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TEMA 11. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN.
Tema 11.1. La Crisis de 1808: Guerra de Independencia y los comienzos de la revolución liberal.
I. Antecedentes.
II. La Guerra de Independencia. Origen y causas.
III. El desarrollo militar de la Guerra.
IV. Consecuencias de la Guerra.
I. Antecedentes.
Carlos IV (1788-1808) hombre de débil carácter y poco dotado para las tareas de gobierno,
sucedió a su padre Carlos III. En un principio mantuvo como primer ministro al conde de Floridablanca
pero, por influencia de la reina María Luisa de Parma, Manuel Godoy (un joven guardia de corps),
ascendió al cargo de primer ministro, y fue el verdadero gobernante de España desde 1792 hasta el
final del reinado en1808, salvo un breve periodo entre 1798 y1800.
Su reinado estuvo condicionado por el estallido de la Revolución Francesa (1789) que obligó a
replantarse la tradicional alianza con Francia (Pactos de Familia). Tras una primera fase de neutralidad
pasó a declarar la guerra a Francia en coalición con otras monarquías absolutas europeas al ser
guillotinado el rey francés (Luis XVI en 1793). Al ser derrotadas las tropas españolas, Godoy negoció la
Paz de Basilea en 1795 (el rey le concedió por ello el título de “Príncipe de la Paz”) y decide recuperar la
alianza con Francia. En 1796 se firmó el primer Tratado de San Ildefonso por el que España se
vinculaba a Francia en una política de colaboración y defensa mutua. Esto implicaba asumir el
enfrentamiento con Inglaterra y Portugal.
Napoleón, primero como Cónsul (1800) y desde 1804, como Emperador, inicia la expansión
territorial de Francia por el continente europeo y pretende, en secreto, dominar también España.
Napoleón obligó a Godoy a firmar el segundo Tratado de San Ildefonso (1800), contra Portugal (aliada
de Inglaterra). Como consecuencia de ello, España entró en guerra con Portugal (“Guerra de las
Naranjas”) y se anexionó la plaza de Olivenza. Pero la rivalidad con Inglaterra, a causa de la alianza con
Francia, tuvo para España graves consecuencias, como los ataques ingleses a barcos españoles en el
comercio con América y especialmente la estrepitosa derrota de la flota hispano-francesa en la batalla
de Trafalgar (1805), que supuso el hundimiento de España como potencia marítima.
Además, España sufrió en esos años una crisis económica: mala coyuntura agraria, interrupción
del comercio colonial por la guerra, bancarrota en la Hacienda, descontrol del gasto público, etc., a lo
que se une el desprestigio de Carlos IV y de Godoy al que el pueblo responsabiliza de la situación. A ello
se añaden las intrigas del príncipe heredero, Fernando, que, apoyado por un grupo de nobles, conspira
contra Godoy y su padre para que abdique.
II- Guerra de Independencia. Origen y causas.
Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau (1807), por el que se permitía a las
tropas francesas pasar por territorio español para conquistar Portugal, país aliado de Inglaterra y hacer
efectivo el bloqueo continental. A cambio se pactó un futuro reparto de Portugal en tres partes, de las
cuales una sería para los Borbones, otra para Napoleón y la tercera un principado para el propio Godoy.
Mientras las tropas francesas tomaban posiciones en España, la crisis de la monarquía vivía un
episodio decisivo con el motín de Aranjuez (ciudad donde se encontraba la Corte de camino a
Andalucía) en marzo de 1808. El origen del motín estaba en el partido que se había formado en torno al
príncipe heredero, futuro Fernando VII, opuesto al excesivo poder y protagonismo de Godoy. Este
partido fomentó el descontento entre grupos populares (soldados, campesinos y servidores de palacio)
que fueron quienes protagonizaron el motín, asaltando el palacio de Godoy. Carlos IV se vio obligado a
destituir a Godoy y a abdicar a favor de su hijo Fernando. El triunfo de Fernando VII y sus partidarios en
el motín de Aranjuez no terminó con la confusión política que vivía España. En vista de ello, Napoleón
llamó a la familia real española a Bayona (Francia) a finales de abril de 1808.
El 2 de mayo de 1808, cuando el resto de la familia real española pretendía abandonar el
Palacio de Oriente en dirección a Francia y media España se encontraba invadida por tropas francesas,
se produjo un levantamiento popular en Madrid que fue duramente reprimido por las tropas francesas
al mando del general Murat (fusilamientos del 3 de mayo). Ese mismo día, el alcalde de Móstoles dictó
un bando declarando la guerra a los franceses, numerosos pueblos y ciudades le siguieron.
