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SUSANA NOEMI TOMASI
HISTORIA ECONÓMICA MUNDIAL
LA RELACIÓN ENTRE LAS CRISIS
ECONOMICAS Y LAS GUERRAS
TOMO II: EN LA EDAD MEDIA
SEGUNDA PARTE: BAJA EDAD
MEDIA - EUROPA
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2
Editorial Magatem Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
Febrero de 2017
Dibujo de tapa: Karina Valeria Woloj mail: [email protected]
Editorial Magatem
Acassuso 5808
(1440) Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Argentina
TE: 011- 46410360
Mail: [email protected]
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INTRODUCCIÓN
Siguiendo con el propósito de esta investigación, incluiré en esta segunda parte del tomo II, el
análisis de lo acontecido en la Baja Edad Media, que abarca desde el siglo XI al XV, Plena Edad
Media o Etapa Feudal y (crisis de la Edad Media), cuando acontecen los tres hechos claves
siguientes:
a) Caída de Constantinopla - Imperio Romano de Oriente- en manos de los turcos, en 1.453;
b) Invención de la imprenta de tipos móviles, en 1.455;
c) Colonización de América a partir de 1.492.
Caracteriza a la Baja Edad Media, la relación entre las distintas religiones y el islamismo, que
pretende apropiarse de todos los territorios, esclavizando a las poblaciones que no se conviertan,
apropiándose de todos los bienes y la expansión del Imperio Turco, islamizado.
En este contexto, es que surgen expediciones militares, llamadas Cruzadas, a fin de liberar
Jerusalén, denominadas así por la cruz que llevaban los guerreros bordada en sus pechos.
Se realizaron en total ocho cruzadas entre 1095 y 1291. Las cruzadas (1) también les sirvieron a
los caballeros medievales para hacer grandes negocios y transformarse en poderosos
mercaderes y banqueros.
Como consecuencia de las mismas, se reinició el contacto cultural y comercial entre Oriente y
Occidente. Esto colocó en una posición de mucho poder e influencia a las ciudades portuarias y
comerciales de Italia, como Génova y Venecia. El poder de la nobleza feudal, fuertemente
diezmado en las guerras contra los turcos y debilitado por el auge del comercio, decayó
notablemente. La nueva situación fortaleció el poder de los mercaderes y los reyes.
Los últimos siglos del Medievo (2) fueron un período de grandes innovaciones, tanto desde el punto
de vista político como desde el bélico. A partir del siglo XIV se produjo en toda Europa una
progresiva expansión de ciertas entidades territoriales, que al mismo tiempo se consolidaron hasta
alcanzar estructuras de Estado. Este fenómeno se produjo a gran escala en Francia y en Inglaterra,
donde ambos reinos se refuerzan notablemente y extienden sus fronteras. En Italia, el mismo
4
proceso produjo una situación más articulada y fragmentada, traducida en el nacimiento de
numerosos señoríos, en lugar de un Estado nacional. Los señoríos más fuertes recogieron parte de la
herencia de las viejas comunas y se expandieron hasta alcanzar dimensiones y poderes
considerables, como sucedió en los casos de Milán, Florencia, Siena o Venecia.
Para alcanzar estos resultados, para ganar territorios y afirmarse a expensas de sus adversarios,
reyes y señores se enzarzaron en una interminable serie de guerras. Para tener idea cabal sobre el
fenómeno, recuérdense: la Guerra de los Cien Años, que enfrentó a Francia e Inglaterra entre 1337
y 1453, o la Guerra de las Dos Rosas, que enlutó a las casas de Lancaster y de York entre 1455 y
1487.
En el ámbito de la sociedad occidental, la guerra era omnipresente en la vida cotidiana, (y no ha
dejado de serlo, en la actualidad, y no solamente en la sociedad occidental) pero algo cambió en la
composición de los ejércitos: entraron en escena las compañías de mercenarios, grupos de soldados
profesionales formados para responder las grandes necesidades de la guerra de la época. En
realidad, los mercenarios habían existido desde la Antigüedad, pero las nuevas condiciones políticas
estimularon su crecimiento y difusión por toda Europa. En Italia, por ejemplo, se recurrió cada vez
con mayor frecuencia a las tropas mercenarias guiadas por un condotiero, un jefe que firmaba con
las autoridades un contrato de naturaleza militar.
El arte de la guerra se profesionalizó cada vez más y, a finales de este período, nacieron ya los
primeros ejemplos de ejércitos permanentes financiados y mantenidos por los Estados, incluso en
los períodos de paz. Estos ejércitos, controlados por el aparato estatal, fueron la respuesta a las no
siempre fiables compañías de mercenarios, dando seguridad y solidez a los nacientes Estados de
Europa.
