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34 En portada / tratar la piel
Hipersensibilidad de tipo I
Los procesos alérgicos o hipersensibilidades de tipo I están mediados por
inmunoglobulinas E (IgE). Dos de las alteraciones alérgicas más frecuentes en animales
son la dermatitis atópica y la hipersensibilidad alimentaria. Ambas cursan con manifestaciones
cutáneas, el diagnóstico es exclusivamente clínico y las biopsias de piel suelen ser útiles.
Tabla 1. Relación de la mayoría de los alérgenos de nuestro territorio que suelen provocar procesos alérgicos.
Se incluyen plantas autóctonas de nuestro país (según el mapa polínico), también las importadas pero muy
comunes y alérgenos no polínicos y domésticos frecuentes.
Doctor en Farmacia. LAV
[email protected]
Madrid
Imágenes cedidas por el autor
La alergia es una reacción alterada del
organismo frente a una partícula llamada
alérgeno (inocua para la mayoría de los
sujetos), que al entrar en contacto con él,
produce una reacción adversa en el mismo
definida como reacción alérgica. En realidad cuando hablamos de alergia nos referimos a reacciones de hipersensibilidad de
tipo I o reacciones anafilácticas mediadas
por inmunoglobulinas E (IgE). En los animales las reacciones alérgicas más comunes son la dermatitis atópica, la hipersensibilidad alimentaria y la alergia a picadura
de pulgas, que a menudo van unidas.
Mecanismo de
hipersensibilidad de tipo I
Cuando un alérgeno penetra por primera vez en el organismo de un sujeto hipersensible es fagocitado por los macrófagos,
presentando posteriormente en su superficie las proteínas del alérgeno. Esto activa
los linfocitos T, que identifican el alérgeno
y envían señales (mediadores químicos) a
los linfocitos B, los cuales se transforman
en células plasmáticas. La finalidad de las
células plasmáticas es la producción de
anticuerpos y en este caso se producen
IgE. Estas inmunoglobulinas E se fijan a la
Hierbas forrajeras
y rastreras
Poa pratensis, Bromus inermis, Dactylis glomerata, Festuca elatior, Cynodon dactylon,
Shorgum halepense, Agrostis alba, Phkeyn oratebse
Pólenes de árboles
y arbustos
Ceñigo (Chenopodium album), aligustre (Ligustrum japonicum), ajenjo (Artemisia),
amaranto (Amaranthus), salsola (Salsola), fresno (Fraxinus), sicamor (Shicomorus), álamo (Populus),
plátano (Platanus), olivo (Olea), boj (Buxus), encina (Quercus ilex), olmo (Ulmus), aliso (Alnus),
moral (Morus), castaño de Indias (Aesculus), nogal (Junglans), arce (Acer), junípero (Juniperus)
Hongos
Aspergillus, Alternaria, Hormodendrum, Helminthosporum,
Penicillium, Rhizopus, hongos mixtos, Stemphylium
Domésticos
Pelo de gato, pelo de perro, lana, algodón, acrílicos, polvo doméstico, humo de tabaco
Otros
Estafilococo, picadura de pulga
superficie de células mediadoras como los
mastocitos o células cebadas (localizados
en los tejidos conectivo y subcutáneo) así
como a basófilos circulantes. En esta situación el organismo se halla en un estado de
sensibilización frente a ese alérgeno.
Tras una segunda exposición al alérgeno, éste se une a dos moléculas de IgE
de la superficie de los mastocitos (previamente sensibilizados como vimos antes),
formando un puente. Tras esta unión, los
mastocitos producen la liberación de mediadores químicos, responsables de las manifestaciones inflamatorias de la piel, como
eritema, edema, prurito, etc., gracias a un
aumento de la permeabilidad vascular y
vasodilatación periférica (figura 1). Entre
los mediadores químicos liberados se encuentran: histamina, prostaglandinas, tromboxanos, leucotrienos (en general todos
linfocito B
alérgeno
3
célula
plasmática
1
2
macrófago
macrófago
Los alérgenos ambientales implicados
en esta alteración pueden ser de distinto origen como hierbas, árboles, ácaros,
fibras, etc. e incluso alimentos. Un ejemplo de algunos de ellos se muestra en
la tabla 1, que está basada en el mapa
polínico de nuestro territorio y en los
alérgenos ambientales más frecuentes.
