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Criticismo kantiano
EL KANT DE LA CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA
INTRODUCIÓN
Al final de la Crítica de la Razón Pura nos podemos encontrar con el siguiente texto de
Kant:
Todos los intereses de mi razón (tanto la especulativa como la práctica) se compendian en
estas tres preguntas: 1. ¿Qué puedo saber? 2. ¿Qué debo hacer? 3 ¿Qué puedo esperar?
Kant con la primera pregunta (que es la que desarrolla en la Crítica de la Razón Pura)
ve los límites del conocimiento humano ante la pregunta por la cosa, por el ente.. Pero
conocer es meramente intuir y por consiguiente juzgar (pensar). Pero nuestro conocer
tiene ciertos límites que la mente humana no puede superar. La esencia de nuestro juicio
tiene el límite de nuestras representaciones que sólo se dan en las coordenadas espacio
temporales. Por esto la Crítica termina con el descubrimiento de las Antinomias que no
podemos traspasar.
Esta Crítica pertenece al terreno de la metafísica especulativa1 que en general está
compuesta por la filosofía trascendental y por la fisiología de la razón pura; la primera
es el estudio de la propia razón de los conceptos y elementos que hacen posible la
existencia de los juicios sintéticos a priori, mientras que la fisiología considera a la
naturaleza como un conjunto de objetos dados en cualquier forma de la intuición.
Pero a la vez, siguiendo a Heidegger la Crítica supone una nueva manera de preguntar
por la “cosa en general”, que según la terminología kantiana se refiere a “ciertas cosas
que son consideradas independientemente de su modo de darse, esto es, sin concretar
por medio de qué tipo de intuición podría mostrarse”. Ya Heidegger al hablar de las
categorías nos dice:
Recordémoslo el comienzo de la determinación de la esencia de la cosa. Se cumple
según el hilo director del enunciado. El enunciado simple en tanto que frase es un
decir, en el que alguna cosa es enunciada de alguna cosa, por ejemplo: “la casa es
roja”. Aquí “rojo” es atribuido a la casa; lo que se dice alguna cosa, el
υποκειμενον es lo que yace debajo. Desde entonces en la predicación, el decir
desgaja por así decirlo de lo alto alguna cosa sobre lo sub-yacente….”2
1
Jose luis Villacañas Berlanga, Racionalidad crítica. Introducción a la filosofía de Kant. Tecnos. Madrid
1987
2
Heidegger, Qu’est-ce qu’une chose?. Gallimard. París 1962, pg., 74
1
Criticismo kantiano
En realidad la Filosofía Trascendental también se convierte en Ontología, porque no
solo se ocupa de la naturaleza de los objetos específicos, sino de la naturaleza de
cualquier objeto, sea cual sea el modo de darse en la intuición. Es decir, que para Kant
la característica de cualquier objeto de la razón reside en ser conocido por juicios
sintéticos a priori
La Ontología incluye el sistema de Principios y no solo el de los Conceptos Puros. Y en
la Crítica tanto los Conceptos como los Principios se estudian en la Analítica
Trascendental. Por dicha razón proporciona conocimiento sintético a priori de Objetos
sensibles en general al mismo tiempo que es una mera analítica del Entendimiento. El
problema de la Crítica reside en su relación con lo Inteligible sobre todo cuando
determinados conceptos superan “el condicionante interno se propia existencia
efectiva”, que no es otra que la coordenada espacio- temporal. Por esto mismo, como
bien dice Villacañas
Todo lo que esta conclusión indica es que las nociones de Dios, Mundo y Alma
(representaciones referidas a objetos suprasensibles) no deben en ningún momento
tratadas como nociones típicas del Entendimiento. Este punto de vista es
importante para la filosofía trascendental porque obliga a proponer una tercera
capacidad elemental productora de representaciones por si misma: la Razón. Esta
capacidad, distinta del Entendimiento y de la Sensibilidad, que merece un
tratamiento peculiar, es el resultado más sobresaliente de la crítica de Kant con
relación con la Metafísica Trascendente3
LA FILOSOFÍA DE LA ILUSTRACIÓN
La Ilustración o las Luces (Lumières, como era conocida en el siglo XVIII francés) es la
filosofía de una clase social [burguesía] en el período Revolucionario de la misma, que
abarca desde la Revolución Inglesa hasta el fracaso del proyecto Ilustrado, tanto en
Alemania, como en España [Conde de Floridablanca, Jovellanos]. Proyecto que
culmina con la filosofía kantiana. Quizás este “proyecto político” donde mejor queda
expresado es en la definición de estado civil que nos dejó Kant
Por tanto, el estado civil, considerado simplemente como estado jurídico, se funda
en los siguientes principios a priori:
1. La libertad de cada miembro de la sociedad, en cuanto hombre
2. La igualdad de este con cualquier otro, en cuanto súbdito
3
José L. Villacañas, op., cit., pg., 31
2
Criticismo kantiano
3. La independencia de cada miembro de una comunidad, en cuanto cciudadano4
Si queremos ver el verdadero significado de lo que fue la Ilustración podríamos
sintetizarla como aquella filosofía que construye un hombre nuevo: el ciudadano
burgués y que esto fue posible gracias sobre todo a un acontecimiento histórico: la
Revolución francesa que tanto Kant como Fichte iban a defender y justificar. En
particular el derecho a la rebelión y el regicidio. Un nuevo hombre que Kant lo
considera en su Antropología de la siguiente forma5
En primer lugar se considera al hombre como ciudadano del mundo supone no
considerarlo como un “ser viviente”, sino más bien como ser rationabile, como
miembro de un mundo inteligible organizado de acuerdo con leyes morales que el ser
humano se da a si mismo ya que es un ser autónomo
La autonomía nos lleva a confirmar que es un ser que puede darse sus propias leyes, ya
que al estar en el ámbito del mundo inteligible es considerado fundamentalmente como
ciudadano, por tanto como formando parte de un estado, entendido este como “la unión
de un conjunto de hombres bajo leyes de derecho”, las cuales tiene su principio en “la
voluntad colectiva del pueblo”. Voluntad que tiene una serie de atributos como la
“libertad legal”, según la cual sólo obedecen a las leyes que a si mismo se han dado por
sufragio; el de la “igualdad civil”, según el cual nadie puede reconocerse por encima
de los demás, a no ser que sea el soberano encargado de hacer obedecer las leyes; por
último la “independencia civil”, de acuerdo con la cual su existencia como ciudadano
no depende del arbitrio de ningún otro, sino de sus propios derechos.
