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LA PERSONALIDAD
CONCEPTO DE PERSONALIDAD
Cada uno tiene un modo de ser diferente, una forma peculiar de actuar, de pensar, de sentir, que lo
diferencia como individuo y lo hace único. A eso alude la psicología cuando habla de personalidad, pero ¿en qué
consiste realmente? Es difícil dar una definición precisa ya que la personalidad no se puede observar, no aparece
ante nuestros sentidos, lo que observamos es cómo actúa la persona, su conducta, y de ahí tenemos que inferir
las características de lo que llamamos su personalidad. Por ejemplo, vemos a una persona que al ser presentada
a otra se pone roja, le tiemblan las manos y la voz y no sabe qué decir. A la pregunta “¿por qué se comporta así?”
podemos responder “porque es tímida” En este caso estaríamos explicando su comportamiento por una
característica de su personalidad. Pero ¿basta con que actúe así en una situación para decir que es tímida? ¿no
puede deberse a la propia situación o a un mal momento que atraviesa el individuo? Si alguien es vergonzoso sólo
con una persona o en unas circunstancias muy concretas, entonces el comportamiento no se explica tanto por su
personalidad como por la situación. Para que una característica se considere propia del sujeto no tiene que
depender por entero de la situación sino que ha de presentarse en distintas situaciones, es lo que se llama
consistencia transituacional. Así diríamos que una persona es tímida si lo es con la mayoría de las personas en
contextos diferentes.
Pero aún con esto no basta. Es necesario también que ese modo de actuar no se explique sólo por el
momento de la vida que atraviesa la persona que, como tal, es pasajero. Si después de sufrir un atraco alguien se
comporta con mucho miedo durante cierto tiempo en distintas situaciones no podremos decir sin más que es
miedosa, pues su miedo puede explicarse como reacción al atraco y se circunscribe a un periodo de su vida. Para
considerar que una característica pertenece a la personalidad de un sujeto ha de ser más o menos permanente.
(Lo cual no quiere decir que no pueda sufrir cierta modificación a lo largo de la vida) Se habla en este caso de
estabilidad temporal.
Se definiría, entonces, la personalidad como el modo de comportarse, pensar y sentir de un individuo
que se mantiene en las distintas situaciones y es estable a lo largo del tiempo.
Aunque la consistencia transituacional y la estabilidad temporal son siempre relativas, pues ningún
comportamiento es completamente independiente de la situación ni del momento en que se da.
Hay que señalar, además, que existen distintas teorías acerca de la personalidad, cada una de las
cuales la entiende de diferente forma, porque aunque todas admitan que tiene que ver con el modo de
comportarse propio de un individuo, unos enfoques entienden que esto se debe a las disposiciones o rasgos del
sujeto, que son características internas y estables pertenecientes al mismo(Teorías de los rasgos), mientras que
otras consideran que cualquier comportamiento depende de la situación y, como tal, es un estado efímero y
específico al contexto por el que pasa la persona. ( Es la polémica, nunca concluida, de la personalidad como
rasgo o como estado, dependiente de las disposiciones internas o de la situación).
Encontramos, por tanto, 3 enfoques:
SITUACIONISMO, mantiene que la conducta de las personas depende de las situaciones y no de
disposiciones o tendencias internas presentes en ellas. Piensan los autores pertenecientes a este enfoque
que si la conducta es consistente o coherente es porque se responde de manera similar en situaciones
similares, pero que dejaría de darse la consistencia si la situación cambiara drásticamente.
LA TEORÍA DEL RASGO que mantiene que la consistencia en la forma de actuar, pensar y reaccionar
emocionalmente depende de tendencias disposicionales internas al sujeto.
LA TEORÍA INTERACCIONISTA O INTERACCIONISMO, que supone un intento de reconciliar las dos
posiciones anteriores, mantiene que el comportamiento de las personas resultaría de la interacción de sus
disposiciones internas o rasgos y de la situación.
TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
La mayoría de las personas, sean o no psicólogos, se formulan preguntas acerca de su personalidad que
podrían expresarse en algunas como estas: ¿Cómo llegamos a ser como somos, a tener la personalidad que
tenemos? ¿Nacemos con ella, nuestra personalidad es innata, o la formamos mientras vivimos y gracias a lo que
vivimos, a nuestras experiencias y nuestra historia de aprendizaje?
Las respuestas de la Psicología a tales preguntas varían según el enfoque teórico desde el que se aborda el
problema. Las teorías más importantes son la Psicoanalítica, la Teoría del rasgo, la Humanista y la Conductista.
La teoría Psicoanalítica tal y como la expuso su fundador S. Freud entiende que lo que define a una persona no
es sólo aquello que es accesible a su conciencia; sino que una parte muy importante de ella es inconsciente,
innacesible a la conciencia pero fuente de las verdaderas causas y los motivos de las acciones del individuo.
Entre conciencia e inconsciente sitúa Freud aquellos recuerdos no presentes en un momento determinado en la
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conciencia, pero que pueden hacerse conscientes con facilidad, a ellos se refiere como preconsciente.
A partir de 1923 establece una nueva estructura de la personalidad y la concibe como formada por tres
instancias psíquicas: el Ello ( id), compuesto por los instintos primarios, los de vida (Eros, en los que se incluyen la
autoconservación y los sexuales o libido) y los de muerte o destrucción (Thanatos) Los impulsos tienden a ser
satisfechos inmediatamente y sin reparar en ningún límite, por lo que se dice que el Ello es la parte oscura y
animal de nuestra naturaleza y está guiada por el principio de placer. Del ello surge el Yo (Ego) al buscar límites y
una manera realista y acorde con la realidad para dar satisfacción a los deseos. El Yo opera según el principio de
realidad y se encarga de hacer compatibles la satisfacción de los instintos y deseos del Ello con las exigencias de
la realidad y del Super-yo, el tercer elemento de la estructura personal. El Super-yo impone las restrictivas normas
morales, así como el ideal de perfección o yo ideal que el individuo ha interiorizado a partir de las exigencias de
sus padres hacia él y su comportamiento.
