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LA CULTURA 1. Definición y características de lo cultural Nuestro modo habitual de comportamiento está enormemente condicionado por un conjunto de normas, valores sociales, formas de existencia, conocimientos disponibles, etc. De estas presiones sobre nuestra conducta no somos normalmente conscientes. Pero en toda sociedad existe un comportamiento común adquirido que se transmite, esto es lo que denominarnos cultura. En definitiva, la existencia de la cultura es el rasgo definitivo para distinguir a los hombres de los animales superiores. La vida social humana se aprende y los instintos tienen un valor inapreciable en nuestra conducta, por eso se puede decir que la cultura desempeña para el hombre el mismo papel que el instinto para los animales. El concepto preciso de cultura ha sido objeto de muchas discusiones en Sociología, pues muchos autores han planteado restringirlo para referirse sólo a los aspectos inmateriales o ideativos de la vida humana (derecho, religión, valores), dejando el término civilización para referirse a los materiales (técnicas agrícolas u ornamentales). Sin embargo, sigue manteniéndose como punto de referencia la definición clásica de cultura dada por el antropólogo inglés Tylor en 1871; se refiere a cultura como «aquel todo complejo que incluye saber, creencias, arte. moral, derecho, costumbre y todas las demás capacidades adquiridas por el hombre como miembro de una sociedad». Estamos, pues, ante pautas abstractas para vivir y para morir. La cultura supone tanto un sistema compartido de respuestas como un diseño social de la conducta individual. Para saber si un rasgo de la vida del grupo es cultural tendremos que fijarnos en tres características intrínsecas de lo cultural: 1. si se comparte socialmente: pues la cultura no es individual, es por definición social; 2. si se transmite: lógica consecuencia de su carácter social perdurable; 3. si requiere aprendizaje: pues la cultura inicialmente no se posee y se recibe por interacción con otros que la poseen en un proceso que denominamos de socialización. Desde el punto de vista extrínseco habrá que añadir a las tres características ya señaladas para la cultura, otras tres que terminan de precisar su significado: estamos ante maneras de vivir, de pensar y de sentir, formalizadas y que forman un sistema. Todo ello, y alguna de las características intrínsecas, está incorporado en la definición que hace Rocher de cultura: «... un conjunto trabado de maneras de pensar, de sentir y de obrar más o menos formalizadas, que aprendidas y compartidas por una pluralidad de personas, sirven de un modo objetivo y simbólico a la vez, para constituir a esas personas en una colectividad particular y distinta». En efecto, siguiendo la intuición durkheimiarra, la cultura se manifiesta, en primer lugar, en «maneras de pensar, de sentir y de obrar». No sólo estamos ante modos de vivir (way of life), sino también ante aspectos inmateriales del comportamiento (corno el derecho, los valores o la religión) manifestados en el pensamiento. Los aspectos más claramente materializables de la cultura (técnicas agrícolas u ornamentales) frecuentemente han sido considerados bajo el término «civilización». Y también son culturales las maneras de sentir. En definitiva, la cultura es acción, actividad realizada por personas, que manifiestan el comportamiento común y delimitan su ámbito físico en la extensión de los sujetos. En segundo lugar, la cultura se manifiesta en unas maneras formalizadas, con un grado de abstracción que permite su expresión e imitación. Lógicamente el grado de formalización es relativo, con una graduación que afecta de diferente aranera a cada uno de los elementos que la componen: desde leyes expresadas en fórmulas matemáticas, a modos de conducta unidos a necesidades diarias materiales. La cultura y los valores 2 Otra característica extrínseca de la cultura es su forma sistémica, es decir, la existencia de una clara interrelación de sus elementos constitutivos, que hacen que pueda hablarse de ella corno un todo constituido de partes interdependientes. De manera que la comprensión de un aspecto de la cultura es difícil sin tener en cuenta los otros elementos con los que está íntimamente relacionado, aunque en su estudio hagamos distinciones de razón para hacerla más fácilmente comprensible por el entendimiento humano. 