Por otra parte, Kant denomina estado jurídico a aquél en el que existen condiciones para
que cada uno pueda participar libremente. Tal estado debe disponer de un principio
formal en el que fundamentarse, y para Kant es la voluntad legisladora universal, que
tiene como fundamento la justicia
La Ilustración es también educación y filosofía crítica. Como educación o formación de
la voluntad política del ser humano. Una educación que permite la existencia de la
opinión y, en el siglo XVIII, esta es entendida como “como un juicio racional y un
criterio de verdad que es el resultado de la reflexión privada y de la discusión política”.
Pero a la vez: “no se trata de la razón en “anclaje” de la teología, como sucedió en la
e´poca medieval, ni tampoco de una razón tutelada por Dios, al estilo de la razón
cartesiana…, sino que trata de una razón audaz (crítica)”.
4
Kant, En torno al tópico: “Tal vez eso sea correcto en teoría, pero no sirve para la práctica”; en Kant,
Ensayos sobre la paz el progreso y el ideal cosmopolita. Cátedra. Madrid 2005
5
Lo que sigue se basa en Cirilo Flórez Miguel, La filosofía en la Europa de la Ilustración. Editorial
Síntesis. Madrid 1998, pg., 30
3
Criticismo kantiano
Hay que tener en cuenta que el siglo XVII (el de l’Encyclopèdie de
Diderot/D’Alembert) es un siglo de rupturas, que culminaría con la Revolución
Francesa. Ruptura en lo científico, en lo filosófico y en lo político. Un siglo que a nivel
filosófico comporta la aparición y fundamentación de un materialismo basado en las
ciencias de la naturaleza, que iba a poner el basamento del transformismo y del
materialismo vitalista de Diderot. A nivel económico aparece (en l’Encyclopèdie) la
escuela de los fisiócratas (Turgot y otros) que intentaron realizar reformas en los
gobiernos de Luis XVI.
Detrás de todo esto se encuentra la francmasonería, grupo social de la burguesía, que
pretende dar una alternativa al absolutismo del Estado y al poder de la Iglesia. La
masonería destaca la “conciencia moral” como único poder al que someterse y aspira a
crear una nueva realidad social.
Pero además este grupo social prende basarlo todo en una idea: el cosmopolitismo. De
hecho Kant cuando desarrolla su Filosofía Práctica tiene un opúsculo que trata y
justifica este tema [La paz perpetua]. Es la utopía del Siglo XVIII
La filosofía Inglesa: Hume
Pertenece a la escuela escocesa del “sentido común”, que propugna: la autonomía de la
ética y el surgimiento de la economía como ciencia autónoma. Por otra parte la
Ilustración escocesa, a la que pertenece Hume parte del modelo de la física de Newton
que da preponderancia a la experiencia. Por tanto lo que pretende Hume esla
explicación científica de la naturaleza humana y su realidad moral.
Por consiguiente, en todo razonamiento tenemos que formar un nuevo juicio o
creencia, y deberemos ensanchar nuestras miras a fin de abarcar una especie de
historia de todos los casos en que nuestro entendimiento nos ha engañado, en
comparación con aquellos en que su testimonio fue exacto y verdadero. Nuestra
razón debe ser considerada como una especie de causa, cuyo efecto natural es la
verdad, pero de una índole tal que puede verse frecuentemente obstaculizada por la
irrupción de otras causas, así como por la inconsistencia de nuestros poderes
mentales. Todo conocimiento se degrada de este modo en probabilidad, y esta
probabilidad es mayor o menor según nuestra experiencia de la veracidad o engaño
de nuestro entendimiento y según la simplicidad o complejidad del tema
El escepticismo de Hume, en cuanto método, se mueve dentro del conflicto que toda
filosofía moderna reconoce que se da entre la imaginación y el entendimiento. Una de
las características fundamentales de la imaginación es que tiene a traspasar los límites
de la experiencia, mientras que la peculiaridad del entendimiento, según Hume es el de
moverse dentro de los límites de la experiencia y de la observación. A este pensador no
le preocupa la res cogitans, sino más bien la historia del entendimiento
4
Criticismo kantiano
La pregunta por el uso del entendimiento nos lleva a la teoría humeana de la inferencia
y del escepticismo. Se trata de un procedimiento lógico, apoyado en una suposición que
nunca puede ser demostrada, pero que es creída. Todos nuestros razonamientos tienen
solamente un valor de probabilidad, y su fuerza depende de su mayor o menor
verosimilitud.
En la Investigación sobre el conocimiento humano dice de la ciencia de la naturaleza
humana o filosofía moral que puede ser tratada desde una doble perspectiva: desde la
del hombre como ser nacido para la acción, o desde la del hombre como ser racional.
Cuando nos situamos en el primero el hombre se encuentra influido por el gusto y el
sentimiento y en conexión íntima con la vida cotidiana.
