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OBESIDAD General El sobrepeso y la obesidad se producen de manera gradual, es decir, el aumento de kilos se va incrementando poco a poco debido al consumo excesivo de alimentos ricos en azúcares y grasas, como: refrescos, bebidas alcohólicas, botanas, harinas, alimentos elaborados con exceso de grasas, aderezos y frituras, entre otros. La obesidad se manifiesta por un exceso de grasa y un aumento de peso. Algunas de las causas de esta enfermedad son: el desequilibrio entre un consumo excesivo de alimentos y poca actividad física, conductas y factores culturales como el creer que ser gorda es estar sana y ser delgada es estar enferma o con menor frecuencia, problemas hormonales. El sobrepeso es el primer paso para desarrollar obesidad, diabetes, hipertensión arterial y otras enfermedades. Para saber si tienes sobrepeso u obesidad, acude al servicio de medicina preventiva, en donde te pesarán, medirán y tomarán medidas de cintura y de cadera. Así te podrán informar si detectaron sobrepeso u obesidad y te enviarán con un médico familiar. ¿Qué significa comer saludablemente? La nutrición es un proceso a través del cual el organismo aprovecha o utiliza los nutrientes de los alimentos que comes. Una alimentación adecuada es la que te proporciona los nutrimentos necesarios para el crecimiento y desarrollo de tu cuerpo, en especial, de los músculos en el hombre y del tejido graso en la mujer, así como para el buen funcionamiento de todo tu cuerpo. Para que tu cuerpo esté en condiciones óptimas es importante comer saludablemente: Consumir 3 comidas y 2 colaciones (refrigerios) al día, con la cantidad de alimentos de acuerdo a tu actividad física. Para llenar tus necesidades de crecimiento y salud come diariamente de todos los grupos de alimentos, (cereales y leguminosas, frutas - verduras y alimentos de origen animal). Dale preferencia a los alimentos nutritivos y consume en bajas cantidades postres, refrescos embotellados, golosinas y comida chatarra. Come cuando te dé hambre y deja de comer cuando te sientas satisfecho. ¿Sabías qué? Comer saludablemente es la mejor manera de: Tener energía durante todo el día. Obtener las proteínas, vitaminas y minerales que necesitas. Mantener la fuerza y resistencia para realizar deportes y otras actividades. Conservar tu peso y mantenerte sano conservando tu figura. Factores de riesgo 1 La obesidad es definida como un exceso de tejido adiposo en el organismo y es un grave problema de salud que afecta a un gran número de mexicanos. La mortalidad por enfermedades crónicas ocasionadas por la obesidad es un factor de riesgo que ha aumentado significativamente en los últimos años. La aparición de enfermedades crónico-degenerativas tales como cardiopatías, diabetes, enfermedad cerebro-vasculares, presión alta, elevación de grasas en sangre (colesterol y triglicéridos), cáncer, infartos y embolias entre otras, se encuentra relacionada con la cantidad y distribución de grasa en el organismo, también puede generar problemas de várices y dolor de rodilla o cáncer de colon, mama o endometrio así como muerte prematura. En México, la mortalidad por estas enfermedades se ha incrementado en las últimas décadas, siendo ya las primeras causas de mortandad general. Los factores de riesgo son hereditarios y ambientales. A continuación se señalan algunos factores de riesgo, haga clic en la liga para obtener información detallada: Dieta Inactividad Factores Psicológicos Genética Edad Cigarro Embarazo Medicamentos Problemas médicos Alcohol Inactividad La actividad física reduce importantes riesgos a la salud como obesidad, diabetes mellitus tipo 2, enfermedades cerebrovasculares, porque mejora el metabolismo de la glucosa, disminuye la grasa corporal y baja la tensión arterial. Asimismo, tiene un efecto protector en cáncer de colon y cáncer de mama, ya que se estima que son atribuibles al sedentarismo del 10 al 16 por ciento de los casos de diabetes mellitus, cáncer de mama y cáncer de colon, así como el 22 por ciento de los casos de cardiopatía isquémica. El tiempo dedicado a ver televisión es una forma de inactividad física que puede aumentar el riesgo de obesidad por medio de dos mecanismos: 1) Ver la televisión implica un bajo gasto energético, y desplaza tiempo que podría dedicarse a formas de actividad vigorosa o moderada. 2) La programación televisada promueve cambios en la dieta, y es una práctica frecuente el consumir alimentos mientras se ve 5 la televisión. En lugar de ver televisión te recomendamos hacer ejercicio, este de lo mejores aliados para prevenir el ayuda no sólo a conservar la salud sino a prevenir enfermedades. Lo recomendable es hacer ejercicio 30 minutos diarios, sin embargo debes de hacer 2 ejercicio al menos 3 veces por semana. Puedes practicar algún deporte que te agrade, para que más fácilmente te cree el hábito de ejercitarte, hacer ejercicio no significa tener que ir forzosamente al gimnasio, caminar es una excelente que se puede practicar en cualquier lugar, también se puede practicar fútbol, andar en bicicleta, practicar natación entre muchas otras actividades que te pueden ayudar a estar sano así como no tener sobrepeso Factores Psicológicos Uno de los factores psicológicos que pueden llegar detonar problemas de sobrepeso y obesidad es la depresión. Todos nos sentimos tristes o decaídos de vez en cuando, pero cuando esos sentimientos son muy fuertes o duran mucho tiempo, pueden ser debidos a una depresión. La depresión es la enfermedad mental más frecuente en los adultos mayores. La falta de adaptación y aceptación del adulto mayor a las diferentes e innumerables pérdidas: de salud, económicas, muertes de familiares, son causa de depresión. Síntomas de depresión: Sentirse triste, sin esperanza o culpable la mayor parte del tiempo. Perder el interés o dejar de disfrutar las actividades diarias. Problemas para dormir (dormir mucho o muy poco). Sentirse muy fatigado y sin energía. Tener problemas para tomar decisiones o no pensar claramente. Llanto frecuente. Cambios en el apetito o el peso. Pensamientos suicidas. La depresión puede ser tratada, por eso es importante que sepamos reconocerla y acudir con el médico familiar. Tener una vida activa, convivir con familiares y amigos, una vida sin adicciones, hacer ejercicio regular y atender las enfermedades crónicas ayuda a prevenir la depresión. Genética México se encuentra entre los primeros diez países del mundo con más altos índices de obesidad y diabetes. Aunque esto tiene mucho que ver con problemas de herencia, es necesario descubrir las variaciones genéticas que causan la obesidad y la diabetes tipo II, a fin de que a futuro se puedan prevenir, evitar o retardar. A la fecha se conoce que existen más de 250 genes relacionados con la diabetes tipo II, y muchos otros con el síndrome metabólico de resistencia a la insulina, el cual está relacionado con hiperlipidemia, o cuando hay demasiadas grasas o lípidos en la sangre, hipertensión arterial y obesidad. Dichas enfermedades son complejas desde el punto de vista genético, ya que por ser variadas sus causas se requiere estudiar desde múltiples disciplinas a fin de tener una comprensión más completa e integral para que su tratamiento, manejo y prevención sean más efectivos. 