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Recomendaciones para el empleo de BactoCROP‐TH y Trichonator en cultivos de plátano (Musa paradisiaca L.) El plátano es una planta perenne, con rizoma corto y tallo aparente, que resulta de la unión de las vainas foliares. Alcanza hasta siete metros y medio de altura, con terminación en una corona de hojas. Desarrolla una masa de pulpa comestible sin necesidad de polinización. Debido a diversas causas genéticas, la mayoría de los frutos de la familia de las musáceas comestibles son estériles, es decir, sus semillas no producirán nuevas plantas. Los plátanos, como todas las frutas, aportan hidratos de carbono, gran fuente de energía. Por ello es consumido usualmente por los deportistas durante las competencias. Estos azúcares son fácilmente asimilables y absorbidos por nuestro organismo, proporcionando ese combustible necesario antes, durante o después del entrenamiento. Entre los minerales que posee, se destaca su contenido en potasio, mineral que interviene en el equilibrio hídrico de la células de nuestro cuerpo, y gracias a esta característica el plátano resulta útil en personas que padecen de hipertensión arterial o afecciones cardiovasculares. Al ser una fruta baja en sodio también se adecua perfectamente antes la existencia de retención de líquidos en el organismo, ya que los disminuye. También dentro de los minerales es importante su contenido en magnesio, tan necesario para el correcto funcionamiento nervioso, intestinal, muscular. Este mineral también es fundamental en la formación ósea de nuestro organismo. Los contenidos de fósforo, zinc y calcio también son considerables. Los plátanos proveen un gran aporte de vitamina A, vitamina C y ácido fólico. Contienen fibra soluble, ideal para reducir los niveles de colesterol sanguíneo, regular el tránsito intestinal, y prevenir el cáncer de colon y demás formaciones tumorales en el tracto gastrointestinal. Se destaca la facilidad de digestión que tiene esta fruta, por lo cual forma parte de todas aquellas dietas de protección gástrica, por no ser irritante de la mucosa intestinal. El plátano es rico en taninos, por lo que su acción astringente ante los episodios diarreicos es muy importante. CARACTERISTICAS DESCRIPTIVAS Nombre científico: Musa paradisiaca L. Nombres comunes: Plátano, banana. Familia: Musaceae. Origen: India, Filipinas, Nueva Guinea (Benacchio, 1982). Distribución: 30°LN a 30°LS, (Benacchio, 1982). Adaptación: Trópico y subtrópico cálido y húmedo (Heuzé and Tran, 2013). Ciclo de madurez: 11‐16 meses (Benacchio, 1982). Florece después de 8‐9 meses y los frutos se cosechan verdes 10 a 14 semanas después de floración (Heuzé y Tran, 2013). Tipo fotosintético: C3. REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS Y EDAFICOS Altitud: 0‐800 m (Benacchio, 1982). Fotoperiodo: Se considera una especie indiferente en cuanto a la duración del día (Baradas, 1994). Radiación (Luz): Es conveniente el autosombreado. Sin embargo, en áreas con altos niveles de nubosidad se ha observado que el ciclo de cultivo se alarga (Benacchio, 1982). Quemaduras por el sol en la fruta resultan de la exposición a altas intensidades de luz acompañadas de elevadas temperaturas (Egbert, 1977). Temperatura: El plátano es una especie susceptible a las heladas, con un rango térmico de desarrollo entre 16 y 38°C, y un óptimo de 25 a 30°C. Temperaturas de 8°C por un tiempo prolongado causan graves daños (Doorenbos y Kassam, 1979). Precipitación (agua): Las necesidades de agua son de 1200 a 2200 mm por periodo vegetativo. Aunque puede tolerar periodos cortos de sequía, el plátano es muy exigente en agua, por lo que debería cultivársele en áreas donde se disponga de agua para riegos de auxilio. Humedad relativa: Prefiere un ambiente con humedad relativamente alta (Benacchio, 1982). Viento: Los vientos por arriba de 4 m/s son muy perjudiciales ya que provocan la caída de los pseudotallos. Si este tipo de vientos son frecuentes, se recomienda la instalación de cortinas rompevientos (Doorenbos y Kassam, 1979). Profundidad de suelo: Requiere un mínimo de 1.80 m de espesor de suelo. La profundidad del sistema radical generalmente no