Para Hume el hombre, ciertamente, es un ser racional y un ser social, pero es además
un ser activo, y como tal ha de orientar todo su saber hacia la vida. Por eso su vida
reviste un carácter mixto, debido a lo cual ninguna de sus predisposiciones (la racional o
la social) debe ser dominante.
La teoría de Hume, tanto la del conocimiento, como de las pasiones, parte de la
percepción como elemento bás.
ico, desde el cual es posible luego explicar todo el conjunto. Gracias a la percepción
recibimos, en primer lugar, unas impresiones que él denomina sensaciones que
constituyen los datos primitivos y originales de todo el proceso de conocimiento. Estas
impresiones de sensación nos permiten sentir las cosas como son de hecho. Luego
tenemos las ideas que son posteriores a las impresiones de sensación y se distinguen de
ellas por su mayor debilidad y porque ya no nos permiten sentir las cosas como son de
hecho, sino representárnoslas. Las ideas son representaciones que repiten las
impresiones sensibles, las cuales son sus verdaderos modelos
LA ILUSTRACIÓN ALEMANA
Entre la Ilustración escocesa y la Alemana se ha desarrollado el siglo de Luces
(Ilustración francesa), y un hecho clave: la Revolución francesa producto del
materialismo y de su filosofía política. Revolución (y en particular el regicidio) que va
influir en la Filosofía Alemana ya que tanto Kant como Fichte va a defender y
justificar el mismo. Pero a la vez este hecho va a suponer una “quiebra” en el
pensamiento que produce por un lado la Ilustración y , por otro, lo que se conoce como
el Romanticismo.
Bien pronto fue evidente que la Revolución, a partir de 1703, superaba todo lo que con la
intelectualidad podían pactar una Monarquía y unas clases nobles o burguesas ilustradas,
como las vigentes en alemanas. Los representantes más cercanos de estas clases, y
fundamentalmente Jacobi, denunciaron el pacto con rapidez. Y sobre todo denunciaron a
algunos pactantes. El principal de estos denunciados fue Kant. Tenemos testimonios de
1792 (la carta a Le harpe) por los que Jacobi produce una asociación de fundamental
relevancia para nuestra historia: el gobierno de la pura razón reivindicado por la Revolución
– en boca de Beaumarchais- no es sino la consecuencia del Imperativo de la razón pura. La
moralidad kantiana lleva inevitablemente a la política robespierrana. Foster, el
5
Criticismo kantiano
revolucionario maguntino, apoyaba y defndía esta asociación, dándole la razón, después de
todo, a Jacobi6
Por esto mismo Villacañas, en este período de la filosofía alemana, distingue cuatro
nervios.
El primero es el pensamiento de Lessing que pretende promover una ilustración propia
alemana, opuesta a la francesa y vertebrada alrededor de tres parámetros: un genuino
arte dramático, que acabe con el drama clásico francés; una definición pecisa de las
relaciones de la modernidad con el arte y la cultura griega, y la defensa de un genuino
cristianismo.
El segundo puntal es el “Sturm und Drang” (Herder y el primer Goethe), ptenciando
un pensamiento que atiende esencialmente a las manifestaciones inmediatas de la vida,
sesgada por las progresivas imposiciones de la vida burguesa.
El tercer elemento es la filosofía de Kant, definida alrededor de la necesidad de
culminar el proceso Ilustrado europeo
El cuarto punto es la emergencia del pensamiento negativo con Jacobi, que a partir de
unos supuestos muy cercanos a los del “Sturm” se centrará fundamentalmente en una
crítica a Kant, en una crítica a Lessing por sus ambigüedades, en un nihilismo frente a la
realidad sensible y en la afirmación de la presencia inmediata y real de lo infinito en el
espíritu humano como esencia de un cristianismos que jamás podría convertirse en letra,
en dogma o en teología.
Kant
“El rasgo fundamental del criticismo [Kant] frente a toda la cultura alemana de su
tiempo reside en la voluntad de universalidad de us pensamiento. Quiere decir esto la
exigencia y el compromiso de dar cuenta de todo los genuinamente prgresita en la
historia humana…”7
El aplica la crítica en el campo de la política, en el que se produce un giro profundo, del
que va a emerger una escisión entre conciencia moral y conciencia política. Por eso la
revisión kantiana se va a concentrar sobre el hombre, para descubrir las estructuras que
hacen posible la vida humana en esto tres ámbitos que delimitan muy bien el
pensamiento kantiano: el conocimiento, la moral y la estética. Por último, para Kant la
Ilustración es la “edad de la razón” que nos lleva (con su audacia) al descubrimiento de
libertades. La Ilustración es un “nuevo humanismo” que camina hacia la conquista de
los derechos del hombre
6
Jose Luis Villacañas, La quiebra de la razón ilustrada: idealismo y romanticismo. Cincel. Madrid 1988,
pg., 10-11
7
José luis Villacañas, op., cit., pg., 68
6
Criticismo kantiano
Para Kant la Ilustración supone rebasar la minoría de edad de la razón. De dicha
minoría se sale sólo cuando el hombre se convierte en autónomo, es decir cuando se
sirve automáticamente de su propio entendimiento, dejando de lado cualquier autoridad
o tutela. Todo se resumen en la siguiente expresión: pensar por si mismo.
Para las mentes ilustradas el progreso basado en la racionalidad humana y de acuerdo
con la Naturaleza, habría de conseguir llevar a los hombres a liberarse de las cadenas
que la tradición, las supersticiones, el dogmatismo, la opresión y la ignorancia habían
instalado en la humanidad. Estamos ante otro de los temas medulares de la filosofía del
siglo XVIII. Lo que importa es el acercamiento y fidelidad a la naturaleza, la renuncia a
las construcciones abstractas que mediatizan nuestro acercamiento a ella.
