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Calahorra Tema 1: La Hispania Romana TEMA 1: LA HISPANIA ROMANA 218 a.C- 476 d.C La presencia de Roma en la P.Ibérica se prolongó desde finales del s. III a.C. hasta principios del s. V d.C. Durante este tiempo, la Península conoció un intenso proceso de romanización. 1. Conquista La conquista de la Península Ibérica por los romanos se extiende desde el 218 a.C hasta inicios del S. I a.C. La llegada de estos se produjo dentro del escenario general de la II Guerra púnica que enfrentaba a Roma y Cartago. Así, en el 238 a.C los cartagineses desembarcan en Gadir en busca de botín y hombres para volver a enfrentarse a Roma (La I Guerra Púnica la habían perdido). Tomaron en pocos años los pueblos del sur y sudeste peninsular donde fundaron Cartago Nova. En el 220 a.C ANÍBAL fue elegido jefe o caudillo del ejército púnico, e ideó la conquista de Roma desde la Península Ibérica, atravesando los Pirineos y los Alpes. En su avance, atacó la ciudad de Sagunto, aliada de Roma, lo que se cuenta, fue uno de los detonantes de la guerra. Por lo que cuentan los textos de la época, entre cartagineses y romanos se había firmado un tratado o pacto, llamado el Tratado del Ebro, por el que los cartagineses no podían sobrepasar dicho rio. El ataque de Sagunto desencadenó la reacción romana, aunque Sagunto está mucho más al sur de la línea del Ebro, por ello se cree que, o bien, el tratado era de un rio más al sur, o simplemente no hubo tratado. La conquista de la Península Ibérica se realizó en varias etapas: -La primera etapa (218-197 a.C) se inicia con la represalia romana ante los ataques púnicos. Con la intención de frenar a Aníbal, los romanos con Cneo Escipión al frente desembarcaron en Ampurias en el 218 a.C. Roma conquista el este y sur peninsular tomando las importantes plazas de Gadir y Cartago Nova y logrando dominar la costa mediterránea. -En la segunda etapa (197-133 a.C), la conquista se extenderá hacia las depresiones de Ebro y Guadalquivir. La provincia Citerior (norte) fue escenario de la rebelión de los pueblos íberos e ilergetes y la provincia Ulterior (sur), tras la rebelión de los turdetanos, escapó del control de Roma. Ésta, tuvo que enviar al cónsul Marco Catón, quien venció a los rebeldes y recobró la provincia. Pero no logró atraerse a los celtíberos que actuaban como mercenarios pagados por los turdetanos y cuyos servicios necesitaba. Catón, finalmente, acabó venciendo a los sublevados y vendió a los cautivos como esclavos. Pese a las campañas anteriores, la conquista de la zona central, la Celtiberia, fue obra principalmente de Tiberio Sempronio Graco (179 a 178 a. C.) quien conquistó varias ciudades, algunas de ellas mediante pactos y otras valiéndose de la rivalidad de los celtíberos con los vascones situados más al Norte, con los cuales probablemente concertó las alianzas necesarias para facilitar la dominación romana en la región de Celtiberia. En esta zona fundó Graccurris, lo que parece ser la actual Alfaro. Las tribus de los vascones y celtíberos se disputaron las ricas tierras del Valle del Ebro durante muchos años. Probablemente Calagurris, hoy Calahorra, llevó el peso de la lucha. Pero los celtíberos eran enemigos de Roma, y los vascones eran (estratégicamente es lo más razonable) sus aliados. Cuando Calagurris fue destruida por los romanos, se repobló con vascones, probablemente procedentes de la ciudad vascona del otro lado del río, destruida tiempo antes por los celtíberos, y por vascones de otros lugares. 1 Calahorra Tema 1: La Hispania Romana Más adelante encontramos dos hechos principales como fueron la rebelión lusitana y el asedio a Numancia: Un caudillo lusitano llamado Viriato, se rebeló contra el poder de Roma e inició una guerra de guerrillas para despistar al enemigo. En el 139 a.C fue asesinado, parece ser, por sus propios oficiales, que habían pactado la rendición a cambio de tierras y privilegios. Para someter a Numancia (133 a.C), el ejército romano rodeo la ciudad cortando todo contacto con el exterior. Tras resistir ocho meses de asedio, la ciudad se rindió ante Plubio Cornelio Escipión Emiliano. Algunos jefes celtíberos se