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¿Por qué comer germinados y brotes?
Las enfermedades son la consecuencia de cómo nos alimentamos,
no podemos pensar que llegan a nosotros caídas del cielo.
Vivir bien significa: ingerir diariamente lo mejor que nos ofrece la naturaleza.
Génesis 1:29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre
toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer
Beneficios nutricionales de los germinados
Impera el culto al exterior, es decir gastamos mucho en vestir, salir, vacaciones, coches, etc. pero poco en
buscar alimentos sanos para nuestro organismo. ¿Realmente conocemos el significado de alimentarse?
No es fácil mantener una buena salud con el modo actual de vida.
Por eso, los germinados pueden ayudarnos si los añadimos a nuestra
alimentación vegetariana.
Los germinados son una fuente de salud y vida.
Los germinados son alimentos vivos y esto aumenta su valor nutricional que se mantiene intacto
hasta el momento en que se come.
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Su riqueza en enzimas, clorofila, aminoácidos, minerales, aminoácidos, vitaminas,
oligoelementos vivos y demás sustancias biológicas activadas los convierte en alimentos
completos que contribuyen a corregir las carencias de la alimentación moderna, deteriorada con
los procedimientos industriales.
Al germinar muchas semillas -de cereales o leguminosas- se convierten en un alimento fácilmente
asimilable porque liberan todos los nutrientes encapsulados y mejoran el valor nutricional de la
propia semilla, de la planta o del fruto a la que hubiera dado lugar.
Los brotes son un alimento pre-digerido, por lo tanto ayudan a su propia digestión, adecuados
para estómagos delicados y permiten al organismo que descanse y se regenere.
Se pueden cultivar y conservar fácilmente en casa, por lo tanto son muy económicos, además de
tener la seguridad de consumir un producto que no ha sido adulterado ni rociado con insecticidas
o fertilizantes químicos, se puede disponer en cualquier época del año con la garantía de que sus
nutrientes son de alta calidad biológica pues de lo contrario la semilla no germinaría.
El brote entero puede comerse, incluyendo las raíces y hojas. Son sencillos de preparar porque
hay que consumirlos crudos, porque la cocción destruye gran parte de su contenido nutricional. Se
comen crudos en ensaladas, salteados, en tortillas o formando parte de diversos platos cocinados,
en estos se recomienda añadirlos al final para que no pierdan sus propiedades.
Un germinado es cualquier semilla que ha brotado gracias al contacto con el agua, el aire y el
calor, con lo que comienza a crecer. Casi todos los granos, semillas y legumbres pueden convertirse en
tiernos y nutrientes brotes. La germinación es una intensa actividad metabólica; en ella tienen lugar
varias reacciones químicas, entre las cuales destaca la síntesis de enzimas. Los cambios químicos
que ocurren en la semilla al germinar activan una fábrica enzimática poderosa, que no se supera
nunca en cualquier estado posterior de crecimiento. La reserva nutritiva en todos los granos y
semillas consiste en proteínas, carbohidratos, vitaminas y sales minerales. Cuando las semillas
germinan su contenido nutricional mejora y aumenta potencialmente.
Estos nutrientes los requiere nuestro organismo para su correcto mantenimiento y desarrollo, y se
lo proporcionamos mediante los alimentos. La rica concentración enzimática de los germinados
actúa sobre el metabolismo humano, conduciéndolo a una regeneración del torrente sanguíneo y
de los procesos digestivos.
1. Mediante la absorción de agua la semilla duplica su volumen y se rompe la cáscara protectora.
2. Las enzimas se activan y provocan una serie de transformaciones:
• Las proteínas complejas se transforman en aminoácidos simples, algunos de los cuales son
imprescindibles para el ser humano. El contenido proteico de la semilla queda presente en el germinado,
de forma fácilmente asimilable.
• El almidón se reduce a maltosa y dextrina, azúcares más simples que exigen menos esfuerzo al aparato
digestivo, liberan energía más rápido y producen un efecto estimulante.
• Se sintetizan abundantes vitaminas y fermentos.