Pero al mismo tiempo la Ilustración está vinculada al crecimiento de la importancia
social y económica de la alta burguesía que aspira, finalmente, a dar el golpe de gracia
a la aristocracia improductiva.
Kant da un paso adelante, ya que el fin de la filosofía y de toda cultura, está en la
moralidad. La gran tarea de la Ilustración reside en moralizarnos, pero en un sentido
profundo
En esta valoración de la moral y en esta concepción dignificante del hombre desde tal
perspectiva, Kant, por una parte, está de acuerdo con la cultura Ilustrada, aunque, por
otra parte, se aleja de ella y la supera. Está de acuerdo en el sentido de que por muy
importante que sea el saber sobre la naturaleza, mucho más lo es el saber sobre el
hombre. Y ello hasta tal punto es así que, para los más representativos de los ilustrados,
el centro de todo saber había de ponerse en el hombre.
El hombre y su conocimiento es el epicentro de la cultura y de todas las ciencias.
También en Kant es así, pero de otra manera. En general, la Ilustración positiviza el
conocimiento del hombre, queriendo muchos de sus representantes llegar a un
conocimiento de la naturaleza y el funcionamiento del hombre calcado sobre el modelo
de la ciencia natural de Newton, siendo este, por ejemplo el caso de Hume. Frente a
ello, Kant contrapone el “ciclo estrellado” (ámbito dfel saber newtoniano) a la “ley
moral” (ámbito del saber más genuino sobre el hombre). Kant no pretende calcar este
saber sobre el hombre y sobre la moralidad en el modelo newtoniano.
Para Kant la Filosofía va a ser una investigación sobre la razón pura, pero también
desde la razón, y, en este sentido, el ideal del saber filosófico va a estar mediatizado por
el ideal sistemático, propio de nuestra razón arquitectónica.. Por tanto la filosofía es la
ciencia (sistema) de la razón pura.
Tiene Kant una teoría especialmente interesante acerca de los conocimientos que
constituyen una ciencia determinada. Nos referimos a la distinción entre cognitio es
datis y cognitio ex prinicpiis
a) Cognitio ex datis. Se trata de un conocimiento que, sea cual sea, su procedencia
originaria, es decir al margen de su origen primero, ha llegado a un sujeto desde
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Criticismo kantiano
fuera, esto es, desde una experiencia externa. Por ello podemos llamarlo
conocimi9ento histórico, pues se ha formado a partir de datos ajenos. El sujeto
que posee tales conocimientos a lo más que puede llegar es a repetir con la
máxima fidelidad lo que otros han pensado.
b) Cognitio ex principiis. Se trata de un saber que surge de las fuentes mismas de la
razón humana. Podremos denominarlo conocimiento racional, tanto desde el
punto de vista objetivo como desde el punto de vista subjetivo. Es justamente a
este tipo de conocimientos al que pertenece el saber filosófico, pero no solo este,
sino que también pertenece el saber matemático, por lo que se hace
estrictamente necesaria una distinción entre ambos.
Kant afirma que el conocimiento de razón es un conocimiento de principios y a priori, y
dentro de los conocimientos de razón distingue dos: el matemático y el filosófico La
distinción entre matemática y filosofía no hay que buscarla en una trate de la cantidad y
otra de la cualidad, sino que se trata de dos saberes que realizan de distinto modo el
conocimiento de la razón.
Una vez delimitada la tarea de la filosofía en el ámbito del conocimiento de la razón y
de haberla distinguido de las matemáticas, Kant establece una distinción en el modo de
entender la filosofía misma.
¿Qué puedo saber?------- Metafísica [Crítica de la Razón Pura]
¿Qué debo hacer?--------- Moral [Crítica de la Razón Práctica]
¿qué puedo esperar?---- Religión [La Religión dentro de los límites de la razón]
¿Qué es el Hombre?---- Antropología [Crítica del Juicio]
Cosmopolitismo---Filosofía de la historia [Sobre la paz perpetua]
Kant en su primera obra del período crítico [Crítica de la Razón Pura] fundamenta los
límites del conocimiento humano, pero al mismo tiempo defiende el a priori y va a
añadir otro tipo de juicio que supera tanto el empirismo como el racionalismo. Juicio
necesario para saber cuando nos adentramos dentro del saber científico. Juicio que sirve
como criterio de certeza, que él denomina juicios sintéticos a priori.
Juicios analíticos y sintéticos
La distinción de juicios analíticos y sintéticos no pertenece propiamente a la lógica
formal; es decir, que no encontramos en esta, en la relación de las formas de los juicios,
mención de los juicios sintéticos ni de los analíticos. La importancia de la distinción de
estos dos tipos de juicios consiste en que nos suministra una herramienta muy útil para
el planteamiento del problema de la filosofía crítica. Con ayuda de ella es posible
proponerse una vez más el problema de Hume (esto es, el problema de la legitimidad
del empleo del concepto de causa) pero en una versión ampliada; y gracias a la
distinción de juicios analíticos y sintéticos, es posible apreciar que aquél problema
requiere una solución máqs satisfactoria que la que le diera el filósofo escocés. En
efecto, si en lugar de concentrarnos en el estudio del sólo concepto a priori, ampliamos
nuestro examen a los juicios sintéticos a priori, nos encontramos con la realidad fáctica,
inapelable, de ciencias enteras construidas con este tipo de juicios.
8
Criticismo kantiano
Hasta Kant la lógica se basa en el esquema aristotélico S es P, donde el Predicado
atribuye algo a un Sujeto. Y si esto lo unimos a las nociones de experiencia y razón nos
podemos encontrar con las siguientes definiciones
Analítico aquello que es anterior o que posibilita algo
Sintético aquello que procede de pruebas, por tanto de nuestras percepciones o
experiencia.