La teoría que Freud mantiene de la personalidad es, en realidad, una teoría del desarrollo. Los rasgos
que definen a una persona se van formando al dar satisfacción a los impulsos innatos, fundamentalmente, a la
libido o energía sexual, que en cada época de la vida se focaliza en una zona concreta del cuerpo de la que se
obtiene el placer. Las distintas características de la personalidad se adquieren en el modo en que se va dando
satisfacción a tales impulsos.
Hay 5 etapas: oral (18 meses), anal (18-3 años), fálica ( 3-6 años), latencia (6-11) y genital (a partir de 11 años)
Para desarrollar la personalidad de modo adecuado ha de superar correctamente los conflictos que
supone cada etapa. Si alguno no se resuelve correctamente, el sujeto queda fijado en dicha etapa y puede
presentar de adulto ciertos trastornos de personalidad o alguna otra patología.
La Teoría Humanista pone como estructura central de la personalidad al “Yo” estrictamernte humano y espiritual.
Los humanistas están convencidos de que todo ser humano posee una fuerza o dirección interna que le empuja a
crecer o mejorar, eligiendo con inteligencia y libertad las opciones correctas para convertirse en el individuo mejor
que pueda ser.
Cada individuo posee unas características propias y una idea de sí mismo o autoconcepto. El
autoconcepto engloba una visión real de sí mismo : la persona que pienso que soy (yo real), y una visión ideal de
sí: la persona que me gustaría ser y creo que debo ser (yo ideal). Para vivir plena y satisfactoriamente, se ha de
procurar tener una idea realista del yo, y una pretensión por desarrollarlo hasta alcanzar el yo ideal y conseguir lo
que Maslow denomina autorrealización. La autorrealización entraña el más alto desarrollo personal y la
realización completa del potencial del individuo.
Para los Conductistas el ser humano nace como una “tabula rasa” no tiene características innatas que lo definan,
ni disposiciones internas que expliquen sus acciones y su modo de ser. Lo que el individuo sea dependerá de lo
que viva, de sus experiencias en función de su ambiente. Nuestra conducta depende de la situación en la que nos
encontremos, es específica con respecto a la misma y, por tano, se mantendrá estable mientras lo haga la
situación, pero cambiará si ésta cambia.
Por tanto, la personalidad propiamente no existe, actuamos como lo hacemos porque hemos aprendido
de distintos modelos o por experiencia propia a responder de ese modo ante situaciones similares. Con el término
“personalidad” nos referimos, pues, a la suma total de conductas aprendidas.
Estaría dentro del enfoque SITUACIONISTA.
Los partidarios de la Teoría de los tipos o rasgos consideran, por el contrario, que existen unos rasgos o
disposiciones internos, personales que son consistentes y estables y predicen el comportamiento de las personas
en las distintas situaciones. Este enfoque se basa en el supuesto de que la estructura de la personalidad es
común a todos pero cada individuo difiere en la combinación especial del grado en que posee cada rasgo. Tales
rasgos se organizan formando una totalidad organizada. A esta organización se le llama “tipo”.
El propósito es localizar el conjunto de rasgos que constituyen la estructura de la personalidad y medirlos,
para lo que elaboran una serie de técnicas que son conocidas como tests psicométricos o tests de personalidad.
Desde la antigüedad clásica Hipócrates y Galeno hablan de tipos de personalidad en función de la
proporción que el cuerpo contuviera de los distintos humores que lo hacen funcionar o de los elementos que lo
componen, así hablaban de 4 tipos, el colérico en el que predomina la bilis amarilla, el melancólico, con exceso de
bilis negra, en el sanguíneo es la sangre y en el flemático la linfa. En el siglo XIX enconrtramos aún tipologías que
ponen en relación las características físicas y las de personalidad, la de Sheldom y la de Kretschmer. Los tipos se
concebían de forma muy rígida, o se pertenecía a uno o a otro. Era cuestión de todo o nada.
Posteriormente se cambia esta forma de entender las diferencias de personalidad, y se habla de
dimensiones, las personas pueden situarse en un punto u otro de la dimensión según participe en mayor o menor
grado de las características que representa. Ejemplos de teorías del rasgo de la psicología científica son la de
Eysenck y la de Cattell.
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TEORÍA DE EYSENCK
Eysenck explica la personalidad a partir de 3 factores, dos bipolares: extraversión y extraversión y
estabilidad-inestabilidad emocional, y uno unipolar: la psicopatía.
a) EXTRAVERSIÓN-INTROVERSIÓN. Aunque ya Jung concediera importancia a esta dimensión, fue Eysenck
quien la convirtió junto con el neuroticismo y posteriormente el psicoticismo en uno de los ejes fundamentales de la
personalidad de los sujetos. Y desde él prácticamente todas las teorías estructurales de la personalidad la incluyen
en sus taxonomías.
Se puede describir a los sujetos extravertidos como expansivos, impulsivos, no inhibidos, sociables. Le
gustan las actividades sociales, pero no las solitarias, tienen muchos conocidos y disfrutan con las relaciones
sociales que le son muy fáciles. Suelen buscar emociones fuertes y conducirse por los impulsos del momento, con
cierta tendencia a ser agresivo. Prefieren el movimiento y la acción y les gusta reírse y vivir contentos, huyendo de
la reflexión, la crítica y de las conversaciones serias de temas “importantes”.
