Download Dossier sobre Cambio Climático Nº 36

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15 de febrero de 2013
Nº 36
1. Estrategias de mitigación y adaptabilidad al cambio climático: Una propuesta de base
campesina, por Julio Prudencio Böhrt
1
2. Pesadillas del siglo XXI
8
3. Riesgo ambiental soberano, por Achim Steiner & Susan Burns
10
4. El fin del hambre y la desnutrición, por José Graziano da Silva
12
5. El cambio climático: ¿víctima de la mala propaganda?
14
6. La urgente necesidad de abordar el cambio climático ahora, por Jim Yong Kim
16
7. Cambio climático: Qué raro está el tiempo
17
8. La promoción del sector agroforestal necesita nuevas políticas
19
9. ¿Qué le cuesta al mundo US$260.000 millones al año?, por Guy Hutton
20
1. ESTRATEGIAS DE MITIGACIÓN Y ADAPTABILIDAD AL CAMBIO CLIMÁTICO: UNA PROPUESTA
DE BASE CAMPESINA, POR JULIO PRUDENCIO BÖHRT
Recientes declaraciones del Departamento de Medio Ambiente de las Naciones Unidas, a
propósito de la Reunión de Doha/Qatar (11/2012), señalan que, en términos generales, no se
presentan avances desde Copenhagen 2009 pues continúa el elevado ritmo de contaminación
de los países desarrollados como USA, Canadá y otros debido a sus elevadas emisiones de
gases de efecto invernadero. También resaltan que hay una falta de voluntad política por
enfrentar este problema, que se verifica menos interés por parte de esos países por cumplir el
Protocolo de Kioto1 y que el actual modelo de desarrollo económico mundial – caracterizado
por la crisis financiera y la crisis del cambio climático, dos aspectos de la misma moneda - es
insostenible.
Asimismo, declara que la inestabilidad climática caracterizada por olas de calor, sequías,
inundaciones, deshieles, nevadas y fríos extremos se ha profundizado en el 2012, y que el
calentamiento climático superará los 4 grados centígrados el año 2020.
Ante este panorama desalentador y de fracaso, ¿qué se plantea frente al deterioro del cambio
climático que tiene una serie de efectos sobre la producción agrícola y de alimentos (ya que
generará mayor escasez e inestabilidad en los mercados), sobre el incremento de los precios de
los alimentos básicos, sobre el abastecimiento de agua y sobre el medio ambiente, entre otros?
1
Obliga a 37 países industrializados, más la Unión Europea, a reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero en 5.2% sobre los niveles de 1990.
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Los países desarrollados y los organismos internacionales plantean como solución la creación
de un “Fondo Verde”, es decir, el financiamiento para las iniciativas contra el cambio
climático, programas de comercio de emisiones, la participación del sector privado en el fondo
financiero, y otras medidas, sin considerar disminuir el elevado ritmo del consumo y
despilfarro energético que presentan estos países, principal problema en el calentamiento
climático.
En los países en desarrollo, muchos gobiernos han priorizado sus políticas y recursos hacia un
modelo económico que enfatiza la extracción de los recursos naturales (minería,
hidrocarburos, construcción de represas y carreteras en reservas ecológicas y parques
nacionales) y han relegado a un segundo plano la implementación de políticas y programas
adecuados para enfrentar mejor el cambio climático.
Una experiencia a rescatar
Sin embargo, al interior de los países en desarrollo, existen iniciativas y esfuerzos de algunos
sectores sociales que resulta útil resaltar por los resultados logrados a favor de una adaptación
y mitigación al cambio climático. Una de esas iniciativas es la que se está implementando
desde la economía familiar campesina, en varias regiones del área andina del continente.
Es adecuado recordar que la agricultura familiar campesina no sólo es la principal fuente de
abastecimiento de alimentos (más del 60% del total de la producción alimentaria y de la
superficie agropecuaria en América Latina) y la principal fuente del empleo agrícola (encima
del 70% del empleo agrícola según el Boletín de Agricultura Familiar de la FAO, 2012);
también genera importantes ingresos para las poblaciones más pobres, es la que más
contribuye al desarrollo equilibrado de los territorios y las comunidades rurales 2 y en la
actualidad, la que mejor plantea alternativas para adaptación y mitigación al cambio climático
en base a un manejo adecuado del agua, a la agricultura orgánica, a la creación de reservas y
conservación de alimentos, a los saberes tradicionales y a la activa participación de los
pobladores.
El manejo del agua
El tema del agua es un aspecto fundamental en todo lo relativo a la adaptabilidad y mitigación
al cambio climático, por lo que es ilustrativo detallar los esfuerzos que realizan para el manejo
del agua, que se da a través de:
La búsqueda de fuentes de agua. Los pobladores rurales recorren a pie grandes distancias en
las alturas de las cordilleras identificando vertientes de agua, manantiales, ojos de agua,
reservorios de agua y lagunas naturales, anotando y sistematizando las distancias, los caudales,
las dimensiones, latitudes, flujos y otros (al respecto, ver la experiencia de ABA, en
Ayacucho/Perú)
El traslado del agua de unas regiones a otras, conduciendo el agua a través de conductos
subterráneos, canales abiertos, tuberías y otros medios (por ejemplo ABA/Ayacucho, Perú;
IICCA/Tarija, Bolivia; CESA/Píllaro, Ecuador)
La cosecha del agua (q´ocha) a través de la construcción de atajados, estanques, y pequeñas y
medianas represas a nivel familiar/grupal en las nacientes microcuencas (en las provincias de
Ayacucho, Huánuco, Piura en el Perú; en la MMHI en Tarija/Bolivia, entre otras)
2
Raúl Benítez, representante regional de la FAO, diario Granma 27/09/2012
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El manejo adecuado de páramos, no sólo haciendo cerramientos 3 de sus áreas y declarando
reservas ecológicas y de conservación, sino sobre todo reforestándolas con especies
tradicionales, conservando su biodiversidad, invirtiendo en su conservación y mantenimiento
(Un excelente ejemplo de ese manejo constituye la experiencia de la reserva del agua en el
Parque Nacional Los Llanganates, en la región de Píllaro/Ecuador, y la creación de un Fondo
Patrimonial para el efecto, con proyecciones a los próximos 50 años (ver www.cesa.org.ec)
La utilización adecuada del agua de riego por parte de los propios campesinos agricultores a
través de sistemas presurizados de riego, con control y supervisión de la distribución del agua
entre los usuarios, catastro, frecuencia de riego, determinación del tipo y número de
aspersores, tamaño de las parcelas a regar, horarios establecidos, caudales, tipo de cañerías,
mantenimiento de obras, etc. (Píllaro, www.cesa.org.ec)
La captura de agua, sobre todo en base a conocimientos y prácticas tradicionales de cada
región, las cuales están demostrando ser muy útiles. En la región de Ayacucho/Perú, por
ejemplo, están recuperando y reproduciendo plantas y/o especies forestales como la planta
Putaja (Rumex peruvians), que se caracteriza por atraer agua al entorno de éstas (usada para
aumento de caudales en las fuentes de agua), o la recuperación y fomento al uso del Aliso en
el municipio de Huánuco/Perú, que aumenta hasta tres veces el caudal del agua. En la
Chiquitanía boliviana (Comunidad San Lucas y Carmencita) implementan técnicas para la
retención (captura) del agua mediante zanjas de infiltración con abono orgánico 4, práctica
implementada para el cultivo del café y otros (ver www.minga), con beneficios sustanciales en
el incremento productivo (del 275% respecto al promedio nacional boliviano), mejora de la
calidad del producto porque la producción es más homogénea y sobre todo, humedad y agua
en épocas de sequía.
Estos pocos, pero significativos ejemplos, dejan ver, que el hecho de disponer de agua genera
una serie de efectos en la producción en general, como la habilitación de nuevas tierras de
cultivo y explotación de toda la extensión de las parcelas, la obtención de dos o más cosechas
agrícolas al año, la estabilización de la producción, el incremento en la producción agrícola y
la diversificación productiva (hortalizas, verduras y granos, incluyendo pastos y forraje para
ganado y producción de leche y derivados).
También hay efectos ecológicos y ambientales como la aparición de vertientes o puquiales,
incremento de caudales, generación de microclimas más húmedos en el entorno de las
q’ochas, favorable para la vida silvestre, aparición de especies vegetales apetecibles para el
ganado, entre otros.
El fomento de una agricultura orgánica
Uno de los principales efectos del cambio climático es en la producción agrícola y de
alimentos, generando mayor escasez e inestabilidad en los mercados e incrementando los
precios de los alimentos básicos5 . Ante es e hecho, se constata que hay un énfasis especial en
el fomento a una agricultura orgánica, la cual se realiza mediante:
3
Práctica que también se está empezando a implementar en la región del Chaco del departamento de
Chuquisaca/Bolivia, a través del programa Geñoï de CARE.