2. Elementos de la cultura La identificación de los distintos elementos que componen la cultura dependerá en parte de la definición adoptada. Johnson distingue entre elementos cognoscitivos, creencias, valores y normas, signos y formas de conducta no normativa. Nosotros los sintetizamos en cuatro, añadiendo el mundo normativo a los tres primeros anteriores señalados. Son pues elementos relevantes de la cultura: 1. Las técnicas. Se refieren al uso de instrumentos y a los conocimientos objetivos de la realidad, suponen un conocimiento del «Cómo»: cómo sembrar maíz, cómo organizar tina boda, cómo hacer una soldadura eléctrica, cómo se debe comer la carne, etc. Recientemente se ha puesto de moda el término inglés «knorv how» para referirnos a este concepto. La complejidad de las sociedades modernas atribuye una importancia creciente a este elemento, incluso en sus aspectos económicos. 2. El código simbólico. Es el elemento aparente más característico de una cultura. La comunicación y transmisión de conocimientos entre los hombres se hace por símbolos, los animales son capaces de aprender cosas por signos con relación inmediata al efecto (si le das a un animal con un palo, se alejará cuando te vea cogerlo). Pero los símbolos son cualquier acto, objeto o acontecimiento que por uso social tiene otro significado; no hay una relación directa objetiva entre una calabaza y un suspenso o entre un puño en alto y ser de un partido político, el significado del símbolo es dado arbitrariamente por acuerdo de la continuidad. Dentro del código simbólico tiene especial importancia el lenguaje, que permite la comunicación, y es la parte visible y definitoria de una cultura, cuya importancia es Imposible exagerar (Ligth y Keller). Se puede precisar que el código simbólico es algo más que un sistema de señales o signos pues la señal es captada por el intérprete con una referencia directa al objeto, mientras que el intérprete capta un símbolo con referencia a un concepto que es el que hace a su vez. referencia al objeto. Es decir, la secuencia ele la comunicación con señales es: intérprete-señalobjeto; mientras que en la comunicación simbólica es: intérprete-símbolo-concepto-objeto. De esta manera la comunicación simbólica será sólo adecuada para seres capaces de manejar conceptos. 3. Los modelos de la realidad. Corno veremos, son las ideas generales que dan explicación a la vida y a nuestro modo de actuar. Mediante ellos -experiencia general transmitida- nos acercamos a la realidad para conocerla mejor. Así, por ejemplo, puede considerarse -sin mucha preocupación por la constatación empírica- que la enfermedad viene porque hay unos «espíritus» en la sangre o porque unos microbios atacan el organismo humano, que la intimidad de la materia viene explicada por el modelo atómico de Böhr o por concepciones más elementales, que la Tierra es planta o redonda. En todos estos casos, estamos considerando unos planteamientos muy generales o «paradigmas». 4. El mundo normativo. Hace referencia al conjunto de creencias, valores, normas y sanciones característicos de cada sociedad. Suelen estudiarse como elementos que facilitan la previsión de la conducta individual de los sujetos de una sociedad. Como veremos en su momento, las La cultura y los valores 3 creencias están armonizadas en universos simbólicos y se concretan en los valores, éstos, a su vez, cobran operatividad a través de las normas sociales que son eficaces por su conexión con sujetos con capacidad sancionadora. 3. El contenido de la cultura La diversidad del comportamiento humano no es posible explicarla sobre la base de diferencias biológicas, territoriales o atmosféricas. Es la cultura y su evolución la que imprime una impronta definitiva en cada pueblo en el transcurso de su historia. Una vez vistos los elementos relevantes que la componen vamos a intentar perfilar en qué consiste básicamente su contenido. Se ha venido a considerar el contenido de los sistemas culturales como orientado hacia tres perspectivas de la realidad: lo que es, lo bello y lo bueno. En definitiva, como viene a precisar Balbridge, hay tres partes perfectamente diferenciadas en la cultura: lo empírico, lo estético y lo normativo. 