• Las vitaminas C y E y los minerales: calcio, fósforo, hierro, potasio y magnesio se multiplican.
• Las grasas se transforman en ácidos grasos.
• Se forma la clorofila, estructuralmente muy similar a la hemoglobina, como ella, lleva oxígeno a las
células y es un buen agente desintoxicante y regenerador del organismo.
• Los ácidos y las toxinas que de forma natural acompañan a la semilla para su defensa se descomponen.
• El volumen y el contenido de agua pasa de ser de un 5 al 12% en la semilla a un 70% en el germinado.
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Cualidades de la germinación
Si diéramos un valor nutritivo hipotético de 100 a los granos y semillas,
nos encontraríamos que:
1. Si molemos el grano, ese valor se reduce de 100 a 10.
2. Si hacemos germinar esos mismos granos, el valor nutritivo nos
aumenta de 100 a 1.000, e incluso a 10.000.
Información Nutricional
Desde el punto de vista nutricional, los germinados o brotes poseen numerosas virtudes: son muy fáciles
de digerir, son ricos en proteínas, vitaminas, minerales, aminoácidos, enzimas e hidratos de carbono, y
además son hipocalóricos. Y no es todo: los germinados ayudan a combatir la anemia y suponen ahorro
energético ya que son alimentos “pre-digeridos”.
Igualmente, los germinados se consideran depuradores del organismo, reguladores del sistema
endocrino y del metabolismo en general. Incluso, incrementan el tono muscular y tienen un efecto
rejuvenecedor.
• Aminoácidos esenciales. Los germinados, especialmente de legumbres, proporcionan al
organismo proteínas completas que se transforman en los ocho aminoácidos esenciales. La falta
de uno sólo de estos compuestos puede favorecer la aparición de alergias, debilidad, mala
digestión, deficiencias en la inmunidad o envejecimiento prematuro de las células.
• Vitamina C. Una de las sustancias que más aumenta por efecto de la germinación. Los brotes de
trigo, lentejas, garbanzos y judías son excelentes fuentes de esta vitamina.
• Beta carotenos (pro-vitamina A). El germinado de alfalfa, por ejemplo, contiene más beta
carotenos que el tomate o el pimiento verde y muchas frutas. Los germinados de col y de
guisantes también son excelentes fuentes de esta vitamina esencial para el crecimiento, el
desarrollo, la buena vista y el aparato reproductor.
• Vitamina B. La tiamina (B1), la riboflavina (B2) y la niacina (B3) son abundantes en los
germinados de alfalfa, trigo, girasol, centeno y sésamo. Contribuyen al buen funcionamiento del
sistema nervioso.
• Vitamina E. Esta vitamina actúa como antioxidante celular, es un excelente protector del
corazón y un buen tonificante. El trigo germinado llega a incrementar hasta tres veces su
contenido
• Vitamina K. Posee propiedades coagulantes, se encuentra en la alfalfa germinada.
• Calcio. Los germinados de sésamo proporcionan abundante calcio, también son excelentes
fuentes de este mineral los brotes de almendra, girasol, alfalfa y garbanzo.
• Potasio. Se encuentra en los brotes de almendras, sésamo, girasol, soja y judías.
• Hierro. Contienen en cantidades importantes los brotes de alfalfa, fenogreco, lentejas,
• Oligoelementos. Los germinados contienen oligoelementos como el yodo, el zinc, el selenio, el
silicio, el cromo y el cobalto.
• Enzimas. Cuando se comen crudas las enzimas de las semillas germinadas -llamadas diastasasfacilitan la digestión de la fibra, las proteínas y las grasas.
• Digestivos, nutritivos y de bajas calorías.
• Clorofila. Las semillas germinadas que más clorofila sintetizan son las de trigo y las de alfalfa.
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La clorofila es absorbida directamente por la sangre a través del sistema
linfático, en el torrente sanguíneo activa el metabolismo celular, mejora
la defensa, resistencia, capacidad regeneradora de las células, y la
respiración, entre otras propiedades, potencia los procesos naturales de
curación, depura la sangre, frena las infecciones y equilibra la relación
ácido-base en el organismo.