4
En realidad, son canales de 40 cm de profundidad por 30 cm de ancho, hasta 100m de largo, donde colocan
afrecho y/o guano, almacenando agua (y humedad) hasta 3 veces más su volumen.
5
Lo que a su vez, repercutirá en la situación económica y alimentaria de las familias, sobre todo las más pobres.
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Huertos familiares/grupales/escolares demostrativos con capacitación y prácticas
agroecológicas (rotación, asociación y diversificación) con cultivos de corto plazo (hortalizas,
verduras), medio plazo (maíz, yuca, frejol, papa) y largo plazo (café, frutales).
Cría y manejo de ganado en parcelas (vacuno, cuyes, cabras), combinado con la producción
agroecológica para la recuperación de la chacra/finca en base a la complementariedad.
Incorporación de abono orgánico más estiércol y otros, en lugar del uso de agroquímicos, para
mejoramiento y fertilidad de los suelos. Para ello, inclusive se han creado plantas de
elaboración de abonos (Píllaro). Complementa esto la capacitación y producción de
biofertilizantes y biocidas (estiércol más caldos, bocashi)6 con materiales del lugar.
Reproducción de plantínes frutales y forestales para actividades de reforestación, con viveros
especializados en producción de semillas/almácigos (piloneras).
También hay una serie de esfuerzos por incrementar la cobertura vegetal alrededor de los
atajados y una conservación más adecuada de los suelos por la humedad del agua, generando
una disminución de la erosión, de los vientos y el incremento de las aves y la biodiversidad.
Estas prácticas y modalidades de trabajo suponen un cambio de actitud respecto a las prácticas
agropecuarias habituales, enfatizando en la producción natural, la biodiversidad y la
sostenibilidad, con la generación de toda una serie de efectos positivos sobre el hábitat.
A su vez, esto conlleva a un incremento en la producción agrícola, a un aumento en el
consumo de los alimentos a nivel familiar y a una diversificación de la dieta ya que se
incorporan alimentos nuevos y más nutritivos7. También se genera un ahorro en el
presupuesto familiar pues ya no necesitan comprar determinados alimentos; hay un ahorro en
los costos de producción al prescindir de los agroquímicos e incorporar el abono natural; un
complemento a la alimentación de los niños escolares mediante los desayunos y almuerzos
escolares y también un rescate de productos tradicionales en procesos de desaparición, como
la hualusa en la Chiquitania; mashua, oca, olluco en la sierra (Ayacucho) y valles (Huánuco,
Píllaro), lo que comienza a generar un sentido de revaloración y de rescate de la biodiversidad
en el sentido de sentar precedentes sobre la soberanía alimentaria e incorporar a la dieta
alimentaría productos tradicionales, altamente nutritivos y resistentes a la sequía.
La creación de reservas de alimentos y las técnicas de conservación
Un aspecto esencial (y complementario) que se realiza en diversas regiones, es el de las
prácticas tradicionales andinas de almacenamiento y conservación de los alimentos, prácticas
que se estaban perdiendo en las familias, como la conservación del maíz, papa, oca, mashua y
otros en los llamados “tockosh” (almacenamiento en yutes, que remojan al interior de agua
que fluye) o el maíz en “huayuncas” (dentro y fuera de la casa, ensartadas y colgadas), que
conservan mejor los productos durante muchos meses, con todas sus propiedades y
condiciones de calidad, y reduce perdidas por gorgojo y polillas (Huánuco/Perú; ver
www.idmaperu.org).
6
Bocashi= biofertilizante en base a la fermentación de levadura, vinagre de frutas, melaza, panela destilada, jugo
de caña y otros. Biocidas = vegetales (raíz, tallo, hojas, flores, semillas) que ayudan a controlar plagas y
enfermedades de cultivos.Biol= abono líquido
7
Por ejemplo, la lechuga, zanahoria, pimentón, ajo, berenjena, remolacha, rábano, piña, moringa, repollo y
otros.
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También está el almacenamiento de granos a nivel de trojes y huaylluncas mejoradas
para conservación de semillas de manejo grupal, práctica que se implementa en zonas de la
Chiquitanía y el Chaco/Bolivia (www.agrecolandes.org).
De igual manera, resaltan las técnicas de transformación de los alimentos para conservarlos
mejor, como es el caso de la transformación básica de verduras en fideos, elaboración de
mermeladas de hortalizas como el anco, remolacha y camote (www.agrecolandes.asocio) y la
transformación tradicional de la leche en chakicachipa o queso, carne en aycha charki o
charque, y la papa en cocopa o chuño (ayacucho/Perú www.abaayacucho.org), lo que asegura
alimentos para las épocas de escasez.
Un complemento fundamental del sistema de reservas de alimentos es la constitución de ferias
grupales o comunales de semillas criollas donde se incentiva el intercambio y el rescate de la
gran diversidad de semillas de productos tradicionales, ferias generalmente organizadas por
grupos de mujeres productoras, quienes no sólo persiguen el rescate sino también crear
consciencia sobre el medio ambiente fomentando la agricultura orgánica y apoyando la
soberanía alimentaria. Al respecto, sobresalen las ferias de seguridad y soberanía alimentaria
en la región del municipio de Caraparí/Chaco boliviano, organizadas por la Asociación de
Mujeres Productoras del Agro Sostenible - AIMPAS (www.agrecolandes.asocio) y también la
feria ecológica en el municipio de Huánuco, la cual se realiza cada fin de semana, con amplios
niveles de participación y difusión, no sólo regional, sino también nacional
(www.idmaperu.org).
Y esto de crear reservas de alimentos, es precisamente lo que los ministros de agricultura de
los países del G20 se comprometieron a realizar en el 2011 y hasta la fecha no están
cumpliendo. Ya el Relator Especial del Derecho a la Alimentación de Naciones Unidas
(Oliver de Schutter) llama la atención al respecto y señala que las reservas de alimentos son
una herramienta estratégica para combatir las oscilaciones volátiles de los precios de los
cultivos estratégicos en los mercados y las contracciones de la oferta, estabilizando los
mercados y evitando así el desencadenamiento de las crisis alimentarias (UN Special
Rapporteur on the Right to Food, 1.10.2012).
Una activa participación de la población
Lo anterior no se logra si no hubiera una participación de la población en general, pero sobre
todo de las mujeres en diversos ámbitos. Es activa la participación de las mujeres en los
huertos de hortalizas en las diversas regiones del área andina y del trópico boliviano
(Chiquitanía/Chaco), en términos de la construcción de los huertos, la preparación de los
terrenos, sembrado, capacitación, mantenimiento y otras tareas, ya que han reconocido que a
través de ello se puede incrementar y diversificar el (reducido) consumo de alimentos que
tienen sus familias y generar un ahorro al dejar de acudir al mercado para la compra de ciertos
productos.
También se registra una masiva participación de las mujeres en las organizaciones de regantes
y en las organizaciones de base. En Ayacucho (Perú) pero sobre todo en Píllaro (Ecuador), las
organizaciones de regantes (Juntas de Riego) están conformadas principalmente por mujeres,
quienes desempeñan roles importantes en las directivas, dirigen los “grupos de interés
asociado”, manejan adecuadamente los sistemas presurizados de riego8 y además, en muchos
8
Estableciendo las tarifas del uso del agua, controles en la distribución del agua, creación de un fondo para la
reposición de materiales en el mantenimiento, y otros.
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casos, se encargan de conducir los hogares (cabezas de familia) ante la creciente migración
temporal de los esposos e hijos mayores.
De igual manera, sobresale la militante participación social y política de las organizaciones
campesinas, sobre todo de las mujeres (ver la experiencia de ABA en Ayacucho/Perú;
www.abaayacucho.org) en el contexto de las reivindicaciones regionales, no sólo en torno al
agua de riego, sino también en términos de sus reivindicaciones sociopolíticas, el
fortalecimiento de sus organizaciones, la vigorización de su cultura, la interacción de la
familia y del ayllu, el restablecimiento de trabajos colectivos, la solidaridad entre familias y la
articulación basada en la comunidad.
Los saberes tradicionales
Un tema fundamental que acompaña los aspectos anteriores es el relativo al énfasis puesto en
la recuperación de sabidurías y cosmovisión campesina, que comprende la transmisión de
conocimientos ancestrales sobre la agricultura y el medio ambiente.
Los campesinos andinos poseen conocimientos a través de su propio entendimiento, prácticas
y concepciones para el uso y conservación de los recursos y la biodiversidad. Por ejemplo, el
territorio es considerado como un lugar de vida y amparo, un lugar de crianza que posibilita el
constante flujo de la vida en comunidad, interconectado ritual y geográficamente por los
sistemas agrícolas y sus modos propios de utilización y complementariedad de la diversidad
agroclimática.
