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Sistema nervioso parasimpático wikipedia , lookup

Fibras nerviosas preganglionares wikipedia , lookup

Ganglio simpático wikipedia , lookup

Ganglios celíacos wikipedia , lookup

Ganglio geniculado wikipedia , lookup

Transcript
The McGraw-Hill Companies © 2011. Todos los derechos reservados.
Figura 35-1 Representación
esquemática del equilibrio entre
las acciones opuestas inducidas
por los sistemas parasimpático y
simpático. El primero (mayor
inclinación a la izquierda) sería
más activo en condiciones de
reposo, favoreciendo los procesos
del anabolismo corporal,
estimulando eventualmente los
procesos digestivos y de
asimilación. La activación del otro
(mayor inclinación a la derecha)
sería en cambio de particular
utilidad en condiciones de
emergencia, cuando el individuo
tiene que enfrentarse
con obstáculos, luchar o huir.
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a
Figura 35-2 Representación esquemática de la organización de la vía motora somática y
de la visceral. a, en el sistema motor somático las motoneuronas ubicadas en el sistema
nervioso central inervan en forma directa los propios efectores, que son los músculos
esqueléticos. b, en el sistema motor visceral, en cambio, las neuronas centrales envían fi
bras mielínicas que se interrumpen en un ganglio para hacer sinapsis con las neuronas allí
localizadas. Desde estas últimas, denominadas asimismo motoneuronas viscerales, se
originan las fi bras amielínicas que inervan los órganos efectores: músculo liso, cardiaco y
tejidos glandulares. La primera etapa se defi ne como preganglionar y la segunda como
posganglionar. Debido a la diferente localización de los ganglios a lo largo de la vía
eferente, en el sistema parasimpático resultan más largas las fi bras preganglionares,
mientras que en el sistema simpático resultan más desarrolladas las fibras posganglionares.
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Figura 35-3 Sección transversal de
la médula espinal a nivel torácico
donde se muestra, en la
ampliación de la sustancia gris, la
localización de las neuronas
preganglionares simpáticas en la
columna intermediolateral,
en el interior del asta lateral.
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Figura 35-4 Sección de la médula
espinal a nivel toracolumbar en la
que se muestra la organización
eferente del sistema simpático. De
la columna intermediolateral, las
fibras (mielínicas) se dirigen a los
ganglios paravertebrales
de la cadena del sistema
simpático, donde tienen diversos
destinos ya que pueden: contraer
sinapsis con neuronas ganglionares
del mismo segmento, del cual se
originan las fibras posganglionares
(amielínicas) dirigidas a los órganos;
alcanzar, tras recorrer el cordón
intermedio, neuronas ganglionares
más rostrales o más caudales de la misma cadena;
atravesar sin interrupción la cadena y alcanzar los
ganglios prevertebrales para contraer sinapsis con las
neuronas ganglionares de éstos; atravesar sin
interrupción también los ganglios prevertebrales y
alcanzar la parte medular de la glándula suprarrenal.
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Figura 35-5
Representación
esquemática de la
organización
simpática para la
inervación de los
diversos órganos. Las
líneas continuas
representan
las fibras
preganglionares,
las líneas punteadas
indican las fibras
posganglionares.
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Figura 35-6 Localización en el tronco encefálico de los núcleos que contienen neuronas
parasimpáticas preganglionares en el origen de las respectivas fibras contenidas en los
nervios III, VII, IX y X. a, cara dorsal. b, secciones transversales.
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Figura 35-7 Distribución de
las ramas del nervio vago a
los órganos torácicos y
abdominales.
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Figura 35-8 Organización
eferente del sistema
parasimpático sacro.
a, sección transversal de la
médula espinal a nivel sacro
donde se muestra la
localización de las neuronas
preganglionares.
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Figura 35-8 b, de las neuronas
preganglionares ubicadas
en la misma región
intermediolateral de la
sustancia gris, las fibras salen a
través de las raíces anteriores
y con los nervios pélvicos
alcanzan los ganglios, que se
encuentran en el plexo
pélvico o en el espesor mismo
de los órganos inervados.
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Figura 35-9 Representación
esquemática de la organización
parasimpática para la inervación
de los diversos órganos.Las
líneas continuas representan las
fibras preganglionares, las
líneas punteadas indican las
fibras posganglionares.
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Figura 35-10 a, cara
dorsal del tronco
encefálico que
muestra la