excede de 0.75 m. (Doorenbos y Kassam, 1979). Textura: El suelo ideal es un suelo franco, aunque se produce muy bien en suelos con textura franco‐arcillosa (Benacchio, 1982). Drenaje: Requiere suelos bien aireados y drenados. Cortos periodos de anegamiento, si el drenaje es rápido, no afectan seriamente el cultivo, sin embargo, en general el plátano no tolera encharcamientos (Heuzé y Tran, 2013). pH: 6.0 a 7.5, siendo el ideal 6.5 (Benacchio, 1982). Salinidad/Sodicidad: Medianamente tolerante a la salinidad (Aragón, 1995). MANEJO AGRONÓMICO Y SANITARIO Salvo en los proyectos experimentales de desarrollo de nuevas variedades, los bananos no se desarrollan nunca a partir de semillas. El principal medio de reproducción es el corte de potenciales propágulos a partir del rizoma, sea únicamente las yemas del mismo —un procedimiento similar al empleado para la propagación de la papa, Solanum tuberosum— o los "chupones" que brotan de él, junto al pseudotallo principal. Para emplear las yemas, se selecciona preferentemente una planta de unos siete meses de edad y se desarraiga, cortando luego el pseudotallo 1 dm por encima de su nacimiento. Al arrancar las bases de las vainas foliares, quedan visibles dos yemas de color rosáceo, que pueden crecer con rapidez tras el replante. Las yemas inferiores, de color blanquecino, suelen descartarse, pues su desarrollo en caso de replante es más lento y trabajoso. Se eliminan las secciones afectadas por enfermedades, descoloridas o presentando nodulaciones debidas a nematodos, y el resto del rizoma se divide en dos. Cada uno de los fragmentos se sumerge en una solución nematicida y se fumiga contra hongos, para dejarlo luego reposar unas 48 h antes del replante. El peso ideal de cada trozo de rizoma está entre los 800 y los 1.800 g; si son más pequeños, es necesario realizar fertilización adicional. La práctica de replantar rizomas enteros, de hasta 8 kg de peso, ha desaparecido virtualmente; si bien ofrecen un mejor rendimiento el primer año, luego su desarrollo se asimila al de los retoños obtenidos por división. La otra alternativa empleada con frecuencia es el uso de los chupones o colinos, los brotes jóvenes que el rizoma produce para reemplazar eventualmente al pseudotallo. El chupón aparece como un brote cónico, cuyas hojas están poco desarrolladas y presentan más vaina que superficie foliar propiamente dicha; en su forma más juvenil, apodada "mirón", no se utiliza salvo en viveros o programas de investigación. Para su uso comercial se espera a que comience a producir hojas similares a las del adulto, las llamadas "espadas"; en esta fase, se lo conoce como "puyón" o "aguja". Para su uso se lo separa del resto del rizoma con un machete, dejando una sección de buen tamaño unida al pseudotallo, y arrancando las hojas más viejas. El momento ideal para replantarlo es tres o cuatro meses después de su aparición, cuando tiene alrededor de 120 cm de altura; en el primer año se desarrollará más rápidamente que los retoños obtenidos de yemas, dando el rendimiento óptimo. Los rizomas viejos o poco nutridos a veces producen chupones cuyas hojas semejan las de los adultos desde su primer brote; llamados "banderas" u "orejones", en general proporcionan un rendimiento muy bajo, e indican que el rizoma debe ya descartarse. Existen técnicas horticulturales para acelerar la producción de retoños; una de las más frecuentes es eliminar las vainas foliares de un rizoma para dejar las yemas al descubierto, y cortar los retoños cuando alcanzan la etapa de puyón. Otra consiste en cortar el rizoma de tal manera que produzca un callo de meristema que dará lugar a muchos retoños. En laboratorio se han desarrollado técnicas para producir tejido meristemático en cultivo, con el objeto de garantizar la uniformidad de los ejemplares y una provisión constante de brotes libres de nematodos y otras enfermedades. Aunque el lento desarrollo de las plantas así obtenidas hacía poco práctico este sistema, experimentos en Hawaii produjeron muy buenos resultados, con una tasa de arraigo del 95% y mejor salud que las plántulas obtenidas de chupones. La obtención de propágulos libres de enfermedades es una gran prioridad, como en todas las plantas obtenidas principalmente por propagación vegetativa. a) Preparación del terreno:  Paso de arado. Es necesario arar el suelo, a una profundidad mínima de 30 centímetros, con el fin de romper y aflojar la capa arable del suelo, destruir las malezas, exponer al sol las plagas del suelo, para eliminarlas e incorporar los residuos vegetales. En suelos compactados como los potreros, es recomendable subsolear, a una profundidad de 60 centímetros.  