En el polo opuesto se encuentra el introvertido, individuo tranquilo, retraído, con tendencia a la
introspección, a analizarse a sí mismo. Amante de las actividades solitarias disfruta leyendo o en cualquier
actividad que requiera silencio y concentración. Es reservado y distante con la gente que no conoce o conoce
poco, aunque suele tener algún buen amigo, pocos pero íntimos. Suele ser ordenado y reflexivo, piensa mucho las
cosas antes de hacerlas.
Eysenck intentó explicar el constructo, hallar las causas fisiológicas que explicaran la diferenica en el
comportamiento de extrovertidos e introvertidos, y él creyó hallarlas en el funcionamiento de una estructura del
sistema nervioso central, el S.A.R.A. (Sistema activador reticular ascendente), responsable en parte del estado de
vigilia y de atención del organismo, así como del nivel de arousal ( éste indica la activación comportamental que se
origina en el córtex y desciende a las estructuras subcorticales). Los introvertidos tendrían una alta activación
cortical, por lo cual intentan evitar un exceso de estimulación que elevaría exageradamente su nivel de arousal.
Por el contrario los extrovertidos tendrían una baja activación cortical por lo que buscarían estimulación externa
que les lleve a un grado óptimo de arousal.El mayor nivel de arousal de los introvertidos favorecería, según
Eysenck, su mayor capacidad de procesamiento sensorial, su facilidad para ser condicionados y su alta ejecución
en tareas que precisan mucha atención y concentración. Eysenck suponía que esta facilidad para aprender
llevaba a los introvertidos a una mejor asimilación de las normas sociales, a ajustar su conducta a ellas y a
presentar pocas tendencias delictivas. Lo contrario cabría decir de los extrovertidos.
Sin embargo esta explicación presenta problemas y no pudo ser apoyada suficientemente de forma experimental.
Grey, a principios de los años 70, hace una modificación a la misma, habla de dos sistemas distintos , el
de inhibición conductual, BIS, y el de activación o aproximación conductual, BAS. En los introvertidos sería
más fuerte el primero, en los extrovertidos el segundo. ¿Qué significan estos sistemas, cómo afectan al
aprendizaje por condicionamiento? Según postula Grey, los introvertidos y los extrovertidos se
condicionarían de manera distinta en función de si la conducta es premiada o castigada. Los introvertidos
son muy sensibles al castigo, su sistema de inhibición es alto, y en cuanto son castigados evitan repetir
esa conducta. Los extravertidos, por el contrario son poco sensibles al castigo, pero lo son mucho a las
recompensas, a los premios, pues su sistema de aproximación conductual es alto. Luego los introvertidos
serían muy sensibles a los castigos y los extrovertidos a los premios.
Newman ( 1982) aún introdujo otro matiz a la aportación de Gray, él y su equipo se dieron cuenta de que el
problema de los extrovertidos no se hallaba en una situación simple de castigo o de recompensa positiva,
sino en aquélla en que ambas estaban presentes: el extrovertido persevera en el mantenimiento de una
conducta que le ha llevado a obtener una recompensa, aunque tal conducta sea posteriormente
castigada. No eliminará fácilmente una conducta que en algún momento le fue premiada. El introvertido la
elimina en cuanto aparece el castigo.
Esto puede explicar que los extrovertidos presenten con más frecuencia conductas peligrosas, antisociales
o delictivas.
b) Rasgo de NEUROTICISMO-ESTABILIDAD: Es, como el anterior, un rasgo bipolar. El individuo que se
sitúa en el polo del neuroticismo manifestaría labilidad emocional, es decir, tendría cambios emocionales
ante el más insignificante suceso, con poco control de sus emociones. Es sugestionable, preocupado,
intranquilo, le cuesta estarse quieto y se recupera con dificultad de una situación emocional fuerte.
Frecuentemente se ve aquejado de desarreglos somáticos difusos como jaquecas, problemas digestivos,
insomnio, dolores de espalda,etc. Suelen ser personas que padecen gran tensión y ansiedad, y con
tendencia a presentar desórdenes neuróticos.
Los estables emocionalmente tienen más o menos el control de sus emociones, no sufren los
problemas de ansiedad y somáticos que los anteriores. Suelen tener voluntad, mostrarse autosuficientes,
tranquilos, sociables y con buena agudeza sensorial e inteligencia.
Según Eysenck difieren estos sujetos en el modo de funcionamiento del sistema nervioso
autónomo, en concreto en su rama simpática que es la que prepara el organismo para hacer frente a las
emergencias. La persona con alto nivel de neuroticismo tendría un SNA muy sensible a la estimulación,
que reaccionaría rápida e intensamente ante el más mínimo estímulo, fundamentalmente cuando se
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interpreta como peligroso o amenazante. Si se asocian otros estímulos presentes en la situación al que
provoca la reacción se formaría un miedo condicionado, o ansiedad condicionada, por esto las personas
neuróticas presentan un exceso de miedos ante situaciones potencialmente poco peligrosas.
c) El último rasgo que añade Eysenck a su teoría fue el PSICOTICISMO y lo entiende como unipolar: el
que puntúa bajo está en posiciones normales, mientras que el que puntúa alto presentaría las
características que definen el rasgo. Las puntuacines altas indican que se trata de sujetos escasamente
preocupados por la gente. Frecuentemente son crueles e inhumanos, con poca empatía, fríos, como sin
sentimientos, tanto hacia las personas como hacia los animales, insensibles, hostiles y agresivos incluso
con las personas cercanas y queridas. No les asusta el peligro, ante las situaciones peligrosas se
muestran tranquilos, indiferentes. Son mentirosos y manipuladores. No asumen sus responsabilidades, y
no albergan sentimientos de culpa. Generalmente ha fracasado en ellos el proceso de socialización. A
menudo poseen pensamientos extraños y poco habituales.