3 México está viviendo una transición epidemiológica en la que las enfermedades crónico-degenerativas representan ya un problema de salud pública. Desgraciadamente un alto número de personas sufren de sobrepeso, con el agravante de que más de un millón de ellas no sabe que padece diabetes. Las investigaciones de factores, complicaciones y variaciones en el genoma, han encontrado que existen variaciones en los diversos grupos poblacionales por lo que es necesario conocer la mezcla genética derivada del mestizaje, que ha generado la susceptibilidad a padecer obesidad y/o diabetes. Edad Niños Es muy importante que a partir del nacimiento y durante todo el primer año de vida, lleves a tu hijo cada dos meses con el médico familiar o el personal de enfermería de tu clínica, para que lo pesen y lo midan con el propósito de vigilar su crecimiento y desarrollo. Del primero al segundo año de edad, la medición de peso y estatura debe hacerse cada seis meses y a partir de los dos años, se realiza en forma anual. El crecimiento es un aumento continuo del peso y del tamaño de tu niño y está muy relacionado con su estado nutricional, es decir, un niño que se alimenta bien, tiene un crecimiento adecuado, y uno desnutrido, normalmente es de estatura pequeña y de bajo peso. Cuando la alimentación de un niño se da en exceso y no es equilibrada, en cuanto a los nutrientes que necesita de acuerdo con su actividad física, se presenta sobrepeso y obesidad, que constituyen graves problemas nutricionales en los niños menores de diez años. En la etapa de desarrollo es indispensable que los niños hagan tres comidas al día. Es importantísimo que vayan a la escuela desayunados porque su cerebro requiere de glucosa para su activación y esto ayude al aprendizaje, la atención y la memoria. En cuanto a la adolescencia, hay que ser particularmente cuidadosos. En la actualidad éstos enfrentan serios problemas respecto a su alimentación debido de la publicidad, en la que se presentan prototipos de personas muy delgadas, al querer ser como éstas se someten a dietas muy desbalanceadas, y dejan de comer bien o se provocan vómito y diarrea, causando anorexia o bulimia, padecimientos que pueden causar la muerte. Los adultos mayores son un grupo muy susceptible que requiere de atención especial, ya que pueden presentar desnutrición debido a una dieta mal balanceada, porque no tienen dientes, así como por abandono y depresión. Los adultos mayores deben consumir: En el desayuno: un vaso de leche, treinta gramos de carne, una ración de fruta con fibra, media tasa de cereal con fruta y media de verdura, dos rebanadas de pan o dos tortillas. En la comida: sopa de verdura, arroz o pasta, una porción de carne de 90 gramos con guarnición de verduras, dos rebanadas de pan o dos tortillas, pero si se come arroz, sólo un pan o una tortilla. 4 En la cena: un vaso de leche, un sandwich con una rebanada de jamón, ensalada de verduras y una ración de fruta. 1. Administración de Vitamina A A partir del sexto mes de vida, su hijo necesita recibir vitamina A dos veces al año, especialmente si viven en localidades consideradas de riesgo, por sus condiciones sociales y de salud, por lo que es necesario que durante las semanas nacionales de salud, acuda a su Unidad Médica, al servicio de medicina preventiva y ahí le informarán si a su niño se le debe administrar la vitamina A. Esta vitamina es necesaria para el crecimiento y desarrollo de los niños, los protege de infecciones respiratorias y además previene una enfermedad llamada "ceguera nocturna". 1. Administración de Hierro El hierro es un elemento necesario para evitar que los niños padezcan anemia; cuando falta el hierro, los niños están pálidos, no crecen bien, se enferman más y se afecta su desarrollo intelectual. Cuando los niños nacen con bajo peso, menos de 2.5 kg, necesitan tomar hierro a partir de los dos meses de edad; los niños con peso normal al nacer lo requieren a partir de los cuatro meses. Lleve a su niño con el médico familiar para que le indique cómo debe administrarle el hierro; para que estos tratamientos sean útiles, deben darse por lo menos durante tres meses. 2. Desparasitación intestinal La presencia de parásitos (organismos que viven a expensas de otros seres vivos) ocasiona graves daños a la salud, tales como: anemia, desnutrición, enfermedades del estómago, intestino y colon. Estos parásitos causan molestias como dolor de estómago, diarreas y sangrados, así como debilidad e impiden el crecimiento y desarrollo de los niños en forma adecuada. Se encuentran, generalmente, en la materia fecal humana, que al contaminar el agua, suelo y otros objetos que entran en contacto con alimentos, provoca que se reinicie otro ciclo de contagio entre las personas. Además, cuando una persona que tiene parásitos no se lava las manos antes de comer, después de ir al baño o para preparar alimentos, perpetúa la transmisión y el contagio a otras personas. En forma similar a la administración de vitamina A, la desparasitación intestinal se realiza dos veces al año, durante las semanas nacionales de salud, sólo en zonas de riesgo, y consiste en que a los niños de dos a nueve años les den a tomar una dosis pediátrica de albendazol en suspensión, medicamento que le ayudará a su hijo a eliminar los parásitos intestinales que pueda tener. Adolescentes 5 El sobrepeso en el adolescente se asocia con niveles altos de insulina, triglicéridos, lipoproteínas de baja densidad y presión sanguínea. El sobrepeso en la adolescencia tiene efectos a corto y largo plazo. El adolescente se encuentra en riesgo de desarrollar obesidad debido a varios factores: incremento en las necesidades energéticas, consumo de alimentos ricos en grasas y calorías, disminución de la actividad física, cambios emocionales y desarrollo sexual temprano. Con frecuencia durante la adolescencia se inicia el sobrepeso