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FILÓSOFOS MODERNOS Y CONTEMPORÁNEA ERASMO DE ROTTERDAM RENÉ DESCARTES JHON LOCKE MONTESQUIEU DAVID HUME JUAN JACOBO ROUSSEAU IMMANUEL KANT HEGEL ARTUR SHOPENHAUER AUGUSTO COMTE LUDWING FEURBACH CHARLES DARWIN SÖREN KIERKEGAARD KARL MARX WILHELM DILTHEY FRIEDRICH NIETZSCHE SIGMUND FREUD EDMUND HUSSERL CARL GUSTAV JUNG JOSÉ ORTEGA Y GASSET WITTGENSTEIN HEIDEGGER HAS GEORG GADAMER EMMANUEL MOUNIER JEAN PAUL SARTRE FECHA 1466 1596 1632 1689 1711 1712 1724 1770 1788 1798 1804 1809 1813 1818 1833 1844 1856 1859 1875 1883 1889 1889 1900 1905 1905 - 1536 - 1650 - 1704 - 1755 - 1776 - 1778 - 1804 - 1831 - 1860 - 1857 - 1872 - 1882 - 1855 - 1883 - 1891 - 1900 - 1939 - 1938 - 1961 - 1955 - 1951 - 1976 - 2002 - 1950 - 1980 ESCUELA Y/ O CORRIENTE HUMANISMO RACIONALISMO EMPIRISMO LIBERALISMO EMPIRISMO HUMANISMO IDEALISMO TRASCENDENTE DIALÉCTICA VITALISMO - HISTORICISMO POSITIVISMO ATEISMO POSITIVISMO VITALISMO - HISTORICISMO MATERIALISMO DIALÉCTICO VITALISMO - HISTORICISMO VITALISTA - HISTORICISTA PSICOANÁLISIS FENOMENOLOGÍA PSICOANÁLISIS FILOSOFÍA HISPÁNICA FILOSOFÍA ANALÍTICA EXISTENCIALISMO HERMENÉUTICA PERSONALISMO EXISTENCIALISMO ESCUELA Y/ O CORRIENTE HUMANISMO RACIONALISMO EMPIRISMO CONCEPTUALIZACIÓN Se trata de un movimiento renacentista, a través del cual se propuso retomar la cultura grecolatina para restaurar los valores humanos. Se trata de una doctrina antropocéntrica, donde el hombre es la medida de todas las cosas. La organización social, por tanto, debe desarrollarse a partir del bienestar humano. Se opone al teocentrismo medieval. Como movimiento intelectual surgido en Europa durante el s. XV, el humanismo promovía la entronización del ser humano no sólo como elemento indispensable en torno al cual giraba la vida social, sino también como centro del universo. Es un movimiento que tiene a la razón como base y sostén. Esta filosofía, surgida en el s. XVII y con manifestaciones en diversas ramas del arte, sostiene que el raciocinio es la principal herramienta para generar saber, dejando a la percepción y a la experiencia en un segundo plano. El filósofo francés René Descartes suele ser señalado como el padre del racionalismo. Para él, la razón era la vía para acceder a las verdades universales de las cuales se desprendían todos los demás conocimientos. Para los racionalistas, los sentidos pueden engañar a una persona, no así la razón. Por momentos se asoció el racionalismo con posturas que anteponían la razón sobre lo experimental o sobre la fe. Por eso muchas veces se asocia el ateísmo con el racionalismo. El concepto de empirismo se utiliza para describir el conocimiento que nace de la experiencia. Se sustenta en dos principios fundamentales: Por un lado, lleva la negación de la absolutización de la verdad, estableciendo además que el hombre no puede acceder a la verdad absoluta. Y por otro lado, deja claro que toda verdad debe ser siempre puesta a prueba dando lugar a que, a partir de la experiencia, aquella se puede modificar o corregir. El empirismo en la filosofía de la ciencia supone que el método científico debe apelar a hipótesis y teorías probadas mediante la observación del mundo natural. Locke consideraba que el cerebro de un niño es una tabla rasa, en la cual los vivientes dejan huellas. LIBERALISMO IDEALISMO DIALÉCTICA El empirismo considera que los seres humanos carecen de ideas innatas, pues nada hay en el entendimiento si antes no ha pasado por la experiencia. Es una doctrina que se basa en la defensa de las iniciativas individuales y civiles y que busca limitar la intervención del Estado en la vida económica, social y cultural. Se puede distinguir diferentes tipos de liberalismo, entre otros, el liberalismo económico, el cual es defendido por los grupos más fuertes; con él se establece la igualdad de condiciones entre el Estado y la empresa privada y se establece un mercado de competencia perfecta. El liberalismo social, el cual defiende la libertad en las conductas privadas de los individuos y en sus relaciones sociales. Finalmente, el liberalismo político, entrega el poder a los ciudadanos, quienes eligen a sus representantes de manera libre y soberana. Los funcionarios estatales son elegidos por el poder de la democracia. Se presenta como un sistema de carácter filosófico que concibe las ideas como el principio del ser y del conocer. Sostiene que la realidad que se halla fuera de la mente no es comprensible en sí misma, ya que el objeto del conocimiento del hombre siempre es construido a partir de la acción cognoscitiva. Por tal motivo se centra en el ser humano como sujeto necesario para dar lugar a la