Download tema 8. el teatro español posterior a 1936

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TEMA 8. EL TEATRO ESPAÑOL POSTERIOR A 1936: TENDENCIAS,
RASGOS PRINCIPALES, AUTORES Y OBRAS MÁS
SIGNIFICATIVAS.
8.1 El teatro del exilio (Rafael Alberti, Max Aub…). El teatro de los años cuarenta: la
comedia burguesa, el teatro de humor (Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura).
8.2. El realismo social de los años cincuenta: Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre.
8.3. El teatro desde los años sesenta hasta 1975: teatro comercial, teatro social, teatro
experimental (Fernando Arrabal y Francisco Nieva), teatro simbolista y teatro
independiente.
Autor para la cuestión quinta: Antonio Buero Vallejo (teatro).
8.1. EL TEATRO DEL EXILIO (RAFAEL ALBERTI, MAX AUB…). EL TEATRO DE
LOS AÑOS CUARENTA: LA COMEDIA BURGUESA, EL TEATRO DE HUMOR
(ENRIQUE JARDIEL PONCELA Y MIGUEL MIHURA)
Al terminar la Guerra Civil, el teatro español pierde a los autores más innovadores de la
época anterior, como Ramón Mª del Valle-Inclán o Federico García Lorca, y otros están en el
exilio, como Rafael Alberti o Alejandro Casona. Por ello, el teatro de ese periodo es poco
interesante, ya que se ve condicionado por la sociedad burguesa del momento y va dirigido a
su ideología. Representa una realidad falsificada, formalmente es antiguo y no admite ningún
tipo de experimentalismo. Este teatro, amordazado por la censura y condenado a una gran
pobreza de medios, sufrió uno de los mayores baches de su historia en los diez años que
median entre el fin de la guerra y el estreno de varias obras de importancia en la siguiente
década: Historia de una escalera (1949) de Antonio Buero Vallejo, Tres sombreros de copa
(1952, escrita veinte años antes) de Miguel Mihura y Escuadra hacia la muerte (1953) de
Alfonso Sastre.
Debemos hablar, en primer lugar, deL TEATRO EN EL EXILIO, que fue cultivado
por aquellos dramaturgos que debieron abandonar España tras la Guerra Civil debido a su
ideología política o sus convicciones religiosas. Las obras escritas por estos autores presentan
estas características:
1) Sus obras se representan muy poco, ya que se sitúan fuera de los circuitos comerciales
del momento.
2) Poseen un grado de compromiso social y político menor que la novela o la poesía.
3) Suelen afrontar temas universales escritos generalmente en un solo acto.
Los principales dramaturgos que forman parte de este grupo son: Alejandro
Casona (1903 - 1965), autor de piezas como La dama del alba (1944), Max Aub (1903 1972), autor de piezas como Morir por cerrar los ojos (1944) y Rafael Alberti (1902 1998), autor de piezas como Noche de guerra en el Museo del Prado (1956).
En lo que respecta a las REPRESENTACIONES TEATRALES ESCRITAS EN
ESPAÑA, hay varias corrientes que suben al escenario en estos años:
1) Un teatro bien construido, también llamado DRAMA BURGUÉS, que sigue la
línea de la alta comedia, destinado a un público de clase media-alta, con diálogos sólidos,
acción bien construida, sorpresas calculadas, y que se desarrolla en interiores donde reina la
comodidad y el confort y cuyos personajes son de clase media sin problemas económicos. Los
temas más habituales de este tipo de obras son: el amor, la infelicidad y los enfrentamientos
entre padres e hijos. En todos estos temas se produce una defensa de los
valores espirituales del catolicismo y tradicionales de defensa de la familia como principal
forma de socialización el individuo.
2) Un TEATRO CÓMICO, heredero del sainete y del astracán de Pedro Muñoz Seca,
lleno de situaciones tópicas y chistes fáciles.
3) Un teatro HISTÓRICO-POLÍTICO, de carácter evasivo, que canta las glorias y
los héroes del pasado y permite olvidar la triste realidad del momento actual.
Junto a este teatro comercial, cabe tener en cuenta las representaciones de algunos
autores valiosos extranjeros (Oscar Wilde, Arthur Miller, Tenessee Williams, etc.) que
influirán en los autores de los años cincuenta. Es igualmente destacable la dignidad con la que
se representa el repertorio clásico español y extranjero.
En la creación dramática del momento sobresalen dos líneas:
1ª) El DRAMA BURGUÉS, continuación de la comedia benaventina, en el que se
inscriben autores como José María Pemán (1898 - 1981), Juan Ignacio Luca de
Tena (1897 - 1975), Joaquín Calvo-Sotelo (1905 - 1993), José López Rubio
(1903), Edgar Neville (1899 - 1967), Víctor Ruiz de Iriarte
(1912 1982), Carlos Llopis (1912 - 1971) y el propio Jacinto Benavente (1866 1954).
Este último es el dramaturgo que obtuvo un mayor éxito; se trata de un autor muy
prolífico, ya que escribió alrededor de ciento setenta obras, entre las que destacan:
La malquerida, El nido ajeno, La noche del sábado y Los intereses creados, sin duda su
obra más importante.
2ª) El TEATRO DE HUMOR es, con toda seguridad lo más interesante del periodo.
Está representado por Enrique Jardiel Poncela (1901 - 1952), dramaturgo que creará
una comicidad de lo inverosímil, caracterizada por la ruptura con las formas tradicionales de
humor, por desasirse de la lógica, por su huida del tópico y por su libre concepción de la
técnica teatral y del espacio escénico. Algunos de sus títulos más representativos son: Un
marido de ida y vuelta (1939) y Eloísa está debajo de un almendro (1942).