y la obesidad, padecimientos de muy serias consecuencias en la salud, no sólo en la apariencia física. En la actualidad los adolescentes enfrentan serios problemas respecto a su alimentación, derivados de la publicidad en la que se presentan prototipos de personas muy delgadas, al querer ser como éstas se someten a dietas muy desbalanceadas, y dejan de comer bien o se provocan vómito y diarrea, causando anorexia o bulimia, padecimientos que pueden causar la muerte. Para prevenir el sobrepeso y la obesidad es necesario que identifiques y selecciones alimentos nutritivos y evites comer alimentos chatarra. Es conveniente que sepas también que la buena alimentación influye en la maduración orgánica y funcional de tus órganos sexuales, así como en tu rendimiento escolar y deportivo. Recuerda que el equilibrio entre lo que comes y la actividad física que realizas determina tu peso. La obesidad es particularmente grave si se presenta en esta edad, porque después es más difícil adelgazar. Pero si te lo propones, es posible. Evaluación del estado nutricional de los adolescentes. Para evaluar tu estado de nutrición se utiliza el índice de masa corporal (IMC), el cual considera cuanto pesas (Kg.) con relación a tu estatura (en metros cuadrados) IMC=Kg /M2. En este ejemplo: el límite bajo para sobrepeso en una mujer como ésta es 21.6 por tanto tu rebasas el límite y tienes un sobrepeso para tu estatura. Las jóvenes experimentan su mayor crecimiento en estatura de los 10 a los 13 años, en tanto que los jóvenes de los 12 a los 15 años. Para cubrir las necesidades nutritivas es indispensable que los alimentos que incluyas en tu dieta diaria contengan: proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales, elementos útiles para la formación y buen funcionamiento de las células. Adultos En el adulto, los niños y adolescentes que siguen una dieta de mayor calidad y tienen una mejor condición física presentan una composición corporal más adecuada y parámetros metabólicos normales. Como se ha mencionado, los adultos mayores son un grupo muy susceptible a la obesidad y sobrepeso por lo que requieren de atención especial, ya que pueden presentar desnutrición debido a una dieta mal balanceada. Los adultos deben de consumir en el desayuno, un vaso de leche, treinta gramos de carne, una ración de fruta con fibra, media tasa de cereal con fruta y media de verdura, 6 dos rebanadas de pan o dos tortillas; en la comida, sopa de verdura, arroz o pasta, una porción de carne de 90 gramos con guarnición de verduras, dos rebanadas de pan o dos tortillas, pero si se come arroz, sólo un pan o una tortilla; en la cena, un vaso de leche, un sandwich con una rebanada de jamón, ensalada de verduras y una ración de fruta. Embarazo La obesidad durante el embarazo predispone múltiples padecimientos como hipertensión arterial, preeclampsia (hipertensión, edema y retención de líquidos) e hipoxia (condición en la que el cuerpo o alguna sección es privada de oxígeno). Una dieta equilibrada es de gran importancia en las mujeres que están embarazadas, razón por la que los famosos "antojitos", que pueden llevar a la obesidad, deben ser sustituidos por las recomendaciones nutricionales que el médico familiar u obstetra señalen de acuerdo a su peso y talla. Esto es con el fin de evitar complicaciones que pongan en riesgo la vida de la madre y sus hijos, como hipertensión arterial, preeclampsia e insuficiencia respiratoria. Es importante que desde el embarazo se tenga una buena nutrición, que la madre cuente con una dieta balanceada a base de verduras, frutas, leguminosas, cereales, proteínas (leche, quesos frescos, carnes rojas -de preferencia sin grasa-, así como de pollo y pescado), además de limitar la ingesta de azúcares y grasas. Para una mujer después del embarazo es importante continuar con adecuados hábitos alimenticios, inculcárselos a sus hijos así como alentar el ejercicio físico en los pequeños -evitar que permanezcan sentados durante largos periodos frente al televisor o la computadora- para fortalecer su desarrollo y crecimiento, así como impedir que consuman comida chatarra (dulces, papas fritas, refrescos, chocolates, etcétera). Sugerencias generales. Incluir de uno a dos litros de agua diaria es muy importante. La buena dieta y la práctica sistemática de ejercicio físico permiten evitar o retrasar enfermedades crónico-degenerativas. Hacerse una revisión médica por lo menos cada seis meses previenen la elevación del azúcar y de la presión arterial. El consumo calórico nutricional es individual, de acuerdo con la edad, talla y peso y si se hace o no ejercicio. En términos generales: Lactante requiere aproximadamente de 115 calorías por kilo al día. Un bebé de los seis meses al año110 calorías por kilo al día. Los preescolares 80 calorías por kilo al día. Los escolares 70 calorías por kilo al día. Los adolescentes de 40 ó 45 calorías por kilo al día. Los adultos hasta de 60 años, 30 calorías por kilo al día. 60 años en adelante 25 calorías por kilo al día. Problemas médicos 7 La obesidad, incluido el sobrepeso como un estado premórbido, es una enfermedad crónica caracterizada por almacenamiento excesivo de tejido adiposo en el organismo y que va acompañada de alteraciones metabólicas, patología endocrina, cardiovascular y ortopédica, además de estar relacionada con factores socioculturales y psicológicos. ¿Cuándo buscar asistencia médica? La distribución corporal del exceso de grasa tiene gran importancia ya que se observan diferencias en la frecuencia de las complicaciones asociadas. Cuando predomina la acumulación de grasa en el segmento inferior, pelvis y muslos, la obesidad se denomina ginecoide o en pera; cuando hay mayor acumulación de grasa en el abdomen, sea subcutánea o visceral, se le llama obesidad androide, del segmento superior o en manzana. Actualmente se considera al sobrepeso y la obesidad como uno de los principales problemas de salud, ya que de cada 10 adultos mayores, 7 tienen sobrepeso u obesidad. Para vigilar su estado de nutrición, por lo menos una vez al año en la consulta con su médico familiar o en el servicio de medicina preventiva debe medirse su: Peso corporal Estatura Medición de cintura Peso corporal y estatura Si tiene báscula en su casa, mida su peso y lleve un control periódico. Consulte su cartilla para ver el peso que le corresponde de acuerdo a su estatura. Circunferencia de la cintura Una forma práctica y sencilla de valorar esta distribución de grasa es medir la circunferencia de la cintura en su menor diámetro y dividir la cifra entre la mayor circunferencia