Rastreo. Aproximadamente 10 días después del paso de arado, se dan dos pasos cruzados de rastra, para desmoronar los terrones y mullir perfectamente el suelo. También se puede dejar crecer la maleza y dar un nuevo paso de rastra, para eliminar una nueva generación de estas y facilitar posteriormente su control. Si el suelo contiene más del 60% de arcilla se debe incorporar materia orgánica (rastrojo), con la finalidad de mejorar la estructura, permitir una aeración e intercambio de nutrientes.  Nivelación. Si el riego se va a efectuar por inundación o rodado, se sugiere nivelar el terreno, para evitar encharcamientos y obtener una brotación y desarrollo uniforme de plantas. Si no se cuenta con niveladora, se puede usar una escrepa o tablón pesado después del rastreo.  Drenes. Los excesos de humedad por periodos de más de tres días provocan el ahogamiento de raíces, la planta madre se deteriora y posteriormente muere, retardando la productividad de la cepa hasta que se complete el desarrollo del hijo sucesor. Por otro lado, estas condiciones de alta humedad favorecen el ataque de bacterias del suelo, provocando pudriciones principalmente en cormos recién plantados. Para contrarrestar los problemas de exceso de humedad, se requiere que el nivel freático se mantenga a más de 1.80 metros de profundidad, y en áreas muy húmedas o saturadas, a una profundidad de 1.2 metros, esto se logra con la elaboración de una red de drenes que pueden ser cuaternarios (son los que recogen el exceso de aguas superficiales), terciarios y secundarios (que se conectan a un dren principal) y primario (sacara toda el agua colectada de la plantación hacia el dren colector de la zona). Los drenes primarios y secundarios deberán construirse cuando menos tres meses antes de plantar, y los terciarios y cuaternarios ya establecida. b) Densidad de siembra. En la densidad de siembra se debe considerar la densidad de población de unidades de producción que se pretenden tener así como la distribución de los mismos para evitar la competencia de energía solar, agua y nutrientes y está en función de la variedad a plantar (variedades con menor porte enano gigante admiten mayores plantas por hectárea que las de porte alto). c) Sistema de plantación. Se sugiere plantar en doble surco con una distancia de 2.5 metros entre plantas y un metro entre hileras, en forma de triángulo equilátero, dejando una calle de 3 metros entre cada doble hilera. Bajo este sistema de plantación y con la distancia citada, se tiene una densidad de población de 2,000 plantas por hectárea y de esta forma, desde la primera cosecha se van a obtener 2,000 racimos por hectárea en el primer año de cultivo. d) Material de propagación. Los plátanos comestibles no tienen reproducción sexual, ya que ésta se lleva a cabo por medios vegetativos. Como semillas se pueden usar diferentes tipos de materiales, sin embargo no todos son los adecuados. La reproducción de la semilla es por semilleros, planta de deshije y cormos de plátanos no productivos y últimamente se utilizan plantas multiplicadas in vitro. e) Riegos. Es recomendable que los riegos sean ligeros a intervalos de 16 a 18 días, debido a que las raíces del plátano no son muy profundas. Los riegos pesados y con una frecuencia mayor a los 30 días, además de desperdiciar el agua, ocasionan daños en la planta, que se manifiestan como “arrepollamiento” en la parte superior del pseudotallo, dando la apariencia de que las hojas salen de un mismo punto en forma de penacho. En esas condiciones, se dificulta la emergencia de la perilla, se distorsiona el raquis del racimo y la fruta es de baja calidad comercial y el rendimiento se reduce en más de un 50%. f) Nutrición de la planta. Como