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MEMORIA: UNA PERSPECTIVA GENERAL CON ÉNFASIS EN LOS
ASPECTOS DE DESARROLLO INTERPERSONAL Y
NEUROBIOLÓGICOS.
EXTRACTO
Objetivo: Repasar los descubrimientos recientes de la investigación de la memoria y
estudios científicos relacionados, y proporcionar una perspectiva de sus implicaciones
para la práctica clínica. Método: Se suman e integran en un marco de trabajo conceptual,
datos de investigación publicados de una gama de disciplinas científicas respecto a la
naturaleza interpersonal, neurobiológica y subjetiva del desarrollo de la memoria.
Resultados: La memoria es una propiedad fundamental de la mente humana que ha sido
el foco de investigación de una amplia gama de disciplinas académicas. Hallazgos
convergentes de estos estudios, sugieren que los elementos fundamentales de la
memoria pueden ser comprendidos mejor centrándose en sus orígenes en el cerebro y el
impacto de la comunicación social sobre su desarrollo. Conclusiones: Un enfoque
interdisciplinario es importante para los médicos que buscan comprender las variadas
capas de memoria que se desarrollan durante los primeros años de la vida. Palabras
Clave: Memoria, memoria implícita, memoria explícita, memoria autobiográfica,
neurobiología interpersonal y narrativa.
Este repaso proporcionará a los médicos clínicos e investigadores en salud mental infantil,
un conocimiento básico y una comprensión conceptual relevante para la investigación de
la memoria o interpretación de las evaluaciones clínicas del funcionamiento de la
memoria. El estudio de la memoria esta siendo llevado a cabo por una amplia gama de
disciplinas académicas incluyendo aquellas de psicología cognitiva, psicología de
desarrollo, neuropsicología, neurociencia cognitiva, psiquiatría, neurología, antropología y
psicolingüística. Por esta razón, una revisión básica de la memoria debe intentar
“trasladarse” a través de las diferentes disciplinas. Este artículo integra un nº de
disciplinas usualmente independientes tales como investigación de la relación,
neurociencia cognitiva y psiquiatría clínica y demuestra la utilidad de tal enfoque sintético.
Este resumen examina la naturaleza de la memoria, con un énfasis en los aspectos de
desarrollo, interpersonales, y subjetivos de este proceso fundamental de la mente
humana. Una aplicación más extensa de esta multidisciplina, “neurobiología interpersonal”
visión del desarrollo, relaciones y salud mental se puede encontrar en La mente en vías
de desarrollo: Hacia una neurobiología de experiencia interpersonal (). Esta perspectiva
nos capacita para ver cómo la mente se desarrolla delante de procesos neurofisiológicos
y experiencias interpersonales. Este artículo pondrá de relieve cómo la memoria puede
ser vista como el camino fundamental en el cual la mente se desarrolla a lo largo de toda
la vida.
Este sumario se centra en conceptos clínicamente relevantes. Una cobertura más
comprensiva de las metodologías de investigación está listada en las referencias de este
artículo. La evaluación clínica de la memoria requiere tareas apropiadas al desarrollo que
puedan ser ofrecidas en forma de un examen del estado mental, ensayos de memoria en
1
batería, ensayos neuropsicológicos en batería u otras medidas de la memoria. Los
detalles de la administración e interpretación de estas evaluaciones clínicas pueden ser
encontrados en libros de texto psiquiátricos y otras referencias básicas. A menudo, tales
tareas examinan las diferentes y variadas dimensiones de la memoria, tales como la
sincronización (inmediata, reciente o remota) aspecto del proceso (codificación,
almacenamiento y salida), estrategias utilizadas (tales como estrategias de pruebas y de
salida) modalidades perceptivas requeridas (visuales, auditivas) contexto de
dependencia(en qué situaciones ocurre el fallo de la memoria) y formas en las cuales la
actuación de la memoria afecta la vida del niño o del adolescente. Este artículo ofrecerá
un puente entre los variados y empíricos enfoques de investigación de la memoria y las
implicaciones clínicas de estos descubrimientos para el clínico.
UNA DEFINICIÓN GENERAL DE LA MEMORIA
Sólo recientemente nos ha sido posible aplicar el método científico para comprender los
elementos básicos de la memoria (). Conceptos erróneos pero comunes acerca de la
memoria incluyen los siguientes: que somos siempre conscientes de lo que hemos
experimentado, que cuando recordamos algo tenemos el sentimiento de recuerdo y que la
mente es capaz de hacer una especie de fotografía de las experiencias que se almacenan
sin modificación ulterior. Sin embargo, la estructura de la memoria es compleja y sensible
tanto a los factores externos como a los internos, conforme va construyendo el pasado, el
presente y el futuro anticipado ().
La memoria puede ser ampliamente definida como la forma en que sucesos pasados
afectan a funciones futuras. La memoria representa la forma en que el cerebro es
afectado por la experiencia y subsiguientemente altera sus respuestas. En otras palabras,
el cerebro experimenta el mundo y codifica esta interacción en una forma que altera
formas futuras de respuesta. Este proceso afecta tanto a la información como a la misma
naturaleza del proceso que codifica tal información.
Una forma de comprender el solape de los procesos de desarrollo y memoria es que el
cerebro responde a la experiencia por alteración en las fuerzas sinápticas o la creación de
nuevas conexiones sinápticas. El desarrollo cerebral puede ser también descrito por estos
mismos cambios sinápticos. En efecto, se requiere a menudo experiencia para activar
genes específicos para ser transcritos y producir las proteínas que permiten que tengan
lugar cambios estructurales al nivel neural (nervioso). Este aspecto del desarrollo
dependiente de actividad, significa que el desdoblamiento de las estructuras del cerebro
depende de la activación de las neuronas mismas. La experiencia crea actividad neural
que a su vez activa la maquinaria genética que permite la alteración de conexiones
sinápticas.
PROCESO DE LA INFORMACIÓN Y NEUROBIOLOGÍA
El cerebro está compuesto de una red neural similar a una tela de araña capaz de
dispararse en muchos patrones llamados “perfil neural neto” (). La estructura de la red
neural (nerviosa) le permite “aprender”, por un proceso de codificación que activa
2
inicialmente un conjunto específico de patrones asociados neuronales que son
distribuidos a través de todo el cerebro (). La conexión de neuronas en una red intrincada,
la estructura del cerebro, permite que ocurra el aprendizaje (). Es la activación de los
componentes de la red, los circuitos de neuronas, que altera las probabilidades de que
ciertos patrones se activen en el futuro. Si un cierto patrón fue estimulado en el pasado, la
probabilidad de activar un perfil similar en el futuro es mucho mayor. Si el patrón se
dispara repetidamente, la probabilidad de activación futura se incrementa mucho más. La
probabilidad incrementada se crea por cambios en las conexiones sinápticas dentro de la
red de neuronas. Los cambios a nivel de la membrana celular alteran la probabilidad de
activación de combinaciones específicas de neuronas (). El proceso de “potenciación a
largo plazo” es una forma en la que tal alteración de las fuerzas de conexión entre
neuronas ocurran (). Este proceso parece requerir la actividad coordinada de ambas
neuronas pre y post-sinápticas y la liberación de óxido nítrico. La duración de los cambios
en las fuerzas de las conexiones sinápticas pueden variar, desde niveles muy breves de
alteraciones químicas a intervalos extensos mediatizados por cambios estructurales en
conexiones nerviosas.