El 5 de mayo de 1808 se produjeron las humillantes abdicaciones de Bayona, Fernando VII
devolvía el trono a su padre, Carlos IV, quien renunció a él a favor de Napoleón y éste, a su vez, cedió la
corona a su hermano José Bonaparte que, con el nombre de José I, se convirtió así en rey de España. Un
grupo de liberales españoles pro-franceses “los afrancesados” elaboraron el Estatuto de Bayona, una
1
especie de carta otorgada en la que se ponía en marcha un programa, mezcla de reformismo ilustrado y
constitucionalismo napoleónico, dirigido a acabar con el Antiguo Régimen en España que no se
pudo llevar a cabo.
José I Bonaparte (“Pepe Botella”) llegó a Madrid y contó con el apoyo de unos pocos liberales
españoles “los afrancesados” entre los que estaban algunos reformistas ilustrados que vieron en
Napoleón y en su hermano la oportunidad de acabar con el Antiguo Régimen. Pronto empezó la
injerencia de Napoleón en las decisiones de su hermano, dictando varios decretos sin consultar a José I.
Pero ni el pueblo ni las clases privilegiadas españolas aceptaron a José I como rey y surgió la
resistencia popular y un poder paralelo, que tenía por objetivo la vuelta de Fernando VII como rey de
España. Hubo que improvisar nuevas formas de organización para hacer frente a una situación
totalmente nueva. Se crearon Juntas que fueron primero locales formadas principalmente por militares,
clérigos y cargos públicos municipales. A su vez, las Juntas locales se integraron en Juntas provinciales,
que ejercían el gobierno en sus respectivas provincias. La necesidad de coordinación propició la creación
de una Junta Suprema Central, que asumió la labor de dirigir la guerra contra los franceses y el gobierno
efectivo en las zonas de España no ocupadas. En 1810 la Junta Suprema Central traspasó sus poderes a
un Consejo de Regencia, que actuaba en nombre del rey Fernando VII y que se estableció en Cádiz, la
zona más segura de la Península por entonces. Este Consejo sería el encargado de convocar las Cortes.
Ante la invasión francesa surgieron dos bandos en conflicto:
a. Los afrancesados: quienes vieron en Napoleón y su hermano José I la posibilidad de reformar
España. El pueblo no les entendió y fueron perseguidos.
b. Los patriotas y las Juntas. Eran antifranceses y se dividían en:
 Absolutistas, defensores del absolutismo y la religión católica.
 Liberales, defensores de la Constitución de Cádiz, es decir, defendían la transformación
de la España del Antiguo Régimen en un sistema liberal-parlamentario.
 Jovellanistas, una mezcla de ambos. Esperaban que Fernando VII impulsase un
programa de reformas que permitiera la permanencia de la vieja monarquía
tradicional junto a la modernización del país.
III.- El desarrollo militar de la guerra.
Al conocerse la noticia de los sucesos de Madrid y de las abdicaciones de Bayona, la
insurrección se extendió por todo el territorio español. Era, al mismo tiempo, una guerra contra el
invasor y una guerra civil; en la que se enfrentaban por un lado, los territorios ocupados por el ejército
francés, que contaba con el apoyo de los afrancesados y, por otro la resistencia popular, que afirmaba
luchar en nombre de Fernando VII.
Se pueden distinguir tres fases en el desarrollo del conflicto bélico:
o
Primera fase: resistencia española durante los meses iniciales de la guerra hasta otoño
de 1808. El avance del ejército francés, muy superior en número, es dificultado por la
fuerte resistencia de la población, lo que complicó los planes de Napoleón. Destacan los
sangrientos sitios (asedios) de Zaragoza y Gerona, ciudades que se resistieron a la
ocupación, inmovilizando a parte del ejército francés durante meses y la inesperada
victoria del ejército español dirigido por el general Castaños en la batalla de Bailén (julio
de 1808), que impidió la ocupación francesa de Andalucía. Era la primera derrota del
ejército napoleónico en campo abierto y creó tal alarma que José I abandonó Madrid y
huyó al norte, a Vitoria.
o
Segunda fase: en noviembre de 1808 Napoleón decidió dirigir personalmente las
campañas militares en España (noviembre 1808 - enero 1809), al frente de la Grande
Armée (250.000 hombres). Ocupó casi toda España y José I se instaló de nuevo en
Madrid; sólo quedaron libres algunas zonas como Cádiz que, ayudada por los británicos,
resistían el asedio francés. Napoleón regresó a Francia convencido de que su poderoso
ejército instalado en la Península no tardaría en dominar la situación. Desde el lado de
la resistencia fueron de vital importancia la participación militar de Inglaterra en la
contienda a favor de España y Portugal y las guerrillas (ataques por sorpresa al
ejército francés por parte de pequeños grupos de voluntarios locales, aprovechando
su conocimiento del terreno y el apoyo de la población) como nueva y eficaz táctica
de lucha contra ejércitos más numerosos y mejor equipados, como el francés. Algunos
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dirigentes alcanzaron gran prestigio, como El Empecinado, el cura Merino o Espoz y
Mina.