En ese sentido, implementan diversas estrategias de armonización con el clima y el entorno y
enfatizan en el rescate de saberes tradicionales para la gestión de riesgos. De esa manera,
identifican bio indicadores que pueden servir y contrarrestar las principales amenazas. Por
ejemplo, revalorizan y ponen en práctica, el abigeo (gritos y sahumerios) para alejamiento del
granizo (Comunidad de Chuschi/Ayacucho). O clasifican los cantos de los pájaros y la
aparición de otros (ranas, hormigas, gusanos) a través de los cuales determinan las lluvias,
frío, sequía (Comunidad Santa Rosa/Chaco)9 . Así reafirman culturalmente la existencia de un
modo de vida muy particular y el rol importante del conocimiento indígena en la conservación
de los recursos naturales (www.abaayacucho.org).
Reglamentaciones para la preservación del medio ambiente
La toma de conciencia de los habitantes sobre el cambio climático y sus diversas
repercusiones en el sector rural ha llevado a que en varias comunidades y localidades se
inserten en sus normativas y reglamentos internos, diversos aspectos relacionados a la
protección y preservación del medio ambiente, incluyendo una serie de sanciones por su
incumplimiento.
Por ejemplo, en la comunidad de Quenrra/Huánuco/Perú hay sanciones por quema y daños al
bosque, así como por el mal uso del agua. En otra comunidad de ese municipio se han
establecido reglamentos para la protección del medio ambiente, la limpieza del pueblo, la
prohibición de animales sueltos en el pueblo y otras medidas. El reglamento de la Asociación
Santa Rita del Tambo/Píllaro/Ecuador, propietaria de 4.000 hectáreas de los páramos de los
Llanganates, promueve la conservación de las fuentes de agua, prohibiendo las quemas y el
sobrepastoreo.
También es oportuno resaltar que en varias localidades se está incentivando la educación y
capacitación medioambiental (sobre agricultura sostenible, cambio climático y medio
9
Ver “Plan de Acciones para defendernos del daño de la sequía”, en el proyecto GEÑOÏ/UE, CARE-Bolivia.
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ambiente) en los niños y jóvenes a través del apoyo a la conformación de brigadas ecológicas
juveniles en unidades escolares (en el Chaco y la Chiquitanía/Bolivia,
Ayacucho y Huánuco/Perú) a través de la instalación de huertos (con semillas, asistencia
técnica, riego por goteo, reciclado de basura, campañas de limpieza, producción de humus de
lombriz, etc.), ferias ecológicas escolares, reciclado de basura, campañas de limpieza, etc.
Los desafíos
Las experiencias descritas no se desarrollan libremente y sin obstáculos, ya que hay una serie
de problemas y desafíos que se deben sortear continuamente para poder implementarse. Entre
esos desafíos, sobresalen los siguientes:
El modelo económico de los gobiernos nacionales que prioriza el uso del agua para la
extracción minera y la extracción de los hidrocarburos (petróleo y gas) antes que el uso del
agua para la agricultura, creando conflictos socio ambientales y no respetando a las
comunidades campesinas e indígenas (por ejemplo, en Ayacucho/Perú).
El desvío de las fuentes de agua que realizan algunas haciendas ganaderas
(Chiquitanía/Bolivia) y también algunos proyectos de construcción de represas, en perjuicio
del medio ambiente, los bosques, la biodiversidad y la agricultura orgánica.
Los asentamientos poblacionales en áreas protegidas, que desmontan grandes extensiones de
bosques al igual que los depredadores forestales (Chore/Bolivia), afectando tierras comunales
y canales de riego tradicionales.
Los programas gubernamentales que se interponen a la producción orgánica fomentado una
producción agrícola con agroquímicos (distribuyéndolos en varios municipios en Piura/Perú o
en el Chaco/Bolivia) o el fomento de los transgénicos (soya/maíz), lo que no sólo contamina
los ríos, el medio ambiente, daña a la tierra, sino que también tiene repercusiones sobre la
salud humana y animal.
Finalmente, los incrementos de los fenómenos climáticos debidos al cambio climático.
Conclusiones y recomendaciones
 Una simple conclusión es que debido a la situación económica y posicionamiento político
de los países desarrollados, los países en desarrollo son los que deben cargar con las
consecuencias y efectos de ese modelo de desarrollo económico prevaleciente.
Sin embargo, ese reflejo no sólo se efectúa entre países desarrollados y países en vías de
desarrollo sino también al interior de nuestros países, ya que mientras unos sectores como las
comunidades campesinas e indígenas hacen esfuerzos por crear condiciones para una
mitigación y adaptabilidad al cambio climático, otros sectores sociales realizan lo contrario, y
las instancias gubernamentales encargadas de conservar, cuidar y proteger las reservas
naturales y la biodiversidad, los parques nacionales y otros, no cumplen sus funciones.
 Lo descrito y analizado, actualmente implementado en varias zonas y poblados de la
región andina y el oriente boliviano10 , está permitiendo demostrar a los gobiernos
regionales y nacionales, a la cooperación internacional, a las autoridades municipales,
ONG, y otros actores sociales, que hay alternativas distintas a las planteadas por los
organismos internacionales, que sólo enfatizan en la aplicación de “programas y políticas”
de los gobiernos desarrollados o en las “recomendaciones“ de los organismos de
cooperación internacional.
10
La mayoría de ellas, con el apoyo de Welthungerhilfe, Agro Acción Alemana.
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 La alternativa planteada para lograr una adaptación y mitigación al cambio climático parte
de las estrategias de base familiar campesina, teniendo a la familia como núcleo social y
productivo, respetando la diversidad productiva, el manejo adecuado del recurso agua,
rescatando sus saberes y productos tradicionales, priorizando su alimentación antes que el
mercado, recuperando y mejorando los suelos, protegiendo la biodiversidad, respetando
sus formas de organización y sus prácticas tecnológicas, enfatizando en la participación y
el trabajo mancomunado, con un enfoque de sostenibilidad y equidad.
 También es adecuado resaltar que las acciones descritas tienen incidencia en los
principales actores del desarrollo y también en el logro de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM) 1 y 711 . Por otro lado, están fortaleciendo la capacidad de los
productores y de sus organizaciones para participar en el debate de las agendas regionales,
locales e inclusive nacionales, con planteamientos y propuestas adecuadas respecto a la
adaptación al cambio climático. Asimismo, están incidiendo en las autoridades locales y
regionales reforzando la sensibilización y capacitación en la elaboración de propuestas y
políticas sobre el medio.
 A los Estados y Gobiernos regionales/municipales no sólo les corresponde en las actuales
circunstancias, apoyar esos esfuerzos que realiza la agricultura familiar campesina en
aumentar la producción de alimentos básicos, sino también apoyar las iniciativas para la
adaptación y mitigación al cambio climático asegurando el acceso a los recursos
productivos (tierra, semillas, capacitación), el financiamiento para el emprendimiento de
esas obras, y garantizando los recursos jurídicos y administrativos para implementar esas
obras.
 La iniciativa de fomentar una agricultura orgánica libre de agroquímicos y transgénicos,
preservando los recursos naturales y la biodiversidad, y fomentando el rescate de semillas
tradicionales entre otros, contribuye a disminuir la generación de gases de efecto
invernadero, por lo tanto en el calentamiento global. Este es un modelo de desarrollo
agrícola distinto al monocultivo (que depreda los recursos naturales e incide en los gases
de efecto invernadero) que debe ser apoyado y fomentado por los organismos de
cooperación externa como también las instituciones de desarrollo.
Fuente: Julio Prudencio Böhrt es economista.
2. PESADILLAS DEL SIGLO XXI
El arsenal nuclear del que dispone el régimen norcoreano es fuente de comprensible
preocupación en muchas cancillerías; las cabezas atómicas repartidas en varios centros de
almacenaje en el caótico Pakistán también producen legítimos escalofríos en muchas espaldas,
igual que el proliferar de células terroristas en el Sahel y en otras regiones del planeta. Sin
embargo, cuando el periodista de The New York Times Tim Weiner –según relató en una
reciente conversación en Madrid- preguntó al director del FBI, Robert Mueller, qué le quitaba
el sueño por la noche, este no contestó nada de eso. Sino esto: “Un ciberataque múltiple que
golpee las redes eléctricas de grandes ciudades y los sistemas informáticos que gestionan sus
principales servicios, como el abastecimiento de agua y los transportes”.
11
Objetivos de Desarrollo del Milenio: (1) Erradicar la pobreza extrema y el hambre, reduciendo a la mitad la
proporción de personas que sufren hambre y que tienen ingresos inferiores a un dólar/día. (2) Garantizar el
sustento del medio ambiente, incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas
nacionales y reducir la pérdida de recursos del medio ambiente y la diversidad biológica, respectivamente.