La germinación representa pues la técnica más efectiva para aportar a
nuestro organismo energía vital concentrada. Los procesos industriales de refinamiento de los
alimentos ocasionan carencias en los mismos, que a la larga, pueden acabar afectando a nuestro
organismo; la adición de los germinados a nuestra dieta puede prevenir todas estas ausencias. Así
como las plantas verdes regeneran el aire que nos rodea, los germinados sanan nuestro cuerpo por
dentro.
Son en sí mismos un concentrado de sustancias generadoras de salud, elementos que la vida
elabora de forma mucho más perfecta que un complejo laboratorio. Y son los alimentos menos
contaminados que se puedan encontrar. Si un grano germina, es que tiene calidad suficiente para
hacerlo, porque a cierto nivel de degeneración, las plantas dejan de ser capaces de reproducirse.
Personas con problemas digestivos, y enfermos convalecientes, que no pueden alimentarse con
los demás alimentos crudos, pueden, sin embargo, comer germinados.
Su riqueza enzimática facilita la absorción por el organismo y no
ocasiona leucocitosis postpandrial (aumento de la cantidad de
leucocitos en la sangre).
El consumo de germinados no genera ácido úrico. Pueden tomarlos
tranquilamente las personas que padezcan gota. Los germinados
contienen mucha vitamina C y, por lo tanto, una persona que no esté
acostumbrada a consumirlos y cuya dieta no sea rica en fruta fresca
puede sentir efectos estimulantes. Por esta razón, el consumo de estos alimentos proporciona más
vitalidad, y hace que desaparezcan el cansancio y los problemas digestivos. Los germinados son
el alimento idóneo para cualquier persona. No hay limitaciones de edad; son tan adecuados para
los niños como para los ancianos.
Información Nutricional de los Germinados más consumidos:
Cualquier semilla de leguminosa o grano de cereal puede ser germinado, aunque, los más
apreciados por su ternura y buen sabor son los brotes de: legumbres (porotos mung, alfalfa),
cereales (trigo, cebada) y también de berro, rábano, calabaza, girasol, lino, sésamo, etc. El sabor
es variable, por ejemplo el de alfalfa es muy agradable, el de mostaza es el más picante y el de
trigo tiene sabor dulce por los carbohidratos que contiene.
• Alfalfa: completo y más consumido por su agradable sabor. Contiene vitaminas A, B, C, E y K,
calcio, magnesio, potasio, hierro, selenio y zinc y los aminoácidos más importantes. Es
remineralizante, combate la fatiga y la debilidad.
• Arroz integral: es rico en vitamina B, fósforo, potasio, magnesio, sodio, calcio y silicio. Ayuda a
la adecuada conservación de huesos y dientes.
• Arvejas: proporcionan clorofila, proteínas, carbohidratos, fibra, vitamina A, hierro, potasio y
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magnesio.
• Avena: la semilla germinada más recomendable para trastornos nerviosos, depresiones y
alteraciones del sueño. Contiene vitaminas B y E, proteínas, carbohidratos, fibra, minerales y un
alto contenido en silicio, necesario para el desarrollo de las estructuras musculares, cerebrales y
nerviosas.
• Berro: muy adecuado para combatir los síntomas de la fatiga primaveral. Alcaliniza y depura la
sangre, neutraliza el exceso de toxinas. Regula el metabolismo. Es rico en hierro, fósforo,
manganeso, cobre, zinc, yodo, calcio y vitaminas A, B2, E y C.
• Fenogreco: limpiador sanguíneo y renal, se recomienda para levantar el ánimo decaído y para
reforzar el organismo. Estimula las funciones digestivas y hepáticas. Otorga un agradable olor al
sudor de quienes lo consumen. Contiene abundante fósforo y hierro.
• Garbanzos: son ricos en carbohidratos, fibra, calcio, proteínas, magnesio, potasio y vitaminas A
y C. No producen gases durante la digestión.
• Lentejas: retrasan el envejecimiento y son ricas en proteínas, vitamina C y hierro.
• Maíz: alto contenido en magnesio, necesario para conservar la tensión muscular especialmente
en el tracto intestinal.