La guerra será en general favorable a los franceses, José I controlaba la mayor parte de
España.
o
Tercera fase: la situación se invirtió en la primavera de 1812, Napoleón necesitaba
efectivos en el frente ruso por lo que retiró parte del ejército francés en España. El
duque de Wellington, al frente de tropas inglesas, portuguesas y españolas, apoyadas
por las partidas de guerrilleros, inició el avance y después de la victoria de Arapiles
(Salamanca, julio de 1812) entraron en Madrid. Tras los triunfos de Vitoria y San
Marcial (1813), Napoleón, incapaz de mantener los dos frentes, pacta el fin del
conflicto.
Napoleón firmó el Tratado de Valençay (diciembre de 1813) que ponía fin a la guerra entre
España y Francia y hacía posible el regreso de Fernando VII a España.
IV.- Consecuencias de la guerra.
- Pérdidas demográficas: se calcula que hubo medio millón de muertos.
- Exilio de los afrancesados colaboradores, represión en el interior -fusilamientos, venganzas,
odio, revanchismo-. (Goya reflejó los horrores del conflicto en los grabados “Los desastres de la
guerra”).
- Pérdidas materiales y artísticas incalculables: caminos, puentes, conventos, iglesias, retablos,
etc. fueron destruidos. El país quedó arrasado.
- Grandes pérdidas económicas: destaca el grave deterioro de la industria textil catalana y el
mercado colonial casi perdido. Pero fueron los campesinos quienes soportaron el peso principal
de la guerra: alistamientos masivos, requisas de grano, ruina de cosechas y abandono de zonas
de cultivo.
- Ruina de la Hacienda española: se impuso el doble coste de la financiación de la resistencia y de
los impuestos exigidos por el enemigo. Paralelamente al aumento de los gastos, los ingresos
cayeron.
- Aparición de un nuevo tipo de militar, liberal, basado en el guerrillero anti-francés.
- En América los grupos criollos se organizan en Juntas y establecen un régimen de autogobierno
que está en el inicio del proceso de emancipación de las colonias.
- Se produjo una verdadera revolución política liberal, con las Cortes de Cádiz y la Constitución
de 1812. Supuso el paso del Antiguo Régimen a un régimen liberal, con importantes cambios
económicos, la abolición de privilegios de la nobleza y el clero y la aprobación de la primera
constitución española, que establecía la soberanía nacional y la división de poderes.
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Tema 11.2. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.
Las Cortes de Cádiz. Convocatoria y funcionamiento.
Composición social e ideológica de las Cortes.
Las Cortes de Cádiz: la Constitución de 1812 y las medidas legislativas.
Influencia de la Constitución de Cádiz.
I.
II.
III.
IV.
I. Las Cortes de Cádiz. Convocatoria y funcionamiento.
Tras los acontecimientos de 1808 el gobierno de España había quedado en manos de
un rey extranjero, José Bonaparte, y el país estaba ocupado por un ejército invasor. Por ello, el
pueblo organizado en Juntas asume el poder. Las Juntas locales y provinciales enviaron
representantes para formar una Junta Central Suprema que coordinara las acciones bélicas y
dirigiera el país durante la guerra. La Junta se reunió en Aranjuez (25 de septiembre de 1808),
aprovechando la retirada momentánea de Madrid de los franceses tras la derrota de Bailén.
La Junta Central, presidida por Floridablanca, contaba con más de una treintena de
miembros, de todas las clases sociales (nobles moderados y eclesiásticos –la mayoría- y un
grupo de ilustrados liberales como Jovellanos). La Junta reconoció a Fernando VII como el rey
legítimo de España y asumió, hasta su retorno, su autoridad.
La Junta Central se mostró incapaz de dirigir la guerra y el Estado, por lo que decidió
convocar unas Cortes en las que los representantes de la nación decidieran sobre su
organización y su destino. En enero de 1810 la Junta traspasa sus poderes a un Consejo de
Regencia formado por cinco miembros que se estableció en Cádiz, ciudad libre del dominio
francés y protegida por los buques británicos, mientras se reunían las Cortes.
Las Cortes se abrieron en septiembre de 1810 y el sector liberal consiguió el primer
triunfo al forzar la formación de una cámara única, en la que a cada diputado le correspondía
un voto, frente a la tradicional representación estamental.
El Decreto de Constitución de las Cortes ya significó una ruptura con el Antiguo
Régimen y la monarquía absoluta al establecer: la soberanía nacional, de la cual eran los
depositarios, la división de poderes y no reconocer las abdicaciones de Bayona.