Otro dramaturgo perteneciente a este grupo es Miguel Mihura (1905
- 1977), autor de comedias de humor que, en ocasiones, rompen con la lógica; su título más
significativo es Tres sombreros de copa (escrita en 1932 y estrenada veinte años después).
Otros títulos del mismo autor son: Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario (1939), Maribel
y la extraña familia (1959) y Ninette y un señor de Murcia (1964).
Ambos dramaturgos ofrecen situaciones disparatadas y absurdas, sin previo aviso al
espectador, que arrancan de situaciones más verosímiles. La resolución de estas situaciones
es siempre insólita. Pero ante todo son maestros en el uso del lenguaje cómico, basado en la
ironía, en el juego de palabras y en la hipérbole disparatada.
8.2. EL REALISMO SOCIAL DE LOS AÑOS CINCUENTA: ANTONIO BUERO
VALLEJO Y ALFONSO SASTRE.
Mediada la década de los cincuenta y hasta los primeros años de la década siguiente, se
da un nuevo teatro, que incluso ya había aparecido con la obra de Buero Vallejo, Historia de
una escalera, en 1949, y con Escuadra hacia la muerte, de Alfonso Sastre, estrenada por el
Teatro Popular Universitario en 1953. Estas obras son signos de un teatro distinto, que quiere
hacerse un sitio en la escena, frente a lo trivial o convencional. En esta etapa, los
condicionamientos de nuestra producción dramática no experimentan cambios sustanciales,
pero sí algunas variaciones que explican, con todo, las novedades que se consolidarán hacia
1960. Así, junto al público burgués, ha aparecido un público nuevo —juvenil y universitario,
sobre todo— que pide otro teatro.
Además, la censura se relaja levemente y tolera algunos enfoques críticos. Y todo ello
sucede cuando, en el conjunto de la creación literaria, fragua la concepción del realismo social.
Este teatro, llamado existencialista y social, aglutina a varios dramaturgos que forman un
conjunto notable, aunque la censura les impide estrenar muchas de sus obras o les obliga a
simular los mensajes políticos e ideológicos bajo un simbolismo a veces irreconocible. Estos
autores transmiten primero el desasosiego del ser humano, pero pronto recrean la vida
cotidiana española y transmiten la falta de libertad, la alineación del individuo, la moral
absurda, la injusticia social, la explotación del hombre por el hombre, la violencia, la
discriminación, los conflictos ideológicos, la miseria y la angustia del proletariado.
El llamado ‘teatro social’ presenta las siguientes características:
1) Sus componentes tienen edades muy distintas cuando comienzan su producción
dramática.
2) Desean escribir un teatro crítico cuyos temas básicos sean la injusticia social, la
explotación, la alienación del individuo, la hipocresía social y moral de las clases
burguesas, etc. En definitiva, escenificar los problemas de la sociedad española del momento.
3) Los protagonistas de estas obras, generalmente colectivos, acaban siendo víctimas
de una sociedad presentada con pesimismo, amargura y desengaño.
4) A nivel lingüístico se utiliza un léxico crudo y violento, un lenguaje directo sin
ningún tipo de eufemismos.
BUERO VALLEJO Y ALFONSO SASTRE: El teatro de testimonio social tiene como
pioneros a Buero Vallejo con obras como Un soñador para un pueblo, Las meninas, El
tragaluz, y a Alfonso Sastre, aunque con notorias diferencias entre ambos.
•
ANTONIO BUERO VALLEJO (1916-2000): Historia de una escalera, En la ardiente
oscuridad, La tejedora de sueños, Irene o El tesoro, Hoy es fiesta, Las cartas boca abajo,
Un soñador para un pueblo, Las meninas, El concierto de San Ovidio, El sueño de la razón,
La doble historia del doctor Valmy, Llegada de los dioses, El tragaluz, La Fundación, La
detonación, Jueces en la noche, Caimán, Diálogo secreto, Lázaro en el laberinto.
Antonio Buero Vallejo (1916 - 2000) es un dramaturgo español que nace en Guadalajara en 1916; cursa
bachillerato entre 1926 y 1933, y se trasladó ese año a Madrid para estudiar pintura en la Escuela de Artes de San
Fernando, ya que su vocación era ser pintor. En 1936 se alista en el Ejército Republicano y, tras la guerra civil, permanece
encarcelado entre 1939 y 1946. Ese año comienza su producción literaria, obteniendo tres años después el
premio Lope de Vega por “Historia de una escalera”.
En 1957 gana el Premio Nacional de Teatro. Académico de la R.A.E. (1971), Premio Cervantes (1986), medalla
de oro de Castilla-La Mancha (1988), medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes (1993), Premio Nacional de las Letras
(1996); muere en Madrid el 29 de abril de 2000. El 29 de septiembre de ese año se inician en el Teatro Moderno de
Guadalajara los actos de homenaje de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
En sus obras están siempre presentes la denuncia de la injusticia o el inconformismo ante un mundo hostil, el
sufrimiento, la búsqueda de la verdad y la lucha por la libertad, y sus personajes, aunque apoyados en la esperanza,
viven en un eterno interrogante.
Su producción teatral está marcada por el compromiso adoptado por el autor ante los temas humanos más universales,
sean de tipo existencial o social. El enfoque existencial propone una meditación sobre el sentido general de la vida,
mientras que el social es utilizado para denunciar la injusticia, la explotación y la opresión. El autor mira la realidad con
ojos lúcidos ya que ve los deseos del hombre y sus frustraciones, las mentiras que se inventan para soportar su infelicidad,
los obstáculos que se le plantean para ser feliz... Todo esto lo traslada a sus argumentos para comunicárselo al espectador
y provocar en él una reflexión y una reacción.