organización de las
aferencias
vegetativas
contenidas en los
nervios vago y
glosofaríngeo
en el núcleo del
tracto solitario.
b, sección transversal
del bulbo a la altura
del tracto solitario y
del núcleo homónimo.
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Figura 35-11 Organización del control
visceral del tubo digestivo. Las fibras
vagales bulbares alcanzan los ganglios
ubicados en la pared del tubo, junto a
las fibras posganglionares simpáticas
originadas sobre todo en los ganglios
prevertebrales (ganglios celiacos,
mesentéricos). Aquí regulan la
actividad del sistema nervioso entérico
organizado en los plexos mientérico
(de Auerbach) y submucoso (de
Meissner), el primero con funciones
predominantemente motoras, y el
segundo con los fenómenos secretores.
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Figura 35-12 Ejemplo de inervación
simpática dotada de varicosidad a lo largo
de las terminaciones axónicas de la fibra
posganglionar.
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Figura 35-13 Características
morfofuncionales de la sinapsis colinérgica.
La llegada del potencial de acción
provoca entrada de Ca2+ en la terminal
presináptica que induce la liberación de
acetilcolina (ACh) por exocitosis de las
vesículas en las cuales se encuentra
almacenada. La ACh se enlaza a sus
receptores postsinápticos (nicotínicos o
muscarínicos) hasta que la enzima
acetilcolinesterasa la fracciona en ion
acetato y colina. Ésta es recaptada
mediante un transportador específi co
dependiente de sodio y reutilizada para
sintetizar nueva ACh, junto a una molécula
de acetilcoenzima A (AcCo-A), por la
acetiltransferasa de colina (ChAT). La
liberación de ACh puede ser modulada
por la presencia de autorreceptores
inhibitorios (muscarínicos, del tipo M2)
presentes en la misma terminación.
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Figura 35-14 Biosíntesis de
catecolaminas a partir de la tirosina.
La primera etapa es catalizada por la
enzima hidroxilasa de tirosina, enzima
clave del proceso completo ya que
representa su etapa limitante. Su
actividad es inversamente
proporcional a la concentración
de los productos terminales,
que desempeñan así una
retroalimentación en la regulación
de la propia síntesis. La última etapa
ocurre en la médula suprarrenal,
donde alrededor de 80% de la
noradrenalina es metilada para
convertirse en adrenalina.
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Figura 35-15 Características
morfofuncionales de la sinapsis
noradrenérgica. La llegada del
potencial de acción provoca la
entrada de Ca2+ en la terminal
presináptica que induce la liberación
de noradrenalina (NA) por exocitosis
de las vesículas en las cuales se
encuentra almacenada. La NA
se enlaza con sus receptores
postsinápticos (alfa o beta en los
diversos órganos), lo que induce los
diversos efectos postsinápticos. El
alejamiento de la NA se debe en
mayor medida a mecanismos de
recaptación (uptake) en la terminal, donde podrá ser inactivada por las
monoaminooxidasas (MAO) mitocondriales, o por otras enzimas, como las
catecol-O-metiltransferasas (COMT). La liberación de NA puede ser modulada
por la presencia de auto receptores inhibitorios (de tipo alfa2) presentes en la
misma terminación (DA, dopamina; DBH, hidroxilasa beta de dopamina).
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Figura 35-16 La parte interna
(medular) de la glándula suprarrenal
está constituida por células
cromafines que la vuelven parecida a
un ganglio simpático modificado. De
hecho, la médula suprarrenal
contiene células análogas a las de los
ganglios, pero que perdieron la fibra
eferente y secretan en la sangre las
catecolaminas (adrenalina en su
mayor parte). De acuerdo con esta
interpretación, la estimulación de la
médula suprarrenal proviene de fibras
simpáticas preganglionares
contenidas en el nervio esplácnico
que proceden en especial del
séptimo segmento torácico.
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Figura 35-17 Organización del
control vegetativo sobre el
corazón. Las neuronas
preganglionares simpáticas,
ubicadas en los primeros
segmentos torácicos, influyen en
la actividad cardiaca a través de
fibras posganglionares que se
originan en los ganglios
cervicales y en los primeros
ganglios torácicos. Las fibras
preganglionares parasimpáticas
están contenidas en el nervio
vago y tienen origen en el núcleo
motor dorsal del vago. En la
figura también está
esquematizado el control
ejercido sobre los dos sistemas
por los centros bulbares en
respuesta a aferencias
baroceptivas y quimioceptivas.
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Figura 35-18 Acciones
simpáticas (Adr) y
parasimpáticas (ACh)
sobre las células
miocárdicas. La
activación de los
receptores
adrenérgicos beta1
estimula, a través de la
subunidad α de una
proteína Gs
(estimulante), la
adenilciclasa para la