La nueva época también afectó al equipamiento de las tropas, sobre todo en lo referido al
armamento defensivo: fue en este momento cuando nació y se desarrolló la armadura de láminas
metálicas, que cubría por entero el cuerpo del soldado.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.
http://www.elhistoriador.com.ar/aula/medieval/cruzadas.php
2.
http://www.artehistoria.com/v2/contextos/8860.htm
5
SEGUNDA PARTE: BAJA EDAD MEDIA EUROPA
Esta segunda parte del tomo II, la voy a dividir dado la amplitud de la misma en Europa (sin el
Imperio Bizantino, ya que abarcando el sureste de Europa, el suroeste de Asia y el noreste de
África, lo voy a desarrollar en el tomo siguiente) y Resto del Mundo, me voy a ocupar de la
división más reciente, que es la denominada la Baja Edad Media, y dentro de ella, al igual que lo
hice en la primera parte, dividiré los capítulos por continentes, y dentro de estos analizaré los
distintos reinos, que formaron parte de las naciones que conformaron cada continente.
Europa, a partir del siglo XI sufre grandes crisis debido a la irrupción del Islam, a las guerras
permanentes entre los distintos reinos y dentro de ellos las guerras civiles para tomar el poder y en
consecuencia el manejo de las distintas zonas.
Al debilitamiento del Imperio Bizantino, hasta llegar a su desintegración y derrumbe en manos de
los turcos, a epidemias y condiciones climáticas desfavorables, las devaluaciones monetarias, a
través de la disminución de la moneda debido a aleaciones con otros minerales de menor valor, lo
que conlleva a la inflación y el sufrimiento de los pueblos, igual que en nuestra época, ya que nada
ha cambiado.
Al final de la Alta Edad Media, con el ―descubrimiento y la colonización de América a partir de
1.492, consiguen los países europeos, mediante la expoliación de las riquezas y el
aniquilamiento de las civilizaciones originarias obtener recursos de tan envergadura, nunca
pensados, que por supuesto malgastan.
A partir del siglo XI los territorios rurales empiezan a urbanizarse, y así se establece un nuevo
grupo social llamado burguesía urbana. Estas comunidades se denominaban burgos.
Algunos miembros de esa burguesía se dedicaban a fabricar artesanías y comerciarlas.
Se inventan los molinos, que aumentan las producciones. Además, los molinos permiten liberar
mano de obra, y de esta manera la gente podía dedicarse a otras actividades.
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Los campesinos y siervos mejoraron sus vidas gracias a la adquisición de derechos.
En esta época, debido al auge del comercio, aparecieron muchos mercaderes, que traían productos
exóticos de Oriente y los vendían a la gente en las ferias de las ciudades.
En casi toda Europa, el sistema feudal se disolvió en el siglo XIV, debido a una etapa de guerras,
hambrunas y rebelión de los campesinos.
Durante este mismo periodo de tiempo, (3) empezó a crecer y asentarse el poder de las monarquías,
provocando además como resultado el nacimiento de las modernas naciones-estados, en
contraposición al sistema feudal anterior. Los reyes disponían del poder ejecutivo e instituyeron las
cortes reales. Vivían del dinero que producían sus tierras y de los honorarios e impuestos de sus
vasallos.
El concilio real fue un grupo de vasallos que le aconsejaban en asuntos de estados, lo que acabaría
en la formación de departamentos de gobierno, antecesores de los modernos ministerios.
Igualmente, cuando representantes de las ciudades empezaron a introducirse en los consejos reales,
podemos empezar a hablar de la creación de primitivos parlamentos.
Estos parlamentos no tenían poder sobre el rey, pero podían dictar agravios, sobre los cuales el rey
tenía que actuar. Esta es una forma básica de legislación moderna.
Además estos parlamentos llevaron al establecimiento de los llamados tres estamentos. El primero,
formado por el clero; el segundo, formado por grandes terratenientes y la nobleza; y el tercer
estamento, formado por la burguesía. Inglaterra tuvo dos sedes parlamentarias, la cámara de los
lores y la cámara de los comunes, a la que podían acceder pequeños terratenientes.
Debemos tener en cuenta, además, como refiere Jesús Paniagua Pérez (4) que cuando aparece
América en el horizonte europeo en 1492, el hombre europeo debe recomponer sus esquemas
mentales y que lo hará bebiendo la modernidad de la época, pero también arrastrando su historia
medieval.
7
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
3. https://es.wikibooks.org/wiki/Historia_de_Europa/Las_crisis_de_la_Edad_Media
4. Paniagua Pérez, Jesús, (2008) Los Mirabilia medievales y los exploradores y conquistadores de
América, Universidad de León, España.
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REINOS DE EUROPA MEDIEVAL EN LA BAJA
EDAD MEDIA:
La imagen que ante4cede se encuentra en https://clistenes.files.wordpress.com/2010/04/europa-ano1000.png
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Entre los siglos XI y XIII, gran parte de Europa (5) había experimentado un vertiginoso
crecimiento, tanto demográfico como económico. Alrededor de 80 millones de habitantes, en ese
momento el mayor número de población en la historia de este continente, no padecían mayores
problemas de alimentación gracias a una eficiente agricultura que se había beneficiado con nuevos
cultivos (cebada, centeno), innovaciones técnicas para trabajar la tierra (arado metálico, malla) y la
sustitución del buey por el caballo que permitió agilizar la roturación de los campos.