EXTRAVERSIÓN: los sujetos extravertidos suelen INTROVERSIÓN individuo tranquilo, retraído, con
ser expansivos, impulsivos, no inhibidos, sociables. tendencia a la introspección, a analizarse a sí
Le gustan las actividades sociales, pero no las mismo. Amante de las actividades solitarias disfruta
solitarias, tienen muchos conocidos y disfrutan con leyendo o en cualquier actividad que requiera
las relaciones sociales que le son muy fáciles. silencio y concentración. Es reservado y distante
Suelen buscar emociones fuertes y conducirse por con la gente que no conoce o conoce poco, aunque
los impulsos del momento, con cierta tendencia a suele tener algún buen amigo, pocos pero íntimos.
ser agresivo. Prefieren el movimiento y la acción y Suele ser ordenado y reflexivo, piensa mucho las
les gusta reírse y vivir contentos, huyendo de la cosas antes de hacerlas.
reflexión, la crítica y de las conversaciones serias
de temas “importantes”.
BASE NEUROLÓGICA:
1.- Primera postura: Actividad del SARA que determina:
Bajo nivel de arousal,
Alto nivel de arousal
Difícil de condicionar. Mala concentración.
Fácil condicionamiento. Gran concentración.
Mayor socialización
2.- Segunda postura: Grey
Fuerte sistema de activación conductual:BAS
Fuerte sistema de inhibición conductual: BIS
Buscan las recompensas.
Huyen del castigo.
3.- Tercera postura: Newman
Persevera en una conducta que ha sido reforzada,
aunque también haya sido castigada
Son más sensibles al castigo, eliminan la
conducta cuando este aparece.
ESTABILIDAD EMOCIONAL: tienen más o menos
el control de sus emociones, no sufren los
problemas de ansiedad y somáticos que los
anteriores. Suelen tener voluntad, mostrarse
autosuficientes, tranquilos, sociables y con buena
agudeza sensorial e inteligencia
NEUROTICISMO: el que puntúa alto manifestaría
labilidad emocional, con poco control de sus
emociones. Es sugestionable, preocupado,
intranquilo, le cuesta estarse quieto y se recupera
con dificultad de una situación emocional fuerte.
Frecuentes desarreglos somáticos difusos como
jaquecas, problemas digestivos, insomnio, dolores
de espalda,etc. Padece gran tensión y ansiedad, y
con tendencia a presentar desórdenes neuróticos.
BASE NEUROLÓGICA:
Sistema nervioso autónomo muy reactivo, sobre
todo en su rama simpática. Se alarma fácilmente,
y crea miedos condicionados.
SNA menos reactivo
PSICOTICISMO (Factor Unipolar)
Los sujetos que puntúan alto son fríos, hostiles, con poca empatía. No les asusta el peligro, ante las
situaciones peligrosas se muestran tranquilos, indiferentes. Son mentirosos y manipuladores. No asumen
sus responsabilidades, y no albergan sentimientos de culpa. Generalmente ha fracasado en ellos el
proceso de socialización. Crueles e “inhumanos”.A menudo poseen pensamientos extraños y poco
habituales.
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Cattell, sin embargo, habla de 16 factores primarios centrales de la personalidad y 4 secundarios.
Actualmente se mantiene otra teoría factorial, el modelo de los Cinco Grandes (The Big Five), que
establece 5 rasgos bipolares para definir la personalidad de cualquier individuo: Neuroticismo-Estabilidad
Emocional, Extraversión-Introversión, Apertura a la experiencia-Cortedad de miras, Amabilidad-Hostilidad
y Responsabilidad-Irresponsabilidad.
TEST DE PERSONALIDAD
Prueba que da información descriptiva sobre las características de la personalidad de los sujetos.
Además de los métodos generales como la entrevista o la observación existen ciertas pruebas
específicas:
Tests o pruebas psicométricas: son cuestionarios con un determinado número de preguntas para las
que se ofrecen un número limitado de opciones de respuesta. La puntuación que obtiene el individuo se
compara con un grupo normativo de referencia lo que le indica en qué posición se sitúa en la posesión de
las características o rasgos que mida el test en relación a la población general.
Algunos de los tests más conocidos son el 16PF de R. Cattell, el EPQ de Eysenck y el MMPI que
ha sido recientemente revisado y se llama MMPI-2, éste no sólo pretende dar información sobre los rasgos
de personalidad de un individuo sino también discriminar a partir de sus puntuaciones si sufren o no una
patología.
Tests proyectivos: (Usados fundamentalmente desde las posiciones teóricas de las teorías
psicodinámicas) Tratan de recoger qué y cómo piensa una persona a nivel consciente e inconsciente. Se
pide al individuo que interprete ciertos estímulos como fotos, dibujos, palabras, manchas, que están poco
definidos o son ambiguos, de modo que al dar su interpretación el sujeto tiene libertad para que afloren
sus ideas conscientes e inconscientes. Suponen sus partidarios que el individuo está proyectando sus
conflictos, necesidades y preocupaciones al elaborar una historia sobre el material presentado. Desde la
perspectiva del Psicoanálisis las ideas y deseos inconscientes pueden aflorar en estas condiciones porque
debido a la ambigüedad de los estímulos no se puede ejercer la suficiente censura para frenarlos.