de la cadera con el paciente de pie (corresponde a distribución ginecoide cuando el resultado es menor de 0.80 y a androide cuando es mayor de 1.1-7). También se acepta que la distribución de la adiposidad corporal con predominio en el tronco y de segmento superior del cuerpo se relaciona con mayor riesgo de hipertensión arterial sistémica, intolerancia a la glucosa, diabetes mellitus tipo II, hiperlipidemia e hiperinsulinismo. Actualmente, numerosos estudios muestran que el patrón de distribución del tejido adiposo incide en la morbilidad y mortalidad de origen cardiovascular. En realidad, este factor de riesgo es tan importante como el tabaquismo, la hipertensión arterial sistémica y la hipercolesterolemia. La aparición de enfermedades como diabetes, presión alta, elevación de grasas en sangre (colesterol y triglicéridos), cáncer, infartos y embolias entre otras, se encuentra 8 relacionada con la cantidad y distribución de grasa en el organismo, que puede ser de la siguiente manera: En forma de pera- La grasa se acumula más en la cadera y en muslos. Este tipo de obesidad se relaciona con várices y dolor de rodilla En forma de manzana- La grasa se distribuye más en el abdomen. Este tipo de obesidad predispone a desarrollar enfermedades crónicas como diabetes, presión alta, cáncer de colon, mama o endometrio, elevación de grasas en sangre (colesterol y triglicéridos), infartos y embolias entre otras, así como muerte prematura. Mida la circunferencia de su cintura para identificar y prevenir estos riesgos. La medición de la cintura la puede hacer en su casa todas las veces que quiera para que lleve una vigilancia estrecha. Pasos para medirse la cintura: Utilice la cinta métrica PREVENIMSS del color que corresponda; rojo para la mujer y gris para el hombre. Con la cintura descubierta y parado con los pies juntos, los brazos a los lados y el abdomen relajado. Coloque la cinta métrica PREVENIMSS alrededor de la cintura al nivel del ombligo, sin presionar haga una inspiración profunda y al momento de sacar el aire, tome la medida en centímetros. o o o Menos de 80 centímetros en la mujer y 94 centímetros en el hombre - no tiene riesgo a la salud. De 80 a 87.9 cm. en la mujer y 94 a 101.9 cm. en el hombre- tiene riesgo elevado de cardiopatías, diabetes mellitas y enfermedades cardiovasculares. De 88 cm. o más en la mujer y 102 cm. o más en el hombre - tiene un riesgo muy alto de desarrollar enfermedades. Si tiene riesgo elevado o riesgo muy alto, debe cambiar sus hábitos de alimentación y hacer ejercicio más de 30 minutos diariamente. COMPLICCIONES Alta Presión La hipertensión arterial es una enfermedad frecuente que se produce por el aumento de presión sanguínea en las arterias. Las causas más importantes para su aparición son: tener padres o hermanos con este padecimiento, ser diabético, tener poca o nula actividad física, presentar sobrepeso u obesidad, fumar, consumir bebidas alcohólicas y 9 otras drogas, comer en forma excesiva sal o alimentos enlatados, ahumados o embutidos, manejar inadecuadamente las tensiones o preocupaciones derivadas del ambiente familiar y laboral, tener problemas económicos o de relación personal. Los síntomas más frecuentes de la presión alta son: dolor de cabeza, zumbido de oídos, mareos, ver lucecitas o destellos, depresión y angustia, palpitaciones y sudoración; en ocasiones puede tener el padecimiento sin que se presenten estos síntomas. Las complicaciones más frecuentes de la hipertensión arterial se presentan cuando no se lleva un control adecuado y los órganos más afectados son: corazón, ojos, cerebro, vasos sanguíneos, riñón, etcétera. Es recomendable realizarse una revisión anualmente, acudiendo al servicio de medicina preventiva o con su médico familiar. En condiciones normales la presión sanguínea de un adulto tiene dos límites; la máxima o sistólica de 120 a 139 milímetros de mercurio y la mínima o diastólica de 80 a 89. Se requiere por lo menos de dos mediciones de la presión arterial en donde ésta se encuentre elevada por arriba de las cifras normales, en dos diferentes ocasiones, para que se diagnostique esta enfermedad. Si su médico familiar le diagnosticó hipertensión arterial lo invitará a que forme parte del grupo de ayuda correspondiente, en donde le darán información suficiente sobre cómo controlar su enfermedad, cómo alimentarse, qué tipo de actividad física requiere para evitar complicaciones y qué tan importantes son los medicamentos que usted debe tomar. Además de la clínica, también puede integrarse a grupos educativos y de apoyo en los Centros de Seguridad Social y Unidades Deportivas del IMSS. Una persona obesa tiene un alto riesgo de sufrir varias complicaciones de salud, tales como: Alta Presión Diabetes Osteoartritis Apnea Cáncer La diabetes es una enfermedad ocasionada por la incapacidad del organismo para generar insulina o utilizarla correctamente. El páncreas produce esta hormona para regular el uso de la glucosa (azúcar) en el organismo. Por esta razón la insulina es vital para que el proceso metabólico se lleve acabo correctamente; es decir que el azúcar, el almidón y otros alimentos sean transformados en la energía que necesitamos para nuestra vida diaria. Aunque las formas más comunes de diabetes son la diabetes tipo I y la diabetes tipo II, también existe la diabetes gestacional. Entérate aquí sobre las causas, complicaciones, y tratamientos de esta enfermedad y sus derivados Diabetes tipo 1 10 General La diabetes tipo I se presenta sobre todo en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Esto es a consecuencia de que el organismo no produce insulina todos los días. Las personas que tienen diabetes tipo I también de vez en cuando sufren de hipoglucemia o hiperglucemia, y en casos extremos de cetoacidosis. Hipoglucemia, o la baja presencia de azúcar en la sangre, es un factor predominante en las personas con diabetes. Algunos de los síntomas de la hipoglucemia son: temblores, mareos, sudoraciones, dolores de cabeza, palidez, cambios repentinos en estados de ánimo, entre otros. Hiperglucemia, o la alta presencia de azúcar en la sangre, también es un factor predominante en las personas que tiene diabetes y deberá mantenerse controlada. Algunos síntomas incluyen aumento de sed, aumento de hambre, respiración acelerada, náusea o vómito, visión borrosa y resequedad de la boca. Cetoacidosis es la acumulación de cetonas en la sangre y se debe a la falta de insulina en el organismo. Suele sólo afectar a personas con diabetes tipo I, y es raro en personas con diabetes tipo II. La cetoacidosis es una