El autor adopta el género de la tragedia, que consiste en una mirada lúcida sobre el hombre y su problemática,
con la que pretende la catarsis del espectador, ya que éste debe conmoverse ante lo representado y sentirse impulsado a
luchar para superar sus errores, labrarse su destino y realizarse como ser humano. Su teatro es doblemente problemático
porque le enseña los problemas, pero le plantea el problema de cómo resolverlos ya que no ofrece soluciones. La mayoría
de sus obras se cierran con un interrogante sin respuesta, aunque nunca se pierda la confianza de que todo se pueda
mejorar. Así, sus obras dejan siempre una puerta abierta a la esperanza.
En sus obras el diálogo ocupa un papel fundamental y el lenguaje de los personajes suele estar caracterizado por
su densidad, hondura y precisión.
El espacio escénico suele estar descrito minuciosamente en las acotaciones, ya que los gestos de los actores y
sus movimientos corporales responden a motivaciones internas junto con la música, ruidos o juegos de luces.
Los personajes de sus obras luchan, protestan o se rebelan, junto a otros que se marginan o resignan
ante una situación injusta para conseguir realizarse en la vida. Frecuentemente sufren problemas físicos o
síquicos como símbolos de las limitaciones humanas y pueden ser activos o contemplativos.
Los temas de su teatro abarcan dos planos:
· Existencial: sus obras son una profunda reflexión sobre problemas humanos (sentido de la vida, soledad e
incomunicación, limitaciones físicas y síquicas...)
· Social: sus obras plantean conflictos de tipo político y social, la lucha frustrada del individuo con sus propias
limitaciones... El autor intenta transmitir los valores de solidaridad, responsabilidad social, humanismo... lo que le lleva
a replantear cuestiones como el pecado, el perdón, el castigo, la autoridad, el poder...
El tema común de la mayor parte de sus obras es la tragedia del individuo, analizada desde un punto de vista
social, ético y moral; junto a ésta, la soledad, debida al abismo infranqueable que separa al hombre de Dios.
Etapas de su obra dramática:
1) Dramas de indagación del ser humano (1949 - 1957): son obras que se mantienen en la línea del drama
realista (verosimilitud, desarrollo ordenado del argumento, diálogo que refleja los conflictos de los personajes...) Destacan
títulos como Historia de una escalera (1946), Las palabras en la arena (1949), En la ardiente oscuridad (1950), La
tejedora de sueños (1952), La señal que se espera (1952),
Casi un cuento de hadas (1953),
Madrugada (1953), Irene o el tesoro (1954) y
Hoy es fiesta (1956). La primera de ellas es, probablemente,
una de las más importantes del teatro de posguerra; en ella, el autor refleja, a través de los vecinos de una casa de Madrid,
el inmovilismo social y la imposibilidad de algunas personas para mejorar su situación.
2) Dramas históricos (1958 - 1968): son obras que presentan argumentos alejados en el tiempo, pero que sirven
como modelo de hechos o de conductas actuales. En estas obras se tratan temas como el poder, la justicia, la libertad, la
responsabilidad colectiva, la explotación... y la escena se convierte en un espacio abstracto, se producen multiplicidad de
escenas y una ruptura espacio-temporal con distanciamiento histórico. Destacan títulos como Un soñador para un
pueblo (1958), Las Meninas (1960),
El concierto de San Ovidio (1962), Aventura en lo gris (1963), El
tragaluz (1967), El sueño de la razón (1970) y La llegada de los dioses (1971). En esta etapa el autor empieza a utilizar
los llamados ‘efectos de inmersión’, recursos para que el espectador participe en la acción de la obra.
3) Dramas de personajes con taras (1968 - 2000): son obras en las que aparecen un conjunto de personajes
cuyas limitaciones físicas son símbolo de las limitaciones humanas para enfrentarse a la realidad; en ellas se acentúan los
contenidos sociales y políticos y los experimentos de tipo escénico (juegos de luces, objetos que aparecen y desaparecen
en el escenario, etc.) Destacan títulos como La Fundación (1974),La detonación (1977), Jueces en la noche
(1979),Caimán (1981), Diálogo secreto (1984), Lázaro en el laberinto (1986), Las trampas del azar (1994) y Misión
al pueblo desierto (1999).
Debemos señalar que la técnica y el estilo de sus obras son de una gran sobriedad. Utiliza técnicas tradicionales
o modernas y, por debajo de su belleza literaria y de su eficacia estética, es el mensaje humanista y de confianza en el
hombre lo que da grandeza a su teatro.
LA FUNDACIÓN
1) Introducción
La Fundación es una obra teatral que aparece en 1974, fecha en que sigue vigente la pena de cárcel y de muerte, y la censura está más
debilitada, pero mantiene el control sobre los medios de comunicación. En esa fecha, la producción dramática de Antonio Buero Vallejo cuenta
ya con algunos de sus dramas más apreciados como Historia de una escalera o El concierto de San Ovidio. La obra ya estaba terminada en
febrero de 1973, pero su estreno se retrasó debido problemas empresariales y económicos hasta el 15 de enero de 1974 en el teatro Fígaro y
tuvo una excelente acogida de público y crítica. Obtuvo varios premios como El espectador y la Crítica, Leopoldo Cano, Mayte, Foro Teatral,
etc.