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No se trata simplemente de la obsesión personal del líder de una agencia civil. Las
preocupaciones de los militares no andan muy lejos. Mike Mullen, presidente del Estado
Mayor de EE UU entre 2007 y 2011, declaró lo siguiente el año pasado: “Nosotros estamos
expuestos a dos amenazas existenciales. Una, es el arsenal nuclear ruso. Pero creo que eso lo
tenemos muy bien controlado. La otra son los ciberataques. El desafío, para mí y muchos otros
líderes, es realmente comprender esto. Ya no podemos delegar este asunto a algún sector de
nuestras estructuras. Tenemos que comprender para poder tomar decisiones, invertir. Este
desafío está destinado a crecer”.
Los ciberataques son el primero de una serie de desafíos a la seguridad global que exceden las
nociones tradicionales y que, según muchos expertos, van a tener un creciente protagonismo
este siglo. “Un ciberataque puede, de alguna manera, ser considerado una suerte de arma de
destrucción masiva", comenta Richard Gowan, subdirector del Centro sobre Cooperación
Internacional de la Universidad de Nueva York. El desarrollo vertiginoso de la biotecnología
también abre un nuevo frente repleto de incógnitas. En otro orden conceptual, factores fuera
del control de los Estados también pueden exacerbar tensiones. Uno de ellos es el cambio
climático, que amenaza con ahondar las fricciones por el acceso a los recursos y facilitar
conflictos. La conferencia de Seguridad de Múnich, que se celebra este fin de semana, dedica
desde hace algunos años un creciente espacio a estas amenazas que se suman o exacerban a las
tradicionales. A continuación, algunas reflexiones sobre ellas.
Ciberataques
La pesadilla de Mueller y Mullen todavía no se ha materializado en ningún país. “Hasta ahora,
afortunadamente no se han producido ciberataques a escala completa. Solo hemos visto
episodios”, comenta Liina Areng, asesora de Relaciones Internacionales del Centro de
Excelencia para Ciberdefensa de la OTAN, ubicado en Estonia. Sin embargo, algunos de esos
episodios son muy instructivos. Precisamente en Estonia, el 26 de abril de 2007, las webs de
las principales instituciones del Estado fueron acribilladas por una lluvia de mensajes basura
procedente de ordenadores de medio mundo que colapsó su capacidad de funcionamiento.
Posteriores oleadas de ataques se abatieron sobre webs de bancos, periódicos, compañías de
telecomunicación y ministerios durante al menos dos semanas. El episodio se produjo poco
después del traslado, del centro de Tallín a las afueras, de un monumento a los caídos
soviéticos. No paralizó el país, pero asustó bastante.
“El ciberterrorismo, una campaña de ataques a infraestructuras civiles críticas, que son las más
vulnerables, es algo relativamente fácil de lograr. No hacen falta enormes recursos. Es una
amenaza creciente, más realista que una auténtica ciberguerra entre potencias”, dice Areng,
que fue consejera de ciberseguridad del ministerio de Defensa estonio.
Las fuerzas armadas de las principales potencias llevan años preparándose en este dominio,
pero la protección de todos los centros civiles que permiten el normal acontecer de la vida
moderna –bolsas de valores, bancos, telecomunicaciones, redes eléctricas, acueductos,
transportes, etc.- es un auténtico desafío. “Es necesaria mucha cooperación. Entre Estados,
entre público y privado y entre privados. Nadie tiene la capacidad para controlar todo lo que
ocurre, desde donde puede llegar la amenaza. Sin embargo, todavía hay desconfianzas entre
Estados que impiden un flujo de información optimo”, observa Areng.
Cambio climático
Los expertos en seguridad definen el cambio climático como un ‘multiplicador de amenazas’
un factor que, por ejemplo, exacerba las tradicionales tensiones por los recursos hídricos, la
Pagina 10 de 22
producción energética y alimentar. Cleo Paskal, analista del centro de estudios Chatham
House especializada en la materia, ofrece un buen ejemplo relacionado con el
excepcionalmente caluroso verano ruso de 2010. “Los terribles fuegos que se propagaron ese
año tuvieron graves repercusiones en la producción de trigo, del que Rusia es gran
exportadora. Eso causó una subida en los precios. El aumento de los precios de los productos
alimentarios básicos como el pan fue uno de las causa clave del estallido del malestar social en
varios países árabes [a partir de finales de 2010], que a su vez ha provocado un auténtico
terremoto geoestratégico”, comenta Paskal.
La pugna por el agua y la energía es consustancial a la historia humana, pero el aumento
demográfico y la salida de la pobreza de centenares de millones de personas –con su
correspondiente cambio de praxis de consumo, alimentación, etc.- incrementan de por sí la
presión sobre los recursos. Varios países ya están comprando o alquilando tierras en otras
regiones reducir su dependencia alimentaria. El cambio climático amenaza con multiplicar
esas tensiones, afectando la disponibilidad de agua dulce –necesaria para la agricultura pero
también para la producción de energía (la hidroeléctrica, naturalmente, pero también la
nuclear)- provocando desastres naturales que destruyen infraestructuras y cosechas y, en
definitiva, transformando muchas constantes en variables, algo peligroso para la estabilidad.
En otro orden de asuntos, señala Paskal, el deshielo del ártico está abriendo nuevas fronteras y
el acceso a nuevos recursos, cuya conquista se antoja potencialmente conflictiva; la subida del
nivel de los mares amenaza con hacer desaparecer islas que otorgan a sus respectivos Estados
derechos marítimos sobre amplias extensiones.
Biotecnología
Varios otros asuntos despiertan la inquietud de los expertos. Gowan apunta uno: “Hemos
hecho progresos en los últimos años para enfrentarnos a pandemias. La experiencia de la gripe
aviar ha fomentado avances y cooperación. Pero, en cambio, creo que no estamos tan
preparados para el terrorismo biológico. Los avances de la industria biotech son
increíblemente rápidos y complejos. Es un área con poca legislación internacional. Esto es
algo acerca de que las agencias occidentales piensan bastante”. Si las tradicionales armas
químicas asustan, las futuras armas biológicas aterran.
Fuente: Reportaje publicado en el periódico El País de España el 2 de febrero de 2013 y
disponible en el sitio Web: http://internacional.elpais.com
3. RIESGO AMBIENTAL SOBERANO, POR ACHIM STEINER & SUSAN BURNS
Hasta que estalló la crisis financiera global hace cuatro años, los bonos soberanos
tradicionalmente habían sido considerados inversiones confiables, prácticamente sin riesgo.
Desde entonces, parecen mucho menos seguros. Y muchos observadores dentro y fuera del
sector financiero empezaron a cuestionar los modelos en los que se basan las agencias de
calificación crediticia, las firmas de inversión y otros para ponerle un precio a los riesgos
vinculados a este tipo de títulos.
Al mismo tiempo, cada vez resulta más evidente que cualquier reforma de los modelos de
riesgo debe tomar en consideración las implicancias ambientales y la escasez de recursos
naturales. De hecho, un informe de inversión reciente destacaba que la caída de los precios en
el siglo XX de 33 materias primas importantes -entre ellas, el aluminio, el aceite de palma y el
trigo- ha sido compensada por completo en los diez años que arrancan en 2002, cuando los
precios de las materias primas se triplicaron.
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Es probable que las crecientes escaseces de recursos naturales estén causando un cambio de
paradigma, con implicancias potencialmente profundas para las economías -y, por ende, para
el riesgo de deuda soberana- en todo el mundo. De hecho, muchos países ya experimentan un
incremento en los precios de las importaciones de recursos biológicos. Los mercados
financieros ya no pueden pasar por alto de qué manera los ecosistemas y los servicios y
productos multimillonarios que proporcionan -que van desde suministro de agua,
almacenamiento de carbono y madera hasta los suelos saludables necesarios para la
producción de cultivos- apuntalan el desempeño económico.
Por otra parte, vivimos en un mundo en el que la explotación excesiva de los recursos
naturales, el consumo insostenible y el estado de muchos ecosistemas se han tornado
incompatibles con el acelerado crecimiento demográfico, considerando que la población
humana aumentará de siete mil millones hoy en día a más de nueve mil millones en 2050.
Estudios como La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (The Millennium Ecosystem
Assessment) y La Economía de los Ecosistemas y la Boidiversidad (The Economics of
Ecosystems and Biodiversity (TEEB)), realizados en nombre del G-8, nos han ayudado a
entender mejor el valor económico, ecológico y social de los bienes y servicios
proporcionados por los ecosistemas, y han ofrecido mejores métodos para ponerles un precio.
Sin embargo, este nuevo pensamiento todavía tiene que influir de manera significativa en el
comportamiento de los inversores en bonos y las agencias de calificación.