Caben destacar dentro de este tipo de pruebas el Rorschach y el Test de Apercepción Temática
(T.A.T)
 En el test de Rorschach se presentan al sujeto 10 manchas de tinta simétricas respecto al eje
vertical sin un dibujo definido y se le pregunta “¿qué ve usted ahí?”. Se anotan sus respuestas,
tanto las verbales - la interpretación de la lámina-, como las no-verbales: sus gestos, su expresión
emocional...La respuesta es analizada en distintas dimensiones.
Aunque es una prueba bastante utilizada en determinados contextos clínicos, no se ha
probado empíricamente su eficacia para medir lo que dice medir.
 En el T.A.T. lo que ha de hacer el individuo es contar una historia basándose en ciertos dibujos en
los que hay diferentes personajes. El entrevistador le pide a la persona que va a ser evaluada que
describa lo que piensan y hacen las personas de la lámina, lo que pasó antes de ese momento y
lo que pasará después ( siempre referido a los personajes de la lámina)
Las respuestas se analizan en función de la persona con la que se identifica el sujeto, las
características de personalidad y las necesidades que atribuye a cada personaje, los conflictos
que percibe, la estructura general de la historia y su resultado final.
ALGUNOS RASGOS DE PERSONALIDAD
LUGAR DE CONTROL: Creencias que posee un sujeto sobre si su propia conducta es la causa de que
aparezcan ciertas consecuencias o resultados, y por tanto, de que pueda a partir de su conducta controlar
dichos resultados.
 Si efectivamente el sujeto establece una relación entre su propia conducta y lo que se sigue de
ella, si percibe que lo que hace es la causa de lo que sucede y se ve con capacidad para controlar
lo que le sucede, se dice que tiene un lugar de control interno.
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Si, por el contrario, no establece tal relación y considera que lo que le ocurre se debe a las
circunstancias o al azar, se habla de lugar de control externo.
Por ejemplo, si ante la posibilidad de presentarse a unas oposiciones el sujeto considera que puede
sacarlas si se prepara convenientemente y hace bien las pruebas, estamos ante un sujeto con lugar
de control interno. Si piensa que haga lo que haga al final dependerá de la suerte que tenga con el
tribunal y con el tema que salga, su lugar de control es externo.
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INDEPENDENCIA-DEPENDENCIA DE CAMPO: Tendencia a tomar como referencia para percibir el
mundo la experiencia interna o propioceptiva, en el caso de la independencia, o tomar una referencia
externa, en la dependencia. Por ejemplo, para decidir si una línea vertical es o no perpendicular al suelo se
puede tomar como referencia el propio cuerpo (independencia de campo), u otras líneas presentes en la
situación (dependencia). Las personas con independencia de campo están menos influidas por el
contexto, por esto son capaces de aislar un estímulo dado dentro de un contexto o fondo que lo
enmascara, mientras que las personas dependientes de campo encuentran en esto mayor dificultad.
Esta característica del modo de percibir los individuos correlaciona con ciertas variables de
personalidad, así en lo que se refiere a la influencia social los sujetos independientes de campo es más
difícil que se dejen influir por los demás que los dependientes de campo. Además los independientes de
campo suelen ser personas más solitarias, más frías, menos acogedoras, más inhibidas, menos
impulsivas y con una orientación más impersonal que los dependientes.
AUTOCONCEPTO: También denominado sí mismo o self ( en inglés).
El sí mismo es el modo según el cual el individuo se percibe a sí mismo, las características que se
atribuye, incluyendo las actitudes y sentimientos que experimenta respecto de sí. En este sentido el propio
yo de la persona se toma como objeto de conocimiento y la forma de entenderlo provoca en cada uno una
serie de actitudes, sentimientos, opiniones...
Pero el sí mismo es a la vez el sujeto que conoce y actúa, y en este sentido ha de entenderse como un
conjunto de procesos cognitivos que le permiten relacionarse y adaptarse al mundo.
El concepto de sí mismo es central en la Psicología Humanista según la cual la mayoría de los procesos
psicológicos así como la conducta de la persona se organizan en función de él.
También puede darse un enfoque cognitivo del sí mismo, como lo hace Malkus, desde la teoría del
procesamiento de la información, y entenderse como un sistema de esquemas cognitivos de uno mismo
desde los cuales se organiza y evalúa la información personal y social. Tales autoesquemas permiten
comprender y explicar nuestras experiencias sobre nosotros, la realidad y los demás.
De forma general podría decirse que en el autoconcepto aparecen 3 componentes:el cognitivo, el afectivo
y el comportamental.
 El componente cognitivo es la autoimagen en la que se incluirían las creencias y opiniones que
uno tiene de sí mismo, el modo en que uno se percibe; correspondería a la descripción que
cualquiera haría de él, por ejemplo soy una persona alegre, sincera, algo tímida, alta...etc.
 El componente afectivo sería la valoración que el propio sujeto realiza sobre la imagen que tiene
de sí: uno no sólo se define, también concede un valor a las características que se atribuye, y esa
valoración puede ser positiva o negativa. A esto es a lo que se llama autoestima. Si la valoración
que hacemos sobre nosotros es positiva, si nos aceptamos, nos queremos, creemos que
merecemos cosas buenas, tenemos una buena autoestima. Por el contrario la autoestima es baja
si nos tenemos en poco, si consideramos que no somos merecedores de afecto, respeto o
consideración, si no nos valoramos ni apreciamos.
 Por último el modo en que nos entendamos y nos valoremos nos va a predisponer a
comportarnos de una forma u otra. Es el componente comportamental: nuestra autoimagen y
autoestima influyen en nuestra conducta.