realidad. Un idealista cree que la moral, la ética, la bondad y la solidaridad, logran imponerse frente a conceptos contrarios. En la pintura, el idealismo es una forma de representar la realidad con un nivel muy alto de fidelidad, con escenas fluidas sin mucho contraste y equilibradas artificialmente. Se refiere al arte del diálogo y de la discusión razonada ("dialectiké techné") En Platón la dialéctica se identifica con el movimiento ascendente del alma en busca de una comprensión cada vez más universal de la realidad, que culminaría en el conocimiento de la Idea. En Aristóteles la dialéctica se identifica con la parte de la lógica que se ocupa del estudio del razonamiento probable, asociado a la habilidad para argumentar, confundiéndose VITALISMO HISTORICISMO a menudo con la retórica. Kant, consideraba que la dialéctica es una mera "lógica de la apariencia". Hegel piensa que es el núcleo mismo de la filosofía, siendo considerada como un método de conocimiento y como la expresión del devenir de la realidad (de su despliegue y realización) en la que la oposición sujeto/objeto se manifiesta como la unión de elementos opuestos en una síntesis que lleva a la comprensión de la realidad como Absoluto. El vitalismo es la doctrina filosofía caracterizada por una afirmación y exaltación de la vida en toda su magnitud y con todas sus consecuencias. A los filósofos que coinciden en calificar a la vida como la realidad principal, interesados en conocerla y comprenderla, se les agrupa bajo el nombre de vitalistas, pero entre ellos no hay uniformidad doctrinal debida principalmente a las diferencias en la manera de concebir la vida. De este modo, defender la vida de un homicida o de un feto con defectos genéticos, sólo porque se trata de seres vivos, estaría en oposición fundamental al vitalismo de Friedrich Nietzsche, quien habla sobre extirpar los elementos perjudiciales para la vida como un todo ("Los débiles y los malogrados deben perecer: principio primero de nuestro amor por los hombres". El Anticristo), defendiendo así las condiciones que impulsan una vida sana y superior, en lugar de defender cualquier clase de vida. Igualmente, defender la vida de un animal que es presa natural de otro animal, contradice las leyes que sustentan la propia vida. El vitalismo, así, más que suponer una "defensa de la vida", supone una defensa de la vitalidad. Corriente de pensamiento que surge en Alemania a finales del siglo XIX impulsada por la obra de Dilthey, a raíz de su distinción entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias del espíritu, basada en la distinción ontológica entre el mundo natural y el mundo histórico, al que considera el resultado de la acción única e irrepetible de los seres humanos. Los hechos a los que tal acción da lugar quedan vinculados al contexto en que se produce, y a la relación entre el pasado y el presente, únicos elementos que pueden permitir su comprensión. Dilthey POSITIVISMO ATEÍSMO se opone a las concepciones de la historia de los románticos y de los idealistas, al afirmar que las verdades y valores son relativos a cada época. El historicismo influirá también en otras corrientes filosóficas, como el existencialismo, el vitalismo y la hermenéutica. Sistema de carácter filosófico iniciado por Auguste Comte en la primera mitad del siglo XIX que identifica el verdadero conocimiento basado en el método científico y experimental (Observación, Planteamiento del problema, marco teórico, hipótesis, experimentación, comprobación…) Según Comte, la humanidad pasa por tres fases o etapas de conocimiento, cada una de ellas superior a la anterior, que son: el conocimiento religioso, el filosófico y el científico. Las formas de conocimiento religioso y filosófico (a las que se refiere como teológico y metafísico, respectivamente) se ven superadas por el conocimiento positivo o científico, por lo que, una vez alcanzado éste, no tiene sentido ni justificación mantener las anteriores formas de conocimiento. Dado que el conocimiento científico es llamado por Comte conocimiento positivo, (utilizando una expresión procedente del socialista francés Saint-Simon), esta corriente se conoce como positivismo (que vendría a ser sinónimo, de cientificismo). Para poder entender el significado del término ateísmo se hace necesario, en primer lugar, determinar su origen etimológico. Emana del griego: El prefijo “a-“, que es equivalente a “sin”. El sustantivo “theos”, que traduce como “Dios”. El sufijo “-ismo”, que es sinónimo de “doctrina”. Se puede decir que el significado que tiene dicha palabra es “doctrina que no cree en Dios”. Ateísmo es la condición de aquellos que no creen