es de considerarse, para lograr un buen crecimiento, desarrollo y llenado de fruta, se requieren nutrientes, principalmente elementos mayores, como el nitrógeno y el potasio. Aunque algunas cantidades de ellos se reciclan en los pseudotallos y hojas que quedan en la plantación, grandes cantidades son extraídas por la fruta y hay que reponerlas. Toda fertilización se debe hacer después del control de malezas y deshije, cuando el suelo este húmedo, no saturado o seco. g) Deshije. A los cuatro meses de la plantación se efectúa el primer deshije, dejando solo un hijo que va a formar la próxima planta. Posteriormente, cada dos meses se eliminan los hermanos, los rebrotes y los hijos de agua, tratando de dejar una sucesión de madre, hijo y nieto. Si se deshija muy severamente, la planta sucesora en la unidad retrasara su floración y por lo mismo también la producción de fruta. h) Deshoje. Es una práctica muy importante para bajar el inoculo de la enfermedad conocida como ‘Sigatoka Negra’. Con el deshoje se eliminan las hojas secas o amarillas, hojas dobladas, hojas enfermas, hojas manchadas y hojas que estorban al racimo. Se debe evitar que la planta se quede sin hojas y no puedan desarrollar el racimo, pues la remoción de tejido fotosintético es parcial y no total. i) Desflore. Mediante esta labor se eliminan los residuos florales de los frutos en formación, permitiendo un mayor espacio entre manos y frutos, lo cual reduce los daños por rozaduras de los residuos florales secos y disminuye la incidencia de trips que pasan parte de su vida en estas partes de la planta. j) Desmane. Consiste en eliminar las manos sobrantes para que los frutos sean de buena calidad comercial. Una técnica que se debe seguir es observar el número de hojas que tienen las plantas al momento de emerger el racimo, si las plantas cuentan con más de 13 hojas el racimo puede dar fruto de buena calidad con 9 manos o más. Esta práctica debe hacerse cuando en el racimo hayan salido dos manos de flores masculinas. k) Desperillado. Consiste en eliminar las inflorescencias masculinas (bellota o perilla) que son el conjunto de flores masculinas improductivas; esto se hace al momento de que aparecen dos manos masculinas en el racimo. Esta actividad evita el daño por trips e incrementa el llenado de los frutos. l) Embolse. Se debe utilizar para evitar daños causados por las bajas temperaturas. Con esta labor disminuyen los daños por plagas del fruto, tales como trips, además, el microclima que se forma dentro de la bolsa acorta el periodo de floración a corte. m) Encinte. Esta práctica tiene como objeto homogeneizar la cosecha de la fruta con base en su edad. La bolsa se amarra al raquis del racimo con una cinta plástica de color; se usa el mismo color para todos los racimos embolsados durante la semana y se emplean de 10 a 12 colores en el año. n) Apuntalamiento. El número de plantas caídas por viento, nematodos y otras plagas del suelo son considerables. Cada mata caída significa para el productor un racimo menos y a futuro, un debilitamiento de la cepa. Para evitar el volcamiento de las plantas paridas, se deben apuntalar las mismas, utilizando soportes. o) Plagas y enfermedades.  Trips, Frankliniella parvula Hood. Son pequeños insectos que se localizan en la inflorescencia, y ocasionan manchas de color negro en los frutos maduros, lo cual les da mal aspecto y desprecian su valor comercial.  Acaro Blanco, Tetranychus urticae. Organismos que viven en el envés de las hojas, se alimentan del tejido verde de las hojas y reduce el área fotosintética, produciendo un bronceado muy característico.  Araña Roja, Tetranychus cinnabarinus. Suele localizarse en el envés de las hojas a lo largo de la nervadura central, cerca del racimo, notándose su presencia por unos puntitos de color rojo junto con las telas de araña y los huevos. Después pasan al racimo, causando daños en la fruta con la aparición de zonas de color blanco plateado, que poco a poco se van haciendo más oscuros.  Picudo Negro, Cosmopolitas sordidus, Germ. Esta es una plaga del suelo cuyas larvas se alimentan del cormo, en donde forman galerías que originan una reducción del peso y de la calidad de la fruta.  