A priori conocimientos que no necesitan de la experiencia (basados en el principio de
contradicción). Leyes del tipo A=A
A posteriori conocimientos que proceden de la experiencia que luego constituyen
conceptos.
Si nos basamos en el esquema aristotélico nos encontraremos con otra definición:
Analítico cuando el predicado[P] no añade nada a la noción del sujeto [S]
Sintético cuando el predicado [P] si que añade algo a la noción de sujeto [S]
Por tanto, tendremos el siguiente esquema:
ANALÍTICO------------------------------------------ A PRIORI
SINTÉTICO------------------------------------------- A POSTERIORI
Sin embargo, Kant, en su Crítica de la Razón Pura defiende que la ciencia, el saber
científico sólo es posible mediante otro tipo de juicios. Y el esquema quedará de la
siguiente forma
ANALÍTICO----------------------------------------------------- A PRIORI
SINTÉTICO------------------------------------------------------ A POSTERIORI
El conocimiento por tanto se basa en los juicios sintéticos a priori, juicios en los que se
basa nuestro conocer, según Kant. Y es lo que desarrolla en esta primera obra del
período crítico.
9
Criticismo kantiano
Hasta el siglo XVIII la metafíasica sólo iba a tientas. Era necesario, por tanto uncambio
de método similar al experimentado por la ciencia natural (Galileo-Newton). A dicho
cambio de método es al que históricamente se le reconoce como la revolución
copernicana que podría ser formulada así: “ puesto que hasta ahora todos nuestros
conocimientos han estado sometidos y dirigidos por los objetos empíricos y, sin
embargo, no hemos avanzado nada en nuestr9o conocimiento a priori de ellos,
invertiríamos la metodología y supongamos a partir de ahora que sean los objetos los
que deban someterse a nuestros conocimientos.
Kant instaura un nuevo modelo de reflexión que denomina método trascendental. Su
establecimiento debe dar lugar a la filosofía trascendental, la cual necesita como
condición previa la fundamentación propia de una crítica de la razón pura.
Llamo trascendental todo conocimiento que se ocupa no tanto de los
objetos, cuanto de nuestros conceptos a priori de objetos en general
Llamo trascendental todo conocimiento que se ocupa no tanto de los
objetos, cuanto de nuestro modo de conocimiento de objetos en general, en
cuanto tal modo debe ser a priori
La aprioridad del conocimiento trascendental y su necesaria referencia objetiva, sin la
cual no tiene sentido el conocimiento.
Lo trascendental se dice principalmente de un conocimiento a priori, pero que, además
cumpla con la condición de referirse con validez objetiva a objetos de la experiencia
A partir de lo dicho, denominamos método trascendental al análisis regresivo 8críticoreductivo) por medio del cual nos remontamos a las condiciones de posibilidad de
cualquier conocimiento. Se trata de un viaje de ida y vuelta en el que justificamos la
validez objetiva del conocimiento empírico, desde una investigación sobre las
condiciones puras que lo posibilitan. Tales condiciones puras van a ser los elementos a
priori del conocimiento: intuiciones de la sensibilidad y conceptos del entendimiento.
¿Qué es lo a priori?. Kant en su primera Crítica nos dice: “pero, aunque nuestro
conocimiento empiece por la experiencia, no por eso procede todo él de la
experiencia”. Es decir, lo a priori no implica prioridad temporal; muy al contrario: en el
orden temporal, ningún conocimiento es anterior a la experiencia, sino que todo
conocimiento comienza con ella.
En efecto, podría suceder, y de hechosucede, que nuestro conocimiento humano es una
composición de lo que recibimos a través de las impresiones sensibles y de lo que
producimos a través de nuestra propia facultad superior de conocer. Es tarea del
filósofo crítico llegar a distinguirlos. Tal investigación nos mostrará que existen unos
conocimientos que son independientes de la experiencia, a los cuales vamos a
denominar conocimientos a priori.
10
Criticismo kantiano
ANALISIS TRASCENDENTAL DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO
Felipe Marzoa comienza su estudio de la Crítica de la Razón Pura de la siguiente
forma:
Tal como la “Introducción” de KrV aparece redactada en la edición B, el primer
párrafo se inicia con la tesis de que “todo nuestro conocimiento comienza con la
experiencia” (B1), el segundo con que “no por ello todo él [todo nuestro
conocimiento] procede de la experiencia”, esta segunda tesis, por sí sola, no afirma
ni niega que todo nuestro conocimiento proceda de la experiencia, solamente dice
que del hecho de que “comience con” la experiencia; solamente dice que del hecho
de que “comience con” la experiencia no se sigue que “proceda de ella””8
Una de las tareas fundamentales de la filosofía kantiana es la demostración de la
existencia en los seres humanos de unos conocimientos que son anteriores a toda
experiencia. A tales tipos de conocimientos los denomina conocimientos a priori. Ahora
bien, lo a priori no implica prioridad temporal; muy al contrario: en el orden temporal,
ningún conocimiento es anterior a la experiencia, sino que todo conocimiento comienza
con ella.
Es decir, de hecho sucede que nuestro conocimiento humano es una composición de lo
que recibimos a través de las impresiones sensibles y lo que producimos a través de
nuestra propia facultad superior de conocer.
Por otra parte el “conocimiento científico” busca establecer, mediante “leyes” regulares
y constantes, además de validez universal u necesariamente, una descripción veraz
sobre una determinada área de la realidad, basándose en la experiencia de los hechos.
El conocimiento científico se expresa en “leyes de la naturaleza”, que son
manifestaciones de la racionalidad humana en forma de ideas o conceptos que vinculan
determinados acontecimientos entre si.
Estas leyes científicas tienen un doble componente:
a) La existencia de un mundo exterior (los objetos, hechos y acontecimientos)
b) El ser humano, de acuerdo a su racionalidad, intenta comprender y explicar los
hechos.