La obra se presenta como una fábula en dos partes en la que cinco personajes varones llamados Tomás, Tulio, Max, Asel y Lino son
reunidos por el autor en un espacio escénico que se va transformando a nuestros ojos a medida que progresa la acción. Al comenzar el drama,
creemos encontrarnos en una confortable habitación con vistas a un hermoso paisaje, y nos encontramos, al final de él, en la mugrienta celda
de una prisión de alta seguridad. El enfrentamiento entre realidad y ficción y la reducción paulatina de esta última en beneficio de la verdad,
que va resplandeciendo cada vez con más elementos o pruebas, es la clave formal bajo la que se desarrolla este drama. De esta forma, la obra
viene a integrarse plenamente en la producción dramática de este dramaturgo, dado, como es sabido, a todo tipo de recursos que impliquen al
espectador en la comprensión de la verdad, viviéndola al ritmo que marca un determinado personaje, que en este caso es Tomás.
Así, la obra presenta una doble perspectiva: para Tomás, personaje alucinado que irá recobrando la cordura progresivamente, se trata
de un centro experimental en el que se encuentra trabajando como investigador al lado de sus compañeros: Asel (presentado como médico),
Tulio (presentado como fotógrafo), Max (irrelevante, se desconoce su profesión), Lino (presentado como ingeniero) y él (presentado como
novelista). En realidad, se trata de una cárcel de alta seguridad a la que han sido llevados porque están condenados a muerte, pero esto no es
descubierto por el lector hasta que va avanzando en la lectura de la obra. Esa transformación física y metafísica de un espacio en otro es el
resultado de la transformación de uno de los cinco personajes, Tomás, constituido en órgano de visión mediante el cual captamos la realidad.
La causa de su locura se debe a un bloqueo mental causado como consecuencia de un intento de suicidio, motivado por haber sido el delator,
tras un duro interrogatorio, de todos ellos.
Sus compañeros, conforme avanza la obra, lo ayudan para que vaya descubriendo la realidad, aunque ésta es mucho más dura de lo
que él se ha imaginado: todos ellos son opositores al régimen político imperante y están condenados a muerte de forma irremediable. También
descubre que Asel es ingeniero, Tulio es fotógrafo, Max es tenedor de libros, Lino es tornero y él parece novelista.
Si en la primera parte de esta fábula nos parecen absurdas las palabras y conductas de los otros cuatro personajes, ya que no
encajan en el espacio escénico de Tomás y nuestro, pues es el único que vemos, cuando éste empieza a transformarse comenzamos
a perder la fe en nuestra visión y en la de Tomás. Y cuando la transformación se ha consumado y descubrimos que estamos en una
cárcel, creemos haber despertado de un sueño coherente para caer en una pesadilla igualmente coherente. Hemos experimentado
el proceso que supone el paso de una visión enajenada y hermosa a otra lúcida y horrible. Tomás, torturado, no supo resistir y
delató a sus compañeros y prefirió negar la verdad y sustituirla por una mentira, creó un nuevo mundo de felicidad y belleza a
costa de la verdad, pero ese mundo se va desmoronando poco a poco y reaparece el mundo real. Cuando el espacio escénico queda
vacío al final del drama, la celda se transforma de nuevo en la hermosa habitación de una Fundación, lista para acoger a nuevos
inquilinos.
El trabajo racional y privilegiado a través de una fundación-residencia de discreta confortabilidad, descrita en las
acotaciones con adjetivación multiplicada; el amor ideal, representado en una criatura imaginaria, la única protagonista femenina
de la obra; el modelo de convivencia ordenada y socialmente convencional; lo confortable, en fin, del espacio escénico,
representan un mundo imposible que será sustituido por otro, procedente de la experiencia vital del dramaturgo que, como
sabemos, permaneció encarcelado durante un tiempo tras la guerra civil.
2) Personajes
Cada uno de los personajes del drama está individualizado por el dramaturgo y vive las distintas situaciones de forma
personal, aumentando así la red de relaciones entre sí y con respecto a la fábula, sin que en ningún momento pierdan su autonomía de
personajes convirtiéndose en meros receptáculos o trasmisores de sentido.
Los personajes que aparecen en la obra son los siguientes:
- Tomás: es el protagonista de la obra. Se trata de un militante de una organización clandestina, que ha sido detenido cuando
repartía unas octavillas. Siempre está en escena y su evolución mental es la que va abriendo la luz de la realidad al público. Es un
personaje joven, de unos veinticinco años, alegre y despreocupado, soñador, honesto y comprometido políticamente que, debido a la
tortura recibida en la cárcel y a un intento de suicidio, tras haber delatado a sus compañeros, sufre una enfermedad mental que lo hace
creer que se encuentra en una fundación, cuando en realidad se encuentra en la cárcel; a medida que la obra transcurre va recuperando
la cordura. Sufre alucinaciones, ya que cree hablar con Berta, cuando este personaje no existe. Al terminar la obra, sale como un héroe
triunfante y sin miedo a lo que le pueda pasar, ya que ha recuperado su libertad mental y no tiene miedo a morir.
- Tulio: es un personaje magro, cuarentón, de rostro afilado y serio; individualista y pesimista, es el que peor se lleva con Tomás, ya
que no le gusta seguirle el juego e incluso en ocasiones se ríe de él. Al final, cuando Tomás comienza a recuperar la cordura, él es el
que empieza a soñar. Antes de que su compañero se recupere totalmente de su locura es fusilado.
- Asel: es el cabecilla del grupo y el mejor amigo de Tomás, ya que se preocupa de su salud mental e intenta irlo curando
progresivamente. Hombre mayor, de unos cincuenta años, cabello gris y expresión reflexiva, que ya ha sido encarcelado en dos
ocasiones, luchador, experimentado e inteligente, se trata de un ingeniero que ha ideado un plan para poder escapar de allí. Cuando al
final de la obra se lo llevan para interrogarlo, consciente de su debilidad, decide suicidarse para no delatar a sus compañeros y
posibilitarles un hipotético intento de fuga.