Las Cortes asumieron el poder legislativo y se plantearon como objetivo elaborar una
Constitución (que será aprobada el 19 de marzo de1812, día de San José, de ahí el nombre
popular que se le dio, La Pepa).
II.- Composición social e ideológica de las Cortes.
El proceso de elección de diputados a Cortes y su reunión en Cádiz fueron
necesariamente difíciles. En un país dominado por los franceses era imposible una elección de
representantes y en muchos casos se optó por elegir sustitutos o diputados entre las personas
de cada una de las provincias que se hallaban en Cádiz. El ambiente liberal de la ciudad influyó
en que gran parte de los elegidos tuvieran simpatías por estas ideas.
La elección de los diputados se realizó mediante el voto de los varones mayores de 25
años. La composición social de las Cortes de Cádiz estuvo marcada por la fuerte presencia del
clero (1/3 del total), seguida de abogados, funcionarios públicos, abogados, militares,
intelectuales y escasos nobles.
Era una composición mayoritariamente liberal y burguesa que no reflejaba ni
representaba la realidad social española, en su mayoría campesinos, sin educación, ni cultura,
alejados de las ideas liberales e influenciados por la nobleza y la Iglesia.
Ideológicamente se distinguían tres grupos:
o
o
Los diputados liberales, que defienden las ideas de la Ilustración y de la
Revolución francesa: libertad, igualdad ante la ley, progreso material,
propiedad individual, soberanía nacional, división de poderes y desaparición de
los privilegios. Defienden los derechos de todo individuo y un sistema político
parlamentario con sufragio. Era el grupo con mayor número de diputados.
Los diputados absolutistas: no desean cambios, ni reformas políticas ni
sociales, solo la vuelta del rey “secuestrado” por Napoleón, la monarquía
tradicional (soberanía exclusiva del rey) y el mantenimiento del Antiguo
Régimen.
4
o
Al grupo intermedio se les denominó los jovellanistas, eran los herederos de
la Ilustración y de la idea de hacer las reformas desde arriba. Defendían la idea
de una soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
Desde el primer momento los liberales tomaron la iniciativa y pusieron las bases de
toda la labor legislativa posterior.
III. Las Cortes de Cádiz: la Constitución de 1812 y las medidas legislativas.
Las Cortes de Cádiz representaron el primer episodio de revolución liberal en la historia
de España, sus objetivos eran:
a- Elaborar una Constitución donde se reflejasen los principios del liberalismo, será la
Constitución de 1812.
b- Adoptar una serie de medidas legislativas que acabasen con las
estructuras
del Antiguo Régimen.
La Constitución de 1812.

Tras año y medio de debates, el 19 de marzo de 1812 fue proclamada la Constitución
de Cádiz, la primera constitución española. Tiene 384 artículos lo que indica la
minuciosidad con la que fue redactada. Fue el resultado de un compromiso entre absolutistas y
liberales, si bien se impusieron en mayor medida los principios liberales.
Contenido de la Constitución:

La soberanía nacional, es decir, la autoridad suprema reside en el conjunto de
los ciudadanos y la expresan sus representantes en las Cortes. Este artículo es
el más revolucionario de todos y el que va a dividir posteriormente a los
liberales, pues algunos preferían una soberanía compartida entre la nación y el
rey.

La Constitución establece una monarquía hereditaria como forma de gobierno,
pero constitucional: el rey ha de firmar y jurar la Constitución lo que limita su
poder. Se acaba con el concepto patrimonial de la monarquía -la nación
española es libre e independiente y no es patrimonio de ninguna familia ni
persona-.

Se establece la separación de poderes:
- El poder legislativo correspondía a las Cortes junto con el rey (el rey podía
intervenir en la elaboración de las leyes a través de la iniciativa y la sanción,
poseyendo derecho a veto). Se establecieron unas Cortes unicamerales
elegidas
por sufragio universal indirecto y masculino (votan los varones cabezas
de familia
para elegir a unos electores, que son los que eligen a los diputados varones
mayores de 25 años y con un mínimo de renta-. De esta forma
la burguesía se
aseguraba el poder). Las Cortes poseen amplios
poderes: elaboración de leyes,
aprobación de presupuestos, mando sobre el
ejército, etc. Se reguló su
convocatoria, la duración, etc.,
lo que
aseguraba su independencia respecto al rey
que no podía suspenderlas ni
disolverlas.
la
y
establecían
materia civil,
- El poder ejecutivo queda en manos del rey que nombra a sus ministros. Le
correspondía el gobierno y participaba en la elaboración de las leyes mediante
iniciativa y la sanción, con veto suspensivo. Su poder era, por tanto, restringido
controlado por las Cortes.
