de forraje de buena calidad.
El establecimiento de bancos forrajeros con elevada
población de chamizo constituye una herramienta viable
para mejorar la alimentación animal durante los períodos
secos del año, lo cual beneficia al productor en varias
maneras: en primera instancia, evitando las pérdidas de
peso ocasionadas por los estados recurrentes de
subalimentación que experimentan los animales y, en
segunda, abriendo la posibilidad, en el caso de las cabras,
de ampliar los períodos de producción de leche.
Por otro lado, los resultados indican que el aporte de
nutrientes de las plantas del género Atriplex alcanzan a
cubrir los requerimientos de mantenimiento de una cabra
en lactación durante cualquier época del año y que, el uso
de nopal como fuente de energía, para suplementar
cabras consumiendo chamizo, constituye un complemento
a la dieta que permite mejorar su comportamiento
productivo.
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