Solamente las partículas “difusas” en el
ambiente de dimensiones superiores a
siete micras son capaces de comportarse como alérgenos, y están compuestos
por moléculas que incluyen proteínas o
glicoproteínas. Por eso los pólenes de
las coníferas, como los de los pinos, no
producen reacciones alérgicas debido a
que están recubiertos de una capa lipídica, evitando así el contacto con la parte
proteica. Las plantas que se polinizan por
insectos no son un gran problema por su
escasa difusión aérea.
determinación de IgE no sirve como método diagnóstico.
exposición
repetida
mastocito
Figura 1. Reacción de hipersensibilidad de tipo I.
En el esquema se definen los siguientes pasos del 1 al 4:
1- El alérgeno que entra en el organismo es interceptado por el macrófago.
2- El macrófago ingiere el alérgeno y presenta sus proteínas en la superficie con el fin de activar los linfocitos T.
3- Los linfocitos T identifican el alérgeno y envían una señal a los linfocitos B, que se transforman en células plasmáticas.
4- Las células plasmáticas producen anticuerpos (IgE) contra el alérgeno. La IgE se une a la superficie de los mastocitos. El
sistema inmune está ahora sensibilizado frente a un alérgeno concreto.
Tras una segunda exposición al alérgeno, el mastocito se activa y libera mediadores como histamina, prostaglandinas,
leucotrienos, tromboxanos, etc. que son los causantes de los síntomas de la alergia.
116
La aparición de síntomas suele producirse entre los 6 meses y 3 años de edad del
animal, es rara antes de los 6 meses y a veces puede ser estacional. Es inusual observar síntomas clínicos después de los 7 años.
Se manifiesta por lesiones en la piel, como
prurito, eritema, caída de pelo, hiperqueratosis, hiperpigmentación y xerosis entre
otros, aunque también se pueden manifestar signos de otitis y conjuntivitis. A veces
pueden aparecer signos no cutáneos como
rinitis, tos y asma, sobre todo en los gatos.
Lo principal es descartar sarna, alergia a
picaduras de pulga, infecciones por Malasezzia, foliculitis bacterianas y otro tipo de
hipersensibilidades. En estos casos la experiencia tiene un papel destacado.
Alérgenos ambientales
bien es cierto que las biopsias de piel ayudan al mismo. Por tanto, la
Ig E
mastocito
Dermatitis atópica
te elevados. Además, en la bibliografía
consultada, todos los autores indican
que la determinación de IgE sólo sirve
para comenzar un tratamiento de hiposensibilización, al no existir correlación
entre los niveles de IgE plasmáticos y la
gravedad de los síntomas.
El diagnóstico de una dermatitis atópica es básicamente clínico, si
linfocito T
4
liberación de mediadores
(histamina, leucotrienos,
etc.) que causan los
síntomas de alergia
los metabolitos del ácido araquidónico) y
además factores quimiotácticos que atraen
a los eosinófilos, los cuales sufren una desgranulación con la consecuente liberación
de mediadores químicos, contribuyendo
también a las reacciones inflamatorias.
Entre las hipersensibilidades de tipo I, dos
de las más frecuentes son la dermatitis atópica y la hipersensibilidad alimentaria, como
anteriormente hemos comentado.
Diagnóstico
Hipersensibilidad alimentaria
Es importante tener en cuenta que el
diagnóstico de una dermatitis atópica
es básicamente clínico, si bien es cierto
que las biopsias de piel ayudan al mismo. Por tanto, la determinación de IgE,
tanto totales como específicas, no sirve
como método diagnóstico.
Como es bien sabido las IgE no sólo
aumentan en procesos atópicos, sino
también en parasitosis y en ciertos procesos respiratorios. En algunos laboratorios es común medir los niveles de IgE
totales como diagnóstico de un proceso
alérgico y si esos niveles son altos, se
determina el tipo de alérgeno adverso
al animal. Este método es erróneo, ya
que puede dar lugar a falsos positivos,
puesto que los animales parasitados
presentan niveles de IgE anormalmen-
Se define como una reacción adversa al
alimento con una base inmunológica comprobada. Por tanto, no se debe confundir
con la anafilaxia e intolerancia alimentarias, que son otro tipo de reacciones a los
alimentos en las que no está implicado el
sistema inmunitario. Los alérgenos alimentarios implicados suelen contener glicoproteínas hidrosolubles y un peso molecular entre 10.000 y 70.000 daltons.