- El poder judicial queda en manos de tribunales independientes y se
los principios básicos de un Estado de derecho: códigos únicos en
criminal y comercial, garantías de los procesos...
5

Derechos y Libertades: La Constitución no los recoge de forma sistemática.
En el artículo 4 los cita sin concretar que la nación está obligada a conservar y
proteger:
“la libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de todos
los
individuos que la componen”. Sin embargo muchos derechos aparecen de
forma salpicada en otros artículos:
-
-
-
Se establece la igualdad civil al imponer una ley igual para todos los
ciudadanos, excepto para eclesiásticos y militares.
Aunque establece el derecho a la libertad de imprenta excluye a los
textos religiosos.
No reconoce la libertad de culto, pues se reconoce como única
religión de la nación española la católica y prohíbe el ejercicio de
cualquier otra religión. Fue una concesión clara del sector liberal a los
diputados absolutistas.
Se protege la propiedad individual, siguiendo las ideas del liberalismo
económico propias de la burguesía que defiende la igualdad civil pero
no económica, y que pretendía acabar con el sistema de propiedad del
Antiguo Régimen.
Inviolabilidad del domicilio.
Derecho a la educación, al implantarse una enseñanza primaria
pública y obligatoria.
 En otros artículos se recogía la reforma de los impuestos, la creación de un
ejército nacional, el servicio militar obligatorio, la elección de los cargos
municipales, y la creación de una Milicia Nacional de voluntarios armados para
defender el régimen liberal.
La Constitución de 1812 es una constitución típicamente burguesa que acaba con el
sistema político, social y económico del Antiguo Régimen para establecer otro de carácter
liberal que asegura el control político, intelectual y económico a la burguesía. Cuando regresó
Fernando VII todos los que estaban en contra de la Constitución se unieron al rey para acabar
con ella. Su vigencia será por tanto muy limitada, dos años (entre 1812 y 1814) en los que la
situación de guerra impidió la aplicación efectiva de lo legislado en Cádiz, y tres años durante
el Trienio Liberal (1820-1823). Pero su influencia será grande porque se convirtió en la
bandera del liberalismo y fuente de inspiración de otras constituciones posteriores.

Otras medidas legislativas:
Además de la Constitución, las Cortes de Cádiz aprobaron una serie de leyes y
decretos de liberalización económica y social destinados a eliminar el Antiguo Régimen y
modernizar España. Entre las medidas tomadas se encuentran:




Abolición del régimen señorial: supresión de los señoríos jurisdiccionales. Se priva a los
nobles del ejercicio de la administración de justicia, que es competencia exclusiva de la
nación y de algunas rentas.
Se decreta la desamortización de algunas tierras comunales y bienes de la Iglesia para
hacer frente a los gastos de la guerra y amortizar la deuda pública.
Se suprimen los gremios, se abole la Mesta y se decreta la libertad de comercio y trabajo.
Abolición de la Inquisición y prohibición de la tortura.
Estas reformas tuvieron escasa vigencia porque al volver Fernando VII, en mayo de
1814, abolió toda esta obra legislativa.
Influencia de la Constitución en el siglo XIX español.
IV.-
-
Este texto inicia la historia del constitucionalismo español. Es la primera Constitución
española y base de todas las demás.
Representó el primer intento serio de racionalizar el Estado y el ejercicio del poder
sobre la base de los principios del liberalismo, por lo que se convierte en la referencia
obligada y permanente de todo el liberalismo posterior.
Va a influir posteriormente en las jóvenes repúblicas hispanoamericanas
independientes y en las revoluciones liberales de Europa de 1820.
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Tema 11.3. Fernando VII: Absolutismo y Liberalismo. La emancipación de
la América Española.
I.- El reinado de Fernando VII.
II.- La emancipación de la América española (1810-1824).
I.- El Reinado de Fernando VII.
Paralelamente a la Guerra de Independencia (1808-1814) se había llevado a
cabo en España una revolución política liberal, con las Cortes de Cádiz y la
Constitución de 1812, que acababa con el sistema del Antiguo Régimen y recortaba
ampliamente los poderes del rey. Sin embargo, la Constitución no representaba la
opinión de todos los españoles, sólo la del grupo de diputados liberales mayoritarios
en Cádiz. Los absolutistas, la Iglesia y gran parte del pueblo no aceptaban el nuevo
régimen, lo que conducirá a la división de los españoles en dos grupos: los
absolutistas y los liberales.