A estas mejoras hay que agregar el creciente poderío económico de las ciudades italianas, que
monopolizaron el comercio con Oriente y permitieron a los europeos acceder a mercancías como las
especias (pimienta, clavo de olor, canela, etc.), cobre, oro y seda. Predominaba el optimismo y era
previsible una expansión hacia lugares cuya existencia recién se estaba conociendo.
Sin embargo, durante el siglo XIV, los jinetes del Apocalipsis parecían apoderarse de la vieja
Europa. Malas cosechas privaron del pan de cada día a millones de personas; crueles enfermedades
arrasaron con poblados y ciudades enteras; interminables guerras intestinas consumieron a
generaciones de hombres jóvenes y al mundo campesino.
Era la contracción europea, que interrumpió las comunicaciones y los intercambios que se venían
realizando desde hace varios siglos con regiones extra europeas, como el Oriente Medio, China o el
norte de África. La contracción postergó toda posible aventura más allá de las fronteras del Viejo
Mundo y sus efectos marcaron profundamente a la Europa de la expansión.
La trilogía mortal, hambre-peste-guerra, condujo al europeo a una situación límite. ¿Qué hacer
entonces?, se preguntaban los sobrevivientes. Tal como sugiere el historiador Pierre Chaunu, se
planteó la necesidad de "huir hacia adelante", abandonar las malolientes ciudades y los arruinados
campos y buscar fortuna en las fuentes de la riqueza que estaban en África y Asia. Para poder
adueñarse del comercio de esclavos, oro y sal se requería perfeccionar los medios técnicos y
emprender la exploración de las costas atlánticas. A estas motivaciones de tipo económico se
sumarían otras de índole psicológica, relacionadas con las dificultades materiales propias de la
Europa de estos años. Así, el proceso de expansión europea recibió también su impulso con la
contracción del siglo XIV.
Entre los siglos X y XIII, gran parte del territorio europeo permaneció fragmentado en poder de
múltiples señores feudales, quienes rivalizaban con los antiguos monarcas. Si bien los reyes no
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desaparecieron, su influencia había disminuido en beneficio de la nobleza feudal (condes, duques,
marqueses). Sin embargo, esta situación comenzaría a cambiar bruscamente a partir del siglo XIV.
Por una parte, el creciente poderío de las ciudades sustrajo a muchas personas de las áreas rurales,
que se liberaron de los lazos de vasallaje y por lo tanto, de la tutela de sus señores. Esto debilitó a la
sociedad feudal y permitió el surgimiento de nuevos tipos sociales, como burgueses, artesanos y
villanos. Por otra, esa gran empresa colectiva que fueron las Cruzadas, unió a la Cristiandad contra
los "infieles" y motivó el traslado de numerosos contingentes armados, dirigidos por sus señores,
hacia el Oriente. Los sangrientos combates contra los turcos selyúcidas significaron una merma
poblacional aún mayor y en especial la desaparición de muchos nobles feudales.
En este contexto, las viejas casas monárquicas comenzaron a resurgir. Hacia el siglo XIV, los reinos
de Inglaterra, Francia, Portugal, Castilla, Aragón, Hungría, Polonia, entre otros, habían recobrado
tierras que habían quedado vacantes, robusteciendo de esa manera el poder de los reyes. También se
despojó a nobles por la fuerza. Así, progresivamente el Estado monárquico se separó del mundo
señorial y se impusieron las grandes unidades territoriales a los más pequeños feudos. Como señala
Maurice Crouzet, el Estado monárquico "por el debilitamiento político y económico de los antiguos
cuadros sociales, como en el apoyo de las burguesías y de las nuevas noblezas, encuentra los
medios de reducir a la obediencia a los miembros del cuerpo social y de convertirlos en súbditos".
Ya a partir del siglo XV, los Estados monárquicos consolidaron su poder. Las mayores unidades
políticas de la Europa occidental de esta época eran Francia, el Sacro Imperio Romano-Germánico,
Inglaterra, España y Portugal. Para dominar regiones cada vez más extensas, los reyes concentraron
las tareas administrativas en su persona, donde fueron secundados por un grupo de consejeros
letrados. La autoridad monárquica se vería reflejada en los Consejos del soberano, como por
ejemplo, el de Hacienda, el de Guerra o el de Tesoreros que vigilaba las finanzas y la recaudación
de impuestos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
4.
http://www7.uc.cl/sw_educ/historia/expansion/index.html
11
ESPAÑA
CALIFATO DE CÓRDOBA - REINOS CRISTIANOS HISPÁNICOS
El omeya Hisham III (6) sería el último califa de Córdoba entre los años 1027 y 1031 y era hermano
del califa ‗Abd al-Rahman IV. Tras su derrota en el año 1018, Hisham se refugió en los dominios
del señor de Alpuente, ‗Abd Allah ben Qasim. Los cordobeses, que habían depuesto a Yahya alMuhtal, se pusieron de acuerdo con las gentes de la frontera en proclamar a un califa y eligieron a
un omeya. Hisham fue proclamado califa en la fortaleza de Alpuente, el 4 de junio de 1027 pero no
acudió a Córdoba hasta fines del año 1029.