suicidaron y la población restante acabó vendida como esclavos. La ciudad se arrasó por completo. Es esta etapa también se conquistaron las Baleares (123 a.C) -La última etapa tuvo lugar a finales del siglo I a.C. Hispania fue escenario de varios enfrentamientos civiles entre los propios romanos, como la lucha entre Sertorio y Sila, que acabó con la derrota de Sertorio a cargo de Pompeyo. Más tarde el enfrentamiento fue entre el propio Pompeyo y Julio César. Entre el 29-19 a.C, ya en época de Augusto, se iniciaron las guerras cántabras por las que fueron sometidos, de forma bastante cruel, los pueblos del norte peninsular (cántabros, astures y galaicos). 2. Romanización: La romanización fue un proceso complejo por el que los pueblos autóctonos de la P.I asimilaron de forma gradual los aspectos fundamentales de la cultura, formas de vida, costumbres, organización política, jurídica y social romanas, así como su lengua, el latín. Dicho proceso se produjo paralelamente a la conquista y la urbanización de la población y persistió hasta el fin de la presencia romana en la P.I. (s. III a. C- V d. C) a. División administrativa Los romanos impusieron en Hispania su organización política y administrativa con el objetivo de conseguir un gobierno eficaz y dar cohesión al territorio. Durante la conquista en el 197 a.C. los romanos la dividieron en dos provincias: - Hispania Citerior (Valle del Ebro y costa mediterránea) - Hispania Ulterior (resto del territorio conquistado.Valle del Guadalquivir) En tiempos de Augusto (fin s. I a.C): - H. Citerior Tarraconense (P. Imperial. Capital: Tarraco) - H. Ulterior *Bética (P. Senatorial. Capital: Hispalis) *Lusitania (P. Senatorial. Capital: Emerita Augusta) Mejoras administrativas Diocleciano (294-7 d.C.)Ya no hay separación entre provincias imperiales y senatoriales: - Baetica (Hispalis) - Gallaecia (Bracara) - Tarraconense (Tarraco) - Carthaginensis (Cartago Nova) - Lusitania (Emerita Augusta) Por último en el s. IV se creó la provincia Balearica 2 Calahorra Tema 1: La Hispania Romana Existían dos tipos de provincias, las senatoriales, controladas directamente por el Senado, y las imperiales, que dependían directamente del emperador. En cuanto a los dirigentes: Al frente de cada provincia hay un Pretor, un Procónsul o Cónsul (dependiendo de la importancia estratégica), designado por el Senado con las máximas competencias financieras, militares, jurisdiccionales y religiosas. El órgano asesor del pretor es el Concilium, que reúne a la aristocracia de las ciudades, encargado de las cuestiones administrativas, jurídicas, militares y fiscales. A su vez las provincias fueron divididas en Conventus Iuridici, en los que había en centro para la administración de justicia. En tareas fiscales el Pretor es auxiliado por el Questor, encargado de la hacienda provincial, y encargado de hacer un censo de los contribuyentes y sus pertenencias. b. Urbanización. Las ciudades hispanorromana. La administración y la explotación de Hispania por Roma se basaron finalmente en un entramado de ciudades. Las viejas ciudades fenicias y griegas se revitalizaron, y muchas de las indígenas se transformaron. Estas últimas tenían diferentes regímenes: estipendiarias (que habían sido conquistadas por la fuerza y estaban sometidas a un pretor y obligadas a pagar un tributo anual: estipendio), federadas (conservaban sus derechos pero debían prestar auxilio a Roma) e inmunes, que disfrutaban de autonomía y privilegios especiales, como no pagar impuestos. Las “colonias” eran las ciudades fundadas por los romanos, de las que destacan entre otras, Barcino, Tarraco, Caesar Augusta, Hispalis o Emerita Augusta. Habitadas por ciudadanos romanos, estaban organizadas a semejanza de las de Roma. Los estudios sobre urbanización (Urbanismo romano), reformas o servicios públicos fueron muy importantes para Roma puesto que la ciudad era el centro y las comunicaciones entre ellas algo imprescindible. Así podemos señalar la cuidada organización de la ciudad romana de plano regular (de planta rectangular similar a la de los campamentos romanos- Cardus y Decumanus) o la estructura de sus templos, teatros, termas, acueductos, etc. Estaban