complicación muy grave para la cual se deberá buscar asistencia médica inmediata. Entre los síntomas están: exceso de orina, exceso de sed, aliento frutado, respiración acelerada, náusea o vómito, cansancio y desorientación. Entérate aquí acerca de: Causas de diabetes tipo I Complicaciones de diabetes tipo I Tratamiento de diabetes tipo I Cuando buscar asistencia médica Causas El problema consiste en que el organismo reconoce erróneamente como ajeno un tejido propio y lo destruye. En el caso de la diabetes tipo I, son atacadas y destruidas las células productoras de insulina (conocidas como células beta y que son producidas por el páncreas). Al carecer de insulina no se puede realizar correctamente el metabolismo de los hidratos de carbono, grasas y proteínas. La diabetes tipo I afecta a personas que suelen tener predisposición genética. Pero, el desencadenamiento de esta enfermedad puede producirse por varias causas, entre ellas están las infecciones víricas, aquellas provocadas por un virus, o el estrés. arriba 11 Complicaciones Algunas de las complicaciones que acompañan la diabetes tipo I son los problemas relacionados a la vista, pies, riñones, dientes, sistema cardiovascular así como el sistema nervioso. Para más información, por favor visita nuestra sección de "retos de vivir con diabetes". Entérate aquí acerca de: Cuidado Cuidado Cuidado Cuidado Cuidado Cuidado de los ojos de los pies de los riñones de los dientes del corazón del sistema nervioso arriba Tratamiento Para las personas que viven con diabetes es importante seguir un plan de alimentación adecuado a sus necesidades, realizar ejercicio con regularidad, controlar la presión arterial así como el colesterol. Es necesario mantener el nivel de glucosa en la sangre lo más cerca posible a niveles normales, o niveles no-diabéticos. Esto podría prevenir o posponer las complicaciones relacionadas a la vista, pies, riñones, dientes, sistema cardiovascular, o sistema nervioso. Existen varias opciones que pueden ayudarte a lograr esta meta, entre ellas están dietas, insulina, bombas de insulina o transplantes. Consulta a tu médico para ver cuál de estas opciones o que combinación es la que mejor se ajusta a tus necesidades. Por favor visita nuestra sección dedicada a tratamientos si deseas saber más, o da clic aquí. arriba Cuándo buscar asistencia médica Debes buscar asistencia médica si te encuentras con uno o más de los siguientes síntomas: Cansancio. Pérdida de peso (a pesar de aumentar el apetito). Sed intensa. Continua producción de orina. Cabe mencionar que aunque la diabetes tipo I es una enfermedad que no tiene cura, si se puede controlar. Sin embargo, el descuido de ésta pude llevar consigo repercusiones graves, como caer en un coma 12 cetoacidótico, provocada por la cetoacidosis, que podría llegar a ser mortal. arriba Para encontrar el médico más cercano por favor visita nuestro directorio de Unidades Médicas Familiares , o simplemente da clic aquí. Osteoartritis La artritis reumatoide se caracteriza por la inflamación de las articulaciones, produciendo dolor y dificultad para el movimiento. Las articulaciones más afectadas son las de los pies, rodillas, columna, dedos de las manos y de los pies. Las personas más propensas a desarrollar artritis son las de mayor edad, las que tienen sobrepeso y las que no tienen suficiente actividad física, otros factores pueden ser las complicaciones por accidentes, la herencia o secuelas de otra enfermedad. Si usted tiene artritis es muy importante que sepa que el tratamiento no es para curar la enfermedad, sino para disminuir el dolor, mejorar la función y prevenir la discapacidad. Los síntomas de la artritis como el dolor, la inflamación, el cansancio y el miedo a hacerse más daño, hacen que muchas personas eviten el ejercicio. Irónicamente, la inactividad empeora los problemas de artritis. Para evitar la progresión de la enfermedad se puede recomendar una combinación de medicamento para aliviar el dolor, descanso y cuidado de las articulaciones, ejercicio, control de peso, cirugía, y cuidado alternativo y complementario, tal como acupuntura y remedios naturales Dieta La alimentación es una parte muy importante en tu vida, toma en cuenta los siguientes consejos: Los alimentos son necesarios para que completes tu desarrollo físico y aprovechamiento diario. Conoce la composición de los alimentos: Identifica en las etiquetas los ingredientes y sus características nutricionales. Toma tus alimentos en horarios regulares, ya que es la mejor manera para mantener tus niveles de energía y un peso ideal. De esta forma estarás menos propenso a comer de más o ingerir alimentos chatarra (frituras, fritangas, entre otros). Si comes fuera de casa, procura llevar alimentos preparados o busca un lugar donde puedas consumir comida nutritiva, limpia y agradable. El azúcar, las bebidas carbonatadas y en general todos los refrescos contienen grandes cantidades de azúcar que las hace una fuente de energía vacía. Esto significa que contienen muchas calorías que no necesitas, sin vitaminas, proteína o fibra. Mejor bebe agua natural o de frutas de temporada con muy poca azúcar. 13 El ver televisión o usar la computadora por largo tiempo son formas de vida sedentaria que ocasionan sobrepeso y obesidad. El ejercicio regular previene el sobrepeso y la obesidad. Observa en la siguiente pirámide las porciones recomendadas de los diferentes grupos de alimentos y consúmelos diariamente: Para evitar el sobrepeso u obesidad considera: comer despacio y con calma, para que tus comidas duren por lo menos 30 minutos, eso te permite comer lo necesario para sentirte satisfecho. Pregúntate ¿Estoy comiendo porque tengo hambre, o porque estoy preocupado(a) o aburrido(a)? Si lo haces por angustia o aburrimiento, es mejor que busques actividades físicas con tus amigos(as). El ejercicio es la mejor manera de controlar el peso. Datos relevantes de elementos que deben de estar presentes en una alimentación balanceada. Proteínas: Ayudan a formar y reponer los músculos, la piel, la sangre, el cabello, los huesos. Son importantes para combatir las infecciones. Se obtienen de: carne, leche, queso, pescado, fríjol, lentejas, habas. Azúcares: Dan energía para tener fuerza y desarrollar las actividades diarias como correr, jugar, trabajar y estudiar. Los encontramos en los cereales como: maíz, trigo, arroz, avena, cebada y en otros alimentos como papa, camote y miel. Grasas: 14 Proporcionan energía y sirven para regular la temperatura del cuerpo, protegen al riñón y corazón, dan forma al cuerpo, llevan las vitaminas a