A menudo es difícil distinguir entre una
hipersensibilidad alimentaria y una dermatitis atópica, ya que en ambos casos
aparecen síntomas cutáneos, principalmente prurito y trastornos gastrointestinales, aunque también suelen manifestarse
síntomas como seborrea, piodermas, otitis
bilateral, etc. También conviene descar-
t
Gustavo Sánchez Visconti
36 En portada / tratar la piel
Se añaden dos bolas de cristal:
una contiene helmintos para eliminar las IgE y la otra una proteína
con alta afinidad por las IgG
Suero del
paciente
Se añade un sustrato para la enzima unida al anticuerpo anti-IgE. El
color desarrollado se mide por espectrofotometría. La intensidad del
color es proporcional a la cantidad
de IgE presente en el suero
Se añade un anticuerpo antiIgE marcado con una enzima,
que se unirá a la IgE del
suero fijada al alérgeno
Las microplacas se
recubren con los alérgenos,
uno en cada pocillo
Se añade el suero que contiene IgE específicas para el
alérgeno concreto unido al
pocillo de la microplaca
y se produce la unión
alérgeno-IgE
Figura 2. Método de determinación de inmunoglobulinas E (IgE) específicas en los procesos de hipersensibilidad tipo
I (según el método original Spot test de Spectrum Group, Inc., Arizona USA). Se eliminan la IgE inespecíficas y las IgG,
obteniéndose así una mayor especificidad al evitar reacciones cruzadas en el análisis.
Tabla 2. Instrucciones de administración
del tratamiento de hiposensibilización.
Vial A
Vial B
Día
Dosis
1
0,1 ml
3
0,2 ml
5
0,4 ml
7
0,6 ml
9
0,8 ml
11
1,0 ml
13
1,0 ml
15
1,0 ml
20
1,0 ml
25
0,1 ml
30
0,2 ml
36
0,4 ml
42
0,6 ml
A menudo es difícil distinguir entre una hipersensibilidad alimentaria
48
0,8 ml
y una dermatitis atópica, ya que en ambos hay síntomas cutáneos.
58
1,0 ml
68
1,0 ml
78
1,0 ml
88
1,0 ml
98
0,3 ml
112 (14d)
0,5 ml
133 (21d)
0,5 ml
163 (30d)
0,6 ml
193 (30d)
0,8 ml
223 (30d)
1,0 ml
253 (30d)
1,0 ml
283 (30d)
1,0 ml
Vial C
Administración por vía subcutánea de diferentes concentraciones de alérgenos, obtenidos según la determinación de IgE
específicas. Cada vial es de un color con concentraciones distintas, así el vial A tiene una dilución 1:720, el B 1:180 y el C 1:60.
Obsérvese que se van aumentando las dosis y a medida que la
concentración de alérgenos aumenta, se espacia la administración en el tiempo.
116
•Vaca
•Leche
•Cerdo
•Pavo
•Pescado
•Soja
•Huevos
•Trigo
•Pollo
•Arroz
•Maíz
•Cordero
•Venado
•Pato
•Conejo
•Guisante
•Zanahoria
tar otras enfermedades que impliquen
síntomas cutáneos.
Las dietas de eliminación son la mejor
forma de diagnóstico en este tipo de alteración. Se comienza eliminando los alimentos que el animal suele ingerir, y administrando una dieta con alimentos que nunca
haya probado. Este procedimiento debe
durar entre 6 y 8 semanas. Después de esto
y cuando exista una remisión completa, se
añade la dieta anterior (enteramente o ingrediente por ingrediente, según distintos
autores) para detectar si hay una recaída.
t
Vial
Alimentos que se incluyen en las
pruebas de alergia y que pueden
dar positividades a IgE. Se incluyen
alimentos que suelen estar
presentes en muchos piensos.
El método que utilizamos en nuestro laboratorio es uno de Estados Unidos (Spectrum Group) pionero en España en este tipo
de análisis. Es uno de los más específicos, ya
que elimina las IgE debidas a parásitos introduciendo en el tubo de ensayo una bola de
vidrio a la que se le han fijado antígenos de
helmintos. Las IgG al ser moléculas grandes
y estar en cantidades mayores que las IgE,
pueden interferir con el método analítico y
se eliminan añadiendo al tubo otra bola de
vidrio que lleva acoplada proteína A de estafilococo, ya que tiene alta afinidad por estas
inmunoglobulinas (figura 2). La determinación de IgE se lleva a cabo por el método
ELISA y se obtienen distintas positividades y
sensibilidades frente a los diferentes alérgenos a ensayar.
