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LA HUMANIDAD ES EL LUGAR DESTINATARIO DE LA MISIÓN
En toda dirección hay destinatarios del Reino de Cristo que esperan en el silencio de su
corazón que este reino llegue, y los misioneros son el canal para ello. Hace muy poco
tiempo el Episcopado Latinoamericano en su
Quinta Conferencia de Aparecida, dejó para
nuestra consideración el mensaje del número 377
de su Documento: “los discípulos, quienes por
esencia somos misioneros en virtud del Bautismo
y de la Confirmación, nos formamos con un
corazón universal, abierto a todas las culturas y a
todas las verdades….estamos dispuestos con la
valentía que nos da el Espíritu, a anunciar a Cristo
donde no es aceptado – conocido- , con nuestra
vida, acción, profesión de fe y con su Palabra”.
Con este espíritu de la V Conferencia de
Aparecida, debemos preguntarnos por nuestra
identidad cristiana y vivirla en forma más convincente, más profética, más esperanzada;
preguntarnos por la identidad cristiana es encontrar si la vida cristiana es fuente y sentido
para nuestra realización personal, integral; en los tiempos que vivimos el seguimiento de
Jesús reclama nuevas formas y manifestaciones de vivirlo y celebrarlo; hoy debemos
afirmar nuestra identidad cristiana ante el mundo con sencillez pero con alegre y decidida
actitud de amor, de fe, de fidelidad.
La vida litúrgica, la vida parroquial, la vitalidad de los grupos apostólicos tienen que
reflejar la FE auténtica en Dios, en Jesucristo; toda esa actividad está sellada por el espíritu
alegre, capaz de contagiar a otros la presencia de Dios que vivimos y celebramos.
0RIGEN DEL DÍA MUNDIAL MISIONERO
Su origen está en la petición que la Obra de la
Propagación de la Fe, le hizo al Pío XI en 1926; en este
año el Papa declaró día mundial de las misiones el
tercer domingo de octubre, y llamó a los todos los
fieles a hacer suya la responsabilidad de la difusión del
Evangelio a la humanidad, porque no sólo los
Sacerdotes y los Religiosos deben y pueden ser
misioneros. Todo bautizado está obligado por amor,
por Fe y por justicia a ser misionero de Jesús y de sus
hermanos en la fe.
Los cristianos sabemos que Jesús nos envía como sus misioneros a la humanidad; ser
misioneros, cumplir con la misión de predicar a Jesús es el mejor y mayor servicio que
merece y que espera la humanidad.
Pero no sólo se es misionero “yendo a tierras lejanas”, a
encontrarse con personas capaces de recibir y aceptar a
Jesucristo en su vida, “Yendo a diversos lugares de nuestra
patria” para proporcionarles ese encuentro con el Señor,
encuentro que están anhelando desde su silencio y su
lejanía; se es misionero con acciones cristianas que nazcan
del corazón deseoso del reino de Jesús, como: la oración,
el ofrecimiento del dolor, del sacrificio, y con la ayuda
económica.