- Lino: es un personaje joven e inexperto, de alrededor de treinta años, hombre de actos más que de palabras, solitario, taciturno,
impulsivo y de carácter violento, descubre que Max es un delator y aprovecha la ocasión creada por el suicidio de Asel para matarlo.
Al final se queda solo con Tomás.
- Max: es un personaje amigo de Tomás, de fisonomía agradable, tranquilo, chistoso, simpático y servicial, se trata de un hombre de
personalidad débil, lo que lo convierte en delator y demuestra su bajeza moral al mentir ante sus compañeros. Termina asesinado por
Lino debido a la ofuscación que le produce la muerte de Asel y al haber descubierto que se trata de un chivato.
- Berta: es un personaje ficticio, ya que se trata de la novia figurada de Tomás, puesto que se trata de un desdoble de su personalidad,
por lo que se convierte en la voz de la conciencia y la razón. Va siempre acompañada de un ratón que se llama igual que el protagonista.
Su aparición en escena suele producirse cuando Tomás está solo y va desapareciendo progresivamente conforme éste recobra la cordura.
Este personaje es, en realidad, un desdoblamiento de la personalidad de Tomás, por lo que va desapareciendo de forma progresiva
según aquél va recuperando la cordura. La novia real de Tomás está libre en la calle.
- Hombre: tumbado en la cama, está muerto desde el principio de la obra, es un compañero de celda al que Tomás ve como un enfermo
con el que incluso habla o cree hacerlo. El resto saben que ha muerto, pero no informan de ello a los carceleros para aprovecharse de
su rancho, debido a la escasez de comida que les proporcionan. Cuando el hombre termina de morir para Tomás, éste va recuperando
su cordura.
- Guardias: se encargan del control y manutención de los presos; se caracterizan por su sequedad y brutalidad en el trato con los
detenidos.
- Pata de palo: es un personaje que apenas se nombra durante la obra, es amigo de Lino y se encarga de confirmar lo que éste cuenta
acerca de la traición de Max.
Es significativo señalar que Tomás jamás sale del escenario, por lo que el público ve lo mismo que el personaje, que impone
su propio punto de vista a todo el universo escénico. Por el montaje, el espectador ingresa en el argumento cuando ya ha sucedido
una gran parte de los acontecimientos y la historia de los personajes se halla al término del camino y muy próxima a una
resolución final. La historia es suministrada al espectador con la misma lentitud con la que el protagonista la va conociendo, y se
complicará rápidamente al final, al ser conocidos los proyectos de fuga de Asel y la nueva existencia de un delator que, finalmente, se
resolverá de forma dramática y fatal al morir tres de los cinco personajes y estar a punto de ser fusilados los dos restantes.
3) Argumento
La obra comienza “in medias res”, es decir, que ya han sucedido una serie de acontecimientos que el dramaturgo nos irá
desvelando a través de la visión personal que Tomás tiene de los acontecimientos.
La obra respeta las unidades de lugar, acción y tiempo y su argumento es sencillo: cinco personajes comparten una
habitación de una cárcel puesto que están condenados a muerte y, conforme avanza la misma, Tulio es fusilado, Asel se suicida para
no delatar a nadie y Max, que era un chivato, descubre a los guardias que Asel tenía un plan de fuga si eran trasladados a las celdas
de castigo y es arrojado al vacío por Lino; por tanto quedan vivos, aunque no sabemos si morirán después, Tomás, ya recuperado
de su locura, y Lino. La obra acaba cuando los carceleros les obligan a salir de su celda, sin que sepamos con qué finalidad,
aunque sospechamos que es para matarlos, y se la ofrecen a nuevos inquilinos. Pase lo que pase con ellos, se ha producido su
purgación y liberación, ya que intentarán huir y conseguir la libertad si los bajan a celdas de castigo o se redimirán si los fusilan.
De forma más detenida, su argumento sería el siguiente: la obra comienza cuando Tomás entra en escena y se pone a limpiar
su habitación en compañía de otro de los residentes que se encuentra enfermo. Poco más tarde aparece en escena Berta, la novia
de Tomás, que también está becada en esa residencia y se dedica a efectuar experimentos con ratones; éste le pide que se quede
para conocer al resto de sus compañeros, pero ella se marcha. En la habitación hay un olor insoportable a causa del retrete y Tomás
avisa al encargado para que vaya a repararlo.
Inmediatamente después de su salida aparecen el resto de sus compañeros: Max, Tulio, Asel y Lino. Tomás les dice que
Berta ha estado allí, pero ellos no lo creen y se originan una serie de tensiones. Toman unos aperitivos antes de que llegue la
comida. Tras ella, Tomás empieza a ver una serie de cosas extrañas y pide que se le dé comida al enfermo, ya que éste se encuentra
muy mal. Poco después llegan los encargados a la habitación y se llevan el cadáver, que llevaba seis días muerto, lo que explica
el mal olor.
Por este incidente, Asel piensa que los bajarán a celdas de castigo, lo que no sucede. Mientras tanto, Tomás descubre que
empiezan a desaparecer cosas y comienza a darse cuenta de lo que sucede: tanto él como el resto de sus compañeros se encuentran
en una cárcel puesto que están condenados a muerte. Va pasando el tiempo y se llevan a Tulio para fusilarlo. Se van a dormir y
por la noche Tomás ve a Berta y habla con ella hasta que Asel se despierta y aquél intenta convencerlo de que se encuentra en el
baño, pero cuando van allí no está. Al día siguiente Tomás empieza a recordarlo todo: ellos estaban allí porque él los había
delatado, ya que tras una serie de torturas lo obligaron a hablar. Asel lo tranquiliza diciéndole que a él también le había pasado lo
mismo en una ocasión y que por su culpa mataron a un hombre. Max acude a los locutorios para hablar con su madre. Mientras
tanto, Lino le cuenta al resto del grupo que hay un traidor y piensa que es Max, ya que lo había visto comer y hablar
distendidamente con un guardia; cuando éste vuelve, Lino lo acusa y le dice que le hará hablar por las buenas o las malas.