Es decir, por un lado un soporte experimental (sensible) y, por otra, las condiciones
propias de la inteligibilidad y de la comunicación a los demás; o lo que es igual, sus
contenidos deben expresar una relación de valía universal y establecer una relación
necesaria entre los acontecimientos que quedad vinculados, de tal manera que siempre
que ocurra el primero de ellos, aparecerá seguidamente el segundo.
En resumen, todo conocimiento científico contiene un doble paquete de condiciones: las
naturales, exteriores al ser humano, y las propias exclusivas del ser humano que adaptan
e interpretan lo recibido del exterior a las exigencias de la comprensión humana.
8
Felipe Martinez Marzoa, Releer a Kant, Anthropos, Barcelona 1989, pg., 11
11
Criticismo kantiano
Antes de pasar a exponer la respuesta kantiana distingamos las dos corrientes del
pensamiento moderno, que influyen en Kant. Los racionalistas- con Descartes a la
cabeza, que afirmaban que existían determinadas ideas innatas (a priori) independientes
de la experiencia, que eran la base y el fundamento de nuestro conocer.. Los
racionalistas negaban por tanto el valor de la experiencia
Por su parte, los empiristas reducían el conocimiento a la experiencia, a los sentidos.
Algunos llevaron esto hasta sus últimas consecuencias y redujeron el ser al ese est
percipi [“el ser es percepción]. Por consiguiente los empiristas negaban la validez a la
racionalidad. Sin embargo, en opinión de Kant ambas corrientes cometieron el mismo
error: confundir el fundamento del conocimiento con su origen.
Es decir, por el hecho de saber el origen del conocimiento, lo cual puede ser importante,
no quiere decir que se sepa cual es su fundamento lógico o racional. El origen del
conocimiento es una cuestión de origen genético o psicológico, mientras que el
fundamento del conocimiento es un una cuestión de índole lógico.
La Crítica de la razón pura supone la superación de ambas corrientes del pensamiento
moderno al afirmar que el conocimiento, que indudablemente tiene que estar basado en
la experiencia, está elaborado [construido] bajo una serie de condiciones que impone la
naturaleza espacial y racional del ser humano- el sujeto cognoscente [que Kant llama
Sujeto trascendental]; condiciones que nada tienen que ver con los objetos que se
perciben y son, por tanto, independientes de los objetos- a priori-.
Cuestión de la validez
Lo a priori hace posible el conocimiento. ¿qué son las verdades a priori o juicios
sintéticos a priori? Son las verdades universales y necesarias. Y esto ¿qué es lo que
supone?: “que la demostración de esa verdad no demuestra meramente que la cosa es
de hecho así, sino que demuestra que no podría ser de otra manera”9
Que son universales y necesarias y que por consiguiente sirven “para todo caso posible”
viene a decirnos simplemente que se cumplen en toda experiencia posible, que toda
experiencia posible “ha de cumplir” con dichas verdades. Y que dichas verdades son de
antemano válidas para toda experiencia posible
Cuando decimos sensu stricto algo acerca de “todo A” (es decir, de todos y cada uno de los
A posibles), no estamos diciendo nada que equivalga a la suma de proposiciones singulares
acerca de este, aquél y otro A y así continuadamente; por esa vía, no podríamos llegar a
“todo A” ni (lo que es lo mismo) a la necesariedad inherente a tal universalidad. Si,
sabiendo lo que decimos, decimos algo acerca de “todo A”, de lo que realmente estamos
hablando es de la propia naturaleza o constitución designada por la palabra A, o sea del
eidos A, de aquello en lo que consiste en general ser A; a la constitución, la naturaleza, la
esencia, el eidos”10
Lo que se está diciendo es que ese algo, esas verdades, pertenencen a la esencia,
constitución, eidos o mophé de la experiencia misma como tal, a aquello en lo que
9
Felipe Martinez Marzoa, op., cit., pg, 21
Felipe Martinez Marzoa, op., cit., pg., 22
10
12
Criticismo kantiano
consiste en general la experiencia. Y al hablar así, hablamos al mismo tiempo, no de
cómo es cierto hecho, sino de en qué consiste cierta validez, aquello de cómo se
constituye la experiencia, en el sentido de “validez de la experiencia”.
Y Kanta para hablar de la naturaleza o de la forma en el sentido en que se acaba de
explicitar encuentra el término de possibilitas. Ya que entiende por posible aquello
(existente o no) de lo que existe una constitución, o naturaleza, es decir, de lo que cabe
una definición consistente. La possibilitas es la constitución misma.
Possibilitas es pues otro nombre para la constitució, forma. Por lo que podemos decir
que los juicios sintéticos a priori tienen un fundamento en la posibilidad de la
experiencia. Y por consiguiente, todo aquello que es constitutivo de possibilitas de algo,
todo lo que forma parte de esa possibilitas son las condiciones de posibilidad de ese
algo.
El conocimiento es ese faktum o experiencia, pero desde el punto de vista de la validez:
es decir, que de lo que buscamos no es más que exponer los elementos que integran su
constitución y el modo en que se unifican. Buscamos poner de manifiesto lo que
constituye la forma (el eidos) de ese Faktum, de ese conocimiento, de ver lo que
constituye las condiciones de posibilidad.
“lo que quiere decir es que se ocupa del conocimiento como tal, esto es, de la constitución,
naturaleza, possibilitas del conocimiento mismo, la cual es a priori con respecto a todo
conocimiento; se ocupa pues, del conocimiento en general en cuanto que el conocimiento
es un possibile y lo es a priori, es decir, en cuanto que el conocimiento ( o sea, la
experiencia) tienen una possibilitas que impera de antemano para todo conocimiento (o sea,
para toda experiencia)
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Criticismo kantiano
Conocimiento Transcendental
La cuestión transcendental es la cuestión de en qué consiste cierta validez,
concretamente la validez que denominamos cognoscitiva, o sea: en qué consiste el
conocimiento o experiencia.