su destino. Están presentes en crema, mantequilla, tocino, y en aceites de origen vegetal como el maíz, olivo, girasol y cártamo, entre otros. Vitaminas y minerales: El organismo las requiere en pequeñas cantidades y entre sus beneficios están: o Vitamina A- Mejora la resistencia del cuerpo contra las infecciones, protege la vista y evita la ceguera nocturna. Esta vitamina está contenida en verduras y frutas como: zanahoria, espinacas, acelgas, brócoli, papaya, zapote, chabacano, melón, así como en la leche, queso, hígado y yema de huevo. o Vitamina C- Ayuda a evitar enfermedades respiratorias, favorece la cicatrización de heridas, evita el sangrado de encías. La encontramos en frutas y verduras como: guayaba, fresa, piña, naranja, toronja, mandarina, lima, jitomate, pimiento morrón, chile, brócoli, espinacas y berros. o Vitamina E- Protege al organismo de diversos tóxicos que se encuentran en el medio ambiente como el plomo, mercurio y el ozono. Esta vitamina la podemos encontrar en aceite de origen vegetal, como el de maíz, en cereales integrales y en pescados. Cuando el consumo es por automedicación puede producir efectos tóxicos y presentar molestias como: dolor de cabeza, fatiga, náuseas, visión borrosa y problemas digestivos. o Ácido Fólico- Ayuda a la formación de la sangre y evita la anemia. Los alimentos que lo contienen son: hígado, huevo, carne, acelgas, quelites, brócoli, trigo integral, nueces y avellanas. o Hierro- Es un componente esencial de la sangre, sirve para llevar el oxígeno a todo el cuerpo, ayuda a mejorar el rendimiento y el aprendizaje. Lo obtenemos del fríjol, las lentejas, garbanzo, hígado, yema de huevo, nopal, chiles secos, espinacas, berros, betabel y alfalfa. o Calcio- Es un mineral indispensable en la formación y crecimiento de los huesos, es valioso para las funciones musculares normales y la coagulación de la sangre. Está presente en la leche, tortillas, sardinas, charales, quesos, berros, semillas de girasol, nueces y almendras. Aprende maneras simples y saludables de preparar alimentos. Hornea, hierve, asa, y cocina al microondas en vez de freír tus alimentos. Dale sabor a tu comida con algunos condimentos y especias (pimienta, limón, polvo de ajo) en vez de añadirle mantequilla, margarina y salsas con picante o con grasa. 15 Quítale la piel y la grasa a las carnes: vas a continuar recibiendo la nutrición que necesitas y disfrutarás del sabor, además es más saludable para el corazón. Es importante realizar una revisión anual de tu peso y estatura; esto permite la identificación y control oportunos de sobrepeso y obesidad, con lo que disminuyen los riesgos y daños a tu salud por esta enfermedad. De acuerdo con los datos obtenidos, te informarán si te encuentras dentro de los rangos normales, te recomendarán continuar con la misma alimentación que llevas y realizar ejercicio físico programado y sistematizado. Si te encuentras en límites normales, te pedirán que regreses cada año para llevar un control. Lleva tu cartilla de salud y verifica que registren en ella tu peso y estatura, esto servirá para compararlos con las tablas respectivas y darse cuenta si hay algún problema. Si tienes sobrepeso u obesidad, no te sometas a dietas rigurosas o exageradas. No se trata de dejar de comer, la mejor manera de bajar de peso es hacerlo en forma progresiva y controlada por tú médico ó la nutricionista dietista, modificando tu alimentación y practicando ejercicio. En tu unidad de medicina familiar o en los centros de seguridad social del IMSS existen grupos de ayuda para prevenir y controlar el sobrepeso y la obesidad, en ellos se realizan actividades deportivas, educativas, de orientación nutricional y psicológica que te ayudan a tener hábitos de vida saludables y controlar la obesidad. ¡Acude, conócelos e intégrate! 16 OBESIDAD EPIDEMIOLOGIA La prevalencia de obesidad en la población infantil y adolescente ha aumentado significativamente en las últimas décadas, llegando a constituír un importante problema de salud pública. La situación nutricional de los niños, en Chile, se enmarca dentro de un modelo de transición epidemiológica, en que se han superando en gran medida los problemas de deficiencia y se enfrenta a un aumento de la malnutrición por exceso. La prevalencia de obesidad en población bajo control de 0 a 6 años, ha aumentado en un 65% en los últimos doce años, alcanzando cifras de 7.6% para obesidad y de 17.8% para sobrepeso, en 1998. En niños que ingresan a Primer Año Básico, la prevalencia de obesidad se ha duplicado en igual período y, según estadísticas de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas de 2000, el 18% son obesos. En escolares y adolescentes, el aumento del sobrepeso y de la obesidad es aún mayor, con un incremento anual en la tasa de prevalencia de 1.5 puntos porcentuales, en la última década. De manera que actualmente, 1 de cada 4 a 5 niños de este grupo etario es obeso, y 1 de cada 3 está en riesgo de serlo. En Latinoamérica, se observa una tendencia similar, aún cuando las prevalencias varían de un país a otro, siendo Chile el que tiene la mayor prevalencia de obesidad. En EEUU, alrededor de un 22% de la población pediátrica (6 a 19 años) presenta malnutrición por exceso, considerando el índice de masa corporal (IMC) como criterio diagnóstico. Es importante destacar que, de acuerdo a los resultados de estudios de seguimiento, los niños que son obesos a la edad de 6 años tienen un 25% de probabilidad de ser obesos cuando adultos y en los que son obesos a los 12 años, esta probabilidad aumenta al 75%. DEFINICION Se considera obesidad a un exceso de peso corporal, a expensas fundamentalmente de la masa grasa, situación que altera la salud del individuo y lo pone en riesgo de desarrollar una enfermedad crónica. Clínicamente, un niño se considera obeso cuando su peso supera en más de un 20% el peso medio ideal para su edad, talla y sexo. Para mayor certeza diagnóstica, esto debería ser complementado con algún índice que permita estimar grasa corporal, como por ejemplo, la medición de pliegue tricipital. El peso para la edad, en forma aislada, no es un buen indicador porque pueden ser catalogados como obesos niños con talla por encima de la media o niños con mayor desarrollo muscular y cantidad normal de tejido graso, o a la inversa, ser considerados normales niños de baja estatura con escasa masa magra y exceso de grasa corporal. 