Entretanto llegan los guardias y se llevan a Asel para interrogarlo, pero éste sale corriendo y se suicida arrojándose por una
barandilla, pero Lino no se contenta con esta situación y arroja al traidor de Max por la barandilla y lo mata. Los guardias se
marchan con los petates de los muertos y se quedan solos Lino y Tomás, que comentan que les quedan dos salidas: la muerte o
marchar a las celdas de castigo donde tendrían una posibilidad de fuga. Minutos más tarde aparecen los guardias y se llevan a
ambos, por lo que el final queda abierto.
Mediante la técnica dramática de la obra, el autor denuncia lo pobre y equívoco de nuestra sociedad y, en cierto modo, está
practicando la comprensión hacia el delator,al que el público, cómplice del personaje alucinado por compartir sus mismas
experiencias mentales, llegará a entender y perdonar.
4) Otros aspectos destacados de la obra
Hay que señalar la importancia de las acotaciones escénicas, ya que aportan una gran cantidad de pormenores
imprescindibles para la interpretación de la obra puesto que el espacio escénico va variando conforme Tomás va recobrando
la cordura. La obra se entiende como una honda investigación sobre la catarsis trágica, entendida como una purificación del
personaje principal, que termina sabiendo y el espectador empieza a saber.
La obra adquiere un interés especial basado en su propia formulación como análisis de una sociedad y de un mundo con los
que el autor no está conforme, sometido a fuerzas externas que conducirán a sus individuos a la tragedia de la irresolución de su
existencia. Posee una estructura circular y en ella tiene una gran importancia la pintura y la música.
En la obra cobran gran importancia los llamados efectos de inmersión, que apuntan hacia una definición del mundo como algo
engañoso y a una concepción perspectivística de la vida. La trascendencia de la obra viene determinada porque se presenta
como un reflejo de nuestro mundo y de nuestra sociedad, como un conjunto de sistemas que producen la anulación de la
personalidad individual, la ceguera mental y la alineación de la persona. El autor aboga por una limitación de la violencia y
por un rechazo de la crueldad, pero nunca por un abandono de la lucha contra lo establecido, contra aquello que supone la
alienación del hombre. Se fomenta constantemente la acción y se recuerda el deber de vencer, aunque no siempre se consiga.
En conjunto, el autor recoge en esta obra sus amargas experiencias de posguerra, que recaen sobre todo en Tomás y Asel.
La acción transcurre en un país desconocido, pero puede aplicarse a cualquier sociedad de cualquier país y época. Toda ella deja
un amargo sabor de boca y es un claro alegato en contra de la cárcel y a favor de la libertad del individuo que, con frecuencia,
se ve condicionada por la política la sociedad, etc. Además, presenta rasgos autobiográficos, ya que el autor permaneció
encarcelado varios años y, como se dice en la obra, la experiencia de la cárcel es algo que lleva presente el individuo hasta
su muerte.
•
ALFONSO SASTRE (1926): Cargamento de sueños, El cubo de la basura, Escuadra
hacia la muerte (estrenada por el Teatro Popular Universitario, bajo la dirección de Gustavo
Pérez Puig, en el teatro María Guerrero, el 18 de marzo de 1953; representada dos veces más,
fue prohibida y retirada), Muerte en el barrio, La mordaza, Guillermo Tell tiene los ojos
tristes, Muerte en el barrio , En la red, La cornada, La taberna fantástica, La sangre y la
ceniza, Crónicas romanas.
•
Nuevos dramaturgos : Junto a Buero y Sastre, hay otros dramaturgos que escriben obras de
protesta y denuncia. Se les suele estudiar en un grupo denominado del realismo a la alegoría,
cuyas características son:
—Realismo ibérico, de raíz crítica, alejado del costumbrismo y popularismo.
—Temas: injusticia social, explotación del hombre por el hombre, condiciones inhumanas
del proletariado, alienación, miseria, angustia, hipocresía social y moral, violencia..., todo
expresado con un lenguaje violento.
—Casi todos los autores estuvieron marginados de los escenarios comerciales. —Teatro con
función crítica. Los autores principales son:
1. José Martín Recuerda (1925-2007): El teatrito de don Ramón, Las salvajes en
Puente San Gil, Las arrecogías del Beaterio de Santa María Egipciaca, El
engañao, Caballos desbocaos, Las conversiones
2. José María Rodríguez Méndez (1925-2009): Vagones de madera, Los inocentes
de la Moncloa, El círculo de tiza de Cartagena, El vano ayer, Bodas que
fueron famosas del Pingajo y la Fandanga, Flor de Otoño
3. Carlos Muñiz (1927-1994): El grillo, El precio de los sueños, El tintero, Un
solo de saxofón, La viejas difíciles, Tragicomedia del serenísimo príncipe don
Carlos, Telarañas, En silencio, Ruinas, Villa Denaria.
4. Lauro Olmo (1922-1994): La camisa, La pechuga de la sardina, El cuerpo,
José García, English Spoken.
5.
Ricardo Rodríguez Buded (1928): La madriguera, Un hombre duerme, El
charlatán.
6. Antonio Gala (1936): Es el que más éxito comercial ha alcanzado. Obras: Los
verdes campos del Edén, Los buenos días perdidos, Anillos para una dama,
¿Por qué corres, Ulises?, Las cítaras colgadas de los árboles, Petra
Regalada, Samarcanda, El hotelito.