Nematodos, Radophulos similis. Atacan y destruyen el sistema radical de las plantas, lo cual se refleja en un raquitismo general y menor peso de los racimos. En ataques, además de la destrucción de las raíces, propician la pudrición del cormo y el volcamiento de las plantas con racimo en desarrollo. Las infestaciones crónicas disminuyen gradualmente el rendimiento y acortan la vida productiva de una plantación. Por su mayor nivel poblacional y capacidad destructiva destacan los géneros Radopholus, Helicotylenchus y Meloidogyne, sin embargo su nivel de daño varía dependiendo del manejo de cada plantación y de condiciones particulares como el tipo de suelo.  Sigatoka Negra, Mycosphaerella fijiensis, Morelet. La ‘Sigatoka Negra’ se caracteriza por producir manchas en las hojas que destruyen parcial o totalmente el área fotosintética. Puede atacar plantas de cualquier edad, pero daña más aquellas que están próximas a la floración o durante el periodo de floración a cosecha. Una planta con esta enfermedad produce racimos con fruta más corta y delgada y de menor peso, la cual puede madurar durante el transporte. Cuando el ataque es severo, la fruta se madura en el campo, antes de alcanzar su grado de corte, provocando una pérdida total. p) Cosecha. Es una de las operaciones más importantes del cultivo. Un buen planeamiento de esta actividad representa un máximo aprovechamiento de la fruta, con calidades que permitan satisfacer los mercados y para realizarla es importante considerar el tiempo óptimo de corte o de cosecha. El tiempo de corte lo determinan factores tales como la demanda de la fruta, la distancia a los mercados de consumo, la cantidad de fruta que hay en las plantaciones, la estación del año y la sanidad de la plantación. IMPORTANCIA ECONÓMICA El rendimiento de una plantación de bananos depende de las condiciones del suelo, de los métodos de cultivo y de la variedad plantada, pero puede esperarse una producción de entre 7 y 16 toneladas anuales de fruta por hectárea de plantación, y las plantaciones comerciales intensivas superan las 23 toneladas/ha anuales. Para mantener este rendimiento no sólo debe seguirse rigurosamente el régimen de abonos, sino también renovarse la plantación cada dos o tres años, evitando así el envejecimiento de las plantas. A partir del cuarto año, la productividad comienza a disminuir, y la producción irregular hace antieconómico el uso de medios mecánicos. Las plantaciones se destruyen periódicamente por completo, usando herbicidas o arrasándola con herbívoros, para evitar la propagación de nematodos y otras plagas. Algunas variedades producen rendimientos sensiblemente más elevados, aunque el coste en fertilizantes y mantenimiento es igualmente alto; cada racimo completo de 'Giant Cavendish' puede alcanzar los 50 kg, con más de 350 frutos. Aunque el rendimiento económico de estas variedades es más alto, también imponen fuertes inversiones a los plantadores: mientras en Puerto Rico una investigación de 1981 determinó que una plantación tradicional costaba a sus productores unos 3.874,59 dólares estadounidenses por hectárea, produciendo a su vez un valor de mercado de U$S 6.021,58/ha y un rédito neto de U$S 2.146,99/ha, las ganancias podían más que duplicarse con cultivares más delicados, mejor fumigación y más cuidado, alcanzando los U$S 5.241,29/ha, pero a la vez la inversión necesaria se elevaba a U$S 5.268,52/ha, cifras difíciles de alcanzar para los pequeños agricultores. De acuerdo a la FAO, en 2009 se cosecharon 4.9 millones de hectáreas de plátano en todo el mundo. En términos de producción, la India cosechó casi 27 millones de toneladas colocándose indiscutiblemente en el primer lugar ya que supera en 18 millones de toneladas tanto al segundo como al tercer lugar que son Filipinas y China, cada uno con una producción de nueve millones de toneladas. La India, al contar con mejores rendimientos en relación con el resto de los principales productores, ha podido superar a Brasil, Filipinas y Tanzania quienes también dedican grandes extensiones de superficie para este cultivo. México por su parte, en 2009 ocupó el 9° lugar con 75.8 mil hectáreas, y una producción de 2.2 