El patrón específico de la activación (disparo), la “energía” contenida dentro de un cierto
perfil de red nerviosa de neuronas activadas contiene dentro de él “información”. Esta
información se llama a menudo una “representación”. El sistema visual es capaz de
representar imágenes visuales mientras que el sistema auditivo es capaz de crear
representaciones de sonidos. Es más, regiones específicas pueden llevar a cabo formas
diferentes de proceso de información. Así, el proceso del lenguaje puede ser mediatizado
por circuitos primariamente dentro del hemisferio izquierdo mientras que representaciones
no verbales tales como otras expresiones faciales pueden ser realizadas primariamente
dentro del hemisferio derecho. Representaciones más complejas, tales como aquellas de
conceptos y categorías, pueden ser mediatizadas en regiones asociacionales del
neocórtex mientras que procesos representacionales más básicos, codifican información
acerca del cuerpo, tales como la respiración y pulso cardíaco, pueden estar localizadas en
regiones más profundas del cerebro.
Se piensa que la activación de patrones nerviosos de “disparos” crea procesos de
información en el cerebro. Las redes nerviosas complejas alteran las fuerzas de sus
interconexiones basadas en patrones de actividad. De esta manera, la red neuronal
aprende de sus experiencias pasadas. La probabilidad incrementada de activar un patrón
similar es como la red “recuerda”. La información está codificada y se libera a través de
cambios sinápticos que dirigen el flujo de la energía a través del cerebro.
La experiencia forma la estructura del cerebro a través del desarrollo cerebral
“dependiente de experiencia”. Al nacer, el cerebro infantil tiene una sobreabundancia de
neuronas con relativamente pocas conexiones sinápticas comparado con los altamente
diferenciados y conectados conjuntos de conexiones que se establecerán en los primeros
años de vida. Neurocientíficos de desarrollo describen una interacción entre el momento
determinado genéticamente y la especificidad de formación sináptica y sinaptogenesis
provocada primariamente por estimulación experimental. Algunos investigadores han
sugerido el término desarrollo de experiencia-esperada como el proceso en el cual las
conexiones entre neuronas se crean primariamente por información genética con su
subsiguiente mantenimiento que requiere cantidades mínimas de estimulación tales como
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la exposición a sonido o luz (). La formación sináptica involucra la activación de genes
para producir las proteínas que posibilitan que se hagan conexiones y se mantengan. Los
mismos genes así como la experiencia pueden activar la maquinaria genética para
producir sinapsis. La formación de la estructura cerebral se determina también por la
parcelación (reducción) de neuronas y sinapsis que no son estimuladas por la experiencia
o son destruidas por influencias tóxicas, tales como una producción excesiva de la
hormona del estrés.
La memoria, como el desarrollo cerebral, implica alteraciones en la conexión entre
neuronas (). Las alteraciones químicas refuerzan las asociaciones entre neuronas para
codificación a corto plazo; la memoria a largo plazo implica la activación de la maquinaria
genética requerida para el establecimiento de nuevas conexiones sinápticas. La
experiencia implica la activación de patrones neuronales de disparos. Este disparo neural
puede a su vez activar genes con los núcleos de neuronas que llevan a la sinapsis y a la
creación y refuerzo de las conexiones entre las neuronas funcionalmente conectadas ().
El término dependiente de experiencia se refiere al proceso general por el cual las
conexiones de neuronas se mantienen, se refuerzan o se crean como un resultado de la
experiencia.
“El trabajo reciente sobre la plasticidad en los córticos sensoriales, ha introducido la idea
de que la estructura del cerebro aún en el córtex sensorial es única para cada individuo y
depende de la historia experimental individual” (). Lo que nosotros pensamos usualmente
de lo que es la “memoria” se refiere a la forma en la cual los sucesos pueden influenciar el
cerebro y su actividad futura.
LOS PROCESOS DE LA MEMORIA
El impacto inicial de la experiencia, lleva a una activación del disparo neuronal que es una
parte de la codificación de la memoria. El paso próximo es el almacenaje de la memoria
que es la probabilidad incrementada de que un perfil similar sea activado de nuevo. No
hay “un armario de almacén” en el cerebro en el cual se coloca algo y luego se saca
cuando se necesita. El “almacenaje de la memoria” es el cambio en probabilidad de
activar una red nerviosa particular en el futuro. La liberación es la activación actual del
perfil de la red nerviosa potencial que se parece pero no es idéntica al perfil activado en el
pasado.
La red nerviosa del cerebro puede activar un conjunto de disparos asociados anatómica y
cronológicamente en respuesta al medioambiente. Este perfil está codificado, almacenado
y capaz de ser liberado basado en el axioma simple definido por Donald Hebb () de que
“las neuronas que pueden disparar juntas a un tiempo tenderán a disparar juntas en el
futuro”. Otra forma de decir esto es que “las neuronas que disparan juntas se conexionan
juntas”. Esta es la esencia de cómo la red nerviosa recuerda.
Estudios recientes sugieren que dada la tarea de visualizar un objeto, las partes del
cerebro responsables para el proceso visual se volverán activas (). Así la mente es capaz
de generar un patrón de disparos nerviosos al tiempo de ver con los ojos o imaginar con
la mente. Las representaciones aparecen en muchas formas incluyendo las perceptivas
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(como visualizar la Torre Eiffel), semánticas (como ver las palabras “Torre Eiffel” y
conocer su significado) y también como sensoriales (tales como sentir hambre) ().
Nuestras memorias están basadas en el enlace de varios aspectos de estos patrones de
activación nerviosa. Estas conexiones asociativas hacen más probable que sean
activados ítems simultáneamente durante el proceso de liberación. Esto entonces conecta
representaciones con un amplio campo de procesos mentales internos únicos a cada
individuo. Estudios de la imagen del cerebro sugieren que la representación de una
experiencia puede ser almacenada en regiones particulares del cerebro tales como las
áreas preceptúales en la parte posterior del neocórtex que fueron inicialmente activadas
en respuesta a la experiencia. La codificación y liberación de procesos, puede ser llevada
a cabo a través de distintas regiones (tales como en el córtex izquierdo y derecho orbito
frontal respectivamente) (). De esta forma regiones específicas pueden mediatizar un
proceso por el cual patrones nerviosos (representaciones) se activan y se unen en el acto
de codificar o recoger (). Lo que se almacena son las probabilidades de que se activen
neuronas en un patrón específico no en una “cosa” actual.
En la investigación de la memoria, el impacto inicial de una experiencia en el cerebro ha
sido llamado un engram (). Los científicos han nombrado al menos dos tipos de memoria.
Una memoria verbalmente accesible ha sido llamada explícita o declarativa. Otra forma
distinta de la memoria se llama implícita o no declarativa. Los investigadores han usado
varios nombres tales como, pronto contra tarde, no declarativo contra declarativo,
procedimiento contra semántico / episódico e implícito contra explícito (). Para los
propósitos de este artículo utilizaremos los términos implícito y explícito para identificar
estos sistemas funcionales distintos (Tabla 1).
La teoría del trazo describe un proceso de codificación similar. En esta visión un engram o
trazo de memoria tiene ambos; una noción general y detalles específicos (). Con el
tiempo, los detalles de una experiencia pueden comenzar a difuminarse y convertirse en
menos “unidos”. La noción general sin embargo, puede quedar totalmente exacta y
fácilmente accesible o liberable. Cuando se trata de liberar “una memoria original” uno
puede estar de hecho llamando la noción primeramente y entonces más tarde tratar de
reconstruir los detalles. Este proceso de reconstrucción puede ser influenciado
profundamente por el medio ambiente presente, el contexto mismo en cuestión y otros
factores tales como emociones actuales y nuestra percepción de las expectativas de
aquellos escuchando la respuesta (). La memoria es un proceso activo en el cual aun las
experiencias más “concretas”, tales como recordar una estructura arquitectónica son
procesos representacionales actualmente dinámicos. Recordar no es meramente la
reactivación de un viejo engram; Es la construcción de un perfil de red nerviosa con
rasgos del viejo engram y elementos de memoria de otras experiencias así como
influencias del estado mental presente.