en Dios. El ateo, por lo tanto, es una persona que descree de cualquier tipo de divinidad o de entidad sobrenatural. Puede decirse que el ateísmo es lo contrario al teísmo, la doctrina de los que sostienen la existencia de una o más divinidades. MATERIALISMO DIALÉCTICO PSICOANÁLISIS FENOMENOLOGÍA El materialismo dialéctico, obra de Marx y Engels, considera que no existe más realidad fundamental que la materia; pero la materia no es una realidad inerte, sino dinámica, que contiene en sí la capacidad de su propio movimiento, como resultado de la lucha de los elementos contrarios que se expresa en el movimiento dialéctico El materialismo dialéctico propone, pues, una interpretación de la realidad concebida como un proceso material en el que se suceden una variedad infinita de fenómenos, a partir de otros anteriormente existentes. Se opone al Idealismo, (en el que el movimiento de la realidad va de la idea a la cosa y a su reconciliación). El Psicoanálisis es un método creado por el médico y neurólogo austríaco Sigmund Freud, que tiene como objetivo la investigación y el tratamiento de las enfermedades mentales. Se basa en el análisis de los conflictos sexuales inconscientes que se originan en la niñez. La doctrina psicoanalítica sostiene que los impulsos instintivos que son reprimidos por la conciencia permanecen en el inconsciente y afectan al sujeto. Es importante tener en cuenta que el inconsciente no es observable por el paciente: el psicoanalista es quien debe volver accesibles dichos conflictos inconscientes a través de la interpretación de los sueños y los actos fallidos y de la asociación libre. Según Freud, la asociación libre es la regla fundamental del psicoanálisis; se trata de una técnica que consiste en que el paciente exprese, durante las sesiones de terapia, todas sus ideas, emociones, pensamientos e imágenes tal y como se le presentan, sin restricciones ni ordenamientos. Ante esta apertura, el psicoanalista debe determinar qué cosas, dentro de esas manifestaciones, reflejan un conflicto inconsciente. La etimología de la palabra, es el estudio de los fenómenos. La palabra se compone de las voces griegas φαινόμενoν (fainómenon), que significa “fenómeno, lo que se manifiesta, lo FILOSOFÍA HISPÁNICA FILOSOFÍA ANALÍTICA que se muestra”, y λóγος (lógos), “estudio, tratado”. Como tal, la fenomenología es una corriente idealista subjetiva dentro de la filosofía que se propone el estudio y la descripción de los fenómenos de la conciencia o, dicho de otro modo, de las cosas tal y como se manifiestan y se muestran en esta. Asienta que el mundo es aquello que se percibe a través de la conciencia del individuo, y se propone interpretarlo según sus experiencias. En este sentido, valora el empirismo y la intuición como instrumentos del conocimiento fenomenológico. La fenomenología es amplia y ha desarrollado distintas vertientes a lo largo de la historia, siendo algunos de sus mayores representantes Edmund Husserl, Max Scheler, Martin Heidegger, Merleau-Ponty o Jean Paul Sartre. La filosofía hispánica comprende tanto las variadas formas de pensamiento cultivadas en las extensas y complejas tradiciones culturales hispánicas como la reflexión sobre la hispanidad misma y el lugar de la filosofía en ella. Ambos sentidos de la expresión dependen mutuamente y han sido objeto de discusión en un contexto muy preciso: el amplio debate existente en España y en Hispanoamérica desde hace más de un siglo en torno a la existencia de una filosofía política propia. La discusión en torno a los criterios que permiten definir la existencia de una filosofía hispánica, ya sea en su vertiente española o en su vertiente hispanoamericana, refleja sintomáticamente el problema general de definir la identidad de lo hispánico y su tradición histórica. Por ello, la comprensión y reconstrucción histórica de esa tradición y la definición misma del concepto de hispanidad que la articula requiere, por ejemplo, tomar distancia de la forma segmentada como se ha relatado la experiencia hispánica, integrando el acervo filosófico musulmán, judío y converso. La filosofía analítica tiene como fundamento las ciencias naturales, la lógica matemática y el análisis del lenguaje, es decir, el análisis lógico del lenguaje científico o el análisis lingüístico del lenguaje común; con el propósito de esclarecer los conceptos filosóficos y científicos EXISTENCIALISMO HERMENÉUTICA Para la filosofía analítica el objeto de la filosofía, en lugar de ser la metafísica es el análisis del lenguaje desde las distintas escuelas o corrientes de pensamiento. Los representantes más relevantes de la filosofía analítica son científicos