17 De acuerdo a los criterios actualmente en uso, para la evaluación del estado nutricional en el lactante y en el niño menor de 6 años, se considera obeso a aquél cuyo peso para la talla se ubica por sobre 2 DS en los gráficos de referencia del NCHS para el sexo correspondiente, y sobrepeso o en riesgo de obesidad cuando este indicador se ubica entre +1 y +2 DS. Para los niños mayores de 10 años o que han iniciado desarrollo puberal, la OMS recomienda el uso del índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso actual por la talla al cuadrado. Los criterios sugeridos para definir obesidad son: IMC mayor al percentil 95 o bien, IMC mayor al percentil 85, asociado a medición de pliegues tricipital y subescapular superior a percentil 90 de los valores de referencia del NCHS. Ha habido distintas sugerencias en relación a las tablas de referencia recomendadas para IMC (Must, tablas locales, curvas elaboradas por grupo internacional de obesidad), pero aún persiste controversia al respecto, ya que algunas de ellas favorecerían un subdiagnóstico. En el grupo de 6 a 10 años pueden usarse ambos criterios, esto es, IPT o IMC. La edad de comienzo y la severidad del cuadro son las determinantes más importantes en la historia natural de la obesidad infantil. La probabilidad de mejoría espontánea es inversamente proporcional a la magnitud de la obesidad. FACTORES ETIOLOGICOS En el origen de la obesidad participan el aumento de la ingestión de calorías, la disminución del gasto energético y factores genéticos. La obesidad se produce por una alteración en el balance energético, en el cual la ingestión de energía en los alimentos excede el consumo energético por parte del organismo y, por lo tanto, el exceso se almacena como triglicéridos en el tejido adiposo. Los períodos más sensibles o de mayor riesgo para que esto ocurra son el primer año de vida y la pubertad debido a que, por cambios en la composición corporal, la masa grasa tiene un incremento más acelerado en estas etapas. Los factores ambientales que contribuyen al desarrollo de obesidad son múltiples, siendo los más destacados la sobrealimentación y el sedentarismo. La sobrealimentación desde épocas tempranas de la vida debido al reemplazo de la lactancia materna por la lactancia artificial, a la introducción precoz de la alimentación complementaria y al aporte de alimentos en cantidad superior a la necesaria, se ha correlacionado con aparición posterior de obesidad; sin embargo esto parece estar más relacionado a un aporte calórico excesivo que a la práctica alimentaria en si misma. El cambio observado en las últimas décadas en los hábitos de comer, con la introducción de alimentos que aportan muchas calorías, especialmente en base a grasas y azúcares refinados, favorece un consumo de nutrientes superior a los requerimientos promedio y contribuye al desarrollo de sobrepeso y obesidad desde la niñez. 18 La menor actividad física, producto de las condiciones de vida moderna, el reemplazo de las actividades recreativas al aire libre por visitas a centros comerciales y el uso masivo de la televisión y el computador como pasatiempos han contribuido a fomentar un estilo de vida cada vez más sedentario. Dado que la familia cumple un rol preponderante en relación al desarrollo de hábitos alimentarios y al establecimiento de patrones de actividad física que pueden favorecer o desalentar la obesidad, la intervención a este nivel debería ser usada como herramienta preventiva. Con respecto a la influencia genética, se sabe que los hijos de padres obesos tienen mayor probabilidad de ser obesos, especialmente si ambos padres lo son, y también existe una alta correlación de obesidad en gemelos univitelinos criados en una misma familia o por separado, como lo han demostrado diversos estudios. El mecanismo de acción aún no está claro, pero existen algunas evidencias que sugieren una mayor eficiencia en el aprovechamiento de la energía. En menos del 5% de los casos la obesidad es secundaria a enfermedades endocrinas o genéticas específicas. En los últimos años, la investigación se ha orientado hacia la búsqueda de sustancias producidas en el organismo, como expresión de un gen, que participen en la regulación de la ingesta alimentaria o que modifiquen el gasto energético. Entre ellos están la leptina, algunos neuropéptidos, proteínas "desacoplantes" y otros, cuya acción en seres humanos no ha sido bien definida. Existiría un mecanismo de regulación mediado por la leptina, para frenar los depósitos de grasa cuando éstos se expanden, pero su acción no es inmediata y su eficiencia es limitada. EVALUACION DEL NIÑO OBESO Al evaluar al niño es necesario efectuar una anamnesis detallada que incluya antecedentes personales como: edad de inicio del sobrepeso, magnitud y progresión de éste, posibles factores o situaciones desencadenantes, encuesta alimentaria, descripción de hábitos del paciente y su familia en relación a la alimentación y actividad física, presencia de otros síntomas o manifestaciones clínicas asociadas. Es importante hacer una adecuada evaluación dietética, consignando los hábitos alimentarios del niño, para identificar aquellas conductas que puedan llevar a una ingesta calórica excesiva y permitan focalizar la acción. Esto puede complementarse con un recordatorio de 24 horas o evaluando tendencias de consumo. También es necesario evaluar la actividad física realizada por el paciente, a fin de descubrir las oportunidades para incrementar gasto energético. Entre los antecedentes familiares, es importante averiguar por presencia de obesidad en otros miembros de la familia, existencia de enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes mellitus, hipertensión, dislipidemia, enfermedades cardiovasculares), situación 19 familiar, personas con las que vive el niño, persona responsable de su cuidado y percepción de la familia respecto al estado nutricional del niño. En el examen físico es fundamental la antropometría, la que debe considerar peso y talla para poder calcular IPT o IMC según la edad del niño. Es importante estimar panículo adiposo y su distribución, en lo posible con medición de pliegues cutáneos y además se deben consignar presión arterial, desarrollo puberal, presencia de estrías, presencia de acantosis nigricans, hirsutismo, alteraciones ortopédicas, hepatomegalia y presencia de otros signos sugerentes de patologías asociadas o que permitan sospechar obesidad secundaria (talla baja, dismorfias, retraso mental, hipogonadismo). La evaluación clínica debe complementarse con un estudio de lípidos plasmáticos, transaminasas y otros índices, en caso de hepatomegalia, por la posibilidad de hígado graso. En adolescentes con obesidad mórbida, o en niños mayores con antecedentes familiares