8.3. .EL TEATRO DESDE LOS AÑOS SESENTA HASTA 1975: TEATRO
COMERCIAL, TEATRO SOCIAL, TEATRO EXPERIMENTAL (FERNANDO
ARRABAL Y FRANCISCO NIEVA), TEATRO SIMBOLISTA Y TEATRO
INDEPENDIENTE.
Desde mediados de los años sesenta hasta la muerte de Franco, un grupo numeroso de escritores
dramáticos, sin renunciar a la denuncia del sistema, propone la práctica de una nueva estética que rompa
con el excesivo peso de la tradición realista de los años anteriores. En sus obras recogen nuevos
planteamientos experimentales, como la alegoría o la parábola, o cultivan géneros que habían sido
abandonados, como la farsa. También introducen nuevas técnicas escénicas, concediendo un mayor peso a
la imagen visual, acelerando el ritmo de la narración y estructurando de forma fragmentaria y no continua
la obra. La temática de sus piezas es menos localista y más universal, sin que falte la crítica ni la oposición
al sistema.
En este grupo de escritores, que se caracterizan por su acercamiento al teatro extranjero y a las
corrientes renovadoras que se estaban desarrollando en Europa y el resto del mundo, se integran dos
generaciones distintas: una formada por autores de la misma edad que los de la generación realista, pero
cuyos planteamientos no comparten, entre los que se encuentran José María Bellido (1922), Luis Riaza
(1925), José Ruibal (1925), Francisco Nieva (1927) y Antonio Martínez Ballesteros (1929) y Miguel
Romero Esteo (1930). El otro grupo está formado por autores nacidos en torno a 1940, entre los que
citamos a Manuel Martínez Mediero (1938), Luis Matilla (1939) y Alberto Miralles (1940).
Las principales características que podemos aplicar a la mayor parte de sus obras son las
siguientes:
1) Con frecuencia se produce una creación colectiva de la obra.
2) Sus temas preferidos son: la injusticia social, la explotación, la falta de sentido y la alienación
del individuo y la hipocresía social y moral de las clases elevadas.
3) Los personajes suelen ser víctimas de una sociedad alienada y frecuentemente se autodestruyen
al no encontrar sentido a su existencia.
4) La acción y el lenguaje son parabólicos, por lo que se prestan a más de una interpretación.
5) Se produce una ruptura de las unidades aristotélicas de lugar y tiempo.
6) El espacio escénico se llena de objetos que cumplen una función claramente simbólica.
7) Con frecuencia los montajes teatrales de las obras son muy complicados.
8) Se cultivan géneros teatrales en desuso, como la farsa, siempre de carácter alegórico.
9) Se produce una infravaloración del texto dramático en beneficio de otros aspectos teatrales,
como la expresión corporal, la música, las luces, etc.
10) Se ven influidas por el teatro del absurdo, el drama documental, la parábola política
brechtiana y su técnica del extrañamiento, el happening y las experiencias del The Living Theatre y el
expresionismo hispánico a través del esperpento de Valle-Inclán.
Mención aparte merece Fernando Arrabal (1932), artista polifacético y uno de los dramaturgos
más originales de nuestro tiempo que acomete una revolución total del teatro en la línea vanguardista con
su llamado TEATRO PÁNICO, escrito y estrenado en Francia, de rasgos oníricos y críticos tomados del
surrealismo o de Valle-Inclán. Sobresale en él una actitud de rebeldía ante el absurdo y la sinrazón del
mundo. Algunos títulos significativos son: El cementerio de automóviles (1957) y El arquitecto y
emperador de Asiria (1967).
Igualmente hay que señalar la importancia de los GRUPOS DE TEATRO INDEPENDIENTE, que
poseen una serie de características, entre las que destacamos: la creación colectiva de la obra, la
infravaloración del texto en beneficio de otros aspectos más llamativos como la danza, los juegos de
luces, colores y sonidos, etc., el mantenimiento de los enfoques críticos que no se limitan a lo político y
social y la ruptura de las convenciones escénicas de espacio y de tiempo. Algunos grupos destacados
son los siguientes: Els Joglars, Els Comediants, Los Goliardos, Tábano, Los Cátaros, Teatro Estudio
Lebrijano, Teatro Universitario de Murcia, Teatro Fronterizo, Teatre Lliure, Dagoll- Dagom, La
Cuadra, La Fura dels Baus, etc.
Los principales grupos de teatro independiente son los siguientes:
ELS JOGLARS es un grupo teatral independiente dirigido por Albert Boadella que se iniciaron en
el mimo, aunque luego se inclinaron por un teatro basado en la palabra y la acción dramática. Sus obras
son claramente desmitificadoras, por lo que son considerados grandes representantes de farsas y, al mismo
tiempo, poseen una costosa y excelente escenografía de gran modernidad. Algunos de sus títulos más
representativos son los siguientes: Olimpic Man Movement, M-7 Catalònia, Teledeum y Los virtuosos de
Fontainebleau.
ELS COMEDIANTS es un grupo de teatro independiente que pretende, sobre todo, divertir, por lo
que extrae sus temas y formas escénicas del folklore y de las fiestas populares; suelen actuar ante un amplio
auditorio con un escenario sencillo e incluyendo todo tipo de acrobacias, por lo que representan al aire
libre. Algunos de sus títulos más significativos son: Sol, solet y Dimonis.
LOS GOLIARDOS es un grupo de teatro independiente que nace en el verano de 1964 debido al
esfuerzo de un grupo de posgraduados universitarios, unidos por el interés hacia el teatro. A fines de 1971
dejó de existir. Sus principales títulos son los siguientes:
Architruque, La hipótesis, Ceremonia por un
negro asesinado, Vaivén, ¿Eh, Joe?,
Palabras y música, Strip-tease, En alta mar, La boda de
los pequeños burgueses,
Exorcizar un diablo, Máscaras de Ostende, Halewyn, Dutchman e
Historia del desdichado Juan de Buenalma.