Dicha validez o legitimidad es aquello por lo que determinadas tesis (enunciados,
proposiciones, juicios9 son válidas en tanto que otras no. Con base en Aristóteles, cierto
análisis de en qué consiste el decir, de cuáles son los elementos constitutivos de un
decir, en general, había establecido: que todo decir se refiere a algo, trata de algo, señala
a algo que de alguna manera está ahí, a un hypo-keimenom, y que, de eso a lo que se
refiere, todo decir algo, que hay, pues, algo “dicho de”. Kategaroumenom
La dualidad de A y B sólo significa la dualidad del “de qué” y “el qué” inherente a
todo decir, en este sentido hay en el decir “una cierta composición” (synthesis tis) que,
por otra parte, el mismo Aristóteles llama apóphansis, esto es: el algo que se manifiesta
como algo, donde el primer “algo” designa lo que hemos designado con “A” y el
segundo con “B”
Así pues, preguntar en qué consiste el que hay en en efecto apóphansis o synthesis, es
decir, el que sea legítimo formularla, en qué consiste, pues, la legitimidad de la
“síntesis apofántica” o “conexión sujeto- predicado”, siempre que bajo estas
expresiones se entienda precisamente ni más ni menos que lo que hemos mencionado.
Dicho esto queda claro que la cuestión de en qué consiste en general la validez
cognoscitiva, en cuanto cuestión de en qué consiste en general la validez de una tesis,
no es otra cosa que un modo determinado de plantear la cuestión de en qué consiste ser
En qué consiste ser. Para Kant el ser que pronunciamos en el discurso cognoscitivo no
es el único modo de ser, por esto la investigación transcendental es la metafísica sólo si
el término “metafísica” se toma en sentido restringido, pues dicha investigación se trata
sólo de en qué consiste aquél ser que pronunciamos en el discurso cognoscitivo, se trata
del ser de lo ente en cuanto objeto de conocimiento posible, y esto, lo ente en cuanto
objeto de conocimiento posible, es lo que Kant llama naturaleza
Por consiguiente, la metafísica de la naturaleza o “doctrina trascendental”, es decir, la
averiguación de las “condiciones de posibilidad de conocimiento”, es la ontología
particular de lo ente como objeto de conocimiento posible, mientras que la “metafísica
de la conducta”, averiguación de las “condiciones de la posibilidad” de la decisión es la
ontología particular de lo ente como objeto de decisión posible
Llamo trascendental todo conocimiento que se ocupa, no tanto de los objetos, cuanto de nuestro modo de
conocerlos, en cuanto que tal modo ha de ser posible a priori. Un sistema de semejantes conceptos se
llama filosofía trascendental. Por su parte ésta va [todavía] demasiado lejos para empezar. En efecto,
desde el momento en que esa ciencia debe contener de antemano tanto el conocimiento analítico como el
sintético a priori, posee, por lo que a nuestro propósito se refiere, una excesiva amplitud, ya que sólo
podemos prolongar nuestro análisis hasta donde sea imprescindible para conocer en toda su extensión los
principios de la síntesis a priori, que constituye nuestro único objeto a tratar.
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Criticismo kantiano
“Sujeto” y “objeto”; “fenómeno” y “cosa en sí”
La cuestión que, formulada por Descartes, pone en marcha la filosofía moderna es, en
efecto, la siguiente: en qué consiste en general la validez o legitimidad de un enunciado,
y esto quiere decir, bajo qué condiciones estamos legitimados para referir a un sujeto
un predicado, y esto es la cuestión del ser y en qué sentido puede (y en cual no puede)
considerarse como inherente a todo enunciado la composición sujeto- predicado.
Cuando hablamos de “atribuir a un sujeto un predicado”, la palabra sujeto ( sub-iectum,
hypokeimenon) significa aquello de lo cual se dice algo; sujeto es en este sentido
cualquier ente, pues ente quiere decir; aquello que “es”, aquello para lo cual hay unos
predicados que le corresponden. El que la palabra “sujeto” designe el “sujeto de la
proposición” responde a que, ante todo, esa palabra sub-iectum, designaa aquello que
está ya ahí,. Hypokeimenon, “subyacente”, de lo cual son predicables cualidades,
relaciones, operaciones, etc., subiectum significa aquello de lo que se trata, la cosa, lo
ente. Supongamos ahora que hablamos del “sujeto” en este mismo sentido, pero en
contextos en los que la “operación” o “relación o “cualidad” atribuida a este sujeto sea
el conocimiento o la decisión, de modo que el sujeto sea el cognoscente. Si, por el
contrario, consideramos el conocimiento o la decisión desde el punto de vista de la
quaestio iuris, esto es, como discurso válido, y preguntándonos en qué consiste su
validez o legitimidad, entonces no estamos tratando de procesos o relaciones o
cualidades que acontezcan en un cierto ente y sean tema de una investigación óntica,
pues en la validez o legitimidad del discurso consiste el ser. Ya que todo conocimiento
válido ha de poder formar un contexto con cualquier otro conocimiento válido; todo
ello, pòr lo tanto, es de iure el conocimiento de un único cognoscenbte; a este
cognoscente nos referimos al hablar del “yo” de la quaestio iuris. Hay, pues, algo, que
es el “sujeto” no de esta o aquella predicación, sino del discurso válido como tal, y ese
algo no es una cuestión óntica, sino ontológica
en“aquello de lo que se trata”, esto es, el sujeto de una predicación, la cosa o lo ente, a
la vez se añade otro uso de “sujeto”, este propio de la Edad Moderna, que contiene una
referencia específica al “yo” o “la mente”. Ello es el reconocimiento de que ahora en el
nuevo contexto filosófico, algo a lo que se llama “yo” o “la mente” es el sujeto por lo
que se refiere al discurso válido como tal y en su conjunto, independientemente de que
cada sentencia del mismo siga teniendo su propio sujeto.