Por el Tratado de Valençay (11 diciembre 1813) Napoleón devolvió el trono
de España a Fernando VII. En su reinado se pueden distinguir tres etapas:
1. El Sexenio Absolutista (1814-1820).
La vuelta de Fernando VII, denominado por el pueblo “el Deseado”, planteaba
el problema de integrar al monarca en el nuevo modelo político definido por las
Cortes de Cádiz. En lugar de dirigirse directamente a Madrid, donde estaban las
Cortes para jurar la Constitución, Fernando VII desembarcó en Valencia el 16 de
abril de 1814, donde un grupo de 69 diputados absolutistas entregó al rey un
escrito conocido como Manifiesto de los Persas, en el que se le pide que ignore las
propuestas de Cádiz y restaure la monarquía absoluta. Una vez constatada que la
fuerza real de los liberales era muy reducida y que contaba con el apoyo de una
parte del ejército y del pueblo, el 4 de mayo, el Rey firma un decreto, el Decreto
de Valencia, por el que declaraba nula la Constitución y todas las leyes
promulgadas en Cádiz. Inmediatamente, se inició una fuerte represión contra los
liberales, muchos de los cuales se exiliaron o pasaron a la clandestinidad. Esta
etapa se caracterizó por:
-
-
El restablecimiento de la monarquía absoluta y la vuelta al Antiguo
Régimen.
La ineficacia de sus ministros, incapaces de solucionar los gravísimos
problemas financieros del Estado. La Hacienda estaba en la ruina y si no se
implantaba las reformas propuestas por el liberalismo era imposible mejorar
la situación económica.
El descontento de los liberales y de un sector del ejército (formado por
antiguos guerrilleros) se va a manifestar mediante pronunciamientos
militares (forma de rebelión en la que un jefe militar se pronuncia o
manifiesta públicamente a favor del cambio político), ante la escasa fuerza
de la burguesía para defender sus propuestas por vías legales. Estos
pronunciamientos que intentaban acabar con el sistema político mediante las
armas como el de Díaz Polier o el general Lacy fracasaron, pero con ellos
se inicia una forma de hacer política, mediante la intervención de los
militares, que va a perpetuarse a lo largo de la historia contemporánea de
España.
2. El Trienio Liberal o Constitucional (1820-1823)
El 1 de enero de 1820 triunfó el pronunciamiento del coronel Riego
que se sublevó en Cabezas de San Juan (Sevilla) con el ejército que se dirigía a
América para luchar contra los independentistas, proclamando la Constitución
de 1812. La insurrección se generalizó, obligando a Fernando VII a jurar la
Constitución de 1812, iniciándose así el Trienio Liberal (1820-1823), que
7
supuso la vuelta al liberalismo. Se formó entonces un nuevo gobierno y se
convocaron elecciones a Cortes, al tiempo que muchos liberales comenzaron a
volver del exilio.
Las nuevas Cortes liberales restauraron gran parte de las reformas de
Cádiz como la supresión del régimen señorial y de los mayorazgos, abolición
de la Inquisición, creación de la Milicia Nacional para defender el liberalismo, el
restablecimiento de las libertades políticas, la liberalización de la industria y
comercio, etc.
Pero la labor del gobierno liberal durante el Trienio fue dificultada por:
 La división de los liberales en dos grupos:
- Los moderados o doceañistas, partidarios de introducir reformas en
la Constitución que la hicieran más conservadora (participación de la
Corona en las labores legislativas).
- Los exaltados o veinteañistas,
mantenían actitudes más
progresistas (defendían que el rey solo debía tener el poder
ejecutivo).

La oposición absolutista:
En 1822 se produjo una fuerte reacción de los realistas, (partidarios del
rey y del absolutismo) que protagonizaron varios sucesos para restablecer el
absolutismo: la sublevación de la Guardia Real, la organización de fuerzas
guerrilleras (partidas) absolutistas en el País Vasco y Navarra, así como la
creación de un gobierno paralelo en Cataluña, cerca de la frontera, “la
Regencia de Urgel”, que pretendía actuar como gobierno legítimo mientras
durara la “cautividad” del rey por los liberales. Finalmente el ejército la
disolvió.

La actitud contraria del rey hacia el liberalismo: Fernando VII obstaculizó las
reformas legislativas, utilizando el veto suspensivo. Además conspiró con los
países absolutistas de Europa, utilizando todos los recursos disponibles, para
poner obstáculos a las reformas liberales y pidió, secretamente, la
intervención extranjera para acabar con la experiencia liberal y restaurar la
monarquía absoluta.
Aprovechando una coyuntura europea favorable al absolutismo, Fernando VII pidió
expresamente ayuda a las potencias de la Santa Alianza, que, temerosas de que la
revolución se extendiera al resto de Europa, en abril de 1823, encargaron a Francia enviar
un ejército, los “Cien Mil Hijos de san Luis”, al mando del duque de Angulema, que,
apoyados por los realistas españoles, entraron en territorio español y repusieron a
Fernando VII como rey absoluto sin apenas resistencia (30 de septiembre de 1823).