Para los clínicos, estas cuestiones deberían ser tenidas en cuenta cuando se entrevistan
niños acerca de eventos pasados incluyendo un trauma. Lo fundamental de una situación
puede ser dicho con gran exactitud pero los detalles pueden estar más sujetos a
influencias de la experiencia continuada. El recuerdo puede ser extremadamente exacto;
puede también ser susceptible a las experiencias continuadas de influencia social y el
desarrollo de un proceso narrativo más largo.
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MEMORIA IMPLÍCITA: MODELOS MENTALES, COMPORTAMIENTOS, IMÁGENES Y
EMOCIONES
Desde los primeros días de vida, los infantes perciben activamente el medio ambiente que
les rodea. La investigación ha demostrado que son capaces de mostrar recuerdos de
experiencias en la forma de comportamiento, percepción emocional y posiblemente
aprendizaje somatosensorial (). Los investigadores pueden demostrar, por ejemplo, que
los niños pueden volver sus cabezas a un estímulo aprendido. Pueden percibir muestras
visuales incluso relacionar estas a otras modalidades preceptúales tales como toque o
sonido (). Si se asustan por un ruido fuerte asociado con un juguete particular se
mostraran alterados cuando se les enseñe aquel juguete en el futuro. Estas formas de
memoria se llaman implícitas. Están disponibles muy pronto en la vida y cuando se liberan
no se cree que lleven con ellas la sensación interna de que algo ha sido recordado.
La memoria implícita implica partes del cerebro que no requieren un proceso consciente
durante la codificación o liberación (). Cuando la memoria implícita se libera, los perfiles
de red nerviosa que se reactivan involucran circuitos en el cerebro que son una parte
fundamental de nuestra experiencia de vida diaria tal como comportamientos, emociones
e imágenes. Estos elementos implícitos forman parte de la base para nuestro sentido
subjetivo de nosotros mismos: nosotros actuamos, sentimos e imaginamos sin reconocer
la influencia de experiencias pasadas en nuestra realidad presente.
La memoria implícita se apoya en estructuras cerebrales que están presentes en el
nacimiento y permanecen disponibles a través de toda la vida. Estas estructuras incluyen
la amígdala y otras regiones límbicas para memoria emocional, los ganglios basales y el
córtex motor para la memoria del comportamiento y los córtices preceptúales para la
memoria perceptual.
Con experiencias repetidas, el cerebro infantil – funcionando con su red nerviosa de
rápido desarrollo, procesador paralelo – es capaz de detectar similaridades y diferencias a
través de experiencias y modalidades de percepción. De estos procesos comparativos la
mente infantil es capaz de hacer “sumas” o representaciones generalizadas de
experiencias repetidas como codificadas en estas áreas del cerebro. Esto es un aspecto
fundamental del aprendizaje. Estas generalizaciones forman la base de los modelos
mentales o esquemas que ayudan a la mente a interpretar experiencias presentes así
como anticipar experiencias futuras. Los modelos mentales son un componente básico de
la memoria implícita.
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TABLA 1:
Tipos y Características de la Memoria.
Formas de la Memoria.
Temprana, no declarativa, procedural, implícita, contra
Tardía, declarativa, episódica / semántica, explícita.
Desarrollo biológico de la memoria.
Sistemas de procesos implícitos (memoria temprana): Presente al nacer.
Sistemas de procesos explícitos (memoria tardía):
Semántica: Desarrollada inicialmente de uno a dos años de edad.
Autobiográfica: Desarrollo progresivo con aparición con el 2º año de vida.
Memoria implícita
Una forma de memoria carente de la experiencia subjetiva interna de “recuerdo” de sí
mismo o del tiempo. Implica modelos mentales e “imprimación”.
Incluye memoria de comportamiento emocional perceptual y tal vez somatosensorial.
Atención focalizada no se requiere para codificación.
Está mediatizado a través de los circuitos del cerebro implicados en la codificación inicial
e independiente del lóbulo / hipocampo mediático temporal.
Memoria explícita
Una forma de memoria que requiere una percepción consciente para codificar y tener el
sentido subjetivo del recuerdo (y, si autobiográfico, de si mismo y del tiempo).
Incluye memoria semántica (factual) y episódica (autobiográfica).
Se necesita atención focalizada para codificar.
Se requiere proceso hipocampal para el almacenamiento.
La consolidación cortical hace que sucesos seleccionados sean una parte de la memoria
permanente.
Los modelos mentales ayudan a la mente a buscar experiencias u objetos familiares y a
conocer qué se puede esperar de lo que les rodea. Las desviaciones de lo usual pueden
ser determinadas de forma que el mundo se convierte en un lugar familiar y negociable
para vivir. Estudios de niños y adultos sugieren que las influencias preceptúales están
basadas en estos modelos mentales inconscientes (). El cerebro puede denominarse
como “máquina de anticipación” constantemente escaneando el medio ambiente y
tratando de determinar que va a ocurrir (). Las experiencias anteriores conforman
nuestros modelos anticipatorios y así el termino memoria prospectiva se ha utilizado para
describir como la mente intenta “recordar el futuro” basado en lo que ha ocurrido en el
pasado (). La preparación para la respuesta se mejora anticipando el momento siguiente
en el tiempo, lo que el mundo puede ofrecer ahora y qué comportamiento iniciar en
respuesta.
Los modelos mentales, las generalizaciones de pasadas experiencias son la esencia del
aprendizaje. Anticipando el futuro puede ser un componente fundamental de la memoria
implícita del más complejo y deliberado aspecto de la planificación para el futuro.
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IMPLICACIONES DEL DESARROLLO DE LA MEMORIA IMPLÍCITA: APEGO Y CARIÑO
Y LOS PRIMEROS AÑOS DE LA VIDA
En el primer cumpleaños del niño, las muestras repetidas de aprendizaje implícito están
profundamente codificadas en el cerebro. En efecto, estudios de apego muestran
diferencias notables en el comportamiento del niño cuando está con uno de los dos
padres. Los estados mentales del infante cuando están con su madre pueden afectarlo
diferentemente de aquellos que se activan cuando está con su padre. Esto puede ser el
origen de las diferencias que pueden ser vistas entre el apego de un niño a cada uno de
los padres. A los 18 meses la madurez del cerebro del niño ha permitido el florecer de la
comprensión y expresión del lenguaje.
Los patrones de los estados de la mente particulares en el infante se codifican como una
forma implícita de memoria. Experiencias repetidas de terror y miedo pueden ser
impresas en los circuitos del cerebro como estados de la mente. Con sucesos crónicos
estos estados pueden ser más prontamente activados (liberados) en el futuro tal que se
convierten en rasgos característicos del individuo (). De esta manera, nuestras vidas
pueden formarse por reactivaciones de memoria implícita que carecen de un sentido de
que algo haya sido recordado. Simplemente entramos en estos estados pregrabados y los
experimentamos como la realidad de nuestra experiencia presente.
Los conocimientos de las formas en los cuales las experiencias tempranas han formado el
sistema de memoria implícita, pueden ayudar a comprender una variedad de aspectos de
las relaciones humanas. Estando con una persona particular se pueden activar distintos
modelos mentales que afectan a las percepciones, emociones, comportamientos y
creencias del individuo en respuesta a otra persona. Cada uno de nosotros filtra nuestras
interacciones con otros a través de las lentes de los modelos mentales creados desde
patrones de experiencia en el pasado. Estos modelos pueden desplazarse rápidamente
fuera de la conciencia a veces, creando transiciones abruptas en estados de mentes e
interacciones con otros. De esta forma, la “transferencia” – la activación de viejos modelos
mentales y estados de la mente de nuestras relaciones con figuras importantes del
pasado – sucede todo el tiempo en lugares tanto dentro como fuera de las suites de
psicoterapia.