Para formar el concepto de sí mismo son fundamentales los mensajes, verbales y no verbales,
que los demás nos dan, sobre todo los de las personas cercanas y por encima de cualquiera, de los
padres y el periodo por excelencia en que esto sucede es la infancia. Por esto, para formar un buen
autoconcepto, que le haga a uno sentirse seguro y feliz, lo más importante es haberse sentido amado,
valorado, respetado, principalmente por sus padres, porque esto le va a hacer verse como alguien valioso,
querible, respetable, digno.
También es importante el “estilo educativo” de los padres, para que la persona se valore y acepte a
sí misma los padres han de mostrar a su hijo afecto, preocupación por su bienestar , poner normas
adecuadas y mantenerlas de forma consistente, y utilizar la recompensa más que el castigo. Si los padres
son inconsistentes, no ponen límites, castigan o premian sin criterios claros, si rechazan o no dan
importancia al logro de su hijo, si no lo aceptan tal y como es, la autoestima y la autoimagen del niño se
resentirán.
AFRONTAMIENTO DEL ESTRÉS: Son métodos que utilizan las personas para hacer frente a las
situaciones de estrés y controlar sus propias reacciones al mismo.
El afrontamiento se puede llevar a cabo a través de distintas estrategias:

La más drástica, pero no siempre fácil o practicable sería solucionar el problema identificando la
fuente de estrés y eliminándola, con lo que se elimina también el estrés.

Otra forma de afrontamiento es de tipo cognitivo, consiste en dar una nueva interpretación a la
situación, que sea realista o que ayude a sobrellevarla. Esto puede que no elimine por completo el
estrés pero puede reducirlo.

Si no es posible escapar de la situación estresante ni reducirlo, se procurará controlar las
reacciones al mismo, es decir, se actuará sobre las respuestas emocionales y físicas producidas por
él; por ejemplo con técnicas de relajación, entrenamiento en autocontrol, practicando deportes
aeróbicos, y también buscando relaciones sociales.
Las anteriores son técnicas eficaces y recomendables de afrontamiento del estrés, pero en ocasiones las
personas lo afrontan de manera ineficaz mediante mecanismos incorrectos: consumo de drogas o alcohol,
respondiendo con agresividad o bien con retraimiento e inactividad, creando mecanismos de defensa que
aunque puedan eliminar a corto plazo el estrés, como suponen una fuerte distorsión de la realidad, a la
larga provoca desajustes importantes en la vida de la persona.
ANSIEDAD: Estado de aprensión, tensión e incertidumbre que se produce como reacción a la anticipación
de una amenaza real o imaginaria. Se expresa por sentimientos de temor y aprensión o tensión emocional
acompañada de reacciones somáticas más o menos difusas. Se desencadena ante la anticipación de un
peligro imprevisible que se percibe como incontrolable. La respuesta de ansiedad es más intensa o menos
en función de la predisposición del sujeto a padecerla y del tipo de amenaza que se perciba.
En la Psicología de la Personalidad se distingue la ansiedad-rasgo de la ansiedad-estado.
 Se considera la ansiedad como estado cuando se produce de modo transitorio ante una
determinada situación que se percibe como amenazante, pero desaparece al cambiar la situación.
Así se esperaría que cualquiera sintiera temor en situaciones peligrosas, por ejemplo, si se ve
envuelto en un tiroteo, y que la ansiedad fuera baja si el peligro es escaso, por ejemplo al ir a
hacer la compra al super del barrio.
 La ansiedad como rasgo se refiere a un nivel de ansiedad alto global y estable.. Las personas que
lo presentan tienen una predisposición a manifestar ansiedad ante un mayor número de estímulos
y a responder más intensamente ante un estímulo amenazante.
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD
Los trastornos de personalidad son pautas duraderas en la forma de percibir, pensar y
relacionarse con el mundo y con uno mismo que se manifiestan en un amplio abanico de situaciones
personales y sociales y que se caracterizan por ser rígidas y poco adaptativas. Este modo inflexible de
pensar y actuar acarrea a la persona problemas tanto en las relaciones sociales, como en el desempeño
de sus ocupaciones y produce una sensación intensa de malestar.
El trastorno empieza en la infancia o la adolescencia y se mantiene relativamente estable a lo largo de
toda la vida adulta, pero se suaviza en la vejez.
TIPOS DE TRASTORNOS
1) Trastorno paranoide de la personalidad ( No hay que confundirlo con el trastorno mental paranoide)
La característica principal es la desconfianza y suspicacia generalizada hacia los demás: todas sus
acciones e intenciones se interpretan como maliciosas.
Las personas con este trastorno actúan desde el supuesto, normalmente infundado, de que los
demás se van a aprovechar de ellos, les van a engañar o a hacer daño, . Sospechan continuamente de los
que les rodean, creen que urden planes en su contra, y se sienten profundamente ofendidos y atacados
aunque no haya ninguna prueba objetiva que lo apoye. Estas ideas les llevan a mantener una actitud de
vigilancia exagerada y a mostrarse suspicaces, resentidos y hostiles. Suelen albergar rencores y son
incapaces de olvidar los insultos, injurias o desprecios de que creen haber sido objeto.
Les resulta imposible confiar en la gente e intimar con ella. No pueden entender la lealtad, y si creen
percibirla en algún amigo o compañero se sorprenden tanto que les impide aceptar que sea un
comportamiento limpio, sin alguna oscura intención.
Con su pareja suelen mostrar celos patológicos que les llevan a pretender un control absoluto sobre su
conducta, y a buscar “pruebas” triviales y circunstanciales de cualquier supuesta traición.
Su suspicacia y desconfianza les hace mostrarse fríos y reservados, e incluso hostiles, por lo que
frecuentemente tienen dificultades en sus relaciones personales y es difícil llevarse bien con ellos. Por
esto muestran una necesidad excesiva de ser autosuficientes y conceden un gran valor a su autonomía.