3. La Década Ominosa (1823-1833).
Fernando VII declaró nulos todos los actos del gobierno durante el Trienio
Liberal y restauró de nuevo el absolutismo y se inició una brutal represión
contra los liberales. Sin embargo, el régimen absolutista se fue moderando,
buscando cierta modernización más similar al despotismo ilustrado del siglo
anterior. Esta vez, no se restauró la Inquisición e incluso Fernando VII contó
con algunos ministros reformistas. Tanto los absolutistas más radicales como
los liberales quedaron decepcionados ante la nueva situación política. Esta
etapa se caracterizó por:
 Medidas antiliberales:
- Depuración del ejército y la administración, represión
indiscriminada contra los liberales que tienen que exiliarse o
son fusilados (Torrijos y sus seguidores, ejecución de Mariana
Pineda por bordar una bandera liberal…).
- Abolición de la Milicia Nacional y creación de un cuerpo de
voluntarios absolutistas.
 Los graves problemas económicos:
8
A los tradicionales problemas de la Hacienda, se sumaba la pérdida
definitiva de las colonias. Hubo un tímido intento de reforma con la
creación del Código de Comercio, del Banco Nacional de San
Fernando y de la Bolsa (1831) buscando la colaboración de la
burguesía industrial y financiera.
 Una gran tensión política:
Tanto por las conspiraciones liberales como por las de los
apostólicos (nombre con el que se designó al sector más
ultraconservador de los absolutistas, opuestos a cualquier cambio y
descontentos con el monarca) que se organizaron en torno al
hermano del rey, Carlos María Isidro, y su previsible sucesor, ya
que Fernando VII, después de tres matrimonios, no tenía
descendencia.
 El problema sucesorio y el origen del carlismo:
En 1830 nació Isabel, la primera hija de Fernando VII y Mª Cristina
de Borbón. Sin embargo la Ley Sálica, implantada por Felipe V,
impedía reinar a las mujeres. Fernando VII derogó dicha ley mediante
la Pragmática Sanción y su hija fue declarada heredera. Su
hermano consideró ilegal esta medida, ya que le privaba del derecho
a heredar la Corona y en torno a él se agruparon los grupos
absolutistas, los llamados carlistas, que defenderán los derechos
sucesorios del infante Carlos María Isidro. Como los partidarios de
don Carlos estaban ya bien definidos (absolutistas radicales), la reina
buscó apoyos entre los liberales dirigidos por Cea Bermúdez.
En 1833 murió Fernando VII, asumiendo su viuda María Cristina de Borbón la
regencia de su hija Isabel, con la oposición de los carlistas. Se inició así la primera
guerra civil carlista, entre:
- Los isabelinos: partidarios de Isabel II, que aglutinan a los sectores
liberales.
- Los carlistas: partidarios de Carlos María Isidro de Borbón, que aglutinan a
los sectores más conservadores, católicos y absolutistas. Además defienden
los
fueros de vascos y navarros. Su lema es “Dios, Patria y Rey”.
II. La emancipación de la América española (1810-1824)
1. Causas de la independencia de las colonias.
El crecimiento económico del s. XVIII favoreció el desarrollo de un poderoso
grupo criollo (descendientes de españoles nacidos en América), que va a
protagonizar el proceso de independencia, descontentos por el trato discriminatorio
que les impedía acceder a los cargos públicos, la fuerte presión fiscal y el monopolio
comercial español. La difusión de las ideas liberales y el ejemplo de Estados Unidos
influirán en su deseo de emancipación. Además, contaron con el apoyo de los
ingleses y norteamericanos, interesados por el comercio con las colonias españolas
para llevar a cabo la independencia.
Las capas sociales más bajas -indios, negros y mestizos- estaban marginadas
y, en general, no se identificaban con el independentismo.
2. El proceso emancipador se puede dividir en dos fases:
 Primera fase (1810- 1815). Primeros intentos de independencia.
En un principio, América reaccionó ante la invasión francesa de España
proclamando su lealtad a Fernando VII y organizando Juntas, como en la
Península. Sin embargo, en el seno de estas Juntas americanas se gestó el
movimiento insurreccional, que se puso de manifiesto desde 1810, tras el
traspaso en España de los poderes de la Junta Central al Consejo de
Regencia. A partir de ese momento se proclamó la inexistencia de gobierno en
España y se inició el proceso emancipador. No todas las colonias reaccionaron
igual:
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En México (Virreinato de Nueva España) se produjo un
levantamiento independentista protagonizado por los campesinos
indios y mestizos, liderados por el cura Hidalgo y, posteriormente,
por Morelos. Los criollos reaccionaron contra ellos al ver
amenazados sus intereses, ya que era un movimiento radical y
social que exigía la abolición de la esclavitud, del tributo indio y la
reforma agraria. Los dos curas fueron fusilados y la revuelta
indígena fue sofocada por iniciativa de los terratenientes de raza
blanca.