millones de toneladas, con una participación en la producción mundial de 2%. El promedio del rendimiento mundial en 2009 fue de 19.8 toneladas por hectárea, siendo Indonesia el país con el rendimiento más elevado a nivel mundial (59.7 Ton/Ha), seguido por Costa Rica (55.5), Guatemala (42.8), Egipto (40.7), India (36.1), Ecuador (35.3) y México y Colombia con rendimientos de 29.4 y 27.3 toneladas por hectárea, respectivamente. Al igual que en muchos otros cultivos, el régimen hídrico es la principal diferencia tecnológica en la producción del plátano. El rendimiento por hectárea en México en el año de 2009 fue de 41.2 ton/ha en la modalidad de riego y 22.7 ton/ha en temporal obteniendo un promedio de 29.4 toneladas por hectárea, sólo superado por Indonesia (59.7), Costa Rica (55.5), Egipto (40.7), Guatemala (42.8), India (36.0) y Ecuador (35.3). En México, la producción de plátano se concentra en las regiones costeras del Golfo de México y Océano Pacífico, abarcando 17 estados, de los cuales Chiapas, Veracruz, Tabasco, Nayarit y Colima, producen en conjunto 1.8 millones de toneladas anuales, que representan alrededor de 79% de la producción total nacional. BIOFERTILIZANTES También conocidos como bioinoculantes, inoculantes microbianos o inoculantes del suelo, son productos agrobiotecnológicos que contienen microorganismos vivos o latentes (bacterias u hongos, solos o combinados) y que son formulados bajo condiciones controladas de laboratorio para utilizarlos en los cultivos agrícolas para estimular su crecimiento y productividad mediante la optimización de su estatus nutricional y el control de patógenos. Biofertilizante compuesto por un consorcio de bacterias benéficas de los géneros Bacillus y Azospirillum que contribuye al aumento de la productividad de los cultivos a través de distintos mecanismos como la producción de hormonas que favorecen el desarrollo vegetal, la solubilización de nutrimentos inactivados del suelo, incremento del volumen de raíz y la protección contra enfermedades radiculares, foliares y del fruto causadas por hongos y microorganismos fitopatógenos tales como Xanthomonas, Clavibacter, Erwinia, Fusarium, Pythium, Rhizoctonia y Phytophthora, entre otros. Beneficios del uso de BactoCROP  Incrementa significativamente el desarrollo de las raíces  Aumenta el establecimiento de las plántulas y disminuye la pérdida de plantas  Acelera el desarrollo de plántulas, plantas adultas y frutos  Mejora la floración  Acorta los tiempos de cosecha  Alarga los tiempos de producción de las hortalizas  Promueve un crecimiento más uniforme de los cultivos  Incrementa la disponibilidad de nutrientes inactivados del suelo  Incrementa el rendimiento de los cultivos en hasta 25 a 30 % en el caso de hortalizas  Mejora la calidad de los frutos  Reduce el uso de pesticidas químicos  Ayuda a prevenir y controlar enfermedades bacterianas Biofertilizante compuesto por distintas cepas del hongo Trichoderma sp. que contribuye al aumento de la productividad de los cultivos a través de distintas actividades como activación de los sistemas de defensa de las plantas, solubilización de fósforo y otros nutrientes que favorecen el desarrollo vegetal y el control de enfermedades de raíz, hoja y fruto causadas por diversos variantes de los hongos fitopatógenos Fusarium, Sclerotium, Sclerotinia, Pythium, Rhizoctonia y Phytophthora, entre otros. Beneficios del uso de Trichonator  Incrementa significativamente la disponibilidad de nutrientes del suelo.  Mejora el desarrollo de plántulas, plantas adultas y frutos.  Disminuye la pérdida de plantas por complejos fúngicos.  