• Mostaza: adecuado para tratar trastornos digestivos como gastritis, enteritis, etc. Rica en
vitamina C, proteínas y lípidos.
• Porotos Mung: son ricos en vitaminas A, C, y complejo B.
• Semillas de calabaza: contienen proteínas, vitamina E, fósforo, hierro y zinc.
• Semillas de girasol: ricas en proteínas, grasas insaturadas, vitaminas B y E, calcio, hierro,
fósforo, potasio y magnesio.
• Rabanito: contiene abundante clorofila, útil para combatir digestiones pesadas y para calmar la
tos.
• Sésamo: buena fuente de fibra, proteínas, vitaminas B y E, magnesio, potasio, hierro, fósforo y
calcio.
• Soja verde: contiene proteínas que dan lugar al aminoácido metionina, de efecto relajante.
Fortalece el sistema nervioso y contribuye a rebajar el exceso de colesterol. Son ricas en
vitaminas A, C, hierro y potasio.
• Trigo: es rico en proteínas, magnesio, fósforo y vitaminas B y E. Previene infecciones,
remineraliza, regenera las células y sirve para tratar trastornos nerviosos.
Propiedades:
Los germinados ayudan a prevenir enfermedades o a tratarlas en el caso de que ya se hayan
manifestado. Se destacan las siguientes propiedades:
• Favorecen los procesos de desintoxicación, depuración y eliminación de residuos almacenados
en los tejidos o en la sangre.
• Fortalecen el sistema inmune.
• Antioxidantes, combaten la acción de los radicales libres.
• Estimulan las secreciones del páncreas.
• Facilitan la digestión, activan los procesos de regeneración y desinflamación del aparato
digestivo, revitalizan los mecanismos metabólicos internos.
• Mejoran el funcionamiento intestinal, alivian el estreñimiento, fortalecen el intestino y la flora
intestinal, contribuyen a eliminar gases y desechos.
• Rebajan el índice de colesterol.
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• Tonifican el sistema nervioso.
• Contribuyen a mantener la elasticidad de las arterias y la vitalidad del sistema glandular.
• Retrasan el envejecimiento, sus componentes permiten que las células del cuerpo se mantengan
jóvenes durante más tiempo.
• Favorecen el metabolismo por su acción reconstituyente.
• Su consumo está recomendado en casos de anemia por su riqueza en
clorofila, y para personas con el estómago delicado.
Los germinados en la cocina
Algunas personas consideran que los germinados, en general, son un poco
sosos. Encuentran que, como a la lechuga sola, les falta "algo" para excitar
nuestro apetito. La comida demasiado cargada en especias y condimentos
disminuye cierta sensibilidad gustativa y, por tanto, se hace más difícil poder apreciar sabores
más sutiles. Pero, en general, aunque sobre gustos no hay nada escrito, las personas con un
mínimo de sensibilidad aprecian su sabor y los encuentran deliciosos. Pero como diría no sé
quien, “El gusto se educa”. Tenemos que educar nuestro gusto con alimentos que sean saludables.
Los germinados pueden consumirse en las ensaladas, bien aliñados o acompañados de salsas o
frutas, sea creativo y disfrútelos. Cada brote posee su sabor característico, dependiendo obviamente
del grano o semilla del que provenga. Por ejemplo, los brotes de alfalfa tienen un sabor agradable y suave,
mientras que los de rábano, en cambio, poseen un sabor más bien picante.
Los germinados ofrecen grandes posibilidades para enriquecer todos los platos de comidas,
especialmente durante el invierno, cuando escasean las verduras y las hortalizas.
No cocerlos, pues este proceso les quita su cualidad de alimento vivo, y su potencial de enzimas,
vitaminas y sustancias biológicas se reduciría prácticamente a cero.
Sabías qué...?
Encontramos la descripción de las sencillas técnicas de germinación en
las Escrituras de los Esenios, que vivían en Israel y Egipto en tiempos
de Cristo, elaboraban pan con trigo germinado. Es lo que pidió Daniel y
los tres amigos cuando rechazaron la comida del rey de Babilonia. En
tiempos no tan lejanos, tanto Vasco de Gama como Magallanes
pudieron realizar sus largas travesías gracias a los germinados, que
protegían a su tripulación del escorbuto.