Algunos podrían suponer que los mercados de bonos están protegidos de los efectos del
cambio climático, la degradación de los ecosistemas y la escasez de agua. Con más de 40
billones de dólares de deuda soberana en los mercados globales en cualquier momento dado,
es un juego de riesgos muy altos.
Para encarar la brecha entre realidad y percepción, la Iniciativa Financiera del Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI por su sigla en inglés) y la Red Global de
la Huella Ecológica (GFN por su sigla en inglés), junto con una cantidad de inversores
institucionales, gerentes de inversión y proveedores de información, han lanzado E-RISC, un
análisis del Riesgo Ambiental en el Crédito Soberano.
El proyecto ocupará un lugar central en un encuentro de inversores en Londres el 19 de
noviembre, y ofrecerá un primer pantallazo sobre cómo se pueden tomar en consideración los
criterios ambientales en los modelos de riesgo soberano y, por lo tanto, en las calificaciones de
crédito asignadas a los bonos soberanos.
E-RISC resalta la situación en varios países -entre ellos Brasil, Francia, India, Turquía y
Japón- y demuestra cómo los importadores y exportadores de recursos naturales como madera,
pescado y cultivos están expuestos a la creciente volatilidad que acompaña la escasez cada vez
mayor de recursos globales. De hecho, el informe de E-RISC estima que una variación del
10% en los precios de las materias primas puede generar cambios en la balanza comercial de
un país que pueden superar el 0,5% del PBI.
Mientras tanto, las consecuencias económicas de la degradación ambiental pueden ser severas.
El informe estima que la sola reducción del 10% de la capacidad productiva de los suelos y las
áreas de agua dulce podría causar una disminución en el equivalente de la balanza comercial
de más del 4% del PBI.
Claramente, los riesgos ambientales son potencialmente importantes como para afectar las
economías de los países de maneras que podrían influir en su voluntad o capacidad para pagar
la deuda soberana. Por otra parte, estos riesgos varían ampliamente entre países, inclusive
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entre aquellos cuyas calificaciones crediticias actuales sugieren niveles similares de riesgo
soberano.
Esto sugiere que los hallazgos y las metodologías aplicadas en el proyecto E-RISC aportan un
valor agregado al análisis tradicional del riesgo soberano, al ofrecer información sobre
parámetros relevantes pero actualmente ignorados. Sería aconsejable que las agencias de
calificación crediticia, los inversores institucionales y los administradores de activos vean de
qué manera pueden incorporar estos factores en sus propios modelos de riesgo.
Ha llegado la hora de entender mejor la conexión entre el riesgo ambiental y de los recursos
naturales y el riesgo del crédito soberano. Sólo entonces los inversores, las agencias de
calificación y los gobiernos podrán planificar en el mediano y largo plazo con el conocimiento
necesario para asegurar el crecimiento y la estabilidad económicos a largo plazo.
Fuente: Achim Steiner es Subsecretario General y Director Ejecutivo del Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Susan Burns es fundadora de la Red de la Huella
Global. Este artículo se encuentra disponible en el sitio Web: http://www.project-syndicate.org
4. EL FIN DEL HAMBRE Y LA DESNUTRICIÓN, POR JOSÉ GRAZIANO DA SILVA
De vez en cuando sucede algo que puede tener un impacto fundamental en la humanidad pero
pasa prácticamente desapercibido en su momento. Un evento de estas características sucedió
este diciembre en Roma. El Consejo de la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO) decidió que su objetivo ya no debe ser simplemente
reducir el hambre, sino directamente erradicar el hambre, la inseguridad alimentaria y la
desnutrición. El siguiente paso será la confirmación de este cambio por la Conferencia de la
FAO en junio de 2013, en la que participan todos los países miembros de la Organización.
Para muchos, este pequeño cambio de redacción puede parecer trivial. Los críticos también
dirán que la adopción de una meta sin fijar una fecha para su logro es un gran sinsentido.
Otros pueden decir incluso que la idea de erradicar el hambre no tiene sentido, ya que no
tenemos los medios para hacerlo.
Durante los últimos 12 años, el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la
mitad el hambre para el año 2015 ha sido el principal motor de la reducción del hambre. La
proporción de personas hambrientas en los países en desarrollo ha disminuido de manera
significativa, del 23,2 por ciento en 1990-92 al 14,9 por ciento actual. Sin embargo, este
descenso se debe más a un aumento de la población mundial que a la ligera reducción en el
número real de personas hambrientas, desde aproximadamente 980 millones a 852 millones en
la actualidad.
Un objetivo de "reducción a la mitad" tiene poco atractivo político e implícitamente condena a
la mitad excluida a una vida al margen de la sociedad, expuesta a la enfermedad y la muerte
prematura. Por el contrario, como ha demostrado la estrategia Hambre Cero de Brasil, la
adopción de una meta absoluta de erradicación del hambre es un medio poderoso para
galvanizar a los departamentos gubernamentales en una acción coordinada a gran escala y de
movilizar a la sociedad en su conjunto en un verdadero esfuerzo nacional para poner fin a una
de las mayores injusticias de nuestro tiempo.
Es muy cierto que cada vez será más difícil – aunque no imposible - satisfacer la creciente
demanda mundial de alimentos y hacerlo de manera sostenible. Se debe producir más comida
utilizando tecnologías que no dañen los recursos naturales que las futuras generaciones
necesitarán para alimentarse, que no impulsen los procesos de cambio climático que tan
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gravemente afectan a los agricultores, y que no aceleren la desintegración del delicado tejido
de la sociedad rural.
Pero el reto no es tan grande como a veces se presenta. La tasa de crecimiento de la población
será mucho más lenta que en los últimos 50 años, hay mucho margen para reducir las grandes
cantidades de alimentos que ahora se desperdician, y, es más, a medida que aumenten sus
ingresos, se podrá persuadir a la gente para que adopte dietas más sanas y respetuosas con el
medio ambiente que aquellas que se han adoptado en el mundo desarrollado. El doble lastre de
la malnutrición –el hambre que coexiste con obesidad, diabetes y otras enfermedades
relacionadas con la sobrealimentación- nos demuestra la importancia creciente de requilibrar
la dieta a nivel mundial.
No hay nada realmente nuevo en el compromiso con la erradicación del hambre. De hecho, la
FAO fue creada en 1945 para alcanzar un mundo “libre de la necesidad” que, en palabras de
sus fundadores, "significa derrotar al hambre y atender las necesidades básicas de una vida
decente y digna".
Debido al temor generalizado en los años de la posguerra a la escasez mundial de alimentos, la
atención de la FAO y de la comunidad internacional en su conjunto se centró principalmente
en la producción de alimentos, enfoque que se mantuvo básicamente invariado en las
siguientes décadas. El trabajo realizado dio buenos resultados: a pesar de un crecimiento
asombroso de la población mundial de 2 500 millones en 1945 hasta 7 000 millones hoy en
día, la disponibilidad de alimentos por persona ha aumentado en más de un 40 por ciento.
El problema es que el hambre persiste a gran escala, por lo que nuestro enfoque debe ahora
cambiar para garantizar el acceso universal a una alimentación adecuada. Esto tiene que ser
una prioridad absoluta para los gobiernos y un objetivo aceptado por la ciudadanía en su
conjunto.
Romper el círculo vicioso del hambre y la desnutrición requiere complementar el enfoque en
la agricultura y el desarrollo rural. (más del 70 por ciento de la población que sufre
inseguridad alimentaria vive en las zonas rurales de los países en desarrollo) con la inversión
en otros servicios sociales y políticas productivas, incluyendo transferencias financieras
modestas, pero predecibles, para las familias más pobres. Con las políticas adecuadas, el
incremento de la demanda de alimentos creada por estas transferencias, por los programas de
comidas escolares y los suplementos nutricionales para las madres y los lactantes, pueden
crear para los pequeños agricultores oportunidades de aumentar su producción y mejorar así
sus medios de vida.
El pasado junio, el Secretario General de la ONU puso en marcha el Desafío Hambre Cero en
la Conferencia Río +20 para el Desarrollo Sostenible. La FAO ha aceptado este reto y ha
fijado sus miras formalmente en la erradicación del hambre. Tengo confianza en un aumento
progresivo del número de gobiernos de nuestros países miembros que se comprometan a
avanzar lo más rápidamente posible hacia la erradicación del hambre y la desnutrición dentro
de sus fronteras, y a ayudar a otros países a hacer lo mismo.
Ha llegado el momento de que el mundo ponga su mira en la erradicación del hambre, de una
vez por todas.
Fuente: José Graziano da Silva es Director General de la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Este artículo se encuentra disponible en
el sitio Web: http://www.fao.org/
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5. EL CAMBIO CLIMÁTICO: ¿VÍCTIMA DE LA MALA PROPAGANDA?