unidas por una excelente red de calzadas que las comunicaba entre sí y con el resto del Imperio; entre las más importantes, cabe destacar la Vía Augusta, la Vía de la Plata y la Vía Transversal. c. Economía Bajo la administración romana, la economía creció de forma considerable en la P.I, gracias entre otras cosas por la llegada de colonos romanos que se asentaron en núcleos urbanos. Las tierras conquistadas, en general, pertenecían al pueblo romano (Ager Publicus), la propiedad de las cuales la detentaba el Estado. Pero estas tierras, parte fueron devueltas a antiguos propietarios, otras, repartidas entre soldados o colonos, y el resto las arrendaba el Estado, aunque con el tiempo, muchas pasaron en propiedad. Esto explica que la clase senatorial se hiciera con grandes terrenos de tierra (latifundios) y se convirtieran en terratenientes. La tierra era símbolo de prestigio y riqueza en Roma. La ocupación de la P.I originó la explotación intensiva de sus recursos. En cuanto a la actividad agrícola y ganadera, seguirán siendo las bases económicas, lo diferente será la introducción de nuevas técnicas: barbecho, arado romano, animales de tiro, abono, rotación de cultivos, etc., y la construcción de nuevas infraestructuras, como canales, acueductos, puentes, etc., los cuales provocaron un gran aumento de la producción. 3 Calahorra Tema 1: La Hispania Romana Los productos esenciales fueron, en secano: cereales, vid y olivo; y en las zonas de regadío: los frutales y hortalizas. Algunas regiones como la Tarraconense o la Bética se hicieron famosas por sus vinos y aceites de oliva, que exportaban a Roma. Respecto a la ganadería, los rebaños de ovejas continuaron dominando la Meseta. La economía comercial se completaba con la exportación de minerales (cobre en Riotinto, hierro en el norte, mercurio en Almadén, plata en Cartagena, etc.) y la venta de esclavos de las tribus indígenas. En la actividad pesquera hay que destacar el aprovechamiento piscícola del litoral y la salazón del pescado. Para el consumo interno y para la exportación. Con el objeto de facilitar el transporte de tropas y mercancías, los romanos construyeron una red de calzadas, (de la que ya hemos hablado) que con el tiempo se convirtieron en verdaderos ejes comerciales. La Vía Augusta conecta las principales ciudades mediterráneas con la Galia y Roma. Y la Vía de la Plata une los puntos mineros de norte a sur. Alo que debemos añadir los importantes puertos marítimos como Cartago, Tarraco o Gades. A pesar del gran desarrollo agrícola, la economía del imperio era esencialmente urbana. En las ciudades crecía la actividad artesanal, acogiendo numerosos talleres que se agrupaban en corporaciones de oficios (collegia) d. Sociedad La sociedad hispanorromana está compuesta por grupos sociales diferenciados por grado de fortuna, derechos y participación en los asuntos públicos. La primera división básica era población libre y población esclava. Globalmente puede considerarse como sociedad de base esclavista. Orden Senatorial: Generalmente de origen romano (patricios) y con grandes propiedades agrícolas que monopolizan los altos cargos provinciales y la Administración local. Orden Ecuestre: Controlan parte del aparato militar, funcionarial y religioso. Son comerciantes y propietarios medios Decuriones: habitantes más ricos de las ciudades Populus: Conglomerado de pequeños propietarios, artesanos… Dentro de este grupo de hombres libres, no todos tenían la misma condición política y jurídica. Unos tenían ciudadanía romana y otros latina (hasta que Caracalla concedió la ciudadanía romana a todos s. III d. C) Libertos: esclavos manumitidos, es decir, liberados, pero que conservaban vínculos de dependencia con sus antiguos dueños. ------------------------------------------------------------------------------------------------------- Esclavos: Públicos o privados, son un número numeroso y de gran importancia económica. Carecen de autonomía personal y no son reconocidos como personas, por ello no pueden constituir familia o poseer bienes. Es decir, no tienen ningún derecho. La mayoría eran prisioneros de guerra, que transmitían su situación a sus descendientes. Realizaban