Necesitan, también, ejercer el control de quienes les rodean. No saben tolerar las críticas ni son capaces
de aceptar sus debilidades , defectos o errores de los que normalmente culpan a los demás. Responden
con ira ante cualquier situación en la que se sientan haciendo el ridículo, o en la que crean ser
despreciados o recibir la desconsideración de los otros. En cambio son sensibles a las indicaciones de
status y poder y suelen tener fantasías de grandiosidad que les llevan a mostrarse orgullosos e
invulnerables.
2) Trastorno esquizoide: Las personas con este trastorno muestran distanciamiento hacia las relaciones
sociales y poca capacidad para sentir emociones en las interacciones con los demás.
No muestran interés por la gente, ni necesidad de intimidad, ni de afecto. Prefieren emplear su tiempo en
actividades solitarias y abstractas. Disfrutan poco con cualquier experiencia y apenas muestran interés por
nada. Son fríos, desapegados, indiferentes a la alabanza o a la crítica. Muestran poca vitalidad. Su
discurso es pausado y monótono y sus movimientos excesivamente lentos y carentes de expresividad.
Pero no presentan excentricidades de pensamiento, lenguaje o conducta y tampoco muestran alteraciones
psiquiátricas como esquizofrenia o paranoia.
3)Trastorno esquizotípico: La característica esencial es un patrón de problemas sociales e
interpersonales que producen un agudo malestar en el sujeto y dificultades para las relaciones personales.
Las personas con este trastorno presentan distorsiones cognitivas o perceptivas como ideas de referencia,
pensar que tienen poderes paranormales o especiales ( telepatía, “sexto sentido”..) Y creencias mágicas:
creen que su pensamiento influye en la conducta de los demás. Tienen un lenguaje peculiar, con
expresiones raras e idiosincráticas. Su comportamiento resulta excéntrico, su modo de vestir puede ser
desaliñado e inadecuado, sus gestos son extraños.
Suelen mostrarse recelosos, susceptibles y tener ideas paranoides.
No se considerará que el problema es un trastorno de personalidad si estas características aparecen en el
transcurso de la esquizofrenia o de cualquier otro trastorno con síntomas psicóticos.
4) Trastorno antisocial de la personalidad : Psicópata PSICOPATÍA: A la hora de definir este trastorno
se puede incidir en las características de la personalidad de los sujetos que lo presentan -como hace la
tradición alemana, recogida en la clasificación de la OMS-, o centrarse fundamentalmente en su conducta
antisocial, enfoque que ha seguido la Asociación de Psiquiatras Americanos y que aparece en el DSM-IV.
Los rasgos de la personalidad que se consideran característicos del psicópata son la falta de empatía, la
pobreza emocional -tienden a ser insensibles, cínicos y a menospreciar los sentimientos y derechos
ajenos-, la impulsividad, la intolerancia al fracaso y a la frustración, la incapacidad para demorar la
recompensa ( es decir, quieren obtener los beneficios de sus acciones de forma inmediata), la irritabilidad,
el encanto personal en el trato superficial y la locuaciacidad, un concepto engreído y arrogante de sí
mismo, la incapacidad para sentir culpa o remordimientos mientras que fácilmente descargan su culpa en
otros y buscan justificaciones para cualquier comportamiento conflictivo; les resulta difícil aprender de la
experiencia, particularmente del castigo y tienen un ansia exagerada de sensaciones nuevas sin calcular el
riesgo que cualquier acción tenga para sí o para los demás. No presentan ideas irracionales ni delirantes
ni tienen alteradas sus facultades mentales, y su inteligencia suele situarse dentro del rango normal o alto.
En cuanto a su conducta suelen violar persistentemente los derechos de los demás sin el menor
sentimiento de culpa o remordimiento, son manipuladores y explotadores, mentirosos, deshonestos e
irresponsables ( no logran mantener un trabajo ni hacerse cargo de obligaciones económicas, se
despreocupan peligrosamente del cuidado de sus hijos), son incapaces de hacer planes a largo plazo o al
menos de mantenerlos y actuar acorde con ellos, son imprudentes , se saltan las normas sociales si con
ello obtienen beneficio personal, suelen ser agresivos e incluso violentos y manifestar crueldad y hacer
daño a los demás o realizar cualquier conducta antisocial de forma no adecuadamente motivada ( es decir,
sin que sea por ejemplo como defensa de una agresión)
Este conjunto de características puede llevar a estas personas, y con frecuencia así ocurre, a presentar
una conducta delictiva, pero no necesariamente. Si las características de la personalidad psicopática se
pudieran canalizar hacia objetivos prosociales podría tenerse el perfil de un héroe. Algunos personajes
históricos como Schindler podrían ser considerados como personas con estos rasgos de personalidad.
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Actualmente se tiende a distinguir entre Psicópata y sociópata. En los dos ha fracasado el proceso de
socialización, pero mientras que en los sociópatas ese fracaso ha sido fundamentalmente el resultado de
una educación incompetente ( con poca consistencia, con ausencia de figuras parentales - del padre o de
los dos-, sin criterios claros, ni normas - educación excesivamente permisiva- o sin supervisión educación de negligencia-rechazo) y unas condiciones ambientales difíciles, en los psicópatas la
socialización ha fracasado en parte por las dificultades temperamentales presentes de forma innata en el
niño: su impulsividad, la búsqueda de sensaciones, el amor al riesgo, la agresividad, la ausencia de miedo
que hace inoperante el castigo, a lo que se añade, para que la empresa resulte aún más difícil, un alto
nivel intelectual o incluso la posesión de cierto talento.