A pesar de estar presente en la agenda política internacional desde hace más de 20 años, cada
vez son más los que piensan que al hablar de calentamiento global, nos están vendiendo gato
por liebre.
Escritor, profesor y ambientalista danés, se lanzó a la fama y a la boca del lobo hace más de
diez años, cuando se atrevió a cuestionar los efectos "catastróficos" del calentamiento global.
Lo demás es historia. Plasmó sus críticas en un libro que tituló "El ecologista escéptico" y se
convirtió en el referente de los no creyentes.
Su argumento siempre ha sido el mismo: los políticos optan por infundir miedo y exagerar las
predicciones del cambio climático para atraer la atención del público. Para él, no es que no
exista el calentamiento global, es que no es como lo pintan.
Hoy, los escépticos son muchos más. A diferencia de Lomborg, no sólo creen que el problema
está siendo manejado de forma errónea, sino que además dudan de que exista.
Un estudio realizado por el Pew Research Centre en Estados Unidos en 2012, concluyó que la
convicción de que la Tierra se está calentando bajó en un 10% con respecto al 2006.
Un resultado similar se evidenció en Reino Unido, en donde una encuesta de YouGov de junio
de 2012 reveló que uno de cada cinco entrevistados no está seguro de que el aumento de
temperatura en nuestro planeta sea consecuencia de la actividad humana.
La falta de credibilidad en el tema ha puesto un gran interrogante sobre la mesa: ¿por qué hay
gente que no cree en el cambio climático?
Predicciones que no se cumplieron
"El problema es la tendencia a exagerar las predicciones del calentamiento global. Cuando no
se cumplen, la gente deja de creer en la causa", le dijo Lomborg a BBC Mundo.
En un artículo publicado el mes pasado, el danés incluyó varios ejemplos de pronósticos
realizados hace algunos años que no se hicieron realidad.
Entre los mencionados estaba el fenómeno El Niño: "en 1997 Al Gore aseguró que el
calentamiento global iba a fortalecer y a agravar los vientos de El Niño. El presagio no se
cumplió", explica el profesor.
Otro de los señalados fue el supuesto auge de huracanes
"Muchas organizaciones medioambientales anunciaron hace unos años que íbamos a
presenciar huracanes más violentos como resultado de la transformación climática. En los
últimos seis años, la energía global generada por los huracanes decayó a su nivel más bajo
desde la década de los 70.
Lomborg también remarcó la falta de precisión en las predicciones relacionadas con la vida
animal.
"El World Wildlife Fund declaró en 2004 que los osos polares se extinguirían a finales del
siglo, comenzando en la Bahía de Hudson, donde dejarían de reproducirse en 2012. Los osos
siguen reproduciéndose", dijo.
Y en cuanto a las enfermedades, el ambientalista precisó que "aunque siempre se ha dicho que
el calentamiento global hará que llegue la malaria a Europa, las muertes ocasionadas por esta
enfermedad decayeron en más del 25% en los últimos diez años".
Lomborg aclara que la mayoría de predicciones no son erróneas, solo son exageradas.
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"Creo que debemos dejar de pensar que la única forma de luchar contra el cambio climático es
siendo catastrófico al respecto. Infundir miedo no solo perjudica la credibilidad, también
afecta nuestra capacidad de tomar decisiones inteligentes".
Mientras que algunos apoyan la teoría de Lomborg, muchos lo descalifican: argumentan que el
escritor no es un experto en ecología ni en cambio climático, si no un estadístico con ideas
controvertidas.
Fuertes críticas han sido publicadas en revistas como Scientific American, acusándolo de
utilizar sesgadamente los datos.
Antes este tipo de respuestas, Lomborg le dijo a BBC Mundo: "teniendo en cuenta que hay un
fuerte movimiento en la actualidad que niega el cambio climático, es entendible que algunos
muestren escepticismo ante lo que sustento. Pero yo no niego el calentamiento global,
simplemente cuestiono la manera en que lidiamos con el problema".
Desinformación
Un estudio reciente publicado en la revista Climatic Change, explica de otra manera la falta de
credibilidad en relación al cambio climático.
Según la investigación – desarrollada por la University of British Columbia, la base del
problema es la desinformación, que genera que la gente saque sus propias conclusiones
basándose en el estado del clima.
Como consecuencia, el escepticismo tiende a subir durante temporadas de mucho frío y a
aumentar cuando el calor es excesivo.
"No es una respuesta inmediata, es la conclusión a la que llegan las personas después de varios
meses de percibir una tendencia en las temperaturas, y la acumulación de esas tendencias hace
que esas conclusiones lleguen a los medios", le explicó a la BBC Simon Donner, uno de los
analistas involucrados en el estudio.
Para Donner, la responsabilidad también la tienen los científicos: "tendemos a pronunciarnos
en los medios únicamente cuando atravesamos olas de calor, lo cual es incorrecto. Hay que ser
consistentes con el tema sin importar el clima del momento", añadió.
Adam Corner, consultor en el Climate Outreach and Information Network, opina que la
confusión surge cuando los científicos hablan sobre fenómenos meteorológicos particulares.
"Hay un vínculo muy sutil entre las temperaturas inmediatas y el clima en general, por lo que a
veces ni siquiera los mejores comunicadores científicos logran explicarlo con claridad",
afirmó.
Donner también piensa que la politización del cambio climático hace que se dificulte
diferenciar entre lo que piensa cada individuo sobre el tema y su orientación política.
Como ocurre con otras problemáticas, es posible que la gente deje de analizar el tema
individualmente y base su opinión en lo que determine su partido político de preferencia.
Sea cual sea la explicación, muchos consideran preocupante el creciente escepticismo tras más
de dos décadas de posicionar al calentamiento global como prioridad política.
Así lo expresa Andrew Guzman, profesor de la Universidad de Berkeley, en su más reciente
libro, Overheated: "el mayor obstáculo al que nos enfrentamos al tratar de emprender acciones
significativas para reducir el impacto del cambio climático es que la gente no está convencida
de la seriedad del asunto".
Fuente: Portal informativo BBC Mundo, disponible en el sitio Web: http://www.bbc.co.uk
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6. LA URGENTE NECESIDAD DE ABORDAR EL CAMBIO CLIMÁTICO AHORA, POR JIM YONG KIM
El tiempo en la ciudad de Washington ha sido como una montaña rusa durante enero. Sí, es
cierto que nos hemos congelado esta semana pero lo verdaderamente alarmante fue el
repentino calor a principios de mes. Entonces, bandadas de aves –petirrojos, chochines,
cardenales e incluso azulejos– se amontonaron en los arbustos con bayas para comer todo lo
que podían. Los corredores y los ciclistas usaban pantalones cortos y camisetas y las personas
trabajaban en sus jardines como si fuera primavera.
Los signos del calentamiento global son cada vez más evidentes y frecuentes. Un exceso de
condiciones climáticas extremas está observándose a nivel mundial. Y la temperatura
promedio en Estados Unidos en 2012 fue la más alta jamás registrada.
Durante la reunión de muchos de los líderes económicos del mundo esta semana en Davos,
gran parte de la conversación será sobre la situación económica mundial. Pero el cambio
climático debe ocupar un lugar prioritario en nuestros programas porque el impacto del
calentamiento global pone en peligro todos los avances en materia de desarrollo logrados en
las últimas décadas.
Si no se toman medidas pronto, el futuro será desalentador. A fines del año pasado, el Grupo
del Banco Mundial dio a conocer un informe que concluyó que la temperatura del planeta
podría elevarse en 7,2 grados Fahrenheit (4 grados Celsius) para fines de este siglo si ahora no
se adoptan medidas concertadas.
Si el mundo es más cálido, los mares se elevarán entre 1,5 y 3 pies, poniendo en riesgo a
cientos de millones de habitantes de las ciudades a nivel global. Esto significaría que las
tormentas que alguna vez se pensó que pudieran ocurrir “una vez cada 100 años” podrían
convertirse en algo habitual, y tal vez sucedan anualmente. Y también que gran parte de
Estados Unidos -desde las zonas urbanas de Los Ángeles hasta las llanuras de Kansas y la
capital del país-, se empezaría a sentir como un insoportable horno en el verano.
Mi esposa y yo tenemos dos hijos, de 12 y 3 años. Cuando nuestro hijo menor tenga mi edad,
este podría ser el mundo que herede. Ese pensamiento basta para que quiera actuar y formar
parte de un movimiento mundial que tome medidas ahora.
Al tiempo que avanzan las negociaciones mundiales sobre el clima, es necesaria una acción
inmediata al margen de las convenciones. En todas partes, las personas deben centrarse en
dónde obtendremos el mayor impacto para reducir las emisiones y crear capacidad de
adaptación en las ciudades, las comunidades y los países.