Teniendo en cuenta estos resultados, se
prepara un tratamiento de hiposensibilización que consiste en inyectar soluciones
de alérgenos positivos en diluciones crecientes y espaciadas en el tiempo (tabla
2). El mecanismo básico consiste en que
los alérgenos al estar en baja concentración
son bloqueados por inmunoglobulinas G
(IgG). Este bloqueo impedirá la unión del
alérgeno a las IgE del mastocito, por lo que
no se liberarán las sustancias vasoactivas,
disminuirán paralelamente los niveles de
IgE y todo ello mitigará las reacciones inflamatorias. Además, la terapia fomenta la
aparición de células supresoras.
Tratamiento
La mejor terapia consiste en eliminar
el agente que provoca la reacción alérgica, algo más fácil si se trata de alimentos.
Pero, en el caso de alérgenos ambientales,
es más complicado o imposible. Normalmente se recurre al tratamiento con fármacos para conseguir un alivio temporal de
los síntomas, o en el caso de que la terapia de hiposensibilización (como veremos
más adelante) no surta efecto. Entre los
más utilizados están los corticosteroides,
que inhiben la inflamación al bloquear la
síntesis de prostaglandinas y leucotrienos.
Sin embargo, la terapia no debe ser permanente, ya que producen muchos efectos secundarios de sobra conocidos. Otros
fármacos empleados son: antihistamínicos,
estimulantes beta como la adrenalina, ciclosporinas, ácidos grasos esenciales, etc.
Terapia de hiposensibilización
Independientemente de la terapia con
fármacos, la valoración de los niveles de IgE
específicas es muy efectiva en la mayoría
de los animales a la hora de comenzar un
tratamiento de hiposensibilización, ya que
consigue una remisión estable y duradera.
La mejoría suele aparecer a partir de los
tres meses de tratamiento, según sea la respuesta del animal, y la mayoría de los autores consultados obtienen buenos resultados
en el 70% de los animales tratados. Algunos
animales no responden satisfactoriamente
a este tratamiento, por lo que deberá realizarse un ajuste individual de las dosis y el
tiempo de administración de los alérgenos.
Hipersensibilidad alimentaria
En el caso de la hipersensibilidad alimentaria el tratamiento consiste en eliminar el alimento pernicioso mediante una
dieta de eliminación, o suministrar piensos hidrolizados. Estos piensos incluyen
proteínas como péptidos de tamaños inferiores a los 10.000 daltons, por lo que
su efecto alergénico es nulo. Es corriente
incluir en algunas dietas alimentos que el
animal no haya probado anteriormente,
como piensos que contengan carnes de
animales poco comunes.
En las hipersensibilidades alimentarias
también están implicadas las IgE, aunque
la participación de IgG es más relevante
en estos procesos. Según la determinación de IgE frente a alimentos, se puede
confeccionar una dieta libre de alimentos
agresivos para el animal (ver cuadro) y
facilitar una lista de piensos comerciales
que el animal pueda tolerar.
Resumen
Los procesos alérgicos o hipersensibilidades de tipo I están mediados por inmunoglobulinas E (IgE). La dermatitis atópica
y la hipersensibilidad alimentaria son dos
de las alteraciones alérgicas más frecuentes
en animales. Ambas cursan con manifestaciones cutáneas (prurito, eritema, caída de
pelo, etc.) y en las alergias a los alimentos
suelen aparecer síntomas gastrointestinales. En ambos procesos el diagnóstico es
exclusivamente clínico, las biopsias de piel
suelen ser útiles y las dietas de eliminación
son críticas a la hora de detectar el alimento
agresivo para el animal.
El tratamiento con fármacos
mitiga los síntomas, pero la
eliminación de los alérgenos
responsables es la mejor terapia
que se puede llevar a cabo.
El tratamiento con fármacos mitiga los
síntomas, pero la eliminación de los alérgenos responsables es la mejor terapia. Mientras que en la hipersensibilidad alimentaria
el evitar la ingestión del alimento pernicioso soluciona el problema, en la dermatitis
atópica la mejor opción es la hiposensibilización. El tratamiento se basa en la detección de los alérgenos que causan alergia,
determinando los niveles de IgE frente a
los mismos, y consiste en inyectar soluciones diluidas de alérgenos en concentraciones crecientes y espaciadas en el tiempo.
Con esto se consigue bloquear a los alérgenos y disminuir los niveles de IgE y de
mediadores de la inflamación. o
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