matemáticos y físicos, como Russell, uno de sus fundadores, Wittgenstein y Moore; de las dos escuelas más importantes del Positivismo Lógico y la Lingüística, de Cambridge y Oxford. El rasgo predominante de esta corriente de pensamiento es la crítica al idealismo, desde el Empirismo y Positivismo, en oposición al idealismo de Hegel y el concepto de esta doctrina sobre las relaciones internas, que sostiene que para conocer una cosa es necesario conocer todas sus relaciones. El existencialismo es una corriente filosófica que persigue el conocimiento de la realidad a través de la experiencia inmediata de la propia existencia. Este término fue el resultado de un intenso trabajo filosófico desarrollado entre los siglos XIX y XX; en una búsqueda clara de la razón de la existencia a partir de la individualidad, las emociones, las acciones y la responsabilidad de cada individuo. Se considera como padre del existencialismo al filósofo Sören Kierkegaard. Fue él quien determinó que cada individuo es quien debe encontrarle un sentido a su existencia. Y agregó que la mayor responsabilidad del ser humano radica en vivir su propia vida de forma pasional y sincera, pese a los mil obstáculos que puedan presentarse. El término lo acuñó el francés Jean Paul Sartre y luego lo afianzó Albert Camus (1913-1960). Considerados hoy como los máximos exponentes del existencialismo. Según lo explicó el propio Sartre el existencialismo es una forma humana de entender la existencia. El término es fruto de la suma de la palabra “hermeneuo” que puede traducirse como “yo descifro”, la palabra “tekhné” que significa “arte”, y el sufijo –“tikos” que es sinónimo de “relacionado a”. Literalmente significa el arte de explicar textos o escritos. La hermenéutica está en relación con el dios griego Hermes que era el encargado en el PERSONALISMO Olimpo de llevar los mensajes secretos a sus destinatarios y una vez con ellos era el que debía descifrarlos. En otras palabras significa el arte basado en la interpretación de textos, en especial, de aquellas obras que se consideran como sagradas. Desde la perspectiva de la filosofía defendida por Hans Georg Gadamer, este concepto describe a la denominada teoría de la verdad y constituye el procedimiento que permite expresar la universalización de la capacidad interpretativa desde la personal y específica historicidad. De esta manera, es posible clasificar a la hermenéutica de diversas formas. Existe, por ejemplo, la de tipo filológico (variante que se originó en Alejandría a fin de determinar el carácter auténtico de los escritos antiguos); la hermenéutica bíblica (la cual surgió hacia los siglos XVII y XVIII con el propósito de lograr una adecuada, objetiva y entendible interpretación de la Biblia) y la hermenéutica de perfil filosófico (una modalidad que no depende de la lingüística y busca fijar las condiciones relevantes de toda interpretación) Durante el Siglo XX dos corrientes filosóficas muy fuertes iniciaron y generaron poderosos movimientos sociales. Una de ellas era el colectivismo y la otra el individualismo. La ideología personalista desde sus inicios se vio fuertemente influenciada también por el capitalismo, movimiento que proclama la libertad del individuo y su derecho a la propiedad privada. Ante este escenario y la concepción pobre del individuo, se crea la necesidad de revalorar a la persona como un ser racional y social, y es así como surge el personalismo con su máximo representante Emmanuel Mounier. El personalismo más allá de ser una corriente filosófica, es un movimiento de pensamiento que se basa en la idea de que el hombre es el valor absoluto. Considera a la persona como autónomo y subsistente pero sin dejar de lado que es esencialmente un ser social. Como su nombre lo dice, el centro de esta ideología es la persona, concebida como un ser unitario y absoluto que concentra su estructura en la vocación, encarnación y comunión; al mismo tiempo que afirma la dualidad de la persona (cuerpo y espíritu) considerando la espiritualidad como parte fundamental de su subsistencia e independencia. Además la persona ajusta sus acciones a la libertad y vive en compromiso responsable y conversión constante para así poder seguir su vocación. El personalismo busca principalmente fundar un nuevo humanismo, que conciba a la persona como expresión de amor divino. Mounier consideraba que existen tres claves fundamentales como base del desarrollo del hombre y las denominó dimensiones de la persona, ellas son: Vocación, Encarnación y Comunión. Cada una de ellas considera la integralidad de la persona, su donación a otros y orientación a un fin para lograr un actuar coherente.