Las seis grandes economías -que actualmente representan dos tercios de las emisiones de
dióxido de carbono mundiales provenientes del sector energético- deben mostrar un fuerte
liderazgo en este sentido. En su discurso inaugural de esta semana, el presidente Obama se
refirió a la necesidad de abordar el clima y la energía, y esto podría ayudar a reiniciar esta
conversación crucial en Estados Unidos y en el exterior.
La prioridad principal del mundo debe ser conseguir flujos de financiamiento y obtener
precios correctos en todos los aspectos del costo energético para respaldar el crecimiento con
bajas emisiones de carbono. El logro de un precio del carbono predecible que refleje con
precisión los costos ambientales reales es clave para obtener una reducción de las emisiones a
gran escala. Tarifas de la energía adecuadas también pueden proporcionar incentivos para las
inversiones en eficiencia energética y tecnologías más limpias.
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Un segundo paso inmediato es poner fin a los perjudiciales subsidios a los combustibles a
nivel mundial, lo que podría llevar a un descenso del 5% de las emisiones para 2020. Los
países gastan más de US$500.000 millones al año en subvenciones a los combustibles fósiles
y US$500.000 millones adicionales en otros subsidios, a menudo relacionados con la
agricultura y el agua, que son finalmente dañinos para el medio ambiente. Ese billón de
dólares se podría usar mejor para crear los empleos del futuro, redes de protección social o
para vacunas.
Un tercer punto de atención debería estar en las ciudades. Las 100 urbes más grandes que
contribuyen con el 67% de las emisiones relacionadas con la energía son tanto el centro de la
innovación para el crecimiento ecológico así como las más vulnerables a la variabilidad del
clima. Hemos visto, por ejemplo, que Nueva York y Río de Janeiro lideran en el tema del
crecimiento bajo en carbono y luchan contra ciertas prácticas que intensifican el cambio
climático.
En el Grupo del Banco Mundial, mediante los Fondos de Inversión en el Clima superiores a
US$7.000 millones, estamos gestionando los bosques, extendiendo la energía solar y
promoviendo una expansión ecológica de las ciudades, todo con el objetivo de detener el
calentamiento global. Nos encontramos, además, en medio de una importante reevaluación de
nuestras propias prácticas y políticas.
Así como las instituciones de Bretton Woods se crearon para evitar otra guerra mundial, el
mundo necesita un mecanismo global para ayudar a evitar la catástrofe climática que enfrenta
hoy en día. El Grupo del Banco Mundial está preparado para trabajar con otros actores y
afrontar este desafío. Con cada inversión que hacemos y cada medida que tomamos, debemos
tener en cuenta la amenaza de un mundo 7 grados más cálido y la oportunidad de tener un
crecimiento ecológico inclusivo.
Después del año más caluroso registrado en Estados Unidos, un año en que el huracán Sandy
causó miles de millones de dólares en daños, en que sequías récords quemaron tierras
agrícolas en el medio oeste del país y durante el cual nuestra institución informó que la
temperatura del planeta podría elevarse en más de 7 grados Fahrenheit, ¿qué estamos
esperando? Debemos afrontar con seriedad esta situación rápidamente. El planeta, nuestro
hogar, no puede esperar.
Fuente: Jim Yong Kim es presidente del Grupo del Banco Mundial. Este artículo de opinión
fue publicado en el Washington Post el 25 de enero de 2013y se encuentra disponible en el
sitio web: http://www.bancomundial.org/
7. CAMBIO CLIMÁTICO: QUÉ RARO ESTÁ EL TIEMPO
La única manera de describir las temperaturas de enero es decir que fueron raras, oscilando
entre calores récord y fríos árticos en un lapso de días.
He aquí un hecho que va más allá de lo raro para convertirse en asombroso. Cualquiera que
tenga 27 años o más nunca vivió un mes entero que fuera más frío que el promedio mundial
del siglo XX. En otras palabras, hemos tenido 334 meses consecutivos con temperaturas
superiores al promedio, según datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y
Atmosférica de Estados Unidos.
El pasado verano boreal, los hielos del mar Ártico se redujeron a la mitad del que hace apenas
tres décadas era su tamaño durante las temporadas estivales.
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La meteorología de nuestro planeta está pautada ampliamente por las dos frías regiones
polares y por los cálidos trópicos. Al descongelarse el Ártico, no debería sorprender a nadie
que el estado del tiempo se esté volviendo raro. Y eso no mejorará.
La Tierra se está recalentando porque cada año, al quemar carbón, petróleo y gas natural,
lanzamos a la atmósfera miles de millones de toneladas de dióxido de carbono, un gas que
actúa como un manto que mantiene caliente al planeta al atrapar parte del calor solar.
La cantidad de energía térmica extra que queda atrapada es como hacer explotar 400.000
bombas atómicas de Hiroshima por día, 365 días al año, calcula James Hansen, científico
climático y director del Instituto Goddard para Estudios Espaciales (GISS, por sus siglas en
inglés) de la NASA (agencia espacial de Estados Unidos).
Científicos cautos como Hansen están aterrorizados ante lo que se viene. Instituciones
conservadoras como el Banco Mundial y PricewaterhouseCoopers han alertado que vamos
rumbo a calentar toda la superficie del planeta en un promedio de cuatro o cinco grados antes
de 2100. Eso se traduce en un aumento de entre ocho y 12 grados en lugares como Canadá.
En Estados Unidos, la Evaluación Climática Nacional, divulgada en los últimos tiempos,
proyecta que las temperaturas promedio pueden aumentar entre cinco y 10 grados Fahrenheit
luego de 2050. Este aumento equivale a que nuestras temperaturas corporales se disparen a
fatales niveles febriles.
Todos deberíamos estar aterrorizados por nosotros mismos, y especialmente por nuestros hijos
y nietos. Como planteó este mes el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el
discurso de asunción de su segundo mandato, no responder a la amenaza del cambio climático
"traicionará a nuestros hijos y a las generaciones futuras".
Lo que dicen los científicos, y ahora Obama, es que sabemos que la energía derivada de los
combustibles fósiles, que alimenta a nuestras sociedades, las está destruyendo. Nuestro desafío
es reinventar nuestras sociedades y estilos de vida para prosperar en base a alternativas verdes.
El tiempo no está de nuestro lado. Según las aleccionadoras matemáticas del clima, las
emisiones de dióxido de carbono deben empezar a reducirse en los próximos tres a cinco años
y continuar cayendo para dar a nuestros hijos la esperanza de un futuro decente.
Como el cambio climático lo afecta todo, desde los alimentos hasta el agua, no hay nada más
importante que esto.
Esto es lo que podemos hacer ya. Como individuos, podemos reducir cinco por ciento nuestras
emisiones de dióxido de carbono este año, y luego los siguientes. Hay mil maneras de hacer
esto: podemos caminar y trasladarnos más en bicicleta, y conducir menos automóviles, ajustar
nuestros termostatos, agregar aislamiento a nuestros hogares, comer menos carne, etcétera.
La familia tipo puede reducir su consumo de energía en entre 60 y 75 por ciento, ahorrando
miles de dólares, según Godo Stoyke, experto en ingeniería de Alberta, Canadá, y autor de
"The CarbonBuster's Home Energy Handbook" (El manual de energía hogareña del Cazador
de Carbono).
Nuestras comunidades pueden unirse al movimiento de transición urbana. Este es un
movimiento voluntario y sin fines de lucro que busca reducir la dependencia de los
combustibles fósiles, al tiempo de aumentar la resistencia local y la autosuficiencia en materia
de alimentos, agua, energía, cultura y bienestar.
En todo el mundo hay alrededor de mil comunidades de transición. Alcanzó con que una
persona planteara la idea a sus amigos una noche en un bar de la aldea de Ashton Hayes en
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Cheshire, Inglaterra. Dos años después, los habitantes del lugar habían reducido 20 por ciento
sus costos de energía: "Ha sido una gran diversión y un increíble estímulo al espíritu
comunitario", dijo Garry Charnock, habitante de la aldea.
Peterborough, en la sudoriental provincia canadiense de Ontario, tiene una comunidad
perteneciente al movimiento cuyos residentes crean su propia moneda -el Kawartha Loonpara apoyar a los comercios locales.
Existen unas 130 comunidades de transición en 34 estados de Estados Unidos. La Salt Lake de
transición se centra en crear resiliencia y en tener más diversión con menos cosas. La Houston
de transición ha echado raíces en por lo menos ocho barrios. En Los Ángeles, la transición se
manifiesta en decenas de actividades y acontecimientos cada mes.
La negación o la espera a que alguien más se haga cargo garantizan un futuro que no
queremos. Antes de irse, por favor considere esta pregunta: ¿cuál es el legado que quiere
dejarle a su familia y a la próxima generación?