de diabetes mellitus tipo II y/o presencia de acantosis nigricans es recomendable solicitar además una glicemia y una insulinemia basal. En general, no es necesario efectuar exámenes adicionales a menos que exista sospecha de patologías específicas. COMPLICACIONES Ahora bien, ¿por qué tomar medidas de prevención y tratamiento de la obesidad en niños? Diversas observaciones muestran que la obesidad que aparece y se consolida en la pubertad tiene un gran riesgo de mantenerse en la adultez, y se asocia a una morbilidad y mortalidad superior a lo esperado en la edad adulta, ya sea como factor de riesgo independiente o como favorecedor de otras enfermedades crónicas no transmisibles (hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo II, enfermedades cardiovasculares). En el corto plazo, las complicaciones más prevalentes de la obesidad grave son, en el ámbito psicológico: la baja autoestima, dificultades de socialización e incluso un bajo rendimiento escolar. En el área médica, propiamente tal, hay que destacar las dislipidemias (hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia), las alteraciones ortopédicas, las alteraciones hepáticas (esteatosis, esteatohepatitis), las cifras tensionales elevadas y el riesgo cada vez mayor a desarrollar intolerancia a la glucosa. TRATAMIENTO La obesidad de la infancia y adolescencia es de difícil manejo, por lo tanto, el ideal es evitar que el niño o adolescente llegue a ser obeso, de aquí que los mayores esfuerzos en el control de salud deberían estar orientados a la entrega de contenidos educativos que estimulen hábitos de vida saludable, lo que también debería ser reforzado a nivel escolar, y a la detección precoz de cambios en la ganancia ponderal que tiendan al sobrepeso y a la obesidad. 20 El tratamiento debe contar, por lo menos, con tres pilares fundamentales de intervención: Prescripción dietética Dependiendo del grado de obesidad y de la edad del niño, ésta debe considerar una adecuación a los requerimientos reales del niño o una restricción calórica moderada que se logra disminuyendo el aporte de grasas e hidratos de carbono refinados (sin olvidar aquéllos presentes en jugos y bebidas), ordenando los horarios de alimentación, evitando el consumo entre comidas y limitando el tamaño de las porciones. Fomento del ejercicio Es necesario con el fin de estimular un aumento de la actividad diaria y por ende del gasto energético, con elementos atractivos para el niño. El aumento de la actividad física debe ir orientado a lograr cambios en las actividades de la vida diaria, a disminuir el tiempo dedicado a actividades sedentarias (televisión, computador), a estimular actividades recreativas al aire libre y, en los niños mayores, a fomentar la participación en actividades deportivas de acuerdo a sus gustos y preferencias, poniendo énfasis en actividades que valoren la participación en equipo más que la competencia individual. Modificación conductual Debe estar orientada a lograr cambio de hábitos cuyo efecto se prolongue en el tiempo. Se basa principalmente en la automonitorización, llevando un registro de alimentación que incluya tipo de alimentos consumidos, cantidad, lugar y circunstancias, lo que permite identificar conductas no saludables y ayudar a cambiarlas; educación para reconocer patrones de alimentación y ejercicio recomendables y estimular el control aprendiendo a distinguir entre hambre y apetito y establecer algún tipo de refuerzos positivos, que no incluyan alimentación. Es importante aprender a hacer cambios iniciales pequeños, pocos y permanentes en el tiempo, y en la medida que éstos se logren, ir agregando otros. Para obtener resultados positivos es indispensable que exista motivación y colaboración de la familia, lo que se ve facilitado por el trabajo en equipo y exige sensibilidad y empatía del profesional en su trabajo con el niño y su familia, y a la vez la convicción de su parte de que la obesidad es un problema crónico de salud que puede ser tratado y mejor aún, prevenido. Inicialmente, es necesario evaluar si existe una voluntad para el cambio, en el niño o adolescente y en su familia. Las familias que no están listas para cambiar pueden expresar una falta de preocupación acerca de la obesidad del niño o creer que es inevitable y no mostrar interés en efectuar cambios. Dependiendo de la severidad de la obesidad, las familias que no están aún dispuestas al cambio pueden beneficiarse de consejo para mejorar la motivación o postergar la terapia hasta que ellos estén listos. METAS DE LA TERAPIA La meta primaria para manejar la obesidad no complicada es obtener hábitos de alimentación y actividad física saludables y no el alcanzar un ideal de peso corporal, por 21 lo que se debe enfatizar los cambios conductuales y mantenerlos. El establecer como uno de los objetivos de tratamiento, la frenación de la ganancia ponderal o la reducción de peso va a depender de la edad del niño, de la gravedad de la obesidad y de la presencia de complicaciones asociadas. Las metas sugeridas en relación al peso se muestran en la figura 1. FIGURA 1: Metas sugeridas de peso ( Barlow y Dietz, 1998) Finalmente, conviene insistir que la niñez es la etapa en que es factible cambiar conductas tanto en alimentación como en actividad, porque es el momento en que se forman los hábitos, se estructura la personalidad y se pueden establecer patrones que en el futuro será más difícil cambiar. Por ello es importante que todo aquel que trabaje con niños y especialmente en su formación, siendo la familia la principal involucrada, concentre sus esfuerzos en orientar un crecimiento y desarrollo sano desde el vientre materno. Para que esto se logre, es necesario promover estilos de vida saludables para toda la población, mostrando lo atractivo que es la adquisición de hábitos sanos y el compartir en familia esta tarea hacia una adultez mejor. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. Barlow SE, Dietz WH: Obesity Evaluation and Treatment: Expert Committee Recommendations. Pediatrics 1998; 102: e29. 22 2. Dietz WH: Health Consequences of Obesity in Youth: Childhood Predictors of Adult Disease. Pediatrics 1998; 101: 518 - 25. 3. Dietz WH, Robinson TN: Assessment and Treatment of Childhood Obesity. Pediatrics in Review 1993; 14: 337 - 343. 4. Muzzo S, Cordero J, Ramírez I, Burrows R: Tendencia secular del estado nutricional en escolares chilenos. Rev. Chil. Nutr. 1999; 26: 311 - 315. 5. Troiano RP, Flegal KM: Overweight Children and Adolescents: Description, Epidemiology and Demographic Aspects. Pediatrics 1998; 101: 497 - 504. 23