Hisham III fue depuesto el 30 de noviembre del año 1031. La causa parece ser que fue que su visir,
Hakam ben Said, llamado Abu-l-Así, tomaba caudales de los comerciantes cordobeses y se
mostraba generoso con los bereberes, lo cual era odioso a ojos de los cordobeses. Los cordobeses
acordaron su asesinato. Un primo de Hisham, Umayya ben ‗Abd al-Rahman, aprovechó la situación
para levantarse y optar a ser califa. Mientras tanto la plebe saqueó el alcázar.
Los notables de Córdoba, a cuyo mando estaba Abu al-Hasan ben Yahwar, acordaron deponer a
Hisham III y pregonaron la total abolición del califato y la expulsión de los omeyas, volviendo el
gobierno a los visires. Se puso así fin al califato de Córdoba, abriéndose el periodo de los reinos
taifas.
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La imagen que antecede y corresponde a la Península Ibérica en el año 1030, se encuentra
enhttps://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Map_Iberian_Peninsula_1030-es.svg
Las taifas fueron hasta treinta y nueve pequeños reinos en que se dividió el califato de Córdoba
después del derrocamiento del califa Hisham III (de la dinastía omeya) y la abolición del califato en
1031. Posteriormente, tras el debilitamiento de los almorávides y los almohades, surgieron los
llamados segundos (1144 y 1170) y terceros reinos de taifas (siglo XIII). El origen de todas las
dinastías de las taifas era extranjero, salvo el de los Banū Qasi y los Banū Harún, que era muladí.
El 2 de diciembre del 1022 fallece la primera mujer de Alfonso V y en 1023 contrajo matrimonio
con Urraca Garcés, hija de García II Sánchez de Pamplona. Los últimos años de su reinado trató de
aprovecharse de la debilidad de los dominios musulmanes, que se estaban desintegrando en taifas.
En el año 1027 estaba asediando la ciudad de Viseo y allí falleció al ser alcanzado por una flecha,
accediendo al trono su hijo de tan solo 11 años Bermudo III, quien reinó del año 1028, a través de
una regencia, siendo su primera aparición el 15 de noviembre de 1028.
Se establece un consejo de regencia encabezado por su madrastra Urraca, hermana de Sancho III de
Pamplona. La influencia navarra en esos momentos es importante en la corte leonesa y puede que
influyera en el enlace entre Sancha, hermana de Bermudo III, y el conde de Castilla García
Sánchez, cuñado de Sancho III. Y también en la boda del propio Bermudo con la infanta Jimena
Sánchez de Pamplona. Pero García Sánchez es asesinado en León en 1029. De esta forma Sancho
III se hace con el gobierno efectivo de Castilla, aunque fuera un territorio leonés. Finalmente
Sancha se casó con Fernando, hijo de Sancho III.
Bermudo III alcanza la mayoría de edad en el año 1032 y se desprende de Urraca y sus consejeros
pamploneses. Trata de recuperar los territorios entre los ríos Cea y Pisuerga, que habían sido
ocupados por tropas navarras aunque formalmente se habían cedido a Castilla. Ese mismo año
Sancho III se apoderó de Zamora y Astorga y en el 1034, apoyado por Fernando Gutiérrez de
Monzón y Fernán Laínez ocupa León. Bermudo III tiene que refugiarse en Galicia.
Pero Sancho III muere en el año 1035. Bermudo III recupera León. Desde ese momento trata de
recuperar las tierras entre los ríos Cea y Pisuerga y ataca a Fernando Sánchez, conde de Castilla.
Fernando pide ayuda a su hermano, el rey navarro García Sánchez III.
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A Sancho III, le sucede su hijo natural, Ramiro I, quien obtuvo Aragón con el título de rey, y anexó
ante el asesinato de su hermano González, el Estado de Sobrade y García Sánchez III, heredó de su
padre Pamplona, Álava y gran parte del Condado de Castilla (La Bureba, Trasmiera, Montes de
Oca, Las Encartaciones y Castilla Vieja).
Ambos ejércitos se enfrentan en el año 1037 en la Batalla de Tamara o Tamarón, cerca del río
Carrión. Durante el combate Bermudo III fue herido mortalmente. Fernando Sánchez, casado con
Sancha, hermana de Bermudo III, reclamó su derecho a reinar en León. Y fue coronado como rey
de León ese mismo año.
Indica J. Alvar, (7) que ―La forma ibérica de organización política no pasa por la monarquía
territorial -no hay una burocracia al servicio del rey-, sí más por la aristocracia, de la que pueden
surgir régulos con mayor o menor poder, en función del apoyo asambleario. El fundamento del
poder reside en la propiedad de los bienes inmuebles, coincidiendo con la pertenencia a una gens o
grupo social de la misma sangre; lo cual nos hace ver dos esferas en el ejercicio de ese poder:
control ideológico y control del aparato militar‖, por ello surgen las taifas.