1. La cultura empírica. Está centrada en la definición que la sociedad da de la realidad: lo que es. Abarca los aspectos materiales de su funcionamiento, especialmente la tecnología: cómo conducir un coche, calentar una casa, organizar una corrida, dividir un átomo o jugar a las cartas. Pero el conocimiento empírico no está formado sólo por las técnicas, aunque éstas tengan mucha importancia en la definición de la realidad. Es también cultural la especificación del modo de ampliar los conocimientos. La consideración de lo real como algo que está ahí, que es de una forma concreta y que esta esperando ser captada por nuestros sentidos es algo sencillo de entender, pero no es tan evidente como para que no existan otras explicaciones de la realidad. La sola existencia de la filosofía idealista, opuesta a la realista y que da prioridad a la idea sobre la realidad, puede servirnos como toque de atención. En la medida en que la realidad no es algo fijo y expectante de la presencia ele los hombres, cabe verla determinada en buena parte por éstos, por su cultura. Ver o no en una radiografía una fractura de huesos es un problema cultural. Y todo este problema se va complicando y ampliando en la medida que nos referimos a la realidad social como algo construido, en vez de a la física. 2. La cultura estética. Nos dice en cada sociedad qué es lo bello, lo que se adapta a sus cánones de belleza. La cultura utilitaria o empírica, va acompañada siempre de estos otros criterios cuya precisión no es tan fácil de definir y que adjetivan la eficacia de lo conseguido o conseguible. Cada cultura tiene sus propios cánones de belleza, que con frecuencia aplica de modo absoluto en la interpretación de las cosas o de los fenómenos. Sobre belleza se dice que no hay nada escrito, definitivo, precisamente porque hay tantas opiniones explícitas diferentes e incluso contradictorias, dependiendo de la cultura. La búsqueda de normas o proporciones «áureas» en arquitectura, las racionalizaciones del significado dado a los colores (verde corno esperanza o negro para tristeza), la consideración sublime de algunas composiciones musicales, nos muestran el carácter absoluto que cada cultura tiende a conceder a sus reglas de belleza. Y la observación crítica de estas situaciones nos coloca en su carácter relativo o cultural; es decir, en lo diferentes que son los estándares del gusto para cada sociedad. 3. La cultura normativa. Especifica el comportamiento adecuado respecto a lo que procede hacer, al señalar, en unas coordenadas más amplias de las estrictamente morales, lo que está «bien» y «mal» en una sociedad determinada. Lo que es bueno en cada sociedad da lugar al conjunto de valores que la definen, y señalan la meta que se desea alcanzar, no como elemento La cultura y los valores 4 de goce (algo que sería propio de la cultura estética), sino como fin en sí mismo. Ya indicamos que estos valores están relacionados entre sí y que con el conjunto de creencias, normas sociales y sanciones sociales forman el llamarlo inundo normativo, que será objeto de un estudio independiente. 4. La dinámica cultural La cultura no es algo estático, hay que estudiarla también como algo dinámico, en cambio continuo. Existen unos factores internos a la sociedad que dan lugar al cambio, y otros externos. Los principales factores intrínsecos del cambio cultural son: la tensión por la coherencia o mejora, pues al existir conflicto la sociedad intentará resolverlo, incluso cambiando de valores; y el descubrimiento o la invención, que genera conflictos y produce también la tensión anterior. La influencia externa para el cambio cultural se genera por la difusión en la propia cultura de elementos de otra: así pues, se habla de invasión cultural, de guerra de culturas, etc (Macionis y Plummer). Un factor que dificulta la difusión