MEMORIA EXPLÍCITA: HECHOS, EVENTOS Y CONCIENCIA AUTOBIOGRAFICA
Allá por el segundo cumpleaños, los niños han desarrollado una nueva capacidad: hablar
de sus recuerdos de los sucesos del día y recordar experiencias más distantes del
pasado. Esta habilidad de tener memoria explícita es paralela a la madurez del lóbulo
temporal medio (incluyendo el hipocampo) y del córtex órbitofrontal (). Cuando se liberan
recuerdos explícitos la gente tiene la sensación interna de “estoy recordando”. Dos formas
de memoria explícita; la semántica (factual) y episódica (autobiográfica o uno mismo en
un episodio en el tiempo).
El desarrollo de los aspectos únicos de la memoria explícita implica un número de
dominios en la experiencia del niño. Un sentido de secuencia que se piensa ser una
función del hipocampo como un “trazador de mapas cognitivo” se desarrolla durante el
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segundo año de vida del niño(). Recordando el orden en el cual ocurren los sucesos en el
mundo permite al niño desarrollar un sentido del tiempo y de la secuencia. Los chicos
vienen a esperar, con intensos y apasionadas reacciones a las desviaciones, que es la
norma por la que se viene primero y se vuelve después. Asociado con esta habilidad del
hipocampo está el establecimiento de un mapa interno. La pérdida de las funciones
hipocampales en animales, por ejemplo conduce a la pérdida de memoria para recorrer
un laberinto (). En contraste, ambientes enriquecidos han demostrado incrementar el
número de neuronas en el hipocampo (). Este trazador cognitivo es capaz de crear un
sentido del mundo a través del tiempo. La memoria explícita permite a la mente tener un
sentido de espacio y tiempo y recordar donde están las cosas y cuando estaban allí.
En tanto los niños crecen en su segundo año comienzan a desarrollar una imagen más
compleja de ellos mismos en el mundo. Este sentido de uno mismo ha sido identificado
por estudios que examinan por ejemplo como los niños responden al verse en el espejo
con una marca roja colocada en su cara. Ellos notan algo diferente en su reflexión lo que
sugiere que tienen una imagen mental de lo que es su apariencia usual. A los 18 meses
son capaces de tocarse ellos mismos al explorar la marca roja. En el 2º año el niño
desarrolla un sentido de mundo físico del tiempo y la secuencia y de uno mismo todo cual
forma el fundamento de la memoria explicita autobiográfica (). Antes de esta edad los
sucesos en la vida del niño pueden haber sido recordados (“memoria de suceso”) pero se
piensa que estos recuerdos son de experiencias sin un sentido enriquecido de uno mismo
a través del tiempo, lo cual es el identificador del recuerdo autobiográfico (episódico) ().
Estudios recientes de neuroimagen sugieren que la memoria para hechos (memoria
semántica) –incluyendo sucesos –, es funcionalmente distinta de la memoria de uno
mismo a través del tiempo (episódico) (). La memoria semántica permite representaciones
proporcionales –símbolos de hechos externos o internos que pueden ser declarados
lingüísticamente o gráficamente y pueden ser evaluados como “verdaderos” o “falsos”. Tal
conocimiento semántico ha sido llamado noesis y nos permite conocer acerca de los
hechos en el mundo. En contraste, la memoria autobiográfica o episódica requiere una
capacidad denominada autonoesis (conocimiento de uno mismo) y parece ser
dependiente del desarrollo de regiones corticales frontales del cerebro. Estas regiones
atraviesan por desarrollos rápidos de experiencia – dependencia durante los primeros
pocos años de vida () y posiblemente continúan en los adultos. La habilidad de la mente
humana para llevar a cabo un “viaje mental a través del tiempo”, de tener un sentido del
recuerdo de uno mismo en un tiempo particular en el pasado, conciencia de uno mismo
en el presente, y proyecciones de uno mismo en el futuro imaginado, son las únicas
contribuciones de la conciencia autonoética ().
A mediados del 3er año de vida, un niño ha comenzado ya a unirse a sus padres en los
cuentos mutuamente construidos y tejidos a partir de sucesos de su vida real e
imaginaciones (). La riqueza del conocimiento propio y las narrativas autobiográficas
parecen ser mediatizadas por los diálogos personales en los cuales los cuidadores coconstruyen narrativas acerca de sucesos externos y los internos, experiencias subjetivas
de los caracteres (). De esta forma, podemos lanzar hipótesis de que las experiencias de
apego o cariño - esto es la comunicación con padres y otros cuidadores – pueden
directamente ensalzar la capacidad para la conciencia autonoética en el niño. En ciertas
clasificaciones de apego ambos padres y el niño pueden revelar una escasez en el grado
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de complejidad y coherencia de sus narrativas autobiográficas. Este descubrimiento ha
sido observado en las parejas de adultos “desechados” y sus hijos que tiene una relación
“editadora” respecto a ellos ().
LAS FASES Y EL TIMING DE LA MEMORIA
El proceso de codificación para ambas formas de memoria explícita –semántica y
episódica- parece requerir atención focal, consciente y dirigida para activar el hipocampo
(). Cuando ocurre la codificación, estímulos son situados inicialmente en la memoria
sensorial que dura aprox. de ¼ a ½ segundo. Este “almacén sensorial” contiene las
activaciones iniciales nerviosas del sistema perceptual (o de percepción). Sólo una
porción seleccionada de las cosas de este gran e inmediato proceso sensorial se colocan
en la memoria de trabajo durando hasta ½ minuto (si no hay una repetición ulterior). Si la
mente ensaya o refresca la actividad de estos circuitos activados de la memoria de trabajo
entonces las cosas pueden ser o mantenidas por periodos más largos en este lugar (tales
como practicar un numero de teléfono durante el tiempo para marcarlo repetidamente si la
línea esta ocupada) o colocarlo en una almacén a largo término. La memoria de trabajo
similar a la noción de memoria “a corto plazo” corresponde a lo que los clínicos llaman
memoria “inmediata”.
La memoria de trabajo se ha llamado la pizarra de la mente. La memoria de trabajo es el
proceso mental implicado cuando decimos que estamos pensando sobre algo y nos
permite reflejarnos en el presente y en el pasado (). Cuando nosotros pensamos
conscientemente en un problema o en un suceso, la memoria de trabajo nos permite
mentalmente conectar varias representaciones y manipularlas. Los estudios de imagen
han indicado que el córtex dorso-lateral pre-frontal es la región que se cree como un
mediador primario de la memoria de trabajo ().
La memoria de trabajo no requiere el proceso de trascripción y traducción que capacita a
los genes para promover la producción de proteínas (). La memoria de trabajo se piensa
que esta mediatizada por las alteraciones transitorias químicas en la “conectividad
sináptica” o las fuerzas funcionales de conexiones entre neuronas asociadas. Por el
contrario la codificación en la memoria a largo plazo parece ser dependiente de la
activación de genes con la producción resultante en proteínas y la alteración en estructura
sináptica y de aquí la conectividad estructural nerviosa. El producto de tales
codificaciones y procesos nerviosos conduce al componente más duradero y estable
memoria a largo plazo.
La memoria explícita a largo plazo se cree que es el proceso por el cual las cosas se
almacenan para períodos extensos más allá de la memoria de trabajo (). Por ejemplo,
recordar el número de teléfono de un amigo cercano requiere que se coloque en un
almacén a largo plazo. Recordar el número de teléfono de una tienda que usted necesita
llamar solamente una vez, requiere memoria de trabajo para recordar aquellos dígitos
justo el tiempo necesario para marcar el número. Después de la llamada, el número de la
tienda desaparece de cualquier almacenaje explícito y duradero. Si la memoria de trabajo
persiste estaríamos bombardeados por información irrelevante. Colocando algo
necesitado en una memoria a largo plazo nos permite recordar datos importantes. Cuando
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pedimos a otros que recuerden sus experiencias del mes pasado estamos en efecto
requiriendo que activen un proceso representacional que ha sido “almacenado” como una
probabilidad incrementada de activarse dentro de una red nerviosa. Esto se lleva a cabo
mediante alteraciones en las fuerzas sinápticas dentro de la red. El recuerdo puede ser
visto como la activación actual de este potencial o representación latente.