Las Taifas fueron las siguientes, según determina Felipe Maíllo Salgado (8):
TAIFAS:
TAIFA DE ALBARRACÍN:
Del año 1011 al año 1104 fue un pequeño reino establecido alrededor del municipio de Albarracín y
de su sierra y según indica Miguel Ángel Motis Dolader (9) que Albarracín constituyó, a lo largo
del siglo XII fundamentalmente, la capital de una poderosa taifa, gobernada por la familia bereber
de los Beni Razín, llegada en los primeros años de la conquista de al-Ándalus. Su amplia
demarcación –que no constituyó una gran circunscripción territorial o Cora, pero que poseía
personalidad propia por su especial enclave geopolítico– se extendía, en el sentido de los
meridianos, desde Calamocha hasta Castielfabib, y, siguiendo el trazado de los paralelos, desde
Orihuela del Tremedal hasta las proximidades de Teruel, siendo la columna vertebral del territorio
la cuenca alta del río Guadalaviar…. En torno 1012 ó 1013, aprovechando la crisis abierta en el
Califato por las luchas civiles, uno de ellos, Hudail, hijo de Jalaf ben Razín, se proclama
independiente en su castillo (hisn) –dos años antes se había declarado en rebeldía frente al califa
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Hixem II–, mandando construir (o reconstruir) la ciudad a su alrededor…. Hudail, que gestiona los
tributos que antes engrosaban las arcas cordobesas, era, a tenor de los testimonios cronísticos, un
gobernador justo y un estricto observante y mantenedor de la ley…
Le sucedió en la jefatura del Estado su hijo Abdelmélic (1045-1103),… que se vio obligado a
pagar parias a Alfonso VI de León y Castilla para mantener su autonomía hasta 1086, año en que, a
consecuencia de la derrota del rey castellano-leonés en la Batalla de Zalaca, Abd al-Malik dejó de
pagar las mismas.
La Historia Rodericiaporta datos de interés, ya que su destino político se vinculará a los
acontecimientos vividos en el Levante, protagonizados por Rodrigo Díaz de Vivar, quien, tras la
caída de Toledo, acampó y se fortificó en Calamocha con sus mesnadas en ruta hacia Valencia,
aviniéndose a pagar, dado el peligro de invasión que se avecinaba, un tributo de diez mil dinares.
Incluso cuando Sagunto (Murviedro) pasa a manos de Abdelmélic, en noviembre de 1092 –su señor
natural lo permutó a cambio de una pensión y medios de vida en Santa María–, éste le rinde
vasallaje y se compromete a avituallar a sus ejércitos, respetando el Campeador sus dominios.
En sus últimos años en el poder romperá en varias ocasiones esta alianza, hecho que pagará caro.
Así el señor de la Sahla quebrantó el vasallaje cuando el Cid sitiaba Valencia, ofreciendo a Pedro I
una elevada cuantía y algunas fortalezas a cambio de que le auxiliara para tomar la ciudad. La
inhibición del monarca aragonés se tradujo en que aquél –noticioso de sus pretensiones–
desencadenara una campaña de castigo en otoño de 1093, destruyendo cuanto encontró a su paso
(cosechas, ganado, etc.) y tomando numerosos cautivos. Aunque el caballero castellano no culminó
la empresa, al caer en una emboscada y ser gravemente herido de una lanzada en el cuello, las aguas
volvieron a su cauce y firmó un nuevo pacto de vasallaje. Una posterior desavenencia–ocasionada
esta vez por su decantación en favor de los almorávides– trajo como consecuencia que después de la
conquista de Valencia el castellano ocupara Murviedro en junio de 1098, desvinculándolo de Santa
María, falleciendo poco después, el 10 de julio de 1089.
No será hasta 1104 cuando los almorávides incorporen a su imperio los dos únicos reinos de taifas
que permanecían sin someterse en al-Ándalus: el de los Banū Razín y el de los Banū Hud –linaje
árabe yemení de los Yudam, cuya dinastía fue fundada por Sulaymán Ibn Hud– de Zaragoza. El 6
de abril depondrán a Yahya benAldelmélic (1103-1104), que había sucedido a su progenitor,
hombre de escaso alcance y muy dado a la molicie, según plasma la Crónica de los Reyes de Taifas,
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representante de la tercera y última generación –que desaparece para siempre del escenario político, dejando una pequeña guarnición militar.
Tras el dominio ejercido por cadíes nombrados por los gobernadores almorávides desde Valencia, al
ser expulsados éstos en 1145, Albarracín pasó a manos de diversos reyezuelos moros de Valencia y
Murcia, que lucharon entre sí, hasta que transcurridos dos años todo el Levante fue sometido por
Abu Abd Allah Mohamed ben Mardanis, llamado el rey Lobo de Murcia.