de otras culturas en la propia es el etnocentrismo, consistente en tornar la propia cultura como natural, más lógica, más apropiada o más científica. El sociólogo norteamericano Sumner definió el etnocentrismo como «aquella visión de las cosas por las que el propio grupo está en el centro de cada cosa y el resto de los grupos se compara en relación a él». No es un fenómeno extraño, sino, por el contrario, al que todos estarnos habituados. Se da cuando hay una situación de competencia con otra cultura diferente, y se manifiesta en juicios morales o estéticos adversos respecto a lo extranjero. Las respuestas etnocéntricas son particularmente fuertes en áreas como: la mesa, los hábitos de higiene, los sistemas de sanidad, las pautas de comportamiento sexual y la religión, y provienen en parte de no comprender afectivamente su significado y su contexto total. Lógicamente el etnocentrismo refuerza la lealtad al propio grupo, a unos niveles de intensidad muy diferente, según sea la trascendencia vital del área de referencia, y está íntimamente unido al fenómeno de los nacionalismos. 4. CULTURA MATERIAL Y NO MATERIAL La cultura está dividida en dos partes, tal y como lo entendió Ogburn cultura material y cultura no material. La cultura material responde a los elementos tangibles creados por los miembros de una sociedad, edificios, herramientas, artefactos, etc., y éstos posibilitan la transformación de una sociedad. La sociología entiende por tecnología el conocimiento, la técnica y las herramientas que permiten a las personas transformar los recursos en utilidades, y el conocimiento y habilidades requeridas para su uso y desarrollo posterior. Por ejemplo, la tecnología desarrolla un automóvil pero posteriormente es preciso adquirir habilidades y destrezas necesarias para su conducción. La cultura no material consiste en creaciones abstractas o no tangibles de los miembros de una sociedad dada, y que influyen en el comportamiento de las personas. En ella se incluyen normas, leyes, costumbres, ideas y creencias de un grupo de personas. La cultura no material es menos visible que la material, sin embargo, tiene una fuerte presencia en el comportamiento humano. Por ejemplo, en España el gesto con los dedos de OK adquiere el significado de todo correcto, sin embargo en Túnez el significado es diferente: estás muerto. 5. COMPONENTES DE LA CULTURA Los sociólogos en muchas ocasiones se refieren a la cultura no material como una cultura simbólica, porque su componente principal es el símbolo. Un símbolo responde a aquello que tiene sentido para las personas y lo usan para comunicarse. Los símbolos culturales La cultura y los valores 5 incluyen lenguaje, valores, normas, sanciones. Estos componentes contribuyen a la armonía e intentan reducir el conflicto social. Aunque estos componentes están presentes en todas las culturas, en cada una se presenta y desarrollan de manera diferente. Por ejemplo, los españoles hablamos el español porque es parte de nuestra cultura, y además es el instrumento utilizado para comunicarnos. Los alemanes hacen lo propio pero con el alemán. La lengua. El lenguaje es la forma más elemental utilizada por los individuos de una sociedad para comunicarse, transformándose en herramienta clave de una cultura. Por ejemplo, en España tenemos diversos términos para definir el cerdo. Esto puede deberse a la importancia adquirida por este animal en el pasado y por las características lingüísticas de nuestro país. En el mismo sentido acontece con los esquimales que tienen doce maneras de definir la nieve, frente a una que tenemos nosotros. Como dice Haviland, la lengua refleja las prioridades de cada cultura. El lenguaje puede ser verbal (hablado) o no verbal (escrito o por gestos). El lenguaje es el instrumento que permite la transmisión de los valores culturales de generación en generación, pero también se transforma en la herramienta necesaria para conocer y difundir otras culturas. El lenguaje no atiende exclusivamente a una característica humana. Los animales emplean para comunicarse gestos, sonidos, olores entre otros, pero usan significados fijos limitados a situaciones