producción
monofosfato de
adenosina cíclico
(cAMP), que induce la
activación de una proteincinasa (PKA) que incrementa la disponibilidad de calcio
intracelular. Esto lleva a un incremento de la frecuencia y la fuerza de contracción. En
cambio, el proceso completo es inhibido por la activación del receptor muscarínico M 2 por
medio de la subunidad alfa de una proteína Gi (inhibidora). La acción inhibitoria utiliza
además fenómenos de hiperpolarización debidos al aumento de la conductancia al K+. ATP,
trifosfato de adenosina.
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Figura 35-19 Inervación
vegetativa del tubo digestivo.
El sistema parasimpático
controla las funciones del
tubo digestivo a través de
fibras contenidas en el nervio
vago, que se distribuye desde
la parte terminal del esófago
hasta el colon transverso, y
con la sección sacra, que
inerva la parte final del colon,
el recto y el conducto anal.
Las influencias simpáticas
derivan de todo el sistema
taracolumbar y son ejercidas
por las fibras posganglionares
procedentes de los ganglios
prevertebrales (celiacos
y mesentéricos).
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Figura 35-20 Organización
esquemática del reflejo de
defecación. La estimulación de
receptores mecánicos en la
pared del recto, a través de las
relativas fibras aferentes, activa
los centros parasimpáticos
espinales ubicados en la
médula sacra. Éstos responden
por medio del reflejo que
hace contraer la musculatura
lisa de la pared intestinal e
inhibe la contracción del
esfínter anal interno, constituido
por fibras musculares lisas.
La actividad refleja puede ser
facilitada por los centros
superiores, informados por los
sistemas sensoriales
ascendentes (espinotalámicos),
que inducen también la
liberación del esfínter anal
externo, constituido por fibras
musculares estriadas.
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Figura 35-21 Organización del control de la vejiga. La
acción simpática, que se origina en los segmentos
espinales T11-L2 y se ejerce a través del nervio
hipogástrico, inhibe la contracción del músculo detrusor
y estimula la contracción del esfínter interno de la
uretra. Ésta favorece, por lo tanto, el llenado vesical y la
continencia de la orina. La acción parasimpática, que
se origina en los segmentos S2-S4 y alcanza el órgano a
través del nervio pélvico, favorece el vaciado vesical
ya que induce la contracción del músculo detrusor y la
relajación del esfínter interno. La micción se verifica
cuando el llenado de la vejiga provoca una fuerte
estimulación de los receptores mecánicos en la pared
vesical que activan fibras aferentes dirigidas a la
médula espinal con los nervios pélvicos. El reflejo es
desencadenado mediante estimulación directa de las
neuronas preganglionares parasimpáticas, pero
también, sobre todo, por la activación del centro de la
micción ubicado en el tronco encefálico, en la parte
rostral del puente. Éste, a través de fibras descendentes,
ejerce de hecho acciones excitatorias sobre las
neuronas preganglionares parasimpáticas
e inhibe las simpáticas. Dicho centro puede
(continúa)
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Figura 35-21
(continuación)
ser a su vez
facilitado o inhibido
por centros nerviosos
más rostrales. El acto
de la micción incluye,
además, la
participación del
sistema motor
voluntario, que induce
la relajación del
esfínter uretral externo
(músculo estriado) a
través de las fibras del
nervio pudendo que
se originan en los
segmentos sacros.
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Figura 35-22 Organización del control vegetativo de las funciones sexuales del varón. Las fibras preganglionares
parasimpáticas se originan en el segmento sacro (S2-S4) de la médula espinal y alcanzan los órganos destino siguiendo
el transcurso de los nervios pélvicos. El control simpático, procedente de los últimos segmentos torácicos y de los
primeros lumbares (T10-L2), actúa sobre todo a través de las fibras posganglionares de los ganglios prevertebrales
(pélvico) y alcanza los órganos destino con el nervio hipogástrico. El componente somático se vale de fibras motoras
procedentes de las astas anteriores de la médula espinal de los segmentos correspondientes que controlan los músculos
perineales isquiocavernoso y bulbocavernoso. La información
sensorial de las regiones genitales, a través de fibras
somatosensitivas, alcanza los segmentos sacros a través de las
raíces dorsales. Aquí, además de inducir las respuestas reflejas,
puede ascender hacia los centros encefálicos y alcanzar la corteza
somatosensorial.
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Figura 35-23 Cara medial del hemisferio
cerebral que muestra las estructuras
del lóbulo límbico, la circunvolución del
cíngulo y la del hipocampo.
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