Fuente: Nota informativa publicado en el portal informativo Periodistas en Español,
disponible en el sitio Web: http://www.periodistas-es.org/
8. LA PROMOCIÓN DEL SECTOR AGROFORESTAL NECESITA NUEVAS POLÍTICAS
Millones de personas podrían escapar de la pobreza, el hambre y la degradación del medio
ambiente si los países realizan más esfuerzos en la promoción de la agrosilvicultura, con un
enfoque integrado que combine los árboles con los cultivos o la ganadería, según recordó hoy
la FAO.
El sector agroforestal es una fuente importante de productos a nivel local como leña, madera,
frutas y forraje para el ganado, y a nivel global como coco, café, té, caucho y resina. Casi la
mitad de la superficie agrícola del mundo contiene al menos un 10 por ciento de la cubierta
forestal, por lo que la agrosilvicultura es vital para los medios de subsistencia de millones de
personas.
Promoción agroforestal
En una nueva guía publicada hoy y dirigida a los responsables de la toma de decisiones y
asesores de políticas, ONG e instituciones gubernamentales, la FAO muestra como el sector
agroforestal se puede integrar en las estrategias y políticas nacionales y cómo pueden ajustarse
sus políticas a condiciones específicas. La guía sobre políticas aporta ejemplos de las mejores
prácticas y casos de éxito, así como las lecciones aprendidas de los desafíos y fracasos.
"En muchos países, el potencial de la agrosilvicultura para enriquecer a los campesinos, las
comunidades y la industria no ha sido plenamente explotado", aseguró Eduardo Mansur,
Director de la División de Evaluación, Ordenación y Conservación Forestales de la FAO. "A
pesar de los numerosos beneficios de la agroforestería, el sector está muy limitado por
políticas adversas, restricciones legales y falta de coordinación entre los sectores a los que
contribuye: agricultura, silvicultura, desarrollo rural, medio ambiente y comercio".
Están surgiendo nuevas oportunidades para la agroforestería -por ejemplo, en los bosques de
miombo del centro, este y sur de África, que cubren tres millones de km2 en más de 11 países
- que contribuyen de manera significativa a los medios de subsistencia de unos 100 millones
de personas de bajos ingresos. Entre ellos se encuentra el potencial de reducir las emisiones de
gases de efecto invernadero al ralentizar la conversión de bosques en tierras agrícolas y el
secuestro de carbono en los árboles o en las explotaciones a través de los incentivos
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financieros ofrecidos por el comercio de derechos de emisión de carbono y la iniciativa REDD
+. Asimismo, la ampliación de la regeneración natural de más de cinco millones de hectáreas
de tierras áridas degradadas en Níger contribuirá a mitigar el cambio climático e incrementar
los ingresos rurales.
Acción política
La guía proporciona diez vías principales para la acción política, incluyendo la sensibilización
sobre los sistemas agroforestales para los agricultores y la comunidad mundial, la reforma de
las regulaciones desfavorables en el sector forestal, agrícola y rural y aclarando las políticas
sobre el uso del suelo. Esto último no significa necesariamente la concesión formal de títulos
de propiedad de la tierra. Los investigadores han encontrado que algunas formas
consuetudinarias de tenencia de aportan seguridad para plantar árboles, al tiempo que reducen
los trámites y los costes administrativos.
Servicios ambientales
Los campesinos que plantan árboles en las explotaciones deben ser recompensados por los
servicios ecosistémicos que prestan a la sociedad a través de incentivos financieros o de otro
tipo en forma de subvenciones, exenciones fiscales, programas de reparto de costes,
microcréditos o entregas en especie, especialmente los servicios de extensión y el desarrollo
de infraestructura, de acuerdo con la guía de la FAO.
El crédito a largo plazo es también fundamental, ya que los agricultores que plantan árboles
obtienen beneficios pasados algunos años. El valor del secuestro de carbono y de otros
servicios ambientales que aportan los árboles podría incluso destinarse al pago de los
intereses.
En Costa Rica, un fondo nacional de financiación forestal asignado en 1996 por ley para
subsidiar actividades forestales se amplió en 2001 y 2005 a los sistemas agroforestales que
combinan cultivos, árboles y ganadería. En los últimos ocho años se han firmado más de
10.000 contratos para la agrosilvicultura, que dieron origen a la plantación de más de 3,5
millones de árboles en las fincas.
La guía ha sido elaborada por la FAO en colaboración con el Centro Mundial sobre
Agroforestería (ICRAF), el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza
(CATIE) y el Centro Internacional en Investigación Agrícola para el Desarrollo (CIRAD).
Fuente: Nota de Prensa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO), disponible en el sitio Web: http://www.fao.org
9. ¿QUÉ LE CUESTA AL MUNDO US$260.000 MILLONES AL AÑO?, POR GUY HUTTON
Hoy en día más población tiene acceso a un teléfono móvil que a un inodoro limpio. Al ritmo
actual, el mundo no alcanzará el objetivo de saneamiento en 2015 para más de 500 millones de
personas. Y aunque se logró el año pasado la meta mundial de agua potable, casi 1.000
millones de personas aún carecen de acceso a una fuente mejorada de este elemento esencial.
Los expertos en agua y saneamiento y la comunidad del desarrollo en general están al tanto de
la mayoría de estas estadísticas. Pero tal vez el costo económico de la crisis de agua y
saneamiento sea menos conocido.
La deficiencia de los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento provoca pérdidas
económicas de alrededor de US$260.000 millones (i) anuales en los países en desarrollo, o el
1,5% de su producto interno bruto (PIB). Los beneficios de cumplir con los objetivos de
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desarrollo del milenio (ODM) combinados de abastecimiento de agua y saneamiento (WSS,
por sus siglas en inglés) equivalen a más de US$60.000 millones anuales, y las intervenciones
combinadas en estos sectores dan un rendimiento de US$4,3 por cada dólar invertido.
La mayor contribución a los beneficios de la cobertura universal de saneamiento y
abastecimiento de agua corresponde al valor del tiempo que se ahorra teniendo un acceso más
cercano y menores filas de espera en las instalaciones de estos servicios, el cual representa
más del 70% de los beneficios totales a nivel mundial. Esto proporciona un argumento
contundente para la inversión en servicios de abastecimiento de agua y saneamiento en lugar
de hacerlo solo en medidas sanitarias como programas de vacunación.
Otras utilidades adicionales que no se contemplan consistentemente -debido a la falta de datos
y las dificultades en la conversión de algunos impactos a valores monetarios- incluyen: una
mejor calidad del agua en lagos, ríos y aguas costeras; una ganancia neta en el espacio de
tierra utilizable debido al aislamiento de los excrementos humanos; el aumento de valor de las
propiedades, y los ingresos del turismo. Un estudio sobre Asia sudoriental de la Iniciativa
sobre los Aspectos Económicos del Saneamiento (ESI, por sus siglas en inglés) estimó
aproximadamente que las pérdidas en el turismo costaban US$350 millones anuales a
Camboya, Indonesia, Filipinas y Viet Nam.
Dados los beneficios muy significativos de la prestación de servicios de saneamiento y agua, y
los rendimientos muy favorables de estas inversiones, los líderes nacionales y mundiales
deberán esforzarse para asegurar el financiamiento de los costos necesarios para el logro de los
ODM: US$115.000 millones para saneamiento y US$30.000 millones para abastecimiento de
agua (para países que no han cumplido la meta de los ODM). El foco de atención de los
esfuerzos internacionales para alcanzar estos objetivos también debe dirigirse a los países más
necesitados, y dentro de ellos a las poblaciones más desfavorecidas.
Un mejor abastecimiento de agua y saneamiento tiene consecuencias no solo en la reducción
de la desnutrición, la salud infantil, el acceso a agua potable y la calidad de vida de las
poblaciones marginales, sino también en la pobreza en conjunto.
Esto hace que la inversión en esta área sea una variable clave para conseguir un desarrollo
socioeconómico equitativo y sostenible. Por lo tanto, el agua potable y el saneamiento deben
ser elementos centrales de las conversaciones sobre metas y objetivos posteriores a 2015.
De hecho, deberíamos ser más ambiciosos de lo que hemos sido hasta ahora, alentando a los
Gobiernos a pensar más allá del suministro básico de los hogares y considerar temas, tales
como: la medición de la calidad del agua potable, la reducción del vertido de aguas residuales
no tratadas al medio ambiente, y la higiene institucional (por ejemplo, escuelas y centros de
salud) y el saneamiento público.
Fuente: Guy Hutton es el líder de la iniciativa multi país del Banco Mundial The Economics
of Sanitation (ESI), puesta en marcha en 2007 para subsanar las principales deficiencias
económicas de los servicios de saneamiento. Este artículo fue publicado en la Revista
Internacional América Economía y se encuentra disponible en el sitio Web:
http://www.americaeconomia.com/
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