El uso de semillas germinadas o brotes en la alimentación y en medicina es mucho más antiguo
que la Gran Muralla China. En la antigüedad estaban presentes en las comidas de diversas
culturas. Hay datos históricos de su consumo por los sumerios, cinco milenios antes de Cristo;
un emperador de China Sheng-Nung (3000 a.C.) escribía sobre las hierbas medicinales y los
frijoles germinados, y de su utilización para múltiples dolencias, se cultiva en el país hasta la
fecha, con el objeto casi exclusivo de germinarlo.
En épocas más cercanas a la nuestra, el germinado de la semilla de linaza se consumía en la
antigua Roma y en Grecia. Se servía en los banquetes romanos como un bocado muy especial y
como estos banquetes constaban de muchos platillos era costumbre comer el germinado de
semilla de linaza entre un platillo y otro. Es decir, mientras se esperaba que llegara el platillo
siguiente, los romanos pasaban el rato comiendo dicho germinado.
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Los ejércitos romanos consumían en campaña brotes de trigo por la facilidad de transportar y
preparar las semillas.
Elaboración:
¿Cómo hacer germinados en casa?
Los germinados se pueden producir y conservar en nuestra propia casa de forma sencilla:
1. Poner en remojo las semillas en un frasco de cristal. Se cubrirá con una gasa sujeta por una
goma elástica. Deben ser semillas de alta calidad biológica que no hayan sido tostadas o
congeladas y el recipiente debe ser necesariamente de vidrio y de boca ancha. Se puede utilizar
cualquier semilla, las más apreciadas son las de soja verde, alfalfa, trigo, cebada, avena,
calabaza, girasol, sésamo, berro y rabanito. El tiempo de remojo oscilará entre 9 a 12 horas la
alfalfa y el fenogreco de 12 a 15 las lentejas, garbanzos, arvejas etc.
2. Transcurrido el tiempo de remojo se quita el agua y se enjuagan las semillas.
3. Se deja el frasco en un lugar cálido y oscuro. Debe procurarse que esté inclinado para facilitar
la salida del exceso de agua. Mantener las semillas húmedas porque mucha agua o poco aire
podrían crear hongos y moho.
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4. Dos o tres veces al día es necesario enjuagar los granos escurriéndolos posteriormente y
colocando el bote de nuevo boca abajo. Esto deberá hacerse entre 2 y 5 días, momento en el que
comienzan a verse los brotes.
5. Cuando los brotes tengan 2 o 3 cms. de largo se expondrán a la luz solar indirecta durante unas
2 horas para que las hojas se pongan de color verde, es decir, para que se forme la clorofila,
favoreciendo el aumento de la vitamina C.
6. Terminado el proceso de germinación los brotes se pueden guardar en la heladera, bien
escurridos y secos, donde se conservarán sin problema durante más o menos una semana, se
recomienda hacer cantidades frecuentes de germinados, porque tienden a hacerse rancios al
guardarlos por mucho tiempo.
¿Por qué comer los Brotes del germinado y verduras verdes?
La Clorofila es la "sangre verde" de las plantas, mediante un proceso químico llamado
fotosíntesis. Sorprendentemente, la clorofila tiene los mismos efectos en el cuerpo que el hierro,
de manera que es un gran reconstituyente sanguíneo. Catabólico y anabólico al mismo tiempo, la
clorofila es un extraordinario desintoxicador y un tónico. Limpia la sangre y fabrica glóbulos
rojos mientras tanto. Esta poderosa fórmula es para tener y mantener un colon sano. Entre sus
propiedades encontramos que es un poderoso antiviral y antibacteriano, que combate químicos y
proteínas dañinas para la salud. Detiene el crecimiento de algunas células cancerosas y promueve
la formación de interferón, una secreción natural del cuerpo y una de nuestras mejores defensas
contra el cáncer ya que genera y activa los macrófagos. También da grandes resultados en
disminuir los severos efectos de la quimioterapia, se usa en tratamientos contra el cáncer.