TÁBANO es un grupo de teatro independiente fundado en 1968 que ha representado, entre otras, las
siguientes obras: El juego de los dominantes (1968), La escuela de los bufones (1969), Castañuela 70
(1970) y Retablo del Flautista (1972).
LA CUADRA es un grupo de teatro independiente que fue invitado al festival de teatro de Nancy en
1972 donde representó Quejío, obra teatral impactante que remite a lo ancestral y autóctono y que se sitúa
cercana al ‘teatro de la crueldad’. Otros estrenos posteriores son los siguientes: Los palos, Herramientas y
Andalucía amarga.
12. El teatro a partir de 1975
Tras la muerte de Franco (1975) y la llegada de la democracia dos años después, las ayudas oficiales al
teatro aumentan de forma considerable y se crean instituciones permanentes como el Centro Dramático
Nacional, cuya misión es la de promocionar el teatro español y el clásico europeo, la Compañía Nacional
de Teatro Clásico, especializada en representar obras españolas del teatro del Siglo de Oro, el Centro de
Documentación Teatral, que publica una revista importante titulada “El Público” y el Centro Nacional
de Nuevas Tendencias Escénicas, dedicado al teatro de vanguardia y experimental y a los grupos
independientes. Además, se reparten cuantiosas subvenciones para el mantenimiento de grupos teatrales y
el apoyo a la creación, desaparece la censura, existe una mejora en la producción y distribución de
espectáculos, aumenta el número de los Festivales de Teatro, etc. A pesar de todas estas circunstancias
positivas, no se perciben cambios muy significativos, ya que, tras unos años en que se rescata el teatro
crítico, las ayudas se dirigen a la reposición de autores clásicos que apenas dejan tiempo para estrenos de
nuevos dramaturgos. Así, las obras que triunfan en los escenarios responden a los cánones del teatro
comercial y el desaliento de los jóvenes dramaturgos es grande, ya que ven muy complicado el poder
estrenar sus obras en cualquier teatro.
En primer lugar debemos destacar el hecho de que durante los últimos veinticinco años no han sido
una etapa de esplendor para el teatro. Ha aumentado la calidad técnica de los montajes, pero no han
aparecido nuevos autores con presencia continuada en los escenarios, pues sus obras o bien no han llegado
al público o lo han hecho de forma esporádica.
Debemos señalar que, tras el experimentalismo llevado a cabo por los dramaturgos de años
anteriores, los escritores de teatro actuales se inclinan por una comedia neorrealista bien construida
y que desarrolla temas de actualidad: la droga, el paro, los problemas de la juventud, la delincuencia,
etc. El tratamiento de estos temas favorece la aparición de un nuevo costumbrismo, aunque con un matiz
claramente irónico.
Si tuviésemos que señalar una serie de características del teatro actual citaríamos las siguientes:
1) Hay una sensación de crisis e inseguridad permanente, con continuos y acelerados cambios de
tendencias.
2) Existe una gran riqueza de estilos debido a que cada autor busca su propio camino por medio de
la diferenciación.
3) Se incorporan a la nómina de dramaturgos autores que habían cultivado otros géneros, sobre
todo novelistas.
4) Se produce un interés por tratar temas muy actuales de manera directa, con lenguaje y
decorados realistas.
5) Se lleva a cabo un progresivo enriquecimiento escenográfico motivado por las nuevas
capacidades técnicas y económicas del momento.
6) Los dramaturgos reivindican la importancia del texto bien escrito, con una clara primacía del
diálogo sobre otros aspectos.
7) Se produce un cierto cosmopolitismo debido a nuestra apertura al exterior.
8) El fenómeno teatral se ve diezmado por competidores de gran fuerza como el cine, la televisión,
el fútbol, etc y otros como la danza o la ópera, que manejan un lenguaje más internacional y acorde al
gusto cosmopolita del público.
9) La mayor parte de las obras teatrales se editan y además aparecen revistas especializadas en el
género.
El dramaturgo actual aparece en tres tipos de producciones:
En el teatro comercial mediante la comedia burguesa, destinada a un tipo de público queva a ver una
obra de argumento sencillo y divertida, con unos planteamientos evasivos.
En locales públicos, teatros nacionales o regionales con dramas comprometidos de otrotiempo, sobre
todo de dramaturgos sociales que escribieron la mayor parte de sus obras ente los años 60 y 70.
Los dramaturgos más jóvenes, en el campo de llamado ‘teatro independiente’, que suelen representar sus
obras siempre en salas de poca capacidad y calidad y con un escaso público a pesar del bajo precio de las
entradas.
Los dramaturgos actuales pueden agruparse en tres bloques:
1º) Los que habían conseguido un destacado lugar antes de la transición política, entre los que
citamos a Antonio Buero Vallejo, Antonio Gala, Alfonso Sastre, Santiago Moncada, Juan José Alonso
Millán, Ana Diosdado, etc.
2º) Los que se dieron a conocer durante la transición política, entre los que citamos a José Luis
Alonso de Santos, Francisco Melgares, Ignacio Amestoy, Fermín Cabal, Francisco Nieva, Teófilo
Calle, etc.
3º) Los que han comenzado a escribir cuando la democracia está consolidada, entre los que
citamos a Maribel Lázaro, Enrique Ladrón de Guevara, Concha Romero, Miguel Alarcón, Teodoro
García, Paloma Pedrero, Ignacio del Moral, Marisa Ares, María Manuela Reina, etc.