TAIFA DE ALGECIRAS:
En 1013 la Cora de Algeciras (10) se proclamó reino taifa, poco después, Sulaymán alMusta‘in asume el califato de Córdoba y concede la Cora de Algeciras a los hamudíes en
recompensa por el apoyo brindado por estos para hacerse con el poder, los hamudíes, dinastía
amazigh fundada por Alí ben Hamud al-Nasir, originarios de Marruecos, llegaron a Al-Ándalus a
finales del siglo X, desembarcando en Algeciras, para más tarde tomar Málaga y ya en Córdoba, y
fruto de la política califal por la que se distribuía el poder territorial entre las familias poderosas,
los hamudíes adquirían un gran poder, siendo el fundador de los hamudíes gobernador de Ceuta,
decide asaltar el poder califal, duraría mucho el califa en el poder, el propio Alí ben Hamud alNasir lo mandaría decapitar y asumía el Califato. El primer soberano de Algeciras fue Al-Qasim alMamún, que más tarde sería califa de Córdoba. Su sobrino Yahya al-Muhtal anexionó el reino a la
Taifa de Málaga en 1026, hasta que Abu Hegiag proclamó emir de Algeciras en 1035 a Muhammad
ben al-Qasim, hijo del primer emir.
La política de los hamudíes se basaba en la igualdad entre las distintas etnias, donde el poder
político se asentaba por igual entre imazighen, eslavos, árabes y muladíes, pero la pretensión al
trono cordobés por parte de los omeyas, daría un cambio en la política, rodeándose y distribuyendo
el control político entre los imazighen. En 1055 Muhammad ben al-Qasim, ante el asedio de alMutamid, se ve obligado anexionar su reino a la poderosa taifa de Sevilla.
TAIFA DE ALMERÍA:
Su origen se debe al eslavo Afta, quien se impuso al bereber Ibn Rawis en el control de AlMariyyat, la actual ciudad de Almería. A Afta le sucedió en el trono Jayrán quien consolidó el reino
taifa. Durante su reinado la ciudad de Almería experimentó un gran desarrollo y desbordó el
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perímetro fortificado, motivo por el cual Jayrán amplió sucesivamente sus murallas defensivas. La
explosión demográfica se debió al desarrollo económico basado en dos productos fundamentales:
el mármol de las minas de Macael y los tejidos de lujo de seda, oro y plata, que se exportaban por
todo el Mediterráneo.
La ciudad se convirtió (11) en la capital de uno de los reinos de taifas que se formaron tras la crisis
del Califato. Su paz y su prosperidad, en un periodo de guerras internas generalizadas, actuó de
imán para multitud de personas de otros reinos. Así, con el crecimiento demográfico, surgieron
nuevos arrabales que los reyes almerienses hubieron de amurallar. Jayrán (1012-1020) cerco el
arrabal oriental de la Musalla (Oratorio) y Zuhair (1028-1038) el arrabal occidental de Hawd
(Aljibe). De esta forma, Almería paso a convertirse, después de Córdoba y Toledo, en la ciudad
hispano musulmana más poblada y su Alcazaba en el máximo exponente del esplendor de la ciudad.
Al Mutamín edifica entonces en el segundo recinto un magnifico palacio, sede de una corte en la
que se congregaban muchos de los poetas, escritores, médicos, científicos y filósofos de la época.
Bajo el reinado del sucesor de Jayrán, Zuhair, la taifa almeriense se extendió abarcando Murcia,
Jaén, zonas de Granada y Toledo e incluso la antigua capital del califato, Córdoba, aunque pronto
empezaría la decadencia y la pérdida de territorios que culminaría con el siguiente reinado.
En 1038, bajo el reinado de Abú Bark al-Ramini la taifa de Almería fue conquistada por Abd ‘alMalik Ibn Abd ‗al Aziz, rey de la taifa de Valencia y nieto de Almanzor, quien nombró gobernador
a Ma‘n ben Muhammad, que se independizó en 1044, inaugurando un nuevo período taifa bajo el
gobierno de la dinastía de los Banū Sumadih, que conoció la época de mayor esplendor económico
y cultural de la taifa bajo el gobierno de Abu Yahya Muhammad al-Mutasim, también conocido
como Almotacín, el rey poeta, quien llegó a formar en Almería uno de los núcleos culturales más
importantes de al-Ándalus, atrayendo a poetas a los que asignaba pensiones en plata.
El 1085 Alfonso VI de Castilla conquista Toledo, ciudad que los musulmanes consideraban
inexpugnable. Alarmados por la fortaleza de los cristianos los reyes de Sevilla, Granada y Badajoz
decidieron pedir ayuda a los almoravides a almeriense. Obligado a tomar las armas y a colaborar
con los nuevos ejércitos musulmanes llegados del Norte de África y con los reyes vecinos,
Almotacín vivió amargado sus últimos años, falleciendo en 1092. Su hijo y sucesor Ahmed Mu´izz
alDawla apenas consiguió reinar unos meses, siendo depuesto por los almorávides.
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Estos eran una especie de monjes-guerreros provenientes de las tribus nómadas del Sur del Sahara
que pastoreaban sus ganados entre los ríos Senegal y Níger. Convertidos al Islam, adoptaron una
interpretación rigorista de la doctrina de Mahoma, e iniciaron la conquista hacia el Norte hasta
llegar al Atlas y al Mediterráneo. Crecieron rápidamente por la adhesión sucesiva de las tribus que
habitaban en las tierras por las que se iban extendiendo.