inmediatas, pero no pueden recordar situaciones de pasado o futuro. Los chimpancés pueden manipular objetos, sin embargo no están dotados de un aparato vocal necesario para el lenguaje oral. Gracias al lenguaje, los seres humanos están capacitados para manipular símbolos, expresar conceptos abstractos y reglas, así como crear y trasmitir cultura de generación en generación. Hipótesis de Sapir-Whorf. Estos investigadores norteamericanos sostienen que el lenguaje no solamente expresa nuestro pensamiento y percepciones, sino que influye en nuestra percepción de la realidad. En los años treinta de la pasada centuria observaron cómo los indios Hopi, una tribu de la familia yuco-azteca, situada en Arizona, no tenían palabras para distinguir el pasado, presente y futuro. Cuestión posible en otras lenguas como español, inglés o francés. Desde esta observación, estos sociólogos concluyen que esa idea comúnmente tan extendida de que las palabras solamente son una etiqueta para nombrar las cosas es errónea. Concluyen que el lenguaje es una parte más de la sociedad v está integrado dentro de los modos de las personas de observar el mundo. Para estos autores, el lenguaje no sólo expresa nuestros pensamientos, también de los modos como nosotros pensamos. El lenguaje no solamente expresa lo que nosotros percibimos sino que también determina lo que nosotros pensamos. Es decir, cuando una persona se socializa en una sociedad, aprende un lenguaje que le enseñará las palabras para comunicarse, pero también le está transmitiendo los modos de pensar y de percibir las cosas. La hipótesis indica qué hay más allá de los objetos y los acontecimientos en nuestra conciencia, es decir, el lenguaje determina nuestra percepción de las cosas y el mundo. El sociólogo israelí Zeruwabel vino a confirmar esta tesis al manifestar que en el idioma hebreo no existe una separación de palabras para designar la mermelada y la jalea. Cuando aprendió inglés observó la existencia de diferentes conceptos para jalea y mermelada. De la tesis de Sapir y Whorf se extraen dos hipótesis, una fuerte y otra débil: 1. La hipótesis fuerte viene a expresar que a una persona monolingüe, la lengua le determina completamente su conceptualización, interpretación y clasificación de la realidad que le rodea. En otros términos la lengua determina el pensamiento del individuo. Esta idea es una forma de determinismo lingüístico. La cultura y los valores 6 2. La hipótesis débil es que la lengua ejerce cierta influencia sobre cómo el individuo interpreta la realidad. Esto implica que personas de distintas lenguas, al tener conceptos o interpretaciones heterogéneos, puedan resolver un asunto de maneras dispares. La tesis fuerte actualmente está desacreditada, porque muchos pueblos carecen de determinadas diferencias conceptuales para nombrar una cosa. Y es que en la vida de esos pueblos la diferencia conceptual es irrelevante en su vida cotidiana. Que el castellano sólo tenga una palabra para definir la nieve frente a múltiples palabras de los inuit, no afecta al desarrollo de nuestra vida cotidiana porque es intrascendente. El lenguaje más que determinar nuestro pensamiento, lo adecuado sería decir, que influye en nuestro pensamiento. Valores: Cuando una persona aprende una cultura está interiorizando sus valores. Los valores son ideas colectivas de lo que es bueno, malo, deseable y no deseable en una sociedad organizada, pero sirven para establecer criterios sobre normas, cosas o situaciones. Los valores humanos subrayan nuestras preferencias, dirigen nuestras elecciones e indican aquello que para el individuo vale la pena en su vida. Los valores pueden ser positivos o negativos según las reglas de la sociedad en donde se socializa una persona. En nuestra sociedad tienen un carácter positivo valores identificados con lo amable, generoso, trabajador, honrado, solidario, etc. En cambio, presentan un valor negativo, vago, estafador, descortés, etc. La sociedad utiliza diferentes medidas para analizar sus valores. En un mundo globalizado donde el intercambio puede cambiar los valores y hacerlos compartidos con otras sociedades, cada una de ellas