Es también la introducción del punto de vista de la quaestio iuris del discurso como
punto de partida del ser lo que motiva un cambio de significado de otro término
fundamental para la filosofía, la palabra obiectum. Esta palabra significa en latín lo
puesto enfrente, o sea, lo representado en cuanto representado. Desde el momento en
que en el representar no hay sólo una quaestio facti, sino que por “representar” se
puede entender también la legitimidad del representar, su validez, entonces podemos
emplear la palabra obiectum en el ámbito de la quaestio iuris, y, en tal caso, “lo
representado” significa lo de iuri representado; ahora bien, “lo de iuri representado”, lo
que el sujeto legítimamente se representa, eso es, según la determinación moderna, lo
ente; por eso obiectum, “objeto”, pasa a significar lo ente.
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Criticismo kantiano
Las formas a priori de la sensibilidad
Para responder la pregunta de cómo son posibles los juicios sintéticos a priori en
matemáticas, Kant busca las condiciones que permiten su existencia y las encuentra en
el espacio y el tiempo
Para realizar esto parte de la distinción hecha por Empiriso (Locke y Hume) Ya que
Kant entiende por sensibilidad “la capacidad de recibir (receptividad) representaciones
por el modo como nos afectan los objetos”. Para el empirismo el conocer humano sólo
es posible si partimos de los sentidos. Distinguiendo entre los sentidos externos que
coincide con los cincos sentidos, y por otra parte los sentidos internos que representan
la conciencia de los estados espirituales en el transcurrir de las situaciones.
Kant acepta esta distinción empirista pero considera que ambas coincide con categorías
de la física newtoniana. Por un lado, los sentidos externos no se pueden entender si la
categoría del espacio; mientras que el sentido interno coincide con la categoría del
tiempo. Por consiguiente la sensibilidad humana no puede entenderse sin estas
categorías que son formas a priori:
Sentidos externos
Sentidos internos
espacio
Formas a priori de la sensibilidad
tiempo
Con este aporte Kant consigue explicitar un Criterio de Verdad que conlleva la
siguiente tesis del “criticismo”: el conocer humano tiene límites ya que sólo se puede
llegar a conocer aquello que cumpla con las coordenadas espacio- temporales de la
física
Los conceptos a priori (o categorías) del entendimiento humano
Tenemos pues, las formas puras o a priori de la intuición, las condiciones que permiten
registrar datos sensoriales un sentido externo (el espacio) y un sentido interno (el
tiempo). Con esto Kan va más allá del empirismo de Hume, al sostener que el ser
racional aplica los conceptos del entendimiento a las intuiciones, con lo que asume una
posición activa.
Una segunda observación básica es que la sensibilidad y el entendimiento son
facultades o capacidades, es decir funciones, la sensibilidad, de registrar intuiciones, el
entendimiento, de aplicar conceptos a estas intuiciones. La acción combinada de las
formas a priori de la sensibilidad y las formas a priori del entendimiento (los conceptos
o categorías) produce los juicios sintéticos a priori, que como sabemos son el único
conocimiento universal y necesariamente válido y cierto.
Para descubrir los diversos tipos de categorías, Kant se funda en una tabla de juicios, o
funciones lógicas del juicio que son las unidades básicas de la lógica aristotélica. Se
plantean doce tipos de juicios lógicos repartidos en cuatro grupos o formas diferentes de
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Criticismo kantiano
juicios (cantidad, cualidad, relación y modalidad), y de cada juicio se hace derivar una
categoría. Valga un ejemplo
Universal: “Todos los caballos son blancos”. UNIDAD
CUALIDAD
Particular: “Algunos caballos son blancos”. PLURALIDAD
Singular: “Ese caballo es blanco”.
TOTALIDAD
Para justificar la existencia de las categorías, Kant demuestra que los conceptos a priori
o categorías del entendimiento “son condiciones necesarias de la posibilidad de
conocimiento”, Los objetos sólo pueden pensarse y conocerse mediante las categorías,
que sintetizan la multiplicidad de impresiones sensibles en una unidad
Lo decisivo de la demostración de las categorías es que nos conduce a una nueva
facultad del espíritu humano. Las categorías se aplican a la intuición sensible para dar
unidad a su multiplicidad. Sin esta síntesis de la multiplicidad no podría haber
conocimiento de objetos, no habría experiencia: nuestras percepciones serían
simplemente un flujo de representaciones sin conexión. Y dicha síntesis nos lleva a
descubrir la unidad de la conciencia.
A dicha unidad, a este yo trascendental, Kant la llama apercepción pura o trascental.
Esta apercepción pura consiste en una autoconciencia que es capaz de pensar “yo
pienso” al mismo tiempo que tiene sus representaciones.
Tenemos, pues, que las percepciones sensibles registradas en las formas a priori de la
sensibilidad (espacio y tiempo) y sintetizadas por las formas a priori del entendimiento
(conceptos o categorías) se asientan, para poder ser conocimiento y experiencia, es una
autoconciencia o yo trascendental que unifica toda esta actividad.
BIBLIOGRAFÍA
Martinez Marzoa, Felipe, Releer a Kant ANTHROPOS, Barcelona,1989
Rabade Romeo, S., Lopez Molina. A. Kant: conocimiento y racionalidad (1) Editorial
Cincel, Madrid 1987
Solé, Jordei, Kant. El giro copernicano en filosofía, Bonalletra Alcompas, Madrid
2015
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