Respondiendo al llamamiento de las taifas peninsulares, un ejército de 100.000 almorávides al
mando de Yusuf ben Tashufin atravesó el Estrecho, se apodero de Algeciras y derroto a Alfonso VI
en la Batalla de Zalaca, cerca de Badajoz, en octubre de 1086. Al comprobar la fragmentación y la
debilidad en la que se encontraba Al- Ándalus y su riqueza, decidieron conquistarla, lo que no les
costó gran esfuerzo.
El cambio de dinastía gobernante no supuso grandes transformaciones en la ciudad, que continuó
con su actividad económica floreciente y con su autonomía, dentro de lo que los historiadores han
llamado Segundos Reinos de Taifas.
Esta prosperidad queda interrumpida con la conquista de Alfonso VII en 1147.Tras los 55 años de
gobierno almorávide, esta conquista cristiana de la ciudad para saquear sus riquezas y acabar
con su florecimiento significo una inflexión en su historia y el inicio de su decadencia. Solo
diez años duro su dependencia de Alfonso VII, pero ya no volvería nunca más a vivir el esplendor
de los 200 años anteriores. Casas y edificios públicos fueron destruidos, el barrio del Aljibe quedo
arrasado y la base económica recibió un golpe mortal.
En 1145 los almohades habían desembarcado en la península e iniciaron una guerra religiosa
(yihad) contra los cristianos, a los que acabaron derrotando en Alarcos, pero también contra todos
los musulmanes que se opusieran a su intento de unificar las taifas y de instaurar un nuevo orden
basado en la pureza de la fe. Su intento fracasó estrepitosamente por la contundente derrota de su
califa Muhammad An-Nasir en las Navas de Tolosa, y la resistencia de las poblaciones locales.
La conquista almohade de Almería en 1157 y su vuelta a un régimen islámico, suscito una cierta
esperanza de recuperación. Al menos acabo el expolio sistemático a que había sido sometida por los
ocupantes cristianos, pero la desolación y destrucción que dejaron tras de sí era difícilmente
recuperable. Los nuevos gobernantes impusieron además su fanatismo religioso, y presionaron a la
población local con elevados impuestos para financiar los fines de sus campanas. Esta asfixia
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material y espiritual suscito la desafección total de los almerienses hacia los recién llegados. Todo
ello opuesto a lo que había sido la norma de convivencia en la ciudad durante dos siglos. Por las
mismas razones, la oposición de la población autóctona hacia los almohades fue general en todo Al
Ándalus. Por todas partes se originaron revueltas y levantamientos que degeneraron en nuevos
intentos de secesión contrarios al intento de unificación promovido por los invasores. Por el
contrario las taifas se desmembraron con la autonomía de los señores locales. Estos Terceros
Reinos de Taifas resultaron más irrelevantes que los anteriores.
En la taifa de Almería no solo la capital, sino también los señores de Berja, Dalias, Finana o Vera al
frente de sus poblaciones se levantaron contra los almohades, intentando constituir una especie de
feudos independientes. Esta situación los debilito y los hizo extremadamente vulnerables, siendo
incorporados al incipiente Reino Nazarí de Granada. Abu-i-Abbas fue nombrado valí (gobernador)
e intento revitalizar la ciudad y recomponer su maltrecha economía basándose en la agricultura,
pero sus esfuerzos fracasaron definitivamente por una prolongada sequía en 1237.
Almería entro en una crisis de varios siglos en los que la Alcazaba continúa presidiendo y
defendiendo con éxito la ciudad, como ocurrió en 1309 en que sufrió el asedio de las tropas de
Jaime II.
El comercio y todas las actividades de la ciudad fueron paralizándose progresivamente. En poco
tiempo el movimiento en su puerto quedo reducido a unos pocos barcos de cabotaje y de pesca. Esta
situación se prolongó durante el resto del siglo y los dos siguientes, hasta que fue por fin
conquistada por los Reyes Católicos el 26 de diciembre de 1489. Abú `Abd Allah Muhammad alZagal, tío del rey Boabdil, que gobernaba la ciudad, capituló pacíficamente.
TAIFA DE ALPUENTE:
Establecida en la actual comarca de los Serranos en el interior de la provincia de Valencia,(12) a
partir de un antiguo asentamiento bereber, de los Banū Qasim, de la tribu Cutama, quien aprovechó
el caos reinante en el califato de Córdoba, en el año 1031, para proclamarse soberano independiente
de Al puente, adoptando el título honorífico de Nizam al-Dawla, tratando en todo momento de
mantenerse al margen de las luchas intestinas que desmembraron el califato, para ello intentó
permanecer siempre en los límites de su reino sin llevar a cabo ninguna incursión militar más allá
de sus fronteras, la que siendo un pequeño y alejado lugar, pudo realizarlo, permaneciendo en el
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poder por más de 20 años y serían reyes de 1009 hasta el año 1089, cuando fue la plaza tomada por
Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, para a partir del año 1236 ser conquistada por Jaime I.