Limpia la sangre de metales pesados como el mercurio y el plomo y ayuda al transporte de
oxígeno a todo el cuerpo sobre todo al cerebro. La clorofila es muy similar a la hemoglobina de
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la sangre con la diferencia de que tiene un ión de magnesio mientras que el de la sangre es de
hierro. La clorofila lleva oxígeno a las células y es un buen destoxificador y regenerador.
Contraindicaciones: en el embarazo, en épocas de lactancia o en personas con rechazo a alguno
de los componentes de la clorofila, en estos casos consultar con su médico.
Efectos secundarios: Su consumo puede alterar el color de la orina y las heces. La clorofila
puede resultar tan desintoxicante que para algunas personas solamente con olerla les produce
arcadas. Esto denota el grado de intoxicación que es proporcional al rechazo que provoca. Es
conveniente empezar a tomarla diluida en agua o jugos de fruta o zanahoria y aumentar la
concentración gradualmente.
Las semillas que se utilizan para obtener la clorofila son el trigo y la cebada, que se cultivan en
una capa de tierra, para obtener la hierba de la que se extrae la clorofila. La alfalfa es también
adecuada aunque en menos cantidad pero con la ventaja de que se germina y verdea en un simple
tarro.
Comer semillas germinadas es comer vida.
Es incorporar auténtica energía vital concentrada a todas las
células del cuerpo, favorecen la salud y alargan la vida.
Los germinados son un regalo de la naturaleza que podemos
cultivar nosotros mismos.
Consejos sobre la Salud, Página 20 “La reforma de la salud es uno de los aspectos de la gran obra
destinada a preparar un pueblo para la venida del Señor. Se encuentra tan estrechamente unida con el
mensaje del tercer ángel como lo está la mano con el cuerpo. Los seres humanos han considerado
livianamente la ley de los Diez Mandamientos; sin embargo el Señor no vendrá a castigar a los
transgresores de su ley sin enviarles primero un mensaje de amonestación. Los hombres y las mujeres no
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pueden violar las leyes naturales mediante la complacencia de sus apetitos depravados y pasiones
carnales, sin violar la ley de Dios. Por eso él ha permitido que brille sobre nosotros la reforma de la salud
para que podamos comprender la pecaminosidad de quebrantar las leyes que él mismo ha establecido en
nuestro propio ser”.
Proverbios 13:17 El mal mensajero acarrea desgracia;
Mas el mensajero fiel acarrea salud.
Salmos 111:4-5 Ha hecho memorables sus maravillas;
Clemente y misericordioso es Jehová. Ha dado alimento a los que le temen;
Para siempre se acordará de su pacto.
Debiéramos educarnos personalmente no solo para vivir mejor teniendo buena salud y estando en
armonía con la vida, sino para enseñar a otros que hay un camino mejor, lejos de las enfermedades.
Millones necesitan ser educados en la forma correcta de alimentación.
Millones necesitan renunciar por completo a los vicios como lo son las bebidas alcohólicas,
cigarrillos, drogas, la carne animal, bebidas azucaradas y todo lo que tenga azúcar refinada como los
postres y los dulces, también todo tipo de comidas procesadas con realsadores de sabor, químicos,
mejoradores, conservantes y colorantes. La mayoría de los habitantes cavan su tumba con los dientes
porque hacen de la cocina un templo, de la comida un culto y del estomago un dios.
Lo más saludable está en las semillas, frutas y verduras que con una rápida elaboración obtenemos el
máximo de salud.
Cristo nos hace llegar los mensajes de salud no solo para tener una mejor salud física y mental sino
también espiritual. Aquellos que se alimentan de una manera simple con estos regalos de la
naturaleza, se ponen en ventaja para recibir las verdades que Cristo tiene para revelarnos.
Vivimos en tiempos en los que nuestra mente debe estar clara y alerta. Toma tus decisiones hoy y
sigue los consejos para una buena salud.
Informe realizado por Leslie Silva
[email protected]
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