El hipocampo es esencial tanto para la codificación como la liberación de memoria
explícita a largo plazo. La conexión a los circuitos del córtex dorso-lateral pre-frontal
puede ser el mecanismo para acceder a la memoria de trabajo por lo que las
representaciones pueden ser examinadas conscientemente, manipuladas y pasadas a
otros (). Las evaluaciones clínicas de memoria “reciente” o “remota” a menudo
corresponden a la noción de investigadores de memoria “a largo plazo”.
Para que un elemento de la memoria a largo plazo se convierta en parte de la memoria
permanente explícita debe ocurrir un proceso llamado consolidación cortical (). Aunque el
mecanismo específico no se ha elucidado todavía, la consolidación cortical puede requerir
una activación inconsciente o un proceso de ensayo que permite que se almacenen
representaciones en el “córtex asociacional” (). Esta región del córtex cerebral parece
integrar representaciones de una variedad de partes del cerebro. En la consolidación
cortical, la información está finalmente libre de la necesidad del hipocampo para su
liberación. Este proceso de consolidación parece depender del estado de sueño con
movimientos rápidos del ojo que se cree que trata de dar sentido a las actividades diarias
(). Aunque lleno con una combinación de activaciones al parecer aleatorias, los aspectos
de las experiencias diarias y los elementos del más distante pasado, sueños pueden ser
una vía fundamental en la cual la mente consolida la miríada de recuerdos explícitos en
un conjunto coherente de representaciones para la memoria permanente.
La investigación respecto a los detalles del proceso de consolidación esta todavía en su
infancia (). La consolidación cortical puede llevar semanas, meses o quizás años para que
ocurra. Por ejemplo, si un adolescente tiene una lesión en la cabeza producto de un
accidente en moto el día 1 de diciembre puede perder los recuerdos de sucesos ocurridos
en noviembre y octubre pero ser capaz de recordar aquellos de septiembre y antes. Esto
se llama amnesia retrógrada e implica problemas en la habilidad de su hipocampo para
liberar memorias todavía no consolidadas. Puede también experimentar dificultades
severas en recordar sucesos después del accidente llamada amnesia anterógrada. Esto
es debido a la inhabilidad de su dañado hipocampo para codificar nuevos elementos en la
memoria explícita a largo plazo. La habilidad del adolescente para codificar o liberar cosas
de la memoria implícita puede estar intacta. La memoria implícita puede ser evaluada a
través de medidas “indirectas” de la memoria tales como aquellas que evalúan “la
imprimación”. Por ejemplo, él puede aprender nuevas habilidades y tener asociaciones
emocionales de sucesos recientes pero puede ser incapaz de recordar cuando adquirió el
nuevo conocimiento o de tener un sentido del tiempo o una conexión propia con los
recuerdos.
Usualmente, la codificación implícita de un suceso está asociada con su homólogo
explicito. La codificación explícita requiere una atención consciente y focalizada; se
procesa a través de las fases iniciales de codificación en la memoria de trabajo y
entonces se procesa a través de la memoria a largo plazo en su camino hacia la
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consolidación cortical. Hay ciertas situaciones sin embargo, en las que hay una
disociación entre la memoria implícita y la explicita. Amnesia infantil o de niñez (discutido
abajo): la memoria implícita esta intacta pero el recuerdo explícito especialmente la
memoria episódica está dañada. Otros ejemplos incluyen la amnesia hipnótica, los efectos
de ciertas medicinas (tales como las benzodiacepinas), anestesia quirúrgica, condiciones
neurológicas tales como el Síndrome de Korsakoff y el fenómeno de atención dividida (es
decir, el experimento de escucha dicótica). El recuerdo indirecto, es una medida de
memoria indirecta que evalúa la memoria implícita (). El cerebro del sujeto codifica la
información implícitamente de forma que el cerebro está “preparado”, es decir preparado
para extraer la información cuando se da una vista sin un sentido consciente del recuerdo
de la experiencia. Sin una atención focalizada las cosas no pueden codificarse
explícitamente. La memoria implícita puede estar intacta pero la memoria explícita está
dañada por ese estímulo o suceso ().
LA EXPERIENCIA SUBJETIVA DE LA MEMORIA
El proceso narrativo autobiográfico está directamente influenciado por ambas, la memoria
implícita y la explicita. A través de la conciencia autonoética somos capaces de realizar
“viaje mental a través del tiempo” creando representaciones de uno mismo en el pasado
en el presente y en el futuro (). Cuando el niño se desarrolla en el 3er año de vida el córtex
órbitofrontal se vuelve capaz de mediatizar la memoria episódica y la autonoesis. Los
sucesos se codifican cómo son experimentados personalmente, mientras el niño se
mueve de tener solo conocimiento semántico (factual) de sucesos a también ser capaz de
tener memoria episódica (autobiográfica) (con un sentido de si mismo y del tiempo).
Ambos modelos mentales implícitos y autogénesis explícita capacitan la mente para
prepararla para el futuro.
Cuando se libera la memoria semántica o la episódica explícita hay una sensación interna
de “estoy recordando algo”. Esto distingue el recuerdo explícito del implícito en el cual no
hay tal sentido subjetivo de recuerdo. Las memorias explícitas toman un variado número
de formas. La memoria semántica recuerda información factual (tal como las capitales de
los países de Europa). Si recordamos que estuvimos una vez allí pero no podemos llamar
a la sensación de uno mismo en el tiempo en este viaje, entonces esto refleja solamente
una memoria semántica para un suceso experimentado personalmente. Los estudios
recientes de la neurociencia soportan la noción de que el recuerdo semántico de sucesos
carecientes de un sentido de uno mismo es totalmente diferente del recuerdo episódico ().
La conciencia noética (conocer el hecho de que uno estuvo una vez en Europa) se piensa
que es distinta de la conciencia auto noética (recordar la propia experiencia del viaje). El
recuerdo episódico activa las representaciones de la memoria autobiográfica y evoca el
sentido de uno mismo en el tiempo, que lo diferencia de los recuerdos semánticos. Estas
distinciones pueden ser importantes para comprender la naturaleza de los recuerdos en
niños y adolescentes que han experimentado sucesos traumáticos.
Dentro de la memoria explícita autobiográfica, podemos encontrar un número de
variaciones. Por ejemplo, una adolescente puede recordar un sentido general de ella
misma, es decir de su último año en secundaria. Este recuerdo de episodio genérico se
puede pensar como un sumario de un año de episodios específicos. En un sentido, esto
12
es un concepto en sí mismo o un esquema hecho conscientemente acerca de uno mismo
durante el año. Puede ser capaz de recordar también un suceso específico durante aquel
tiempo tal como su último día en la escuela secundaria. Al liberar esa memoria, puede
recordarla como un suceso que puede observar desde una distancia, esto es, un recuerdo
observador que algunos pueden considerar una forma distanciada de liberación episódica
pero otros lo etiquetarían como una memoria de suceso dentro del recuerdo semántico ().
En contra, puede recordar el suceso como si estuviera actualmente allí, un recuerdo
participativo o de campo. En este caso seria capaz de ver cosas desde su perspectiva
actual. La memoria observativa parece involucrar una intensidad menos emocional que
los recuerdos de campo. La autonoesis evoca así elementos de la experiencia vivida por
uno mismo más bien que las representaciones meramente proposicionales (factuales) de
conciencia noética.