tiene valores particulares. Algunos de los valores más destacados de nuestra sociedad son: 1) la familia, 2) progreso social, 3) trabajo, 4) igualdad de oportunidades, 5) individualismo, 6) la libertad, 7) la solidaridad. Valores contradictorios: Todas las sociedades presentan valores contradictorios. La sociedad está sujeta a unos valores morales que entran en contradicción con muchos aspectos de la sociedad. La existencia de valores predominantes como la solidaridad y el individualismo entran en contradicción entre sí. La solidaridad es un valor que demanda participación y cooperación con los demás, mientras el individualismo es un valor con un significado contrario a solidaridad. Por otra parte, está el valor de igualdad de oportunidades, sin embargo no es algo real. Aunque las administraciones establecen leyes, normas y reglas para su desarrollo, la sociedad no respeta dicho principio. Cuestiones como la etnia, minoría nacional, religión, sexo, entre otros son un impedimento social. Cultura ideal contrario de cultura real. ¿Cuáles son las relaciones entre los valores y el comportamiento humano?. La investigación sociológica ha encontrado desde siempre un desajuste entre la cultura real y la cultura ideal en las sociedades. Esto es consecuencia de la relación entre valores y estándares de la sociedad. Por ejemplo, lo correcto y adecuado cuando uno está al volante, es respetar las normas de circulación entre las cuales se encuentra la velocidad. Cuando a una persona se le pregunta si durante la conducción respeta los límites de velocidad, la mayoría responde que sí. Sin embargo, analizamos las estadísticas de la DGT y observamos un comportamiento no ajustado a lo declarado por los conductores. Cultura ideal se refiere a los valores y estándar de comportamiento que los miembros de una sociedad profesan y la mantienen. Cultura real son los valores y estándar de comportamiento que los miembros siguen en la actualidad. Aunque es conocido que un porcentaje muy alto de conductores no respetan las normas, y ellos son conocedores de ello, existe cierto grado de responsabilidad ante el comportamiento social. Decir que no respeta los límites puede significar la etiqueta de mal ciudadano. La cultura y los valores 7 Normas: se ha comentado que los valores indican el marco de referencia de los comportamientos de las personas. Las normas son las que establecen las pautas de comportamiento reflejo de los valores de una sociedad. Pero también establecen las reglas de comportamiento de una sociedad. Las reglas pueden serprescriptivas y proscriptivas. Las reglas prescriptivas establecen las líneas del comportamiento adecuado o aceptable. Es decir, una regla prescriptiva puede ser cumplir con la hacienda pública. Una regla proscriptiva hace mención a los comportamientos considerados como inapropiados e inaceptables. Las normas varían de unas sociedades a otras, y en muchas ocasiones su comportamiento puede ser contrapuesto. En España, las mujeres visten con acuerdo a sus gustos, y tienen un comportamiento libre como asistir a la universidad, ir a la playa y tomar el sol en bikini, etc. Sin embargo, en Arabia Saudí, las mujeres están sujetas al «velo» o Hiyab y no pueden comportarse libremente, pues han de salir a la calle con un miembro de la familia o su marido, y también tienen limitado el acceso a la universidad. Las normas no sólo cambian y varían de unas culturas a otras, sino que también en el seno de una cultura lo hacen atendiendo en muchos casos a una categorización social. En España, los menores de dieciséis años no pueden desempeñar ninguna actividad laboral, y en cambio no ocurre lo mismo en el resto de categorías. Las subculturas étnicas son aquellas que presentan unos antecedentes diferenciales de lengua, nacionalidad, religión entre otros. Por ejemplo los gitanos, magrebíes, ecuatorianos, gambianos y un sin fin de etnias. En el caso de los extranjeros los encontramos dispersos por todo el territorio nacional, aunque su presencia se hace más manifiesta en las grandes ciudades y áreas geográficas muy concretas. Cada grupo mantiene unos valores, costumbres y normas propios de su cultura. Y donde existe una colonia importante han comenzado a abrir su propio negocio dedicado a los productos de su país de origen, carnicerías marroquíes, supermercados chinos, rusos, ecuatorianos, etc. Las subculturas pueden servir de elemento de contención contra la discriminación y la xenofobia, pero también puede ser instrumento para la creación de guetos en las grandes urbes. 