Reduce el uso de fertilizantes fosfatados y fungicidas químicos  Disminuye la incidencia de enfermedades causadas por Verticillum, Mycosphaerella, Pythium, Fusarium, Phytophthora, Rhizoctonia y otros patógenos Beneficios del uso combinado de BactoCROP y Trichonator  Protección potenciada un mayor número de variantes de hongos y bacterias patogénicas de las plantas  Aumento altamente significativo de la biomasa radical  Incremento notable de los porcentajes y velocidad de la germinación  Optimización máxima del estatus nutricional de las plantas  Mayor aumento del establecimiento de plántulas al trasplante  Marcada aceleración del desarrollo de plántulas, plantas adultas y frutos  Incremento del rendimiento de los cultivos en hasta 25 a 35 % en el caso de hortalizas  Incremento de la calidad y calibre de los frutos (calidad de exportación)  Reducción significativa del empleo de fertilizantes nitrogenados y fosfatados, fungicidas y bactericidas químicos BactoCROP y Trichonator pueden emplearse en cualquier etapa del cultivo en el tratamiento de semillas, tubérculos, rizomas, plántulas en charola, semilleros y almácigos, y puede ser aplicado mediante los sistemas de riego, mochilas de aspersión o en la base de las plantas en ‘drench’ y el follaje durante las etapas fenológicas críticas del cultivo, preferentemente desde su establecimiento. Adicionalmente, en el cultivo de plátano, BactoCROP y Trichonator ayudan a combatir enfermedades fúngicas como son la Sigatoka negra (causada por el hongo Mycosphaerella fijiensis), Mal de panamá o "Veta amarilla"(causada por el hongo Fusarium oxysporum f. sp. Cubense), Ahogado del plátano o "Punta de cigarro" (Causado por el hongo Verticillium o Stachyllidium theobromae) y enfermedades bacterianas, principalmente la enfermedad conocida comúnmente como “Moko del plátano”, la cual es causada por la bacteria Pseudomonas (Ralstonia) solanacearum. Recomendaciones de manejo biológico con BactoCROP‐TH y Trichonator en plantaciones de Plátano (Musa paradisiaca L.). Aplicaciones por ciclo Producto Al suelo Foliar 3 kg 1.5 kg 1050 g 450 g Modo de empleo BactoCROP‐TH y Trichonator en Plátano Primera aplicación 1. La siembra del plátano se hace con material vegetativo, ya sean cormos (o rizomas) o hijuelos. Después de seleccionado, el material vegetativo se limpia de raíces, tierra y tejido vegetal descompuesto o dañado, cuidando de no lastimar las yemas, y se inocula con una solución de BactoCROP y Trichonator para fomentar el crecimiento vegetal y prevenir la diseminación y el ataque de enfermedades. La solución se prepara disolviendo 1 kg de BactoCROP‐TH y 350 gramos de Trichonator en 50‐
100 litros de agua. Los cormos que van a plantarse deben sumergirse en esta solución de cinco a diez minutos y después se procede a la siembra. 2. En cuanto las plantitas comienzan a emitir vástagos (2 meses aproximadamente después de la siembra) se procede a realizar una aplicación foliar, la cual se lleva a cabo con una mezcla de 500 g de BactoCROP‐TH y 150 g de Trichonator, disueltos en la cantidad de agua suficiente para asperjar una hectárea; la cantidad de agua a utilizar depende de la densidad de siembra. 3. En plantaciones ya establecidas la primera aplicación deberá realizarse lo más pronto posible para aumentar la eficiencia de protección de los biofertilizantes. La aplicación se realiza a las base de las plantas diluyendo 1 Kg de BactoCROP‐TH + 350 gramos de Trichonator en el sistema de riego (goteo o microaspersión). Inmediatamente después debe realizarse una aplicación foliar, mezclando 500 g de BactoCROP‐TH y 150 g de Trichonator con la cantidad de agua suficiente para asperjar una hectárea; la cantidad de agua a utilizar depende de la densidad de siembra. Esta aplicación debe ser dirigida tanto a las hojas como a los racimos. Aplicaciones subsecuentes 1. La segunda aplicación debe realizarse un mes y medio después de haber realizado la primera siguiendo las mismas indicaciones y aplicando una solución de los dos productos a la base de las plantas (1 kg de BactoCROP‐TH + 350 gramos de Trichonator en el sistema de riego), ya sea en riego por goteo o por microaspersión y una aplicación foliar (500 g de BactoCROP‐TH y 150 g de Trichonator, disueltos en la cantidad de agua suficiente para fumigar una hectárea). Esta aplicación debe ser dirigida tanto a las hojas como los racimos en formación. 2. La tercera aplicación se realiza un mes y medio después de haber realizado la segunda aplicación. Se recomienda realizar una cuarta y última aplicación de la mezcla de BactoCROP y Trichonator (a la base de las plantas y foliar) a mes y medio después de haber llevado a cabo la tercera aplicación NOTA: 