Los aspectos claros de la experiencia de la memoria se piensa que involucran centros
diferentes de la activación cerebral (). Por ejemplo, el recuerdo semántico parece implicar
un dominio de la parte izquierda sobre la derecha de la activación del hipocampo. El
recuerdo autobiográfico, en contraste, involucra más la parte derecha del hipocampo y el
córtex derecho órbitofrontal (). Esta distinción puede revelarse cuando sentimos que un
hecho es conocido sin ningún sentimiento de que sea parte de nuestra experiencia en la
vida. Esto puede ayudarnos también a comprender el descubrimiento de la activación
incrementada del hemisferio derecho en la actividad cortical visual durante el recuerdo de
memorias traumáticas no resueltas ().
Estudios recientes revelan las distinciones significativas entre la memoria semántica y la
episódica (). Para la memoria semántica, la conciencia noética permite hechos acerca del
mundo. La conciencia noética es la focalización de la atención en un aspecto particular de
las representaciones semánticas. Aunque la memoria semántica y la episódica tienen
mucho en común –son accesibles flexiblemente, tienen capacidades virtualmente
ilimitadas para representar “datos”, están codificadas con trazos o rasgos contextuales y
pueden ser liberadas en forma declarativa utilizando lenguaje ó dibujo de hecho parece
ser que sean mediatizadas por mecanismos algo distintos ().
La conciencia autonoética se crea dentro de las variadas capas de la función del lóbulo
frontal (). Éstas incluyen una capacidad integradora en la cual información almacenada
posteriormente puede ser organizada y secuenciada en un conjunto de representaciones
significativas, funciones ejecutivas que proporcionan un control más global de los
procesos cerebrales ampliamente distribuidos y la mediación de la propia reflexión y de la
cognición social (). La memoria episódica esta mediatizada en circuitos muy próximos a
aquellos con las funciones ejecutivas integradas, que crean la propia conciencia social. “El
viaje mental en el tiempo” es un proceso activo de construcción mental que crea él mismo
dentro de un mundo social. Varias líneas de investigación independientes señalan las
regiones prefrontales –especialmente el córtex órbitofrontal en el hemisferio derecho–
como un área crucial para la memoria integradora (), apego (), emoción (), representación
corporal y regulación () y cognición social (). Los niños revelan diferencias claras en su
capacidad de reflexión auto noética que pueden ser debidas en parte al desarrollo
diferencial de sus regiones prefrontales integrantes. La investigación del apego y los
estudios de memoria de psicología del desarrollo, sugieren que las interacciones entre
padres e hijos pueden tener un efecto directo sobre la capacidad del niño para el recuerdo
13
autobiográfico. Una explicación plausible para este descubrimiento es que las regiones
prefrontales tienen una respuesta exquisita a la experiencia social y son también las
regiones responsables de la autonoesis.
El proceso de reactivar representaciones de la memoria explícita es a menudo
dependiente de los rasgos del ambiente interno y externo. Cuando hay una identificación
entre la pista de liberación y la representación de memoria el proceso se llama ecphory.
La ecphory depende de los rasgos del estímulo licitante y la forma en la cual la
representación se ha “almacenado” en la memoria. Este efecto del contexto sobre la
liberación de la memoria explícita, revela como esta liberación se magnifica cuando las
condiciones tienen similitudes en el mundo físico (vistas, sonidos olores) o en un estado
de la mente (emociones, modelos mentales, estados de excitación general) con aquellos
que estaban presentes en el tiempo de la codificación inicial. En esta forma, la memoria
explícita se dice ser contexto-dependiente. El hipocampo es capaz de codificar su mapeo
cognitivo en experiencias dándoles un contexto en el cual éstas son registradas y
almacenadas. Las representaciones actuales de tales experiencias se piensa que son
almacenadas en porciones más posteriores del cerebro. Las regiones prefrontales se cree
que realizan el proceso de crear “un estado de liberación” episódico, en el cual puede
ocurrir una identificación (ecphory) entre la pista de liberación y la representación
almacenada (). Cuando los niños maduran sus capacidades para desarrollar “estrategias
de liberación” que les capacitan para tener recuerdos espontáneos más elaborados o
indiciados puede depender del desarrollo de las regiones prefrontales. Tal desarrollo se
ve primero durante los años preescolares ().
Los individuos pueden tener recuerdos los cuales carecen de una comprensión de cómo
las pistas o indicios contextuales les han llevado a que sean recordados sucesos
específicos. La exploración de estas memorias puede ser realizada buscando una
identificación entre los rasgos presentes en el tiempo de la liberación y en el tiempo del
suceso original. Tal búsqueda puede revelar a veces el significado de una emoción
subyacente o la idea de un recuerdo particular. Sin embargo, el sentido del viaje mental
en el tiempo por sí mismo no significa que el recuerdo es exacto: meramente implica que
los circuitos de la conciencia auto noética prefrontalmente mediatizados están
involucrados en la activación de representaciones generadas internamente o
almacenadas –no que haya ocurrido la ecphory. De esta manera, las regiones
prefrontales pueden intentar crear conjuntos de representaciones exactas. Si son exactas
o no pueden llevar un sentido del propio recuerdo del pasado. Esto puede ser visto como
una “sensación ecfórica” que tiene un sentido de convicción de que la memoria recordada
es verdaderamente exacta. Podemos tener un sentido claro que algo sucedió cuando de
hecho no lo hizo. Tales sensaciones subjetivas pueden ser una parte de la imaginación
del sueño y de recuerdos exactos o inexactos.
La riqueza del recuerdo que podemos sentir reflejándolo en experiencias pasadas esta
formado en parte por los indicios de contexto internos o externos que pueden entonces
iniciar una cascada de recuerdos relacionados más allá. La ecphory inicial (liberación
identificada con la representación almacenada en la memoria) es seguida por una serie
de conexiones asociativas impredecibles a veces influenciadas por ambas memorias y la
experiencia presente. Estos recuerdos asociados y los impulsos de liberación pueden ser
tejidos en el proceso de recordar y pueden llegar a ser una parte de la memoria
14
“reconstruida”. Las representaciones que se parecen a aquellas del pasado se reúnen
durante el proceso de recuerdo. La liberación “recuperación”, es por tanto, un “modificador
de memoria”: el acto de reactivar una representación puede permitir que sea almacenada
de nuevo en forma modificada (). Los lóbulos frontales que llevan a cabo la integración,
ejecución de las memorias socialmente constructivas de uno mismo, pueden formar
directamente la naturaleza de los recuerdos autobiográficos y de las historias de la vida.
Estos procesos explican una forma en la cual nuestras memorias, cosas que nosotros
podemos mirar como hechos, pueden realmente modificarse con el tiempo. Esto puede
explicar también cómo la interrogación repetida respecto a una posible experiencia de
abuso puede llevar a un niño a confundir recuerdos de las historias dichas por liberación
de elementos de la experiencia inicial.
La memoria explícita se nos comunica a menudo a nosotros y a otros en forma de
palabras o cuadros descriptivos comunicando una historia o una secuencia de sucesos. Si
involucran el sentido de uno mismo en algún tiempo en el pasado, entonces es una parte
de la memoria explícita autobiográfica. Escuchamos las palabras y recibimos un mensaje
lingüístico o visualizamos los cuadros y tenemos un sentido consciente de la historia
relatada.
Los recuerdos usualmente involucran la asociación de estos elementos explícitos con sus
contrapartes implícitas. Para sentirlos es importante recordar (explícitamente) que la
activación de la memoria implícita no tiene un sentido de “algo se está recordando”.