6. Tipos DE SUBCULTURAS Los diversos grupos que hay en la sociedad han sido estudiados por los sociólogos antes y ahora. Éstos proporcionan gran información en el estudio de la sociedad. Podemos clasificarlos de la siguiente manera: 1) Subculturas étnicas: muchos grupos étnicos han mantenido sus identidades y sustancialmente sus tradiciones al mismo tiempo que se han adaptado a las demandas de la cultura mayoritaria. En los últimos años, España viene asistiendo a la llegada de extranjeros a nuestro país de manera descontrolada. Una vez asentados, la diferencia cultural genera la creación de diversas subculturas. De hecho, encontramos grupos de ecuatorianos, marroquíes, argelinos, pakistaníes, peruanos y muchos otros más. Estos grupos mantienen sus valores y viven juntos en comunidades culturalmente aglutinada, pero al mismo tiempo alientan a sus hijos a alcanzar el éxito en la sociedad española. 2) Subcultura laboral: algunas ocupaciones parecen estar asociadas a determinados estilos de vida, más allá de su trabajo. Los trabajadores del campo, de la construcción, bomberos, policías, barrenderos y otras muchas actividades laborales. Por lo tanto, la actividad laboral clasifica a estas personas en diferentes subculturas. 3) Subcultura religiosa: la mayoría de los grupos religiosos participan en la sociedad, pero también por sus propios anclajes ideológicos rechazan algunas de las prácticas y modos de vivir La cultura y los valores 8 de esta sociedad. Esto incluye a católicos, anglicanos, metodistas, evangélicos, musulmanes, judíos y demás grupos religiosos. Pero también, algunos de estos grupos separan a la cultura mayoritaria, creando una Subcultura religiosa propia de su comunidad. 4) Subcultura política: un grupo político pequeño y marginal puede implicar a sus miembros a vivir de un modo con acuerdo a sus convicciones políticas. Este reflejo se percibe en la sociedad española, donde permanecen comprometidos con la sociedad, con la mirada puesta en poder cambiarla a su gusto. 5) Subcultura geográfica: muchas sociedades muestran variaciones regionales culturales. En España se percibe una diferencia entre el norte y el sur. En el norte, las personas tienen una mayor disposición a las relaciones socioeconómicas, mientras en el sur hay una mayor hospitalidad y predisposición a las celebraciones. Encontramos ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao más dinámicas económicamente y con una mayor actividad cultural, siendo etiquetadas como ciudades más elitistas. 6) Subcultura de clase social: las clases sociales están presentes en las subculturas, pero ésta marca mayor diferencia para ser tomada diferente al resto. Al igual que está presente en otras subculturas también disciernen considerablemente de las otras. Los sociólogos han documentado que los estilos lingüísticos, la familia, los valores y normas aplicados a los infantes reflejan la modelización de los términos de la clase social. 7) Subculturas desviadas: en principio los sociólogos comenzaron a estudiar y explicar la delincuencia juvenil y criminalidad. Pero tiempo después los estudios sobre estos comportamientos desviados empezaron a interesar a otros grupos marginados de la sociedad, en una forma u otra cuyos conflictos están en sus modos de vivir. Algunos de estos grupos son: prostitutas, carteristas, drogodependientes, ladrones y otras variedades de grupos criminales. 8) Los vagabundos: otra subcultura son los nuevos vagabundos, o los modernos vagabundos que para Hetherington los modernos vagabundos son nada menos que los descendientes de los primeros viajeros. Al respecto escribe, «que había un sucio individuo con una mirada extraña, lo cual fue tomado como símbolo de que se han transgredido los límites de la responsabilidad y no debe dársele alojamiento». 