los trabajos más duros (mina y campo), aunque había un grupo algo más privilegiado dedicado al servicio doméstico. e. Legado cultural El patrimonio artístico fue uno de los grandes legados de Roma, que deja constancia del urbanismo que aplicaron a sus ciudades, edificios y obras de ingeniería: acueductos (Segovia), murallas (Lugo), puentes (Alcántara), teatros (Mérida), anfiteatros (Itálica), arcos (Medinaceli), etc. Pero quizá una de las herencias más ricas fueron la lengua (latín) y el derecho. La lengua latina se difundió por todo el Imperio, y fue la base sobre la que se formaron las posteriores lenguas romances peninsulares (castellano, gallego, catalán y portugués). También se extendió el uso del 4 Calahorra Tema 1: La Hispania Romana Derecho Romano, el cual, mantiene parte de su vigencia y constituye el núcleo fundamental del Derecho de Occidente. La integración de Hispania a la cultura romana se muestra en que fuimos cuna de intelectuales como Séneca, Quintiliano o Marcial, y de emperadores como Trajano, Adriano y Teodosio. f. Religión El culto a los dioses romanos, basado en la tríada capitolina (Júpiter, Juno y Minerva) fue practicado en todo el Imperio, así como el culto imperial, que daba cohesión a todas la provincias romanas. El cristianismo se difundió por Hispania de forma lenta debido a la persistencia de cultos paganos y a la hostilidad de las autoridades. Su arraigo fue indiscutible a partir del s. III y sus seguidores fueron perseguidos hasta el Edicto de Milán (313) con Constantino en el que se declaraba la libertad religiosa .El edicto permitía practicar la propia religión no sólo a los cristianos, sino a todos, cualquiera que fuera su culto. Más adelante, con la conversión del cristianismo en religión oficial a finales del s. IV parece ser que con Teodosio), el cristianismo se afianzó, aunque surgieron en Hispania movimientos heréticos como el priscilianismo. 3. El Bajo Imperio El auge del Imperio romano se situó entre los siglos I y II, calificados como los de paz romana (pax romana). A partir del s. III, el Imperio, sobre todo la zona occidental, vivió un periodo de crisis que afectó a todos los ámbitos. Se debió principalmente a la gran extensión del imperio y a los enormes gastos necesarios para poder sostenerlos. Se debilita el poder del emperador, por el poder cada vez más elevado de los ejércitos y porque bastantes romanos empiezan a convertirse al cristianismo y ya no practican el culto al emperador. Hubo guerras civiles, revueltas campesinas, destrucción de ciudades y penetración de algunos pueblos bárbaros. El fin de las grandes conquistas y la concesión del derecho de ciudadanía a los habitantes libres del Imperio, produjeron una disminución considerable de los ingresos fiscales del Estado y un encarecimiento progresivo de la mano de obra esclava, que resultaba esencial para su sistema económico (economía esclavista). Como consecuencia, la producción agrícola disminuyó. Muchos pequeños propietarios se vieron obligados a entregar sus tierras a propietarios más poderosos y a seguir trabajándola a cambio de entregar parte de la cosecha. La vida en las ciudades fue decayendo y haciéndose insegura, así, los propietarios de villas rurales, huyeron hacia ellas, alejándose del control de la ciudad y de sus gobernantes (sobre todo de los recaudadores). De este modo los pequeños campesinos y los artesanos, buscaron la protección y el amparo de los terratenientes, que a cambio de protegerlos, percibían de estos una parte de su trabajo. Esto es lo que se conoce como sistema de colonato, precedente del sistema feudal de la Edad Media. Por tanto podemos decir que el imperio se ruralizó. Los pueblos germánicos, llamados bárbaros (extranjeros) por los romanos, aprovecharon tales circunstancias de crisis para acechar las fronteras romanas. La llegada de estos pueblos a la P.I, se produce a finales del s. III, dejando zonas saqueadas y sin posibilidad de recuperación. Pero fue en el 409, con la llegada de suevos vándalos y alanos, cuando la caída del Imperio en tierras hispanas se acelera. A estos, siguieron los visigodos, quienes gobernarán Hispania tras la caída del Imperio en el s. V. 5