Sentimos, percibimos o filtramos nuestra memoria explícita a través de los modelos
mentales de memoria implícita. Podemos estar al tanto de las sombras que tales
“recuerdos” implícitos caen sobre las historias que contamos, así como aspectos no
verbales de comportamiento y comunicación. Un clínico muestra ser inteligente al
escuchar tanto los detalles y los mensajes “entre líneas”, como los temas de una historia
individual que se desarrolla.
“AMNESIA INFANTIL”
Desde hace más de un siglo, los clínicos han sido conscientes del fallo en la habilidad de
adultos o niños mayores para recordar los primeros años de sus vidas. Las impresiones
iniciales situaban esta “barrera de memoria” alrededor de los 5 años de edad. Escritos
tempranos psicoanalíticos, aunque no apoyados por el pensamiento analítico moderno,
sugerían que la amnesia infantil era debida a experiencias traumáticas sobrecogedoras
que eran bloqueadas y que un foco de tratamiento sería descubrir esta “barrera de
depresión”().
Los psicólogos de desarrollo ven la amnesia infantil de forma diferente; sugieren que la
inmadurez en varios dominios, incluyendo el sentido de uno mismo y del tiempo, la
habilidad verbal y la capacidad narrativa pueden ser los factores limitadores que afectan
al recuerdo del período antes de la edad de 2 a 3 años (). Los neurobiólogos han mirado
el desarrollo del lóbulo temporal del hipocampo / medio y las regiones prefrontales
durante los primeros años de vida como un mediador posible de la amnesia infantil ().
Esta opinión apoya la observación de los psicólogos de desarrollo en proporcionar los
apuntalamientos neurobiológicos probables para esta normal forma de amnesia de
15
desarrollo. De esta forma, la memoria explícita puede requerir la madurez neural
(nerviosa) del hipocampo para permitir la expresión completa primero semántica y más
tarde con el desarrollo de las regiones prefrontales, memoria episódica.
La memoria implícita está intacta en el nacimiento; la memoria explícita semántica
comienza antes del 2º cumpleaños del niño (). Un niño de 1 año puede ser capaz de tener
recuerdos implícitos de todo tipo de experiencias (excitarse cuando oye el coche que
entra en el garaje por que sabe emocionalmente que su madre ha llegado a casa). Ya ha
desarrollado la capacidad para recuerdos generalizados llamados conocimientos de
sucesos generales (). Antes de los 18 meses ha comenzado ha desarrollar la habilidad
para recordar la secuencia de los sucesos (). Así puede codificar y recuperar hechos de
experiencias específicas. Esto puede ser considerado una forma de memoria semántica
en la cual el conocimiento de sucesos específicos puede ser recuperado después de un
largo tiempo ().
Los estudios sugieren por consiguiente, que la memoria semántica explícita está intacta
desde muy temprana edad. El soporte para esta opinión viene de descubrimientos
recientes de que los niños aún en su segundo año de vida tienen una notable habilidad
para retener hechos acerca de experiencias nuevas con una exactitud considerable ().
Después de unos 18 meses, el niño desarrolla comportamientos referenciales propios
que revelan un sentido de continuidad del mismo a través del tiempo. Alrededor del 2º
cumpleaños puede comenzar a hablar acerca de sucesos que le han ocurrido. Al
continuar madurando, su sentido del mismo se desarrolla más ampliamente y permite la
emergencia de memoria episódica y la capacidad para viajar mentalmente a través del
tiempo –de recordarse en experiencias específicas en el pasado. Cuando se van
desarrollando sus regiones prefrontales esta capacidad continua hasta convertirse en más
compleja y sofisticada. Estas regiones continúan desarrollándose en los adultos y puede
explicar la capacidad profunda de la percepción propia y la conciencia autonoética a
través de toda la vida. Antes de los años preescolares puede decir que vio un perro
aquella mañana o que fue a visitar a su abuelo en el parque. Puede narrar su experiencia
actual y verbalizar y planificar sus anticipaciones de eventos futuros. Aunque ahora puede
hablar de sus recuerdos recientes no puede recordar episódicamente cuando era un
infante. Algunos hechos que aprendió durante su 2º año de vida sin embargo, tales como
los nombres de objetos, pueden estar totalmente disponibles dentro la memoria
semántica. También su aprendizaje complejo y ricamente implícito es y permanecerá
intacto.
Algunos autores arguyen que la amnesia infantil debería ser usada para describir no un
impedimento en el recuerdo general explícito, sino más bien como muy específicamente
debido al vacío en el desarrollo al comienzo de la memoria episódica (). En esta visión el
substrato neurobiológico necesario para la autonoesis -el hipocampo y las regiones
órbitofrontales - puede determinar el timing de la aparición de la memoria autobiográfica
así como su posiblemente desarrollo dependiente-experiencia dentro de relaciones de
cariño.
Los investigadores no han sido capaces todavía de explicar el descubrimiento de que los
niños más allá de los 5 años de edad pueden tener acceso limitado a elementos que
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estaban disponibles para ellos antes. Así los niños de 3 ó 4 años de edad pueden tener
una facilidad de recuerdo explícito de aspectos de sus vidas diarias y sin embargo unos
pocos años más tarde les puede faltar un conjunto continuo de memorias para aquel
temprano período. Una posibilidad es que antes de los 5 años de edad el proceso de
consolidación que transforma la memoria de largo plazo en memoria permanente no ha
madurado todavía. Se necesita más investigación para explorar la validez de este
mecanismo propuesto.
El desarrollo de la memoria explícita parece estar directamente influenciado por
experiencias interpersonales. Esta visión se soporta por el hecho de que los niños que
tienen más experiencias acerca de hablar de sus memorias con sus padres son capaces
de recordar más detalles acerca de sus vidas más tarde (). Charla de memoria es un
proceso común en el cual los padres enfocan su atención en el contenido de las
memorias del niño. Una observación similar es que los padres que participan en una
forma de comunicación elaborativa tienen niños con un sentido más enriquecido de
recuerdo autobiográfico. Padres “elaborativos” hablan con sus niños acerca de lo que
ellos, los niños, piensan sobre las historias que han leído juntos. En contraste, padres
“factuales”, sujetos que hablaban sólo de los hechos de las historias y no de la
imaginación o respuesta de los niños, tienen una habilidad menos desarrollada para el
recuerdo (). Hay probablemente una gama de estilos de comunicación entre los extremos
de estas categorías de investigación. Sin embargo, estos descubrimientos apoyan el
principio general de que las experiencias interpersonales parecen tener un efecto directo
sobre el desarrollo de la memoria explícita. ¿Podrían estos efectos estar mediatizados por
el crecimiento experiencia-dependiente de las regiones órbitofrontales responsables de la
codificación y recuperación de memoria episódica? No se han publicado estudios que
exploren esta posibilidad.
¿Son estos descubrimientos meramente genéticos que revelan que los padres dan más
atención a los hijos que comparten sus rasgos? Uno debe esperar estudios posteriores
tales como aquellos que puedan examinar las narrativas de gemelos idénticos criados a
parte para confirmar el origen de estas diferencias en el estilo narrativo. Hay claramente
una diferencia en la experiencia narrativa cualquiera que sea el origen: algunas familias
participan en charlas en co-construcción frecuente de memoria narrativa y elaborativa. Al
reforzar esta clase de experiencia, los padres pueden facilitar la habilidad de sus hijos
para describir sus memorias y su imaginación. En forma similar, los niños criados en
familias que discuten las reacciones emocionales de la gente tienden a estar más
interesados y más capaces de comprender las emociones de otros (). A estos niños se les
ha enseñado también que lo que ellos tengan que decir acerca del contenido de sus
mentes es importante.