9) La subcultura de los medios de comunicación: tampoco se puede pasar por alto la subcultura de los medios de comunicación, especialmente Internet. Las personas que participan en un modelo de comunidad donde se comparten valores y se produce una socialización, aunque los elementos identitarios no son siempre lo que parecen. Eso que llamamos ciberespacio es un lugar donde la gente puede comunicarse, interactuar y socializarse más que ser un lugar donde las personas permanezcan solamente como seres alineados o solos como ellos en algunas ocasiones creen. Un importante estudio sobre Cyberculture escrito por Levy en unos de sus párrafos decía, «si el crecimiento del automóvil, cuyas características para la demanda se correspondieron principalmente con el deseo del poder individual, el crecimiento del ciberespacio se corresponde con una comunicación recíproca y una inteligencia colectiva» (2001, p. 106). En la tabla siguiente encontramos algunos de los rasgos atribuidos a las subculturas y que actualmente se están etiquetando como postmodernas. Rasgos atribuidos a las subculturas La cultura y los valores 9 Aostmoderno (subcultura) Moderno Auténtico Alternativo No auténtico Dominante Individualismo Colectivismo Minoritario Masivo Amalgama Libertad Dinámico Específico Control Estático 7. CONTRACULTURA Los valores y normas de muchas subculturas caminan parejas a las directrices de la cultura dominante, sin embargo, encontramos otras subculturas opuestas a ella. Este concepto se utiliza para etiquetar aquellos grupos contrarios a las normas y valores de la cultura dominante, y busca nuevos estilos de vida. Como señala Zellner, la mayor parte de los grupos contraculturales demuestran implícitamente su rechazo a los valores de la cultura dominante. Los hippies lo hacen claramente con sus palabras y estilos de vida, rechazando la moralidad convencional sobre el sexo, las drogas y el trabajo. El Ku Klux Klan refuta los valores culturales que pretenden dar un tratamiento igualitario a todos los americanos, con el objeto de singularizar a la sociedad. Entre los grupos considerados no americanos y que no pueden obtener ese beneficio se encuentran, americanos africanos, judíos, inmigrantes, católicos y comunistas. Como encontramos, en las subculturas existen diferentes grupos de contracultura. Todos defienden valores contrarios a los patrones de la cultura dominante, sin embargo, unos pueden generar serios problemas sociales. Por ejemplo, las personas que tunean los coches, los hippies o los góticos, no representan una amenaza social. Sin embargo, grupos satánicos o las bandas urbanas defienden normas y valores diferentes a la cultura dominante, pero sus acciones y prácticas tienen importantes consecuencias sociales y generan notables y serios conflictos sociales. Ante esta realidad de confortamientos culturales, desde la cultura dominante en ocasiones se atacan a los valores y normas de éstos de resistencia. Muchos de los comportamientos emanados de la cultura dominante para desacreditar a estos grupos contracultura vienen en forma de mofa, ridiculización y aislamiento. La distinción entre contracultura y subcultura en ocasiones resulta difícil realizar cuando el concepto es aplicado a determinados grupos particulares. En los años sesenta de la pasada centuria, los sociólogos hablaban de contracultura para referirse a las bandas de delincuentes. La diferencia entre cultura y contracultura es que la contracultura desarrolla una autoconciencia de oposición a la cultura dominante, y esto influye en la adopción de credos, palabras y estilos de vida. Mientras en la subcultura no se da este proceso, sino que es una forma marginal, desviada y diferente de comportarse con arreglo a las normas. Por ejemplo, los delincuentes no van contra las normas establecidas, siguen los estilos de vida de la cultura dominante. Las subculturas pueden transformarse en contracultura. Esto aconteció con el movimiento de gays y lesbianas, cuando en los años noventa de la pasada centuria, en España comenzaron a emprender acciones y reclamar un cambio de la cultura dominante hacia este colectivo.