5) Trastorno límite de la personalidad: patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales,
la idea de sí mismos y la afectividad y una notable impulsividad. La personas con este trastorno tienen un
miedo excesivo a ser abandonados por lo que realizan desmedidos esfuerzos para evitarlo y sienten una
ira inapropiada ante cualquier separación, aunque sea transitoria. Quizá sienten este temor porque
interpretan que los abandonarán por ser “malos”. Los esfuerzos para que no les abandonen pueden incluir
actos impulsivos como los comportamientos de automutilación o, incluso, intentos suicidas.
Sus relaciones son inestables e intensas, y pasan de idealizar a devaluar a quienes tratan con ellos.
Sufren con frecuencia y de manera brusca alteraciones de su autoimagen, cambian de ideas, de planes
para el futuro, de valores. En ocasiones tienen el sentimiento de no existir en absoluto.
Son impulsivos en dos áreas que resultan peligrosas: en primer lugar pueden participar en actividades
adictivas como juego, abuso de sustancias, conducción temeraria o prácticas sexuales poco seguras, en
segundo lugar pueden llegar a la mutilación o el suicidio.
Presentan inestabilidad emocional y son muy influidos por una situación estresante lo que les puede llevar
a una ira incontenible y mal expresada y a estados de ánimo de angustia, ansiedad, desesperación.
También les atormenta una sensación crónica de sentirse vacíos por dentro.
Pueden llegar como respuesta al estrés a pequeños episodios disociativos o padecer ideas paranoides,
pero no tan graves como para diagnosticar otro trastorno.
6) Trastorno histriónico de la personalidad: Las personas con este trastorno son exageradamente
emotivas y buscan continuamente la atención de los demás, de modo que si no son el centro de atención
sienten disgusto y desánimo y para captarla pueden llegar a inventar historias o hacer un drama. Suelen
ser provocadores y seductores en su trato con los demás, cuidando mucho su aspecto físico y adulando y
seduciendo a todos, a los que les interesan sexualmente y a los que no. La expresión de sus emociones
es exagerada, pero sus emociones son superficiales y cambiantes. Son teatrales, tendentes a la
dramatización, exagerados. También son fácilmente influenciables por los demás y por las circunstancias.
7) Trastorno narcisista de la personalidad: La persona con este trastorno tiene un sentido exagerado de
su propia valía, se siente peculiar, único y pretende que lo demás lo reconozcan como tal. Es presuntuoso,
arrogante, exhibicionista y busca continuamente la atención y la admiración de los otros. Ante las críticas o
bien manifiesta una indiferencia desdeñosa o bien muestra una rabia, vergüenza y sentimiento de
humillación excesivos.
Es incapaz de empatía, por lo que desatiende los sentimientos y necesidades ajenos, sólo él y sus
sentimientos importan.
Sus relaciones con los demás son, por todo ello, anómalas: van de la devaluación del otro a su
idealización, pero siempre son superficiales y encierran un alto nivel de explotación de los demás.
8) Trastorno de la personalidad por dependencia ( Dependiente) Necesidad general y excesiva de que
se ocupen de uno, que lo cuiden, que otros asuman la responsabilidad de sus decisiones pues se ve
incapaz de tomarlas solo. La falta de confianza en su propio juicio o en sus capacidades hace que le
resulte difícil iniciar proyectos o hacer las cosas a su manera. Busca siempre el apoyo y la aprobación de
los demás por lo que rara vez expresa su desacuerdo. Se siente incapaz de estar solo y de cuidar de sí
mismo , siente temor por la separación y necesita el cuidado y el apoyo de los demás. Por eso se muestra
sumiso hasta prestarse voluntario para hacer tareas desagradables.
9) Trastorno de la personalidad por evitación: Las características fundamentales de este trastorno son
la inhibición social, sentimientos de inadecuación y una hipersensibilidad a la evaluación negativa.
Las personas con este problema tienen tanto miedo a las críticas, la desaprobación o el rechazo que
evitan ciertos trabajos o actividades porque han de realizarlos con otros. No asumen nuevas
responsabilidades laborales o sociales por miedo a no ser aceptados o apreciados, y también les cuesta
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iniciar una relación íntima pues se sienten inferiores y temerosos de una evaluación negativa, sienten que
no van a dar la talla. Siempre ven en los demás censores, que los critican y los rechazan. Suelen
mostrarse tímidos, callados, inhibidos por temor a que si dicen o hacen algo su persona sea objeto de
burla, humillación, rechazo. Se consideran socialmente ineptos y las relaciones con extraños les resultan
particularmente difíciles y estresantes.
10)Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad (Antes personalidad obsesivo-compulsiva o
anancástica. No se ha de confundir con el trastorno de ansiedad obsesivo-compulsivo)
Las personas con este tipo de personalidad presentan una preocupación por el orden, el perfeccionismo y
el control mental y de los demás, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia.
Su meticulosidad y perfeccionismo les hace difícil tener una idea general de las cosas, se centran en los
detalles. Tienen miedo a perder el control, por lo que se adhieren a rígidas normas y se pliegan con
facilidad a comportamientos ritualizados. Su búsqueda de orden y seguridad les lleva a tener una devoción
excesiva por el trabajo descuidando las relaciones sociales.
Son rígidos e inflexibles, creen que hay un único modo de hacer las cosas, el suyo, y los demás han de
plegarse a él. Temen las críticas, el rechazo y el castigo, por lo que se muestran excesivamente punitivos
o exigentes con ellos mismos. Presentan grandes dificultades para tomar decisiones por temor a
equivocarse.
Este trastorno puede complicarse con otro tipo de problemas, como fobias, ansiedad, depresión.
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