TRAUMA Y MEMORIA
Las experiencias traumáticas pueden involucrar procesos internos e interpersonales que
pueden llevar a efectos profundos sobre la memoria (). Experiencias traumáticas severas
en edad temprana pueden llevar a niveles elevados de hormonas de estrés que son
tóxicos para el desarrollo del cerebro y se ha encontrado que están asociadas con el
crecimiento dañado del cerebro () así como el proceso dañado de la memoria (). Algunos
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estudios de individuos mayores con trastornos de estrés postraumático han revelado un
tamaño decreciente del hipocampo que puede dañar el proceso de la memoria explícita ().
De este modo, el trauma puede producir efectos directos sobre las estructuras cerebrales
que desvirtúan la codificación de la memoria en el almacenamiento y su recuperación.
El proceso de memoria incluso en el caso de estructuras nerviosas intactas, puede estar
funcionalmente afectado por condiciones postraumáticas (). Por ejemplo, una memoria
traumática no resuelta puede provocar daños en el proceso de consolidación cortical que
deja las memorias de estos sucesos fuera de la memoria explícita permanente. Tal
bloqueo en el camino hacia la memoria de consolidación puede llevar a impedimentos en
la creación de una narrativa coherente de uno mismo (). Este individuo puede ser
vulnerable a imágenes intrusivas implícitas de experiencias de pasados horrores en forma
de sensaciones internas, flashbacks y pesadillas. Las pesadillas que ocurren durante el
estado soñador de sueño (involucrando movimiento activo rápido del ojo) pueden revelar
intentos fútiles del cerebro para resolver y consolidar tales configuraciones de bloqueo de
memoria. Los estados de sueño del dormir se piensa que juegan un papel central en
reorganizar la memoria y reforzar las conexiones entre memoria y emoción ().
La conciencia autonoética de sucesos traumáticos puede estar dañada en individuos que
han experimentado un trauma que queda “no resuelto” (). Este estado de la mente no
solucionado tiene implicaciones importantes en cómo la mente funciona dentro de las
relaciones interpersonales de apego. Algunos individuos pueden llegar a inundarse con
excesivos recuerdos implícitos, en los cuales ellos pierden los rasgos automonitorizantes
del recuerdo episódico y sienten no como si estuvieran intensamente recordando un
suceso pasado, sino más bien que están en el suceso mismo (). Bajo tales condiciones un
padre puede perder la capacidad de respuesta tranquila y conveniente para un niño. Este
mecanismo puede ser una explicación para el descubrimiento de que los adultos con una
clasificación de apego de “trauma no resuelto o pena” tienden a tener niños que tienen un
apego desorganizado. Main y Hesse () han propuesto que los comportamientos de padres
asustados o asustadores o desorientados con el niño, puede conducir a una injunción
paradójica en la cual el niño esta aterrorizado por la misma figura que se supone debe ser
la fuente de confort y alivio (). Los niños con un apego desorganizado han mostrado ser
vulnerables al desarrollo más tarde de síntomas disociativos ().
En su esencia, una pena o trauma no resuelto puede ser conceptualizado como una falta
de consolidación cortical relacionado con el aspecto de la historia de la vida de un
individuo y puede ser visto clínicamente como la ausencia de una versión narrativa
coherente de una expresión traumática. Los estados de la mente no resueltos quedan
aislados del funcionamiento normal integrativo del individuo y puede dañar la respuesta
flexible y el desarrollo del sentido coherente de uno mismo. Los traumas no resueltos
dejan al individuo predispuesto a un estado inestable de activaciones potencialmente
implícitas que tienden a introducirse en la experiencia interna del superviviente y en las
relaciones interpersonales. Para un padre, tales estados de mente no resueltos pueden
tener un efecto devastador sobre la individualidad del niño. La desorganización paterna
debida a un trauma o pena no resuelto, se asocia con el desarrollo del niño de un apego
desorganizado y un riesgo de adaptaciones disociativas. Las medidas preventivas que
implican evaluación e intervención del nivel de dolor y trauma paterno no resuelto, puede
proporcionar una estrategia efectiva para promocionar la salud mental del niño ().
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LA MEMORIA Y LA EXACTITUD EN CONTARLA
Contar los elementos de la memoria autobiográfica explícita es una experiencia social que
está profundamente influenciada por la interacción social. Así, lo que se cuenta no es lo
mismo que lo que se recordó inicialmente, y no es necesariamente totalmente exacto en
detalle. Los niños pueden ser especialmente capaces de recordar el extracto de una
experiencia con gran exactitud, pero pueden ser menos capaces de recordar
espontáneamente los detalles de sucesos pasados. Los terapeutas, abogados, jueces y
otros implicados en la investigación y litigación alrededor de los temas del abuso de los
niños, harían bien en enterarse de los estudios que documentan la exactitud de la
memoria de los niños, aún en el caso a veces, de informes incompletos e inconsistentes
().
Algunos individuos especialmente niños jóvenes, pueden ser más susceptibles a
influencias sugestivas que otros (). Las estrategias relativamente inmaduras de liberación
de la niñez temprana pueden hacer a los jóvenes niños preescolares especialmente
vulnerables a las presiones de una entrevista (). Estos factores pueden también hacer que
sus testimonios exactos parezcan distorsionados o inconsistentes.
Es más, hay estudios que sugieren que es posible que un individuo tenga una convicción
firme de la veracidad de un “recuerdo” de un suceso que no ha ocurrido nunca. Así, el
grado de convicción que tenemos en la exactitud de una memoria puede no corresponder
a su exactitud (). El uso de corroboraciones internas, tales como los sistemas de
estructura de la memoria y la relación entre los componentes de la memoria implícita y
explicita de un suceso, pueden ser útiles para comprender como las pasadas experiencias
han influenciado la vida del paciente. La corroboración externa tal como la experiencia de
otros miembros de la familia, los informes de la policía, los álbumes de fotos y los
periódicos, pueden ser útiles para crear un cuadro más completo.
MEMORIA Y NARRATIVA
Contar historias juega un papel crucial en la interacción entre niños y adultos (). Desde
muy pronto en su desarrollo, los niños comienzan a narrar sus vidas contando la
secuencia de sucesos y experiencias internas de su existencia diaria ().
El psicólogo en desarrollo Vygotsky (), dijo que la internalización de las experiencias del
niño con sus padres crea pensamiento. Esta visión revela la posibilidad de que algunos de
nuestros procesos personales más queridos tales como pensar o incluso reflexión propia
pueden tener su origen como “comunicación interpersonal”.
Muchas formas de la comunicación humana dentro de la psicoterapia- desde jugar y
dibujar con niños jóvenes a reflexiones autobiográficas con niños mayores y
adolescentes- implican la co-construcción de narrativa alrededor de la memoria de
conversaciones entre individuos.
El proceso narrativo puede reflejar una capacidad del núcleo del individuo para integrar un
sentido de coherencia a través de los muchos estados mentales que existen en un estado
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dado de desarrollo y a lo largo del tiempo. Esta capacidad central para la integración
puede muy bien ser una explicación posible para la investigación del apego viendo que el
predictor más robusto de la seguridad de apego de un niño es la coherencia de la
narrativa de la vida de los padres como evaluada en el instrumento de investigación La
Entrevista del Apego de Adultos (). Estos descubrimientos sugieren que las narrativas de
adultos revelan un proceso central que impacta sobre la naturaleza de sus
comunicaciones interpersonales. Como una función de ambas memorias implícita y
explícita, las narrativas revelan cómo la mente integra una cantidad masiva de experiencia
a través de toda la vida del individuo. Cuando exploramos la “historia de sus vidas” con
nuestros pacientes, estamos evaluando mucho más que el mero recuento de sucesos.
Estamos en realidad llegando al núcleo de ellos mismos y uniéndonos a ellos en la coconstrucción de una forma de integración poderosa que conecta el pasado con el
presente al tiempo que ellos anticipan y crean sus experiencias futuras en la vida.
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