La imagen que antecede corresponde a los Reinos Taifas en 1037 y se encuentra en:
http://www.lahistoriaconmapas.com/europa/espana/los-reinos-de-taifas-1031-1094/
TAIFA DE ARCOS:
La familia bereber de los Banū Jizrun, (13) perteneciente a la confederación zenata, encabezada
por Muhammad I, se hizo con el poder de la Cora tras expulsar al gobernador omeya que la regía,
proclamando su independencia y dando lugar al reino taifa de Arcos en 1012, con capital en la
actual ciudad de Arcos de la Frontera, considerada una taifa menor, terminó siendo conquistada e
integrada en la gran Taifa de Sevilla, en el año 1069.A partir del año 1143, la conquistaron los
almohades.
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TAIFA DE BADAJOZ:
Fue fundada por Ibn Marwan en el año 875 (14) y la primera Taifa de Badajoz se creó en el
año 1013, tras la desintegración del Califato de Córdoba, por el liberto Sabur 1013–1022, de etnia
eslava y antiguo esclavo o cliente de Al-Hakem II, dominando gran parte de la antigua Lusitania,
incluida Mérida y Lisboa.
Al morir Sabur en 1022, y a pesar de tener dos hijos, le sucedió en el poder su visir, Abd Allah Ibn
al-Aftas, bereber de origen andalusí, que no respetó la sucesión de Sabur, huyendo los hijos de
Sabur a Lisboa, donde se hicieron fuertes creando la Taifa de Lisboa, que cayó al poco tiempo al ser
reconquistada por la de Badajoz.
Abd Allah creó su propia dinastía, los Aftasíes, sucediéndole hasta cuatro de sus miembros. Tras la
muerte de Abu Bakr, estalló la guerra civil entre sus hijos, Yahya y Abu Bakr, siendo la victoria
para este último.
Combatiría junto a los almorávides, que habían desembarcado en Algeciras el 30 de julio de 1086,
contra las tropas cristianas en la Batalla de Zalaca, acontecida muy cerca de Badajoz. Tras la
victoria de las huestes musulmanas, y viendo que los almorávides deseaban el poder, se alía
con Alfonso VI. En el año 1094 los almorávides ocupan Badajoz y le matan junto a dos de sus
hijos, desapareciendo la Taifa.
Uno de sus hijos, Umar Ibn Muhammad al-Mutawakkil, consiguió huir Montánchez proclamándose
como Al-Mansur III para entregarse definitivamente a Alfonso VI en 1096. Tras la invasión
almorávide, desaparecería la primera Taifa de Badajoz.
Sus Emires fueron los siguientes:

Sabur (Abu Muhammad Abd Allah ben Muhammad el-Sapur al-Saqlabi): 1013–1022 (de
origen eslavo)

Aben Muhammad Aben Maslama ben Abd Allah Ibn el-Aftas: 1022–1045 (dinastía aftasí)
(Almanzor I de Badajoz) (Entre los años 1027 y 1034, Almanzor I perdió el poder de la
taifa, que pasó a manos de la Taifa de Sevilla; en el año 1034 restaura su poder y gobierna
por segunda vez).

Abu Bakr Muhammad al-Mudaffar: 1045–1067 (Mudaffar I de Badajoz) (dinastía aftasí)
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Yahya ben Muhammad al-Mansur: 1067–1073/1079 (Almanzor II de Badajoz) (dinastía aftasí)

Abu Muhammad Omar al-Mutawakkil ben al-Mudaffar: 1073/1079–1094 (dinastía aftasí)
(En el año 1094 pierde el poder en manos de los almorávides, que controlarían la taifa hasta
el año 1144).

Umar Ibn Muhammad al-Mutawakkil
La segunda Taifa apenas duró diez años, durante los cuales se sucedieron dos gobernantes: Aben
Hacham y Sidrey. Este periodo terminaría con el advenimiento al poder de los almohades.
Sus Emires fueron los siguientes:

Aben Hacham: 1144–1145

Controlado por la Taifa de Al-Gharbía (Algarve) 1145–1146

Sidrey 1146–1151

Dominio almohade: 1151–1169

Control portugués: 1169–1170

Dominio almohade: 1170–1227
A partir de este momento ocurre la conquista cristiana del Reino de León, en la parte occidental,
incluyendo Badajoz, y el Reino de Castilla en la oriental.
TAIFA DE BAEZA
La Taifa de Baeza(15) fue un reino musulmán que surgió en al-Ándalus después la derrota de los
almohades a manos de los ejércitos cristianos en la Batalla de las Navas de Tolosa, librada en 1212.
El reino Taifa de Baeza, se mantuvo entre los años 1224 y 1226 y formó parte cronológicamente de
los terceros reinos taifas. Su único rey fue al-Bayyasi, quien fue vasallo de Fernando III el Santo,
rey de Castilla y León, a quien apoyó en diversas campañas contra otros reyes musulm