o Las Antillas (Cuba, Puerto Rico) en general se mantuvieron fieles
a la Corona española.
o En el resto de América del Sur: se llegó a proclamar la
independencia en algunas ciudades. Los criollos depusieron al
Virrey en Buenos Aires y crearon una Junta, con el liderazgo de
San Martín (1810). Los mismos sucesos se reprodujeron en
Nueva Granada (1811) con Bolívar, y en otras zonas (salvo en
Perú). Paraguay fue el país que en esta época (1811) consiguió su
independencia.
Una vez que se restauró el absolutismo en España, Fernando VII
reaccionó enviando tropas a América (10.000 hombres) para sofocar los
intentos independentistas. Se consiguió controlar todo el territorio, salvo Río
de la Plata.
o
 Segunda fase (1816-1824). El triunfo de la independencia.
A partir de 1816 resurgió el movimiento emancipador, que esta vez
tendrá éxito gracias a la unión de varios factores:
- Lideraron el movimiento dos figuras militares importantes: Simón
Bolívar y José de San Martín.
- La nueva expedición militar que pretendió enviar el gobierno español
se sublevó con el coronel Riego (1820), impidiendo la llegada de
refuerzos a América.
- Durante el gobierno del Trienio Liberal se descuidó el movimiento
independentista ya que se pensó que la insurrección se acabaría una
vez que España estuviera gobernada por los mismos principios
liberales que aquella defendía.
- Los rebeldes americanos contaron con el apoyo de Inglaterra y Estados
Unidos.
Entre 1816 y 1824 se consumó el proceso de independencia:
 El ejército de San Martín, después de la proclamación de la
independencia de Argentina en 1816, atravesó los Andes y logró la
independencia de Chile (1818).
 Bolívar consiguió la independencia de Colombia y Venezuela en
1819, fundando la República de Colombia o Gran Colombia (los
actuales territorios de Venezuela, Colombia y Ecuador y Panamá).
 México se independizó en 1821 con Iturbide, un adinerado
latifundista criollo que, estando al mando de las tropas realistas, se
puso al frente de la revuelta y en pocos meses llevará a la
independencia del país y se proclamará emperador.
 Bolívar consiguió la independencia de Ecuador en 1822.
 Perú fue el último territorio que se independizó, dirigieron la campaña
Bolívar y San Martín con tropas llegadas de Colombia y de
Venezuela. En diciembre de 1824 el general Sucre, lugarteniente de
Bolívar derrotó a los españoles en la decisiva batalla de Ayacucho
(1824), dando lugar a la independencia de Perú y Bolivia.
Cuando finalizó el reinado de Fernando VII (1833) el inmenso imperio
colonial de antaño había quedado reducido a Cuba, Puerto Rico y Filipinas
(hasta 1898).
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3. Consecuencias de la emancipación de las colonias americanas.

Para España:
- España perdió un inmenso mercado, afectando a aquellas
industrias y cultivos que durante años habían gozado en América
de un mercado protegido.
- El comercio con América, una de las principales actividades de la
economía española, se redujo en gran medida y afectó
especialmente a zonas como Cataluña, que orientaba gran parte
de su producción a la exportación a las colonias.
A nivel fiscal desapareció una gran fuente de ingresos procedente
de los impuestos cobrados, de los metales preciosos y de los
productos coloniales (café, azúcar, cacao, etc.) lo cual agravó los
problemas de la Hacienda Pública.
- España dejó de ser una potencia mundial y redujo su papel
internacional a un país de segundo orden.

Para América:
- Se fragmentó en quince repúblicas, a veces enfrentadas entre sí.
Inestabilidad política y frecuentes conflictos políticos y militares
sin que éstos llevaran consigo la consolidación de la democracia.
Predominio político de los altos mandos militares que serán
además quienes controlen el poder durante mucho tiempo en
México, Perú, Chile y Venezuela.
Todos los intentos de crear unos Estados Unidos de América del
Sur, que era la ilusión de Bolívar fracasaron y el continente quedó
fragmentado en estados independientes que se enzarzarán pronto
en revueltas fronterizas.
Desigualdades sociales entre criollos, indios y mestizos. Estos
últimos continuaron excluidos del poder y se mantuvieron pobres
y sin tierras.
Dependencia económica de británicos y estadounidenses. Los
nuevos países del centro y sur se especializarán en la exportación
de materias primas y productos artesanales quedando estancadas
las posibilidades de modernización económica.
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