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En caso de que se empiecen a manifestarse síntomas de enfermedades fúngicas o bacterianas, se recomienda realizar aplicaciones foliares extras a las antes mencionadas, diluyendo 500 g de BactoCROP‐TH (para enfermedades bacterianas) o 500 g de Trichonator (para enfermedades fúngicas) en la cantidad de agua suficiente para fumigar una hectárea. Esta aplicación debe ser dirigida tanto a las hojas como al racimo. NO DISUELVA EL CONTENIDO TOTAL DE LA BOLSA DE BactoCROP EN UNA CANTIDAD DE AGUA MENOR A 200 LITROS. SI VA A DOSIFICAR EL PRODUCTO, MANTENGA SIEMPRE UNA PROPORCIÓN DE 100 g DE PRODUCTO POR CADA 30 A 40 LITROS DE AGUA. PARA EVITAR LA FORMACIÓN DE GRUMOS Y EL TAPONAMIENTO DE FILTROS Y/O BOQUILLAS, SE RECOMIENDA AGREGAR POCO A POCO EL PRODUCTO, MEZCLANDO VIGOROSAMENTE CON UNA VARA O AGITADOR O LAS BOMBAS DE LOS TANQUES DE ASPERSIÓN HASTA QUE EL PRODUCTO QUEDE COMPLETAMENTE DISUELTO. SI LOS SISTEMAS DE RIEGO EMPLEAN MALLAS DEMASIADO FINAS SE RECOMIENDA CRIBAR EL PRODUCTO YA DISUELTO EN AGUA CON UN TAMIZ Y POSTERIORMENTE REALIZAR LA APLICACIÓN. Una vez mezclado con agua, el producto debe ser utilizado dentro de las siguientes 24 hrs. Análisis de rentabilidad para el cultivo de plátano en Tabasco comparando los rendimientos esperados utilizando el programa de manejo convencional de los productores y el paquete biotecnológico BactoCROP y Trichonator Manejo tradicional sin biofertilizantes Año Precio medio rural ($/ton) Paquete tecnológico con BactoCROP‐TH ($1,300°°) y Trichonator ($500°°), 4 aplicaciones cada uno. Rendimiento (ton/ha) Valor de producción neto ($/ha) Rendimiento (ton/ha) Valor de producción bruto ($/ha) Costo Paquete Tecnológico BactoCROP Valor de producción neto ($/ha) Aumento neto del valor de la producción 2008 $2,173.83 51.87 $112,756.56 64.8375 $140,945.70 $7,200.00 $133,745.70 $20,989.14 2009 $1,892.26 52.33 $99,021.97 65.9358 $124,767.68 $7,200.00 $117,567.68 $18,545.71 2010 $2,689.28 43.36 $116,607.18 55.0672 $148,091.12 $7,200.00 $140,891.12 $24,283.94 2011 $1,829.27 45.28 $82,829.35 57.0528 $104,364.98 $7,200.00 $97,164.98 $14,335.63 2012 $1,833.12 44.4 $81,390.53 55.5 $101,738.16 $7,200.00 $94,538.16 $13,147.63 Promedio $2,083.55 47.448 $98,521.12 59.67866 $123,981.53 $7,200.00 $116,781.53 $18,260.41 Nota: Los resultados no incluyen los ahorros relacionados con la disminución de la aplicación de pesticidas y fertilizantes químicos para el control de enfermedades, ni tampoco las ganancias N obtenidas por el aumento en la calidad de las cosechas. Estos análisis tampoco incluyen los costos de producción ya que éstos varían de acuerdo al grado de tecnificación del cultivo. CONCLUSIONES Del cuadro anterior se puede concluir que es posible aumentar las ganancias netas obtenidas por hectárea de plátano en al menos $18,260.41°° mediante el paquete tecnológico de BactoCROP y Trichonator. Bibliografía Aragón P. de L., L.H. 1995. Factibilidades agrícolas y forestales en la República Mexicana. Ed. Trillas. México. 177 p. Baradas, M.W. 1994. Crop requirements of tropical crops. In: Handbook of agricultural meteorology. J.F. Griffiths Editor.Oxford Univ. Press. New York. pp. 189‐202. Benacchio, S.S. 1982. Algunas exigencias agroecológicas en 58 especies de cultivo con potencial de producción en el Trópico Americano. FONAIAP‐Centro Nal. de Inv. Agropecuarias. Ministerio de Agricultura y Cría. Maracay, Venezuela. 202 p. Doorenbos, J. y Kassam, A.H. 1979. Efectos del agua sobre el rendimiento de los cultivos. Estudio FAO: Riego y Drenaje No. 33. FAO. Roma. 212 p. Egbert, A.T. 1977. Banana. In: Ecophysiology of tropical crops (Alvim, O. de T. y Kozlowski, T.T. Editors). Academic Press. New York, USA. pp. 441‐460. Heuzé, V. and Tran, G. 2013. Banana (general). Feedipedia.org. A Programme by INRA, CIRAD, AFZ and FAO. http://www.feedipedia.org/node/4670 (15 enero 2013). Ruiz‐Corral, J.A., Medina‐García, G., González‐Acuña, I.J., Ortiz‐Trejo, C., Flores‐López, H. E., Martínez‐Parra, R.A. y Byerly‐Murphy, K.F. 1999. Requerimientos agroecológicos de cultivos. SAGARPA, INIFAP, CIRPC. Libro Técnico No. 3. Guadalajara, Jalisco, México. 324 p. Sistema de Información Agroalimentaria de Consulta (SIACON). 2014. SIAP, SAGARPA, México 2014.